Glosario 1

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Glosario : “ Estado burocrático autoritario”

24 de Marzo de 1976

El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas protagonizaron en la Argentina un nuevo golpe de


Estado. Interrumpieron el mandato constitucional de la entonces presidenta María Estela Martínez
de Perón, quien había asumido en 1974 después del fallecimiento de Juan Domingo Perón, con
quien en 1973 había compartido la fórmula en calidad de vicepresidenta. El gobierno de facto,
constituido como Junta Militar, estaba formado por los comandantes de las tres armas: el general
Jorge Rafael Videla (Ejército), el almirante Emilio Eduardo Massera (Marina) y el brigadier Orlando
Ramón Agosti (Aeronáutica).

La Junta Militar se erigió como la máxima autoridad del Estado atribuyéndose la capacidad de fijar
las directivas generales del gobierno, y designar y reemplazar a la Presidenta y a todos los otros
funcionarios.

La madrugada del 24, la Junta Militar en una Proclama difundida a todo el país afirmó que asumía
la conducción del Estado como parte de «una decisión por la Patria», «en cumplimiento de una
obligación irrenunciable», buscando la «recuperación del ser nacional» y convocando al conjunto
de la ciudadanía a ser parte de esta nueva etapa en la que había «un puesto de lucha para cada
ciudadano».

El mismo miércoles 24, la Junta tomó las siguientes medidas: instaló el Estado de sitio; consideró
objetivos militares a todos los lugares de trabajo y producción; removió los poderes ejecutivos y
legislativos, nacionales y provinciales; cesó en sus funciones a todas las autoridades federales y
provinciales como así también a las municipales y las Cortes de Justicia nacionales y provinciales;
declaró en comisión a todos los jueces; suspendió la actividad de los partidos políticos; intervino
los sindicatos y las confederaciones obreras y empresarias; prohibió el derecho de huelga; anuló
las convenciones colectivas de trabajo; instaló la pena de muerte para delitos de orden público e
impuso una férrea censura de prensa, entre otras tantas medidas.

2x1

La aplicación del dos por uno en crímenes de lesa humanidad es el modo en que se conoce la
decisión de la Corte Suprema de Justicia de la nación en Argentina, tomada el 3 de mayo de 2017,
por la cual admitió que los criminales condenados por estos delitos puedan computar doble el
tiempo que estuvieron detenidos antes de contar con una sentencia firme, a partir de los dos años
de prisión preventiva.

La sentencia fue cuestionada por organizaciones de derechos humanos, gran parte de la sociedad
argentina y un amplio espectro de organizaciones y personalidades nacionales e internacionales,
generó denuncias penales, pedidos de juicio político contra sus autores, multitudinarias
movilizaciones de repudio en todo el país y la sanción urgente de una ley aclarando que no se
podía aplicar el derogado régimen del dos por uno a delitos de lesa humanidad, lo que se logró
pocos días después por medio de la Ley N° 27.362.
A

Abuelas de Plaza de Mayo

Es una organización no gubernamental de derechos humanos creada con el objetivo de localizar y


restituir a sus legítimas familias todos los niños desaparecidos por la última dictadura cívico
militar argentina.

Sus inicios se remontan al 15 de mayo de 1977, cuando María Eugenia Casinelli –consuegra del
poeta Juan Gelman– y otras once abuelas firmaron un hábeas corpus colectivo en forma de carta,
dirigido a la Justicia de Morón, en el que hacían saber la existencia de bebés desaparecidos y
solicitaban que se suspendieran todas las adopciones. La carta está considerada un documento
histórico y un antecedente inmediato de la fundación de las Abuelas de Plaza de Mayo a fines de
1977. Desde entonces, las Abuelas han realizado una destacada labor en la recuperación de la
identidad de los niños secuestrados por los militares. Gracias a su trabajo, ya son 130 los nietos
recuperados.

Algo habrán hecho

Es una frase originada en Argentina durante la época del terrorismo de Estado, que se escuchaba
desde la ciudadanía cuando se enteraba de la desaparición o detención de alguien, asumiendo
aunque ignorara cuáles eran las razones, que el/la detenido/a desaparecido/a habría realizado
alguna acción criminal o estaría metido/a en “algo raro”. La frase conlleva un juicio de valor e
implica una complicidad pasiva con la negación del principio de presunción de inocencia y con las
detenciones ilegales.

Apropiación de Menores

El ejercicio sistemático del terror –caracterizado por la desaparición de personas y la existencia de


centros clandestinos de detención– desplegó otro mecanismo siniestro: la apropiación de
menores. Los responsables del terrorismo de Estado consideraban que para completar la
desaparición de la forma ideológica que pretendían exterminar era necesario evitar que ésta se
transmitiera a través del vínculo familiar. Por eso, se apropiaron de los hijos y las hijas de muchos
de los desaparecidos. Como dicen las Abuelas de Plaza de Mayo en su página web el objetivo era
que los niños «no sintieran ni pensaran como sus padres, sino como sus enemigos». El
procedimiento de apropiación de niños y niñas se llevó a cabo de diferentes maneras: algunos
fueron secuestrados junto a sus padres y otros nacieron durante el cautiverio de sus madres que
fueron secuestradas estando embarazadas. Muchas mujeres dieron a luz en maternidades de
modo clandestino y fueron separadas de sus hijos cuando éstos apenas habían nacido. La cantidad
de secuestros de jóvenes embarazadas y de niños y niñas, el funcionamiento de maternidades
clandestinas, las declaraciones de testigos de los nacimientos y de los mismos militares
demuestran que existía un plan preconcebido. Es decir: además del plan sistemático de
desaparición de personas, existió un plan sistemático desustracción de la identidad de los niños.
Los niños y las niñas robados como «botín de guerra» tuvieron diversos destinos: fueron inscriptos
como propios por los miembros de las fuerzas de represión; vendidos; abandonados en institutos
como seres sin nombre; o dados en adopción fraguando la legalidad, con la complicidad de jueces
y funcionarios públicos. De esa manera, al anular sus orígenes los hicieron desaparecer,
privándolos de vivir con su legítima familia, de todos sus derechos y de su libertad. Sólo unos
pocos fueron entregados a sus familias.

Archivo Nacional de la Memoria

El Archivo Nacional de la Memoria es el órgano responsable de la preservación y estudio de la


documentación referente a las violaciones de los derechos humanos en la Argentina, que incluye
la custodia y análisis de los testimonios que integran el archivo de la Comisión Nacional sobre
Desaparición de Personas (CONADEP), tal como lo dispone el Decreto Nº 3090 de fecha 20 de
septiembre de 1984; de los testimonios recibidos en la Secretaría de Derechos Humanos con
posterioridad al trabajo de la CONADEP, y que siguen recibiéndose hasta la actualidad; y de
numerosas causas judiciales en las que se investiga el accionar del terrorismo de Estado, entre
otros documentos. Además, es responsable de la obtención, análisis, clasificación, duplicación,
digitalización y archivo de informaciones, testimonios y documentos sobre el quebrantamiento de
los derechos humanos y las libertades fundamentales en que esté comprometida la
responsabilidad del Estado argentino y sobre la respuesta social e institucional ante esas
violaciones. El Archivo Nacional de la Memoria es un organismo desconcentrado, creado por
Decreto N° 1259/2003, en el ámbito de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural,
del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

Banco Nacional de Datos Genéticos

Es el archivo público y sistemático de material genético y muestras biológicas de familiares de


personas secuestradas y desaparecidas durante la última dictadura cívico militar. El Banco
Nacional de Datos Genéticos se creó en 1987 durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín por Ley
N° 23511, gracias a la lucha y perseverancia de las personas que integran la organización Abuelas
de Plaza de Mayo en la búsqueda de sus nietos y para poder realizar pruebas genéticas de filiación
entre nietos y abuelos, dado que sus padres habían sido secuestrados y desaparecidos por el
terrorismo de Estado.

