Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann 3

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UNIVERSIDAD NACIONAL JORGE BASADRE

GROHMANN

FACULTAD DE EDUCACIÓN, COMUNICACIÓN Y


HUMANIDADES ESCUELA PROFESIONAL DE
EDUCACIÓN CIENCIAS SOCIALES Y PROMOCIÓN
SOCIO-CULTURAL

Tema: LA AGRICULTURA EN EL PERÚ, INDICADORES (2013-2022)

Curso: GEOGRAFÍA ECONÓMICA

1. Ismael Romero Montora 2007-30608


2. Denis David Chachaque Mamani 2019-113028
3. Sergio Alexis Bonifacio Zapana 2021-113048
4. Cecilia Gandhi Paxi Huanaco 2002-21741
5. Yerika Keiffer Rojas Apaza 2011-113029
6. Wendy María Maquera Ticona 2021-113073

TACNA -2023
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

LA AGRICULTURA EN EL PERÚ, INDICADORES

(2013-2022)

ETAPAS DEL DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA


PERUANA

CARACTERÍSTICAS DEL SECTOR AGROPECUARIO (2013)

SITUACIÓN DEL SECTOR AGROPECUARIO EN PERÚ (2014-2018)

SECTOR AGROPECUARIO EL 2019

PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN TIEMPOS DE PANDEMIA (2020)

SECTOR AGROPECUARIO EN EL 2021

SECTOR AGROPECUARIO EN EL PRIMER TRIMESTRE DEL 2022

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
¿Cuál es el futuro de la agricultura en el Perú? El sector agrícola peruano, que
una vez fue la principal fuente de empleo e ingresos para la mayoría de la
población, ha perdido su importancia con la expansión y la urbanización de la
economía nacional. La actividad económica en el sector ha seguido creciendo,
pero ha crecido más rápidamente en otros sectores y ha dejado a la agricultura
con una participación cada vez menor en la economía.
El futuro de la agricultura peruana debe preocupar a los encargados de
formular políticas por al menos cinco razones. Primero, la agricultura forma una
parte importante de la economía, por lo que, si se desacelera el crecimiento
agrícola, sufrirá el crecimiento económico en su conjunto. Segundo, un sector
agrícola expansivo diversifica la economía peruana y reduce la dependencia en
la industria extractiva, de manera que, si el sector agrícola se contrae en
relación con los demás sectores, el crecimiento económico puede ser más
volátil. Tercero, un crecimiento liderado por la agricultura es bueno para los
pobres, en el sentido de que, si el crecimiento agrícola se desacelera, se
perderán importantes medios de reducción de pobreza. Cuarto, el Perú
depende de importaciones de alimentos para compensar deficiencias de
producción, por lo que, si la producción agrícola no mantiene el ritmo del
crecimiento poblacional, la seguridad alimentaria nacional podría verse
amenazada. Quinto, las prácticas agrícolas inteligentes en términos climáticos
pueden jugar un rol muy importante en la reducción de las emisiones de gases
de efecto invernadero y el secuestro de carbono, dado que, si las prácticas
agrícolas futuras no son inteligentes en términos climáticos, se perderá una
oportunidad importante para ayudar a la mitigación del cambio climático.
Reconociendo el potencial de la agricultura para contribuir con los objetivos de
las políticas nacionales, el gobierno peruano ha confirmado su compromiso de
modernizar el sector agrícola, estrechar la división de ingresos rurales-urbanos
y mejorar el bienestar de los millones de hogares rurales que se mantienen
principalmente a través de la agricultura. Para hacer realidad estos objetivos, el
Perú necesitará elevar la productividad y aumentar la competitividad de sus
cadenas de valor de alimentos y fibras, y eso incluye no solo los sistemas de
producción agrícola y ganadera que conforman el sector de producción
primaria, sino también los sistemas de procesamiento, transporte y distribución
que agregan valor a los productos básicos, al entregar productos alimenticios y
fibras a los consumidores en los mercados internos y externos. Esta empresa
es abrumadora, no solo por los muchos problemas estructurales que restringen
los sistemas existentes, sino también porque la agricultura en el Perú es
extremadamente heterogénea, característica que refleja la diversidad climática-
agraria del país.
LA AGRICULTURA EN EL PERÚ, INDICADORES

(2013-2022)

ETAPAS DEL DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA


PERUANA

Hablar del sector agrario peruano, sin hacer las necesarias distinciones por
regiones naturales y magnitud de su desarrollo, puede dar lugar a una
simplificación del problema y conducir a una interpretación errónea del mismo.
Es por ello necesario caracterizar la situación agraria del país, teniendo como
punto de referencia el proceso de reforma agraria iniciado en el país en 1969.

Efectivamente la Reforma Agraria marca claramente, por lo menos tres


grandes períodos en la historia agraria reciente del país: a) la etapa previa a la
reforma agraria, hasta 1969, caracterizada por la predominancia del sistema de
hacienda señorial, con su secuela de latifundio - minifundio; b) el período
comprendido entre 1970 y 1989 en el que se llevó a cabo la reforma agraria y
se hicieron evidentes los resultados, poco favorables para el agro, de tal
proceso; c) la década de los 90, en que se inicia todo un proceso encaminado a
revertir la crisis agraria, teniendo el mercado como base del modelo de
desarrollo para el agro, dejando la producción del mismo a cargo del sector
privado, mientras que el Estado asume el rol de desarrollar políticas
redistributivas y de regulación frente a posibles excesos.

Evolución de la agricultura en el Perú

Desde los 2 500 a.C., ya hablamos de agricultura, incipiente pero que


empezaba a sostener a otras actividades en nacimiento, como la textilería o
ganadería. Las culturas preincas, los incas y sucedáneos, fueron mejorando las
técnicas agrícolas, adaptándose a las dificultades del terreno andino, y
sacándole, el máximo provecho. Estamos hablando de los famosos pisos
ecológicos, andenes, climatización de tubérculos y plantas, entre otros. Siendo
este, el mayor legado para seguir desarrollando la agricultura familiar, que hoy
en día, aporta el 70% de los alimentos, según cifras del Midagri.
La agricultura en el Perú, pese a las crisis sociales en diferentes momentos de
la historia, evolucionó. Y, sigue siendo uno de los motores de la economía
nacional. Superando, periodos críticos entre las décadas de los años 70’s y
80’s, con la Reforma Agraria o el Fenómeno El Niño de 1983, de acuerdo a un
informe del Ministerio de Economía y Finanzas.

Según este mismo informe, a partir de ahí, el desarrollo del agro se mantuvo en
crecimiento sostenido. Incluso, a inicios de la pandemia, que azotó varios
sectores productivos, los índices de crecimiento en relación al PBI se
conservaron. Y esto, gracias a “los altos niveles de producción en importantes
productos orientados, tanto al mercado interno (papa, plátano, yuca), como
externo (arándanos, cacao, palta)”.

Tipos de agricultura en el Perú

La agricultura es uno de los sectores productivos más amplios en el país. De


acuerdo a sus técnicas, procesos de cultivo o impacto ambiental, se clasifica en
diferentes tipos. Y, una de las clasificaciones que queremos compartir es la que
se realiza según el método y objetivos de esta actividad. Así, son:

• Agricultura tradicional, que viene de conocimientos milenarios y prácticas


antiguas. La practican, en su mayoría, pequeños productores dedicados a la
agricultura familiar, en zonas rurales. Pero, los recursos tecnológicos y la
capacidad de producción son limitados. Su principal objetivo es el del
autoconsumo.

• Agricultura industrial, la que está más tecnificada y trabaja con métodos


innovadores. Esto, le permite proyectarse e ingresar a mercados
internacionales.

• Agricultura ecológica, orgánica o biológica, que responde a un cultivo


respetuoso de los productos, y además, promueve un consumo responsable de
los alimentos.

Agricultura orgánica
La agricultura orgánica o ecológica es aquella que se realiza sin utilizar
productos químicos y es respetuosa del medio ambiente. Durante todo el
proceso de cultivo, y hasta la venta final del producto, se priorizan las técnicas
e insumos que conserven la agrobiodiversidad y los recursos naturales, así
como el comercio justo y el desarrollo sostenible.

Según cifras recientes del Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú
(Senasa), se estima que más de 107 mil productores y productoras desarrollan
este tipo de actividad agrícola. El 94% están asociados a operadores grupales
para que puedan cumplir con las exigencias y certificaciones locales e
internacionales.

