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Orden Colonial y Economía en América

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EL ORDEN SOCIAL COLONIAL

La conquista y colonización española y portuguesa durante los siglos XV al XVIII, llevaron a la destrucción de las estructuras
socio-productivas de las culturas nativas y su reemplazo por las ibéricas.
Se estableció una relación de superioridad inferioridad a partir de un orden social construido por los conquistadores sobre las
sociedades conquistadas mediante el establecimiento de relaciones económicas, políticas y culturales de dominación, que los
historiadores definen como nuevo orden colonial.
El orden colonial comenzó con la conquista y continuó con la creación de instituciones sociales que se impusieron sobre las
existentes en las sociedades sometidas. Fueron tantas las imposiciones que se establecieron desde la metrópoli, que hicieron
inevitable el uso permanente y sistemático de la violencia para mantener la dominación.
Desde la metrópoli se tomaban las decisiones que afectaban la vida de las colonias, el territorio y habitantes de las regiones.

Pero para España y el resto de los países europeos que invadieron el continente, de nada servía la ocupación de nuevos
territorios si no se organizaba un sistema colonial que garantizara la extracción de la mayor cantidad de riquezas que ofrecía
América. Los territorios debían ser declarados parte de los reinos europeos y organizados como colonias. En ellas se debía
instalar una serie de instituciones (políticas, económicas y religiosas) que sometieran las poblaciones indígenas al poder
europeo.
Ahora bien... ¿Cómo organizar un sistema colonial? El sistema colonial español se instaló en toda la región comprendida entre
México y el actual territorio argentino. En cada región invadida, los españoles fundaban una ciudad. Utilizando mano de obra
indígena o esclava, comenzaban a construir la plaza de la ciudad, las iglesias, las viviendas, etc. En cada fundación fue muy
importante la presencia de curas y religiosas católicos. Estos se encargaron de establecer contacto directo con los indígenas.
Algunos aprendieron sus idiomas y se informaron sobre sus religiones. Los religiosos españoles intentaron que las poblaciones
locales abandonaran sus cultos y sus creencias religiosas. Algunos de ellos se negaron rotundamente y, otros aceptaron
evangelizarse pero, cuando podían, seguían practicando sus cultos y creencias.
Los funcionarios debían establecerse en el territorio americano y crear un sistema político-institucional que les permitiera
controlar tanto al territorio invadido como a las poblaciones locales. Para ello, se crearon dos tipos de instituciones políticas
coloniales: los virreinatos y las gobernaciones. En la región mesoamericana (México e islas caribeñas), creó el Virreinato de
Nueva España. América del Sur fue gobernada y administrada por el Virreinato del Perú.

LA ECONOMÍA COLONIAL
América se convirtió en la principal fuente de recursos económicos para España y Portugal, y la organización del dominio
colonial tuvo como principal objetivo asegurar esta explotación. En las colonias españolas, la principal fuente de riquezas fueron
los metales preciosos, sobre todo la plata obtenida en los centros mineros de Zacatecas, en México, y de Potosí, en la actual
Bolivia.
En Hispanoamérica también se desarrollaron la agricultura y la ganadería, actividades que se llevaban a cabo en haciendas,
grandes propiedades de tierra en manos de españoles. La producción estaba orientada, sobre todo, al consumo interno de las
colonias, porque servía para abastecer de alimentos a las ciudades y a los centros mineros y de otros artículos requeridos por la
economía local, como mulas para las minas. En Centroamérica y el Caribe, la producción se organizó, en general, en
plantaciones, espacios dedicados al monocultivo de algún producto de exportación, como azúcar, cacao o café.
Por último, también se producían algunas manufacturas, por ejemplo, tejidos o artículos de madera o cerámica. Estos artículos
se realizaban de manera artesanal en las comunidades indígenas, en las ciudades o, a veces, también en obrajes, grandes
talleres en manos de los españoles.

