Derechos Reales de Garantia

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DERECHOS REALES DE GARANTIA

INTRODUCCION
Los derechos reales son la relación jurídica inmediata entre una persona y una cosa. La
figura proviene del Derecho romano ius in re o derecho sobre la cosa. Es un término
que se utiliza en contraposición a los derechos personales o de crédito.
Son aquellos derechos que aseguran el cumplimiento de una obligación mediante la
concesión de un poder directo e inmediato sobre una cosa ajena, poder que faculta a su
titular para, si aquella se incumple, promover la enajenación de ésta y hacerse pago
con su precio de dicha obligación asegurada o de la suma a que asciende la
responsabilidad por el incumplimiento.
Los derechos reales de garantía también se llaman derechos de realización de valor, en
cuanto la garantía la proporciona realizando (al provocar su enajenación) el valor de la
cosa sobre que recaen, y haciendo posible que con la suma de dinero a que ascienda
tal valor, se satisfaga la obligación garantizada.
El reforzamiento que el derecho real de garantía supone para las probabilidades de
cobro de la obligación asegurada, se halla en que:
Sobre el precio obtenido por la venta de la cosa gravada, tiene preferencia para dicho
cobro el acreedor garantizado por el derecho real, sobre los demás acreedores
ordinarios de su deudor.
El poder y facultades que le derecho real de garantía otorga al acreedor garantizado,
son aparte, es decir, además de las que normalmente le corresponden por su derecho
de crédito contra el deudor.
En el presente trabajo se desarrollan todos los aspectos doctrinarios del derecho real
de garantía la hipoteca,

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MARCO TEORICO
MARCO CONCEPTUAL
Una concepción de la teoría ecléctica de los derechos reales es: derecho real, el titular
adquiere un poder inmediato y directo sobre un bien, que puede ser ejercitado y hecho
valer frente a todos.
La concepción obligacionista o personalista y las concepciones unitarias consideran
que de los derechos reales deriva un deber de abstención u obligación pasiva que se
impone a todo el mundo (erga omnes).Los derechos reales no podrían ser solo una
facultad o poder de exclusión, ya que llevaría a concluir que el derecho de
propiedad sobre una cosa mueble no nacería hasta que un tercero la hurta o roba.
Una concepción intermedia establece dos elementos de los derechos reales:

- Un poder del sujeto sobre la cosa de contenido económico.


- Una relación del sujeto con terceros: garantía jurídica o formal.

Otra concepción señala que son derechos reales aquellos derechos subjetivos que
atribuyen a su titular un poder inmediato sobre una cosa, y son ejercitables frente a
terceros.
CARACTERÍSTICAS

Los derechos reales se diferencian de los derechos obligacionales:

POR RAZÓN DE LAS PERSONAS:

En los derechos reales, interviene un solo sujeto activo determinado y un sujeto pasivo
colectivo e indeterminado.

En el derecho de crédito, además de esos mismos, figuran un sujeto pasivo


individualmente determinado.

POR RAZÓN DEL OBJETO:

En los derechos reales, el objeto es una cosa corporal, específica y determinada.

En el derecho de crédito el objeto es una prestación del deudor.

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EN RAZÓN DEL PODER QUE ATRIBUYEN AL TITULAR:

En los derechos reales, implica el poder sobre una cosa.

El derecho de crédito, un poder o facultad contra la persona del deudor, para exigirle
una prestación de hacer o no hacer.

POR RAZÓN DE SU EFICACIA:

En los derechos reales, es el prototipo de los derechos absolutos, al poder ejercitarse y


hacerse efectivo erga omnes: su sujeto activo es el titular, quien ejerce sus derechos
sobre la cosa y la colectividad actuaría como sujeto pasivo, al verse obligado a no
perturbar las potestades que el titular ejerce sobre la cosa.

El derecho obligacional es el típico derecho relativo (Inter partes), porque sólo puede
hacerse efectivo con la persona del deudor como sujeto pasivo, en contraposición al
acreedor, que actúa como sujeto activo

POR LA IMPORTANCIA QUE LA LEY Y LA VOLUNTAD TIENEN EN SU CREACIÓN:

En los derechos reales, toma su configuración de la ley y obedece al principio de orden


público. Los diferentes derechos reales y los modos de adquirirlos, por su relevancia
para los ordenamientos jurídicos nacionales, suelen estar establecidos exclusivamente
en la ley, es decir, responden a un numerus clausus.

El derecho de obligación se rige el principio de autonomía de la voluntad, razón por la


cual existen tantas obligaciones como figuras jurídicas se puedan imaginar.

POR RAZÓN DEL ORIGEN:

Los derechos reales precisan de un título y de un modo de adquirir, establecidos por la


ley.

Los derechos de obligación nacen de las fuentes de las obligaciones, las que en el
derecho romano clásico son el contrato y el delito, variando en los distintos
ordenamientos jurídicos modernos. No son susceptibles de usucapión.

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POR RAZÓN DE SU DURACIÓN Y CAUSAS DE EXTINCIÓN:

Los derechos reales tienen de ordinario naturaleza perpetua, su ejercicio lo consolida,


pero pereciendo la cosa, se produce la extinción del derecho.

El derecho de obligación tiene una naturaleza limitada, "nace para morir", puesto que su
ejercicio lo extingue, y subsiste aun desapareciendo la cosa sobre la que recae (salvo
que por ello obre un modo de extinguir las obligaciones).

POR OBJETO DE PROTECCIÓN REGISTRAL

Los derechos reales, en especial el de naturaleza inmueble, suelen ser protegido por el
ordenamiento jurídico mediante su inscripción en un registro especial de naturaleza
pública, lo que acredita su dominio o, en su caso, su posesión.

El derecho de obligación, salvo excepcionalmente, no es protegido mediante registro.

LOS DERECHOS REALES DE GARANTÍA

CONCEPTO.

Son llamados así porque son constituidos a favor de un acreedor para reforzar el
cumplimiento de la obligación por parte del deudor, asegurándole su cumplimiento al
conceder al acreedor ciertas facultades sobre pertenencias del mismo deudor. El
acreedor tiene sobre esas acciones reales para perseguirlas en manos de quien se
encuentren, para hacerse poner en posesión de ellas. Los derechos reales de garantía
son derechos accesorios, se adhieren a una obligación cuyo cumplimiento garantizan.
Estos derechos no tuvieron un gran desarrollo, pues los romanos prefirieron la
garantía personal. Los derechos reales de garantía son la prenda y la hipoteca, pero les
precede la enajenación con fiducia.

