Tarea 1 Derecho Civil Iii Kelvin Diaz

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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

ESCUELA CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS

ASIGNATURA:

DERECHO CIVIL III (RESPONSABILIDADES CIVIL)

PARTICIPANTE:

KELVIN DARIO DIAZ LARA

MATRÍCULA:

100064180

FACILITADOR

VINICIO RESTITUYO M.A

CORREO:

100064180 @p.uapa.edu.do

TAREA

#1

RECINTO SANTO DOMINGO


REPÚBLICA DOMINICANA
15 MAYO, 2024

1
DERECHO CIVIL III
(RESPONSABILIDADES
CIVIL)

2
INTRODUCCIÓN

Bienvenidos a la unidad 1 de esta semana donde estaremos realizando algunas


actividades indicadas por el facilitador Vinicio Restituyo, lo cual indica leer una
sentencia y analizarla, luego expresar lo aprendido, también nos indica realizar el
objetivo de aprendizaje colgado en la plataforma.
Para entender la Responsabilidad Civil hay que tomar en consideración las
obligaciones y derechos que surgen en el diario vivir jurídico de las personas. Se
habla, pues de los contratos en los cuales las partes que manifiestan su voluntad
asumen obligaciones contraídas y de aquellas obligaciones que surgen por la
actuación de una persona que comete una falta sea por voluntad propia o por su
imprudencia. En fin, se habla de la Responsabilidad civil contractual, que emana
del incumplimiento de un contrato y la extracontractual que emana de un delito o
en un cuasi delito.
Veamos más La Sentencia elegida de forma aleatoria, fue la de un caso de
repartición de bienes en herencia, el cual fue llevado en primera instancia y en
apelación en Santiago, y sometido a la Suprema Corte de Justica, como corte de
casación por la parte interesada. Detalles a continuación……

OBJETIVO ESPECIFICOS:
1. Aprender a analizar una sentencia.
2. Identificar los pasos que conllevan la sentencias.
3. Mostrar dominio de los fundamentos principales de la responsabilidad civil.

3
Distinguido participante:
Se te presenta en esta unidad un objeto de aprendizaje, luego de realizado el
objeto de aprendizaje, como primera actividad tienes la búsqueda de una
sentencia para analizar. En la parte donde están ubicado los materiales al inicio de
la presentación de esta asignatura, encontraras la ficha para analizar la sentencia.
Luego de realizar el análisis, a modo de conclusión expresarás lo que has
aprendido.

4
5
Sentencia No. 308
Grimilda Acosta de Subero, secretaria general de la Suprema Corte de Justicia,
Certifica:
Que en los archivos a su cargo hay un expediente que contiene una sentencia de
fecha 20 de abril de 2016, que dice así:
SALA CIVIL y COMERCIAL
Audiencia pública del 20 de abril de 2016 Casa
Preside: Julio César Castaños Guzmán
Dios, Patria y Libertad
En Nombre de la República, la Sala Civil y Comercial de la Suprema Corte de
Justicia, actuando como Corte de Casación, dicta en audiencia pública la
sentencia siguiente:
Sobre el recurso de casación interpuesto por Cándida Altagracia Espinal,
dominicana, mayor de edad, soltera, portadora de la cédula de identidad y
electoral núm. 0310018333-8, domiciliada y residente en la calle B núm. 1, Los
Cerros de Gurabo de la ciudad de Santiago, contra la sentencia civil núm. 358-
2002-00317, dictada el 12 de
noviembre de 2002, por la Cámara Civil y Comercial de la
Corte de Apelación del Departamento Judicial de Santiago, cuyo dispositivo se
copia más adelante;
Oído al alguacil de turno en la lectura del rol;
Oído en la lectura de sus conclusiones a los Licdos. Pascual Soto y Eusebio
Ramírez, abogados de la parte recurrida Félix Miguel Rolando Aybar Espinal,
Nancy Yolanda del Carmen Aybar Espinal, Ana Octavia Hermenegilda Espinal,
María Margorys Parra Espinal y Belinda del Rosario Parra Espinal;
Oído el dictamen del Magistrado Procurador General de la República, el cual
termina así:
“Que procede RECHAZAR el recurso de casación interpuesto por CÁNDIDA
ALTAGRACIA ESPINAL Contra la sentencia No. 358-2002-00317 de fecha 12 de
diciembre del año 2002, dictada por la Cámara Civil y Comercial de la Corte de
Apelación del Departamento Judicial de Santiago”;
Visto el memorial de casación depositado en la Secretaría General de la Suprema
Corte de Justicia, el 29 marzo de 2003, suscrito por los Licdos. Rafael Felipe
Echavarría y Richard Manuel Checo Blanco, abogados de la parte recurrente
Cándida Altagracia

