Edición Y Comentario de Los Carmina Latina Arqueológico Provincial de Sevilla'

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EDICIÓN Y COMENTARIO DE LOS CARMINA LATINA

EPIGRAPHICA CONSERVADOS EN EL MUSEO


ARQUEOLÓGICO PROVINCIAL DE SEVILLA'

Rocío Carande Herrero y Concepción Fernández Martínez


Universidad de Sevilla

Los cuatro CLE conservados en el MAP de Sevilla, procedentes de Ilipa (en


dos casos), Olontigi y Carmo, son objeto de estudio en este trabajo. Las autoras,
después de haber observado los respectivos soportes y haber procedido a su autop-
sia, están en condiciones de ofrecer una nueva edición (incluyendo un aparato
crítico con las ediciones precedentes), nuevas lecturas y un comentario filológico
completo, capaz de situar estos poemas epigráficos en el lugar que les corresponde
dentro de la literatura latina.

The four CLE of the MAP of Sevilla, coming from Hipa (both of them),
Olontigi and Carmo, are object of a complete study. After having observed in
detail the stones, the authors offer, beside the revision of the precedent editions,
a new edition, new interpretations and a philological commentary.

CIL 11 1088: Vidimus 13-2-2001 (foto 1)

I) Procedencia: Alcalá del Río (Hipa). Según transmitió Hierro, fue encon-
trada en Alcalá del Río el 28 de diciembre de 1748, en el "campo de San Sebas-

Este trabajo se ha realizado dentro del proyecto PB 96-1188 de la DGICYT del MEC, titulado
"Poesía Epigráfica Latina en Hispania: edición y comentario" y se ha beneficiado, por tanto, de la
lectura y sugerencias del resto de los miembros del proyecto (J. Gómez Pallares, J. Martínez Gázquez,
J. Ma Escolá, M. J. Pena, J. Carbonell, J. del Hoyo, R. Hernández y X. Gómez Font). En el caso
concreto de estos cuatro poemas sevillanos, y puesto que se trata de piezas conservadas, hemos pro-
cedido, según nuestra práctica habitual, a la observación directa del soporte, para ofrecer un nuevo
modelo de edición y comentario filológicos de los epígrafes métricos. Fotos de Mario Fuentes.

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HAB1S 34 (2003) 287-312


ROCIO CARANDE HERRERO Y CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

FOTO 1.

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tián". Dos testimonios posteriores, el de Merchante y el de Bayer, documentan


su permanencia en dicho municipio, "en una pared de la calle principal muy cerca
del suelo" y en la casa del alcalde Jerónimo Infante, "a raíz del suelo". Después
se trasladó a los Reales Alcázares, antes de ser depositada en el MAP de Sevilla.
2) Lugar de conservación: MAP de Sevilla, n° de inventario 221, en la sala
XXV.
3) Descripción física: Ara de mármol rosado, apoyada sobre zócalo y podio,
con molduras en la base y en la cornisa, sobre la cual hay un frontón triangular
decorado con un pequeño círculo en relieve en su vértice superior. A ambos lados
del frontón se encuentran sendos puluini, atados con una cuerda y cuyo frontal
está rematado con flores (de cinco pétalos la derecha y de cuatro la izquierda).
La parte superior del ara tiene un focus, cuyo fondo y zona de alrededor se ven
llenos de rugosidades. El lateral derecho está pulido, rodeado de doble moldura
y decorado en su parte central con una patera en relieve. El lateral izquierdo está
igualmente pulido y moldurado, decorado asimismo con un praefericulum en su
parte central. La cara anepígrafa está algo menos desbastada que las laterales y
sin molduras. La cara epígrafa está enmarcada por dos molduras, una de las cua-
les delimita el campo epigráfico.
El estado de conservación del soporte es bastante bueno, no así el del campo
epigráfico, que está atravesado por varias grietas de escasa profundidad y presenta
una superficie seriamente erosionada, lo que en muchas ocasiones dificulta y hasta
imposibilita la lectura.
Dimensiones del soporte: 120,5 x 57,5 x 41,5.
Dimensiones del campo epigráfico: 51,2 x 29.
Altura de las letras: 3-3,5; 2-3; 2-3; 1,5-1,8; 1-1,5; 0,8-1,3; 1-1,3; 1-1,3;
1-1,3; 1-1,5; 1-1,5; 1-1,5; 1-1,5; 1-1,5; 1-1,6; 1,1-1,6; 1,3-1,5; 1,2-1,6; 1,1-1,6;
1,3-1,6; 2.
Espacios interlineales: Entre las 1. 1-4 la distancia es de 1 cm., mientras que
en el resto de los espacios hay 0,5 cm. aproximadamente.
El texto ocupa la totalidad del campo epigráfico, sin sangrados y sin respetar
la frontera de verso. La letra, capital libraria, es muy pequeña y bastante regular,
con la excepción del praescriptum y el postscriptum, donde su tamaño es considera-
blemente mayor. En la 1. 1 aparece la tradicional dedicatoria a los Manes (D.M.S.),
centrada en el campo epigráfico y con hederne para separar las letras entre sí;
tras la última letra, una hoja de palma (el estado excesivamente erosionado del
ángulo superior izquierdo no permite ver con claridad si había otra al comienzo
de la dedicatoria). Praenomen, nomen y cognomen, con interpunción entre ellos,
ocupan la I. 2 y en la 1. 3, centrado, aparece decurio. A partir de 1. 4 comienza
el poema y la última línea la ocupa la fórmula abreviada h(ic) s(itus) s(it) t(ibi)
t(erra) 1(euis), centrada y con interpunción entre todas las letras, así como al co-
mienzo y al final. No se conservan líneas de guía, aunque la regularidad de las
letras hace pensar que las hubo. La incisión es aparentemente superficial, sobre

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todo en la parte versificada, aunque puede dar esa impresión por la fuerte erosión
que ha sufrido la superficie.
Algunas particularidades paleográficas: La <A> al comienzo del texto, entre
las líneas 2 y 5, tiene el travesaño oblicuo, atravesando el brazo derecho y sobre-
saliendo hacia arriba por la derecha. A partir de la línea 6 el lapicida grabó la
<A> siempre sin travesaño, aunque la erosión que presenta la piedra en algunas
zonas no deja ver con claridad si hubo o no tal travesaño. La <B> ha sido tra-
zada con descuido, sobre todo en su óculo inferior, en las líneas 8 y 11. La <C>
es en general muy poco redondeada. La <F>, a diferencia de la <E>, tiene los
dos brazos oblicuos. La <G>, igual en todos los casos, es igual que la <C>, pero
con un trazo curvo que no se une a ella y que sobresale hasta abajo, llegando a
invadir la línea siguiente. La <H> es más ancha que las demás y muy bien tra-
zada. La <L> de la fórmula final es la única que difiere del resto, prolongando
su trazo hacia abajo. Los trazos derechos de ambos ángulos de la <M> no son
verticales sino oblicuos, prolongándose hacia arriba, a la izquierda, en algunos
casos. La <O> no es redonda sino ovalada. La <Q> tiene el trazo inferior muy
prolongado y casi horizontal. La <T> tiene el travesaño ondulado.
4) Bibliogrofia: Hosius 1895, 286-300 (esp. 290 y 299); CIL 11,1088; Cho-
lodniak, 667; Wick 1909, 173-199; Lófstedt 1910, 161-184; CLE 541; Hernán-
dez - Sancho - Collantes, 93; 1HV, 17, 36 (y n. 62), 38, 46, 79,-81-82, 204; ILER,
5798; Gil 1976, 561; Fernández-Chicarro - Fernández, 117-119; Heene 1988, 166-
167; Gamer 1989, 262; SE2 (fot. Taf. 106 d-f); Millán 1989, 177; CILA SEVILLA
305 (bibl. y fot. fig. 166); Thigpen 1995, 34-40, n° 2.

