12-13 Competencia Civil y Administrativo

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AL TRATARSE DE UN PROCESO ORIGINADO EN UN CONTRATO CELEBRADO ENTRE UNA

INSTITUCIÓN DEL ESTADO Y UN PARTICULAR, SE DIRIME LA COMPETENCIA A FAVOR DE LA


SALA CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA

VOTO DE MAYORÍA
En el incidente de competencia negativa No. 12-2013-Pleno, suscitado entre Jueces/as de la
Sala de lo Civil y Mercantil y Jueces/as de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte
Nacional de Justicia, dentro del juicio especial de indemnización de daños y perjuicios por
incumplimiento de contrato, propuesto por el Municipio de Guayaquil contra Víctor Plaza
Chávez, consta lo siguiente:
Juicio No. 12-2013

JUEZ PONENTE: DR. WILSON ANDINO REINOSO:

TRIBUNAL DE LA CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- Quito, 26 de marzo de 2014.- Las 12H45.-


VISTOS:

PRIMERO.- ANTECEDENTES

1. Mediante providencia de 16 de mayo de 2012, a las 10h00 el Tribunal de la Sala de lo


Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, integrado por la doctora María Rosa
Merchán Larrea y los doctores Álvaro Ojeda Hidalgo y Eduardo Bermúdez Coronel, se
inhiben de conocer el recurso de casación interpuesto por los abogados Jaime Nebot
Saadi y Miguel Hernández Terán, Alcalde de Guayaquil y Procurador Síndico Municipal,
respectivamente, en calidad de representantes judiciales y extrajudiciales de la Ilustre
Municipalidad de Guayaquil, contra la sentencia pronunciada por la Primera Sala de lo
Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de Justicia del
Guayas, de 27 de noviembre de 2008 a las 11h08, expedida dentro del juicio de
indemnización de daños y perjuicios por incumplimiento de contrato; por considerar
que es incompetente en razón de la materia para conocer y resolver sobre ese recurso,
para ello manifiestan:

“En virtud de los establecido en el numeral 2 del Art. 185 del Código Orgánico
de la Función Judicial, al tratarse de un proceso originado en un contrato
celebrado entre el Municipio de Guayaquil, institución del Estado y un
particular, cuyo conocimiento compete a la Sala de lo Contencioso
Administrativo, en razón de la materia, y en virtud de lo ordenado en la
Disposiciones Transitorias Segunda y Décima, literal a) ibídem, y en
consideración a que el artículo 162 inciso final del cuerpo legal antes citado
prescribe “En ningún caso se prorroga la competencia en razón de la materia”;
concluye señalando que la inhibición se la efectúa con “ fundamento en lo
dispuesto en el Art.76.7. k) de la Constitución de la República, que entre las
garantías mínimas del debido proceso, consagra el derecho a ser juzgado por
un juez competente”.

2. La Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia, en auto de 9


de septiembre de 2013, suscrito por los doctores José Suing Nagua, Francisco Iturralde
Albán y la doctora Maritza Tatiana Pérez Valencia, de igual manera se inhiben e
indican:

“El artículo 185 del Código Orgánico de la Función Judicial establece la


competencia de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo. De su
parte, el artículo 217 del mismo cuerpo legal señala los deberes y atribuciones
de los jueces de las salas de lo contencioso administrativo de las cortes
provinciales; competencias que, de manera general, ya habían sido
incorporadas en nuestro ordenamiento jurídico mediante el literal a) de la
Disposición Transitoria Décima del Código Orgánico de la Función Judicial, del
auto inhibitorio del Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil, y subrayan la
parte en la que la norma establece que en los procesos en curso, anteriores a
la vigencia del Código Orgánico de la Función Judicial, los jueces y Tribunales
serán competentes en razón de la materia. Señala que: “El proceso remitido al
Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia ha
concluido, en la controversia central de fondo, con la sentencia expedida por la
Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte
Provincial de Justicia del Guayas, quedando únicamente pendiente de
resolución la liquidación de los daños y perjuicios demandados, en el que la
jurisdicción contencioso administrativo no puede intervenir ni pronunciarse,
porque no existe materia contencioso administrativa a decidir ni existe
fundamento en ninguna norma legal vigente para que así ocurra, ya que la
Disposición Transitoria Décima del Código Orgánico de la Función Judicial,
argüida como fundamento por el Tribunal de la Sala Civil y Mercantil,
expresamente señala que corresponde a los jueces competentes en razón de la
materia. Si la materia litigiosa central, esto es el tema contractual público, que
sería de competencia de la jurisdicción contencioso administrativa, ya que fue
ventilada y resuelta por la jurisdicción civil, mal haría esta Sala en conocer y
resolver la fase de liquidación de daños y perjuicios, resuelta por los jueces de
lo civil. Le corresponde entonces al Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil,
pronunciarse respecto al recurso de casación interpuesto…”

3. Mediante auto de 9 de octubre de 2013, la Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte


Nacional de Justicia se ratifica en su inhibición, dando lugar al conflicto de
competencia negativa, y, remite el proceso al Pleno de la Corte Nacional de Justicia,
para que dirima la competencia, de acuerdo con lo previsto en el artículo 180.3 del
Código Orgánico de la Función Judicial.

SEGUNDO.- EL DEBIDO PROCESO Y LA COMPETENCIA

Tenemos que recordar que el proceso es un medio y no el fin, desde este punto de vista la
función instrumental del proceso es ser una herramienta y un elemento para la realización de
la justicia, esa finalidad será la que ponga fin a la controversia, solo así la eficacia del proceso
será el instrumento pacificador social. Sobre la competencia lo que vuelve relevante es la
correcta interpretación y adecuada aplicación de la norma que resuelve el conflicto de
competencia en el caso concreto, condición necesaria para la efectividad jurídica de la decisión
final.

