Korpus 21 Núm. 10

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 208

Volumen 4, núm.

10
PUBLICACIÓN CUATRIMESTRAL DE EL COLEGIO MEXIQUENSE, A.C.

El Colegio Mexiquense, A.C. (CMQ)


José Antonio Álvarez Lobato
Secretario General y encargado del despacho de la presidencia

Raymundo C. Martínez García


Coordinador de Investigación

Comité Editorial de El Colegio Mexiquense, A.C.


Raymundo C. Martínez García * José Antonio Álvarez Lobato * Tania Lilia Chávez Soto
Luis Alberto Martínez López * Mario González Ruiz * Emma Liliana Navarrete López
Rosario Margarita Vásquez Montaño * Judith Pérez Soria

Korpus 21
Mílada Bazant (CMQ)
Directora

Comité Editorial
Mílada Bazant (CMQ) * Gustavo Abel Guerrero Rodríguez (CMQ)
María del Pilar Iracheta Cenecorta (CMQ) * Henio Millán Valenzuela (CMQ) * Anne Staples (COLMEX)

Consejo Asesor
Francisco Alba (COLMEX) * Lourdes Arizpe (CRIM/UNAM)
Francie L. Chassen-López (University of Kentucky)
Will Fowler (University of St. Andrews, United Kingdom)
René García Castro (UAEMéx) * Pilar Gonzalbo Aizpuru (COLMEX)
Carlos Herrejón (COLMICH) * Daniela Spenser (CIESAS/CDMX)
Eric Van Young (Universidad de California en San Diego)
Mary Kay Vaughan (Universidad de Maryland)

Equipo Editorial
Blanca Estela Arzate González (CMQ) * Sayra Gutiérrez Valdespino (CMQ)
Maddelyne Uribe Delabra (CMQ)
Asistentes editoriales

José Manuel Oropeza Villalpando (CMQ)


Diseño de interiores, portada, formación y composición tipográfica

Carlos Vásquez (CMQ) * Jimena Guerrero Flores (CMQ)


Corrección de estilo

Editor Responsable
Gustavo Abel Guerrero Rodríguez (CMQ)

Korpus 21, Vol. 4, núm. 10, enero-abril de 2024, es una publicación cuatrimestral de difusión gratuita editada, publicada y distribuida por El
Colegio Mexiquense, A.C. Exhacienda Santa Cruz de los Patos, s/n, col. Cerro del Murciélago, Zinacantepec, C.P. 51350, México, tel. (722) 279
99 08 ext. 183, korpus21.cmq.edu.mx, [email protected] Editor responsable: Gustavo Abel Guerrero Rodríguez. Reservas de Derechos
al Uso Exclusivo 04-2021-041213264400-203 e ISSN 2683-2682, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Licitud de
Título y contenido 17434, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. El
contenido de los artículos publicados es responsabilidad de cada autor y no representa el punto de vista de El Colegio Mexiquense, A.C. Se
autoriza, con conocimiento previo de El Colegio Mexiquense, A.C., cualquier reproducción parcial o total de los contenidos o imágenes de la
publicación, incluido el almacenamiento electrónico (copiar, distribuir, exhibir y representar la obra y hacer obras derivadas) siempre y cuando
reconozca y cite la obra de la forma especificada por el autor. Korpus 21 publica 3 fascículos al año.
Korpus 21 es una publicación cuatrimestral reordenan datos que necesitan esquemas
orientada a la difusión de resultados de in- y diagramas sistematizados para facilitar la
vestigación original sobre temas de historia mejor comprensión de un hecho social de-
y ciencias sociales, editada por El Colegio terminado.
Mexiquense, A.C. Privilegia los estudios de La revista está orientada a un público
carácter inter y transdisciplinar, pero está amplio, constituido por investigadores, pro-
abierta a aquellos que adopten una visión fesores, estudiantes, gestores culturales e
unidimensional en historia, sociología, eco- interesados en el pasado y presente de la
nomía, ciencia política, geografía, antropo- sociedad. Se reciben postulaciones en es-
logía, así como áreas afines. Dos condicio- pañol, inglés o portugués. No existe cobro
nes son necesarias: a) el aval empírico, ya alguno para los autores en ninguna de las
sea de base factual y aparato crítico, en el etapas que conforman el proceso de postu-
caso de historia, o de datos cuantitativos lación, dictaminación y publicación. El for-
o cualitativos que respalden hechos estili- mato de publicación es electrónico, median-
zados que detonen y articulen la reflexión te su edición en PDF y XML, y en versión
teórica en las otras disciplinas, y b) que per- impresa. Es de acceso abierto y la guía para
mitan abonar al mejor entendimiento de la autores puede consultarse en la página web
sociedad contemporánea, de sus funciona- de la revista: korpus21.cmq.edu.mx.
mientos, problemas y perspectivas.
La revista publica artículos y ensayos, des-
pués de ser sometidos a dos dictámenes
elaborados por pares ciegos, así como re-
señas inéditos. Todos los artículos y ensa-
yos son evaluados por expertos nacionales
o internacionales en el tema del documen-
to postulado y externos a la institución de
origen de los autores. Los trabajos deberán
responder a las intenciones de cada una de
las secciones de la revista: 1) Temática: tema
central del número. En esta sección, los
editores podrán solicitar ex profeso la co-
laboración de algunos autores, sin que ello
implique la exención del cabal proceso edi-
torial; 2) General: abierta a cualquier tema
incluido en las distintas áreas que abarca la
revista; 3) Ensayos y crónicas: analizan, in-
terpretan y discuten un tema mediante el Editada por
cual se problematice o demuestre una hipó- El Colegio Mexiquense, A.C.
tesis a través de una secuencia argumenta-
tiva que denote un profundo conocimiento
sobre dicho tema; 4) Lecturas y relecturas:
reseñas de libros de reciente aparición o de
aquellos que se presten a nuevas lecturas o
interpretaciones y 5) Infografías: ordenan y
Korpus 21 is a journal published every four zed diagrams and charts to facilitate a bet-
months oriented to divulge original research ter understanding of a given social fact.
results on history and social science topics This journal is aimed at a broad audience,
and edited by El Colegio Mexiquense, A.C. It made up of researchers, teachers, students,
privileges inter and transdisciplinary nature cultural managers, and those interested in
studies, but is open to those who adopt a the past and present of society. Applications
one-dimensional vision in history, sociolo- are received in Spanish, English or Portu-
gy, economics, political science, geography, guese. There is no charge for authors in any
anthropology, as well as related areas. Two of the stages that make up the application,
conditions are necessary for publishing a judgment, and publication process. The pu-
paper: a) the empirical endorsement, whe- blication format is electronic, by editing it in
ther based on factual and critical apparatus, PDF and XML, as well as in printed version.
in the case of history, or quantitative or qua- It is open access and the guide for authors
litative data that support stylized facts that can be consulted on the journal’s website:
trigger and articulate theoretical reflection korpus21.cmq.edu.mx.
in other disciplines; and b) that it allows to
contribute to the better understanding of
contemporary society, its workings, pro-
blems, and perspectives.
The journal publishes articles and essays
after being submitted to two double-blind
peer reviewers, as well as unpublished re-
views. All proposals for publishing are eva-
luated by national or international experts
on the subject of the submitted document
and external to the authors’ institution of
origin. Texts must respond to the intentions
of each of the journal’s sections: 1) Theme:
central theme of the issue. In this section,
editors may expressly request the collabo-
ration of some authors, without this impl-
ying exemption from the full editorial pro-
cess; 2) General: open to any topic included
in the different areas covered by the journal;
3) Essays and chronicles: analyze, interpret
and discuss a topic through which a hypo-
thesis is problematized or demonstrated Edited by
through an argumentative sequence that El Colegio Mexiquense, A.C.
denotes a deep knowledge of a particular
subject; 4) Readings and re-readings: re-
views of recently published books or of tho-
se that lend themselves to new readings or
interpretations and 5) Infographics: ordered
and rearranged data that need systemati-
Tabla de Contenidos
Table of Contents

Sección temática
Mílada Bazant
Presentación
IX
Presentation

Eric Van Young


The Sphynx of San Cosme:
1
A Historian’s Thoughts on Writing a Biography
La esfinge de San Cosme:
pensamientos de un historiador al escribir una biografía

Jaime del Arenal Fenochio


Hacia una nueva biografía de Agustín de Iturbide:
19
azar, influencias, erratas, nuevas lecturas
Towards a new biography of Agustín de Iturbide:
chance, influences, errors, new readings

Silvia Marina Arrom


Retos y placeres en hacer la biografía de La Güera Rodríguez
35
Pleasures and Problems in Writing the Biography
of La Güera Rodríguez

Mílada Bazant
Algunas claves para el entendimiento de las emociones.
45
Un ejercicio metodológico-biográfico
Some keys to understanding emotions.
A methodological-biographical exercise

Margaret Chowning
A Biography of a Convent and a Prosopography of its Nuns
67
Una biografía de un convento y una prosopografía de sus monjas

Rosario Margarita Vasquez Montaño


Autoetnografía, conocimiento situado y serendipias
79
en la escritura de biografías de mujeres de frontera
Autoethnography, situated knowledge and serendipity
in writing biographies of frontier women
Francie Chassen-López
Desentrañando una vida: Juana C. Romero, Cacica de Tehuantepec
95
Unraveling a life: Juana C. Romero, Cacica of Tehuantepec

Mary Kay Vaughan


Educating the Senses:
113
Pepe Zúñiga and Mexico City’s Rebel Generation
Educando los sentidos:
Pepe Zúñiga y la generación rebelde de la Ciudad de México

Sección general
Javier Amadeo
Populismo, democracia y representación:
131
un análisis de La razón populista de Ernesto Laclau
Populism, democracy and representation:
an analysis of Ernesto Laclau’s On populist reason

Alejandro Ríos Miranda


Enclaves culturales de la indigencia en la Ciudad de México
143
2008-2012
Cultural enclaves of indigence in Mexico City 2008-2012

Juan Carlos Martínez Andrade


Tres tesis equivocadas sobre la rendición de cuentas municipal
161
Three wrong theses on municipal accountability

Reseña
Karen Ivett Mejía Torres
Caminos entreverados: dos trayectorias intelectuales.
183
Sobre Trilce Laske. Los caminos del éxito.
Dos hombres de saber novohispanos (1683-1705)
SECCIÓN TEMÁTICA
Presentación

ENIGMAS Y EXPERIENCIAS
BIOGRÁFICAS

D escifrar enigmas y laberintos, desarro-


llar la capacidad de observación y percepción;
cias de la realidad de antaño para observar con
una lupa los andares del biografiado que ilumi-
desplegar una labor detectivesca, medir el pulso nan y expanden su historia y la Historia de una
del tiempo tan acuciosamente como lo haría un manera viva y diferente. A través de la vida de
relojero e ingeniar un modelo de ensamblaje que un individuo se conoce otra Historia y no me re-
trence los hechos de la historia con los del indivi- fiero exclusivamente a la personal. Las fuentes
duo, son algunas de las potencialidades que cul- biográficas abren una ventana diversa, detallada
tivan los biógrafos para modular la gran travesía del pasado, encubierta por estructuras y proce-
que recorren para dar voz, resplandor y acción sos observados tangencialmente.
a un sujeto del pasado. Ningún biógrafo conoce La biografía como rama de la Historia tie-
los vericuetos en los que se mete hasta que está ne alcances ilimitados. Es ciencia y es arte; es
dentro de un mar de fuentes y preguntas sin fon- también intuición, como dice Eric Van Young,
do, difusas e ininteligibles, pero que, al cabo de porque se necesita tener buen olfato para en-
años, como por arte de magia y arduo y obse- contrar las fuentes. Y también buenos ojos para
sivo trabajo, la mortalidad del protagonista va ver “la realidad como la vio Lucas Alamán, inten-
dando paso a su inmortalidad. Es la convivencia tando observarla a 360º.” “¿Qué incluir? ¿Qué
cotidiana y la comunicación sensorial con aquel dejar fuera?” “¿Cuáles piezas me sirven para re-
ser humano que vivió en el pretérito, lo que con- construir una imagen de un mosaico que tiene
vierte a la biografía en algo único del quehacer muchas piezas de piedra o de vidrio?” ¿Cómo
histórico. combinar la vida personal con la vida pública de
Este número de Korpus 21 sobre biografía Alamán con el México convulso de las primeras
es especial porque la gran mayoría de los auto- décadas del siglo XIX? Van Young encontró en
res son biógrafos consolidados que transmiten la propia Historia de México del sabio Alamán, su
los intríngulis y los obstáculos que enfrentaron pensamiento, sus preocupaciones y sus motiva-
al investigar y escribir biografías. Durante años ciones. De “personalidad opaca”, de acuerdo con
estudiaron temas sociales y culturales, políticos su biógrafo, y agotando todas las fuentes posi-
y económicos, ambientados en un caprichoso y bles, Alamán reflejó poco de su “interioridad”;
embrollado contexto histórico que esconde y/o sin embargo, sus Memorias, aunque truncas, re-
silencia, muchas veces, las voces de la historia. presentan “la Piedra Rosetta” de sus emociones,
Para ser biógrafo se necesita conocer, como la es decir, nos dan una fórmula para penetrar en
palma de una mano, el rostro de la época, de la algunos rincones de su alma.
época en la cual vivió nuestro personaje, pues Jaime del Arenal nos relata los senderos y
los múltiples escenarios que toca a lo largo de laberintos que recorrió, durante décadas, para
un día, una semana, un mes, un año y toda su encontrar a Agustín de Iturbide, el General que
existencia, alimentan y condicionan su devenir consolidó la independencia de México de mane-
y su pathos. El biógrafo se sumerge en las minu- ra conjunta con Vicente Guerrero. El biógrafo ha

IX
PRESENTACIÓN

tenido que lidiar con “el peso de la historiogra- agallas y arrojo que se atrevieron, en el siglo XIX,
fía oficial” que lo ha tildado de villano y traidor. a incursionar en los “espacios públicos” reserva-
Nada más alejado que eso. “Como si el persona- dos para hombres. Sabemos que los hombres las
je insistiera en que no me olvidara de él,” según excluyeron de la Historia o hablaron —en su ma-
palabras de del Arenal, éste se ha adentrado en yoría— limitada y equivocadamente sobre ellas.
la obra de Iturbide para entender e interpretar La vida de La Güera Rodríguez “ilumina las
su perfil de estadista. La llave para lograrlo ra- restricciones que tenían las mujeres de su círculo
dicó en la formación histórica-jurídica de del social y ofrece perspectivas de los grandes su-
Arenal pues pudo leer, con una mirada “fresca cesos históricos”; por su parte, la de Juana Cata
y desapasionada” y erudita los textos del Gene- refleja “los papeles que hicieron las mujeres en
ral quien “pudo encontrar para los mexicanos un la construcción del Estado-Nación”. Los docu-
modo de ser libres basado en la unión, igualdad mentos judiciales, entre otros, estudiados por
ciudadana y Constitución moderna”. En la senda Arrom arrojan luz sobre “los roles y las experien-
para conocer a su personaje de del Arenal desa- cias reales de una mujer con todos sus defectos
rrolló una singular expertise, que lo fue llevando y virtudes”. Ambas autoras transmiten sus expe-
por el cauce iturbidista; pareciera que Iturbide riencias biográficas al desenredar la madeja de
dejó huellas indelebles con un código secreto mitos que cubrió a ambas mujeres durante más
que sólo su biógrafo pudo atinar en descubrir. de 150 años. La historia de México del siglo XIX
El biógrafo-historiador necesita de una buena narrada por Arrom y Chassen-López a través de
pluma para dar vida al individuo y a su telón de La Güera y Juana Cata aporta una perspectiva
fondo, con todo y tramoya. Tiene enfrente mu- diferente: la de dar a conocer el punto de vista
chas maneras de concebir su obra, dependiendo femenino en la cotidianeidad de sus familias y
de las fuentes y de su imaginación histórica. Sin círculos sociales y, en el caso de Romero, sus ex-
embargo, nuestra imaginación no puede volar traordinarios vínculos comerciales nacionales e
en el firmamento como la de los literatos que internacionales. El terruño que vio nacer a Juana
tienen la poderosa arma de la creatividad a tra- Cata se transformó gracias a su mano moderna
vés de la ficción. Nosotros nos basamos en los y generosa, capaz de mover montañas. El “len-
documentos fríos y en ocasiones parcos de la te microhistórico” o la reducción de escala de la
historia que combinamos con las fuentes cálidas observación de Chassen-López abre una venta-
de nuestros biografiados. Sin embargo, siempre na tridimensional a los sucesos de la nación, del
pervive el aguijón “de mejorarle la vida” a nues- estado, de la región, del pueblo y del barrio, es-
tro sujeto o bien existe la posibilidad de aportar pacios donde transcurrieron las horas, los días,
un retrato demasiado subjetivo o bien de llenar los meses y los años de Juan Cata.
los huecos de la historia con “demasiada ima- Vida y obra de tres mujeres estadunidenses
ginación”. Silvia Arrom confiesa que tuvo que “de frontera” con vínculos profundos y cultura-
resistir la tentación de llenar algunas lagunas les con México, inspiraron a Margarita Vasquez
“con ficción” para crear una narrativa completa. Montaño a relatar su propositiva aventura bio-
¡Vaya que si es tentación! Si bien no podemos gráfica. La autora explora desde la autoetnogra-
inventar hechos, podemos recurrir a la creación fía y el conocimiento situado los pasos de su
de una estructura original que alimente ciertas investigación, el encuentro y desencuentro con
argucias de la literatura como pueden ser un ar- las fuentes y los archivos, el rol de los tiempos y
gumento, una trama, quizás una intriga y, desde los espacios, el reto a la escucha de las voces y
luego, deben ir acompañadas con el cultivo de los silencios, el entendimiento de los vacíos do-
un lenguaje “más literario” al utilizar metáforas, cumentales y las emociones de biógrafa-biogra-
símiles, paradojas. fiadas surgidas en el proceso. En la cumbre de
Dos biografías formidables como son las de la exploración del pasado de las tres mujeres se
Silvia Arrom y Francie Chassen-López sobre ubica el género y la mirada feminista de la auto-
La Güera Rodríguez y Juana Catalina Romero, ra. Por último, Vasquez incorpora en su análisis
respectivamente, son una buena muestra de lo “las luces de la serendipia”, el hallazgo extraordi-
que pueden ser dos historias fascinantes, no- nario que tal vez hemos tenido todos los biógra-
velescas, de dos mujeres con temple de acero, fos al estar acechando y siguiendo, cual sabue-

X
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, IX-XII

so, las huellas de nuestro sujeto de estudio y de der del presidente, quien era su compadre y de
pronto, por azar, aparece el registro de oro que su marido, entonces gobernador de Guanajua-
alumbra el hito o los hitos de nuestra investiga- to. Para presentar el pentagrama emocional de
ción, incluso pueden convertirse en las epifanías Mantecón, dividí en claves las notas de su vida y
o los turning points que cambian el rumbo de la de su alma. ¿Hasta dónde podemos conocer el
trayectoria de una vida y pueden ser utilizados carácter, el temple y el temperamento de un ser
para definir la estructura de la biografía. El rico humano del pasado? ¿Hasta dónde puede llegar
y tortuoso camino recorrido por Vasquez Mon- el lenguaje para describir algo tan etéreo como
taño se encuentra allanado por la riqueza de los el alma humana? En este ejercicio metodológi-
andamios utilizados en su obra. co-biográfico el metrónomo del tiempo cultural
La biografía de un convento y de las monjas y del tiempo biográfico de Laura me dio indi-
que habitaron en él durante un siglo, de 1756 a cios que las claves se ajustaban a la llave de la
1854, bien pudiera ser tema de una película, no puerta de los refugios íntimos de Mantecón, de
por la dulce y pacífica vida que reinó en aquel sus prácticas y experiencias, del régimen en su
sagrado enclave sino por la rebelión que arma- comunidad y de género, todo ello envuelto en el
ron sus habitantes, que desprestigió a la institu- navegar de las emociones porque una y/o varias
ción. El artículo “A Biography of a Convent and a emociones navegan en nuestro cerebro en olas
Prosopography of its nuns”, de Margaret Chow- suaves y tenues, bruscas y violentas.
ning, nos abre la puerta a este insólito mundo Ahora bien, todos los biógrafos de este nú-
del Convento de La Purísima Concepción en San mero de Korpus 21 dieron vida a un sujeto del
Miguel Allende. Parecería que en aquel reino de pasado que ya había fallecido. Ello tiene sus pros
Dios todo caminaría como miel sobre hojuelas. y sus contras, sus fortalezas y sus debilidades,
Sin embargo, en aquel universo cuasi autónomo sus métodos y metodologías sui generis. Forjar
—pues producía hasta sus propias medicinas— la biografía de alguien vivo tiene la potencialidad
fue creciendo la inconformidad de sus habitan- de conocer a un ser humano de carne y hueso a
tes derivada de una crisis financiera e institucio- quien podemos preguntarle todo lo que quera-
nal. ¿Las paredes hablan? En efecto, los muros y mos y conocerlo con profundidad en los varios
recovecos de aquel inmueble condicionaron la espacios en los cuales se desenvuelve e intentar
historia que sucedió intramuros. Para conocer atrapar la intimidad de su alma. Además, ¡nos
y “dimensionar la crisis del funcionamiento” la ayuda a llenar las lagunas y los silencios que
autora disecciona las biografías de 109 monjas tanto nos atormentan! Sin embargo, la biografía
por nombre, edad, lugar de nacimiento, ocupa- sobre un personaje vivo también conlleva, entre
ción de los padres, lugar de procedencia y dote. otros, altibajos y cuestionamientos propios de la
Al tiempo, Chowning escudriña cómo y dónde incertidumbre, la veracidad y la interpretación
pudo conocer la vida cotidiana del convento, de entre lo dicho y hecho por el biografiado y lo
sus monjas y las causas del levantamiento. captado por el biógrafo.
Pareciera que los archivos judiciales pueden Amén de estas reflexiones, Mary Kay Vau-
hablarnos del pasado bastante más que sobre ghan muestra en su texto la senda biográfi-
pleitos y juicios, litigios y procesos. La demanda ca-histórico-espacial de su experiencia con (más
de divorcio que levantó Laura Mantecón (1845- que sobre) el pintor Pepe Zúñiga. A través de la
1950) contra su marido el ex presidente de Mé- rica aunque compleja historia personal de Pepe,
xico, Manuel González, es un libro abierto a sus la autora descubre la Historia y el paisaje cultu-
emociones, en vivo y a todo color. Para cono- ral que refleja hechos, detalles y complejidades
cerlas, fue necesario estudiarlas culturalmente, no encontradas en otras fuentes históricas; en
es decir, profundizar en los valores y costumbres este caso, “la interpenetración de los procesos
de la época que le tocó vivir: guerras internas y discretos” de la sociedad, la política y la cultura.
contra el extranjero, la muerte invadiendo todos Vaughan escudriña “la educación de los senti-
los rincones de su existencia, violencia intrama- dos” como un proceso histórico relevante y da
rital, abandono de su familia, patrones religiosos cuenta cómo biógrafa y biografiado compar-
y represivos de conducta femenina y su lucha tieron las mismas experiencias visuales y audi-
personal a capa y espada contra el Poder, el Po- tivas —al ver películas y escuchar el radio— que

XI
PRESENTACIÓN

marcaron a toda una generación que vivió en un


México de grandes cambios sociales, políticos
y morales que desembocaron en el movimien-
to del ’68. Ciertamente, este “viaje sentimental”
entre biógrafa y biografiado invita a seguir un
sendero paralelo modulando pasos y pinceladas
con el ánimo de revelar, al fin del trayecto, un
rostro y su tiempo.

Mílada Bazant
El Colegio Mexiquense, A.C.

XII
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 1-18
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024167

THE SPHYNX OF SAN COSME:


A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

LA ESFINGE DE SAN COSME:


PENSAMIENTOS DE UN HISTORIADOR AL ESCRIBIR UNA BIOGRAFÍA

Eric Van Young


University of California at San Diego
United States
[email protected]

Abstract

This essay is drawn from the author’s experience researching and writing a biography
of Lucas Alamán (1792-1853). The author recounts the path he followed leading him,
as a historian, to tackle the genre of biography, and some of the frustrations he
encountered in choosing to write a biographical study of Alamán, a particularly opaque
personality. The importance and pleasure of writing and reading biography in general is
discussed, different frameworks for the writing of biography are proposed (one of the
most promising, but riskiest, being that of psychohistory), sources of different sorts are
analyzed, and narrative strategies addressed.

Keywords: Psychohistory; Sources; Unreliable Narrator; Memorias; Alamán.

Resumen

Este ensayo se extrae de la experiencia del autor al investigar y escribir una biografía
de Lucas Alamán (1792-1853). El autor relata el camino que siguió para abordar, como
historiador, el género de la biografía, y algunas de las frustraciones que encontró al
optar por escribir un estudio biográfico de Alamán, una personalidad particularmente
opaca. Se discute la importancia y el placer de escribir y leer biografías en general, se
proponen diferentes marcos para la escritura de biografías (uno de los más promete-
dores, pero más riesgosos, es el de la psicohistoria), se analizan fuentes de diferentes
tipos y estrategias narrativas.

Palabras clave: Psicohistoria; Fuentes; Narrador no Fidedigno; Memorias; Alamán.

1
ERIC VAN YOUNG, THE SPHYNX OF SAN COSME: A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

After a man’s long work is over and the sound of the roof of this house in the fall of 1847 Alamán
his voice is still, those in whose regard he has held had been able to observe the battles between
a high place find his image strangely simplified and
invading American forces and the defenders of
summarized. The hand of death, passing over it, has
smoothed the folds, made it more typical and gener- Mexico City. He wrote that the Americans had
al. The figure retained by memory is compressed and placed two cannon on the roof, thus making of
intensified; it stands, sharply, for a few estimated and the building a perfect target for the defending
cherished things, rather than, nebulously, for a swarm Mexican artillery and causing considerable dam-
of possibilities.
age to it (Van Young, 2021: 607).
Henry James The main house was very large, the two sto-
ries laid out in traditional form around a central
patio with twenty-one rooms in the residen-
The writing of lives is a department of history and tial part on the second floor, occupied at one
is closely related to the discoveries of history. It can time by the large family, and a mirador above.
claim the same skills. No lives are led outside history
There were several ancillary buildings, including
or society; they take place in human time. No biogra-
phy is complete unless it reveals the individual within stables, a casa de vecindad with ten rooms, and
history, within an ethos and a social complex. other structures; the ground floor of the main
house seems to have been occupied by some
Henry James1 sort of commercial establishment as was typi-
cal of such large family homes in the period. The
[T]hose that write lives, by reason they insist more “jardín grande” had nearly sixty fruit trees, forty
on counsels than events, more upon what sallies from large pines, and ten poplars. An enormous or-
within, than upon what happens without, are the most chard on the property had a further 350 fruit
proper for my reading; and therefore, above all oth- trees, 78 mature cedars, and a variety of flower-
ers, Plutarch is the man for me…I am equally curious ing plants and bushes. The total value of all this
to know the lives and fortunes of these great instruc-
Gargollo put at over 42,000 pesos, not among
tors of the world, as to know the diversities of their
doctrines and opinions. the most expensive of upper-class homes, but
still very substantial. When she died six years
Michel de Montaigne2 later at the age of 54, Alamán’s widow, Narcisa
Castrillo de Alamán, possessed personal valu-
An Inventory ables including diamonds (of which one item was
“un fistol de brillantes” evaluated at 500 pesos,
About a month after Lucas Alamán’s death on 2 which presumably had belonged to her late hus-
June 1853 the architect and civil engineer Manu- band); gold jewelry; silver plate and other silver
el Gargollo y Parra carried out an inventory and objects; and paintings (ten framed oils, of which
appraisal of the Alamán family home at 23 Ri- eight were of Christian saints) for a total value
bera de San Cosme, in what was then the north- of 2,615 pesos—certainly not a huge amount in
western edge of Mexico City, since engulfed by personal valuables, but again, significant. The
the urban sprawl of the Mexican capital.3 From self-made inventory of his wealth by Alamán in
1 Both passages by James are quoted in Writing Lives: Prin- 1841 in connection with the collapse of the enor-
cipia Biographica (Edel, 1984:14; 43-44). Edel (1907-1997) mous Cocolapan textile factory in Orizaba of
was the Pulitzer Prize-winning author of a five-volume biog-
raphy of the novelist Henry James (1843-1916), and of other
which he had been managing partner; a detailed
books on James as well as critical works. A few passages in appraisal of his personal library shortly after his
this essay are adapted from Eric Van Young, “Adventures
with Don Luquitas: Exploring Our Obligations as Biogra- tory touched only the buildings, garden, and orchard on the
phers,” The Americas, 75:3 (July 2018), 453-462. property, not the contents of the house, and was much more
2 From the essay “On Books” by Montaigne (1533-1592), detailed than the summary I present here. It is indicative of
quoted in A Higher Form of Cannibalism?: Adventures in the the gaps in personal biographical data on Lucas Alamán that
Art and Politics of Biography (Rollyson, 2005:50), Rollyson although his family had occupied the extensive Ribera de San
himself has written numerous biographies on figures ranging Cosme property for a considerable time, in the years imme-
from William Faulkner (2020) to Marilyn Monroe (2014), and diately preceding his death the family had apparently moved
from Marie Curie (2004) to Norman Mailer (1991), as well as back into a more centrally located home in the city’s Sa-
many works on the craft of biography itself. grario parish, probably on the Calle de San Francisco, where
3 Gargollo y Parra (whose dates I have been unable to de- Alamán had earlier sold another home. The San Cosme prop-
termine) was the author of works on architecture and co- erty actually belonged to Lucas’s widow Narcisa Castrillo de
authored a work on Mexico’s public debt to Spain. The inven- Alamán (1804-1859) by right of her dowry.

2
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 1-18

death; and his final testament of 1850 all add survived, their fate unknown. It was only by ser-
considerable detail to the picture we have of his endipity that I happened across Alamán’s unfin-
wealth through time. The bottom line is that af- ished and unpublished memorias of 1833 (more
ter deductions for his large outstanding debts on this below), which have proved a sort of Ro-
Lucas Alamán’s fortune amounted to 150,000- setta Stone for understanding Lucas Alamán’s
200,000 pesos at his death. He was a good deal life. This was also used by José C. Valadés in
less wealthy than he had been a decade or so his impressive, judicious, and even sympathetic
earlier, although still a man of the small novohis- 1938 biography of the statesman.5
pano and Mexican upper class.4 The documents we do have, as I have said,
I have mentioned all this by way of suggest- tell us little about Lucas Alamán’s personal or
ing the distance between what a biographer interior life. For example, since he was a man
might come to know of a subject’s material life who seemed to tend toward corpulence, did he
and that subject’s internal life or even his or her struggle with his weight in his later years? As
daily routines. In this case the person’s proper- one of the most active men in economic and
ty is particularly well-documented since Lucas public affairs of the time, how present was he
Alamán was a relatively wealthy man, a private in the domestic sphere of the Alamán-Castrillo
entrepreneur of some ambition, a government household, and did this change over the course
official engaged for many years in the formation of his married life? What were his relations with
of economic policy, and the head of a large fam- his children; how did the deaths of several of
ily, the economic wellbeing of whose children them at tender ages affect him emotionally; and
depended in part on inheritance possibilities. what was the nature of his marriage to Narcisa
These inventories and appraisals by no means Castrillo?6 And what of his connections to his
exhaust the sources describing Alamán’s prop- two-decade older half-brother, the child of his
erty, that of his family, and his business dealings mother’s first marriage, the high Church official
since there is also an abundance of notary docu- Dr. Juan Bautista Arechederreta (sometimes de
ments recording purchases and sales, invoices Arechederreta), a canon in the Mexico City ca-
and receipts among his personal papers, litiga- thedral and author of several works on institu-
tion records, business and casual correspon-
dence, and so forth. But although we can draw 5 Lucas Alamán, Memorias y otros documentos, edited, with
an introduction and notes, by Eric Van Young and a conclud-
reasonable inferences about him from his prop- ing essay by Andrés Lira (Mexico City: Centro de Estudios
erty, such documentary remains tell us barely Históricos, El Colegio de México, forthcoming); the original
document of the memorias is in Carso, Fondo DCLXXIV,
anything at all about his interior life or even how separate from the enormous collection of Alamán’s papers;
he lived out of the public spotlight focused on Alamán: estadista e historiador (Valadés, 1977); originally
him for more than three decades. There is almost published in 1938 I characterize Valadés’s biography as “even
sympathetic” because as a man of the Left he might more
nothing in the way of family correspondence, naturally have painted Alamán in very dark colors, and as the
for example, and since Lucas Alamán was often reactionary he was not. Valadés had a collection of Alamán’s
papers in his private possession, frequently cited in his book,
away from his wife and large family for extended that I was unable to consult. It may be that biographical
periods on government or private business, and practice of the time, or authorial discretion and reticence on
Valadés’s part, prevented him from revealing anything more
otherwise authored a vast business and political personal or surprising than what is contained in Alamán’s
correspondence, one would have assumed that publicly available papers, but I am inclined to doubt it.
6 Between 1824 and 1845, Narcisa Castrillo de Alamán bore
he wrote letters to his wife and adult children. eleven children (apart from at least one miscarriage). Six of
But if he did, virtually none of these letters have these lived to adulthood, three died either as infants or very
young children and one as a teenager; the fate of one more
4 On the Alamán family and Lucas Alamán’s life more gener- I have been unable to determine. The eldest child was a girl,
ally, see (Van Young, 2021). The Gargollo appraisal of the San Catalina, who became a nun and died in 1892; the next born,
Cosme property appears as item 358B in the Lucas Alamán Gil (1825-1882), was a priest; the longest-lived of the children
Papers (hereinafter BLAC-Alamán Papers), Benson Latin was the attorney Juan Ignacio (also known as Juan Bautista),
American Collection, University of Texas at Austin; the 1859 his father’s biographer, who was born in 1826 and died some
appraisal of Narcisa Castrillo de Alamán’s personal valuables brief time after 1900. Philippe Ariès famously suggested that
is in BLAC-Alamán Papers, item 363; the 1841 inventory is in in the early modern era infant mortality was so frequent that
Centro de Estudios de Historia de México Carso (formerly parents, although not indifferent, were less affected emo-
Condumex) (hereinafter Carso), Lucas Alamán Papers, 22- tionally by the expectable deaths of babies and very young
1887; Alamán’s testament of 1850 is analyzed in detail in Eric children than modern families because attachments had less
Van Young, “El testamento de Lucas Alamán de 1850,” in time to form and may have been less invested in; see (Ariès,
(Silva and Álvarez, 2013: 101-109). 1965).

3
ERIC VAN YOUNG, THE SPHYNX OF SAN COSME: A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

tions of the Mexican Catholic Church? They had 1820s, his purchase and later sale of a hacienda
been estranged due to intra-family conflicts over in the Celaya region of which his hopes for it as
inheritance issues, though after a rapproche- an income-producing property had been hugely
ment while Lucas was still an adolescent they disappointed, and the resounding failure of an
became close for the last decades of the church- enormous textile enterprise he managed in the
man’s life—but what was the nature of the rec- Orizaba area in the late 1830s and early 1840s.
onciliation and of the relationship the two de- We may suppose these failures provoked disap-
veloped? (Alamán, 1968; Arechederreta, 1927)7 pointment in him, disillusion, or even bitterness;
How did he feel about his own father, the Span- he offers hints about this but never any reveal-
ish immigrant miner, mining financier (aviador), ing insights as to his thinking.
and merchant Juan Vicente Alamán (1747-1808), The object of this essay is not to provide a
barely mentioned in his son’s uncompleted and thumbnail biography of the great statesman-
unpublished memorias of 1833 or his other writ- historian, and still less to answer the questions I
ings, except to be described as a hard worker? have just posed or a host of others that might be
His mother María Ignacia Escalada de Alamán, asked, but to use the two decades of research
by contrast, was unambiguously praised by I have done on his life to discuss some general
her son as one of the most beautiful women questions about the writing of biography while
ever seen in Guanajuato, appears frequently in offering some reflections on my own experience
his autobiographical account, and was to play as a historian (temporarily) turned biographer.
a major role in his life well into his maturity.
What were Lucas Alamán’s intimate thoughts Why Biography?
and feelings about his religion? We know he
was personally very pious and observant, as a Why do we write biographies, anyway, and why
young man joined the Third Order of Saint Fran- do people read them? One reason among many
cis (and must therefore have been interred in is simple curiosity about the lives of the famous
Franciscan habit at his death in 1853), was an and infamous. A biography can be like a good
ardent supporter of the Church politically, and detective story, and while an interest in the
believed it was the only social bond that held details of someone else’s life is not necessarily
Mexicans together at a time when the claims of morbid, we do love the gossipy aspects. Espe-
the “imagined community” were still very weak cially if we already know the general shape of
among them (Anderson, 2006). When the large the life-course, we hope to experience the fris-
Alamán family lived on the Ribera de San Cosme son of revelation and surprise at points of inflec-
did don Lucas stroll contemplatively in the vast tion in the narrative. Then there is the inherent
gardens and orchard of the property? We may interest that some people hold: great geniuses,
suppose so but do not know. And although we great heroes, or great villains whose stories are
know that he wrote standing at a desk (because told again and again. Did we really need a half-
Guillermo Prieto tells us so), what hours did he dozen or so biographies of Lawrence of Arabia
keep as he composed his monumental Historia to be convinced of his intelligence, bravery, and
de Méjico in the final years of his life, and what tortured personality, or yet another of Leonardo
were his other work habits? (Prieto, 1906). What da Vinci to acknowledge his genius?; apparently
were his feelings about the three major less- so. Biographies also help us to make sense of
than-successful private entrepreneurial projects our own lives as we follow a more or less orga-
that in his last years came to shadow him with a nized narrative through the life stages we may
large debt overhang, and at his death in 1853 left not be able clearly to discern in ourselves, giving
him a poorer man than he had been at the age us names for them and comparative metrics by
of fifty or so? These included his involvement which to judge our own advance, accomplish-
with British mining investments in Mexico in the ment, or failings. Yet another reason for writing
7 Alamán leaned heavily in writing his Historia de Méjico on and reading biography lies in its instrumental
his elder brother’s unpublished notebooks chronicling events value: the life story of some extraordinary hu-
of the 1810 insurrection in a very anodyne, schematic way,
which Alamán nonetheless found extremely valuable and
man being, or of an ordinary person in extraordi-
praised for their author’s objectivity. nary circumstances, may reveal how things got

4
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 1-18

to be the way they are, and in some cases even almost entirely opaque. I wanted to know their
how the curve of the future might be bent in one thought processes, not just as exemplars of the
direction or another. Relatedly, biography is also mentalité of certain groups formed by cultural
the vehicle of remembrance —a particularly vivid environments, social forces, and historical ex-
way of not forgetting chunks of the past, of our perience, but the particular and idiosyncratic
common history, and thereby working against mental world of individuals and how this inter-
the impoverishment of universal human experi- acted with broader currents to produce action—
ence. My own motives for embarking on a two- choices regarding political violence, regime loy-
decade project (as it turned out) of biographical alty, passivity, criminality (Van Young, 2012).8
research and writing conflate most of these. With overwhelmingly illiterate people this was a
Biography as a sub-genre of academic his- vain hope. Apart from relatively rare statements
tory writing once reigned, if not supreme, then about circumstance and motive, many of which
at least co-equal with diplomatic and political were suspect because of peoples’ desire to ex-
history. Changing fashions (for example, the culpate themselves before the military and ju-
onrushing current of cultural history from the dicial authorities to evade punishment, they are
1960s or so); the internal logic of research and documented almost exclusively as objects. They
interpretation, which on one end of the focus figure in trial proceedings, criminal records, the
continuum has nourished greater granularity reports from the field of royalist officers or the
and on the other “big history;” and the leakage observations of other individuals who could
from other intellectual disciplines —these trends write, and so forth, although one catches oc-
have all pushed biography by academic histori- casional glimpses of individuals’ cognitive and
ans aside not as exhausted, exactly, since there emotional processes.
are always more lives to chronicle, but as old- In the face of this frustration it occurred to
fashioned “great man (or woman) history”. This me that a study of the insane, based upon clini-
happened even as the craft of life-writing, and cal observations and interpretations of mentally
of its solipsistic sister autobiography, flourished ill people by trained physicians, due to the rich-
outside the walls of academia and continued to ness of the documentation might furnish materi-
attract readers as they had always done. This als for an intimate access to the sort of interior-
creaky old genre still has a lot of juice in it and ity within a specific historical context that I was
may be making a comeback among academic interested in exploring, albeit for people at the
historians, however, as the essays in this collec- fringes of the accepted mental norms of their
tion and recent works by a number of profes- era. I should make clear that it was not necessar-
sional historians suggest. ily the aberrations of the “normal” psychology
A brief word about how I came to write a of individuals that concerned me one way or an-
biography may throw light on some of my ob- other, but the interiority itself. Then again, apart
servations about such a project, and my frustra- from the inherent interest in the disturbed minds
tions with the process. I began my professional of the most floridly mad, this would obviously
life as an economic historian and then moved involve some sophisticated reverse engineering
on to study the Mexican Independence move- to see how individual asylum patients (internees,
ment primarily as social and cultural history. In 8 For some outstanding examples in the history of early mod-
ern Europe in which such interiority is explored, see Fiction in
the latter research I became increasingly inter- the Archives: Pardon Tales and their Tellers in Sixteenth-Cen-
ested in the interiority of the historical actors tury France (Davis, 1987); I, Pierre Riviére, Having Slaughtered
I was studying. Although I felt it plausible with My Mother, My Sister, and my Brother…: A Case of Parricide
in the 19th Century (Foucault, 1975); and The Cheese and the
the abundant primary documentary materials at Worms: The Cosmos of a Sixteenth-Century Miller, trans-
hand to make some statements about religious, lated by John Tedeschi (Ginzburg, 1980). Foucault’s Pierre
Riviére comes closest to the sort of biography I had in mind;
political, and community culture, I felt I could Ginzberg’s and Davis’s books, although they have strongly
never quite penetrate to the motives that placed biographical elements, were written respectively to explore
early modern non-Church-sanctioned cosmological-theolog-
any given insurgent in the line of fire at any giv- ical beliefs on the part of ordinary people, and to unearth
en moment. The more intimate mental process- attitudes about state power, the justice system, and tech-
niques of legal evasion in absolutist France. Foucault’s and
es of Indigenous peasants and other insurgents Ginzberg’s books depended on happy archival accidents, the
remained inaccessible to me, their mental lives survival of idiosyncratically detailed legal records.

5
ERIC VAN YOUNG, THE SPHYNX OF SAN COSME: A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

really, since there was little in the way of clini- On the other hand, it has never become clear
cal intervention at the time and place I chose to to me whether Alamán was particularly unself-
study, although therapeutic ones such as water revealing compared with other public figures of
treatments were applied) arrived at their con- his time. He himself observed in the introducto-
dition, their psychiatric and medical histories, ry passage of his 1833 memorias that the tradi-
the content of their delusional structures, if any, tion of memoir and autobiography, or even the
and other aspects of their internal lives. But af- keeping of journals, was not developed in the
ter some preliminary research in the archives of Hispanophone world in contrast with Britain and
the Castañeda Insane Asylum in Mexico City em- France. And in general, despite the centrality of
bracing the period 1910-1930 or so and with the the individual personality in both the Romantic
initial plan to carry the research back into the and Liberal intellectual-artistic currents, public
later colonial period, I abandoned this project figures of the time did not go around spilling
for various reasons.9 their guts as modern memoirists and autobi-
A fork in the road of my research thus ographers do, maintaining a clearer barrier be-
brought me to biography as a more plausible tween their public and private lives. So it may
entry point to an intimate portrait of an histori- be that my hopes to penetrate Lucas Alamán’s
cal actor. I settled on Lucas Alamán because in interior world were thwarted because my ex-
doing my work on Mexican Independence I was pectations were misplaced. I would, however,
familiar with his magisterial Historia de Méjico, maintain the position that at the very least he
I had become interested in the roots of Mexi- was notably guarded and unself-revealing as a
can conservatism, and I was curious about the personality.
political history of the country during the ear-
ly republican era. The irony in choosing to re- Biography and History
search the biography of an elite political actor,
of course, is that it did not get me any closer to The process of writing a biography is familiar to
the mental lives of the common people whose writers of history, and as Henry James wrote in
actions during the insurgency of 1810-1821 had the second epigraph above may even be seen
initially spurred my interest in the question of as a sub-genre of that discipline (professional
interiority. And little did I suspect in settling on biographers might dispute this); or at least the
Alamán that I had selected a very reserved, un- two forms are deeply entangled. Most historians,
self-revealing personality; there is very little in I would venture to say, write mini-biographies of
the way of his intimate personal papers except the women and men who populate the worlds
for the 1833 memorias. So, while the public man they portray.10 The problem for the historian
is amply, indeed exhaustively documented be- who tunnels under the wall that divides the two
cause of his high political profile, the private man pursuits (in the United States, for example, Pulit-
is not. One of my principal frustrations with the zer Prizes are every year awarded separately in
biography I eventually published is that except both history and biography, and bookstores will
for what I considered conservative speculation often have distinct sections devoted to each) is
based upon written evidence, I was not able to that of upscaling from the mini-biography—a few
penetrate very far into his personality —that is, sentences, paragraphs, or even a book chapter
his interior emotional and cognitive life as op- or journal article—to a long-format, book-length
posed to the self-presentation he fashioned for study. As a professional historian who has writ-
others. While Lucas Alamán was not exactly a ten in the modes of economic history and then in
sphynx, he might as well have been for all the social-cultural history, I must confess that I have
self-revelation he offered the world.
10 In the course of their work they may well encounter figures
9 The one rather slim publication I harvested from this re- whom they feel warrant additional treatment over and above
search was the article “Ascenso y caída de una loca utopía: the few paragraphs or pages integrated into their historical
Estudio introductorio”, in “Para una historia de la psiquiatría narrative, but not in the extended format of a book. Two of
en México,” special number of Secuencia: Revista de historia my own efforts of this in essay form are the articles “Millen-
y ciencias sociales, (Van Young, 2001: 11-29). An expanded nium on the Northern Marches: The Mad Messiah of Durango
version is “Ascenso y caída de una loca utopía: El Manicomio and Popular Rebellion in Mexico, 1800-1815”, (Van Young,
General en la Ciudad de México a comienzos del siglo XX,” 1986: 385-413); and “El sociópata: Agustín Marroquín”, (Van
(Van Young, 2005: 253-273). Young, 1992: 219-253).

6
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 1-18

found little difference between working in those who know or knew the biographee— left by the
forms and writing a life. The focus, scale, and subject her/himself, and/or by others. The fur-
themes are different, of course, but the process ther back in time the subject lived, if beyond the
is much the same. (There is a major sub-genre reach of one or two lives, the more the entire
of biography, of course: the literary biography, enterprise depends upon the accidental survival
which perhaps stands in relation to biography of paper or other material artifacts. But by no
more generally as dentistry does to medicine— means does the story tell itself.
no disrespect intended.)
The most basic elements shared by history- Frameworks
and life-writing are the centrality of the passage
of time and an organizing observer (an author) to The Greek mathematician Archimedes (287-212
represent it. This is one way to define the narra- B.C.) is credited with saying “Give me a lever
tive process; that is, the arrangement of sequen- long enough and a fulcrum on which to place it
tial actions/happenings over time, organized and I shall move the world”. What the biographer
according to some principle of priority—what to needs is leverage —the capacity, in other words,
include, what to leave aside—out of the chaos of inherent as much in the imaginative force of the
life, the buzz of reality. Both are basically forms biographer himself as in the sources, to extract
of puppetry, history typically more distanced as much information as possible out of a given
and Olympian in viewpoint, biography more like source, resistant though it may be; to move the
ventriloquism, but both require interpretive in- subject’s life, as it were, with the most effective
tervention on the part of the writer, the observer instrument.11 The biographer’s ability to do this
doing the organizing. Many educated readers of depends upon the degree of inferential freedom
historical works think that the “history” of a time he allows himself. Inferences about a subject’s
and place is simply waiting to be discovered, life, especially her/his interior life, are typically
that all the historian need do is scrape away the informed by some implicit or explicit conceptual
dead leaves and detritus covering it and —voi- arsenal, or a theory if one wishes to elevate the
la!— there it is to be inscribed on paper. A more process. The concept applied is the lever used
sophisticated view is that writing history is more to lift the meaning of an historical actor’s life
like assembling a jigsaw puzzle: there are many out of the morass of happenstance, contradic-
pieces, but they fit together in a predetermined tion, and conflicting opinions about the subject.
pattern to make a coherent image. My own ex- To extend the Archimedian trope a bit further, if
perience in writing economic, social, and cultur- the lever is too long—that is, if the structure of
al history is that the process is more like creat- inference is too far removed in cultural or his-
ing a mosaic image from many uniform pieces of torical terms from the object, the lever is quite
glass or stone—the only vaguely determinative likely to snap and leave an implausible scramble
factor is color, and the assemblage may take of results. Since “meaning” is a relational prop-
any number of forms (within limits, of course) erty in which one thing is explicated in terms of
depending upon the goals, presuppositions, and another, the concepts applied are typically rela-
methodological inclinations of the writer. On the tional ones.
other hand, I reasoned, a biography has a clear Three frameworks that immediately come to
linear narrative, a path for the writer to follow mind of a number of possibilities are the aes-
laid out by the subject’s life from birth to death, thetic, Marxian, and psychobiographical (a sub-
or points in between, even though the path sub-genre, if you will), none of them mutually
might be obscured because over-grown with exclusive, although even when combined one
weeds or might disappear altogether only to would be given priority over the others. Most
re-emerge later on. The clarity, breadth, and di- rarefied of these (and perhaps frailest in its in-
rection of the path, and therefore the coherence terpretive leverage) is the aesthetic, as those
of the narrative and the revelatory value of the personalities to whom it might be applied would
biography, depend upon the documentation of certainly claim for themselves, since it is a highly
the life, of course —the sources, whether written 11 To avoid awkward repetition, from this point on “himself” is
or in other mediums, or oral accounts by those understood as a proxy for “himself/herself”.

7
ERIC VAN YOUNG, THE SPHYNX OF SAN COSME: A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

elitist attitude and life-style. Oscar Wilde, for ex- sub-genre of biography (which may itself, as
ample, is said to have lived his life as though it Henry James asserted, be viewed as a sub-genre
were itself a work of art: his predilections, self- of history) this dates from the works of Sigmund
presentation, and philosophy, not to mention Freud and obviously employs psychoanalytic
his works (for example, his famous essay “The concepts (although other psychological models
Critic as Artist: With Some Remarks on the Im- have been applied) to plumb the depths of his-
portance of Doing Nothing” [1891]) all point in torical actors’ minds and motivations. It is a tool
this direction.12 The Marxian framework has pro- that can have either a blunt or finely honed edge;
duced some major works in biography, as for that is to say, the conditions of its applicability
example Isaac Deutscher’s (1907-1967) three and the subtlety of its application, and therefore
volumes (1954-1963) on the life of Leon Trotsky. the degree of its credibility, have varied widely.
There is information of a personal nature about It has always seemed to me a very promising
its subject in this sprawling work, but the pri- approach that has produced very mixed results,
mary driver of the narrative is the life of a great demonstrating its “idiosyncratic nature” (Kush-
political figure within a specifically communist ner, 1993:20).13 There are a number of problems
revolutionary context—a work about a Marxist with this framework, of which I mention only
by a Marxist. I find this to be reductionistic to an three here. The first is the proposition that psy-
extreme degree since in this framework individ- choanalytic models of psychological structure
ual thought and action are in large measure (not and function are transhistorical and transcul-
entirely, to be sure) reduced to social forces de- tural—that they apply equally well to all cultures
termined by the relations of production, or in this at all times in history, a problematic assumption.
case at a remove in a massive political upheaval The second problem is that a knowledge para-
ostensibly fueled by the logical outcome of con- digm developed and mostly applied in a clinical
flicting forces rooted in those relations. My good setting in which a dialogic process between pa-
friend, the late Argentine economic historian tient and clinician is absolutely essential to the
Juan Carlos Garavaglia, who taught in Mexico efficacy of treatment, is often applied to a dead
for a number of years, left me with a number of subject who cannot answer back, elucidate, or
fond memories, among which was the aphoristic progress emotionally; when it’s a live subject
injunction to remember that “people have psy- the published analysis becomes a fait accom-
chologies as well as sociologies”. pli of which discussion may produce more heat
This brings me to the question of the psycho- than light. This is not exactly a static situation,
biographical framework for biography, to which since the biographer, try to avoid it though he
I devote somewhat more space here since I find might, will almost certainly paste some emo-
it the most interesting, albeit the most risky, and tional projections of his own onto the subject of
it is closest to my own preoccupations as a bi- the study.14 But the biographee cannot object or
ographer. The psychobiographical framework
13 While principally a critique of Erik Erikson’s psychobio-
is less of a straitjacket in writing a life than the graphical study of Martin Luther, this article also contains
Marxian approach, for example, since it is specif- useful comments in criticism of psychohistory more broadly.
14 For example, my own conclusion that Lucas Alamán’s
ically geared toward understanding individuals, character may have tended toward the melancholy might
the objective of biographical writing, rather than well be a projection of my own personality onto his, although
I have tried to think my way through this to find plausible
laying out broad historical generalizations as in- evidence for it in the historical sources. The best counter-
stantiated in the life of a single person. But in its weight to this sort of thing, obviously, is for the biographer
many possible degrees of interpretive freedom to make his own emotional and intellectual characteristics
as explicit to himself as possible (“possible” being the key
also lie a great deal of risk, that of over-inter- word here). Related to this is the question of a positive or
pretation in the service of a decidedly slippery negative emotional attachment of biographer to biographee.
Elizabeth Young-Bruehl (1946-2011), a psychoanalyst and the
psychological model. As an explicitly identified biographer of Hannah Arendt and Anna Freud, once referred
to this as the “ich” (as in “icky”) factor—whether or not one
12 See the magnificent biography by the late Richard Ell- likes the person one is writing about, and beyond this if they
man (1918-1987), Oscar Wilde (Ellman, 1987), posthumously are even likable in any normal sense. The classic limiting case
awarded the Pulitzer Prize for biography in 1989. Ellman, also here is that of Adolf Hitler’s biographers, among Anglophone
the author of a monumental biography of James Joyce, does writers Alan Bullock and Ian Kershaw, for example, where
not explicitly write that Wilde lived his life as a work of art, predictable revulsion is overridden by the inherent historical
but it is a fair conclusion to judge from what he presents. importance of the subject.

