Dialnet LaMenopausia 7140184
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RESUMEN
Se contempla la menopausia como una época de profundos cambios más que
“crítica” o de especiales riesgos. Se definen los conceptos menopausia-climaterio,
el fallo ovárico como desencadenante y se repasan los grandes cambios que
la menopausia produce: endocrinos, orgánicos y metabólicos. Se describe el
síndrome climatérico, que engloba cambios en el ciclo menstrual, síntomas
neurovegetativos, síntomas endocrino-metabólicos, psíquicos y de la función
sexual. Finalmente se hacen unas consideraciones sobre la oportunidad o no de
controlar y eventualmente tratar un proceso que es fisiológico, pero que puede
provocar muy molestos síntomas y a veces importantes complicaciones.
Palabras clave: Menopausia. Climaterio. Cambios climatéricos. Síndrome
menopáusico.
ABSTRACT
Menopause is defined as a deep changed period more than “critical” or special
risks.
Concepts as Menopause-Climacteric, ovarian failure as a trigger factor are defined
and great changes that menopause produces are revised: endocrine, organic and
metabolic.
Climacteric syndrome is explained and it embraces changes in the menstrual
cycle , neuro-vegetative, metabolic, psychical and sexual function symptoms.
Finally, considerations are taken about the possibility of controlling, or not, and,
eventually, treating a physiological process but it could produce uncomfortable
symptoms, even, important complications.
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INTRODUCCIÓN
La sesión de hoy forma parte de un ciclo de conferencias, patrocinadas por
la Obra Social de la Fundación “la Caixa”, que tienen carácter de divulgación de
algunas entidades, patologías, o situaciones que pueden aparecer a lo largo de la
vida y que puedan ser de especial relevancia desde el punto de vista sanitario y
social.
Esta Real Corporación, en su deseo de acercamiento a la Sociedad y con-
siderando de utilidad la propuesta, aceptó la oferta, organizando en su sede este
ciclo de conferencias.
El tema elegido para hoy, gira alrededor de la menopausia. Consideramos
que es una de las vivencias más trascendentales que la mujer va a tener a lo largo
de su vida. A su llagada no solamente desaparece la menstruación; pierde definiti-
vamente su capacidad reproductora y van a surgir importantes cambios a muchos
niveles que la hacen percibir que su feminidad puede estar en crisis, y que incluso
abren la puerta a algunas patologías características de esta época.
Así pues, nos hemos planteado: ¿es la menopausia una edad crítica?. Así la
definió Marañón ya en 1919 (1) (2). Parece que alrededor de esta época surgen in-
quietudes, miedos, sensación de que algún peligro acecha, que crean en la mujer
un estado de intranquilidad.
Nosotros la consideramos como una época de profundos cambios, muchas
veces no bien conocidos y que precisamente por eso, por ese desconocimiento,
son capaces de crear un clima de más incertidumbre. Creemos que si tratamos
de explicar por qué ocurre la menopausia y qué cambios y síntomas podemos
esperar, daremos respuesta a muchas de las preguntas que la mujer se hace en esta
época y para las cuales no encuentra fácilmente la respuesta.
Deducimos por tanto que el tiempo medio con síntomas evidentes, ocupa el
7% de la vida de la mujer, y un dato curioso: comparada con otras especies, la es-
pecie humana en una de las que actualmente tiene un menor porcentaje de su vida
con capacidad reproductora, debido a que el aumento constante de la esperanza
de vida, alarga la época postmenopáusica.
físico, la talla y peso. Estos factores no parece que tienen una influencia decisiva,
aunque se hayan visto pequeñas diferencias en algunos de ellos.
Los factores más influyentes, pueden ser: el factor genético, aunque no
siempre, pero se ha visto que puede haber un “modelo familiar” en que las hijas,
siguen los pasos de sus madres.
El nivel socioeconómico: es claro que la menopausia se retrasa a medida
que las condiciones de vida mejoran y que parece es el responsable del retraso en
los últimos tiempos (4).
La nutrición, también influye, habitualmente ligada a un mejor nivel socioe-
conómico, aunque una alimentación estrictamente vegetariana puede ser capaz de
adelantarla (5). Esto explicaría las cifras más bajas en las zonas de oriente en que
la alimentación está basada en el arroz.
Hay absoluta unanimidad en la influencia negativa del tabaco, corroborado
en múltiples estudios (6) (7): acelera la llegada de la menopausia y es capaz de ade-
lantarla en proporción al número de cigarrillos fumados. Incluso, se han detecta-
do fallos ováricos precoces (8) en grandes fumadoras.
