Hipervulnerabilidad Frustagli

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La hipervulnerabilidad del consumidor por factores socioeconómicos en la

jurisprudencia
Autora:
Frustagli, Sandra A.

Cita: RC D 744/2021
Encabezado:

La categoría de consumidores con vulnerabilidad agravada o hipervulnerables, ha ocupado la atención de la


doctrina nacional desde hace un tiempo y, de manera paulatina, también halló recepción en la jurisprudencia,
cobrando especial significación en orden a su utilidad e implicancia práctica. En el presente, la autora aborda la
cuestión de los consumidores hipervulnerables, especialmente atendiendo a los factores socioeconómicos.

Sumario:

1. La categoría jurídica del consumidor hipervulnerable - Caracterización. 2. El consumidor hipervulnerable en la


normativa nacional. 3. La vulnerabilidad socioeconómica del consumidor y el acceso a bienes esenciales para la
subsistencia en la jurisprudencia nacional. 4. Colofón.

La hipervulnerabilidad del consumidor por factores socioeconómicos en la jurisprudencia

1. La categoría jurídica del consumidor hipervulnerable - Caracterización

Las nuevas categorías jurídicas acuñadas en el ámbito del Derecho del Consumidor cobran especial significación
cuando se dimensiona su utilidad e implicancia práctica. Esa afirmación se constata en materia de consumidores
con vulnerabilidad agravada o hipervulnerables[1], categoría que ha ocupado la atención de la doctrina nacional
desde hace un tiempo y que, de manera paulatina, también halló recepción en la jurisprudencia[2].

El planteamiento de la idea de hipervulnerabilidad del consumidor, como se ha sostenido en otra oportunidad,


busca traspasar la nota de debilidad estándar o común a todo consumidor para ahondar en aquellas
circunstancias particulares coyunturales, transitorias o permanentes, inherentes a la persona o externas a ella,
que acentúan su fragilidad en una relación de consumo concreta[3]. Hay entonces una convergencia de
vulnerabilidades que obliga a potenciar los mecanismos protectorios, como muestran diversos instrumentos de
soft law que han puesto el tema en la agenda internacional, tales como la Recomendación de la OCDE sobre
resolución de disputas y resarcimiento a consumidores (2007)[4] y las Directrices de Naciones Unidas sobre
Protección de los Derecho del Consumidor (2015)[5].

La categoría de consumidor hipervulnerable o con vulnerabilidad agravada se configura cuando, más allá de la
vulnerabilidad propia de la figura, concurren otras condiciones intrínsecas a la persona (vg.: edad, sexo,
discapacidad), sean temporales o permanentes, o bien circunstancias extrínsecas (sociales, culturales,
económicas, etc.), identificadas en grado importante con situaciones de desigualdad estructural, que la sitúan
ante riesgos de afectación de sus derechos fundamentales o le generan un estado de indefensión en un caso
concreto[6]. Esto demuestra la multicausalidad de la figura.

La calificación de un sujeto o de un grupo de sujetos como vulnerables debe abordarse con un criterio de
flexibilidad, pues las causas de vulnerabilidad no son necesariamente permanentes o fijas, por el contrario, tanto
factores extrínsecos como características intrínsecas a la persona que en un momento la sitúan como vulnerable
en una relación de consumo, pueden no verificarse en otro contexto socio- temporo-espacial.

Por esa razón también se observa que la hipervulnerabilidad no se presenta con la misma intensidad en cada
caso concreto. Ese matiz se aprecia en clave de interseccionalidad, perspectiva que contribuye a entender la
simultaneidad y retroalimentación que, en ocasiones, se establece entre la multiplicidad de causas de

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desigualdad que dan lugar a la fragilidad agravada de algunos consumidores, permitiendo reflejar los diferentes
niveles o intensidad con que se presenta en cada caso concreto.