LA "FIDUCIA CUM CREDITORE CONTRACTA".

La "fiducia Cum creditore contracta" (contrato de buena fe con el acreedor) implica


la venta de una cosa por "mancipatio" o por "in iure cesio", que hace el deudor al
acreedor para garantizarle el cumplimiento o pago de su crédito, seguido por un pacto
de "fiducia" (de buena fe) por medio del cual el acreedor se compromete con el deudor

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a retransferirle, una vez que se le haya pagado, la propiedad de esa misma cosa. Por
virtud de esta operación, el acreedor se hace propietario de la cosa, que retendrá hasta
ser pagado, pudiendo reivindicarla aun contra el deudor; en el caso de no ser pagado,
puede venderla para recuperar su crédito y dar el excedente, si lo hay, al deudor.

La enajenación con "fiducia" presentaba graves inconvenientes para el deudor: le


quitaba el uso del objeto y lo exponía a recuperarlo deteriorado por el hecho o
negligencia del acreedor, más aun, lo exponía a perderlo si el acreedor lo vendía antes
del vencimiento; además, no podía emplear el objeto para conseguir más préstamos. El
acreedor podía dejar el objeto en manos del deudor, pero era en arrendamiento o a
título de precario, siendo éste revocable a voluntad y aquél no impedía que el acreedor
pudiera vender el objeto, teniendo el deudor sólo la acción "personal fiducia" (de buena
fe) contra el acreedor.

EL "PIGNUS"

"Pignus" o prenda, viene de puño, pues lo que se da en prenda generalmente se


entrega con la mano, por lo que piensan algunos que la prenda sólo se puede constituir
sobre bienes muebles. La prenda es otro de los derechos reales de garantía que se
contrae no sólo con la entrega o tradición del objeto, sino también con la mera
convención de las partes.

Como la prenda se constituía para garantizar al acreedor el cumplimiento de una


obligación, se convenía entre las partes que en el caso de no ser pagado el acreedor,
éste podría vender el objeto, pero no podía ser forzado a venderlo si no quería. Cuando
no se ha convenido que el objeto pueda ser vendido, el acreedor puede venderlo, pero
previamente debe instar al deudor tres veces para que le pague. Con el producto de la
venta el acreedor se paga lo que le era debido, debiendo devolver el excedente al
deudor ("hyperocha") o demasía. Cuando el acreedor recibe el importe de su crédito de
manos del deudor, debe restituir el objeto que recibió en prenda.

"Anticresis". Relacionada con la prenda está la "anticresis", pacto en virtud del cual el
deudor autorizaba a que el acreedor se sirviera del bien y los frutos obtenidos los
aplicara al pago de los intereses y satisfechos éstos, a la suerte principal.

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"Pignus Gordianum". La prenda se extingue cuando el deudor hace el pago al acreedor,
pero el emperador Gordiano dispuso que subsistiera para garantizar otros créditos que
tuviera el deudor para con el mismo acreedor.

LA HIPOTECA.

Del latín, “hypotheca”, que a su vez lo toma del término griego, significa “hipo”: bajo ,
“theca”: conjunto de objetos, queriendo aludir al objeto que se halla bajo otro, sujeto a
su cumplimiento.

En Roma la hipoteca nació como un derecho real de garantía que evolucionó de la


prenda o “pignus”, para tratar de solucionar los inconvenientes que traía esta última
garantía al obligar al deudor a entregar la posesión de la cosa dada en garantía a su
acreedor. La hipoteca posibilitaba al deudor continuar con el uso y goce de la cosa, de
la que solo se veía privado si no cumplía la obligación que la hipoteca garantizaba.
Tanto la prenda como la hipoteca, podían efectuarse sobre bienes muebles o sobre
inmuebles.

La hipoteca es favorable tanto para el deudor como para el acreedor; para el deudor
porque "no pasa al acreedor ni la posesión" del objeto, quedando éste en poder del
deudor, quien podrá servirse de él y ofrecerlo en garantía de ulteriores créditos; es
conveniente la hipoteca para el acreedor, porque para la persecución (del objeto) se da
al acreedor una acción real.

La hipoteca es un derecho real que gravita sobre un bien afectado al cumplimiento de


una obligación. Grava a una cosa en lugar de gravar a una persona. Por la hipoteca se
tiene un derecho real sobre el objeto que garantiza el crédito y da al acreedor un
derecho de preferencia por el cual escapa al concurso de los acreedores, se paga con
el objeto afectado a su crédito. El acreedor tiene también el derecho de persecución
sobre el objeto para que éste le sea entregado de manos de quien lo tenga,
desconociendo las enajenaciones y constituciones de derechos reales posteriores al
nacimiento de la hipoteca; finalmente, el acreedor tiene el derecho de vender la cosa
gravada ("ius vendendi" o "ius distrahendi").

Actualmente, la prenda se efectúa sobre bienes muebles y la hipoteca sobre inmuebles.


Puede definirse la hipoteca como el derecho real que adquiere el acreedor por contrato,

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de parte de su deudor, de tomar posesión de un bien inmueble de propiedad de este
último en el caso de que no cumpla con la obligación contraída; mientras tanto, la cosa
gravada, continúa en poder del deudor. En caso de que el deudor no pague, se ejerce
la acción hipotecaria, para pedir judicialmente el remate del bien. Los acreedores
hipotecarios cobran en el orden temporal en que han registrado sus derechos. Esto se
basa en la máxima romana que decía “primero en el tiempo, es mejor en derecho”.
Figuradamente se emplea la palabra hipoteca para referirla a ciertas situaciones de
la vida cotidiana que comprometen aspectos extrapatrimoniales. Por ejemplo cuando se
dice “Hipotecaste tu vida a favor de tu familia” se quiere significar que garantizaste con
tu propia existencia la seguridad de los tuyos.

Para que la hipoteca pueda constituirse se necesita:

a) La existencia de una deuda, pues la hipoteca no es más que un derecho accesorio;

b) La cosa hipotecada debe ser objeto de venta, pues el derecho de preferencia que
otorga se ejerce sobre el precio;

c) El constituyente debe de ser propietario de la cosa y capaz de enajenar, pues es uno


de los fines de la hipoteca llegar a vender, en caso de que no se pague al acreedor.

CONSTITUCIÓN DE LA HIPOTECA.

