Issn: Issn
Issn: Issn
Issn: Issn
ISSN: 0104-026X
ISSN: 1806-9584
Centro de Filosofia e Ciências Humanas e Centro de
Comunicação e Expressão da Universidade Federal de
Santa Catarina
Medina-Vicent, Maria
Los retos de los feminismos en el mundo neoliberal
Revista Estudos Feministas, vol. 28, núm. 1, e57212, 2020
Centro de Filosofia e Ciências Humanas e Centro de Comunicação
e Expressão da Universidade Federal de Santa Catarina
DOI: 10.1590/1806-9584-2020v28n157212
Resumen
Resumen: los feminismos se enfrentan en la actualidad a diversos retos derivados de la influencia del
neoliberalismo en todos los ámbitos de la vida. Se trata de una lógica que se opone de forma directa
al núcleo central de dichos movimientos por la igualdad, esto es, el carácter crítico y radical que
pretende conseguir una transformación social para la consecución de la igualdad entre mujeres y
hombres. Partiendo de la confluencia entre feminismos y neoliberalismo, en la presente investigación
trataremos de identificar los principales retos a los que se enfrenta dicho movimiento, cuestiones que
deberían ocupar un lugar prioritario en el establecimiento de la agenda política feminista alrededor
del mundo, pero que en demasiadas ocasiones pasan desapercibidas. Nos referimos principalmente
al auge del individualismo, la despolitización del movimiento y la construcción de un sujeto político
feminista demasiado homogéneo/excluyente.
Palabras clave
clave: feminismos; neoliberalismo; precariedad; despolitización.
Introducción
Vivimos en un tiempo histórico marcado por las contradicciones derivadas de la lógica
neoliberal, realidad que nos remite directamente al concepto de neoliberalismo, que a su vez
contiene diferentes acepciones en función de la forma de aproximación al mismo. En este sentido,
resulta especialmente interesante abordar la propuesta de Verónica Gago (2014), quien ofrece
una doble topología de dicho concepto. Una “desde arriba”, referida al neoliberalismo como un
régimen de acumulación global que precisa de la mutación de las instituciones estatales para su
desarrollo y expansión. Y otra “desde abajo”, referida a “la proliferación de modos de vida que
reorganizan las nociones de libertad, cálculo y obediencia, proyectando una nueva racionalidad
y afectividad colectiva” (GAGO, 2014, p. 10). Esta segunda dimensión estaría ligada a una
concepción foucaltiana (Michel FOUCAULT, 2007) del neoliberalismo que pone el acento en los
procesos de gubernamentalidad llevados a cabo por los individuos en su accionar diario dentro
del marco neoliberal.
Así pues, el neoliberalismo se puede entender como un sistema económico en el que la
intervención del Estado sirve para “purificar el mercado de la competencia mediante un marco
jurídico cuidadosamente adaptado” (Christian LAVAL; Pierre DARDOT, 2013, p. 63). Pero sin duda,
la clave de dicho orden económico y social se centra en la lógica normativa que lleva aparejada:
“La concepción que hace de la sociedad una empresa formada de empresas es inseparable de
una norma subjetiva nueva, que no es exactamente la del sujeto productivo de las sociedades
industriales” (LAVAL; DARDOT, 2013, p. 325), tiene, por tanto, una dimensión relativa a la conformación
de las subjetividades contemporáneas que nos remite al mismo tiempo a conceptos como el de
lógica o paradigma (LAVAL; DARDOT, 2018). De este modo, en el presente artículo pondremos
énfasis en la dimensión prescriptiva y normativa del neoliberalismo referida a la incorporación y
ejercicio de ciertos valores en las identidades de las personas, valores que en su intersección con
los principios del feminismo nos permiten hablar de la emergencia del feminismo neoliberal
(Catherine ROTTENBERG, 2013, 2018; Maria MEDINA-VICENT, 2018a, 2018b).
Así pues, en la actualidad las palabras “Feminismo” y “feminista” han pasado a formar parte
irrenunciable de la agenda mediática global. El tratamiento de cuestiones que atañen a las mujeres
y a dicho movimiento se encuentran en la cotidianeidad televisiva, e incluso podemos comprar
prendas de ropa con lemas feministas en tiendas low cost como Zara, Mango o Primark, prendas que
ya portan gran número de celebrities de Hollywood (Jessalynn Marie KELLER; Jessica RINGROSE,
2015; Alison Dahl CROSSLEY, 2017). Éste es un ejemplo de lo que parece ser un imaginario social más
predispuesto a interesarse por las cuestiones que el movimiento feminista lleva abordando siglos,
pero no debemos obviar el marco de contradicciones y ambigüedad en el que adquiere sentido.
