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En Torno Al Origen Del Dinero

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EN TORNO AL ORIGEN

DEL DINERO
DANIEL LAHOUD*

Carl Menger expuso en sus Principios de Economía Política1 una


explicación del origen del dinero que forma parte de las cuatro
columnas sobre las que este economista basa su entendimiento
de la Economía como ciencia.2 El texto aunque es señero, está poco
difundido y a pesar de ello es criticado por otros economistas.
Incluso algunos de los trabajos que vamos a reseñar no se refie-
ren al libro, sino a un artículo que mantiene las ideas que origi-
nalmente publicó en los principios Éste documento se publicó
en 1892 en Inglés, partiendo del original en Alemán (1871) en el
Economic Journal. En dicho texto, Menger plantea que el dinero
es producto de la selección natural, proceso que ocurre para re-
solver las complicaciones relacionadas al trueque debido a que
éste último requiere la coincidencia de necesidades y está funda-
mentado en la valoración de uso3 de los bienes. Menger explica:

[…] los individuos únicamente tenían en cuenta, en sus intercam-


bios, el valor de uso de los bienes y todas las operaciones se li-
mitaban a aquellos casos en los que los bienes de que disponía
un sujeto económico tenían para él menor valor de uso que los que

* Economista e historiador. Imparte docencia en las universidades Central de Ve-


nezuela y Católica Andrés Bello de Caracas.
1 Menger, C. (1871), Principios de Economía Política, Unión Editorial, 2.ª ed., Ma -

drid, 1997, pp. 319-337.


2 La referencia a las cuatro bases o ideas embrionarias del pensamiento de Men -

ger son: la Utilidad Marginal decreciente, los Ordenes de la producción, la subesti-


mación de las necesidades futuras ante las presentes y no menos importante ésta
del Origen del dinero, que se enmarcan en la metodología deductiva y apriorística.
Con base a todas ellas desarrolló sus Principios de Economía Política. Este y los docu-
mentos agrupados como Metodología de las Ciencias Sociales, son la propuesta se-
minal que se convertirá en lo que hoy llamamos Economía Austríaca.
3 Se conoce como valor de uso a la utilidad que proporciona el bien al individuo

que lo posee o busca cuando quiere un determinado bien.

Procesos de Mercado: Revista Europea de Economía Política


Vol. IX, n.º 2, Otoño 2012, pp. 381 a 394
382 DANIEL LAHOUD

poseía el otro sujeto, mientras que para este segundo ocurriría todo
lo contrario. A posee una espada que tiene para él menos valor
de uso que el arado de B. Mientras que para B su arado tiene me-
nos valor de uso que la espada de A.4

Debía haber estas coincidencias y además una coincidencia


de encuentro entre las dos personas, por lo que la realización del
comercio por la vía del trueque era casi imposible. Esa imposibi-
lidad, terminaría por convertirse en un serio límite a la división
del trabajo, y al proceso evolutivo que se origina producto de este
fenómeno que es una de las bases del sistema económico.
Menger está deduciendo, que es el método que considera co-
rrecto para la ciencia económica, y lo está aplicando al vasto cono-
cimiento por la vía del trueque, que es una de las características
que debería poseer un economista y nos propone:

Lo cierto que este conocimiento no se produce nunca al mismo


tiempo en todos los miembros de un pueblo. Al contrario, en las
primeras etapas, sólo un reducido número de sujetos económi-
cos advierte las ventajas se derivan cuando, al no poder intercam-
biar sus mercancías por bienes de uso directo, o cuando este in-
tercambio es muy inseguro, aceptan otras mercancías con mayor
facilidad de venta.
Esta ventaja es, de suyo, independiente del reconocimiento genera-
lizado de una mercancía como dinero, ya que este intercambio supo-
ne siempre y bajo cualquier circunstancia un considerable paso
adelante hacia la meta perseguida por todo individuo económico,
a saber, hacerse con los bienes de uso que le son necesarios.5

Por supuesto, Menger está apelando a otro de los pilares de lo


que conforma la Escuela Austriaca de Economía, el conocimien-
to que es desigualmente distribuido, pero que puede ser trasmi-
tido por la colaboración que determina la vida en sociedad. Eso
también condiciona que los distintos pueblos usen como moneda
diversas mercancías, y el economista austriaco usará varios ejem-
plos para dejar en claro esta propuesta.