Lo dicho hasta aquí pone de relieve que la idea de vulnerabilidad jurídica sobre la cual pivota la figura del
consumidor hipervulnerable refiere a una categoría transversal proveniente del campo de la teoría general de los
derechos humanos, cuya influencia se proyecta hacia diversas ramas jurídicas para identificar situaciones de
indefensión de grupos desaventajados y generar respuestas que permitan superarlas. Por tal razón, las
situaciones de vulnerabilidad se tutelan de manera diferenciada para posibilitar la superación de las
desigualdades reales, que afectan o dificultan el efectivo ejercicio de derechos fundamentales de la persona
humana, su pleno disfrute o el acceso a ellos[7].

2. El consumidor hipervulnerable en la normativa nacional

En nuestro ordenamiento normativo, pese a que la Ley 24240 no contempla la categoría de manera explícita,
algunos cambios legislativos operados entre finales del siglo XX y comienzo del XXI facilitaron el
desenvolvimiento y consolidación de la categoría de consumidor hipervulnerable vinculada de modo inescindible
a la problemática transversal de la vulnerabilidad en clave de derechos humanos. Dos hitos legislativos
contribuyeron a ello.

En primer término, la reforma constitucional de 1994 que, por un lado, consagra los derechos fundamentales del
consumidor en la relación de consumo, al tiempo que incorpora al bloque de constitucionalidad de una serie de
tratados internacionales que afianzaron la protección de los derechos humanos en el plano interno (art. 75, inc.
22)[8] y persigue el fortalecimiento de la igualdad real a través del mandato consagrado en el art. 75, inc. 23,
abriendo cauce a las medidas de acción positiva. Esas disposiciones dan cuenta de un claro paradigma de
protección de los vulnerables.

En segundo lugar, el Código Civil y Comercial profundizó el proceso de constitucionalización del Derecho Privado
a través del sistema de fuentes adoptado en los arts. 1 y 2, donde se recurre al diálogo de fuentes como
metodología para la integración del derecho aplicable al caso y la construcción de respuestas jurídicas.

Ambas modificaciones han sido de enorme significación para evidenciar la eficacia directa de los derechos
fundamentales en el ámbito de la relaciones de consumo, con las implicancias que ello tiene en orden a la
efectiva protección de los consumidores hipervulnerables a través de la construcción de respuestas jurídicas que
maximicen los derechos fundamentales implicados, como así también por la exigencia que imponen en orden a la
implementación de herramientas jurídicas sustanciales y procesales adecuadas para remover las desigualdades
y desventajas.

Recientemente, se han sumado otras disposiciones legales que, inspiradas en el Anteproyecto de Ley de
Defensa del Consumidor y los Proyectos de Código de Defensa del Consumidor[9], dan ingreso normativo
expreso al reconocimiento de la figura.

Así, en el marco de la activas políticas públicas llevadas a cabo por la autoridad de aplicación nacional, la
Resolución 139/2020 SCI introduce de manera explícita la categoría de consumidor hipervulnerable a nuestro
sistema normativo con el propósito de desarrollar políticas y ejecutar acciones orientadas a proteger a los
consumidores vulnerables facilitando el acceso a los reclamos administrativos en igualdad real de oportunidades,
con medidas diseñadas para dar visibilidad a aquellos que involucran intereses de consumidores
desaventajados[10]. En la misma línea, la Resolución 310/2020 SCI, introduce al ordenamiento interno la
Resolución 36 del Grupo Mercado Común, de diciembre de 2019, que con el objeto de adecuar la normativa a los
mejores estándares internacionales en la materia establece los principios del sistema protectorio en el Mercado
Común del Sur. Entre ellos, siguiendo las líneas del Anteproyecto citado, se admite el "Principio de protección
especial para consumidores en situación vulnerable y de desventaja", de conformidad con el cual "El sistema de
protección del consumidor protege especialmente a grupos sociales afectados por una vulnerabilidad agravada
derivada de circunstancias especiales, en particular niñas, niños y adolescentes, adultos/mayores, personas con
problemas de salud o con discapacidad, entre otras". También en el ámbito del Mercosur, el Grupo Mercado
Común aprobó el 26 de agosto de este año la Resolución 11/2021 sobre protección de consumidores

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hipervulnerables, que acaba de incorporarse a nuestro ordenamiento interno por Resolución 1015/2021 SCI del
30 de setiembre del corriente.