Con la expedición de la Constitución del 2008 se instauró en nuestro país un Estado


constitucional de derechos y justicia, marco constitucional que cambia radicalmente la
administración de justicia, ello obliga a que los jueces garanticen en todo acto jurisdiccional los
derechos y garantías fundamentales de los justiciables, y que acorde el artículo 76.7.k) de la
Constitución de la República del Ecuador a “ k) Ser juzgado por una jueza o juez independiente,
imparcial y competente. Nadie será juzgado por tribunales de excepción o por comisiones
especiales creadas para el efecto.” 1 Lo que conlleva que la imparcialidad del juez en la
administración de justicia esté consagrada como un principio fundamental y que se encuentra
contemplado en varios tratados e instrumentos internacionales como el artículo 6 numeral 1
de la Convención Europea de los Derechos del Hombre. En el artículo 8 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos se determina que: “Toda persona tiene derecho a un recurso
efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen
sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley”; de igual forma en el
artículo 10 ibídem se establece que: “Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena
igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para
la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación

1
El debido proceso es el que en todo se ajusta al principio de juridicidad propio del Estado de derecho y
excluye, por consiguiente, cualquier acción contra legem o praeter legem. Como las demás potestades del
Estado, a la de administrar justicia está sujeta al imperio de lo jurídico: sólo puede ser ejercida dentro de
los términos establecidos con antelación por normas generales y abstractas que vinculan en sentido
positivo y negativo a los servidores públicos. Estos tienen prohibida cualquier acción que no esté
legalmente prevista, y sólo puede actuar apoyándose en una previa atribución de competencia. El derecho
al debido proceso es el que tiene toda persona a la recta administración de justicia. El derecho al debido
proceso es el derecho a un proceso justo; a un proceso en el que no haya negación o quebrantamiento de
los que cada uno tenga jurídicamente atribuido o asignado ¨Es debido aquel proceso que satisface todos
los requerimientos, condiciones y exigencias necesarias para garantizar la efectividad del derecho
material. Se le llama debido porque se le debe a toda persona como parte de las cosas justas y exigibles
que tiene por su propia subjetividad jurídica¨ Mario Madrid – Malo Garizábal, Derechos Fundamentales,
Segunda Edición, Bogotá, 1997,3R Editores, Pág. 146
contra ella en materia penal”. Obvio que la imparcialidad del juez introducida en nuestra
Constitución estará presente no sólo en el ámbito del proceso y del derecho, sino también en
el ámbito de la ética y en la resolución final del conflicto.

La competencia se ha dicho que “(…) es el derecho que el juez o tribunal tiene para conocer de
un pleito que versa sobre intereses particulares, y cuyo conocimiento ha sido establecido así
por la ley (…); mientras la jurisdicción (v.) es la potestad que tienen de administrar justicia. El
juez tiene el poder de juzgar, pero está limitado en razón de su competencia. (…)” 2.

“La competencia es, por tanto, la facultad que cada juez o magistrado de una rama
jurisdiccional tiene para ejercer la jurisdicción en determinados asuntos y dentro de cierto
territorio” 3 Se puede considerar a la competencia desde dos puntos, uno objetivo como el
conjunto de causas en las cuales el juez por mandato legal puede ejercer jurisdicción, y
subjetivo como la facultad otorgada a juez para ejercer su jurisdicción dentro de los límites en
la que le ha sido atribuida. En la doctrina se han establecido cinco factores para fijar la
competencia: objetivo, subjetivo, territorial, funcional y de conexión. Objetivo se deriva de la
naturaleza del pleito o de la relación jurídica de la demanda; subjetivo mira la calidad de las
personas que forman las partes dentro del proceso; territorial referente a la circunscripción
territorial dentro de la cual el juez puede ejercer su jurisdicción; funcional, se deriva de la clase
especial de funciones que desempeña el juez en un proceso; y, conexión, que no es
propiamente un factor pero hace referencia a la modificación de competencia cuando existe
acumulación de pretensiones en un mismo proceso o de varios procesos.

Tanto el Código Orgánico de la Función Judicial en su artículo 156, cuanto el Código de


Procedimiento Civil en el artículo 1, establecen que la competencia es una facultad dada a los
juzgados, cortes y tribunales para administrar justicia en razón del territorio, de la materia, de
las personas y de los grados. “En el plano jurisdiccional, esa necesidad de sujetar toda
actividad estatal a la Constitución, se traduce en obligaciones que suponen para los jueces un
imperativo de conducta creativa, para de esta manera llegar a la justicia. Por ende, la excusa
de que la normativa secundaria es insuficiente o inexistente para resolver el caso concreto no
va más; el juez debe –bajo la premisa de que la disposición constitucional puede aplicarse
directamente-, encontrar una solución adaptable al caso, la cual en último caso emana de los
preceptos contenidos en la Carta Fundamental. No se puede, además, llegar a un non liquet: la
obligatoriedad del pronunciamiento de la administración de justicia deviene entonces como

2
Guillermo Cabanellas, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Tomo II, 25ª Edición, Editorial
Heliasta, Argentina, 1997.
3
Mattirolo: Tratado de Derecho Judicial Civil, 1era ed., Edit. Reus, Madrid, sin fecha, Pág., citado en
Teoría General del Proceso, Hernando Devis Echandía, Editorial Universidad, Argentina, pág. 141.
corolario.” 4 Es por esta razón que es necesario que se resuelva este conflicto de competencia a
fin de brindar a la ciudadanía y al Estado la tutela efectiva de sus derechos.

TERCERO.- DEL CONFLICTO DE COMPETENCIA:

Antecedentes del proceso

3.1. El 24 de abril de 1992, la Ilustre Municipalidad de Guayaquil y el ingeniero Víctor Plaza


Chávez celebraron el contrato de obra No. 008-92-AJ con el objeto de realizar la canalización
de aguas lluvias en la Pre – Cooperativa “Luz de Guayas”, en el kilómetro 10 vía a Daule.

3.2. El 23 de noviembre de 1993, mediante oficio No. 0654, el ingeniero Jorge Berrezuete,
Director de Obras Públicas Municipales, solicitó al ingeniero León Febres Cordero, Alcalde de
Guayaquil, proceda con la terminación unilateral del contrato de obra No. 008-92-AJ.

3.3. El 13 de diciembre de 1994, mediante resolución suscrita por el Alcalde de Guayaquil,


ingeniero León Febres Cordero, se dio por terminado el contrato de obra No. 008-92-AJ, en el
que se señala:

“Declarar unilateralmente la terminación del Contrato de Obra No. 008-92-AJ, suscrito


con el Ing. VICTOR PLAZA CHÁVEZ”

Del proceso

3.4. El 2 de abril de 1996, la Ilustre Municipalidad de Guayaquil, demandó al ingeniero Víctor


Plaza Chávez por incumplimiento del Contrato de Obra No. 008-92-AJ, para que previo el
trámite de Ley en sentencia sea condenado al pago de daños y perjuicios. Demanda que
recayó en el conocimiento de los Jueces de la Tercera Sala de la Corte Superior de Justicia de
Guayaquil, jueces competentes de acuerdo a la normativa vigente a la época de la demanda.

