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Política y Plan Comunal de

Infancia y Adolescencia,
Curepto, 2018-2021

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Índice
I. Política y plan local de infancia y adolescencia Curepto 2018-2021
 Presentación……………………………………………………………………………
…………………………………………….p. 3-4
II. Protección de la infancia en Chile a través de La
historia…………………………………..p. 5-6
 Periodo de inexistencia de una legislación especial: El niño como una
excepción al sistema jurídico de
adultos………………………………………………………………......p. 7
 Periodo de las Leyes de Menores. El niño como problema, control/protección
de la
infancia…………………………………………………………………………………
………………………...................p. 8-11
 Periodo de transición hacia un sistema de protección integral de la
infancia en el marco de los Derechos
Humanos………………………………………………....…..p. 11-13
 Sistema comunal de infancia y adolescencia primeras instituciones……………..p
13-16
III. NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES, UNA MIRADA A LA REALIDAD
INFANTO
JUVENIL EN LA COMUNA DE CUREPTO…………………………………...
……………………………………….p. 17
 Migración adolescente…………………………….
…………………………………………………………………………p. 17-19
 Cultura local, estructura social y relaciones de
género………………………………………...p. 19-20
 Estrés toxico, estilos parentales maltratante y violencia intrafamiliar…………..p.
20-22
 Recursos comunitarios……………………………………….
……………………………………………………………….p. 22-23
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IV. VISIÓN Y MISIÓN DE LA POLÍTICA
LOCAL DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA..………p. 24
 Valores que guían y fundamentan el Plan Comunal de la Infancia y
adolescencia ………………………………………………..
…………………………………………………………..................p. 24-25
V. VISION ALCALDICIA EN LA ELABORACION PARTICPATIVA DE LA
POLÍTICA…………P. 26
VI.
BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………………
……………………………………………p. 27
VI. PLAN COMUNAL DE INFANCIA Y
ADOLECENCIA……………………………………………………..……p. 28-35

I.PRESENTACION

El presente documento es producto de un trabajo conjunto entre los diferentes actores a


nivel local, que desempeñan un rol garante en la protección de la infancia y adolescencia en
el territorio. Esta tiene como horizonte principal la consolidación de es un Sistema Local de
Protección de Derechos (SLPD), baso en acuerdos internacionales suscritos en la
Convención de los Derechos del niño/a y adolecente.
“Todo niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidados
especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento,”
(UNICEF, 1990, p.2)
Se presenta a continuación una política de infancia y adolescencia que busca consolidar, a
través de acuerdos concretos con las autoridades locales; un sistema de prevención,
promoción y protección, eficaz y que contempla la participación activa de actores sociales
claves en el territorio. Esto a fin de generar un producto que compromete la visión distintos
garantes en relación a la infancia, releva la participación y protección permanente y activa
en temáticas vinculadas a infancia, como también determina cada una de las acciones, que
debe realizar el gobierno local en dicho contexto.
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Todo esto, bajo un enfoque de derecho que permita


sensibilizar a la comunidad, favoreciendo la construcción de una sociedad igualitaria,
inclusiva, capas de modificar su entorno social a través del ejercicio del derecho y promover
una política de puertas abiertas entre actores municipales y la sociedad civil.
A nivel intersectorial establecer en el trabajo con las distintas redes conductos de acción y
articulación, eficaces y unificados, que permitan un fluido tránsito de información entre

las redes, beneficiando así la acción oportuna, preventiva y efectiva en la atención de


nuestra población y sus necesidades. Lo que se consolida a través a de mesas de trabajo,
vínculos positivos entre las redes, acuerdos de cooperación mutua y gestiones de desarrollo
profesional constante.
Entendiendo que el presente documento carecería de sentido, sin la visión de la propia
infancia, es que considera he incorpora de manera activa la participación de los niños, niñas
y adolescentes de la comuna en el proceso. Reconociendo a estos como sujetos de derecho,
eje central de nuestros esfuerzos y sin lugar a dudas, fuente material clave en la co-
construcción del presente documento.
Finalmente, y como lo expresa la literatura, se busca una participación activa del sistema
familiar, entendiendo el rol fundamental y transformador que posee como primer
socializador. Fomentando en la cultura local estilos de crianza bien tratantes, tendientes a
potenciar el máximo desarrollo tanto físico, emocional y social para nuestros niños, niñas y
adolescentes.
Todo bajo un enfoque de derechos, el cual se ajusta a la Convención Internacional sobre los
Derechos del Niño, hito trasversal que influyó en el cambio de paradigma en los países
latinoamericanos, respecto de la comprensión de la infancia, ya no, como conjunto de
personas “en desarrollo” y por tanto objeto de protección, sino como individuos: niños,
niñas y adolescentes como sujetos con plenos derechos y dignos de una protección especial
e integral.

