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Dia de Los Difuntos

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FESTIVIDAD DEL DÍA DE LOS DIFUNTOS EN LOS PUEBLOS ANDINOS

Wilma Condori Choquehuanca

En el mundo andino, la muerte se vive con un carácter festivo. Esto quiere decir, que el difunto debe ser
atendido de la mejor manera posible, por sus familiares, por lo que se llevan a cabo diversos rituales. El
Día de los Difuntos es una de las celebraciones más importantes en esta región de Los Andes. Se prepara
una mesa ritual, llamada "apxata" en lengua aymara, quiere decir colocar los alimentos y bebidas que le
gustaban al difunto. Esta ofrenda simboliza la presencia y el recuerdo del ser querido.

La festividad del Día de los Difuntos reafirma los valores que unen a los miembros de la familia y a la
comunidad. Es la fiesta mayor del tiempo de las lluvias (noviembre), capaz de interesar a propios y
extraños, representa un atractivo cultural de excepcional valía para el turismo internacional y nacional,
capaz de motivar desplazamientos de mercados emisores de larga distancia, ya sea por sí solo o en
asociación con otros atractivos contiguos. La singularidad de la festividad del Día de los Difuntos la
convierte en un destino irresistible, capaz de crear y disfrutar experiencias únicas.

En definitiva, el Día de los Difuntos es una celebración llena de significado que refleja la riqueza de la
diversidad cultural y la profunda conexión que existe entre los pueblos andinos y sus ancestros.

CONCEPTO

Es una festividad espiritual de naturaleza mística, tradicional, religioso y social; que recuerda a todos los
difuntos: abuelos, abuelas, niños, niñas, jóvenes, padres y madres. Esta celebración se realiza anualmente
desde el 1 de noviembre hasta el último día de la semana, recordando a sus difuntos.

En definitiva, el Día de los Difuntos es una festividad integral que tiene un profundo significado social,
cultural, económico, territorial y educativo. Ante todo, es una celebración que fortalece la identidad cultural
andina y transmite valores de respeto, memoria, agradecimiento y conexión con la comunidad y el territorio.

IMPORTANCIA

el desarrollo de toda las actividades por el día de los difuntos adquiere una importancia desde diferentes
aspectos:

Importancia Social. Porque reúne a toda la familia doliente, tanto cercana como lejana, fortaleciendo los
lazos familiares y el sentido de pertenencia. En estas fechas festivas, los residentes en países extranjeros
y del interior del país retornan a la comunidad, generando un reencuentro con sus raíces y seres queridos,
propiciando la armonía familiar y transmitiendo al mismo tiempo la memoria de generación en generación.

Importancia Cultural. Reafirma las tradiciones y valores espirituales de las sociedades, familias y personas
de la cultura andina, fortaleciendo su identidad cultural. Es una expresión tangible del sincretismo cultural
andino, que combina elementos ancestrales con la religiosidad católica. La festividad permite mantener
viva la memoria de los ancestros, honrando su legado y transmitiendo sus valores a las nuevas
generaciones.

Importancia Económica. Es una festividad dinamizadora de la economía nacional y local, generando un


importante movimiento económico en diversos sectores, por ejemplo, genera economía en los hornos,
panaderías, tiendas de ropa, floristerías, comercialización de frutas y otros sectores experimentan un
aumento en sus ventas durante esta época. Incluso, los albañiles, pintores de nichos tienen más trabajo
durante esas épocas.

El turismo también se ve beneficiado por la festividad, ya que atrae a visitantes nacionales e


internacionales que desean conocer y vivir esta tradición única.

Importancia Territorial. Para los pueblos andinos el territorio es mucho mas que un espacio físico, es una
entidad viva, con una profunda conexión espiritual y cultural, entonces la importancia territorial genera y
amplía la relación espiritual de las personas y la comunidad con los territorios donde se encuentran los
difuntos.

Importancia Educativa. El Día de Muertos permite a las nuevas generaciones conocer y comprender la
historia y la cultura de nuestros ancestros. Participando en la elaboración de altares, ofrendas y otras
actividades de valor cultural de la comunidad.

ORIGEN

El Día de Muertos hunde sus raíces en un pasado milenario, presente ya en las primeras culturas
formativas de Los Andes y América. Para estas culturas, la muerte no era un final, sino la transformación
del ser. Paredes Candia nos explica que, antiguamente, se embalsamaban los cadáveres con esmero,
envolviéndolos en vendas y tejidos de paja. Se les colocaba sentados en túmulos de fácil acceso, provistos
de sus pertenecias, alimentos y bebidas para que, al regresar el ajayu (alma) a su cuerpo, no le faltara
nada ni se dificultasen sus visitas y acciones en el más allá.