3.5. De conformidad con la Resolución dictada por la ex Corte Suprema de Justicia el 13 de


enero de 1999, en que se señalaba que las causas y controversias derivadas de contratos
suscritos por el Estado y otras entidades y organismos del sector público serán conocidas y
resueltas: En primera instancia, por los jueces civiles, y en segunda instancia, por las cortes
superiores. Los recursos de casación serán conocidos y resueltos por las Salas de lo Civil y
Mercantil de la Corte Suprema de Justicia, el conocimiento del proceso pasó a conocimiento
del señor Juez Vigésimo Cuarto de lo Civil de Guayaquil.

4
Aguirre Guzmán Vanesa, Tutela Jurisdiccional del Crédito en el Ecuador, Colección Profesional
Ecuatoriana, Ediciones Legales, Universidad Andina Simón Bolívar, Quito Ecuador, 2012. Pág. 9 y 10.
3.6. El proceso, materia de la controversia, fue tramitado bajo la normativa y procedimientos
establecidos en la Ley de Contratación Pública. Es así que el 26 de agosto de 2003, el Juez
Vigésimo Cuarto de lo Civil de Guayaquil dictó sentencia y ordenó que el demandado pague al
Ilustre Municipio de Guayaquil la cantidad de S/. 1´606.500,30, más los intereses legales.

3.7. El 27 de noviembre de 2008, la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias


Residuales de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, dictó sentencia reformando la
resolución dictada por el Juez Vigésimo Cuarto de lo Civil de Guayaquil y “…dispone que la
liquidación de los daños y perjuicios ordenados en esta resolución, y que comprenden el daño
emergente y lucro cesante, se efectúe en juicio verbal sumario”. Vale decir, que en un segundo
juicio se resuelva los daños y perjuicios.

De la normativa

La Ley de Contratación Pública, (hoy Ley Orgánica del Sistema Nacional de Contratación
Pública) tiene como objetivo el regular la contratación que realiza el Estado, de acuerdo a
ciertos procedimientos y parámetros, es así que se regula desde la etapa precontractual hasta
la terminación de los contratos.

La terminación de los contratos conforme lo determinaba el artículo 107 de la Ley de


Contratación Pública (vigente a la época de la demanda), establecía que una de las formas para
dar por terminado un contrato es por declaración unilateral del contratante; en caso de
incumplimiento del contratista, que es lo que realizó el Alcalde del Municipio de Guayaquil,
declarando inclusive la existencia de un derecho, mediante una resolución administrativa.

La terminación de un contrato por declaración unilateral efectivamente otorga el derecho a


demandar daños y perjuicios conforme así lo determinaba el artículo 110 de la Ley de
Contratación Pública, sin embargo esta declaración de terminación unilateral estará sujeta a
un procedimiento administrativo y judicial.

El contrato de obra celebrado entre la Ilustre Municipalidad de Guayaquil y el ingeniero Víctor


Plaza Chávez, es sin lugar a dudas un contrato administrativo 5, desde su nacimiento hasta la
forma en que se dio por terminado este contrato, esto fue mediante acto administrativo 6, es
decir aplicado el procedimiento determinado en la Ley de Contratación Pública, la cual regula
los contratos que celebra el Estado con las personas jurídicas y naturales del sector privado o

5
“El contrato público o el negocio jurídico de derecho público, es un acuerdo creador de relaciones
jurídicas” Roberto Dromi, Derecho Administrativo, Buenos Aires, 1996, pág. 306.
6
“Se entiende principalmente a la voluntad declarada, al resultado jurídico objetivo, emanado de la
Administración con fuerza vinculante por imperio de la ley”. Roberto Dromi, Derecho Administrativo,
Buenos Aires, 1996, pág. 203.
público. El Código Civil por otro lado es el que regula los contratos que se celebren entre
particulares, normativa que no fue aplicable en este caso, dado la naturaleza del contrato.

El trámite que se siguió en este juicio fue el establecido para los procesos administrativos 7,
jamás se aplicó lo determinado en el Código de Procedimiento Civil, respecto a un proceso de
liquidación de daños y perjuicios. Si bien la competencia fue determinada por una resolución
de la entonces Corte Suprema de Justicia, en que se estableció que las controversias que se
originen entre los contratos que han sido celebrados entre el Estado y particulares lo
conocerán los jueces civiles, no es menos verdad que con la vigencia del Código Orgánico de la
Función Judicial esta competencia cambió, es así que fueron miles de causas que pasaron del
conocimiento de los jueces civiles a los jueces administrativos, o en el caso más dramático, en
razón de la materia, el conocimiento de las causas de familia como era lógico pasó al
conocimiento de los jueces de familia.

El Código Orgánico de la Función Judicial en el artículo 190.1 determina que la Sala


Especializada de lo Civil y Mercantil conocerá los recursos de casación y apelación en materia
civil y mercantil que no conozcan otras Salas. El artículo 185 numeral 2 del referido cuerpo
legal, prevé que: “La Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo conocerá: Los
recursos de casación en los juicios por controversias originadas en contratos celebrados entre
el Estado o las instituciones del sector público y los particulares” El artículo 217 del Código
Orgánico de la Función Judicial prescribe cuales son las atribuciones y deberes de las juezas y
jueces que integren las Salas de lo Contencioso Administrativo, en el numeral 4: “ Conocer y
resolver las demandas que se propusieren contra actos, contratos o hechos administrativos
en materia no tributaria, expedidos o producidos por las instituciones del Estado que
conforman el sector público y que afecten intereses o derechos subjetivos de personas
naturales o jurídicas;…” .

La Disposición Transitoria Décima del Código Orgánico de la Función Judicial en el literal a)


dispone: “Todos los procesos que se hayan iniciado con anterioridad a la vigencia de este
código y que se hallaban en curso ante la Corte Suprema, cortes superiores, tribunales
distritales de lo contencioso administrativo y Fiscal, tribunales penales y demás juzgados de la
Función Judicial, así como ante los tribunales penales y juzgados militares y policiales, pasarán,
según corresponda a conocimiento de la Corte Nacional de Justicia, cortes provinciales,
tribunales penales y juzgados competentes en razón de la materia. De haber varios tribunales
o juzgados la competencia se radicará por sorteo. Las causa continuarán sustanciándose en el
punto en que hubieren quedado, sin que en ningún caso este cambio sea motivo para declarar
nulidad procesal alguna”.

