DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Trabajo Angel

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS CENTRALES “RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS
PROGRAMA DE MUNICIPALIZACIÓN DE FORMACIÓN EN DERECHO
UNIDAD CURRICULAR: DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO
NÚCLEO VALLE DE LA PASCUA
PERIODO LECTIVO 2024-3

UNIDAD V:
LAS COMPETENCIAS DE LOS ESTADOS
TEMA 5: COMPETENCIA TERRITORIAL

FACILITADOR: PARTICIPANTES:
JULIO RENGIFO DARWIN FAJARDO
JOSÉ TOLEDO
CARLOS HERRERA
ÁNGEL SÁNCHEZ

JUNIO, 2024

1
ÍNDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN. 4
DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO:
¿DE DÓNDE PROVIENE EL DERECHO INTERNACIONAL
HUMANITARIO?
¿DÓNDE SE ENCUENTRA EL DERECHO
INTERNACIONAL HUMANITARIO?
¿CUÁNDO SE APLICA EL DERECHO INTERNACIONAL
HUMANITARIO?
¿QUÉ CUBRE EL DERECHO INTERNACIONAL 6
HUMANITARIO?
¿EN QUÉ CONSISTE LA "PROTECCIÓN"?
¿A QUÉ RESTRICCIONES ESTÁN SOMETIDOS LOS
MEDIOS Y MÉTODOS DE HACER LA GUERRA?
¿ES REALMENTE EFECTIVO EL DIH?
¿CÓMO APLICAR EL DERECHO INTERNACIONAL
HUMANITARIO?
DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS:
SISTEMAS DE PROTECCIÓN.
CONVENCIONES DE DERECHOS HUMANOS.
CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS.
PROCEDIMIENTOS ESPECIALES Y ÓRGANOS DE
10
INVESTIGACIÓN.
ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA
LOS DERECHOS HUMANOS.
LOS DERECHOS HUMANOS Y EL SISTEMA DE LAS
NACIONES UNIDAS.

2
APLICACIÓN ANTE LA ONU. 14
CONCLUSIÓN. 28
BIBLIOGRAFIA. 30

3
INTRODUCCIÓN.
La historia del derecho internacional humanitario es breve pero memorable. No
fue sino hasta la segunda mitad del siglo XIX que las naciones convinieron en normas
internacionales para evitar innecesarios sufrimientos en las guerras normas que se
comprometieron a respetar en una Convención. Desde entonces, el carácter cambiante
de los conflictos armados y el potencial destructivo de las armas modernas han hecho
necesarias muchas revisiones y extensiones del derecho humanitario en negociaciones
largas y pacientes.
La evolución del derecho internacional relacionado con la protección de las
víctimas de guerra y el desarrollo de la guerra se ha visto profundamente afectada por
la elaboración de la protección jurídica de los derechos humanos a partir de la segunda
guerra mundial. La aprobación de importantes instrumentos internacionales en materia
de derechos humanos como la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), el
Convenio Europeo de Derechos Humanos (1950) y el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (1966) contribuyó a afirmar la idea de que toda persona tiene
derecho al goce de los derechos humanos, ya sea en tiempos de paz o de guerra.
Mientras que el derecho internacional de los derechos humanos establece la
obligación de los Gobiernos a actuar de una manera determinada o abstenerse de
emprender ciertas acciones, para promover y proteger los derechos humanos y las
libertades fundamentales de los individuos o de los grupos. Uno de los grandes logros
de las Naciones Unidas es la creación de una normativa integral sobre los derechos
humanos: un código protegido a nivel universal e internacional al que todas las
naciones pueden adherirse y al que toda persona aspira. Las Naciones Unidas han
definido un amplio abanico de derechos aceptados internacionalmente, entre los que se
encuentran derechos de carácter civil, cultural, económico, político y social. También
han establecido mecanismos para promover y proteger estos derechos y para ayudar a
los Estados a ejercer sus responsabilidades.
Los cimientos de este cuerpo normativo se encuentran en la Carta de las
Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobadas

4
por la Asamblea General en 1945 y 1948, respectivamente. Desde entonces, las
Naciones Unidas han ido ampliando el derecho de los derechos humanos para incluir
normas específicas relacionadas con las mujeres, los niños, las personas con
discapacidad, las minorías y otros grupos vulnerables, que ahora poseen derechos que
los protegen frente a la discriminación que durante mucho tiempo ha sido común dentro
de numerosas sociedades.
El derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional
humanitario (DIH) tienen en común que ambos son parte del derecho internacional, es
decir que tienen principios y características propias dentro de un sistema integrado de
normas. Esto implica que, a pesar de sus particularidades, dentro de cada sub-sistema
las normas son creadas por los mismos mecanismos o fuentes tanto convencionales
como consuetudinarias. Asimismo, la violación de cualquiera de sus normas hace
operativas las reglas del derecho internacional general relativas a la responsabilidad
internacional tanto de estados como de individuos.

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DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO.
El derecho internacional humanitario (DIH) es un conjunto de normas que, por
razones humanitarias, trata de limitar los efectos de los conflictos armados. Protege a
las personas que no participan o que ya no participan en los combates y limita los
medios y métodos de hacer la guerra. El DIH suele llamarse también "derecho de la
guerra" y "derecho de los conflictos armados".
El DIH es parte del derecho internacional, que regula las relaciones entre los
Estados. Está integrado por acuerdos firmados entre Estados –denominados tratados o
convenios–, por el derecho consuetudinario internacional que se compone a su vez de
la práctica de los Estados que éstos reconocen como obligatoria, así como por
principios generales del derecho.
El DIH se aplica en situaciones de conflicto armado. No determina si un Estado
tiene o no tiene derecho a recurrir a la fuerza. Esta cuestión está regulada por una
importante parte –pero distinta– del DIH, que figura en la Carta de las Naciones Unidas.
¿DE DÓNDE PROVIENE EL DERECHO INTERNACIONAL
HUMANITARIO?
El origen del DIH se remonta a las normas dictadas por las antiguas
civilizaciones y religiones. La guerra siempre ha estado sujeta a ciertas leyes y
costumbres. La codificación del DIH a nivel universal comenzó en el siglo XIX. Desde
entonces, los Estados han aceptado un conjunto de normas basado en la amarga
experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso equilibrio entre las
preocupaciones de carácter humanitario y las exigencias militares de los Estados. En la
misma medida en que ha crecido la comunidad internacional, ha aumentado el número
de Estados que ha contribuido al desarrollo del DIH. Actualmente, éste puede
considerarse como un derecho verdaderamente universal.
¿DÓNDE SE ENCUENTRA EL DERECHO INTERNACIONAL
HUMANITARIO?
El DIH se encuentra esencialmente contenido en los cuatro Convenios de
Ginebra de 1949, en los que son parte casi todos los Estados. Estos Convenios se