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II. PROTECCIÓN DE LA INFANCIA EN CHILE A TRAVÉS DE LA
HISTORIA

Para comprender la realidad Cureptana, es insoslayable no realizar un contextualización


histórica del abordaje de la infancia, tanto en Curepto como en Chile, esto permite por una
parte, comparar realidades de los territorios, así como también tener una comprensión
respetuosa de su cultura y creencias en relación a la infancia.
En nuestra legislación desde mediados del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, regían
íntegramente las normas del Código Civil y Código Penal, estructurándose la regulación de
menores como normas de excepción dentro de las leyes generales. Antes de esos siglos, las
primeras acciones asociadas a la niñez, tuvieron un corte caritativo y benéfico por parte de
la aristocracia, principalmente por grupos de laicos.
En el año 1761 se crea el primer orfanato en Chile, fundado por Juan Nicolás de Aguirre y
Barnechea, Marqués de Monte Pío, denominado Casa de Expósitos o conocida actualmente
como Casa Nacional del Niño, el cual fue establecido en Santiago, en la calle que
actualmente lleva el nombre de “Huérfanos” por esta razón. De acuerdo a la historia que
rodea la creación del primer orfanato se ha señalado: “La casa llenó una necesidad, apenas
se anunció su creación dejaron en el zaguán de la casa del Marqués no menos de 25
criaturas” (VARGAS Nelson. 2002. Historia de la pediatría chilena: Crónica de una alegría.
Santiago, Editorial Universitaria).
Durante los años 1853 y 1855, surgen dos iniciativas importantes de mano de
congregaciones religiosas, quienes buscan otorgar atención a niños en situación de
abandono, estas son: Las hermanas de la providencia que buscaban continuar con la labor

de Nicolás de Aguirre y el primer orfanato y por otro lado la Congregación del Buen Pastor.

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En 1896 se constituye la Sociedad Protectora de la


Infancia, institución que se mantiene hasta nuestros días, también la Sociedad de San
Vicente de Paul funda un asilo para recoger a mujeres y niños desvalidos, enseñándoles a
trabajar, dándoles educación, comida y vestido.

En 1900, bajo la dirección de Ramón Barros Luco se agrupan las familias más adineradas
del país y fundan el Patronato Nacional de la Infancia, el cual buscaba hacerse cargo de la
madre desvalida y del recién nacido, para así evitar el abandono hospitalario y callejero,
además de hacer seguimiento y entregar alimentos tanto para madre como hijo.

Lo problemático de este accionar particular, llamadas “acciones de beneficencia” es que


correspondían a organizaciones de carácter aislado y no existía coordinación entre ellas. El
rol del Estado en este tipo de iniciativas era un rol pasivo que se limitaba a apoyar
económicamente a algunas de estas instituciones (CILLERO Miguel. 1994. Evolución
histórica de la consideración jurídica de la infancia y adolescencia en Chile. Infancia en
riesgo social y políticas sociales en Chile).

El profesor Miguel Cillero, divide la evolución de la legislación de menores en Chile en tres


periodos:

Periodo de inexistencia de una legislación especial: El niño como una excepción al


sistema jurídico de adultos (1857-1928)

Dentro de materias generales del derecho como lo son el ámbito civil y penal, tienen
relación con la capacidad jurídica de los menores para determinados actos. Se basaron en la
consideración del niño en relación al adulto, como una forma de fuerza social.

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El antiguo artículo 233 del Código Civil establecía
que: “Los padres tendrán la facultad de corregir y castigar moderadamente a los hijos.
Cuando lo estimaren necesario, podrán recurrir al tribunal de menores, a fin de que éste
determine sobre la vida futura del menor por el tiempo que estime más conveniente, el cual
no podrá exceder del plazo que le falte para cumplir veinte años de edad.
Las resoluciones del juez de menores no podrán ser modificadas por la sola voluntad de los
padres.”
Exigiéndose la presencia de voluntad e inteligencia en la actuación del sujeto para poder
determinar si su acción era libre, sin embargo, la ley penal no entregaba una definición de
tal concepto, tampoco establecía qué elementos debía tener el juez en cuenta para considerar
si el sujeto actuó o no con discernimiento.
Esta época recién descrita se encuentra marcada por la idea de mantener y restablecer el
orden social con un énfasis jurídico penal, más que por la preocupación específica de los
niños.

Periodo de las Leyes de Menores. El niño como problema, control/ protección de la


infancia (1928- 1990).

PRIMERA LEY DE MENORES 4.447

La Ley de Menores se basó en una doble dimensión del problema, por un lado, estaba la
importancia de remediar el tema de la infancia desvalida, abandonada y delincuente y, por
otro lado, se encontraba la necesidad de corregir esta situación de peligro que afecta a la
sociedad en su conjunto. Además, se pretendió establecer que la causa de estos problemas
sociales provenía de la constitución irregular de las familias y por la irresponsabilidad e
inmoralidad de los padres. El Estado cambia su rol pasivo, convirtiéndose en un responsable
directo de la niñez (Morales, 1994)
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Con esta ley se crean los Juzgados de Menores, pero no se crea un procedimiento especial,
la justicia queda entregada en manos de jueces que no tenían un conocimiento especializado
en materia de protección de menores, contaban con considerables facultades discrecionales,
tales como la facultad de ordenar medidas de protección a menores que habían cometido
delito pero que eran inimputables, también eran ellos quienes debían declarar respecto del
discernimiento de los menores.
LOS CENTROS PARA MENORES

Anterior a la dictación de esta ley, los niños en conflicto con la justicia y sentenciados por
juzgados civiles y del crimen permanecían en cárceles para adultos, sin que hubiese una
separación entre ellos.