Las Abuelas recorrieron el mundo, se reunieron con destacados científicos en distintas


instituciones (algunos de ellos argentinos exiliados), para buscar la forma de que la sangre de las
abuelas y abuelos pudiese servir para identificar a esos nietos.

Campaña “anti argentina”

Fue una estrategia publicitaria que la dictadura cívico-militar realizó durante la celebración de la
Copa Mundial de Fútbol de 1978, en la cual los medios de comunicación cumplieron un rol
fundamental, con el objetivo de manipular a la población frente a las denuncias internacionales
por las sistemáticas y masivas violaciones a los derechos humanos del régimen.

Para esta campaña los militares se valieron del control casi absoluto que tenían sobre los medios
de comunicación, la revista Para Ti, por ejemplo, repartió entre sus lectores postales destinadas a
ser enviadas al extranjero, bajo el lema “Argentina toda la verdad”, además se imprimieron gran
cantidad de calcomanías con el lema “Los argentinos somos derechos y humanos” destinadas a ser
exhibidas, por ejemplo, en los vidrios de los vehículos.

Censura

La censura implica el uso del poder para controlar la libertad de expresión. En el caso específico de
la dictadura, dispuso de una estrategia sistemática para utilizar los medios masivos de
comunicación. Por un lado, los pensó como herramientas de construcción y circulación del
discurso oficial y, por otro lado, como dispositivos de silenciamiento de cualquier mensaje o voz
opositora. La intención de controlar y suprimir la libertad de expresión quedó plasmada en el
Comunicado Nº 19 del 24 de marzo de 1976, que operó como marco general de la estrategia
respecto a los medios de comunicación: «Se comunica a la población que la Junta de Comandantes
Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el
que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes
o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades
subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier
medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de
perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de la Fuerzas Armadas, de Seguridad o
Policiales». Desde la Secretaría de Prensa y Difusión se envió a los medios una serie de consejos
sobre qué decir y cómo decirlo. Uno de ellos fue «la obligación a inducirla restitución de los
valores fundamentales que hacen a la integridad de la sociedad, como por ejemplo: orden,
laboriosidad, jerarquía, responsabilidad, idoneidad, honestidad, dentro del contexto de la moral
cristiana». Y desde el COMFER (Comité Federal de Radiodifusión) se calificó a los programas como
NHM («no en horario de menores») o NAT («no apto para la televisión»); y se elaboraban
«orientaciones», «disposiciones» y «recomendaciones» respecto a los temas, los valores
nacionales y los principios morales que debían promoverse desde la programación.

Centros Clandestinos de Detención

Fueron instalaciones secretas e ilegales empleadas por las Fuerzas Armadas y de seguridad para
ejecutar el plan sistemático de desaparición de personas implementado por la última dictadura
cívico militar.

Durante los primeros años de la dictadura las Fuerzas Armadas organizaron el territorio nacional
en Zonas, Subzonas y Áreas de control con el objetivo de exterminar a los «subversivos». Allí
funcionaron los centros clandestinos de detención y exterminio donde eran llevados y recluidos
los detenidos-desaparecidos. Los centros clandestinos de detención fueron instalados en
dependencias militares y policiales, como así también en escuelas, tribunales, fábricas, casas
particulares, etc. Durante los años del terrorismo de Estado el eje de la actividad represiva dejó de
centrarse en la detención y el encierro en las cárceles –aunque esto seguía existiendo– para pasar
a estructurarse en torno al sistema de desaparición de personas en los distintos centros
clandestinos.

Todo el escalafón militar estaba comprometido con la operación represiva de los centros
clandestinos, desde las «patotas» que se dedicaban a los secuestros, los llamados «Grupos de
Tareas» –en su mayoría, integradas por militares de baja graduación– hasta los encargados de la
tortura y los que tenían la más alta autoridad en cada una de las armas.

Colimba / Corra – Limpie - Barra

El servicio militar obligatorio fue la instrucción militar que debían cumplir los hombres de entre los
dieciocho y veintiún años de edad en la Argentina, donde estuvo activo desde 1905 hasta 1994.En
la década de 1970 se empezó a implementar un sorteo numérico por bolillas, el cual se usaba para
asignar en una de las tres fuerzas a los varones mayores de dieciocho años que debían ser
conscriptos, de acuerdo con los tres últimos números de su documento de identidad.

Se la denominaba popularmente «colimba», que derivaría de las primeras sílabas de las palabras
«Corra, limpie y barra», en alusión a que eran las principales ocupaciones de los soldados, correr,
limpiar y barrer, usados para tareas domésticas o ser choferes de los oficiales, más que en
formación militar.

El servicio militar obligatorio deja de existir en marzo de 1994 cuando el conscripto Omar Octavio
Carrasco recibe una feroz paliza el 6 de marzo de ese año en un cuartel de la Patagonia. El soldado
tenía 19 años y hacía sólo tres días que había entrado a la “colimba”.

Complicidad Civil

El golpe perpetrado el 24 de marzo de 1976 fue planificado y organizado por múltiples sectores de
poder que promovían la instalación de un nuevo modelo económico, cuya cara visible eran las
Fuerzas Armadas.

Hubo civiles que fueron cómplices y parte integrante y necesaria para la desaparición y muerte de
miles de personas con el fundamental objetivo de asentar un plan económico de matriz neoliberal.

Empresas muy reconocidas fueron cómplices como por ejemplo: Ford, Ledesma, La Veloz del
Norte, La Fronterita, Mercedez Benz, entre otras.

CONADEP

La Comisión Nacional por la Desaparición de Personas, CONADEP, fue creada el 15 de diciembre de


1983 para llevar adelante la investigación sobre las violaciones a los derechos humanos ocurridas
entre los años 1976 y 1983. Estuvo integrada por personalidades de diversos ámbitos de la cultura,
la ciencia y la religión, entre otros. La CONADEP tenía como misión investigar, recibir información y
denuncias sobre las desapariciones de personas, secuestros y torturas que sucedieron durante el
período de la dictadura, con el objetivo final de generar informes a partir de todos estos
elementos reunidos. Así sucedió y la comisión entregó su documento final al entonces presidente
Raúl Alfonsín (1983-1989) el 20 de septiembre de 1984. Luego, el Informe sería editado en el libro
Nunca Más, también conocido con el nombre de Informe Sábato, dado que el reconocido escritor
había redactado parte de su contenido y presidido la comisión investigadora.