Este feminismo con cada vez mayor acogida en lo mediático parece convivir con la
emergencia de acciones políticas y movimientos sociales concretos que son respuestas a injusticias
concretas. Esta cuestión se ve reflejada en sucesos como las reacciones globales al gobierno de
Donald Trump mediante las #WomensMarch celebradas en enero de 2017 y 2018, las campañas
del #metoo #yotambién #balancetonporc, el movimiento Time’s up, el #NiUnaMenos argentino o
el reciente caso de La Manada en España y la movilización del #yosítecreo. Sin duda, estas
campañas ayudan a situar en el debate público temáticas que antes quedaban en la sombra,
como por ejemplo el acoso sexual. Pero, sobre todo, nos muestran que estamos asistiendo a un
reavivamiento de la lucha política por la igualdad, y otra cuestión será bajo qué términos se está
produciendo dicho proceso.
Así pues, parece que la época en que autodenominarse “feminista” era una acción
socialmente suicida está pasando a la historia, y estamos entrando en otro momento, donde
podemos reconocernos como parte del feminismo. En este marco de entendimiento podemos
preguntarnos acerca de los dilemas y retos que se presentan ante el movimiento feminista, en esta
etapa marcada por la ambigüedad y la constante amenaza de una peligrosa lógica neoliberal
que se reapropia de las luchas feministas. Y que, además, adquiere tintes diferenciales según el
territorio, algo que trataremos de reflejar mediante una breve aproximación a la especificidad de
América Latina y la incorporación del neoliberalismo en los aparatos estatales a golpe de deuda.
Por tanto, más allá del debate que puede suscitar este fenómeno emergente sobre si asistimos
a una nueva fase del feminismo, consideramos más importante reflexionar en torno a la lógica que
da sentido a la emergencia de eslóganes feministas en las pasarelas, las pantallas de televisión,
las redes sociales y las calles. Dichos dilemas y retos se desprenden de la coexistencia de las
manifestaciones políticas del feminismo, con el predominio de una subjetividad basada en el
emprendimiento, la autoexigencia y el individualismo.
En este marco de sentido que acabamos de exponer, consideramos que el feminismo,
como teoría política, debe reflexionar en torno a las posibilidades de establecer una crítica radical
al poder con un sentido global. Y esta crítica pasa también por reflexionar en torno a la influencia
de la lógica neoliberal en la nueva emergencia social del feminismo y las diferentes formas que
está adquiriendo. Y es que la lógica neoliberal y sus exigencias, tanto explícitas como implícitas,
inciden radicalmente en los modos en que los/as ciudadanos/as se relacionan, construyen sus
vidas y a sí mismos/as (Andrew BARRY; Thomas OSBOURNE; Nikolas ROSE, 1996). Es decir, influye de
forma directa en la configuración de las subjetividades contemporáneas. En este sentido, resulta
especialmente interesante para el desarrollo del pensamiento filosófico feminista comprender, o al
menos señalar, cómo dichas identidades se construyen y definen en la intersección entre
neoliberalismo y feminismo (Shelley BUDGEON, 2011; Christina SCHARFF, 2011).
En este sentido, se abordará la propuesta de Nancy Fraser (2008, 2015b), ya que su triple
crítica del neoliberalismo sintetiza adecuadamente los principales retos a los que se enfrentan los
feminismos en la actualidad. Esta triple crítica señala, en primer lugar, que dicho sistema reproduce
las desigualdades de clase, afectando a la redistribución. En segundo lugar, reproduce las
desigualdades estructurales y de jerarquía de valor cultural, haciendo que la igualdad sea
imposible. En último lugar, el neoliberalismo y su carácter globalizante dificultan la adquisición de
la ciudadanía por parte de grupos en situación de desigualdad. Por tanto, el neoliberalismo
afecta también a la categoría de la representación, sobre quién es tenido en cuenta, y en qué
términos en las democracias actuales. De este modo, la aproximación teórica de Fraser nos permite
afirmar que “los modos de gobierno neoliberales fomentan la ausencia de redistribución, el
reconocimiento fallido y la privación de representación” (Marina GARCÍA-GRANERO, 2018, p. 218),
algo que choca de forma directa con los principios de los feminismos.