4 Menger, C. (1871), p. 319.


5 Menger, C. (1871), p. 323, subrayado en el original.
EN TORNO AL ORIGEN DEL DINERO 383

Para Menger era definitivamente distinta su deducción del pro-


ceso que originó el dinero y lo que los historiadores explican sobre
el fenómeno:

[…] El origen del dinero (que debe distinguirse del subgénero


de las monedas acuñadas) es, como hemos visto, del todo natu-
ral y por consiguiente, sólo en muy contados casos puede atri-
buirse a influencias legislativas. El dinero no es una invención
estatal ni el producto de la autoridad estatal es, pues, un factor
ajeno al concepto del dinero. El hecho de que algunas mercan-
cías alcancen la categoría de dinero surge espontáneamente de
las relaciones económicas existentes, sin que sean precisas medi-
das estatales.6

El planteamiento de Menger es deductivo como se afirma


arriba y eso no se entiende a simple vista, pero para descifrar a
Menger es necesario comprender que sus escritos están dirigi-
dos, además de, a exponer sus ideas, para ofrecerlas en contras-
te a la Escuela Histórica Alemana, que al contrario de su propues-
ta se fundamenta en una metodología inductiva y, sobre todo,
una economía que esté sometida al nacionalismo del estado
alemán, el cual está conformándose en el momento histórico de
Menger.
Keynes abogaba por la propuesta contraria y, en su Tratado del
Dinero,7 hizo la descripción de lo que él consideraba que era el
origen del dinero y lo vinculó de un inicio a la existencia de un
gobierno que lo define, él mismo cita a Knapp8 como la fuente de
la teoría que expone. De hecho, Knapp expone que el origen del
dinero procede de una deuda que contrae el gobierno con los par-
ticulares y que él le concede valor por lo que comienza a usar-
se como dinero. Pero Knapp también pertenece al historicismo

6 Menger, C. (1871), pp. 324-326.


7 Keynes, J.M. (1930) Tratado del Dinero (ed. Abreviada), Editorial Aosta, C.A.
Madrid 1996.
8 Knapp, G.F. (1905). The State Theory of Money. Macmillan, London, citado por

Lapasvitsas, C. (2003): Money as «Universal Equivalent» and its origin in Commodity


Exchange. Department of Economics School of Oriental and African Studies. Univer-
sity of London, está disponible en internet en la siguiente dirección: http://www.
soas.ac.uk/economics/research/workingpapers/file28848.pdf [18/03/2011].
384 DANIEL LAHOUD

alemán y pretende imprimirle al gobierno la facultad de ser el


creador del dinero de una manera intuitiva, de hecho, su teoría
es conocida como la del dinero Cartalista o nominalista, y funda-
menta el establecimiento de dineros nacionalistas y con carác-
ter soberano.
Keynes como referimos fundamenta su conocimiento en esta
propuesta y de una manera muy breve pero no menos envolvente,
en el corto primer capítulo de su obra. En ella habla de ladrillos
cocidos, incluso llega a nombrar la Atlántida, el Edén y las Hes-
pérides, para terminar afirmando:

Cuando los reyes de Lidia acuñaron monedas por vez primera,


puede que se tratara de un simple certificado de ley y peso o un
mero acto de ostentación propio de los descendientes de Creso
o sus vecinos de Midas. La estampación de unas piezas de metal
con una marca fue exactamente una demostración de vanidad lo-
cal, patriotismo o propaganda sin mayor alcance. […] No era ne-
cesario, por tanto, que los talentos o siclos fueran acuñados; era
suficiente que las unidades fueran creadas por el Estado, que era
quien definía (con el derecho a variar su definición de cuando
en cuando) el peso y ley de la plata que, a efectos legales, bastaba
para satisfacer una deuda o un pago ordinario, expresado en ta-
lentos o siclos de plata.9

Para Keynes el dinero existe antes de la primera emisión mo-


netaria, pero como decreto o como orden del gobierno que le
da cuerpo a esta institución, por esa razón comienza su expli-
cación por el Dinero-Cuenta, por lo que surge en la emisión de
documentos que permiten cancelar una compra, o una deuda en
el futuro.
Fundamentalmente Keynes quiere desligar la creación del di-
nero de un proceso de mercado, y prefiere abrazarse de la teoría
historicista de Georg Friedrich Knapp afirmando que el dinero
es una creación de la ley, por esta razón desprecia el pasaje de
Heródoto.10