7
Se citó al demandado, se llevó a cabo la Audiencia Oral, y se abrió la causa prueba por 90 días.
Finalmente el artículo 1 de la Resolución emitida por la Corte Nacional de Justicia con fecha 25
de agosto del 2010, publicado en el R.O. 276 de 10 de septiembre del 2010, señala que los
jueces civiles: “Hasta que se conformen las Salas especializadas de lo Contencioso
Administrativo de las Cortes Provinciales, los actuales Tribunales Distritales de lo Contencioso
Administrativo tienen competencia para tramitar y resolver todos los asuntos previstos en el
artículo 217 del Código Orgánico de la Función Judicial”.

Por las consideraciones expuestas, se puede concluir lo siguiente:

1) El Contrato de Obra No. 008-1992, celebrado entre la Ilustre Municipalidad de


Guayaquil y el ingeniero Víctor Plaza Chávez, no es de naturaleza civil, como se afirma,
nace como un contrato administrativo y termina mediante acto administrativo 8, es
decir, se produjo como una declaratoria de voluntad manifestada a través del Estado,
que produce efectos jurídicos directos e inmediatos, entre un ente estatal, en ejercicio
de su función administrativa frente a un particular. La Ilustre Municipalidad de
Guayaquil actúo de acuerdo a los parámetros establecidos en el Derecho
Administrativo. Las impugnaciones se efectúan ante las Salas de lo Contencioso
Administrativo, por cuanto, la esencia misma del derecho administrativo es la
protección hacia los ciudadanos. No es comprensible entonces que la discusión
respecto a la terminación de un contrato entre el Estado y un particular sea discutible
ante los jueces civiles, en que las relaciones serán en igualdad de condiciones,
diferente a lo que sucede ante los jueces administrativos.

2) La acción de incumplimiento de contrato, bajo el principio de legalidad, debe ser


conocido por las Salas de lo Contencioso Administrativo, por que deriva de un acto
administrativo (la resolución que declara unilateralmente terminado el contrato de
obra). Tomemos en cuenta el fin de la acción administrativa es justamente que no se
declare el incumplimiento de un contrato. El contratista que se lo declara incumplido
será sujeto de una serie de sanciones como la misma ejecución de las garantías; esta
ejecución de garantías comprende, generalmente, los daños y perjuicios a los que
tendría derecho el Estado por el incumplimiento de un contrato. 9

8
“Es toda declaración unilateral efectuada en ejercicio de la función administrativa, que produce efectos
jurídicos generales individuales en forma directa.” Roberto Dromi, Derecho Administrativo, Buenos
Aires, 1996, pág. 143.
9
“En consecuencia, para reflejar tal enfoque, la jurisdicción contenciosa administrativa amplía el campo
de su acción y también incluye la posibilidad de impugnación, ni sólo los actos administrativos, sino
cualquier otra actividad o acción ilegal o ilegítima del Ejecutivo, incluyendo las llamadas vías de hecho,
los hechos de la administración, sus omisiones y contratos” Pérez Efraín, Manual de Derechos
Administrativo, Corporación de Estudios y Publicaciones, Quito- Ecuador, Pág. 92
3) Este no es un proceso de liquidación de daños y perjuicios, ya que si fuera de este
modo entonces debería declararse la nulidad del proceso, por cuanto, el
procedimiento aplicado en este juicio no corresponde al trámite verbal sumario 10, caso
contrario efectivamente y sin duda alguna, según mi criterio y por haber así actuado el
suscrito en otros casos, sería la competencia del juez de lo civil (juez civil en forma
opcional o ante el mismo juez o tribunal que expidió la resolución en razón del
principio de economía procesal), como así sucede en los procesos penales en que se
declara la responsabilidad penal y el derecho a indemnizaciones por daños y perjuicios,
esta indemnización se la realizará siempre en la vía verbal sumaria (pues se trata de
una liquidación), pero en el caso presente no existe ninguna sentencia previa que
declare la existencia del derecho, sino que la demanda se basa en la resolución dictada
por el entonces Alcalde de Guayaquil, en que declara unilateralmente terminado el
contrato de obra (es decir un acto administrativo impugnable). Se debe anotar que en
esta misma resolución se ordenó que se demande la indemnización de daños y
perjuicios, es decir mediante un acto administrativo se ha declarado la existencia de
un derecho reparatorio, lo que atentaría inclusive el derecho a la defensa. Resulta
curioso también que mediante una resolución administrativa el Estado demandó
daños y perjuicios a un particular. Recordemos que en el derecho administrativo
ecuatoriano encontramos que existe el recurso de plena jurisdicción o subjetivo;
recurso de anulación objetivo o por exceso de poder y el recurso de lesividad, de lo
que se concluye que no se ha contemplado en nuestra legislación juicios de daños y
perjuicios en contra de particulares mediante una resolución administrativa,
evidenciando sin lugar a dudas el grave error en que ha incurrido la Municipalidad.

Finalmente para concluir, y con la normativa señalada (Constitución, Código Orgánico de la


Función Judicial, entre otras normas), se debe tomar en cuenta que el artículo 7.20 del Código
Civil establece: “Las leyes concernientes a la sustanciación y ritualidad de los juicios,
prevalecen sobre las anteriores desde el momento en que deben comenzar a regir. Pero los
términos que hubieren comenzado a correr, y las actuaciones y diligencias que ya estuvieren
comenzadas, se regirán por la ley que estuvo entonces vigente;”

La Constitución de la República del Ecuador, el Código Orgánico de la Función Judicial,


determinaron que son competentes las Salas de lo Contencioso Administrativo para conocer
las controversias originadas en contratos celebrados entre el Estado o las instituciones del
sector público y los particulares. La Disposición Transitoria Décima del referido cuerpo legal

10
“Art. 845.- En el juicio verbal sumario que se efectúe para liquidar intereses, frutos, daños y
perjuicios ordenados en sentencia ejecutoriada, el fallo no será susceptible de recurso alguno.
En los demás casos de juicio verbal sumario, se concederá el recurso de apelación, únicamente,
de la providencia que niegue el trámite verbal sumario, o de la sentencia conforme al Art.
838…” Código de Procedimiento Civil.
claramente establece que en razón de la materia corresponde el conocimiento de la causa a
los tribunales, jueces que corresponda en razón de la materia.

Entonces como bien señala la doctora María Rosa Merchán Larrea (Jueza Ponente), doctor
Álvaro Ojeda Hidalgo y el doctor Eduardo Bermúdez Coronel, en el auto dictado el 16 de mayo
de 2012, dentro del juicio 422-2009: “ al tratarse de un proceso originado en un contrato
celebrado entre el Municipio de Guayaquil institución del Estado y un particular” (lo
resaltado me pertenece), corresponde el conocimiento de esta causa a la Sala de lo
Contencioso Administrativo.

