Muchas Recetas de Pollo y Galletas
Muchas Recetas de Pollo y Galletas
Muchas Recetas de Pollo y Galletas
El pollo a la naranja es una comida asiática. No tiene nada que ver con el pato a la naranja, típico francés. En este caso,
se trata de unas pechugas cocinadas junto a una salsa hecha a base de zumo de naranja
4 pechugas de pollo
2 cebollas
4 naranjas
2 dientes de ajo
1 chorrito de vinagre
1 cucharada de azúcar
2 cucharadas de maizena
sal y pimienta
aceite de oliva
Perejil fresco
Preparamos la salsa. Para ello, exprimimos las naranjas en un bol. Añadimos la salsa de soja, los dientes de ajo picados,
el chorrito de vinagre, el azúcar, la maizena, que espesará la salsa en la cocción y un poco de sal y de pimienta negra
recién molida. Puedes añadir aquí el pollo y dejarlo macerar durante una hora o, puedes pasar directamente al siguiente
paso.
En una sartén a fuego medio, añadimos un chorrito de aceite. Cuando esté caliente añadimos la cebolla picada muy
finamente. Salpimentamos y dejamos cocinar 5 minutos, mientras removemos de vez en cuando con una cuchara de
palo.
Seguimos. Pasado el tiempo, subimos la potencia del fuego y añadimos las pechugas de pollo, que ya están previamente
cortadas en tamaño de bocado y salpimentadas. Mezclamos con la cebolla y sellamos los taquitos durante un par de
minutos.
Hecho esto, añadimos la salsa que habíamos preparado al principio. Bajamos la potencia del fuego y vamos cocinando a
fuego suave, mientras mezclamos con la cuchara. La salsa irá reduciéndose un poco mientras también se va espesando
por efecto de la maizena. Finalmente, puedes espolvorear con perejil fresco.
Como decía al principio, en menos de media hora, tendrás listo este pollo a la naranja ¡Es muy rápido de hacer y su
resultado es más que aceptable! Puedes acompañarlo con un arroz blanco recién cocinado. Si quieres otra receta de
pollo igual de buena y sabrosa que esta, no te pierdas esta de pollo agridulce.
2 patatas medianas
3 zanahorias
1 cebolla
4 dientes de ajo
1 pimiento verde
Tomillo seco
sal y pimienta
Aceite
Ponemos en la base de una fuente para horno, las patatas cortadas en láminas de 1cm de grosor, la zanahoria en trozos
de un par de cm, la cebolla en tiras, los dientes de ajo picados y el pimiento verde y el rojo cortado también en tiras.
Aunque puedes añadir la verdura toca picada, si lo prefieres. Salpimentar
Encima, colocamos los muslos de pollo. Los bañamos con un vaso de agua y salpimentamos.. Después le añadimos un
pequeño chorrito de aceite a cada muslo y espolvoreamos con tomillo seco.
Metemos al horno previamente calentado a 200ºC, calor arriba y abajo. Dejamos cocinar alrededor de 25 minutos
Pasado el tiempo, retiramos el pollo del horno y le damos la vuelta. Volvemos a salpimentar, echamos un poco más de
tomillo y volvemos a meter hasta que esté cocinado y bien dorado. Otros 25 minutos más o menos
Y así de fácil tendremos listo nuesto pollo al horno con verduras. Con esto de poner la verdura como base, y el pollo
encima, conseguiremos que suelte su jugo, se mezcle con la verdura y ¡tengamos una guarnición espectacular! Además
si te gusta esta receta, no puedes perderte el resto de recetas de pollo que tenemos preparadas para tí.
MUSLOS DE POLLO AL HORNO CON PATATAS
Una receta de pollo deliciosa, jugosa, sana y muy fácil de hacer. Además y como siempre suelo decir, nosotros apenas
trabajaremos. Dejaremos que el horno se encargue de todo el trabajo, salvo de pelar y cortar las patatas. Vamos a
cocinar todos los ingredientes a la vez, aprovechando bien el calor del horno. Como resultado, obtendremos estos
muslos asados que serán una auténtica delicia. Para prepararlos, tan sólo necesitarás estos 5 ingredientes, los cuales
uno de ellos es opcional
Muslos de pollo al horno con patatas. Una receta deliciosa. Aprovecharemos el calor del horno para hacer junto al pollo,
unas patatas asadas
4 patatas medianas
2 cebollas
sal y pimienta
aceite de oliva
Pelamos y cortamos las patatas en rodajas finas. De en torno 1 cm de grosor. Hacemos lo propio con la cebolla
Ponemos las patatas y la cebolla en una fuente de horno, como base de la misma. Salpimentamos y echamos sobre ellas
un pequeño chorrito de aceite de oliva.