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completaron con otros dos tratados: los Protocolos adicionales de 1977 relativos a la
protección de las víctimas de los conflictos armados. Hay asimismo otros textos que
prohíben el uso de ciertas armas y tácticas militares o que protegen a ciertas categorías
de personas o de bienes. Son principalmente:
1. La Convención de la Haya de 1954 para la protección de los bienes culturales
en caso de conflicto armado y sus dos Protocolos;
2. La Convención de 1972 sobre Armas Bacteriológicas;
3. La Convención de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales y sus cinco
Protocolos;
4. La Convención de 1993 sobre Armas Químicas;
5. El Tratado de Ottawa de 1997 sobre las Minas Antipersonal;
6. El Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo
a la participación de niños en los conflictos armados.
Ahora se aceptan muchas disposiciones del DIH como derecho
consuetudinario, es decir, como normas generales aplicables a todos los Estados.
¿CUÁNDO SE APLICA EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO?
El DIH sólo se aplica en caso de conflicto armado. No cubre las situaciones de
tensiones internas ni de disturbios interiores, como son los actos aislados de violencia.
Sólo es aplicable cuando se ha desencadenado un conflicto y se aplica por igual a todas
las partes, sin tener en cuenta quien lo inició. El DIH distingue entre conflicto armado
internacional y conflicto armado sin carácter internacional. En los conflictos armados
internacionales se enfrentan, como mínimo, dos Estados. En ellos se deben observar
muchas normas, incluidas las que figuran en los Convenios de Ginebra y en el
Protocolo adicional I.
En los conflictos armados sin carácter internacional se enfrentan, en el territorio
de un mismo Estado, las fuerzas armadas regulares y grupos armados disidentes, o
grupos armados entre si. En ellos se aplica una serie más limitada de normas, en
particular las disposiciones del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra y
el Protocolo adicional II.

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Es importante hacer la distinción entre derecho internacional humanitario y
derecho de los derechos humanos. Aunque algunas de sus normas son similares, estas
dos ramas del derecho internacional se han desarrollado por separado y figuran en
tratados diferentes. En particular, el derecho de los derechos humanos, a diferencia del
DIH, es aplicable en tiempo de paz y muchas de sus disposiciones pueden ser
suspendidas durante un conflicto armado.
¿QUÉ CUBRE EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO?
El DIH cubre dos ámbitos:
1. La protección de las personas que no participan o que ya no participan en las
hostilidades.
2. Una serie de restricciones de los medios de guerra, especialmente las armas, y
de los métodos de guerra, como son ciertas tácticas militares.
¿EN QUÉ CONSISTE LA "PROTECCIÓN"?
El DIH protege a las personas que no toman parte en las hostilidades, como son
los civiles y el personal médico y religioso. Protege asimismo a las personas que ya no
participan en los combates, por ejemplo, los combatientes heridos o enfermos, los
náufragos y los prisioneros de guerra. Esas personas tienen derecho a que se respete su
vida y su integridad física y moral, y se benefician de garantías judiciales. Serán, en
todas las circunstancias, protegidas y tratadas con humanidad, sin distinción alguna de
índole desfavorable.
En particular, está prohibido matar o herir a un adversario que haya depuesto
las armas o que esté fuera de combate. Los heridos y los enfermos serán recogidos y
asistidos por la parte beligerante en cuyo poder estén. Se respetarán el personal y el
material médico, los hospitales y las ambulancias.
Normas específicas regulan asimismo las condiciones de detención de los
prisioneros de guerra y el trato debido a los civiles que se hallan bajo la autoridad de la
parte adversa, lo que incluye, en particular, su mantenimiento, atención médica y el
derecho a corresponder con sus familiares. El DIH prevé, asimismo, algunos signos
distintivos que se pueden emplear para identificar a las personas, los bienes y los

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lugares protegidos. Se trata principalmente de los emblemas de la cruz roja y de la
media luna roja, así como los signos distintivos específicos de los bienes culturales y
de la protección civil.
¿A QUÉ RESTRICCIONES ESTÁN SOMETIDOS LOS MEDIOS Y MÉTODOS
DE HACER LA GUERRA?
El DIH prohíbe, entre otras cosas, los medios y los métodos militares que:
• No distinguen entre las personas que participan en los combates y las personas
que no toman parte en los combates, a fin de respetar la vida de la población
civil, de las personas civiles y los bienes civiles;
• Causan daños superfluos o sufrimientos innecesarios;
• Causan daños graves y duraderos al medio ambiente.
El DIH ha prohibido, pues, el uso de muchas armas, incluidas las balas
explosivas, las armas químicas y biológicas, las armas láser que causan ceguera y las
minas antipersonales.
¿ES REALMENTE EFECTIVO EL DIH?
Desafortunadamente, abundan los ejemplos de violaciones del DIH. Las
víctimas de la guerra son, cada vez más, personas civiles. Sin embargo, ha habido
importantes casos en los que el DIH ha permitido cambiar las cosas, ya sea protegiendo
a los civiles, los prisioneros de guerra, los enfermos y los heridos, ya sea limitando el
empleo de armas inhumanas. Dado que el DIH se aplica en períodos de violencia
extrema, respetarlo planteará siempre grandes dificultades. No obstante, es más
importante que nunca velar por su aplicación efectiva.
¿CÓMO APLICAR EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO?
Se han de tomar medidas para garantizar el respeto del DIH. Los Estados tienen
la obligación de dar a conocer las normas de ese derecho a las respectivas fuerzas
armadas y al público en general. Deben prevenir y, si procede, castigar todas las
violaciones del derecho internacional humanitario. Para ello, deben, en particular,
promulgar leyes para castigar las violaciones más graves de los Convenios de Ginebra