El debido proceso es una garantía fundamental consagrada en la Constitución de la República


del Ecuador en el artículo 76 11, que a su vez garantiza el principio de legalidad y la seguridad
jurídica. El artículo 184.1 de la Constitución de la República del Ecuador establece que son
funciones de la Corte Nacional de Justicia, conocer los recursos de casación, revisión y los
demás que establezca la ley, en relación con el artículo 184 del Código Orgánico de la Función
Judicial que determina que la competencia de las Salas Especializadas de la Corte Nacional de
Justicia es conocer los recursos de casación y revisión de acuerdo a la materia de su
especialidad. La competencia es la medida dentro de la cual está distribuida la jurisdicción
entre los diversos tribunales y juzgados en razón de la materia, las personas y los grados.

Por otro lado, “La perpetuario jurisdictionis no existe frente a las nuevas leyes procesales, y
sólo se aplica para las circunstancias de hecho que determinan la competencia en relación con
estos factores: valor, territorio o domicilio y calidad de las partes. Si la nueva ley cambia la
competencia o la rama jurisdiccional que debe conocer del proceso, tiene aplicación a los
procesos en curso”.12 La competencia entonces se modifica por el imperio de una nueva ley.

En el incidente de competencia No. 09-2013-Pleno, suscitado entre Jueces de la Sala de lo Civil


y Mercantil y Jueces de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de
Justicia, dentro del juicio ordinario por nulidad de escritura pública seguido por Mario
Vásconez Andrade en contra el Municipio del cantón de Riobamba, la Cooperativa de Vivienda
“Manuelita Sáenz” y el Procurador General del Estado se dirimió la competencia a favor del
Tribunal de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de
Justicia en el cual se señaló: “En el caso en análisis siendo que el juicio se ha producido por una
controversia originada en un asunto de carácter contractual público celebrado, entre la
Municipalidad de Riobamba, esto es, entre una Institución del sector público, conforme lo
dispuesto por el Art. 225.2 de la Constitución …”

11
Art. 76 Constitución de la República: “En todo proceso en el que se determinen derechos y
obligaciones de cualquier orden, se asegurará el derecho al debido proceso (…)”.
12
Hernando Devis Echandía, Teoría General del Proceso, Tercera Edición, Editorial Universidad,
Buenos Aires – Argentina, Pág. 144.
RESOLUCIÓN:

Por lo expuesto, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia en virtud de lo prescrito en los


artículos 76.7. K de la Constitución de la República del Ecuador y 185.2 y la Disposición
Transitoria Décima del Código Orgánico de la Función Judicial dirime la competencia a favor
del Tribunal de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de
Justicia, quien deberá conocer y resolver el recurso de casación interpuesto dentro del proceso
No. 422-2009. Devuélvase el expediente a este Tribunal para que continúe el trámite.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE.-

ff) Dr. Carlos Ramírez Romero, PRESIDENTE (V.S.); Dra. Rocío Salgado Carpio (V.S.), Dra. María
del Carmen Espinoza Valdiviezo, Dra. Mariana Yumbay Yallico, Dr. Merck Benavides
Benalcázar, Dr. Wilson Andino Reinoso, Dra. Lucy Blacio Pereira, Dr. Johnny Ayluardo Salcedo,
Dr. Jorge Blum Carcelén, Dra. Paulina Aguirre Suárez, Dr. Vicente Robalino Villafuerte, Dr. Juan
Montero Chávez (V.S.), Dr. Richard Villagómez Cabezas, Dr. Edgar Flores Mier, Dr. Alejandro
Arteaga García, CONJUECES NACIONALES. Certifico. f) Dra. Isabel Garrido Cisneros,
SECRETARIA GENERAL

VOTO SALVADO DE LOS SEÑORES JUECES Y JUEZA NACIONALES DOCTORES CARLOS


RAMÍREZ ROMERO, ROCÍO SALGADO CARPIO Y JUAN MONTERO CHÁVEZ
JUEZA PONENTE.- Dra. Rocío Salgado Carpio

TRIBUNAL DE LA CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- Quito, 26 de marzo de 2014.- Las 12H45.-


VISTOS: El Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil, con providencia de 9 de octubre de 2013,
a las 10h30 se pronuncia ratificando su decisión de inhibirse para conocer la causa del
Municipio de Guayaquil contra Víctor Plaza Chávez; corresponde resolver el conflicto de
competencia negativa, y, para hacerlo, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia, considera:

PRIMERO.- ANTECEDENTES:

1.1.- Mediante providencia de 16 de mayo de 2012, a las 10h00 el Tribunal de la Sala de lo Civil
y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, integrado por la Doctora María Rosa Merchán
Larrea y los Doctores Álvaro Ojeda Hidalgo y Eduardo Bermúdez Coronel, se inhibe de conocer
el recurso de casación interpuesto por Jaime Nebot Saadi y Miguel Hernández Terán, alcalde
de Guayaquil y Procurador Síndico Municipal, respectivamente, en calidad de representantes
judiciales y extrajudiciales de la M. I. Municipalidad de Guayaquil, contra la sentencia
pronunciada por la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materiales Residuales de la
Corte Provincial de Justicia del Guayas, de 27 de noviembre de 2008 a las 11h08, expedida
dentro del juicio especial de indemnización de daños y perjuicios por incumplimiento de
contrato; por considerar que es incompetente en razón de la materia para conocer y resolver
sobre ese recurso, para ello manifiestan:
1.1.2.- “En virtud de lo establecido en el numeral 2 del Art. 185 del Código Orgánico de la
Función Judicial, al tratarse de un proceso originado en un contrato celebrado entre el
Municipio de Guayaquil, institución del Estado y un particular, cuyo conocimiento compete a la
Sala de lo Contencioso Administrativo, en razón de la materia, y en virtud de lo ordenado en las
Disposiciones Transitoria Segunda y Decima, literal a) ibídem, y en consideración a que el
artículo 162 inciso final del cuerpo legal antes citado prescribe ´En ningún caso se prorroga la
competencia en razón de la materia´”; concluye señalando que la inhibición se la efectúa con
“fundamento en lo dispuesto en el Art. 76.7.k) de la Constitución de la República, que entre las
garantías mínimas del Debido Proceso, consagra el derecho a ser juzgado por un juez
competente”.