8
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 1-18

correct for this. And a third problem is that psy- The point here is that psychohistorical studies
chobiograpical interpretations tend overwhelm- generally, and psychobiographical works in par-
ingly to be directed at pathologies or abnormali- ticular, are peculiarly marked by a contradiction:
ties rather than talents or virtues. while the theoretical parameters are well-de-
There are, as I have mentioned, successes fined and fairly strict, and the conceptual arse-
and failures within this framework, as there are nal well understood, the interpretive leeway, not
with any such practice. Freud himself produced to say the inexactitude or incompleteness of the
mixed results with his efforts in the field. His psy- sources, can produce very floppy results. On the
choanalytic interpretation of a childhood dream other hand, Freud’s work on the psychopathol-
of Leonard da Vinci’s famously went awry when ogy of the schizophrenic German judge Daniel
he mistranslated the species of a bird that as a Paul Schreber (1842-1911), based exclusively on
young child Leonardo dreamt to have landed at a reading of Schreber’s own book about his ill-
the rim of his crib and stuck its tail in his mouth. ness, was more successful, perhaps because
Freud translated the word for the bird as a vul- Schreber was so palpably nuts and his descrip-
ture when it was described by its dreamer as a tion of his own symptoms so detailed (Schreber,
kite, thus greatly changing the meaning of the 2020; Freud, 2003).17 And there have been some
dream (Freud, 1957).15 While it is true that this notable successes in the sub-genre of psycho-
mistake pertains to the translation of a single biography, a fine example being John E. Mack’s
word and not to the method more generally, it Pulitzer Prize-winning 1976 biography of T.E.
does point to the fact that the interpretation of Lawrence, in which the psychoanalytic concepts
symbols on which much of psychobiographical are applied with care and delicacy to produce a
interpretation often rests can be problematic. nuanced study (Mack, 1998).18
An even more famous misstep by the father of Where my own biographical work is con-
psychoanalysis is his questionable collaboration cerned, I have been attracted by the psycho-
as an elderly eminence with the American dip- biographical approach, but in the grip of early
lomat William C. Bullitt on a psychobiography enthusiasm for the method I may have flown too
of President Woodrow Wilson, a project with a close to the sun.19 In dealing with the life of Lu-
fascinating history of its own. Critics have insist- cas Alamán, I promised myself at the outset that
ed that Bullitt was working out his personal ani- even were I to encounter sufficient sources to in-
mus toward the former president for having dis- vite psychobiographical interpretations (which I
missed him as an advisor during the Versailles
ambassador to the Soviet Union, and then as envoy to Great
Treaty talks in 1919. The book, in other words, Britain. Interestingly, he was first married to Louise Bryant,
has been seen by such critics as a vituperative the widow of American journalist and communist John Reed,
hatchet-job motivated by a personal vendetta, and later engaged for a time to Missy LeHand, Franklin D.
Roosevelt’s devoted personal secretary.
in which the actual degree of Freud’s collabora- 17 Many other people have written on Schreber, including
tion has been a matter of considerable contro- Gilles Deleuze and Fèlix Guattari, Elias Canetti, and Jacques
Lacan. Both Schreber’s account of his own illness (he spent
versy (Freud and Bullitt, 1967; Campbell, 2008).16 his final years in a Leipzig insane asylum) and Freud’s long
15 In his short introduction to Sigmund Freud’s “Leonardo da essay make for fascinating reading; the Freud interpretation
Vinci and a Memory of his Childhood [1910]”, James Strachey has spurred considerable debate.
is at some pains to minimize the effect of the mistake on the 18 Mack (1929-2004) was a professor of psychiatry at Har-
overall value of the essay. vard University. Much has been written by scholars about
16 According to Campbell, Freud agreed to collaborate with the psychohistorical approach to biography, and even to
Bullitt on a larger-scale psychoanalytically informed biog- the collective psychology of large groups and social move-
raphy because of his own dissatisfaction with the Leon- ments. Among valuable collections of essays on the theme
ardo essay. Controversy has swirled around the degree of are Erik H. Erikson, Life History and the Historical Moment
the elderly Freud’s co-authorship, with many critics of the (Erikson, 1975); Peter J. Loewenberg, Decoding the Past: The
book—among them Erik Erikson, Barbara Tuchman, and Psychohistorical Approach (Loewenberg, 1983); and William
A.J.P. Taylor—condemning the book and questioning Freud’s McKinley Runyan, Psychology and Historical Interpretation
participation in the project. Erik H. Erikson in his review of (McKinley, 1988).
the Freud-Bullitt collaboration, “The Strange Case of Freud, 19 For example, in my treatment of the central figure, a clear-
Bullitt, and Woodrow Wilson: I” (Erikson, 1967), described the ly mentally disturbed Indigenous man in the years before the
book as “disastrously bad,” but defended the validity (and his outbreak of the 1810 insurgency, in Van Young, “Millennium
own practice) of psychoanalytically based psychobiography on the Northern Marches;” and there are some brief psycho-
as “of concern to historians who do not wish to shirk the task logical speculations about the Mexican insurgency as a col-
of giving a considered account of the ambiguities of great- lective movement in my book La otra rebelión that, while I
ness”. Bullitt (1891-1967) had an important but checkered would not disavow them, I think might have been stated a bit
diplomatic career, serving during the 1930s as the first U.S. more tentatively, as playful suggestions.

9
ERIC VAN YOUNG, THE SPHYNX OF SAN COSME: A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

did not) I would distance myself from making ship with the young English nobleman Lord Al-
assertions, limiting myself to suggestive obser- fred Douglas, his trial, and his downfall was the
vations and questions. When in his unpublished cause célèbre of the late Victorian age. What is
memorias of 1833 and some correspondence, just as interesting about Wilde, of course, is that
for example, Alamán mentions his mother’s as an Irishman he was to a great degree an out-
unusual attractiveness and her other qualities sider looking in from the periphery, making his
while scarcely mentioning his father at all, and way in English society, successful at beating the
certainly with little emotional charge, an extrav- English at their own literary and social games—
agant psychobiographical interpretation might up to a point. There are monumental biographi-
have drawn conclusions about Oedipal tensions cal works that almost completely eschew efforts
within the nuclear family and attempted to ex- at plumbing the interior lives of their subjects,
tend these into aspects of his adult life. Here the concentrating on their thinking, activities, and
lever would have snapped from the weight of the historical context in which they lived and
over-interpretation. So what I did was to stick worked. Such a study is the biography of John
close to the surface of the text, noting Alamán’s Maynard Keynes by Robert Skidelsky, largely de-
obvious admiration and affection for his moth- voted to Keynes’s economic ideas and the times
er and a certain coolness —or if not coolness, in which these developed—a complex portrait of
blandness— toward his father, and leaving the a major historical and intellectual figure without
conclusions to the reader. much in the way of psychological discussion at
In the end I believe that a skeptical, reason- all (Skidelsky, 2005).20
able methodological eclecticism is the best ap-
proach to the writing of biography, characteris- Sources
tics that the best biographies, of which there are
many examples, seem to display. Not adhering A casual encounter with a written source of
to a strict psychoanalytic agenda (or any other some kind may even precede the choice of a
framework, for that matter) in biographical writ- subject for a biography; this was certainly the
ing may cost a work some methodological edge, case with my research on Lucas Alamán since I
but gains for it flexibility and accessibility. The read parts of his magisterial Historia de Méjico
Pulitzer Prize-winning biography of J. Robert while working on the history of the Mexican in-
Oppenheimer by Kai Bird and Martin J. Sherwin dependence movement and knew something of
does not shy away from the subject’s complicat- him from general reading on the early republi-
ed psychology but handles it in common-sense can period in Mexico. As I have already noted,
terms comprehensible to any educated layman. given my ambition to write a biography by way
The same is true of Edmund Morris’s three-vol- of penetrating the interior life of a subject rather
ume biography of Theodore Roosevelt (Bird than simply narrating and analyzing an event or
and Sherwin, 2005; Morris, 2010). historical epoch, it is ironic that I chose Lucas
Neither of these works is psychobiography as Alamán since as a personality he was reserved
such but still allow ample room for the psycho- to the point of opacity. There are generic types
logical dimension of their subjects. of sources that many biographers use; a cata-
As with the question of how much detail in a log of these would not serve my purposes here,
biography is too much (discussed below), there but I will briefly mention a few. In the case of a
arises here the question of how much psychol- person as intensely involved in national politics
ogizing is too much. Unless it is handled judi- as Alamán, in both ministerial and other posi-
ciously, the “psycho” in psychobiography can tions, there are bound to be government docu-
land with a thud and turn out to be just as re- ments that illuminate his career: official corre-
ductionist as an injudicious Marxian approach. spondence; reports he either wrote himself or
This is a tendency of some of the writing on Os- edited; government newspapers; documents
car Wilde, for example, even of a masterful work related to his appointments, to his relations with
such as Richard Ellman’s. Studies of the Irish the national congress, and the administration
writer may over-emphasize Wilde’s closeted 20 A one-volume reduction of the original three-volume
homosexuality, since the scandal of his relation- work.

10
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 1-18

of his ministries, complaints against him from intended for publication, so they constituted a
other public officials or private citizens, and so sort of message in a bottle to his heirs and gen-
forth. Biographers will also often lean on press eral posterity, and there is no reason to doubt
accounts of public events and the individuals in- his sincerity. Over the next fifteen years this
volved in them, and for this period of Mexican spare autobiographical fragment of about thirty
history such sources have proved especially im- pages morphed into the history of Mexican in-
portant to historians, as well. Although I used dependence for which he is known. Initially he
these, I did not rely much upon the effusions meant to write in some detail of the Guanajuato
of the fourth estate since the journalistic con- of his youth, his childhood, his own family, the
ventions of the time dictated that stories in the great mining families of Mexico more generally,
major Mexico City and other newspapers (in- and the social customs of late colonial Mexico.
cluding those founded, financed, or written for There is much valuable information about his
by Alamán himself) tended to be anonymous, family background and the social customs of the
opinionated, and deeply slanted politically. In time, but he only got so far with these themes
his case his massive private business correspon- and then either changed his mind or ran out of
dence turned out to be especially important in time and never completed the memorias.21 Trun-
documenting his thinking and opinions since a cated though it is, his autobiographical text is a
certain casualness crept into it over decades in kind of Rosetta Stone with which to make some
which some insights about the writer’s personal- sense of Lucas Alamán’s behavior. The tone of
ity and private life emerged. the text is elegiac, melancholy, and nostalgic.
These were primarily with a friend and busi- In it he recounts the decline of the family for-
ness associate in Celaya, with his English busi- tune, including the extinction of a noble title; the
ness agents in London, and with the Neapolitan wealth taken from the silver mines of Guana-
nobleman, the Duque de Terranova y Montele- juato, as so many other colonial fortunes were,
one, for whom Alamán worked as factotum in but lost through carelessness, fecklessness, bad
Mexico over a quarter century in the manage- luck, and excessive reproductive vigor over sev-
ment and liquidation of the numerous properties eral generations.
the Duque held as lineal descendant and heir of It is my view that despite his clear and even
Hernán Cortés. There are also Alamán’s own his- prescient thinking about political economy, in
torical writings, principally his vast Historia de his private investments he was pursuing not only
Méjico (5 vols., 1849-1852), in which there ap- material gain but was also trying to compensate
pear a few personal references, but which really for the sense of status loss he had experienced in
are more important for grasping the tone of his the decline of his family from his grandparents’
mind. time to his own, which comes through clearly in
One documentary source that I encountered this text. Lucas Alamán was even willing to over-
unexpectedly is so specific to Alamán that I do leverage himself, as we would call it today, by
not offer it here in the spirit of suggestion for assuming economic risks he could not cover and
other biographers, nor that of a general com- leaving others to hold the bag. Yet as far as I can
ment on the craft; but it warrants comment, tell, he was an honest official who never took
nonetheless. This is the unfinished and unpub- bribes and never used his position as an insider
lished memoir (cited in footnote 5 above) he to make a profit on government business.
began to write while he was in hiding in Mexico
City during 1833-1834 to evade prosecution for 21 A second chapter tantalizingly entitled “Antiguos costum-
bres de Guanajuato y de este país en general: opulencia y
his role in the judicial murder of Vicente Guer- felicidad de que en él se gozaba. Algunas anécdotas par-
rero in early 1831 as well as other crimes alleged ticulares” was unfortunately never written. His pen was not
idle during the fifteen months of his deep seclusion. He also
against him while he, Alamán, was principal min- wrote a long defense against the charges lodged against him
ister in the Anastasio Bustamante government in the Mexican congress: “Defensa del ex ministro de rela-
ciones don Lucas Alamán: En la causa formada contra él y
from 1830 to 1832. This was a period in which the los ex ministros de Guerra y Justicia del vicepresidente don
practice of memoir writing in the Spanish world Anastasio Bustamante, con unas noticias preliminarias que
dan idea del origen de ésta,” May 1834; (Alamán, 2006); the
was not common, as I have noted above. Fur- “Examen imparcial,” also written during Alamán’s internal ex-
thermore, he wrote that his memorias were not ile, appears in the same volume.

11
ERIC VAN YOUNG, THE SPHYNX OF SAN COSME: A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

The use of this sort of very personal docu- of Alamán’s worldly presence would progress
ment —as with autobiography, journals, personal inward from the level of his actions, mostly ob-
correspondence, and even personal experience servable since he lived so much of his life in the
dressed as fiction, as in many novels— raises public eye; to his words, both uttered and writ-
the question of the unreliable narrator, whether ten; and then to his interior life, the last being
conscious or unconscious; that is, a narrator (in the hardest to get at. But he wrote so much, es-
this case Lucas Alamán) who either shades the pecially in private and business correspondence,
truth, misinforms, or outright lies to the reader.22 and in his historical works, that I felt I might at
A writer or memoirist fooling her/himself would least try to gauge the quality of his mind, and
fall under this rubric, certainly by effect if not demonstrate some of his preoccupations, by
intent. Such a writer might consciously prevar- taking the liberty of quoting his words at greater
icate or distort for any number of motives: to length than one might ordinarily expect to find
settle scores, for the purpose of self-vindication, in a biography. Had he been more self-revealing
for self-promotion, and so forth. Apart from con- in a philosophical or emotional register I might
scious misrepresentation, unreliable narration not have felt compelled to do this; but to get at
would seem inherent in all first-person accounts the man —at least at his thinking and at the style
and would in any case be difficult to distinguish of his thought— this seemed to me justified. The
from the point of view to be expected arising fact that he was a leisurely and eloquent writer
from subjectivity. The biographer may even be was of some help here in forestalling the bore-
able to gain some leverage in decoding a per- dom some readers might have experienced;
sonality by analyzing the mistakes or misrepre- whether this was a good strategy or a bad one I
sentations in the subject’s writing and compar- leave to readers to decide.
ing them to external, more “reliable” sources. The second technique I employed I have not
Alamán was certainly no Baron von Münchau- seen much, or perhaps at all, in the many biog-
sen. He made mistakes in his memorias, princi- raphies I have read, and stands at the exact op-
pally of a genealogical nature, but to the degree posite end of the evidentiary continuum from
I have been able to check his statements, recol- what I discussed in the preceding paragraph.
lections, and impressions in “objective” modern Life-writing will inevitably pause at plateaus in
historical writings, they seem truthful and accu- the subject’s life to offer a more intense discus-
rate (Brading, 1971; Ladd, 1976). In the end there sion of this or that aspect. In writing of Lucas
seems to be no way around this problem except Alamán’s life I expanded these plateaus into
reasonable caution on the part of the life-writer. more extensive interventions; this had to do
There are two issues relating to sources that I not with the absence or thinness of sources on
want to discuss before moving on to a brief dis- certain aspects of Alamán’s life but their abun-
cussion about how much detail in a biography dance, which allowed me a certain experimental
is too much, and then to a conclusion. The first freedom in dealing with several important as-
of these concerns a narrative strategy (or if one pects of his life, chiefly in the economic realm.
prefers, an anti-narrative strategy) I employed There are four analytical chapters in the book
in my book on Alaman that arose less from an (aside from the final two, which discuss the
abundance of documentary sources than from writing of his monumental Historia de Méjico):
their absence. Although it was relatively easy on the life of his elder half-brother, the church-
to document his public life in terms of actions, man Juan Bautista Arechederreta; Alamán’s
it proved difficult to plumb his internal life, as involvement with British capital in the 1820s in
I have said. An admittedly rather crude model an attempt to revive the silver mining indus-
try; his relations over nearly thirty years with
22 The classic archetype of the “unreliable narrator” was Bar-
on von Münchausen, as portrayed in Rudolph Erich Raspe’s the Duque de Terranova y Monteleone; and his
1785 book Baron Münchausen’s Narrative of his Marvellous embroilment in the textile enterprise of Cocola-
[sic] Travels and Campaigns in Russia. The historical figure
was the Hanoverian aristocrat and soldier Hieronymus Karl pan, near Orizaba, between 1836 and 1843. Al-
Friedrich, Freiherr von Münchhausen (1720-1797), who be- though the chapters on the mining episode and
came famous during his lifetime for his entertaining tall tales
of his “experiences” while in the employ of the Russian Impe-
the textile enterprise are placed roughly where
rial army. they occurred during his life, they share with

12
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 1-18

the much more temporally extended treatments taigne was saying in the third epigraph above,
of his brother and his relations with Terranova but it is close. It has been said that Plutarch in-
y Monteleone the characteristic that they were cluded in his biographies of famous statesmen
plucked out of the life-stream, as it were, and of the ancient world many anecdotes and trivial
were not narrated as he lived them, stretched factoids because he felt them to be more re-
out over a number of years and naturally mixed vealing of his great figures’ lives and personali-
in with the other events—personal, intellectual, ties, perhaps, than a simple recounting of their
political—of his life. I have therefore referred to public accomplishments. Lucas Alamán himself
them as analytical, since these almost discrete struck a similar note in the opening pages of his
essays were thematically rather than narratively unfinished and unpublished memorias of 1833.
driven and cut across the chronology of his life Here he suggested with typical density and el-
rather than flowing within it. What has been lost oquence several important ideas at the same
in structuring the book this way, of course, is the time: that the tradition of the personal memoir
way in which the events of these extended epi- was weak in the Hispanophone world; that such
sodes collided with other aspects of Alamán’s documents could cast much light on the work-
life; but what was gained was a more coherent ings of history; that large events may have trivial
picture of some key moments and activities. I do beginnings; and also that a famous person’s life
not feel I can necessarily recommend this tech- outside the glare of the public spotlight might
nique to other biographers, but it has lent what show more about character than the public per-
I felt an interesting texture to a long book, and sona projected by that individual. He wrote:
beyond that has illuminated important extended
moments in his life in a way that would not have Las memorias históricas que forman un ramo tan
been possible had the events in these experi- importante de la literatura francesa [he may have
ences been diluted according to the way he ac- had Montaigne’s own writings in mind here], casi no
tually lived them.23 han ocupado hasta ahora a los escritores en nues-
tra lengua castellana. Ellas sin embargo no solo
A Personal Coda: proporcionan a la historia materiales importantes,
How Much Detail Is Too Much? sino que a veces exceden a la historia misma para
el conocimiento de los sucesos y de los resortes
My own answer to this question is that it would secretos que los han producido. Frecuentemente
be unlikely for a biographical work to include los mayores acontecimientos dependen de causas
too much detail. This is not exactly what Mon- pequeñas y aun ridículas que la gravedad de la his-
toria se ofendería de presentar en todos sus por-
23 I have purposely steered clear of offering advice to other menores, y estos pormenores son los que hacen
historian-biographers since those who have already done
biographical writing will find such counsels gratuitous, while conocer a los hombres. Un chancista decía que las
those who are contemplating it will find their own way. One memorias nos presentan a los héroes en robe de
caution I would offer, however, is that a biographer not un-
dertake to write a novel or any fiction involving the subject of chambre, esto es, tales como son en lo interior de
their biography while they are still working on the biography. su casa, cuando la historia solo nos los ofrece con
If one scratches many historians, he will find a novelist just
beneath the surface. I confess that many years ago I started armadura o peluca blonda y no es raro hallar que él
writing a novel about the Mexican struggle for independence, que entrase de ceremonia parece algo, desnudán-
never advanced much beyond fifty pages or so and unlikely
dose quede reducido a nada.24
ever to be completed; but I do revisit it every few years. At
one point I decided to incorporate Alamán into the story as
a sort of meta-narrator, writing about the insurgency in the There are, of course, reasons why lots of de-
late 1840s, near the end of his life. In doing this I relied upon
some of the details I was able to unearth about his life, set- tail in a biography might be too much detail: it
ting the scene specifically at his home on the Ribera de San may try the reader’s patience if deployed in a
Cosme, an inventory of which began this essay. Having writ-
ten several pages about him I became concerned that while boring fashion; it may incur the risk of needless
my historical research had helped me construct a plausible repetition and irrelevance; it may run up against
picture of the fictional man, that picture may have bled back
into the biography, so that the history and the fiction became the physical requirements of publication. In my
entangled; or, rather, that the fiction had polluted the biog- own case, I fell afoul of this last hazard. The
raphy. In the end I think the arrow ran much more strongly
from the biography to the aspirational novel than in the op-
original manuscript of my book on Alamán was
posite direction, but I have always been nervous about it. 24 Emphasis added.

13
ERIC VAN YOUNG, THE SPHYNX OF SAN COSME: A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

650,000 words long. The publisher, Yale Univer- arts) in which public words or actions take on a
sity Press, asked that I cut it down to 350,000 confessional nature, whereas the details of daily
words, or almost in half. Publication of the entire life and other “trivialities” may well be more re-
original work would have entailed two volumes, vealing. Assuming the data are there, of course,
each of 600 or so pages. The publication costs the decision about how much detail to include in
and the sale price of such a work would have a biography depends upon the sort of study one
been prohibitive and the market correspond- hopes to produce.
ingly reduced (not that it was likely to be a best-
seller, anyway), especially for a scholarly work Conclusion
on a Mexican statesman whom writers outside
Mexico, Mexican historians, and the educated All this basically boils down to the question of
Mexican reading public, are unlikely ever to have how to interpret a life. What does a life mean
heard of. I believe the final published version of (again, “meaning” being a relational property) in
the book holds up well, but I also believe that terms of its significance to larger historical cur-
the book is considerably impoverished by the rents, its achievements according to the con-
cuts I felt it necessary to make, precisely the ventional standards of the subject’s times or our
deletion of revelatory details about his life. One own, its connection to other people, and to the
example among many is the fascinating episode figure her/himself? Assuming we seek to be as
in which the twenty-year-old Alamán embroiled objective as possible rather than settle a score,
himself in a controversy in the capital’s Diario de as William C. Bullitt is alleged to have done, or
México in 1812-1813 with the much older Fermín advance some other nefarious project, what cri-
de Reygadas, a well-known mining engineer, as- teria do we apply to evaluate our effort? The
tronomer, and ardent pro-royalist pamphleteer. ways in which a life affects and is affected by
The young Alamán heaped scorn on Reygadas’s larger historical currents may not be obvious,
attempt to refute Copernican theory in favor of but since biographical subjects are often promi-
an antiquated geocentric model of the solar sys- nent people whose public life is more or less
tem, causing sparks to fly for two or three is- well-documented, as in Lucas Alamán’s case, this
sues of the journal. I devoted some pages to this should be the easiest aspect to deal with. Nor
episode in my manuscript, but scarcely a dozen are the achievements of a life necessarily clear
lines in the book. The incident demonstrated the immediately: often they are, or with the passage
young man’s burgeoning scientific culture in his of time become so. Somewhat more difficult to
command of Copernican theory, his precocity, ascertain is the quality of connections to other
and his intellectual combativeness —hardly in- people. And still more difficult may be the un-
significant details, and a foreshadowing of his covering of secrets the subject of the biography
style when fully mature. does not wish to reveal. My obligation to the
Abundant details about minor aspects of a truth of the biography, for example, would have
biographee’s life give one a picture of how peo- included “outing” Lucas Alamán had I found evi-
ple notable for their political, cultural, or other dence that he was a closeted gay man, or ex-
accomplishments lived their lives on a daily posing him for having taken large bribes while in
basis, providing biographers and their readers his ministries, or having been an abusive parent.
a 360-degree picture of how they fit into the The biographer thus becomes a snoop, and the
world and satisfying our natural curiosity about subject of a biography has in a sense waived her
how great (or even humble) people live. Infor- or his right to privacy by being prominent and
mation about how such individuals carried on being dead.
their domestic lives, for instance, helps to round Finally, absent autobiography, memoirs, or
out the image of their public lives and may sug- a particularly self-revelatory body of personal
gest interactions and contradictions between correspondence, the meaning of a biographical
what they do in private, when in robe de cham- subject’s life to himself is the hardest to get at,
bre, and when in armadura ó peluca blonda. especially where the personality of the biogra-
Where the subject’s interior life is concerned, phee is as opaque as Alamán’s. The recogniz-
it would be a rare case (except perhaps in the ability to him of the portrait I paint, were he

14
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 1-18

around to read it, might be one standard, but an References


impossibly high bar to clear. I can never hope to
portray him as he would have portrayed himself Anderson, Benedict O’G. (2006), Imagined Commu-
had he written a complete and relatively hon- nities: Reflections on the Origin and Spread of
Nationalism, rev. ed., London and New York,
est autobiography, nor should I.25 It is not that
Verso.
his self-representation would necessarily be
“wrong”, but it might be several degrees askew Alamán, Lucas (2003), Épocas de los principales
from how other people, including me, saw him. sucesos de mi vida, paleography by Isauro
We are often surprised, after all, to find that the Rionda Arreguín and Amor Mildred Escalante,
impressions we create in other people are quite Guanajuato, Archivo General del Gobierno del
Estado de Guanajuato.
different from our own. So his complete self-
recognizability in what I write of him, or what Alamán, Lucas (2006), Examen imparcial de la admin-
any biographer writes of any subject, cannot be istración de Bustamante, with an introduction
the measure of success. What, then, do I owe to by José Antonio Aguilar Rivera, Mexico City,
Lucas Alamán as well as to my readers? What Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, pp.
47-193.
we owe is to try to see them in 360 degrees, the
bad with the good; to be sympathetic to them Alamán, Lucas (1968), Historia de Méjico desde los
but not indulgent; to look at evidence about primeros movimientos que prepararon su in-
their lives with caution but not skepticism; to try dependencia en el año de 1808, hasta la época
to triangulate on major aspects of their charac- presente, 2nd ed., 5 vol., México, Editorial Jus.
ters and activities that might be in dispute rath-
Arechederreta, Juan Bautista (1927), “Apuntes históri-
er than take isolated sources at face value; and
cos de la revolución del reino de la Nueva Es-
to try as hard as we can to see through their paña,” in Morelos: documentos inéditos y poco
eyes the times in which they lived. If we fail in conocidos, vol. 3, Mexico City, Publicaciones de
this program it is doubtful that those subjects la Secretaría de Educación Pública, pp. 237-627.
of biography who have passed from this vale
Bird, Kai and Sherwin, Martin J. (2005), American Pro-
of tears will come back to hold us accountable,
metheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert
although book reviewers might; if we succeed Oppenheimer, New York, A.A. Knopf.
even a bit by all these criteria we will in great
measure have fulfilled our obligations to them. Brading, David A. (1971), Miners and Merchants in
And in finding the meaning of a life we need to Bourbon Mexico, 1763-1810, Cambridge, Cam-
acknowledge that the writing of biography is a bridge University Press.
peculiarly humanistic undertaking, more intu-
Campbell, J.F. (2008), “To Bury Freud on Wilson [sic]”,
ition than science. Modern Austrian Literature, 41 (2), Vienna, Asso-
ciation of Austrian Studies, pp. 41-56, <https://
acortar.link/SXU0bg>, October 28, 2023.

Davis, Natalie Z. (1987), Fiction in the Archives: Par-


don Tales and their Tellers in Sixteenth-Century
France, Stanford, Stanford University Press.

Ellman, Richard (1987), Oscar Wilde, New York, Vin-


tage Books.

Erikson, Erik H. (1975), Life History and the Historical


Moment, New York, W.W. Norton and Co.

Erikson, Erik H. (1967), “The Strange Case of Freud,


Bullitt, and Woodrow Wilson: I”, in New York
25 There is such a document, in addition to his memorias of Review of Books, New York, February 9.
1833: Épocas de los principales sucesos de mi vida, (Alamán,
2003). This is a very short, very uninflected recounting of
events in the author’s life up to 1843, very unrevealing con- Foucault, Michel (ed.) (1975), I, Pierre Riviére, Hav-
cerning his interior life or even aspects of his career such as ing Slaughtered My Mother, My Sister, and my
politics.

15
ERIC VAN YOUNG, THE SPHYNX OF SAN COSME: A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

Brother…: A Case of Parricide in the 19th Century, Schreber, Daniel Paul (2020), Memoirs of my Nervous
translated by Frank Jelinek, New York, Panthe- Illness, New York, New York Review of Books.
on Books.
Silva, Carlos and Álvarez de la Borda, Joel (eds.)
Freud, Sigmund (2003), The Schreber Case, translated (2013), Un documento, una época: 500 años del
by Andrew Webber, with a contribution by Co- notariado en México, Mexico City, Quinta Chilla
lin McCabe, New York, Penguin Classics. Ediciones.

Freud, Sigmund and Bullitt, William C. (1967), Thomas Skidelsky, Robert (2005), John Maynard Keynes, 1883-
Woodrow Wilson, Twenty-eighth President of 1946: Economist, Philosopher, Statesman, New
the United States: A Psychological Study, New York, Penguin Books.
York, Houghton Mifflin.
Valadés, José C. (1977), Alamán: estadista e historia-
Freud, Sigmund (1957), “Leonardo da Vinci and a dor, Mexico City, Universidad Nacional Autóno-
Memory of his Childhood [1910],” The Standard ma de México.
Edition of the Complete Psychological Works of
Sigmund Freud, translated from the German un- Van Young, Eric (2021), A Life Together: Lucas Alamán
der the General Editorship of James Strachey, and Mexico, 1792-1853, New Haven, Yale Univer-
vol. XI, London, The Hogarth Press and the In- sity Press.
stitute of Psycho-Analysis, pp. 59-137.
Van Young, Eric (2018), “Adventures with Don Luqui-
Ginzburg, Carlo (1980), The Cheese and the Worms: tas: Exploring Our Obligations as Biographers”,
The Cosmos of a Sixteenth-Century Miller, The Americas, 75 (3), pp. 453-462.
translated by John Tedeschi, Baltimore, Johns
Hopkins University Press. Van Young, Eric (2012), La Otra Rebelión: La lucha por
la independencia en México, 1810-1821, traduc-
Howard L. Kushner (1993), “Taking Erikson’s Identity ción del inglés por Rossana Reyes, México, Fon-
Seriously: Psychoanalyzing the Psychohistori- do de la Cultura Económica.
an”, The Psychohistory Review, 22, pp. 7-34.
Van Young, Eric (2005), “Ascenso y caída de una
Ladd, Doris M. (1976), The Mexican Nobility at Inde- loca utopía: El Manicomio General en la Ciudad
pendence, 1780-1826, Austin: University of Tex- de México a comienzos del siglo XX,” in Diego
as Press. Armus (ed.), Avatares de la medicalización en
América Latina, Buenos Aires, Lugar Editorial,
Loewenberg, Peter J. (1983), Decoding the Past: The pp. 253-273.
Psychohistorical Approach, New Brunswick,
Transaction Publishers. Van Young, Eric (2001), “Ascenso y caída de una loca
utopía: Estudio introductorio”, Secuencia: Re-
Mack, John E. (1998), A Prince of Our Disorder: The vista de historia y ciencias sociales, Mexico City,
Life of T.E. Lawrence, Cambridge, Mass, Harvard Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis
University Press. Mora, 51, pp. 11-29.

Runyan, William McKinley (1988), Psychology and His- Van Young, Eric (1992), “El sociópata: Agustín Mar-
torical Interpretation, Oxford, Oxford University roquín,” in Felipe Castro Gutiérrez, Virginia
Press. Guedea, and José Luis Mirafuentes (eds.), Or-
ganización y liderazgo de los movimientos
Morris, Edmund (2010), The Rise of Theodore Roos- populares novohispanos, México, Universidad
evelt, 3 vols., Random House. Nacional Autónoma de México, pp. 219-253.

Prieto, Guillermo (1906), Memorias de mis tiempos…, Van Young, Eric (1986), “Millennium on the Northern
Nicolás León (ed.), 2 vols., Paris, Vda. De Bouret. Marches: The Mad Messiah of Durango and
Popular Rebellion in Mexico, 1800-1815,” Com-
Raspe, Rudolph Erich (1785), Baron Münchausen’s parative Studies in Society and History, 28,
Narrative of his Marvellous [sic] Travels and Cambridge, Cambridge University Press, pp.
Campaigns 385-413.
in Russia.
Received: August 4, 2023.
Rollyson, Carl (2005), A Higher Form of Cannibalism?
Adventures in the Art and Politics of Biography, Accepted: September 13, 2023.
Chicago, Ivan R. Dee. Published: December 15, 2023.

16
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 1-18

Eric Van Young

Is doctor in History from the University of Cali-


fornia at Berkeley. He is currently a Distinguished
Professor Emeritus of History at the University of
California at San Diego, corresponding member
of both the Mexican Academy of Sciences and
the Mexican Academy of History. His lines of re-
search focus on 19th century colonial and Latin
American history, with an emphasis on Mexico.
His thematic interests include rural history, peas-
ant movements and political violence, cultural
history, historiography, and biography. He has
received different awards, such as the Bolton-
Johnson prize from the Conference on Latin
American History, the “Hubert Herring Award”
and the “Thomas F. McGann Memorial Prize in
History”. His most recent publications include,
as author: A Life Together: Lucas Alamán and
Mexico, 1792-1853, New Haven, Yale University
Press (2021); “Between Bustamante and Burke:
Lucas Alamán’s Historical Project”, Korpus 21, 1
(3), Zinacantepec, El Colegio Mexiquense, pp.
395-418 (2021); Economía, política y cultura en
la historia de México: Ensayos historiográficos,
metodológicos y teóricos de tres décadas, San
Luis Potosí, El Colegio de San Luis/El Colegio
de Michoacán/El Colegio de la Frontera Norte
(2010); and Writing Mexican History, Stanford,
Stanford University Press (2012).

17
ERIC VAN YOUNG, THE SPHYNX OF SAN COSME: A HISTORIAN’S THOUGHTS ON WRITING A BIOGRAPHY

18
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 19-34
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024177

HACIA UNA NUEVA BIOGRAFÍA DE


AGUSTÍN DE ITURBIDE:
AZAR, INFLUENCIAS, ERRATAS, NUEVAS LECTURAS

TOWARDS A NEW BIOGRAPHY OF


AGUSTÍN DE ITURBIDE:
CHANCE, INFLUENCES, ERRORS, NEW READINGS

Jaime del Arenal Fenochio


orcid.org/0000-0002-2137-1850
Centro de Estudios Interdisciplinares A.C.
México
[email protected]

Abstract

The article gives an account of the author’s intellectual itinerary to unveil for more
than thirty years and from the perspective of the new constitutional history the work
of Agustín de Iturbide from, fundamentally, the publication of his political program
launched in Iguala in February 1821, and thus promote a historiographical rethinking
of the character so deformed both by a historiography at the service of power and
by another conservative and apologetic. It highlights the discovery and importance of
hitherto unpublished documents, as well as the rereading of others widely known but
poorly interpreted.

Keywords: Agustin de Iturbide; Consummation of Independence; Mexican Constitucio-


nal History; Plan de Iguala; Trigarancia.

Resumen

El artículo da cuenta del itinerario intelectual del autor para develar durante más de
treinta años y desde la perspectiva de la nueva historia constitucional la obra de Agus-
tín de Iturbide a partir, fundamentalmente, de la publicación de su programa político
lanzado en Iguala en febrero de 1821, y propiciar así un replanteamiento historiográfico
del personaje tan deformado tanto por una historiografía al servicio del poder como
por otra conservadora y apologética. Se destaca el descubrimiento y la importancia
de documentos hasta ahora inéditos, así como la nueva lectura de otros ampliamente
conocidos, pero malamente interpretados.

Palabras clave: Agustín de Iturbide; Consumación de la Independencia; Historia


Constitucional Mexicana; Plan de Iguala; Trigarancia.

19
JAIME DEL ARENAL FENOCHIO, HACIA UNA NUEVA BIOGRAFÍA DE AGUSTÍN DE ITURBIDE:
AZAR, INFLUENCIAS, ERRATAS, NUEVAS LECTURAS

Estado de la cuestión te formara un “corpus iturbideano”, similar a la


magnífica colección que sobre los escritos de
¿Corresponde la figura y obra de Iturbide al per- Simón Bolívar se iniciara a publicar en Caracas a
sonaje histórico que, desde el poder estatal, la poco de su fallecimiento y que dio paso a dece-
historiografía liberal y revolucionaria forjó y legó nas de volúmenes. La ausencia, en principio, no
a la posteridad y que todavía domina en el imagi- parecería tener mayor relevancia si se piensa en
nario colectivo de la mayoría de los mexicanos? que hasta hace muy poco tiempo contamos con
No es mi propósito ni mi interés gastar tiem- un corpus similar de documentos relativos a la
po en presentar las causas que explicarían en figura —esta sí consagrada en el imaginario pa-
México por qué la figura histórica de Agustín triótico nacional— del sacerdote insurgente José
de Iturbide (Valladolid, 1783–Padilla, 1824) ha María Morelos (1765-1815), debido en muy bue-
causado y continúa causando polémicas tanto na medida a la labor de Carlos Herrejón Peredo,
historiográficas como, aún más, políticas prác- responsable de la trilogía que integra la “Biblio-
ticamente desde su arribo al trono imperial en teca José María Morelos” (Herrejón, 1984, 1985a
1822. Baste con decir que a lo largo del siglo XX y 1987). Sin embargo, a diferencia de Iturbide,
llegó a convertirse en el innombrable por exce- el corpus de ese héroe insurgente, y más aún el
lencia de la historia mexicana, sobre todo a par- de Miguel Hidalgo (1753-1811), es en verdad es-
tir del ostracismo al que pretendió condenarlo caso mientras que “los papeles” de Agustín de
el gobierno de Luis Echeverría al conmemorarse Iturbide —repartidos en decenas de varios repo-
el 150 aniversario de la consumación de la In- sitorios nacionales y extranjeros (Washington,
dependencia en 1971. Tampoco es de mi interés Austin, Londres, Madrid, Sevilla)— suman miles,
hacer un repaso historiográfico de la vida y obra lo que, en principio, permitiría un conocimiento
de tan discutido personaje. Baste también decir más completo y objetivo del personaje. No ha
que esta revisión tendría que partir cuestionan- sido así, por desgracia: mientras unos cuantos
do la visión maniquea que ha imperado sobre su documentos han permitido enaltecer hasta altu-
vida y obra y que, a guisa de ejemplo, estaría re- ras inimaginables las figuras egregias de Hidalgo
presentada en el siglo XX, por el lado de la histo- y de Morelos y elaborar medianas o excelentes
riografía llamada conservadora, por las obras del biografías (Herrejón, 2011 y 2015), la masa docu-
jesuita Mariano Cuevas, El Libertador (Cuevas, mental de quien proclamó y consumó en forma
1947), hasta cierto punto por la de Ezequiel A. consensuada e institucional la independencia de
Chávez (Chávez, 1957) e, indiscutiblemente, por México en 1821 continúa siendo desconocida, no
la Defensa de Iturbide del profesor Celerino Sal- obstante que fuera el propio gobierno federal, a
merón (Salmerón,1974). Desde la historiografía través del Archivo General de la Nación, quien
contraria —iniciada, desde luego, con el pasquín comenzara a reunir hacia la década de los vein-
del guayaquileño Vicente Rocafuerte (Rocafuer- te del siglo pasado los documentos de o acerca
te,1984), publicado bajo el seudónimo de “un de Iturbide, como se comprueba con la publica-
verdadero americano” aún en vida de Iturbide—, ción de La correspondencia y diario militar de
sobresalen el libro del español Carlos Navarro y don Agustín de Iturbide (Iturbide, 1923), seguida
Rodrigo, Vida de Agustín de Iturbide (Navarro, en la siguiente década por la Correspondencia
1919), y la obra del escritor hondureño Rafael privada de don Agustín de Iturbide y otros do-
Heliodoro Valle, Iturbide, varón de Dios (Valle, cumentos de la época (Iturbide, 1933), y, en los
1944), escaseando, por el contrario, biografías cuarenta, por La correspondencia de Agustín de
que superando ese maniqueísmo presenten a un Iturbide después del Plan de Iguala recopilada
Iturbide ajeno a estas controversias historiográ- por Vito Alessio Robles y publicada por la Secre-
ficas, tal y como la que en 1952 diera a conocer taría de la Defensa Nacional (Iturbide, 1945). En
en inglés el historiador norteamericano William esta última década aparecería la célebre y muy
S. Spencer, Iturbide of Mexico (Robertson, 1952), importante colección documental que forma El
publicada en español hasta el año de 2012, ¡se- Libertador del mencionado P. Mariano Cuevas.
senta años después! Habría que esperar hasta 1977 para que otro je-
Lo que sí importa subrayar aquí es la ausen- suita publicara en una editorial muy identificada
cia de una colección documental que idealmen- con el pensamiento conservador mexicano los

20
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 19-34

Papeles de Don Agustín de Iturbide. Documen- la editorial Planeta DeAgostini, dirigida por el
tos hallados recientemente (Gutiérrez Casillas, buen amigo José Manuel Villalpando, publiqué
1977). Por último, y en forma verdaderamente mi breve biografía Agustín de Iturbide, obra des-
sorprendente y sin ningún estudio preliminar o de luego de divulgación como todas las que for-
presentación justificativa, en 2014 la Dirección maron parte de la mencionada colección, y por
General de Publicaciones del Consejo Nacional esta razón limitada a un número determinado de
para la Cultura y las Artes publicó Escritos diver- páginas y palabras (Arenal, 2002a).
sos de Iturbide dentro de la colección “Cien de No necesito aclarar que la principal dificultad
México”, que repite algunos de los documentos con la que me enfrenté consistió en las diferen-
recogidos por Cuevas. tes visiones historiográficas que se habían ido
Al margen de estas publicaciones, la obra tejiendo alrededor de la vida y obra del perso-
más célebre y difundida de Iturbide ha gozado naje, una de las cuales —repito— lo había redu-
de relativa suerte. Me refiero a sus Memorias cido hasta convertirlo en el innombrable de la
o Manifiesto al Mundo suscrito en el puerto de llamada historia oficial, por considerarlo tradi-
Liorna, Italia, el 27 de septiembre de 1823 y que cionalmente como traidor desde que lo dispu-
en las últimas décadas ha sido publicado por el so oficialmente el republicano congreso fede-
mencionado Gutiérrez Casillas en la obra señala- ral de México en 1824, habiéndolo ratificado en
da, por Laura B. de la Torre en edición particular este ominoso carácter la Cámara de Diputados
(Iturbide, 2001), y por Camilo Ayala Ochoa, bajo de otro congreso federal y republicano en 1921,
el sello editorial de la UNAM (Iturbide, 2007), cuando decidió quitar y vejar su nombre inscri-
basándose estos tres autores en versiones un to hasta entonces en letras de oro en los muros
tanto distintas del ejemplar dado a conocer por de su sede (Arenal, 1996; Romero Flores, 1971).
vez primera en tiempos de su autor. Por si fuera poco, en 1971 Iturbide había que-
No obstante estas pocas y poco conocidas dado definitivamente fuera de la historia oficial
obras, Iturbide no sólo se había convertido en el de la independencia de México, toda vez que
siglo XX en el innombrable de la historia oficial el único consumador de la misma fue también
mexicana sino en el autor político menos leído oficialmente Vicente Guerrero (1782-1831); deci-
de México. Y si alguno desde el oficialismo libe- sión que vino acompañada de una multitud de
ral y revolucionario se había atrevido a leer al- estatuas y nombres asignados a calles, avenidas,
guno de sus documentos autógrafos, había sido presas, lugares y escuelas del prócer suriano. No
para desacreditarlo o para negar la sinceridad menos importante fue superar la dificultad que
de sus intenciones, propuestas y procedimien- me significó el peso de la historiografía conser-
tos; simplemente no se le creyó. Esta falta de vadora dentro de la cual me había yo formado
credibilidad, asociada al calificativo de traidor en mis estudios primarios, secundarios y prepa-
que se le dio desde 1824 (Espinosa, 2021), hacía ratorios bajo la sombra de autores como el men-
inútil en todo sentido tomarse el tiempo de leer cionado Salmerón y Alfonso Trueba Olivares, y
alguno de sus escritos: todos estaban cargados de editoriales como Jus, que durante años pu-
de impostura, doble juego, perfidia y ambición. blicó la magnífica serie de “Figuras y episodios
Aquí encontraría yo la clave de mi interpreta- de la Historia de México” que dio paso a la no
ción de la vida y obra del personaje. En hacer una menos célebre colección “México Heroico”.
nueva, fresca, objetiva, y determinada por mi for- Al interesarme por la figura de Iturbide sabía
mación jurídica —es decir, en clave histórico-ju- yo pues a lo que me exponía; sin embargo, el
rídica— lectura de los textos iturbidistas, princi- reto me lo presentaron dos artículos publicados
piando con los más célebres y trascendentes: el en la Revista de la Universidad de México corres-
Plan de Iguala (Arenal, 1994) y las Memorias. pondientes a septiembre del mencionado 1971 y
un formidable libro. El primero, autoría del cons-
Formación y antecedentes titucionalista e historiador Antonio Martínez
Báez, titulado “El trasfondo constitucional del
Con base en estas obras y estas primeras lec- movimiento de Iguala” (Martínez Báez, 1971); el
turas, en 2002 y dentro de la colección “Gran- otro, del también historiador, biógrafo de More-
des Protagonistas de la Historia Mexicana” de los, Ernesto Lemoine, titulado “Vicente Guerrero

21
JAIME DEL ARENAL FENOCHIO, HACIA UNA NUEVA BIOGRAFÍA DE AGUSTÍN DE ITURBIDE:
AZAR, INFLUENCIAS, ERRATAS, NUEVAS LECTURAS

y la consumación de la Independencia” (Lemoi- Grossi, el absolutismo jurídico y las mitologías


ne, 1971). El libro era de la autoría del poeta e jurídicas de la Modernidad. Poco después, mis
historiador Manuel Calvillo y se había publicado primeros estudios de posgrado cursados en las
en 1974 como parte de la colección “La Repú- facultades de Derecho y de Filosofía y Letras de
blica Federal Mexicana. Gestación y nacimiento” la Universidad Complutense de Madrid bajo la
(Calvillo, 1974). Las tres publicaciones siempre dirección de Rafael Gibert y de Alfonso García
dejaron en mí un sentimiento de inconformidad Gallo, y el conocimiento de la concepción del
y rechazo, que, una vez obtenido el título de Derecho y de su historia del romanista Álvaro
abogado, supe cómo superar: la historia del De- D´Ors, completaron mi crítica radical a la visión
recho se convertiría en el instrumento para re- del Derecho que yo había recibido en mis estu-
plantear tanto la vida como, sobre todo, la obra dios de licenciatura.
del primer emperador mexicano. Y lo haría des- Ahora era llegado el tiempo de replantear el
de la perspectiva concreta de la historia consti- otro lado de la moneda: la historia de México; de
tucional, tal y como la habían asumido Martínez superar tanto la visión conservadora abrevada
Báez y Calvillo, pero sujeta a una nueva lectu- en las aulas juveniles como la oficial presente en
ra del constitucionalismo de la época (Blanco, discursos, publicaciones, y en toda una menta-
1995, 2010; Fioravanti, 1996, 2001, 2014; Álva- lidad colectiva forjada por el Estado mexicano
rez, 1999; Van Caenegem, 2003; Zagrebelsky, posrevolucionario que hundía sus raíces en la
2005; Varela, 2015). En este camino tendría yo triunfante historia liberal del siglo XIX.
necesariamente que superar ambas versiones La suerte, el azar, las relaciones personales, el
maniqueas tejidas alrededor de Iturbide y, por destino, me pusieron en contacto a mi regreso
si fuera poco, también desmantelar previamente de España con El Colegio de Michoacán, la ins-
las concepciones hasta entonces consagradas y titución a quien debo, hasta ahora, mi absoluta
tradicionales de la historia del Derecho y de la liberación de cualquier dogmatismo histórico.
historia del constitucionalismo mexicano, am- En su modesto y repartido claustro de enton-
bas, desgraciadamente permeadas hasta la sa- ces tuve la fortuna (porque esto es y no otra
ciedad de legalismo estatalista y, por lo mismo, cosa) de conocer, oír y aprender de verdaderos
oficialista, donde el Plan de Iguala y los Tratados maestros de quienes paradójicamente jamás fui
de Córdoba, por no decir la misma Acta de Inde- alumno: Luis González y González —cuyo Pue-
pendencia, eran interpretados como documen- blo en vilo puedo colocar en el mismo nivel de
tos políticos reaccionarios y antiliberales. influencia sobre mí que los de Wieacker y de
Esta última tarea ha constituido parte im- Marrou (El conocimiento histórico) como res-
portante de mi vida académica; a ella me he ponsables de mi formación como historiador—;
consagrado en el aula y en mis escritos desde Andrés Lira González, Carlos Herrejón Peredo,
que atisbé lo que en verdad eran el Derecho y Jean Meyer, y, en general el grupo de investi-
su historia. Y lo hice no en la Escuela Libre de gadores y alumnos con quienes en los centros
Derecho de cuyas aulas había egresado el año de estudios de Historia, de Antropología, de Es-
de 1977, sino a partir de esa lectura providen- tudios Rurales y, más tarde, de las Tradiciones,
cial y luminosa que Jorge Adame me sugirió a tuve la oportunidad de conocer, leer y convivir
partir de mi decisión de dedicarme totalmente durante varios años, particularmente en los ya
a la academia: la Historia del Derecho privado famosos coloquios anuales que organizaba y si-
del jurista alemán Franz Wieacker, que si bien y gue organizando con gran éxito El Colegio y que
como su título indica se refiere al derecho pri- han venido reuniendo a una verdadera pléyade
vado ubica de tal manera la historia del Dere- de pensadores nacionales y extranjeros de la
cho occidental que uno termina su difícil lectura talla de Silvio Zavala, Antonio Gómez Robledo,
dueño de herramientas conceptuales, ideoló- Abelardo Villegas, David A. Brading, John Elliot,
gicas y temporales para enfrentar el desarrollo sólo por mencionar a quienes considero me han
histórico no sólo de la ciencia jurídica entendida influido más. De González y de Herrejón, en par-
como jurisprudencia sino del ascenso del Esta- ticular, recibí saludable influencia a través del
do constitucional moderno y, lo que más tarde trato personal y de la publicación por parte del
descubriría en la obra de mi muy llorado Paolo primero de sus Once ensayos de tema insurgen-

22
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 19-34

te (González,1985), y, del segundo, de la edición historia del Derecho, de las instituciones, de los
de los estudios presentados en un inolvidable libros jurídicos y de la administración de justicia,
congreso celebrado en el propio Colegio de Mi- hasta la historia intelectual y del pensamiento;
choacán en octubre de 1984 bajo su coordina- de la biografía de juristas y canonistas a la his-
ción dedicado a repasar la independencia (He- toria del constitucionalismo; de la enseñanza del
rrejón, 1984). Zavala, por su parte, representó Derecho y la formación de los abogados y ju-
para mi formación de historiador de Derecho la risconsultos hasta la religiosidad, institucional y
oportunidad de acercarme más al conocimien- popular; de Jacinto Pallares a Herrera y Lasso;
to de otro de mis “maestros”: Rafael Altamira y del Palacio Nacional a los cuadernos de Genaro
Crevea a quien ya conocía por mi curso de His- García; desde el virreinato del Conde del Vena-
toria del Derecho patrio impartido en las aulas dito hasta la vida y obra de Agustín de Iturbide.
de la Libre de Derecho por Francisco de Icaza
Dufour y quien me facilitó el conocimiento de Contribuciones
los libros de Toribio Esquivel Obregón, de José
María Ots Capdequí y de José Miranda, además Con parte de este bagaje y con algo de esta he-
de los apuntes mimeografiados de Javier de rencia intelectuales llego a febrero del año de
Cervantes. Por encima de todos, sin embargo, 1984, cuando se presenta la oportunidad de co-
mi maestro por excelencia en Historia de México mentar (Arenal, 1984) la ponencia del menciona-
lo fue y continúa siéndolo Edmundo O’Gorman. do Ernesto Lemoine en un importante congre-
A estos antecedentes debo sumar, años des- so celebrado en el Instituto de Investigaciones
pués, mi vínculo con el Instituto Internacional Jurídicas de la UNAM dedicado a La formación
de Historia del Derecho Indiano fundado en los del Estado mexicano. Dicha ponencia se tituló
años sesenta por mi maestro español García Ga- “Morelos y la generación de la Independencia”
llo, por el argentino Ricardo Zorraquín Becú y el (Lemoine, 1984) y me permitió presentar un pri-
chileno Alamiro Ávila. Este noble y desinteresa- mer acercamiento a una de las tesis que, siem-
do Instituto dedicado exclusivamente a organi- pre desde la óptica de la historia del derecho y
zar cada cierto tiempo los célebres congresos del pensamiento constitucionales, he tratado de
internacionales de Historia del Derecho Indiano proponer al mundo de la historiografía mexica-
en distintas sedes de España y de Hispanoamé- na: que los movimientos insurgente y Trigarante
rica me brindó la ocasión de conocer a verda- tuvieron muchos más puntos de coincidencias
deros maestros de historia jurídica: el español y similitudes que las diferencias que la historia
Ismael Sánchez Bella, los argentinos Víctor Tau oficial se había esforzado en proponer. Para ello
y Eduardo Martiré y los chilenos Bernardino acudí a tres elementos culturales que pude lo-
Bravo Lira y Alejandro Guzmán Brito. Además calizar en la lectura de los textos constituciona-
se sumaron los estudios de maestría en Historia les del periodo 1810-1822: modernidad, religio-
de México cursados en la Facultad de Filosofía sidad y mitología. Este primer acercamiento lo
y Letras de la UNAM y donde tuve nuevamente desarrollé en forma más amplia en la ponencia
la fortuna de contar como profesores a maes- titulada precisamente “Modernidad, Mito y Re-
tros de conocimientos y de vida como Carlos ligiosidad en el nacimiento de México” (Arenal,
Pereyra, Juan A. Ortega y Medina, Luis Ramos, 1987), que presenté tres años después en el co-
Álvaro Matute y Beatriz Ruiz Gaytán, quienes, loquio dedicado a La independencia de México y
junto a colegas como María del Refugio Gon- la creación de la Nueva República, celebrado en
zález, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, la University of California, en Irvine, California, y
Javier Garciadiego y Beatriz Urías en el Centro en el que participaron, entre otros, los historia-
de Estudios sobre la Universidad, y Josefina Z. dores anglosajones Jaime E. Rodríguez, Timothy
Vázquez y tantas otras y otros investigadores Anna —cuyo Imperio de Iturbide leí después con
en El Colegio de México, terminaron años más avidez y provecho (Anna,1991) —, Christon Ar-
tarde de completar el conjunto de influencias cher, Nettie Lee Benson, Eric Van Young, Hugh
positivas que me han permitido enfrentar con Hamill, Barbara Tenenbaum y Paul Vanderwood
seguridad los temas objeto de mi interés históri- (Rodríguez, 1987). Desde entonces el tema de la
co a lo largo de más de cuarenta años: desde la independencia y concretamente el de su consu-

