TP 2 Articulo 1 Marx y La Lucha de Clases

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Revista Confluencia, año 3, número 6, verano 2007, Mendoza, Argentina.

ISSN 1667-6394

Lectura de Marx: tras el


concepto de clases sociales
Por CeliaDuek y Graciela Inda

Resumen
A pesar de que toda la teoría de Marx tiene por centro y corazón la lucha de
clases, Marx no formuló con la sistematicidad que se ocupó de otros temas una
«Teoría» de las clases sociales, en tanto sistema de conceptos rigurosamente
definidos. El propósito de este artículo es recomponer algunas cuestiones centrales
en la definición marxista de las clases sociales, así como demostrar la enorme
significación teórica del descubrimiento de Marx. Se pretende por último señalar
la distancia respecto de toda concepción subjetivista, economicista, voluntarista,
distributiva y socio-profesional de las clases.

Abstract
Although the whole theory qf Marx has for heart the class struggle, Marx
didn't formulate a systematic Theory of the social classes, meaning by Theory a
system of concepts rigorously defined, as he did with other topics. The purpose
of this article is to recompose some central questions in the Marxist definition
of social classes, as well as to demónstrate the enormous theoretical significance
of Marx's discovery. It is sought lastly to point out the distance regarding all
subjective, economicist, voluntaristic, distributive and socio-professional
conceptions of classes.

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Lectura de Marx: tras el concepto de clases sociales
Introducción
En este artículo nos proponemos examinar el discurso teórico de Marx con el
objeto de desentrañar su concepto de clases sociales y de señalar qué preguntas se
tornan pertinentes en un análisis de las mismas. Mostrar al mismo tiempo la
especificidad e irreductibilidad de tal problemática, constituye nuestra más ambiciosa
determinación.
A pesar de que la lucha de clases constituye el corazón de la teoría de Marx, él no
formuló con la sistematicidad que se ocupó de otros temas (plusvalía, renta del suelo,
salario, acumulación primitiva del capital, etc.) una «Teoría» de las clases. La
concepción marxista de las clases no se encuentra condensada en una cierta cantidad
de páginas de alguna de sus obras, sus referencias son permanentes pero dispersas y
situadas en diferentes niveles de análisis. Es por ello que para recomponer y
sistematizar algunas cuestiones centrales en la definición de las clases sociales
proponemos adentrarnos en la lectura no sólo del propio Marx sino de otros marxistas
clásicos y contemporáneos, y poner en relación sus aseveraciones. Naturalmente, no
pretendemos abarcar en estas pocas páginas todos los aspectos importantes del
problema, abordaje que debería incluir un estudio de las clases bajo el capitalismo, el
problema de las clases en el campo, la diferenciación interna de las clases, etc.
Tampoco buscamos un examen del tema de las clases en cada una de las diversas
tendencias teóricas que recuperan a Marx. Sabido es que entre los intelectuales que se
autodefinen marxistas existen diferentes lecturas de este gran pensador, incluso
diferentes «problemáticas» (según sean los textos de juventud o los textos de madurez
de Marx el punto de apoyo más firme). Por lo tanto, ya que no hay lectura inocente o
neutra, explicitemos que cuando nos referimos aquí al marxismo nos estamos
refiriendo a sabiendas a cierto marxismo (y excluyendo a otro), a cierta corriente
dentro del marxismo que se basa en el Marx maduro. Tomamos aquí cierto recorrido
teórico que avanza desde los clásicos del marxismo (Marx, Engels, Lenin) hasta
Poulantzas y que mantiene una coherencia de pensamiento.
Nuestro enfoque, cabe agregar, se inscribe en la intención de leer a Marx no sólo
como un pensador del pasado sino también como un teórico actual por los
interrogantes que plantea y los conceptos que propone.

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Ahora bien, antes de iniciar la explicación de la concepción marxista de las clases
sociales conviene preguntarse si es Marx el primero en hablar de «clases» y de
«lucha de clases», si acaso es él quien descubre que las sociedades no son
homogéneas sino que presentan desigualdades producto de la división en clases.
Evidentemente que no. En su carta a Weydemeyer del 5 de marzo de 1852, el propio
Marx reconoce:

«[,..] En lo que a mí respecta, no ostento el título de descubridor de la existencia


de las clases en la sociedad moderna, y tampoco siquiera de la lucha entre ellas.
Mucho antes que yo, los historiadores burgueses habían descrito el desarrollo
histórico de, esta lucha de clases, y los economistas burgueses la anatomía
económica de las clases» (Marx, C. y Engels, R, 1972: 56).

Desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, los pensadores constataban la existencia


de las clases y las describían, veían que la sociedad se dividía siempre en ricos y
pobres, en nobles y plebeyos, en libres y no libres, pero no podían explicarse las
causas de esta desigualdad, Aristóteles, por ejemplo, en su «Política» dividió a los
ciudadanos en pobres, ricos y clase media y relacionó formas de gobierno y
predominio de ciertas clases sociales. Con los economistas burgueses de fines del
siglo XVIII y principios del XIX (Quesnay, Adam Smith, David Ricardo) se dio un
paso adelante en el conocimiento de la anatomía económica de las clases, pero
vinculaban la división de la sociedad en clases a las relaciones de distribución más
que a las relaciones de producción, y no consideraban históricamente a la estructura
clasista de la sociedad capitalista, sino como algo natural y eterno. Tampoco los
socialistas utópicos supieron dar una definición científica de las clases.