Se crearon casas de menores, las cuales se encontraban destinadas a recibir a niños y


adolescentes cuando fueren detenidos o debiesen comparecer ante un juez.
Dentro de las principales críticas a la Ley de Menores se encuentra aquella que señala que
no fue posible llevar a la práctica lo dictado por ella, esto debido a la falta de recursos
estatales que impidieron la creación de establecimientos destinados a albergar a los menores
y la falta de personal especializado para su aplicación. El efecto provocado por esta Ley fue
acrecentar de manera importante el control de la infancia a través de medios coercitivos,
pues a pesar de haber separado la materia del ámbito penal, no existían medios no penales
para enfrentar el tema; “La privación de libertad en recintos penales de adultos, a la espera
de construir centros adecuados, fue el recurso más usado”.
En el ámbito proteccional de la infancia la Ley de Menores establece que el Estado es quien
se hace cargo de las situaciones de abandono o peligro material o moral. Sin embargo, como
ya se señaló anteriormente, no se hizo una separación ni de tratamiento ni procedimiento
entre menores infractores de ley y menores en situación de abandono o peligro,
considerando a todo el conjunto como menores en “situación irregular”.
La Ley 4.447 crea la Dirección General de Protección de Menores, dependiente del
Ministerio de Justicia a la cual le correspondía la función de vigilar el cumplimiento de la
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Ley y la de atender al cuidado personal, educación
moral, intelectual y profesional de los menores.
En el ámbito civil el artículo 233 del Código se modificó con la Ley 4.447, terminando con
la posibilidad que tenía el padre para hacer arrestar al menor con su sola voluntad. LEY
16.618

La Ley 16.618 crea el Consejo Nacional de Menores (en adelante CONAME). El cual
corresponde a un servicio público con personalidad jurídica propia, dependiente del
Ministerio de Justicia. Al CONAME se le asignaba la tarea de propiciar y coordinar las
medidas destinadas a brindar asistencia, protección y rehabilitación.
El CONAME no tenía facultades para administrar directamente establecimientos de
menores, sin embargo, la capacidad de las instituciones colaboradoras no fue suficiente para
atender a la cantidad de niños que ingresaba a estos centros, por lo que en el año 1970 se
creó la Fundación del niño chileno (FUNICH) la cual actuaba como el brazo operativo del
CONAME y administraba centros de menores y creaba nuevos.

En la década del ’70 se instaura una política de atención a los menores basada en la
subvención a los particulares, de acuerdo al sistema “niño-día” y surge un aumento de la
participación del sector privado a través de convenios de atención de las instituciones
privadas con el CONAME.
En el año 1979 se crea el Servicio Nacional de Menores (SENAME), organismo que
reemplaza al antiguo CONAME:
“un organismo dependiente del Ministerio de Justicia, encargado de ejecutar las
acciones que sean necesarias para asistir o proteger a los menores de que trata esta ley y
de estimular, orientar, coordinar y supervisar técnicamente la labor que desarrollen las
entidades públicas o privadas que coadyuven en sus funciones” (CHILE. 1979. Ministerio
de justicia. DL 2.465: Crea el Servicio Nacional de Menores y fija el texto de su Ley
Orgánica)

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La preocupación del Estado se centra en aquellos


niños con problemas de tuición, conducta y en conflicto con la justicia, estos son los
“menores” que de acuerdo a la doctrina de la situación irregular son niños que pueden ser
objetos de protección e

intervención por parte del Estado porque carecen de personas mayores y responsables que se
ocupen de ellos.
“Concebir a los niños y adolescentes excluidos de la familia, la escuela y la salud (y
que por ende no tienen sus necesidades básicas satisfechas) como menores, genera un tipo
de política pública de carácter asistencial, centralizada y sectorial, sin la adecuada
coordinación entre los distintos entes públicos de protección social” (METTIFOGO Decio
y SEPÚLVEDA Rodrigo. 2004.)

Convención Internacional de los Derechos del Niño. Periodo de transición hacia un


sistema de protección integral de la infancia en el marco de los Derechos Humanos.