Finalmente, algunas enfermedades, tanto ginecológicas como generales, son
capaces de provocar menopausias precoces, aunque no vamos a entrar en su des-
cripción; y evidentemente, por mecanismo yatrogénico, cuando se provoca algún
daño ovárico o su desaparición, como en algún tipo de cirugía, radioterapia, y
tratamientos con citostáticos.
Modificaciones orgánicas
Los cambios orgánicos que la mujer va a sentir en su organismo, son esen-
cialmente involutivos. Más acusados en las estructuras del aparato genital, pero
que se extienden a otros órganos que no tienen una relación tan directa con las
influencias hormonales, pues básicamente estos cambios orgánicos son inducidos
por la caída de los niveles estrogénicos descritos. No obstante, queremos advertir
que junto a los cambios dependientes del climaterio, hay otros coincidentes con
él y que son debidos a un envejecimiento general de los tejidos. Así pues, no to-
dos los cambios que ocurren en esta edad, deben ser achacados al climaterio; el
envejecimiento tisular, tiene también un importante papel.
En el aparato genital, sí que hay cambios involutivos muy evidentes ligados
a los cambios hormonales, lo cual no ocurre en el varón. Un hecho característico
es que la atrofia no aparece simultáneamente en ellos; comienza antes en el útero,
después en la vagina y posteriormente en la vulva.
En el útero, el cuello disminuye de tamaño, aunque no tanto como el cuerpo
y la producción de moco endocervical también disminuye, colaborando en la
sensación de sequedad que puede aparecer. En el cuerpo uterino, el miometrio
sufre una atrofia intensa, que provoca una disminución del peso del útero de un
30 a 50 por 100. El endometrio es un órgano diana de primer orden para la ac-
ción estrogénica por lo que al principio sus proliferaciones y descamaciones son
irregulares, y finalmente, su atrofia es tan intensa que provoca la desaparición
definitiva de las reglas.
Los cambios orgánicos en los ovarios, están en estrecha relación con los
cambios hormonales: va desapareciendo el aparato folicular y los cuerpos lúteos,
hasta su extinción y van disminuyendo de tamaño y peso, hasta aproximadamente
los 60 años en que ya, atrésicos adquieren el típico aspecto del ovario giratus de
la mujer senil en el cual se mantendrán.
El sistema ligamentario del útero, que mantiene el aparato genital en su
posición, sufre una relajación sobre todo en la postmenopausia como respuesta a
la caída estrogénica. Este hecho y posibles lesiones previas en el suelo perineal,
provoca que los prolapsos genitourinarios alcancen su máxima incidencia en esta
época.
En las mamas, hay una involución global, que empieza ya en la fase preme-
nopáusica y que se acentúa en la postmenopáusica. Se reduce el aparato glandu-
lar, pero se ve compensado por un aumento simultáneo del tejido graso, por lo
que frecuentemente, el volumen mamario no se ve claramente disminuido. Este
cambio tiene especial relevancia si tenemos en cuenta que el tejido graso ma-
mario es punto fundamental en la producción estrogénica de la postmenopausia
basada fundamentalmente en la producción de estrona.
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Las vías urinarias bajas, por proximidad y por la existencia de receptores es-
trogénicos en su estructura, son muy sensibles a la acción estrogénica, por eso la
menopausia va a provocar cambios. Hay atrofia de los epitelios vesical y uretral
y relajación y atrofia de su pared muscular, así como del sistema ligamentario de
sostén. Esto va a tener consecuencias clínicas, favoreciéndose la incontinencia
urinaria, las infecciones y los prolapsos.
Los cambios de la piel en esta época, han sido englobados como parte del
proceso de “envejecimiento”, pero la piel también es un tejido “diana” de las hor-
monas esteroides, que permiten una regeneración cutánea más activa y la mantie-
nen mejor hidratada. Las hormonas esteroides: andrógenos y estrógenos, tienen
también una importante influencia sobre los anexos cutáneos: glándulas sudorí-
paras, glándulas sebáceas y folículos pilosos, con acciones a veces contrapuestas.
Es evidente que el nuevo equilibrio hormonal de la postmenopausia, va a influir
sobre su función.
