IGLESIAS GUTIÉRREZ. Irene
IGLESIAS GUTIÉRREZ. Irene
IGLESIAS GUTIÉRREZ. Irene
Este texto, si bien nos enuncia que va a tratar la peregrinación de Santiago y el papel que
las mujeres regias tienen en la misma, realmente la autora realiza un superficial repaso
por diversas cuestiones relacionadas con este tema sin ahondar en ninguna. Más bien se
nos enumera una serie de ejemplos que ponen de manifiesto la importancia del Apóstol
dentro de la monarquía hispánica. A su vez, pese a intentar recalcar la fundamentalidad
femenina, no cesan las muy ciertas indicaciones sobre la escasez de testimonios o la
sumisión de la mujer a los hombres de su entorno, los cuales condicionan las romerías de
las mencionadas, ya que persiguen objetivos diferentes.
En primer lugar, para comprender totalmente el texto es necesario conocer el papel que
este apóstol ha tenido y cómo acaba entrelazándose con la monarquía castellana. Todo
comienza, según las fuentes, a finales del siglo IX, cuando un pastor sigue un camino de
luces, campus stellae, se encuentran las reliquias del santo y lo comunica al Teodomiro,
el obispo de Iria, quien, tras preparase adecuadamente, se aventura a encontrar el sepulcro,
tras lo que avisa al rey Alfonso II y consigue la donación del terreno2.
1
https://www.gruposincrisis.com/diana-pelaz-flores (Consultado: 18.03.2024)
2
A. RUCQUOI, "Trece siglos por los caminos de Santiago”, Revista Chilena de Estudios Medievales, nº 4
(2013), p. 97.
1
Sin embargo, todo este asunto del descubrimiento y el desarrollo del camino está
fuertemente marcado por la leyenda. La principal duda es cómo llegan estos restos a la
península ibérica y qué relación tendría Santiago el Mayor con ella. Según el Breviario
de los apóstoles, cada uno de ellos se había repartido una parte del mundo para
evangelizar, quedándose con Hispania3. Asimismo, la hagiografía nos cuenta cómo
Santiago fue martirizado en Tierra Santa, pero aparece milagrosamente en Galicia, al final
de la Tierra, por elección propia4.
Dentro de las luchas por las atribuciones del Camino de Santiago y sus reliquias, hay
versiones que afirman que fue el propio Carlomagno quien, tras ser testigo de una visión,
libera la tumba del santo acompañado de su ejército. Por otro lado, hay bastantes
incongruencias a niveles generales sobre el desarrollo de este proceso, en especial el del
emperador. Por no hablar de los debates que se han ocasionado entre los reinos de la actual
España y Francia, la originalidad del Camino de Santiago, llegando a rechazar diversas
fuentes como la Historia Turpini5.
De este modo, surgen las dudas sobre las dimensiones que alcanza la figura de Santiago
como icono identitario cristiano a nivel nacional e incluso europeo. Como en gran número
de ocasiones, el contexto religioso y político se encuentran entrelazados, y es que este
apóstol se convirtió en un símbolo de resistencia cristiana durante el período Reconquista,
término a revisar teniendo en cuenta las connotaciones occidentalistas que implica. Su
función evangelizadora le otorgó esta característica de lucha contra el islam que tan bien
vino a los núcleos cristianos hispánicos6.
Es decir, el Camino de Santiago fue de gran utilidad para unificar los territorios cristianos,
de la misma manera que Carlomagno había hecho con su Imperio Carolingio. Suponía
una unificación y afianzamiento de la sociedad que no se había visto desde la caída del
Imperio Romano de Occidente7. Además, las peregrinaciones al lugar santo suponían un
gran despliegue de la cultura que se estaba gestando, permitiendo el desarrollo comercial,
la construcción de infraestructuras, siguiendo un estilo unificado por primera vez en todo
3
Idem, p. 94.
4
Idem, p. 96.
5
Idem, pp. 97-98.
6
L. MARTÍNES GARCÍA, “Formación y desarrollo del Camino de Santiago en la Edad Media. Algunos
aspectos generales”, Biblioteca: Estudio e Investigación, nº 24 (2009), p. 251.