LA HIPOTECA PUEDE ORIGINARSE POR:

A) PACTO. El acuerdo entre las partes bastaba para crear el derecho real de hipoteca;
se trata de un pacto sancionado por el derecho pretorio ("pactum vestitum").

B) TESTAMENTO. El de "cuius" utilizaba este modo de constituir la hipoteca sobre


alguno de los bienes hereditarios, cuando deseaba garantizar a su legatario una renta
vitalicia o una pensión alimenticia.

C) HIPOTECAS TÁCITAS. Las hipotecas tácitas son aquellas que la ley crea
directamente, de ordinario por interpretación de la voluntad de las partes, o por favor
hacia un acreedor incapaz.

Tiene una hipoteca tácita especial:

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1) El arrendador de un fundo rural sobre los frutos y cosechas.

2) La hipoteca del arrendador de una casa sobre todos los muebles y objetos
introducidos a ella.

3) En el derecho Justiniano, la hipoteca de los legatarios sobre los bienes de la


sucesión.

Tiene una hipoteca tácita general:

1) El fisco, sobre los bienes sus administradores y deudores.

2) Los pupilos y los menores de veinticinco años sobre los bienes de sus tutores y
curadores; esta hipoteca creada por Constantino, fue extendida por Justiniano a los
locos. 3) La mujer casada y sus herederos, bajo Justiniano, sobre los bienes del marido
para garantizar la devolución de la dote.

EXTINCIÓN DE LA HIPOTECA.

La hipoteca se extingue por la vía de consecuencias o directamente. Por vía de


consecuencia cuando el acreedor es pagado y más generalmente todas las veces que
la deuda de la cual es el accesorio se extingue totalmente, bien por el derecho civil,
bien por el derecho pretorio, pues si sólo se extingue parcialmente, la hipoteca que es
indivisible, subsistirá entera.

LA HIPOTECA SE EXTINGUE DIRECTAMENTE:

1) Por la venta de la cosa hecha por el acreedor hipotecario; extingue así su hipoteca y
las posteriores, si las hay, pero no las anteriores.

2) Por la renuncia del acreedor, que puede ser expresa o tácita, como cuando deja de
vender el bien afectado sin ejercer su derecho.

3) Por confusión, es decir, por la adquisición de la propiedad de la cosa hipotecada por


el acreedor hipotecario.

4) Por la pérdida de la cosa hipotecada.

5) Por la prescripción extintiva de cuarenta años que es la más larga duración de la


acción hipotecaria, según disposición del emperador Justino.

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6) Por las "praescriptio longi temporis" cuando el bien hipotecado está en manos de un
tercer adquirente de buena fe y con justo título con relación al acreedor hipotecario,
puede oponerle esta "praescriptio" a su acción hipotecaria.

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MARCO HISTORICO

LA HIPOTECA EN LA ANTIGUA ROMA

CONCEPTO DE HIPOTECA

La hipoteca romana consistía en el traslado posesorio queda digerido al momento del


incumplimiento de la obligación.

La forma ordinaria de protección de acreedor ordinario se llama convenio. La actio


serviana que permite reclamar la cosa frente a cualquiera que tuviera la posesión de la
misma.

CONSTITUCIÓN DE LA HIPOTECA

La hipoteca se puede constituir sobre cualquier tipo de cosa corporal o incorporal de


cosas que tengan un valor. Tácitas o legales por su forma de constitución. Las legales
se crean por efecto de la ley, las tácitas actualmente han desaparecido.
La constitución tácita de hipoteca es la que tiene lugar en aquellos casos en los que la
hipoteca deriva de un comportamiento o actitud inequívoca del constituyente, así, en los
arrendamientos urbanos sobre los muebles introducidos en la vivienda por el
arrendatario o inquilinos o en los arrendamientos rústicos sobre los frutos obtenidos por
el arrendatario.

HIPOTECAS LEGALES: CLASIFICACIÓN

Las hipotecas legales se clasifican en especiales y generales. Las primeras afectan al


patrimonio en su conjunto, las segundas gravan bienes determinados.

Los problemas de rango hipotecario

El principal problema que plantea la hipoteca es que en el momento de su constitución


no hay desplazamiento posesorio, y eso hace que se puedan constituir válidamente
sucesivas hipotecas a favor de distintos acreedores. Se sigue una regla, siendo la
primera de ellas, un principio general del derecho, “el primero en el tiempo es mejor en
derecho”.

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Las hipotecas prioritarias

Hay una serie de hipotecas que se llaman las hipotecas prioritarias, y entonces, en ese
orden de relación que se establece, existe una posibilidad que se conoce como el ius
offerendi, que permite a los acreedores de rango inferior alterar el orden establecido
ofreciendo la cantidad que se le adeuda.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Desde los tiempos antiguos el Derecho Romano estableció medios para asegurar el
cumplimiento de una obligación contractual, conocidas como garantías para el
cumplimiento o la satisfacción de un crédito.

Dichas garantías se clasificaron en personales y reales. Las garantías personales


consistieron esencialmente en la intervención de una persona en beneficio de otra,
denominada deudor. Dicha intervención se le conoció como intercesión
o intercessio que no es más que el compromiso de una o varias personas a cumplir por
el deudor, si este no satisfacía la obligación principal.

En el caso de las garantías reales implican relaciones jurídicas directas e inmediatas


entre una persona y una cosa dirigida a asegurar la ejecución del crédito. Ello supone la
afectación de un bien para el cumplimiento de una obligación contractual. En este
sentido el acreedor, se encontraba en una posición favorecida con respecto al deudor,
pudiendo exigir de éste la retención de un bien u objeto con el objetivo de venderlo
cuando no fuese satisfecha la obligación.

Originalmente sólo se conoció el dominio, que consistía en la enajenación del bien


mediante pacto de fiducia que suponía la trasmisión del dominio por parte del deudor al
acreedor y éste se obligaba a regresarlo al extinguirse la obligación garantizada[2]Si el
deudor no cumplía la obligación, la transmisión se hacía definitiva, aunque el valor de la
cosa fuera muy superior a la deuda.

Evidentemente esta garantía real adolecía de ciertos inconvenientes; pues se


despojaba al deudor del dominio y posesión de la cosa. Es válido aclarar que este
derecho real de garantía otorgaba excesivas ventajas al acreedor y no ofrecía

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seguridades para el deudor[3]Esta situación le permitía al acreedor disponer libremente
del bien, impidiendo que el adeudado explotara el bien en su provecho personal.