Sobre las patatas ponemos los muslos. Los regamos con un vaso de agua o, si quieres añadir el vino blanco, riega con
medio vaso de agua y otro medio de vino blanco. El vino blanco es un ingrediente totalmente opcional. Después
salpimentamos cada uno de los muslos del pollo y volvemos a regar de nuevo, en esta ocasión con un pequeño chorrito
de aceite de oliva.
Metemos al horno, previamente calentado a 220ºC. Dejamos aquí dentro en torno a 20 o 25 minutos. hasta que veamos
que el pollo haya cogido color
Cuando esté dorado, sacamos la bandeja del horno y le damos la vuelta a cada muslo. Volvemos a salpimentar la otra
cara y añadimos otro pequeño chorrito de aceite. En total, habremos echado en torno a una cucharada de aceite por
persona, más o menos. No más. Volvemos a meter al horno hasta que la otra cara del pollo se haya cocinado por
completo. Otros 20 minutos, más o menos
Con estos tiempos, tanto el pollo como las patatas se habrán cocinado a la vez. Como resultado, obtendremos unos
muslos de pollo al horno con patatas que, con unos pocos ingredientes ¡Quedará jugoso y delicioso! ¡Y con muy poco
esfuerzo!
Galletas de mantequilla caseras. Haz en tu casa estas deliciosas galletas caseras de la abuela con formas navideñas. ¡No
va a sobrar ni una!
150g de azúcar
1 huevo
Lo primero, ponemos la mantequilla a temperatura ambiente en un bol junto al azúcar y lo mezclamos todo con una
varilla o con un tenedor.
Cuando tengamos una masa homogénea, añadimos el huevo y las dos cucharadas de esencia de vainilla. Volvemos a
mezclar todos los ingredientes hasta que nuevamente haya quedado una masa homogénea
Ponemos la harina y la pizca de sal. Aunque se trate de una elaboración dulce, la sal potenciará el sabor y dejará unas
galletas de mantequilla caseras más esponjosas. Mezclamos e integramos todos los ingredientes con la mano. Nos
quedará una bola de masa más bien solida, aunque se pegará un poquito a las manos (esto es bueno)
Tapamos la masa y la metemos en el frigorífico. Lo bueno de esta receta, es que no es necesario amasar nada. La
dejamos en el frigorífico entre una y dos horas. La idea es que la masa se enfríe y se compacte aunque, no demasiado o
costará mucho dar la forma de galleta después.
Pasado el tiempo, colocamos la masa sobre la encimera y con un rodillo, o una botella de cristal si no tienes rodillo, la
estiramos sobre la misma encimera. Debe quedar con un dedo de grosor aproximadamente. Hecho esto, hacemos las
galletas con los moldes que hayamos elegido. O con un vasito de cristal. Quedarán igual de buenas. Recuerdo que así fue
como hice mis primeras galletas de mantequilla caseras (Éramos tres en casa. No sobró ni una)
Cuando no quede más espacio en la masa para hacer más galletas, tan simple como recogerla toda y volver a estirarla
con el rodillo o la botella de cristal y vuelta a empezar. ¡No quiero ver que tires ni un solo gramo de la masa a la basura!
Finalmente, cuando estén todas las galletas de mantequilla caseras hechas, las colocamos sobre papel de horno, encima
de la misma placa de hornear, con una pequeña separación entre ellas ya que, aunque será muy poco, crecerán algo, y
las metemos al horno previamente calentado a 180ºC, arriba y abajo. Mételas en una rendija más bien cercana a la
resistencia de arriba del horno, que a la de abajo. Y vigílalas constantemente porque en 10 minutos o menos estarán
cocinadas y es muy fácil que se quemen
Y ya tendremos nuestras galletas de mantequilla caseras. Te prometo que, si las haces, ¡no sobrará ni una! Estas galletas
duran dos o tres días una vez hechas, antes de endurecerse. Una receta de Navidad que puedes elaborar junto a los más
pequeños de la casa y disfrutar juntos elaborando una merienda divertida. ¡Que aproveche!