Concejos de Guerra

Estos tribunales concebidos hacia fines del siglo XIX como fueros diferenciados destinados a
mantener la disciplina de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, desde comienzos de la década del
sesenta, más tarde en los primeros años setenta y especialmente desde el golpe de Estado militar
de marzo de 1976, se convirtieron en cuerpos extrajudiciales concentrados en acusar y juzgar a
civiles por medio de la figura del delito político.

En la ciudad de Rosario los Concejos de Guerra se llevaban a cabo durante la dictadura en la sede
del Comando del II Cuerpo de Ejército, sitio de memoria recuperado donde funciona hoy el Museo
de la Memoria.

Contraofensiva

La Contraofensiva fue la última operación de Montoneros. Desde la ciudad de Cuernavaca,


México, y desde Madrid, España, se diseñó un esquema basado en acciones armadas y de
propaganda que –según la lectura de la conducción de la organización- ayudaría a voltear al
régimen militar. Esta lectura se apoyaba en el crecimiento de los conflictos gremiales y sindicales
durante ese año, 1979.El poder militar seguía con fuerza por lo cual esta acción fracasó.

El año pasado, en septiembre de 2019, comenzó el juicio por crímenes de lesa humanidad
cometidos contra un centenar de víctimas entre 1979 y 1980.

Crímenes de Lesa Humanidad

Se considera crímenes de lesa humanidad o contra la humanidad a aquellos delitos especialmente


atroces y de carácter inhumano, que forman parte de un ataque generalizado o sistemático contra
una población civil, cometidos para aplicar las políticas de un Estado o una organización.

En 1968 se aprobó la Convención Internacional estableciendo la imprescriptibilidad de estos


crímenes, es decir, pueden ser juzgados cualquiera sea la fecha en que se hayan cometido.
Para el enjuiciamiento de los crímenes de lesa humanidad existe el principio de jurisdicción
universal según el cual cualquier Estado puede enjuiciar y condenar penalmente a sus autores,
independientemente del lugar donde los mismos hayan sido cometidos, debido a que por su
propia naturaleza la afectada es la comunidad internacional y la humanidad como tal.

En Argentina se consideran crímenes de lesa humanidad, a los cometidos por el Estado terrorista
que gobernó entre 1976 y 1983, dado que fueron violaciones a los derechos humanos en el marco
de un genocidio durante la última dictadura cívico militar.

Derecho a la Identidad

Las Abuelas de Plaza de Mayo remarcan que el tema de los niños robados por la dictadura no es
exclusivo de las familias involucradas sino que es un tema de toda la Argentina, donde durante el
período del terrorismo de Estado fue el propio Estado el que violó el Derecho a la Identidad, a
través de un plan sistemático de sustracción de la identidad de los niños. Por lo tanto, en nuestro
país se ha vuelto necesario explicar un derecho que hasta la última dictadura no tenía un lugar
destacado en la sociedad.

La lucha constante de las Abuelas de Plaza de Mayo obligó al Estado a brindar garantías para que
se cumpla ese derecho. Esto significa que, más allá de la voluntad de las personas involucradas,
existe una serie de leyes que garantizan el cumplimiento de este derecho.

Desaparición Forzada de Personas

La desaparición es un secuestro, un arresto, una detención o cualquier otro acto que además de
quitar la libertad, priva de la protección de un juez al no informar dónde está detenida la persona
ni de su situación.

Las víctimas de desaparición forzada son personas que desaparecen, literalmente, de entre sus
seres queridos y de su comunidad cuando agentes estatales (o con consentimiento del Estado) las
detienen en la calle, en sus domicilios o lugares de trabajo y luego niegan o rehúsan decir dónde se
encuentran. Siempre es un delito de derecho internacional.

El despliegue del genocidio en Argentina (1976-1983) se sustentó, fundamentalmente, en la


aniquilación por desaparición forzada de personas.

Dictadura Cívico-Militar

La dictadura cívico-militar argentina, autodenominada por el poder militar como Proceso de


Reorganización Nacional, fue la forma de gobierno anticonstitucional instalada por el sector militar
y por sectores del poder económico, iniciada el 24 de marzo de 1976 y que se extendió hasta el 10
de diciembre de 1983. Esta dictadura adoptó la forma de un Estado burocrático autoritario y se
caracterizó por implementar un plan sistemático de terrorismo de Estado, provocando una masiva
violación de derechos humanos, en línea con el Plan Cóndor, dirigida contra un sector de la
población al que calificó de “subversivo”.

El gobierno de facto produjo miles de desapariciones, asesinatos, torturas, violaciones,


apropiaciones de menores, exilios forzosos y ha sido caracterizada judicialmente como genocidio.

Doctrina de Seguridad Nacional

Es un concepto utilizado para definir determinadas acciones de política exterior de los Estados
Unidos tendientes a que las Fuerzas Armadas de los países latinoamericanos modificaran su misión
para dedicarse con exclusividad a garantizar el orden interno, con el fin de implementar el modelo
socio-político-económico neoliberal, bajo el pretexto de combatir aquellas ideologías,
organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer o apoyar al
comunismo en el contexto de la Guerra Fría, legitimando la toma del poder por parte de las
Fuerzas Armadas y la violación sistemática de los derechos humanos.

Ejército Revolucionario del Pueblo – ERP

El ERP nace como consecuencia de una decisión política del último congreso del Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT) realizado en julio de 1968, iniciando una intensa etapa
de lucha ideológica contra las tendencias reformistas y sindicalistas del partido por parte de
quienes buscan consolidar la propuesta de organizar un «partido para el combate» contra el
imperialismo y el capitalismo, liderado por Mario Roberto Santucho.

Muchos de sus cuadros militantes integran las extensas listas de desaparecidos y asesinados en
Argentina por la última dictadura cívico militar.

Escuela de las Américas

Escuela de entrenamiento del Ejército de los Estados Unidos fundada en 1946 en Panamá, a
comienzos de la Guerra Fría, con la finalidad de formar militares de América Latina y el Caribe
siguiendo la Doctrina de la seguridad nacional, cuyas tácticas militares incluían los métodos de
contrainformación, interrogatorio (con métodos de tortura y ejecución sumaria), guerra
psicológica, inteligencia militar y acción de contrainsurgencia. El manual de contrainteligencia de la
Escuela definía como enemigos a aquellos que “pertenecieran a organizaciones sindicales”,
“distribuyeran propaganda a favor de los trabajadores o de sus intereses”, “simpatizaran con
manifestaciones o huelgas” o incluso hicieran “acusaciones sobre el fracaso del gobierno en
solucionar las necesidades básicas del pueblo”. Los Estados Unidos se valían del control de parte
del territorio panameño por los Tratados del Canal de Panamá para desarrollar cursos que
formaron a varias generaciones de militares del continente.

Por esta Escuela pasaron sesenta mil militares de América Latina, desde cabos y sargentos hasta
generales que a menudo derrocaron a los gobiernos civiles de sus países, con el pretexto que los
comunistas podían tomar el poder si no lo tomaban ellos.