Las políticas estatales focalizadas, basadas en un sistema de Estado subsidiario unido a la


doctrina tutelar de menores que primaba en la época, hicieron que se privilegiara la atención
hacia los niños y adolescentes en “situación irregular”, dándole prioridad a los mecanismos
de control social como la internación, más que acciones de real promoción y protección de
derechos. Chile firmó y suscribió la Convención junto a otros 57 países el 26 de enero de
1990. el 10 de julio de ese año, fue aprobada unánimemente por el Congreso y ratificada
ante Naciones unidas el 13 de agosto, al día siguiente fue promulgada como ley de la
república mediante el DS 830 del Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual fue publicado
en el diario oficial con fecha 27 de septiembre de 1990. (Convención sobre los derechos del
Niño).
En ella se establece un catálogo de derechos humanos básicos que gozan niños, niñas y
adolescentes de todo el mundo, entre los cuales encontramos el derecho a la supervivencia,
el derecho al desarrollo pleno, la protección contra los malos tratos y la

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explotación, el derecho a vivir en familia, el
derecho a la participación, entre otros. Nuestro país pasa a ser un Estado parte de la misma y
con ello acuerda someterse a sus mandatos y principalmente a adecuar su ordenamiento
jurídico a los principios en ella consagrados, referidos al reconocimiento expreso de los
niños, niñas y adolescentes como sujetos con plenos derechos y comprendiendo que debido
a sus condiciones particulares necesitan una protección especial.

Avances legislativos a partir de la Convención


i. La Ley de filiación única
ii. Ley de responsabilidad penal adolescente
iii. Ley que crea los tribunales de familia
iv. Ley de violencia intrafamiliar
v. Establecimiento de la educación básica y media obligatoria, entre otros.

Como se ha referido anteriormente, la Convención de Derechos del Niño, constituye el hito


fundacional del cambio de enfoque hacia el reconocimiento del Niño, Niña y adolescente
como “Sujeto de Derecho”.
Como parte de la instalación de este nuevo enfoque de derechos, se crea en el 2001 la
Política Nacional y Plan de acción integrado a favor de la Infancia y la Adolescencia 2001-
2010. Esta Política tiene por objetivo “dejar de ver al niño, niña o adolescente como un niño
con problemas, por el contrario, lo potencializa como “sujeto de derechos”, el cual es
portador de múltiples necesidades, pero también de capacidades y potencialidades, como un
ser integral y como tal, capaz según su etapa de desarrollo, de participar y aportar en

la solución de sus problemas”. A partir de esta lógica nacen las Oficinas de Protección de
Derechos de la Infancia y Adolescencia (OPD), cuya misión es prevenir y atender
vulneraciones de derechos de niños, niñas y adolescentes a través de la atención directa y la
articulación de la respuesta del gobierno local y los actores del territorio, como garantes de
derechos de niños, niñas y adolescentes, en al menos, el espacio comunal.

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La modalidad OPD se instaló inicialmente, como


un proyecto piloto implementado en 6 Oficinas de 5 regiones del país, durante el año 2001.
Posteriormente, y luego de la

entrada en vigencia de la Ley N°20.032 (establece sistema de atención a la niñez y


adolescencia a través de la red de colaboradores del Sename, y su régimen de subvención),
durante el año 2006 se implementaron 102 OPD a través de licitación pública, existiendo
actualmente 234 OPD en el país. La instalación de estas Oficinas, se ha llevado a cabo a
través de convenios que Sename ha realizado con 120 municipios o corporaciones
municipales y con 6 fundaciones o corporaciones privadas (bases técnicas OPD, 2015-
2018).

Sistema de protección comunal de infancia y adolescencia primeras instituciones

En la comuna desde el año 1977 y bajo la tutela del Consejo Nacional de Menores
(CONAME) la atención era entregada por Fundación Niño Chileno, Ministerio de Salud

Ministerio de Educación con escuelas-Hogares; Carabineros con clubes de menores,


Gendarmería con anexos de menores, Secretaría de la mujer con centros de atención diurna,
(Contreras Largo, 1979 )

Posteriormente, en el año 1979 se crea el Servicio Nacional de Menores (SENAME)


“encargado de ejecutar las acciones que sean necesarias para asistir o proteger a los
menores de que trata esta ley y de estimular, orientar, coordinar y supervisar técnicamente
la labor que desarrollen las entidades públicas o privadas que coadyuven en sus funciones”
(CHILE. 1979. Ministerio de justicia. DL 2.465: Crea el Servicio Nacional de Menores y
fija el texto de su Ley Orgánica)

Centro de Atención Diurna, Curepto (CAD), en 1977 a través de la Fundación Paula Jara
Quemada, acreditada como organismo colaborador, se establece el CAD, atendiendo a

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menores de escasos recursos en riesgo social
durante la jornada en que no asisten a las escuelas y liceo, proporcionándoles alimentación,
apoyo escolar, formación de valores y hábitos los que estaban destinados a proteger a los
niños y niñas en aquellos horarios en que ni los familiares ni la escuela podían hacerlo.
Cumplían así una labor de cuidado diario y apoyo a los niños, niñas y adolescentes en el
desarrollo de su escolaridad; y propiciaban la responsabilización de las familias respecto de
sus hijos, mediante la realización de talleres, fundamentalmente para madres. Se respondía,
de esta manera, a una sentida necesidad del país. (SENAME, 2010)

Requisitos para su ingreso:


1.- Niños, niñas y adolescentes
2.- Edad mínima 6 años
3.- Edad máxima de ingreso 14 años
4.- Edad de permanencia hasta los 15 años, excepcionalmente hasta los 18 años. Los
niños y jóvenes permanecerán en el establecimiento hasta la solución del problema que
motivó su ingreso, no pudiendo exceder la edad máxima en cada caso.
De esta forma, su funcionamiento horario comenzaba a las 8:30 AM hasta las 18:30
PM. Contando con 77 plazas anuales.
La atención y cuidado de los niños, niñas y adolescentes que formaban parte del
centro, se encontraba a cargo de un director, tíos (sin calificación técnica o profesional) y
auxiliares. La intervención especializada era entregada por profesionales psicólogos
provenientes de la ciudad de Talca; por su parte, durante las vacaciones, con el fin de lograr
esparcimiento y diversión eran asistidos por profesores de educación física procedentes de
la capital regional

Centro Infanto Juvenil (CIJ) Junto con la reforma educacional y principalmente la


paulatina implementación de la jornada escolar completa, implicaron la necesidad de revisar
la oferta existente, especialmente la de prevención, constituida en su mayoría por los CAD,

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en vistas de no duplicar esfuerzos se crea nueva


modalidad, de carácter comunitario lo que implicó la reconversión, de la mayoría de los
CAD existentes a esa fecha, de esta forma el CAD Curepto en el año 2003 pasa a
denominarse CIJ.
Los objetivos de estos Centros, fueron el desarrollo de talleres para las familias con
énfasis en el protagonismo infantoadolescente y los actores comunitarios, junto a la atención
directa en casos de vulneración de derechos, entre otras de gran relevancia para el espacio
comunitario.
Programa de Intervención Breve (PIB)
El Centro Infanto Juvenil, perteneciente a la fundación Paula Jara Quemada estuvo
presente en la comuna por tres años, para luego estructurarse como PIB, conforme a la
adecuación exigida por la Convención. Así las cosas, abordaban vulneraciones de derechos
asociadas a situaciones de mediana complejidad, tales como violencia en la familia, en la
escuela, pre deserción escolar, negligencia parental, maltrato leve y moderado, entre otras.
Programa de Prevención Focalizada (PPF)
Programa ambulatorio presente en la comuna desde el año 2014, y continuador de la
labor del PIB, (cambios en bases técnicas) perteneciente a la Fundación Paula Jaraquemada
que atiende a niños niñas y adolescentes derivados por Tribunales, Oficinas de Protección
de Derechos (OPD), escuelas y liceo de la comuna, resolviendo vulneraciones de mediana
complejidad, previniendo que se tornen crónicas y desarrollando factores protectores.
Oficina de Protección de Derechos (OPD)
Definidas como “Instancias de atención ambulatoria de carácter local, destinadas a realizar
acciones encaminadas a brindar protección integral a los derechos de niños, niñas y
adolescentes y a generar las condiciones que favorezcan una cultura de reconocimiento y
respeto de los derechos de la infancia” (artículo 4 de la Ley de Subvenciones Nº 20.032).

La oficina se encuentra en funcionamiento en la comuna de Curepto desde junio de


2015 a la fecha; conformándose en la vía de ingreso al sistema proteccional establecido por
Sename.

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III. NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES,
UNA MIRADA A LA REALIDAD INFANTO JUVENIL EN LA COMUNA DE
CUREPTO

Con el objetivo de visualizar y definir la realidad local de la comuna en relación a las


temáticas de infancia y todo lo que respecta a niños, niñas y adolescentes, es que se realiza
un trabajo diagnóstico representativo de la realidad en el territorio, que integra a los co-
garantes de derechos, programas sociales, instituciones, la comunidad y redes presentes en
el territorio. A su vez se integra la visión de los niños, niñas y adolescentes de la comuna a
través de la consulta nacional Mi Opinión Cuenta, realizada en el año 2016 y una segunda
versión “Como están mis derechos” realizada en 2018. Todo esto bajo un enfoque de
derechos que permite identificar puntos críticos, situaciones de riesgo, vulneración de
derechos y oportunidades presentes en el mismo, para posteriormente mediante un análisis
integrativo de la información se impulse la creación de un plan de trabajo orientado y
focalizado en las necesidades reales que expresan hoy nuestra población infanto juvenil.
Dicha experiencia no solo permitió visualizar el estado actual de la comuna en relación al
ejercicio del derecho, sino también permite profundizar en un análisis psicosocial del
territorio, donde los resultados expresados, la experiencia del equipo OPD en el contacto
diario con la población y las necesidades expresadas, dejan en evidencia distintos nudos
críticos en diferentes niveles.