Entre los productos que destacan provenientes de la agricultura orgánica son el


café, en primer lugar, seguido del cacao, la quinua y el plátano. Y otros cultivos
emergentes son los arándanos, el kion, la palta, y frutos como el mango y la
uva, de acuerdo a esta misma institución.

Buenas prácticas agrícolas

En la provincia de San Miguel, en Cajamarca, trabajamos con productores y


productoras de palta. La producción de este fruto, se desarrolla en la Cuenca
del Jequetepeque. Se estima un volumen aproximado de 150 toneladas de
palta en el año.

Desde Ayuda en Acción, promovemos las buenas prácticas en el sector


agrícola para garantizar la sostenibilidad de toda la cadena productiva.
Formamos en capacidades técnicas y escuelas de campo que les permitan ser
parte de esta demanda en crecimiento. Esto, genera un impacto positivo en los
campos de cultivo, el medio ambiente y en las relaciones económicas del agro.

La agricultura en el contexto de la transformación estructural

De acuerdo con la experiencia global, el crecimiento económico en el Perú ha


estado acompañado de una transformación estructural: la participación de la
agricultura en la economía en su conjunto y la de los trabajadores agrícolas en
el empleo total se han reducido, pero ello no significa que el sector agrícola se
haya contraído en términos absolutos. Por el contrario, el volumen y el valor de
la producción agrícola han crecido de manera constante. De 2000 a 2015, el
producto bruto interno (PBI) agrícola creció un promedio de 3,3% al año, más
que países estructural y regionalmente semejantes.

En los últimos veinticinco años, los sectores agrícola, industrial y de servicios


han crecido a tasas comparables en el Perú, de manera que el aporte de cada
uno de ellos al PBI se ha determinado por su tamaño. Como una cantidad
desproporcionadamente grande de personas pobres trabaja en el sector
agrícola y en el de servicios, ambos han generado los mayores aumentos de
ingresos de esta población. El aporte de la agricultura fue especialmente
grande para la reducción de la pobreza extrema.

El patrón de transformación estructural observado en el Perú es consistente


con los patrones observados en otros países, pero también existen algunas
diferencias interesantes. Por ejemplo, su tasa de transformación estructural ha
sido inusualmente baja, porque la composición del PBI ha cambiado muy poco
desde inicios de la década de 1990. Del mismo modo, mientras que la fuerza
laboral se ha movido desde la agricultura rural, de baja productividad, hacia el
sector de servicios, de relativa mayor productividad, la agricultura continúa
empleando alrededor de un cuarto de la población en el sector urbano informal,
más que en muchas otras economías urbanizadas en la región. El que la
participación del empleo agrícola haya caído tan lentamente en el Perú y pueda
incluso estarse estabilizando refleja el hecho de que el sector ha crecido en
términos absolutos y ha creado un gran número de empleos nuevos.

Importancia de la agricultura en la economía peruana

¿Cuál es el tamaño real del sector agricultura en el Perú? Para responder a


esta pregunta, se calculó una medida ampliada del valor agregado agrícola,
que consideró los vínculos intersectoriales en los mercados de bienes
intermedios. La captación de los efectos multiplicadores asociados con las
actividades productivas primarias es importante para estimar el aporte total de
la agricultura al crecimiento y a la reducción de la pobreza, porque a menudo
se considera que el sector no es un factor clave cuando las economías se
están desarrollando. Se usó una matriz insumo-producto de la contabilidad
nacional para crear una medida ampliada del valor agregado de la agricultura
que considerase los vínculos progresivos y regresivos del sector. La fuerza de
estos vínculos es proporcional a la participación del sector en insumos
intermedios usados por otros sectores y a las ventas de las industrias
proveedoras que suministran a la agricultura.

Cuando los vínculos están incluidos, especialmente los vínculos progresivos, el


valor agregado agrícola aumenta significativamente. Al usar la medida
tradicional que se centra estrechamente en actividades de producción primaria,
el aporte de la agricultura al PBI en el Perú es de 7,3%. Si se usa la medida
extendida, el aporte es de 11,3%, cuatro puntos más alta.

El reconocimiento del tamaño real del sector agrícola podría cambiar las
percepciones de los formuladores de políticas respecto de cuáles deben ser las
prioridades de la estrategia nacional de desarrollo para el Perú. La falta de
apreciación de las contribuciones económicas hechas por la agricultura
primaria a través de vínculos progresivos y regresivos explica probablemente lo
que parece haber sido una subinversión pública crónica en el sector. De
acuerdo con un reciente análisis del gasto público del Perú (Banco Mundial,
2012), el gasto público en agricultura expresado como un porcentaje del PBI se
mantuvo bajo a lo largo del periodo 2000- 2010: empezó con un 0,7%, bajó
luego a un 0,3% y terminó en un 0,6%. Durante el mismo periodo, el gasto
público total aumentó de S/ 1,3 billones a S/ 2,5 billones, pero su proporción en
relación con agricultura cayó significativamente. La baja inversión pública en
agricultura puede haberse debido, en parte, a la falta de apreciación por parte
de los formuladores de políticas de la verdadera importancia de la agricultura y,
en mayor medida, del sistema alimentario. De haberse encontrado disponible
una medida extendida de valor agregado, es probable que hubiera sido mucho
más fácil sustentar un mayor nivel de gasto público.

La productividad de la agricultura peruana

¿Qué tan productiva es la agricultura peruana? ¿Qué ha venido impulsando el


crecimiento de la productividad en este sector en los últimos años? ¿Son
sustentables sus fuentes tradicionales de crecimiento? ¿Existen oportunidades
para acelerar el avance del crecimiento de la productividad sobre la base de
nuevas fuentes? ¿Y las respuestas a estas preguntas difieren por región? En la
región de la costa, ¿los altos niveles de crecimiento de la productividad han
sido impulsados principalmente por la incorporación de cultivos de alto valor?
¿Esta estrategia es sustentable? En la región de la selva, ¿la rápida expansión
de la tierra de labor y de los pastizales cultivados es un camino sostenible para
el crecimiento agrícola o debe haber un mayor énfasis en la intensificación?

El crecimiento de la productividad en la agricultura peruana parece fuerte en


comparación con el de otros países de Latinoamérica. Desde 1990, el
crecimiento de la productividad total de los factores (PTF) en el sector agrícola
se ha duplicado en relación con las décadas pasadas y ha aumentado de una
tasa promedio anual de 2% a una de 3% (Ludena, 2010; Trindade & Fulginiti,
2015; USDA, 2016). Si bien el desempeño de Perú tiene una posición alta
dentro de la región, la frontera tecnológica para la agricultura se establece en
los países industrializados y, en comparación con estos, el Perú y otros países
latinoamericanos siguen atrasados (Fulginiti & Perrin, 1993, 1997, 1998 y 1999;
Arnade, 1998; Bravo-Ortega & Lederman, 2005; Coelli & Rao, 2005).

A pesar del sólido crecimiento de la productividad registrado en los últimos


años, este no ha sido uniforme a lo largo del país. Si bien los datos de nivel
macro sugieren que la productividad agrícola ha estado creciendo, aún
persisten diferencias importantes entre las regiones y entre categorías de
productores. La agricultura en el Perú comprende muchas realidades que
contrastan profundamente. Una realidad visible a lo largo de una gran parte de
la costa, así como en algunas áreas de la selva, ubicadas ventajosamente y
mejor equipadas, es la de sistemas agrícolas dinámicos, altamente productivos
y comercialmente exitosos, que se encuentran bien integrados en las cadenas
de valor nacionales y/o internacionales, y que brindan medios de subsistencia
aceptables para aquellos que participan de ellos. La otra realidad, mucho más
común a lo largo de grandes áreas de la sierra y la selva, muestra sistemas
agrícolas estáticos, improductivos, orientados a la subsistencia, mal integrados
en el mercado y que proveen medios de subsistencia inaceptables para los
participantes. De acuerdo con el censo de 2012, el 80% de las unidades
agrícolas tienen menos de cinco hectáreas, y un gran número de estas
unidades agropecuarias de pequeños agricultores desarrollan una agricultura
de bajos insumos/baja producción, que puede incluir semillas de variedades
modernas, fertilizantes químicos para cultivos, alguna maquinaria y algún nivel
de irrigación. Al no tener oportunidades alternativas de empleo, muchos
habitantes rurales continúan trabajando en la unidad agropecuariafamiliar, a
pesar de que sus ingresos sean extremadamente bajos.