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y de los Protocolos adicionales, denominadas crímenes de guerra. Asimismo, habría
que aprobar una ley que garantice la protección de los emblemas de la cruz roja y de
media luna roja. Se han tomado asimismo medidas a nivel internacional. Se han creado
dos tribunales para castigar los crímenes cometidos en los conflictos de ex Yougoslavia
y de Ruanda. Una corte penal internacional ha sido creada por el Estatuto de Roma
aprobado en 1998. Todos podemos hacer una importante contribución a la aplicación
del derecho internacional humanitario, ya sea por intermedio de los gobiernos y de las
organizaciones, ya sea individualmente
DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.
El Derecho Internacional de los Derechos Humanos es una rama del Derecho
internacional público desarrollada para promover y proteger los derechos humanos a
nivel internacional, regional y nacional. Como rama del Derecho Internacional Público,
se compone de una serie de instrumentos internacionales obligatorios, en particular
diversos tratados sobre derechos humanos, y de la costumbre internacional. Existen
otros instrumentos internacionales de derechos humanos que, no siendo jurídicamente
obligatorios, contribuyen a la aplicación, comprensión y desarrollo del Derecho
internacional de los derechos humanos.
Conforme a ello, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos establece
las obligaciones que deben respetar los Estados. En tal sentido, cuando un Estado pasa
a ser parte en los tratados internacionales de este tipo, se adjudica obligaciones y los
deberes de respetar, proteger y realizar los Derechos Humanos. El deber de respetarlos
hace referencia a una obligación negativa, de no intervención; significa que los Estados
deben abstenerse de interferir o limitar el disfrute de los Derechos Humanos; por otro
lado, la obligación de resguardarlos indica una obligación positiva, la cual implica la
intervención del Estado a fin de impedir las violaciones de los Derechos Humanos
contra individuos y grupos; por último, la obligación de realizarlos obliga a los Estados
a adoptar medidas positivas para facilitar el disfrute de los Derechos Humanos básicos.
SISTEMAS DE PROTECCIÓN.
SISTEMA DE PROTECCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS.

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Por las Naciones Unidas
• Carta Internacional de Derechos Humanos
o El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (adoptado en
1966)
o El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(adoptado en 1966)
Esta también: Declaración Universal de los Derechos Humanos
Otros tratados
• La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio
(adoptada en 1948)
• La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial (adoptada en 1965)
• La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer (adoptada en 1979)
• La Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes (adoptada en 1984)
• La Convención sobre los Derechos del Niño (adoptada en 1989)
• La Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los
trabajadores migratorios y de sus familiares (adoptada en 1990)
• La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
(adoptada en 2006)
• La Convención Internacional para la protección de todas las Personas contra
las Desapariciones Forzadas (adoptada en 2006)
SISTEMAS DE PROTECCIÓN REGIONALES.
EUROPA:
Por el Consejo de Europa:
• La Convención Europea de Derechos Humanos (adoptada en 1950), que
instauró el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

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• El Convenio del Consejo de Europa para la protección de los niños contra la
explotación y el abuso sexual (adoptada en 2007)
AMÉRICA:
Artículo principal: Sistema interamericano de derechos humanos
Por la Organización de los Estados Americanos:
• La Convención Americana sobre Derechos Humanos (adoptada en 1969), que
ha creado la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
• La Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura (adoptada
en 1987)
• la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas
(adoptada en 1994)
ÁFRICA:
Por la Organización para la Unidad Africana:
• La Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (adoptada en
1981), que ha creado la Corte Africana de Derechos Humanos y de los
Pueblos en 2004.
CONVENCIONES DE DERECHOS HUMANOS.
Una serie de tratados de derechos humanos internacionales y otros instrumentos
adoptados desde 1945 han ampliado el derecho internacional de los derechos humanos.
Entre otras figuran la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de
Genocidio (1948), la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Racial (1965), la Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1979), la Convención sobre los
Derechos del Niño (1989) y la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad (2006), entre otros.
CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS.
El Consejo de Derechos Humanos fue creado el 15 de marzo de 2006 por la
Asamblea General y se encuentra bajo la autoridad directa de esta última. Sustituyó a
la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que estuvo en funcionamiento durante

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60 años, como órgano intergubernamental responsable de los derechos humanos. Este
Consejo está formado por 47 representantes de Estados y es el encargado de fortalecer
la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo para hacer frente
a situaciones de violaciones de los derechos humanos y formular recomendaciones
sobre ellos; entre lo que también se incluye la respuesta a situaciones de emergencia en
materia de derechos humanos. El aspecto más innovador del Consejo de Derechos
Humanos es el Examen Periódico Universal (EPU). Este mecanismo único requiere el
examen de la situación de los derechos humanos en los 193 Estados miembros de las
Naciones Unidas cada cuatro años. Se trata de un proceso de cooperación dirigido por
los Estados, con el auspicio del Consejo, que ofrece a cada uno de ellos la oportunidad
de declarar qué medidas han adoptado y qué retos se han planteado para mejorar la
situación de los derechos humanos en su país, así como para cumplir con sus
obligaciones a nivel internacional. El EPU está diseñado para asegurar la universalidad
e igualdad de trato hacia todos los países. Tiene lugar durante las sesiones de su Grupo
de Trabajo que se reúne tres veces al año y están formadas por los 47 miembros del
Consejo.
PROCEDIMIENTOS ESPECIALES Y ÓRGANOS DE INVESTIGACIÓN.
El Consejo de Derechos Humanos también cuenta con procedimientos
especiales compuestos por expertos independientes en derechos humanos que tienen el
mandato de informar y asesorar sobre derechos humanos desde una perspectiva
temática o específica de cada país. Estos expertos no reciben remuneración y son
elegidos para mandatos de tres años prorrogables por otros tres. A noviembre de 2023,
había 46 mandatos temáticos y 14 de países. Desde 2006, el Consejo ha creado varios
órganos para investigar presuntas violaciones de derechos humanos en países
específicos. Estas han adoptado la forma de misiones o comisiones de investigación.
Además, existe un órgano temático, el Mecanismo de Expertos, que promueve la
justicia racial y la igualdad en la aplicación de la ley.
ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS
DERECHOS HUMANOS.

