Sones y Jarabes
Sones y Jarabes
Sones y Jarabes
UNAM
SON
• El género lírico- coreográfico que de manera más completa y contundente nutre a
la creatividad musical y dancística popular de los mexicanos, lleva el nombre
amplio y elocuente de SON.
• La estructura musical del SON contiene una estructura musical juguetona y
variable de compases, “principalmente de 6/8, ¾ y a veces de 5/8, circusntancia
que lo hace aparecer como ritmo consistente, vigoroso, “entusiasta, animado y
brillante.
• Mientras que los sonecitos regionales hacen intervenir a los personajes más vivos y
participantes de cada localidad, produciendo piezas de colorido escénico –de ahí
su fácil acceso al escenario-, el son adopta ritmos penínsulares, caribeños o
europeos en general –guajíra, segundilla, bolero, tango, etc.- para crear un trozo
instrumental nuevo que alternará con estribillos irónicos, mordaces y jocosos con
coreografías ingeniosas – paseos, zapateados, mudanzas, floreos, escobillados,
punta y talón, trenzados, etc. Son famosas las exclamaciones y expresiones
onomatopéyicas que se insertan a lo largo de las ejecuciones, así cómo los gritos,
las exclamaciones, las frases en falsete y otros tipos de improvisación verbal y
musical.
• El ritmo, la métrica, el carácter y el estilo del son se adoptan a otros géneros
musicales de méxico (canción, mañanitas, jarabes, danzas, ceremoniales); en los
jarabes en serie constituye el núcleo principal, y regionalmente se caracteriza
formando grupos; así hay sones jaliscienses, michoacanos, guerrerences,
tamaulipecos, huastecos, jarochos, hidalguenses, oaxqueños, etc. Representa en la
actualidad uno de los géneros musicales más genuinamente mexicanos.
• En Cuba, el son resulta también una asimilación, un fenómeno de sincretísmo
musical, sólo que en la isla caribeña el son se convierte en un
Género vocal, intrumental bailable que constituye una de las formas básicas dentro de
la música cubana. Presenta en su estructura, elementos procedentes de las músicas
africanas (Bantú) y españolas pero ya fundidos en lo cubano, confluyendo en el giro
rítmico, estribillo, modos percutivos, entonaciones y sonoridades de las cuerdas
pulsadas que denuncian sus fuentes originarias.
• La obra que habría de utilizarse como referente obligado para la nueva danza
sería La fantasía mexicana, presentada por la compañía de Anna Pavlova en 1919.
Era un sencillo divertimento que conjugó a varios artistas nacionales y que causó
gran impacto porque "dignificó" el arte popular convirtiéndolo en una manifestación
del "culto".
El vestido de china poblana y las zapatillas de punta que utilizó la ballerina Pavlova,
así como el atuendo de charro que lució el primer bailarín Alexandre Volinine,
aunado al virtuosismo y prestigio de la danza que ejecutaban, se vio como la
expresión que lograba la síntesis revolucionaria y nacionalista del arte dancístico
mexicano.
Danza procesional común en Europa durante el siglo XVI. Es una danza antigua, de
movimiento lento y en compás binario y carácter melanconico. Hacia finales del S.XVI se
introdujo el uso de interpretar, después de la pavana, la música de una o más danzas, de
carácter opuesto a ésta primera. En Italia, a estas danzas que seguían se les conocía con el
nombre de Saltarello.
Orígenes: hay dos teorías, la primera considera la danza italiana: padovano, significa
«procedente de la ciudad de Padua”. La segunda se refiere al pavo (en idioma español) en
alusión a los movimientos elegantes de esta ave y que rememora el estilo de la danza.
Por los manuscritos existentes, podemos deducir que la pavana tiene un origen italiano.
El ejemplar más antiguo conocido es una tablatura titulada «Dalza’s Intabulatura de
lauto» impresa por Petrucci en Venecia en el año 1608. Este ejemplar contiene 5 pavanas
«a la veneciana» y 4 pavanas «a la ferrarense”.
En 1570 la Pavana se da en Francia y los Países bajos con piezas simples, en estilo
homofónico y vienen con la afinación al principio de la partitura. En Italia la Pavana
reemplazaría al Passamezzo. En la corte de Luis XIV fue una danza muy popular, hasta ser
sustituida por la Courante. En el siglo XVIII, la pavana ¡había casi desaparecido! Volvería a
hacer su aparición – excepcionalmente – en la obra de Faure, Albeniz y Ravel.
El emparejamiento más frecuente era el de la pavana con la Gallarda ya que esta última
poseía un carácter opuesto a la primera. Ambas danzas pasaron a constituir lo que sería la
Suite, siendo posteriormente sustituidas por la Zarabanda y la Giga, respectivamente.
La zarabanda se difundió por toda Europa. En Italia mantuvo su carácter popular y con una
forma compositiva más instrumental; En Francia se desvincula de sus raíces populares,
elevándola a la danza cortesana: se convierte en música culta, siendo uno de los
movimientos imprescindibles de las suites barrocas, además de incluirse en piezas para
solista y en los ballets cortesanos. En España quedó reemplazada por la chacona, también
considerada lujuriosa por las autoridades de la época, aunque con el tiempo se fue
suavizando.
Se han compuesto hermosas zarabandas en melodías para escuchar o para bailar, desde
Monteverdi, Corelli, Bach o Händel; pasando por la época romántica, en la que la
zarabanda cayó en desuso; hasta su resurgimiento a finales del siglo XIX por compositores
como Debussy, Satie y Britten, entre otros.