5) Texto:
d(is). m(anibus) o s(acrum)
m(arcus) o calp(urnius) o lucius
decurio
flere cupis o q o cum que meos
5 in marmore casas o siste paru
lacrimas sorte miserandus iniqu
amississe pium ¡met- dedit o q o sepul
cro quam bene kirn gesse ann XXVI
m o VI . d. que. VIII o conditus ego iaceo
10 misero genitore relicto iam ma
ter misera o palmisue ubera tu
ndens et soror infelix comi
tantur o luctibus ambe coniux
cara mea relicta cum paruo
15 lo filio casta mater o uidu
n c mihi uita suprestat
qui. nostrum tumulum ono
rauit corpus fosa im[a]

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EDICIÓN Y COMENTARIO DE LOS CARMINA LATINA EPIGRAPHICA...

pihi parentes regna qui mun


20 di tenetes hic ego sepultus
iaceo placidus que quiesco
h(ic) o s(itus) o s(it) o t(ibi) o t(erra) o l(euis) o

6) Nuestra lectura del texto, dividido en versos:


Flere cupis q(ui)cumque meos in marmore casus,
siste paru(m) lacrimas: sorte miserandus iniqua
amisisse pium pater dedit(um)q(ue) sepulcro.
quam bene iam gessi ann(os) XXVI m(enses) VI d(ies)que VIII!
5 conditus ego iaceo misero genitore relicto;
iam mater misera palmis que ubera tundens
et soror infelix comitantur luctibus amb(a)e.
coniux cara mea relicta cum paruolo filio,
casta mater uidu(a) n(un)c mihi uita superstat,
10 quae nostrum tumulum (h)onorauit. corpus fossa ima
pihi parentes regna qui mundi tenetis.
hic ego sepultus iaceo placidus que quiesco.

7) Aparato crítico:
1. 4: quicumque CIL, CLE, Cholodniak, ILER, Thigpen 1995;
1. 6: lacrima(n)s Cholodniak, Thigpen 1995 // sorte(m) iniqua(m) CIL, Cho-
lodniak, ILER, CILA, Thigpen 1995;
1. 7: patre? CIL, patre(m) Cholodniak, Thigpen 1995; patre ILER, Fernán-
dez-Chicarro - Fernández, Millán 1989; PA[tre(m)] CILA II deditq(ue)? CIL, de-
ditq. CLE, Fernández-Chicarro - Fernández, Millán 1989, deditque ILER, dedi[sse
Cholodniak, Thigpen 1995;
1. 8: pene CIL, CLE, Cholodniak, ILER, Fernández-Chicarro - Fernández,
Millán 1989, Thigpen 1995 // iam....esse? CIL, ILER, ia...esse CLE, ia[M] esse(m)
Cholodniak, Thigpen 1995, iam esse Fernández-Chicarro - Fernández, Millán
1989; imIPIlesse(m) CILA II Ann(os) CILA;
1. 9: d(ierum) que Cholodniak, Thigpen 1995;
1. 11: palmisque alii;
1. 15: uidua CIL, CLE, Cholodniak, ILER, Fernández-Chicarro - Fernández,
Millán 1989, Thigpen // filio pro nato Gil 1976;
1. 16: no(n)? mihi uita supe(r)stat? GIL, 1LER, Fernández-Chicarro - Fer-
nández, Millán 1989; supestat CLE; nunc mi inuita supestat Gil 1976, CILA;
1. 17: qu(a)e CILA;
1. 18: onorauit pro onorabit CLE, Cholodniak, Thigpen // fosaimaqiiet GIL,
fosaimaqiiets CLE; e[iu]s a(n)ima(m)que [alt s(e recipiant) Cholodniak, ...quiete
1LER, fosa ima quiet Fernández-Chicano - Fernández, Millán 1989, fos(s)a
ima? q[ui]ete? CILA, fosaimaqiiets = fos(s)a ima (aut postrema) ciete Thigpen
1995;

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1. 19: que pro qui CIL, regnaque Cholodniak, Fernández-Chicano - Fernández,


Millán 1989; 1. 20: tenet<i>s CILA, tene(n)tes Cholodniak // sepultus pro securus
CLE, Gil 1976.

8) Comentario: Poema funerario en hexámetros, no exentos de problemas


como iremos viendo. Aparte de los errores métricos y prosódicos, muchos de
ellos insalvables, el texto presenta no pocas dificultades gráficas, fonéticas, sintác-
ticas y de comprensión (además de lagunas de texto provocadas por la erosión
del soporte). Por todo ello, y como puede deducirse del abultado aparato crítico,
ha sido objeto de diversas reediciones y correcciones que no siempre han tenido
en cuenta lo que en realidad dice el texto, aludiendo más bien a un arquetipo del
todo hipotético. Trataremos aquí, en cambio, de entender estrictamente el texto,
justificándolo —siempre que sea posible— desde el punto de vista métrico, prosó-
dico, fonético y sintáctico y encajándolo en toda la tradición literaria de los CLE.
Puesto que para la comprensión de muchos de sus versos es necesario recurrir
simultáneamente a varios de estos aspectos, organizaremos el comentario verso
a verso.
El praescriptum en prosa contiene, además de la tradicional dedicatoria a los
Manes, el nombre completo del difunto (Marco Calpurnio Lucio) y su condición
de decurión. El editor de CILA SEVILLA destaca la abundancia de Calpurnii en
la Bética y lo habitual del cognomen Lucius entre la población latina.
Vv. 1-2: Los dos primeros versos, si bien desarrollan uno de los tópicos re-
currentes de la poesía epigráfica —la apelación al caminante para que conozca la
triste suerte del difunto (cf. Lier, Lattimore 1962 y Fernández [Gredos] I, 37,
n. 67)—, no resultan totalmente tópicos en su formulación. La llamada de atención
no se concreta en el caminante (uiator, praeteriens) o en el lector (lector) que
pasen por allí (así en CLE 1813,5; 2007,1; 555,8; 1330,2 y un largo etcétera),
sino en cualquiera que desee llorar la desgracia del difunto. Aparece, como de
costumbre, el indefinido quicum que, pero el lapicida ha utilizado una abreviatura
poco corriente e indicada con interpunción (q[ui] o cumque); dicho recurso se re-
petirá en otros lugares de este mismo texto (I. 7: dedit[m] o q[ue], 1. 9: rifles lque).
Quienquiera, pues, que desee llorar la suerte que se relata en la lápida, es con-
minado no a detener su marcha (como encontramos en casos semejantes: CLE
1309; 1465,1; 1122,3 siste gradum; CLE 1055,2 siste...pedes; 2082,1 siste...iter)
sino a moderar su llanto (v. 2: siste paru[m] lacrimas), porque, como se nos dirá
más adelante, es el padre del difunto el que realmente debe ser llorado. El propio
Bücheler ya aportaba paralelos ovidianos para justificar esta expresión sistere la-
crimas: fast. 1.367 siste puer lacrimas, am. 362 siste parumper aguas. Cholodniak,
sin embargo, interpreta lacrimas como un participio de presente (lacrimal-n.1s)
con caída de n ante s, (fenómeno fonético perfectamente normal, cf. 111V, 44 ss.).
Con la restitución fonética de esa nasal, Cholodnialc pone de manifiesto la repro-
ducción de un cliché epigráfico enormemente productivo (cuyos paralelos hemos
indicado supra): la petición al caminante, a través del imperativo del verbo sisto,