Migración Adolescente una realidad latente en el territorio

A nivel demográfico se observa una prevalencia del género masculino, tanto a en la


población adulta, como en la población infanto juvenil (CENSO, 2017), siendo este último
segmento el de menor representatividad (población infanto juvenil, 21%), lo que equivale a
un quinto de la población total.
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Si bien Curepto no es ajeno a una realidad país,


donde la planificación familiar, expectativas de desarrollo, aumento en la expectativa de
vida, elementos que no favorecen el aumento en la tasa de natalidad. Se evidencia un
porcentaje escasamente representativo que no logra cubrir el cuarto de la población total.
Esto se agudiza en la población adolescente la que representa solo el 7% de la población
total, lo que se explica por múltiples factores como la migración urbana, oportunidades
educacionales, expectativas futuras de desarrollo, conectividad, escaso sentido de
pertenencia, escasa oferta social y programática para este rango etario, etc. Lo anteriormente
expuesto puede explicar la tasa actual de migración rural-urbana, siendo el tránsito de la
educación básica a al ciclo escolar medio un periodo crítico para los adolescentes de la
comuna y sus familias, ya que al momento de definir su continuidad académica y de
desarrollo individual, estos y su entorno familiar visualizan mayores oportunidades, ofertas
de empleo y desarrollo en sectores urbanos. Este se configura como el primer nudo critico
detectado donde la migración adolecente a zonas urbanas evidencia el escaso sentido de
pertenencia, marginación social, escasa oferta programática y social en el territorio, escasa
posibilidades de desarrollo, invisibilización de las necesidades de este rango etario, lo que
genera un impacto negativo en múltiples niveles; crecimiento de la brecha entre la población
infanto juvenil y adulta, merma en el futuro sector productivo de la

región, envejecimiento de la población, impacto negativo en el desarrollo económico y se


cronifica la invisibilización de este rango etario en las políticas locales, oferta social
programática y acciones comunitarias en favor de la adolescencia, fuga del recurso humano
productivo, perdida de tradiciones y cultura local.

Cultura local, estructura social y relaciones de género

Al definir la cultura local, se observa como la distribución demográfica anteriormente


expuesta ilustra, define y anticipa una aproximación a la estructura social Cureptana, su
cosmovisión, sus estilos de relación y crianza, tradiciones, ideologías, relaciones de género
y valores etc. Bajo esa lógica se observa una cultura caracterizada por el machismo,

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hegemonía de privilegios del género masculino,
normalización de la violencia de género en sus dinámicas de relación, ideologías de crianza
desajustadas transgeneracionalmente socializadas relegando al hombre a un rol proveedor y
periférico en la crianza, dinámicas de relación asimétricas entre hombres y mujeres y
sistema de jerarquía patriarcal arraigados y validados por ambos sexos. Estos elementos que
claramente se configuran como obstaculizadores del cambio social e igualdad en las
relaciones de poder entre hombres y mujeres, son el segundo nudo critico detectado, el cual
devela una contracultura existente en el territorio, impermeable que se resiste a la
interiorización de nuevas formas de relación en todos los niveles, lo que claramente merma
las posibilidades de desarrollo, socialización he interiorización en temáticas de género,
siendo clave el fortalecimiento de las acciones y políticas publicas orientadas a promover
formas de relación y empoderamiento de género.

“Los niños expuestos a la violencia doméstica corren el riesgo de sufrir una serie de
problemas psicosociales, incluso cuando ellos no son propiamente el objeto de la agresión
física. Estos problemas son similares a los que se constatan en niños físicamente abusados,
lo cual sugiere que la violencia en cualquier persona de la familia puede alterar el
desarrollo del pequeño. Aunque los niños muy pequeños están desproporcionadamente
expuestos a la violencia doméstica, muy poca investigación se ha orientado hacia la
adaptación de los niños en estos grupos etarios. Hay alguna evidencia que sugiere que los
más pequeños corren mayor riesgo, posiblemente por su limitada comprensión de conflicto
y limitadas estrategias para lidiar con ello”. (Katherine M. Kitzmann, PhD, 2010, p.3)
Estrés toxico, estilos parentales maltratante y violencia intrafamiliar

Mismo panorama se aprecia en el ejercicio de la parentalidad donde múltiples factores


influyen en la forma y estilos de crianza que se ejerce, siendo nuestra población objeto los
que evidencian mediante un análisis crítico el predominio a nivel local de formas y estilos
parentales polarizados, excesivamente rígidos y/o igualmente desligados y negligentes en la
comuna. Esto se condice con el aporte de los co-garantes quienes, mediante sus registros y

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experiencia en el ejercicio profesional, ratifican la


visión del presente diagnóstico. Según Tribunal de Letras, Garantía y Familia, Curepto las
tres vulneraciones con mayor porcentaje de denuncia son; testificación de violencia de
genero VIF, negligencia parental y maltrato. La primera, ratifica la prevalencia de una
cultura local que valida las relaciones asimétricas de poder donde los privilegios del género
masculino se superponen a los femeninos, lo que es aceptado y normalizado por ambos
sexos, cronificando así una desesperanza aprendida y replicando dichas formas de relación
en

las generaciones futuras; la segunda hace referencia a patrones y estilos de crianza