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El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(ACNUDH) ejerce la responsabilidad principal de las actividades de derechos humanos
de la ONU. El Alto Comisionado tiene el mandato de responder a violaciones graves
de los derechos humanos y emprender medidas preventivas. El ACNUDH actúa como
secretaría del Consejo de Derechos Humanos, de los órganos de tratados (comités
expertos que supervisan el cumplimiento de los tratados) y otros órganos de la ONU
que trabajan por los derechos humanos. También lleva a cabo actividades de esta
temática sobre el terreno. La mayoría de los tratados clave sobre derechos humanos
dependen de un órgano de supervisión, responsable de analizar el cumplimiento de ese
tratado de los países que lo han ratificado. Aquellas personas que consideren que se ha
cometido una violación de sus derechos pueden presentar denuncias directamente ante
los Comités encargados de supervisar los tratados de derechos humanos.
LOS DERECHOS HUMANOS Y EL SISTEMA DE LAS NACIONES UNIDAS.
Los derechos humanos son un tema transversal en todas las políticas y los
programas de la ONU en los ámbitos clave sobre desarrollo, asistencia humanitaria,
paz y seguridad, así como en asuntos económicos y sociales. Por ello, prácticamente
todo órgano de la ONU y organismo especializado se ve envuelto de alguna forma en
la protección de los derechos humanos. Algunos ejemplos de ello son el derecho al
desarrollo, que es la base de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; el derecho a la
alimentación, defendido por la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura ; los derechos laborales, defendidos y protegidos por la
Organización Internacional del Trabajo; la igualdad de género, proclamada por ONU
Mujeres; los derechos del niño, de los pueblos indígenas y de las personas con
discapacidad.
APLICACIÓN ANTE LA ONU.
Estando regulados hoy día tanto los derechos humanos como el DIH por el
derecho internacional, ambos sub-sistemas tienden en esencia a limitar o restringir las
facultades propias del estado que hacen a su soberanía. Esos límites a la soberanía
estadual se concentran en la necesaria protección del individuo frente a actos arbitrarios

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del estado que menoscaben derechos de los individuos o que les infrinjan sufrimientos
innecesarios. El objetivo primordial de los derechos humanos está directamente
relacionado con el goce de las libertades y garantías individuales del ser humano y con
su bienestar y protección en general. Por su parte, el objetivo central del DIH se
relaciona con la protección debida a las víctimas de los conflictos armados.
La convergencia y complementariedad de los derechos humanos y el DIH se
concentra entonces en un interés compartido a través de sus normativas específicas
relativas en última instancia a la protección del individuo en toda circunstancia. El DIH
y las normas relativas a los derechos humanos se aplican durante situaciones fácticas
distintas. Los derechos humanos son exigibles en tiempo de paz, es decir que sus
normas son plenamente operativas en circunstancias normales dentro de un esquema
institucionalizado de poderes en el que el estado de derecho es la regla. El DIH se aplica
durante conflictos armados tanto de carácter interno como de carácter internacional. El
DIH es en esencia un derecho de excepción.
Los derechos humanos y el DIH tienen orígenes distintos. Los derechos
humanos se gestaron en el orden interno de los estados. Aparecen hoy día reconocidos
en los sistemas jurídicos nacionales, incluso con rango constitucional. Los derechos
humanos continúan siendo materia regida e implementada primordialmente por cada
estado. A partir de la segunda guerra mundial la comunidad internacional experimentó
la necesidad de controlar en el ámbito internacional a aquellos que en principio debían
garantizar la efectiva aplicación de los derechos humanos dentro de sus propias
jurisdicciones. En reiteradas ocasiones fue el propio estado quien, debiendo garantizar
y proteger los derechos y garantías de los individuos reconocidos en su jurisdicción
doméstica, terminaba siendo el violador sistemático de esos derechos.
La internacionalización de la regulación interna de los derechos humanos
determinó un quiebre al principio de la no-intervención en los asuntos de exclusiva
jurisdicción doméstica. Las violaciones sistemáticas a los derechos humanos dentro de
un estado podían involucrar un quebrantamiento o amenaza a la paz tanto regional
como internacional. La evolución de los derechos humanos tanto en el ámbito interno

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como internacional estuvo y está relacionada a posiciones político filosóficas que han
dado lugar al desarrollo de ideologías contrapuestas en cuanto al verdadero contenido
y alcance de los derechos sujetos a una debida protección estadual y a un adecuado
control internacional.
Por su parte el DIH irrumpe en las relaciones entre estados durante la segunda
parte del siglo XIX como una respuesta de la comunidad internacional a los horrores
de la guerra. En este sentido el DIH nace y se desarrolla como un movimiento no
politizado, tomando distancia de las corrientes del pensamiento político en general. La
necesidad de limitar los sufrimientos innecesarios de los combatientes heridos y
enfermos en el campo de batalla fue el eslabón inicial de una cadena de protecciones
acotadas a categorías específicas de individuos afectados por los conflictos armados.
La incorporación de nuevas categorías de víctimas de los conflictos implicó una
evolución constante en cuanto a la ampliación del ámbito de aplicación personal del
DIH. A los heridos y enfermos en el campo de batalla le siguió en el tiempo la
regulación de la protección debida a los náufragos, luego la de los prisioneros de guerra
y como consecuencia de las traumáticas experiencias vividas durante la segunda guerra
mundial, finalmente se reguló la protección debida de la población civil afectada por
conflictos armados. Existen hoy día nuevas categorías específicas de personas
protegidas, como así también se protege dentro del DIH a determinados grupos de
personas vulnerables (mujeres, niños) dentro de situaciones de conflictos armados.
Este conjunto de normas relativo a la protección de víctimas de los conflictos
armados se dio en llamar Derecho de Ginebra. Este derecho fue tradicionalmente
reconocido como derecho internacional humanitario propiamente dicho. A partir de
fines del siglo pasado, comienzan a codificarse las reglas consuetudinarias relativas a
los medios y métodos de guerra. Este conjunto de normas relativas a los límites
específicos impuestos a los estados beligerantes en cuanto a cómo hacer la guerra, se
conoció como el Derecho de La Haya. En la actualidad el Derecho de La Haya se ha
fundido con el Derecho de Ginebra, por lo tanto, cuando nos referimos al Derecho
Internacional Humanitario, nos referimos al conjunto de normas que tienden a dar