1.1.3.- La Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia, en auto de


fecha 9 de septiembre de 2013, a las 10h08, suscrito por los Doctores José Suing Nagua,
Francisco Iturralde Albán y Doctora Maritza Tatiana Pérez Valencia, de igual manera se inhibe y
alega:

“El artículo 185 del Código Orgánico de la Función Judicial establece la competencia de la Sala
Especializada de lo Contencioso Administrativo. De su parte, el artículo 217 del mismo cuerpo
legal señala los deberes y atribuciones de los jueces de las salas de lo contencioso
administrativo de las cortes provinciales; competencias que, de manera general, ya habían sido
incorporadas en nuestro ordenamiento jurídico mediante el artículo 38 de la Ley de
Modernización del Estado. Encuentran, además, fundamento en el literal a) de la Disposición
Transitoria Décima del Código Orgánico de la Función Judicial, del auto inhibitorio del Tribunal
de la Sala de lo Civil y Mercantil, y subrayan la parte en la que la norma establece que en los
procesos en curso, anteriores a la vigencia del Código Orgánico de la Función Judicial, los
jueces y Tribunales serán competentes en razón de la materia. Señala que: “El proceso
remitido al Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia ha
concluido, en la controversia central de fondo, con la sentencia expedida por la Primera Sala de
lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de Justica del
Guayas, quedando únicamente pendiente de resolución la liquidación de los daños y perjuicios
demandados, en el que la jurisdicción contencioso administrativa no puede intervenir ni
pronunciarse, porque no existe materia contencioso administrativa a decidir ni existe
fundamento en ninguna norma legal vigente para que así ocurra, ya que la Disposición
Transitoria Décima del Código Orgánico de la Función Judicial, argüida como fundamento por
el Tribunal de la Sala Civil y Mercantil, expresamente señala que corresponde a los jueces
competentes en razón de la materia. Si la materia litigiosa central, esto es el tema contractual
público, que sería de competencia de la jurisdicción contencioso administrativa, ya fue
ventilada y resuelta por la jurisdicción civil, mal haría esta Sala en conocer y resolver la fase de
liquidación de daños y perjuicios, resuelta por los jueces de lo civil. Le corresponde entonces al
Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil, pronunciarse respecto al recurso de casación
interpuesto...”.

1.2.- Mediante auto de 9 de octubre de 2013, a las 10h30, el Tribunal de la Sala de lo Civil y
Mercantil de la Corte Nacional de Justicia se ratifica en su inhibición, dando lugar al conflicto
de competencia negativa, y, remite el proceso al Pleno de la Corte Nacional de Justicia, para
que dirima, de acuerdo con lo previsto en el artículo 180.3 del Código Orgánico de la Función
Judicial.

SEGUNDO.- COMPETENCIA:

2.1.- El Consejo de la Judicatura de Transición posesionó a las Juezas y Jueces Nacionales el 26


de enero de 2012. El artículo 180.3 del Código Orgánico de la Función Judicial, establece como
funciones del Pleno de la Corte Nacional de Justicia: “Dirimir los conflictos de competencia
entre las salas especializadas de la Corte Nacional de Justicia”. El inciso tercero de la
Disposición Transitoria Segunda del referido Código Orgánico dispone: “SEGUNDA.-
DESIGNACION DE LA NUEVA CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- En todo lo relativo a la
competencia, organización y funcionamiento de la Corte Nacional de Justicia, este Código
entrará en vigencia a partir de la fecha en que se posesionen los nuevos jueces nacionales
elegidos y nombrados de conformidad con lo establecido en la Constitución y este Código…”;
por tanto, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia es competente para conocer y resolver el
conflicto de competencia negativa suscitado entre las Salas de lo Civil y Mercantil, y de lo
Contencioso Administrativo de esta Corte Nacional.-

2.2.-En sesión ordinaria de 30 de octubre de 2013, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia en


cumplimiento de lo dispuesto por el art. 141 del Código Orgánico de la Función Judicial, sorteó
el/la juez/a ponente para dirimir el conflicto negativo de competencia suscitado entre las Salas
de lo Civil y Mercantil y de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia,
correspondiéndole a la Doctora Rocío Salgado Carpio; quien presenta a consideración del
Pleno su ponencia:

TERCERO.- ANÁLISIS DEL CONFLICTO DE COMPETENCIA NEGATIVA:

3.1.- El proceso que genera el incidente por competencia negativa, persigue la liquidación de
daños y perjuicios ocasionados al estado, por la omisión de un particular. Habiendo quedado
resuelto mediante sentencia, dictada por la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y
Materias Residuales de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, la determinación del
incumplimiento del contrato por parte del demandado, Víctor Plaza Chávez y la terminación
unilateral, por parte del Municipio de Guayaquil, queda pendiente, únicamente: “demandar la
indemnización de daños y perjuicios, los que serán liquidados en juicio verbal sumario, por
cuerda separada; en atención a los artículos 843 y 860 del Código de Procedimiento Civil que
disponen que se tramiten en juicio verbal sumario de una sola instancia las demandas de
liquidación de intereses, frutos y daños y perjuicios ordenados en sentencia ejecutoriada…”.

3.2.-El casacionista circunscribe su impugnación a “los daños y perjuicios y pide, se liquiden en


este mismo juicio (civil)”. Así planteadas las cosas, no podemos dejar recordar que la
naturaleza jurídica de las obligaciones que derivan del incumplimiento, es civil, y, en atención
al principio de especialidad regulado en el artículo 11 del Código Orgánico de la Función
Judicial 13, corresponde su conocimiento y resolución a la Sala Civil. Ahora bien, para el
presente caso, en razón de la materia, corresponde la aplicación del artículo 190, numeral 1,
del Código Orgánico de la Función Judicial, que dispone: "COMPETENCIA DE LA SALA DE LO
CIVIL Y MERCANTIL.- La Sala Especializada de lo Civil y Mercantil conocerá: 1. Los recursos de
casación y de apelación en materia civil y mercantil que no conozcan otras Salas, que
establezca la ley, incluidos los recursos de casación en materia de inquilinato y de colusión;" (el
énfasis me pertenece), y de conformidad con la Disposición Transitoria Décima del Código
Orgánico de la Función Judicial, literal a) 14; norma que produce dos efectos: a) Convalida (en el
caso que exista) el vicio procesal por omisión de la solemnidad sustancial común a todos los
juicios e instancias (art. 346.2 del Código de Procedimiento Civil), y, b) Asegura la competencia
de los jueces y tribunales en razón de la materia, en relación con todos los procesos iniciados
con anterioridad a la vigencia del Código Orgánico de la Función Judicial.