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Espinal, en el cual se invocan los medios de casación que se indican más
adelante;
Visto el memorial de defensa depositado en la Secretaría General de la Suprema
Corte de Justicia, el 16 de julio de 2003, suscrito por el Lic. Eusebio Teófilo
Ramírez Vásquez, abogado de la parte recurrida Félix Miguel Rolando Aybar
Espinal, Nancy Yolanda del Carmen Aybar Espinal, Ana Octavia Hermenegilda
Espinal, María Margorys Parra Espinal y Belinda del Rosario Parra Espinal;
Vistos, la Constitución de la República, los Tratados Internacionales de Derechos
Humanos de los cuales la República Dominicana es signataria, las decisiones
dictadas en materia constitucional; la Ley núm. 25 del 15 de octubre de 1991,
modificada por la Ley núm. 156 del 10 de julio de 1997, y los artículos 1, 20 y 65
de la Ley núm. 3726, sobre Procedimiento de Casación, de fecha 29 de diciembre
de 1953, modificada por la Ley núm. 491-08 de fecha 19 de diciembre de 2008;
La CORTE, en audiencia pública del 25 de febrero de 2004, estando presentes los
jueces
Rafael Luciano Pichardo, Presidente; Margarita Tavares, Eglys Margarita
Esmurdoc, Ana
Rosa Bergés Dreyfous y José E. Hernández Machado, asistidos de la secretaria;
Visto el auto dictado el 18 de abril de 2016, por el magistrado Julio César
Castaños Guzmán, Presidente de la Sala Civil y Comercial de la Suprema Corte
de Justicia, por medio del cual se llama a sí mismo, en su indicada calidad, y a los
magistrados Martha Olga García Santamaría, José Alberto Cruceta Almánzar y
Francisco Antonio Jerez Mena, jueces de esta Sala, para integrar la misma en la
deliberación y fallo del recurso de casación de que se trata, de conformidad con la
Ley núm. 926 del 21 de julio de 1935, reformada por el artículo 2 de la Ley núm.
294 de fecha 20 de mayo de 1940; y después de haber deliberado los jueces
signatarios de este fallo;
Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que la
misma se refiere consta que: a) con motivo de la demanda en partición de bienes
sucesorales interpuesta por los señores Félix Miguel Rolando Aybar Espinal,
Nancy Yolanda del Carmen Aybar Espinal, Ana Octavia Hermenegilda Espinal,
María Margorys Parra Espinal y Belinda del Rosario Parra Espinal contra la señora
Cándida Altagracia Espinal, la
Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del
Distrito Judicial de Santiago dictó la fecha 31 de julio de 2001, la sentencia núm.
0433-2001, cuyo dispositivo copiado textualmente es el siguiente:

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“PRIMERO: Declara buena y válida en cuanto a la forma la presente demanda en
partición de bienes sucesorales, interpuesta por FÉLIX MIGUEL ROLANDO
AYBAR
ESPINAL, NANCY YOLANDA DEL CARMEN AYBAR ESPINAL, ANA OCTAVIA
HERMENEGILDA ESPINAL, MARÍA MARGORYS PARRA ESPINAL Y BELINDA
DEL ROSARIO PARRA ESPINAL, contra la señora CÁNDIDA ESPINAL
PORTORREAL,
notificada por acto No. 45/2001 de fecha 16 de febrero dl 2001, del ministerial
ABDIEL JOSÉ ÁLVAREZ, por haber sido interpuesta de conformidad con las
reglas procésales de la materia; SEGUNDO: Ordena la partición y liquidación de
los bienes de los finados FELIPE ESPINAL Y ANA JOAQUINA PORTORREAL,
entre sus legítimos herederos señores ANA OCTAVIA HERMENEGILDA
ESPINAL, FÉLIX MIGUEL ROLANDO AYBAR ESPINAL y NANCY YOLANDA
DEL CARMEN AYBAR ESPINAL, en representación de
ANA AMELIA MORAIMA ESPINAL PORTORREAL; MARÍA MARGORYS PARRA
ESPINAL Y BELINDA DEL ROSARIO PARRA ESPINAL, en
representación de JUANA ANTONIA CONSUELO ESPINAL PORTORREAL;
TERCERO: Designa al LICDO. JORGE SÁNCHEZ ÁLVAREZ, para que en
su calidad de notario por ante él se lleve a efecto las operaciones de cuenta,
partición y liquidación del bien del finado
FELIPE ESPINAL; CUARTO: Designa como perito a JUAN ANTONIO REYES
UREÑA, para que previo juramento de ley por ante nos, juez que nos
comisionamos al efecto, examine el inmueble que integra la sucesión de que se
trata, proceda a la formación de los lotes, indique si son o no de cómoda división
en naturaleza y tase el valor de los mismos indicando el precio de licitación para el
caso en que fuera necesario;
QUINTO: Dispone el pago de las costas del procedimiento a cargo de la masa a
partir, distrayéndolas en provecho del LICDO. EUSEBIO RAMÍREZ, abogado que
afirma estarlas avanzando”; b) que no conforme con dicha decisión interpuso
formal recurso de apelación contra la misma, la señora Cándida Altagracia
Espinal, mediante acto núm.
44/01, de fecha 12 de septiembre de 2001, instrumentado por el ministerial Víctor
Ramón
Infante Páez, alguacil de estrados de la Primera Sala Penal del Juzgado de
Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago, en ocasión del cual la Cámara
Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de Santiago
dictó el 12 de noviembre de 2002, la sentencia civil núm. 358-2002-00317, cuyo
dispositivo copiado textualmente es el siguiente:

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“PRIMERO: DECLARA, nulo y sin efecto jurídico alguno, el Recurso de Apelación
interpuesto por la señora CÁNDIDA ALTAGRACIA ESPINAL, contra la Sentencia
Civil
Número 0433-2001, dictada en fecha Treintiuno (31) del mes de Julio del año Dos
Mil Uno
(2001), por la Tercera Sala de la Cámara Civil Y Comercial del Juzgado de
Primera
Instancia del Distrito Judicial de Santiago; SEGUNDO: COMPENSA las costas”;
Considerando que la recurrente propone, contra la sentencia impugnada, los
siguientes medios de casación: “Primer Medio: Violación al principio constitucional
de que la Ley es igual para todos, Art. 8, numeral 5, de la Constitución de la
República Dominicana; Segundo Medio: Violación al principio de que el juez no
puede fallar ni ultra petite ni extra petite; Tercer Medio: Violación al artículo 37 de
la Ley 834 del 15 de julio de 1978, y al principio de que no hay nulidad sin agravio”
(sic);
Considerando, que en el desarrollo de sus tres medios de casación, reunidos por
su estrecha vinculación, la parte recurrente alega que la corte a-qua no podía
declarar la nulidad de su acto de apelación en base a que no había sido notificado
a persona o a domicilio como lo establecen los artículos 68, 69 y 456 del Código
de Procedimiento Civil, puesto que su contraparte nunca le notificó la ubicación de
su domicilio y además, en su acto introductivo de la demanda original, había
elegido domicilio en el estudio de sus abogados; que la nulidad pronunciada por la
corte a-qua nunca fue solicitada por ninguna de las partes envueltas en el litigio,
por lo que dicho tribunal incurrió en un fallo extra y ultra petite; que, finalmente, la
supuesta irregularidad retenida por dicho tribunal no causó agravio ni perjuicio
alguno a su contraparte porque además de que ellos no lo invocaron,
comparecieron atendiendo al emplazamiento y formularon sus conclusiones y
medios de defensa en cuanto al recurso contenido en el mismo;
Considerando, que de la revisión de la sentencia impugnada se advierte que: a) la
corte aqua estaba apoderada de un recurso de apelación interpuesto por Cándida
Altagracia Espinal contra la sentencia civil núm. 433-2001, dictada el 31 de julio de
2001, por la
Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del
Distrito Judicial de Santiago, mediante la cual se acogió una demanda en partición
interpuesta en su contra por Félix Miguel Rolando Aybar Espinal, Nancy Yolanda
del Carmen Aybar Espinal, Ana Octavia Hermenegilda Espinal, María Margorys
Parra Espinal y Belinda del
Rosario Parra Espinal, mediante acto núm. 44/01, instrumentado el 12 de
septiembre de 2001, por el ministerial Víctor Ramón Infante Páez alguacil de