Se analizaron las tendencias de productividad recientes en el sector agrícola


peruano, poniendo énfasis en entender cómo el crecimiento de la productividad
ha variado en las diferentes regiones y entre tipos y tamaños de unidad
agropecuaria. Se usaron datos de encuestas combinados (2007-2015) y
transversales (2015) para estimar las medidas de productividad y se
descompusieron los resultados para revelar las fuentes del crecimiento de la
producción (mayor productividad frente a un mayor uso de insumos). Se
calcularon los índices de intensidad productos-insumos para mostrar el
desempeño de los cultivos individuales en diferentes regiones agroclimáticas.
Finalmente, se estimó un modelo de fronteras de producción estocástica para
medir la eficiencia técnica dentro del sector agrícola y brindar una idea sobre
los factores que contribuyen a las ineficiencias dentro las regiones y entre ellas,
así como sobre los distintos tipos de unidad agropecuaria.

Los resultados del análisis PTF respaldan la opinión sostenida por la mayoría,
que afirma que la productividad agrícola ha venido creciendo rápidamente en la
región de la costa, mientras que fundamentalmente se ha estancado en las
regiones de la sierra y la selva. En consecuencia, la brecha de productividad se
ha ido ampliando en el tiempo; en particular, las fuentes del crecimiento de la
productividad han variado por región. En la costa, la producción ha crecido
impulsada principalmente por el crecimiento de la PTF, cuyo sólido incremento
ha resultado probablemente de la expansión del área plantada con cultivos de
valor alto, entre los que se incluyen los de exportación, tanto a través del
aumento del área total cultivada como de la sustitución de cultivos de bajo valor
por otros de alto valor. En la sierra, ha crecido impulsada principalmente por un
mayor uso de mano de obra, tanto familiar como contratada, hecho que puede
reflejar la falta de oportunidades fuera del sector agrícola en la región, donde
los miembros de hogares rurales no tienen otra opción más que seguir
trabajando en sus propias unidades agropecuarias u ofrecer sus servicios
laborales para trabajar otras tierras. El hecho de que el tamaño de la unidad
agropecuaria promedio en la sierra sea tan pequeño significa que las
oportunidades de los trabajadores agrícolas para escapar de la pobreza son
limitadas. En la selva, ha crecido impulsada, en parte, por el aumento de la
PTF y, en parte, por el aumento de los insumos. El aumento relativamente bajo
de la PTF en esta región podría deberse a la baja productividad de tierras
recientemente deforestadas, normalmente de baja calidad y con capacidad
limitada para los fines agrícolas. Otro factor que podría haber contribuido es la
expansión del cultivo de café y cacao, puesto que sus plantaciones tienden a
ser relativamente improductivas por un tiempo después de su establecimiento
inicial.

Con la intención de explorar las diferencias de productividad, el análisis de la


PTF se desglosó por tamaño de unidad agropecuaria y tipo de productor. En
general, la relación entre el tamaño de unidad agropecuaria y la PTF parece
ser proporcionalmente directa: los agricultores con tierras extremadamente
pequeñas, de menos de una hectárea, muestran los niveles más bajos de PTF.
Sin embargo, conforme aumenta el tamaño de la unidad agropecuaria, también
lo hace la PTF, aunque permanece inalterable o incluso disminuye ligeramente
cuando el tamaño de la unidad agropecuaria supera las diez hectáreas. Las
unidades agropecuarias pequeñas muestran un alto rendimiento pero baja
productividad, hecho que puede relacionarse con el uso más intensivo de
insumos en unidades agropecuarias pequeñas, especialmente con el trabajo
familiar. A diferencia de ello, las unidades agropecuarias grandes pueden verse
favorecidas por rendimientos crecientes a escala (o economías de escala) y el
uso de diferentes tecnologías, que les permiten obtener altos niveles de
productividad (Sheng et al., 2015).

El análisis de la distribución de participación de los insumos muestra una fuerte


relación entre su uso y el tamaño de la unidad agropecuaria y el tipo de
agricultor. Es mucho más probable que las unidades agropecuarias más
grandes y los productores más consolidados se involucren en una “producción
tecnológica” y usen niveles más altos de insumos tecnológicos (insumos
comprados y capital) y más tierra. Y es mucho más probable que las unidades
agropecuarias más pequeñas y los agricultores orientados a la subsistencia se
involucren en una “producción tradicional”, con un uso limitado de los insumos
comprados, y se apoyen mucho más en el trabajo familiar. Si bien la
variabilidad observada en el uso de insumos puede deberse, en cierta medida,
a disparidades en la mezcla de actividades de producción agrícola y ganadera,
así como a diferencias sistemáticas en relación con los factores agroclimáticos
(por ejemplo, la calidad del suelo), los resultados muestran claramente, en
general, que las unidades agropecuarias grandes y los productores más
consolidados son tecnológicamente más intensivos.

Para explorar más las fuentes de variabilidad en la productividad y eficiencia en


al ámbito de la unidad agropecuaria, se usó el análisis de la frontera de
producción estocástica (FPE), con el que se evaluó la sensibilidad de la
producción a diferentes insumos y otros factores. Se usó un procedimiento de
un solo paso de máxima probabilidad para estimar simultáneamente los
parámetros de la frontera de producción, así como posibles determinantes
exógenos de ineficiencia. Se determinó que tres variables eran importantes en
las tres regiones naturales (costa, sierra y selva) para reducir la ineficiencia:
aquellas relacionadas con (i) el acceso a asistencia técnica, (ii) el acceso al
crédito y (iii) el logro educativo. Ello sugiere que es necesario hacer esfuerzos
para crear capacidad para la innovación en el del país. Se deberá
complementar la capacidad reforzada para innovar con mejoras en la entrega
final (“last mile delivery”) de la asistencia técnica a través del despliegue de
redes de extensión efectivas. Sin embargo, la disponibilidad de tecnologías
mejoradas no hará mucha diferencia si estas siguen siendo inasequibles para
los productores y, por esta razón, las iniciativas para fortalecer las redes de
extensión necesitarán complementarse con esfuerzos para promover un mayor
acceso al crédito.

Por el lado de la oferta, será importante aumentar el número de intermediarios


financieros activos en el espacio rural y expandir el rango de productos
financieros que se ofrecen. Una estrategia potencial para hacer esto sería que
el gobierno otorgue garantías de créditos a los bancos de desarrollo que se
dirigen a productores agrícolas, entre los que debe incluirse a aquellos
orientados a la subsistencia en la sierra y la selva. Por el lado de la demanda,
la introducción de nuevos productos financieros necesitará acompañarse de
iniciativas que incrementen la educación financiera de los productores,
especialmente de aquellos que nunca antes han participado en mercados
financieros formales. En última instancia, los productores estarán en una mejor
posición para acceder a innovaciones que mejoren la productividad, incluso con
la ayuda de productos financieros innovadores, si están lo suficientemente bien
educados para poder asimilar nueva información y usarla bien. La educación
puede jugar un papel crítico en la reducción de ineficiencias en la agricultura
peruana, porque los productores mejor educados toman mejores decisiones
sobre sus actividades productivas y de comercialización, y, en consecuencia,
logran mejores resultados agrícolas. Ello resalta la importancia de inversiones
fuera del sector para mejorar el alcance y calidad de los servicios educativos
básicos.

Además de estas tres variables transversales que contribuyen a una mayor


eficiencia productiva en las tres regiones, se determinó que otras variables, las
que representan los factores técnicos, económicos e institucionales, son
importantes solo en ciertas regiones. Entre ellas se pueden mencionar la
diversificación económica, la titulación de tierras, la cobertura de riego, el
acceso a mercados y la información comercial, entre otras. La importancia
regional de estos factores se discute con cierto detalle, así como se explican
sus implicancias políticas.

El análisis de la productividad muestra que sus niveles y los determinantes


subyacentes de eficiencia varían no solo entre regiones naturales, sino también
entre tipos de productores. Los resultados de la PTF y el la FPE evidencian —
conforme a lo esperado— que las unidades agropecuarias comerciales son
más productivas y más eficientes, en promedio, que las unidades
agropecuarias orientadas a la subsistencia. El rol y la magnitud de los
diferentes impulsores de eficiencia difieren entre tipos de productores. Por
ejemplo, la mejor integración al mercado se asocia a niveles más altos de
eficiencia entre los diferentes tipos de productores, excepto en el caso de los
orientados a la subsistencia, que no participan activamente en los mercados y
enfrentan otras restricciones de vinculación. Las estrategias y servicios de
mitigación de riesgos (diversificación de cultivos) parecen ser especialmente
efectivos para reducir la ineficiencia de este grupo, probablemente porque son
más vulnerables a impactos que los productores transicionales y consolidados.
Estos resultados resaltan la necesidad de estrategias de apoyo agrícola
diferenciadas no solo por región natural sino, también, por tipo de productor.

