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Sermonario Renacer - 2024

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NUEVAS

ESTUDIO DE
IGLESIAS
LA BIBLIA

INDICADORES MAYORDOMOS
FIELES S GRUPOS

CONECTADOS V2.0
PEQUEÑOS

MARTES
BAUTISMOS
PAREJAS
DISCIPULADORAS

NEGATIVO / POSITIVO

LA MUJER ENFERMA
A LOS PIES DE JESÚS
«Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido
hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad». (Mateo 5:33)

Ante el fracaso todos reaccionamos de diferentes maneras: llanto, tris-


teza, quizá muchos no quieren volver a empezar, pero otros se esfuerzan y co-
mienzan de nuevo y logran grandes conquistas. A lo largo de la historia bíblica
encuentro miles de personas que enfrentaron situaciones muy difíciles, pero
que lograron superarlas con una confianza inquebrantable en Dios. La mujer
con flujo de sangre de Marcos 5:24 al 34 es un poderoso testimonio de fe y
amor que podemos gozar en conocerlo. Su fe, su confianza y perseverancia
constituyen un ejemplo para todos nosotros.

Esta historia de fe y perseverancia la encontramos en tres de los cuatro


evangelios: (Mateo 9:20-22), (Marcos 5:24-34) y (Lucas 8:43-48). Esta mujer
había enfrentado la desgracia de la enfermedad por doce años consecutivos sin
encontrar alivio y esperanza de sanidad. ¿Te imaginas cómo estaba su familia al
verla todos los días gritando con el dolor y no saber qué hacer?

20 LA MUJER ENFERMA A LOS PIES DE JESÚS


Propósito del mensaje:

En este mensaje pretendo demostrar el poder restaurador de Dios a favor


de sus hijos que ponen su absoluta confianza y esperanza en sus promesas y en
la fe y perseverancia de un hombre o mujer que cree en Dios.

I. LAS BARRERAS SOCIALES (v. 24)

La mujer con la enfermedad de flujo de sangre encontró muchos obs-


táculos que necesitaba superar para poder ser sanada, pero su fe inque-
brantable la empujó a actuar por encima de las circunstancias. En la época
bíblica su condición la impedía por completo acercarse a Jesús porque se
la consideraba impura y por el temor de contaminar a los demás era impo-
sible para ella aproximarse (Levítico 15:19-33). El flujo de sangre la había
separado de la vida. Para esta mujer, las barreras sociales como la multitud
y el desprecio de la gente no le importaron, buscó a Jesús en público y en
medio de la muchedumbre se dio a conocer sin importar el qué dirán. Esta-
mos acostumbrados a ponerle etiquetas a la gente, y tratarlos con relativa
importancia. Para Jesús, las etiquetas no tienen valor, sino que nos trata a
todos como personas en necesidad.

Aplicación:

Muchas veces creemos que con orar los milagros deben darse sin ha-
cer nada de nuestra parte. La fe siempre será dinámica y eso espera Nuestro
Dios que nos involucremos en el milagro. La fe nos empuja a demostrar
fortaleza de coraje y determinación para superar cualquier obstáculo en la
vida. Nunca debemos permitir que las expectativas y las suposiciones socia-
les nos impidan buscar la sanidad y la transformación de Jesucristo.

II. EL PODER DEL OÍR (v. 27)

Sin duda esta mujer había escuchado de las curaciones maravillosas


de Jesús; y oyendo de estas, junto con su amarga experiencia al visitar a
tantos médicos, había sido bendecida con el despertamiento en su alma
de una firme confianza en que Jesús no le negaría su atención. Me encanta
cuando dice que “oyó” hablar de Jesús.

21
Una persona que anhela lo mejor para su vida y familia, necesita oír
a Jesús y hacer su voluntad, porque no existe mayor bendición que agradar
al Señor por sus maravillas. Cuando dispones tu corazón para oír la voz de
Dios, ya no eres el mismo, todo comienza a cambiar. Cuando decides cami-
nar con Jesús, las cosas marcharán de manera diferente porque todos los
recursos estarán a tu favor. Esta mujer dispuso sus oídos y también su cora-
zón, y Jesús se manifestó según su fe, y el milagro se dio (Job 11:13, 15-19).