Esta visión ancestral de la muerte se vio enriquecida con la llegada de los españoles y la celebración
cristiana del Día de los muertos el 2 de noviembre. Esta fecha coincidía con la fiesta tradicional andina en
honor a los difuntos, creando una sinergia cultural única. Guaman Poma Ayala describe en su obra, cómo
se celebraba esta fiesta, “noviembre es el mes de la fiesta de los difuntos, en este mes sacan a los difuntos
de sus bóvedas que llaman pucullo y le dan de comer y de beber y le visten de vestidos ricos y le ponen
plumas en la cabeza y cantan y danzan con ellos y les ponen en unas andas y andan con ellos de casa en
casa, por las plazas y calles, después le meten en sus pucullos dándoles sus comidas en vajillas de oro y
plata al principal y al pobre en barro y gastan en esta fiesta mucho”.

De esta manera, el Día de Muertos se convierte en una amalgama de tradiciones ancestrales y creencias
cristianas, dando lugar a una celebración única que honra a los difuntos y mantiene viva la conexión con el
pasado.
CONCEPCIÓN AYMARA DEL ALMA

Tiempo cíclico-esferoidal. la fiesta del Día de los Difuntos se concibe como una continuación de las fiestas
del ciclo agrícola, que inicia cada año con el solsticio de invierno. En la visión de los aymaras, las almas
viajan hacia el oeste y vuelven cada año a su lugar de origen.

La inmortalidad de las almas. Para los aymaras y quechuas el alma es inmortal, si bien la vida física tiene
un final, la muerte se considera un tiempo de prolongación necesario que permite la vida eterna del
espíritu.

El retorno del ajayu. En estas fechas, las almas regresan de su largo y eterno viaje para compartir con sus
seres queridos familia y/o comunidad los suyos de la comunidad. Por esta razón, el difunto no deja de ser
un miembro más de la familia.

FASES CEREMONIALES DE LA FESTIVIDAD DEL DÍA DE LOS DIFUNTOS.

La festividad del Día de los Difuntos, en la cultura aymara se compone de diversas etapas rituales que se
pueden agrupar en diez faseas, que según como se analice puede ser mayor o menor.

1. Preparativos. Semanas antes, las familias realizan misas, alistan la casa y adquieren productos
agrícolas para la alimentación y para hacer rezar a sus difuntos.
2. Armado de la mesa. El 1 de noviembre al mediodía, se coloca la mesa con tanta wawas (panes
con forma de personas), cañas de azúcar, platos que gustaban al difunto, dulces, etc. en la casa
del difunto.
3. Encendido y prendido (naqtawi). Se realiza al mediodía del 1 de noviembre. Es un momento
espiritual que da inicio a la festividad. Se realiza en cada hogar y comunidad, participando
familiares y comunarios quienes acompañan llevando comida.
4. Velada diurna y nocturna. Durante esta primera jornada de día y de noche se recibe a los
rezadores y conjuntos de música, que visitan a cada casa donde hay mesas instaladas.
5. Visita al Cementerio. Generalmente se realiza el 2 de noviembre, en horas de la mañana. En
compañía de los familiares, se traslada la mesa preparada en casa al lecho del cementerio, donde
se reza por el alma del difunto y se le recuerda con cariño. Los rezadores de diversas
comunidades también acuden al cementerio para acompañar a las familias.
6. Almuerzo comunitario. Del cementerio, los acompañantes se dirigen a la casa del difunto, o a algún
campo abierto, donde los familiares y acompañantes invitan comidas de diversos gustos.
7. Rezo comunitario. Después del almuerzo, todos los acompañantes rezan en coro para el difunto,
pidiendo bienestar para los que quedan en vida. Los dolientes cercanos ofrecen a cambio panes,
cañas, frutas, comida, bebida, caballitos de pan y llamas de quinua.
8. Baile de familiares. Si es el tercer año, los familiares y las personas acompañantes de la
comunidad, acompañan con grupos de música de tarqueadas o pinquilladas, y bailan al son de la
música en señal de despedida del difunto. Desde este momento, ya no usan “ropa negra”.
9. Compartimiento social. Se ha hecho tradicional que la tarde del 2 de noviembre, los acompañantes
compartan socialmente bebidas y charlas amenas en el patio del difunto.
10. Despedida de las almas (kacharpaya). El 2 o 3 de noviembre, dependiendo de la región, se
despide a las almas hasta el próximo año. Durante este día sacuden las ropas de los familiares
cercanos para que las penas se alejen de la familia.
SIGNIFICADO CULTURAL DE LOS ELEMENTOS DE LA MESA