Y es que, tal y como identifica Rottenberg, ahora la misión del feminismo no está tanto en
transformar las estructuras a través de una acción colectiva, como de que cada mujer se cambie
a sí misma, que supere sus obstáculos interiores para poder tomar mejores decisiones. El poder de
la decisión individual resulta aquí vital, ya que no se pretende que las mujeres realicen una
reflexión y/o actuación crítica con respecto a las estructuras de desigualdad de la sociedad, sino
que se limiten a reproducir una lógica neoliberal, sustituyendo el histórico objetivo del feminismo
(la consecución de la igualdad entre mujeres y hombres) por otro más nuevo y perverso: conquistar
la cúspide de la autosuperación superando los obstáculos internos y dejando fuera los
condicionantes sociales (Sara FARRIS; Catherine ROTTENBERG, 2017). O lo que es lo mismo, creando
individualidades y desarticulando luchas colectivas. Así pues, se insta a las mujeres a trabajar
juntas para conseguir objetivos individuales, algo que no se acerca ni de lejos al objetivo central
del feminismo y que resulta contradictorio.
En resumen, el feminismo neoliberal vacía de significado conceptos centrales para la
lucha feminista como son la igualdad de género, la justicia, la libertad… y promueve una visión
completamente individualista y despolitizada del feminismo mediante el discurso de la libre
elección liberal que se abordará en el siguiente apartado. De este modo, los otros son concebidos
como medios para conseguir los propios objetivos, en palabras de la autora Wendy Brown: “This
new feminism inaugurates a subject who is being called upon to ‘provide for [her] own needs and
service [her] own ambitions” (Wendy BROWN, 2006, p. 694). Esta realidad impide la configuración
de una lucha feminista real y la construcción de una mirada crítica de exigencia hacia el Estado
y otras estructuras compartidas, tal y como señala de nuevo Rottenberg:
Neoliberal feminism is predominantly concerned with instating a feminist subject who epitomizes
‘self-responsibility,’ and who no longer demands anything from the state or the government, or
even from men as a group; there is no longer any attempt to confront the tension between liberal
individualism, equality, and those social pressures that potentially obstruct the realization of ‘true’
equality. (ROTTENBERG, 2013, p. 11)
Sin embargo, resultaría sesgado señalar que esta influencia del neoliberalismo en la lucha
feminista es imparable o total. A diferencia de intentar sostener esta idea, lo que deseamos es
poner en alerta de las derivas actuales del feminismo, teniendo en cuenta que el contexto en el
que nos encontramos es nuevo en muchos sentidos y aún tenemos que asistir a su desarrollo. Y
además de la amenazante influencia del neoliberalismo, también estamos siendo testigos de la
reemergencia de la reclamación política del movimiento feminista en las calles. Así pues, parece
que este marco de referencia centrado en el feminismo neoliberal comparte tiempo y espacio con
la vertiente política del movimiento. Por esta razón, para ser conscientes de que nos enfrentamos a
un contexto de marcado neoliberalismo, consideramos necesario reflexionar brevemente sobre los
dos principales riesgos que hemos dado en identificar: el peligro de la elección individual y la
despolitización que dicha lógica lleva aparejada, realidades que, desde nuestro punto de vista,
se encuentran estrechamente asociadas a los retos actuales del feminismo ligados a las
dimensiones de redistribución, reconocimiento y representación en un marco global.
que “under her uncritically accepting eye, feminism expanded to embrace every oppressed group”.
En su momento, Steinem fue la precursora de un feminismo centrado en pobres estrategias de
empoderamiento, autoayuda y participación ciudadana de las mujeres centradas en los aspectos
individuales y de autoestima (Barbara CRUIKSHANK, 2006; Rosalind GILL; Shani ORGAD, 2018). En
cierto modo, parte del proceso que está teniendo lugar en la actualidad por lo que al desarrollo
del movimiento feminista se refiere, podría estar influenciado por esta misma lógica.
Desde esta premisa, este tipo de feminismo, en su afán por alcanzar a todas las cotas de
población, acaba por dar un paso atrás en el reconocimiento de que las feministas están unidas
por una identidad política común, convirtiéndose en “a loose collection of individuals” (Jennifer
BAUMGARDNER; Amy RICHARDS, 2000, p. 54). Es un feminismo despolitizado, ya que decisiones
individuales que pueden estar reproduciendo viejas dicotomías se aceptan como buenas y son
consideradas feministas. Sin embargo, no se debe olvidar que para que una decisión o acción
pueda considerarse como feminista, debe estar promoviendo la igualdad entre los géneros. Así
pues, éste es uno de los riesgos a los cuales deberemos presentar atención en los años que están
por venir.