Para superar esos inconvenientes y producto de que las relaciones jurídicas eran más
numerosas y complejas surge el pignus o prenda. En virtud de este contrato sólo existe
un traslado de la posesión y no del dominio. Esto constituye un avance, pues el deudor
conserva el dominio de la cosa y, como consecuencia, el acreedor no la puede vender.

Las ventajas de la Prenda con respecto a la Fiducia se fundamentan en los siguientes


elementos:

El deudor podía retener consigo la propiedad del bien prendado, salvándose con ello la
dificultad de adquirir el bien objeto de la obligación, de manos de terceros adquirentes
de buena fe.

Fue calificada como un contrato en virtud del cual el deudor o un tercero, entregaba al
acreedor una cosa, para asegurar un crédito preexistente, con la posibilidad de ejecutar
la venta sobre el bien y favorecerse con el importe recibido.

Sin embargo, el traslado de la posesión impide que el deudor la siga trabajando y


obtenga otro gravamen sobre ella.

Es así es como surge entonces la hipoteca. Este derecho real de garantía aparece
relacionado primeramente con el arrendamiento y luego se extendió a otros contratos,
sin embargo, a diferencia de la prenda el bien permanece en poder del propietario; es
decir; del deudor pudiendo este explotarlo para sí, no obstante está limitado a realizar
actos que perjudiquen al acreedor.

Varios han sido los conceptos expuestos en la doctrina con respecto al contrato de
hipoteca. Clemente de Diego define a la hipoteca como el contrato por virtud del cual se
asegura el cumplimiento de una obligación principal, afectando especialmente bienes
inmuebles o derechos reales impuestos sobre ellos, de tal modo que el acreedor pueda
enajenarlos en el caso de que aquella sea vencida y no sea satisfecha oportunamente
deudor.

Rojina Villegas define la prenda como un contrato real accesorio por virtud del cual el
deudor o un tercero entregan al acreedor una cosa mueble enajenable, determinada,

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para garantizar el cumplimiento de una obligación principal, concediéndole un derecho
real de persecución, venta y preferencia en el pago para el caso de incumplimiento, con
la obligación de devolver la cosa recibida, una vez que se cumpla dicha obligación

En tal sentido debe entenderse como contrato en virtud del cual se constituye un
derecho real sobre un bien mueble enajenable para garantizar el cumplimiento de una
obligación y su preferencia en el pago.

Así mismo se concibe la hipoteca como un contrato accesorio que consiste en constituir
un gravamen a la propiedad que se tiene sobre un bien inmueble que queda afectado al
pago de una obligación. Si no se cumple con la obligación se pagará al acreedor con el
producto de la venta forzada del bien.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS QUE DIMENSIONAN LAS GARANTÍAS REALES DE


PRENDA E HIPOTECA.

La prenda y la hipoteca como derechos reales de garantías tienen diversos elementos


en común. Empecemos porque ambos son garantías reales, debido a que implican
relaciones jurídicas directas e inmediatas entre una persona y una cosa, no obstante,
en la doctrina ha sido ampliamente discutido el carácter real del contrato de hipoteca,
sustentándose en que el acreedor hipotecario no adquiere la posesión de la cosa que
permanece en poder del deudor, y por tanto no se cumple el elemento característico de
los derechos reales.

Igualmente, Carnelutti niega que la hipoteca tenga el carácter de un derecho real;


sostiene que se trata simplemente de un derecho que acuerda rango preferente en el
momento de distribuirse el producto de la expropiación forzada; es decir, no se trata de
un derecho sustantivo, sino de un derecho subjetivo procesal

Necesariamente requieren para su nacimiento y subsistencia de una obligación


principal a la cual garantizar de ahí la accesoriedad de ambos contratos. Esta
característica genera consecuencias y entre ellas tenemos, que si la obligación principal
se extingue, ambos contratos de garantía también se van a extinguir, de ahí que
ambas acciones van a prescribir junto con la principal, sin embargo la nulidad de estas
no afecta el contrato a garantizar.

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Otras de las características que tienen ambos contratos en común es la indivisibilidad,
cada una de las cosas hipotecadas o prendadas a una deuda están obligadas al pago
de la misma. En este sentido se puede decir que hasta que la obligación principal no se
cumpla completamente, la obligación accesoria de garantía se mantiene.

El contrato de prenda en principio es un contrato unilateral porque solo nace la


obligación para el acreedor de dar la cosa dada en prenda. Sin embargo, se convierte
en un contrato sinalagmático o bilateral porque genera obligaciones para ambas partes.
No obstante, hay autores como Iván Escobarque no consideran que el nacimiento de
tales obligaciones lo convierte en bilateral.

El contrato de Hipoteca también es unilateral, pero a diferencia del anterior solo se


obliga el deudor hipotecario a transferir al acreedor el derecho real de hipoteca, con
valor de garantía. El acreedor no contrae ninguna obligación

La característica primordial de la hipoteca, que nos permite distinguirla del contrato de


prenda es que no exige que se produzca el desplazamiento de la posesión del bien
gravado al acreedor, por el contrario, los bienes quedan en poder del hipotecante a fin
de que puedan continuar utilizándolos, sirviéndose de ellos, explotándolos y obteniendo
sus frutos y rentas.De igual forma no limita la facultad de disposición que sobre el bien
ostenta el propietario, quien puede enajenar el bien, pero hay que considerar que el
adquirente o tercer poseedor, recibirá dicho bien con el gravamen que pesa sobre él y
tendrá que asumir entonces los efectos que pueden producir poseer un bien
hipotecado.

No obstante existe otra forma de garantía real mobiliaria conocida como prenda sin
desplazamiento, llamada también prenda con registro, sin desapoderamiento y sin
desprendimiento de la tenencia Esta forma equivale a un rompimiento con
el concepto tradicional de la prenda. Esta prenda puede surgir por un pacto expreso
mediante el cual el deudor conservará en su poder la cosa sin ser desplazada del
acreedor, sin embargo, éste no tendrá la misma preferencia sobre la prenda que en el
caso de la prenda ordinaria.

Otra de las características que diferencia la prenda de la hipoteca es sobre el objeto en


que recaen. Se pueden dar en prenda todos los objetos muebles enajenables, sean

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corporales o incorporales. La regla general de poder dar en prenda todos los muebles,
presenta las limitaciones siguientes: no se pueden dar en prenda los muebles no
enajenables; las naves; y las cosas futuras No basta que la cosa prendada sea mueble,
sino que además ha de ser susceptible de entregarse, dada la calidad de contrato real
de la prenda. Por esta razón, los bienes futuros no pueden ser objeto de prenda civil.