Llamitas de k’ispiña (de quinua). Simboliza a la recua de llamas que acompaña al difunto en su largo
viaje cíclico, cargando sus alimentos y panes.
Caballitos de pan. Al igual que la llama ayuda al difunto a cargar sus alimentos a lo largo de un año.
Escalera de pan. La escalera sirve a las almas para cruzar obstáculos como cerros, peñas y paredes
altas.
Caña de azúcar. La caña simboliza la sombra que requiere el alma para sus días de sol y lluvia.
Panes de “ofrenda”. Son panes en forma de aros que simboliza los ojos del alma.
Pan trenzado. Significa las trenzas de las imillas que se han muerto.
T’ant’a wawa. Son panes que representan los hijos muertos.
Corona de pan. Representa la corona de cristo; ya es parte del mestizaje cultural.
El ají. Por su fuerte aroma y picante, es el elemento de atracción de las almas.
Platos típicos. Se destaca el ají de arveja, el ají de fideo, la jallpa, la chhuchhuqa, el luxru y otros; se
dice que son los alimentos preferidos de las almas, independientemente de los platos favoritos.
Quispiña. Es el alimento tradicional de la época.
Flor “elección”, rosas, claveles, popelinas, etc.- Son las flores que adornan los lechos y las mesas de
los difuntos.
Frutas. Representa la variedad de frutas y cítricos que gustaba al difunto.
Cebolla con tuquru. Representa el bastón que necesita el difunto para apoyarse en su largo viaje del
año.
Hoja de coca. Si al difunto se gustaba pijchar la coca, se utiliza para hacer rezar con mucha llujt’a y
también como elemento de la suerte.
La vela. Es el símbolo que ilumina el camino del difunto.
Suspiros. Dulces rozados y de diversos colores que se usan por amor a los niños o niñas muertas.
Pasancalla. representa la diversidad de la alimentación andina.
Leche. Se usa actualmente para hacer rezar a los bebes muertos.
Bebidas. Se destacan las bebidas de la chicha, el alcohol, la garapiña, la k’usa y hoy la cerveza,
dependiendo de la región.
Otros.- En cada región o zona del altiplano y los valles, existen diversos elementos locales que marcan
la diferencia.
EL LUTO

Antiguamente, según Garcilazo de la Vega (Cronista de la Colonia), los Inkas no usaban la ropa negra
como luto, sino, el duelo se expresaba de dos formas: llevando vestimenta de color pardo y el recorte
del cabello.

Posteriomente, los españoles prohibieron esta tradición y en la época republicana (gobierno de Belzu)
se obliga a usar ropa negra solo durante esta festividad. El color negro antiguamente era sinónimo de
trabajo comunitario y de guerra.
TIPOS DE REZOS

El Phuluraña, son los rezos cantados por los niños ya sea individualmente o en grupo; el Padre
Nuestro, es el rezo cristiano que realizan generalmente los hombres risiris (los rezadores) ; el Ave
María, generalmente rezan las mujeres; el Rezo espontáneo, son los rezos que se hacen a la manera
del rezador; los Rezos en Coro, son rezos que se hacen cantando u orando, generalmente son los
grupos de músicos los que rezan de esta manera; los Rezos con Música, son los grupos de tocadores
suelen visitar a la casa del difunto y lo hacen tocando la tarka, el pinquillo o el quyqu.

INDUMENTARIA DEL REZADOR

El rezador (risisi), pueden ser de sexo femenino o masculino, personas de la tercera edad, adultos,
niños y niñas, estos personajes siempre en la mayoría llevan un mantel blanco o un saquillo en caso
de los hombres y las mujeres llevan un aguayo de colores. La gente que más reza son personas
mayores provenientes de las comunidades rurales, gente humilde que no tiene un pan que llevar a la
familia.
BAILES Y LA MÚSICA EN EL DÍA DE LOS DIFUNTOS

Los instrumentos musicales de esta época de lluvias son la tarka, el pinquillo y el quyqu, en sus
diversos tamaños. Mientras los bailes son acompañados por la melodía de estos instrumentos, las
mujeres bailan cargando t’ant’a wawas y los hombres cargando aguayos multicolores.
La Paz, 01 de marzo de 2024.

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