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protección a las víctimas de los conflictos armados y a las normas que restringen el uso
de la fuerza por parte de los estados a partir de la regulación de los métodos y medios
de hacer la guerra.
Esta definición ampliada parecería distanciar los objetivos del DIH de los
propósitos básicos perseguidos a través de los derechos humanos. La reglamentación
de los métodos y medios de hacer la guerra poco tienen que ver con los objetivos
primarios perseguidos por los derechos humanos. Sin embargo, la limitación del uso
de la fuerza durante los conflictos armados tiende a racionalizar su empleo
restringiendo la potencial generación de sufrimientos innecesarios. Asimismo, el DIH
parte del presupuesto de la legitimidad, por decirlo de alguna manera, de los efectos
colaterales que afectan la vida y los bienes de los civiles durante los conflictos armados
en tanto y en cuanto estos son consecuencia del uso de fuerza que se justifica en una
necesidad militar. Idéntica situación se da respecto de los efectos de las acciones
militares sobre el medio ambiente. Existen a su vez una serie de principios y
características propias de cada ordenamiento que determinan una identidad
diferenciada para cada sistema y en su consecuencia fundamentan la necesaria
independencia de sus estructuras. En los hechos, sin embargo, las normas del DIH al
igual que las relativas a la protección de los derechos humanos pueden coincidir en
cuanto a sus contenidos.
Respecto a los alcances de unas y otras normas, existen situaciones que
quedarían fuera del ámbito de aplicación tanto de los derechos humanos como del DIH.
Las lagunas normativas que se producen en la práctica ante la falta de reglas que
contemplen novedosas situaciones que afectan a la persona humana en situaciones de
conflictos armados u otras situaciones de violencia interna consideradas como de riesgo
potencial, ponen de manifiesto un vacío normativo que requiere de un adecuado
tratamiento por parte de los estados tanto en el ámbito interno como internacional. En
la actualidad, los esfuerzos tendientes hacia una efectiva complementariedad de ambos
sistemas no dejan de ser una preocupación eminentemente académica.

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Los derechos humanos permiten ser restringidos y suspendidos. La suspensión
de los derechos humanos está autorizada aún por acuerdos regionales e internacionales
en casos de conmoción interior, situaciones de guerra o en casos de violencia interna.
Existen ciertos derechos que han sido definidos y reconocidos como no sujetos a
suspensión. Sin embargo, el estado al declarar la suspensión de ciertos derechos durante
estados de emergencia interna, no necesariamente ha tomado en cuenta los parámetros
establecidos para la efectiva observancia de los derechos no susceptibles de ser
suspendidos. A contrario, las normas del DIH por definición, no admiten restricciones
ni suspensiones, por lo tanto, ni siquiera autorizan al estado a intentar una
interpretación unilateral respecto a una eventual suspensión o restricción. Los derechos
humanos han sido definidos en principio como derechos universales e indivisibles.
Existe un grupo de derechos humanos que hacen a la esencia de la persona humana.
Los derechos humanos esenciales han sido agrupados dentro de una categoría
conocida como derechos básicos de la persona humana. Son éstos los derechos que
conforman el llamado núcleo irreductible de derechos de la persona humana (hard core
group). Estos derechos son los que en principio no están sujetos a suspensión alguna,
por lo tanto, el estado debe garantizarlos y respetarlos aun durante estados de
emergencia, incluyendo situaciones de guerra interna o internacional. Pero estos
derechos básicos que conforman el núcleo irreductible de los derechos humanos, han
sido asimismo reconocidos como parte esencial del DIH aplicable a los conflictos
armados. Por lo tanto, su observancia durante estas situaciones de excepción dependerá
de la efectiva aplicación de los mecanismos propios de uno y otro ordenamiento. La
duplicación del contenido de normas del DIH y de los derechos humanos es en cierta
medida un reaseguro respecto a la potencial observancia de la protección debida del
individuo durante conflictos armados.
Independientemente de haberse reconocido el carácter universal e indivisible
de los derechos humanos básicos o esenciales es posible que cada estado, al
implementar estos derechos dentro de su jurisdicción doméstica, admita una
reglamentación discrecional que difiera de la reglamentación admitida por otro u otros

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estados. A esta posibilidad de reglamentación diferenciada de un mismo derecho dentro
de los ordenamientos jurídicos internos de los estados se la ha dado en llamar
relativismo cultural. El relativismo cultural no atenta contra la esencia de un derecho
determinado, sino que posibilita una implementaron diferenciada, respetando la
existencia de diversas identidades culturales, étnicas o religiosas. Este marco
referencial de diversas aplicaciones internas de un mismo derecho, es desconocido
dentro del ámbito del DIH. El DIH no registra antecedentes relativos a una potencial
diversidad de implementaciones internas bajo el fundamento del respeto a
particularidades culturales.
La aceptación de un relativismo cultural tolerable en cuanto a la operatividad
de los derechos humanos dentro del derecho interno del estado ha dado lugar a
reiterados cuestionamientos con relación a eventuales abusos relacionados a una
constante politización de la materia. Por su parte el DIH, al preservar en esencia su
carácter universal y neutral, se ha consolidado como un derecho no contaminado por
el discurso político. El derecho internacional de los derechos humanos genera una
relación directa entre el estado y sus propios nacionales, o más genéricamente, con los
individuos que se encuentran dentro de sus jurisdicciones nacionales. El DIH, por su
parte, obliga al estado respecto a comportamientos debidos frente a los nacionales de
otros estados, ya sean esos otros estados beligerantes o neutrales.
En el DIH la relación jurídica se traba entre estados, mientras que en materia de
derechos humanos la relación jurídica se genera entre el estado y el individuo
protegido. Si bien es ésta la regla general, existen normas del DIH que vinculan al
estado con sus propios nacionales. (Ver por ej., Art. 3 común a los cuatro Convenios de
Ginebra de 1949). En cuanto a la responsabilidad por violación por parte del estado de
normas del derecho internacional de los derechos humanos, en general, el individuo
afectado podrá después de agotar los recursos internos, reclamar ante una instancia
internacional o regional la terminación de la violación y la satisfacción debida frente a
sus derechos conculcados. Los órganos de control internacional para la observancia por