Cambios metabólicos
El aumento de la esperanza de vida de la mujer actual, alargando la época
postmenopáusica, ha permitido el desarrollo de cambios metabólicos, que ade-
más van profundizándose a medida que el tiempo va pasando. Este hecho ha dado
lugar a que aparezcan patologías de relevancia creciente y que antes no aparecían
porque la muerte más precoz evitaba su aparición o desarrollo. Es evidente que
en un futuro este problema se va a ir agudizando.
Metabolismo lipídico:
La conexión entre metabolismo lipídico, arteriosclerosis y enfermedad co-
ronaria, dan a este apartado una especial relevancia y la función ovárica tiene
aquí una clara influencia. Hay observaciones claras (12), por ejemplo, la incidencia
del infarto de miocardio entre hombres y mujeres a lo largo de su vida
Edad (años) Hombre Mujer
25 - 35 3 1
36 – 49 1,7 1
50 – 75 1,2 1
> 75 1 1
Vemos claramente que estas diferencias son muy notables en los grupos
de edades más jóvenes y que se van igualando hasta desaparecer a edades
avanzadas. También sabemos que la pérdida de la función ovárica provoca
cambios en los lípidos séricos que van asociados a un aumento del riesgo de
cardiopatía isquémica. Así lo reconoció ya la Organización Mundial de la
Salud:
Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid 123
Metabolismo proteico:
Los estudios de la influencia de las hormonas esteroideas sobre el meta-
bolismo proteico, se han centrado más sobre el efecto de su administración que
sobre la influencia de los cambios de producción intrínseca. Sabemos que los es-
trógenos favorecen decisivamente el anabolismo proteico hepático, estimulando
la síntesis de proteínas en su parénquima. El acúmulo de estrógenos en el sistema
porta, produce un aumento del angiotensinógeno y un aumento también de los
factores VII y X de la coagulación, así como una disminución de la Antitrombina
III. A través de estos mecanismos debemos esperar una influencia sobre la tensión
arterial y la coagulación sanguínea.
En cuanto a la tensión arterial, su estudio es complejo, pues no todos los
estrógenos tienen una misma acción y los estrógenos naturales carecen prácti-
camente de acción vasoconstrictora. No obstante, parece que la tendencia más
generalizada de la mujer climatérica es hacia una elevación más pronunciada de
la TA y afecta más a la diastólica.
La desaparición de los estrógenos naturales ováricos, no parece que ten-
ga gran influencia sobre la coagulación sanguínea. Mucho más importante es
el efecto provocado por tratamientos con estrógenos sintéticos, que sí tienen un
acusado efecto sobre alguno de los factores de coagulación, como los factores VII
y X e incluso un aumento de la agregación plaquetaria.
124 Volumen 54 (2017)
Peso corporal:
Somos conscientes de la gran trascendencia estética y psicológica que en-
cierra el peso corporal para la mujer, pero además, tras los cambios ponderales,
se encuentran importantes problemas fisiológicos y clínicos que no podemos des-
conocer.
Durante el climaterio, hay variaciones en el peso corporal y decimos varia-
ciones porque no hay una tendencia única establecida. El incremento suele ser la
tendencia más frecuente:50% a 60%. Alrededor de un 30% no varía y otro 10%
adelgaza.
Si el incremento de peso es la tendencia predominante y la que más preocu-
pa, ¿por qué ocurre?. En algunos casos, la obesidad se adquiere por vía endógena,
y hay varios mecanismos que pueden favorecerla: la existencia de mayor resis-
tencia a la insulina en esta edad, hipotiroidismos larvados o una tendencia esen-
cial de causa no bien conocida. Pero hay que reconocer que la vía exógena es la
más frecuente, ligada a un incremento del apetito y un aumento del sedentarismo.
Un hecho que llama la atención es que la obesidad que surge en esta época,
tiene una distribución característica y totalmente diferente a la del varón. En la mujer
que se hace obesa, la grasa se deposita en la mitad inferior del abdomen, en la zona
glútea, en los muslos y en las mamas. En cambio, en el varón la grasa se cumula en
los brazos, cintura escapular, cuello y en la mitad superior del abdomen. (Fig. 2)
Ya advertimos que los cambios ponderales se acompañan de problemas clí-
nicos importantes. Ligado a la producción de estrógenos en el tejido graso, se
comprende que la mujer obesa tiene niveles más altos de estrógenos y la sinto-
matología ligada a su disminución es más atenuada, pero en cambio hay otros
peligros que la acechan: está más expuesta a la enfermedad endometrial benigna,
al adenocarcinoma de endometrio y a los cánceres de mama de carácter más es-
trógeno dependientes, hay más tendencia hacia la diabetes e hipertensión y más
riesgo de enfermedad coronaria
La delgadez en el climaterio se ve cada vez con más frecuencia y la mayor
parte son de tipo exógeno: voluntario. En estas pacientes, puede haber una dis-
minución del agua corporal por el hipoestronismo más acusado. Se ha descrito el
síndrome de la fumadora delgada, que cursa con adelgazamiento, trastornos psí-
quicos y depresión. Hay frecuentes ciclos anovuladores y una tendencia hacia la
menopausia precoz. Sus síntomas menopáusicos suelen estar exacerbados y hay
una mayor tendencia hacia la osteoporosis, en cambio tienen menor incidencia de
adenocarcinoma de endometrio y cáncer de mama.