desajustados, polarizados, tendientes a los extremos y caracterizados por patrones de crianza
excesivamente rígidos y coercitivos, así como también excesivamente desligados los que se
normalizan y consideran herramientas efectivas en la formación y crianza del niño.
Por último, el maltrato físico y psicológico como estrategias formativas altamente
arraigadas en el ejercicio parental dentro del territorio, lo que se socializa y replica de
generación en generación, cronificando y validando dichas formas sujetos al contexto
histórico. Es imposible no hacer mención al porcentaje de casos en relaciona abuso sexual
infantil, donde la activación eficaz y oportuna marca un precedente significativo en la
contención, superación y resignificación. Los elementos descritos, evidencian el segundo
nudo crítico detectado después de la violencia de género, es decir estilos parentales
desajustados y coercitivos los que claramente no favorecen un desarrollo evolutivo
satisfactorio del niño, entendiendo el impacto a nivel cultural, social, familiar, individual,
relacional y emocional que producen estos estilos. Esto configura uno de los principales
desafíos pues la normalización y validación de esos estilos no favorece la introducción de
estilos parentales bien tratantes y tendientes a potenciar el máximo desarrollo de la
población infanto juvenil.
Finalmente, los malos tratos en la infancia son uno de las principales vías de denuncia e
ingreso a OPD en donde, si bien se inicia de la premisa que los padres intencionadamente no
buscan generar un daño en sus hijos, la cultura y presión social, las creencias propias del
entorno, estilos de formación validados y arraigados en su estructura y forma de relación, el

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modelado parental heredado y sin lugar a dudas
elementos psicosociales como cesantía, separación o divorcio, economía apremiante y otros
estresores que

configuran un alto monto de estrés familiar, los lleva a emplear estrategias formativas y
vinculares desajustadas que vulneran los derechos de nuestros niños, niñas y adolecente,
mermando así sus posibilidades de desarrollo emocional, autonomía, autoestima,
autoconcepto y lo que es peor aún interiorizan y replican dichas formas de generación en
generación.
Esta realidad configura el tercer nudo crítico, evidenciando la necesidad de emplear
estrategias y acciones orientadas a fortalecer un sistema local de protección de derechos
(SLPD), así como también fortalecer el proceso de sensibilización y visibilizaciòn de los
efectos del maltrato en todas sus formas, psicoeducando a la población a través de la
promoción continua y entregando nuevas herramientas a fin de introducir en el colectivo
nuevos estilos de crianza, bien tratantes, ajustados y tendientes a facilitar el máximo
potencial de nuestros niños, niñas y adolescentes.
La visión infanto juvenil en relación sobre el resguardo de sus derechos

Recursos comunitarios y oportunidades de mejora

A nivel comunitario se visualiza una oferta con presencia de programas sociales y


proteccionales pertenecientes al municipio, departamento de salud municipal brindando
atención en las distintas postas presentes en el territorio, hospital de Curepto, escuela y
liceo, bomberos, carabineros, organizaciones comunitarias y clubes deportivos, medios de
comunicación radial y audiovisual.
Si bien existen organizaciones granates en el territorio, se evidencia una escasa focalización
de ofertas dirigida a la población adolescente lo que se condice con la visión de este rango
etario quienes no perciben oportunidades de desarrollo, ni expectativas de

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asentamiento en el territorio, invisibilizarían en las


políticas y temáticas referentes a este rango y marginación social.
La coordinación y articulación de esfuerzos insatisfactoria en el trabajo social productos de
lo mismo nudos críticos detectados, generan desconocimientos entre las redes,
intervenciones insatisfactorias, sobre intervenciones y fuga de recursos tanto humanos como
materiales, dilatación de los tiempos de intervención, aislamiento y escasa adherencia. Esto
se condice con el análisis (PLADECO, 2018, P.34) “En cuanto al Sector Servicios, el Plan
Regulador indica que en la comuna existe insuficiencia de servicios de apoyo a la
comunidad, y concentración de éstos en el sector urbano, generándose un desequilibrio al
interior de la comuna. En primer lugar, en la comuna hay 1 tenencia y dos retenes de
carabineros, y 1 cuerpos de bomberos con tres cuarteles, en las localidades de Curepto,
Gualleco y Huaquén. Además, Curepto urbano cuenta con servicios tales como registro
civil a diferencia de otros sectores de la comuna, ya que la oficina de Gualleco se
encuentra, según registrocivil.cl, temporalmente cerrada, mientras la oficina ubicada en
Huaquén atiende sólo el segundo y cuarto miércoles de cada mes. Curepto urbano cuenta
además con una suboficina de correos de Chile, entregada a un particular, permitiéndose
hacer algunos trámites básicos, como despacho de correspondencia. INDAP, Fundación
CRATE, Chile atiende, Hogar de Cristo, Aguas Nuevo Sur, Vialidad y Emelectric son
algunas de las instituciones gubernamentales y ONG que tienen presencia en Curepto”.
Este punto configura el cuarto nudo critico detectado, si bien se han dirigido esfuerzos
orientados a la creación de mesas territoriales, intersectoriales y de infancia, a fin de generar
lazos colaborativos y preventivos en el abordaje y atención de casos, se debe continuar
potenciando el trabajo en red, entendiendo los beneficios y oportunidades de mejora que
presenta un trabajo articulado y oportuno entre los distintos sectores.