Competitividad de la agricultura peruana

¿Qué tan competitivos son los agricultores peruanos en los mercados


nacionales e internacionales? ¿Qué ha hecho el gobierno para promover la
competitividad del sector agrícola? ¿Cuáles son los factores clave que influyen
en la competitividad de la agricultura peruana? ¿Qué puede aprenderse de las
cadenas de valor peruanas que han surgido como historias de éxito global?
¿Cuáles son los desafíos clave que deberán superarse para garantizar el
desarrollo exitoso continuo de la agricultura peruana? ¿Y dónde están las
oportunidades más prometedoras para el éxito futuro?

Estas preguntas son cruciales, pues el crecimiento fuerte y continuo del sector
agrícola peruano solo será posible si los agricultores y los ganaderos, y otros
actores de la cadena de valor son capaces de competir efectivamente en el
ámbito tanto nacional como internacional. El análisis presentado en este
informe proporciona una idea de los factores que operan en el ámbito de la
unidad agropecuaria y que influyen en la competitividad, condicionando
principalmente la productividad y, por ende, el costo unitario de la producción
primaria. Sin embargo, este es solo un factor entre los muchos que determinan
la capacidad de los agricultores peruanos, los ganaderos y otros actores de la
cadena de valor para competir en los mercados nacionales e internacionales.
Cualquier ventaja que confiera una producción eficiente puede perderse por
ineficiencias en otros eslabones de la cadena de valor que incrementen los
costos, reduzcan la calidad del producto, creen incertidumbres en la oferta o,
de otra manera, hagan que los productos sean menos atractivos para los
compradores y eventualmente para los consumidores.

En gran medida, el motor que impulsa el crecimiento exitoso de la agricultura


exportadora y la estrategia de diversificación en el Perú ha sido el sector
privado. No siempre se aprecia el hecho de que el surgimiento en el Perú de un
sector agroexportador floreciente ha sido posible por las políticas que crearon
un ambiente comercial favorable para estimular la inversión privada y que, al
mismo tiempo, expusieron a las empresas agroalimentarias a los vientos de la
competencia. El gobierno, usando un grupo coordinado de políticas de reforma
e iniciativas económicas, armó una propuesta de valor atractiva, que facilitó el
acceso a recursos productivos, permitió que las empresas privadas
compartieran los riesgos de inversión a través de concesiones fiscales y otros
incentivos, y demostró un fuerte compromiso con la apertura comercial. Se
produjeron intervenciones especialmente importantes en cinco áreas: (i)
mercados laborales, (ii) mercados de tierras, (iii) impuestos, (iv) comercio y (v)
cumplimiento sanitario y fitosanitario.

¿Cuál ha sido el impacto general de las políticas de reforma implementadas por


el gobierno del Perú en los últimos años para promover una economía más
abierta, productiva y competitiva? Existen evidencias provenientes de las
iniciativas de comparación global que sugieren que los esfuerzos del gobierno
para establecer un ambiente comercial favorable, reduciendo los costos de
transacción y eliminando las ineficiencias, están rindiendo frutos, en el sentido
de que la posición de Perú ha mejorado en muchas áreas. Al mismo tiempo,
existen estudios de casos que muestran que, en el caso de determinadas
materias primas agrícolas, aún existe un trecho considerable por recorrer si se
quiere mejorar el desempeño de los sistemas logísticos.

La experiencia exitosa del desarrollo de las agroexportaciones brinda lecciones


importantes que pueden ayudar en el diseño de políticas de largo plazo. En los
últimos veinticinco años, el Perú ha capturado una participación importante en
los mercados globales para ciertos productos agrícolas. El desarrollo de
cadenas de valor para exportaciones agrícolas de alto valor necesitó
inversiones “duras” sustanciales en infraestructura de riego, instalaciones de
procesamiento y almacenamiento, y logística, así como con un grupo
importante de inversiones “blandas” —por ejemplo, para mejorar la
coordinación del mercado y fortalecer la integración de la cadena de valor, para
mejorar el cumplimiento de normas de calidad y seguridad, y para cumplir una
gran cantidad de requisitos de entrada al mercado, entre los que se incluyen
los estándares impuestos por el comprador—.

Si se ha logrado esta inserción en los mercados internacionales, ¿dónde se


encuentran las oportunidades para volver más inclusivas las cadenas de valor
agrícola en el Perú con el objetivo de extender los beneficios a un mayor
número de personas, entre las que se incluyen los pobres? Como muchos
otros países orientados a la exportación, el Perú busca incorporar productores
de pequeña escala en los mercados para productos altamente especializados
que pueden venderse en nichos muy diferenciados (caracterizados en este
informe como mercados de nivel 5 y 6), y lo hace porque estos productos
pueden tener un valor muy alto y parecen ofrecer mejores oportunidades a los
productores para captar valor agregado, aunque en el Perú y en otros lugares
existen relativamente pocos ejemplos documentados de un gran número de
productores de pequeña escala que se hayan integrado de manera exitosa en
mercados de nivel 5 y 6. Esta falta de éxito puede atribuirse a que las barreras
para entrar en estos mercados son muy altas en términos de los costos de
inversión, así como del nivel necesario de conocimiento y capacidades.
Oportunidades más propicias pueden asociarse con mercados para productos
que se han “desmercantilizado” y diferenciado en segmentos especiales (estos
mercados están caracterizados en este informe como mercados de nivel 3 y 4).
En el Perú, cuando un gran número de productores de pequeña escala han
tenido éxito penetrando mercados internacionales, normalmente se han
centrado en materias primas con requisitos de mercado más modestos, como
el cacao, el café y el banano. La estrategia principal para aumentar la
competitividad y generar valor para los agricultores y otros actores ha sido
“desmercantilizar” estos productos a través de la diferenciación de calidad.

Desempeño general del sector agrícola peruano

El sector agrícola peruano ha tenido un buen desempeño acumulado. En el


largo plazo, el crecimiento ha sido fuerte. Además, como la agricultura tiene
una participación importante en la economía y es la principal fuente de medios
de subsistencia para muchos de los hogares más pobres del país, el
crecimiento agrícola ha jugado un rol desproporcionadamente grande en la
reducción de la pobreza. Este se ha visto impulsado, en gran medida, por una
expansión dramática del sector agroexportador, con un crecimiento sustancial
de la producción de una variedad de productos no tradicionales. En
consecuencia, el sector agrícola ha sido un generador importante de ingresos
de exportación. El crecimiento de los ingresos de los peruanos, combinado con
una rápida urbanización, ha producido cambios profundos en el sistema
alimentario, al ofrecer un mayor rango de productos alimenticios a precios más
bajos a muchos consumidores. El surgimiento de una cultura culinaria ha
ayudado al surgimiento del “turismo gastronómico” y ha dado lugar al
nacimiento de un subsector turístico que está dando empleos de alta calidad a
miles de personas. Finalmente, gracias a las ganancias significativas en la
producción de alimentos básicos nacionales, el crecimiento de la cantidad de
alimentos importados, consumidos en el ámbito nacional, se ha desacelerado,
y eso ha ayudado a mejorar la seguridad alimentaria nacional.

Desafíos que se deben abordar

En términos generales, el desempeño del sector agrícola peruano ha sido


impresionante, pero una mirada más detallada muestra que hay espacio
considerable para mejorar. Existen desafíos que deben abordarse en varias
áreas: los niveles de ingresos de los hogares productores se están estancando,
y las tasas de pobreza en áreas rurales permanecen inflexiblemente altas. Se
evidencian desequilibrios territoriales pronunciados en el patrón de desarrollo,
por lo que algunas regiones florecen y otras languidecen. Muchos sistemas de
producción agrícola continúan siendo extremadamente vulnerables a los
choques externos, especialmente a eventos climáticos extremos asociados al
fenómeno de El Niño y al cambio climático, en el largo plazo. Más allá de la
unidad agropecuaria, la infraestructura para pos cosecha no ha podido seguirle
el paso a las ciudades, que han venido creciendo rápidamente, y eso ha
afectado, de manera adversa, la calidad y la seguridad de los alimentos, y ha
contribuido a que se tengan pérdidas enormes. Y si bien el sistema alimentario
nacional se ha ampliado y profundizado, la desnutrición continúa siendo un
problema generalizado, hecho que indica que demasiados peruanos aún
carecen de los recursos y/o conocimientos necesarios para garantizarles dietas
adecuadas y saludables a sus hijos.