EL SISTEMA COMERCIAL ESPAÑOL


La Corona española estableció un severo monopolio comercial que regía el intercambio con sus colonias. Este sistema disponía
que las colonias solo podían intercambiar bienes con España y, para el comercio, únicamente estaban autorizados algunos
grandes comerciantes y algunos puertos específicos: Sevilla y Cádiz (España), en Europa; Puerto Rico, La Española, Cuba,
Veracruz (México) y El Callao (Perú), en América.
A través de este sistema monopólico, España buscaba asegurarse la mayor cantidad de plata producida en América para
destinarla, sobre todo, al comercio con China, donde los europeos adquirían bienes de lujo, como seda o especias. Pero el
monopolio resultaba un sistema extremadamente costoso: los productos importados solo podían ingresar por algunos puertos
y, luego, debían ser trasladados por vías terrestres. Como consecuencia, tardaban mucho en llegar a los distintos territorios y se
encarecía el costo del traslado. Además, era necesario contratar a muchos funcionarios para vigilar los puertos y las rutas
comerciales. Desde España era imposible mantener un control absoluto del comercio exterior de las colonias, por eso, el
contrabando fue una actividad común, sobre todo en las regiones periféricas, como el Río de la Plata. A través de este comercio
ilegal, los americanos obtenían manufacturas de otras potencias europeas, principalmente de Francia, Holanda e Inglaterra, que
se llevaban, como pago, parte de la plata producida en América.
La organización del trabajo colonial
Con el objetivo de garantizar la producción económica en las colonias, españoles y portugueses recurrieron a métodos
coercitivos para organizar a la mano de obra. En los primeros años, los españoles esclavizaron a los indígenas, pero al poco
tiempo la Corona prohibió ese método. A principios del siglo XVI se estableció la encomienda, un sistema por el cual los reyes le
encomendaban a un español (el encomendero) un grupo de indígenas a los que, supuestamente, debía proteger e inculcar la
religión católica. A cambio, los indígenas debían trabajar en la hacienda u obraje y pagarle un tributo en forma de dinero o de
bienes producidos en sus comunidades. Los caciques eran los encargados de garantizar el trabajo indígena, y el cura y el
corregidor, de origen español, vigilaban las comunidades.
En la década de 1570, se estableció la mita en el Virreinato del Perú. Este sistema, que los españoles adaptaron de los incas,
obligaba a grupos de indígenas varones de la región a trasladarse a las minas para trabajar por turnos de un año. Este modo de
trabajo provocó la muerte de gran parte de la población originaria: los indígenas eran obligados a trabajar extensas jornadas sin
descanso, dentro de las minas, en condiciones insalubres.
Por último, en haciendas, minas y obrajes, también se recurría al trabajo libre de indígenas o mestizos empleados. El
sometimiento de los indígenas se logró, en gran parte, en las regiones que contaban con poblaciones más numerosas,
acostumbradas desde el período precolombino al trabajo agrícola y al minero. En cambio, en las zonas donde había pueblos de
cazadores y recolectores fue más difícil obligarlos a trabajar.

La esclavitud
Entre el siglo XV y principios del XIX, casi 20 millones de africanos capturados en sus tierras de origen fueron vendidos como
esclavos en colonias españolas y portuguesas en América. En las colonias españolas, la esclavitud comenzó en América Central:
el contacto con los españoles difundió enfermedades que aniquilaron a la población nativa y los europeos, entonces,
necesitaron nueva mano de obra. En las plantaciones, los esclavos constituyeron la principal fuerza de trabajo, pero también
fueron utilizados en las haciendas de otras regiones, especialmente, para el trabajo doméstico.
Estas poblaciones, cuando no fueron diezmadas por las enfermedades y las malas condiciones de trabajo, huyeron o morían en
el intento. Los portugueses consideraron a los indígenas poco aptos para estas tareas y recurrieron a los esclavos africanos para
producir azúcar.

La sociedad colonial hispanoamericana


En América, los españoles establecieron una sociedad jerarquizada y estamental, que impedía a los individuos ascender
socialmente. Este modelo se basaba en la idea, sin fundamento científico, de que la humanidad se divide en “razas”,
caracterizadas por rasgos físicos, y que unas razas son superiores a otras. Los españoles ubicaron a los grupos sociales en
posiciones fijas para evitar que las jerarquías fueran amenazadas y para que los sectores más bajos no pudieran ascender
socialmente.
Los europeos y sus descendientes nacidos en América, los criollos, eran los grupos privilegiados: formaban parte de la elite que
controlaba el gobierno, la producción y el comercio en las colonias. Dentro de esta elite, los españoles ocupaban los cargos más
importantes de la administración y el ejército. Además, eran propietarios de tierras, hacendados, mineros y comerciantes, por lo
que formaban el grupo social con más recursos económicos y, por ello, el más poderoso. Por su parte, los criollos
desempeñaban cargos inferiores a los de los peninsulares. Muchos se enriquecieron a través del comercio y los negocios
mineros, o ejercieron las llamadas profesiones liberales, como la abogacía, la economía o el periodismo. Otros lograron
fortalecer su posición adquiriendo títulos nobiliarios y tierras.
Los indígenas, los esclavos africanos y las castas mestizas eran los grupos menos favorecidos. Constituían la principal fuente de
mano de obra en las minas, las haciendas y los obrajes. Vivían en condiciones de pobreza y sufrían la discriminación de los
europeos, que los consideraban seres inferiores. Dentro de las comunidades indígenas, los caciques podían negociar con los
españoles mientras los miembros de la comunidad trabajaban para ellos.
El grupo más desfavorecido era el de los africanos esclavizados: en los espacios rurales, eran sometidos a un trabajo extenuante
y en las ciudades, formaban parte del servicio doméstico de la elite española y criolla. En los espacios urbanos también podían
trabajar como artesanos y, en algunos casos, comprar su libertad.

Respondan las siguientes preguntas.

1- ¿Explicar con tus palabras la imposición del Nuevo Orden Colonial?


2- ¿Cuál fue la principal fuente de riquezas proveniente de América para las coronas ibéricas? ¿Cuál era el destino de la
producción local?
3- Establezcan qué grupos sociales manejaban la economía en las colonias, qué grupos constituían la mano de obra y cómo
era el trabajo. Se puede hacer un dibujo, cuadro conceptual u otro tipo gráfico.
4- Dibuja en un mapa de América los virreinatos creados por España y colocar los actuales países que la integran.

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