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estrados de la Primera Sala de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia
del Distrito Judicial de Santiago;
b) por ante dicho tribunal comparecieron ambas partes y en la última audiencia
celebrada, la apelante concluyó solicitando la revocación de la sentencia apelada
mientras que los recurridos concluyeron solicitando el rechazo de dichas
pretensiones y la ratificación del dispositivo de la sentencia apelada; c) la corte a-
qua pronunció de oficio, la nulidad del recurso de apelación del cual estaba
apoderada por los motivos siguientes: “que examinado el acto número 44/01 de
fecha doce (12) del mes de septiembre del año dos mil uno (2001), del ministerial
Víctor Ramón Infante Páez, esta Corte de Apelación ha podido verificar que en la
parte relativa al traslado que realiza el ministerial actuante este señala:
Expresamente: Me he trasladado, al edificio marcado con el número 79 segunda
planta de la calle Boy Scout de esta ciudad de Santiago de los Caballeros que es
donde tiene su estudio profesional el Licdo. Eusebio Ramírez Vásquez, abogado
constituido de mis requeridos Félix Miguel Rolando Aybar Espinal, Nancy Yolanda
del Carmen Aybar
Espinal, Ana Octavia Hermenegilda Espinal, María Margorys Parra Espinal y
Belinda del Rosario Parra Espinal, y una vez allí hablando con Marcelina Santos
en su calidad de vecina de mi requerida, según me dijo ser, respecto a los
licenciados indicados, les he notificado a mis requeridos que por medio del
presente acto mi requirente interpone formal recurso de apelación contra la
sentencia civil No. 433-2001 de fecha treinta y uno (31) del mes de julio del año
dos mil uno (2001), dictada por la Cámara Civil y Comercial de la Tercera
Circunscripción del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de
Santiago, y en consecuencia emplaza a cada uno de ellos, Felix Miguel Rolando
Aybar
Espinal, Nancy Yolanda del Carmen Aybar Espinal, Ana Octavia Hermenegilda
Espinal,
María Margorys Parra Espinal y Belinda del Rosario Parra Espinal, para que en la
octava franca de la ley más el aumento en razón de la distancia, comparezcan en
la forma legal, por ante la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación del
Distrito Judicial de Santiago, en sus atribuciones civiles, a las 9:00 horas de la
mañana el cual celebra sus audiencias en uno de los salones de la cuarta planta
del palacio de Justicia de Santiago Federico C. Álvarez, ubicado en la manzana
formada por las calles 27 de Febrero, avenida Circunvalación, calle E. Guerrero y
4 del sector del ensanche Román, audiencia a la cual mis requeridos deberán
comparecer personalmente o por presentación de abogado o de lo contrario se
pedirá defecto en su contra; que las formalidades para la notificación de los actos
introducidos de instancia y entre ellos los que introducen el recurso de apelación,
por abrir estos últimos una nueva instancia, no pueden ser sustituidas por otras, ni
vulneradas ni desconocidas; formalidades que además de abarcar aquellas del
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lugar donde residen las personas a las cuales se puede hacer la notificación,
comprenden aquellos relativos a los requisitos de la capacidad del poder para
demandar en justicia, y por tanto para intentar y recibir el acto que introduce la
instancia, en la especie el recurso de apelación, criterio que la jurisprudencia es
constante y reiterativa en señalar; Que el artículo 456, del Código de
Procedimiento Civil, establece por principio, que el acto de apelación además de
contener emplazamiento en los términos de la ley, se debe notificar a las personas
o en el domicilio del recurrido, que reproduce en términos generales las
disposiciones del artículo 68 del Código de Procedimiento Civil, a pena de nulidad,
lo que no ha ocurrido en el caso de la especie; que para que toda persona pueda
recibir la notificación del recurso de apelación, distinta del intimado o recurrido,
debe encontrarse en el domicilio de dicho recurrido en la forma que prescriben los
artículos 68 y 456 del Código de Procedimiento Civil, y salvo que se trate del
mismo intimado o recurrido, toda otra persona en lugares y circunstancias
diferentes, debe estar provista del poder o mandato expreso y correspondiente
para que reciba válidamente la notificación del acto introducido de instancia, y por
ende el acto del recurso de apelación, dentro y conforme a las disposiciones
previstas por el artículo 69, del mismo Código de Procedimiento Civil; que el
recurso así interpuesto, notificado en la persona o en el domicilio del abogado, en
violación a las disposiciones de los artículos 68, 69 párrafo séptimo y 456 del
Código de Procedimiento Civil, constituye una violación a la regla del debido