9 Keynes, J.M. (1930), p. 36.


10 Keynes, J.M. (1930), p. 30.
EN TORNO AL ORIGEN DEL DINERO 385

Recientemente Charles Goodhart11 de la London School of


Economics publicó un trabajo en el cual mantiene la división tra-
dicional de criterios, para él, al igual que para muchos economis-
tas y otros tantos historiadores, Keynes representa la posición
Cartalista del dinero, es decir la de creer que el dinero es una insti-
tución inventada por algún gobierno en la noche de los tiempos
y Menger, al igual que quienes defienden el origen del dinero
evolutivo, son denominados Metalistas. El análisis de Goodhart
está destinado a darle una explicación a los sistemas como el del
Euro y justificar el mantenimiento de un Banco Central. No es real-
mente una pieza que permita discriminar si el dinero tiene algu-
no de los dos orígenes, puesto que intencionalmente Goodhart
tiene debilidad Cartalista.
De la misma manera en la que Keynes expresa sus temores por
la conversión del dólar en moneda de cambios internacionales,12
Goodhart siente preocupación por la adscripción de Europa al
Euro y prefiere el mantenimiento de una moneda nacional. Por
eso, coloca en una única posición13 a aquellos que no son cartalis-
tas, tildándolos de Metalistas.
Sin embargo, el origen del dinero es aún anterior a esto, pues-
to que el análisis de Knapp está también influido por la necesi-
dad de un dinero nacional y de otorgarle al gobierno la potes-
tad de determinar qué cosa es dinero y qué valor debería poseer.
Hudson también aporta sus ideas al debate, buscando razo-
nes históricas para el orígen del dinero en un trabajo de 2003,14

11 Goodhart, Charles: «The two concepts of Money: implications for the analy-

sis of optimal currency areas», European Journal of Polítical Economy, Vol. 14, pp. 407-
432, March 1998.
12 Hay que observar el Tract of Money (1932) en el cual Keynes manifiesta estos

temores que luego van a ser el causal de su plan en la fundación del Fono Moneta-
rio Internacional en 1944. Ver en Aguirre, José A.: El Capitalismo y La Riqueza de las
Naciones. Vicisitudes de la teoría económica moderna, Unión Editorial, Madrid 2009, pp.
323 ss.
13 Esto es abiertamente injusto, no todas las posiciones favorables al patrón oro

son anticartalistas, ni todos los que abogan por una moneda adscrita al oro son anti-
cartalistas, esto es una simplificación, para despistar a los que leen.
14 Hudson, Michael, The Creditary/Monetarist Debate in Historical Perspective

Publicado en 2003, como «The Cartalist/Monetarist Debate in Historical Perspective,»


in Edward Nell and Stephanie Bell eds., The State, The Market and The Euro, London:
386 DANIEL LAHOUD

en donde sorprende, debido a que revive las tesis historicistas


que abogan por un dinero gubernamental, pero insiste en colo-
car juntos a todos los que llama monetaristas que es, podríamos
decir, un término más de los que usan los que se autodenominan
«de izquierda» para llamar a los que según ellos les adversan.

I
¿QUÉ DICE LA HISTORIA?

Los historicistas tienen su finalidad en la historia alemana y fue-


ron combatidos por Menger, quien comprendió que no eran eco-
nomistas y que habían colocado en debilidad al pensamiento
germano para enfrentar el desarrollo de políticas económicas, ellos
con sus aficiones por el Gobierno que denominaban rimbomban-
temente Estado, contribuyeron al establecimiento de los Karte-
les y, por supuesto colocaron al pensamiento económico alemán
en posición de debilidad para enfrentar el período de la prime-
ra postguerra (que se denomina la hiperinflación alemana). Por
supuesto, las ideas de Bruno Hildebrand, Karl Knies y Wilhelm
Roscher, así como las de Sombart, resuenan en quienes critican
las políticas liberales, pero no llegan más allá, para ver los efec-
tos que sus errores de concepto, aplicados a la teoría y la historia,
ocasionaron en el pueblo alemán y en otros en los que influye-
ron. En Inglaterra hubo una profunda influencia de este grupo
entre Marshall y sus discipulos, incluyendo a Keynes.
Pero es necesario buscar la documentación para entender el
proceso histórico e interpretarlo. Hay en Historia unos enunciados
que son casi tomados como un dogma de fe, sin embargo, es ne-
cesario revisarlos para dar respuesta a la inquietud que determi-
na la razón de este artículo. El primero de estos mitos afirma que
la escritura marcó la salida de la prehistoria y esa es una verdad
relativa, debido a que las primeras civilizaciones que tuvieron
escritura no lo hicieron por razones históricas o, mejor dicho,