La Resolución 139/2020 SCI cuando delimita la figura en su artículo 1 contempla la multicausalidad y la


convergencia de vulnerabilidades que anida en el consumidor hipervulnerable. Así, enuncia condiciones
inherentes a la persona que pueden dar lugar a tal calificación (edad, género, estado físico o mental), al tiempo
que reconoce el rol que desempeñan situaciones extrínsecas resultantes de factores sociales, económicos,
étnicos o culturales. De este modo admite la bidimensionalidad desde la que pueden abordarse las
vulnerabilidades en general[11]. La norma también agrega a la noción legal un elemento objetivo de gran
significación, ligado a los efectos de la vulnerabilidad, esto es: la existencia de una dificultad para el ejercicio
pleno de los derechos de los consumidores. Esto pone de manifiesto que el sentido último de la protección reside
en evitar o mitigar los daños resultantes del estado de desventaja y de desigualdad en el acceso a los derechos.
En otros términos, la idea de prevención subyace en los desarrollos teóricos sobre la vulnerabilidad jurídica, y en
el ámbito del Derecho del Consumidor adquiere especial significación para evitar agravar la especial situación de
indefensión o desventaja de ciertos consumidores.

La protección de la vulnerabilidad, entendida como principio o estándar jurídico general del Derecho Privado, no
sólo del Derecho del Consumidor, compele a los operadores jurídicos a interpretar, aplicar o integrar el régimen
normativo ponderando la situación de desventaja, indefensión o desigualdad en la que se encuentre la persona
vulnerable a fin de garantizarle la igualdad real de oportunidades en el acceso a sus derechos
fundamentales[12]. De ahí que, como bien se ha afirmado, la detección oportuna de la persona en condición o
situación de vulnerabilidad tendrá trascendencia en miras de lograr la prevención y/o mitigación del daño[13], lo
que ha de concretarse a través de una tutela especial y diferenciada.

3. La vulnerabilidad socioeconómica del consumidor y el acceso a bienes esenciales para la subsistencia


en la jurisprudencia nacional

La pobreza constituye una de las circunstancias que pueden originar el agravamiento de la debilidad connatural
al consumidor; fenómeno que se ha agudizado y extendido a consecuencia de la Pandemia COVID-19. Su
análisis suele definirse por elementos relativos a carencias, falta de recursos para proyectar mínimamente el
futuro, penurias, privaciones[14]. La Resolución 139/2020 SCI contempla el supuesto al disponer que la
hipervulnerabilidad del consumidor puede derivar de factores socioeconómicos en situaciones asociadas con la
existencia de magros ingresos económicos, que apenas cubren -o ni eso- necesidades básicas (alimentación,
vivienda, vestido)[15]. En la misma dirección se inscriben los artículos 2 y 3 de la Resolución 1015/2021 SCI, del
30 de setiembre.

La utilidad práctica de la categoría de consumidor hipervulnerable atribuible a factores socio económicos se ha


visto reflejada en algunos pronunciamientos judiciales del último tiempo, donde la han empleado para construir
respuestas jurídicas dirigidas a preservar la intangibilidad de los ingresos económicos de consumidores en
situación de fragilidad socioeconómica -ahondada muchas veces por la intersección con otras vulnerabilidades-.
Se trata de decisiones judiciales guiadas por el claro propósito de salvaguardar el acceso a los bienes
indispensables para la subsistencia humana, con explícita admisión del carácter alimentario -e intangible- de los
ingresos referidos a un mínimo existencial. La cuestión es significativa porque expone la tensión entre este
derecho fundamental y el derecho de los acreedores al cobro de sus créditos y la falta de respuestas normativas
frente al sobreendeudamiento.