En relación, existe otro riesgo referido a la posición desde la que se elabora y lanza el
discurso de la elección, y es que, a pesar de parecer aglutinar al grueso de mujeres entendidas
como un conjunto de individuales, la lógica de la elección nos remite a una visión privilegiada de
los problemas sociales. Es decir, aquellas personas que tienen la capacidad de escoger con
libertad cómo organizar su vida, pertenecen a un grupo privilegiado con unos condicionantes
concretos que les permiten poder escoger si tener familia o no, si estudiar o no, o incluso poder
votar o no. Por tanto, el discurso de la elección, tan prolífico en estos tiempos, puede contener una
lógica neoliberal subyacente que reproduce las desigualdades de género y las injusticias a nivel
global, ya que se construye un sujeto feminista homogéneo que pretende ser universal. Sin embargo,
debemos tener en cuenta que las experiencias de las mujeres cambian según se ven atravesadas
por componentes de raza, clase social e incluso país de residencia. Por tanto, resulta
contraproducente y poco realista considerar que el constructo “mujeres” está claramente definido
y tiene un sentido unívoco. Realizar esta operación supone perder de vista la heterogeneidad y
complejidad de dicho movimiento.
De este modo, si bien históricamente el feminismo se ha encargado de poner en evidencia
las desigualdades de género y las contradicciones inherentes al neoliberalismo, con el nuevo
feminismo neoliberal nos estamos enfrentando a un nuevo estadio de dicha corriente, que, como
se ha dicho anteriormente, convive con muchas otras. Nos encontramos en una fase donde las
contradicciones inherentes a dichos sistemas se supera mediante la autogestión, la superación
personal de las barreras y la consecución de la felicidad individual (ROTTENBERG, 2013, p. 15),
con lo que, apelando a la dimensión individual, se pretende transformar lo colectivo.
Consecuentemente, la lucha por la igualdad se desarrolla de un modo totalmente apolítico y
conteniendo un discurso feminista edulcorado. Más bien consiguen que las mujeres individuales
se hagan cargo de problemas que no son individuales, sino colectivos, y que, como tales, deberían
ser abordados desde las estructuras estatales, económicas o de cualquier otra índole.
De este modo, esta nueva formulación del feminismo sirve al neoliberalismo en la medida
en que sustituye la consecución de la justicia social por la consecución de la felicidad personal,
desarticula la lucha contra el sistema y las estructuras institucionales, y responde a lo que Sara
Ahmed (2010) ha dado en denominar como la industria de la felicidad.
En resumen, una de las ideas centrales del feminismo neoliberal es la de cambiar el
“nosotras” por el “yo”, pasar de la reivindicación de una lucha colectiva a otra individual, que no
suponga una gran amenaza para las bases del neoliberalismo. Desde nuestro punto de vista, esta
situación tiene grandes implicaciones para la práctica feminista. Por esta razón, vamos a recuperar
la propuesta de la filósofa Nancy Fraser, quien denuncia la influencia del neoliberalismo en sus
intentos por reapropiarse de la lucha feminista, y nos recuerda los principios centrales de la lucha
política feminista. No obstante, antes de adentrarnos en su propuesta, trataremos de realizar una
breve aproximación a los procesos por los cuales se produce la incorporación de la lógica neoliberal
en América Latina, con el objeto de poner de relieve la necesidad de articular una lucha feminista
consciente de las especificidades de las experiencias de diferentes territorios.
implicaciones que esta intromisión de la lógica neoliberal y sus valores asociados –empoderamiento,
eficiencia, emprendimiento, etc.- tienen en América Latina, ya que el ejercicio de estos valores se
introduce en los programas estatales contra la pobreza, provocando que sean muchas las personas
que deben incorporarlos en su día a día para ajustarse a las nuevas expectativas de
comportamiento exigidas por dicho sistema, especialmente las mujeres.
Además, según Silvia Federici (2013), la creación de las zonas de libre comercio derivadas
del sistema neoliberal no ha supuesto una mejora en las condiciones de vida de quien habita el
Tercer Mundo, ya que ha permitido que “las empresas extranjeras mantengan salarios inferiores a
los niveles de subsistencia” (FEDERICI, 2013, p. 115), provocando un proceso de feminización de la
pobreza. Ello implica que en gran medida las personas destinatarias de este tipo de programas
acaben siendo mujeres, afectando a la construcción de su identidad y promoviendo una lógica
de la elección individual que enmascara otras situaciones de opresión y de injusticia en las que
dicho grupo se ve inmerso:
En especial, el concepto feminista clave de autonomía material y psicológica de las mujeres,
realizado mediante prácticas pedagógicas de empoderamiento, desempeña ahora en
América Latina una función crucial en el proyecto cultural del neoliberalismo. Se ha integrado
en los programas sociales para pobres dirigidos por las burocracias estatales y sus ONG
subcontratadas (SCHILD, 2016, p. 42).
la justicia es el de los Estados nacionales y, por tanto, que los sujetos con derecho a realizar
reclamaciones son los/as ciudadanos/as de cada Estado ante sus gobiernos, lo que entendemos
por marco westfaliano-keynesiano. Sin embargo, en pleno siglo XXI estos marcos están
desdibujados, ahora el escenario es global, y las políticas de unos países condicionan la de
otros. Y no solamente esto, sino que existen políticas económicas articuladas a nivel global que
impiden la realización de derechos de grupos que se enmarcan en espacios estatales concretos.