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de que se detenga. A nuestro entender, sin embargo, el supuesto participio lacri-


ma[n]s tropieza con algunas dificultades; en primer lugar, esa forma no conoce
paralelos en la poesía epigráfica; sólo un par de ejemplos (CLE 1487,2 y 1643,1),
restituidos en su totalidad por el editor y en contextos radicalmente distintos
(familiares que lloran mientras construyen la tumba de un ser querido); por otra
parte, tampoco encaja del todo tras una increpación a quien desee llorar ("si de-
seas llorar, detente llorando"); más bien da la impresión de que se quiere decir
lo contrario ("aunque desees llorar, detén tu llanto"); y sobre todo, no ayuda a
interpretar el difícil sintagma que sigue, miserandus pate[r] ("el padre es quien
debe ser llorado").
Desde el punto de vista lingüístico, sólo cabría mencionar la omisión de -m
en paru, justificado a la vez por razones fonéticas y por encontrarse in margine.
El primer verso no plantea problemas métricos:
fi ere cupis quicumque meos in marmore casus:
Vv. 2-3: La observación directa del soporte nos ofrece con suficiente claridad
en la 1. 7 la forma pate[r]. Sólo la última letra deja de leerse, por el mal estado
de la superficie del campo epigráfico a esa altura. De acuerdo, pues, a lo que el
soporte nos deja ver, debemos restituir la forma pater en nominativo y no en acu-
sativo, como suponen otros editores (cf. aparato crítico). Por lo tanto, pater no
puede concertar con pium, como aparece en CILA, que entiende además que el
padre del difunto también está muerto; cosa que es imposible, pues poco más
adelante (1. 10) se le aplica el mismo calificativo que a la esposa (1. 14), que está
viva: relicto, e igualmente se le califica de misero (digno de compasión), como
a la madre (1. 11), sin duda viva. ¿Qué nos dicen estos versos? No es la suerte
del difunto la que debe llorarse, sino la del padre: miserandus (est), verbo prin-
cipal del que depende una completiva de infinitivo (amisisse pium... deditumque
sepulcro). Así se introduce otro tema tópico de la poesía funeraria, el de la mors
immatura, en cuyas consecuencias se insistirá en los versos siguientes (manifes-
taciones externas de dolor, familiares abandonados y desdichados que honran el
túmulo, etc.). Como podemos observar, amississe se ha grabado con geminada
en ambos casos: en el primero, sin duda, por extensión o anticipación del segundo.
La interpretación que proponemos no deja de presentar algunas dificultades
métricas. En primer lugar, porque deberíamos entender que sorte iniqua es, en
efecto, ablativo ("por culpa de un injusto azar") y no necesita la restitución de
-m que proponen los restantes editores; restitución propuesta, sin duda alguna,
para salvar el hexámetro:
siste parum lacrimas sortem miserandus iniquam:

que con la e breve del ablativo sorte presentaría un tríbraco en el 4° pie. Y ¿qué
hacer con ese acusativo, si ya miserandus tiene como régimen una completiva
de infinitivo? Aunque no sería imposible que las completivas fuesen una simple
aclaración de esa sortem iniquam sin especificar ("el padre tendrá que ser llorado

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ROCÍO CARANDE HERRERO Y CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

por su suerte injusta: el haberme perdido a mí, que tanto lo quería"), no es des-
cabellado pensar en la posible influencia virgiliana: cf. Aen. 6.332 multa putans
sortemque animo miseratus iniquam, 12.243 infectum et Turni sortem miserantur
iniquam, con las debidas adaptaciones —tal vez por encima de consideraciones
métricas— a la situación de Calpurnio. La segunda dificultad de tipo métrico la
plantea el v. 3. Sin duda el esquema del hexámetro, perfecto con patrem:
amississe pium patrem deditumque sepulcro: --I--I-/-1-/--I---I--,

ha debido de llevar a la mayor parte de editores a leer patre(m). Pero lo cierto


es que en el soporte se lee pate y sólo deja de verse la última letra (totalmente
erosionada), que no puede ser más que una r. Salvamos así la sintaxis (un buen
sujeto para miserandus) y el significado del texto (porque es el padre el que es
digno de compasión por su hijo perdido y enterrado), debiendo reconocer un error
prosódico (4° pie troqueo) por parte del versificador. Ya Bücheler había presu-
puesto una restitución pa[ier], también defendida por HIV 36, n. 62. Por lo que
respecta a pium, podemos entender que se refiere al difunto (me), que es quien
toma la palabra a lo largo de todo el poema. Sobre dedit(um)que apenas sí nos
caben dudas, como decíamos supra, precisamente por la interpunción tras la t,
que parece indicar una abreviatura interior (como en 1. 4: q(ui)cumque y en 1. 9:
d(ies)que).
V. 4: El verso 4, algunas de cuyas letras están bastante desgastadas, ha sido
peor leído e interpretado incluso de lo que permite el soporte. Es suficientemente
visible quam bene (tras la observación del soporte debemos descartar pene) iam
(la m no del todo clara) gesse ann(os) XXVI m(enses) VI d(ies)que VIII. ¿Cómo
entender este verso, solo y en el conjunto del poema? No nos caben dudas sobre
la <G> de gesse (exactamente igual, desde el punto de vista paleográfico, que
la de genitore [1. 10], regna [1. 19] y ego [1. 20]), que sin embargo nadie hasta
ahora ha leído. Entendemos que se trata de la primera persona gessi, cuya última
vocal ha sido confundida por el lapicida; éste debió de tener problemas para in-
terpretar su minuta en lo que se refiere a i/e: cf. 1. 20 tenetes x tenetis, y quizá
1. 17 qui x qu(a)e. Expresiones como gerere annos o gerere uitam, además de
tener precedentes literarios (cf. Suet. Dom. 1.1.6 primae adulescentiae tempus...
tantaque infamia gessisse fertur), conocen no pocos paralelos en la poesía epigrá-
fica (CLE 2234,5 bis denos carpens uitae [qui gesserat annos] quattuor; 2202,3
ipse ter denus et lustra sic gesserat annus; 511,4 annos (quinquaginta) munus
uno gessit). Continúa, pues, el difunto hablando en primera persona para decir-
nos su edad, detallando los años, meses y días vividos —costumbre habitual en la
epigrafía pagana—, y sin esforzarse en lograr un hexámetro digno de tal nombre
—lo que tampoco es precisamente raro cuando se quiere expresar la edad que al-
canzó un difunto (Fernández 1999). Respecto a las formas quam y bene a comien-
zos de verso, descartamos el p(a)ene, de algunos editores anteriores; al estar la
superficie de la piedra ligeramente dañada a la altura de esta letra, lo que en rea-
lidad es el óculo inferior de la <B> ha podido interpretarse como un simple ara-

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EDICIÓN Y COMENTARIO DE LOS CARMINA LATINA EPIGRAPHICA...