proceso de ley, consagrado en el artículo 8, párrafo 2, literal J de la Constitución
de la República; que los jueces y tribunales, en sus atribuciones de guardianes de
la Constitución de la República, deben suplir de oficio todo medio que resulta de la
vulneración de los cánones constitucionales, en particular de aquellos que
consagran derechos esenciales de las personas, como resultan en la especie”;
Considerando, que si bien ha sido juzgado por esta Sala Civil y Comercial de la
Suprema Corte de Justicia que las formalidades para la interposición de los
recursos son sustanciales y no pueden ser sustituidas por otras, también se ha
estatuido en múltiples ocasiones que la sanción a su incumplimiento, la nulidad del
acto, solo puede ser pronunciada cuando la misma ha causado un agravio al
destinatario del mismo1; que, en ese mismo sentido, se ha considerado que las
formas procesales que deben ser observadas por las partes en el curso de un
litigio, son aquéllas precisiones que rigen acerca del modo, lugar y tiempo en que
deben realizarse los actos del proceso, cuya finalidad es permitir el ejercicio del
derecho de defensa de las partes y que, cuando una de las partes ha incumplido
alguna de las formas procesales previstas, lo que el juez debe verificar es su
efecto, si dicha omisión ha causado una violación al derecho de defensa; que
cuando el destinatario del acto de emplazamiento comparece ante el tribunal y
ejerce oportunamente su derecho de defensa sin que se compruebe el agravio
causado por la irregularidad, el tribunal apoderado no puede declarar la nulidad
correspondiente sin incurrir en la violación al artículo 37 de la Ley No. 834 de
1978, que consagra la máxima “no hay nulidad sin agravio” y a cuyo tenor la
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nulidad de los actos de 1 por ejemplo, ver sentencia núm. 27, del 26 de octubre
de 2011, 1ra. Sala, S.C.J., B.J. 1121, procedimiento por vicios de forma, no puede
ser pronunciada sino cuando el adversario que la invoca pruebe el agravio que le
causa la irregularidad, aun cuando se trate de una formalidad sustancial o de
orden público2 o incluso, como en este caso, esté vinculada al debido proceso y la
protección al derecho de defensa, puesto que lo esencial es la tutela de dichos
derechos en el caso concreto si se comprueba que los mismos han sido
vulnerados; que, en el estado actual de nuestro derecho, que se inclina cada vez
más a la eliminación de las formalidades excesivas en los actos de procedimiento,
la máxima “no hay nulidad sin agravios” se ha convertido en una regla jurídica
para las nulidades que resultan de una irregularidad de forma, regla que ha sido
consagrada por el legislador en el artículo 37 de la Ley No. 834 de 1978; que el
pronunciamiento de la nulidad, resulta inoperante, cuando los principios supremos
establecidos al respecto en nuestra Constitución, dirigidos a “asegurar un juicio
imparcial y el ejercicio del derecho de defensa”, son cumplidos; que, en
consecuencia, ningún acto de procedimiento puede ser declarado nulo en virtud
de dicha regla, si reúne sustancialmente las condiciones necesarias para cumplir
su objeto, especialmente, si llega realmente a su destinatario y si no causa lesión
en su derecho de defensa.
Considerando, que tales criterios jurisprudenciales han sido ratificados por el
Tribunal
Constitucional de la República en un caso similar al de la especie al juzgar lo
siguiente:
“IRS argumenta que se violó su derecho de defensa al no acogerse la excepción
de nulidad planteada por ella bajo el argumento de que la notificación del recurso
de apelación no fue realizada a persona o domicilio, conforme lo establece el
artículo 456 del
Código de Procedimiento Civil. Dicho argumento fue desestimado tanto por la
Corte de Apelación como por la Suprema Corte de Justicia, en razón de que, en
aplicación del artículo 37 del referido Código de Procedimiento Civil, solo si esta
irregularidad produce algún agravio, el tribunal apoderado debe pronunciar la
nulidad del acto de notificación. b. Para que se verifique una violación a su
derecho de defensa, la recurrente tendría que haberse visto impedida de
defenderse y de presentar conclusiones en audiencia durante el proceso de
apelación. No obstante, a pesar de la notificación irregular, la recurrente
compareció, solicitó las medidas que estimó de lugar y pudo defender sus
intereses al concluir sobre el fondo. c. En tal sentido, el tribunal apoderado al
verificar que no se produjo una violación a su derecho de defensa y, por tanto, no
hubo agravio, hizo una aplicación de las disposiciones legales vigentes
correspondientes, y procedió a rechazar la excepción planteada; haciendo una
aplicación correcta de la normativa correspondiente, como confirmó la Suprema