Metabolismo óseo:
El hueso no es solo un armazón mecánico, un entramado de pilares y vigas
inerte que mantienen el edificio corporal; es un tejido vivo con un activo metabo-
Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid 125
SINTOMATOLOGÍA DE LA MENOPAUSIA
EL SÍNDROME CLIMATÉRICO
La época perimenopáusica, se caracteriza por la aparición de una sintoma-
tología con gran variabilidad. El síndrome climatérico, tiene estas cuatro carac-
terísticas:
Múltiple: hay una gran cantidad de síntomas descritos en relación con este
síndrome. Marañón (13) llegó a incluir 49 en su clasificación
Polimorfo: la sintomatología que se describe, es muy dispar y localizada o
en relación con muy diferentes órganos y sistemas
Inconstante: afortunadamente, nunca todos los síntomas descritos se dan en
una paciente y además se presentan con una frecuencia muy diversa.
Variable: en cuanto al grado de intensidad del síndrome. Hay mujeres asin-
tomáticas y otras en que la sintomatología es realmente acusada, que dete-
riora mucho la calidad de vida de estas pacientes. También es variable en
cuanto a la duración; la media más habitual puede estar entre 2 y 8 años (14).
Pero hay casos descritos en los que la sintomatología se prolongó durante
20 años.
Los diversos síntomas climatéricos tienen diferentes momentos de apari-
ción, intensidad máxima y remisión. Por ejemplo: las alteraciones menstruales
aparecen en la premenopausia, los sofocos son más tardíos y los síntomas deri-
vados de la involución del aparato genital son aún más tardíos, pero globalmente
apreciados, la intensidad y frecuencia de la sintomatología global, va aumentando
desde la premenopausia, se exacerban cuando la menopausia llega y alcanzan el
punto máximo de uno a tres años después de la menopausia, para ir remitiendo
paulatinamente.
126 Volumen 54 (2017)
2. Síntomas neurovegetativos:
Sofocos
Sudoraciones
Palpitaciones
Opresión precordial
Parestesias
Calambres y disestesias
Síndrome de las piernas inquietas
Vértigos
Zumbidos de oídos
Cefaleas
3. Síntomas endocrino-metabólicos:
Astenia
Dolores
Tendencia a la obesidad
Virilización
Síntomas cutáneos
Síntomas de la involución genital
Osteoporosis postmenopáusica
4. Sintomatología Psíquica:
Nerviosismo
Irritabilidad
Estado depresivo
Ansiedad
Labilidad emotiva
Psicoastenia
Pérdida de memoria
Alteraciones del sueño
Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid 127
Síntomas neurovegetativos:
Son síntomas que a diferencia de los anteriores, rebasan el ámbito del apara-
to genital y están muy relacionados con una alteración vasomotora.
Los sofocos: podemos considerarle el síntoma más frecuente y específico
del climaterio. En diferentes estudios se han encontrado porcentajes entre el 50%
y el 85% de todas las mujeres. Su intensidad también es variable, así como la
frecuencia de los episodios, y la duración de los mismos. Lo describiríamos como
una oleada de calor, que afecta a la parte superior del cuerpo, adquiriendo su
máxima intensidad en cara y cuello, y que se puede manifestar externamente
como un rubor o enrojecimiento de la piel de estas zonas.
Sudores: casi siempre forman parte de la sofocación: cuando el sofoco es
intenso, termina en un cuadro sudoral, pero en algunas ocasiones aparecen sin
previo sofoco ostensible. Parece que es un síntoma que se acusa más por la noche.
Su intensidad y frecuencia suele ir paralela a la de los sofocos, aunque su persis-
tencia suele ser algo mayor.