ñazo. La ausencia absoluta de paralelos para la secuencia quam paene y la difi-


cultad de entender el significado de paene ("apenas", "casi", etc.), junto a datos
detalladísimos sobre la edad (años, meses y hasta días), nos ayudan a confirmar
esta lectura. Sí se conoce, sin embargo, la secuencia quam bene, en contextos
muy similares (cf. CLE 1549,15 quam bene bis senos florebas, parue per annos;
1403,17 quam bene cum ingenio florebat pulchra iuuentus).
Vv. 5-8: Esta serie de versos insiste en los distintos tópicos relacionados con
la mors immatura: la soledad y el abandono de quienes siguen con vida: mater
uidua...superstat (v. 9), genitore relicto (v. 5), coniux...relicta cum paruolo filio
(v. 8), con paralelos como CLE 1055,8 fleuit et adsidue maestus uterque parens;
el dolor causado a los vivos con la propia muerte: mater misera palmis que ubera
tundens (v. 6), expresión recurrente en numerosos textos literarios y epigráficos
(cf. Heene), entre ellos uno especialmente significativo de Ovidio: ars 1.535 iam-
que iterum tundens mollissima pectora palmis, que muestra muchos puntos de
contacto con nuestro verso 6: iamque-iam, tundens, pectora-ubera, palmis-pal-
misque). Para el tratamiento en poesía epigráfica de todos estos motivos, cf. Lier
(1903), 453, 456, 464, 466; Lattimore 1962, 203, 205.
Desde el punto de vista lingüístico, sólo cabría destacar la monoptongación
de ae en amb(a)e (1. 13); podría repetirse la misma monoptongación en la forma
qu( a)re (1. 17), si aceptamos la confusión del lapicida mencionada supra.
Pero no son pocos los problemas métricos que plantean estos versos:
5 Conditus ego iaceo misero genitore relicto -- -I- —I 4-14-1-- -I--
iam mater misera palmisque" ubera tundens -- I -/-1-/-1--I--I--
et soror infelix comitantur luctibus ambae --
coniux cara mea relicta cum paruolo filio --I-- -1-/-1---I--- I -

El verso 5 presenta un inoportuno proceleusmático en el segundo pie, cuando


todos los problemas se hubiesen solucionado con la simple sustitución de ego por
hic, en la secuencia de condere más un deíctico, que es habitual en la poesía epi-
gráfica: cf. CLE 1060,1 condidit hic miseri mater duo funera paIrtusl; 1509,1
hic est condita; 1476,1 hic condite corpus; 2205,1 conditum hic tumulom; 1071,2:
conditus hoc tumulost.
El verso 6, pese a contar con el mencionado modelo de Ovidio, presenta una
sílaba breve en tiempo fuerte en el tercer pie y un hiato entre el cuarto pie (que
además es un troqueo) y el quinto.
En el 7, sin embargo, se ha conseguido componer un hexámetro correcto.
Y en el 8, el versificador, poco hábil, ha colocado una breve en tiempo fuerte
en el tercer pie; y, finalmente, tres créticos en los pies cuarto, quinto y sexto. De
manera que no se resuelve el hexámetro, sino sólo el 6° pie, con la sustitución
de filio por nato que propuso Gil 1976, 561.
V. 9: Por último, este verso, de texto problemático, insiste en la soledad de
quien sobrevive a los muertos: casta mater uidu<a> n(un)c mihi uita sup(r}e(r)stat.
No dudamos de la lectura n(un)c, cuya abreviatura interior seguramente iba a ser

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ROCÍO CARANDE HERRERO Y CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

marcada por el signo de interpunción que aparece en otras semejantes ya señaladas


supra; de hecho hay un espacio considerable en la piedra entre n y c. El lapicida
debió de dejar el hueco para dicha interpunción, que finalmente olvidó. Gil (1976,
561) sospechó que Hübner había leído mal este verso del epitafio y que en realidad
en la piedra debió estar escrito mi inuita, como en otros casos similares (cf. CLE
1142,13). Pero lo cierto es que la piedra, nada erosionada ya en esa parte final
(línea 16), nos deja leer con claridad mihi uita.
Entendemos uita como ablativo ("en vida"), insistiendo en la idea expresada
por el verbo superstat, es decir, en la supervivencia de la madre. Pero este verbo,
además de verse afectado por una vulgar metátesis consonántica (similar a la que
encontramos en otro poema epigráfico procedente de también de la Bélica, /CERV
287: prestrepit x perstrepit, tiene un sentido no clásico, no documentado hasta
principios del s. VI d.C., en Ennodio: cf. MG AA 7, CDLXV.1 Corpore deuincto
moritur quicum que, superstat.
Pero ni siquiera es clara la estructura métrica del verso 9:
casta mater uidua nunc mihi uita superstat

pues tiene un crético en el primer pie y una sílaba breve en tiempo fuerte en los
pies tercero y cuarto, que así resultan ser yambos; además, la final larga (átona)
de uita forma parte de un elemento bisilábico.
Vv. 10-11: qu(a)fe nostrum tumulum (h)onorauit corpus fo(s)sa im[a]
[--nete I pihi parentes regna qui mundi tenetrils. El sentido parece claro: la pri-
mera parte del v. 10 continúa el mensaje comenzado en el nueve: la madre, aún
viva, es quien ha preparado las honras fúnebres del hijo; finalmente, los padres,
que siguen en el mundo de los vivos, dejarán al hijo reposar bajo tierra. El re-
lativo con que comienza el verso 10 parece ser la forma masculina; de hecho, es
qui lo que se lee en la piedra con suficiente claridad. Y sin embargo, el antece-
dente es sin duda la madre; esto no sería un escollo del todo insalvable, dado
que no pocas veces, en latín vulgar, las formas masculinas qui y quem se exten-
dieron al femenino (cf. Váánánen 1975, 201). Pero, puesto que el lapicida con-
funde fácilmente las vocales ehi (recordemos la forma gesse de 1. 8, y el tenetes
del v. 11), y el texto presenta otro caso seguro de monoptongación de ae (1. 13:
amb(a)e), no parece descabellado pensar que, en efecto, debe leerse quae. Por
otra parte, a onorauit la falta la h- inicial, que desde siglos antes ya no se articu-
laba, conservándose simplemente en la grafía y utilizándose incluso como sim-
ple signo diacrítico para evitar contracciones, como sucede también en pihi en el
v. 11 (cf. Fernández 1995, 271-280). Además, según algunos editores (ver apa-
rato crítico) el betacismo habría provocado que una forma de futuro (honorabit)
aparentara ser un perfecto (honorauit); de hecho Carnoy 1971 cita precisamente
este ejemplo (128 ss.) para hablar del betacismo de Hispania. Si bien desde el
punto de vista fonético no hay ningún problema para admitir ese cambio, no pa-
rece necesario para la comprensión del poema: "mi madre, aún viva, ha preparado
mi tumba".

296
EDICIÓN Y COMENTARIO DE LOS CARMINA LATINA EPIGRAPHICA...

La parte más problemática del texto es el final del verso 10, que se halla en
una zona muy erosionada del soporte. Tras corpus –que debe de ser complemento
directo de otro verbo posterior, porque el anterior ya tenía tumulum–, aparece un
ablativo fos(s)a im[a], cuya primera <F> es dudosa (podría ser una <E>, aunque
el hecho de que sus dos travesaños sean muy oblicuos nos hace inclinamos más
bien por una <F>, de acuerdo a la paleografía del texto); la geminada está sim-
plificada en la grafía, y hemos restituido la última a de ima porque está del todo
borrada. Junto a ella, queda sitio para tres o cuatro letras más, que completarían
probablemente una forma verbal en imperativo, de la que conservamos las tres
últimas letras (ete). No es fácil decidir qué forma verbal sería ésta; el difunto se
dirige ahora a sus padres a modo de despedida, en un diálogo relativamente fre-
cuente en la poesía epigráfica (cf. Krummrey 1961, que ofrece un buen catálogo
de ejemplos, y Fernández 2002): ellos, que aún siguen en el mundo de los vivos,
deberán abandonar su cuerpo en una fosa profunda. Esperaríamos, pues, un verbo
como condere, ponere o alguno de sus compuestos (deponere, por ejemplo); sin
embargo, la terminación -ete reclama, en principio, un verbo de la segunda (flete,
dolete, lugete, saluete...). De cualquier modo, el v. 10 desborda el esquema del
hexámetro:
quae nostrum tumulum" honorauit corpus fossa ima [—Me --1-1--1-1- 1 E.
En cuanto al v. 11, presenta dos alargamientos: uno en sílaba tónica en el
primer pie y otro en tiempo fuerte en el cuarto:
pihi parentes regna qui mundi tenet lils
V. 12: Tras la tópica petición del difunto a los padres –para que, olvidados
de su cuerpo enterrado, disfruten de la vida– el verso final alude al descanso
eterno, libre de preocupaciones, dentro también de un tópico epigráfico muy pro-
ductivo (cf. CLE 1274.2 nunc careo poenis, pace fruor placida; 1964.2, 2180.4,
etc.). Su escansión tampoco está libre de problemas, pues el segundo pie es yambo:
hic ego sepultus iaceo placidus que quiesco:
Finalmente, la tópica fórmula del subscriptum está incompleta (le falta la
forma est), tal vez por simple olvido del lapicida.
9) Traducción: Consagrado a los dioses Manes. Marco Calpumio Lucio,
decurión. Quienquiera que desees llorar mi destino en esta lápida, contén un mo-
mento tus lágrimas. Es mi padre quien es digno de compasión por lo injusto del
azar: haberme perdido a mí, un hijo piadoso, y entregado al sepulcro. ¡Qué feliz-
mente viví veintiséis arios, seis meses y ocho días! Aquí estoy enterrado, dejando
a mi pobre padre abandonado. Mi desgraciada madre, dándose golpes de pecho,
y mi hermana desdichada lo acompañan ambas en su llanto. Mi querida esposa,
a la que he dejado con un niño pequeño, una madre irreprochable, viuda ahora,
me sobrevive; ella ha preparado mi tumba. Enterrad mi cuerpo en una fosa pro-