23
JAIME DEL ARENAL FENOCHIO, HACIA UNA NUEVA BIOGRAFÍA DE AGUSTÍN DE ITURBIDE:
AZAR, INFLUENCIAS, ERRATAS, NUEVAS LECTURAS

mación —es decir, el de la Trigarancia—, se con- materiales y mientras las notas, lecturas, docu-
virtieron en uno de los que mayormente llamarían mentos y fotocopias acerca de dicho gobierno
mi atención en los años siguientes, siempre, desde se iban acumulando a mi alrededor, la figura y
luego, desde la óptica de la historia de las ideas y la importancia del proyecto político enarbolado
de las instituciones jurídico constitucionales. con toda nitidez y congruencia por Agustín de
Por esos mismos años cursaría la maestría Iturbide a partir de la publicación del Plan de
en Historia de México donde recibí la influen- Iguala fue adquiriendo mayor ubicación dentro
cia ya subrayada de Ortega y Medina y de Ál- de la historia del liberalismo mexicano, no tanto
varo Matute, capitales para el conocimiento de dentro del conservadurismo, como tradicional-
la historiografía del periodo. Pequeños ensayos mente se había considerado hasta entonces. Lo
sobre la traducción al español de la síntesis de que a mi vista resultaba innegable, cada vez más
la Política natural del Barón de Holbach, apare- claro y contundente, era el carácter moderno de
cida en México hacia 1822 bajo en nombre de Ig- dicho programa político: una constitución escri-
nacio García Malo, y sobre la vocación abogadil ta que limitara al poder, consagrara la división
de Carlos María de Bustamante me mantuvieron de poderes, la igualdad ciudadana, la soberanía
cercanos al tema que volví a estudiar con oca- en el pueblo o en la nación, y los derechos del
sión de la celebración del XI Congreso del Insti- hombre; y asimismo, que era precisamente la
tuto Internacional de Historia del Derecho India- historia jurídica la que podía demostrarlo.
no, en la Facultad de Derecho de la Universidad Por esta razón, me decidí a reunir un primer
de Buenos Aires a principios de septiembre de conjunto de mis estudios, ponencias y ensayos
1995, y donde presente una ponencia relativa a acerca de este complejo y a todas luces malin-
las “Proclamas, bandos y órdenes de don Fran- terpretado proceso en un libro publicado por
cisco Novella, penúltimo capitán general de la El Colegio de Michoacán titulado con toda in-
Nueva España” (Arenal, 1997). A partir de este tención Un modo de ser libres (2002b), aludien-
momento mi elección estaba tomada: dedicaría do de esta forma a la arenga pronunciada por
buena parte de mis estudios al periodo y a los Iturbide a sus tropas del Ejército Imperial de las
personajes de la última fase de la lucha por la Tres Garantías reunidas el 25 de septiembre de
independencia mexicana. 1821 a punto de entrar en la Ciudad de México:
La ocasión posterior la presentó la posibili- ”Mexicanos…ya sabéis el modo de ser libres: a
dad de cursar el doctorado en Derecho dentro vosotros toca señalar el de ser felices” (Iturbide,
del programa conjunto que por esos años im- 2014: 70).
plementaron las universidades Panamericana de Tanto el título como el subtítulo de este libro
México y de Navarra en España. En esta última, —Independencia y constitución en México (1818-
y como requisito para obtener el diploma de es- 1822)— contenían todo un significado que no
tudios avanzados —equivalente a la maestría en podía ni quería negar: se trataba de demostrar
México—, defendí el año de 1997 un ensayo fran- que Iturbide se había propuesto proponer y lu-
camente innovador y polémico: “El significado char por establecer un plan político constitucio-
de la Constitución en el programa político de nal, moderno y liberal, si bien no radical, como
Agustín de Iturbide” que fue publicado después fundamento de un nuevo estado independiente
en la prestigiosa revista Historia Mexicana de El a partir de lo que hasta entonces se llamaría ge-
Colegio de México (Arenal, 1998). néricamente como la Nueva España. Este nuevo
Pero la vida tiene sus designios y la tesis doc- estado sería precisamente el Imperio Mexicano,
toral, enfocada en el análisis del gobierno virrei- sujeto a un gobierno monárquico moderado por
nal de Juan Ruiz de Apodaca (1816-1821) bajo la una constitución escrita y bajo los principios de
dirección del doctor Ismael Sánchez Bella, de igualdad ciudadana, unión de todos sus habi-
feliz memoria, hubo de esperar, sin que por esto tantes sin discriminación alguna, independencia
dejara de publicar en distintos lugares y tiem- absoluta y la religión católica como única, con
pos esos subproductos tan importantes de una exclusión de cualquier otra. Once estudios in-
tesis doctoral que son los artículos y ensayos tegraron este primer libro, donde aparecieron,
presentados en diferentes foros a lo largo de su entre otros temas, los de la conformación terri-
siempre detenida elaboración. Con todos estos torial de dicho Imperio, la religión y la Iglesia en

24
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 19-34

la Trigarancia, el rechazo de negros y mulatos bidista al modelo constitucional europeo, liberal


a la constitución de Cádiz, una nueva lectura moderado, que por entonces irrumpía con fuer-
del Plan de Iguala, y el muy interesante —a mis za en el mundo occidental.
ojos— acerca del utilización de la ley para deste- Se trataría de difundir mediante mi libro pre-
rrar desde el poder político la memoria de Agus- cisamente el significado que tuvo la constitución
tín de Iturbide del panteón oficial de los hom- moderna en la obra de Iturbide y su adhesión
bres ilustres mexicanos, lo que supuso presentar a un gobierno monárquico moderado precisa-
mis reflexiones sobre el uso de la historia por mente mediante una constitución elaborada por
parte de dicho poder. un congreso constituyente. No menos importan-
Con base en estos materiales y con la óptica te fue para mí insistir en el hecho de que si esto
adquirida con la nueva historia jurídica, el mismo no fue posible no fue tanto por la supuesta y
año de 2002 publique mi breve Agustín de Iturbi- tan cacareada ambición de Iturbide sino porque
de dividido en ocho capitulitos, una bibliografía el primer congreso constituyente extralimitó sus
elemental, algunos fragmentos de textos de la funciones y jamás discutió un solo artículo de
época —algunos suscritos por el propio Iturbi- ningún proyecto constitucional, así como sub-
de— y varias ilustraciones (Arenal, 2020a). La rayar el hecho —único en Hispanoamérica— de
obra, si tiene algún mérito es la de darle la vuelta haberse formado un nuevo estado a través de
y superar las dos interpretaciones historiográfi- un proceso de agregación de diversas entidades
cas dominantes para ofrecer una interpretación políticas territoriales francamente autónomas,
novedosa acerca principalmente de la obra de o en víspera de reclamar su propia autonomía,
Iturbide, donde las principales aportaciones fue- que llevaría a la formación de un Imperio de más
ron las siguientes: recuperar su carácter criollo de cuatro millones de kilómetros cuadrados. No
y, por ende, proclive a la autonomía o indepen- menos importante, fue afirmar que el proyecto
dencia de la Nueva España, si bien contrario al constitucional iturbidista supuso mantener la vi-
camino divisionista y desordenado propuesto gencia parcial de la Constitución española den-
por la insurgencia de Hidalgo y de Morelos; sub- tro de cuyo orden se consumó la independencia
rayar la importancia del periodo de su vida — mexicana al ser considerada una de las “Leyes
aún por desgracia poco conocido— entre 1816 fundamentales” del nuevo estado plenamente
y finales de 1820 como una etapa de reflexión independiente; caso único en la América espa-
y cambio de ideas al amparo de la experiencia ñola. Finalmente, tanto la calidad de traidor —
militar vivida durante el lustro anterior; su po- por la que Iturbide fue fusilado sin previo juicio
sición particular y original frente a los sucesos (Martínez del Campo, 2010)—, como la versión
acaecidos en la Península con motivo del levan- de ser un hombre insensible, hipócrita, alejado
tamiento de Rafael de Riego y que lo llevarían a de sus deberes matrimoniales y filiales y ajeno a
trazar su propio plan de independencia paralelo toda virtud fueron, a mi sentir, lo suficientemen-
a otros, similares o distintos, que por entonces te rebatidas. De esta forma, Iturbide recuperó en
de fraguarían en la Nueva España; el hecho de mi texto tanto dimensión humana como genio
haber consultado su propio plan con hombres político, y si no se puede afirmar que fuera el
de su confianza e incluso habérselo propuesto al único consumador de la independencia mexi-
propio Apodaca, al rey y a las Cortes españolas; cana sí que fue el autor del programa político
rescatar, al margen de estas prudentes y nece- que dio vida al Estado mexicano independiente
sarias consultas, su absoluta y única responsabi- y soberano; es decir, que fue el primer estadista
lidad como autor del Plan de Iguala; plantear de mexicano.
una vez por todas el carácter moderno y liberal Publicado este libro, durante los siguientes
moderado de este documento, y el valor de la años no dejaría de cercar más al personaje, a sus
garantía de la unión y de la igualdad ciudadana contemporáneos y a su época, con el propósito
entre españoles, criollos, indios, negros, asiáti- de someter mis propias conclusiones a nuevas
cos y todas las castas, como esenciales del mo- pruebas, a efecto de o verificarlas o, en caso
vimiento Trigarante y capitales para su ulterior contrario, aceptar que estaban equivocadas. La
triunfo. Obviamente, la principal tesis suscrita suerte y las circunstancias me serían favorables
por mí ahí fue la de vincular la propuesta itur- para ello. De Un modo de ser libres aparecería

25
JAIME DEL ARENAL FENOCHIO, HACIA UNA NUEVA BIOGRAFÍA DE AGUSTÍN DE ITURBIDE:
AZAR, INFLUENCIAS, ERRATAS, NUEVAS LECTURAS

una segunda edición el año de 2010 con ocasión encuentro con añejas amistades o una llamada
del bicentenario del inicio de la lucha por la inde- telefónica.
pendencia de México. Este mismo año y con el El viaje de marras fue el que realicé en marzo
objetivo de actualizar el libro anterior publiqué de 2006 a la población de Teloloapan, Gro., en
un poco difundido libro subtitulado precisamen- compañía de los buenos amigos los profesores
te Nuevas reflexiones en torno a Un modo de ser igualtecos Florencio Benítez y Mario Castrejón
libres y cuyo título también constituyó todo un y donde en el pequeñísimo y modesto museo
programa de intenciones: Unión, Independencia, sito debajo del quiosco de la plaza central en-
Constitución (Arenal, 2010a). En él añadía cator- contré debidamente enmarcada y colgada en la
ce nuevos artículos, ensayos y ponencias sobre pared lo que he llamado entre interrogantes “la
lo que ya era un tema del cual estaba cada vez segunda carta” de Iturbide a Guerrero, suscrita
más convencido. En esta nueva recopilación, precisamente en aquella población el 26 de no-
hice énfasis en un asunto que en adelante me viembre de 1820 en respuesta a una de Guerrero
llevaría a muchas reflexiones y propuestas, y en firmada el día 22 del mismo mes (Arenal, 2007).
tres descubrimientos documentales de extraor- Con este desconocido documento, cuya auten-
dinaria importancia que hice durante la primera ticidad desde luego verifiqué previamente, se
década del nuevo siglo. Cabe recordar que en el probaba que las comunicaciones entre ambos
ínter apareció la segunda edición de mi Agustín jefes militares habían comenzado casi dos me-
de Iturbide por parte de la editorial Booket (Are- ses antes del tiempo que la historiografía sobre
nal, 2004), filial de Planeta, en un formato más el asunto había determinado (enero de 1821). Di-
pequeño y modesto y sin las ilustraciones de la cho documento lo publiqué en algún número la
primera edición. revista Relaciones durante 2007.
El tema se relacionaba con la ya menciona- Las amistades no me es posible mencionar-
da conformación y la delimitación territoriales las en esta ocasión, toda vez que siempre me
del nuevo estado independiente denominado pidieron reserva al respecto, pero si puedo con-
Imperio mexicano, entendido como la suma de tar que se trataba de familiares de un amigo de
territorios bajo el dominio español relativamen- toda la vida y, por lo mismo, a quienes conocía
te autónomos y en franca fase de disgregación: desde la preparatoria. A través de otro amigo en
la Nueva España en sentido estricto, la Nueva común, notario público, nos citamos a comer en
Galicia, la Capitanía General de Yucatán, la de el restaurante San Ángel Inn al sur de la Ciudad
Guatemala y las dos comandancias de Provin- de México para tratar lo relativo a una posible
cias Internas, de Oriente y de Occidente, y que venta de documentos relacionados con Iturbide
últimamente me ha permitido abundar tanto en que pretendían hacer a alguna institución aca-
el concepto como en la realidad misma de eso démica mexicana. Cuál sería mi sorpresa cuan-
que los documentos y mapas de la época deno- do vi de quiénes se trataba y más cuando vi
minaron en su momento América Septentrional. los documentos a que se referían: nada más y
Los tres descubrimientos se refieren a mi ines- nada menos que los volúmenes que contienen
perado encuentro con tres documentos o masas la correspondencia recibida por el Gral. Vicente
documentales llamadas a cambiar nuestra per- Guerrero y otros documentos datados entre una
cepción acerca del proceso de consumación de fecha indeterminada de finales de 1820 o prin-
la independencia mexicana, sobre sus personajes cipios de 1821 y el 3 de mayo de 1833. En 11 to-
más relevantes (incluido, por supuesto, Iturbide), mos -el primero, que contiene 195 documentos
y sobre el tema que a mí en lo personal me in- suscritos hasta finales de abril de 1821, y cuya
teresaba desde 1984: el constitucionalismo de la importancia por lo mismo resulta extraordinaria,
Trigarancia y del propio Agustín de Iturbide. nunca se localizó- aparecían debidamente orde-
Si he dicho que el encuentro documental fue nados cronológicamente un total de 2352 docu-
inesperado fue porque en los tres casos no fue mentos entre cartas, recibos, cuadros, cuentas,
resultado inmediato e intencionado de mis in- informes, órdenes y solicitudes que implicaban
vestigaciones y de mis propósitos, por otro lado a decenas de corresponsales con el Gral. Gue-
siempre constantes y jamás suspendidos, sino rrero; principal y destacadamente a Agustín de
del azar que supone en ocasiones un viaje, el Iturbide, autor de varias cartas y órdenes inédi-

26
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 19-34

tas. Un verdadero filón documental totalmente a la fecha he publicado varios de dichos docu-
desconocido perteneciente en su origen a la mentos, algunos de Agustín de Iturbide (2021b),
“Biblioteca del General Riva Palacio” como in- otros de Pedro Asencio Alquicira (2021a), que
dicaba en cada uno de los volúmenes el corres- han servido para continuar develando el com-
pondiente ex libris del Gral. Vicente Riva Palacio, plicado mosaico que forma la fase final de la in-
nieto de Guerrero. dependencia de la Nueva España. Todos me han
Este dato abría un mundo de interrogantes. permitido confirmar mis tesis.
Se sabía que el archivo y la biblioteca de Riva Pa- Por último, la llamada telefónica. Esta tuvo
lacio había pasado a manos del bibliófilo mexi- lugar en algún día del mes de enero de 2005,
cano Genaro García quien, a su muerte, heredó cuando uno de los abogados egresados de la
a su hijo el Lic. Trinidad García toda la famosa Escuela Libre de Derecho me llamó para que lo
colección documental y bibliográfica que hoy orientara respecto a la posible adquisición de
forma parte de la Colección Latinoamericana dos manuscritos que contenían sendos proyec-
Nettie Lee Benson de la Biblioteca de la Univer- tos constitucionales mexicanos y que habrían
sidad de Texas en Austin. El archivo de Vicente de subastarse el día 29 de ese mes en las Ga-
Guerrero formaba parte de la colección de Ge- lerías Louis C. Morton, en cuyo catálogo apare-
naro García y se suponía que contenía todos los cían. Una vez revisados, me percaté de la enor-
documentos del célebre insurgente. Por el con- me importancia de ambos, así como de su total
trario, de pronto aparecía una masa documental desconocimiento por parte de la historiografía
totalmente desconocida que, por supuesto, nun- mexicana y mexicanista por lo que, desde luego,
ca pasó a la institución texana sino que se con- recomendé su adquisición a mi amigo y solicité
servó en manos mexicanas. Lo extraño desde su autorización para reproducirlos y trabajarlos.
la óptica historiográfica es que ninguno de los A final de la subasta él y uno de sus hermanos
documentos encontrados fue utilizado por Ju- adquirieron cada uno los mencionados manus-
lio Zárate en la parte relativa a la consumación critos. Se trataba de dos proyectos constitucio-
de la independencia del México a través de los nales del primer Imperio mexicano.
siglos dirigido precisamente por el Gral. Vicente El primero, titulado “Plan de una constitución
Riva Palacio, quien se habría guardado muy bien para el Imperio Mexicano” fue suscrito anóni-
de informar y más aún de prestar a Zárate esta mamente en Tacubaya —donde por entonces
importante colección documental reunida y or- residía el último Capitán General de la Nueva
denada con tanto afán. ¿A qué obedeció todo España, Juan O’Donojú (1762-1821) — el 18 de
este sigilo? ¿Por qué nunca se utilizó? ¿Pasó septiembre de 1821, a pocos días de la entrada
esta colección a manos de los García y estos se del Ejército Trigarante a la Ciudad de México.
negaron a traspasarla a los texanos o, en vida, Su contenido, original y novedoso, me llamó po-
alguno de los dos la traspasó a los ascendientes derosamente la atención pues era de un indige-
de mis amigos? ¿Cómo llegó a manos de estos? nismo notable y de una religiosidad manifiesta
¿Qué documentos contiene el extraviado volu- que contrastaba, desde luego, con proyectos
men primero que seguramente contiene la parte similares hasta entonces conocidos y publica-
más significativa para comprender el por qué y dos, todos, en el segundo tomo de la obra de
las circunstancias que rodearon la elaboración y Manuel Calvillo dedicado precisamente a “Los
difusión del Plan de Iguala? proyectos de Constitución para México. 1822-
Una vez que pude fotografiar la inmensa ma- 1824” (Calvillo, 1974). Desde luego, abonaba a la
yoría de los documentos, sobre todo los relacio- idea del camino constitucional proyectado y se-
nados con el periodo 1821 y 1822, sin duda los guido por el movimiento Trigarante encabezado
más numerosos, gestioné su adquisición por par- por Iturbide. Su mérito consistía en ser, hasta la
te del Estado de México, una vez que a distintas fecha, el primer proyecto constitucional conoci-
instituciones públicas y privadas no les interesa- do para el Imperio mexicano. De él di cuenta y
ron o no pudieron adquirirlos. Hoy, hasta donde razón, así como ofrecí una transcripción incom-
tengo conocimiento, se conservan en dicha en- pleta, en tres estudios presentados en sendos
tidad en espera de su cabal descubrimiento por congresos o coloquios celebrados en Córdoba,
otros investigadores interesados. Por mi parte, España, en Palermo, y en la ciudad de México,

27
JAIME DEL ARENAL FENOCHIO, HACIA UNA NUEVA BIOGRAFÍA DE AGUSTÍN DE ITURBIDE:
AZAR, INFLUENCIAS, ERRATAS, NUEVAS LECTURAS

durante septiembre y diciembre de 2005, y sep- José Antonio Aguilar, y Fernando Serrano más
tiembre de 2006, respectivamente. No obstan- los españoles Manuel Ferrer, Chema Portillo, Ma-
te, tendría que esperar hasta el año de 2021 para nuel Chust y otros muchos quienes a lo largo de
publicarlo en su totalidad (Arenal, 2021d). esos años publicaron en España y México una
El segundo proyecto localizado resultó aún ingente cantidad de obras alrededor, particular-
más importante y trascendental, toda vez que mente, del fenómeno constitucional gaditano,
por sí mismo venía a ratificar todas y cada una de su impacto en la Constitución de Apatzingán
de las tesis que yo había venido sosteniendo a lo —cuyo bicentenario me tocó celebrar en Ecua-
largo de esos años: que la propuesta política de dor—, y del propio constitucionalismo impulsa-
Iturbide eran francamente constitucional, liberal do por Iturbide y su movimiento.
moderada y, en consecuencia, moderna, con lo Siempre que pude, participé en los distin-
que las tesis oficiales de un Iturbide reaccionario tos congresos y seminarios que a lo largo de
y de un proceso de consumación de la indepen- esos años se celebraron tanto en México, como
dencia mexicana esencialmente conservador y en Chile, Argentina, España, Ecuador y aun en
contrario del todo a la propuesta política y so- Alemania, para reflexionar sobre el tema de los
cial insurgente se venían totalmente abajo. Sólo orígenes de la conformación constitucional del
que para demostrarlo hubo de pasar más de una Estado mexicano. Fue entonces cuando Rafael
década pues por ese entonces mi vida dio un Estrada Sámano terminó la traducción de la bio-
giro de 180 grados al ingresar y servir a la diplo- grafía de Iturbide de Robertson cuya presenta-
macia mexicana en España, en Ecuador y en la ción el Fondo de Cultura Económica me invitó a
Santa Sede por once años. escribir (Arenal, 2012). Pero esta traducción no
Para fortuna mía, las conmemoraciones de fue lo mejor que me ha dejado mi antiguo y que-
los bicentenarios de la crisis hispánica de 1808, rido maestro de Teoría del Estado sino su hijo, el
del comienzo de la lucha por la independencia ya para entonces doctor Rafael Estrada Michel,
novohispana y de la Constitución de la Monar- sin duda uno de los dos mayores ejemplos de
quía española de 1812 coincidieron con mi estan- discípulo que supera al maestro que he tenido
cia al frente del Instituto de México en España, a lo largo de mi vida, y quien también se encon-
en Madrid, desde donde pude propiciar espa- traba empeñando en demostrar el auténtico y
cios y oportunidades para, junto a colegas mexi- veraz trasfondo constitucional —liberal modera-
canos y españoles, pudiéramos dialogar sobre la do— que había permeado no sólo al movimiento
conmemoración de alguno o algunos de estos de Iguala sino toda la lucha en favor del estable-
acontecimientos que anticipaban el bicentena- cimiento de un estado independiente y moder-
rio de la consumación de la independencia que no en la América Septentrional.1
se celebraría el año 2021, lo que evitó que yo me Sin embargo, y no obstante todas estas in-
desligara totalmente de mis estudios y lecturas fluencias y ejemplos de buen quehacer histo-
sobre los temas de mi interés, particularmente, riográfico, la elaboración de la proyectada te-
sobre la obra de Iturbide. Por el contrario, fue- sis doctoral pareció aparcada definitivamente,
ron años de tomar nota y poder leer importantes así como la publicación del segundo proyecto
obras de colegas, amigos y discípulos que tanto constitucional inédito valorado por mí para mis
habrían de ayudarme a mi regreso a México: es- colegas de la Escuela Libre de Derecho. Conte-
pañolas, como Ivanna Frasquet; inglesas, como nía éste nada más y nada menos que el Proyecto
Catherine Andrews; mexicanas, como Guadalu- de Constitución del Imperio Mexicano elaborado
pe Jiménez Codinach —principalmente—, Vir- por los miembros de la comisión respectiva de
ginia Guedea y Ana Carolina Ibarra se sumaron la Junta Nacional Instituyente nombrada los pri-
a la doctora Josefina Z. Vázquez para dejar en meros días del mes de noviembre de 1822 por
mí la benéfica influencia femenina en mi obra; al Iturbide y firmado por ocho de los diez miem-
igual que desde el género masculino lo hicieron
1 Es de justicia, en consecuencia, dejar aquí constancia de
Juan Ortiz Escamilla, Alfredo Ávila, Rodrigo Mo- gratitud sincera por la amistad intelectual que me ha unido a
reno, Roberto Breña, José Antonio Serrano, Moi- padre e hijo de orgullosa estirpe michoacana, así como reco-
nocer el enorme valor del trabajo intelectual y de toda la obra
sés Guzmán, Ernesto de la Torre, José Barragán, publicada por Estrada Michel.
Manuel González Oropeza, José Luis Soberanes,

28
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 19-34

bros de dicha comisión el día 4 de marzo de elemento en el análisis de su vida y, sobre todo,
1823, a punto de disolverse la Junta Nacional y a de su obra.
unos días de la abdicación del emperador. Los capítulos del libro se organizaron en tor-
Su importancia resultaba evidente, toda vez no a la transcripción puntual y anotada del ma-
que hasta entonces sólo se conocía el Regla- nuscrito original debidamente fotografiado para
mento Provisional Político de Imperio Mexicano este efecto, de forma tal que dicha transcripción
aprobado por dicha Junta en lo general en fe- ocupa la parte central del texto. Previamente, di
brero de 1822 pero jamás sancionado y nunca cuenta del descubrimiento del Proyecto, propu-
vigente (Tena, 1964: 125-144) y con el cual, sin se quince presupuestos básicos que condicio-
mayores razonamientos, la historiografía jurídi- nan su correcta comprensión, y una cronología
co constitucional mexicana pretendió tradicio- elemental que guiara al lector el conocimiento
nalmente justificar —o devaluar— la vocación de los principales hechos políticos que acaecie-
constitucional del Primer Imperio. Todo intento ron en complicado periodo de septiembre de
de publicarlo por parte de su propietario por una 1821 y marzo de 1823. A continuación, analicé
u otra razón había fracasado a lo largo de esos tanto los antecedentes como el funcionamiento,
años hasta que, una vez liberado de mis obliga- los miembros y resultados de la Junta Nacional
ciones diplomáticas, vi la ocasión de estudiar- Instituyente, institución hasta entonces prác-
lo a fondo y presentarlo como tesis doctoral en ticamente desconocida y, aun así, denostada.
sustitución de aquel malogrado proyecto sobre Aquí me detuve en analizar la cultura política y
Apodaca. La naturaleza me brindó la ocasión jurídica de algunos de los vocales o diputados
de defenderla durante la terrible pandemia del de dicha Junta. En el capítulo tercero, y después
año 20. Para alegría mía, su publicación en 2021 de dar cuenta de otros proyectos constituciona-
coincidió con la celebración del bicentenario de les precedentes o posteriores, procedí a la lec-
la consumación de la Independencia de México, tura detenida del mismo; al análisis de los con-
celebración que si bien no gozó de los alcances ceptos utilizados, de la modernidad del lenguaje
que México y los mexicanos merecían sí signifi- político empleado, de los derechos y deberes de
có una modificación sustancial de la actitud por los “individuos”, de las principales instituciones
parte del gobierno federal respecto de lo ocurri- incluidas en su articulado, de sus autores, de las
do veinticinco años atrás durante el echeverria- influencias recibidas, y, principalmente, de las
to: ahora el nombre y la imagen de Agustín de ideas políticas y jurídicas de la época en México.
Iturbide volvieron a ser, respectivamente, escu- Todo lo cual arrojó una conclusión que no me
chado y vista, su obra reconocida y los colores sorprendió: se trataba de un proyecto constitu-
de la bandera nacional referidos nuevamente a cional moderno, liberal moderado, influido tanto
las Tres Garantías. por el constitucionalismo gaditano como por el
Mi tesis, publicada como libro por El Colegio constitucionalismo inglés, sorprendentemente
de Michoacán y una editorial privada (2021g), regalista y con un cierto ascendiente federalis-
venía a reforzar el carácter celebratorio de aquel ta. El libro incluyó unas reflexiones finales donde
año memorable cuando los mexicanos supimos postulé unos “nuevos elementos para un viejo
encontrar el modo de ser libres, así como los debate” desde la perspectiva, siempre, de la his-
fundamentos constitucionales modernos del toria constitucional. Como apéndice incluí el co-
Estado mexicano en su tiempo de nacer bajo la tejo del Proyecto con el texto de la Constitución
forma de un gobierno monárquico limitado. Por española de 1812 y con el Reglamento Provisio-
fin había conseguido develar el auténtico “tras- nal Político de 1822. La obra fue dedicada “A mi
fondo constitucional del movimiento de Iguala” patria, México, en el CC aniversario de su feliz
que tanto había inquietado a Martínez Báez en independencia”.
1971 y que tan mal había interpretado. Asimis-
mo, comprobaba la continuidad de la vocación Una errata desafortunada
constitucional de Agustín de Iturbide desde que y una mala lectura
formuló el Plan de Iguala hasta el momento mis-
mo de su abdicación al trono imperial de Méxi- En forma paralela a la publicación anterior di
co. Nadie en adelante podrá prescindir de este a conocer, por fin, la transcripción íntegra del

29
JAIME DEL ARENAL FENOCHIO, HACIA UNA NUEVA BIOGRAFÍA DE AGUSTÍN DE ITURBIDE:
AZAR, INFLUENCIAS, ERRATAS, NUEVAS LECTURAS

originalísimo texto del Plan de una Constitución la razón de la ausencia de la firma de O’Donojú
para el Ymperio Mexicano del 18 de septiembre en la misma. Por si fuera poco, esta errata era
de 1821 (2021d), con lo que, pensaba ingenua- la responsable indirecta de que universalmente
mente, había terminado felizmente mi propósi- corriera la versión de que el Acta fue firmada el
to como historiador del Derecho de participar 28 de septiembre de 1821 por los miembros de
en la conmemoración del bicentenario del na- aquella Junta, como parecía decirlo su mera lec-
cimiento del Estado mexicano. Sin embargo, un tura. No era así. Si bien el 28 de septiembre se
compromiso académico pendiente y mi ingre- hizo la “Declaración” de independencia, los dos
so a la Academia Mexicana de la Historia como ejemplares manuscritos del acta que la conte-
miembro corresponsal por la Ciudad de México, nía fueron elaborados por parte de una comisión
me llevaron a develar uno de los misterios que ad hoc integrada a partir del 29 de septiembre
la historiografía mexicana no había podido lle- por los vocales Francisco de Azcárate, Manuel
var a cabo: la razón de la ausencia de la firma Sánchez de Tagle e Isidro Icaza, y quedaron lis-
de Juan O’Donojú en los dos ejemplares manus- to para su firma por quienes habían participa-
critos del Acta de Independencia del Imperio do en la declaración del día 28 desde el día 3
Mexicano supuestamente firmada el 28 de sep- de octubre cuando O’Donojú ya agonizaba. La
tiembre de 1821. errata la advertí en la sesión del día 29 cuando
Al hacerlo, no sólo develé el misterio, sino que “acta de Independencia” quedó transformada
pude precisar el nombre de los autores de dicho en “acto de Independencia” (Actas, 1980: 13) y
documento y, sorprendentemente, descubrí que la confronté con lo dispuesto en la sesión del 3
el Acta jamás se firmó el mencionado día, sino de octubre (Actas, 1980: 21). Pero el asunto no
entre el 3 y el 5 de octubre, lo que no significaba quedó en esto. Mi nueva lectura del documento
que la “Declaración” incluida en ese documento fundacional de México como estado soberano
no se hubiera hecho el día 28 de septiembre, es- e independiente supuso una conclusión en ver-
tando presente el último Capitán General de la dad sorprendente: en ningún lugar se afirma que
Nueva España, ahora uno de los cinco regentes el Acta se haya firmado el día 28, sino que este
del naciente Imperio mexicano. día se llevó a cabo la “Declaración” de indepen-
Habiendo yo escrito dos ensayos donde apli- dencia, sin que conste la fecha de la firma del
qué el método de hacer una renovada, novedosa documento. Remito a su lectura detenida; una
y fresca lectura del Plan de Iguala (Arenal, 1994) lectura que miles de mexicanos e incluso extran-
y de los Tratados de Córdoba (2021e) bajo la jeros, historiadores o no, habíamos creído hacer
perspectiva, obviamente, de la historia jurídica, durante doscientos años y en la cual constaba
me resultó sencillo a primera vista proponerme un hecho en el que nadie, absolutamente nadie,
realizar una nueva lectura del Acta de Indepen- había reparado. A partir de ahora será obligado
dencia desde esa misma óptica. Jamás imaginé diferenciar la fecha de la “Declaración” -28 de
lo que descubriría ni sospeché el alcance de mi septiembre- de la fecha de la firma de los ejem-
nueva lectura. plares del Acta que la contiene -entre el 3 y el 5
Partí del supuesto de que los tres textos, junto de octubre-.
con la Constitución española de 1812, constituye- De esto di cuenta en mi discurso de ingreso
ron las cuatro “Leyes fundamentales” del Estado a la prestigiosa Academia y, en forma corregi-
mexicano en su nacimiento (Arenal, 2021c), por da y ampliada, en el libro que a finales de 2021
lo que resultaba imperativo la relectura del Acta publicó la Escuela Libre de Derecho y el Centro
si se quería comprender a cabalidad el sustrato de Estudios Interdisciplinares con el provocador
constitucional detrás del movimiento Trigaran- título Una nueva y desconocida historia del Acta
te. Con base en el examen de las actas de sesio- de Independencia de 1821 (Arenal, 2021f).
nes de la Junta Provisional Gubernativa del Im- Por fin había demostrado que los miles de
perio que funcionó entre septiembre de 1821 y el documentos signados por Iturbide y por el mo-
25 de febrero del año siguiente, me percaté de vimiento Trigarante exigían nuevas y desapasio-
una trascendental errata, causa de que se hubie- nadas lecturas, ajenas a cualquier consideración
ra perdido el recuerdo de los autores del Acta y, política.
al mismo tiempo, que se imposibilitara conocer

30
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 19-34

¿Conclusión? Álvarez Alonso, Clara (1999), Lecciones de historia del


constitucionalismo, Madrid, Marcial Pons.
Otros temas relacionados directa o indirec- Anna, Timothy (1991), El Imperio de Iturbide, Ciudad
tamente con la vida y el proyecto político de de México, Consejo Nacional para la Cultura y
Agustín de Iturbide han continuado llamando mi las Artes/Alianza Editorial.
atención, una vez finalizado el año del bicente-
nario de la independencia de la Nueva España Arenal Fenochio, Jaime del (2021a), “Callo y obedez-
co”: la desavenencia final entre Pedro Asencio
y el consiguiente nacimiento del Imperio mexi-
Alquicira y Vicente Guerrero a través de diez
cano. Es como si el personaje insistiera en que cartas inéditas”, en Historia Mexicana,71 (2)
no me olvidara de él. Precisamente este ensayo (282), Ciudad de México, El Colegio de México,
es prueba de ello: la vida del último arzobispo pp. 947-961.
español en México, Pedro José de Fonte, el Ca-
tecismo de la Independencia del clérigo Luis de Arenal Fenochio, Jaime del (2021b), “Cartas de Agus-
tín de Iturbide dirigidas a Vicente Guerrero y
Mendizábal, la participación de la Iglesia y de otros documentos del primero suscritos entre
sus clérigos en la fase final de la independencia mayo y junio de 1821 que se hallan en el Archivo
mexicana, una vez más Ruiz de Apodaca, Juan epistolar de Vicente Guerrero”, en Ana Carolina
O´Donojú…. Últimamente me he interesado en Ibarra, Juan Ortiz Escamilla y Alicia Tecuanhuey
destacar la naturaleza “federalista” del primer (coords.), La consumación de la independencia.
Nuevas interpretaciones (Homenaje a Carlos
Imperio por lo que tengo en prensa por parte
Herrejón), Ciudad de México, Universidad Vera-
de la Academia Mexicana de la Historia un pe- cruzana/El Colegio de Michoacán/Universidad
queño opúsculo sobre la conformación territo- Nacional Autónoma de México, pp. 535-584.
rial de la América Septentrional como elemento
previo y necesario para la fijación de las fronte- Arenal Fenochio, Jaime del (2021c), “México al na-
ras de dicho imperio, tema que, a mi modo de cer: sus cuatro leyes fundamentales”, Tiempo
de Derechos, 41, Ciudad de México, Fundación
ver, da mucho para continuar investigando. En Aguirre, Azuela, Chávez, Jáuregui Pro-Dere-
esta tarea estoy seguro de no estar ni haber es- chos Humanos A.C., pp. 36-39.
tado solo, y si de algo puedo estar satisfecho
es que con mis ensayos y libros he colaborado Arenal Fenochio, Jaime del (2021d), “Proyectos de
junto con otros historiadores e historiadoras a constitución política del primer imperio mexi-
cano: el plan de una constitución de 1821”, en
desmantelar de raíz la visión maniquea que por
Manuel Andreu Gálvez y Rodrigo Ruíz Velasco
desgracia ha rodeado la vida y la obra de quien Barba (coord.), La forja de México: a doscien-
supo encontrar para los mexicanos un modo de tos años del surgimiento de una nación política,
ser libres: unión, igualdad ciudadana, y constitu- Ciudad de México, UNAM/EUNSA, pp. 245-285.
ción moderna.
De esta forma, considero que la respuesta a Arenal Fenochio, Jaime del (2021e), “Una nueva lectu-
ra del Tratado de Córdoba”, en José Luis Sobe-
la pregunta inicial resulta más que evidente; y ranes y Ana Carolina Ibarra (coords.), El Bicen-
mucho me satisface haber contribuido a con- tenario de la consumación de la Independencia
testarla a lo largo de tres décadas de estudio, y la conformación del primer constituyente
lectura y reflexión manifiestas en dos decenas mexicano, Ciudad de México, UNAM-Instituto
de publicaciones y otras conferencias, charlas y de Investigaciones Jurídicas-Instituto de Inves-
tigaciones Históricas, pp. 117-158.
cursos, en México y en el extranjero.
Arenal Fenochio, Jaime del (2021f), Una nueva y des-
conocida historia del Acta de Independencia de
Fuentes consultadas 1821, Ciudad de México, Escuela Libre de Dere-
cho/CEID.
Actas (1980), Actas constitucionales mexicanas (1821-
1824). Diario de las sesiones de la Soberana Jun- Arenal Fenochio, Jaime del (2021g), Un Imperio cons-
ta Provisional Gubernativa del Imperio Mexica- titucional. El inédito Proyecto de Constitución
no, instalada según previene el Plan de Iguala del Imperio Mexicano de la Junta Nacional Insti-
y Tratados de la villa de Córdova, Ciudad de tuyente (marzo de 1823), Zamora, El Colegio de
México, UNAM-Instituto de Investigaciones Ju- Michoacán/NUN.
rídicas.

31
JAIME DEL ARENAL FENOCHIO, HACIA UNA NUEVA BIOGRAFÍA DE AGUSTÍN DE ITURBIDE:
AZAR, INFLUENCIAS, ERRATAS, NUEVAS LECTURAS

Arenal Fenochio, Jaime del (2012), “Presentación”, en Los Ángeles/Irvine, UCLA Latin American Cen-
William Spence Robertson, Iturbide de México, ter Publications, pp. 237-246.
Ciudad de México, Fondo de Cultura Económi-
ca, pp. 9-27. Arenal Fenochio, Jaime del (1984), “Comentario”, en Ma-
ría del Refugio González (coord.), La formación
Arenal Fenochio, Jaime del (2010a), Unión, Indepen- del Estado mexicano, México, Porrúa, pp. 43-48.
dencia, Constitución. Nuevas reflexiones en tor-
no a “Un modo de ser libres”, Ciudad de México, Blanco Valdés, Roberto L. (2010), La construcción de
Instituto Nacional de Estudios Históricos de las la libertad. Apuntes para una historia del consti-
Revoluciones de México. tucionalismo europeo, Madrid, Alianza Editorial.

Arenal Fenochio, Jaime del (2010b), Un modo de ser Blanco Valdés, Roberto L. (1995), El valor de la Consti-
libres. Independencia y constitución en México tución. Separación de poderes, supremacía de la
(1816-1822), Ciudad de México, Instituto Nacio- ley y control de constitucionalidad en los oríge-
nal de Estudios Históricos de las Revoluciones nes del Estado liberal, Madrid, Alianza Editorial.
de México.
Calvillo, Manuel (1974), La consumación de la Indepen-
Arenal Fenochio, Jaime del (2007), “La ¿segunda? dencia y la instauración de la República federal
carta de Iturbide a Guerrero”, Relaciones. Estu- 1820-1824. Los proyectos de constitución para
dios de Historia y Sociedad, 28, (110), Zamora, El México 1822-1824, 2 tomos, Ciudad de México,
Colegio de Michoacán, pp. 143-152. Departamento del Distrito Federal.

Arenal Fenochio, Jaime del (2004), Agustín de Iturbi- Chávez, Ezequiel A. (1957), Agustín de Iturbide. Liber-
de, Ciudad de México, Booket. tador de México, Ciudad de México, Jus.

Arenal Fenochio, Jaime del (2002a), Agustín de Iturbi- Cuevas, Mariano (1947), El Libertador. Documentos
de, Ciudad de México, Planeta DeAgostini. selectos de D. Agustín de Iturbide, Ciudad de
México, Patria.
Arenal Fenochio, Jaime del (2002b), Un modo de ser
libres. Independencia y constitución en México Espinosa Aguirre, Joaquín E. (2021), “¿Fue Agustín de
(1816-1822), Zamora, El Colegio de Michoacán. Iturbide el traidor que creemos?”, El País, Ma-
drid, Ediciones El País, 3 de septiembre, <ht-
Arenal Fenochio, Jaime del (1998), “El significado de la tps://acortar.link/eT3ZhN>, 28 de octubre de
constitución en el programa político de Agustín 2023.
de Iturbide 1821-1824”, en Historia Mexicana, 48
(1) (189), Ciudad de México, El Colegio de Méxi- Fioravanti, Maurizio (2014), Constitucionalismo. Ex-
co, pp. 37-70. periencias históricas y tendencias actuales, Ma-
drid, Trotta.
Arenal Fenochio, Jaime del (1997), “Proclamas, Ban-
dos y Órdenes de Don Francisco Novella, pe- Fioravanti, Maurizio (2001), Constitución. De la Anti-
núltimo Capitán General de la Nueva España”, güedad a nuestros días, Madrid, Trotta.
en Actas y estudios. XI Congreso del Instituto
Internacional de Historia del Derecho Indiano, Fioravanti, Maurizio (1996), Los derechos fundamen-
Buenos Aires, Instituto de Investigaciones de tales. Apuntes de historia de las constituciones,
Historia del Derecho, I, pp. 183-206. Madrid, Trotta.

Arenal Fenochio, Jaime (1996), “Ley y verdad históri- González, Luis (1985), Once ensayos de tema insur-
ca: el caso de Agustín de Iturbide”, en Revista gente, Zamora, El Colegio de Michoacán/Go-
de Investigaciones Jurídicas, 20, Ciudad de Mé- bierno del Estado de Michoacán.
xico, Escuela Libre de Derecho, pp. 9-63.
Gutiérrez Casillas, José (1977), Papeles de Don Agustín
Arenal Fenochio, Jaime (1994), “Una nueva lectura del de Iturbide, documentos hallados recientemen-
Plan de Iguala”, en Revista de Investigaciones te, Ciudad de México, Tradición.
Jurídicas,20, Ciudad de México, Escuela Libre
de Derecho, pp. 45-75. Herrejón Peredo, Carlos (2015), Morelos, Zamora, El
Colegio de Michoacán.
Arenal Fenochio, Jaime del (1989), “Modernidad, mito
y religiosidad en el nacimiento de México”, en Herrejón Peredo, Carlos (2011), Hidalgo, maestro, pá-
Jaime E. Rodríguez O. (ed.), The Independence rroco e insurgente, Ciudad de México, Fomento
of Mexico and the creation of the new nation, Cultural Banamex/Clío.

32
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 19-34

Herrejón Peredo, Carlos (1987), Morelos. Documentos fox (coord.), Juicios y causas procesales en la
inéditos de vida revolucionaria, Zamora, El Co- Independencia mexicana, Ciudad de México,
legio de Michoacán. IIJ/UNAM/Senado de la República, pp. 241-261.

Herrejón Peredo, Carlos (1985a), Los procesos de Mo- Navarro y Rodrigo, Carlos (1919), Vida de Agustín de
relos, Zamora, El Colegio de Michoacán. Iturbide. Memorias de Agustín de Iturbide, Ma-
drid, Editorial América.
Herrejón Peredo, Carlos (comp.) (1985b), Repaso de la
Independencia, Zamora, El Colegio de Michoa- Robertson, William Spence (2012), Iturbide de México,
cán/Gobierno del Estado de Michoacán. Ciudad de México, Fondo de Cultura Económi-
ca.
Herrejón Peredo, Carlos (1984), Morelos. Vida prein-
surgente y lecturas, Zamora, El Colegio de Mi- Robertson, William S. (1952), Iturbide of Mexico, Dur-
choacán. ham, Duke University.

Iturbide, Agustín de (2014), Escritos diversos, Ciudad Rocafuerte, Vicente (1984), Bosquejo ligerísimo de la
de México, Consejo Nacional para la Cultura y Revolución de Mégico desde el Grito de Iguala
las Artes. hasta la proclamación imperial de Iturbide, Ciu-
dad de México, Luz María y Miguel Ángel Po-
Iturbide, Agustín de (2007), Memorias escritas desde rrúa.
Liorna, Ciudad de México, UNAM.
Rodríguez I, Jaime E. (1987), The Independence of
Iturbide, Agustín de (2001), Manifiesto al Mundo o Mexico and the creation of the new nation, Los
sean apuntes para la historia, Ciudad de México, Ángeles/Irvine, UCLA Latin American Center
Fideicomiso Teixidor/Libros del Umbral. Publications.

Iturbide, Agustín de (1945), La correspondencia de Romero Flores, Jesús (1971), Iturbide pro y contra, Mo-
Agustín de Iturbide después de la Proclamación relia, Balsal editores.
del Plan de Iguala, 2 vols., Ciudad de México, Se-
cretaría de la Defensa Nacional. Salmerón, Celerino (1974), En defensa de Iturbide. Tres
artículos periodísticos y un discurso en el Metro-
Iturbide, Agustín de (1933), Correspondencia privada pólitan, Ciudad de México, Tradición.
de Don Agustín de Iturbide y otros documentos
de la época, Ciudad de México, Talleres Gráficos Tena Ramírez, Felipe (1964), Leyes fundamentales de
de la Nación/Archivo General de la Nación. México (1808-1964), Ciudad de México, Porrúa.

Iturbide, Agustín de (1923), Correspondencia y Diario Valle, Rafael Heliodoro (1944), Iturbide, varón de Dios,
militar de Don Agustín de Iturbide. 1810-1813, III Ciudad de México, Xóchitl.
vols., Ciudad de México, Imprenta de Manuel
León Sánchez/Secretaría de Gobernación/Ar- Van Caenegem, Raoul C. (2003), Il diritto costituzio-
chivo General de la Nación. nale occidentale. Un’introduzione storica, Roma,
Carocci.
Lemoine, Ernesto (1971), “Vicente Guerrero y la consu-
mación de la independencia”, Revista de la Univer- Varela Suanzes-Carpegna, Joaquín (ed.) (2015), His-
sidad de México, 26 (4), Ciudad de México, Uni- toria e historiografía constitucionales, Madrid,
versidad Nacional Autónoma de México, pp. 1-10. Trotta.

Lemoine, Ernesto (1984), “Morelos y la generación de Zagrebelsky, Gustavo (2005), Historia y constitución,
la independencia”, en María del Refugio Gonzá- Madrid, Trotta.
lez (coord.), La formación del Estado mexicano,
Ciudad de México, Porrúa, pp. 33-41.

Martínez Báez, Antonio (1971), “El trasfondo constitu- Recibido: 3 de septiembre de 2023.
cional del movimiento de Iguala”, Revista de la Aceptado: 8 de octubre de 2023.
Universidad de México, 26 (4), Ciudad de Méxi- Publicado: 15 de diciembre de 2023.
co, Universidad Nacional Autónoma de México,
pp. 11-19.

Martínez del Campo Rangel, Silvia (2010), “El juicio de


Agustín de Iturbide”, en Francisco Ibarra Pala-

33
JAIME DEL ARENAL FENOCHIO, HACIA UNA NUEVA BIOGRAFÍA DE AGUSTÍN DE ITURBIDE:
AZAR, INFLUENCIAS, ERRATAS, NUEVAS LECTURAS

Jaime del Arenal Fenochio

Es abogado por la Escuela Libre de Derecho;


cursó estudios de posgrado en Historia del De-
recho Indiano e Historia del Derecho Español en
la Universidad Complutense de Madrid. Cursó la
maestría en Historia de México por la UNAM y
doctor en Derecho por la Universidad Panameri-
cana de México. Actualmente dirige el Centro de
Estudios Interdisciplinares A.C. Entre sus líneas
de investigación se encuentran: Historia del De-
recho, Historia de las ideas jurídicas, Historia de
la Iglesia, Pensamiento conservador mexicano,
Historia de la educación e Historia del constitu-
cionalismo, así como el proceso de consumación
de la independencia de México. Entre sus más
recientes publicaciones destacan, como autor:
“Una nueva lectura del Tratado de Córdoba”, en
José Luis Soberanes Fernández y Ana Carolina
Ibarra (coords.), El bicentenario de la consu-
mación de la independencia y la conformación
del primer Constituyente mexicano, Ciudad de
México, UNAM-Instituto de Investigaciones His-
tóricas, pp. 117-157 (2021); “Una independencia
dentro de un orden constitucional: México, 1821”,
Korpus 21, 1 (3), Zinacantepec, El Colegio Mexi-
quense, pp. 491-500 (2021).

34
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 35-44
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024175

RETOS Y PLACERES EN HACER LA


BIOGRAFÍA DE LA GÜERA RODRÍGUEZ
PLEASURES AND PROBLEMS IN WRITING THE
BIOGRAPHY OF LA GÜERA RODRÍGUEZ

Silvia Marina Arrom


orcid.org/0000-0002-4375-3147
Brandeis University
Estados Unidos
[email protected]

Abstract

This work discusses the pleasures and problems faced by the author in writing the
biography of María Ignacia Rodríguez (1778-1850), better known as la Güera Ro-
dríguez. It explains the methodology used to disentangle the real woman from the
myths that became associated with her figure in the 20th and 21st centuries as she
was converted into an icon of Mexican history. After analyzing the strengths and
weaknesses of the relevant primary and secondary sources, it considers the pitfalls
that can tempt the biographer, such as falling in love with her subject and filling the
gaps in her story with fiction.

Keywords: Biography; Historical Methodology; Women and Gender.

Resumen

Este trabajo trata los retos y placeres que enfrentó la autora en escribir la biografía
de doña María Ignacia Rodríguez (1778-1850), mejor conocida como La Güera Ro-
dríguez. Explica la metodología que usó para desenredar a la verdadera mujer de
los mitos que se han desarrollado sobre ella en los siglos XX y XXI al convertirla en
una figura icónica de la historia mexicana. Analiza las virtudes y limitaciones de las
fuentes primarias y secundarias relevantes y considera las tentaciones que pueden
descarrilar al historiador, como el enamorarse del sujeto y rellenar la narración de su
vida con toques ficticios.

Palabras clave: Biografía; Metodología Histórica; Mujeres y Género.