En la línea apuntada, el Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Comercial Nº 30, el 10 de agosto de 2020,


admitió una cautelar entablada por una asociación de consumidores -en el marco de una acción colectiva- y
ordenó a la entidad financiera demandada "que cese de efectuar cualquier débito o retención a sus clientes
respecto de las sumas acreditadas en concepto de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y restituya los montos
de dinero que hubiera retenido o debitado. A pesar de lo expresamente dispuesto en la normativa en cuanto a
que el IFE no es susceptible de descuentos, la demandada habría efectuado deducciones a los beneficiarios. El
derecho invocado es entonces muy verosímil. Y existe además un marcado peligro en la demora que habilita
proceder cautelarmente, pues está en juego el derecho a la alimentación"[16].

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En otro precedente, el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 11 de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, resolvió que "Resulta razonable establecer cautelarmente la suspensión del cobro de
mantenimiento de cuenta, seguro de vida e IVA realizados por el banco demandado hasta el dictado de la
sentencia definitiva, ya que puede inferirse el consecuente daño inminente ante la vulnerabilidad económica que
generan la continuidad de los gastos que se debitan de los haberes jubilatorios de la accionante. Máxime,
considerando la calidad de consumidor hipervulnerable que ella reviste, en razón de su edad y su condición de
vulnerabilidad socio-económica al ser una persona jubilada que percibe una mensualidad que no equivale a dos
veces el salario mínimo vital y móvil, el principio de gratuidad que poseen las cuentas previsionales conforme lo
prescripto por la Ley 26704, y que la 'indisponibilidad' de dichas sumas en sus escasos ingresos resultaría en
principio una afectación al derecho de propiedad"[17].

La ponderación del factor socioeconómico de vulnerabilidad, convergente con otras causas, se observa también
en el marco de la acción promovida con motivo de una estafa bancaria por vía electrónica bajo la modalidad de
"phishing", donde al hacer lugar a la medida cautelar solicitada, el tribunal no solo dimensionó la vulnerabilidad
dada por el carácter de adulto mayor y el desconocimiento del ámbito digital sino también el factor socio
económico, el que fue especialmente puesto de relieve para dar por acreditado el peligro en la demora, al señalar
que "este surge de la trascendencia económica de los montos descontados de los ingresos -en concepto de
pensión-(…), máxime en casos como en el presente, donde la persona recibe un dinero que reviste carácter
alimentario y que, descuentos mediante, se traduce en apenas poco más que un salario mínimo vital y móvil.
Esto torna aún más evidente el perjuicio que se genera y releva de mayor análisis acerca de la superioridad
económica que detenta el banco frente al actor. Se trata en definitiva de cautelar a la parte más vulnerable dentro
del vínculo jurídico y de proteger el salario de Reimondi, sin perjuicio de lo que pueda resolverse en el marco de
la causa principal, lo que hace que deba atenerse a la solución más favorable al consumidor (art. 3, Ley
24240)"[18].

En otra causa, un tribunal de Rosario tuteló de la situación de extrema vulnerabilidad de la reclamante


-beneficiaria de una pensión no contributiva otorgada por la ANSES, a cargo de dos de sus nietos, que habita
una vivienda precaria- a la que se le llegaron a efectuar débitos para el cobro de créditos concedidos por un
porcentaje superior al 97 % del beneficio previsional. Tomó en consideración la situación de sobreendeudamiento
acreditada a partir de la documentación agregada por la entidad bancaria, como así también lo establecido por la
Resolución 319/2020 SCI, y desde una argumentación construida en torno al derecho humano a la dignidad, se
afirmó que "las personas tienen constitucionalmente reconocido el derecho a conservar los bienes necesarios
para la ejecución de un plan de vida digno", agregando que "los porcentajes que la mujer se ve compelida a
destinar al pago de sus deudas, con relación a sus ingresos, son indicadores de un posible sobreendeudamiento
que afectaría la dignidad personal". Por ende, direccionando la decisión a evitar el agravamiento de daño, la
magistrada consideró razonable fijar el límite de afectación máxima de la pensión para el pago de créditos en un
20 % del haber a "fin de preservar la satisfacción de la función alimentaria que es propia de los beneficios como
el que percibe, y en pos de no socavar las posibilidades de acceso al crédito de grupos de consumidores
hipervulnerables"[19].