Edward Elgar, 2003. Se consigue en internet en la siguiente dirección: http://michael-


hudson.com/2003/03/the-creditarymonetarist-debate-in-historical-perspective/
[19 de marzo de 2011].
EN TORNO AL ORIGEN DEL DINERO 387

dichas civilizaciones no tenían preocupaciones históricas, tal es


como en Egipto o en las civilizaciones Mesopotámicas. Estas ci-
vilizaciones tenían inquietudes comerciales y religiosas y sus do-
cumentos versan sobre eso, por lo que puede afirmarse que la
creación de la escritura persigue un fin comercial, financiero y
religioso, antes que un fin histórico. La historia es una preocupa-
ción posterior y la civilización que está atada a esta preocupación
es la Griega y, de manera tangencial, debido a su ideal de «pueblo
elegido» se puede añadir, haciendo esta salvedad, el caso de los
hebreos. Éstos tenían una preocupación histórica, pero no como
objeto de investigación, sino como medio para ratificar su dife-
renciación frente a las otras sociedades del oriente próximo, a
los que los unían lenguaje y otras costumbres. Puede ser compli-
cado afirmar que eso sea historia, interpretación o conocimiento
histórico por supuesto, la idea de crónicas como las expone el an-
tiguo testamento no buscan entender el proceso de los hechos,
sino antes bien exponer el por qué ese pueblo puede afirmar que
es el pueblo elegido, sin una vocación claramente histórica. Por
eso las sagradas escrituras no siguen referencias temporales. Ni
puede usarse como documento histórico, a menos que se quiera
hacer una historia social de ese pueblo que se denomina Judío.
Otra es la realidad del mundo Griego. De hecho, Herodoto
es el iniciador de este arte que fue para los griegos la historia, y
lo hace colocándole al texto ese mismo nombre, marcando defini-
tivamente qué es el conocimiento histórico para quienes le sigan
en esta disciplina. Entendiendo que para los griegos, la historia
no termina de estar claro si es una ciencia o un arte. En su libro,
refiere que no son los griegos quienes inventan el alfabeto:

Pero estos fenicios llegados con Cadmo, a los cuales pertenecían


los gefireos, cuando se establecieron en el país introdujeron entre
los griegos muchas cosas dignas de saberse, y principalmente la
escritura, que, por lo que a mi parece, los griegos antes no cono-
cían, y concretamente aquella que hoy todavía usan todos los feni-
cios. Con el transcurso del tiempo, juntamente con los sones mo-
dificaron también la secuencia de los signos.15

15 Herodoto: (c. 425 a.C.) Historia, Cátedra Letras Universales, 3.ª ed., Madrid,

2004, L.V. §58, p. 517.


388 DANIEL LAHOUD

Su Historia, probablemente escrita en el 425 a.C., comienza con


el relato de los Lidios, describiendo hechos que ocurrieron apro-
ximadamente en el siglo VI o VII a.C. y esto es importante, debi-
do a que no se puede afirmar que la historia comienza con la escri-
tura.16 De hecho, la escritura comenzó aproximadamente cuatro
milenios antes con los Sumerios y no es sino en el siglo IV a. C.,
es decir en el primer milenio, el momento cuando se está escribiendo
la primera historia. Los griegos conocen la escritura aproxima-
damente en el siglo XV o XVI a.C. y es casi un milenio después
que se está escribiendo la historia de Herodoto y esa historia, ha
hecho caso omiso de casi todas las civilizaciones mesopotámicas,
que antecedieron a los lidios, quienes son en el momento históri-
co una suerte de mezcla de griegos con mesopotámicos, o fenicios.
Herodoto busca que entendamos que ellos son diferentes a
los griegos, sienten vergüenza de la desnudez, pero permiten la
disipada moral de sus hijas, regalan a sus hijos y son adictos al
juego que han inventado. Pero estos reyes Lidios tienen una mina
que les ha hecho inmensamente ricos. Eso les va a permitir ser
los primeros en realizar una emisión monetaria.17
Pero caben algunas preguntas, si la moneda no existía antes de
la primera emisión hecha por Creso entonces ¿de qué habla Keynes
cuando se refiere a que esta emisión es un acto meramente simbó-
lico? ¿Es qué la moneda existe desde antes? ¿Qué ocurre con el
trueque del cual se habla en la historia económica universal? ¿Có-
mo queda la afirmación de Menger de la evolución institucional?
Pues el objetivo es tratar de dar respuesta a estas interrogantes.
El dinero existe desde antes, tal cosa puede deducirse de la lec-
tura de un documento anterior a la Historia de Herodoto, un docu-
mento mesopotámico que habla de las relaciones comerciales y ci-
viles de la civilización babilónica. El Código de Hammurabi expone:

49.- Si uno ha recibido en préstamo dinero de un comerciante y


ha dado al negociante un campo cultivable de trigo o de sésamo

16 Con la escritura, ocurre igual que con el dinero, son instituciones que surgen

de manera espontánea, no planificada ni premeditada, son producto de la evolución


del conocimiento, para satisfacer una determinada necesidad del humano en su vida
en sociedad.
17 Heródoto: Historia L. I, pp. 69-122.
EN TORNO AL ORIGEN DEL DINERO 389

diciéndole: «Cultiva el campo, cosecha y toma el trigo o el sésamo


que habrá allí» cuando el cultivador haya hecho venir el trigo o
el sésamo en el campo, en el momento de la cosecha el propie-
tario del campo tomará el trigo o sésamo que exista en él y dará
al negociante trigo por el dinero con los intereses que tomó del
negociante y el costo del cultivo del campo.

Esta es la ley n.º 49 y no constituye la primera vez que Hammu-


rabi nombra al dinero, pero es interesante para observar la exis-
tencia de préstamos, por lo que debe haber dinero, como dice el
mismo párrafo, y además cálculo de intereses, esto podría pro-
poner una nueva pregunta, debido a, que para que se pueda dar
un préstamo a intereses, los participantes deben tener alguna
medida del tiempo (calendario) alguna unidad de cuenta (dine-
ro), la necesidad del fenómeno de la escritura orientada a la con-
tabilidad y a las finanzas, así como el uso de la práctica de la mate-
mática. Eso es casi una coincidencia para todas las civilizaciones,
al menos las que surgen en el oriente próximo.
Pero Hammurabi es excelente para entender los procesos de
mercado y para acercarse a los fenómenos monetarios. Debido
a que este rey de Babilonia, intentó fijar precios en su legislación
pero, mejor aún, nos termina dando a entender que la moneda era
una combinación de peso y metal, así vemos expresiones como
siclos de plata, minas de plata, gur de plata; aunque era posible
pagar en otra especie, como el trigo y aunque se le nombra, es
notable que el oro es usado de manera menos frecuente. Enton-
ces, la pregunta es ¿qué tiene que ver el gobierno con una trans-
acción en la cual la moneda es un peso, de metal? Probablemen-
te nada, quizá muy poco, que se limita al intento de Hammurabi
de establecer precios, pero no la calidad o la cantidad de mone-
da. Prueba de ello es la ley no 89 que reza:

89.- Si un banquero dio a interés trigo o plata, tomará 100 QA como


interés por GUR de trigo y sobre la plata, por siclo de plata, to-
mará el sexto más 6 SHE como interés.18

18 Tanto el Qa, como el Gur, de la misma forma que el She son medidas de peso,

lo que sigue acentuando que se trata de mediciones de peso de mercancía, sea esta
metal precioso o trigo.
390 DANIEL LAHOUD

Para los que pretenden interpretar el dinero como un certifica-


do de deuda que podía ser transferido, es difícil probar su exis-
tencia, porque en ningún momento definen el dinero como eso,
y si es porque esa forma de dinero es de uso generalizado, resul-
ta aún más difícil, debido a que eso significaría que los sumerios,
acadios y babiliónios conocieron los instrumentos financieros an-
tes que la moneda mercancía y que eran capaces de un nivel de
abstracción simbólica excepcional, pero surge otra duda ¿si eso
era el dinero cuando pagaban en exceso qué les daban de vuel-
to? ¿Otra tablilla? ¿Había un mercado secundario de tablillas?
Pero anterior a las leyes de Hammurabi son las leyes sume-
rias, que hoy conocemos gracias a las investigaciones de muchos
arqueólogos, incluso en universidades Hispanas que traducen
y publican estas tablillas, pertenecientes al tercer milenio antes
de Cristo, en ellas hay algunas penas pecuniarias y eso es intere-
sante, por ejemplo:

Si un hombre repudiaba a su primera esposa, pagaba 1 mana de


plata.19

Como se puede observar no propone el pago en tablillas o en


alguna suerte de dinero fiduciario o dinero crédito. Tenemos de
nuevo la combinación de metal y peso, por lo que podríamos afir-
mar que hasta ahora, la antigua Mesopotamia le da la razón a Men-
ger en que el establecimiento de una moneda es un proceso de
mercado, debido a que no habla de calidades o de un dinero ins-
titucional. Aunque Hammurabí, el rey babilónico, está intentan-
do establecer precios e incluso decretarlos en esta legislación, no
estamos seguros que la ley se cumpla, y como en los países en los
que se controla precios o mercados, en los cuales surgen inmedia-
tamente mercados negros o economías informales, en las que si se
dan las relaciones de acuerdo a la oferta y la demanda. Sin embar-
go, retomando a Herodoto encontramos un pasaje sin igual, que
los historiadores denominan el Trueque Mudo, hay que entender

19 Molina, Manuel (2000) La ley más antigua textos legales sumerios, Ediciones de

la Universidad de Barcelona, Barcelona, p. 70. Un Mana o una Mena es el equivalente


a aproximadamente 500 gr. de Oro.
EN TORNO AL ORIGEN DEL DINERO 391

que los historiadores no son economistas y en esta disciplina, aun-


que tengan especialidad en historia económica, muestran sus
debilidades.

Los cartagineses cuentan también lo siguiente: a poniente de Li-


bia hay aún un país de hombres más allá de las Columnas de Hera-
cles. Cuando ellos llegan allí, descargan sus mercaderías y las colo-
can alineadas en la playa. Luego regresan a sus naves y encienden
fuegos que despiden mucha humareda. Cuando los nativos ad-
vierten el humo, se llegan hasta el mar. Colocan oro al lado de las
mercancías y se alejan mucho de ellas. Los Cartagineses acuden
allí desde sus naves y observan. Si el oro les parece suficiente lo
toman y se van; de lo contrario, suben otra vez a sus naves y obser-
van. Los nativos se acercan y añaden más oro, hasta que parezca
suficiente.20

El párrafo explica cómo hacían comercio los Fenicios con los


primitivos habitantes de la actual costa marroquí, y aunque se
insista en la existencia de un trueque, es una operación de compra
venta, con la única moneda que existe, es decir el metal y su peso.
Permite además, observar el comercio como una relación catalác-
tica pura. Es decir como una relación de oferta y demanda. Estos
antiguos marroquíes no entregan dinero crédito o dinero fiducia-
rio, sino oro y tanto los primitivos marroquíes como los fenicios
deciden cuando están satisfechos en este regateo mudo.

II
PENSANDO LA HISTORIA COMO ECONOMISTA

Pensando en la propuesta keynesiana, si se trata de un comercio


en el cual las dos partes no se hablan y la única comunicación es
simbólica ¿quién podría afirmar que el comercio está certificado
por un Gobierno que legisla la calidad del oro, o el peso que dicho
metal tiene? ¿Cabe preguntarse aquí si se trata de otra de las habi-
lidades persuasivas del prof. Keynes para convencernos de sus
falacias?

20 Heródoto: Historia L. IV, §196, p. 480.


392 DANIEL LAHOUD

Como puede verse lo que llaman algunos historiadores True-


que Mudo es realmente otra forma de comercio tradicional, y que
debería denominarse Comercio Mudo. Pero sobre todo, muestra
que el trueque es en realidad una excepción y no la norma, que
probablemente fue posible en algún momento en lo que se da en
denominar prehistoria, cuando el hombre vivía en tribus nóma-
das y se encontraba con otra tribu que tenía mercancías distin-
tas (ganados, pieles, herramientas, etc.) En general, no estaba de-
finido ningún patrón monetario y probablemente aunque los
humanos conocían los metales y las piedras preciosas, estas mer-
cancías no eran consideradas abiertamente dinero, porque ese
es un paso en el proceso evolutivo que requería la sedentariza-
ción y la división del trabajo, que es producto de una etapa en
la que se hizo necesario el establecimiento de la ciudad y por su-
puesto, de lo que llamamos civilización y que, como se expuso
antes, tiene necesidades como la existencia de calendario, dine-
ro y escritura, que sólo es posible para las tribus sedentarias.
Para acercarnos con otro ejemplo, Homero en su Iliada hace
hablar a Aquiles, con estas duras palabras a Hector, quien está
agonizando:

Mirándole con torva faz, le contestó Aquileo, el de los pies lige-


ros: No me supliques, ¡perro!, por mis rodillas ni por mis padres.
Ojalá el furor y el coraje me incitaran a cortar tus carnes y a co-
mérmelas crudas. ¡Tales agravios me has inferido! Nadie podrá
apartar de tu cabeza a los perros, aunque me den diez o veinte ve-
ces el debido rescate y me prometan más, aunque Príamo Dardá-
nida ordene redimirte a peso de oro; ni aun así, la veneranda ma-
dre que te dio a luz te pondrá en un lecho para llorarte, sino que
los perros y las aves de rapiña destrozarán tu cuerpo.21

De nuevo se habla de precio, y sobre todo de su medida en peso


y tipo de metal. Si eso no es suficiente, en el Canto XIX de la misma
obra, dice de Ulises, cuando ejecutaban las exequias de Patroclo,
cuando Aquiles abandona su cólera:

21 Homero (c. s. IX a.C.) La Iliada. Canto XXII §344-354 en: http://www.iliada.

com.mx/Texto_y_comentarios/CANTO_XXII.html [17/marzo/2011].
EN TORNO AL ORIGEN DEL DINERO 393

[…] Odiseo iba delante con los diez talentos de oro que él mismo
había pesado […]22

Lo importante aquí es que, Ulises con toda la brillantez de su


imaginación no inventó el talento, ni la moneda, y por su parte,
se siente partícipe de una práctica generalizada de la humani-
dad antigua, ratificando el uso de peso y metal, aunque la expre-
sión talento va a ser utilizada después para designar a algunas
monedas en la antigüedad, en este caso debe ser entendida como
una unidad de peso que está en franca relación con el metal. La
expresión talento es usada muchas veces, antes y después de este
verso, y también es común en el texto de la Odisea, tanto para re-
ferirse a la habilidad de un individuo, como para referirse a un
determinado peso de metal.
Se podrían hacer unas nuevas preguntas. ¿Para qué se pesa un
dinero? Si existe el emisor ¿Se desconfía de la calidad del mismo?
¿No es suficiente el aval del mismo para aceptar que eso es un
talento? Sabemos que es poesía, pero probablemente también la
creencia que el dinero crédito antecedió al dinero mercancía sea
una meta-realidad.
Por todo esto, se podría interpretar que el dinero es como lo
dice Menger producto de un proceso evolutivo, no azaroso, pero
si espontáneo; en el cual a una mercancía se le convierte por
acuerdo general, no legislativo, ni compulsivo en un bien adap-
tado para realizar comercio, eso ocurre en las etapas primigenias
de la historia, sin participación del Gobierno o lo que convencio-
nalmente se da en llamar Estado. Ese dinero incial era una mani-
festación más de la propiedad privada, por lo que era de orígen
privado, puesto que se trataba de una institución natural.
Aunque afirme que el acto de la primera acuñación no tiene
la relevancia, se trata de otro giro habilidoso de la prosa de Lord
Keynes, debido a que la acuñación de Lidia representó el momen-
to histórico en el cual el Gobierno se arrogó el derecho de deter-
minar qué mercancía y de qué calidad y peso debería ser consi-
derada dinero. Este acto por demás injusto, le permitió establecer

22 Homero, Op. cit. Canto XIX §238 en: http://www.iliada.com.mx/Texto_y_

comentarios/CANTO_XIX.html [17/marzo/2011].
394 DANIEL LAHOUD

el señoreaje, así como la posibilidad de devaluar, incluso, la cruel


práctica de la sustitución monetaria a la que se dio pie en China
con la invención de la moneda de papel y establecer, de esa for-
ma, nuevas y variadas formas de expropiación de la propiedad
privada.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

AGUIRRE, J.A. (2009): El Capitalismo y La Riqueza de las Naciones.


Vicisitudes de la teoría económica moderna, Unión Editorial.
GOODHART, CH. (1998): «The two concepts of Money: implications
for the analysis of optimal currency areas», European Jour-
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