La participación de militares argentinos fue muy importante durante la última dictadura cívico-
militar argentina. Dos presidentes de facto, los generales Roberto Viola y Leopoldo Galtieri,
siguieron los cursos en Panamá, creyeron conocer el pensamiento de sus colegas norteamericanos
y hasta practicaron el idioma inglés, aunque el balance fue catastrófico: durante el conflicto bélico
entre Argentina y Gran Bretaña, Estados Unidos brindó su apoyo al Reino Unido soltándole la
mano a la Argentina.

Escuela de Mecánica de la Armada – ESMA

En el casino de oficiales de la Escuela de Mecánica de la Armada, ESMA, funcionó durante la última


dictadura cívico militar, un centro clandestino de detención, tortura y exterminio, donde se
mantuvo en cautiverio a alrededor de 5000 personas que fueron secuestradas por las Fuerzas
Armadas y de seguridad, y parieron sus hijos e hijas las detenidas desaparecidas en las
maternidades clandestinas que también allí funcionaban.

El predio donde tenía su sede la ESMA está ubicado en la zona norte de la ciudad de Buenos Aires,
más precisamente en Avenida Libertador al 8200.

El 24 de marzo de 2004, el entonces presidente Néstor Kirchner, anunció que en este predio
funcionaría el espacio para la Memoria y la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos. La
Armada Argentina comenzó a desalojar las instalaciones de forma paulatina, siendo efectiva la
entrega total del predio el 20 de noviembre de 2007. En agosto de 2008 la totalidad del predio fue
declarado “Monumento Histórico Nacional” por el decreto N° 1333/2008.

Desde el 24 de marzo de 2004, constituido como Espacio de Memoria y Derechos Humanos, en


este predio se conservan las marcas y vestigios del paso por este campo de concentración de miles
de detenidos-desaparecidos, para continuar con los estudios que puedan permitir el acceso a
nuevas evidencias judiciales y como fuente documental para la reconstrucción histórica de los
hechos acontecidos.

Estado de Sitio

El estado de sitio es un régimen de excepción que debe ser impuesto por el poder ejecutivo, en
particular por el jefe de Estado, y con la autorización del órgano legislativo correspondiente a
ejecutarlo. El estado de sitio representa un concepto equivalente al de estado de guerra, y por ello
se dan a las fuerzas armadas facultades preponderantes para los actos de represión. Durante el
estado de sitio quedan en suspenso las garantías constitucionales, con mayor o menor extensión,
según las leyes.

María Estela Martínez de Perón lo dispuso el 6 de noviembre de 1974 y el gobierno militar que
asumió el poder el 24 de marzo de 1976 lo prorrogó por otros siete años y medio, hasta octubre
de 1983.

Ford Falcon Verde

Este vehículo producido por Fordcarga en Argentina con la etiqueta de haber sido el preferido por
las fuerzas de seguridad durante la última dictadura militar.

En estos autos eran trasladados los detenidos hacia sus lugares de detención, especialmente a los
centros clandestinos de detención.

Por esta razón este automotor es símbolo de la dictadura y del terrorismo de Estado.

Fosas Comunes

Las fosas comunes fueron algunos de los lugares donde se enterraron los cuerpos de los
asesinados por la última dictadura cívico militar, en el intento de borrar toda prueba mediante la
desaparición de los cuerpos.

El Equipo Argentino de Antropología Forense, EAAF, a través de la exhumación de cadáveres


encontrados en fosas comunes halladas en diferentes lugares de Argentina, enterrados como NN,
no identificados, analizando los restos recuperados, lograron identificar a muchos de ellos y
determinar la causa de muerte.

Genocidio

Se define como genocidio al acto perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente, a
un grupo nacional, étnico, racial o religioso.

Este término que alude a un delito internacional fue definido por primera vez de esta manera por
el jurista judeo polaco Raphael Lemkin en 1944, que en 1939 había huido del Holocausto y
encontrado asilo en Estados Unidos.

Se considera que las violaciones a los derechos humanos perpetradas por la dictadura se
enmarcan en la figura de genocidio, ya que se valió de un plan sistemático de exterminio o
aniquilación de un grupo de la población argentina. Fue una acción de exterminio, que no se hizo
al azar, de manera indiscriminada, sino que respondía a la voluntad de destruir a un determinado
sector de la población, un grupo perseguido y hostigado, integrado por aquellos ciudadanos que
no respondían al tipo prefijado por los promotores de la represión.
Genocidio Cultural

Entre 1976 y 1983, el régimen militar de Argentina prohibió la difusión de más de 200 canciones
de cantantes cuyas letras ‘se consideran no aptas para ser difundidas por los Servicios de
Radiodifusión’.

El plan secreto se llamó ‘Operación Claridad’ y apuntaba a personas vinculadas al ámbito cultural
con ‘antecedentes ideológicos desfavorables’.

A estas acciones represivas sobre el ámbito de la cultura desde el ámbito judicial se las enmarca
como ‘genocidio cultural’.

Prohibidos, censurados, perseguidos, exiliados, torturados y asesinados, cientos de artistas fueron


‘desaparecidos culturales’ por el gobierno de facto, por sus maneras de pensar expresadas en
canciones, obras de teatro, libros, películas, teniendo muchos de ellos que exiliarse en otros
países.

En el caso específico de la intervención sobre la Biblioteca Vigilen la ciudad de Rosario y su


desmantelamiento, desnuda otras tramas de la última dictadura argentina: el genocidio cultural
perpetrado y sus efectos en el presente, donde los delitos culturales y económicos de carácter
imprescriptibles en el marco de un genocidio están siendo juzgados.

Grupos de Tareas

Se denominaban así a las unidades operativas constituidas por oficiales y suboficiales que
pertenecían al escalafón militar, tenían como función principal los que las Fuerzas Armadas
denominaron la “lucha contra la subversión”. También denominados ‘las patotas’, se dedicaban a
los secuestros y a la operación represiva de los centros clandestinos de detención.

Guerra de Malvinas

La Guerra de Malvinas se produjo entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, fue protagonizada


por Argentina a través del gobierno de facto de ese momento para recuperar la soberanía de las
islas, y Gran Bretaña.

El poder de la dictadura había disminuido considerablemente, diferentes movimientos sociales


estaban comenzando a salir a manifestarse, reclamando el fin del gobierno militar, por lo que la
dictadura recurre a la declaración de guerra en un intento desesperado por perpetuarse en el
poder.

Alrededor de 649 argentinos, 255 británicos y 3 civiles se registraron como fallecidos tras la
guerra.

La derrota provocó que el gobierno de facto llame a elecciones comenzando de este modo la
transición hacia la democracia.
Guerra Sucia

Desde los perpetradores se acuñó la concepción de “guerra sucia” a través de la cual buscaban dar
cuenta de una confrontación simétrica que los igualaba con el sector de la población civil al que se
enfrentaban, desde una mirada, en tanto contendientes de una batalla, lo cual no reflejaba que la
mayoría de los secuestrados fueron detenidos ilegalmente en sus casas, lugares de trabajo o en la
vía pública por patotas o grupos de tareas.

El calificativo “sucia” daba cuenta de la necesidad de legitimar sus acciones.