4. Colofón

El enfoque de vulnerabilidad en las relaciones de consumo concreta una exigencia axiológica que es expresión
del principio pro-homine o pro-persona, en especial en escenarios de crisis socioeconómicas y humanitarias
como los que ha generado la pandemia mundial de COVID-19. No cabe perder de vista, como alguna vez lo
afirmamos, que la protección del consumidor vulnerable se afianza en el nuevo el Código Civil y Comercial, en
razón que se exige que los derechos humanos encuentren eficacia concreta en la aplicación las reglas de
Derecho Privado[20].

[1] Lorenzetti, Ricardo, Consumidores, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2003, p. 78; Frustagli, Sandra A.-
Hernández, Carlos A., "El concepto de consumidor. Proyecciones actuales en el Derecho argentino", en
L.L., 2011-E-998; Barocelli, Sebastián; "Consumidores hipervulnerables. Hacia la acentuación del
principio protectorio", L.L. 2018-B-783; Mendieta, Ezequiel N.; "Igualdad y grupos desaventajados. A
propósito de los consumidores vulnerables o hipervulnerables", en RDCO Nº 288, p. 95 y ss., entre

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otros trabajos.

[2] Entre otros, p. v. , SCJ Mendoza, Sala I, "Bloise de Tucchi, Cristina Y. c. Supermercado Makro S.A",
26/07/2002, L.L. Gran Cuyo 2002, p. 726; CNCiv, Sala L, "Fernández Alfredo Daniel c/ Easy Cencosud
SA", 06/03/2008, RCyS, Año X, N° VI 2008, p. 102; CNCiv., Sala A, "R., F. y otro c/ Parque de la Costa
S.A. y otro s/ Daños y perjuicios", 21/11/2012, en L.L. on line AR/JUR/63681/2012; CCC San Martin,
Sala I, 17/09/2015, "L., M. G. c. INC S.A. c/ Supermercados Carrefour y otro s/ Daños y perjuicios",
RCyS 2015-XII, p. 132; CNCiv., Sala A, 18/11/2016, "M., N. A. c. Empresa San José S.A. s/ Cobro de
sumas de dinero", L.L. 2017-B, 461; CCC Morón, Sala II, 19/03/2019, "S. V. A. N. s/ Determinación de la
capacidad jurídica", L.L. 2019-B, 601; CNCiv., Sala A, 29/10/2019, "S., N. I. y otro c. J. D. F. y otros s/
Daños y perjuicios", RCyS2020-I, 64.

[3] Frustagli, Sandra, "La tutela del consumidor hipervulnerable en el Derecho argentino", Revista de
Derecho del Consumidor, Nº 1, noviembre 2016, IJ Editores, accesible en https://ar.ijeditores.com/pop.p
hp?option=articulo&Hash=70c95fe26afcead21622866207afa8f2 (Consultado el 01/11/2021).

[4] Expresa este documento que la voz "Consumidores desfavorecidos o vulnerables" se refiere a los
consumidores particulares o categorías de consumidores quienes, debido a características o
circunstancias personales (por ejemplo, edad, capacidad física o mental, educación, ingreso, idioma o
ubicación remota) pueden tener dificultades particulares en el acceso a la resolución de disputas y el
resarcimiento; consultada en https://www.oecd.org/mexico/40060255.pdf (Consultado 01/11/2021).