3.3.-En esta misma línea, es preciso traer a colación, el pronunciamiento de la Corte


Constitucional, en un caso análogo sobre reparación económica en materia de garantías
jurisdiccionales 15, que analizando el art. 19 de la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional 16, señala: “…lo que propende la norma es controlar los excesos en los que el juez

13
“La potestad jurisdiccional se ejercerá por las juezas y jueces en forma especializada, según las
diferentes áreas de la competencia”

14
Disposición Transitoria Décima del Código Orgánico de la Función Judicial, literal a): “Para la
sustanciación de los procesos que se hallan actualmente en curso ante las judicaturas del país, se
seguirán las siguientes disposiciones: a. Todos los procesos que se hayan iniciado con anterioridad a la
vigencia de este Código y que se hallaban en curso ante la Corte Suprema, cortes superiores, tribunales
distritales de lo contencioso administrativo y fiscal, tribunales penales y demás juzgados de la Función
Judicial, así como ante los tribunales penales y juzgados militares y policiales, pasarán, según
corresponda, a conocimiento de la Corte Nacional de Justicia, cortes provinciales, tribunales penales y
juzgados competentes en razón de la materia. De haber varios tribunales o juzgados, la competencia
se radicará por sorteo. Las causas continuarán sustanciándose en el punto en que hubieren quedado, sin
que en ningún caso este cambio sea motivo para declarar nulidad procesal alguna.”(el énfasis me
pertenece).

15
Sentencia No. 004-13-SAN-CC, Caso No. 0014-10-AN, de 13 de junio de 2013.

16
Art. 19 LOGJCC “Reparación Económica.- Cuando parte de la reparación, por cualquier motivo,
implique pago en dinero al afectado o titular del derecho violado, la determinación del monto se
tramitará en juicio verbal sumario ante la misma jueza o juez, si fuera contra un particular; y en juicio
contenciosos administrativo si fuere contra el Estado…”.
constitucional puede incurrir al determinar los montos concernientes a la reparación
económica y tutelar de los derechos constitucionales de la contraparte, para que esta pueda
ejercerlos dentro del marco del debido proceso. Empero esta Corte deja en claro que la
determinación del monto de la reparación económica, consecuencia de la declaración de una
vulneración de derechos, no generara un nuevo proceso de conocimiento, sino exclusivamente
una cuantificación dentro de un trámite de ejecución de la sentencia constitucional…En efecto,
el proceso de cuantificación de reparación económica no es un proceso en el que se debatirá
nuevamente las situaciones acerca de los hechos que dieron lugar a la declaración de la
vulneración del derecho y si ésta se verificó o no, sino que se limita a ser un procedimiento de
puro derecho en el que se cuantifique la reparación económica…”. De manera similar, en este
caso, habiendo sido resuelta la cuestión principal (sobre incumplimiento del contrato y
terminación unilateral del mismo), queda pendiente la indemnización de daños y perjuicios; se
trata, por tanto, de un procedimiento de cuantificación de la indemnización ordenada dentro
de la fase de ejecución de la sentencia, y no de un proceso de conocimiento, pues, no se
vuelve sobre el fondo del asunto.

3.4.- De otro lado, el artículo 38 de la Ley de Modernización del Estado 17 confirió competencia
a los tribunales distritales de lo contencioso administrativo para conocer y resolver: “de todas
las demandas y recursos derivados de actos, contratos y hechos administrativos y reglamentos
expedidos, suscritos o producidos por las entidades del sector público. El administrado afectado
presentará su demanda, o recurso ante el tribunal que ejerce jurisdicción en el lugar de su
domicilio. El procedimiento será el previsto en la Ley de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa o el Código Tributario, en su caso. No se exigirá como requisito previo para
iniciar cualquier acción judicial contra las entidades del sector público la proposición del
reclamo y agotamiento en la vía administrativa. Empero, de iniciarse cualquier acción judicial
contra alguna institución del sector público, quedará insubsistente todo el reclamo que sobre el
mismo asunto se haya propuesto por la vía administrativa”.- Sin embargo, en virtud de la
disposición transitoria, incluida en la Ley de Modernización del Estado, por el artículo 29 de la
citada Ley para la Promoción de la Inversión y Participación Ciudadana 18: “Los procesos para la
solución de controversias iniciados con anterioridad a la vigencia de esta ley, que actualmente
se encuentren en trámite ante los jueces de lo civil y cortes superiores, continuarán
sustanciándose hasta su terminación y ejecución en esos mismos órganos judiciales. Los
recursos de casación interpuestos serán resueltos por las mismas salas que los conocen a la
vigencia de esta ley”, (el énfasis me pertenece).- Consecuentemente, la norma citada,

17
El Art. 38 de la Ley de Modernización del Estado fue reformado primero por el Art. 16 de la Ley para
la Promoción de la Inversión y de la Participación Ciudadana, expedida mediante Decreto Ley 2000-1,
publicado en el Suplemento del registro Oficial No. 144 de 18 de agosto de 2000; y, posteriormente por
el Art. 1 de la Ley 56, publicada en el registro Oficial No. 483 de 28 de diciembre de 2001.

18
R.O. No. 144, de 18 de agosto de 2000
mantiene la competencia de los jueces civiles que conocían juicios en contra de instituciones
del estado, en curso, antes de su promulgación, por ello, los recursos interpuestos ante la Sala
de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional, dentro de esos procesos, deben ser resueltos por la
propia jurisdicción ordinaria que ya los conoció.

3.5.- En este orden de cosas, es preciso señalar que en el sub judice, la competencia del juez
de lo civil quedó establecida (fjs.44 cuaderno de primer nivel), en virtud de la Resolución
dictada por el pleno de la Corte Suprema de Justicia 19, que señala que “las controversias
derivadas de contratos suscritos por el Estado y otras Entidades y Organismos del sector
público, serán resueltas y conocidas, en primera instancia por los jueces de lo Civil, y en
segunda instancia, por las cortes superiores. Los recursos de casación serán conocidos y
resueltos por las Salas de lo Civil y Mercantil de la Corte Suprema de Justicia”, debiendo las
causas en que no se había dictado sentencia o auto definitivo, remitirse a los jueces de lo Civil
para el tramite pertinente, como efectivamente ocurrió en este caso.

3.6.- Adicionalmente se toma en consideración que, la materia contenciosa relativa a la


controversia en torno al contrato público, ya fue resuelta mediante sentencia ejecutoriada en
sede civil, por lo que la ejecución de la sentencia de marras no puede cambiar de sede judicial,
en armonía con el artículo 163.3 del Código Orgánico de la Función Judicial, que entre las
reglas generales para la competencia dice: “Fijada la competencia de la jueza o del juez de
primer nivel con arreglo a la ley, queda por el mismo hecho determinada la competencia de los
jueces superiores en grado”.