La naturaleza inmobiliaria del objeto hipotecado es otro elemento fundamental que lo


diferencia de la garantía de prenda, aunque en el derecho moderno ha perdido valor
pues se habla de una hipoteca mobiliaria. Castán Tobeñas define a la hipoteca
mobiliaria como: "…un derecho real por el que, mediante la inscripción en el Registro
correspondiente se sujetan directa e indirectamente determinados bienes muebles
ajenos, que continúan en poder de su dueño, al pago de un crédito pecuniario,
cualquiera que sea su poseedor.

Esta nueva forma de hipoteca tiene su explicación en la existencia de bienes muebles


que tienen en sí mismo un extraordinario valor y son producto de grandes ganancias. Si
este bien mueble es transferido al acreedor como lo requiere la prenda, el deudor
empobrece su patrimonio no pudiendo saldar su deuda. Además de ello existen bienes
con una cierta importancia económica que se pueden crear sobre
ellos registros similares a los de la propiedad inmueble, en los cuales deben inscribirse
todas las transferencias de dominio. Se entiende entonces que tal situación en que se
encuentra el acreedor con un derecho real de garantía sobre una cosa mueble
registrable, es prácticamente, idéntico al que tiene el acreedor sobre una cosa
inmueble.

Existen circunstancias que siempre deben estar presentes en todo tipo de negocio,
denominándose por ello, elementos esenciales comunes que pueden ser de carácter
subjetivo u objetivo. Dentro del primer grupo encontramos la voluntad. Este elemento
hace referencia a que ambos contratos son consensuales.

El consentimiento es un concepto jurídico que hace referencia a la exteriorización de la


voluntad entre dos o varias personas para aceptar derechos y obligaciones. Para la
persona poder prestar su consentimiento es necesario cumplir determinados requisitos.
En general es necesario tener suficiente capacidad, toda vez que con los contratos de

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prenda e hipoteca se constituye un gravamen real sobre un bien por lo que es menester
estar capacitado para realizar actos de dominio.

Es por ello que en la doctrina se habla de un principio de enajenación para ambos


contratos, ya que, desde el momento, que el propietario grava su bien con alguno de
estos derechos de garantía se desprende parte del dominio. El mismo se compone de
la suma de los derechos reales que se encuentran en estado latente en manos del
propietario. Al desprenderse de cualquiera de ellos limita su dominio. Igualmente se
señala la imposibilidad de constituir derechos reales de garantía sobre bienes
inembargables.

Como elementos personales del contrato de prenda tenemos por un lado al titular del
mismo, que es el acreedor, en garantía de cuyo crédito se establece la prenda y que
recibe el nombre de acreedor pignoraticio, y de otro, el deudor o un tercero, que grava
la cosa con prenda para asegurar la efectividad de su crédito (constituyente de la
prenda). Las personas extrañas a la obligación principal pueden también asegurar esta,
pignorando o hipotecando sus propios bienes. Como requisito especial se señala el de
que las personas que constituyan la prenda o hipoteca tengan libre disposición de sus
bienes, o en caso de no tenerla, se hallen legalmente autorizados el efecto, pero en
realidad tal exigencia es común a todos los actos de gravamen o enajenación. Como
elementos reales pueden enumerarse las cosas objeto de la prenda y la obligación
garantizada por la prenda.

En relación a las cosas objeto de prenda es necesario apuntar que deben estar dentro
del comercio y pueden ser enajenables y susceptibles de posesión. También pueden
ser objeto de prenda los valores cotizables, letras de cambio, títulos a la orden,
acciones, obligaciones, títulos nominativos, que al igual que los derechos y obligaciones
son indivisibles.

En relación a los elementos formales hay que acotar que la prenda ordinaria y regular
solo exige la entrega de la cosa, pero en esta misma prenda regular se exigen ciertas
formalidades que produzcan efectos para terceros. Como todos los contratos este se
perfecciona desde el momento en que se den conjuntamente todos los elementos
esenciales, que serían la capacidad de los sujetos, su consentimiento, la entrega de la

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cosa y formalidades propias o especiales cuando se trate de prenda especial; sin
embargo, la prenda civil, en principio, y por naturaleza de contrato real, se
perfeccionaría con la entrega de la cosa. Es preciso dejar claro que para que el contrato
de prenda civil requiera una formalidad especial se requiere que las leyes civiles la
especifiquen como prenda especial e impongan requisitos formales especiales.

Del mismo modo haremos referencia a los elementos que configuran el contrato de
hipoteca. Comenzaremos por los elementos personales, dentro de ellos tenemos el
acreedor hipotecario, el deudor y eventualmente, el tercero que constituye la garantía a
favor de este en su caso.

Dichos sujetos tienen que tener capacidad para expresar razonablemente su


consentimiento. La capacidad se define como ese estado personal que supone la
madurez necesaria para que una persona pueda hacer que sus decisiones sea válidas
y la ley le reconozca como tales, es decir la capacidad es la aptitud o idoneidad que la
ley y el derecho reconoce en el individuo para que sea sujeto de derechos y
obligaciones.

Es evidente que este es un elemento indispensable, necesario para que la relación


principal se configure. No se concibe que una persona contraiga obligaciones
contractuales sin aptitud legal para ello.

Por otro lado, el consentimiento se concibe como otro elemento esencial pues es la
exteriorización de la voluntad de las partes. Tal manifestación de voluntad tendrá
efectos jurídicos o sea derechos y obligaciones, claro el mismo consentimiento debe
estar libre de vicios como lo son el dolo, error y culpa.

Dentro de los elementos reales de la hipoteca encontramos la obligación asegurada y la


cosa gravada. Los bienes susceptibles de hipotecarse varían de una legislación a la
otra. Dentro de los más comunes se encuentran los inmuebles que se posean en
propiedad o en usufructo hipoteca de naves y aeronaves, hipoteca sobre los bienes
futuros y hipoteca de una cosa ajena.

El contrato de hipoteca debe de celebrarse por escritura pública. Para que la escritura
pública de hipoteca tenga plena eficacia y validez ante terceros, debe ser inscripta en el

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Registro correspondiente. En algunas legislaciones se admiten documento privado para
la constitución de la hipoteca haciéndose dos ejemplares uno para cada parte.

