Cuentos
Cuentos
Cuentos
Cuando
llegaba su vecino a visitarlos ellos escondían todo el queso que tenían guardado. Un
día se acercó un gato muy peludo, asomó su nariz en el agujero, y los ratones
envidiosos se arrinconaron muy asustados. Los tres ratones se pusieron a gritar, y el
vecino al escucharlo, se acercó al gato lleno de valor, y como pudo lo alejó de la
puerta. Quedó tan cansado el pobre ratón, que los tres envidiosos salieron a
agradecerle el favor, y por fin lo invitaron a comer. Todos felices disfrutaron de un
estupendo platillo de queso, y entre risas recordaron como el gato corrió muy
enfadado.
GATO DORMILON
Había una vez un gato muy dormilón que se pasaba los días y las tardes enteras
echado en el sofá. Su dueño siempre se preguntaba qué es lo que hacía para quedar
tan cansado, pero nadie lo veía haciendo otra cosa que no fuera descansar. Una
noche su dueño tuvo la idea de ir a buscarlo y ver si también dormía toda la noche, y
mientras bajaba la escalera pudo verlo, ahí estaba él, sentado frente al acuario, viendo
cómo dormía la tortuga. El dueño se quedó allí mirando en silencio a su gato que
despierto y sereno estaba cuidando el sueño de su amiga tortuga. Al día siguiente
pudo verlo como de costumbre, durmiendo en el sofá y entonces pudo comprender el
porqué de su sueño durante el día, pero no notó que la tortuga también lo cuidaba
desde su sitio por las mañanas.
EL SEÑOR ZAFIRO
Había una vez un señor con un nombre muy bonito, se llamaba Diamante. A Diamante
le gustaba fabricar petardos y pócimas mágicas. Él era un hombre honrado y
trabajador, le gustaba ayudar mucho a las personas que lo necesitaran. Trabajaba
como investigador de planetas y de números matemáticos. Realizaba este trabajo
porque quería ser alguien en la vida. Pero lo que realmente le gustaba, era ser escritor
de cuentos. Diamante consiguió su sueño gracias a su tesón, a su continuo trabajo
duro, su esfuerzo y su afán de superación. Ya ha escrito más de cincuenta cuentos
para niños.
Había una vez una niña que se sentía sola, quería un animalito para jugar y
quererle. La niña se llamaba Estela. Los padres de la niña le dieron una sorpresa, y se
levantaron temprano para comprarle un perrito y sorprender la, querían que fuera muy
feliz. Llegaron con el perrito y lo pusieron en la cama de la niña sin que ella se diera
cuenta, después de unos minutos la niña se despertó. La niña se puso a pensar: –
Esta noche he soñado y Soñé con un perrito?» Y nada más decir esto escuchó un
ladrido y ahí estaba el perrito, bajo la sabana. Ella se puso súper contenta y dijo que
nunca más jugaría sola.
LA HORMIGA Y LA PALOMA
Una paloma vio caer a una hormiga en un arroyo. La hormiga luchó en vano
por llegar a la orilla y, compadecida, la paloma dejó caer la hoja de un árbol junto a
ella. Aferrándose a la hoja como un marinero náufrago, la hormiga flotó a salvo hasta
la orilla. La hormiga estaba muy agradecida con la paloma por salvarle la vida. Al día
siguiente, la hormiga vio a un cazador apuntando a la paloma con una piedra. Sin
pensarlo dos veces, se metió dentro del zapato del cazador y le picó el pie, haciéndolo
perder el tiro del dolor. De esa manera, la hormiga salvó la vida de la paloma.