7
José Luís BARREIRO RIVAS, “La función política de los caminos de la peregrinación en la Europa
Medieval. (Estudio sobre el Camino de Santiago)”, Universidad Complutense de Madrid, 1998 (Dir. R.
COTARELO GARCÍA), p. 201.
2
el territorio; un mismo pensamiento político y jurídico8… La peregrinación vertebra los
estados y se potencian en función de las necesidades de los mismos, razón que explica
este interés excesivo por atribuirse el origen y desarrollo del mismo.9
Por un lado, existen distintos casos a lo largo de la Edad Media se reinas consortes
acompañando a sus maridos, como ya se menciona en el texto con doña María y Alfonso
XI, quienes van a dar gracias por las victorias militares o Constanza de Castilla y el duque
de Lancaster, de nuevo por motivaciones políticas. Dentro de las peregrinaciones con
pretensiones religiosas, denominadas por los clérigos como causa orationis, destacan
Jimena y Alfonso III, que fueron para consagrar el templo; o Sancha y Fernando I yendo
hasta un total de tres veces. Es más, una vez enviudadas, muchas de ellas aprovechan su
viudedad para realizar romerías o retirarse a conventos, como es el caso de la también
mencionada por la autora, Violante de Aragón12.
De hecho, lo habitual es que sean las peregrinas las que realicen donaciones de diversa
índole durante su visita. De nuevo, existe un caso controversial como es el de 1117 de la
8
Idem, p. 202.
9
Idem, p. 206.
10
M. GONÁZLEZ VÁZQUEZ. “Peregrinas y Viajeras: Devoción femenina y aventura en el camino
medieval a Santiago de Compostela”, La Crónica, nº 36.2 (2008), p. 247.
11
Idem, p. 248-9.
12
M. GONÁZLEZ VÁQUEZ. Las mujeres de la Edad Media en el Camino de Santiago, Galicia, 2000, p.
19-20.
13
Idem, p. 21.
3
reina Urraca cuando donó la cabeza del apóstol Santiago. Este hecho suscitó tal revuelo
que tuvo que adjudicarse a Santiago el Menor, de modo que no se alterase la férrea historia
legendaria sobre la disposición de los restos14. Asimismo, hay otras anécdotas menos
controversiales como las donaciones de Isabel de Portugal e incluso de la propia Isabel la
Católica, aportando dinero para que se encendieran cirios en su nombre15. Además, hay
fuentes sobre distintas fundaciones promocionadas por mujeres que quedan ligadas al
Camino, como es el Hospital de la Condesa16.
Es evidente que había una fuerte inclinación por fortalecer el Camino de Santiago, lo
fundamental que era para la monarquía castellana y su consagración internacional. Como
recalca Pelaz, las motivaciones políticas normalmente protagonizaban las
peregrinaciones, llegando a utilizar las razones religiosas como una mera excusa.
Respecto al texto en sí, se queda bastante corto en el sentido que se limita a nombrar
diversos ejemplos, sin llegar a suponer una verdadera reivindicación del poder femenino
en este ámbito, como parece querer hacer ver al inicio, especialmente al empezar con
Isabel la Católica, siendo una figura muy imponente. Si bien es cierto, debe reconocerse
la dificultad de una exposición certera sobre el tema ya que hay que tener muchos factores
en cuenta y contrastar fuentes al nivel de una tesis doctoral y esa no es la intención de
nuestra autora. Por lo tanto, el carácter didáctico del texto queda perfectamente mostrado,
de una manera amena, en la que, si bien se necesita un conocimiento previo de base para
situar a las personalidades, aporta de forma clara una historia bastante difusa que continúa
revisándose.
14
Idem, p. 31.
15
Idem, p. 32.
16
Idem, p. 77.
4
Bibliografía
A. RUCQUOI, "Trece siglos por los caminos de Santiago”, Revista Chilena de Estudios
Medievales, nº 4 (2013), pp. 93-114.
José Luís BARREIRO RIVAS, “La función política de los caminos de la peregrinación
en la Europa Medieval. (Estudio sobre el Camino de Santiago)”, Universidad
Complutense de Madrid, 1998 (Dir. R. COTARELO GARCÍA).