MARCO LEGAL
SECCION II
De la hipoteca legal

Art. 1368.- (ENUMERACION). Independientemente de las hipotecas legales previstas


por otros códigos o por leyes especiales, los créditos a los cuales la ley otorga hipoteca
son: 1) Los de Estado, municipios y otras entidades públicas sobre los bienes de
administradores, recaudadores y demás personas a cuyo cargo está el manejar o
cuidar los intereses de esas entidades, así como sobre los bienes pertenecientes a todo
deudor de ellas.
2) Los previstos en el artículo 1346 en relación a la hipoteca suplementaria a que se
refiere el artículo 1347.
3) Los de quien vende un inmueble, por el precio no pagado.
4) Los del prestador de dinero para la adquisición de un inmueble, siempre y cuando
conste por el documento de préstamo que la suma estaba destinada a ese fin y
aparezca por el recibo del vendedor que el pago se hizo con el dinero de ese préstamo.
5) Los del coheredero, copropietario y socio, sobre los inmuebles asignados en la
división a los otros copartícipes en cuanto al pago de las compensaciones que les
corresponden.
6) Los del arquitecto y contratista para pagar el precio de su trabajo y sus salarios.
7) Los de prestador de dinero para pagar a los arquitectos y contratistas, así como los
del albañil y otros obreros empleados para edificar, siempre que su empleo conste en la
forma prevista por el caso 4) del artículo presente.

SECCION III
De la hipoteca judicial

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Art. 1369.- (RESOLUCION DE LAS CUALES DERIVA).
I. La hipoteca judicial se origina en las sentencias que condenan a pagar una suma de
dinero, o los daños y perjuicios resultantes por no cumplir una obligación de hacer, sea
en juicio contradictorio, sea en rebeldía, sean las sentencias definitivas o provisionales,
en favor de quien o quienes las han obtenido.
II. Esta hipoteca también resulta de otras resoluciones judiciales o administrativas a las
cuales la ley confiere ese valor para el efecto.
Art. 1370. (SENTENCIAS ARBITRALES). Las decisiones de los jueces árbitros sólo
producen hipoteca en cuanto las reviste el mandato judicial de ejecución.
Art. 1371.- (SENTENCIAS EXTRANJERAS). Se puede inscribir una hipoteca sobre la
base de sentencias pronunciadas por autoridades judiciales extranjeras, en cuanto el
tribunal boliviano llamado por ley, haya mandado cumplir, salvo que las convenciones
internacionales dispongan otra cosa.

SECCION IV
De la hipoteca voluntaria

Art. 1372.- (QUIENES PUEDEN CONSTITUIR HIPOTECA).


I. Sólo pueden constituir hipoteca el propietario con capacidad de enajenar los bienes o
derechos que sujeta a ella.
II. Es válida la hipoteca constituida por el propietario aparente, así como por el heredero
aparente, siempre que el acreedor hipotecario pruebe un error común e invencible.
Art. 1373.- (DERECHOS SUJETOS A RESCISION O A CONDICION).
Quienes tienen sobre el derecho o el bien un derecho que esté suspendido por una
condición, o sea resoluble en ciertos casos, o sea rescindible, sólo pueden constituir
una hipoteca sometida respectivamente a las mismas condiciones y circunstancias.
Los bienes de los incapaces y ausentes, mientras su posesión no se haya deferido sino
provisionalmente, sólo pueden ser hipotecados por los motivos y en la forma que
establezca la ley o una resolución judicial.
Art. 1374.- (HIPOTECA SOBRE BIENES INDIVISOS).
I. La hipoteca constituida por todos los copropietarios de un bien indiviso conservará
sus efectos cualquiera sea ulteriormente el resultado de la división o la subasta.

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II. La hipoteca constituida sobre la cuota propia de uno de los copropietarios produce
efectos respecto a los bienes o la porción de bienes que a él se le asignen en la
división. III. Si en la división se asignan al copropietario bienes distintos de los por él
hipotecados en la masa dividida, la hipoteca se traslada sobre estos otros bienes con la
fecha de la inscripción original y en los límites de valor anteriormente fijado en esa
hipoteca, lo cual se hará a gestión del acreedor hipotecario.
IV. Los acreedores hipotecarios y los cesionarios de un copropietario a quien se hayan
asignado bienes diversos de los hipotecarios o cedidos, pueden hacer valer sus
derechos también sobre las sumas debidas al copropietario por compensaciones, o
cuando le haya sido atribuida una suma de dinero en lugar de bienes en especie, y en
estos casos su crédito gozará de preferencia para el pago desde la fecha de inscripción
de la hipoteca, pero sólo en el límite del valor que tengan los bienes anteriormente
hipotecados o cedidos Art. 1375.- (HIPOTECAS DE BIENES DE MENORES,
INHABILITADOS Y AUSENTES). Los bienes de los incapaces y de los ausentes, en
tanto que su posesión se haya deferido sólo provisionalmente no pueden ser
hipotecados sino por los motivos y en la forma que establece la ley o en virtud de
resolución judicial.
Art. 1376. (HIPOTECAS CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO).
Las hipotecas constituidas en el extranjero sobre bienes radicados en Bolivia, surtirán
sus efectos en esta República si se otorgaron con sujeción a los requisitos de validez
previstos para los actos solemnes celebrados en el extranjero. y si están
suficientemente legalizados por las autoridades competentes. (Art. 1294 del Código
Civil)
Art. 1377.- (BIENES FUTUROS).
I. Los bienes futuros no pueden ser hipotecados.
II. Quien posea un derecho actual que le permita construir, puede constituir hipoteca
sobre los edificios cuya construcción haya comenzado o esté simplemente proyectada.
Art. 1378.- (ESPECIALIDAD DEL BIEN HIPOTECADO).
No es válida la hipoteca convencional si el instrumento público que la constituya no
señala e individualiza claramente cada uno de los inmuebles sobre los cuales se
consiente la hipoteca.
Art. 1379.- (ESPECIALIDAD EN LA SUMA GARANTIZADA CON LA HIPOTECA).