Las lentejas con verduras es una de las recetas de cocina básica, más fácil, barata y sana de todas las que existen. Tiene
tan solo un puñado de ingredientes (a variar según gustos) y todos muy baratos. Además, bien son sabidos los beneficios
de las recetas de legumbres en el organismo, sumado a las verduras. Así que, esta receta de cocina lo tiene todo para ser
de esas recetas «perfectas». Buena, bonita y barata. Veamos a continuación como preparar de forma fácil y rápida unas
deliciosas lentejas con verduras:
400g de lentejas
1/2 puerro
1/2 cebolla
2 zanahorias
1 patata mediana
1 diente de ajo
agua
1 hoja de laurel
sal y pimienta
Hacer unas lentejas con verduras es una receta de cocina fácil, donde las haya. Primero pelamos y lavamos la patata y la
zanahoria. Pelamos también la cebolla. Después cortamos el resto de la verdura en trocitos.
Ahora, metemos todos los ingredientes de nuestras lentejas con verduras en una cazuela alta. Los cubrimos bien de
agua (dependerá de lo espesas que queramos las lentejas. A mí, que me gustan algo caldositas, agua hasta que cubra
todos los ingredientes unos 3 dedos por encima) y los llevamos a ebullición.
Cuando haya roto a hervir, lo tapamos y dejamos que se cocine unos 20 minutos. Lo mejor es ir probando ya que no
todas las lentejas tardan lo mismo en hacerse pero, pasados entre 20-30 minutos, lo probamos. Cuando estén blanditas,
estarán listas para comer.
Y todo esto es lo que hay que hacer para preparar este plato tan básico en casa. ¡Prepara con frecuencia estas lentejas
con verduras en casa y sorprende a todos con este plato tan nutritivo y saludable!
Una receta muy fácil y rápida de hacer. Con pocos ingredientes y todos muy comunes. Seguro que los tienes todos en
casa. Es una receta bastante simple pero, que merece la pena preparar porque sin duda el final es espectacular. Y es que
¿No suele decirse que todo está bueno con tomate?. Las pechugas de pollo no iban a ser menos. Veamos pues cómo
preparar las pechugas de pollo en salsa de tomate.
1/2 cebolla
1 diente de ajo
1 cucharadita de orégano
sal y pimienta
Aceite de oliva
Necesitaremos las pechugas fileteadas. Las venden ya en este estado y si no, podemos pedir al carnicero que nos la
filetee. O podemos hacerlo con mucho cuidado en casa. Lo primero que vamos a hacer para hacer nuestras pechugas de
pollo en salsa de tomate, va a ser salpimentar las pechugas. Después, ponemos un chorrito de aceite de oliva en una
sartén a fuego fuerte. Y añadimos las pechugas
Cocinamos las pechugas un minuto por cada cara a fuego fuerte. Pasado el tiempo, le damos la vuelta y cocinamos la
otra cara. La idea es sellar el pollo, dejándolo crudo en su interior, para que no se reseque en exceso. Una vez logrado
esto, reservamos el pollo en un plato
En la misma sartén, echamos otro chorrito de aceite, esta vez a fuego suave. Añadimos la cebolla y el ajo bien picados y
cocinamos, mientras removemos con frecuencia, unos 10 minutos
Cuando la cebolla esté tierna y transparente, añadimos el tomate triturado y la cucharadita de orégano. Mezclamos
todos los ingredientes y dejamos cocinar todo 10 minutos más
Cuando el tomate se haya cocinado un poco, añadimos las pechugas de pollo, junto con todo el jugo que hayan podido
soltar. Integramos el pollo en el tomate y dejamos cocinar 5 minutos más. Finalmente, una vez emplatado, podemos
espolvorear con un poco de queso rallado y perejil picado
Esta receta de pechugas de pollo en salsa de tomate es bastante simple pero ¡Está buenísima! ¡Pruébala en casa!