H.I.J.O.S Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio

En el año 1995 nace en Argentina esta organización política no partidaria que agrupa a los hijos e
hijas de desaparecidos, exiliados, presos políticos y fusilados durante las dictaduras militares
implantadas en los países latinoamericanos durante los años ’70. Luego esta organización abrió
también la participación a jóvenes que sin haber tenido una experiencia directa relacionada con la
represión política, comparten los objetivos y metodología de trabajo.La organización fue fundada
en 1995, a partir de la congregación de activistas de La Plata, Córdoba, Rosario y Santa Fe que
derivó en la creación de estas filiales. Luego se fueron sumando otras localidades como Buenos
Aires, Chaco, Tucumán, Salta, Paraná y Concordia. Entre sus objetivos se encuentran la lucha
contra la impunidad, la reconstrucción fidedigna de la Historia, la restitución de la identidad de los
hermanos y familiares secuestrados y apropiados, la reivindicación de la lucha de sus padres y sus
compañeros. Así como también la cárcel efectiva y perpetua para todos los responsables de los
crímenes de lesa humanidad cometidos bajo el terrorismo de Estado.

Hábeas Corpus (“cuerpo presente” “persona presente”)

El hábeas corpus es una institución jurídica que obliga a que toda persona detenida se la presente
en un plazo preventivo determinado ante el juez de instrucción, quien podría ordenar la libertad
inmediata del detenido si no encontrara motivo suficiente de arresto.

Esta institución jurídica permite evitar arrestos, detenciones arbitrarias y asesinatos parajudiciales
asegurando los derechos básicos de ser escuchado por la justicia y saber de qué se le acusa.

Durante el terrorismo de Estado se presentaron miles de hábeas corpus, en su mayoría


“cajoneados”, tornándose una medida judicial que también fue vulnerada.

Índice de Abuelidad
Se denomina así a la fórmula estadística que, a partir de material genético, establece con una
precisión indubitada la probabilidad de parentesco entre una abuela y su nieto o nieta. La
genetista Mary Claire King, junto con otros científicos, trabajó en la formulación de este índice a
instancias de las Abuelas de Plaza de Mayo, que necesitaban un método válido para establecer la
identidad de sus nietos y nietas, hijos e hijas de personas desaparecidas por la última dictadura
cívico militar.

En 1980 eran conocidos los estudios de filiación de padres a hijos para comprobar paternidad o
maternidad, pero no existían métodos para determinar el parentesco entre abuelos y nietos. A
partir de distintos datos genéticos derivados de la sangre, y luego, cuando se pudo secuenciar el
ADN, a partir de éste, se pudo establecer una medida de semejanza de los individuos y, por
consiguiente, un método para establecer el vínculo biológico entre personas. Entre los vínculos
que permite establecer están los de hermandad y abuelidad pertinentes para aquellos casos en
que no es posible obtener muestra de los padres.

Indulto

El indulto es una causa de extinción de la responsabilidad penal, que supone el perdón de la pena.
Es una situación diferente a la amnistía, que supone el perdón del delito, ya que por el indulto la
persona sigue siendo culpable, pero se le ha perdonado el cumplimiento de la pena.

Durante su presidencia, Carlos Menem, promulga una serie de diez decretos sancionados el 7 de
octubre de 1989 y el 30 de diciembre de 1990, indultando a militares, incluidos los miembros de
las juntas condenados en el Juicio a las Juntas de 1985, como también al procesado ministro de
Economía José Alfredo Martínez de Hoz y los líderes de organizaciones político armadas.

Posteriormente, durante la presidencia de Néstor Kirchner, luego de que en 2003 el Congreso de


la nación declarara la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, algunos jueces
comenzaron a declarar inconstitucionales aquellos indultos referidos a crímenes de lesa
humanidad y a reabrir los casos.

El 15 de junio de 2006 la Cámara de Casación Penal, máximo tribunal de la Argentina, consideró


que los indultos concedidos en delitos de lesa humanidad eran inconstitucionales. El 31 de agosto
de 2010 la Corte Suprema confirmó sentencias de tribunales inferiores, dictando que los indultos
no fueron constitucionales y las condenas que anularon debían ser cumplidas.

Juicio a las Juntas

Este proceso judicial estuvo a cargo de la justicia civil de Argentina realizándose en el año 1985,
por decreto del entonces presidente, Raúl Alfonsín (1983-1986), sobre los integrantes de las tres
primeras Juntas Militares de la última dictadura cívico-militar, debido a sus graves y masivas
violaciones a los derechos humanos.

La sentencia se dictó el 9 de diciembre de 1985, entendiendo el tribunal que las juntas habían
elaborado un sistema ilícito para reprimir a la “subversión” que llevó a que se cometieran “gran
número de delitos de privación ilegal de la libertad, a la aplicación de tormentos y homicidios”,
garantizando su impunidad.

Este juicio ubicó a la Argentina en un lugar de vanguardia en la lucha por el respeto y vigencia de
los derechos humanos.

Juicios por la Verdad

Estos juicios constituyen un procedimiento judicial sin efectos penales que se desarrollaron en
Argentina ante la imposibilidad de perseguir penalmente a los responsables de los crímenes de
lesa humanidad perpetrados por la última dictadura cívico-militar, frente a la sanción de las leyes
de Punto Final y Obediencia Debida y a los indultos a los integrantes de las Juntas Militares.

Estos juicios orales son producto de la lucha de los organismos de derechos humanos que
buscaron estrategias alternativas para hacer frente a la impunidad mediante la búsqueda judicial
de la verdad.

Estos juicios se desarrollaron en diferentes ciudades del país: La Plata (1999-2007), Bahía Blanca,
Mar del Plata (2001-2002/2004-2008) y Mendoza.

Levantamientos Militares – Carapintadas

Los levantamientos militares carapintadas fueron una serie de cuatro levantamientos militares en
Argentina entre 1987 y 1990, inmediatamente después de que en 1983 se iniciara en el país el
período de democracia más extenso de su historia (aún vigente), luego de más de cincuenta años
de golpes de Estado cívico militares que impidieron varias veces que se consolidara un sistema
democrático, luego de que se aprobara el voto secreto y obligatorio en 1912. En ese contexto un
grupo de militares del Ejército Argentino, autodefinidos como carapintadas, debido al hecho de
que se presentaban con la cara pintada como en la guerra, desobedecieron las instituciones
constitucionales yla cadena de mando. Los levantamientos fueron considerados como intentos de
golpe de Estado en los juicios de «copamiento de aeroparque» en 1988 y contra Mohamed Alí
Seineldín en 1990, y se cometieron contra los gobiernos constitucionales de Raúl Alfonsín y Carlos
Menem. Pese a haber sido derrotados, los levantamientos carapintadas presionaron al poder
democrático e influyeron en la sanción de las llamadas "Leyes de impunidad", sancionadas
durante el gobierno de Alfonsín. Recién en 2003, veinte años después de caída la dictadura, estas
leyes fueron anuladas para permitir que los delitos fueran investigados y los culpables
condenados.

Ley de Autoaministía

La Ley N° 22.924 de Pacificación Nacional más conocida como Ley de Autoamnistía, fue una
legislación argentina promulgada el 22 de septiembre de 1983. Recibió ese nombre dado que por
medio de la misma, los responsables de la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización
Nacional, ante la posibilidad de ser enjuiciados por el gobierno democrático que lo sucediera,
procuraron dictar una amnistía sobre sí mismos. Fue derogada durante el gobierno de Raúl
Alfonsín.