3.7.- Para abundar traemos el principio/derecho de la Perpetuatio Jurisdictionis


(inmodificabilidad), entendido como: “un principio derivado del concepto del debido proceso,
con arraigo en las garantías ciudadanas, de un juicio justo y con reglas cognoscibles, claras y
controvertibles en instancia, esto es, con asidero constitucional en las libertades y derechos
ciudadanos – derechos fundamentales–, según el cual, una vez determinada la jurisdicción y la
competencia, tras la interposición de la demanda, esta no se puede modificar por razones de
hecho o de derecho sobrevivientes a ese primer momento procesal” 20. Cabe aclarar que, si bien
este principio ha sido limitado por algunos autores 21, esta postura no es compatible con el

19
R.O. No. 120, de 1 de Febrero de 1999.

20
Carlos E. Naranjo Flórez, “El principio constitucional de la perpetuatio jurisdictionis y el debido
proceso en Colombia”, en http://www.icdp.co/revista/articulos/35/Carlos%20Naranjo%20Florez.pdf,
pag. 1.

21
Devis Echandía en su obra “Compendio de Derecho Procesal Civil”, Tomo I, p. 136, señala sobre la
perpetuatio jurisdictione, que no existe frente a las nuevas leyes procesales, y sólo se aplica para las
circunstancias de hecho que determinan la competencia en relación con la cuantía, el territorio, el
domicilio y calidad de las partes, pero no aplica en relación con los cambios de derecho, la nueva ley que
cambia la competencia o la Rama Jurisdiccional que debe conocer del proceso.
espíritu garantista del derecho fundamental del debido proceso, en el marco de un estado
constitucional de derechos y justicia.

3.8.-Se subraya la preminencia del debido proceso, en toda actuación judicial, este conjunto de
garantías mínimas de las que goza cada persona comprende, entre otros, el derecho
predeterminación de los procedimientos, es decir a que las reglas a las que un o una
ciudadana adhiere para resolver un conflicto sean claramente establecidas con anterioridad
al inicio de un proceso. De esta manera las normas procesales se convierten en garantía, que
fortalecen el derecho a la defensa, entre éstas, el mantenimiento de la jurisdicción y
competencia desde el inicio del proceso, y la permanencia del Juez/a hasta el
pronunciamiento final. Lo que supone un resguardo para el litigante desde el momento que
presenta su demanda, a la luz de la seguridad jurídica; los usuarios de la administración de
justicia esperan que las reglas procesales del momento de presentar la demanda no varíen a
lo largo del proceso 22.

3.9.- Así lo ha entendido la Corte Constitucional Colombiana, señalando que las garantías
esenciales del debido proceso incluyen el derecho al juez natural y el principio de
predeterminación de las reglas procesales o principio de legalidad. En relación con el principio
del juez natural ha dicho: “Este principio (Juez Natural) constituye, en consecuencia, elemento
medular del debido proceso, […]“Nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes
preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la
plenitud de las formas propias de cada juicio” (Subraya la Sala). 23 Remarcamos este
pronunciamiento de la Corte Constitucional de Colombia en el que, además, señala que el juez
natural “es aquel a quien la Constitución y la ley le han asignado competencia para conocer
cierto asunto. […]Ello implica que es consustancial al juez natural que previamente se definan
quienes son los jueces competentes, que estos tengan carácter institucional y que una vez
asignada – debidamente– competencia para conocer un caso específico, no les sea revocable el
conocimiento del caso” 24(el énfasis me pertenece). Adicionalmente, la Corte Constitucional de
Colombia define las calidades de la competencia: “legalidad, pues debe ser fijada por la ley;
imperatividad, lo que significa que no es derogable por la voluntad de las partes;
inmodificabilidad porque no se puede variar en el curso de un proceso (perpetuatio
jurisdictionis); la indelegabilidad, ya que no puede ser delegada por quien la detenta; y es de
orden público puesto que se funda en principios de interés general” 25.

22
Carlos E. Naranjo Flórez, “El principio constitucional de la perpetuatio jurisdictionis y el debido proceso
en Colombia”, Ob. Cit., pag. 11.

23
Corte Constitucional Colombiana, sentencia C-154 de 2004. M.P. Dr. Álvaro Tafur Galvis.
24
Corte Constitucional Colombiana, sentencia SU 1184 de 2001. M.P. Dr. Eduardo Montealegre Lynett.

25
Corte Constitucional Colombiana, sentencia C-111 de 2000. M.P. Dr. Álvaro Tafur Galvis.
3.10.- En el presente caso, la competencia del juez fue definida previamente, no solo por la
disposición transitoria incluida en la Ley de Modernización del Estado, por el artículo. 29 de la
Ley para la Promoción de la Inversión y Participación Ciudadana, sino también mediante
Resolución del Pleno de la Corte Suprema, siendo los jueces de lo civil, los jueces naturales
para conocer el presente caso, por estar dentro de “las controversias derivadas de contratos
suscritos por el Estado y otras Entidades y Organismos del sector público”, por lo que, una vez
iniciada la acción y asumida la competencia por parte del juez vigésimo cuarto de lo civil de
Guayaquil, se configuró el principio/derecho de la perpetuatio jurisdictionis, por la materia.

RESOLUCIÓN:

Por lo expuesto, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia dirime la competencia a favor del
Tribunal de la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, quien
deberá conocer y resolver el recurso de casación planteado dentro del juicio 422-2009.
Devuélvase el expediente al Tribunal que corresponde, para que continúe con el trámite.
Notifíquese y cúmplase.-

ff) Dr. Carlos Ramírez Romero, PRESIDENTE (V.S.); Dra. Rocío Salgado Carpio (V.S.), Dra. María
del Carmen Espinoza Valdiviezo, Dra. Mariana Yumbay Yallico, Dr. Merck Benavides
Benalcázar, Dr. Wilson Andino Reinoso, Dra. Lucy Blacio Pereira, Dr. Johnny Ayluardo Salcedo,
Dr. Jorge Blum Carcelén, Dra. Paulina Aguirre Suárez, Dr. Vicente Robalino Villafuerte, Dr. Juan
Montero Chávez (V.S.), Dr. Richard Villagómez Cabezas, Dr. Edgar Flores Mier, Dr. Alejandro
Arteaga García, CONJUECES NACIONALES. Certifico. f) Dra. Isabel Garrido Cisneros,
SECRETARIA GENERAL

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