Por tanto, ¿hacia quién deben lanzar sus reclamaciones dichos grupos?
Esta completa desarticulación de las fronteras nacionales implica que ser ciudadano/a de
un Estado concreto ya no es garantía de ser escuchado/a, porque en muchas ocasiones dichas
necesidades no atañen tanto a su Estado, como a otras instituciones transnacionales. Por tanto,
muchas injusticias quedan relegadas a la oscuridad, a lo que Fraser (2008) denomina disframing
o desenmarque.
Esta idea la podemos ver reflejada también en la construcción del sujeto feminista como un
sujeto neoliberal. Dicho sujeto se corresponde directamente con un grupo de mujeres con derechos
políticos, culturales y económicos reconocidos. De este modo, se dejan de lado las situaciones de
otros grupos de mujeres cuyos derechos no son reconocidos en estos marcos concretos, cada
mujer se encarga de gestionar sus propios problemas de forma individual, sin atender a los
condicionantes sociales compartidos con otras mujeres en esa misma situación.
Así pues, siguiendo las ideas de Fraser, podemos afirmar que se hace necesario ampliar el
quién de la justicia, al igual que se hace necesario ampliar el quién del feminismo. Ésta es una de
las reclamaciones que pretendemos realizar a través del tratamiento del trabajo de Fraser, quien
sostendrá que el modelo de justicia que se decida debe ser “anormal”, es decir, dinámico,
autoconsciente y variable según las situaciones a las que deba hacer frente, al igual que debe
ocurrir con el feminismo, que a través de sus pretensiones normativas puede abrirse al carácter
cambiante de las luchas que debe articular. Por tanto, nos encontramos ante la triple dimensión
de la justicia que reclama la autora en sus últimos trabajos, esto es, la redistribución en la esfera
económica, el reconocimiento en el ámbito sociocultural y la representación en lo político.
Por tanto, llegados a este punto podemos preguntarnos ¿por qué el feminismo ya no
representa a estas mujeres y se rinde a las exigencias del neoliberalismo? Según Fraser, el feminismo
mainstream es el de las mujeres privilegiadas, ese 1% de las mujeres que está lejos de poder
representar las problemáticas sociales globales. Cabe señalar que la autora ejemplifica dicha
corriente predominante a través del caso de Hillary Clinton y su campaña a la presidencia de EEUU
en el año 2016. A su vez, la autora también indica que la emergencia de diferentes sucesos
políticos, como los motines electorales que se están dando alrededor del mundo – la victoria de
Trump o el Brexit – evidencian el rechazo que la mayor parte de la población siente por las
consecuencias perversas de la globalización y el neoliberalismo, así como por las clases políticas
que han permitido su expansión.
No obstante, parece que cada vez más están en emergencia movimientos sociales que
reivindican esos derechos políticos, sociales y económicos que el feminismo neoliberal da por
ganados, es decir, se plantea la lucha en el sentido tridimensional expuesto por Fraser. Llegados
a este punto, hemos visto que tanto el sujeto derivado del feminismo neoliberal como del
postfeminismo pasa por alto las experiencias de otras mujeres (Jessica RINGROSE; Valerie
WALKERDINE, 2008). Parte de esa reconstrucción de la propia subjetividad está relacionada con el
lugar del mundo en que nos encontremos y las posibilidades de consumo que tengamos. Si bien
se insta a las mujeres a autogestionarse, sabemos que muchos grupos en situaciones de desventaja
y que no se correspondan con la norma de la clase media occidental quedarán excluidas en la
medida en que no pueden acceder de igual modo al proceso de reapropiación de dichos
procesos semánticos (SCHARFF, 2011).
La denuncia que realiza Fraser contra la alianza del feminismo con el neoliberalismo junto a
otras autoras (Ann ORLOFF; Talia SCHIFF, 2014; Elisabeth PRÜGL, 2017) y su llamamiento explícito a
que los feminismos salgan a la calle para reclamar una justicia real (Angela DAVIS, et al. 2017) nos
permite entrever su propuesta de una teoría de la justicia social tridimensional como una opción
para replantear las bases del feminismo y de la construcción de las subjetividades femeninas. Es
decir, nos otorga un espacio de reflexión para la rearticulación de un movimiento que ataque las
bases de desigualdad de género de nuestra sociedad a nivel mundial, esto es, a partir de la
reclamación feminista del reconocimiento, la redistribución y la representación. En este marco es en
el que consideramos que adquiere sentido la reflexión elaborada en el presente escrito, una modesta
aportación que pretende poner en alerta sobre los riesgos derivados de la influencia neoliberal en
el feminismo, pero que entiende el contexto de ebullición política actual como un caldo de cultivo
inmejorable para recuperar la radicalidad del movimiento feminista por la igualdad.