297
ROCÍO CARANDE HERRERO Y CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

funda, queridos padres, vosotros que habitáis el reino de los mortales: aquí estoy
enterrado y en paz descanso.
10) Cronología: El epitafio se fecha a finales del siglo II o comienzos del
III. CILA SEVILLA fundamenta esta datación en el tipo de letra y en la abreviatura
del nomen Cal(purnius).

CILA SEVILLA 11.4, 1031. Vidimus 7-2-2001 (foto 2)


1) Procedencia: Castilleja de Talhara (Aznalcázar, Sevilla) (Olontigi; sobre
el nombre y la localización de esta ciudad, cf. CILA SEVILLA, IV, 21-22). Según
transmiten los anteriores editores, se encontró hacia 1940, en un estado sumamente
fragmentario. Su propietario, el Excmo. Sr. Marqués de las Torres de la Pressa,
la donó al Museo Arqueológico Provincial de Sevilla en el año 1946. Sus frag-
mentos, algunos de ellos muy deteriorados, sobre todo los del perímetro, fueron
reconstruidos por Francisco Collantes de Terán.
2) Lugar de conservación: MAP de Sevilla (n° inv. 2679), en la sala XXVI,
junto a otras antigüedades visigóticas.
3) Descripción física: placa de mármol negruzco, rota en múltiples fragmen-
tos (86 según Collantes de Terán), aunque reconstruida. Los fragmentos han sido
unidos con cemento muy oscuro, casi del mismo color que el mármol. Dicha unión
afecta al texto en la mayor parte de los casos e incluso, en algunos puntos con-
cretos, dificulta la lectura, pues no llega a distinguirse con total claridad hasta
dónde llega la restitución. Gran parte de las letras han sido completadas por el
restaurador, e incluso en la 1. 3 la última <O> ha sido trazada directamente sobre
el cemento. Falta la parte superior del soporte, en la que hemos perdido, al me-
nos, una línea; sólo quedan restos indescifrables, tal vez de cuatro letras.
No presenta elementos decorativos. Quizá los restos ilegibles de la supuesta
primera línea fueran fragmentos de algún motivo ornamental visigótico: crismón,
palomas, etc.; sobre todo porque dichos restos están perfectamente centrados en
el soporte. Tendríamos así una placa típicamente visigótica, cuya parte versificada
comenzaría con el nombre propio de la difunta; el texto finaliza con la mención
de la era, también centrada y en letras más grandes, como veremos.
Los dos laterales están sin desbastar. En algunos de los fragmentos del lateral
izquierdo hay huellas de que el campo epigráfico estuvo enmarcado e incluso re-
hundido unos dos milímetros.
Dimensiones del soporte: (113,5) x (56) x 2,20. Las reconstrucciones del lado
derecho no permiten determinar con exactitud la anchura del soporte, aunque la
medida que se da debe de ser bastante verosímil.
Dimensiones del campo epigráfico: (113,5) x (53,5): sólo conservamos hue-
llas de la delimitación a la izquierda.
Altura de las letras (sólo damos las medidas de las que se conservan íntegras,
sin restaurar): 4-4,2; 4,2; 4-4,5; 4,2-4,5; 4,2-4,5; 4,2-5; 4-4,5 (el nexo <OS> mide

298
EDICIÓN Y COMENTARIO DE LOS CARMINA LATINA EPIGRAPHICA...

Foro 2.

299
ROCÍO CARANDE HERRERO Y CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

5,5); 4,3-4,8; 4,3-4,5; 4,2-4,5 (en esta línea hay una <I>, aunque incompleta, mu-
cho más pequeña que el resto, entre 1,5-2); 4-7 (hay una <A> de 2,5).
Espacios interlineales: la excesiva fragmentariedad no permite medir con exac-
titud estos espacios; en los pocos casos en que se puede ver, hay aproximada-
mente 4 cm. Entre la última línea y el final del campo epigráfico conservado hay
14,5 cm.
La compaginación es buena. Los versos (hexámetros) van sistemáticamente
partidos en dos líneas entre el 7° y el 8° elemento, salvo en el verso 5, donde el
corte va detrás del quinto elemento; probablemente esto se deba a que ese 5° verso
tiene dos sinalefas, y en consecuencia algunas letras más que los demás, de modo
que el lapicida tuvo que anticipar el corte por falta de espacio. En los versos 1,
3 y 5 el corte del verso coincide con la cesura heptemímeres. La segunda parte
del verso se ha sangrado en todos los casos.
El texto está grabado en capital redondeada, típicamente visigótica. La inci-
sión es profunda y regular. No hay huellas de pautado. Hay un signo de interpun-
ción triangular al final del verso 2 y línea 4; huellas bastante evidentes de otro
al final de línea 2. El estado excesivamente fragmentario no permite ver ninguno
más, pero tal vez estuviesen marcados con interpunción todos los finales de verso.
Hay letras embutidas en las 1. 1 (<CI>), 5 (<LI>) y en la cifra de la fecha
(<LXX>). Nexo en la 1. 7 (<ÓS>) y una abreviatura en la 1. 10 (kalend), marcada
con un trazo oblicuo atravesando la <D>. La <A> no tiene travesaño horizontal,
excepto en la 1. 2 (r <A> de amabile), en que ha sido trazado por el restaura-
dor. La <B> tiene el óculo superior notablemente más pequeño. La <E> tiene los
tres brazos muy cortos; casi como una <I> con un ligero trazo central. La <G>
tiene el trazo central muy redondeado, pero el texto sólo contiene una y es obra
del restaurador. La <H> tiene el travesaño doblemente curvado. La <K> es típica-
mente visigótica, con el trazo vertical bastante grande y los dos trazos oblicuos
muy cortos. El trazo horizontal de la <L> es muy corto, salvo en los casos en
que lleva otra letra embutida. Los ángulos de <M> y <N> no llegan hasta la lí-
nea de caja; en el caso de <N>, tampoco el brazo derecho se prolonga siempre
hasta la misma línea de caja. La <O> es ovalada, tanto que a veces tiene incluso
ángulos arriba y abajo. El óculo de la <P> es muy pequeño, como el superior de
la <B>. La <Q> es ovalada, como la <O>, casi angular, y su trazo se prolonga
bastante (en la l a mucho más que en la 2). La <R> tiene el óculo muy pequeño;
su trazo derecho es de incisión más superficial y no acaba en vértice (la restitución
de algunas no siempre es uniforme). La <R> de sors, en la 1. 6, parece haber
sido corregida desde una <P> grabada por error. La <S> prolonga en forma de
cola su trazo inferior; a veces es algo más larga que el resto de las letras. El trazo
superior de la <T> es casi imperceptible. La <U> es muy redondeada. La <X>
está trazada cuidadosamente, como si se tratase de un dibujo; su trazo derecho
se prolonga en ligero arco hacia abajo. En la última línea, la de la fecha, la <E>
de era es redondeada y grande; la cifra <D> es minúscula y redondeada, como
es habitual en la epigrafía de la época.