35
SILVIA MARINA ARROM, RETOS Y PLACERES EN HACER LA BIOGRAFÍA DE LA GÜERA RODRÍGUEZ

Introducción finales del siglo XVIII y principios del XIX.2 Por


los transcendentales acontecimientos políticos
Ha sido un placer escribir la biografía de doña del período, las pocas biografías que existen son
María Ignacia Rodríguez de Velasco (1778-1850), del tipo que glorifican (o, en algunos casos, vilifi-
publicada en mi libro La Güera Rodríguez: Mito can) a los grandes hombres y a algunas heroínas
y mujer (2020). Ante todo, he podido satisfa- (Fowler, 2018). Solamente una, Leona Vicario,
cer mi curiosidad sobre esta figura icónica de la ha sido tema de libros completos.3
historia mexicana. Mi interés se despertó hace A pesar de mi interés en la historia de la mu-
unos 50 años cuando leí las descripciones ame- jer, yo no pudiera haber escrito esta biografía
nas que hizo Fanny Calderón de la Barca de su hace 50 años cuando empecé mi carrera de
amiga en La Vida en México, el relato de su es- historiadora, porque los que hacíamos historia
tancia en la Ciudad de México durante 1840 y social en esa época no estudiábamos individuos
1841. Poco después leí el divertido libro de Arte- sino grupos de personas, casi siempre de clase
mio de Valle-Arizpe, simplemente titulado con baja y nunca figuras de la élite como La Güera
su apodo, La Güera Rodríguez, que un siglo más Rodríguez. Además, el género de la biografía es-
tarde la presentaba como una destacada heroí- taba muy desprestigiado entre los historiadores
na del movimiento de independencia y además profesionales de esa época. Por lo tanto, este
como una mujer rebelde y promiscua que desa- proyecto tuvo que esperar al auge de la “nue-
fió las normas de la época en busca de su feli- va biografía” a principios del siglo XX. La nueva
cidad personal y de la libertad de su patria.1 Por ola de biografías ya no elegía al gran hombre
muchas décadas me quedé con la pregunta en sino a personas menos famosas. Se investigaba
mente de cuánto de eso sería verdad y cuánto su vida privada y no solamente sus hazañas pú-
ficción, dado que Fanny –quien la conocía ínti- blicas. Y aun cuando el sujeto era conocido, ya
mamente – no mencionaba nada parecido y, al no se presentaba como una figura ejemplar que
contrario, la había pintado como una dama aris- funcionara como modelo de perfección para ser
tocrática muy simpática y hermosa pero tam- emulado por futuras generaciones, sino que se
bién sumamente respetable. presentaba con todos sus defectos, una persona
De hecho, algunos de los cuentos sensacio- cuya vida nos ayudara a entender las experien-
nales de Valle-Arizpe, sobre todo sobre sus su- cias de vivir en su época histórica. Y, al coinci-
puestos amoríos con una serie de hombres fa- dir con el surgimiento del movimiento feminista,
mosos, me parecían inverosímiles. Por lo tanto, muchas de estas biografías eran de mujeres.4
me ha dado gran satisfacción poder determinar Esta vertiente historiográfica fue mi inspiración
que la mayoría no son verídicos, sino fantasías para atreverme a hacer la biografía de doña Ma-
inventadas por el buen literato en su exitoso li- ría Ignacia Rodríguez.
bro de 1949 y posteriormente reiteradas y modi- Como tantas biografías de mujeres, ésta
ficadas hasta que, en el siglo XXI, algunos textos contribuye a entender temas que pocas veces
populares llegaron al grado absurdo de repre- aparecen en estudios históricos, como la coti-
sentarla como la “Madre de la Patria” (Garci, dianidad y el género (Chassen-López, 2018). Es
2011) y “una de las 10 prostitutas más famosas verdad que en algunos aspectos La Güera fue
de la historia” (Dávila, 2013). excepcional, porque según los que la conocieron
También ha sido un placer reclamar a la ver- 2 La situación mejora para la segunda mitad del siglo XIX.
dadera Güera Rodríguez para la historia de las Dos excelentes biografías de mujeres mexicanas son Bazant
sobre Laura Méndez de Cuenca (2013) y Chassen-López so-
mujeres latinoamericanas. Al acercarnos a la bre Juana Catarina Romero (2020).
mujer de carne y hueso que vivió hace unos dos 3 Dos biografías de Leona Vicario basadas en investigacio-
siglos, este estudio llena un gran vacío en la his- nes de archivos son García (1910) y Staples (2020). Otras
heroínas solamente han sido tema de artículos o apartados
toriografía porque tenemos muy pocas biogra- cortos dentro de publicaciones más largas. Ver, por ejemplo,
fías de mujeres mexicanas y todavía menos para Jiménez Codinach (2018) sobre Josefa Ortiz de Domínguez y
Guzmán Pérez sobre Gertrudis Bocanegra (2010).
1 El libro de Calderón de la Barca se publicó por primera vez 4 Sobre los cambios en el género de biografía, ver Jo Burr
en 1843; yo usé le edición expandida y anotada de 1966. El Margadant, 1996: 1056-1058; David Nasaw, 2009; y el volu-
libro de Valle-Arizpe se publicó en 1949 y se imprimió con men sobre biografía de Secuencia: Revista de historia y cien-
algunas revisiones por lo menos 10 veces más. Yo usé la no- cias sociales, núm. 100 (2018), Ciudad de México, Instituto
vena edición de 1960. Mora/Conacyt, pp. 8-162.

36
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 35-44

sobresalía por su belleza, inteligencia y persona- nos para 1811, veía como enemigos a los rebeldes
lidad vivaz (Calderón de la Barca, 1966: 141-143; que habían tomado sus haciendas en Guanajua-
Bustamante, 2003, 4/09/1846; y Fossey, 1857: to, privándole de su principal fuente de ingresos.
282). Pero en muchos aspectos fue una mujer Si bien les mandó algún dinero y provisiones, lo
bastante típica de la alta sociedad criolla de la hizo porque se lo exigían para proteger sus fin-
Ciudad de México en su tiempo, y no hay ningu- cas. Por lo tanto, sus acciones no siempre fueron
na evidencia de que transgrediera las normas del inspiradas por convicciones ideológicas sino por
deber ser femenino. Sus experiencias más bien la necesidad práctica de preservar su patrimonio.
ayudan a cuestionar estereotipos sobre la mu- Ella siempre intentó quedar bien con todos, y a
jer y el género. Su vida ilumina las restricciones la vez que tuvo contacto con algunos insurgen-
que enfrentaban las mujeres de su círculo social, tes también mantuvo relaciones cercanas tanto
pero también sus oportunidades. Por ejemplo, al con amigos y parientes realistas como con los
ver la puesta en práctica de las leyes, confirma que seguían apoyando la posición de autonomía
que las mujeres tenían muchos más derechos de dentro de la Gran España. Aparentemente no se
lo que se ha pensado. Muestra cómo ella usó su decidió por la separación total de México hasta
conocimiento de las leyes y sus extensas redes el último momento. Pero sus aprietos financie-
sociales para defenderse en varios pleitos y para ros no terminaron con el fin de la guerra: aunque
encarrilar a los hijos con mucho éxito. Indica que pudo recobrar sus haciendas, estaban en la ruina
las esferas privada y pública no estaban rígida- y su valor siguió disminuyendo por la recesión
mente separadas, porque ella siempre se inte- de las primeras décadas republicanas. Así que,
resó en asuntos cívicos y participó en ellos sin aunque pertenecía a una clase privilegiada, La
dejar el mundo doméstico (Arrom, 2024). Y re- Güera experimentó graves vicisitudes económi-
vela un ser humano con emociones, problemas y cas a causa de la guerra. Para ella –y seguramen-
también logros y satisfacciones. te para muchos otros– el camino hasta llegar a
Otro beneficio de enfocarse en su vida es apoyar la independencia fue lento y lleno de tro-
que, como tantas obras de microhistoria, ofrece piezos, y los años de lucha trajeron angustias y
nuevas perspectivas sobre los grandes procesos sufrimientos (Arrom, 2020: 44-48, 58-60, 62-67
históricos. En su caso revela cómo la lucha por la y cap. 3).
independencia afectó a una persona en particu- De esta forma, el ver cómo doña María Igna-
lar. Las narrativas patrióticas suelen glorificar y cia Rodríguez vivió el proceso revolucionario
simplificar el camino a la independencia, pero la nos lleva a cuestionar algunos aspectos de la
biografía de doña María Ignacia Rodríguez com- historia oficial mexicana. Como dice Will Fowler
plica esos relatos. Aunque nos gusta pensar que en su llamado a que los historiadores mexicanos
todos los buenos de la historia quisieron la inde- hagan biografías, este género “tiene el potencial
pendencia desde 1810 y la apoyaron consistente- para ofrecer una visión holística del pasado”,
mente hasta 1821, esa no fue su trayectoria. Para una “historia total” que reúne la historia política,
ella fue una época de incertidumbres en que el social, económica, jurídica, diplomática, militar y
mejor curso de acción no quedaba claro. Parece cultural (Fowler, 2018). Y para mí, como siempre
que en 1808, cuando se desató la crisis política, me había concentrado en la historia social, el es-
ella fue partidaria del proyecto criollo de au- cribir esta biografía me expandió los horizontes
to-gobierno provisional de la Nueva España pro- porque profundizó mi comprensión de la histo-
puesto por sus parientes y amigos en el Ayun- ria política y económica.
tamiento. En 1809 jugó un papel central en una
intriga en contra del oidor Guillermo de Aguirre, Las fuentes primarias
quien había liderado el golpe que puso fin a ese
proyecto, y fue brevemente desterrada a Queré- Pude reconstruir la vida de La Güera Rodríguez
taro. Al regresar a la Ciudad de México, siendo porque ella dejó un amplio rastro documental,
una viuda con cinco hijos, tuvo mucho cuidado pero la tarea no fue fácil. Lo más lamentable es
de no hacer nada que pudiera resultar en otro que no encontré sus papeles personales que me
castigo. Nunca se pronunció abiertamente por la hubieran facilitado indagar sus pensamientos ín-
independencia. Más bien parece que, por lo me- timos. Además, como ella nunca fue juzgada por

37
SILVIA MARINA ARROM, RETOS Y PLACERES EN HACER LA BIOGRAFÍA DE LA GÜERA RODRÍGUEZ

insurgente, no existe un juicio en que claramen- gos legajos con hojas a veces carcomidas y en
te explicara sus ideas políticas. Y, por supues- tinta borrosa, puede encontrar datos sorpren-
to, como no fue escritora tampoco tenemos una dentes.
autobiografía ni un corpus literario para analizar. Los expedientes judiciales son los docu-
Por lo tanto, las fuentes existentes ignoran algu- mentos más ricos, y tenemos varios porque la
nos aspectos de sus experiencias. Este problema sociedad decimonónica era muy pleitista. El
es bastante común para la historia de la mujer, voluminoso juicio de divorcio eclesiástico que
como también para la historia de los hombres ella siguió con su primer marido en 1802 es una
que no fueron figuras famosas, porque los retos fuente extraordinaria, llena de detalles del matri-
de hacer una biografía no son distintos si se es- monio, de sus redes sociales y de la vida diaria.
cribe sobre una mujer o un varón que fuera una Muestra cómo ella bregó con un hombre celoso
persona hasta ahora olvidada. Lo que determi- y violento que en una ocasión hasta intentó ma-
na la dificultad es el tipo de documentación que tarla, y cómo consiguió la protección del virrey,
cada uno pudiera haber dejado y no su género. sus padres y dos tíos influyentes. Revela que la
Afortunadamente algunos de los contempo- sociedad de la época no le daba a un marido po-
ráneos de La Güera la mencionaron en sus obras der ilimitado sobre la esposa, pero también su-
y ella aparece en numerosos registros públicos giere que las presiones sociales para aguantar el
como los protocolos notariales, juicios civiles y maltrato eran poderosas (o posiblemente fue el
eclesiásticos, peticiones a las autoridades, pa- poder del amor): después de una separación de
drones y actas parroquiales.5 Aunque esta infor- aproximadamente un año la pareja se reunió y
mación es abundante, también es fragmentada. tuvo otro hijo.6 La Güera solamente se liberó del
Las fuentes ofrecen mucha información para primer matrimonio después de 11 años porque
algunos años y ninguna para otros. Casi todos enviudó, a los 26 años, en 1805. Y no fue la única
los documentos están filtrados por abogados o vez que sepultó a un marido. El segundo mari-
escribanos y adaptados a algún fin particular. do murió seis meses después del casamiento, en
Suelen ser secos y formulaicos. Privilegian a los 1807, dejándola embarazada con su séptimo y
actores masculinos y apenas se vislumbran sus último hijo.
redes de apoyo femeninos. Además, como los Durante su segunda viudez, que duró 18 años,
documentos solamente manifiestan lo que sus La Güera estuvo involucrada en pleitos sobre
creadores quisieron poner por escrito, segura- dinero con una hermana, los hermanos de su
mente hay secretos que nunca estarán al alcance segundo marido y un comerciante que le había
del historiador. Inevitablemente le faltan muchas vendido veintidós docenas de finas medias in-
piezas al rompecabezas que he podido armar. glesas, que ella probablemente compró al por
A pesar de estas limitaciones, al examinar mayor para vender al por menor cuando pasaba
tantas fuentes dispersas en muchos archivos, por una época de penurias. Aunque estos autos
emerge un cuadro fascinante de la vida de doña al principio parecían aburridos, también contie-
María Ignacia Rodríguez. El proceso de rastrear- nen una que otra joya para el historiador.
lo ha sido a veces frustrante pero a veces tam- Por ejemplo, la demanda que le puso el co-
bién con momentos de regocijo cuando, como merciante por 1200 pesos en 1816 lleva dentro
un detective, me topaba con pistas inesperadas. tres cartas que ella le había enviado en 1811 y
Aprendí que si uno tiene la paciencia de leer lar- 1812 –de las pocas que he encontrado escritas
5 Estos documentos se encuentran en varios archivos de la por su propio puño y letra sin la ayuda de un
Ciudad de México. La mayoría están dispersos en unos veinte abogado–. Estas misivas no solamente muestran
ramos del Archivo General de la Nación (AGN). Otros están
en el Archivo Histórico de la Ciudad de México (AHCM); Ar- su buena educación, porque estaban bien escri-
chivo Histórico del Archivo General de Notarías (AHN); y Ar-
chivo Parroquia de la Asunción Sagrario Metropolitano (AP). 6 “Causa de divorcio del Capitán don Joé Villamil y su mujer
Muchas actas parroquiales y datos genealógicos se pueden da. María Ignacia Rodríguez”, AGN, Instituciones Coloniales/
consultar en línea en Family Search, Church of Jesus Christ Ramo Criminal, vol. 52, exp. 1 (1802) y “Causa formada al Ca-
of the Latter-day Saints, http://www.FamilySearch.org y ht- pitán don José Villamil a pedimento de su mujer da. María
tps://gw.geneanet.org/sanchiz. Para el AGN se puede con- Ignacia Rodríguez de Velasco, por haberla tirado un pisto-
sultar el índice en línea https://archivos.gob.mx/guiageíndi- letazo” (1802-1804), AGN, Instituciones Coloniales/Real Au-
ce enneral/. El Centro de Estudios Históricos del Colegio de diencia/Criminal (037), contenedor 214, vol. 454, exp. 6. Para
México ha hecho el índice del AHN para los años 1817-1860, una selección del pleito fascinante ver Arrom (1976: 63-107).
https://notarias.colmex.mx. Para un análisis más extenso, ver Arrom (2020: 24-35).

38
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 35-44

tas, sino que incluyen fascinantes muestras de cionan lo “trastornada” que estuvo La Güera en
su voz. Por ejemplo, al explicar por qué no podía esa época por el “asalto y congoja con que en
pagar la deuda, La Güera culpa a los “enemigos” aquel momento me hallaba de estar gravemente
(insurgentes) que habían tomado sus haciendas accidentada, y casi en artículo de muerte, mi hi-
en Tierra Adentro y añade que le había pedido ja”.8 Esta referencia, escondida dentro de la lar-
al virrey que mandara tropa para desalojarlos. ga causa judicial, es la única que encontré en la
También revelan cómo ella manipuló los este- documentación de su vida que arrojara luz sobre
reotipos de género para conseguir sus metas. Se sus emociones al confrontar la muerte de sus se-
presenta como “una mujer sola como soy yo, sin res queridos, en este caso de la tercera de sus
padre, sin marido, sin hermano ni nadie que mire hijos que murió antes de llegar a la edad adulta.
por mi debajo del cielo” y reprocha al comer- No tenemos documentos comparables para
ciante por molestarla, recordándole que “Vd. es las décadas posteriores, pero felizmente apare-
hombre y tendrá otros caminos”. Se puede ver cen nuevas fuentes como los relatos de viajeros
que ella usa la retórica de la inferioridad femeni- y el diario de Carlos María de Bustamante, amigo
na como estrategia para evitar sus obligaciones de La Güera y sobre todo de su hija Josefa, la
y para ganarse la protección de hombres pode- condesa de Regla. Éstos describen el inmenso
rosos, lo que consiguió al fin cuando los jueces joie de vivre de una mujer a quien le encanta-
de la Audiencia cancelaron su deuda.7 ban las tertulias, los bailes, las visitas y el teatro,
Otros ejemplos del tipo de información que conocida por sus cuentos divertidos y dichos in-
se puede encontrar en las causas judiciales vie- geniosos, y que fue una presencia notable en los
nen del amargo pleito que siguió con su herma- actos cívicos y religiosos de la capital mexicana
na Josefa desde 1816 hasta 1818. En primer lugar, (Calderón de la Barca, 1966; Bustamante, 2001 y
ilumina la gran pelea entre las dos damas. El li- 2003; Fossey, 1857). Las numerosas horas que
tigio se centra en una disputa sobre el pago del pasé revisando los periódicos de la época no
alquiler de una elegante casa que La Güera había rindieron mucho fruto: solamente la encontré en
arrendado de su hermana en 1811. Josefa insis- un aviso de 1846 como una de las señoras que
tía en que su hermana tenía que pagarle 4000 organizaban un concierto para recaudar fondos
pesos por la renta que supuestamente debía para ayudar a los soldados heridos en la guerra
aún después de que se había terminado el con- con los Estados Unidos (El Monitor Republicano,
trato del alquiler, aunque al final tuvo que con- 1846). No obstante, ese silencio en los periódi-
tentarse con un pago de 1000 pesos. Mientras cos confirma que La Güera no era un personaje
tanto, Josefa amenazó a su hermana con man- público.
dar a embargar sus muebles. La Güera mostró Donde sí dejó numerosas huellas fue en los
su enojo cuando proclamó que su hermana sólo registros notariales. Al detallar sus transacciones
quería “desahogar […] su capricho” y ponerla “a económicas éstos muestran cómo sobrellevó
la vergüenza de que se le rematen”. También penurias con determinación, y revelan que ella
podemos vislumbrar atisbos de su personalidad no era tan rica como se ha pensado. Sus testa-
altiva cuando aseguró “que para pagar esta ra- mentos son particularmente valiosos: éstos no
tera cantidad tengo alhajas de bastante valor”. solamente ofrecen pormenores de su familia,
Y se puede ver que los rencores iban mucho más propiedades y deudas, sino que a veces incluyen
allá del dinero que la hermana exigía. Cuando lo que parecen ser sus propias palabras, como
La Güera no respondió a una notificación legal cuando en 1850 alabó “la religiosidad y suma
porque se estaba muriendo su hija Guadalupe honradez” de su tercer marido y le acreditó el
de 15 años, Josefa hasta la acusó de exagerar haber arreglado “el desorden en que se hallaban
la gravedad de la enfermedad, un golpe bajo a mis papeles”.9
una madre cuya hija en efecto fallecería a la se- 8 “La Marquesa viuda de Uluapa contra doña María Ignacia
mana, el 24 de julio de 1816, después de padecer Rodríguez su hermana sobre que se haga la obra y le satis-
faga la renta de la casa” (1816-1818), AGN, Vínculos y Mayo-
una larga enfermedad crónica. Los autos men- razgos (115), vol. 225, exp. 1. Ver resumen en Arrom (2020:
54, 62-65).
7 “Teniente don Juan Manuel Lama con María Ignacia Rodrí- 9 Ella dictó dos testamentos, el primero en 1819 cuando sufría
guez sobre pesos”, AGN, Civil, exp. 2 (1816). Ver análisis del una grave enfermedad, y el segundo cuando se le acercaba
caso en Arrom (2020: 62-67). la muerte en 1850: Testamentos de María Ignacia Rodríguez

39
SILVIA MARINA ARROM, RETOS Y PLACERES EN HACER LA BIOGRAFÍA DE LA GÜERA RODRÍGUEZ

Las discrepancias entre ciertos registros pú- impulso de llenar algunas lagunas en su historia
blicos también contienen una importante adver- con datos de las fuentes secundarias en mi in-
tencia para el historiador. En 1825, cuando La tento de crear una narrativa completa.
Güera se casó por tercera vez, fue con un distin- Además, he tenido que confrontar los mitos
guido señor chileno 12 años menor que ella, don directamente en la biografía porque si no lo ha-
Juan Manuel de Elizalde. Parece que en esta so- cía, los cuentos tan conocidos podían colorear
ciedad no era bien visto que una mujer se casara la manera en que el lector recibiría mi texto y
con un hombre tanto más joven, y para tratar de finalmente los seguiría creyendo porque son tan
aminorar la diferencia entre sus edades, ella de- atractivos. Después de todo, ¿quién no quiere
claró en el acta matrimonial que tenía 42 años en creer, como se ha llegado a decir, que hace dos
vez de sus verdaderos 46. Esto no parece haber siglos en México vivió la mujer más bella de las
sido un error de transcripción, porque mantuvo Américas; una mujer tan sexualmente liberada
–y amplificó– esta ficción en documentos poste- que fue amante de Simón Bolívar, Alexander von
riores: en el padrón municipal de 1842 se quitó Humboldt y Agustín de Iturbide; tan autónoma
5 años, y en el padrón de 1848 se registra como que dejó a su primer marido abusivo; y tan inte-
dos años menor que el esposo, de modo que se ligente e ingeniosa que fue el proverbial poder
había quitado 14 años.10 Estas distorsiones de- detrás del trono, y la que le dio al desaventura-
liberadas nos recuerdan que hasta las fuentes do Iturbide la idea del Plan de Iguala y lo con-
primarias pueden mentir. El reto para el inves- venció para que cambiara de bando e hiciera la
tigador es mantener una cierta desconfianza y independencia? Así que esta biografía no pudo
corroborar los datos en varias fuentes cuando solamente empezar con el nacimiento del sujeto
sea posible. y terminar con su muerte, sino que tuvo que ana-
lizar esas fábulas de manera sistemática.
Las fuentes secundarias Los mitos también me señalaron una metodo-
logía de investigación. He procedido desde ade-
Si las fuentes primarias dejan mucho que desear, lante para atrás, usando lo que se ha dicho en
las fuentes secundarias escritas mucho después las obras históricas, literarias y artísticas de los
de su muerte son todavía más problemáticas. El siglos XX y XXI para crear una serie de hipótesis
reto principal es que contienen numerosos erro- para probar. De modo que mi método ha sido
res. De hecho, al convertir a La Güera en una no creer nada y tratar de verificarlo todo, desde
figura icónica de la historia mexicana, se han los detalles más insignificantes hasta los cuentos
desarrollado tantos mitos que es difícil desen- más grandiosos. El primer paso fue ver si se po-
redar a la mujer de la leyenda. Por lo tanto, mi dían corroborar con las fuentes de la época. El
metodología ha tenido que tomarlos en cuenta, segundo paso fue averiguar en qué se apoyaba
lo que hice en la segunda parte del libro. No era cada autor para sus afirmaciones. Con este fin
suficiente simplemente narrar lo que pude averi- puse en orden cronológico todo lo que se había
guar sobre su vida, sino que tuve que pelearme publicado sobre ella para ver lo que cada autor
con los mitos. A veces éstos querían distorsionar pudiera haber leído en cada momento y lo que
mi interpretación de los documentos primarios. añadió por primera vez, a veces basándose en
Debemos reconocer que el historiador no es una documentos nuevamente dados a luz, pero más
tabula rasa, y es difícil olvidar lo que se ha leí- a menudo sin base documental alguna.
do en otros textos. Así que tuve que resistir el Este método me dio la clave para entender el
libro de Artemio de Valle-Arizpe, cuya maravi-
de Velasco, 1 de abril de 1819 y 16 de agosto de 1850, AHN,
Francisco de Madariaga #426, vols. 2830, ff. 113-116v, y vol. llosa obra La Güera Rodríguez la catapultó a la
2873, ff. 596v-601v. fama e introdujo la mayoría de los datos falsos
10 Acta de matrimonio en “México matrimonios, 1570-
1950”, database, FamilySearch (https://familysearch.org/ y cuentos apócrifos que formaron la base de los
ark:/61903/1:1:JHYH-CPR: 2 March 2021), Maria Ygnacia Ro- mitos que se han seguido repitiendo hasta hoy
driquez de Velazco in entry for Juan Manuel de Elizalde y
Martinicorena, 1825. Padrones municipales de la Ciudad de
en día. Descubrí que antes de la aparición de ese
México, AHCM, Fondo Ayuntamiento y Gobierno del Distrito libro, se había publicado muy poco sobre ella.
Federal, Padrones (1842), vol. 3407, exp. 1, f. 862; y (1848), Aunque algunos de sus contemporáneos la men-
vol. 3408, tomo II, exp. 1, f. 1v de la manzana #47, cuartel
mayor 2, menor 5. cionaron brevemente, ella desapareció de las le-

40
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 35-44

tras mexicanas después de su muerte en 1850. tas por el prolífico autor –la única que llegó a ser
Su reaparición comenzó lentamente a principios un bestseller– y no una de las docenas de relatos
del siglo XX en textos eruditos que llegaban a históricos que le ganaron el nombramiento de
un público limitado, como en dos páginas de las Cronista de la Ciudad de México (Editorial Po-
largas Memorias de mis tiempos de Guillermo rrúa, 1964: 1530).
Prieto (1906, vol. 1: 237; y vol. 2: 318) y algunas Otro método que utilicé para entender las dis-
menciones en tres libros escritos por su tatara- crepancias entre las representaciones modernas
nieto, Manuel Romero de Terreros, sobre sus dis- de La Güera Rodríguez y su verdadera historia
tinguidos antepasados (1909: 85; 1919: 224-236; era analizar por qué las distintas interpretacio-
1921: 5-10). nes de su figura. En el caso de Valle-Arizpe se
A cien años de su muerte doña María Ignacia puede ver que él la usó como personaje central
Rodríguez todavía no era una celebridad ni se le para contar la complicada historia de la indepen-
consideraba una mujer transgresiva o importan- dencia de manera entretenida y de este modo
te heroína nacional. Esto cambió con La Güera educar a un público general y crear orgullo pa-
Rodríguez de Valle-Arizpe. La obra fue una sen- triótico. Al comparar su versión de La Güera con
sación inmediata, fue reimpresa muchas veces, y las de otras autores y situarlas en su contexto
todavía se lee en una edición de 2011 (la décima histórico e ideológico, pude ver cómo reflejaban
edición) que agrega el subtítulo relatos reales los valores y objetivos de cada narrador. En el
del sorprendente y divertido personaje de la his- curso del siglo XX ella se transformó desde una
toria de México. Intachable Dama Aristocrática a una Patriota
Muchos lectores han supuesto que el libro Atrevida pero Finalmente Domada por un Hom-
es una auténtica biografía porque tiene una bi- bre hasta convertirse en una Mujer Sabia y He-
bliografía, notas al pie de página ocasionales, roína Completamente Liberada. Cada versión de
y largas citas de algunas fuentes originales. Al La Güera concordaba con la meta del autor, por
revisar todo lo que Valle-Arizpe citaba –y ade- ejemplo: el alabar a su familia, como hizo su des-
más leer todo lo que se había publicado hasta cendiente Manuel Romero de Terreros; fortale-
la fecha por si acaso él se hubiera olvidado de cer el nacionalismo, que fue el proyecto vitalicio
incluir algún texto– pude identificar cuáles da- de Artemio de Valle-Arizpe; o acrecentar el pan-
tos eran tomados de fuentes fidedignas, cuáles teón de mujeres que habían contribuido a la his-
eran exageraciones o, a veces, tergiversaciones toria, como en la película La Güera Rodríguez de
de lo que había leído, y cuáles eran totalmente Felipe Cazals y en las crónicas y blogs del siglo
inventadas. Por dar dos ejemplos: Pude ver que XXI (ver, por ejemplo, Romero de Terreros, 1919;
el capítulo sobre su relación ilícita con Humboldt Valle-Arizpe, 1960; La Güera Rodríguez, 1977; y
solamente se basaba en lo que La Güera le había Galeana, 2012: 67, 75).
contado a su amiga Fanny el primero de febrero Cada autor enfatizaba distintos aspectos de
de 1840 en que se jactaba de haber conocido al su vida y escogía –o inventaba– los detalles que
gran hombre, pero sin insinuar que su relación podían sostener sus creaciones, siempre guia-
iba más allá de la amistad. El resto fue producto dos por los paradigmas reinantes de género. Al
de la fértil imaginación de Valle-Arizpe. También convertirla en un arquetipo, sea de la Rebelde
encontré errores en su presentación del juicio de Libertina, Heroína Intrépida, o Feminista Antes
divorcio eclesiástico, porque si bien el autor ha- de su Tiempo, se perdió la complejidad de las
bía encontrado los autos en el Archivo General experiencias de la mujer que vivió hace unos dos
de la Nación, confiesa que no terminó de revisar siglos. Ella terminó siendo La Rubia que Todos
el “voluminoso mamotreto” de papeles porque Quieren y los “datos” solamente estuvieron al
“ya no me quise desojar leyéndolos” (Valle-Ari- servicio de construir el personaje que cada na-
zpe, 1960: 97 y 99). Con esta metodología de rrador hubiera querido que viviera en el pasado.
fact checking pude constatar que, a pesar de in- Por lo tanto, las representaciones modernas no
cluir algunos datos verídicos, su libro es una no- son para nada confiables.
vela histórica porque contiene una fuerte dosis
de ficción. Por consiguiente se debe considerar
como una de las muchas obras de ficción escri-

41
SILVIA MARINA ARROM, RETOS Y PLACERES EN HACER LA BIOGRAFÍA DE LA GÜERA RODRÍGUEZ

Conclusión. Las tentaciones Una trampa relacionada es pensar que uno


conoce tan bien al sujeto que se atreve a aña-
Otros retos no son producto de las limitacio- dir toques ficticios para agilizar la lectura. Esta
nes de las fuentes sino un riesgo que enfrentan técnica es tema de muchas controversias entre
todos los que escriben biografías. Uno es el de los historiadores, porque algunos piensan que
enamorarse tanto del sujeto que omite o minimi- las biografías no solamente se deben poder leer
za los detalles bochornosos de su vida (Lepore, como si fueran novelas, sino que deben ahondar
2001). El idealizar al sujeto no solamente ocurre en los pensamientos íntimos del personaje. Pero
en las historias que elogian a los grandes héroes, como señala Mílada Bazant (2018), una cosa es
sino también en las que estudian a figuras me- emplear una estructura y estilo literario y otra
nos famosas que –como todos los seres huma- es inventar lo que no aparece en los documen-
nos– son imperfectas y a veces llenas de contra- tos. Después de ver cómo la imaginación ha sido
dicciones. La mayor parte del tiempo sus faltas fuente de tantos errores en las obras que pre-
se borran inconscientemente, porque para crear tenden contar la historia de La Güera Rodríguez,
una narrativa coherente se tienen que seleccio- me he esforzado por evitar el impulso de hacer
nar los datos más relevantes. Todo historiador lo mismo. Por ejemplo, pudiera haber termina-
elige los detalles que le parecen más importan- do el relato contando que en sus últimos mo-
tes según su propósito en reconstruir la historia mentos, paralizada en cama (lo que sí se puede
de una persona, y difícilmente evita el ser influi- documentar con su acta de defunción), ella re-
do por el afecto a su sujeto, afecto hasta cierto pasaba los eventos más importantes de su vida,
punto necesario para animar la ardua tarea de lo que me hubiera permitido resumirlos en una
investigación. bonita conclusión. Pero, aunque ese cuento es
Yo siempre tuve que pelearme con esa ten- plausible, sería peligroso incluirlo porque da la
dencia, porque mi propósito en estudiar a La impresión de que ella era una persona sentimen-
Güera Rodríguez no fue el de presentar un mo- tal, cuando es posible que, al contrario, era una
delo a seguir, como en las biografías de anta- mujer tan práctica que solamente estuviera pen-
ño, sino de entender los roles y las experiencias sando en lo que iba pedir a la cocinera que pre-
reales de una mujer –con todos sus defectos y parara para el próximo día, que sería el Día de
virtudes– para enriquecer nuestro conocimien- los Muertos de 1850. Por lo tanto, aun un invento
to de la historia de la época. Hubiera sido fácil tan pequeño podría dar una impresión equivo-
encubrir cierta deshonestidad y falta de consi- cada de su personalidad.
deración por otros, como cuando ella se valió Tampoco es necesario, porque su vida fue
de sus conexiones con los jueces de la Audien- tan interesante que no había que adornarla con
cia para librarse de pagar una deuda legítima; o detalles ficticios. Tuvo momentos dramáticos,
cuando, en un intento de lidiar con sus proble- trágicos y divertidos, e incluso los pormenores
mas financieros, dejó de pagar los salarios de los más banales se pueden contar de manera ame-
empleados en su distante hacienda de San Isidro na. De hecho, uno de los placeres de escribir una
mientras que hacía todo lo posible por mante- biografía es que se presta a ser narrada en un
ner el estilo de vida a que estaba acostumbrada. lenguaje sencillo y que puede interesar a un pú-
Pero posiblemente no le di bastante énfasis a blico más amplio del que jamás hubiera leído mis
esos detalles e incluso ahora quiero defenderla, densos textos monográficos. A través de sus ex-
clarificando que ella siempre estuvo al corrien- periencias podemos esclarecer muchos aspec-
te con los empleados de sus propiedades más tos de la historia de las mujeres y de la época sin
cercanas y que cuando vendió la hacienda de aburrir al lector. Por lo tanto, un regalo que me
Tierra Adentro fue con la condición de que los hizo doña María Ignacia Rodríguez es salvarme
nuevos dueños pagaran a los trabajadores los de la pedantería.
ocho años de sueldos atrasados (Arrom, 2020:
95). Por lo tanto, a pesar de mis intentos de
mantener la objetividad, parece que no he po-
dido desprenderme totalmente de mi simpatía
por este personaje.

42
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 35-44

Fuentes consultadas El Monitor Republicano (1846), “Avisos: Gran Concier-


to”, El Monitor Republicano, 25 de diciembre,
Arrom, Silvia Marina (2024), “La Güera Rodríguez: Mu- Ciudad de México, p. 4.
jer muy de su época”, en Gisela von Wobeser,
Carolina Aguilar García y Carlos Luis Merlo Solo- Fossey, Mathieu de (1857), Le Mexique, Paris, Henri
rio (coords.), Trayectorias femeninas. Nueva Es- Plon.
paña, s. XVI-XIX, Ciudad de México, UNAM.
Fowler, Will (2018), “En defensa de la biografía: hacia
Arrom, Silvia Marina (2020), La Güera Rodríguez: Mito una ‘historia total’. Un llamado a la nueva gene-
y mujer, Ciudad de México, Turner Noema. ración de historiadores del siglo XIX mexicano”,
Secuencia: Revista de historia y ciencias socia-
Arrom, Silvia Marina (1976), La mujer mexicana ante les, núm. 100, Ciudad de México, Instituto Mora/
el divorcio eclesiástico (1800-1857), Ciudad de Conacyt, pp. 24-52.
México, SepSetentas.
Galeana, Patricia (2012), Museo de la Mujer, Ciudad de
Bazant, Mílada (2018), “Retos para escribir una bio- México, UNAM.
grafía”, Secuencia: Revista de historia y ciencias
sociales, núm. 100, Ciudad de México, Instituto Garci, Antonio (2011), Más pendejadas célebres en la
Mora/Conacyt, pp. 53-84. historia de México, Ciudad de México, Diana.

Bazant, Mílada (2013), Laura Méndez de Cuenca: Mujer García, Genaro (1910), Leona Vicario: Heroína insur-
indómita y moderna (1853-1928). Vida cotidiana gente, Ciudad de México, Museo Nacional de
y entorno educativo, Zinacantepec, El Colegio Arqueología, Historia y Etnología.
Mexiquense, A.C./Gobierno del Estado de Mé-
xico-FOEM. Guzmán Pérez, Moisés (2010), “Gertrudis Bocanegra y
el proceso de construcción de la heroína en Mé-
Bustamante, Carlos María de (2001 y 2003), Diario xico”, en Sara Beatriz Guardia (coord.), Mujeres
histórico de México: 1822-1848 del licenciado en la Independencia de América Latina, Lima,
Carlos María de Bustamante, ed. Josefina Zorai- CEMHAL, pp. 59-73.
da Vázquez y Héctor Cuauhtémoc Hernández
Silva, versión CD, Ciudad de México, CIESAS/El Jiménez Codinach, Guadalupe (2018), “María Josefa
Colegio de México, 2 vols. Ortiz de Domínguez: Esposa, madre y benemé-
rita de la patria mexicana (1773-1829)”, en Pa-
Calderón de la Barca, Fanny (1966), Life in Mexico: The tricia Galeana (coord.), Mujeres protagonistas
Letters of Fanny Calderón de la Barca, with New de nuestra historia, Ciudad de México, INEHRM/
Material from the Author’s Private Journals, ed. Secretaría de Cultura, pp. 17-30.
Howard T. Fisher y Marion Hall Fisher, Garden
City, Doubleday & Co. La Güera Rodríguez (1977), película dirigida por Felipe
Cazals, Ciudad de México, Conacine S.A. de C.V.
Chassen-López, Francie (2020), Mujer y poder en el [Filmoteca de la UNAM].
siglo XIX: La vida extraordinaria de Juana Cata-
rina Romero, Cacica de Tehuantepec, Ciudad de Lepore, Jill (2001), “Historians Who Love Too Much:
México, Taurus/Penguin Random House. Reflections on Microhistory and Biography”,
The Journal of American History, 88 (1), Oxford,
Chassen-López, Francie (2018), “Biografiando muje- Oxford University Press/Organization of Ameri-
res: ¿Qué es la diferencia?”, Secuencia: Revista can Historians, pp. 129-144.
de historia y ciencias sociales, núm. 100, Ciudad
de México, Instituto Mora/Conacyt, pp. 133-162. Margadant, Jo Burr (1996), “Introduction: The New
Biography in Historical Practice”, French His-
Dávila, Vicky (2013), “Conozca a las 10 prostitutas más torical Studies, 19 (4), Durham, Duke University
famosas de la historia”, La W Radio, 6 de no- Press, pp. 1045-1058.
viembre, 2013, <bit.ly/1dN49xw>, 8 de noviem-
bre de 2023. Nasaw, David (2009), “Historians and Biography”,
American Historical Review, 114 (3), Oxford,
Editorial Porrúa (1964), Diccionario Porrúa de historia, Oxford University Press, pp. 573-630.
biografía y geografía de México, Ciudad de Mé-
xico, Editorial Porrúa. Prieto, Guillermo (1906), Memorias de mis tiempos
(1828-1853), 2 vols. Ciudad de México, Vda. de
G. Bouret.

43
SILVIA MARINA ARROM, RETOS Y PLACERES EN HACER LA BIOGRAFÍA DE LA GÜERA RODRÍGUEZ

Romero de Terreros, Manuel (1921), La Corte de Agus-


tín I: Emperador de México, Ciudad de México,
Museo Nacional de Arqueología y Etnología.

Romero de Terreros, Manuel (1919), Ex-Antiquis: Boce-


tos de la vida social en la Nueva España, Guada-
lajara, Jaime.

Romero de Terreros, Manuel (1909), Los Condes de


Regla: Apuntes biográficos, Ciudad de México,
M. León Sánchez.

Staples, Anne (2020), ¿Dónde estás? ¿Qué haces,


Leona Vicario?, Ciudad de México, El Colegio de
México.

Valle-Arizpe, Artemio de (2011), La Güera Rodríguez:


Relatos reales del sorprendente y divertido per-
sonaje de la historia de México, Ciudad de Mé-
xico, Lectorum.

Valle-Arizpe, Artemio de (1960), La Güera Rodríguez,


Ciudad de México, Porrúa.

Recibido: 16 de agosto de 2023.


Aceptado: 30 de octubre de 2023.
Publicado: 15 de diciembre de 2023.

Silvia Marina Arrom

Es doctora en Historia por la Universidad de


Stanford. Actualmente se desempeña como
la Jane’s Professor of Latin American Studies
Emerita en la Universidad de Brandeis (Esta-
dos Unidos). Se ha dedicado a estudiar temas
de la historia social mexicana. Sus publicaciones
incluyen: Las mujeres de la ciudad de México,
1790-1857 (1988); Para contener al pueblo: El
Hospicio de Pobres de la Ciudad de México, 1771-
1871 (2011), y Voluntarios por una causa: Género,
fe y caridad en México desde la Reforma hasta
la Revolución (2017). Su más reciente libro, La
Güera Rodríguez: Mito y mujer (2020), ganó el
premio Howard F. Cline de 2023 por el mejor
libro sobre historia mexicana.

44
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024176

ALGUNAS CLAVES PARA EL


ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

SOME KEYS TO UNDERSTANDING EMOTIONS


A METHODOLOGICAL-BIOGRAPHICAL EXERCISE

Mílada Bazant
orcid.org/0000-0002-1008-8136
El Colegio Mexiquense, A.C.
México
[email protected]

Abstract

This methodological-biographical exercise brings my experience in the field of biography


whose axis of analysis is the emotions of Laura Mantecón (1845-1900), a brave woman
who dared to file a divorce lawsuit against her husband, the former president of Mexico,
Manuel González. To do this, I use various theoretical concepts of the history of emotions
and feelings and of psychology and narrative that helped me ground Laura’s moods
and passions. I intertwine fragments of the historical contexts (including the legal one)
in which Mantecón lived with his emotional experience manifested in the form of anger,
resentment and revenge (among others), and somatized in the disease of catalepsy.

Keywords: Emotions; Laura Mantecón; Justice; Violence; Anger.

Resumen

Este ejercicio metodológico-biográfico aporta mi experiencia analiza las emociones de


Laura Mantecón (1845-1900), una aguerrida mujer que se atrevió a levantar una demanda
de divorcio contra su marido, el ex presidente de México, Manuel González. Utilizo varios
conceptos teóricos de la historia de las emociones y los sentimientos y de la psicología y
narrativa que me ayudaron a aterrizar sensaciones y pasiones de Laura. Entrelazo frag-
mentos de contextos históricos (incluido el jurídico) en los cuales vivió Mantecón con
su experiencia emocional manifestada en forma de ira, resentimiento y venganza (entre
otras), y somatizada en la catalepsia.

Palabras clave: Emociones; Laura Mantecón; Justicia; Violencia; Ira.

45
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

Introducción humanos sin emociones? En este sentido, habría


que añadir que todo depende de las fuentes; por
Mi primer acercamiento al estudio de las emo- ello, resultan indispensables las de tipo perso-
ciones fue hace varios años cuando era miem- nal: cartas (aunque no sean de tipo personal),
bro del Seminario de la Historia de la vida co- diarios, memorias, periódicos, comentarios de
tidiana que coordinaba Pilar Gonzalbo Aizpuru contemporáneos acerca del biografiado, etcéte-
en El Colegio de México. Dentro del amplio es- ra. Exprimir las fuentes y leer los silencios1 forma
pectro geográfico-histórico de la vida cotidiana parte, también, de la experiencia biográfica. No
en México y América Latina nos centramos en el aspiramos a ser un novelista cuyo hilo conduc-
análisis de algunas emociones como el miedo, tor sería la historia emocional de un protagonis-
el amor, los gozos y los sufrimientos, la honra ta y la narrativa navegaría en el firmamento de la
y la vergüenza, entre otras. Como emoción me ficción; estamos atados a los documentos y por
atrajo el miedo, simplemente porque en mis pes- ello no podemos inventar o interpretar demasia-
quisas sobre la vida de Laura Méndez de Cuenca do. Aunque pequeña (por escasez de fuentes),
(1853-1928) me fui de espaldas al descubrir, en la dosis emocional es indispensable en una bio-
el Archivo Histórico del Registro Civil, la abru- grafía.
madora cantidad de abortos y de niños muertos La bibliografía sobre el tema es cuantiosa;
al nacer y de la atmósfera de miedo que debió el tema empezó a interesar a un sinnúmero de
envolver aquellas experiencias traumáticas. Uti- historiadores apenas hace unas tres décadas. El
lizando todo tipo de fuentes, incluyendo las mé- propio término emoción se utilizó por primera
dicas, me percaté del miedo y pánico que abru- vez en 1884. En ese año William James escribió
maba a todos los que asistían al parto: médicos, un artículo intitulado “¿Qué es la emoción?”, en
parteras, enfermeras, madres. En ocasiones, el cual intentó definir esta categoría de la psi-
doctores, parteras o comadronas tenían que de- cología,2 en existencia hacia dos generaciones.
cidir qué vida salvar: la de la madre o la del hijo. Sin embargo, de acuerdo con el historiador de
Durante las horas que duraba el alumbramiento, la Universidad de Londres, Thomas Dixon, “el
la ciencia ginecológica, todavía en pañales (¡se inventor de las emociones” fue Thomas Brown,
aconsejaba a los médicos utilizar guantes!), y la quien integró bajo el término emoción, las sub-
religión permeaban las emociones de las perso- categorías apetitos, pasiones y afectos, concep-
nas involucradas. A veces, sólo la Providencia tos ampliamente desarrollados por San Agustín
era capaz de sacar adelante la situación deses- y Santo Tomás de Aquino.3 Al contrario de las
perada en que madre e hijo se debatían entre la sensaciones, creadas directamente a través de
vida y la muerte (Bazant y Domínguez, 2009). la percepción de los objetos externos, las emo-
Posteriormente, la escritura de mis dos bio-
1 Me refiero a este “tipo” de silencios: pese a que el divorcio
grafías sobre los maestros Laura Méndez de de Laura y Manuel cundió como hilo de pólvora en la socie-
Cuenca (1853-1928) y Clemente Antonio Neve dad de la Ciudad de México, fue poquísimo lo que se escribió
en los periódicos. Ese silencio de los diarios me indica que
(1829-1904) me llevó necesariamente hacia la Manuel González o el mismo Porfirio Díaz compraron ese si-
observación, percepción e interpretación de sus lencio. Otro tipo de silencios son los “inherentes en la historia
debido a que cualquier acontecimiento entra en la historia
emociones. Una tercera biografía que escribo perdiendo alguno de los elementos que lo constituyen”. Mi-
actualmente, la de Laura Mantecón (1845-1900), chel-Rolph Trouillot desarrolla esta idea en las fuentes, en el
ensamblaje de los hechos, en la construcción de las narra-
me ha acercado más al estudio de este tema, ciones y en la composición de la Historia. El eje del libro es
simplemente porque su extensa demanda de di- el silenciamiento de la Revolución haitiana (Trouillot, 2017).
vorcio es un libro abierto sobre las emociones, 2 Durante la década entre 1880 y 1890 críticos al artículo de
James afirmaron que este autor falló al no distinguir entre
en vivo y a todo color. Es una mina de oro para emociones y no emociones, que le dio demasiada prioridad
conocerlas en forma separada: el dolor, la ira a las sensaciones del cuerpo y negó el rol que desempeña-
ban los factores cognitivos e intelectuales de las emociones
y el miedo, entre otras, o bien en conjunto, en (Dixon, 2012: 342)
forma explosiva. Laura vivió atormentada bajo 3 Tanto san Agustín como santo Tomás de Aquino pensa-
ban que los seres humanos eran alma y cuerpo; las pasiones
el vaivén de sus pasiones, afectos y emociones. eran fuerzas sin dirección, movimientos del apetito y del de-
Considero que un biógrafo necesariamente tie- seo; los afectos, movimientos voluntarios del alma racional
(Dixon, 2012: 243). Este libro muestra la historia de las emo-
ne que integrar en su biografía las emociones de ciones desde san Agustín y santo Tomás de Aquino hasta la
su sujeto de estudio, pues ¿qué somos los seres actualidad.

46
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

ciones eran causadas a través de los objetos ciones en la vida política actual (Jara Fuente,
percibidos en la mente y, al contrario, más que 2020a: 12)6. Tristeza, miedo, piedad, desconten-
formas del pensamiento fueron definidas como to, sufrimiento, temor y duda son sentimientos y
“sentimientos vívidos” no cognitivos. De acuer- emociones a través de los cuales se tiñe la lucha
do con Dixon, después de doscientos años, los política y se produce la propaganda ligada a ella
estudiosos continúan discerniendo sobre este (Jara Fuente, 2020b: 31). En estas situaciones
legado de Brown (Dixon, 2012).4 colectivas surgen sentimientos solidarios y se
Hay emociones que no han cambiado desde contagian; “se trata del modelo de las emocio-
el siglo XIX como son las reacciones al dolor, y nes de adentro hacia afuera, y de afuera hacia
el amor por los hijos es tan vivo hoy como lo adentro”.7 Yo creo que todos los seres humanos
fue en el siglo XVI y después (Stearns y Stears, hemos sentido este contagio, al compartir la ale-
1985: 829). Algunos historiadores afirman que gría por ejemplo, de una pareja cuando se casa
la modernidad cambió la vida emocional, las fa- y/o tiene un hijo, o las lágrimas cuando se muere
milias se hicieron más cariñosas y se establecie- un miembro de cierta familia.
ron nuevos códigos como la vergüenza, el con- La intención de este artículo es presentar, en
trol de sí mismo y la toma de conciencia (Matt forma de claves, conceptos que me han servi-
y Stearns, 2014: 10). Es un hecho que la familia do para entender e interpretar las emociones de
aporta claves importantes sobre cómo las per- Laura. Desde luego que existen más categorías
sonas aprenden sus primeras emociones (Bar- y connotaciones (amén de la gran bibliografía)
clay, 2021: 463). Actualmente, dicha institución de lo que significan las emociones en la historia;
está en una elocuente y vertiginosa transforma- sin embargo, las que seleccioné se aproximaron
ción. Con mayor número de divorcios y núcleos más que otras a mi entendimiento de los sen-
monoparentales, con la integración moral y legal timientos del pasado. Las categorías emplea-
de otros sexos como los homosexuales y tran- das en las claves, divididas por experiencias y
sexuales a la familia y a la sociedad, amén de un trayectorias vividas por Mantecón, podrían uti-
mayor estrés de la época posmoderna, las emo- lizarse en todas las épocas de su vida; no obs-
ciones se encuentran en constante ebullición. Un tante, consideré que, como ejercicio metodo-
régimen emocional ideal sería aquel que permi- lógico-biográfico, resultaba más esclarecedor
tiría la mayor posibilidad de libertad emocional presentarlas de este modo.8
(Reddy, 2001: 324).
El giro emocional está de moda y existen va- Clave 1: La navegación de las emociones
rios grupos de académicos destinados al estudio ¿Infancia es destino?9 La guerra sin tregua
histórico de las emociones.5 Por otra parte, apa-
recerán nuevos conceptos como la emocracia, El contexto social en un ambiente continuo de
una forma de considerar el impacto de las emo- turbulencia política dejó fuertes marcas en el
4 Uno de los mejores libros sobre la historia de las emociones seno familiar de Laura Fernández Arteaga y
es el de Thomas Dixon From Passions to Emotions. The Crea-
tion of a Secular Psychological Category (Dixon, 2003). En un 6 Desde esta óptica se considera que el mundo oficial de la
artículo posterior “Emotion: The History of a Keyword in Cri- política ha abordado tradicionalmente los procesos de co-
sis” publicado en 2012, Dixon (y otros historiadores como P. municación con los individuos –electores– desde una con-
E. Griffiths y J. Elster) ponen en tela de juicio el concepto de cepción de esos procesos, del mensaje que se transmite y
emoción como palabra abarcadora para todas las emociones de la propia política que privilegian lo racional, afirmando la
y propone volver a las ideas de san Agustín y santo Tomás necesidad de centrarse en enfoques técnicos y lógicos, y de
de Aquino, quienes las dividían en pasiones y afectos. Esta huir de lo emocional.
idea puede inspirar la investigación hacia un nuevo paradig- 7 “Aquí la lógica es que yo tengo sentimientos que se mue-
ma científico; tal vez tomar en cuenta lo que sugiere Elster ven hacia afuera, hacia los objetos o los otros y que incluso
(1999) y dividir las emociones en dos subcategorías: los más pueden retornar a mí” (Denzin, 1984; Scheff, 1994: 32-33).
primitivos afectos y las emociones más elevadas cognitiva- 8 Agradezco a María Teresa Fernández Aceves, quien me
mente (Dixon, 2012). ayudó a trazar una ruta para el conocimiento histórico de las
5 Como el Max Planck Institute for Human Development en emociones y me facilitó el manuscrito “La navegación de las
Alemania; Emotional Studies Research Group del Centro de emociones y los sentimientos en el diario íntimo de Concep-
Ciencias Sociales y Humanidades en Madrid en conjunto con ción Sánchez Aldana Romo de Vivar en Guadalajara, 1908-
el Instituto de Medicina y Salud de la Universidad de Ginebra, 1939” (en prensa).
entre otros. Por otra parte, existe una serie de libros sobre 9 Para el psicoanálisis. la infancia es el periodo de la vida que
las emociones publicada por la Universidad de Oxford, Illinois determina los demás. El autor del libro Infancia es destino,
University Press y Palgrave y una bibliografía sobre el tema Santiago Ramírez (1998), hace un análisis sobre la recupera-
actualizada en internet por la Sociedad de la Historia de las ción de los recuerdos, motivo central de los primeros años
Emociones en Australia. de la vida.