La agricultura en el Perú está compuesta por tres mundos ampliamente


distintos. Debido a diferencias espaciales en la dotación de recursos, clima,
ubicación, demografía y aplicación de medidas políticas, entre otros factores,
las regiones de la costa, sierra y selva ofrecen experiencias ampliamente
distintas y presentan desafíos diferentes. En la primera, los desafíos principales
son mantener el crecimiento de la productividad, responder efectivamente a la
mayor escasez de factores de producción y conservar la competitividad en
mercados globales cada vez más demandantes. En la segunda, impulsar la
productividad de los alimentos básicos que se vienen sembrando actualmente,
permitir la diversificación con cultivos alternativos de alto valor, vincular mejor a
los agricultores y ganaderos con los mercados, y generar sistemas agrícolas
más resistentes. En la última, encontrar nuevas fuentes de crecimiento de la
productividad, mejorar la conectividad y garantizar que la agricultura se
desarrolle de manera más ecológica y sostenible.

CARACTERÍSTICAS DEL SECTOR AGROPECUARIO (2013)

La actividad agropecuaria en el Perú es muy heterogénea, principalmente por


diferencias tecnológicas, de articulación a mercados de productos e insumos y
el acceso a mercados de servicios (créditos, seguros, etc.), pero también por
su diversidad climática y geográfica.

En el Perú pueden identificarse cuatro tipos diferenciados de agricultura que


desarrolla el productor, según nivel tecnológico, capacidad de acceso a
servicios y articulación al mercado. En función a estas características se tienen
las siguientes: agricultura con producción de subsistencia, agricultura familiar
de pequeños negocios rurales, agricultura de producción comercial (pequeños
y medianos productores) y la agricultura intensiva y de agroexportación:
producción agraria empresarial (Minagri-Pesem, 2012-2016).

Para el año 2013, el sector agropecuario y el forestal en conjunto representaron


el 5,3 % del PBI global (ver gráfico). La variación porcentual del PBI para este
sector, comparado con el PBI global, en el periodo 2003-2013, ha registrado
aumentos y reducciones. En particular, sobre la reducción presentada en el año
2013 por la presencia de la roya del cafeto [228] (INEI, 2014).
* Incluye caza y silvicultura. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI)

La agricultura es una actividad de gran importancia económica, social y


ambiental, con potencial para un mayor desarrollo. Entre los años 2007 y 2013,
el sector agropecuario creció a una tasa promedio de 4,0 %, sin embargo, su
participación en el PBI pasó de 6 ,6 % a 6,0 % en los mismos años. Aun así, el
sector agrícola de exportación ha experimentado lo que se conoce como el
“boom agroexportador”, reflejado en sus altas tasas de crecimiento, sobre todo
en productos no tradicionales. Así, las agroexportaciones pasaron de USD 1
300 millones FOB en el año 2005 a USD 4 527 millones en el año 2011 (el 10
% de las exportaciones totales del país) y a más de USD 5 000 millones FOB
en el año 2014, lo que representó un crecimiento de 276 % a una tasa
promedio anual de 16 % (para mayor detalle ver el anexo).
Nota: 1/ Incluye al sector silvícola
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)

Según el último Censo Nacional Agropecuario (Cenagro), se estima que el 30,1


% del territorio nacional está dedicado al desarrollo de la actividad
agropecuaria; el mayor porcentaje de superficie agropecuaria lo tiene la sierra
con 57,5 % (22,3 millones de ha), seguida de la selva con 31,1 % (12,0
millones de ha) y, en menor proporción, la co sta con 11,5 % (4,4 millones de
ha).
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). IV Censo
Nacional Agropecuario (Cenagro), 2012

La superficie agrícola [1] nacional alcanza, según el Cenagro, los 7 125 miles
de ha, distribuidas en tierras de labranza (4 882,32 miles de ha), tierras con
cultivo permanentes (2 012,69 miles de ha) y tierras con cultivos asociados
(229,99 miles de ha). De estas, se encuentran productivas 4 155 678 ha (58
%), destacando las dedicadas a cultivos industriales y para el consumo
humano directo, entre los cuales está el café que constituye el 10,2 % del total
de superficie, papa (8,8 %), maíz amarillo (6,3 %), maíz amiláceo (5,8 %), arroz
(4,3 %), plátano (3,5 %), cacao (3,5 %), caña de azúcar (3,4 %), yuca (2,3 %) y
maíz choclo (1,6 %).
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). IV Censo
Nacional Agropecuario (Cenagro), 2012 Elaboración: Equipo técnico EsDA-
MINAM

Cuando se comparan los datos del Cenagro del año 1994 con los del año 2012,
se observa que los cultivos que resaltan por su crecimiento en la superficie
agrícola son el café, mediante un incremento en más de 222 000 ha, y el cacao
con más de 95 000 ha. El principal producto agrícola para exportación es el
café con un valor FOB de USD 695,64 millones en el año 2013. El Perú es en
la actualidad el primer exportador mundial de espárragos, quinua y plátano
orgánicos. La diversidad ecológica significa una oportunidad de alta
diversificación de cultivos, al tiempo que conlleva limitaciones para la
producción de altos volúmenes, lo que implica la necesidad de especialización
en productos de alto valor unitario.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). IV Censo
Nacional Agropecuario (Cenagro), 2012

La superficie agrícola no trabajada en tierras de labranza es de 774 882 ha,


debido principalmente a la falta de agua (378,9 miles ha) y acceso al crédito
(186,4 miles ha). Solo el 9 % del total de los más de 2,2 millones de
productores agropecuarios solicita un crédito y, de estos, apenas el 8,2 % lo
recibe.

La agricultura es una de las principales fuentes de empleo, con más de 180


500 trabajadores permanentes y casi 13,9 millones de trabajadores eventuales.
El 81,2 % de los trabajadores permanentes son hombres y el 18,8 % son
mujeres. En el caso de trabajadores eventuales, el 72,8 % son hombres y 27,2
% son mujeres. Al año 2012, la agricultura empleaba el 24,2 % de la población
económicamente activa ocupada, lo que asciende a 2 260 973 personas y
significa un incremento de 496 000 productores, respecto al año 1994.
La capacidad del crecimiento agrícola para reducir la pobreza rural está
concentrada en regiones específicas de la costa sur y norte, así como en la
selva; mientras que en la sierra —que tiene las tasas más altas de pobreza
rural— este proceso ha sido limitado, en gran parte debido al bajo dinamismo
agrícola en dicha zona y también por los bajos retornos de los activos
productivos. Cabe destacar que la sierra concentra más productores
agropecuarios (63,9 %) y, de este total, el 99,1 % son personas naturales y el
0,9 % son personas jurídicas.

El IV Cenagro reportó 18,2 millones de ha, las cuales, por lo general, sirven
para el pastoreo del ganado vacuno, camélidos y ovinos en la sierra; o cabras y
otras especies menores en la costa; e incluso vacunos en la selva.

De esta manera, el total de la población de ganado vacuno es de 5 156


millones de cabezas, mayor en 14,7 % a la población registrada en el censo
agropecuario del año 1994. La población de ganado vacuno está concentrada
en la sierra, con 3,8 millones de cabezas, lo que representa el 73,2 % del total.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). IV Censo


Nacional Agropecuario (Cenagro), 2012. Elaboración: Equipo técnico EsDA-
MINAM
En los vacunos predomina el ganado criollo, y entre las razas la brown swiss y
holstein, como se puede apreciar en el siguiente cuadro.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). IV Censo


Nacional Agropecuario (Cenagro), 2012. Elaboración: Equipo técnico EsDA-
MINAM

El Cenagro señala que la población de ovinos es de 9 523,2 mil cabezas, lo


que implica un descenso de 21,2 % con respecto al año 1994. Esta población
está concentrada en la sierra con 8 972,2 cabezas, que representa el 94,2 %.
La raza que concentra la mayor población es la de criollos y representa el 81,0
% del total, seguida de la raza corriedale (11,4 %), hampshire down (2,6 %),
black belly (0,9 %) y otras razas (4,1 %), respectivamente.

A diferencia de la población de ovinos que disminuye, el estado de la población


de alpacas se ha incrementado en un 50,2 %, que alcanza un total de 3 685
millones de cabezas. La población alpaquera está concentrada casi en su
totalidad en la sierra, mientras que la raza huacaya concentra el 80,4 % de la
distribución, seguida de la raza suri con 12,2 % y cruzados con 7,3 %.