En conclusión, la búsqueda de transformaciones radicales de las estructuras patriarcales
que vertebran nuestras sociedades implica que debemos hacer lo posible para que el feminismo
deje de ser “la criada del neoliberalismo” (FRASER, 2014), y recupere su sentido más radical de
lucha. Así, debemos enfrentarnos con reservas a valores como la autoestima, el emprendimiento,
la autogestión, el individualismo y la elección, que inundan el escenario social actual, para
mostrarnos verdaderamente reflexivas y críticas con el futuro que deseamos edificar (Banu BARGU;
Chiara BOTTICI, 2017).
Conclusión
Este trabajo se enmarca en un contexto concreto de sentido sobre el que merece la pena
pararse a reflexionar. Nos referimos a un momento histórico en el que el neoliberalismo se ha
convertido en el paradigma de comportamiento de los individuos, influyendo de forma clara en la
configuración de las subjetividades contemporáneas. Si tenemos en cuenta esta realidad en su
confluencia con la reemergencia de movimientos ciudadanos (Paul DEKKER; Ramón FEENSTRA,
2015) y, en especial, de movimientos y acciones ciudadanas por la igualdad de género, veremos
que la reflexión sobre la influencia del neoliberalismo en los discursos feministas actuales se
vuelve más que necesaria.
Así pues, de forma resumida, hemos sostenido que dicho movimiento por la igualdad debe
enfrentarse a la despolitización del movimiento derivada del auge del individualismo y el discurso
de la elección. Se trata de una realidad que parece darse alrededor del globo, pero que
evidentemente contiene diferentes especificidades en función el territorio en el que nos encontremos.
Este reto supone llevar a cabo diferentes tareas de gran envergadura y complejidad, como la de
enfrentarse a la inmersión de valores mercantilistas en la noción de feminismo, y tratar de reconstruir
un sujeto político del feminismo lo suficientemente amplio en un mundo global. Frente a estos retos,
el feminismo precisa rearticular respuestas conjuntas y contundentes que permitan recuperar la
lucha política con un cariz global.
Al mismo tiempo, consideramos que resulta vital recuperar el carácter eminentemente crítico
del movimiento feminista (Sonia REVERTER-BAÑÓN, 2009), un carácter que parece haberse perdido
en gran medida a través de la institucionalización de la lucha por la igualdad, que ha creado tanto
un sistema de expertos/as con la burocratización, como una relación clientelar con las mujeres
(REVERTER-BAÑÓN, 2011). Así pues, en este escenario tan prometedor de reclamaciones feministas
por la igualdad, debemos pensar profundamente sobre los términos en que se está reconstruyendo
dicho movimiento, mostrándonos siempre vigilantes frente al sistema neoliberal y sus artimañas.
En este sentido, la propuesta de la filósofa Nancy Fraser permite establecer una especie de
recordatorio que nos pone en alerta sobre las cuestiones que no puede obviar cualquier lucha
que se considere feminista. Nos referimos a las cuestiones materiales, las culturales y las políticas,
que representan en sí mismas tres retos centrales para los feminismos hoy. Llevar la lucha del
eslogan a la práctica, de las camisetas a las calles y recuperar el feminismo en toda su
heterogeneidad y complejidad (REVERTER-BAÑÓN, 2010) es uno de los principales retos que se
presenta ante nosotras en los años que están por venir. Sin embargo, no podemos olvidar otro
quizás más importante, y éste se refiere a articular una crítica global e interseccional que atienda
al hecho de que las identidades se enmarcan en diferentes sistemas de dominación y opresión
que responden en gran medida a lógica coloniales.
En resumen, para poder avanzar en la agenda de igualdad a nivel global, precisamos
replantear el actual proceso de globalización en su forma neoliberal, así como la configuración
de las subjetividades contemporáneas sujetas a los vaivenes del mercado, y conformar un sujeto
cosmopolita que, buscando esa igualdad de género, supere “tanto un universalismo formal
saturado de un sujeto patriarcal, como un discurso de las diferencias que no logra fraguar un
sujeto político que no se fragmente en las diferentes luchas necesarias para una igualdad global”
(REVERTER-BAÑÓN, 2017, p. 306).