47
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

Mantecón Pacheco. Su padre, José Simeón Fer- sefa haya aceptado ser de la segunda nidada. El
nández Arteaga, había estudiado leyes en el Ins- enredo amoroso fue particularmente complejo
tituto Científico y Literario de Oaxaca y logró en 1845 cuando nació Laura, pues en el mismo
una exitosa carrera en las políticas local y na- año nació Irene, hija de Dolores. Para mayores
cional. En el preámbulo de la guerra contra los retruécanos del destino, en el futuro ambas her-
Estados Unidos, en 1846, logró ser gobernador y manastras serían consuegras, pues el hijo mayor
nombró a Benito Juárez, quien años más tarde de Laura, Manuel, se casaría con Guadalupe, hija
sería su compadre, regente de la Corte de Justi- de Irene. Existe una foto de Laura ya abuela, con
cia (Vasconcelos, 1993: t 2, 54-55). En su efímero toda la familia de Irene, casada con Ramón Fer-
desempeño como Ejecutivo de su estado natal, nández, muy amigo del General González.
Arteaga expidió decretos sobre préstamos obli- Siendo niña, todo este enredo debió afec-
gatorios hechos a funcionarios y empleados del tar a Laura y a sus hermanas, Josefa, Serafina
gobierno, fondos que fueron destinados para y Delfina, nacidas en los años treinta del siglo
la compra de armamentos para la guerra (BB, XIX. Madre e hijas vivieron en la casa de Josefa
1846). en la ciudad de Oaxaca, todavía en pie, aunque
Con el mismo propósito hizo lo mismo un con algunas modificaciones en la fachada y en
numeroso grupo de mujeres oaxaqueñas, entre el interior: está en la calle de Independencia nú-
ellas Margarita Maza de Juárez, Josefa Mante- mero 50, justo a un costado de la catedral. A su
cón Pacheco, madre de Laura, y Dolores Soto de lado vivía Ignacio Castro Mantecón, propietario
Fernández Arteaga, sí, esta última, esposa legí- de minas y haciendas,10 casado con Aurora Man-
tima de José Simeón. Este capítulo en la doble tecón Figueroa, mamá Yoya, quien fue sobrina
vida amorosa de Fernández Arteaga debió ser nieta de Laura11 y contó a sus hijas y nietas que
motivo para que Laura se quitase de por vida la “tía Laura” era muy calzonuda y de armas to-
el apellido paterno y se dejase sólo el materno: mar12. Por esos años, cuando mamá Yoya con-
Mantecón. Desde luego también contribuyó el taba los malabares aguerridos de Laura, hacia
hecho de que, más adelante, José Simeón es- 1910 y después, la protagonista de esta historia
calara a lo grande en el gobierno federal, sobre ya había fallecido.
todo en el de su yerno y presidente Manuel Gon- Como gran parte del país, Oaxaca estaba su-
zález, cuando llegó a ser Presidente del Tribunal mergida en un torbellino de pronunciamientos
Superior de Justicia y no metió las manos para contra el gobierno local establecido legalmen-
ayudar a su hija Laura Mantecón en los trances te. El contexto de guerra permanente permeó la
de la demanda de divorcio. vida de Laura desde la cuna hasta 1877 cuando,
En aquellos tiempos el hecho de que un hom- obligada violentamente por su marido, se fue
bre tuviera casa chica no causaba mayores as- a vivir sola a Tacubaya. A partir de entonces,
pavientos en la sociedad, siempre y cuando a la empezaría otro tipo de guerra, más dolorosa y
esposa se la tratara con respeto y consideración. sufrida a solas. Sin hijos, más que visitas even-
Todo el mundo sabía de los triángulos amorosos tuales, y sin su familia. La soledad habría de ser
y el cotilleo debió estar a flor de piel, pero era su mejor amiga; entendida hoy en día como una
parte del modus vivendi. De aquellos amoríos no emoción que hay que estudiar, también cultural-
quedó huella más que los registros parroquia- mente, es parte inevitable de la condición huma-
les de los 12 hijos que Fernández Arteaga tuvo na y está ligada a la habilidad o inhabilidad de
con Dolores y las cuatro con Josefa. En el caso interactuar con otros seres humanos. Fay Bound
de José Simeón extraña y mucho que la esposa Alberti traza los orígenes de la soledad moder-
fuese Dolores Soto y que la emparentada –así le 10 Agradezco a Mayela Alonso Castro, descendiente de Lau-
decían a las mujeres y/o parejas que no estaban ra, haberme proporcionado este dato visualizado en un mapa
de 1885. La casa se ubicaba en la manzana 141; al lado vivía el
casadas pero tenían hijos en común– fuese Jo- bisabuelo de Mayela, José María Castro (Portillo, 1910).
sefa Mantecón, sobre todo porque la Mantecón 11 Josefa Mantecón-Pacheco Santibañez tuvo un hermano,
José María. La línea de sangre corrió así: José María-Agus-
pertenecía a la crème de la crème oaxaqueña y tín Mantecón Ibáñez-Cayetano Mantecón Avendaño-Aurora
su alcurnia y linaje venía de tiempos coloniales Mantecón Figueroa. Agradezco a Maddelyne Uribe haber re-
construido el árbol genealógico de la familia Mantecón.
cuando los Mantecón lo tuvieron todo: dinero y 12 Entrevista con Mayela Castro Mantecón y Helvia Castro
fama, prestigio y poder. Resulta extraño que Jo- Monterde, Ciudad de Oaxaca, 8 de febrero de 2023.

48
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

na y ofrece claves, también históricas, para en- sentida por todos en forma brutal; era la man-
tender su funcionamiento psicológico y físico.13 cuerna de la perplejidad: anticipaba el dolor y
Laura sufrió de soledad emocional, ya compleja la muerte (Moscoso, 2021: 121). La adrenalina, la
por sí misma y agravada por su condición de gé- hormona que prepara al organismo ante situa-
nero, de mujer sola que “abandonó a su marido ciones de estrés, amortiguaba el miedo en las
y a sus hijos.” De acuerdo con Morelos Canseco batallas que solían durar horas, días, meses… Los
González, bisnieto del General, toda la familia gemidos de los heridos y los balbuceos de los
le aplicó la ley del hielo.14 Bien casadas, Josefa, moribundos acompañaban el tronido de las ba-
Serafina y Delfina tuvieron vidas tradicionales y las y de los cañones que estremecían los llanos
tan tradicionales en sus maneras de ser que nin- y las montañas. Y sí, “ese infierno maldito de la
guna defendió a Laura en el pleito de divorcio, guerra” escribió Basilio Rojas durante la guerra
ni siquiera aceptaron ser testigos. Sus maridos de Intervención (Rojas, 1962: 325) fue necesario
debían demasiados favores al General González. para darle sentido al grito de Viva la Patria.
De acuerdo con algunos estudiosos, la guerra Otro tipo de dolor y sufrimiento que forma
saca a flote las emociones extremas de los seres la historia interior de los seres humanos (Mos-
humanos, de otra manera invisibles, escondidas coso, 2021: 14) abrumaba a las madres, esposas,
en las profundidades de lo “no dicho” (Deluer- hijos e hijas de los oficiales y de los soldados que
moz et al., 2013: 19). Hasta hace poco tiempo, partían a la guerra. La historia de las emociones
aproximadamente una decena de años, la gue- de aquellos turbulentos tiempos está plasmada
rra se estudiaba desde el punto de vista estra- en Memorias de mujeres como la de Concepción
tégico y militar, que daba cuenta acerca de las Lombardo de Miramón, en cartas de esposas
hazañas y derrotas de los oficiales y soldados; como las de Delfina Ortega de Díaz, en Memo-
sin embargo, poco interesaba abordar los temas rias de soldados como la de Basilio Rojas y en
del amor a la patria, del odio al enemigo, del otras obras muy singulares como la escrita por
miedo a la humillación, del dolor de los duelos; el Secretario de Hacienda de Benito Juárez y de
en suma, de analizar las experiencias de carne Sebastián Lerdo de Tejada, Francisco Mejía. La
y hueso de los protagonistas. Diarios, memorias biografía de Carlos Tello sobre Porfirio Díaz es
y partes de las batallas combatidas por los ofi- particularmente interesante para conocer los ar-
ciales y enviadas a sus superiores como las del tilugios de la guerra, del poder y de las emocio-
General Manuel González hablan de aquel mare- nes “no necesariamente expuestas como tales,
mágnum que representó la prolongada guerra sino entreveradas en el contexto histórico, ape-
civil entre liberales y conservadores y la guerra nas murmuradas o incluso silenciadas”, no sólo
contra los franceses. de su persona sino de sus allegados cercanos
¿Que no existía el miedo? Karl Von Clau- como su compadre Manuel González y su coma-
sewitz, general prusiano, reconocido como el fi- dre, Laura Mantecón. Saber leer entre líneas es
lósofo de la guerra de occidente (Ramos Rojas, una habilidad que solemos tener los historiado-
2020: 361-367) escribió que la guerra es el juego res y biógrafos.
de probabilidades y de posibilidades; de todas Memoria e historia conforman un diálogo que
las ramas de la actividad humana la guerra es la alumbra no sólo las posturas políticas –liberales
que más se parecía a un juego de cartas porque o conservadores– de los protagonistas sino sus
las tres cuartas partes de la acción bélica yacían emociones al transcribir los horrores de la gue-
ofuscadas en la bruma de la incertidumbre, que rra, del dolor y de la muerte, con todos sus ma-
llega a trastornar el curso de los acontecimien- tices. La reconstrucción de ese viaje al pasado
tos (Clausewitz, 2016). El miedo era emoción para el biógrafo está basada en la lectura analíti-
ca de los documentos con el fin de encontrar “la
13 Durante los siglos XVI y XVII la soledad no tenía el peso
ideológico y psicológico que tiene hoy en día. La soledad verdad”; esa verdad de actores cercanos y no
quería decir oneliness, que era una experiencia menos emo- tan cercanos del sujeto de estudio que necesa-
cional y psicológica que física. El acto de querer estar solo en
comunión con Dios o con la naturaleza se recrudeció en el si- riamente está teñida con sus historias culturales
glo XVIII; después se apreció la soledad artística para escribir, como también está teñida la del biógrafo al mo-
pintar, etcétera (Bound, 2019).
14 Entrevista con Morelos Canseco González, Ciudad de Mé-
mento de explicar las causas, motivos y razones
xico, 17 de octubre de 2018. de las acciones del biografiado.

49
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

La lectura de los documentos personales del puede no sólo aumentar el número de lectores
biografiado, en este caso de la demanda de di- sino que la biografía pueda ser leída como una
vorcio de Laura con todo y los alegatos de los novela.15 Un curso-taller que tomamos un grupo
protagonistas, Laura y Manuel, de los abogados de biógrafas con Catherine Mayo, quien escribió
de ambos, de las respuestas de los testigos, de una novela histórica intitulada El último prínci-
las sentencias y otros constituyen una mina de pe del Imperio Mexicano, nos enseñó el camino
oro. Ello requiere de una lectura profunda y sutil, de qué tipo de narraciones atrapa la atención
con distancia y poco apasionada porque resulta del cerebro del lector16 y aunque temerosa, pues
fácil sucumbir ante los hechizos de sus quejas, sólo puedo escribir con las ataduras que me dan
reclamos y plegarias. Lo que he intentado en su los documentos (lo cual es limitante) he intenta-
biografía es, por supuesto, exponer su voz y lue- do una escritura biográfica histórica con algunas
go interpretar, bajo mis ojos, su vida y su época pinceladas literarias; para ello, la narrativa de las
de acuerdo con sus valores familiares y su pos- emociones del biografiado resulta clave.
tura de mujer ofendida. Leon Edel recomienda Pasado y memoria conformaron la mancuer-
que el biógrafo tenga una actitud de “obser- na que volvió a dar vida a los hechos del pasado
vador-participante”, cualidad que explico en cuando Laura los recordó veinte años después.
mis propias palabras: podemos participar con ¿Tendría un diario? Es posible porque, además
nuestro protagonista en la escena de un teatro de ser costumbre arraigada entre las mujeres de
actuando con él o bien tras bambalinas y luego las clases medias y altas, la manera cronológica
observarlo desde la butaca. Ojo, advierte Edel: en que Laura redactó su extenso Alegato de di-
¡el biografiado no necesita terapia ni el biógrafo vorcio bien pudo haberse auxiliado de un diario,
es terapeuta!” (Edel, 1990: 49-53). Cuidado con como hacían algunos escritores y viajeros para
el uso excesivo de la psicología para interpretar reescribir sus vivencias y luego publicarlas.
sus afanes, sus glorias y sus desdichas. Penetrar Ciertamente, al recordar los hechos del pa-
en la vida interior de Mantecón ha sido todo un sado, la emoción se modifica de acuerdo con
reto; intento exhibir un retrato “de carne y hue- el momento en que se recuerdan las experien-
so y un pedazo de pescuezo”, lo más fiel posi- cias. En el caso de Laura Mantecón, por ejemplo,
ble, sin demasiado colorido, pero sí “con alma”. cuando socorrió a su marido en los campos de
Para ello, me ha sido útil la lectura de algunas batalla casi en artículo mortis y escribió sobre
obras de metodología biográfica con inclinación aquellos momentos veinte años después, ya se
al análisis de la personalidad como la de Paula R. habían intensificado sus emociones. O cuando el
Backsheider, otras deslumbrantes como Tiempo General la mandó a Veracruz dizque para curar-
y Narración de Paul Ricoeur y otras sugerentes se de la catalepsia y de regreso encontró su casa
como El alma está en el cerebro de Eduardo cerrada y sin sus hijos. Los acontecimientos per-
Punset. manecían intactos en su memoria, pero el cúmu-
Tengo en mente demasiadas veces el aforis- lo de experiencias vividas con González en años
mo de Philippe Lejeune (Lejeune: 1975) en rela- posteriores, en forma trágica y violenta, provo-
ción con la autobiografía: “Existe un pacto de có que las recordara en forma de olas, fuertes y
verdad con el lector” (o sea: cuidado con la fic- enérgicas como un barco en alta mar en plena
ción) y aunque necesariamente la interpretación 15 Bajo mi punto de vista el libro Reflections on Biography
(Backscheider, 1999: 163) aporta una serie de claves esencia-
de una biografía es la parte medular, acaso, me les para la escritura biográfica. Entre ellas está la de la poéti-
pregunto, ¿la interpretación biográfica requiere ca de la biografía, que consiste precisamente en la habilidad
de una mayor imaginación del historiador? Amén que debe tener el biógrafo para contar la historia de los con-
flictos y oportunidades que tiene su biografíado situándolo
de amasar ciertas lecturas del cómo se “fomen- en su tiempo y espacio y en sus realidades emocionales.
ta la observación, percepción e imaginación” mi 16 Un libro revelador, fascinante –aunque complejo– reco-
mendado por Mayo es Dreaming by the book de Elaine Sca-
propuesta es dar “un poco de rienda suelta” a rry (Scarry, 2001), profesora de estética en Harvard. En dicha
la narración, aderezándola con metáforas, sími- obra la autora explora el proceso creativo de algunos escri-
tores como Gustav Flaubert y Emily Dickinson y nos dice
les y otros artificios literarios, para enriquecer cuáles imágenes escritas con palabras escogidas “al dedillo”
el retrato, pues sólo el arte del acomodo de las involucran al lector que imagina, a través de la lectura, dichas
imágenes en vivo y a todo color. Por ejemplo, las flores, el
palabras, la poética del lenguaje y la poética de viento y el fuego narradas creativamente por los novelistas y
la biografía, de acuerdo con Paula Backsheider, poetas atrapan al lector más que otras.

50
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

tormenta:17 por ello el término que propone Re- tiempo había aprendido a despreciar a su madre y
ddy sobre la navegación de las emociones es tan que al grito materno contestó el alto ahí del centi-
acertado.18 nela, queriéndome impedir el paso con un arma de
Porque una emoción que tiene el “carácter fuego […]
multivalente y aún misterioso”, de acuerdo con
Reddy, navega en nuestro cerebro a veces en Cualquiera que tenga corazón, alcanzará a com-
forma zarandeada; de un minuto a otro una mis- prender lo intenso de mi pena, lo desgarrador de un
ma emoción puede cambiar en forma imprede- desengaño semejante y cuanto se revelaría en mi
cible,19 puede ser un emotive que se intensifica. espíritu la dignidad ultrajada (Mantecón, 1886: 10).
Su concepto de emotives resulta útil para cono-
cer la radiografía de las emociones, describen Pero ojo: una cosa es lo que decimos y otra
el proceso mediante el cual las emociones se diferente es lo que escribimos.21 Los historia-
forman y se manejan. Los emotives son instru- dores-biógrafos nos guiamos sólo por la pala-
mentos para cambiar, construir, esconder e in- bra escrita (cuando nuestros biografiados han
tensificar emociones y pueden ser más o menos muerto) pero podemos imaginar a través de
exitosos (Reddy, 2001: 104-105) y parecidos a fuentes diversas, la palabra expresada a “viva
lo que son los performatives en la teoría del dis- voz en forma enérgica, suave o a gritos, con sen-
curso, el emotive statement “incide en el mundo, timiento y emoción, dependiendo a quien está
actúa sobre él, no es pasivo” (Reddy, 2001: 322). dirigida” (Scheer, 2012: 213). Lo que esto me su-
Puedo comprender el emotive de Laura giere para la narración de mi biografía son las
cuando siento que lo que dice es lo que siente20 palabras de la demanda: son tan fuertes que las
Cuando llegó de Veracruz a su casa de Peralvillo puedo transcribir e interpretar sin temor a equi-
3 estaba cerrada a piedra y lodo y con guardias vocarme o a exagerar.
al frente: De acuerdo con Monique Scheer las emoti-
ves son prácticas emocionales: las emociones
Quise ver a mis hijos y tropecé también con una cambian con el tiempo no sólo debido a que las
orden que me impedía verlos, y lo que es más dolo- normas, palabras y conceptos que moldean la
roso aún, encontreme con un hijo que en tan poco experiencia sufren modificaciones sino también
porque las prácticas en las cuales se insertan y
17 De hecho existía el modelo hidráulico apoyado por Huizin-
ga, Febvre, Bloch y Elias y que perdura hasta hoy en día en
los mismos cuerpos, sufren transformaciones,
forma popular. Barbara H. Rosenwein parafrasea la manera o sea, amén de considerar el contexto históri-
metafórica en que se mueven las emociones: el modelo hi- co-cultural en el cual se mueven las emociones,
dráulico habla de ellas como si fueran grandes líquidos, agi-
tados y espumosos, dentro de las personas, con la urgencia hay que tomar en cuenta los cambios en el cuer-
de salir a flote (Rosenwein, 2002: 28). Dependiendo de las po/mente en cuanto a sus capacidades y funcio-
restricciones sociales y/o individuales las emociones se en-
cuentran en estado de on and off, a la expectativa de un tur- nes (Scheer, 2012).
ning point para surgir.
18 Basándose en la psicología cognitiva, en la antropología
y en el lenguaje, Reddy construyó toda una teoría, quizás Clave 2: comunidades emocionales
la más consolidada hasta el momento, sobre las emociones La guerra, el amor y la vida cotidiana
aplicándola en una segunda parte de su obra a la inestabili-
dad del período Jacobino y al análisis del lenguaje emocional
de las súplicas y de las disposiciones de ciertos casos en los En tiempos de guerra hasta las bodas de oficia-
litigios civiles durante la Restauración y la Monarquía de Julio les cambiaban su rito. Eran rápidas y sin bombo
en Francia (Reddy, 2001).
19 Esta es la explicación literal que escribió Reddy sobre la y platillo. Así se casaron Miguel Miramón y Con-
navegación de emotives: debido a los efectos impredecibles cepción Lombardo y así también hicieron lo mis-
de los emotives, es mejor pensar en ellos permitiendo una es-
pecie de navegación, pero un tipo especial de navegación en mo el entonces oficial conservador Manuel Gon-
el cual los cambios pueden alterar las cartas, el tipo de nave- zález y Laura Fernández-Arteaga Mantecón. La
gación especial en la cual el puerto que buscamos, como re-
sultado, puede cambiar su posición (Reddy, 2001: 322-323). pareja conformada por Laura y Manuel llamaba
20 Para llegar a ello, de acuerdo con Reddy, debí tener una
pista que me permitió medir o identificar el sufrimiento emo- 21 La dimensión de la emoción escrita o dicha cambia en el
cional de Laura. Por sufrimiento emocional se entiende tener tono de la voz, el ritmo cardiaco y expresión facial, todas guia-
alguna especie de afección incluyendo sufrimiento físico, que das por el sentido práctico del habitus, (concepto tomado
en el fondo no se desea. Entrevista realizada por el historia- de Pierre Bourdieu que indica que hay complicidad entre los
dor de emociones Jan Plamper a William Reddy (Plamper, códigos discursivos y los cuerpos sociales) ubicado entre en
2010: 240). control deliberado y el hábito inconsciente (Scheer, 2012: 212).

51
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

la atención por su porte y su deslumbrante be- de agua bajo el rayo del sol. Días después de
lleza. Laura parecía brotada de un temple de Bo- aquella singular boda, Manuel González salió
tticelli, su rostro ovalado, sus ojos verdes esme- hacia Guadalajara, un bastión importante, toda-
raldinos y su cuello de cisne, símbolo de belleza vía en poder de los conservadores. La pérdida
de los poetas de su tiempo, atrapaba la mirada de aquella ciudad marcó el inicio del fin de la
de propios y extraños; por su parte, Manuel era Guerra de Reforma, pues las fuerzas constitu-
muy guapo, tenía un tipo español de facciones cionalistas bajo el mando de Benito Juárez mar-
finas, angulosas y muy viriles y ya para enton- chaban hacia la capital de la república, que ocu-
ces, a sus 28 años, tenía la fama bien ganada de paron a fines de diciembre de 1860, después de
don Juan; de acuerdo con su nieto, Carlos Gon- ganar la batalla decisiva en Calpulalpan. Manuel
zález Montesinos, quien escribió una biografía Miramón salió huyendo a Francia y Manuel Gon-
monumental del militar, poseía tal sex appeal zález y otros comandantes fueron encarcelados
que sin que se lo propusiera, las mujeres queda- en la prisión de Santiago Tlatelolco.
ban cautivadas ante su arrolladora personalidad Aquí empieza la historia de Laura enlazada –
y caían rendidas ante sus conspicuos encantos indirectamente– con la historia nacional. Le en-
(González Montesinos, 2000: 41). Su hercúlea vió una carta a Benito Juárez, a quien, por cierto,
fuerza y sus hazañas militares que eran muchas, conocía de niña, y le solicitó liberase a su mari-
añadían al personaje dumanesco cualidades por do para que pudiese reponer su salud, ya que
demás sobrehumanas. Laura debió quedar em- en la prisión de Santiago no le procuraban ni las
belesada con este hombre brotado como de una curaciones ni los alimentos adecuados (Sedena,
novela, de ésas que ella leía y que las malas y exp. 100038, 100039, citado en González Mon-
las buenas lenguas prohibían porque exacerba- tesinos, 2000: 50). El presidente Juárez accedió
ba los sentidos –de las mujeres– y las inclinaba, liberar a un conservador posiblemente porque
de acuerdo con el escritor costumbrista Manuel era yerno de su amigo José Simeón, a quien, por
Payno (2001) a la melancolía, “a perder el con- cierto acababa de nombrar Presidente del Tri-
trol y tranquilidad de la vida doméstica” (Sta- bunal Superior de Justicia.
ples, 1999: 106), a desarrollar una imaginación En los momentos en que se fraguaba la in-
desbordada y a la histeria.22 tervención francesa Laura tuvo una capacidad
Para cuando Manuel se casó con Laura ya era sorprendente de vislumbrar hacia dónde se diri-
viudo, pero ésa es otra historia. Es posible que gía el derrotero de la república; quizás también
su fantasía de enamoradizo lo llevase a planear porque lo mamó desde niña, fue palpando, con
su segunda boda como si se tratase de una fuga, una sensibilidad especial, los eventos militares,
pues se llevó a cabo con el mayor sigilo posi- políticos e ideológicos que vibraban en su en-
ble ¡a las cinco de la mañana! Fue en el Sagrario torno, calibró muy bien las circunstancias del
Metropolitano en un día emblemático para los momento y mostrando una audacia asombrosa
mexicanos: el 15 de septiembre de 1860. Siendo convenció a su marido –quien al principio rehu-
Manuel amigo y sobre todo oficial al frente del só– para que se pasase al bando liberal, pues de
2º batallón del presidente interino Miguel Mira- no hacerlo tendría que “soportar la mancha de la
món es posible que haya asistido esa noche a la traición”(1er Alegato, Mantecón, 1886: 8).
celebración de “nuestra emancipación política” En esos tiempos, nadie sabía con certeza
en la cual se cantaba el himno nacional y se leían quién tendría el triunfo definitivo, si los libera-
los “documentos relativos” a la Independencia les o bien los conservadores. Es obvio que Laura
Nacional.23 se inclinaba por los liberales y fue capaz de ca-
En tiempos de guerra las lunas de miel se librar aquellos momentos que podían ser con-
convertían en lunas de hiel. La pasión de la pare- tundentes para la vida del coronel Manuel Gon-
ja González-Mantecón se diluyó como una gota zález. Empezó entonces para él una vertiginosa
22 La histeria era una enfermedad provocada por “una exa- carrera en las armas y en la política en la cual
gerada sensibilidad, lindante con una sexualidad reprimida”.
En el siglo XIX estuvo relacionada “con reclamos sobre el tra- indudablemente le ayudaron los lazos sociales
to recibido por sus parejas sentimentales en escenarios pú- y de alcurnia de los Fernández Arteaga y de los
blicos”, hecho que las llevó a los hospitales mentales (López
Sánchez, 2013: 51-64).
Mantecón Pacheco. Las raíces de Manuel tenían
23 La Sociedad, 16 de septiembre de 1860. origen diverso.

52
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

Hijo de españoles asentados en Tamaulipas cultural como de las tendencias que cada perso-
en 1830, Manuel González Flores fue un self-ma- na almacena en su código genético (Rosenwein,
de man, un hombre forjado a pulso en la po- 2020: 29). Cuna y contexto familiar y cultural
breza y entrenado a tope trabajando de sol a determinan, pues, el devenir emocional de los
sol para superar los avatares de la adversidad. seres humanos. Las emociones inestables de
Desde muy joven se enlistó en la Guardia Na- enojo en todos sus colores le venían a Laura de
cional y luego tuvo una carrera meteórica, pues su familia disfuncional (utilizo el término actual),
en seis años, de 1850 a 1856, logró ascender de del contexto de guerra y de su violenta convi-
soldado raso a teniente. Su inteligencia, bravura vencia con Manuel. Más que entornos, la gente
y férrea voluntad llamaban la atención; así como vive en lo que Rosenwein denomina comunida-
también su personalidad táctica y visionaria. des emocionales que pueden ser las comunida-
Gustaba guardar en las alforjas de su caballo des sociales, familiares, de vecinos, de barrios;
reglamentos del ejército y tratados de historia sin embargo, en el primer caso, el investigador
militar, lo que le permitió tener una cultura cas- busca descubrir “sistemas de sentimientos”, que
trense muy superior al promedio de los jefes y es aquello que determinada comunidad define
generales del ejército. como valioso o dañino para ella; qué tipo de
En términos militares, el General Manuel Gon- evaluaciones realiza acerca de las emociones de
zález no tuvo tacha. El hecho de haber aban- otros, qué tipo de lazos afectivos son reconoci-
derado la causa conservadora y luego la liberal dos entre unos y otros y qué tipo de expresiones
no era hecho único o extraño; muchos se cam- emocionales se esperan, se cultivan, se toleran
biaban de un bando a otro, además había va- y se desprecian. (Rosenwein, 2020: 36). Las co-
rias tonalidades. Su carrera en las armas fue sin- munidades emocionales no son rígidas, una per-
gular porque era capaz de librar adversidades sona puede deambular de una a otro siempre y
sobrehumanas como la de trasladarse con 30 cuando no sean radicalmente diferentes unas de
cañones y todo un regimiento de guerra desde otras.24
Matamoros, Tamaulipas a Tecoac, Hidalgo, don- El grupo social y la comunidad emocional de
de encontró a Porfirio Díaz y se libró la batalla Laura fue la élite de la ciudad de Oaxaca desde
que dio el triunfo final a los liberales. Durante que nació en 1845 hasta 1860 en que se casó con
cinco meses González cruzó sierras, montañas, González. Sabemos por ciertas obras como la de
barrancas, con aquel pesado convoy que, en Francisco Vasconcelos sobre la vida cotidiana
temporada de lluvias, se atascaba de vez en vez. en la ciudad de Oaxaca que la comunidad emo-
Sin duda, fue una proeza, entre muchas otras. Su cional de Laura fue muy religiosa, sobre todo las
presidencia de 1880 a 1884 ha sido reivindicada mujeres iban a misa varias veces al día: a las 5
(Cosío Villegas, 1983; Roeder, 1996) aunque no de la mañana, a las 12 del mediodía y a las seis
se salva de los grandes actos de corrupción que de la tarde (Vasconcelos, 1993: 5-7). La religión
lo hizo amasar una de las grandes fortunas de entonces normaba la vida privada pero también
México. la pública de los individuos de tal modo que ésta
Además de coraje y audacia, Laura mostró, constituía el principal elemento de afiliación a su
a lo largo de su vida, un sorprendente poder de comunidad. La religión era la principal asignatu-
resiliencia para adaptarse y salir adelante en las ra en las escuelas, ya fuesen públicas o privadas.
difíciles circunstancias que le tocó vivir. El tem- La cultura católica penetraba por los poros y
peramento conforma el crisol de las emociones, calmaba las almas de los desdichados; sin em-
y así como Laura tenía una naturaleza indómita bargo, impedía ver al mundo desde la óptica de
con un carácter capaz de mover montañas, así la razón y el conocimiento científico.
fueron sus emociones y sus estados de ánimo: 24 La entrevista que realizó Jan Plamper a los pilares de la
historia de las emociones William M. Reddy, Barbara H. Ro-
convulsos e impulsivos, impregnados de rabia y senwein y a Peter N. Stearns es sumamente interesante, pues
de resentimiento. La psicología cognitiva expli- los autores amplían los conceptos utilizados en sus obras,
amén de que difieren en algunos aspectos. Rosenwein, por
ca cómo las emociones son parte de la percep- ejemplo, no está de acuerdo en el término régimen emocio-
ción y de la evaluación que cada individuo tiene nal utilizado por Reddy, pues alude que un grupo de normas
emocionales es verdadero para todos. Por otra parte, el tér-
y forja a lo largo de su vida. La manera en cómo mino refugio emocional se refiere a las normas sentimentales
se sienten y expresan depende tanto del entorno que reinaron en la corte absolutista (Plamper, 2010: 255-256).

53
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

En aquel escenario de tanta devoción y gue- Delfina, sobrina y futura esposa de Porfirio Díaz.
rra germinaba un grupo político de liberales Cuando los franceses ocuparon la ciudad de
radicales y moderados, entre ellos uno de los Oaxaca a principios de 1865 las familias pudien-
titanes de nuestra historia: Benito Juárez. Uno tes salieron a sus fincas de alrededor y así fue
de sus grandes méritos fue haber podido unifi- como Laura y sus hijos y su hermana Delfina, ca-
car bajo su liderazgo a los liberales de todos los sada con Juan de Dios Higareda, militar bajo el
matices; ya tenía en mente, hacia 1856-1857, una mando de González, y sus cuatro hijos, salieron
reforma educativa progresista que cobraría vida a la hacienda San Jacinto de Amilpas a un costa-
propia diez años después, que cambiaría para do del río Atoyac, a unos 20 km de la ciudad de
siempre el paradigma educativo de México. No Oaxaca, propiedad de la cual sólo queda una pe-
sólo se trataba de cambiar el sistema educati- queña capilla. Bajo el cuidado del doctor Ortega
vo sino las leyes que debían normar al Estado y y Serafina, ahí pasaron las viudas de la guerra
a la sociedad: las Leyes de Reforma que fueron casi dos años, hasta que los republicanos recu-
decretadas por Juárez en Veracruz en el vera- peraron la ciudad de Oaxaca, a fines de 1866.
no de 1859. El decreto relacionado a los bienes Cuando había tregua en la guerra, a San Jacinto
eclesiásticos proclamaba que de ahí en adelante llegaban amigos y familiares como Porfirio Díaz,
dichos bienes pertenecerían a la nación, amén González e Higareda; aquellas tertulias intelec-
de que exigía la total separación de la Iglesia y tuales debieron hacer eco en una mujer ávida de
el Estado. Todas estas ideas que culminaron en ideas y de conocimientos como Laura.
forma de leyes en 1859 pudieron llevarse a cabo Delfina –tocaya de su hermana y futura espo-
en forma interrumpida, debido a la guerra civil y sa de Díaz– y Laura tenían la misma edad, se co-
a la guerra contra los franceses. nocían y jugaban desde niñas pero ambas tenían
En este ambiente no sólo de guerra sino caracteres opuestos; Delfina era dulce y sumisa
también de discusiones fervorosas contra el (Tello Díaz, 1998: 51-82) y Laura temperamental
dominio que ejercía la iglesia en el Estado y en y rebelde. Como otros intelectuales de su tiem-
la sociedad debió sacudir la consciencia de las po, Ortega tenía una formidable biblioteca de
comunidades emocionales a las que pertenecía las obras cumbre del liberalismo como de Vol-
Laura. Es posible, incluso, que haya sido testigo taire, Montesquieu, Rousseau, Diderot y otros. A
de conversaciones de la élite política entre las juzgar por su preparación intelectual reflejada,
cuales pudieron haber estado Juárez, Porfirio también, en su demanda de divorcio, es posible
Díaz, Justo Benítez, Ignacio Mariscal, su padre que Laura pasara horas enteras embebida en
José Simeón y otros. De lo que sí tengo registro la lectura. Es probable que de niña haya tenido
es de la permanencia de Laura en Oaxaca desde una institutriz, pues su formación refleja bastan-
fines de 1863. Llegó a la Ciudad Esmeralda con te más que la que pudo haber obtenido a través
su primer hijo, Manuel, en brazos y regresó a la de una educación tradicional para mujeres que
Ciudad de México en 1867 con Nelito de cuatro entonces no tenían acceso más que a una ins-
años y con Fernando, nacido en la ciudad de Oa- trucción primaria.
xaca en 1865.
Es posible que la pareja González-Mantecón Clave 3. Régimen emocional
haya vivido, ya fuera en la casa de Josefa en la y refugio emocional
calle de la Independencia o bien en la del doc- La catalepsia y el dolor
tor Manuel Ortega, a la vuelta, en Magro (hoy 5
de mayo) número 18. El doctor Ortega era de Dice la estudiosa de las emociones Barbara H.
los personajes más ilustres de Oaxaca, fue au- Rosenwein que la ira es la primera palabra escri-
tor del primer mapa moderno de la ciudad, era ta en la literatura occidental (Rosenwein, 2020:
apasionado de la historia de México, geógrafo, 1). Luego, es la primera emoción registrada: fue
profesor de física, química y de historia natural la cólera de Aquiles la que lo llevó a combatir sin
en el prestigioso Instituto de Ciencias y Artes, de tregua a los troyanos: “Canta, oh diosa, la cóle-
donde era egresado (Tamayo, 1970, t. XII: 303; t. ra de Aquiles”. Y si puedo hacer un símil en la
XIII: 670) El doctor Ortega era esposo de Sera- historia fue la ira la que movió a Laura a com-
fina, hermana de Laura, además de ser padre de batir a Manuel bajo todas las instancias jurídicas

54
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

existentes y todos los parlamentos posibles. A cual debió afectar a la relación de manera de-
juzgar por la epopeya que Laura pasó durante el cisiva– bajo el mismo techo, el problema cen-
proceso de divorcio en los años de 1885 y 1886, tral de la pareja fue no sólo la frivolidad inmoral
amén de todos los años previos de su violento sexual mostrada sin ton ni son, pues hasta tuvo
matrimonio, Laura llegó al hartazgo y expresó, relaciones con una huérfana que Laura recogió
en la demanda, fervorosamente, todas sus emo- en su casa (12) sino las amantes fijas y no tan
ciones. Se salió de su régimen emocional y en- fijas y la violencia del General manifestada oral y
contró su refugio emocional (Reddy, citado en físicamente contra Laura:
Matt y Stearns, 2014: 8)25 en la libertad de expre-
sar abiertamente los hechos que sucedieron en Luchando unas veces con el celo proverbial en los
el hogar conyugal y que la llevaron a tomar tal que contraen uniones desiguales y otras con la ca-
decisión. Ingresemos unos minutos a la casa de prichosa volubilidad de su carácter irascible, con-
los González-Mantecón: virtíome en un fardo a quien hacia ir y venir en los
caminos conducida por sus ayudantes o subalter-
En un inconcebible orgasmo de furor erótico, mi nos […] (Mantecón, 1886: 6)
esposo se ha empeñado en hacer transparentes los
muros de su alcoba y ha puesto un lujo de satis- Más tarde a las palabras soeces sucedieron los ma-
facción en revelar al mundo lo que por espacio de los tratamientos y en mi y en nuestros hijos hicie-
muchos años me empeñara yo en ocultar […] el de- ron explosión las contrariedades sufridas en la casa
monio de la lujuria se enseñoreó de mi marido, de- de sus mancebas que se multiplicaban y sucedían
vorando sus cuantiosos recursos […] En los cortos sin tasa ni medida; llegando yo a ser objeto de la
intervalos en que durante ese periodo estuvo el Sr. compasión de los que rodeaban a mi marido […]
González a mi lado, más de una vez tuve ocasión de
presenciar actos vergonzosos de mi marido con las Ni la influencia de la paternidad conocida como
sirvientas de mi casa […] (Mantecón, 1886: 3, 4, 6). el más noble estímulo […] fue bastante a refrenar
su mal carácter, sino al contrario, siendo causa in-
Como se puede observar, de acuerdo con mediata de la muerte de sus hijos por los malos
la demanda de divorcio de Laura entregada en tratamientos que durante mis embarazos tenía yo
mayo de 1885 al juez tercero de lo civil, la in- que soportar por las costumbres licenciosas de mi
fidelidad del General Manuel González fue des- marido (Mantecón, 1886: 8-9).
bordada desde los inicios de su matrimonio. Una
cosa era la infidelidad de los hombres de vez en El estado permanente de ira, miedo, angus-
cuando, costumbre tolerada de la época, y otra tia, depresión, resentimiento y quizás celos vela-
diferente eran –utilizando un término moderno dos, enfermó física y anímicamente a Laura. Las
los excesos sexuales del General (hoy diríamos emociones negativas suelen ser más poderosas
¿adicción al sexo?) que hería el amor propio de que las positivas porque han desempeñado un
Laura y hacía añicos su honra y su honor, valo- rol definitivo en la evolución de los seres huma-
res muy preciados y defendidos: “por honor se nos y han asegurado su sobrevivencia, opinan
vive, por honor se muere; por amor se ama, por algunos psicólogos (Baumeiser, 2001, citado en
amor se odia; por honor se grita y por honor se McMahon, 2014: 104). La mayoría de los estudios
calla” (Zárate, 2022: 350). Por defender el honor sobre las emociones se han enfocado en anali-
los hombres se batían el duelo; las mujeres lo zar las negativas, precisamente por su dominio
sufrían y lo callaban. Los hombres lo manifes- sobre las positivas (McMahon, 2014: 105).26 Hoy
taban o mancillaban en el orgullo y la vanidad; sabemos que, a través de la meditación y otras
las mujeres en la honestidad y el recato (Zárate prácticas de respiración y activación de ciertos
Toscano, 2022: 351). puntos energéticos del cuerpo, podemos con-
Durante los 18 años que vivieron –con gran- vertir, si bien paulatinamente, nuestras emocio-
des intervalos separados debido a la guerra, lo 26 McMahon analiza en su artículo “Finding Joy in the History
25 Los regímenes emocionales refuerzan las normas emocio- of Emotions” algunos estadios de alegría en la vida de los
nales dominantes y en los “refugios emocionales” los indivi- seres humanos como el “Sattelzeit” durante el siglo XVIII, era
duos buscan el desprendimiento y la libertad de tales regí- que daba importancia a la felicidad y a la alegría (McMahon,
menes (Matt y Stearns, 2014). 2014: 115)

55
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

nes negativas en positivas. Para ello, el ejercicio salía a pasear algunas tardes al Paseo de Bu-
físico es, también, fundamental. Sin embargo, careli; Manuel y Laura se la pasaban peleando
durante las últimas décadas del siglo XIX, eso porque Manuel ya tenía su nicho de amoríos en
no se sabía y era muy poco lo que los médicos Palacio.
podían hacer para aliviar los estados de ánimo En Palacio Nacional se forjaba en palabra y
depresivos y ansiosos. en papel la historia nacional. Ahí se juraron las
El hecho de vivir con tal convulsión de emo- Constituciones, la última en 1857. Ahí también
ciones y de un sentimiento de tensión física y nacían los hijos de los presidentes y los hijos de
emocional permanente, de estrés, hundió de tal los gobernadores. Ahí nacieron dos hijos Luis de
modo a Laura que contrajo la enfermedad de la Manuel y Laura. Uno nació en 1868, el otro en
catalepsia,27 síndrome descubierto hacía poco 1869. Entre uno y otro Laura contrajo la catalep-
tiempo en Europa28 pero que ya se conocía en sia. Los dos Luisitos también murieron en Pala-
México. Además de que el paciente catatóni- cio, casi al mes de haber nacido. Solía ser cos-
co estaba sumido en la melancolía, hoy en día tumbre que cuando un hijo con x nombre moría,
depresión, tenía problemas psicomotores que al siguiente la pareja lo bautizaba con el mismo
podían paralizarlo al extremo de no poder le- nombre, pienso yo que como una manera de
vantarse de la cama. Es posible que, para aliviar perpetuar en la memoria la presencia, aunque
su mal, los médicos le dieran a la enferma té de efímera, del angelito que había encontrado una
tila, ignatia o algo más efectivo como el hidra- mejor morada en el cielo. Las familias estaban
to de coral utilizado para aliviar la ansiedad y medianamente acostumbradas ante el eventual
el insomnio. No había más. Como otras enfer- drama de la muerte de un hijo recién nacido,
medades parecidas, Laura tenía buenas y ma- de varios meses y años: a los cinco años se em-
las temporadas –todo dependía del estado de pezaba a decir que un niño “se había logrado”.
ánimo de su entorno inmediato– algunas de las Ante cualquier padecimiento de un bebé –sobre
cuales quedaron registradas en las cartas que el todo diarreas y pulmonía– la familia entera tem-
General envió a Porfirio Díaz. blaba: sin la existencia de antibióticos ni medi-
Cuando se desató aquel padecimiento incu- das de higiene como las conocemos hoy en día
rable de Laura, Benito Juárez era presidente y y sin leche materna –la mayoría de las madres
había nombrado a González Gobernador de de las clases medias y altas no amamantaba a
Palacio Nacional, un puesto de trabajo muy im- sus hijos, contrataba nodrizas– los chiquillos no
portante porque controlaba todas las tareas de tenían las defensas necesarias para combatir las
administración del inmueble y diariamente veía infecciones.
al presidente y al Ministro de Fomento, de quien Es fácil ponerse bajo la piel de Laura Man-
dependía, para recibir órdenes de cualquier tecón y sucumbir ante su enorme dolor y sufri-
asunto. González se relacionaba con la crema y miento. La muerte de dos hijos más los abortos
nata de todo tipo de funcionarios y gente de re- que le provocó el General “intensificó su estado
nombre que le ayudó a tender una red social y emocional”, la llevó a la desesperación (Mosco-
política que sería de gran apoyo para su futuro so: 2021: 124). ¿El dolor es la madre y el padre de
próximo. El enorme conglomerado de edificios las emociones? Moscoso afirma que, al contra-
comprendía todos los poderes del gobierno de rio del medievo tardío en que se “reinvindicó el
México: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, máximo dolor posible”, el siglo XIX defendió, en
amén de que ahí vivía el presidente con su fami- los contextos médico, político y social “el mínimo
lia y González con la suya. No pocas veces de- dolor necesario” (Moscoso, 2021: 125) y, aunque,
bieron convivir las familias o las esposas con sus en efecto, grosso modo, las fuentes médicas y
hijos, aunque no se necesita mucha imaginación sociales podrían orientarse hacia la premisa de
para pensar que ambas familias eran como el Moscoso, la medicina psiquiátrica estaba en pa-
agua y el aceite. Benito Juárez, Margarita Maza, ñales, no sólo en México sino en el mundo occi-
hijas e hijo tenían una familia bien avenida que dental. Cierto, se buscaba aminorar el dolor físi-
27 Carta de Manuel González Flores a Porfirio Díaz Mori, 28 co y emocional pero no se sabía cómo. Tal vez
de diciembre de 1876, (Tamayo, 1970, t. XV: 245-246).
28 Fue descubierto por el psiquiatra alemán Karl Ludwig
buscando alguna medicina para aliviar su pro-
Kahlbaum (Crespo y Pérez, 2005: 251). pia enfermedad, años después, Laura inventó

56
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

“una preparación medicinal” llamada Bendición diendo de las normas existentes en determinado
del cielo para curar la sífilis, el tifo, la viruela ne- contexto.30 Resulta evidente cómo Laura desga-
gra, el sarampión, la escarlatina, la estrechez de jó los frenos que le imponían las normas de su
uretra, calenturas y fiebres perniciosas.29 ¡Todo comunidad emocional y caminó, con mucho do-
menos lo suyo! ¿Por qué? Porque la catalepsia lor y lágrimas, por el laberinto de su sufrimiento
está asociada a alguna enfermedad del sistema y soledad en busca de su libertad. Algo sorpren-
nervioso y ni hoy en día se sabe cómo curarla. Se dente es que Laura estuviera consciente de su
alivia con relajantes musculares. singularidad como mujer. De acuerdo con sus
Si el dolor es una experiencia física, emocio- propias palabras: “He aquí el porqué del arrojo
nal y sensorial subjetiva, dónde queda la cultu- que algunas veces he mostrado y que tan poco
ralidad, se pregunta Javier Moscoso (Moscoso, común o natural parece en una mujer” (Mante-
2021: 18). El dolor como objeto de investigación cón, 1886: 7).
y de práctica médica sólo tiene lugar en el siglo Todas las medidas que tomaba el General,
XX. ¿Cómo conocer sus manifestaciones subjeti- para entonces ya en convivencia con su aman-
vas y culturales en el siglo XIX? A través de testi- te Juana Horn, con quien tuvo dos hijos, no ha-
monios en cartas, memorias, novelas, demandas cían más que enfurecer más a Laura, hasta que
judiciales, revistas médicas y jurídicas, periódi- vino el rompimiento y la forzó violentamente a
cos de índole variopinta, entre otras. De acuerdo irse a vivir a Tacubaya “[…] sola y para colmo
con la demanda de divorcio de Mantecón, pare- en un alojamiento demasiado modesto […] se
cería que la mujer con semejantes agallas no si- esperaba que viviese no como una mujer, sino
guió ningún molde cultural (si lo hubiese seguido como una mercancía…era el retrete de una pros-
se hubiese quedado callada) sino que “adelan- tituta” (Mantecón, 1886: 13). Todo aquel plan fue
tada a su tiempo” para utilizar las palabras de urdido bajo las aguas. Ante la amenaza de la
un experto en la “medición del tiempo”, François separación de la pareja, las hermanas de Laura
Hartog, se convirtió “en una engendradora del se involucraron para intentar salvar el honor de
porvenir que la historia reconocerá algún día la familia; le rogaban aceptase el ofrecimiento
(Hartog, 2009: 1434). Al enfrentarse en un juicio de Manuel: que se ¡fuese un tiempo a Oaxaca!
contra un hombre con tanto poder como Gonzá- (Mantecón, 1886: 13). Laura no accedió porque la
lez, Laura Mantecón rompió con todo un código lejanía le impediría ver a sus hijos, entonces de
de comportamiento femenino y en su demanda 13 y 15 años internos desde niños en el Colegio
expresó su dolor y sus emociones: Baz, uno de los mejores colegios privados de la
Ciudad de México. Considerando la inestabilidad
Mis lágrimas rodaban sin testigos, ni quien las en- en el seno familiar, la prolongada estadía de los
juagase porque se me aislaba de todo afecto legí- niños Manuel y Fernando en dicha escuela fue
timo. Por un lado se me empujaba a la perdición provechosa. De ahí ingresaron al Colegio Militar,
para encontrar disculpa al desenfreno de mi esposo por cierto reformado, con planes de estudios
y por otra, Sr. Juez…las lágrimas me ahogan al pen- modernos, por el presidente Manuel González.
sarlo, se corrompían los tiernos corazones de mis
hijos enseñándoles a despreciarme y maldecirme, Clave 4: Emocionología, experiencia
obligándoles a que en la casa paterna viviesen con emocional y régimen de género
las concubinas de su padre (Mantecón, 1886: 14). Manuel versus Laura; ojo por ojo
y diente por diente
Las lágrimas también tienen su historia cultu-
ral y nos dicen cómo funciona el cerebro emo- Los historiadores pioneros en el estudio de las
cional. Hay todo tipo de lágrimas y el conoci- emociones Peter N. Stears y Carol Z. Stears han
miento de su rompecabezas nos lleva por otros introducido el término emocionología para ex-
senderos emocionales (Lutz, 1999) que nos sir- plicar las actitudes o estándares emocionales
ven para detectar “estilos emocionales”, depen- que tiene y expresa determinada sociedad y las

29 Como era usual, Laura solicitó registrar dicha invención en 30 Reddy explica cómo una comunidad que se extiende más
el Ministerio de Fomento, véase: El eco social, 15 de julio de allá de tener contactos cara a cara (con otras), puede tener
1894 y El Tiempo, 15 de julio de 1894. varios estilos emocionales” (Plamper, 2010: 243).

57
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

maneras en que las instituciones reflejan y fo- han enriquecido mi espectro interpretativo y me
mentan estas actitudes en la conducta humana han orientado sin dirección y sin influjo precisos
(Stearns y Stearns, 1985: 813). En su multicitado cuáles son los caminos posibles para encontrar
artículo publicado en The American Historical y explicar las claves del alma, del corazón y de la
Review invitan al historiador de las emociones mente de Laura Mantecón.
a que primero estudie el contexto emocional de Otro enfoque que he tomado en cuenta es
determinada época para luego insertarse en el el régimen de género, definida por Damien Bo-
de la experiencia emocional individual o de gru- quet et al. (2018) como una configuración única
po. La distinción entre ambas puede aportar las y particular entre los sexos, en un determinado
mejores evaluaciones de la experiencia emocio- contexto histórico y documental (Boquet et al.,
nal (Stearns y Stearns, 1985: 825). La tensión en- 2018: 15). La idea de la cultura occidental con
tre los estándares y las experiencias puede arro- respecto a que el hombre representa la razón
jar luz acerca de las relaciones entre la historia exhibe mayor control sobre sí mismo, es dueño
emocional y la estructura de clase. “Las reglas y señor de sus emociones versus la emocionali-
sentimentales” pueden observarse más clara- dad e irracionalidad de la mujer ha sido despla-
mente en grupos hegemónicos. Un buen foro zado por una interpretación más amplia, negan-
para conocerlas puede encontrarse en el teatro do estos atributos tradicionales y orientando
de los juzgados (Kounine, 2017: 219-230), como el entendimiento de la emoción en su contex-
veremos más adelante. to social, cultural, histórico, de clase. Cualquier
Rob Boddice de la Universidad de Berlín ha emoción puede ser tan viril o femenina como se
aportado algunas ideas teóricas y metodológi- entienda y explique en determinada situación.
cas innovadoras con respecto al estudio de las Hombres y mujeres comparten las mismas co-
emociones; invita a investigarlas desde una diná- munidades emocionales sin ocupar las mismas
mica biocultural con sentimientos, expresiones posiciones en ellas. Sin embargo, en eventos es-
y experiencias dependientes y/o condicionadas peciales como en las guerras, el código emocio-
en determinadas situaciones. Las emociones nal de ambos sexos sufre sacudidas, sin destruir
se construyen en el cerebro y se construyen su fundamento. En esos momentos críticos, el
en un cuerpo que está situado en determinado hombre puede llorar de alegría al ver a su es-
tiempo y espacio (Boddice, 2020). Las emocio- posa e hijos, mientras ella contiene sus lágrimas
nes deben estudiarse bajo el entendimiento de para darle valor (Boquet et al., 2018: 11-18).
la materialidad biológica del cuerpo; son par- La emocionología dominante de una sociedad
te de la historia biocultural de los seres huma- como la del siglo XIX incorpora normas para hom-
nos (Boddice, 2017: 12). Por otra parte, sugiere bres y mujeres mismas que no necesariamente
Boddice que resulta importante acercarse a la describen la experiencia emocional. Las mujeres
neurociencia (Boddice, 2017: 12-13) al estudio sentían más frecuentemente ira que la que sien-
del sistema nervioso que procesa y manifiesta ten actualmente. Su comportamiento y su expe-
nuestras funciones corporales, nuestros pensa- riencia emocional pudo haber sido influida por
mientos y nuestras emociones. El término expe- la emocionología cuando la ira se concentraba
riencia emocional de Boddice debe responder en la familia o se revelaba a través de la histeria.
a las preguntas: ¿qué causa las emociones, en Sus emociones surgían de los estándares emo-
qué forma se manifiestan y cuáles efectos tiene? cionales (Stearns y Stearns, 1985: 827).Aunque el
Esta tríada de componentes me ha resultado útil contexto histórico emocional de Stearns y Sterns
al momento de explicar las emociones de Laura es sustancialmente los Estados Unidos, se podría
en determinado tiempo y espacio. aplicar a México, por eso resulta tan extraordi-
Aunque los historiadores teóricos de las nario que Laura haya salido de los estándares
emociones han aportado muchas ideas acerca emocionales impuestos por la emocionología
de cómo entenderlas históricamente, mi expe- dominante y además, porque las niñas y muje-
riencia me indica que no existe ningún paradig- res estaban más influidas por aquellos estándares
ma –ni creo que existirá–, dada la complejidad impuestos (Stearns y Stearns, 1985: 827).
con la cual se elaboran y se manifiestan. Sin Durante las últimas décadas del siglo XX na-
embargo, todas las ideas que existen sobre ello ció un nuevo régimen emocional con la mujer

58
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

moderna, quien ha sido capaz de controlar sus esta emoción se incorporó junto con el honor
emociones, como los hombres (Vezzadini, cita- mancillado, al atormentado abanico de senti-
do en Boquet et al., 2018: 17) y yo añadiría en los mientos de la pareja.
espacios públicos. ¿Podríamos hablar de regí- Con el deseo de vengarse, Manuel utilizó,
menes espaciales privados y/o públicos? En rea- también, uno de los castigos emocionales más
lidad, los seres humanos expresamos emociones poderosos, el silencio: no respondió a las múl-
de diferente manera en los espacios públicos en tiples cartas que Laura le envió ni aceptó ver-
los cuales “controlamos nuestras emociones” y la –nunca– desde que ella se fue a Tacubaya en
en los espacios privados donde las externamos 1878. Amén de ello, Manuel no admitió en su
abiertamente. Intramuros del hogar se manifies- papel de hombre herido que Laura pudiera salir
tan abiertamente: dice sabiamente el refrán Vive adelante montando tres negocios a toda forma:
con Andrés un mes y te diré quién es. La convi- un Colegio para niñas incorporando los métodos
vencia bajo el mismo techo explora la intimidad pedagógicos más modernos, una Casa de mo-
emocional de los seres humanos, casi en forma das en la mejor calle comercial de la Ciudad de
cabal. A través de la demanda pude conocer la México, San Francisco, y una Casa de huéspedes.
violenta convivencia entre aquellos dos indoma- La venganza del General fue mordaz: mandó ce-
bles titanes. Los alegatos me abrieron los ojos rrar los tres comercios de una manera mezquina,
para recorrer los espacios domésticos en forma por debajo del agua: a la escuela le corrió a los
viva y realista: las paredes de su alcoba me ha- maestros, a la Casa de modas la asaltaron y a
blaron de aquellos micro contextos y espacios Laura le impusieron multas sin merecerlas y a la
íntimos ¿acaso podríamos llamarlos refugios ín- Casa de huéspedes le envió parejitas de aman-
timos?31 El lecho de amor y pasión se convirtió tes que montaron escándalos desprestigiando al
en un lecho de odio y reclamación. Aquel lecho, lugar. Aplicando el modelo hegemónico de mas-
portador de tantos secretos, fue también testi- culinidad que se entiende como un modelo que
go de otros amoríos del General y cuna de dos da cuenta de tres elementos: hombre en poder,
bebés, hijos de Juana Horn: Manuel y Luis. ¡Qué hombre con poder y hombre de poder mismo
mal tino de llamarlos con los mismos nombres que implica manifestaciones de una masculini-
que los de Laura! dad “fuerte, exitosa, confiable, capaz y en con-
El arrojo de su liberada mujer debió enloque- trol” pero que controla sus emociones33 podría
cer al General. El hombre que mantuvo a raya muy bien encajar en el perfil de hombría que se
ejércitos completos, que gobernó ciudades y trazó el General. Cierto, controló o simuló sus
pueblos, que educó estrictamente a sus hijos, emociones en el régimen o comunidad emocio-
que manejó con brío y brida la vida de muchas nal que le tocó vivir pero las manifestó abierta y
mujeres, no pudo dominar a la propia. El he- violentamente en su convivencia con Laura y en
cho debió enfurecerlo. La ira, decía Aristóteles, sus acciones contra ella, veladamente.
manifiesta dos aspectos, uno agradable y otro Harta de los acosos de González, la valiente
desagradable. El desagradable existe por un de- mujer decidió irse allende el Río Bravo:
seo de venganza y el agradable porque una vez
vengándose, surgía un sentimiento placentero Cansada al fin de persecuciones y habiendo reu-
(Rosenwein, 2020: 194). Hoy en día, la venganza nido una pequeña suma, fruto de mi trabajo, me
está ligada a la agresión32 y sin duda, también, expatrié, refugiándome en los Estados Unidos en
31 Para entender la espacialidad del pasado también hay que donde hacía mis estudios de medicina sostenién-
conocerla en forma poética, sobre todo para la reconstruc- dome con la ejecución de obras de mano, muy es-
ción narrativa. En el hogar, nuestro nido y paraíso material
de acuerdo con Gaston Bachelard, podríamos hacer un to- timadas en aquel país […] (Mantecón, 1886: 16)
poanálisis que sería el estudio psicológico de los parajes de
nuestra vida íntima: la casa es reveladora de un estado del 33 Este corresponde al modelo de Kaufman y Kimmel cita-
alma. En esta obra filosófica el autor invita a utilizar la imagi- dos en Hombres, masculinidades, emociones (Ramírez Ro-
nación para transportarnos al poético y ensoñado recorrido dríguez, 2020: 24). La masculinidad hegemónica da cuenta
de nuestro nido (Bachelard, 1957). El libro de Bachelard me de diversos procesos: 1. La posición de hombres vs. Mujeres;
ayudó a imaginar los espacios domésticos de Laura Mante- 2. Las estructuras de relaciones productivas de poder; 3. Sus
cón de otra manera. efectos en la cultura, en la personalidad y en la corporali-
32 Rosenwein habla de la agresión como manifestación de dad; 4. La formación de grupos; 5. La generación, dinámica y
la venganza; algunas mujeres han clamado por enojarse en cuestionamiento del orden establecido; 6. El nivel de análisis
forma agresiva (Rosenwein, 2020: 195). (local-regional-global) (Ramírez, 2020: 21).