El salmon a la plancha, es una manera muy fácil y sabrosa de preparar este delicioso pescado. Conserva todos sus
aromas y sabores y además, lo tendremos listo en cuestión de minutos. El salmón es un alimento alto en proteínas y en
ácidos grasos omega 3 lo cual, lo hace un alimento muy sano y apto para su consumo. Aquí, veremos una técnica para
hacer un salmon a la plancha perfecto, al gusto de cada uno. Vamos ya con la receta del salmon a la plancha
Aceite de oliva
sal y pimienta
Ponemos a calentar en una plancha a fuego fuerte un chorrito de aceite de oliva. Es necesario echar tan solo un poco de
aceite ya que, el salmon es muy graso y se cocinará en sus propios jugos. Salpimentamos el salmón y lo ponemos a
cocinar aquí
Pasados un par de minutos, le damos la vuelta con una espátula al salmon. Que se cocine el otro lado. La idea es sellar
sus dos caras
Hecho esto, retiramos el salmon de la plancha y lo dejamos enfríar. Hasta que haya cogido temperatura ambiente. Al
menos, 30 minutos.
Pasado el tiempo, lo volvemos a meter a la plancha. Esta vez a fuego medio. Con esto, vamos a terminar de cocinarlo. El
tiempo exacto, dependerá del gusto de cada uno. Así, si lo quieres poco hecho, con dos minutos por cada cara será
suficiente. Si lo quieres bien hecho, necesitará unos 5 minutos por cada cara.
Cuando esté cocinado por sus dos caras y un minuto antes de retirarlo, le ponemos el limón por encima. Al ser un
pescado graso, el toque ácido del limón le va a venir muy bien. Dejamos cocinar un minuto más
Finalmente lo emplatamos y le ponemos sal gorda por encima. ¡listo para comer!
Como ves, hacer un salmon a la plancha y, hacerlo al gusto de cocción de cada uno, es muy sencillo. ¡Es importante
mantenerse a uno mism@ y a la familia bien alimentado! ¡Así que no dejes de hacer este delicioso y sano pescado en tu
casa!
Salmon en papillote con salsa de soja. El papillot o papillote es una técnica culinaria de origen francés que significa
«cocinar en sus propios jugos«. Esta técnica consiste en la cocción de un alimento en un envoltorio resistente al calor. El
envoltorio más utilizado es el papel de aluminio. Los alimentos que más emplean esta técnica suelen ser las verduras y
los pescados, aunque también podemos encontrar recetas con carne en papillote. En esta ocasión vamos a preparar un
salmón con verduras utilizando esta técnica. Una receta muy fácil y rápida de hacer en casa, con un resultado
espectacular. Al estar encerrados, las verduras y el salmón se cocinan con sus propios jugos y vapores obteniendo un
plato delicioso. Veamos como preparar este salmón en papillote con salsa de soja.
4 lomitos de salmón
1 zanahoria
1 pimiento verde
1 cebolleta
sal y pimienta
aceite
Salmon en papillote con salsa de soja. Prepara de forma fácil y rápida un delicioso salmón con la técnica culinaria
"papillote". ¡Pruébalo!
En una sartén, ponemos un chorrito de aceite y lo calentamos a fuego medio. Cuando esté caliente, agregamos la
zanahoria, el pimiento verde y la cebolleta, todo ello bien picado. Salpimentamos y dejamos que se cocine todo
alrededor de unos 10 minutos mientras removemos con frecuencia.
Con la verdura ya cocinada, comenzamos a preparar nuestro salmón en papillote con soja. Sobre un trozo de papel de
aluminio ponemos unas cucharadas de este sofrito dejando los bordes del papel libres. Sobre la verdura, colocamos el
lomo del salmón previamente salpimentando por todas sus caras. Encima, le ponemos unas gotitas de zumo de limón y
la salsa de soja. Cerramos el papel de aluminio encerrando el salmón en su interior y hacemos con ello un paquetito.
Introducimos este paquetito en el horno previamente calentado a 200ºC, calor arriba y abajo y dejamos que se cocine
alrededor de unos 20 minutos. De este modo, el salmón y la verdura se cocinaran en sus propios jugos y vapores.