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Corte de Justicia. d. Por tanto, el presente recurso debe ser rechazado, en razón
de que la aplicación de la norma que hizo la Suprema Corte de Justicia, fue
correcta y no produjo la violación del derecho de defensa de la recurrente.
Considerando, que como en la especie la corte a-qua decretó oficiosamente la
nulidad del acto contentivo del recurso de apelación del cual estaba apoderada,
sin comprobar que la irregularidad retenida haya causado ningún agravio a la
parte apelada, quien, como ciertamente aduce el actual recurrente, ejerció
plenamente su derecho de defensa, constituyendo abogado oportunamente,
asistiendo a las audiencias y planteando las conclusiones que entendió de su
interés sin nunca haber propuesto ninguna excepción fundamentada en que la
notificación del recurso en el estudio de su abogado constituía una causal de
nulidad del recurso, es evidente que dicho tribunal incurrió en una violación al
artículo 37 de la Ley 834, del 15 de julio de 1978, razón por la cual procede acoger
el presente recurso y casar la sentencia impugnada;
Considerando, que procede compensar las costas, por tratarse de la violación de
reglas procesales cuyo cumplimiento está a cargo de los jueces, conforme lo
permite el numeral 3 del artículo 65, de la ley 3726, de fecha 29 de diciembre de
1953, sobre procedimiento de casación.
Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia civil núm. 358-2002- 00317, dictada
en fecha 12 de noviembre de 2002, por la Cámara Civil y Comercial de la Corte de
Apelación del Departamento Judicial de Santiago, cuyo dispositivo ha sido copiado
en parte anterior del presente fallo y, envía el asunto por ante la Cámara Civil y
Comercial de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de La Vega, en las
mismas atribuciones; Segundo:
Compensa las costas.
Así ha sido hecho y juzgado por la Sala Civil y Comercial de la Suprema Corte de
Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en su audiencia pública del 20
de abril de 2016, años 173º de la Independencia y 153º de la Restauración.
(Firmados): Julio César Castaños Guzmán. - Martha Olga García Santamaría. -
Francisco
Antonio Jerez Mena. -
La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los señores
Jueces que figuran al pie, en la audiencia pública del día, mes y año en ella
expresados, y fue firmada, leída y publicada por mí, secretaria general, que
certifico.
La presente copia se expide en Santo Domingo, Distrito Nacional, hoy 17 de mayo
de 2016, a solicitud de la parte interesada. Exonerada de pagos de impuestos y
sellos de