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La hipoteca voluntaria sólo es válida en tanto la suma por la cual se ha constituido sea
cierta y determinada. Si el crédito resultante de la obligación es condicional en su
existencia o está indeterminado en su valor, el acreedor no podrá pedir su inscripción
sino hasta la concurrencia de un valor estimativo que él declarará expresamente, y que
el deudor tendrá derecho a hacer reducir, si hubiere lugar. (Art. 1386 del Código Civil)
Art. 1380.- (RESERVA DE CONSTITUIR UNA HIPOTECA DE GRADO PREFERENTE).
Al constituir la hipoteca, el propietario puede, previo consentimiento del acreedor,
reservar su derecho a constituir ulteriormente otra de rango preferente, expresando el
monto a que ésta podrá alcanzar.

SECCION V
De la inscripción, reducción, extinción, cancelación y orden de las hipotecas
SUBSECCION I
Disposición general

Art. 1381.- (DISPOSICIONES APLICABLES).


La inscripción, reducción, extinción, cancelación y orden de las hipotecas se rige por el
Título VI de este Libro, sin perjuicio de las reglas establecidas en la Sección presente.

SUBSECCION II
De la inscripción de las hipotecas

Art. 1382.- (PERSONAS QUE PUEDEN SOLICITAR LA INSCRIPCION).


Pueden solicitar y obtener la inscripción de una hipoteca:
1) El deudor.
2) El acreedor hipotecario o su representante.
3) El acreedor de acreedor mediante la acción oblicua.
Art. 1383.- (EFECTOS DE LA lNSCRIPClON).
La inscripción es una medida de publicidad que hace oponible a terceros la obligación
hipotecaria y no presume la validez de la misma

SUBSECCION III

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De la reducción de las hipotecas

Art. 1384.- (CLASES DE REDUCCION).


La reducción en el monto de los créditos garantizados o en la base material de la
hipoteca puede ser voluntaria o judicial.

Art. 1385.- (REDUCCION VOLUNTARIA).


I. El acreedor debe hacer en instrumento público el levantamiento parcial de la hipoteca
y su inscripción, ya sea por pago parcial de la deuda, o liberando una parte de los
bienes hipotecados, o por otro motivo.
II. El acreedor debe reunir los requisitos de capacidad correspondientes a la naturaleza
del acto que origina la reducción. (Arts. 491, 1372 del Código Civil)
Art. 1386.- (REDUCCION JUDICIAL DE LA HIPOTECA EN CUANTO AL CREDITO
GARANTIZADO).
Se puede pedir la reducción judicial de la hipoteca en cuanto a los créditos garantizados
cuando:
1) Extinguido parcialmente el crédito, el acreedor se niega a la reducción voluntaria.
2) El crédito es indeterminado en su valor según lo previsto por el artículo 1379.
Art. 1387.- (REDUCCION JUDICIAL EN CUANTO A LA BASE MATERIAL).
I. Se puede pedir la reducción judicial en cuanto a la base material cuando las
inscripciones de las hipotecas legal y judicial son excesivas.
II. Se consideran excesivas las inscripciones que pesan sobre inmuebles cuando el
valor de uno o alguno de ellos excede al doble de la suma que importan los créditos en
cuanto al capital e intereses devengados por un año.

SUBSECCION IV
De la extinción de hipotecas

Art. 1388.- (ENUMERACION). Las hipotecas se extinguen:


1) Por extinción de la obligación principal.
2) Por renuncia del acreedor a la hipoteca.
3) Por pérdida del bien hipotecado.

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4) Por la extinción del derecho hipotecado, como el usufructo y el derecho de superficie.
Si el superficiario tiene derecho a una compensación, las hipotecas inscritas se hacen
efectivas sobre dicha compensación. Si se reúnen en la misma persona el derecho del
propietario del suelo y el del superficiario, las hipotecas sobre el uno y sobre el otro
derecho continúan gravando separadamente ambos derechos.
5) Por lo previsto en el Art. 1479.

SUBSECCION V
De la cancelación de las hipotecas

Art. 1389.- (CLASES).


La cancelación de la inscripción y el levantamiento total de las hipotecas pueden ser
voluntarios o judiciales.
Art. 1390.- (CANCELACION VOLUNTARIA).
Se realiza por el consentimiento de las partes interesadas que tengan capacidad para
tal efecto, y debe constar en instrumento público.
Art. 1391.- (CANCELACION JUDICIAL).
I. A petición de parte interesada, puede ordenarse judicialmente la cancelación cuando:
1) La inscripción fue realizada sin título legal ni convencional.
2) El título constitutivo de la hipoteca se anula o se deja sin efecto.
3) El crédito está extinguido.
4) La hipoteca se ha extinguido, aunque el crédito siga existiendo.
5) La inscripción es nula por un vicio de forma.
II. La cancelación sólo procederá por virtud de mandato judicial en los procedimientos
que prevé el Código del ramo. (Arts. 1369, 1560 del Código Civil)

SUBSECCION VI
Del orden de preferencia de las hipotecas

Art. 1392.- (PRIORIDAD DE LOS ACREEDORES HIPOTECARIOS Y


ANTICRESISTAS). Todos los acreedores hipotecarios, así como los anticresistas con
título inscrito en el registro, son preferidos a los acreedores quirografarios.

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Art. 1393.- (PREFERENCIAS ENTRE ACREEDORES HIPOTECARIOS Y
ANTICRESISTAS).
La preferencia entre acreedores hipotecarios de cualquier clase que sean, y entre éstos
y los anticresistas, se regula por la prioridad de su inscripción en el registro, para lo que
se tomará en cuenta el día y la hora.
Art. 1394.- (HIPOTECA DEL VENDEDOR. DEL COPARTICIPE Y DEL ARQUITECTO O
CONTRATISTA).
La hipoteca del arquitecto o contratista es preferida a la del vendedor o copartícipe,
aunque la hipoteca de éstos se hubiese inscrito antes.

SECCION VI
De la hipoteca sobre bienes muebles sujetos a registro

Art. 1395.- (BIENES MUEBLES QUE PUEDEN SER OBJETO DE HIPOTECA).


I. Pueden ser objeto de hipoteca legal, judicial y voluntaria los siguientes muebles
sujetos a registro:
1) Barcos, lanchas a vapor y embarcaciones en general que tengan más de una
tonelada como capacidad de carga.
2) Aeronaves en general.
3) Vehículos automotores en general.
4) Maquinaria pesada caminera, agrícola y para construcciones. 5) Otros muebles
sujetos a registro por leyes especiales.
II. Estas hipotecas se inscribirán en los registros correspondientes.
Art. 1396.- (OTROS MUEBLES QUE PUEDEN SUJETARSE A GRAVAMEN).
I. Por las mismas reglas prescritas en el artículo anterior se regirán los gravámenes.
1) En favor del vendedor o de quien preste los fondos necesarios para adquirir
instrumental o equipos destinados a una explotación.
2) En favor de quienes financien o presten dinero para la producción de películas.
II. En ambos casos el gravamen recae respectivamente sobre el instrumental y los
equipos y sobre la película, considerada esta última como cosa y como derecho
intelectual.