59
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

El General siguió con la persecución emocio- El conocido licenciado Gumersindo Enríquez, el


nal aumentando el tono maquiavélico de sus ac- primer abogado del General (pues tuvo uno di-
ciones. ferente en cada instancia jurídica), tenía un im-
portante despacho de abogados y conocía bien
Clave 5. El teatro de los juzgados las cavernas de la ley y los intríngulis de los tri-
La obra maestra de la justicia es parecer bunales.
justo sin serlo Los documentos legales pueden convertirse
en una de las mejores fuentes históricas para co-
Corrían los primeros días de mayo de 1885 cuan- nocer las vidas, las mentes y las emociones de
do Laura entregó al juez 3º de lo civil la deman- las personas del pasado (Kounine, 2017: 226).
da de divorcio. Lo que sucedió en los juzgados, Laura Kounine me llevó de la mano para entrar
en los tribunales, con los jueces y los abogados, al teatro de los juzgados y así traslucir con la
con la aplicación y/o interpretación de la ley y demanda en mano, las emociones psicológicas,
todo cuanto envolvió a la demanda de divorcio físicas y corporales de las prácticas emocionales
de Laura representa un libro abierto a la emo- de Laura (Kounine, 2017: 221-222). En el mun-
ción. Ahí brotaron sus dolores del alma y sus do- do del litigio demandante y demandado expo-
lores del cuerpo. El juicio duró casi dos años que nían, ante los ojos de la ley, sus versiones de la
debieron ser infernales para ella y su abogado verdad; sus narrativas están sumergidas y aca-
Juan Cordero (1886), un profesionista con mu- so edulcoradas con las nociones de las normas
cha práctica que honraba el ejercicio de la abo- emocionales evidenciadas y permitidas y no tan
gacía con los símbolos de la balanza (igualdad), evidenciadas e incluso escondidas. Captar sen-
la espada (fortaleza) y la venda sobre los ojos timientos y argumentos entrelíneas en aquella
(la imparcialidad) agarrado a un clavo ardiendo. época y tener conocimientos sobre psicología,
El hecho de haber defendido a Laura lo muestra la nueva disciplina en boga, fueron atributos im-
como un hombre generoso y especial, dispuesto portantes en aquella época. A través de varias
a apoyar a una mujer desprestigiada y además fuentes periodísticas y revistas especializadas
con la espada desenvainada; ciertamente, tanto como El Foro y fuentes secundarias clásicas
él como su defendida, sabían muy bien contra el como las de Elisa Speckman (2009 y 2006) y
Goliat al que se enfrentaban. Ana Lidia García Peña (2006), pude develar las
Aunque Laura quería divorciarse de Manuel mentalidades culturales de la época, las diferen-
hacía varios años, esperó el momento más opor- cias de género, los alcances del poder y los es-
tuno para interponer la demanda, justo cuando tragos que produce la riqueza.
González salió de la presidencia, desprestigia- Para la historia de las emociones el juicio de
do por sus actos de corrupción. El hecho fue Laura es una joya: se encuentran expuestas to-
agravado por una politiquería sucia que mon- das las emociones en todas sus tonalidades por-
taron Porfirio Díaz y Manuel Romero Rubio, su que ella misma escribió y reflejó sin cortapisas lo
secretario de Gobernación, para que González que sentía, algo poco común visto en los juzga-
no pudiera volver a contender por la presiden- dos donde la simulación era la norma. Es por sí
cia. Además, Díaz lo mandó como gobernador mismo un documento testimonial de alto valor
a Guanajuato. Lo quería lejos. En términos del sobre la historia del proceso de emancipación
juicio esta lejanía fue ventajosa para el General, de las mujeres.
pues nunca se presentó al juzgado. El demanda- Acaso la expresión inmoderada de Mantecón
do solicitó que el juicio fuese a puerta cerrada, puede representar un caso cuya transparencia
lo cual era permitido legalmente, cuando el tri- emocional femenina se desvincula de las atávi-
bunal o juzgado “convenga sean secretos estos cas formas de represión aprendidas en los me-
actos por respeto a las buenas costumbres”.34 dios culturales donde la premisa “calladita te ves
34 De acuerdo con el artículo 116 del Código Civil “las vistas más bonita” vendría a ser la rúbrica constante
de los pleitos serán públicas, tanto en los juzgados de paz,
menores y de primera instancia, como en el Tribunal Supe- de las mujeres de buenas costumbres, donde
rior. Exceptuándose los casos previstos en el art. 255 del Có- el decoro y los finos modales, así como la dis-
digo Civil, y los demás en que a juicio del tribunal o juzgado,
convenga sean secretos estos actos por respeto a las buenas
creción, el recato y la sumisión fueron parte del
costumbres” (Dublán y Lozano, 1886: 334). ajuar con el que una mujer tenía que ataviarse

60
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

antes de salir al mundo a enfrentar los avatares por un marido que no sabiéndose respetar, no po-
de la vida. Este solo hecho, la afrenta a mostrar día respetar a su compañera, poniendo su dignidad
en público su emocionalidad poniendo en riesgo en la punta de una bota, exponiéndose a una viu-
su capital social y cultural. dez voluntaria (Mantecón, 1886: 20).
Hoy en día se sabe que la acumulación de
emociones negativas se convierte en una bom- Laura recurrió a las dos posibles instancias
ba de tiempo. En la época de Laura, si bien las judiciales: juzgado 3º de lo civil, Tribunal Supe-
emociones estaban contenidas culturalmente, rior de Justicia y al último recurso: al Recurso de
los seres humanos vivían bajo su influjo y pode- Casación.36 En los tres la sentencia fue negativa
río lo que significaba, en el caso de Mantecón, para Laura, es decir, no se le concedió el divor-
que estuviesen desbordadas debido, por una cio. Injustificadamente se le acusó de abandono
parte, a que se acumularon, y por otra, a que de hogar (pese a que se sabía y se comprobó
se iban alterando y agravando al tiempo que las con los testimonios de los testigos que el Ge-
sentencias de divorcio se dictaban negativas. neral la había obligado a irse a Tacubaya). Con
El resentimiento contra los hombres, dice un discurso liberal y sumamente innovador, Lau-
Virginia Woolf, es una combinación de odio y ra había catalogado el hogar conyugal como el
miedo que surgió en las mujeres cuando vivían espacio por antonomasia donde la mujer vive,
atrapadas en un modo de vida impuesto por los en tanto que la mujer “es la clave de la familia
hombres (Woolf, citada en Moruno, 2013: 1)35. y centro de afecciones” (Mantecón, “Alegato”,
El resentimiento surge, de acuerdo con Hannah 1886: 54).
Arendt, en las personas reducidas a una total En este artículo no puedo detenerme en la
impotencia (Moruno, 2013: 4). El resentimiento narrativa de los juicios, que elaboro en la biogra-
actúa en silencio porque su expresión está blo- fía de manera pormenorizada, pero está claro
queada por fuerzas como el miedo la ansiedad, como el agua, a través de varias cartas enviadas
la depresión e la intimidación. El grupo académi- y recibidas del General González a su secretario
co conformado por científicos sociales y médi- Carlos Rivas, cómo el presidente Porfirio Díaz y
cos que han estudiado el resentimiento afirman su Secretario de Justicia e Instrucción Pública,
que esta emoción puede derivar en enfermeda- Joaquín Baranda, intervinieron con mordidas,
des psicosomáticas (Moruno, 2013: 11). Como se amenazas y favores para doblegar la opinión
puede observar, esta emoción engloba a otras y de los tres magistrados del Tribunal Superior de
se caracteriza por la obsesión de los hechos del Justicia a favor de González (dos de ellos a fa-
pasado. Parecería que el resentimiento abarca- vor de Laura).37 Dijo Platón: la obra maestra de
ría entonces, de acuerdo con varios expertos, a la injusticia es parecer justo sin serlo. Con estas
varias emociones, todas ellas sufridas por Laura artimañas, don Porfirio compensó a su compa-
Mantecón. Basta leer la demanda en que la des- dre Manuel de lo hecho hacía poco tiempo.
trozada mujer enumera y explica las cinco cau- Mantecón se defendió con uñas y dientes en
sas: adulterio, corrupción de los hijos, abandono los tribunales. Auxiliada por Cordero (1886), sus
de la casa conyugal, sevicia y negativa para mi- maniobras jurídicas se apoyaban, desde luego
nistrar alimentos, para irse de espaldas y asom- en el recientemente creado Código Civil de 1881,
brarse por el valor que tuvo para enfrentarse a reformado en 1884 por González, el Código de
semejante litigio (Rosenswein, 2020: 151). Procedimientos Civiles y en varias leyes mexica-
A continuación la 4ª causa, la sevicia nas y, también francesas, en las cuales las nues-
tras se habían inspirado.
bastará para probarla, el testimonio de numerosos 36 Recurso de Casación interpuesto por la Sra. Doña Laura
presenciales y las huellas que en mi salud y cuerpo M. de González contra la sentencia que pronuncia la 3ª.Sala
conservo como un álbum de violencias ejercidas del Tribunal Superior en el juicio de divorcio seguido contra
el Sr. General D. Manuel González, México, 1886. El Recurso
35 El estudio de las emociones es tan abarcador que exis- de Casación era el último recurso que otorgaba la ley para in-
ten grupos multidisciplinarios de académicos que estudian conformarse contra la sentencia pronunciada por el Tribunal
algunas emociones en forma separada como el resentimien- Superior de Justicia.
to, proyecto llevado a cabo en 2010 en el Centro de Ciencias 37 Archivo Manuel González, en lo sucesivo AMC. En total se
Sociales y Humanas en Madrid en colaboración con el Institu- encontraron 29 extensos documentos-carta: 39900, 39905,
to de Historia de la Medicina y la Salud de la Universidad de 39925, 18316-18329, 18334-18351, 18375-18391, 18394-18398,
Ginebra (Moruno, 2013). 18401-18411.

61
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

Ojo por ojo y diente por diente dice el refrán ces, como en realidad fue. Sin embargo, el Poder
de hace cuatro mil años y la venganza se desa- de la Justicia provino, en este caso, de Palacio
tó con toda la furia38 que Laura Mantecón había Nacional.
almacenado en su mente y corazón desde hacía El complejo estudio de las emociones del pa-
mucho tiempo. Envió a todos los periódicos el sado conlleva un engranaje de conceptos teó-
juicio completo y así le sacó todos los trapitos al ricos y metodológicos anunciados, en parte, en
sol al General, quien sólo tuvo tiempo de apagar este trabajo. Laura pertenecía a una comunidad
la flama de algunos. Con esta medida, tal vez, la emocional y se regía por un régimen y refu-
valiente mujer en su fuero interno intentó salvar gio emocionales. El contexto social emocional
su honra, consideraba en el siglo XIX, como el (emocionología) moldea la experiencia emocio-
valor supremo en la vida de las personas (Gon- nal psicológica individual. La época de guerra
zalbo Aizpuru, 2022). intermitente que le tocó vivir y su propia expe-
riencia de ser hija de una mujer de alcurnia y de
Conclusiones riqueza y de un hombre de luces pero con casa
chica, y luego su matrimonio con un hombre
Las claves, los signos y/o las pautas para cono- violento y desbordado sexualmente la llevaron a
cer y descifrar el código emocional de la vida de una franca y abierta rebelión. A todas luces Lau-
un sujeto del pasado constituye un reto que es ra representa un caso asombroso de una mujer
necesario tomar con cautela, mesura y pruden- que salió de las normas sociales de su momento
cia. Oír el canto interior, los estados de ánimo y en las cuales “calladita te ves más bonita” era
la pulsión íntima de Laura Mantecón requirió de el sello que las mujeres de buenas costumbres
varios años de lectura, reelectura y meditación como el decoro, la moderación y la sumisión de-
sobre los vericuetos y misterios de su vida emo- bían poseer. Sin embargo, esta osada mujer de
cional mostrada sin cortapisas en la demanda de temple y de agallas mostró una emocionalidad
divorcio contra su marido el ex presidente, Ge- sin freno en una sociedad católica y recatada,
neral Manuel González. Laura y Manuel fueron por lo cual pagó un precio muy alto: el del des-
dos titanes indomables que no cedieron ante sus precio, aun de su propia familia.
propios infiernos personales y eligieron la ira y la La abierta exposición de la emocionalidad de
venganza como las fuerzas sonoras incontrola- Laura me ha obligado a estudiar profusamente
bles en la peor tormenta de asechanzas y perfi- la emocionología del pasado y me ha mostrado
dias. La primera con justa razón, el segundo, por que las emociones navegan en mares suaves y
desagravio al sentirse herido en su hombría. plácidos pero sobre todo, en olas de tormenta y
Las cinco claves del pentagrama emocional gravitación. La ira, el resentimiento y la vengan-
de Laura, utilizadas en este trabajo me ayudaron za de Laura fueron subiendo de tono al tiempo
a entender y a aterrizar sus revuelos sentimen- que las sentencias de divorcio favorecían al Ge-
tales. Así como la tonadilla musical de Vinteu- neral. Desbrozar las hojas de su jardín interior
il recorre la estructura de En busca del tiempo me ha llevado a entender su tragedia y su pa-
perdido de Marcel Proust, así la justicia recorre thos en varios tiempos, dinámicas y tesituras.
la vida y la demanda de divorcio de Laura Man-
tecón. Es la Estrella Sirio de su firmamento. La
aguerrida mujer estudiaba y entendía la justicia
como la diosa romana Iustitia, representada lle-
vando una balanza y una espada, con los ojos
vendados. Laura conocía muy bien el Goliat al
que se enfrentaba pero siempre tuvo la esperan-
za que su causa colmara la conciencia de los jue-
38 El enojo, la ira, la furia, suele desatar una acción como la
venganza: el enojo, como todas las emociones, es un proceso
que consiste en una sucesión de sentimientos que involucra
sensaciones físicas como taquicardia, respiración agitada y
dolor en los músculos. Rosenwein utiliza todas las herramien-
tas históricas, psicológicas y neurocientíficas para analizar el
enojo (Rosenwein, 2020: 151).

62
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

Fuentes consultadas Tribunal Superior en el juicio de divorcio segui-


do contra el Sr. General D. Manuel González”,
Bachelard, Gaston (1957), La poética del espacio, Fon- Ciudad de México.
do de Cultura Económica.
Cosío Villegas, Daniel (1983), “La era gonzalina”, en
Backscheider, Paula R. (1999), Reflections on Biogra- Daniel Cosío Villegas, Historia Moderna de Mé-
phy, Oxford, Oxford University Press. xico, El Porfiriato, Vida política interior, Ciudad
de México, Editorial Hermes.
Barclay, Katie (2021), “State of the Field: The His-
tory of Emotions”, History. The Journal of the Crespo, María Luisa y Pérez, Verónica (2005), “Cata-
Historical Association, 106 (371), Londres, tonia: un síndrome psiquiátrico”, Revista Colom-
The Historical Association and Johm-Wiley biana de Psiquiatría, 34 (2), Bogotá, Asociación
& Sons Ltd., pp. 456-466, doi: https://doi.or- Colombiana de Psiquiatría, pp. 251-266, <ht-
g/10.1111/1468-229X.13171 tps://acortar.link/Wdp5SA>, 11 de noviembre
de 2023.
Baumeiser, Roy F.; Bratslavsky, Ellen y Vohs, Kathleen
D. (2001), “Bad is Stronger than Good”, Review Denzin, Norman K. (1984), On Understanding emotion,
of General Psychology, 5 (4), Society for Gene- San Francisco, Jossey-Bass Publishers.
ral Psychology, pp. 323-370, doi: https://doi.
org/10.1037/1089-2680.5.4.323 Dixon, Thomas (2012), “‘Emotion’: The History of a
Keyword in crisis”, Emotion Review, 4 (4), Was-
Bazant, Mílada y Domínguez Herbón, David (2009), hington, International Society for Research
“La costumbre al miedo. La muerte en el par- on Emotion, pp. 338-344, doi: https://doi.
to en la Ciudad de México, 1870-1898”, en Eli- org/10.1177/1754073912445814
sa Speckman Guerra, Claudia Agostoni y Pilar
Gonzalbo Aizpuru (coords.), Los miedos en la Dixon, Thomas (2003), From Passions to Emotions.
historia, Ciudad de México, El Colegio de Méxi- The Creation of a Secular Psychological Cate-
co/Universidad Nacional Autónoma de México. gory, Cambridge, Cambridge University Press.

BB (Biblioteca Burgoa) (1846), “Decreto del 9 de di- Dublán, Manuel y Lozano, José María (1886), “Código
ciembre”, Oaxaca. Civil de 31 de marzo de 1884”, en Legislación
Mexicana, tomo XV, Ciudad de México, Impren-
Boddice, Rob (2020), “History Looks Forward: In- ta del Comercio.
terdisciplinarity and Critical Emotion Re-
search”, Emotion Review, 12 (3), Londres, Deluermoz, Quentin; Fureix, Emmanuel; Mazurel, Her-
Sage Journals, pp. 131-134, doi: https://doi. vé y Oualdi, M’hamed (2013), “Écrire l’histoire
org/10.1177/175407392093078 des émotions: de l’objet a la categorie d’analy-
se”, Revue d`Histoire du XIX Siécle, 20, París,
Boddice, Rob (2017), “The History of Emotions: Past, Société d’histoire de la révolution de 1848 et
Present, Future”, Revista de Estudios Socia- des révolutions du XIXe siècle, pp. 155-189, doi:
les, núm 62, Bogotá, Universidad de los An- https://doi.org/10.4000/rh19.4573
des, 62, pp. 10-15, doi: https://doi.org/10.7440/
res62.2017.02 Edel, León (1990), Vidas ajenas: Principia Biographica,
Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica.
Boquet, Damien; Lett, Didier y Reynolds, Siân (2018),
“Editorial. Emotions and the Concept of Gen- Elster, Jon (1999), Alchemies of the Mind: Rationality
der”, Clio. Women, Gender, History, 47 (1), Ber- and the Emotions, Cambridge, Cambridge Uni-
lin, pp. 7-22, <https://acortar.link/VunnWu>, 11 versity Press.
de noviembre de 2023.
Fernández Aceves, María Teresa (próximamente), “La
Bound Alberti, Fay (2019), A Biography of Loneliness, navegación de las emociones y los sentimien-
Oxford, Oxford University Press. tos en el diario íntimo de Concepción Sánchez
Aldana Romo de Vivar en Guadalajara, 1908-
Clausewitz, Karl Von (2016), De la Guerra, Greenbooks 1939”, en Archivos, escritura y memoria, México:
Editore, Edición digital. siglos XIX y XX, Ciudad de México, Universidad
Autónoma de Aguascalientes/Instituto José
Cordero, Juan (1886), “Recurso de Casación inter- María Luis Mora.
puesto por la Sra. Doña Laura M. de González
contra la sentencia que pronuncia la 3ª.Sala del García Peña, Ana Lidia (2006), El fracaso del amor. Gé-
nero e individualismo en el siglo XIX mexicano,

63
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

Ciudad de México, El Colegio de México, A.C./ McMahon, Darrin M. (2014), “Finding Joy in the His-
Universidad Autónoma del Estado de México. tory of Emotions”, en Susan J. Matt y Peter N.
Stearns, (eds.), Doing Emotions History, Urbana,
Gonzalbo Aizpuru, Pilar (coord.) (2022), Honor y Ver- Chicago University Press.
güenza. Historias de un pasado remoto y cer-
cano, México, Ciudad de México, El Colegio de Moruno, Dolores Martín (2013), “Introduction. On Re-
México, A.C. sentment: Past and Present of an Emotion”,
en Bernardino Fantini, Dolores Martín Moruno
González Montesinos, Carlos (2000), El general Ma- y Javier Moscoso (eds.), On Resentment: Past
nuel González: el manco de Tecoac, Ciudad de and Present, New Castle, Cambridge Scholars
México, Impresión Comunicación Gráfica. Publishing.

Hartog, François (2009), “La autoridad del tiempo”, Moscoso, Javier (2021), Historia cultural del dolor, Bar-
Historia Mexicana, 58 (4), México, El Colegio de celona, Penguin Random Books.
México, A.C.
Payno, Manuel (2001), Los bandidos de Río Frío, Ciu-
Jara Fuente, José Antonio (2020a), “Introducción”, en dad de México, Editorial Porrúa.
José Antonio Jara Fuente (coord.), Las emocio-
nes en la historia. Una propuesta de divulgación, Plamper, Jan (2010), “The History of Emotions: An In-
Cuenca, Ediciones de la Universidad de Casti- terview with William Reddy, Barbara Rosenwein
lla-La Mancha. and Peter Stearns”, History and Theory, 49 (2),
Connecticut, Weslenay University, pp. 237-265,
Jara Fuente, José Antonio (2020b), “Emociones po- <https://acortar.link/pCCAnh>, 12 de noviem-
líticas, un estado de la cuestión (con especial bre de 2023.
referencia a la Edad Media)”, en José Antonio
Jara Fuente (coord.), Las emociones en la histo- Portillo, Andrés (1910), Oaxaca en el Centenario de la
ria. Una propuesta de divulgación, Cuenca, Edi- Independencia Nacional. Noticias históricas y
ciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. estadísticas de la Ciudad de Oaxaca y algunas
leyendas tradicionales recogidas por Andrés
Kounine Laura (2017), “Emotions, Mind and Body of Portillo con la cooperación de varias personas
Trial: A Cross-Cultural Perspective”, Journal of cuyos nombres constan en los capítulos respec-
Social History, 51 (2), pp. 219-230, doi: https:// tivos, Oaxaca, Imprenta del Estado en la 2ª calle
doi.org/10.1093/jsh/shx005 de Murguía.

Lejeune, Philippe (1975), Le pacte autobiographique, Ramírez Rodríguez, Juan Carlos (coord.) (2020),
París, Seuil. Hombres, masculinidades, emociones, Guadala-
jara, Universidad de Guadalajara.
López Sánchez, Oliva (2013), “La pertinencia de una
historia de la construcción emocional del cuer- Ramírez, Santiago (1998), Infancia es destino, Ciudad
po femenino en México entre 1850-1910. Abor- de México, Siglo XXI Editores.
daje sobre el construccionismo social”, Revista
Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Ramos Rojas, Diego Noel (2020), “Reseña del ‘Tratado
Emociones y Sociedad, 5 (12), Córdoba, Univer- sobre el pensamiento estratégico-militar. Ense-
sidad Nacional de Córdoba, pp. 51-64, <https:// ñanzas para el sistema de defensa de México’
acortar.link/xEGKiR>, 12 de noviembre de 2023. de Marcos Pablo Moloeznik”, Espiral, Universi-
dad de Guadalajara, 27 (78-79), pp. 361-367, doi:
Lutz, Tom (2001), El Llanto. Historia cultural de las lá- https://doi.org/10.32870/eees.v28i78-79.7140
grimas, Ciudad de México, Taurus.
Reddy, William M. (2001), The Navigation of Feeling, A
Mantecón, Laura (1886), “Demanda”, Información pro- framework for the History of Emotions, Cambri-
ducida por la Sra. Laura Mantecón de González dge, Cambridge University Press.
ante la Tercera Sala del Tribunal Superior, en el
juicio de divorcio que sigue contra su esposo el Roeder, Ralph (1996), Hacia el México Moderno: Por-
Sr. Gral. don Manuel González, Ciudad de Méxi- firio Díaz, 2 vols., Ciudad de México, Fondo de
co, J. Reyes Velasco. Cultura Económica.

Matt, Susan J. y Stearns Peter N. (2014), Doing Emo- Rosenwein, Barbara H. (2020), Anger the Conflicted
tions History, Urbana, Chicago University Press. History of an Emotion, New Haven y Londres,
Yale University Press.

64
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 45-66

Rosenwein, Barbara H. (2002) “Worrying about Emo- Zárate Toscano, Verónica (2022), “El honor y la ópera.
tions in History”, The American Historical Re- Una mancuerna indisoluble”, en Pilar Gonzalbo
view, 107 (3), Oxford, Oxford University, pp. 821- (coord.), Honor y vergüenza. Historias de un pa-
845, doi: https://doi.org/10.1086/ahr/107.3.821 sado remoto y cercano, Ciudad de México, El
Colegio de México.
Scarry, Elaine (2001), Dreaming by the book, Prince-
ton, Princeton University Press.
Recibido: 28 de agosto de 2023.
Scheer Monique (2012), “Are Emotions a Kind of Prac- Aceptado: 7 de noviembre de 2023.
tice (and Is That What Makes Them Have a Publicado: 15 de diciembre de 2023.
History)? A Bourdieuian Approach to Unders-
tanding Emotion”, History and Theory, 51 (2), Mílada Bazant
Wesleyan University, pp. 193-220.

Scheff, Thomas J. (1994), Bloody Revenge: Emotions, Es doctora en Ciencias Sociales por El Cole-
Nationalism and War, Boulder, Westview Press. gio de Michoacán. Actualmente se desempeña
como investigadora en El Colegio Mexiquen-
Speckman Guerra, Elisa (2009), “Ley, lenguaje y (sin) se, A.C. Es miembro del SNI, nivel II. Sus líneas
razón: abogados y prácticas forenses en la Ciu- de investigación son: Historia de la educación
dad de México, 1869-1929”, en Elisa Speckman
Guerra y Jaime del Arenal (coords.), El Mundo
durante el Porfiriato, Biografía e Historias de
del Derecho. Aproximaciones a la cultura novo- vida. Entre sus publicaciones más recientes se
hispana y mexicana (Siglos XIX y XX), Ciudad encuentran, como autora: Caminos docentes:
de México, UNAM-Instituto de Investigaciones entre injertos, abonos y venenos. Clemente An-
Históricas/Editorial Porrúa/Escuela Libre de tonio Neve, 1829-1905, Ciudad de México, El Co-
Derecho.
legio Mexiquense, A.C. (2021); Laura Méndez de
Speckman Guerra, Elisa (2006), “Los jueces, el honor Cuenca (1853-1928), Mexican Feminist, Arizona,
y la muerte. Un análisis de la justicia (Ciudad de University of Arizona Press (2018); “Retos para
México, 1871-1931)”, Historia Mexicana, 55 (4), escribir una biografía”, Secuencia, núm. 100, Ciu-
Ciudad de México, El Colegio de México, pp. dad de México, Instituto de Investigaciones Dr.
1411-1466, <https://acortar.link/hoYcSJ>, 11 de José María Luis Mora, pp. 53-84 (2018).
noviembre de 2023.

Staples, Anne (1999), “La lectura y los lectores en los


primeros años de vida independiente”, Historia
de la lectura en México, Ciudad de México, El
Colegio de México, pp. 94-126.

Stearns, Peter N. y Stearns, Carol Z. (1985), “Emotio-


nology: Clarifying the History of Emotions and
Emotional Standards”, The American Histori-
cal Review, 90 (40), Oxford, Oxford University
Press, pp. 813-836, <https://acortar.link/n59R-
gP>, 11 de noviembre de 2023.

Tamayo, Jorge L. (1970), Benito Juárez. Documentos,


Discursos y Correspondencia, Ciudad de Méxi-
co, Secretaría del Patrimonio Nacional.

Tello Díaz, Carlos (1998), El Exilio. Un relato de familia,


Ciudad de México, Cal y Arena.

Trouillot, Michel-Rolph (2017), Silenciando el pasado.


El poder y la producción de la Historia, Granada,
Comares S.L.

Vasconcelos, Francisco (1993), Costumbres Oaxaqueñas


del Siglo XIX, t. 2, Oaxaca, Ediciones Bibliográficas
del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, A.C.

65
MÍLADA BAZANT, ALGUNAS CLAVES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LAS EMOCIONES.
UN EJERCICIO METODOLÓGICO-BIOGRÁFICO

66
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 67-78
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024168

A BIOGRAPHY OF A CONVENT
AND A PROSOPOGRAPHY OF ITS NUNS
UNA BIOGRAFÍA DE UN CONVENTO
Y UNA PROSOPOGRAFÍA DE SUS MONJAS

Margaret Chowning
University Of California Berkeley
United States
[email protected]

Abstract

This work centers on the way I used the principles of biography and mini-biography
(prosopography) in a book on a Mexican convent in the eighteenth and nineteenth
centuries. I applied the concept of a life story to a non-human subject, the convent
itself. I paid particular attention to the ways the convent’s constitution and its physical
plant actively shaped its life cycle from its “birth” in 1754 to its “death” when the nuns
were excloistered in 1863. Compiling social data on the nuns allowed me to deepen
my interpretation of a decade-long “rebellion”.

Keywords: Biography; Prosopography; Convent; Nuns; San Miguel de Allende.

Resumen

Este trabajo se centra en los principios de la biografía y la minibiografía (prosopo-


grafía) en un libro sobre un convento mexicano de los siglos XVIII y XIX. Se aplicó el
concepto de historia de vida a un tema no humano, el convento mismo. Presté espe-
cial atención a las formas en que la constitución del convento y su planta física mol-
dearon activamente su ciclo de vida desde su “nacimiento” en 1754 hasta su “muerte”
cuando las monjas fueron enclaustradas en 1863. La recopilación de datos sociales
sobre las monjas profundiza la interpretación de una “rebelión” que duró una década.

Palabras clave: Biografía; Prosopografía; Convento; Monjas; San Miguel de Allende.

67
MARGARET CHOWNING, A BIOGRAPHY OF A CONVENT AND A PROSOPOGRAPHY OF ITS NUNS

Introduction infirmities, in whose symptoms and movements


she has instructed them” (AHAMich, 1770: Caja
I began thinking about biography as a tool and 209 (XVIII), exp. 23). When the rebellious half of
method as I was writing my 2006 book, Rebel- the convent became afflicted by this “jumping
lious Nuns: The Troubled History of a Mexican sickness”, the bishop was forced to send three
Convent, 1754-1863. When I discovered, by ac- advisors to interview the nuns and ascertain the
cident, the rich materials on what the bishop cause (they blamed Phelipa, not the devil). The
called a “rebellion” in the convent of La Purísi- rebellion finally burned out when Phelipa’s term
ma Concepción in San Miguel el Grande (de Al- as abbess ended in 1772 and the bishop made
lende), I knew immediately that I had stumbled sure a nun from the obedient faction was elect-
upon a great story with vivid characters.1 ed, but it had been over a decade of turbulence.
The nuns’ personalities emerged clearly from I put aside the project I was working on to
the archive. The first abbess, Antonia del Santísi- write a book on the convent that had produced
mo Sacramento, was zealous, intransigent, and such turmoil. But how to construct such a book?
demanding, with what the vicar called a “violent There were already several distinguished studies
temperament”: when her sister founding nuns of Mexican convents and nuns, either published
resisted the amount of prayer she built into the or about to be published.2 I needed to connect
daily schedule as inappropriate for a new con- to the already-strong tradition of writing about
vent with few nuns, she offered them three stark religious women in Mexico, to make my story
choices: “either I leave, or you leave, or you sub- add something meaningful, besides local detail,
mit to me”. (AHAMich, 1759: Caja 209 (XVIII), to theirs.
exp. 20). Within three years approximately half One option was to center the rebellion of the
the convent had sided with the youngest found- nuns against their abbess (in the early phases)
ing nun, Phelipa de San Antonio, in open defi- and, later, the bishop.3 With the extraordinary
ance of Antonia. After the bishop was finally wealth of juicy and even shocking archival ma-
forced to remove Antonia from her position, the terial on these events, this was tempting. And
target of the rebellion shifted to the male au- indeed, another scholar may someday produce
thorities who had tried to enforce their obedi- an excellent book that digs deeply from a liter-
ence to Antonia and who had replaced her with ary perspective into the language used by the
another nun dedicated to the same strict prayer nuns and their male supervisors (the bishop, the
regimen. vicar) to better understand gendered power dy-
Phelipa embarked on a furious campaign namics in the convent and the world of which it
to discredit the vicar; according to one of the was a part.
nuns, Manuela de la Santísima Trinidad, treat- I decided, however, that I would take more of
ing him “like a carbonero”, and going “from cell a biographical approach, making use of all the
to cell, teaching even the girls in the school […] excellent material I had collected that was not
that the Vicar is a simpleton, that he cannot on the rebellion, in order to construct a whole
even find his own face, that he persecutes her life story of the convent, from “birth” (the foun-
[…] that he is an ignoramus who knows noth-
ing of convent governance” (AHAMich, 1769: 2 There is of course a large literature on Sor Juana and
on nun’s writings by literary scholars. Among historians
Caja 209 (XVIII), exp. 23). Phelipa, who (to the studying Mexican nuns and convents: Conventos de monjas
bishop’s horror) was elected abbess in 1769, be- en la Nueva España (Muriel, 1946); Las mujeres en la Nueva
gan to “feign strange infirmities in order to take España: educación y vida cotidiana (Gonzalbo, 1987);
Místicas y descalzas: fundaciones femeninas carmelitas en
to bed, so that all those who applaud her ca- la Nueva España (Ramos, 1997); Los conventos femeninos
price have an excuse to visit her in her cell, and, y el mundo urbano de la Puebla de los Ángeles del siglo
XVIII, (Loreto, 2000); Asunción Lavrin’s Brides of Christ was
perhaps in order to please her, to mimic these nearing completion but she had already published numerous
1 The “accident” was that I was going through the boxes important articles on nuns and convent life. For my thoughts
of material on La Purísima Concepción in Salvatierra in the on trends in the historiography of Mexican nuns and convents,
Archivo Histórico del Arzobispado de Michoacán when I see “Convents and Nuns: New Approaches to the Study of
found a folder labeled “Gobierno del convento”. This material, Female Religious Institutions in Colonial Mexico” (Chowning,
I immediately recognized, pertained to the other La Purísima 2008), History Compass (Blackwell Publishing). Published
Concepción convent, in San Miguel el Grande. It had been online: Sept. 8, 2008.
misfiled. 3 There were two distinct periods of rebellion in the 1760s.

68
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 67-78

dation in 1754) to “death” (the excloistering in But La Purísima was also a Conceptionist
1863).4 That story would include the rebellion, of convent. All the other Conceptionist convents in
course, but it would aim for a more expansive New Spain were unreformed. So while the Ca-
explanation of how the convent turned out the puchins or the Carmelites or the Poor Clares had
way it did, one that did not assume at the out- long-standing reputations as strict observance
set that the rebellion was the defining feature convents and/or austere convents, and any en-
of the convent’s troubled history. In the end the trant into these convents knew what to expect,
book had six chapters, only two of which were in the case of La Purísima there was a clash be-
squarely centered on the rebellion.5 tween the Conceptionists’ reputation as a re-
laxed order, and the reality of its constitutional
Biography of a convent provisions for poverty and strict observance.
This misperception was a key factor in generat-
Thinking of a convent as the subject of a biog- ing resistance on the part of one faction of nuns
raphy meant, inevitably, being open to granting to the zealousness of the “obedient” faction.
an inanimate institution a degree of agency, in- The divide along lines of observance created
dependent of the agency of the individual actors by the constitution of the convent was exacer-
that appear in the story. Much of the scholarship bated by the unfortunate combination of nuns
on “things” as agents had yet to be written at brought to San Miguel as founding nuns. The
the time I was working on my book, but I was first abbess (whom we have already met) was
aware of Alfred Gell’s recent book arguing that utterly committed to the idea of building a re-
point (Gell, 1998).6 And indeed, my research was formed convent, after her experience in what she
compatible with the idea that nonhuman fea- described as the shockingly relaxed convent of
tures of a convent (its constitution, its buildings) Regina Coeli in Mexico City. The second abbess,
actively shaped its history. who took over after the bishop had to remove
La Purísima was constitutionally structured the first one because of her intransigence, was
as a reformed, strict observance convent. This also in favor of reform, but she was weak and
meant there would be no servants, no separate incompetent. The third founding nun, Phelipa de
cells for the nuns to live in, no “niñas” (protégés/ San Antonio, like the other two, had volunteered
companions who were part of the nuns’ house- to go to San Miguel because she was unhappy
holds), no individual kitchens (or as it was put, at Regina Coeli. But her unhappiness there —the
the nuns would eat “from a common pot”). The source of which she never detailed— clearly de-
nuns would awaken in the middle of the night to rived from different reasons.8 She was never ful-
sing the lesser hours of the Divine Office. Theirs ly committed to the idea of a strict observance
would be a convent of descalzas (as were most convent, and though she told the abbess that
new convents authorized after 1750, a response she wanted to join such a convent, it appears
to the influence of an “enlightened” Catholicism that she did so only to escape Regina Coeli.
that emphasized more stripped down and quiet She began pushing back against the first ab-
religious practices).7 bess and then the second almost from the start.
4 The convent “died” in that unlike the other convents in Thus none of the three was interested in bring-
the archbishopric, the nuns made no attempt of which I am ing the culture of Regina Coeli to San Miguel;
aware to live together or reconstitute their community for
the next 45 years. But, as is detailed in the book, there was
they were interested in leaving it behind. They
an ultimately-successful effort to recruit new nuns and revive would have to build a new convent culture from
the convent beginning in 1912. scratch. And with only three experienced nuns
5 Though it is true that one other chapter largely revolved
around the efforts made by abbesses, bishops, and vicars to the chances that they would be able to build this
ameliorate the conditions in the convent that had given rise new culture and stabilize the new convent were
to the rebellions.
6 Later work includes “The Tribune Tower: Spolia as not great. All of the comparable convents in the
Despoliation.” (Wharton, 2011); Onto-Cartography: An bishopric had more founding nuns, and none of
Ontology of Machines and Media (Bryant, 2014).
7 See also: Alone Before God: The Religious Origins of them was charged with putting into place a con-
Modernity in Mexico (Voekel, 2002); For God and Liberty: 8 There was a fourth founding nun, but she returned to
Catholicism and Revolution in the Atlantic World (Voekel, Mexico City, ostensibly, for health reasons, shortly after
2023); The Very Nature of God: Baroque Catholicism and arriving in San Miguel. It is likely that she too chafed under
Religious Reform in Bourbon Mexico City (Larkin, 2010). the demands of the first abbess.

69
MARGARET CHOWNING, A BIOGRAPHY OF A CONVENT AND A PROSOPOGRAPHY OF ITS NUNS

stitution that contradicted the way the Rule of altar was made of adobe and on the verge of
their order was practiced in every other convent collapse. The dormitory was notoriously drafty,
of that Rule.9 with five doors and two open windows. Its walls
Adding to the dysfunction built into the con- (and the walls of the refectory) were constantly
vent’s constitution and worsened by the small dripping water that came from the wash basins
size and divisions within the group of founding and water pipes on the roof. And there was no
nuns was the fact that the physical plant of the infirmary, despite the fact that the nuns were al-
nuns’ “temporary” living quarters when they ar- ways sick from the cold air and humidity that the
rived in San Miguel was not meant to serve as a building let in (AHAMich, 1791: Caja 255 (XVIII),
convent, and must have been a stressful place in exp. 42; AHAMich, 1791: caja 255 (XVIII), exp. 32;
which to be enclosed. For the first nine years the AHAMich, 1806: caja 374 (XIX), exp. 1). If their
nuns lived in a former poorhouse (hospicio) that temporary quarters had been claustrophobic,
had been hurriedly accommodated to house the the new convent brought illness, fear, and a
nuns. This accommodation consisted largely of sense of danger to their bodies and souls.
closing off doors and windows to the outside. A It was not until the 1830s and 1840s that the
new door was cut through from the poorhouse convent finally began to put its physical plant
to the church of San Rafael, and a makeshift in order. The deteriorated garden and orchard,
choir was constructed in the church so that the with its flowers and fruit trees, was cleaned, new
nuns could enter the church without being seen. trees were planted, and a gardener was hired
There was no outdoor space, since the hospi- (AHAMich, 1842: caja 375, exp. 39). The church
cio was in the very center of the small city, with was painted and repaired, and the three patios
buildings all around. Because of the psychologi- of the convent and their cloisters were white-
cal demands of enclosure, convents generally washed and painted. A fountain was added to
made it a point to provide expansive patios and each of the four corners of the principal patio
ample space outside the cloister for gardens and on the second floor. The kitchen got new ov-
orchards for the nuns’ recreation and medita- ens and braziers, and full length glass windows
tion.10 The Hospicio, lacking outdoor space and were installed in the the upstairs dormitory, the
dark from the boarding up of the windows, must workroom, and the room where they stored and
have felt cramped and impermanent. manufactured medicines. Parts of the cloister
When the nuns moved into their newly were re-roofed (AHAMich, 1836: caja 375 (XIX),
constructed convent in 1765, they had plenty exp. 33). The church acquired a new bell and, in
of space, with an orchard and gardens large 1841, work began on the bell tower of the church
enough for the nuns to ride horses for exercise. (AHAMich, 1841: caja 375 (XIX), exp. 38). These
Here the problem was different: both the church improvements to the nuns’ living and spiritual
and the convent buildings were unfinished, and spaces were accompanied by additional spend-
so they remained for decades (AGN, 1801: vol. 6, ing on clothing and food, and by a tolerance for
exp. 1). The walls surrounding the orchard and entertainments and servants. All this was anti-
the rooftops were low and too easy for “gente thetical to the spirit of the original constitution,
atrevida” to surmount, threatening their chasti- but by this time the church’s project of reforming
ty. Low walls also made it hard to keep cloister, conventual practices and more generally popu-
since it was too easy for the nuns to see and be lar piety, so important in the Bourbon era, had
seen by the outside world. The wall behind the been overtaken by other ecclesiastical priorities.
Biographers seek a life story that is out of
9 Nuestra Señora de la Salud of Pátzcuaro had six founding
nuns from the nearby convent of Santa Catarina in Valladolid; the ordinary, but at the same time not so ex-
the Capuchin convent at Salvatierra that was founded in 1798 traordinary that it cannot tell us something more
had seven founding nuns; La Enseñanza of Irapuato in 1804
also had seven; and the Carmelites of Valladolid had five in generally about the world of which the subject
1824. (AHAMICH, 1789: caja 257 (XVIII), exp. 3); (AHAMICH, of the biography was a part. The more I read
1800: caja 210 (XVIII), exp. 30); (AHAMICH, 1804: caja 4 (XIX),
exp. 1); (AHAMICH, 1824: caja 395 (XIX), exp. 1.) broadly in the literature on convents, the more
10 A lengthy description of the accommodations made to the I was convinced that La Purísima was a good
Hospicio so that the nuns could live there temporarily is in the
report of Conde de Casa de Loxa, 31 Jan. 1756, (AHAMICH,
choice by these standards. The convent’s “life”
1756: caja 208 (XVIII), exp. 12) began with specific disadvantages, as we have

70
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 67-78

seen, and these factors, and the rebellion that erno del convento,” was part of the reason for
flowed in part from them, made La Purísima’s the survival of this much detail. If the label had
life story exceptional. signaled the scandalous nature of the material
But conflict within convents, I soon learned, within, someone down the centuries might have
was not uncommon at all. Since I had not origi- caused it to disappear.) Thus, based solely on
nally intended to write a book about a convent, the materials directly concerning the rebellion, I
I had not mastered the secondary literature could add to the literature on convent function
before I went into the archive, and in my igno- and dysfunction.
rance the rebellions in San Miguel struck me as In addition, however, I also had a wealth of
strange and fascinating. When I began reading information on the convent’s finances, demog-
widely on convents, at first I was disappoint- raphy, and internal processes over time, mate-
ed that the rebelliousness and factionalism so rial I could pair with the documentation on the
clearly on display at La Purísima was actually a rebellion to enrich my understanding of the role
fairly ordinary part of convent life, as Asunción it had (or didn’t have) in shaping the particular
Lavrin for Puebla and Luis Martins for Lima and life history of this convent. Between the richness
others had shown (Lavrin, 1965; Martín, 1983).11 I of the material on the rebellion directly and the
quickly figured out, though, that this commonal- completeness of the record of other aspects of
ity was a good thing, because it allowed me to the convent’s history, I stood a good chance of
theorize how convents functioned and why con- producing both a great story and an illustrative
flict should be a generalized feature of convent story, the core of a good biography.
life, advancing our understanding of convents
(and perhaps more broadly, other institutions Prosopography of the nuns
where some version of segregation by sex or
enclosure was the rule, like boarding schools or The grand narrative of the convent’s life story
fraternity or sorority houses). I would certainly after the decade of rebellion in the 1760s was
be able to go beyond the conclusion of the men one of struggle, both financial and institutional.
who opined about the troubles at La Purísima, The convent continued to fall more and more
who simply saw pettiness and disagreement as into debt until well after Mexican independence,
a natural thing among houses of women. and it failed even to come close to its capac-
If the rebellions were not unique in them- ity of 72 nuns. The fairly obvious conclusion was
selves, however, the surviving material on them that the rebellions had in some way fatally dam-
was unusually rich in detail, featuring not only aged the convent’s reputation so that young
dozens of letters from the abbesses, the bish- women whose families had fought to establish
op and the vicar, but also three lengthy reports the convent in San Miguel no longer wanted to
from the officials the bishop sent to the convent enter. But how many years after the end of a
to investigate, as well as handwritten testimo- rebellion is it reasonable to expect that poten-
nials and correspondence from the nuns them- tial entrants would still reject the convent? The
selves, both the “obedient” ones and the rebel- efforts by both bishops and abbesses in the
lious ones. (Perhaps the fact that the material 1770s and 1780s to mollify the rebellious nuns
was not only misfiled, but also contained in a were largely successful, and conflict within the
file folder that was innocuously labeled “Gobi- convent diminished from a boil to a low sim-
mer, no different from most convents. But La
11 See also: Mystic of Tunja: The Writings of Madre Castillo, Purísima, compared to the other convents in the
1671-1742 (McKnight, 1997); Mexican Karismata: the
Baroque Vocation of Francisca de los Angeles, 1674-1744 bishopric, continued to struggle to balance its
(Gunnarsdóttir,2004); Los conventos femeninos y el mundo books and attract new postulants. Were there
urban de la Puebla de los Ángeles del siglo XVIII (Loreto,
2000), La vida común en los conventos de monjas de la other factors —either loosely connected to the
ciudad de Puebla (Salazar, 1990); “Controversías sobre la rebellion or independent of it— that made this a
‘vida común’ ante la reforma monacal femenina en México,
(Sarabia, 1995); Virgins of Venice: Enclosed Lives and Broken “troubled” convent? The materials on the rebel-
vows in the Renaissance Convent (Laven, 2002);, Sisters lion alone would not answer this question.
in Arms: Catholic Nuns through Two Millenia, (McNamara,
1996); A Convent Tale: A Century of Sisterhood in Spanish
Among the records of this convent, as was
Milan, (Baernstein, 2002). true of most convents, were those concerning

71
MARGARET CHOWNING, A BIOGRAPHY OF A CONVENT AND A PROSOPOGRAPHY OF ITS NUNS

postulants, including baptismal records and tes- black-veil or choir nun, at half dowry as a lega or
timonials by witnesses who knew the would-be white veil nun; on scholarship as a choir nun; or
nuns’ families and who attested to their “clean as a donada, a kind of lay sister who performed
blood” going back several generations, as well domestic service in the absence of personal
as interviews with the young women. There servants). This prosopographical information
were also profession documents, including re- allowed me to use these non rebellion-related
cords of the liens placed on property to secure a documents to deepen my understanding of the
dowry, and a summary of a pre-profession inter- convent’s post-rebellion history.
view with the candidate. And there were the re-
cords of elections and interviews with the nuns Age structure
(the “secret visit”) associated with the triennial
visitations. I also had regular and extensive cor- The changing age structure of the convent pop-
respondence between the abbesses and the ulation proved to be particularly revealing. It was
bishops and vicars. in the nature of a new convent to have an age
All this allowed me to construct mini-biogra- imbalance, and this one was no exception. Nov-
phies of the 109 nuns who entered the convent ices and recently professed nuns, almost invari-
between 1756 and 1854.12 I was able to compile ably young, formed the majority of the convent
more information about some than others, but I populations in just-established convents. But at
almost always knew their age at entry and pro- La Purísima the age structure was particularly
fession, birthplace, parents and/or circumstanc- unbalanced. By 1760, four years after the arrival
es of birth (for example, whether they were or- of the three founding nuns in San Miguel in Feb-
phaned or not, whether they were expuesta or ruary 1756, there were nineteen new nuns, and
not), and conditions of entry (at full dowry as a the age structure in the convent looked like this:
12 Eleven of these 109 did not profess, for a variety of reasons.

Figure 1
Age Structure at La Purísima in 1760

Source: Author’s calculations, from entrance and profession documents

72
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 67-78

Six years later, in 1766, the age structure in self-fulfilling, discouraging entry into the con-
convent was not much more balanced, with 16 vent just as effectively as the rebellions had
nuns in their teens, 20s, and 30s, and just three done in the 1760s.
in their 40s or 50s. The broader financial crisis that followed on
Age imbalance that was skewed in favor of the 1810 insurgency made things worse. From a
the young meant that there was a dearth of older high of 41 professed nuns (choir nuns and white-
nuns who could socialize the novices and the re- veil nuns) in 1797, the number of nuns fell to 24
cently professed into the ways of the convent. Of in 1823 and to 17 in 1844, as the “bulge” genera-
course at La Purísima there were no “ways”, no tion of early entrants into the convent died and
traditions, no customs yet, because it had not had the bishop did not allow new entrances. In light
time to develop them (and because the found- of the convent’s small endowment and history of
ing nuns themselves disagreed on fundamental financial troubles he did not want to admit any
issues). The numerical domination of the con- young women without a dowry, but there were
vent by young women adds another dimension few such women: the only ones who wanted to
to our understanding of the rebellion, and may enter such an impoverished convent were those
even help to explain the particular nature of the who did not have money for a dowry. By 1857,
second phase of the rebellion, when the youth of the number of choir nuns and legas was only 14,
the rebellious nuns may have made them more despite a recruitment bubble in 1854.
suggestible, more vulnerable to the trances and The reduced number of nuns and the fact
“jumping sickness” from which they suffered. that the new nuns since 1810 had been admitted
Did the age imbalance eventually diminish in clusters (eight in 1829-32, three in 1844, and
at La Purísima? And do we then see conflict di- six in 1854, all moments in the national political
minishing? Yes and no. Even though the bishop history when the government was threatening
and the post-rebellion abbesses made signifi- to close down the smaller convents), could not
cant concessions to the rebellious nuns, con- help but make for sharper generational conflicts
flict did not go away, but it did become far less than would be the case in a convent with a ma-
existential and more petty. Generational issues, ture and normal age structure with a steady rate
I argued on the basis of the data in my proso- of entry. Ironically, then, the generational con-
pography, continued to be a significant explana- flict that was a major source of friction in the
tion for continued conflict. The measures taken convent’s early years now resurfaced in its wan-
by authorities to appease the rebellious nuns ing years, but upside down. Instead of too many
were expensive. Meanwhile, recruitment of new young nuns, now there were too many older
nuns during and in the immediate aftermath of ones, and they clashed with the young 1854 co-
the rebellion was difficult. The result was that hort in particular. Some of the nuns in the 1857
by the late nineteenth century, the population visita secreta referred to the abbess’s special
at La Purísima was aging, as the relatively large relationship with the “jóvenes”, the six recent-
number of young women who entered the con- lyprofessed nuns whom she “instructed” in her
vent in the late 1750s and early 1760s, before the cell in late-night meetings (AHAMich, 1857: caja
rebellions became widely known (see the chart 376 (XIX), exp. 52).
above), were in their 50s and 60s by the turn of
the century. Age at entrance
If the convent had been able to resume re-
cruitment at a steady pace after the rebellions Prosopography permits another insight into the
were over, the age structure would have evened convent’s life story when we consider the age
out. But the number of professions continued to of the future nuns at the time of their entry into
lag. The goal of reaching 72 professed nuns, a the convent. In the early years at La Purísima an
number that would have produced an endow- unusual number of nuns in the early years were
ment large enough to support the convent, nev- very young when they entered: the median age
er came close to being reached. The financial at entrance between 1756 and 1766 was 18.5, and
crisis that resulted from having an inadequate nine girls were 16 or under.13 The rival factions
endowment to support the living nuns became 13 Between 1756 and 1760 the median age was 19.