Ley de Obediencia Debida

La Ley N° 23.521 denominada Ley de Obediencia Debida fue una disposición legal dictada en
Argentina el 8 de junio de 1987, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, que estableció una
presunción (es decir, no admitía una prueba en contrario) de que los delitos cometidos por los
miembros de las Fuerzas Armadas cuyo grado estuviera por debajo de coronel (en tanto no se
hubiesen apropiado de menores o de inmuebles de desaparecidos), durante el terrorismo de
Estado no eran punibles, por haber actuado en virtud de la denominada “Obediencia Debida”,
concepto militar según el cual los subordinados se limitan a obedecer órdenes emanadas de sus
superiores.

De este modo, tuvo lugar el desprocesamiento de los imputados en causas penales que no habían
sido condenados hasta ese momento.

El Congreso la declaró nula en el año 2003, en tanto que el 2 de septiembre de ese año, el
presidente Néstor Kirchner promulgó la ley N° 25.779 que establecía la nulidad de las leyes de
Punto Final y Obediencia Debida, conocidas como Leyes de Impunidad, que impedían que los
responsables de delitos de lesa humanidad fueran juzgados.

Junto a la ley de Obediencia Debida se conoce también como Leyes de Impunidad.

Ley de Punto Final

La Ley N° 23.492 denominada Ley de Punto Final estableció la caducidad de la acción penal, la
prescripción, contra los imputados como autores penalmente responsables, de haber cometido el
delito complejo de desaparición forzada de personas (que involucró detenciones ilegales,
violaciones, torturas, homicidios agravados o asesinatos) que tuvieron lugar durante la última
dictadura, hasta el 10 de octubre de 1983, que no hubieran sido llamados a declarar “antes de los
sesenta días corridos a partir de la fecha de promulgación de la presente ley”. Fue promulgada el
24 de diciembre de 1986 por el presidente Raúl Alfonsín.

El Congreso la declaró nula en el año 2003, en tanto que el 2 de septiembre de ese año, el
presidente Néstor Kirchner promulgó la ley N° 25.779 que establecía la nulidad de las leyes de
Punto Final y Obediencia Debida, conocidas como Leyes de Impunidad, que impedían que los
responsables de delitos de lesa humanidad fueran juzgados.

Ley Marcial

La Ley Marcial es un estatuto de excepción de aplicación de las normas legales ordinarias


(normalmente regulado en la Constitución del Estado), por medio del cual se otorgan facultades
extraordinarias a las fuerzas armadas o la policía en cuanto a la administración de jurisdicción y
resguardo del orden público. Casos usuales de aplicación son declaración de guerra o sofocación
de rebeliones. El objetivo primordial es preservar el orden ante una emergencia e implica una
limitación y suspensión de algunos derechos, además de aplicar procesos sumarios en los juicios y
castigos severos más allá de los que se imponen en situaciones normales.

Madres de Plaza de Mayo

Madres de Plaza de Mayo es una asociación argentina formada durante la dictadura de Videla,
más precisamente el sábado 30 de abril de 1977, con el fin principal de recuperar con vida a sus
hijos que se encontraban detenidos desaparecidos, posteriormente comenzaron la lucha para
establecer quiénes fueron los responsables de los crímenes y desapariciones y promover su
enjuiciamiento.

Comenzaron a reunirse en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, ubicada frente a la sede del poder
ejecutivo conocida como Casa Rosada, para poder peticionar a las autoridades por sus hijos, poder
organizarse y hacerse visibles ante la sociedad. Al principio permanecían sentadas, pero al
haberse declarado el estado de sitio, la policía no permitía que estuvieran reunidas en un espacio
público más de dos personas, por lo que se les da la orden de “circular”, motivo por el cual
comienzan a circular, a rondar, alrededor de la Pirámide de Mayo. Luego al participar de la
Peregrinación a Nuestra Señora de Luján en octubre de 1977, para identificarse como grupo,
decidieron ponerse en sus cabezas un pañal de tela blanco que habían usado sus hijos. De esta
manera surgieron los dos símbolos que las representan: las rondas de los días jueves y el pañuelo
blanco.

Las Madres resaltan que ellas continúan la lucha que intentaron llevar a cabo sus hijos.

Montoneros

Fue una organización político armada de origen peronista, surgida entre los años ’60 y ’70. Sus
objetivos iniciales fueron la resistencia contra la dictadura autodenominada “Revolución
Argentina” (1966-1973), el retorno al país de Juan Domingo Perón y la convocatoria a elecciones
libres y sin proscripciones. Tras ser restablecida la democracia y asumiera el poder el presidente
electo Héctor José Cámpora el 25 de mayo de 1973, sus acciones políticas, legislativas, culturales,
periodísticas, sindicales, barriales, solidarias, etc., se dirigieron a la instauración de un socialismo
nacional, al que consideraban la evolución natural del peronismo, dejando de actuar en la
clandestinidad.

La Conducción de Montoneros decidió volver a la clandestinidad, el 6 de septiembre de 1974. Un


año después, el 8 de septiembre de 1975, fue declarada ilegal y terrorista por el gobierno de María
Estela Martínez de Perón.
La Organización fue diezmada y desarticulada por la última dictadura cívico militar, integrando
muchos de sus miembros las listas de desaparecidos y asesinados durante el terrorismo de Estado.

Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo

El Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo (MSTM) fue una corriente fundada en 1967
dentro de la Iglesia Católica Argentina que buscó articular la idea de renovación de la Iglesia
subsiguiente al Concilio Vaticano II con una fuerte participación política y social. Estuvo integrada
principalmente por sacerdotes que vivían y trabajaban en villas miseria y barrios obreros.

Muchos de sus miembros se identificaron con el peronismo y en algunos casos integraron o


tuvieron afinidad con el peronismo revolucionario.

Fue un antecedente inmediato de la Teología de la Liberación y su vertiente argentina, la Teología


del Pueblo.

El Padre Carlos Mugica fue uno de sus representantes más destacados, quien fuera conocido como
cura villero que vivía en la Villa 31 de Retiro donde fundó la parroquia Cristo Obrero. Mugica fue
asesinado el 11 de mayo de 1974. La justicia estableció entre 2012 y 2016 que fue asesinado por la
organización para policial Triple A, Alianza Comunista Argentina, comandada por José López Rega.

NN

Esta expresión que se refiere a No Name (sin nombre), en relación a la última dictadura cívico-
militar en Argentina, hace alusión a los cuerpos de los detenidos desaparecidos y asesinados
enterrados sin identificar, la mayoría de ellos en fosas comunes.

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) tiene entre sus tareas la recuperación de las
personas desaparecidas, poder identificar sus restos y así restablecerles su identidad. De este
modo también aporta evidencia tanto a comisiones de investigación como a procesos penales.

Noche de las Corbatas

Se conoce con este nombre al secuestro de abogados y familiares de éstos, realizado por
integrantes del Ejército Argentino que actuaron de manera ilegal, entre la tarde del 6 de julio y la
madrugada del 13 de julio de 1977, a 16 meses de instaurada la dictadura, en la ciudad de Mar del
Plata. 11 personas en total fueron llevados a un centro clandestino de detención denominado La
Cueva.

