Alimentacion
Alimentacion
Alimentacion
complementaria
3.1 Principios de orientación para la Alimentación
Complementaria
Después de los 6 meses de edad, para el lactante alimentado con el pecho materno, se
torna progresivamente más difícil cubrir sus requerimientos solamente con la leche de su
madre. Además, aproximadamente a los 6 meses, la mayoría de los lactantes ha alcanzado
el desarrollo suficiente que les permite recibir otros alimentos. En lugares donde el
saneamiento ambiental es muy deficiente, el esperar incluso hasta más allá de los 6 meses,
para introducir los alimentos complementarios, podría reducir la exposición a enfermedades
transmitidas por los alimentos. Sin embargo, debido a que a esta edad los lactantes inician
la exploración activa del medio en el que viven, se exponen a contaminantes microbianos
que existen en el suelo y en los objetos, incluso sin recibir alimentos complementarios. Por
lo tanto, la edad recomendada para introducir los alimentos complementarios es la de 6
meses (1).
Durante el período de la alimentación complementaria, los niños se encuentran en un riesgo
elevado de desnutrición (2). Con frecuencia, los alimentos complementarios son de baja
calidad nutricional y son administrados demasiado antes o demasiado tarde, en cantidades
muy pequeñas o poco frecuentes. La interrupción prematura o la poca frecuencia de la
lactancia materna, también contribuye al aporte insuficiente de nutrientes y de energía para
los lactantes mayores de 6 meses de edad.
Los Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado,
resumidos en el Cuadro 1, establecen estándares para el desarrollo de recomendaciones
locales sobre la alimentación (3). Estos principios brindan una guía sobre los
comportamientos deseables, relacionados con la alimentación, así como recomendaciones
sobre la cantidad, consistencia, frecuencia, densidad energética y contenido de nutrientes
de los alimentos. Los Principios de Orientación, son explicados con mayor detalle en los
siguientes párrafos.
Ø PRINCIPIO 1. Practicar la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta
los 6 meses de edad, introducir los alimentos complementarios a partir de los 6
meses de edad (180 días) y continuar con la lactancia materna
La lactancia materna exclusiva, durante los primeros 6 meses de vida, brinda varios
beneficios al lactante y a la madre. El principal beneficio es su efecto protector contra las
infecciones gastrointestinales, lo cual ha sido observado no solamente en países en
desarrollo, sino también en países industrializados. Según los nuevos patrones de
crecimiento de la OMS, los niños que son alimentados con lactancia materna exclusiva,
tienen un crecimiento más rápido durante los primeros 6 meses de vida, en comparación
con otros niños (4).
A la edad de 6 meses el lactante, generalmente, duplica su peso al nacer y se torna más
activo. Por sí sola, la lactancia materna ya no es suficiente para cubrir sus requerimientos
de energía y de nutrientes, por lo tanto se deben introducir los alimentos complementarios
para completar la diferencia. Aproximadamente, a los 6 meses de edad, el lactante también
ha alcanzado el desarrollo suficiente para recibir otros alimentos (5). El sistema digestivo es
lo suficientemente maduro para digerir el almidón, proteínas y grasas de una dieta no
láctea. Los lactantes muy pequeños expulsan los alimentos con la lengua pero, entre los 6 y
9 meses, pueden recibir y mantener los alimentos en la boca con mayor facilidad.