[5] Entre los principios generales a atender menciona a "La protección de los consumidores en situación
vulnerable y de desventaja", con irradiación concreta en diversas materias contempladas en dicha
directrices, tales como prácticas comerciales, educación e información al consumidor, solución de
controversias, entre otras.

[6] Frustagli, Sandra, "La protección de los consumidores hipervulnerables durante la pandemia", en
Revista de Derecho de Daños, T. 2020-3, Rubinzal Culzoni, p. 307 y ss.

[7] Ídem, p. 317 y ss.

[8] Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; Declaración Universal de Derechos
Humanos; Convención Americana sobre Derechos Humanos; Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales; Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas
de Discriminación Racial; Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra
la Mujer; Convención sobre los Derechos del Niño.

[9] V. Hernández, Carlos A.; Japaze, María B. y otros, "Antecedentes y estado actual del proyecto de
Código de Defensa del Consumidor", en L.L. 2020-A, 939.

[10] Ampliar en Mendieta, Ezequiel -Kalafatich, Caren, "El reconocimiento de los consumidores y las
consumidoras hipervulnerables en el ordenamiento jurídico argentino", en El Derecho, diario del 11 de
agosto, p. 1 y ss.

[11] Frustagli, Sandra, "La protección de los consumidores hipervulnerables durante la pandemia", cit., p.
310.

[12] Ídem, p. 312.

[13] Sosa, Guillermina L., "La prevención y/o mitigación del daño en materia de vulnerabilidad", en RCyS
2020-IV, 40.

[14] Gelli, María Angélica, "Vulnerabilidad y pobreza. Relectura en tiempos de pandemia", L.L. Online
AR/DOC/2045/2020.

[15] El art. 2, inc. i, da por acreditada esa vulnerabilidad socio económica cuando la persona es jubilado,
pensionado o trabajador en relación de dependencia que percibe remuneración bruta menor o igual a

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dos Salarios Mínimos Vitales y Móviles; monotributista inscripto en una categoría cuyo ingreso anual
mensualizado no supere en dos veces el aludido parámetro; o beneficiario de pensión no contributiva
que percibe ingresos mensuales brutos no superiores a dos Salarios Mínimos Vitales y Móviles; o
beneficiaria de la Asignación por Embarazo para Protección Social o la Asignación Universal por Hijo
para Protección Social; o por estar inscripto/a en el Régimen de Monotributo Social; o estar
incorporado/a en el Régimen Especial de Seguridad Social para empleados del Servicio Doméstico (Ley
26844); o estar percibiendo el seguro de desempleo; o ser titular de una Pensión Vitalicia a Veteranos
de Guerra del Atlántico Sur (Ley 23848). También podría considerarse implícita en la mención que
formula el inciso h, a la residencia en barrios populares conforme Ley 27453.

[16] Asociación Civil Usuarios y Consumidores Unidos vs. Banco BBVA Argentina S.A. s. Ordinario, Juzgado
Nacional Comercial N° 30, 10/08/2020; Rubinzal Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J 5197/20.

[17] Z., D. M. P. vs. Banco Supervielle S.A. s. Relación de consumo, Juzg. Cont. Adm., Tributario y Rel.
Consumo N° 11, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 09/08/2021; Rubinzal Online,
www.rubinzalonline.com.ar, RC J 4897/21.

[18] Reimondi, José Antonio vs. Banco Nación Argentina s. Ley de Defensa del Consumidor - Incidente de
apelación, Cám. Fed. Apel. Sala I, Bahía Blanca, 10716/2020, 27/05/2021; Rubinzal Online,
www.rubinzalonline.com.ar, RC J 3795/21.

[19] Juzg. 1ra. Inst. Civil y Comercial 5ta. Nom., "F., F. M. C/ Banco Piano S.A, y otros s/ Demanda de
derecho de consumo", julio de 2021.

[20] Frustagli, Sandra, "La tutela del consumidor hipervulnerable en el Derecho argentino", cit.

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