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parte de los estados de los derechos humanos intentarán volver al status quo ante y
eventualmente exigirán una reparación.
En DIH, la responsabilidad por la inobservancia de sus normas queda siempre
dentro del ámbito de las competencias estatales. La presencia de las potencias
protectoras o del Comité Internacional de la Cruz Roja se relacionan con la facultad de
controlar la estricta aplicación de las normas más que con la determinación del grado
de responsabilidad del estado violador. El DIH prevé la obligación de los estados de
"respetar" y "hacer respetar" sus normas (art. 1 común a los cuatro Convenios de
Ginebra de 1949). La relación jurídica que se genera convencionalmente, vincula a los
estados entre sí. Cada estado parte en los Convenios de Ginebra de 1949 se obliga a
respetar y a hacer respetar a los demás estados parte la plena vigencia de sus enunciados
normativos. En la práctica, los estados han sido renuentes a manifestar su intención de
cuestionar a los estados violadores del DIH. En este sentido la posición asumida por
terceros estados respecto de los conflictos armados ha sido generalmente la de impulsar
la prevención de nuevas o reiteradas violaciones.
Convergen así dos tendencias claramente identificables, la preventiva y la
reparadora. La observancia de los derechos humanos se centraliza en la función
reparadora mientras que el DIH cumple una acción eminentemente preventiva. Por esta
razón la difusión del DIH es vital a efectos de diseminar el contenido de sus normas en
protección de potenciales víctimas de los conflictos armados. En el derecho
internacional de los derechos humanos, el individuo afectado tiene capacidad para
activar los mecanismos internacionales de contralor. Esos contralores en el ámbito
internacional son generalmente operativos ex post facto. La responsabilidad del estado
por violaciones tanto al DIH como a los derechos humanos no excluye la
responsabilidad de los individuos. Dentro del DIH, las sanciones a las infracciones
graves obligan al estado a juzgar o a extraditar a los individuos responsables.
El derecho internacional de los derechos hum anos exige a los estados tanto el
"garantizar" como el "respetar" los derechos reconocidos a través de tratados o de
costumbres. El "garantizar" implica la obligación de asegurar que se respeten dentro

20
de la jurisdicción interna del estado los derechos reconocidos internacionalmente. El
"respetar" implica que el estado deberá abstenerse de violentar por acto u omisión
imputable a éste, conculcar esos derechos. Ambas obligaciones implican
comportamientos de un estado respecto a sus propios nacionales. La relación jurídica
continúa siendo entre estado e individuo. La actuación de los órganos internacionales
de contralor de las acciones u omisiones del estado no alteran el carácter prioritario de
la actividad del estado en la implementación de los derechos humanos. El estado
violador deberá reparar el derecho conculcado, volver en la medida de lo posible la
situación al status quo ante y eventualmente reparar a través de una satisfacción
adecuada. Los órganos internacionales de protección exigirán, y finalmente
supervisarán, el cumplimiento debido de las obligaciones internacionales del estado,
pero no tienen capacidad para reemplazar a éste en esas funciones.
Los derechos humanos reconocidos en el ámbito internacional, muchas veces
reiteran derechos ya consolidados en el ámbito nacional. Sin embargo, uno de los temas
más graves para el derecho internacional de los derechos humanos es la falta de
implementación doméstica adecuada de los derechos consagrados en el ámbito regional
o internacional. Por esta razón, esos derechos han sido formulados con carácter
programático permitiendo a los estados su futura adecuación interna conforme a sus
necesidades y posibilidades. Si bien los tratados internacionales sobre derechos
humanos enuncian normas directamente operativas, la mayoría de esas normas necesita
ser internalizada. En alguna medida es este un contrasentido si partimos de la base de
que los derechos humanos se desarrollaron como derecho interno y luego se
internacionalizaron, a diferencia del DIH que a partir de mediados del siglo XIX surge
como parte del derecho internacional que necesita inexorablemente de interalizarse, es
decir ser incorporado como derecho interno de los estados a efectos de su
implementación y observancia (especialmente en materia de sanciones a las
violaciones graves al DIH).
En cuanto a los sujetos protegidos por uno y otro derecho, es de hacer notar que
los derechos humanos se aplican sin discriminación, mientras que el DIH protege a

21
determinadas categorías de individuos calificadas como víctimas o como potenciales
víctimas de los conflictos armados. El DIH recepta sin embargo el principio de no-
discriminación en cuanto a la protección de quienes califican como víctimas. Todas
aquellas personas que no encuadran dentro de categorías especiales de protección están
de todas formas amparadas por normas residuales que se aplican también sobre la base
de la no-discriminación. Con relación a la aplicación práctica del DIH, corresponde
ésta en principio a los órganos de los estados en conflicto, es decir a los estados
beligerantes, a las potencias protectoras en la eventualidad de que hayan sido
designadas y al Comité Internacional de la Cruz Roja.
Como ya fuera expresado, la aplicación del derecho internacional de los
derechos humanos corresponde a cada estado respecto de sus nacionales o de los
individuos que se encuentren bajo su jurisdicción. Las organizaciones regionales e
internacionales de protección de los derechos humanos supervisan, monitorean y aun
determinan los grados de responsabilidad de los estados violadores. En última instancia
serán esos estados los que deberán enmendar o rectificar sus conductas internas
violatorias, y eventualmente reparar daños sufridos por los individuos afectados, a
través de una adecuada satisfacción.
Existen en la actualidad áreas no bien definidas de situaciones de violencia
dentro del territorio de un estado, como es el caso de emergencias por conmociones
internas, insurrecciones de baja intensidad, alteraciones del orden en razón de
conflictos étnicos, religiosos o raciales y otras formas de insurgencias, que no califican
dentro de los conceptos tradicionales de conflictos armados de carácter interno. Por
otra parte, los derechos humanos exigibles en el ámbito internacional están sujetos a
suspensiones fundamentadas en la existencia de alteraciones al orden público y la
seguridad nacional. De esta forma se generan situaciones no expresamente
contempladas por el DIH o que, si bien previstas residualmente por normas
pertenecientes a los derechos humanos, su observancia es en la práctica relativizada.
Se evidencia a su vez un desarrollo progresivo a partir de prácticas estatales que
extienden la aplicación de los principios básicos del DIH a situaciones no