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Impuestos Internos.

CONCLUSION
Después de estudiar toda la sentencia, y con los pocos conocimientos que en esta
etapa tengo del asunto, he resaltado varios puntos al respecto, estos son los
siguientes:
1.-La Suprema Corte de Justicia, rechaza el recurso de casación interpuesto por la
interesada, con la intención de anular la sentencia dictada por la corte de
apelación de Santiago, ya que, según la Suprema, la interesada, quiere hacer ver
que la corte a-qua actúa contra la ley, ya que, según ella, no fue notificada
debidamente y cumpliendo todos los requisitos de ley, para tal proceso. Sin
embargo, tanto la corte a-qua, como la Suprema, le recuerdan, que, en tal
proceso, al que ella reclama no fue bien notificada, ella actuó libremente, en todo
momento, llevando el caso, y pruebas y demás requerimientos en el proceso de
apelación en Santiago.
Entiendo, que si ella la Señora Cándida, la interesada, al momento de iniciar la
apelación, debió poner eso puntos a los que se refiere en casación, ya que, no
tiene sentido, realizar todo el proceso, y luego al verse contra las rejas, sin
ganancia de causa por la corte, querer someter un proceso de casación en contra
de la sentencia en apelación, en el mismo proceso que ella llevó de principio a fin.
2.-En este caso, se ha llegado al final, ya que la señora Cándida, fue demanda por
una serie de personas familiares de los fallecidos, para la partición de los bienes
sucesorales, y en primera instancia fue sentenciada a cumplir con la partición, en
la corte de apelación de Santiago, fue rechazado el sometimiento interpuesto por
ella a esa corte, y en última instancia, la Suprema Corte de Justicia, fue
nuevamente rechazada su pretensión de anular la sentencia de la corte a-qua. Por
lo que ese caso culmina en ese mismo instante, y solo le queda acatar la
sentencia en primera instancia y ratificada en apelación.
3.- la Suprema, le desmonto cada uno de sus argumentos, uno por uno, apegados
a la ley, a la constitución, de una manera magistral, directa, pero argumentativa,
para evitar malos entendidos.
Estoy emocionado, porque por primera vez, en mi vida, he leído una sentencia de
la Suprema, leerla, conocerla, ver cómo está estructurada una sentencia de este

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tipo, como van tumbando cada uno de los argumentos expuestos por la parte
interesada, es alucinante, cada día me enamoro más de esta carrera y no muy
lejos, estará mi nombre en una de esas sentencias, con uno de los roles del
proceso.
La señora Cándida y sus abogados, hicieron lo que entendieron mejor para su
causa, sin embargo, y viendo el resultado de las distintas instancias, me atrevo a
decir, que de lejos se veía que no contaba con el respaldo del derecho y la ley en
esta oportunidad, por lo que, yo Juan Contreras, en un momento como ese, con
un caso como ese, que a todo luz, se veía lo que venía, habría usado mis más
elocuentes dotes para armonizar un entendimiento entre las partes, donde mi
cliente, luego de explicarle detalladamente lo que puede venir, le explicaría las
bondades de buscar un entendimiento, donde las dos partes se irían ganando y
donde ella, saldría mejor que como le fue en el proceso descrito anteriormente.

BIBLIOGRAFIA
Código Civil Dominicano
https://poderjudicial.gob.do/consultas/consulta-de-sentencias/
Hernández, P. P. (2018). Responsabilidad civil. Universidad Abierta para Adultos

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