Aplicación:

Cuando confías en Dios y te determinas a oír y creer en su voz, tú dejas


de culpar a otros por tu condición y el poder de Dios se manifiesta de mane-
ra eficaz en tu vida. No esperes que las cosas sucedan, si no estás dispuesto
a oír y obedecer la voz de Dios. La mujer, con flujo de sangre después de
escuchar hablar de Jesús, se acercó por detrás de entre la multitud y tocó su
manto. Su fe la empujó a avanzar y acercarse al Médico de la vida. No dudes
de escuchar más su voz por medio de su Palabra y toma la determinación
de disponerte a servirle toda tu vida con toda tu familia

III. UNA LECCIÓN DE FE (v. 28)

La fe es lo que nos mejora, nos sana, nos sacia la vida y nos prepara
para recibir lo que Dios anhela darnos. La fe actúa y no nos permite estar
quietos. La fe no nos permite conformarnos, sino que nos empuja a buscar
más y más su sabiduría y su poder. La mujer sabía que Jesús sanaría a la
hija de Jairo, porque en su corazón creía que la misión de Cristo era sanar
y restaurar. Jesús quiere sanarte, desea verte gozoso y lleno de esperanza.
¿Sabes por qué muchas veces parece que Dios no actúa en nuestro favor?
Creo que Jesús está esperando ver en nosotros una fe verdadera, y, ¿sabes
cuál es la fe verdadera? Es aquella que no se desespera por causa de las
aflicciones, no se detiene cuando algo no funciona como le parece, sino que
permanece en obras, en acción y creyendo en cada promesa escrita en su
Palabra. La mujer dijo, si Jesús no viene a mí, yo voy a Jesús.

Esta es la actitud de las personas que son transformadas en su vida.


No permitas que el dolor y el pecado te consuman, no permitas que tu fa-
milia sufra sin saber hasta cuándo. Pídele fe y disponte a recibir su Palabra
para obedecerle.

22 LA MUJER ENFERMA A LOS PIES DE JESÚS


Aplicación:

Nunca se sabe lo que puede hacer Jesús por nosotros cuando tene-
mos fe en él. Ninguno de nosotros lo sabemos. En el día más negro de la
vida podemos seguir confiando en los recursos inagotables de su misericor-
dia. No permitas que tu pasado te detenga avanzar en la vida. No permitas
que un problema familiar, emocional o enfermedad te paralice. No pongas
tus esperanzas en el sistema de cosas de esta vida y menos en personas,
porque no te pueden ayudar. Pídele a Dios esa fe genuina que garantizó la
sanidad y la salvación a esta mujer desesperada. Él te dará vida en abun-
dancia.

IV. EL PODER DE LA VERDAD (v. 33)


Es importante saber que esta mujer no se dejó guiar por las leyes de
separación que existían en ese entonces. Ni siquiera la multitud le impidió
acercarse para tocar el manto de Jesús. Cuando pones tu confianza en Dios,
no existen barreras en esta vida que te limiten llegar hasta su presencia.
“La fe verdadera comienza en la limitación humana” es la fe lo que toca el
corazón de Dios. A él no lo toca tu conocimiento, tu fama, tu preparación
académica, tus logros, tu comportamiento. Lo que toca a Jesús es tu fe, tu
humildad, tu sinceridad, tu amor, tus necesidades y tus miserias.

Dice la Biblia que “llegó a Jesús temblando y le contó toda la verdad”.


Toda la ley estaba en su contra. Las personas la despreciaban por “inmun-
da”. Le contó a Jesús su vida, su enfermedad por doce años, el desprecio
que había sentido, todo lo que había gastado en los médicos por sanarse. Se
sintió libre para abrir su corazón a Jesús y contarle todo.

Aplicación:

Jesús no desprecia a nadie. Su trato hacia nosotros es lleno de amor y


misericordia. Solamente Dios puede devolverte la dignidad que otros pre-
tendieron hacer que tú pierdas. Él se pone al nivel real de esta mujer y
le dice “hija”, dándole el lugar que merecía en la sociedad. La que estaba
perdida, despreciada, abandonada, tratada de impura por su propia fami-
lia, ahora tiene un padre, hermanos y una vida eterna que Jesús mismo le
brindó.

23
CONCLUSIÓN

Cuando se tiene confianza en Jesús no todo está perdido, pues como dice
Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve”. La mujer con flujo de sangre estaba segura de que Jesús la sana-
ría y la salvaría. Así sucedió. La fe hace la diferencia en la vida de las personas,
sin ella simplemente no sabemos qué hacer ni a quién acudir en los momentos
de necesidad.

Llamado:

Te invito hoy, a tomar la determinación de vivir una vida de fe y confianza


en Dios por medio de sus promesas escritas en su Palabra. Entrégate a Jesús
completamente y deja que haga su obra de sanidad y salvación en ti y en tu
familia.

¿Aceptas?

Ponte de pie, porque deseo orar por la decisión que estás tomando.

Amén.

Pr. Edwin Chiroque Chininin


Pastor distrital – El Porvenir, APC

24 LA MUJER ENFERMA A LOS PIES DE JESÚS

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