73
MARGARET CHOWNING, A BIOGRAPHY OF A CONVENT AND A PROSOPOGRAPHY OF ITS NUNS

that developed in the convent correlated along to provide security for girls who had lost paren-
lines of age at entrance: the younger women tal protection. In its early years the San Miguel
tended to be more rebellious, while those who convent, however, seems to have attracted an
were older when they entered the convent were unusually large number of orphaned girls: be-
less so. This pattern makes logical psychologi- tween 1756 and 1765 only 15% of the entrants
cal sense; we would expect that older girls (on into the convent had both biological parents liv-
balance) might have made the decision to enter ing, compared to 47% of the women who en-
a convent on the basis of a more mature consid- tered the convent of Santa Catarina (Valladolid)
eration and a truer vocation than the younger and 36% who entered the other new convent
girls, and therefore might have been better pre- in the bishopric, Nuestra Señora de la Salud in
pared to make the sacrifices that were asked of Pátzcuaro, during the second half of the eigh-
them, more tolerant of what the younger women teenth century.14 Almost two-thirds (61%) of the
would consider excessive demands. The young- entrants into La Purísima had no living parents
er women were more likely to have been placed at all, whether adoptive or biological, compared
in the convent because of orphanhood or other to 27% for Santa Catarina in the 1750s and 1760s
family pressures. The median age at entrance and 30% for Nuestra Señora de la Salud from
of the twelve members of the rebellious faction 1750-99. Furthermore, one-quarter of the nuns
for whom we have information was 17 years old: were abandoned or natural children. In 1851 the
two of the rebellious nuns were 14 when they vicar was concerned that illegitimacy (as well as
entered, three were 15, two were 17, one was 18, old age) disqualified so many nuns from serving
and one was 19; only three were over 20. Among as abbess that he recommended temporarily, at
the eight nonrebellious or “obedient” nuns, by least, making it possible for the four illegitimate
contrast, only two were under 20 when they en- nuns to stand for election (AHAMich, 1851: caja
tered the convent, one of whom was the found- 376 (XIX), exp. 52).15
ress, María Josepha Lina. When orphanhood is as common as it was at
Later in the convent’s history age at entrance the San Miguel convent it may have had broad
increased significantly. The average age at en- consequences. One of the justifications for the
trance of 44 nuns who entered between 1768 establishment of a convent in San Miguel was
and 1811 was 25. From 1811 to 1853 the average that families wanted to be able to visit their
age of the 18 nuns admitted to the convent in- daughters (the nearest convent to San Miguel
creased to almost 31. Thus although historically was in Querétaro, where many families had
the final cohort of six young women admitted in been forced to send their daughters before the
1854, all of whom were their 20s except for one establishment of La Purísima). The large num-
17 year old, appears to be on the older side, in ber of orphans at La Purísima may have meant
the context of admissions since 1810 they were that there was less connection, via these family
definitely perceived as very young. The aging of visits, to the outside world than was true at a
the convent had the impact of increasing ten- convent like Santa Catarina in Valladolid, where
sions around daily work. Older nuns claimed to many of the nuns came from prominent local
be (and probably were) more sickly, needing to families, and visitors were a frequent event. An
be cared for by the younger nuns and needing argument could be made that the nuns at La
the younger nuns to do their chores for them. Purísima were not as well integrated into local
More than one of the younger nuns expressed society, and cared less about the mores of local
resentment at this. society and what that society thought of them,
14 Data concerning Santa Catarina and Nuestra Señora de
Family background la Salud here and in the following paragraphs is drawn from
scattered expedientes in the following boxes, and from
other miscellaneous boxes that contain misfiled documents
Related to the age at entrance were the nuns’ on these two convents. AHAMich, Diocesano, Gobierno,
Religiosas, Catarinas, cajas 215-254 (XVIII); AHAMich,
family circumstances. The convent contained a Diocesano, Gobierno, Religiosas, Dominicas, cajas 257-267.
large number of girls who had lost one or both 15 In the text of his letter, the vicar refers repeatedly to nine
who were ineligible, but he only named eight, and it appears
parents. In itself this was not unusual. One of likely that he counted Ygnacia del Corazón de María twice,
the social functions of convents, after all, was once as too recently professed, and once as illegitimate.

74
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 67-78

than would be true in a very well-connected, early 1830s who were, as a group, considerably
well-visited, long-established convent such as less prominent and less wealthy than they were.
Santa Catarina. However, while differences of class and wealth
Exacerbating this relative lack of connection may have fed tensions through the late 1830s
between the convent and the town was the fact and into the 1840s, they seem likely to have
that the only nuns whose families lived in or near faded by mid-century time as root causes for
San Miguel were the foundress, two of her sis- intra-conventual tensions, for the simple reason
ters, and two others, whereas in the other con- that by mid-century virtually no one came from
vents in the bishopric it was much more likely a wealthy or prominent family.
that the nuns would come from the city where
the convent was located.16 Conclusion

Social status Rebellious Nuns would have been a very differ-


ent book if I had just focused on the rebellions.
I did not discern signs of tension along lines of Adopting a biographical approach enabled me
class or status, for example, factions that con- to see things in the way the convent started its
sisted of young women whose family had been “life” (its constitution, its founders, the nuns’ built
able to afford a dowry (at 3000 pesos, not a environment) that helped explain the rebellions
small sum) pitted against young women who more fully than just reconstructing the events. A
did not have family money for a dowry and had biographical perspective also helped me gauge
to either win a scholarship (music, bookkeep- the importance of the rebellions vs. the financial
ing), claim one of the dowries set aside for poor crisis in the convent’s historical dysfunctionality.
but deserving aspirants, or spend years as a And prosopography crucially showed how re-
niña hoping to accumulate a dowry by cultivat- bellion and financial crisis were cause and con-
ing benefactors. The rebellious and the obedi- sequence of recruitment problems, which had
ent nuns during the time of the rebellion were multiple faces (an aging population, a poorer
all overwhelmingly dowried —only four out of 21 population, a population with an unusual degree
came from families that could not pay a dowry. of unorthodox (orphaned, illegitimate) family
The proportion of poorer nuns increased over backgrounds. These biographical and prosopo-
the convent’s history, slowly at first. From 1768 graphical methods and approaches yielded a rich
to 1774 only four out of 18 nuns were either for- explanation of the convent’s troubled history.
mer donadas (who, in another unusual consti-
tutional provision at La Purísima, were allowed
to profess as white veil nuns after ten years of References
service), received a scholarship, or were granted
a dowry set up by a patron or provided by a AGN (Archivo General de la Nación) (1801), “Vicario
benefactor. From 1775 to 1810 seven out of 26 Ignacio Antonio de Palacios a Obispo Fray An-
tonio de San Miguel”, 8 de julio, Templos y Con-
fell into these categories of poorer nuns. And by ventos, vol. 6, exp. 1.
the post-1810 era 14 out of the 18 nuns who pro-
fessed were too poor to bring a dowry, includ- AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
ing five of the six admitted in 1854. Thus the last choacán) (1857), “Puntos que han visitado las
generation and a half of women admitted during monjas de la Concepción en los escrutinios para
el capítulo de octubre 1857”, Diocesano, Gobier-
the colonial period (1792-1810) might have seen
no, Religiosos, Concepcionistas, caja 376 (XIX),
themselves as fundamentally different from the exp. 52.
younger women admitted in the late 1820s and
16 In the Santa Catarina convent, over the course of the AHAMich, (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
eighteenth century, one-third of the nuns in the convent choacán) (1851), Vicario Maximiano Moncada a
came from Valladolid itself and another 24% came from Vicario General, 17 de julio, Diocesano, Gobier-
towns within a day’s visit of the convent; in the convent of no, Religiosas, Concepcionistas, caja 376 (XIX),
Nuestra Señora de la Salud 52% came from Pátzcuaro and
another 18% came from nearby towns; and in the convent of exp. 52.
Santa Clara in Querétaro, half the nuns came from the city
of Querétaro itself. Data on Santa Clara from Gallagher, 109.

75
MARGARET CHOWNING, A BIOGRAPHY OF A CONVENT AND A PROSOPOGRAPHY OF ITS NUNS

AHAMich, (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi- AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
choacán) (1842), “Visita y Capítulo... 1842,” Di- choacán) (1787),”Fray Antonio de San Miguel to
ocesano, Gobierno, Religiosos, Concepcionistas, Ygnacio Antonio Palacios”, 18 de julio, Diocesa-
caja 375 (XIX), exp. 39. no, Gobierno, Religiosos, Concepcionistas, caja
255 (XVIII), exp. 32.
AHAMich, (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
choacán) (1841), “Cuentas... 1841,” Diocesano, AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
Gobierno, Religiosos, Concepcionistas, caja 375 choacán) (1770), Bishop Sánchez de Tagle to
(XIX), exp. 38. Lic. Agustín de Agüera, Diocesano, Gobierno,
Religiosas, Capuchinas, caja 209 (XVIII), exp. 23.
AHAMich, (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
choacán) (1836), “Cuentas... 1836,” Diocesano, AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
Gobierno, Religiosos, Concepcionistas, caja 375 choacán) (1769), Sister María Manuela de la
(XIX), exp. 33. Santísima Trinidad to Lic. Agustín de Agüera
(included in a packet labeled “Gobierno del
AHAMich, (Archivo Histórico del Arzobispado de convento. . .1769”), Diocesano, Gobierno, Reli-
Michoacán) (1824), “Sobre fundación del con- giosas, Capuchinas, caja 209 (XVIII), exp. 23.
vento de Religiosas de Santa Tereza de esta
Capital. Dr. y Mtro. Joaquín de Oteyra to Dean AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
y Cabildo Sede vacante, 20 Nov. 1824”, Dioce- choacán) (1759) “Diligencias que se hicieron
sano, Gobierno, Religiosas, Teresianas, caja 395 en orden de la translación o regreso de la R. M.
(XIX), exp. 1.) Anna Gertrudis de San Raphael, una de las fun-
dadoras del Real Convento de la Purísima Con-
AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi- cepción. . . a su primitivo Convento de Regina
choacán) (1806), “Visita y Capítulo... 1806”, Di- de la Ciudad de Michoacán,” Diocesano, Gobi-
ocesano, Gobierno, Concepcionistas, caja 374 erno, Religiosas, Capuchinas, caja 209 (XVIII),
(XIX), exp. 1. exp. 20.

AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi- AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
choacán) (1804), “Valladolid, 1804. Sobre que choacán) (1756), “Reporte del conde de Casa
en el colegio de Educandas, que se construyó de Loxa, 31 de enero de 1756”, Diocesano, Go-
en Yrapuato en execución de la última voluntad bierno, Religiosas, Capuchinas, caja 208 (XVIII),
del B.D. Ramon Barreto de Tabora, se funde por exp. 12.
las Religiosas de la Enseñanza de la Corte de
Mexico otro Convento de su Ynstituto”, caja 4 Baernstein P. Renée (2002), A Convent Tale: A Cen-
(XIX), exp. 1. tury of Sisterhood in Spanish Milan, New York,
Routledge.
AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi-
choacán) (1800), “Sobre fundación de un con- Bryant, Levi R. (2014), Onto-Cartography, An Ontol-
vento de religiosas capuchinas en la Ciudad de ogy of Machines and Media, Edinburgh, Edin-
Salvatierra. Año de 1800. Lista de las Religio- burgh University Press.
sas que del Convento de Sr. S. Jose de Gracia y
Pobres Capuchinas de Querétaro ha nombrado Chowning, Margaret (2008), “Convents and Nuns:
su Exa el Arzobispo”, Diocesano, Gobierno, Reli- New Approaches to the Study of Female Re-
giosas, Capuchinas, caja 210 (XVIII), exp. 30. ligious Institutions in Colonial Mexico”, History
Compass, 6 (5), London, John Wiley & Sons
AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi- Ltd., pp. 1279-1303, doi: https://doi.org/10.1111/
choacán) (1791), “Visita suspendiendo por aho- j.1478-0542.2008.00546.x
ra e interin se desempeña el Convento la Vida
común en quanto a las asistencias de las Reli- Gell, Alfred (1998), Art and Agency: An Anthropologi-
giosas, y no en más”, Diocesano, Gobierno, Re- cal Theory, Oxford, Clarendon Press.
ligiosos, Concepcionistas, 1780-1792, caja 255
(XVIII), exp. 42. Gonzalbo Aizpuru, Pilar (1987), Las mujeres en la Nue-
va España: educación y vida cotidiana, Mexico
AHAMich (Archivo Histórico del Arzobispado de Mi- City, El Colegio de Michoacán.
choacán) (1789), “Autos sobre la fundación del
Convento de Religiosas Dominicas, en el San- Gunnarsdóttir, Ellen (2004), Mexican Karismata: the
tuario de Nra Sra de la Salud de la Ciudad de Baroque Vocation of Francisca de los Ange-
Patzquaro”, Diocesano, Gobierno, Religiosas, les, 1674-1744, Lincoln, University of Nebraska
Dominicas, caja 257 (XVIII), exp. 3. Press.

76
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 67-78

Larkin, Brian R., (2010), The Very Nature of God: Ba- Wharton, Annabel J. (2011), “The Tribune Tower: Spo-
roque Catholicism and Religious Reform in lia as Despoliation”, in Richard Brilliant and Dale
Bourbon Mexico City, Albuquerque, University Kinney (eds.), Reuse Value: Spolia and Appro-
of New Mexico Press. priation in Art and Architecture from Constan-
tine to Sherrie Levine, London and New York,
Lavrin, Asunción (2008), Brides of Christ. Conventual Routledge, pp. 179-198.
Life in Colonial Mexico, Stanford, Stanford Uni-
versity Press.
Received: August 6, 2023.
Lavrin, Asunción (1965), “Ecclesiastical Reform of Accepted: October 25, 2023.
Nunneries in New Spain in the Eighteenth Cen- Published: December 15, 2023.
tury,” The Americas, 22 (2), Cambridge, Cam-
bridge University Press, pp. 182-203. Margaret Chowning
Loreto López, Rosalva (2000), Los conventos femeninos
y el mundo urbano de la Puebla de los Ángeles del She holds a Ph.D. in History from Stanford Uni-
siglo XVIII, Mexico City, El Colegio de Michoacán. versity. She is currently the Muriel McKevitt
Sonne Chair Professor of Latin American His-
Laven, Mary (2002), Virgins of Venice: Enclosed Lives tory at the University of California, Berkeley.
and Broken vows in the Renaissance Convent, She is now working on a new project tentatively
London, Viking.
entitled “Gender and the Liberal City in Nine-
McKnight, Kathryn Joy (1997), The Mystic of Tunja: The teenth-Century Mexico”. It will examine both
Writings of Madre Castillo, 1671-1742, Amherst, the impact of liberal politics and the absorption
University of Massachusetts Press. (or not) of liberal culture in Morelia, Mexico City,
and Guadalajara. Her research interests are: Late
Martín, Luis (1983), Daughters of the Conquistadors:
colonial and nineteenth-century Mexico, with
Women of the Viceroyalty of Peru, Albuquer-
que, University of New Mexico Press. special focus on women, gender, the Catholic
Church, social history, and economic history.
McNamara Jo Ann (1996), Sisters in Arms: Catholic Her most recent publications include: Catholic
Nuns through Two Millenia, Cambridge, Harvard Women and Mexican Politics, 1750-1940, Princ-
University Press. eton, Princeton University Press (2023); “Talk-
Muriel, Josefina (1946), Conventos de monjas en la
ing Back: Nuns, Beatas, and Colegialas Invoke
Nueva España, Mexico City, Editorial Santiago. Rights and Constitutional Principles in Late Co-
lonial and Nineteenth-Century Mexico”, Colonial
Ramos Medina, Manuel (1997), Místicas y descalzas: Latin American Review, 29 (1), London, Taylor &
fundaciones femeninas carmelitas en la Nueva Francis, pp. 115-138 (2020).
España, Mexico City, Condumex.

Salazar de Garza, Nuria (1990), La vida común en los


conventos de monjas de la ciudad de Puebla,
Puebla, Gobierno del Estado de Puebla.

Sarabia Viejo, María Justina (1995), “Controversias


sobre la ‘vida común’ ante la reforma monacal
femenina en México”, in Manuel Ramos Medina
(ed.), El monacato femenino en el imperio espa-
ñol: monasterios, beaterios, recogimientos y co-
legios: homenaje a Josefina Muriel, Mexico City,
Condumex.

Voekel, Pamela (2023), For God and Liberty: Catholi-


cism and Revolution in the Atlantic World, New
York, Oxford University Press.

Voekel, Pamela (2002), Alone Before God: The Reli-


gious Origins of Modernity in Mexico, Durham
and London, Duke University Press.

77
MARGARET CHOWNING, A BIOGRAPHY OF A CONVENT AND A PROSOPOGRAPHY OF ITS NUNS

@miguelalcantara

78
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 79-94
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024182

AUTOETNOGRAFÍA, CONOCIMIENTO SITUADO


Y SERENDIPIAS EN LA ESCRITURA
DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES DE FRONTERA
AUTOETHNOGRAPHY, SITUATED KNOWLEDGE
AND SERENDIPITY IN WRITING BIOGRAPHIES
OF FRONTIER WOMEN

Rosario Margarita Vasquez Montaño


orcid.org/0000-0002-5605-7749
El Colegio Mexiquense, A.C.
México
[email protected]

Abstract

The work takes a tour of the process of researching biographies of women from
the first half of the 20th century in frontier spaces. It is an autoethnography that
seeks, from situated knowledge, to explore the concept of serendipity to situate the
experience of writing biographies of women like Ethel Duffy Turner, by resorting to
concepts and categories such as the transnational. Finally, the text offers possibilities
and challenges for writing from the self, situating our research recognizing the
contingency of subjectivities, crossroads, findings and surprises in historical research.

Keywords: Biography; Women’s History; Situated Knowledge; Serendipity;


Autoethnography; Border Studies.

Resumen

El trabajo hace un recorrido por el proceso de investigación de biografías de mujeres


de la primera mitad del siglo XX en espacios de frontera. Es una autoetnografía que
busca, desde el conocimiento situado, explorar el concepto de serendipia para situar
la experiencia de escribir biografías de mujeres como Ethel Duffy Turner al recurrir
a conceptos y categorías como lo transnacional. Finalmente, el texto ofrece posibili-
dades y retos para la escritura desde el yo, situando nuestra investigación y recono-
ciendo la contingencia de las subjetividades, encrucijadas, hallazgos y sorpresas en
la investigación histórica.

Palabras clave: Biografía; Historia de Mujeres; Conocimiento Situado; Serendipia; Au-


toetnografía, transnacional, transfronterizo.

79
ROSARIO MARGARITA VASQUEZ MONTAÑO, AUTOETNOGRAFÍA, CONOCIMIENTO SITUADO
Y SERENDIPIAS EN LA ESCRITURA DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES DE FRONTERA

Introducción: la biografía en la profundo de investigación, de descubrimientos,


frontera de la disciplina histórica sorpresas y desilusiones en torno a la figura que
intentamos historiar. Tantear sobre los vestigios
La naturaleza de la biografía de una vida también se vuelve un acto de emo-
es para mí poesía con una conciencia ciones que detonan en encrucijadas que, de una
Robert Gittings (1997: 14) u otra manera, definen nuestra forma de expli-
car la sociedad y sus implicaciones desde la ex-
Al tomar la decisión de escribir una biografía periencia, a veces detectivesca, de la biografía.
surgen cuestionamientos intrínsecos al enfoque; Este texto tiene como objetivo ampliar la premi-
“no hay biógrafo que pueda empezar sin […] du- sa que el biógrafo tiene para “exponer las moti-
das”, escribió Gittings (1997: 20). Las dudas son vaciones que lo llevaron a unirse a la vida de su
múltiples: surgen en torno a la pertinencia de la biografiado y a descubrir su trayectoria” (Dosse,
biografía a nivel disciplinar e historiográfico, por 2007: 70). Más allá de ahondar en las razones
esa reticencia, aunque cada vez más reducida, que me llevaron a elegir escribir la biografía de
a aceptar a la biografía como un acercamiento la escritora estadounidense Ethel Duffy Turner,
válido para la Historia. También las incertidum- y de otras con su perfil, busco explorar desde
bres se presentan por “la distancia muerta de los la autoetnografía y el conocimiento situado, los
años idos” (Gittings, 1997: 20), por la escasez, pasos de la investigación, el encuentro con las
vacíos y omisiones en las fuentes documentales, fuentes y los archivos, el rol de los espacios y los
de las cuales nos alimentamos biógrafas y bió- lugares habitados por la biografiada y pisados
grafos en nuestra intención de explorar el viaje por la historiadora.
vital de un personaje. Desde esta posición en donde hay una rela-
El cuestionamiento también aparece a partir ción entre quien narra y el sujeto de estudio, re-
de la pertinencia y valor que se ha dado a esa conozco que el proceso de investigación me ha
vida por la historia, sobre todo cuando elegimos llevado a reflexionar sobre las particularidades
a mujeres y hombres que han transitado en la y la pertinencia de estudiar mujeres en coyun-
narrativa y la memoria como figuras secundarias turas espaciales de frontera; al tiempo que me
de los acontecimientos políticos, de los cánones ha permitido abordar y contrastar las categorías
y corrientes intelectuales de diferente cuño. Al fi- de lo transnacional y lo transfronterizo. Igual-
nal, escribe Gittings, necesitamos de un entusias- mente, el texto abre la posibilidad para escudri-
mo inicial para tener la certeza, agregaría que ñar en mi propia condición de frontera y cómo
también la confianza, de saber que “vale la pena ésta ha terciado en mi interés por cierto tipo de
salir en busca de una vida” (Gittings, 1997: 20). biografías (de mujeres, en espacios convergen-
Desde una perspectiva personal, la biografía tes de frontera). Por todo lo anterior, el trabajo
es una forma muy particular y especial de mirar también es una invitación a reflexionar sobre el
al pasado, de construir una narrativa de la histo- conocimiento situado, la subjetividad y el lugar
ria a partir de la mirada, las experiencias y el an- que los historiadores ocupamos en el itinerario
dar de una vida. Una ventana que está construi- de la reconstrucción de vidas, al escribir historia.
da por una trama donde convergen la agencia
de hombres y mujeres rodeada de cosmovisio- Autoetnografía y conocimiento situado:
nes, estructuras sociales, paradigmas culturales, réplica de un manifiesto
coyunturas y contextos específicos. La biografía
nos da la oportunidad de recuperar la esencia de Desde diferentes perspectivas y abordajes me-
la humanidad, porque nos permite allanar en las todológicos, biógrafos, antropólogos e historia-
contradicciones, en el ir y venir de las personas dores culturales coinciden en el papel y lugar de
en medio de sus realidades, vicisitudes y postu- la experiencia personal al momento de llevar a
ras siempre cambiantes. cabo nuestras investigaciones y sus productos.
Por otro lado, la aproximación biográfica nos Necesitamos aventurarnos a realizar reflexiones
lleva a encontrarnos con nuestro sujeto/a de críticas sobre nuestro quehacer, tomando en
estudio y, al mismo tiempo, reconocer que tal cuenta que la mirada desde la cual nos acerca-
convergencia es parte de un proceso amplio y mos a nuestros objetos/sujetos de estudio está

80
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 79-94

mediada por nuestras cargas culturales (Ja- 61). Al final, como apunta Gadamer, es respon-
blonka, 2016: 294-295). der a una lógica que nos permite vernos, como
En su manifiesto por las ciencias sociales, Ivan estudiosos del pasado, “en nuestra calidad de
Jablonka (2016), además de hacer un minucio- vivientes históricos”, con prejuicios y miradas
so recorrido por la construcción de la disciplina marcadas por el contexto del que somos parte
histórica en aras del ideal de objetividad y cien- (Gadamer, 1999: 350).
tificidad, nos anima a reconocer, por un lado, la Para conseguirlo, he optado por utilizar el
relación histórica entre literatura e historia y, por método de la autoetnografía, así como la cate-
el otro, la subjetividad intrínseca de nuestro tra- goría de análisis del conocimiento situado, dos
bajo. También advierte acerca de la necesidad elementos que considero fundamentales para
de otorgarle un lugar al yo como parte esencial tratar de ir de vuelta sobre mis pasos en la in-
del proceso de investigación, desde una mirada vestigación, y traer a la luz elementos que dis-
crítica al abrazar el conocimiento situado. Para tingo nodales en la escritura de una biografía: el
Jablonka la objetividad es más bien el debate contacto con los archivos; los lugares y espacios
crítico y la capacidad para encontrar los ritmos y de la biografiada, convertidos en mis propios lu-
lugares desde los cuales enunciamos y dirigimos gares de la memoria; así como los retos frente a
nuestras interpretaciones del pasado. “Así como los silencios; los vacíos documentales; los pro-
el rechazo del yo [moi] caracteriza al cientificis- blemas con ciertos paradigmas historiográficos;
mo, el autoexamen del investigador; la objetiva- las emociones surgidas en el proceso; el género
ción de aquel que objetiva (para hablar como y la mirada feminista.
Bourdieu) son parte del método de las ciencias Hago uso de la autoetnografía como un mé-
sociales” (Jablonka, 2016: 299). todo de escritura que nos adentra en las “innu-
No es el rechazo al método, sino el recono- merables maneras en que la experiencia perso-
cimiento de un nuevo paradigma epistemológi- nal influye en el proceso de investigación” (Ellis
co más cercano a la realidad de la investigación et al., 2015: 251). Es una apuesta por acoger las
histórica; el cual admite reflexiones inacabadas, implicaciones y subjetividades de la investiga-
preguntas abiertas, que le da un lugar al inves- ción, por un lado, y abrir paso a emociones y
tigador en la narrativa y en la construcción de sesgos que sólo son posibles de admitir si toma-
un relato; producto de un proceso de escudriña- mos en cuenta que el conocimiento que produ-
miento, pesquisa y exploración historiográfica, cimos está anclado a lugares culturales, políticos
documental, espacial, cargada de emociones, y sociales de enunciación (Ellis et al., 2015: 252).
con cambios de rumbo, desilusiones y sorpre- Es interesante destacar cómo algunos de los
sas. Quienes nos adentramos en la escritura bio- biógrafos más destacados en la materia abor-
gráfica, experimentamos a flor de piel la inves- dan el tema de las subjetividades al señalar que,
tigación, por ese complejo vínculo que tejemos en realidad, “el biógrafo explica sus elecciones y
con la vida de quien biografiamos. adelanta los argumentos que van en el sentido
Este trabajo hace una réplica al manifiesto por de una proximidad con el personaje elegido en
las ciencias sociales de Jablonka, en un intento función de sus búsquedas, de su sensibilidad y
por recuperar conscientemente el trayecto de de sus compromisos” (Dosse, 2007: 70).
una biografía de la cual fui mediadora, buscado- Quien narra biografías encuentra en el estu-
ra y enunciadora (Jablonka, 2016: 303). Distin- dio de sus sujetos/as la puerta para explorar las
go que fui lectora, escucha, contadora, escritora motivaciones que orientaron su escritura, una
en un proceso que tiene su propia historicidad especie de autoanálisis o reflexividad individual
(Tamboukou, 2016: 1), el cual reconstruyo a tra- que, “si no nos ha convertido en mejores bió-
vés de la memoria y las evidencias que dejaron grafos sí nos ha hecho más honestos” (Gittings,
varios años de pesquisas. Es el reconocimiento 1997: 44). Es aquí donde aparece la ética del
de que mis aportaciones historiográficas depen- trabajo histórico como un elemento fundamen-
den de mi propia experiencia, la cual puede ser tal que nos conduce a entablar un diálogo más
historizada, en relación con la investigación y la honesto con quienes nos leen, pero también con
interpretación que he hecho de las vidas de mu- nosotros mismos al “abrir el taller del investi-
jeres cmo Ethel Duffy Turner (Gadamer, 1998: gador, construir un razonamiento con vigas a

81
ROSARIO MARGARITA VASQUEZ MONTAÑO, AUTOETNOGRAFÍA, CONOCIMIENTO SITUADO
Y SERENDIPIAS EN LA ESCRITURA DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES DE FRONTERA

la vista” en pos de la transparencia (Jablonka, conexiones entrelazadas” (Haraway, 1991: 329)


2016: 209). que se dan en el proceso de cualquier investiga-
En ese sentido, recurro a la autoetnografía ción. Es un ejercicio metodológico que invita a
porque combina la autobiografía y la etnogra- preguntar por el lugar del yo en la investigación
fía. Porque el objetivo es retomar y seleccionar y sus implicaciones; siendo también evidencias
elementos de una experiencia de investigación que deben hacerse explícitas mediante un ejer-
ocurrida tiempo atrás, haciendo uso de la me- cicio profundo de reflexividad para posicionar al
moria y la evidencia generada durante la inves- investigador en un lugar similar a nuestro obje-
tigación: fotografías, grabaciones, cuadernos de to/sujeto de estudio, en relación con “las fuerzas
notas o de viaje (Ellis et al., 2015: 252). Es vital, sociales” que estudia (Risjord, 2014: 62; Villar-
para quien tiene la intención de hacer un ejer- mea, 1999: 224).
cicio retrospectivo, identificar los componentes Es una aproximación que también dialoga
culturales (valores, creencias) que confluyen en con la teoría del punto de vista, la cual apuesta
el proceso mismo de abordar a un personaje; por la conciencia de que el conocimiento cien-
porque al final, somos “observadores partici- tífico está mediado y cruzado por la política y
pantes de la cultura” (Ellis et al., 2015: 252). el lugar social de quien lo produce, lo financia y
Por otro lado, es tomar el reto de escri- lo legitima. Desde esta perspectiva se cuestio-
bir desde el yo. Tendencia desdibujada en la nan las visiones “desde ninguna parte” (Harding,
historia producto del ideal de objetividad, con 2012: 43), reconociendo la intencionalidad y las
la intención de anteponer cierta distancia con formas complejas y abigarradas de institucio-
las formas personales de la escritura, borrando nes, cánones, estructuras y relaciones de poder
la subjetividad a partir de la omnipresencia na- que también intervienen en el sistema cientí-
rrativa (Jablonka, 2016: 294). Para Jablonka, la fico, lo que quita el halo de imparcialidad que
identificación del yo alimenta una epistemología ha acompañado por mucho tiempo el anhelo e
que considera que: a) la biógrafa o el biógrafo ideal objetivo desde una perspectiva positivista
está en una relación estrecha con su sujeto/a de y aparentemente neutral.
estudio desde el presente, a partir del proceso Lo interesante y aleccionador, desde esta
mismo de investigación; b) distingue la historici- propuesta epistémica y metodológica, es que
dad del/la investigador/a, ya que existe la per- el ejercicio biográfico contribuye de múltiples
tenencia a un contexto específico y, por lo tan- formas a situar el conocimiento. Debido a su
to, c) confronta al estudioso con la subjetividad dual relación entre lo literario y lo histórico, ha
perceptible, para reconocerla y hacerla evidente encontrado grietas para definirse como un en-
y alcanzar un nivel de ética y responsabilidad foque complejo para el estudio del pasado, sin
sustancial; responsabilidad que se entrevera con dejar de lado las complicaciones, los dilemas, las
d) la exposición de ciertas emociones que sur- preguntas y las emociones que brotan al mo-
gen en el proceso de investigación (entusiasmo mento de relacionarnos con una vida. Es así que
ante un hallazgo, incomodidad frente a lo des- la intención de este trabajo es presentar, desde
conocido, desilusión ante lo no encontrado, et- la autoetnografía, una selección de elementos
cétera) (Jablonka, 2016: 297-298).1 del proceso de investigación que he desarrolla-
Ahora bien, lo dicho hasta aquí está en cons- do para narrar las vidas de mujeres del siglo XX
tante diálogo con el conocimiento situado. Pro- en espacios de frontera.
veniente de la teoría crítica, contribuye a la
construcción de la objetividad desde el recono- Ejercicio autoetnográfico de una
cimiento de la parcialidad y las diferentes “ma- encrucijada: mujeres, género y femi-
neras de mirar”. Para Donna Haraway, el cono- nismo a través del método biográfico
cimiento situado forma parte de la objetividad
feminista, la cual promueve “la contestación, la Las biografías son en gran medida parte y senti-
deconstrucción, la construcción apasionada, las do de la época de quien las enuncia. La elección
de una trayectoria es producto de preguntas
1 Jablonka se refiere a cuatro elementos o tipos del yo que
se imbrican: “El yo-testigo”, “El yo de investigación”, “El con-
que emanan de un presente que nos interpela.
tra-yo” y “El yo de emoción”. En lo que a mí respecta, y haciendo un esfuer-

82
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 79-94

zo por situarme de manera consciente frente a procesos de encrucijadas culturales y zonas de


las biografías que he desarrollado, puedo decir contacto donde tienen lugar múltiples posibili-
que esa selección ha estado mediada por una dades de aproximaciones multiétnicas, para el
posición política anclada al feminismo desde su ejercicio de solidaridades políticas transfronteri-
propuesta teórica y epistémica. Pero esto no es zas e internacionalistas; para vislumbrar nuestras
una novedad, las historiadoras que nos hemos sociedades —pasadas y presentes— desde el en-
interesado en develar la historia de las mujeres cuentro, la empatía y el entendimiento mutuo.2
cargamos sobre los hombros la propia politiza- Nací en un histórico mineral, remontado en
ción histórica del feminismo; producto de una los linderos de la sierra de Sonora y Chihuahua, y
agenda dentro de la academia que dio como re- cercano al estado fronterizo con Arizona. Desde
sultado el surgimiento de un enfoque atado al pequeña experimenté, en ese mineral, la cons-
propio devenir del movimiento de mujeres de la tante migración interna y la presencia de una
segunda ola, a partir de la década de 1970. Por cultura estadounidense en los cimientos de mi
ejemplo, la lectura iconoclasta que en Estados pueblo, Nacozari de García.
Unidos se hizo en torno a las palabras History En esa vivencia infantil y juvenil encuentro
(him-él-ellos) y Her-story (ella-ellas), nos habla vestigios memorísticos para explicar las causas
de los lugares políticos desde donde se comen- de una constante por indagar, encontrar y dejar-
zó a gestar un enfoque que ha experimentado la me sorprender por mujeres con perfiles que han
tensión “entre la política práctica y la erudición subvertido los estereotipos y las desigualdades
académica; entre los niveles establecidos en el de género (Vasquez Montaño, 2012a; Vasquez
seno de cada disciplina y las influencias interdis- Montaño, 2012b);3 o que encontraron o constru-
ciplinarias; entre la actitud ateórica de la historia yeron vertientes de encuentro entre culturas y
y la necesidad de una teoría para el feminismo” sociedades atravesadas por las fronteras políti-
(Scott, 2011: 35-37). cas, a través del arte, el periodismo y el activis-
Por otro lado, este ejercicio disruptivo, en mo (Vasquez Montaño, 2022a; Vasquez Monta-
cuanto a que es una primer acto de situar el co- ño, 2022b).4
nocimiento, también me ha permitido reconec- No obstante, también admito que he intenta-
tar con el espacio social desde el cual produz- do establecer un equilibrio entre las emociones
co y defino el derrotero de mi investigación: mi (deseos, ímpetu y pasiones) y el vínculo con las
anclaje político y los ojos con los que miro los mujeres que he biografiado, para no caer en la
fenómenos pasados, desde el presente y sus in- tentación de los anacronismos y lugares comu-
terrogantes. Es decir, el espacio académico del nes al momento de reconstruir sus identidades.
cual formo parte y en el que reconozco una serie El conocimiento situado nos muestra límites de
de posibilidades para escribir biografías. Sin lu- la ansiada objetividad, dando paso a la compren-
gar a dudas, identificar y asumir el espacio social sión de contextos de enunciación al momento
desde donde se produce y se genera un produc- de llevar a cabo la investigación histórica y a la
to, que comunica una percepción y concepción hora de escribir y narrar: “Ya no es la Historia la
del pasado, a partir de lo vivido en la actualidad que habla, es el buscador. El enunciado tiene fi-
del espacio presente (Lefebvre, 2020: 1875) re- nalmente un enunciador” (Jablonka, 2016: 303).
sulta otro ejercicio para situar el conocimiento.
También, y con el paso del tiempo, he cons-
truido una explicación personal y situacional 2 Se retoma el concepto de zonas de contacto propuesto
para justificar mis intereses temáticos y las vidas por Mary Louis Pratt (1991; 2010), el cual ha sido fundamental
para pensar la frontera entre México y Estados Unidos como
que elijo estudiar. Reconozco que es un trabajo una región y con procesos especiales que posibilitan los fe-
de memoria y de pleno ejercicio autobiográfico nómenos que arriba se describen.
3 En mis primeros estudios exploré y reconstruí, desde la his-
encontrar en mis orígenes el hilo que me une a toria sociopolítica, las formas en las que la Revolución mexi-
las biografiadas. Mi condición fronteriza, haber cana atravesó las vidas de las mujeres en el noroeste. Asimis-
mo, estos primeros estudios me permitieron pensar y ofrecer
nacido en el noroeste de México, cercana a la elementos para la construcción de la categoría de análisis
frontera con Estados Unidos, ha sido un motor, mujeres de frontera.
4 Actualmente estoy reconstruyendo las trayectorias inte-
por momentos inconsciente, que me ha llevado lectuales de las escritoras estadounidenses Alma Reed, Ethel
a reflexionar acerca de los espacios de frontera, Duffy Turner y Sophie Treadwell.

83
ROSARIO MARGARITA VASQUEZ MONTAÑO, AUTOETNOGRAFÍA, CONOCIMIENTO SITUADO
Y SERENDIPIAS EN LA ESCRITURA DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES DE FRONTERA

Cuando las historias nacionales no alcanzan Entiendo lo transnacional como una apro-
para narrar vidas en contextos de frontera ximación metodológica que permite estudiar
fenómenos, redes y circularidades políticas, in-
Un primer dilema al que me he enfrentado es telectuales y culturales en condiciones donde
acerca del valor de estudiar la vida de mis bio- se cruza más de una realidad nacional. Para ex-
grafiadas. Lo veo como una constante en la la- plicarla, es necesario llevar a cabo una práctica
bor biográfica: por qué es importante escribir de la investigación y enunciación histórica que
sobre este y otro personaje. En particular, por- trasciende los intersticios, precisamente, de la
que las mujeres que he considerado han pasado mirada nacional; debido a que no se ajusta, en
a la historia como personajes secundarios; ya este caso, a vidas que deambulan y transitan en
sea por el rol que jugaron en su tiempo, o bien, dos o más estructuras nacionales (Pierre-Yves,
por haber sido relegadas del relato de la histo- 2021: 17) y que, a través de sus acciones, nos dan
ria política e intelectual, así como de la historia la oportunidad de explicar dinámicas y proce-
oficial. “Para interesar a otros en los resultados sos históricos desde una óptica que recupera
de tal estudio, uno tiene que creer que la vida de las especificidades, globalidad y complejidad de
una persona puede, de hecho, tener algún valor” estos. También atiende al apremio de entender
(Gittings, 1997: 19). los desplazamientos físicos y culturales entre
En los casos que me han ocupado, la condi- el país de origen y el de destino (Baeza, 2012:
ción de frontera de mujeres como Ethel Duffy 48, en Guizardi et al., 2017). Mujeres como Ethel,
Turner, Sophie Treadwell y Alma Reed,5 le da Alma y Sophie ejercitan desplazamientos fluidos
valor al afán por narrar sus vidas porque posibi- y constantes entre las fronteras de México y Es-
lita restaurarlas en historias que las han obviado tados Unidos; participan en diferentes espacios
o tratado medianamente, pero también porque locales, regionales, al cruzar fronteras políticas.
significan un reto metodológico e historiográfi- Por otro lado, lo transfronterizo resulta suma-
co por ser trayectorias con agencia en dos espa- mente relevante para lograr explicar en su plura-
cios nacionales. Esto ha implicado un viaje por lidad los espacios de frontera, entendidos como
dos historiografías —en México y Estados Uni- zonas de contacto donde confluyen diferencias
dos— con encuentros y desencuentros al mo- culturales e identitarias, a causa de su porosi-
mento de abordar figuras de carácter transna- dad. Asimismo, el abordaje desde lo transfronte-
cional y transfronterizo. rizo permite comprender que estamos hablando
de regiones de frontera producto de la multicul-
5 Ethel Duffy Turner fue una escritora socialista nacida en
California, Estados Unidos. Fue simpatizante y colaboradora
turalidad, el cosmopolitismo que generan vasos
directa del Partido Liberal Mexicano en Los Ángeles, Califor- comunicantes y/o tensiones de diferente orden
nia, mostrando un claro apoyo a la lucha de exiliados políti- y que no se reducen al límite fronterizo marcado
cos mexicanos como Ricardo Flores Magón, Librado Rivera,
entre otros. Alma Reed, escritora, promotora cultural del arte a nivel político y administrativo. Al respecto, es-
mexicano durante la primera mitad del siglo XX mexicano. tamos ante experiencias de cruces de fronteras
También nació en California y tuvo una estrecha relación con
la política cultural en México. Es una de las primeras biógra- políticas, pero también metafóricas (Guizardi et
fas del artista José Clemente Orozco, asimismo escribió va- al., 2017: 154).
rios libros acerca del México antiguo. En México es mayor-
mente conocida por su vínculo amoroso con el gobernador Por ejemplo, las mujeres que he elegido como
socialista de Yucatán Felipe Carrillo Puerto. sujetas de estudio, nacieron y desarrollaron bue-
Por su parte, Sophie Treadwell se dedicó, en los inicios de
su carrera, al periodismo como corresponsal. Perteneció al
na parte de su carrera intelectual y profesional
selectro grupo de mujeres que reportaron los pormenores en California. Una región/estado/espacio ca-
de la Primera Guerra Mundial en Europa, para despúes llegar racterizado por la encrucijada cultural, debido
a México y ofrecer amplios relatos periodísticos en torno a la
política, la sociedad y la cultura posrevolucionaria. Fue famo- a la diversidad de quienes lo han habitado his-
sa su entrevista con el General Francisco Villa en su hacien- tóricamente; así como por tener un pasado que
da el Canutillo, en Durango, a inicios de la década de 1920.
Posteriormente se dedicó a la dramaturgia. Su obra narrativa produce tensiones, pero que al mismo tiempo
estuvo siempre marcada por las tensiones de frontera, y sus genera “intercambios interculturales extendidos
vínculos étnicos y culturales con México. Estas breves notas
biográficas de las escritoras estadounidenses forman parte y extensivos” (Aron, 2009: 4). Con diferentes
de los hallazgos que he realizado en una investigación en experiencias y contextos de origen, las vidas de
curso sobre sus trayectorias y relación con México. Acerca
de Ethel Duffy Turner, publiqué en 2022 su biografìa (Vas-
mujeres como Ethel, Alma y Sophie, fueron atra-
quez, 2022a). vesadas por las circunstancias de haber nacido

84
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 79-94

en un espacio de frontera. California, por sus an- situado y la autoetnografía: los hallazgos de ar-
tecedentes hispanos y mexicanos, así como por chivo y su cruce con las emociones.
ser un territorio que se alimentó de la migración,
ofrece zonas de convergencia,6 donde tienen lu- Serendipias en la búsqueda de las huellas
gar interconexiones y procesos de encuentros de una vida
entre comunidades étnicas trascendiendo los lí- Serendipia:
mites internos y externos de lo que se entiende Hallazgo valioso que se produce
por nación. Estos son los aspectos que me ha de manera accidental o casual.
interesado historiar a través del método biográ- Real Academia de la Lengua Española
fico y la historia de las mujeres.
En ese sentido, la experiencia, constitutiva de Hasta hace poco, explicaba el proceso de inves-
la identidad de las personas, y como categoría tigación que me ha llevado a escribir y publicar
de análisis, es un recurso esencial para explicar biografías de mujeres con perfiles de frontera
relaciones sociales que pueden estar veladas (extranjeras en México ligadas a procesos tras-
por la “neutralidad” en el abordaje de los pro- nacionales) con el argumento de que parte de
cesos sociopolíticos. Al distinguir la experien- ese proceso era producto de un importante tra-
cia como dinámica y móvil, también es posible bajo de archivos, de viajes a diferentes lugares
desnaturalizar y descencializar las identidades en México y Estados Unidos, así como a la para-
femeninas, para colocarlas en contextos especí- doja y a las coincidencias. En el camino hacia el
ficos e historizarlas (Garazi, 2016: 6-7). De esta ejercicio del conocimiento situado desde la teo-
manera, he logrado comprender el contexto al ría feminista y el propio método biográfico, me
que pertenecieron las mujeres que he biografia- encontré con el concepto de serendipia. Según
do: una generación del cambio del siglo XIX al Forni, “en el contexto hispano parlante el tér-
XX, la cual observó y fue partícipe de importan- mino serendipia es poco conocido” (2016: 131),
tes y profundas transformaciones. El feminismo, aunque podemos ver discusiones actuales sobre
por ejemplo, se consolidó como un movimiento éste y sus usos, así como el lugar que ocupan en
político a través de la lucha por el sufragio, al el método científico; en particular destacan las
tiempo que cuestionaba el ideal femenino vic- reflexiones al respecto en las ciencias naturales
toriano que ya no encajaba en sociedades cada (Coppo, 2012).
vez más modernas e industrializadas. Estas so- Para las ciencias sociales, el término fue re-
ciedades capitalistas abrieron la puerta a nue- cuperado por la sociología clásica por parte de
vos trabajos y profesiones para las mujeres. La Rober King Merton en un hallazgo, una seren-
educación femenina se extendió, convirtiéndose dipia, en un diccionario cuando era estudiante
en un medio para ampliar alternativas a futuro (Forni, 2016: 122). Aunque se identifica sus orí-
de ellas y generaciones posteriores. genes en el siglo XVIII, y su uso durante el siglo
El método biográfico es una de las posibili- XIX por la literatura y los coleccionistas (Forni,
dades o vías que, como historiadores, tenemos 2016: 120-122), en realidad fue desempolvado
para abordar identidades que se construyen a por las ciencias durante la segunda mitad del si-
partir de la experiencia, en escenarios históricos glo XX (Coppo, 2012: 71; Forni, 2016: 122-123). En
puntuales. Para lograrlo, el acceso a las fuen- lo que concierne a la disciplina de la historia, en
tes es primordial; sobre todo cuando estamos realidad es poco referido, aunque en los últimos
ante vidas con bastante distancia de la nues- años han salido a la luz introspecciones al res-
tra, donde sólo nos queda la obra publicada, así pecto. El común denominador es que los histo-
como memorias, correspondencia y fotografías, riadores “no han reconocido que sus obras han
albergadas, en muchos de los casos, en archi- sido moldeadas por factores como el acciden-
vos personales. Es en este aspecto en el que me te, la suerte y la serendipia, ni han incluido ta-
concentro a continuación, tomando en cuenta les detalles en los relatos historiográficos de su
un elemento que forma parte del conocimiento trabajo” (McClellan, 2005: 1). Hay que leer entre
líneas en las historiografías para encontrar las lu-
6 El concepto de zonas de convergencia es una propuesta
de la historiadora estadounidense Mary Louis Pratt (2010) y
ces de las serendipias, escondidas detrás de jus-
es retomado por la Newest Western History. Ver Aron, 2009. tificaciones y argumentaciones que constatan la

85
ROSARIO MARGARITA VASQUEZ MONTAÑO, AUTOETNOGRAFÍA, CONOCIMIENTO SITUADO
Y SERENDIPIAS EN LA ESCRITURA DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES DE FRONTERA

distancia entre la disciplina y los peligros de la Además de promover actos extendidos de éti-
literatura, sus ficciones y soltura narrativa; viejo ca, honestidad y cercanía con nuestros interlo-
trauma de nacimiento. No obstante, quienes nos cutores, como lo señala de una u otra forma Ja-
dedicamos a la historia, y al arte de la biografía, blonka en su manifiesto por las ciencias sociales
estamos en un lugar idóneo para sacar a la luz (Jablonka, 313: 2016).
nuestros hallazgos, sorpresas y evidenciar los al- De nuevo, aduciendo a mi experiencia, me
cances emocionales de estas en nuestro trabajo. parece que la biografía nos da la oportunidad
Desde tal lógica, comprendemos que de la y las herramientas —por su método, la cercanía
investigación van a surgir datos anticipados, con la literatura y las implicaciones en la recons-
anómalos que muchas de las veces llegan a trucción de una vida—, de registrar la sorpresa,
contravertir hipótesis o que permiten elaborar el hallazgo, la eventualidad, la ventura, el suce-
una teoría distinta; al tiempo que dan ocasión so inesperado como parte de la búsqueda, con-
para presentar descubrimientos relevantes para textualización, historización y narración de una
nuestras disciplinas (Forni, 2016: 122). En la his- trayectoria. No obstante, considero que nos fal-
toria de la ciencia hay una rica lista de seren- ta acercarnos a nuestros lectores, tal como lo
dipias: el hallazgo de la penicilina por parte de hacemos con los personajes que biografiamos,
Fleming (Coppo, 2012: 72); el descubrimiento para presentar los avatares, las encrucijadas, los
de las vacunas por parte de Louis Pasteur; o el sorpresivos hallazgos, nuestras serendipias.
experimento científico de ondas eléctricas de
León Theremin, quien al ejecutarlo se sorpren- De los archivos vivos: reflejos y limitantes
dió y cautivó por sonidos y melodías que posi- para la reconstrucción de una trayectoria
bilitaron el surgimiento del primer instrumento
musical eléctrico, el theremín (Glinsky, 2000: En la labor de investigación que llevamos a cabo
24-25), entre otros. En realidad, las serendipias desde la historia, el trabajo de archivo se vuelve
son una constante en el proceso de investiga- uno de los escenarios básicos para vislumbrar,
ción, pero no está en las guías metodológicas, ni contemplar y atrapar serendipias. Mariposas
en la forma en la que se aprende la elaboración que revolotean al momento de adentrarnos en
de proyectos (Forni, 2016: 123). Debido a que los estantes y abrir cajas, folders, álbumes de
contradice el ideal positivista-objetivo del cono- archivos; al recorrer antiguas bibliotecas impa-
cimiento científico, lo que de alguna manera es sibles ante la presencia de quien tiene el poder
coincidente con la crítica que se hace desde la de dar vida a sus libros resguardados. En el pe-
propuesta del conocimiento situado y la autoet- riplo en el que me he enfrascado, en un intento
nografía al momento de revelar las formas, múl- por seguir las huellas de mujeres extranjeras con
tiples, a veces contingentes, de la investigación. vínculos en México durante la primera mitad del
La clave, según los estudiosos de la serendi- siglo XX, me he topado con descubrimientos y
pia, no está solo en la identificación de esta, sino hallazgos que, de alguna u otra manera, abrie-
en la capacidad metodológica y analítica para ron nuevos senderos de análisis y de estrategias
incorporarla a nuestros presupuestos y recono- para narrar sus biografías. En particular, me voy
cer su capacidad transformadora del curso de a concentrar en el archivo de Ethel Duffy Turner,
nuestras investigaciones y escritura. Asimismo, por las características de este, y lo que significó
es fundamental dar vida en nuestros trabajos en el desarrollo de ciertas destrezas, maniobras
históricos e historiográficos a esas serendipias, para su consulta, así como las formas de algu-
más allá de la justificación —que ensombre- nas serendipias que se abrieron paso en tales
ce nuestro hallazgo—, a través de una serie de andanzas archivísticas.
habilidades intelectuales desarrolladas para El archivo personal de Ethel Duffy Turner es
encontrar puentes entre serendipias y conoci- el reflejo de su condición de frontera. Tradicio-
miento previo en forma de lecturas, desarrollo nalmente habíamos acudido a su archivo para
de hipótesis, etcétera (Copeland, 2019: 2387).7 encontrar información sobre la historia de otros,
7 En la literatura sobre el tema de la serendipia, se recurre pero si no se cuentan con las herramientas analíticas para
constantemente a la máxima, adjudicada a Louis Pasteur: “el utilizarlos y procesarlos, se nos van de las manos de la for-
azar sólo favorece a las mentes preparadas”. Respecto a que ma en la que llegaron (Copeland, 2019: 2387; Forni, 2016: 122;
podemos tener hallazgos, experimentar varias serendipias, McClellan, 2005: 17).