Agradecimientos
Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación titulado “El potencial de las éticas
aplicadas en las herramientas de participación del Gobierno Abierto y de la sociedad civil” (UJI-
A2016-04), financiado por la Universitat Jaume I.
Referencias
MEDINA-VICENT, Maria. “Flirting with Neoliberalism: The Transfiguration of Feminist Political
Awareness”. NORA - Nordic Journal of Feminist and Gender Research, London, v. 26, n. 2, p. 69-75,
ene. 2018a.
AHMED, Sara. The Promise of Happiness. Durham: Duke University Press, 2010.
ALVAREZ, Sonia E. “Advocating Feminism: The Latin American NGO boom”. International Feminist
Journal of Politics, London, v. 1, n. 2, p. 181-209, dic. 1999.
BARGU, Banu; BOTTICI, Chiara. Feminism, Capitalism and Critique. Essays in Honor of Nancy Fraser.
Cham: Palgrave, 2017.
BARRY, Andrew; OSBOURNE, Thomas; ROSE, Nikolas. Foucault and Political Reason: Liberalism, Neo-
liberalism and Rationalities of Government. Chicago: University of Chicago Press, 1996.
BAUMGARDNER, Jennifer; RICHARDS, Amy. Manifesta: Young Women, Feminism, and the Future. New
York: Farrar, Status and Giroux, 2000.
CROSSLEY, Alison Dahl. Finding Feminism: Millenial Activists and the Unfinished Gender Revolution.
New York: New York University Press, 2017.
CRUIKSHANK, Barbara. “Revolutions within: Self-government and Self-esteem”. Economy and Society,
London, v. 22, n. 3, p. 327-344, jul. 2006.
DAVIS, Angela; RANSBY, Barbara; ARRUZZA, Cinzia; TAYLOR, Keeanga-Yamahtta; MARTÍN, Linda;
FRASER, Nancy; ODEH, Rasmea; BHATTACHARYA, Tithi. “Beyond Lean-In: For a Feminism of the 99%
and a Militant International Strike on March 8”. Viewpoint Magazine [online]. 2017. Disponible en
https://www.viewpointmag.com/2017/02/03/beyond-lean-in-for-a-feminism-of-the-99-and-a-
militant-international-strike-on-march-8/ Fecha de acceso 21/05/2018.
DEKKER, Paul; FEENSTRA, Ramón A. “Activism and Civil Society: Broadening Participation and
Deepening Democracy”. Recerca. Revista de pensament i anàlisi, Castelló de la Plana, n. 17, p. 7-
14, oct., 2015.
FARRIS, Sara; ROTTENBERG, Catherine. “Righting Feminism”. New Formations, London, n. 91, p. 5-15,
jun. 2017.
FEDERICI, Silvia. Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas.
Madrid: Traficantes de Sueños, 2013.
FERGUSON, Michaele. “Choice Feminism and the Fear of Politics”. Perspectives on Politics, London,
v. 8, n. 1, p. 247-253, mar. 2010.
FOUCAULT, Michel. Nacimiento de la biopolítica. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2007.
FRASER, Nancy. Unruly Practices: Power, Discourse, and Gender in Contemporary Social Theory.
Minneapolis: University of Minnesota Press, 1989.
FRASER, Nancy. Iustitia Interrupta: Reflexiones críticas desde la posición postsocialista. Bogotá:
Siglo de Hombres, 1997.
FRASER, Nancy. “Feminism, Capitalism, and the Cunning of History”. HAL Archives-Ouvertes, París, n.
17, p. 1-14, ago. 2012.
FRASER, Nancy. “De cómo cierto feminismo se convirtió en criada del capitalismo. Y la manera de
rectificarlo”. Debate Feminista, México, n. 50, p. 131-134, ene. 2014.
FRASER, Nancy. “Feminism’s Two Legacies: A Tale of Ambivalence”. South Atlantic Quarterly, EEUU, v.
114, n. 4, p. 699-712, oct. 2015a.
FRASER, Nancy. La fine della cura. Le contraddizioni sociali del capitalismo contemporaneo.
Milano: Mimesis Edizioni, 2017.
GAGO, Verónica. La razón neoliberal: economías barrocas y pragmática popular. Buenos Aires:
Tinta Limón, 2014.
GILL, Rosalind; ORGAD, Shani. “The amazing bounce-backable woman: Resilience and the
psychological turn in neoliberalism”. Sociological Research Online, London, v. 23, n. 2, p. 477-495,
abr. 2018.
HIRSHMAN, Linda. Get to Work: A Manifesto for Women of the World. New York: Viking, 2006.
KELLER, Jessalyn Marie; RINGROSE, Jessica. “But Then Feminism Goes Out the Window!: Exploring
Teenage Girls’ Critical Response to Celebrity Feminism”. Celebrity Studies, London, v. 6, n. 1, p. 132-
125, nov. 2015.