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Art. 1397.- (DISPOSICIONES APLICABLES). Las hipotecas sobre bienes sujetos a
registro se rigen por las disposiciones especiales que les conciernen y por las de
capítulo presente en cuanto no se opongan a aquéllas.

OBJETIVO GENERAL
Sistematizar los fundamentos doctrinales, históricos y de Derecho comparado de los
contratos de garantías de prenda e hipoteca en sede de contratos de préstamo
bancario y apertura de créditos, para la formulación de pautas contentivas del elemento
forma y lograr la efectiva protección de los sujetos y partes contratantes.

OBJETIVO ESPECIFICO
- Caracterizar desde una óptica histórica, doctrinal y comparada los elementos que
sustentan los contratos de garantías reales, con énfasis en el elemento forma,
para la limitación teórica de la prenda y la hipoteca como principales figuras
aseguradoras en sede de contratos de servicios bancarios.
- Determinar las pautas contentivas del elemento forma en los contratos de la
prenda y la hipoteca en sede de servicios bancarios con vista a lograr la efectiva
protección de los sujetos y partes contratantes, en el ordenamiento jurídico
boliviano.

METODO HISTORICO

Histórico: permitió destacar los aspectos generales del desarrollo del tema, las etapas
de desenvolvimiento desde el punto de vista doctrinal y legislativo, realizar un estudio
de la evolución de las garantías de prenda e hipoteca.

CONCLUSIÓN

Lo derechos reales son la relación jurídica entre una persona y una cosa, se considera
que de los derechos reales deriva un deber de abstención u obligación pasiva que se
impone a todo el mundo (erga omnes).

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Lo derechos reales de garantía Son llamados así porque son constituidos a favor de un
acreedor para reforzar el cumplimiento de la obligación por parte del deudor,
asegurándole su cumplimiento al conceder al acreedor ciertas facultades sobre
pertenencias del mismo deudor. El acreedor tiene sobre esas acciones reales para
perseguirlas en manos de quien se encuentren, para hacerse poner en posesión de
ellas, en síntesisson un derecho accesorio adherido a una obligación que se hace
cumplir.

BIBLIOGRAFIA

Schereiber Reset Max Arias; Cárdenas Quiroz Carlos; Schereiber Montero Ángela
Arias; Martínez Coco Elvira. Exégesis del Código Civil de 1,984. Tomo VI. Los Derechos
Reales de Garantía. Gaceta Jurídica editores, primera edición marzo 1995.
Muro A. P. Manual de Derechos Reales de Garantía. Exposición de Motivos
comentado. Jurisprudencia - legislación - modelos Decreto Legislativo Nº 822. primera
edición: febrero 1999. librería y ediciones jurídicas. Lima.
Avendaño V. Jorge, Avendaño O. Francisco, Mejorada C. Martín, Derechos Reales,
selección de textos de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Facultad de Derecho,
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El ABC del Derecho Civil. EGACAL: Escuela de Graduados Águila & calderón. Primera
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Gutierrez Camacho, Walter. Código Civil Comentado. Tomo V. Gaceta Jurídica. Primera
Edición, diciembre 2003.
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Vasquez Rios, Alberto. Derechos Reales de Garantía. Tercera Edición. Editorial San
Marcos .Lima-Perú, 2003.
ALBADEJO, Manuel. Derecho Civil, III, Derecho de bienes, Vol.2
CARLOS FERDINAND Cuadros Villena. Derechos reales de Garantía
www.wikipedia.com
www.oceanomedia.com

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ANEXOS
DERECHOS REALES DE GARANTÍA
En roma fueron preferidas las garantías personales(ej. fiador) frente a las reales.
La accesoriedad es nota común a todas= supeditadas a las vicisitudes de la obligación general.
FIDUCIA El deudor transmite la FACULTADES ACCIONES
(transmisión de la propiedad DEL ACREEDOR Actio fiduciae
propiedad) (por mancipatio o in iure Lex comisoria= directa- a favor del
cessio) de una cosa para quedarse con el deudor cuando ha
garantizar el pago al objeto pagado.
acreedor. A su vez el Pactum distrahendo=
acreedor se compromete vender el objeto para
– pacto fiduciae- a satisfacer el crédito Actio fiduciae
remanciparlo una vez pendiente de su contraria- a favor
pagada o cumplida la deudor. del acreedor si el
obligación EL DEUDOR- objeto le ha
CARACTERÍSTICAS usureceptio= generado gastos.
Negocio jurídico recuperar el objeto si
complejo= pagó la deuda aunque
Transmisión+ pacto no se haya
fiduciae. remancipado.

El acreedor recibe la FACULTADES ACCIONES:


PRENDA posesión de un objeto DEL ACREEDOR: Actio pignoraticia
(desplazamiento de entregado por el deudor . lex comisoria se prohibió directa
la posesión) para garantizar el pago de 326 d.C
.ius distrahendi
Pignus-datum la obligación. .Impertratio domini=
OBJETO= objeto que quedarselo con Actio pignoraticia
pueda satisfacer el interés autorización del contraria= a favor
del acreedor. Emperador del acreedor
. Pignus Gordianu- retener pignoraticio.
si hay mas créditos
pendientes.
. Pacto de
Anticresis=imputar frutos
a descontar k o intereses.

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ORIGEN= invecta- TUTELA PLURALIDAD DE
HIPOTECA ( no illata. PROCESAL HIPOTECAS
hay El deudor no pierde sus Acción hipotecaria. Regla general: prior
desplazamiento de facultades dominiciales al OBJETO Y in temporis potior in
la posesión) no existir CONSTITUCIÓN iure (cronológico).
Pignus-conventum desplazamiento. Permite -.cosas y objetos, Excepciones:
rentabilizar la cosa. (hoy también derechos. A)Créditos
en día ley de hipoteca .- Constitución: privilegiados.
mobiliaria y prenda sin acuerdo expreso, B) Ius offerendi.
desplazamiento) (Ley 16 tácito, convenio,
de diciembre de 1954) testamento

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