La población de ganado porcino ha registrado un ligero aumento de 1,7 % en


comparación con el censo del año 1994, lo que implica un total de 2 224
millones de cabezas, y según categoría, 67,2 % son criollos y 32,8 %
corresponden a la categoría de mejorado. La población de porcinos está
concentrada en la sierra con 1 135 millones de cabezas, que representan el
51,1 % del total.
Las aves de corral son la población que mayor aumento presenta con un 69 %,
siendo la ciudad de Lima la que concentra el 51,0 % de la población de aves de
corral. Según la región geográfica, el 86,0 % está en la costa, el 5,2 % en la
sierra y el 8,9 % en la selva.

En el año 2012, el número de productores agropecuarios era de 2 260 973, lo


cual representó un incremento de 496 000 productores respecto del año 1994.
A escala regional, el mayor número de productores agropecuarios está en
Cajamarca, Puno y Cusco, y la menor cantidad en la Provincia Constitucional
del Callao y los departamentos de Madre de Dios y Tumbes.

El tamaño de la propiedad agropecuaria —denominado unidad agropecuaria en


el Cenagro, como unidad estadística de investigación—, las clasifica de la
siguiente manera: pequeñas unidades agropecuarias (hasta 5,0 ha) son 1,8
millones, de tamaño mediano (5,1 a 50 ha) son 360 800 y de tamaño grande
(50.1 a más) son 41 800. Con estas cifras, se tiene un balance final, en
comparación con los datos del Cenagro del año 1994, de un incremento de
40,3 % para las unidades agropecuarias pequeñas y una reducción de 15,5 %
y 11,4 % de las unidades agropecuarias medianas y grandes, respectivamente.

En el análisis por regiones geográficas y en el ámbito exclusivo de superficie


agrícola, los productores agropecuarios en la costa conducen en promedio 5,1
ha, en la selva 4,8 ha y la sierra 2,4 ha, siendo el promedio de superficie
agrícola que conduce cada productor agropecuario de 3,3 ha. Cabe mencionar
que en la costa están concentradas las grandes empresas agroexportadoras y
en la sierra las pequeñas unidades agropecuarias. Por pisos altitudinales, en la
selva baja conducen en promedio 6,4 ha, mientras que en la costa o chala 5,7
ha por productor. En la sierra existen diferentes pisos altitudinales, por lo que
hay una mayor diferencia de superficie agrícola: el productor de la puna
conduce en promedio 2,9 ha y el de la cordillera o janca un promedio de 2,8 ha.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). IV Censo
Nacional Agropecuario (Cenagro), 2012

La mayoría de los productores agropecuarios en el país son personas naturales


(99,4 %) y las personas jurídicas solo alcanzan el 0,6 %, destacando en este
tipo de organización la comunidad campesina, la sociedad anónima cerrada y
la comunidad nativa.

En el año 1994, las personas naturales registraron, igualmente, niveles


significativos (96,7 %). Según la región geográfica, la sierra concentra más
productores agropecuarios (63,9 %); de este total, el 99,1 % son personas
naturales y el 0,9 % son personas jurídicas. La selva y la costa concentran 20,3
% y 15,8 % de productores agropecuarios respectivamente; la organización
jurídica de cada una de estas regiones muestra el mismo comportamiento que
la sierra.

En el Perú hay 1,4 millones de productores agropecuarios, que representan el


62 % del total, los mismos que utilizan algún tipo de abono orgánico. Los
productores de la sierra son los que más aplican este tipo de producto; de otro
lado, al año 2012 los productores que usaron fertilizantes químicos ascendieron
a 971 200 (43,9% del total), incrementándose casi en 50 % con respecto al año
1994.
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[228] http://minagri.gob.pe/portal/download/pdf/pnapes/actividades/equipo/eval-
contexto.pdf

[229] Constituida por el conjunto de tierras de la unidad agropecuaria,


dedicadas a la actividad agrícola, dentro de las se encuentran los cultivos
transitorios y permanentes, tierras en barbecho, las tierras no trabajadas por
alguna causa ajena a la voluntad del productor/a y las que están en descanso.

[230] Son las tierras ocupadas por árboles, arbustos, matas, etc. que crecen
agrupadas en forma natural, pudiendo tener algún valor como madera, leña u
otros. Esta categoría, debido a la metodología y unidad estadística utilizada en
el Cenagro 2012, no debe tomarse como el porcentaje de bosques y montes
que existen en el país, dado que su reporte en las unidades agropecuarias fue
de presencia y ausencia, sin delimitar el área.
SITUACIÓN DEL SECTOR AGROPECUARIO EN PERÚ (2014-2018)

De acuerdo con los resultados del censo poblacional del Perú de 2017,
alrededor del 21% de la población reside en el ámbito rural. Si bien este ámbito
no es exclusivamente agrícola, dado que en las últimas décadas se ha
observado una multiplicación de actividades de subsistencia, producción y
acumulación distintas a las tradicionales del campo (Diez, 2014), la agricultura
sigue teniendo una gran relevancia, representando el 28% del total de
empleos1 en el país. Adicionalmente, en el periodo 2014-2018, el valor
agregado de la agricultura ha representado, en promedio, el 6,9% del PIB
peruano, manteniendo cierta estabilidad durante el periodo analizado (ver
Figura 1).

La agricultura también juega un papel fundamental en la economía de las


regiones del país. En la región Amazonas (Selva), dicha actividad representa el
33% del Valor Agregado Bruto total2, mientras que en la región de San Martín
(Selva), dicho indicador corresponde al 27%, y en otras seis regiones del Perú,
supera el 10%3. Durante al menos tres décadas, la balanza comercial de los
productos agropecuarios había sido deficitaria, pero desde los años 2000 esta
situación comenzó a revertirse debido al importante incremento de las
exportaciones, especialmente de productos como el café, espárragos, uvas,
mangos, cacao, palta y quinua (Ministerio de Agricultura y Riego [MINAGRI],
2016c). La Figura 2 muestra la evolución tanto de las exportaciones como
importaciones para el periodo 2014-2018.

El desempeño de las exportaciones de los productos agrarios peruanos ha


estado fuertemente influenciado por el componente no tradicional, que incluye
uvas, arándanos, paltas, mandarinas, entre otras, con una tendencia creciente 4.
Durante el periodo analizado, las exportaciones no tradicionales se
incrementaron en un 41%, pasando de USD 4.461 millones a USD 6.273
millones (ver Figura 3). En cuanto a las exportaciones tradicionales como el
café, algodón, azúcar y lanas, se mantuvieron alrededor de los USD 800
millones durante todo el periodo.
Al analizar los destinos de las exportaciones del Perú, surgen el Foro de
Cooperación Económica de Asia y Pacífico (APEC) y la UE, como los de mayor
importancia. En cuanto al Foro APEC, Estados Unidos se destaca
ampliamente, seguido de China, Chile y Corea del Sur 5. Respecto a la UE, para
2018, el principal destino fue Holanda, seguido de España, Inglaterra y
Alemania6.

Los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) también constituyen


importantes destinos de las exportaciones de Perú, siendo el principal Ecuador
(56%), seguido de Colombia (34%) y Bolivia (10%). El total de exportaciones a
estos tres países fue de USD 554 millones en 2018.
Uno de los ámbitos que ha mostrado mayor crecimiento es el de la
agroindustria, debido a las reformas liberalizadoras de la década de los
noventa que facilitaron la inversión privada; y que, además, contó con el apoyo
de determinadas políticas públicas como la creación y fortalecimiento del
Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria – SENASA (Barrantes & Hopkins,
2015). La labor del SENASA ha sido clave en la expansión de la oferta
agroexportadora, ya que ha facilitado el acceso a mercados con altos
estándares de calidad al garantizar el cumplimiento de requisitos sanitarios y
fitosanitarios (Banco Mundial, 2017). Desde 2013, se ha conseguido ingresar a
55 mercados de exportación y se espera incorporar 240 frutos y hortalizas, y 34
productos pecuarios a la cartera agroexportadora, gracias al trabajo conjunto
entre el SENASA y el sector privado.