Pasado este tiempo, retiramos el salmón en papillote con salsa de soja del horno y dejamos que repose, sin abrir el
paquete y a temperatura ambiente, unos 5 minutos antes de servir.
Si buscas un plato de pescado diferente, saludable y sobre todo, muy rápido de hacer en casa, este salmón en papillote
con salsa de soja es la receta perfecta. Una elaboración muy sencilla de hacer con un resultado… ¡delicioso! ¡Pruébalo!
Este pollo al horno con patatas y cebolla, es una deliciosa forma de preparar un asado. La verdura se mezclará con los
juguitos que suelte el pollo en el horno y tendremos una mezcla de sabores espectacular
4 patatas medianas
4 cebollas medianas
aceite de oliva
sal y pimienta
Tomillo seco
CÓMO HACER LA RECETA DEL POLLO ASADO AL HORNO FÁCIL CON PATATAS
Comienza precalentando tu horno a 220°C para asegurarte de que esté listo cuando lo necesites. Mientras tanto, lava y
pela las patatas. Luego, córtalas en rodajas gruesas y resérvalas. También, pela las cebollas y córtalas en tiras finas.
Salpimentamos.
Si has optado por un pollo entero, límpialo bien por dentro y por fuera, asegurándote de retirar cualquier exceso de
grasa y plumas. Lava el pollo bajo agua fría y sécalo con papel de cocina. Si has elegido los muslos completos,
simplemente asegúrate de que estén limpios y secos. Luego, sazona el pollo con sal, pimienta y una generosa pizca de
tomillo seco. Este paso es esencial para que nuestro pollo adquiera un sabor increíble.
En una bandeja de horno grande y resistente al calor, coloca una fina capa de aceite de oliva para evitar que los
ingredientes se peguen. Luego, acomoda las rodajas de patata en el fondo de la bandeja, formando una capa uniforme.
Encima de las patatas, coloca las rodajas de cebolla. Este lecho de patatas y cebolla añadirá sabor y jugosidad al pollo a
medida que se cocine.
Coloca el pollo (o los muslos) encima de las patatas y cebolla en la bandeja del horno. Rocía el pollo con un poco de
aceite de oliva adicional y sazona nuevamente con sal, pimienta y tomillo al gusto. Esto ayudará a que la piel se dore y se
vuelva crujiente.
Metemos el pollo en el horno a 220ºC, si utilizas muslos. Calor arriba y abajo. Dejamos hornear unos 30 minutos, hasta
que se dore bien. Si utilizas un pollo entero, horneamos a 190ºC.
Cuando esté bien dorado, sacamos la bandeja del horno, le damos la vuelta a las piezas. Así, se cocinará el otro lado.
Inmediatamente después, volvemos a meter la bandeja dentro del horno. Finalmente dejamos cocinar
aproximadamente el mismo tiempo, hasta que todo quede bien cocinado.
Una vez que nuestro pollo esté listo, sácalo del horno y déjalo reposar durante unos minutos antes de cortarlo en
porciones. Sirve el pollo con las patatas y cebolla en la misma bandeja, aprovechando todos los jugos y sabores del
asado.
Este plato es una delicia que impresionará a tus invitados o a tu familia. La combinación de sabores, la jugosidad del
pollo y la textura caramelizada de las patatas y cebolla hacen de este plato una elección perfecta para cualquier ocasión.
¡Disfruta de tu comida casera llena de sabor!
CONSEJOS PARA CONSEGUIR QUE SALGA JUGOSO Y CON LA PIEL CRUJIENTE AL HORNO
En ocasiones, muchos de vosotros me habéis comentado que, cuando intentáis preparar este plato, la carne queda seca
y no sabéis por qué ha podido ocurrir esto, ya que habéis seguido los pasos que os he puesto anteriormente. A
continuación os voy a dar unos consejos para que consigáis un pollo jugoso y con su piel crujiente al horno.
Para evitar que el pollo quede muy reseco, es aconsejable que lo pintes con aceite o agua justo antes de introducirlo en
el horno, de este modo, el pollo retendrá más la humedad y conseguiremos una carne más jugosa. También podemos
conseguir este efecto si lo pintamos con zumo de limón o brandy.