POLKA
La polca (o polka) es una danza popular aparecida en Bohemia (actual República Checa)
hacia 1830, que se comenzó a popularizar en Praga desde 1835.También se usa este
término para referirse al género musical asociado a la danza.
Forma musical
En compás de 2/4 y tiempo rápido, se baila con pasos laterales del tipo “paso”, “cierra”,
paso, “salto” y evoluciones rápidas, motivo por el que se hizo muy popular en Europa y
América.
Polca en México
La polca Checoslovaca, la mazurca y redova Polacas, el chotis escocés, las cuadrillas
Inglesas, y el vals Austriaco fueron llevados al Norte de México en calidad de Bailes de
Salón a mediados del siglo XIX, principalmente en el norte y noreste de México donde la
polca es parte de la música tradicional y fue adoptada por los habitantes de dicha región,
siendo parte de su folclor. A finales del siglo XIX había una gran cantidad de
composiciones locales, inspiradas en estos ritmos; al extenderse la llama revolucionaria
por el norte del país, tanto la polca como el corrido se convirtieron en efectivos periódicos
musicales, la mayoría de las polcas y corridos revolucionarios tomaron nombres de
soldaderas famosas: Adelita, Marieta, Juana Gallo, Rielera, Revolcada, Jesusita, etc. El
baile sin dejar de ser de salón (Por parejas). En la actualidad son muchas las polcas, entre
las que se numeran: “El Aguacero”, “El Rancho”, “Carreta”, los pasos son muy movidos, se
ejecutan en forma de galope de tiempo en tiempo. El galope se interrumpe para cambiar
de paso y de evoluciones.
https://www.youtube.com/watch?v=GKlHEzI8lmY
https://www.youtube.com/watch?v=YUsLcJMrqRQ
Polka jesusita en chihuahua
https://www.youtube.com/watch?v=XUI81dFsnFo
Mexican Folk Dance - Polka Luz y Sombras de Chihuahua México
https://www.youtube.com/watch?v=Pr-o5Uh3ZGY
El Circo - Nuevo León (Videoclip folklórico)
https://www.youtube.com/watch?v=IHXUsQw8gmc
CHOTIS
El chotis es una música y baile con origen en Bohemia. Su nombre deriva del término
alemán Schottisch («escocés»), una danza social centroeuropea a la que en Viena se quiso
atribuir origen en un baile escocés. Se puso de moda en casi toda Europa durante el siglo
XIX y se extendió a América. El chotis es un baile agarrado y lento que suele ejecutarse
dando tres pasos a la izquierda, tres a la derecha y vueltas. En el momento en el que
cambia la música, la pareja debe cambiar la dirección circular del movimiento. La clave de
todo el proceso está en los pies.
Chotís mexicano
Fue introducido en México hacia 1850, en los salones de baile frecuentados por las clases
altas. Un estilo más rústico se popularizó en las fiestas caseras y en los bailes públicos. Se
conserva en el norte de México, en particular en los estados de Chihuahua, Nuevo León,
Tamaulipas, Durango y Zacatecas, con estilos propios de cada lugar.
El presente texto pictórico, objeto de nuestro estudio se titula “El jarabe” realizado en
1913 por el pintor mexicano Saturnino Herrán,2 quien inició con la temática de lo nacional
en el ámbito pictórico:
Saturnino Herrán recogió por esos años el viejo y ahora renovado ideal de una pintura
mexicana que representara las aspiraciones y el carácter nacionales. De alguna manera
estaba claro que el péndulo regresaba y México volvía a tratar de entenderse así mismo
como diferente y no como igual a Europa; el ideal estaría en lo propio y no en el reflejo del
viejo mundo. 3
Fue en esta búsqueda que Herrán pintó el jarabe. El año en que está fechada esta pintura,
es la época en que el músico mexicano José Martínez publicó su composición “el jarabe”,
obra escrita en base a fragmentos de la música regional del estado de Jalisco.
En lo concerniente al término jarabe, éste viene del árabe “Xarab” y significa mezcla, en su
doble acepción, el término jarabe hace alusión a una mixtura de productos herbolarios
con fines curativos, o bien, a la amalgama de fragmentos musicales que articulados
forman una melodía de carácter popular,4 de ahí que el término se utilizara para hacer
referencia a un compuesto de carácter popular musical.
Retomando la descripción pictórica del “jarabe”, nos encontramos con una pareja de
bailarines, sobre un lienzo de construcción vertical, pintado al óleo, en medidas de 1.61x
84 cms.5
En un primer plano, se aprecia la figura de una mujer mestiza; en segundo nivel se ubica el
varón con características de un hispano; detrás de él, dos músicos de rasgos indígenas, así
como un sarape en tonalidades beige con rojo vienen a complementar el escenario
pictórico, Al fondo: viviendas de construcción rural y las montañas del paisaje mexicano.
Por lo que respecta al varón, hombre de características hispanas, su posición del tronco
inclinado hacia delante, la cadera desplazada hacia atrás y la mirada en declive vienen a
denotar una postura corporal de timidez e inferioridad, ante la posición erguida y altiva de
la joven mestiza, Adriana Zapett, estudiosa de la pintura de Herrán lo define como un
varón de corte hispano menos definido que su compañera:
El jarabe es una obra de gran fuerza en las pinceladas que ponen de relieve el carácter
dominante e impetuoso de la mujer de pueblo al bailar una danza típica, mientras su
acompañante de corte hispano aparece menos definido.6