Asimismo, es relevante mostrar la composición de las importaciones, como


puede observarse en la Figura 5. Dicha composición se mantiene durante el
periodo de análisis, con la preponderancia del componente agroindustrial,
seguido por el agrícola, con cerca de un 40% de importancia, USD 1.600
millones en promedio, y el pecuario, con USD 158 millones en promedio.
Para el año 2018, las importaciones se concentraron en: maíz duro amarillo,
tortas de soja, diversos tipos de trigo (excepto para siembra), aceite de soja en
bruto7, arroz semiblanqueado o blanqueado8 y habas de soja, incluso pulido o
glaseado (excepto para siembra). En cuanto a los países de donde provienen
dichos productos, lidera Estados Unidos (30%), seguido de Argentina (12%),
Canadá (8,5%), Bolivia (8%), Chile (7,5%), Brasil (5%) y Colombia (4%). La
Tabla 1 muestra los principales productos exportados de acuerdo con cada
país de origen.
Por otra parte, es importante discutir sobre los principales retos para el sector,
detallados ampliamente en la Política Nacional Agraria9. En primer lugar, se
encuentran los problemas vinculados al medio ambiente, por manejo deficiente
de los recursos existentes. De esta manera, se encuentran problemas en los
suelos, con un 99% de la superficie de uso agrícola con erosión (niveles “leve”
a “severo”), y la cuarta parte presenta problemas de desertificación. A nivel de
regiones, el 65,7% de la superficie que evidencia erosión severa se ubica en la
Sierra, el 30,6% está en la Costa y el 3,7% en Selva. En tanto que el 79,7% de
la superficie afectada por desertificación se encuentra ubicada en la Sierra y el
20,3% en la Costa. A ello se suma el agotamiento de los recursos hídricos, la
falta de tratamiento de aguas residuales y la reducción del área glaciar del país.
Estos aspectos indican que, a futuro, el Perú atravesará una mayor escasez de
agua, tanto para riego10 como para otros fines. Adicionalmente, existe el
problema de la deforestación11, siendo una de las causas, la agricultura
migratoria.
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1. Fuente: Indicadores del desarrollo mundial (Banco Mundial).

2. Promedio del periodo 2014-2018.

3. Huánuco: 17.6%, Puno: 15.2%, La Libertad: 14.4%, Ica: 13.2%, Ayacucho:


12.3% y Cajamarca: 12.2% (todas en la sierra). Fuente: Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI).

4. La mayoría de los cultivos no tradicionales se desarrollan en la Costa, que


corresponde al 26.5% de la superficie agropecuaria. La Costa se caracteriza
por tener una concentración de parcelas con tamaños superiores a las 50
hectáreas, en donde se desarrollan cultivos no tradicionales y predominan las
medianas y grandes empresas agroexportadoras (PNA 2016).

5. El monto total de exportaciones a los países APEC, a 2018, fue de 3.383


millones (valor USD FOB). Estados Unidos concentra el 62% de este total.

6. El monto total de exportaciones a la UE, a 2018, fue de 2.635 millones


(valor USD FOB). Holanda concentra el 40% de dicho monto.

7. Incluso desgomado.

8. Incluso pulido o glaseado.

9. La problemática y el diagnóstico del sector se encuentran descritos en la


Política Nacional Agraria (Ministerio de Agricultura y Riego, 2016).

10. Se estima que existen alrededor de 2.576.100 hectáreas bajo riego. El


97.2% de los productores en la Costa utiliza el riego en sus cultivos; mientras
que en la Sierra y la Selva lo utilizan el 37.9% y 1.7% respectivamente. El Perú
tiene una eficiencia de uso del agua en los sistemas de riego del 35%.

11. La superficie de bosque húmedo amazónico en Perú es de 68.422.585


hectáreas y ocupa el 53,24 % de la superficie total del país. En 2019 se
deforestaron 147.000 hectáreas, y se estima que desde 2001 se han perdido
2.3 millones de hectáreas (MINAM 2020).
SECTOR AGROPECUARIO EL 2019

El sector agro experimentó un crecimiento durante el año pasado. (Foto: GEC)

En el periodo enero-diciembre de 2019, el sector agropecuario experimentó


un crecimiento de 3.2% en comparación al mismo lapso de 2018, impulsado
por la mayor actividad agrícola y pecuaria, informó hoy el Ministerio de
Agricultura y Riego (Minagri).

De acuerdo con el reporte de la Dirección General de Seguimiento y


Evaluación de Políticas del Minagri, el subsector agrícola tuvo un incremento
en ese período de 2.6%, promovida por la mayor producción de arándano, que
creció 71.8% (alza de la superficie de producción y cosecha en la Libertad y
Lambayeque) y el mango con un alza de 41.8% (en Piura).

También se destacaron otros productos del campo, como al aumento de


algodón en 31.9% (mayor superficie sembrada y cosechada en Piura,
Lambayeque e Ica), y palta en 6.2% (mayor superficie en producción en
Lambayeque, Ayacucho e Ica).
Por su parte, la caña de azúcar para azúcar creció 5.7% (mayor superficie
cosechada y mejora de rendimientos en La Libertad, Ancash y Arequipa); la
alfalfa, 4.0% (mayor superficie cosechada en Puno debido al apoyo con
semillas por parte de Agro Rural y reconversión a este cultivo en Moquegua),
entre otros.

Por otro lado, el sector pecuario, en este período alcanzó un crecimiento de


4.1%. Este resultado obedeció, principalmente, a la mayor producción de pollo,
que se elevó (+4.4% por una mayor colocación de pollos bb de la línea de
carne en Lima, La Libertad e Ica), y huevo de gallina (+8.0% por el incremento
de gallinas ponedoras en Ica, La Libertad y Lima).

También creció la producción de leche cruda de vaca (+3.0% por un mayor


número de vacas en ordeño y mejora de los rendimientos en Cajamarca, La
Libertad y Puno); y porcino (+5.0% por la mayor saca para el consumo en Ica y
Lima).

Por otro lado, en el mes de diciembre pasado, el sector agropecuario registró


un crecimiento de 7.1%.

Del mismo modo, en el último mes del año pasado, el subsector agrícola tuvo
un crecimiento de 10.1%, básicamente por la mayor producción obtenida de
arándano, que aumentó en 134% (en La Libertad y Lambayeque); páprika en
120% (en Lima); mango en 59.6% (en Piura); sandía en 96.9% (en Arequipa,
Tacna y La Libertad); espárrago en 30.2% (en Ica); ajo en 24.3% (en Piura);
entre otros.

Asimismo, la producción pecuaria en diciembre se incrementó en 3.1%


respecto al mismo mes del año anterior. Dicho resultado respondió a la mayor
producción de pollo, que incrementó en 3.9% (en Lima y La Libertad); huevo de
gallina, que creció 3.5% (en Lima, La Libertad e Ica); leche cruda de vaca en
2.7% (en La Libertad, Cajamarca y Junín); y porcino que subió 3.9% (mayor
saca en Lima, Ica y La Libertad).

PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN TIEMPOS DE PANDEMIA (2020)

Durante el 2020 la pandemia sorprendió a todo el mundo, paralizó las


actividades económicas, se generó mucha incertidumbre al inicio, las reglas no
se entendieron en todos los niveles, las decisiones del Gobierno en un inicio no
fueron claras, las autoridades regionales, locales y comunales paralizaron las
actividades, se impidió en un inicio el movimiento de los agricultores, pero
afortunadamente el agricultor reaccionó y continuó laborando porque esa es su
razón de ser, el trabajo ligado a la tierra es el más noble, de mayor sacrificio,
de levantarse temprano y seguir adelante.

Somos un país con realidades diferentes. Por un lado, la agricultura tradicional


con recursos limitados, sin asesoramiento técnico, con ausencia de créditos,
bajo acceso a la tecnología, sin semillas de calidad, y, sobre todo, con una gran
incertidumbre acerca del precio final, dado que abastece el mercado local; y
por el otro, la agricultura de agroexportación, tecnificada, con créditos a tiempo,
con asesores nacionales de talla internacional y, ante todo, con mercados
internacionales que le aseguran un buen retorno de la inversión.

Ha sido un año con muchos cambios, entre ellos el reemplazo del nombre del
Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) por el de Ministerio de Desarrollo
Agrario (Midagri)., tres ministros en lo que va del año, la ampliación de la
moratoria a los cultivos transgénicos hasta el 2035 y, finalmente, la derogación
de la Ley de Promoción Agraria.

Hemos tenido muy malas experiencias durante todo el año con las siembras de
papa, tanto a nivel de costa como de sierra, por los bajos precios obtenidos y
en donde el productor se ha descapitalizado; por otro lado, los préstamos del
FAE agro no han respondido en la medida dado que muy pocos productores
están en condiciones de recibir créditos a través de las cajas municipales y
rurales por malas experiencias del pasado.
Debemos tener en cuenta que, si bien los precios del café mejoraron, los
productores todavía en su mayoría arrastran problemas por la epidemia de La
Roya del 2012, debido a que perdieron sus plantaciones. Las variedades de
reemplazo no estuvieron a la altura de la calidad exigida por el mercado o
porque la pandemia afectó el traslado de cosechadores de una región a otra, lo
que incrementó los costos de cosecha, o en zonas como la región San Martín
que se dejaron de cosechar. Sin embargo, también hay situaciones dignas de
destacar como es el caso de la asociatividad que se viene dando en este sector
y el impulso que recibe la producción orgánica, que está muy asociado a
mejores precios para la exportación.
SECTOR AGROPECUARIO EN EL 2021

La agricultura familiar garantiza la seguridad alimentaria. Foto: cortesía Midagri.