Otro truco que nunca falla es introducir en el interior del pollo, un par de limones cortados en trozos. De este modo,
mientras el pollo se hornea, los jugos del limón se distribuyen por toda su carne y de este modo obtendremos una carne
más jugosa y con un sabor cítrico delicioso.
El secreto para una piel crujiente está en sazonarlo. Todos sabéis que los ingredientes imprescindibles en mi cocina son
la sal y la pimienta. Pues bien estos dos ingredientes son fundamentales para que consigamos un pollo con una carne
jugosa y una piel crujiente . Para ello, a la hora de salpimentar el pollo, no solamente tienes que hacerlo por su exterior,
sino, también en su interior. De este modo durante el horneado, el aderezo se distribuirá por toda la carne y así lograrás
jugosidad en su interior y un sellado de la piel para que quede crujiente.
Un buen truco es precalentar el horno con una cazuela o bandeja grande dentro. Cuando introduzcamos el pollo en el
horno, lo pondremos dentro de la bandeja y está hará la función de «plancha». Dejamos que el pollo se cocine unos 15
minutos por cada lado y de este modo conseguiremos que los jugos se repartan por toda la carne de esta ave.
El tiempo de reposo después del horneado también es muy importante. Cuando retires la bandeja del horno, déjalo
reposar unos 10 minutos antes de trincharlo y de este modo, los jugos del pollo se asentarán mejor.
Con estos pequeños consejos, conseguirás que tu pollo al horno quede muy jugoso y con una piel exterior crujiente.
¡Pruébalo!
TUS PREGUNTAS:
Si, puedes utilizar muslos, pechugas o cualquier otra parte del pollo. El tiempo de cocción puede variar ligeramente
dependiendo de la pieza que elijas.
El pollo está listo cuando su jugo sale claro al pincharlo y la temperatura interna alcanza los 75ºC. Usar un termómetro
para carnes es la manera más segura de verificarlo.
Si, puedes preparar el pollo con antelación y recalentarlo antes de servir. Sin embargo, es mejor asarlo justo antes de
comer para mantener su textura y sabor óptimos.
Si no tienes tomillo seco, puedes sustituirlo por romero, orégano o incluso las dos. Cada hierba aportará un sabor único
al plato.
¿Es necesario pelar las patatas y la cebolla?
Si, para esta receta es mejor pelar las patatas y las cebollas para una textura y un sabor más suaves, pero si prefieres
dejar la piel por razones nutricionales o de gusto, está bien también.
Claro, puedes agregar zanahorias, pimientos o cualquier otro vegetal que te guste. Esto puede añadir más sabor y
nutrición al plato.
Se recomienda servir el pollo caliente, directamente del horno, acompañado de las patatas y cebollas asadas. Puedes
añadir una ensalada fresca o pan para complementar la comida.
2 patatas medianas
3 zanahorias
1 cebolla
4 dientes de ajo
1 pimiento verde
Tomillo seco
sal y pimienta
Aceite
Ponemos en la base de una fuente para horno, las patatas cortadas en láminas de 1cm de grosor, la zanahoria en trozos
de un par de cm, la cebolla en tiras, los dientes de ajo picados y el pimiento verde y el rojo cortado también en tiras.
Aunque puedes añadir la verdura toca picada, si lo prefieres. Salpimentar
Encima, colocamos los muslos de pollo. Los bañamos con un vaso de agua y salpimentamos.. Después le añadimos un
pequeño chorrito de aceite a cada muslo y espolvoreamos con tomillo seco.
Metemos al horno previamente calentado a 200ºC, calor arriba y abajo. Dejamos cocinar alrededor de 25 minutos
Pasado el tiempo, retiramos el pollo del horno y le damos la vuelta. Volvemos a salpimentar, echamos un poco más de
tomillo y volvemos a meter hasta que esté cocinado y bien dorado. Otros 25 minutos más o menos
Y así de fácil tendremos listo nuesto pollo al horno con verduras. Con esto de poner la verdura como base, y el pollo
encima, conseguiremos que suelte su jugo, se mezcle con la verdura y ¡tengamos una guarnición espectacular! Además
si te gusta esta receta, no puedes perderte el resto de recetas de pollo que tenemos preparadas para tí.