22
necesariamente contempladas convencionalmente en acuerdos entre estados. Esta
evolución ha sido reiteradamente mencionada por el Tribunal Internacional para la Ex
Yugoslavia al minimizar la necesidad de calificar a los conflictos armados como
internos o internacionales en razón de que en determinadas circunstancias el derecho
aplicable es coincidente. En este sentido, el Tribunal Criminal para la Ex Yugoslavia
(caso Tadic, sobre Jurisdicción), hizo extensiva la aplicación del derecho internacional
humanitario que regula los conflictos armados internacionales a los conflictos internos,
y aún se manifestó sobre la irrelevancia de esa distinción para determinar
responsabilidades frente a ciertos presupuestos desarrollados en la práctica de los
Estados.
En otras situaciones recientes, como es el caso del enjuiciamiento de las cúpulas
responsables de la violación sistemática de los derechos humanos durante los
regímenes militares en Argentina, los tribunales intervinientes reconocieron a la lucha
contra la subversión como un conflicto interno asimilándolo dentro de las llamadas
insurgencias revolucionarias a las que debería aplicarse, durante su represión, los
principios básicos del DIH. Sin embargo, los tribunales internos solo invocaron a los
efectos de condenar a los responsables por delitos cometidos durante la lucha contra la
subversión, al derecho argentino que en alguna medida contemplaba sanciones para
idénticas o en todo caso similares conductas delictivas tipificadas por el derecho
internacional. Estas situaciones marcan una evolución consuetudinaria hacia la
aceptación de la aplicación del DIH a situaciones no necesariamente incluidas
convencionalmente como reguladas por ese derecho.
Existe asimismo una especie de interacción en cuanto a influencias recíprocas
entre uno y otro derecho. Los desarrollos tendientes a maximizar la protección del
individuo en situaciones de conflictos armados califican potencialmente como
evoluciones de ambos sistemas jurídicos. A partir de la Conferencia de Teherán de 1968
sobre Derechos Humanos se comenzó a hablar de derechos humanos de los conflictos
armados. Esta tendencia se afianza en reiteradas Declaraciones de la Asamblea General
de la ONU relativas a asegurar la vigencia de los derechos humanos elementales

23
durante los conflictos armados. Pero el referirse a los derechos humanos de los
conflictos armados puede dar lugar a cierta confusión respecto a la independencia de
principios y estructuras entre el derecho internacional humanitario y los derechos
humanos.
Así es que, durante un conflicto armado, ciertos derechos humanos pueden ser
suspendidos y otros no. Estos últimos constituyen el núcleo irreductible de derechos
humanos no susceptibles de ser suspendidos bajo ninguna circunstancia. Ese núcleo
irreductible de derechos humanos se corresponde con derechos asegurados
convencionalmente como derechos exigibles durante conflictos armados tanto internos
como internacionales, en razón de normas expresas del DIH (Ver, art. 3 común a los
cuatro Convenios de Ginebra de 1949, art. 75 del Protocolo I y arts. 4 a 6 del Protocolo
II). Esta convergencia en cuanto a la igualdad de contenidos normativos aplicables a
una misma situación plantea el problema de la duplicación o reiteración de normas.
Lejos de provocar dicha reiteración inconvenientes relativos a su correcta aplicación,
impone un reaseguro en cuanto a la observancia de conductas queridas a partir de
sistemas jurídicos con esquemas diferenciados de implementación. De esta manera, las
conductas regladas tienen una mayor posibilidad de ser efectivizadas como partes
integrantes de uno u otro esquema normativo.
En este contexto puede afirmarse que en la práctica el DIH y del derecho
internacional de los derechos humanos son complementarios en razón de que, el DIH
es directamente operativo a partir del comienzo de un conflicto armado y su
observancia tiende a prevenir sufrimientos innecesarios, mientras que la debida
observancia de los derechos humanos frente a violaciones de esos mismos derechos en
situaciones de conflictos armados, tiende prioritariamente a cumplir una función
reparadora. Si bien ambos sistemas se basan en funciones preventivas y reparadoras, la
preeminencia de una u otra función se complementa en aquellas áreas en donde de
hecho se produce una clara superposición normativa.
El problema subsiste en aquellas otras situaciones en las que es posible detectar
lagunas normativas producidas por la inexistencia de reglas aplicables de uno u otro

24
sistema o frente a la falta de un efectivo control del margen de discrecionalidad con
que puede actuar un estado en situaciones de emergencia (violencia interna, conmoción
interior, etc.). Los recientes intentos de canalizar la ayuda humanitaria a través de la
intervención del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha puesto de manifiesto
la vulnerabilidad de t oda acción relativa a la aplicación del DIH por parte de órganos
altamente politizados. El contralor de la aplicación del DIH necesita inexorablemente
de un alto grado de credibilidad en cuanto a la neutralidad y transparencia del accionar
de aquellos con responsabilidad sobre su implementación y observancia (potencias
protectoras, CICR).
De esta semblanza general relativa a las similitudes y diferencias entre el DIH
y los derechos humanos es posible concluir que cada sistema se ha desarrollado a través
de estructuras jurídicas separadas, dentro de ámbitos de validez y aplicación claramente
distinguibles y con esquemas propios relativos tanto a sus controles internacionales
como a sus implementaciones internas. Existe una convergencia en los intereses y
objetivos perseguidos por ambos sistemas en cuanto a asegurar la protección debida de
todos los individuos en toda circunstancia. Esta convergencia, en los hechos, ha
provocado reiteraciones normativas que aparecen reflejadas en el contenido especifico
de normas de uno y otro derecho. Esta reiteración de contenidos permite el cumplir con
los objetivos perseguidos desde distintos esquemas de implementación impuestos por
el DIH y por el derecho internacional de los derechos humanos.
Es evidente la necesidad de una coordinación y sistematización que permita,
más que solucionar los problemas de superposición normativa, el contemplar aquellas
situaciones no abarcadas por uno u otro sistema o aquellas otras situaciones en las que
se tolera el ejercicio de un desmesurado margen de discreción por parte del estado. El
problema de las lagunas de derecho con relación a situaciones derivadas de violencia
interna, conmociones interiores o estados de excepción, ha comenzado a tener
respuesta en ciertas y determinadas actitudes asumidas por los estados a partir de sus
prácticas reiteradas tendientes a la generación de normas consuetudinarias.