CUADRO 1
CUADRO 2
Alimentación perceptiva
CUADRO 2
ØPRINCIPIO 4. Ejercer buenas prácticas de higiene y manejo de los alimentos
FIGURA 10
Energía requerida según edad y la cantidad aportada por la leche materna
6-8 meses 200 kcal/día Comenzar con 2-3 comidas por día Comenzar con 2-3
papillas espesas, cucharadas por
Dependiendo del
alimentos bien comida, incrementar
apetito del niño, se
aplastados gradualmente a ½
pueden ofrecer 1-2
vaso o taza de 250
Continuar con la ‘meriendas’
ml
comidade la familia,
aplastada
9-11 meses 300 kcal/día Alimentos finamente 3-4 comidas por día ½ vaso o taza o plato
picados o aplastados de 250 ml
Dependiendo del
y alimentos que el
apetito del niño, se
niño puedaagarrar con
pueden ofrecer 1-2
la mano
‘meriendas’
12-23 meses 550 kcal/día Alimentos de la 3-4 comidas por día ¾ a un vaso o taza o
familia, picados o, si plato de 250 ml
Dependiendo del
es necesario,
apetito del niño, se
aplastados
pueden ofrecer 1-2
‘meriendas’
Información adicional
Las cantidades recomendadas de alimentos, que se incluyen en la tabla, consideran una densidad energética de
aproximadamente 0.8 a 1.0 kcal/g.
Si la densidad de energía de los alimentos es de aproximadamente 0.6 kcal/g, la madre debería incrementar la
densidad energética de los alimentos (agregando algunos alimento especiales) o incrementar la cantidad de
alimentos por comida. Por ejemplo:
— de 6 a 8 meses, incrementar gradualmente hasta dos tercios de vaso o taza
— de 9 a 11 meses, darle 3 cuartos de vaso o taza
— de 12 a 23 meses, darle un vaso o taza completo.
La tabla debe ser adaptada en base al contenido de energía de los alimentos complementarios locales.
La madre o el cuidador, debería alimentar al niño empleando los principios de alimentación perceptiva,
reconociendo las señales de hambre y de saciedad. Estos signos deben guiar la cantidad de alimentos a ser
administrada durante cada comida y la necesidad de darle ‘meriendas’.
a
Si el lactante no recibe lactancia materna, además darle: 1–2 vasos o tazas de leche por día y 1-2
comidas adicionales por día (18).
§ Cuánta energía necesita el niño para cubrir la brecha de energía. Cuanta más
energía requiera el niño cada día, necesitará mayor número de comidas para
asegurar que él o ella tenga la suficiente energía.
FIGURA 11
Brechas a ser llenadas con la alimentación complementaria, para un niño o niña de
12-23 meses que recibe lactancia materna
CUADRO 4
Un buen alimento complementario es:
§ Rico en energía, proteína y micronutrientes (particularmente hierro,
zinc, calcio, vitamina A y folato);
§ No es picante ni salado;
CUADRO 4
Generalmente, el ingrediente central del alimento complementario es el alimento básico
local. Los alimentos básicos pueden ser cereales, raíces o frutas que están constituidos
principalmente por hidratos de carbono y, por lo tanto, aportan energía. Los cereales
también contienen algo de proteína; pero las raíces, como ser la yuca, el camote (o batata)
y frutas con almidón, como la banana y el fruto del árbol del pan, contienen muy poca
cantidad de proteína.
Cada día, se debería añadir una variedad de otros alimentos al alimento básico, para
aportar otros nutrientes. Estos incluyen:
§ Los alimentos de origen animal o pescado son buenas fuentes de proteína, hierro y
zinc. El hígado también aporta vitamina A y folato. La yema del huevo es una buena
fuente de proteína y de vitamina A, pero no de hierro. El niño debe recibir la parte
sólida de estos alimentos y no solamente el jugo.
§ Los productos lácteos, como ser la leche, queso y el yogur, son buenas fuentes de
calcio, proteínas, energía y vitaminas del complejo B.
§ Los guisantes, frijoles, lentejas, maníes y soja, son buenas fuentes de proteína y
contienen algo de hierro. El comer al mismo tiempo alimentos ricos en vitamina C
(por ejemplo tomates, cítricos y otras frutas, además de vegetales de hojas verdes),
favorece la absorción de hierro.
§ Las frutas y vegetales de color naranja, como ser la zanahoria, zapallo, mango y
papaya y las hojas de color verde oscuro, por ejemplo la espinaca, son ricos en
caroteno, un precursor de la vitamina A y también son ricos en vitamina C.