300
EDICIÓN Y COMENTARIO DE LOS CARM1NA LATINA EPIGRAPHICA...

4) Bibliografía:
111V, 13, 96, Ap. 5; ICERV, 536; CILA SEVILLA 11.4, 1031 (bibl. y fot.:
lám 608); Sanders 1991, 315, n. 114, 355, n. 33, 57 y n. 76; Salvador 1998, 143,
n. 249.

5) Texto:

++++
marciana pium nobis
et amabile nomen o
occurrit subito sed [--]
5 rior altera uita o
redditur in mehus caeli
sors altera uitae
hic decies senos annós
et bisq quaternQs
10 uixisti undecimo au-
gustas obiisti kalend
era DCLYXXVI

6) Texto dividido en versos:


Marciana, pium nobis et amabile nomen.
occurrit subito sed [-2-]rior altera vita,
redditur in melius caeli sors altera uitae.
hic decies senos annos et bisq(ue) quaternos
5 uixisti, undecimo augustas obiisti kalend(as).

7) Aparato crítico:

1. 3: occ[urrit] 10ERV, Salvador 1998; occ...rit Fernández-Chicarro -


Fernández; occ[ur]rit CILA II orior Collantes de Terán, Fernández-Chicarro - Fer-
nández; [p]rior C1LA; [ue]rior alii.
1. 7: ann(o)s CILA.
8) Comentario: Epitafio cristiano en memoria de Marciana, muerta a la
edad de sesenta y ocho años. El texto está compuesto en hexámetros, cada uno
de ellos partido entre dos líneas, y cuyos finales probablemente estuviesen mar-
cados mediante un signo de interpunción en las líneas pares (se conservan hue-
llas bastante evidentes de estos signos tras los dos primeros versos). La escan-
sión sería la siguiente:
Marciana pium nobis et amabile nomen
occurrit subito sed [—]rior altera vita

301
ROCÍO CARANDE HERRERO Y CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

redditur in melius caeli sors altera uitae --1-1-1-1-1-1-1--1-


hic decies senos annos et bisq(ue) quaternos --1-1-1-1-1-1-1--I-..
5 uixisti undecimo augustas obiisti kalend(as) - -I --1-1-1 —1--I -'=•

El v.1 tiene un troqueo en el primer pie, debido a la presencia del nombre


propio. En el 2 debemos restituir una larga como primer elemento del 40 pie; el
espacio que queda a la derecha del soporte nos permite suponer alrededor de dos
letras, por lo que proponemos uerior (como ya hizo Mariner), purior o serior,
como explicaremos infra. Los vv. 3 y 4 son correctos. El v. 5 presenta en obiisti
una abreviación en sílaba final postónica, nada rara a partir del latín tardío cuando
se trata, como aquí, de una sílaba abierta.
El soporte está incompleto por la parte superior, aunque no por la inferior,
lo que permite leer el final del epitafio —la fecha de muerte— e incluso se con-
servan 14,5 cm. hasta el borde inferior. Por ello, Mariner (111V, 217-218) supuso
que faltaría el primer verso —más o menos así: inspice, quisquis ades, titulum et
cognosce uiator—, siendo Marciana entonces un nominativo denominativo; o in-
cluso más de un verso, en cuyo caso Marciana podría ser sencillamente un vo-
cativo. De hecho, como ya habíamos dicho en la descripción física del soporte,
quedan algunos restos de una supuesta primera línea, restos centrados en el soporte
y que podrían corresponder a tres o, como mucho, cuatro letras. La colocación
central de esos restos nos hace pensar que quizá no se trate de una línea de texto,
sino de algún tipo de iconografía: alguna variedad de crismón, o cualquier otra
figura propia de la simbología cristiana. Así, el epitafio respondería a una tipo-
logía propia de la época: el crismón (o cualquier otro símbolo cristiano), el nom-
bre del difunto para comenzar la inscripción y, para terminar, la fecha de muerte
centrada en el soporte y con datación por la Era Hispana; así en ICERV 31, 42,
88, 108, 172 y un largo etcétera.
El hecho de que la sintaxis del epígrafe suela supeditarse al esquema métrico,
además de la interpunción tras las líneas pares (en coincidencia con los finales
de verso), nos hacen sospechar que los versos sean unidades de sentido, lo que,
sin duda, resultaría más fácil a un versificador no muy diestro. Así, entenderíamos
Marciana como un vocativo, seguido de una aposición (pium et amabile nomen);
no es infrecuente, de hecho, en la poesía epigráfica que nomen vaya modificado
por adjetivos de este tipo (cf. CLE 249 memorandum nomen; 1216 memorabile
nomen; 696, 1336, 1184, etc. nomen dulce).
Los versos 2 y 3 no son fáciles de interpretar; tras el vocativo Marciana y
su aposición pium et amabile nomen, entendemos que occurrit encabeza una ora-
ción, precediendo a su sujeto; hay ejemplos similares, con la misma forma en
igual posición; cf. Lucano 5.601 occurrit gelidus Boreas pelagusque retundit, Vir-
gilio Aen. 5.9 occurrit tellus, maria undique et undique caelum, y sobre todo,
con el sujeto a final de verso, Ovidio her. 10.81 occurrunt animo pereundi mille
figurae. Al final de la 1. 3 existe una laguna ante el final -rior, que denuncia un
adjetivo en grado comparativo o intensivo: purior o uerior, como ya restituyó

302
EDICIÓN Y COMENTARIO DE LOS CARMINA LATINA EPIGRAPHICA...

Mariner (IHV, 218). Ninguno de ellos conoce paralelos en la epigrafía cristiana


junto a la palabra uita, pero ambos existen en contextos similares, es decir, re-
feridos a la vida auténtica, la del cielo (cf. CLE 1367 purior aetherias graderis;
908 uera salus). También podríamos proponer la restitución de serior con valor
intensivo, que parece adecuada a la avanzada edad (68 años) de la muerte de
Marciana; no faltan secuencias en las que sere I serus aparece con valor predi-
cativo, cf. CLE 1128.5 cur modo tam praeceps, iterum tam sera fuisti?; 1805.2
hanc statuit Marcianus / serius in regnum missus post... (s. V); Ovidio,
her.11.21-2 O utinam, Macareu, quae nos commisit in unum,I uenisset leto serior
hora meo!, 19.14 diluitur posito serior hora mero.
Otra de las dificultades sintácticas mencionadas reside, precisamente, en la
unión mediante sed de ese adjetivo a un adverbio (subito): "Te sobreviene, aunque
de forma repentina, la otra vida"; el sintagma altera uita con este sentido está
documentado en Agustín de Hipona, passim.
Igualmente oscura resulta la sintaxis del verso siguiente, el 3, con una repe-
tición de sustantivos en genitivo (caeli y uitae), quizá con la intención de aclarar
el sentido del mensaje del verso anterior; cf. Aug. Hip. carm. 24.803 caeli uitam
in terris age. En ese mismo verso el poeta, no muy versado, ha echado mano del
sintagma redditur in melius para hablar del cambio a mejor que supone la vida
eterna: "otra clase de vida, la del cielo, se te da para mejorar"; un sintagma que
no conoce paralelos exactos, pero sí aproximados, tanto en la poesía literaria
(Verg. Aen. 11.426 rettulit in melius) como en la epigráfica (CLE 720,3 mutasti
in melius cum gaudia uite). Son temas, por lo demás, frecuentes en la epigrafía
cristiana (cf. Sanders, 315 y 355).
Finalmente, el poema logra encajar con éxito en el verso la edad de la difunta
(vv. 4-5), recurriendo para ello a la combinación y coordinación de multiplicati-
vos e incluyendo un innecesario —que para cuadrar bien el hexámetro (cf. a este
respecto P. Cugusi, Aspetti letterari dei carmina latina epigraphica, Bologna
1996, 395, que cita el primer verso de una inscripción de finales del s. IV pu-
blicada por Buonocore en Suppl. ¡tal. n.s. II, 129 n.: quanta sit claritas tanta que
benignitasque; cf. también Fernández 1999). Pero junto a esta tradición de origen
pagano, el dedicante, en la línea de los epitafios cristianos (cf. Fernández 2000)
nos ofrece la fecha exacta de la muerte; y lo hace, como era lo habitual en la
época, según la Era Hispánica (sobre el origen, significado y forma de la palabra
"era". véase Mnlern 1999).