25
Un claro ejemplo de esta tendencia se relaciona con la extensión de la aplicación
de normas convencionales previstas para conflictos armados internacionales que se
aplicarían no solo a los conflictos armados internos, sino que incluso abarcarían
situaciones de emergencia interna. La Declaración final de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Derechos Humanos (Viena 1993), insta a los Estados a
coordinar esfuerzos tendientes a asegurar la observancia de los derechos humanos
durante los conflictos armados. Por nuestra parte nos permitimos llamar la atención
sobre la necesidad de coordinar los avances y desarrollos logrados en un sistema a
efectos de provocar su inmediata recepción en el otro. De la interdependencia entre uno
y otro sistema surgirá eventualmente un esquema de control perfectible frente al
potencial ejercicio arbitrario de las facultades inherentes al estado.
En este sentido consideramos que deberían instrumentarse mecanismos que,
actuando como vasos comunicantes, permitan que la extensión y alcance de los logros
o avances normativos dentro de un esquema jurídico, penetren en el otro sistema a
efectos de consolidar la debida protección de toda persona afectada por el uso de la
fuerza armada independientemente del grado o intensidad de esa fuerza o de la eventual
definición de una situación particular como conflicto armado. El derecho internacional
de los derechos humanos está hoy día orientado a consolidar el valor universal e
indivisible de sus derechos y garantías básicas. A su vez la evolución natural de los
derechos humanos tiende a perseguir el bienestar del ser humano a través de la
observancia de nuevas generaciones de derechos.
El DIH continúa teniendo como objetivo mediato la generación de nuevas
restricciones al poder discrecional del estado en el uso de la fuerza a efectos de
atemperar sufrimientos innecesarios. El equilibrio entre la necesidad mi litar y la debida
protección de las personas afectadas por un conflicto, sigue siendo el problema central
en el que se debate todo avance normativo del DIH. Si bien estas orientaciones
presuponen la utilización de criterios y estrategias diferentes relativas a futuras
implementaciones del DIH y del derecho internacional de los derechos humanos, en la
actualidad se percibe el surgimiento de una filosofía común a ambos sistemas tendiente

26
a consolidar sus valores intrínsecos relativos a la protección debida a toda persona en
cualquier circunstancia. Una creciente interdependencia en las temáticas comunes del
DIH y de los derechos humanos ha logrado instalar en la comunidad internacional una
cierta expectativa sobre la necesidad y conveniencia de eventuales aplicaciones
complementarias, por de pronto dentro de sus respectivos ámbitos de convergencia
normativa y fáctica.

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CONCLUSIÓN.
Es importante hacer la distinción entre Derecho internacional humanitario y
Derecho de los derechos humanos. Aunque algunas de sus normas son similares, estas
dos ramas del Derecho internacional se han desarrollado por separado y figuran en
tratados diferentes. En particular, el Derecho de los derechos humanos, a diferencia del
DIH, es aplicable en tiempo de paz y muchas de sus disposiciones pueden ser
suspendidas durante un conflicto armado. El DIH cubre dos ámbitos: La protección de
las personas que no participan en las hostilidades. Y una serie de restricciones de los
medios de guerra, especialmente las armas, y de los métodos de guerra, como son
ciertas tácticas militares (por ejemplo, utilizar uniformes o distintivos del ejército
enemigo durante la batalla, táctica que, por cierto, era utilizada por los alemanes en
ciertas ocasiones durante la Segunda Guerra Mundial).
El DIH prevé la obligación de los estados de “respetar” y “hacer respetar” sus
normas (art. 1 común a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949). La relación jurídica
que se genera convencionalmente, vincula a los estados entre sí. Cada estado parte en
los Convenios de Ginebra de 1949 se obliga a respetar y a hacer respetar a los demás
estados parte la plena vigencia de sus enunciados normativos. En la práctica, los
estados han sido renuentes a manifestar su intención de cuestionar a los estados
violadores del DIH. En este sentido la posición asumida por terceros estados respecto
de los conflictos armados ha sido generalmente la de impulsar la prevención de nuevas
o reiteradas violaciones.
Convergen así dos tendencias claramente identificables, la preventiva y la
reparadora. La observancia de los derechos humanos se centraliza en la función
reparadora mientras que el DIH cumple una acción eminentemente preventiva. Por esta
razón la difusión del DIH es vital a efectos de diseminar el contenido de sus normas en
protección de potenciales víctimas de los conflictos armados. No obstante, con el
desarrollo actual del derecho internacional público contemporáneo signado por la
proliferación de los derechos humanos y la disminución de los conflictos bélicos, los

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principios de ambas ramas del derecho tienden a acercarse siendo los principios de
derecho humanos el paraguas rector del derecho internacional humanitario.
En particular, está prohibido matar o herir a un adversario que haya depuesto
las armas o que esté fuera de combate. Mutilar o mancillar los cuerpos de los soldados
caídos está también prohibido por estas convenciones. El DIH prohíbe, entre otras
cosas, los medios y los métodos militares que: No distinguen entre las personas que
participan en los combates y las personas que no toman parte en los combates, a fin de
respetar la vida de la población civil, de las personas civiles y los bienes civiles; causan
daños superfluos o sufrimientos innecesarios; y causan daños graves y duraderos al
medio ambiente. El DIH ha prohibido el uso de muchas armas, incluidas las balas
explosivas, las armas químicas y biológicas, las armas láser que causan ceguera y las
minas antipersonas.
Los conflictos armados internos e internacionales son el más cruel de los hechos
en el siglo XX. A pesar de todos los esfuerzos que se han realizado para colocar la
negociación pacífica en forma permanente en el lugar del recurso a las armas, sigue
aumentando el saldo de sufrimientos humanos, muerte y destrucción que
inevitablemente produce la guerra. La prevención del conflicto armado es, y debe
permanecer, el primer objetivo de la cooperación internacional. El segundo es preservar
a la humanidad ante las realidades de la guerra. Este es el objeto del derecho
internacional humanitario.
En poco más de un siglo, se ha establecido un impresionante cuerpo
convencional de derecho internacional humanitario. Actualmente existen limitaciones
claras de los tipos de acción que se tolerarán en los conflictos armados. No obstante,
los tratados y convenciones aun solemnemente ratificados no pueden salvar vidas,
prevenir los malos tratos o proteger los bienes de las personas inocentes a menos que
exista la voluntad de aplicar esos acuerdos en todas las circunstancias, ni tendrán efecto
a menos que todos los directamente involucrados tanto combatientes como civiles se
den cuenta de que lo esencial es el respeto de los derechos humanos fundamentales.

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Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Cuadernos de
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