Niños mayores de 12 meses de 200 000 IU vía oral, cada 4–6 meses
edad
Hierro
Como regla, durante el período de la alimentación complementaria, se debe preferir los
alimentos fortificados a la suplementación con hierro. Es necesario tener cuidado con la
suplementación con hierro en lugares donde la prevalencia de la malaria y de otras
enfermedades infecciosas sea elevada. En zonas donde la malaria es endémica, no se
recomienda la suplementación universal con hierro. Si se emplean suplementos con hierro,
no deben ser administrados a niños que tengan suficientes reservas de este mineral ya que,
en estos niños, parece ser mayor el riesgo de aparición de eventos adversos graves. En
estas zonas, la prevención y el manejo de la anemia requiere de un sistema de ‘tamizaje’
que permita la identificación de niños con deficiencia de hierro y de la accesibilidad a
tratamiento antimalárico y anti-infeccioso apropiados (22,23).
Yodo
En el año 1994, la OMS y el UNICEF recomendaron la yodación universal de la sal, como
una estrategia segura, costo-efectiva y sostenible, para asegurar la ingesta suficiente de
yodo por parte de todos los individuos. Sin embargo, en zonas donde existe una grave
deficiencia de yodo, los grupos vulnerables – mujer embarazada, en período de lactancia y
niños menores de 2 años – podrían no estar cubiertos de manera adecuada cuando la
estrategia de yodación de la sal no está completamente ejecutada; en este caso, la
suplementación con yodo podría ser necesaria. La Declaración Conjunta de la OMS y el
UNICEF, sobre la ingesta óptima de yodo en embarazadas, mujeres que dan de lactar y
niños pequeños, brinda guías que permiten categorizar a los países y posteriormente
desarrollar planes para una respuesta adecuada (24).
Zinc
Se recomienda la suplementación con zinc como parte del tratamiento de la diarrea. Se
debe administrar zinc (20 mg/día) durante 10-14 días, a todos los niños con diarrea. En el
caso de lactantes menores de 6 meses de edad, la dosis del zinc debe ser de 10 mg/día
(25).
§ Calcular la cantidad de varios alimentos que permitirán cubrir las necesidades diarias
del niño en relación a varios nutrientes. Para esto pueden emplearse técnicas de
programación lineal (28).
§ Evaluar qué comidas y en qué cantidades, los cuidadores y las familias aceptan que
son las apropiadas para los niños e identificar sus prácticas y preferencias de
alimentación.
§ Realizar estudios sobre ‘Prácticas Mejoradas’, solicitando a las madres, o a otros
cuidadores, que seleccionen una nueva ‘práctica mejorada’ de alimentación y que
intenten aplicarla por sí mismas.
TABLA 3.
Alimentos apropiados para la alimentación complementaria
QUÉ ALIMENTOS DAR Y POR QUÉ CÓMO DAR LOS ALIMENTOS
§ Ejemplos: cereales (arroz, trigo, maíz, — Puré espeso, elaborado con maíz, yuca, mijo;
mijo, quinua), raíces (yuca, camote o añadir leche, frutos secos (nuez, almendra, etc.)
batata y papas) y frutas con almidón o azúcar
(plátano y fruto del árbol del pan) — Mezclas de purés elaborados con plátano,
ALIMENTOS DE ORIGEN ANIMAL: aportan papa, yuca, mijo o arroz: mezclarlos con
proteína de alta calidad, hierro hemínico, zinc y pescado, frijoles o maní aplastados; agregar
vitaminas vegetales verdes
PARA RECORDAR
Alimentos ricos en hierro
§ Hígado (de cualquier tipo), órganos de animales, carne de animales (especialmente la roja),
carne de aves (especialmente la carne oscura), alimentos fortificados con hierro
Referencias
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August 2008).
[1] Los rangos de edad deberían ser interpretados de la siguiente manera: un niño de 6–8 meses es
de 6 o más meses (≥ de 180 días) pero aún no tiene 9 meses de edad (< 270 días).