LAVAL, Christian; DARDOT, Pierre. La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal.
Barcelona: Gedisa, 2013.
ORLOFF, Ann; SCHIFF, Talia. “Feminists in Power: Rethinking Gender Equality after Second Wave”. In:
SCOTT, Robert A.; KOSSLYN, Stephen (Eds.). Emerging Trends in the Social and Behavioral Sciences.
London: Sage, 2014.
PRÜGL, Elisabeth. “Neoliberalism with a Feminist Face: Crafting a new Hegemony at the World
Bank”. Feminist Economics, London, v. 23, n. 1, p. 30-53, jul. 2017.
REVERTER-BAÑÓN, Sonia. “El ruido de la teoría feminista”. Cuadernos Koré, Madrid, v. 1, n. 1, p. 53-
68, 2009.
REVERTER-BAÑÓN, Sonia. “El Feminismo: más allá de un dilema ajeno”. Feminismo/s, Alacant, n. 15,
p. 15-32, jun. 2010.
REVERTER-BAÑÓN, Sonia. “Los retos del feminismo institucional”. Daimon. Revista Internacional de
Filosofía, Murcia, Suplemento 4, p. 223-229, dic. 2011.
RINGROSE, Jessica; WALKERDINE, Valerie. “Regulating the Abject”. Feminist Media Studies, London,
v. 8, n. 3, p. 227-246, sep. 2008.
RIVERA CUSICANQUI, Silvia. Ch’ixinakax Utxiwa. Una reflexión sobre prácticas y discursos
descolonizadores. Madrid: Traficantes de Sueños. 2010.
ROTTENBERG, Catherine. “The Rise of Neoliberal Feminism”. Cultural Studies, London, v. 28, n. 3, p.
418-437, nov. 2013.
ROTTENBERG, Catherine. “Happiness and the Liberal Imagination: How Superwoman Became
Balanced”. Feminist Studies, EEUU, v. 40, n. 1, p. 144-168, nov. 2014.
ROTTENBERG, Catherine. “Neoliberal Feminism and the Future of Human Capital”. Signs. Journal of
Women in Culture and Society, EEUU, v. 42, n. 2, p. 329-348, dic. 2017.
ROTTENBERG, Catherine. The Rise of Neoliberal Feminism. Oxford: Oxford University Press, 2018.
SANDBERG, Sheryl. Lean In. Women, Work and the Will to Lead. New York: Alfred A. Knopf, 2013.
SLAUGHTER, Anne-Marie. “Why Women Still Can’t Have It All”. The Atlantic [online]. EEUU, 2012.
Disponible en https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2012/07/why-women-still-cant-have-
it-all/309020/. Fecha de acceso 22/05/2018
SNYDER-HALL, R. Claire. “Third-Wave Feminism and the Defense of «Choice»”. Perspectives on Politics,
London, v. 8, n. 1, p. 255-261, mar. 2010.
STRAZZERI, Irene. Riconoscimento e diritti umani. Grammatica del conflitto nel processo di
integrazione europea. Perugia: Morlacchi Editore, 2007.
SWIRSKY, Jill; ANGELONE, D. J. “Equality, Empowerment, and Choice: What does Feminism Mean to
Contemporary Women?”.Journal of Gender Studies, London, v. 25, n. 4, p. 445-460, dec. 2016.
THWAITES, Rachel. “Making a Choice or Taking a Stand? Choice Feminism, Political Engagement and
The Contemporary Feminist Movement”. Feminist Theory, London, v. 18, n. 1, p. 55-68, ene. 2017.
TRUMP, Ivanka. Women Who Work. Rewriting the Rules for Success. New York: Portfolio, 2017.
MEDINA-VICENT, Maria. “Los retos de los feminismos en el mundo neoliberal”. Revista Estudios Feministas,
Florianópolis, v. 28, n. 1, e57212, 2020.
No se aplica.
FINANCIACIÓN
Este estudio se inscribe dentro del Proyecto de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico FFI2016-
76753-C2-2-P, financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad del Gobierno de España.
No se aplica.
No se aplica.
CONFLICTO DE INTERESES
No se aplica.
LICENCIA DE USO
Este artículo está licenciado bajo la Licencia Creative Commons CC-BY Internacional. Con esta licencia se
puede compartir, adaptar, crear material para cualquier objetivo, siempre que se le atribuya la autoría.
HISTORIAL
Recibido el 23/05/2018
Presentado nuevamente el 17/07/2019
Presentado nuevamente el 03/08/2019
Aprobado el 22/10/2019