9) Traducción:

Marciana, nombre querido para nosotros y digno de ser amado. Te sobreviene


de forma repentina la otra vida,...; otra clase de vida, la del cielo, se te da para
mejorar. Aquí viviste 68 arios y moriste el 22 de julio. En la era 686.

10) Cronología: 22 de julio del año 648 d.C.

303
ROCÍO CARANDE HERRERO Y CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

CILA SEVILLA I, N° 321. Vidimus 13-2-2001 (foto 3)


1) Procedencia: Ilipa (Alcalá del Río, Sevilla). Según CILA SEVILLA
(I, n. 321), fue encontrado en Alcalá del Río en 1974, ignorándose las circuns-
tancias de su hallazgo.
2) Lugar de conservación: MAP de Sevilla (n° R.E. 24.709), en el al-
macén.
3) Descripción fisica: pequeño fragmento de placa de mármol blanco, de
forma trapezoidal. El fragmento ha perdido todos sus márgenes y presenta hue-
llas de erosión en su mitad derecha, sin que sea imposible la lectura de lo que
queda de texto. Éste parece contener la parte final de cuatro versos, aparente-
mente dísticos elegíacos; la línea 1 correspondería al primer hexámetro del carmen.
La existencia de un espacio vacío por encima de los versos hace sospechar que
haya habido algún tipo de praescriptum (tal vez D.M.S.), centrado en el soporte,
del que no queda huella alguna. Por debajo y en la parte derecha, quedan restos
de lo que probablemente sería otra línea, que no llega a leerse; podríamos supo-
ner la fórmula abreviada S. T T. L., que sin embargo no llegaría hasta el margen
derecho.
El estado fragmentario no deja ver signos de moldura o cualquier otra deli-
mitación del campo epigráfico. El soporte está pulido por ambas caras.
Dimensiones del fragmento: (8,7) x (8,5) x 3,5.
Altura de las letras: 1; 1-1,2; 1,1; 0,9-1,2.
Espacios interlineales: 2,5; 0,3-0,5; 0,3; 0,3-0,5. Como puede observarse, en-
tre la 1. 1 y el borde superior conservado hay una distancia considerablemente
mayor que entre el resto de las líneas.
La compaginación parece cuidada. Da la impresión de que los versos pares
(probablemente pentámetros) están centrados con respecto a los impares (pro-
bablemente hexámetros); los restos de texto conservado muestran que los ver-
sos impares ensanchan sus letras finales, sin duda para agotar todo el espacio del
soporte.
El texto está escrito en capital libraria, de incisión algo tosca. Aparecen
signos de interpunción (puntos centrados) para separar todas las palabras, unas
de otras. La <A> no tiene travesaño horizontal. La <B> tiene los dos óculos
prácticamente iguales. La <M> y la <N> son de ángulos grandes, que abarcan
toda la superficie vertical de la letra. La <O> es circular. La <V> presenta el
trazo derecho más vertical que el izquierdo. Hay una <I> longa en obit, no del
todo segura, pues la piedra presenta unas incrustaciones que pueden llamar a
error.
4) Bibliografía: Fernández-Chicarro, 38, n° 8 (con foto); CILA SEVILLA
I, n° 321. Hep. 4, 651; Millán 1989, 186, XLII; R. Hernández, Poesía latina se-
pulcral de la Hispania romana: estudio de los tópicos y sus formulaciones, Valen-
cia 2001, 12-13.

304
EDICIÓN Y COMENTARIO DE LOS CARMINA LATINA EPIGRAPHICA...

Foro 3.

305
ROCÍO CARANDE HERRERO Y CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

5) Texto:
c o miserab
eos o
ntibus o ann
+dus o obit
+++

6) Aparato crítico:
1. 1: [12]oc CILA, Hep II miser ab Hep;
1. 2: los Fernández-Chicarro;
1. 3: [---flore]ntibus CILA.
1. 4: itus CILA, Hep II bus Millán 1989.

7) Comentarios:
El texto, pese a su estado fragmentario, permite hacer algunas apreciaciones.
Se trata sin duda de un epitafio versificado; la disposición del texto sobre el frag-
mento parece indicar que se trata de un par de dísticos elegíacos, cuya escansión
sería la siguiente:
[---]c miserab[----] [-001-001-091-]1-1-[—H]
[---kos [-091-001-11---1-1-=.
[---]ntibus ant[---] [-Kir-oil-mi-H-1-H
1----Idus obit [-0131-001-11--1-]—k

El primer verso plantea un problema de longitud; dada la colocación del pre-


sunto pentámetro siguiente, esperaríamos que el final de la línea no estuviera
muy lejos de ese miserabl4; sin embargo, el hexámetro no puede terminar con
una palabra semejante (---), y por otra parte la situación de miserabilislmi.
serabile dentro del hexámetro, tanto en la poesía de autor —todos los casos de
Virgilio, Lucano y Estacio— como casi siempre en la epigráfica, es tras la cesura
heptemímeres. Por lo tanto, habría que suponer la existencia de una palabra final
de dos elementos (un sustantivo neutro como funus, fatum, etc.; si fuera un mascu-
lino, tendría que empezar por vocal para no trabar la final del miserabilis ante-
rior). No parece haber ningún problema para restituir Moic en esa misma línea,
ni [m]eos en la siguiente.
La restitución de CILA para 1. 3 florentibus annis, que constituye un correcto
final de hexámetro, nos sitúa ante el tópico de la mors immatura, recurriendo a
un sintagma que tiene paralelos en CLE: cf. 1004,2 f/orentes annos mors ipsa
eripuit; 2140,1 florentes annos mors subita eripuit; 803,1: florentes annos subito
nox abstulit atra, entre otros muchos; aún más, idéntica secuencia en final de
hexámetro presenta el epitafio cordobés CIL 112/7,498 (CO 4 en esta colección),
v. 1 <Mussia> bis denis Agele florentibus annis. En la inscripción que nos ocupa,
sin embargo, lo único que parece seguro es que se trata de un participio de pre-