Descubre el secreto para preparar un delicioso pollo al ajillo. ¡Triunfarás entre tus invitados!
1 cucharada de harina
Sal y pimienta
Aceite
Pollo al ajillo. Una receta típica de la gastronomía española
En una olla o en una cazuela alta, ponemos un chorrete de aceite. Lo calentamos a fuego medio y vamos a añadir aquí
unos 4 dientes de ajo enteros y sin pelar. El resto de la cabeza de ajos, la reservamos para después. Dejamos que se
cocinen a fuego medio durante un par de minutos.
Pasados esos dos minutos, añadimos el pollo troceado y previamente salpimentado. Subimos la potencia del fuego
mientras removemos todos los ingredientes. La idea es sellar el pollo, dejándolo crudo en su interior. Dejamos que se
cocine a fuego muy fuerte durante 1 o 2 minutos. Cuando se haya dorado, le damos la vuelta a cada pieza del pollo y
dejamos que se selle la otra cara de nuevo durante unos dos minutos más. Cuando el pollo esté bien sellado -pero crudo
en el interior- lo retiramos y lo reservamos en un plato.
Volvemos a bajar la potencia del fuego, y añadimos el resto del ajo que teníamos reservado en el aceite. De este ajo,
ponemos la mitad pelada y cortada en láminas y el resto, picado muy fino. El ajo laminado nos lo encontraremos en la
elaboración y el picado, se deshará y se integrará con la salsa, dándole más sabor a ésta. Esto es importante, porque así
obtendremos el pollo al ajillo frito perfecto.
Pasados unos 30 segundos, justo cuando el ajo que acabamos de añadir comience a dorarse, añadimos una cucharada
de harina. Mezclamos bien para que esta harina se integre bien con el aceite y no queden grumos. Dejamos que se
tueste alrededor de 1 minuto. La harina hará que la salsa coja un poco de espesor y den más ganas de untar pan.
Cuando la harina se haya tostado, vertemos el vino blanco y dejamos que se cocine alrededor de 1 minuto, tiempo
suficiente para que se evapore el alcohol. Luego, devolvemos el pollo a la olla y lo cubrimos con el caldo. Llevamos a
ebullición y si el caldo no tenía sal, añadimos su pizca. Dejamos cocer durante unos 20 minutos más, hasta que el pollo al
ajillo quede tierno, haya intercambio de sabores y la salsa reduzca ligeramente. Después, servimos.
De esta forma tan sencilla hemos preparado un delicioso pollo al ajillo receta dela abuela. Al más puro estilo tradicional.
Una receta ideal para cualquier ocasión. ¡Sorprenderás a todos tus invitados!
3 huevos
En un recipiente, ponemos los huevos, el aceite y la esencia de vainilla. Lo batimos todo con unas varillas, hasta que
todo se integre y el huevo duplique su tamaño.
En un mortero, ponemos las almendras en tandas pequeñas y las machacamos hasta conseguir una harina de almendra
bastante fina. No importa si quedan algunos trozos grandes. De hecho, aportarán mordida a nuestras pastas de
almendra y coco
Después, en otro recipiente, ponemos las almendras molidas, el coco rallado, el azúcar moreno y la levadura de
repostería. Lo mezclamos todo con una espátula.
Ahora, echamos la mezcla que habíamos hecho al principio de huevo, aceite y vainilla, en el recipiente donde tenemos
los ingredientes sólidos. Las integramos con una espátula, haciendo movimientos envolventes. Al final se formará una
pasta más bien líquida pero con bastante cuerpo.
A continuación, forramos una bandeja de horno con papel vegetal. Ponemos algunas cucharadas de pasta sobre ella,
separadas entre sí para que no se peguen. Les vamos dando forma con los dedos.
Finalmente, las metemos en el horno, previamente calentado a 180ºC. Dejamos que se cocinen unos 10-15 minutos.
Cuando estén doradas, las sacamos y dejamos que se enfríen durante 15-20 minutos, antes de consumirlas.
Así de fácil es cocinar unas pastas de almendra y coco. Su sabor es muy especial. Traslada a tiempos en los que la
repostería era más natural. Hacerlas en casa, merece la pena.