El aporte de la teoría marxista es decisivo no porque descubra la existencia de las


clases sino porque por primera vez proporciona una explicación científica de la
estructura de clases. El punto de partida de Marx es el punto de llegada de aquellos
historiadores y economistas del siglo XIX. Es Marx quien pone en relación el
concepto de clase con el concepto de modo de producción, ligando a las clases con
fases históricas del desarrollo de la producción; y es él quien establece la relación
entre la situación de los agentes en la producción (situación frente a los medios de
producción) y la clase social.

Además, en su dispositivo teórico, las clases y su lucha adquieren una


importancia decisiva. Con su comprensión del fenómeno, Marx aporta la ley que

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gobierna el desarrollo histórico. «La historia de toda sociedad hasta nuestros días no
ha sido sino la historia de la lucha de clases» anuncia «El Manifiesto Comunista».

En su prólogo a «El dieciocho brumario» Engels afirma:

«Fue precisamente Marx el primero que descubrió la gran ley que rige la marcha
de la historia, la ley según la cual todas las luchas históricas, ya se desarrollen en el
terreno político, religioso, filosófico, ya en otro terreno ideológico cualquiera, no son,
en realidad, más que la expresión más o menos clara de luchas entre clases sociales, y
que la existencia y por tanto también los choques de estas clases, están
condicionados, a su vez, por el grado de desarrollo de su situación económica, por el
modo de producción y de su intercambio, condicionado por ésta. Dicha ley [...] tiene
para la historia la misma importancia que la ley de la transformación de la energía
tiene para las Ciencias Naturales» (Engels, F. en Marx, C, 1999: 6-7).

Así, la proposición según la cual la historia es la historia de la lucha de clases,


tomada en sentido fuerte, no significa que las luchas de clases sean el principal
fenómeno a observar en la historia, ni siquiera significa que sean la causa profunda de
otros fenómenos; significa que los fenómenos históricos no son otra cosa que formas
(diversas, complejas) de la lucha de clases.

En conclusión, Marx no sólo da al concepto de clase una dimensión científica sino


que también le atribuye el papel de base de la explicación de la sociedad y la historia.
A tal punto son importantes las clases y su lucha en el sistema teórico de Marx, que
su teoría ha sido definida como el análisis de las diferentes formas de la lucha de
clases y su conexión.

Los conceptos básicos: modo de producción, proceso de producción, fuerzas


productivas y relaciones de producción.

Es sabido que para el marxismo la producción de la vida material constituye el


factor determinante en última instancia de la historia, y por consiguiente de las clases
sociales. En palabras de Engels:

«La concepción materialista de la historia parte del principio de que la producción


y, junto con ella, el intercambio de sus productos, constituyen la base de todo el orden
social; que en toda sociedad que se presenta en la historia, la distribución de los
productos y, con ella, la articulación social en clases o estamentos, se orienta por lo
que se produce y por cómo se produce, así como

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por el modo en que se intercambia lo producido» (Engels, E, 1964: 264).
Esta célebre expresión de Marx también ilustra de manera sintética la concepción
materialista de la historia.
«En la producción social de su vida, los hombres entran en determinadas
relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que
corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas
materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura
económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura
jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social.
El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social,
política e intelectual en general» (Marx, C, 1970: 8-9).
Ahora bien, ¿cómo debe entenderse la infraestructura económica y el proceso de
producción?, ¿cuáles son los elementos que lo componen?, ¿a qué se llama
relaciones de producción?, ¿cuál es el concepto de modo de producción? Dar
respuesta a estas preguntas es importante porque, si seguimos las indicaciones
metodológicas que Marx da en la «Introducción a la crítica de la economía política»
y que se resumen en la expresión «elevarse de lo abstracto a lo concreto», para tener
una comprensión profunda del concepto marxista de «clases sociales» no podemos
sino comenzar por definir ciertos conceptos más abstractos y a la vez más simples,
que están implicados en él o que constituyen sus «determinaciones más simples».
Esto es, no se puede hablar de clases si no se habla de modo de producción,
relaciones de producción, proceso de trabajo, fuerza de trabajo, medios de
producción, propiedad, posesión, etc., y de capital y trabajo asalariado en el caso
particular del modo de producción capitalista.
En primer lugar, conviene aclarar que existe cierta ambigüedad en el empleo que
hacen los clásicos del marxismo del término «modo de producción». Es decir, se
utiliza en dos sentidos diferentes: a modo descriptivo, se usa para referirse a la
manera, forma o modo en que se producen los bienes materiales. En cambio, como
concepto teórico, es decir, en el sentido fuerte, «modo de producción» no se limita a
designar la infraestructura económica de la sociedad sino que representa al todo
social én su conjunto, a la estructura global de la sociedad, que está formada por las
estructuras regionales o instancias económica, jurídico-política e ideológica
(Harnecker, M., 1983: 136 a 143). A grandes rasgos, Marx distingue en la historia el
predominio de los siguientes modos de producción; asiático, antiguo, feudal y
capitalista.

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