306
EDICIÓN Y COMENTARIO DE LOS CARMINA LATINA EPIGRAPHICA...

sente en dativo o ablativo de plural, y sería igualmente verosímil una restitución


como labentibus (cf. CLE 763.2 quae uixit bis denis et nouem sima labentibus
annis), currentibus (cf. CLE 1376.7 rexit Romuleos fasces currentibus annis) y
uoluentibus (cf. Verg. Aen. 1.234 certe hinc Romanos ohm uoluentibus annis,
CLE 2100.20 et tribus adiectis metas uoluentibus annis); sobre este tópico,
cf. R. Hernández 2001, 12-13.
La línea 4 permite deducir que el difunto sería un joven, pues ese -dus debe
de esconder una forma como flendus o miserandus. Ninguna de ellas entorpece-
ría el final del pentámetro y todas tienen buenos paralelos en CLE, sobre todo
en los que lamentan la mors immatura: cf., en la misma posición del verso, 1214.2
y 10 tu quoque flendus eris.
En definitiva, se trata de un epitafio en verso, quizá dedicado por sus padres
a un joven muerto antes de tiempo. Probablemente fuese precedido de la dedica-
toria a los Manes (D.M.S., como era habitual en el occidente peninsular). El la-
mento está expresado en primera persona en su primera parte (1. 1-3; cf. 1. 2 meos);
el último verso daría cuenta en tercera persona de la muerte del joven. Este cam-
bio de personas es frecuente en la poesía epigráfica; cf. al respecto Horsfall 1985,
251-272. Finalmente, y como hemos señalado supra, tal vez en la última línea
apareciesen las fórmulas abreviadas H.S.E.S.T.T.L, con un tamaño de letra algo
mayor que las restantes y centradas con respecto al texto. Quedan, de hecho, hue-
llas ilegibles de al menos tres letras y más de la mitad del trazo vertical de la
<L>, a la misma altura que el final de la primera <N> de ANN en la 1. 3.

8) Traducción:
(Consagrado a los dioses Manes).
...este lamentable (destino?). A los míos... en mis (mejores?) años. Digno
de (compasión) ha muerto.
(Aquí está enterrado. Que no te pese la tierra).
9) Datación: S. III d.C., por el tipo de letra.

CILA SEVILLA 893. Vidimus 13-2-2001 (foto 4)


1) Procedencia: Carmona (Carmo). Fue hallada en la necrópolis de dicha
ciudad y se conservó durante un tiempo en su Museo Arqueológico.
2) Lugar de conservación: MAP de Sevilla (n° R.E. 1195), en el almacén.
3) Descripción física: dos fragmentos que, unidos, forman parte de una placa
de mármol amarillento; la línea de unión afecta a la tercera línea conservada, sin
que llegue a impedir su lectura. Se conservan los comienzos de cinco versos, con
sangrado en los pares. El lateral izquierdo, el único que se conserva, está pulido.
La cara anepígrafa está muy desbastada y con restos de haber tenido moldura.
Podemos suponer, puesto que se conserva el lateral izquierdo, que el campo epi-

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Faro 4.

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gráfico no va delimitado por ningún tipo de moldura. La cara epígrafa está muy
pulida.
Dimensiones del fragmento: (12,6) x (8,5) x 1.
Altura de las letras: 1,5; 1,3-1,5; 1,5-1,6; 1,5; 1,9.
Espacios interlineales: 0,9; 1-1,2; 1.
La compaginación parece cuidada y se respeta la frontera de verso. El sangrado
de los versos pares podría indicar que el epígrafe está compuesto en dísticos ele-
gíacos, siendo en ese caso pentámetros los pares. El tamaño de letra, como se ve,
es bastante regular, agrandándose sólo ligeramente en la última línea conservada.
El texto está escrito en capital libraria, de incisión tosca. No presenta signos
de interpunción, ni líneas de guía. Las letras son, en general, muy alargadas. La
<A> tiene el ángulo muy pequeño y cerrado, sin travesaño horizontal, y prolonga
su trazo izquierdo mucho más que el vértice del ángulo. La <B> tiene el óculo
superior más pequeño. La <C> es muy poco redondeada. La <H> tiene el tra-
vesaño oblicuo, cayendo de derecha a izquierda, así como el trazo izquierdo más
alto. La <M> prolonga hasta abajo el vértice central y sus ángulos son muy peque-
ños. El óculo de la <P> no está del todo cerrado. La <R> tiene el óculo cena-
dísimo. La <S> no es redondeada, sino muy alargada, con dos pequeños trazos
angulares arriba y abajo.
4) Bibliografi'a: Bendala 1976, 103, n. 34; CILA SEVILLA 893 (fot.:
fig. 530); R. Hernández 2001, 29.

5) Texto:

si modo s+
et serug
accipe+
debi
hac

6) Aparato crítico:
1. 2: el CILA // serul CILA;
1. 3: accipie CALA;
7) Comentarios: vestigios de una inscripción sepulcral sin duda métrica,
según se puede inferir, a pesar de la pobreza de aquéllos, tanto de la perfecta
adecuación del texto a un esquema dactílico como de los sangrados de las líneas
pares; esto último es indicio de una probable versificación en dísticos elegíacos,
cuya escansión sería la siguiente:

Si modo si[nt Manes---]

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et serva[---] --14001-11---1-- -1-1


accipe[---] --1[-001-901-901---H]
debi[t---]

Pueden ser, en efecto, los comienzos de tres dísticos, sin que se conserve
nada del supuesto último verso.
Otro indicio seguro de que estamos ante un carmen epigraphicum lo cons-
tituye el sintagma inicial si modo si[nt manes---], cuya restitución, a la vista de
los numerosos paralelos, parece bastante segura (cf. R. Hernández, 2001, 29).
No sería raro incluso que el poema comenzara justo en esa primera línea con-
servada, como, por ejemplo, CLE 1323,1 si modo sunt Manes, sentiant. Sistemá-
ticamente, todos los ejemplos de CLE que contienen este sintagma o cualquier
otro similar (428,14 si sapiunt aliquid post funera Manes; 1057,15 si sunt di
Manes; 1147,3 si quid Manes sapiunt; 1328,3 si sunt Manes; 1329,5 y 1497,3
set quia sunt Manes) van seguidos de algún tipo de petición, aunque sea la muy
formular sit tibi terra leuis. Ello nos ayuda a entender que el serua de la 1. 2
(de cuya a sólo nos queda la parte superior de su trazo derecho) debe de ser un
imperativo, ya sea en singular ya en plural; ambos comenzarían bien el pentá-
metro. Este imperativo respondería al tópico, frecuente en la epigrafía funeraria,
de encargar a alguien que cuide de la sepultura, para no contrariar a los Manes
(cf. 1388,15 nunc commune nobis custus tu serua sepulcrum). Del mismo modo,
sería también imperativo el accipe de la 1. 3, que podría hacer referencia a la
ofrenda fúnebre (el poema, por ejemplo) que hacen los vivos al difunto, o a
cualquier otra manifestación de dolor u homenaje (CLE 1107,2: lacrimas accipe
pro meritis; 249,3: accipe quae pietas ponit tibi dona merenti). En línea 4 tal
vez se introduzca la idea, no menos tópica, de devolver la vida, que sólo es un
préstamo, motivo recurrente que encontramos, por ejemplo, en CIL 11 1235, tam-
bién de Sevilla (debita persolui) (cf. Lattimore 1962, 170, y Lier 1903, 578-583,
con profusión de paralelos; entre ellos, CLE 693,5 reddidi nunc domino rerum
debitum communem omnibus ohm); o la simple referencia al cumplimiento del
deber para con los Manes. A este respecto, resulta especialmente significativo el
ejemplo 1339, 8: siquis post funera sensus, debita sacratis Manibus officia; pues
ofrece no pocos paralelos formales y de contenido con el texto que comentamos:
la condicional retórica sobre la existencia de algún tipo de vida o sentimiento
tras la muerte; el imperativo suscipe (en lugar de accipe) y la ofrenda debida tras
la muerte.

9) Traducción:
*** Si es que *** y cuida *** Recibe ***
10) Cronología: principios del s. III d.C., por la paleografía.

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