El nombre del operativo tuvo su origen en que seis de los secuestrados ejercían su profesión como
abogados laboralistas. El día 6 de julio es la fecha instituida por la Federación Argentina de
Colegios de Abogados para rememorar a quienes fueron detenidos, perseguidos, desaparecidos o
asesinados en defensa del Estado de Derecho, denominado "Día nacional del abogado víctima del
terrorismo de Estado".
Noche de los Bastones Largos

Se denominó de esta manera al operativo dirigido por la Dirección General de Orden Urbano de la
Policía Federal Argentina, el 29 de julio de 1966, que desalojó cinco facultades de la Universidad
de Buenos Aires (UBA), ocupadas por estudiantes, profesores y graduados, en oposición a la
decisión del gobierno de facto presidido por Juan Carlos Onganía, de intervenir las universidades y
anular el régimen de gobierno. Las universidades públicas argentinas estaban entonces
organizadas de acuerdo a los principios de la Reforma Universitaria que establecía la autonomía
universitaria del poder político y el cogobierno tripartito de estudiantes, docentes y graduados.

La represión fue particularmente violenta en las facultades de Ciencias Exactas, Naturales y de


Filosofía y Letras de la UBA.

La Policía Federal Argentina tenía órdenes de reprimir duramente, el nombre del operativo
responde de hecho a los bastones largos usados por los efectivos policiales durante la represión a
las autoridades universitarias, estudiantes, profesores y graduados, cuando los hicieron pasar por
una doble fila al salir de los edificios, luego de ser detenidos.

Fueron detenidas en total 400 personas, destruidos laboratorios y bibliotecas universitarias. En los
meses siguientes cientos de profesores fueron despedidos, debieron renunciar a sus cátedras o
debieron exiliarse.

Noche de los Lápices

La noche del 16 de septiembre de 1976 y días sucesivos, un grupo de jóvenes militantes de la


Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y la Juventud Guevarista fueron secuestrados en la ciudad
de La Plata, por miembros de la Policía dela Provincia de Buenos Aires. Eran los primeros meses de
la última dictadura cívico-militar. La fecha quedó grabada en la memoria colectiva como “La Noche
de los Lápices”.

Según la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), “los adolescentes


secuestrados habrían sido eliminados después de padecer tormentos en distintos centros
clandestinos de detención, entre los que se encontraban: Arana, Pozo de Banfield, Pozo de
Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5ª, 8ª y 9ª de La Plata
y 3ª de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos
Aires”.

Entre ellos estaban: Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio
Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo
Calotti y Emilce Moler. Cuatro de ellos sobrevivieron. Se presume que los restantes fueron
fusilados en los primeros días del año 1977.
La mayoría de los jóvenes tenía militancia política en la Unión de Estudiantes Secundarios,
agrupación estudiantil encuadrada en el peronismo de izquierda, y en la Juventud Guevarista,
rama juvenil del Partido Revolucionario de los Trabajadores de tendencia marxista-leninista.
Muchos de ellos habían participado, durante la primavera de 1975, en las movilizaciones que
reclamaron y obtuvieron el Boleto Estudiantil Secundario.

«Lo predominante era atribuir aquel operativo a la lucha por el Boleto Estudiantil Secundario. Esa
movilización fue muy importante, pero había ocurrido con anterioridad, en 1975, y a nosotros nos
detuvieron por ser militantes de la UES, nunca me preguntaron por el boleto escolar,” considera
Emilce Moler, una de las sobrevivientes, quien subraya: «La Noche de los Lápices quedó como un
ícono muy fuerte en la impronta de los jóvenes; es una fecha para conmemorar a los cientos de
chicos que fueron desaparecidos, torturados o que sufrieron cárcel o exilio; violaciones de los
derechos por ilusiones propias de su edad».

En mayo de 1998, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires estableció por ley “la
fecha del 16 de septiembre, en conmemoración a ‘La Noche de los Lápices’, como ‘Día de los
Derechos del Estudiante Secundario’.”

Nunca Más

El Informe que la CONADEP realiza en base a su investigación sobre la desaparición forzada de


personas, el plan sistemático llevado adelante por la dictadura para el aniquilamiento de personas,
la comprobación de centros clandestinos de detención, torturas y asesinatos, se vuelca en un libro
llamado “Nunca Más. Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas”.

Posteriormente la expresión Nunca Más tiene gran relevancia en el Juicio a las Juntas realizado
durante el gobierno de Raúl Alfonsín en el año 1985, cuando el fiscal Julio César Strasseracerró su
alegato diciendo “Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de
originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque
pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ¡Nunca Más!”

Operativo Independencia

El 9 de febrero de 1975 se iniciaba en cumplimiento del Decreto N° 261 del Poder Ejecutivo
Nacional a cargo de María Estela Martínez de Perón, el Operativo Independencia en los cerros
tucumanos. El mismo aseguraba la participación de 5 mil efectivos de la V Brigada de Infantería, la
Policía Federal y la Gendarmería Nacional bajo el comando del general Adel Vilas, que sería
reemplazado luego por Antonio Domingo Bussi.

El decreto establecía: “el Comando General del Ejército procederá a ejecutar las operaciones
militares necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos
que actúan en la provincia de Tucumán”. Luego se haría extensivo a todo el territorio nacional.
En marzo de 1974 el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) puso en funcionamiento un frente
rural en el sur de Tucumán. Así comenzó a funcionar la Compañía de Monte Rosa Jiménez que
contaba con 50 miembros. Por lo que el objetivo de este Operativo era aniquilar a los miembros
de este grupo o neutralizar sus acciones.

En el Operativo se implementaron un conjunto de prácticas ilegales como secuestros, ejecuciones


sumarias, torturas en espacios clandestinos de encierro y desaparición de cadáveres. Se considera
que Tucumán fue el “laboratorio” del terrorismo de Estado en la Argentina.

Plan Cóndor

Es el nombre con el que se conoce al plan de coordinación de acciones y mutuo apoyo entre las
cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur de América del Sur. (Chile, Argentina, Brasil,
Paraguay, Uruguay y Bolivia, principalmente) con los Estados Unidos, siendo el jefe del
Departamento de Estado estadounidense Henry Kissinger, señalado como su ideólogo.

El Plan Cóndor se origina en el marco de la estrategia de Estados Unidos en la Guerra Fría, guiada
por la Doctrina de Seguridad Nacional, promoviendo las dictaduras, con el fin de suprimir sectores
políticos de izquierda, e impulsar un nuevo modelo económico centrado en garantizar beneficios
crecientes a los sectores más conservadores y con mayores recursos materiales.

Esta coordinación implicó, oficial y directamente, el seguimiento, vigilancia, detención,


interrogatorios con tortura, traslados entre países, violación y desaparición o asesinato de
personas consideradas por dichos regímenes como “subversivas del orden instaurado, o contrarias
a su política o ideología”. Se constituyó en una organización clandestina internacional para la
estrategia del terrorismo de Estado.

Los llamados “Archivos del Terror” hallados en Paraguay en 1992 dan la cifra de 50.000 personas
asesinadas, 30.000 desaparecidas y 40.000 encarceladas.