IV. VISIÓN Y MISIÓN DE LA POLÍTICA LOCAL DE INFANCIA Y


ADOLESCENCIA

La Política Local para la Niñez, tiene como principal objetivo crear un sistema integral de
promoción, prevención y protección articulado con las distintas redes comunitarias

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disponibles en el territorio, que bajo un enfoque
derecho asegure la participación activa de los niños y niñas, como sujetos de derecho a
través de una gestión local, cuyo objetivo sea favorecer un sistema integrado de prevención,
fomentando de esta forma las habilidades parentales a nivel familiar y un sistema de
promoción de derechos orientado a fomentar la participación sustantiva de niños, niñas y
adolescentes en el ejercicio del mismo. Así como también co-construir y definir una política
comunal de infancia y adolescencia, que permita orientar las acciones comunales hacia el
mejoramiento de las condiciones de vida y resguardo de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes, fomentando un entorno protector que potencia el máximo desarrollo y
oportunidades futuras para la población infanto juvenil.

Valores que guían y fundamentan el Plan Comunal de la Infancia y adolescencia

a) Práctica reflexiva: Permite espacios de reflexión y discusión frente a problemáticas


infanto-juveniles, considerándola como una herramienta fundamental en la mirada
transdisciplinaria de cada una de las organizaciones e instituciones que componen la red
comunal de Infancia.

b) Diversidad: Tiene elementos en común con la práctica reflexiva, se destacan por el


abanico de profesionales e instituciones que se pretende integrar, lo que favorece un análisis
crítico de mayor profundidad y a través de este instrumento se unirán criterios en el trabajo
que vaya en directo beneficio de la infancia y juventud de la comuna.

c) Democracia: Es un elemento fundamental en un trabajo en red, donde se toman


decisiones conjuntas en espacios de reflexión y discusión sobre una definición en torno a lo
que se va a trabajar. Este valor permite una libre discusión sobre determinados temas, que
enriquecen el nivel de acción, intervención, compromiso y participación política de cada
uno de los integrantes.
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d) Autonomía: Permite a cada uno de los integrantes de esta red, ser parte de la misma,
trabajando con objetivos y directrices, lo que busca empoderar a ciudadanos que exigen sus
derechos y que ven en sí mismo y en su entorno la capacidad de mejorar a sus condiciones
de vida.

e) Coherencia: Se refiere a poner en práctica los lineamientos teórico- técnicos que orientan
el quehacer de la red (lenguaje común) y que además facilitan el diseño y ejecución políticas
orientadas a las necesidades reales detectadas en el territorio.

V. VISION Y ACCION ALCALDICIA EN LA ELABORACION DE LA


POLÍTICA LOCAL DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA CUREPTO.

El Plan Comunal de Infancia y Adolescencia, será el instrumento rector de las acciones que
se desarrollarán a nivel comunal, y en la práctica se constituye como el elemento
aglutinador del trabajo en red. Para esto, la colaboración y participación activa por parte de
la máxima autoridad comunal, el señor Rene Alejandro Concha González, permite la
consolidación y validación de dicho instrumento ante los garantes del territorio y comunidad
en general.
Lo anterior facilita la planificación y elaboración de estrategias de acción entre OPD, el
municipio y los garantes del territorio. Favoreciendo el cumplimiento de las metas y
objetivos trazados para el presente periodo de prórroga y el fortalecimiento del (SLPD).
Además permite recoger la experiencia del municipio en la implementación de políticas
orientadas a este rango etario y la ejecución de acciones de manera eficiente y ajustada a las
posibilidades reales de viabilidad y proyección futura.

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La preocupación y compromiso del primer garante
comunal, en temáticas de infancia y adolescencia, favorece una política de puertas abiertas a
la comunidad, lo que es favorable para los representantes de la infancia, ya que de esta
forma los canales de comunicación y vínculo con el municipio se fortalecen, generan
sentido de pertenencia y posibilidades de cambio, aumenta la confianza en el entorno,
empoderamiento en el ejerció del derecho desde la infancia y favorece un trabajo
colaborativo, que invita a los niños niñas y adolescentes a modificar su realidad y situación
de vida en función de su compromiso social y exigibilidad de sus derechos.

Finalmente, el municipio se compromete de manera activa en la integración y consideración


de la visión infanto-juvenil y sus necesidades, en la implementación de políticas públicas
destinadas a este rango etario en la próxima elaboración del PLADECO, en la protección de
los derechos de los niños, niñas y adolescentes de la comuna, coordinación y lazos
colaborativos permanentes con OPD visualizando a dicha institución como el principal
protector de la infancia en el territorio y de apoyo a la comunidad.

Rene Alejandro Concha Gonzales Soraya Alejandra Opazo Nuñez


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Ilustre Municipalidad de
OPD Asociativa Curepto –Pencahue
Curepto

VI. BIBLIOGRAFIA

 Contreras Largo , M. C. Obtenido de https://www.camara.cl/pdf.aspx?


prmid=109846&prmtipo=documentocomision

 Morales, E. (1994). Politicas Sociales.

 SENAME. (2010).

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