128 Volumen 54 (2017)
Síntomas endocrino-metabólicos:
Es sintomatología que deriva de los cambios endocrinos y metabólicos que
hemos visto y van ligados fundamentalmente al hipoestronismo y a la involución
corporal. Como estos cambios se van acentuando con el paso del tiempo, los
síntomas que de ellos derivan, son síntomas tardíos que se van instaurando lenta
pero progresivamente y no de forma transitoria como los neurovegetativos. Su
pronóstico por lo tanto es peor y provocan algunas de las complicaciones que a
largo plazo van a repercutir sobre la calidad de vida de la mujer ya senil.
Astenia: es uno de los síntomas más precoces de este grupo, frecuente en
la premenopausia, se acentúa en la postmenopausia. Es un síntoma muy ines-
pecífico que a veces se relaciona con otras patologías: anemia, hipotiroidismo,
diabetes, pero puede estar relacionado con el estado psicógeno de la mujer en esta
época y con la severidad de los sofocos.
Dolores: frecuentemente en forma de lumbalgias y sacralgias derivadas de
alteraciones de la columna preexistentes pero cuyo cuadro doloroso se despierta
con la llegada del climaterio y que parece está inducido por el hipoestronismo.
Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid 129
Alteraciones del sueño: la mujer climatérica, es difícil que alcance las fases
del sueño más profundo: duerme superficialmente y se despierta con facilidad. Es
cierto que la tendencia hacia el sueño superficial y el insomnio, también va ligada
al envejecimiento, pero en la mujer climatérica, se agrega otro hecho que acentúa
más este problema: la aparición de sofocos y sobre todo de sudoraciones, que
son capaces de despertarla. Por eso, los trastornos del sueño se acusan más en la
mujer que en el varón de su misma edad. Suelen alcanzar su máxima intensidad
2 a 4 años después de la menopausia.
CONSIDERACIONES FINALES
Hemos visto que los cambios menopáusicos provocan síntomas, deterioros
y complicaciones importantes, algunas de las cuales se van agravando con el
paso del tiempo, ese tiempo que se va alargando en los últimos lustros, y que en
el momento actual ya está por encima de los 30 años debido al aumento de la
esperanza de vida.
Y si esto es así, nos preguntamos: ¿es oportuno intervenir en este proceso?
No vamos a hablar de posibles tratamientos, que están fuera de nuestro pro-
pósito de la descripción del proceso menopáusico, pero sí queremos hacer unas
breves consideraciones.
La menopausia es un hecho fisiológico, que ocurre alrededor de los 50 años,
que ha variado muy poco a lo largo de los siglos, y como tal, no precisaría trata-
miento alguno.
Pero si las mejores condiciones de vida y asistencia sanitaria han dejado al
descubierto ese nuevo período vital como una supervivencia suplementaria en la
cual aparecen nuevos problemas, también la medicina está obligada a cuidar esta
época y tratar de resolver estos nuevos problemas que nos plantea.
Hay síntomas que van a deteriorar la calidad de vida de la mujer, y que se
pueden tratar. Hay complicaciones sobre las cuales se puede influir y así pues,
ejercer una auténtica medicina preventiva de la época postmenopáusica. Y ade-
más de estos argumentos puramente sanitarios, que afectan a la persona, la inter-
vención también está justificada desde el punto de vista social y hasta económico.
Está demostrado, como ejemplo, que un buen seguimiento de la osteoporosis, y
su eventual tratamiento es mucho más barato que los tratamientos de las fracturas
y otras complicaciones que provoca.
Creemos pues, que los procesos menopáusico y postmenopáusico deben ser
controlados y eventualmente tratados, si hay indicaciones. Hay tres campos don-
de podemos actuar:
1. Tratamientos hormonales: bien indicados y controlados, pueden re-
solver esos estados de compleja sintomatología que tanto deterioran la
calidad de vida de muchas mujeres. Aunque han existido grandes con-
troversias sobre su uso en los últimos años, hemos de decir que siguen
vigentes en el momento actual.
2. Tratamientos sintomáticos: cuando hay un síntoma o alteración pree-
minente, tratando precisamente ese síntoma, como por ejemplo los so-
focos, la sequedad vaginal, el síndrome urinario, etc.. Aquí podríamos
incluir también el control y tratamiento de la osteoporosis, que tantos
problemas provoca y que se van acuciando al paso del tiempo.
3. Mejorar los hábitos del género de vida y alimentación. Llamamos la
atención de la importancia de mantener una buena actividad física, que
Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid 133
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FIGURAS