El sector agropecuario inició el 2021 en positivo, a pesar de la pandemia del


covid-19. En enero registró un crecimiento de 1.2 %, en comparación con igual
mes del 2020, sustentado principalmente, en la mayor actividad del subsector
agrícola (2.5 %), informó hoy el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego
(Midagri).

En ese mes el avance del subsector agrícola fue favorecido, principalmente,


por la producción de arroz cáscara que aumentó 5.3 % (por la mayor superficie
cosechada en Lambayeque, Cajamarca y Amazonas).
También destaca la mayor producción de alcachofa en 37.4 % (por la mayor
superficie cosechada en Arequipa y Lima), seguido por el ají que aumentó 32.2
% (en La Libertad, Tacna e Ica) y uva que creció 28.7 % (debido a la mayor
superficie cosechada y el clima favorable en Ica).

Mayor producción de papa

El Midagri también resaltó el buen comportamiento de la producción de papa,


que creció 24.1 % (por la mayor superficie cosechada en Lima, Huánuco y
Cusco); el maíz choclo, 23.9 % (mayor superficie cosechada en Cusco, Junín y
Lima); limón, 21 % (en Piura, Tumbes y Lambayeque); tomate, 17.7 % (por
mayores siembras en Ica, en la provincia de Pisco; mayores cosechas en Lima
y Tacna), entre otros.

Por su parte, los productos del subsector pecuario que experimentaron un buen
comportamiento durante enero fueron: leche cruda de vaca, que creció 2.6 %
(Lima, Ica y Cajamarca), y huevo de gallina, que tuvo un alza de 1.9 % (Ica,
Lima y La Libertad), primordialmente.
Pequeños productores

El titular del sector, Federico Tenorio, valoró la labor desempeñada por los
pequeños productores en la recuperación de la actividad agrícola, que pese a
los problemas generados por el nuevo coronavirus sigue trabajando
intensamente en proveer de alimentos inocuos y accesibles a los
consumidores.

“Por ello, en este nuevo año el compromiso del ministerio es redoblar las
acciones en apoyo directo a la agricultura familiar, que representa a más de
dos millones de productores, que día tras día suministran productos de primera
calidad a la mesa popular”, enfatizó.

Cabe mencionar que pese a los impactos iniciales del covid-19, el sector
agropecuario cerró el 2020 en positivo, logrando un crecimiento de 1.3 %, en
comparación con el 2019, sustentado por la mayor producción, principalmente
impulsado por el subsector agrícola (3.1 %).
SECTOR AGROPECUARIO EN EL PRIMER TRIMESTRE DEL 2022

En los primeros meses del año, se observó que el aumento del sector
agropecuario fue impulsado por la mayor producción del subsector Agrícola
(4,3%) y del subsector Pecuario (2,8%), lo cual contribuyó a la recuperación del
campo y la provisión de alimentos a los mercados.

Productos agropecuarios

Por ejemplo, el subsector agrícola registró un aumento de 4,3%, impulsado


básicamente por la mayor producción obtenida de: arándano +120% (mayor
superficie en producción en La Libertad, Lima y Lambayeque), mandarina
+22,9% (mayor superficie en producción en Lima), palma aceitera +11,7%
(mayor superficie en producción en San Martín y Ucayali) y la uva
+10,0% (mayores áreas en crecimiento que pasaron a producción en Ica, Lima
y Piura).

También se destacó el incremento de los cultivos de plátano +7,7% (mayor


producción en Piura, Loreto y San Martín), maíz amarillo duro +6,1% (mayor
superficie sembrada y cosechada en Piura, San Martín y Madre de Dios), papa
+5,9% (mayor producción en Huánuco, Ayacucho y Áncash), mango +5,6%
(mayor producción en Piura, Áncash y Lima), entre otros.

Mientras, el subsector pecuario, en este trimestre tuvo un incremento de 2,8%.


Este resultado se debió principalmente a la mayor producción de: pollo +4,3%
(mayor colocación de pollos bb de la línea de carne en Lima, Arequipa y La
Libertad), porcino +3,7% (mayor saca en La Libertad, Lima e Ica), leche cruda
de vaca +1,3% (mayor número de vacas en producción en La Libertad, Cusco,
e Ica) y huevo de gallina +1,0% (mayor número de gallinas de postura en La
Libertad, Ica y Arequipa).
Sector agropecuario en marzo

Del mismo modo, en ese mes, el subsector agrícola tuvo un incremento de


3,7%, promovido por la mayor producción obtenida de: algodón rama +144%
(mayor producción en Ica), arándano + 99,3% (mayor superficie en producción
en La Libertad, Lima y Áncash) y papa que creció 13,4% (mayor producción en
Puno, La Libertad y Ayacucho.

Además, se dio el aumento de la producción de uva +11,6% (mayor


superficie en producción en Ica y Lima), cacao +5,0% (en San Martín y
Junín), espárrago +4,0% (mayor producción en Ica), plátano +3,9%
(principalmente en Piura y San Martín), arroz cáscara +1,9% (mayor superficie
cosechada en La Libertad, San Martín y Ucayali), entre otros.
CONCLUSIONES

1. La agricultura peruana ha tenido un crecimiento impresionante durante


las últimas dos décadas, lo que ha contribuido a una caída sostenida del
número de peruanos que viven en la pobreza. Y sin embargo millones
de los pequeños agricultores del país no se han beneficiado de dicha
prosperidad. Un nuevo libro sobre el sector agrícola en el Perú ofrece
ejemplos de enfoques más equitativos para impulsar el desarrollo
agrícola, a fin de aprovechar plenamente las potencialidades del sector
para aliviar la pobreza.
2. la agricultura peruana ha tenido un buen desempeño en conjunto. En el
más largo plazo, el crecimiento en el sector ha sido sólido y, porque
constituye una parte importante de la economía y es la principal fuente
de medios de subsistencia para muchos de los hogares más pobres del
país, ha jugado un rol desproporcionadamente grande en la reducción
de la pobreza. El crecimiento agrícola ha sido impulsado en gran medida
por una dramática expansión del sector de agroexportaciones, con una
gran expansión de la producción de una variedad de productos no
tradicionales, hecho que ha traído como resultado que el sector
agricultura se haya convertido en un importante generador de ingresos
de exportación.
3. La agricultura peruana estructuralmente heterogénea y compleja sigue
siendo un pilar estratégico en el abastecimiento de diversidad de
productos nutritivos para la alimentación de los más de 33 millones de
peruanos/as y, por tanto, sigue contribuyendo a una menor dependencia
de la importación de alimentos, lo que a su vez disminuye la
vulnerabilidad del país ante situaciones de extremas restricciones del
comercio global como se ha comprobado en el contexto de la pandemia
en curso.
4. En el contexto de la pandemia COVID-19 y las medidas de emergencia
sanitaria implementadas desde mediados de marzo, el agro peruano ha
sido impactado, especialmente porque las restricciones de transporte y
de transacciones se dieron en el período de mayor cosecha de los
principales cultivos transitorios y de algunos segmentos de cultivos
permanentes exportables como el café y el cacao. Sin embargo, al
constituir una actividad esencial, sustentarse en la PAF de diversas
zonas rurales, el impacto no fue tan severo como otras ramas de
actividad por lo que su desempeño y el abastecimiento de alimentos se
ha mantenido. Sí impactó negativamente en la generación de una
sobreoferta de productos especialmente perecibles como la papa,
cebolla y otros transitorios que se tradujo en precios muy bajos
favorables para los consumidores y muy desfavorables para los
productores principalmente de la sierra; a lo que se agregó la afectación
productiva-económica de maíz amiláceo. En la 30 FRIEDRICH-EBERT-
STIFTUNG - LA AGRICULTURA PERUANA, SITUACIÓN POST
COVID-19 Y PERSPECTIVAS costa, la continuidad de la caída de maíz
amarillo duro, caña de azúcar. En el subsector pecuario la caída de
pollo-carne y de vacuno-carne asociada a la afectación de los ingresos
por el desempleo masivo en las ciudades y el funcionamiento parcial de
restaurantes. Las frutas han mantenido disponibilidad y accesibilidad en
general.
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