Plata Dulce

La expresión “Plata Dulce” fue acuñada durante la última dictadura cívico militar, dado que a los
argentinos pudientes les sobraba dinero para comprar dólares y realizaban viajes al exterior, con
preferencia a Miami, haciendo popular la frase “deme dos” para ilustrar su alto poder de compra,
que les permitía llevarse de las tiendas en el exterior el doble de mercancía. Los vuelos de
Aerolíneas Argentinas desde Miami volvían con las bodegas de cajas y maletas con artículos
electrónicos de moda.
Esto era posible porque el ministro de Economía Martínez de Hoz, creó un instrumento conocido
como “La tablita” que permitía programar y conocer con 8 meses de anticipación el porcentaje
diario de devaluación del peso argentino, sistema que disparó la especulación financiera.

Proceso de Reorganización Nacional

El Proceso de Reorganización Nacional o comúnmente llamado “El Proceso”, fue el nombre con el
que los militares denominaron al gobierno de facto que instalaron, a la dictadura impuesta a
través del golpe de Estado perpetrado el 24 de marzo de 1976.

Los objetivos declarados del mismo eran combatir la corrupción, la demagogia, la subversión, bajo
los valores del mundo occidental y cristiano, impulsando un nuevo modelo económico-socialsegún
los lineamientos ideológicos del neoliberalismo.

Sitios de Memoria

Se denomina así a aquellos lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención o
donde sucedieron hechos vinculados al accionar terrorista por parte del Estado. Luego de ser
identificados como tales y haber sido recuperados como lugares de memoria, fueron
reacondicionados y señalizados como memoriales recordatorios.

El Museo de la Memoria de Rosario es un Sitio de Memoria recuperado, dado que allí funcionó
durante la última dictadura cívico-militar, la sede del Comando del II Cuerpo de Ejército, desde
donde se impartían las órdenes de represión para Santa Fe, Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes
y Entre Ríos; también allí se realizaban los Concejos de Guerra a los detenidos por razones
políticas.

Teoría de los Demonios

Se denomina así a la concepción que a partir del gobierno de Raúl Alfonsín interpreta que,
durante los años setenta, nuestro país estuvo envuelto en un clima de violencia política provocado
por dos extremos ideológicos, por «dos demonios»: la extrema derecha, a través del Estado
terrorista, y la extrema izquierda, a través de la violencia revolucionaria. Esta interpretación se
instaló como relato y explicación dominante de la época y logró un amplio consenso en la opinión
pública a partir de su incorporación en el prólogo del libro Nunca Más de la CONADEP, editado en
1984. Este prólogo coloca en el mismo nivel al terrorismo de Estado implementado por la
dictadura militar y a la violencia insurgente ejercida por las organizaciones armadas surgidas a
comienzos de los setenta (fundamentalmente Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo
–ERP–). De este modo, considera terroristas a estas organizaciones y sus respectivas acciones
armadas. En segunda instancia, la «Teoría de los dos demonios» asume que la Doctrina de
Seguridad Nacional y la metodología represiva empleada por la dictadura fueron ejercidas como
respuestas a una violencia precedente, la de los grupos guerrilleros. En ese sentido, si bien esta
visión caracteriza al golpe, la dictadura y la represión clandestina como una reacción exagerada e
injustificada, reproduce el argumento de las FF.AA., es decir: aquel que sostiene que ha sido la
«subversión» la generadora de la violencia. En tercer lugar, este relato reduce el conflicto
sociopolítico de la época al enfrentamiento de dos grupos armados y coloca a la mayor parte de la
sociedad argentina como una víctima inocente, ajena al enfrentamiento y a sus consecuencias. Es
decir, a partir de atribuirle a las conducciones de dos actores específicos la responsabilidad del
ejercicio de la violencia política, genera y provee a «la sociedad» una imagen de tranquilizadora
inocencia, de espectadora silenciosa y de víctima, fundamentalmente engañada por el poder
militar quien, en su «guerra antisubversiva», ocultó su estrategia represiva concentracionaria y
desaparecedora. Por último, hay que destacar que la «Teoría de los dos demonios», presente en el
prólogo del Nunca Más, está desmentida por el contenido mismo del libro: los nombres y apellidos
de los desaparecidos que figuran allí pertenecen mayoritariamente, según afirma la propia
CONADEP, a estudiantes y obreros.

Terrorismo de Estado

Entre 1930 y 1983 la Argentina sufrió seis golpes de Estado. Sin embargo, la expresión “Terrorismo
de Estado” sólo se utiliza para hacer referencia al último de ellos. El autodenominado Proceso de
Reorganización Nacional implicó un salto cualitativo con respecto a las dictaduras anteriores,
porque la iniciada en el ’76 hizo uso de un particular ejercicio de violencia política: la diseminación
del terror sobre todo el cuerpo social fuera de todo marco legal, a través de: la desaparición
sistemática de personas, secuestros, torturas, asesinatos, centros clandestinos de detención
desplegados por todo el país; ciudadanos forzados al exilio, persecuciones, prohibiciones, censura,
vigilancia, un disciplinamiento social y político constante.

De modo que la dictadura no sólo puso en suspenso los derechos y garantías constitucionales y a
la Constitución misma, sino que decidió instrumentar un plan represivo al margen de la ley,
desatendiendo los principios legales que instituyen a los Estados modernos para el uso de la
fuerza.

Violación a los Derechos Humanos

Se consideran violación a los derechos humanos a aquellos crímenes cometidos por la dictadura, a
través de las tres ramas que integran las Fuerzas Armadas. Se efectuó una política sistemática,
prolongada y masificada de persecución, encarcelamiento, secuestro, tortura, asesinato,
desaparición forzada y exterminio de opositores políticos a la dictadura.
Con el fin de ocultar o desligarse de la responsabilidad de dichos crímenes, el régimen recurrió a
estrategias como la creación de falsos enfrentamientos, la censura, la desinformación, el
disciplinamiento y control de la sociedad en su conjunto.

Vuelos de la Muerte

A través de los vuelos de la muerte el terrorismo de Estado en Argentina se deshizo de miles de


detenidos desaparecidos, tirándolos al río o al mar, aún con vida y drogados, desde aviones
militares.

Ya en 1977 aparecieron varios cuerpos en las costas de Santa Teresita y Mar del Tuyú, unos 200km
de la ciudad de Buenos Aires.

En 1995 un ex marino de la ESMA, Adolfo Scilingo relató extensamente al periodista Horacio


Verbitsky el modo como se aplicaba una metodología de exterminio denominada por sus propios
autores como “vuelos”. En su testimonio Scilingo detalla el procedimiento, la autorización de la
Iglesia católica, la utilización de inyecciones, el tipo de aviones, la amplia participación de los
oficiales, la utilización del aeropuerto militar que se encuentra en Aeroparque, entre otros
detalles.

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó los restos de las Madres de Plaza de
Mayo, Esther Ballestrino, María Eugenia Ponce, Azucena Villaflor, la militante Ángela Aguad y la
monja francesa LéonieDuquet, determinando que las mismas habían sido secuestradas en Buenos
Aires, detenidas y torturadas en la ESMA y arrojadas vivas al mar desde un avión frente a las
playas de Mar del Tuyú.

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