86
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 79-94

en mi caso quise utilizarlo para escribir su histo- ra María Tamboukou que a “pesar de que siem-
ria, a través de los trozos, el orden o desorden de pre vamos al archivo con algunas cuestiones en
la documentación. El archivo era una forma de mente, deberíamos también dejar que los docu-
explicar la propia vida de Ethel: su transnacio- mentos nos sorprendan, permitiéndoles interro-
nalismo, sus intereses, las formas de su escritura gar nuestros juicios, entendimientos y prejuicios
y de concebir su propio trabajo como escritora, a priori, y dejarlos redirigir nuestros caminos y
su conciencia histórica y de tiempo individual en rutas analíticas de interpretación” (Tamboukou,
su físico, marcado por la enfermedad y la finitud, 2017: 4).
sus taras, obsesiones, sus tesoros, sus omisiones Por ejemplo, uno de los hallazgos de archi-
y autocensuras. vo que fueron importantes para el análisis de la
Una parte de la documentación que generó etapa de mayor desarrollo intelectual de Ethel
a lo largo de su vida la encontramos en el esta- tuvo que ver con la sorpresa del divorcio entre
do de California, en la Biblioteca Bancroft de la la escritora y el periodista John Kenneth Turner,
Universidad de California; la otra, en la Biblio- producto de desavenencias y una infidelidad
teca Eusebio Dávalos, en el Museo Nacional de por parte del último. En la historiografía mexi-
Antropología e Historia, en la Ciudad de México. cana era un lugar común hablar de Duffy Turner
Esta partición se debe a varios factores: a) deci- como la esposa del famoso escritor del libro Mé-
siones tomadas por la escritora, quien donó una xico Bárbaro. Una nota periodista, publicada el
parte de su documentación en 1967 a Bancroft; 9 de septiembre de 1917 en el Oakland Tribune,
b) sus largas estancias en México, de gran activi- revelaba la separación y confirmaba que “el ro-
dad intelectual, generaron largos hilos de docu- mance se había ocultado con éxito y la [segun-
mentación que terminaron en su casa de Cuer- da] boda [del escritor] fue una gran sorpresa”
navaca después de su muerte; amigos cercanos, (Vasquez Montaño, 2022a: 152).
y la intervención de la historiadora Eugenia Me- Aunque parece nimio, y hasta una especie de
yer, hicieron posible que estos documentos pu- cotilleo, resultó fundamental para la explicación,
dieran ser resguardados en la Biblioteca Dávalos recurriendo a otros elementos contextuales y
a finales de la década de 1980.8 evidencias, de la etapa de madurez intelectual
Al tomar en cuenta el carácter transnacional de la escritora sin la sombra de un esposo con
del archivo personal de Duffy Turner, es inelu- gran fama y reconocimiento en el mundo pe-
dible efectuar una reflexión acerca de los ar- riodístico de Estados Unidos. Por otro lado, me
chivos como espacios intervenidos y mediados permitió explorar las emociones de dolor, des-
por diferentes actores (sujetos e instituciones) esperanza por parte de una mujer que se aven-
que definen discursos archivísticos mediante turaría a una vida como madre soltera de cara
el ordenamiento, digitalización y otro recursos a un futuro que veía “a veces muy negro”. Salió
y metodologías. Nosotros, como investigado- avante gracias a la obstinación y perseverancia
res, intervenimos en la dinámica de los archivos por escribir y publicar su obra, las redes, los con-
al consultarlos y utilizar parte de sus vestigios. tactos y la construcción de su propia identidad
Esto nos obliga a ver al archivo en su dinamismo política. Al respecto, es factible hablar de seren-
y sus múltiples ritmos; así como a identificar que dipia cuando pude confirmar que la idea que
es un espacio intervenido tanto por las institu- había perdurado en México del matrimonio de
ciones que les resguardan y sus agentes, como los Turner, se debió a que fue la propia escritora
por quienes lo escudriñan y lo convierten en quien, al establecerse en México en la década de
una fuente de investigación (Tamboukou, 2022: 1950, se presentó como la viuda de John Kenne-
342). th Turner; estrategia de supervivencia, recurso
Si reconocemos la condición cambiante y di- que la colocaba en un lugar adecuado para sor-
námica de los archivos, entonces distinguimos tear las dificultades de género en círculos políti-
que son lugares que nos ofrecen múltiples posi- cos e intelectuales masculinos.
bilidades para la serendipia. Dice la historiado- Sin embargo, la gran sorpresa en el proceso
8 Para consultar más detalles sobre la historia y contextuali- de investigación fue el contexto de recupera-
zación del archivo personal de Ethel Duffy Turner, consultar
la biografía que escribí sobre ella (Vasquez Montaño, 2022a,
ción de una tercera parte del archivo personal.
2022c). Resguardado por décadas por la hija de una

87
ROSARIO MARGARITA VASQUEZ MONTAÑO, AUTOETNOGRAFÍA, CONOCIMIENTO SITUADO
Y SERENDIPIAS EN LA ESCRITURA DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES DE FRONTERA

de las más cercanas amigas y cuidadora en los mos que de alguna manera asimos ‘la realidad’”
últimos años vida de Duffy Turner, la activista (Tamboukou, 2022: 350).
y escritora estadounidense Fredericka Martin.
Mientras llevaba a cabo la investigación en los Fotografía 2
dos archivos de Ethel, conocí esta maravillosa Plato o cenicero realizado
noticia. Además, tuve la oportunidad de acceder por Ethel Duffy Turner
a los documentos, durante su proceso de digi-
talización, lo que de alguna manera me permi-
tió experimentar emociones diversas en torno al
hallazgo, pero también a la sensación de gozo
que produce saber de la supervivencia de otros
hilos de esa vida que me interesaba reconstruir
y con la cual había entablado un profundo vín-
culo, inevitable.

Fotografía 1
Un maletín, un archivo

Fuente: fotografía de la autora, 2018. Archivo Ethel Duffy


Turner y Frederika Martin en las 14 Casas, Casa del Hijo del
Ahuizote-Biblioteca Bancroft, Universidad de California.

Sobre los pasos: la importancia de ser


Fuente: fotografía de la autora, 2018. Maletín del archivo Ethel parte de los escenarios y lugares de
Duffy Turner y Frederika Martin en las 14 Casas, Casa del Hijo una vida
del Ahuizote-Biblioteca Bancroft, Universidad de California.
Así como los archivos son un elemento indis-
Ahí, en un maletín de viaje, encontré la evi- pensable para la investigación histórica, las
dencia de circunstancias que presumía produc- posibilidades de estar en los lugares de nues-
to de la imaginación histórica y de ciertas pistas tra biografiada resultan por demás atractivas
arrojadas de manera tangencial por otras fuen- y esclarecedoras. Más allá de la idea de poner-
tes: 1) la conexión entre Ehthel y su hija Juanita, nos “en los pies del sujeto” (Gittings, 1997: 58),
la posibilidad de repensar las maternidades de considero que visitar algunos de los escenarios
principios de siglo XX, los dibujos, los trazos de que habitó y configuraron parte de la identidad
una niña y su madre en su vínculo; 2) el testa- de nuestro personaje, nos da la oportunidad de
mento, la certeza del deseo de organizar los do- comprender esa vida a partir de sentir y pen-
cumentos por parte de la escritora; 3) los platos sar simultáneamente y de manera fluida al ser
o ceniceros decorativos que sólo había visto en observadores y partícipes de esos lugares que
la prensa de California, producto de una sensibi- se perpetuaron en esencia pero que también se
lidad artística por parte de Ehtel y que, gracias transformaron en el tiempo.
al encuentro con ese maletín, pude tener en mis En mi experiencia, visitar los espacios que ha-
manos por unos minutos. Como si por primera bitaron mis biografiadas ha enriquecido la for-
vez, pudiera asir sutil y fugazmente a Ethel, a ma en la que entiendo sus vidas y las presento
través de la materialidad de ese objeto históri- narrativamente; al tiempo que he podido cons-
co. Entre los acontecimientos del pasado que- truir otras miradas sobre mi propia condición de
dan evidencias materiales con las cuales “senti- frontera, reflexionar sobre la idea de nación que

88
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 79-94

se tiene de un lado y otro de la frontera. Tam- cos y activismo político. Logré ensamblar todas
bién me ha llevado a definir mis propios lugares estas pistas en un rompecabezas en donde tam-
de memoria, tanto por el vínculo generado con bién había piezas que se fueron adecuando a
estas mujeres, así como parte del itinerario vi- partir de mi presencia en estos espacios. En ese
sual de la investigación.9 sentido, también hago patente que fueron las
Los derroteros de estas vidas me llevaron redes sociales una especie de bitácora personal,
a construir una ruta de viaje, al tiempo que lo semi pública, que me permitió registrar la visita
combinaba con el trabajo de archivo. Era esen- de diferentes lugares: ubicaciones en el mapa en
cial, desde mi perspectiva, explorar el lugar de tiempo real; fotografías; hallazgos en el archivo;
origen, las instituciones educativas donde estu- emociones y pasiones.
dió; me era fundamental descubrir la Universi-
dad de California, los lugares comunes de estas Fotografía 3
mujeres: el teatro griego, la biblioteca, los jardi- Las calles de California en la actualidad
nes, los alrededores del campus. Coloqué espe-
cial atención en la universidad, porque en buena
medida conserva edificaciones de principios de
siglo XX; porque estas mujeres eran asiduas a
la biblioteca que tiempo después consulté, mis-
mo espacio, mismo techo; y porque parte de su
documentación, sus archivos personales, están
albergados en ese lugar. ¡Cuántas emociones
produce estar en el mismo espacio, haciendo las
mismas actividades que tu biografiada, décadas
después!: ansiedad por la experiencia de inda-
gar; alegría, pasión por el quehacer histórico, Fuente: fotografía de la autora, verano de 2017. La visita a
triunfo. Al final, es el desbordamiento del sentir la famosa librería City Ligh Books se debió al hallazgo de
y el pensar para después entrar en la calma que correspondencia entre Ethel Duffy Turner y su fundador, el
poeta Beat Lawrence Ferlinghetti.
ofrece la circunspecta y prudente labor de la in-
vestigación.
Fotografía 4
Por otro lado, tenemos la fortuna de encon-
Postal de la Universidad de California, Berkeley
trar elementos descriptivos, en documentos y
obra publicada, de paisajes urbanos y abiertos.
Ethel Duffy Turner escribió una novela autobio-
gráfica donde logra descripciones profundas de
la bahía de San Francisco; también redactó una
columna de poesía donde convidaba a sus lec-
tores a celebrar la ciudad de San Francisco: sus
calles, sus centros de entretenimiento, sus ba-
rrios con identidades étnicas históricas y tradi-
cionales; además de las observaciones que hacía
de la vida social de esa bulliciosa metrópoli. Lo
mismo lo llegaron a hacer Alma Reed y Sophie
Treadwell a través de sus reportajes periodísti-
9 No obstante, es importante hacer una acotación para seña-
lar que, para poder llevar a cabo estas travesías, se necesitan
recursos propios, becas, financiamiento; aspecto que tam-
bién atraviesa las posibilidades de llevar a cabo este tipo de
ejercicios. En mi caso hubo un poco de todo, pero sobre todo
redes solidarias de paisanos en California, familiares lejanos,
amigos de un conocido que me abrieron las puertas de sus
casas, de sus dinámicas cotidianas para que pudiera llevar a
cabo una estancia de este tipo. Incluso, esto posibilitó la es-
critura narrativa de un texto de divulgación acerca de la vida Fuente: fotografía de la autora, verano de 2017.
en la frontera (Vasquez, 2017).

89
ROSARIO MARGARITA VASQUEZ MONTAÑO, AUTOETNOGRAFÍA, CONOCIMIENTO SITUADO
Y SERENDIPIAS EN LA ESCRITURA DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES DE FRONTERA

Fotografía 5 sas; señalar la ubicación en el mapa; acudir al


Postal de Carmel-By-the-Sea, lugar, encontrarlo.
lugar de la bohemia
Fotografía 7
Fachada de “Las Catorce Casas”,
Cuernavaca, Morelos

Fuente: fotografía de la autora, verano de 2017. La visita era


indispensable porque fue en este lugar donde Ethel Duffy
Turner, y Sophie Treadwell en menor medida, desarrollaron
parte de su trayectoria artística al interior de la bohemia lite-
raria y cultural que se fundó a inicios del siglo XX.

Fotografía 6
Postal del Golden Gate
Fuente: fotografía de la autora, 2015.

Deambular por las calles del centro de Cuer-


navaca, para imaginar a Ethel Duffy Turner ven-
diendo sus platitos dorados con imágenes de fi-
guras prehispánicas a los turistas que acudían a
la ciudad de la eterna primavera. El cementerio,
buscar sus restos, signos de su tumba, no hallar-
los, saber que se perdieron entre remodelacio-
nes, un descalabro en la búsqueda.

Fotografía 8
Vista del centro de Cuernavaca, Morelos

Fuente: fotografía de la autora, verano de 2017. El Golden


Gate es un ícono de la Bahía de San Francisco y también está
presente en la poesía de Ethel Duffy Turner.

Lo mismo ocurrió en mi deseo por explorar


los lugares que Ethel hizo suyos en México. Par-
ticularmente me enfoqué en Cuernavaca, Mo-
relos, ciudad donde se establecería durante los
últimos años de su vida y donde moriría y sería
sepultada. Primera pregunta: ¿dónde vivió?; si-
Fuente: fotografía de la autora, 2015.
guiente paso, buscar en la correspondencia para
dar con la dirección, Privada de las Catorce Ca-

90
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 79-94

Visitar, observar y experimentar los lugares toriadora, con cargas culturales, contingencias
de los que fueron partícipes las mujeres que he propias y lugares políticos de enunciación.
biografiado, en particular el caso de Ethel Duffy Al final, el proceso de investigación, la escri-
Turner, me ha permitido caer, de nueva cuenta, tura de una biografía, nos transforma de múlti-
en la reflexión acerca de la pertinencia del cono- ples maneras: nos vuelve mejores historiadores
cimiento situado, como una forma de iluminar por la experiencia adquirida, pero también nos
el itinerario de la investigación, ofreciendo un ofrece nuevas formas de entender la vida, por-
panorama amplio de sus implicaciones y conse- que hemos atravesado encrucijadas para lograr
cuencias en la narración biográfica. explicar las abigarradas formas de las relaciones
sociales, las desigualdades de género, los al-
Reflexiones finales cances y retos de las mujeres en el tiempo y, de
esta forma, aprehender algo de la complejidad
En este breve trabajo intenté hacer un ejercicio humana.
nada sencillo, que me permitiera reflexionar en
torno a conceptos, categorías y aproximaciones
teóricas que he ido descubriendo en el traba- Fuentes consultadas
jo académico. Me pareció que el abordaje au-
toetnográfico resultaba útil para acercarme al Aron, Stephen (2009), “Convergence, California,
conocimiento situado, como una manera válida and the Newest Western History”, Califor-
nia History, núm. 4, San Francisco, University
de plantear una crítica epistémica respecto a la of California Press, pp. 4-13, doi: https://doi.
disciplina histórica. Por otro lado, este abordaje org/10.2307/40495230
metodológico abre las puertas para fortalecer
el método biográfico como una vía para el es- Copeland, Samantha (2019), “On serendipity in scien-
tudio del pasado; más allá de las justificaciones ce: discovery at the intersection of chance and
wisdom”, Synthesis, núm. 196, Nueva York,
de su pertinencia, sino por sus múltiples posibi-
Springer, pp. 2385-2409, <https://acortar.
lidades para experimentar narrativamente, para link/8L0D9V>, 14 de noviembre de 2023.
propiciar la cercanía con nuestros interlocutores
mediante el reconocimiento de la contingencia Coppo, J. A. (2012), “Serendipia”, Revista veterinaria,
en la investigación, siendo un elemento funda- 23 (1), Corrientes, Universidad Nacional del Nor-
mental en la construcción del conocimiento his- deste- Facultad de Ciencias Veterinarias, pp.
71-76, doi: https://doi.org/10.30972/vet.2311825
tórico.
Asimismo, me pareció sumamente importan- Garazi, Débora (2016), “Experiencia, lenguaje e iden-
te revivir el concepto de serendipia; como un tidad: Algunas notas sobre el concepto de ex-
elemento cargado de riqueza al momento de periencia en la obra de Joan W. Scott”, Traba-
mostrar la labor de historiar desde una perspec- jos y Comunicaciones, núm. 43, Buenos Aires,
Universidad Nacional de la Plata, e013, <https://
tiva que abre la puerta para las sorpresas, los
acortar.link/RPGhos>, 15 de noviembre de 2023.
hallazgos y los cambios de curso en nuestro ca-
mino hacia la producción de nuestras historias. Dosse, Francois (2007), El arte de la biografía, Ciudad
Fue a partir de estos elementos teóricos y me- de México, Universidad Iberoamericana.
todológicos que busqué hacer un recorrido por
mi aprendizaje constante en la elaboración de Ellis, Carolyn; Adams, Tony E. y Bochner, Arthur P.
(2015), “Autoetnografía: un panorama”, Astro-
biografías de mujeres. Situando mi lugar frente labio, núm. 14, Córdoba, Universidad Nacio-
a mis sujetas de estudio, ejemplificando serendi- nal de Córdoba, pp. 249-273, doi: https://doi.
pias en el trabajo de archivo y retomando la ex- org/10.55441/1668.7515.n14.11626
periencia de los itinerarios por mis propios luga-
res de memoria. Aún quedaron cabos sueltos, en Forni, Pablo (2016), “Serendipia: ¿Cuándo y cómo la
suerte interviene en la investigación social?”, en
lo que tiene que ver con los silencios, las omisio-
Nicolás Gómez Núñez (comp. y ed.), Las formas
nes y los retos de la escritura biográfica, aspec- comprensivas de la metodología de la investi-
to que han retomado con mayor profusión otras gación: Oficios, técnicas y entendimientos, San-
y otros colegas. Me quise detener en atributos tiago de Chile, Universidad Central de Chile, pp.
que trastocaron mi propia identidad como his- 119-133.

91
ROSARIO MARGARITA VASQUEZ MONTAÑO, AUTOETNOGRAFÍA, CONOCIMIENTO SITUADO
Y SERENDIPIAS EN LA ESCRITURA DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES DE FRONTERA

Gadamer, Hans-Georg (1999), Verdad y Método I, Sa- Risjord, Mark (2014), Philosophy of Social Science,
lamanca, Ediciones Sígueme. Nueva York, Routledge.

Gadamer, Hans-Georg (1998), Verdad y Método II, Sa- Scott, Joan Wallach (2011), Género e historia, Ciu-
lamanca, Ediciones Sígueme. dad de México, Fondo de Cultura Económica/
UACM.
Gittings, Robert (1997), La naturaleza de la biografía,
Ciudad de México, INAH. Tamboukou, María (2022), “Traces in the Archive:
Re-imagning Sofia Kovalevskaya”, Life Writing,
Glinsky, Ablert (2000), Theremin. Ether Music and Es- 19 (3), Londres, Taylor & Francis, pp. 341-356,
pionage, Chicago, University of Illinois Press. doi: https://doi.org/10.1080/14484528.2020.17
71672
Guizardi, Menara; Valdebenito Tamborino, Feli-
pe; López, Eleonora y Nazal, Esteban (2017), Tamboukou, María (2017), “Reassembling Documents
“¿Transnacionales o transfronterizas? Repen- of Life in the Archive”, The European Jour-
sando las experiencias migratorias familiares nal of Life Writing, vol. 6, Groninga, University
en zonas de frontera”, en Herminia Gonzálvez of Groningen Press, pp. 1-19, doi: https://doi.
y Javiera Cienfuegos (coords.), Familias trans- org/10.5463/ejlw.6.215
nacionales. Un campo en construcción en Chile,
Santiago de Chile, Crann Editors, pp. 147-182. Tamboukou, María (2016), “Feeling narrative in the
archive: the question of serendipity”, Quali-
Haraway, Donna J. (1991), Ciencia, cyborgs y mujeres. tative Research, 16 (2), Newcastle-upon-Ty-
La reinvención de la naturaleza, Valencia, Edi- ne, Sage, pp. 151-166, doi: https://doi.
ciones Cátedra/Universitat de València/Institu- org/10.1177/1468794115569563
to de la Mujer.
Vasquez Montaño, Rosario Margarita (2022a), Ethel
Harding, Sandra (2012), “¿Una filosofía de la ciencia Duffy Turner (1885-1969). Una existencia al lími-
socialmente relevante? Argumentos en torno a te, conmovida por la revolución, Zinacantepec,
la controversia sobre el Punto de vista feminis- El Colegio Mexiquense, A.C.
ta”, en Norma Blazquez Graf, Fátima Flores Pa-
lacios y Maribel Ríos Everardo (coords.), Inves- Vasquez Montaño, Rosario Margarita (2022b), “Pe-
tigación feminista: epistemología, metodología riodismo y activismo político. La revolución
y representaciones sociales, Ciudad de México, mexicana desde la mirada de Sophie Treadwell
UNAM, pp. 39-66. y Ethel Duffy Turner (1907-1921)”, Estudios de
Historia Moderna y Contemporánea de México,
Jablonka, Ivan (2016), La historia es una literatura con- núm. 64, Ciudad de México, UNAM-IIH, pp. 131-
temporánea. Manifiesto por las ciencias socia- 157, <https://acortar.link/Cb7mER>, 14 de no-
les, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica. viembre de 2023.

Lefebvre, Henri (2020), La producción del espacio, Vasquez Montaño, Rosario Margarita (2022c), “Trans-
Madrid, Capitán Swing Libros [versión Kindle]. formaciones en la identidad femenina, cambio
generacional y revolución: primera mitad del
McClellan, James E. (2005), “Accident, Luck, and Se- siglo XX”, Korpus 21, 2 (4), Zinacantepec, El Co-
rendipity in Historical Research”, Proceedings of legio Mexiquense, A.C., pp. 93-116, doi: http://
the American Philosophical Society, 149 (1), Fila- dx.doi.org/10.22136/korpus21202276
delfia, American Philosophical Society, pp. 1-21,
<https://acortar.link/Td4151>, 14 de noviembre Vasquez Montaño, Rosario Margarita (2012a), “El ros-
de 2023. tro social de la mujer de frontera. Un recorrido
por el pasado femenino sonorense en el siglo
Pierre-Yves Saunier (2021), La historia transnacional, XIX”, Meyibó. Revista de investigaciones histó-
Zaragoza, Universidad de Zaragoza. ricas, 3 (5), Tijuana, Universidad Autónoma de
Baja California, pp. 37-78, <https://acortar.link/
Pratt, Mary Louise (2010), Ojos imperiales. Literatura q5lcMb>, 14 de noviembre de 2023.
de viajes y transculturación, Ciudad de México,
Fondo de Cultura Económica. Vasquez Montaño, Rosario Margarita (2012b), “Go-
londrinas errantes. Mujeres sonorenses en la
Pratt, Mary Louise (1991), “Arts of the Contact Zone”, Revolución Mexicana”, en Juan Manuel Romero
Profession, Nueva York, Modern Language As- Gil (coord.), La Revolución en las regiones: una
sociation, pp. 33-40, <https://acortar.link/Og- mirada caleidoscópica, Hermosillo, Universidad
JxLw>, 14 de noviembre de 2023. de Sonora, pp. 367-394.

92
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 79-94

Vasquez, Magaly (2017), “‘Mijito’, pass me the bottle:


fiesta en la frontera”, Crónica Sonora, 1 de agos-
to de 2017, <https://acortar.link/qQERhq>, 14
de noviembre de 2023.

Villarmea Requejo, Stella (1999), “Conocimientos si-


tuados y estrategias feministas”, REDEN: Re-
vista Española de Estudios Norteamericanos,
núms. 17-18, Alcalá de Henares, Universidad de
Alcalá-Centro de Estudios Norteamericanos,
pp. 219-235, < https://acortar.link/0A5LGk>, 14
de noviembre de 2023.

Recibido: 27 de septiembre de 2023.


Aceptado: 6 de noviembre de 2023.
Publicado: 15 de diciembre de 2023.

Rosario Margarita Vasquez Montaño

Es doctora en historia por El Colegio de México,


A.C. Actualmente se desempeña como investi-
gadora adscrita al seminario académico de His-
toria Contemporánea en El Colegio Mexiquense,
A.C. Es miembro del Comité Directivo de la Red
de Estudios de Historia de las Mujeres y de Géne-
ro en México (REDMUGEN). Su línea de investi-
gación está enfocada en la historia sociopolítica
de las mujeres, siglo XX, en particular la presen-
cia extranjera en México. Entre sus más recien-
tes publicaciones destacan, como autora: Ethel
Duffy Turner (1885-1969). Una existencia al lími-
te, conmovida por la revolución, Zinacantepec,
El Colegio Mexiquense, A.C. (2022); “Periodis-
mo y activismo político. La revolución mexica-
na desde la mirada de Sophie Treadwell y Ethel
Duffy Turner (1907-1921)”, Estudios de Historia
Moderna y Contemporánea de México, núm. 64,
Ciudad de México, UNAM-IIH, pp. 131-157 (2022);
“Transformaciones en la identidad femenina,
cambio generacional y revolución: primera mi-
tad del siglo XX”, Korpus 21, 2 (4), Zinacantepec,
El Colegio Mexiquense, A.C., pp. 93-116 (2022).

93
ROSARIO MARGARITA VASQUEZ MONTAÑO, AUTOETNOGRAFÍA, CONOCIMIENTO SITUADO
Y SERENDIPIAS EN LA ESCRITURA DE BIOGRAFÍAS DE MUJERES DE FRONTERA

94
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 95-112
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024172

DESENTRAÑANDO UNA VIDA:


JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

UNRAVELING A LIFE:
JUANA C. ROMERO, CACICA OF TEHUANTEPEC

Francie Chassen-López
orcid.org/0000-0001-5610-0201
University of Kentucky
Estados Unidos
[email protected]

Abstract

This work presents the author´s personal reflection on the experience of writing the
biography, Mujer y poder en el siglo XIX: La vida extraordinaria de Juana Catarina
Romero, Cacica de Tehuantepec which took many years to write. She describes the
problems that can arise with family members of the subject under study with respect
to sensitive data, decisions of structure and style, and how to establish credibility
with the reader. She explains how the methodologies gender analysis and the new
microhistory can serve to make women visible in history.

Keywords: Biography; Material Culture; Microhistory; Symbolic Capital; Isthmus of


Tehuantepec.

Resumen

Este trabajo reflexiona sobre la investigación y escritura de Mujer y poder en el siglo


XIX: La vida extraordinaria de Juana Catarina Romero, Cacica de Tehuantepec, que
tomó más de veinte años. Recuenta las dificultades enfrentadas en la investigación
y escritura del libro, y cómo fueron resueltas o no. Describe los problemas que pue-
den surgir con la familia del personaje bajo estudio en datos delicados, decisiones
de estructu­ra y estilo y cómo establecer credibilidad con el lector. Partidario de la
perspectiva de género y la nueva microhistoria, explica cómo esas metodologías vi-
sibilizan a las mujeres en la historia.

Palabras clave: Biografía; Cultura Material; Microhistoria; Capital Simbólico; Istmo de


Tehuantepec.

95
FRANCIE CHASSEN-LÓPEZ, DESENTRAÑANDO UNA VIDA: JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

Introducción Subsidió la construcción de edificios públicos


como el palacio municipal y el mercado central
Al investigar el papel de los oaxaqueños en el mientras que financió el embellecimiento de los
desarrollo del capitalismo y la construcción de la parques de la ciudad y hasta pagó para que la
nación en las últimas décadas del siglo XIX para banda del maestro Chiñas tocara semanalmente
mi libro From Liberal to Revolutionary Oaxaca: en la plaza principal. Invirtió en la salud pública,
The View from the South, Mexico 1867-1911 (Chas- donando dinero para un sistema de agua pota-
sen-López, 2004; 2010), más me molestaba la ble y pagó por medicinas y enfermeras durante
ausencia de las mujeres en los libros de histo- epidemias. Fue sumamente generosa durante la
ria. No obstante, se mencionaba una mujer, una reconstrucción de las iglesias después del terre-
comerciante tehuana, Juana Catarina Romero moto de 1897. Para una mujer que inició su ca-
(1837-1858). Una mestiza, vendedora ambulante rrera como una espía arriesgando su vida para
de cigarrillos en 1858, había servido como espía los Liberales y quien terminó como la gran be-
para los Liberales durante la Guerra de Refor- nefactora de su ciudad, fue frustrante ver cómo
ma bajo el mando del jefe político de Tehuante- Televisa la redujera a una guapita vendedora de
pec, el joven capitán Porfirio Díaz. Ellos trabaron cintas que coqueteaba con Porfirio en un pro-
una amistad que duraría por todas sus vidas; grama de alcance nacional.
mientras que él fue dictador del país, ella llegó
a ser una comerciante muy rica, terrateniente, Las pistas falsas y los hechos fértiles
filántropa y, finalmente, cacica de Tehuantepec.
Pero si ella aparecía en libros, era por lo general En verdad, Juana C. Romero tuvo una vida ex-
en una anécdota o nota al pie, como un amor traordinaria, lleno de éxitos, pero también obs-
pasajero de Porfirio. Sin embargo, de esa rela- táculos, decepciones, tristezas y discriminacio-
ción nacieron mucho mitos, rumores y anécdo- nes por ser mujer. Me desalentaba que la historia
tas, que se siguen repitiendo generación tras de esta mujer independiente, tozuda e intrépida,
generación. una verdadera bildungsroman, fuera anulada
El mito más persistente supone que en el ca- por los chismes de su vida sexual. Como histo-
lor de la guerra se hicieron amantes (una supo- riadora del siglo XIX, sospechaba que su vida
sición no corroborada), que ése fue el gran amor tenía mucho que enseñarnos. Además, era un
de sus vidas, y que él todavía llamó por ella en tema personal para mí: mi suegra y varios otros
su lecho de muerte en París. Otro mito asegura parientes cercanos eran tehuanos, y yo conocía
que, como presidente, Díaz le construyó un gran bien la ciudad y su cultura. Me prometí que, al
chalé francés y arregló que el ferrocarril pasara terminar el libro sobre Oaxaca, regresaría a la in-
en frente de su casa para su conveniencia. Otros vestigación de Juana Cata para tratar de hacerle
dicen que él le dio su dinero y poder político. justicia, y al fin de muchos años, publiqué Mujer
Durante 1994 y 1995, Televisa presentó una tele- y poder en el siglo XIX: La vida extraordinaria de
novela biográfica de la vida de Díaz, El vuelo del Juana Catarina Romero, Cacica de Tehuantepec
Águila, en que la joven Salma Hayek hizo el pa- (Chassen-López, 2020).
pel de Juana Cata. Célebres por ser las mujeres Así fue como empecé a guardar la informa-
más guapas e industriosas del país, con frecuen- ción que aparecía sobre ella para un trabajo fu-
cia se representa a las tehuanas como exóticas turo. Pero luego, estando en Oaxaca en el verano
indígenas seductoras, brujas adeptas en domi- de 1996, surgió la oportunidad de llevar a mi hija
nar a los hombres a través de sus pociones má- Bárbara, quien tenía entonces 17 años, a conocer
gicas. En efecto, en la telenovela, Hayek aparece la tierra de su abuela. La tía Martina, también te-
como una bella zapoteca hechicera que seduce huana, muy generosa, no sólo nos prestó su casa
a Porfirio. Entonces, el papel histórico de Jua- en el barrio de Santa María, sino también, como
na Cata en la modernización de Tehuantepec no conocía mi interés en Juana Cata, nos arregló
aparecía en ningún lado. Ella fundó y subsidió una entrevista con la sobrina biznieta, doña Jua-
dos escuelas, una para niños y otra para niñas, nita Moreno Romero, y también con el cronista
abasteciéndolas con todos los materiales nece- de la ciudad, César Rojas Pétriz. Acompañadas
sarios, y con campos deportivos para los niños. por nuestra joven amiga historiadora Nimcy Are-

96
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 95-112

llanes, llegamos por autobús una tarde calurosa Pétriz. Con el tiempo, hicimos amistad y él com-
de julio. Por suerte, nos enteramos de un evento partía datos importantes. En efecto, unos años
cultural sobre Juana Cata esa noche en Salina después, él me mostró la fotocopia de la pági-
Cruz. Así, fuimos a escuchar la presentación de na en el registro de bautizos de noviembre de
la recién publicada novela de María de los Ánge- 1837 donde el cura había escrito: “bautice so-
les Cajigas Rosaldo, La Didjazá (Cajigas Rosaldo, lemnemente a Juana Catarina ladina de tres días
1994). Yo quería hablar con ella después, pero hija de padres no conocidos” (Chassen-López,
las jóvenes estaban cansadas del viaje y era ya 2020: 2). Este descubrimiento me dejó atónita:
muy tarde, así que regresamos a Tehuantepec. era la prueba del nacimiento ilegítimo de Juana
Ésa fue una oportunidad perdida de la cual me Cata. Esta experiencia me curó de confiar en las
llegaría a arrepentir. fuentes, no importaba qué verídicas parecieran
Al día siguiente fuimos a la entrevista con (por cierto, hasta la fecha se desconoce la pa-
doña Juanita; sería la primera vez, pero no la úl- ternidad de Juana Cata). Aprendí por las malas,
tima, que entraría al chalé imponente que cons- como también otras biógrafas, que tratar con la
truyó Juana Cata (y no Porfirio) atrás del mer- familia de una persona famosa puede volverse
cado central. Doña Juanita, una señora elegante un campo minado; para tapar “las verdades in-
y canosa, doyenne de la ciudad, había aceptado convenientes” (Hamilton y Renders, 2018: 57), la
recibirnos con la condición de que no pregun- gente engaña, falsifica e inventa para mandar el
táramos del amorío con Porfirio Díaz. Ella com- investigador por lo que Hermione Lee, la biógra-
partió su versión de la historia de Juana Cata, fa de Virginia Woolf y Jane Austen, llama “las
respondió a algunas preguntas y orgullosamen- pistas falsas” (Lee, 2009: 7). No obstante, esta
te nos mostró las medallas que su tía abuela ha- experiencia reveló lo que Virginia Woolf llamó
bía ganado por la calidad de su azúcar en las el “hecho creativo, el hecho fértil; el hecho que
exhibiciones internacionales de San Luis, Misuri, sugiere y engendra” (Woolf, 1942: 197), el naci-
en 1904 y el Palacio de Cristal de Londres en miento ilegítimo de Juana Cata, el secreto fami-
1908. Nos dio un tour del primer piso, la sala con liar que doña Juanita quiso ocultar todavía 160
muebles franceses y el comedor con sus gabine- años después, que ayudaría a explicar el deseo
tes Chippendale. Entre otras cosas, nos dijo que de Juana Cata de destacar y ganar respetabili-
la madre de Juana Cata se llamaba María Clara dad en la sociedad tehuana.
Josefa Romero y su padre, José Inés Romero.
Cuando yo le pregunté por qué compartían el Al centrar la perspectiva de género
mismo apellido, ella explicó que era un apellido
muy común en el barrio de Jalisco donde Jua- Como una historiadora joven, había escrito una
na Cata nació. Me pareció raro, pero no insistí biografía política de un líder obrero, Lombar-
en el tema, pues apenas estaba empezando la do Toledano y el movimiento obrero mexicano,
investigación y me faltaba mucha preparación. 1917-1940 (Chassen-López, 1977), donde estuve
Desgraciadamente, no hubo segunda entrevista mucho más interesada en la teoría marxista que
porque lamentablemente doña Juanita murió en en la metodología de la biografía. En verdad, ha-
2000. bía escrito poco acerca de ésta entonces; sólo
Para 1998, creía que tenía suficiente informa- fueron unos años después cuando los biógrafos
ción y publiqué un artículo sobre Juana Cata en empezaron a tomar en serio el análisis de la me-
la revista Acervos (Chassen-López, 1998). Incluí todología. Al contrario de la crítica ruda de Nigel
los nombres de los padres de Juana Cata; nun- Hamilton y Hans Renders del impacto del post-
ca imaginé que una dama tan respetable como modernismo y la deconstrucción en la historia,
doña Juanita me mentiría. Esa ingenuidad me que según ellos habían destruido la creencia en
ganó una reprimenda de la genealogista local, la “verdad” (Hamilton y Renders, 2018: 178-179;
Rosa Mimiaga, en la revista local cultural El Za- Hamilton, 2007: 206-212), hubo elementos posi-
poteco. Después Rosa me informó que José Inés tivos en ese impacto, sobre todo en su crítica de
no podría haber sido su padre, ya que nació las grandes narrativas que proponían un progre-
después de Juana Cata. También en julio 1996 so lineal de la historia guiado por los hombres
entrevisté al cronista de la ciudad, César Rojas blancos. Ésta abrió espacio para el surgimiento

97
FRANCIE CHASSEN-LÓPEZ, DESENTRAÑANDO UNA VIDA: JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

de las voces de la gente anteriormente sin voz, las frases cargadas de jerga, con la esperanza de
los colonizados y las minorías en los países de- producir una narrativa fluida.
sarrollados. Entre ellas, algunas de las más fuer- En mi primera biografía sobre Lombardo To-
tes voces eran de las mujeres, que ahora exigían ledano (Chassen de López, 1977), había seguido
su lugar en la historia. Para la década de 1980, el patrón de las biografías masculinas que enfo-
se notaba un auge de la biografía, nutrido por la can el papel público y los logros del sujeto, sin
historia social, la historia de la mujer y el género incluir su vida privada y el tema de género. Aho-
y una plétora de métodos de otras disciplinas, ra, tres décadas después, estaba aprendiendo
ahora llamado el giro biográfico o la nueva bio- que escribir la biografía de una mujer era otra
grafía.1 Ahora, yo tomé más en serio la metodo- cosa. Como notó Carolyn Heilbrun, las mujeres
logía. “han vivido afuera de las narrativas ya prepara-
Inicié la biografía de Juana C. Romero pregun- das” del “patrón lineal, cronológico” de los hom-
tando: ¿qué papeles cumplieron las mujeres en bres. Para ellas, la vida doméstica, el cuidado de
la construcción del Estado-Nación, el desarrollo la familia, era tema fundamental (Heilbrun, 1988:
del capitalismo y la modernización de México a 25, 39-40, 50). Por eso, enfatizó Blanche Wiesen
fines del siglo XIX y principios del XX? ¿Cuáles Cook que las mujeres han tenido que “plantear
fueron las posibilidades y límites de la agencia preguntas distintas, percibir problemas diferen-
de la mujer en esos procesos? Inspirada por el tes” y “tomar en serio asuntos de lujuria y pa-
artículo sobre biografía de Alice Kessler-Harris sión” (Wiesen Cook, 1990: 60). Las biografías de
en la American Historical Review y su biogra- mujeres tienen que tomar en cuenta las relacio-
fía de Lillian Hellman, A Dangerous Woman, yo nes domésticas, las opresiones, los estereotipos,
también quería “to see through a person’s life” la sexualidad y las subjetividades, además de los
(ver a través de una vida) para que “esa vida factores de clase, raza, etnicidad, edad y nacio-
individual nos ayudaría a entender no sólo even- nalidad. Como señaló Ana Lidia García, son pre-
tos particulares sino esclarecer los procesos so- guntas como éstas que “hacen visibles las muje-
ciales y hasta políticos de un momento históri- res como sujetos históricos” (García, 1998: 200).
co” (Kessler-Harris, 2009: 626-627; 2012). Tenía La cuestión central de esta empresa es des-
la esperanza de que la investigación de la vida cubrir la relación íntima y compleja entre el
de Juana Cata aclararía los papeles de la mujer género y el poder. Como señaló Joan Scott, el
en el siglo XIX. Como historiadora de género, ya poder “se articula” en el campo de género y
había aprendido que “cuando el sujeto es una aunque “los conceptos del poder se construyen
mujer, el tema de género vuelve central al análi- a través de ideas de género, no siempre se trata
sis” (Alpern et al., 1992: 7); así, la perspectiva de simplemente de género”. Por eso, la perspecti-
género sería fundamental para mi metodología. va de género es necesaria para desentrañar el
También, me inspiraron las biógrafas feministas, significado y la dinámica del poder (Scott, 1986:
quienes usaron esa perspectiva para escribir 1067-1070). La vida de Juana Cata ilustra esto:
acerca de mujeres que no fueron feministas (Ze- ella tuvo que enfrentar la discriminación cons-
mon Davis, 1995; Schiff, 2010). Con respecto a la tante por ser mujer, sobre todo cuando se atre-
teoría, estoy de acuerdo con mi colega, Jeremy vió a retar la dominación de los comerciantes y
Popkin, quien escribiendo acerca de la autobio- políticos masculinos de Tehuantepec. Su vida
grafía, observó que “su fascinación […] nace no revela el proceso a través del cual esos mitos y
solamente por la variedad de temas que abarca estereotipos programaban a la gente a aceptar
sino también de su habilidad de conectar la ex- a la hegemonía masculina como algo natural y
periencia humana cotidiana con las cuestiones necesario y ver el poder en manos de una mu-
teóricas profundas” (Popkin, 2005: 9). Pero, por jer como algo anti-natural y peligroso. Si, por un
lo mucho que me guíe la teoría, trato de evitar lado, yo buscaba pinchar los mitos, para descu-
brir la mujer atrás de ellos, por el otro lado creía
1 Esta “nueva biografía” se diferencia de la nueva biografía
que propuso Virginia Woolf en la década de 1920. Influida que encerraban mensajes importantes respecto
por la obra de Freud, ella sugirió que la biografía se centraba a cómo ella fue vista tanto en su tiempo como
más en la vida interior de los sujetos. En Estados Unidos y
Europa, el giro biográfico surgió simultáneamente mientras
en el presente. Pero, también, me preocupaba
que en México empezó a llegar a partir de 2000. que la discusión de los mitos más sensaciona-

98
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 95-112

listas desviaría mi objeto principal, destacar su dades de las mujeres, los múltiples papeles que
vida, sus logros y los límites que le imponía su ellas hacían en el siglo XIX. La carrera de Juana
sociedad. Tenía la esperanza de que tal vez al Cata ilumina esto; su vida representa las diver-
publicar mi artículo, “Mitos, mentiras y estereo- sas actividades de mujeres decimonónicas que
tipos: el reto de la biografía feminista” (Chas- poco se han estudiado, las espías, las vendedo-
sen-López, 2012), que exploró esos temas en ras ambulantes, las comerciantes, las finqueras,
detalle, no tendría que darles tanta atención en las negociantes y las filántropas que funciona-
el libro, y así fue. ron a nivel local y regional. Aunque la escala y
éxito de sus empresas tal vez fueran excepcio-
El lente microhistórico nales, sus actividades no lo fueron. Por eso, el
lente microhistórico unido al lente de la biógrafa
En México, la mujer ha sido invisible no sólo por- individual logra descubrir la amplia participa-
que la historia ha sido narrada por hombres sino ción de la mujer en el desarrollo del capitalismo
también porque esa historia se ha ocupado so- y la modernización del país. No debe sorprender
bre todo de El Centro, la Ciudad de México y que aparecen en el mismo momento histórico
los estados contiguos, dejando a un lado al resto tanto la nueva microhistoria, los estudios de la
del país. Pero ya para la década de 1970, con la mujer y el género y el giro biográfico, porque
expansión de las universidades provincianas, el existe una relación vital entre ellos, revelan lo
auge de la historia social y la fundación de la que las macrohistorias, las narrativas universa-
Sociedad Nacional para los Estudios Regionales, les, han ocultado por siglos.
las historias regionales empezaban a multiplicar Consecuentemente, se empieza a ver las mu-
y han transformado el modo en que ya se conci- jeres, que rara vez participaban en la política a
be la historia nacional.2 Una plétora de estudios nivel nacional, muy activas en los negocios, en
académicos de la economía, política, sociedades eventos sociales y culturales y hasta en la polí-
y culturas de los estados, regiones, ciudades y tica a nivel local. Así, mi tesis (Chassen-López,
pueblos comenzaron a salir, antes el dominio de 2020) fue que la vida de Juana C. Romero de-
escritores locales que se limitaban a la crónica muestra cómo las mujeres actuaban en cuatro
de eventos. Fue dentro de esa corriente que es- áreas cardinales que explican los cambios so-
cribí mi libro sobre Oaxaca. Ahora, esa nueva ciales en el siglo XIX: 1) la modernización de la
microhistoria me guiaría para indagar la vida de infraestructura, comercio y agricultura comer-
una mujer en una ciudad pequeña provinciana; cial; 2) la integración política de la nación y la
cuanto más investigaba, más me daba cuenta de construcción de la identidad nacional; 3) el pro-
la íntima relación entre la microhistoria y la bio- yecto porfiriano de ingeniería social con tal de
grafía. Según Giovanni Levi, al reducir la escala crear una sociedad y ciudadanía moderna, y 4)
de observación, la nueva microhistoria nos lleva el rol cambiante de la mujer y las relaciones de
a cuestionar nuestro entendimiento de los pro- género dentro de las grandes transformaciones
cesos históricos mismos (Levi, 1992: 96-97). Al en el país. Precisamente, mi objeto era, a través
contrario de historias locales anteriores, la nue- del estudio de la vida de Juana C. Romero, pro-
va microhistoria no sufre de miopía; como se- porcionar al lector una nueva perspectiva de la
ñala Matti Peltonen, “supone que los fenómenos amplitud de actividades abiertas a las mujeres
del nivel macro están también presentes en los en esa época.
eventos iluminados por la microhistoria. De otro Además, al escribir este estudio, se volvió
modo, todo el proyecto de la microhistoria sería imposible separar la historia de Juana Cata de
inútil” (Peltonen, 2014: 114). No es coincidencia la ciudad a cuya mejoría ella había dedicado su
que paralelo al desarrollo de la microhistoria, vida. Sin darme cuenta, apareció una segunda
México también vivió la expansión de la historia protagonista: la ciudad de Tehuantepec; en efec-
de la mujer, precisamente porque ambas pro- to, había escrito una doble biografía. Lejos de ser
porcionan una lupa que saca a la luz las activi- una historia limitada local, esa obra terminó por
2 El término de historia regional en México refiere a la cor- describir la interacción de fuerzas locales, regio-
riente de historias no solamente regionales sino también lo-
cales y estatales. Es semejante a la nueva microhistoria de la
nales, estatales, nacionales e internacionales en
que hablo aquí. el momento histórico en que México no sólo es-

99
FRANCIE CHASSEN-LÓPEZ, DESENTRAÑANDO UNA VIDA: JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

forzaba por modernizarse sino también la cons- atrás de ella. Así, las descarté, y acerté que fue
trucción de la conexión interoceánica prometía gracias a su trabajo incansable y su excelente
transformar el istmo en un puente de comercio capacidad para el comercio, que ella sola había
internacional. Mientras que pude desarrollar esa incrementado la pequeña cantidad de capital
biografía doble en la versión en español del libro que los Liberales le habían dado para agrade-
(Chassen-López, 2020), por límites de espacio cer sus servicios de espía. Pero luego mi amigo
no se ha podido hacer lo mismo en la versión en Víctor Manuel Hernández Gutiérrez me llevó a
inglés en proceso. conocer su amigo, José Manuel Villalobos, un
descendiente de Remigio Toledo y amante de
El papel del narrador la historia, quien había transformado su casa an-
tigua en un museo. Esa noche él compartió su
La biógrafa a fuerza tiene que decidir qué papel versión:
va a cumplir dentro del texto, lo que Hamilton
y Renders designan “‘el personaje literario’ del Remigio pidió a Juana Cata encargarse de sus hi-
biógrafo como narrador” (Hamilton y Renders, jos por si acaso algo le pasara y le dibujó un mapa
2018: 6). No me acostumbraba a escribir en la donde había enterrado su tesoro, al pie del cerro
primera persona; me sonaba presuntuosa, como de Guiengola. Le dijo que debía buscar unas pie-
la antropología reflexiva. A veces había echado dras azules, y allí encontraría una barreta con que
mano del “nosotros” pero podría también pare- podría cavar. Se podría ver saliendo de la tierra la
cer fatua, así casi siempre usaba la tercera per- cuarta parte de la barreta, y allí mismo se había
sona; si tenía algo personal que decir, lo metía enterrado su botín de Guerra. Ella, entonces, debía
en una nota al pie. Pero ahora, esa decisión no usar el dinero para cuidar a sus hijos, sus casas, y
parecía tan simple, después de haber caído en la entregarles su parte justa. Así fue. A la muerte de
falsa pista de doña Juanita.3 Luego una segunda Remigio, junto con sus mozos de confianza, encon-
lección, relatada abajo, aumentó mis dudas res- tró el lugar y limpiaron la maleza. Dicen que regre-
pecto a mi papel en esa narrativa. só a la ciudad con carretas llenas de oro.4
Otra pregunta central del estudio era: ¿cuál
era el origen de la riqueza de Juana Cata? Una José Manuel nos informó que su tía abuela,
versión aseveró que, obviamente, Porfirio Díaz Epitacia Villalobos Rustrián, su “tía Tacha”, se
no sólo le dio su dinero sino también su influen- había casado con el hijo de Juana Cata, Aurelio
cia política; sin embargo, no había aparecido Toledo. Ella era la hermana del abuelo de José
evidencia de eso y después de 1860, la comu- Manuel, Daniel Villalobos Rustrián, y por eso,
nicación entre ellos fue esporádica. Otro rumor Juana Cata y Daniel se trataban como compa-
común aseguró que fue el “tesoro enterrado” dres. Me asombró mucho escuchar que ella tu-
del coronel Remigio Toledo, su amante duran- viera otro hijo, como en la investigación hasta
te la Guerra de la Intervención Francesa, famo- ahora solamente había salido un hijo, Mariano
so por su corrupción como prefecto imperial de Gallegos, hijo de una prima fallecida y quien Jua-
Tehuantepec; que cuando anduvo prófugo, le na Cata adoptó y dio su apellido. José Manuel
encomendó el cuidado de sus hijos y le informó explicó que Remigio había pedido a Juana Cata
sobre el lugar del dinero que había enterrado. que se encargara de sus tres hijos, Conrado, Ju-
Para mí, esas explicaciones olían a las versiones lián y Aurelio, por si algo le pasara, dándole la
que suelen contar con tal de disminuir la agen- información sobre su dinero enterrado. En efec-
cia de las mujeres, que siempre hay un hombre to, Remigio fue asesinado en 1871. Así que Aure-
lio, el más joven, se casó con la tía Tacha (José
3 Aquí quiero agradecer las riquísimas discusiones que sos- Manuel no tenía noticia de los otros dos hijos, ni
tuvo el grupo informal de “las biógrafas” respecto a ese
tema u otros. En algunos momentos a través de los años yo pude encontrarla tampoco). Ahora, me pre-
nos hemos reunido a discutir nuestros avances de investig- guntaba: ¿cuántos hijos había criado esa mujer?
ación tanto en Oaxaca como en la ciudad de México: Mílada
Bazant, Mary Kay Vaughan, Susana Quintanilla, Lourdes Al- 4 Hice dos entrevistas a José Manuel Villalobos: esa primera
varado, Ana Rosa Suárez Argüello y Daniela Spencer. Otra el 29 de mayo de 2009 y luego el 4 de diciembre de 2012
gente ha leído partes del trabajo para aportar comentarios acompañada por la doctora Mónica Udvardy, en que repitió
invaluables, entre ellas María Teresa Fernández Aceves, Silvia la historia del tesoro enterrado. El palacio real de los reyes
Arrom y Susie Porter. zapotecas se encontraba en Guiengola.

100
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 95-112

Pero hasta ese momento, no tenía evidencia lo que he llamado “las lecciones de Juana Cata”
de la existencia de Aurelio Toledo u otro hijo, así me estaban involucrando en la narrativa (Chas-
que seguí escéptica respecto al cuento del oro sen-López, 2023).5 Sentí que al publicar el nom-
enterrado, que por cierto aparece en las novelas bre del padre inventado por doña Juanita me
de Cajigas Rosaldo (1994) y Meneses de Gyves convertí sin querer en su cómplice, sobre todo
(1995). Sabía que nunca se había casado Juana después del regaño de Rosa Mimiaga. Mi honor
Cata ni había dado a luz. Sin embargo, no pasa- como historiadora estaba en la balanza. Según
ron dos semanas de la entrevista con José Ma- Ian Hamilton, los biógrafos o son “reveladores” u
nuel cuando, investigando en el Archivo de No- “ocultadores” de los datos delicados (Hamilton,
tarías de Tehuantepec en la Biblioteca Francisco 1994: vii). Como no escribía una hagiografía sino
Burgoa de la ciudad de Oaxaca, que empecé a la biografía de una mujer real, compleja, de car-
encontrar pruebas incontrovertibles del vínculo ne y hueso, estaba determinada a no ser oculta-
entre Juana C. Romero, Mariano Romero y Au- dora; sobre todo desde que el dato de su naci-
relio Toledo. Aurelio empezó a aparecer como miento ilegítimo era mi hecho fértil y ahora que
testigo en los negocios de Juana Cata, a veces sospechaba que una buena parte de su capital
junto con Mariano. Unos días después apareció posiblemente venía de la corrupción de Remi-
una evidencia crucial: el contrato que creó el ne- gio. Como para la biógrafa es esencial ganar la
gocio de Juana C. Romero y Cía., fechado el 6 de confianza del lector para tener credibilidad (Sti-
agosto de 1900, formado por tres comerciantes, les, 2023; Hamilton y Renders, 2018: 30), tuve la
Juana C. Romero (de 60 años y soltera), Jose- esperanza de que, si compartía esas experien-
fina Garfias (la viuda de Mariano, de 33 años) y cias personales con mis lectores, esto subsanaría
Aurelio Toledo (casado, de 28 años). Esto daba mi integridad como una investigadora honesta,
a Aurelio el derecho de actuar con el poder de Por eso, opté por escribir en la primera persona
Juana Cata. Luego, leyendo el periódico local, cuando narraba estas experiencias y regresar a
El Eco del Istmo, en la Biblioteca Burgoa, apare- la tercera persona en el resto del texto. Todavía
ció otra prueba: la publicación de la noticia de no estoy segura si esto funcionó tan bien.
que, en septiembre de 1900, los señores Santia- También, hacía falta decidir sobre la estructu-
go Bustillo, Sra. Bustillo, Juana C. Romero y Au- ra de la obra. Según Leon Edel, la decisión sobre
relio Toledo se habían presentado como padri- estructura es uno de los principios básicos de
nos del casamiento de Luis Romero y Felícitas la biografía: “Cada vida toma su forma propia
Arias (Chassen-López, 2020: 124-125). Ahora, no y el biógrafo debe encontrar la forma literaria
quedaban dudas de que Aurelio no solamente ideal y única que la revelará” (Edel, 1984: 30).
era de confianza, sino que también se le trata- Consecuentemente, no es de rigor seguir una
ba como parte de la familia; hasta me imaginaba forma cronológica porque las vidas raramente
que Juana Cata había arreglado su boda con la son lineales; es la naturaleza de la información
tía Tacha, para vincularse con la familia Villalo- recopilada que determina la estructura. Así, mis
bos. Para entonces, también sabía que ya en la primeros dos capítulos, Capítulo 1. Una juventud
década de 1870 ella estaba comprando casas a en tiempos precarios y Capítulo 2.Tiempos de
precio de mil pesos o más, mucho más dinero Guerra, que ponían el escenario y aportaron el
que una sencilla tendera pudiera acumular. Aho- contexto histórico lógicamente fueron cronoló-
ra que la investigación había comprobado la gicos. Pero luego, el Capítulo 3. La Empresaria,
aserción de José Manuel que ella se había encar- que trató sus empresas comerciales y agrícolas,
gado de Aurelio, también empecé a reconocer el Capítulo 4. El Traje de la Tehuana, que exami-
que era muy probable que había alguna verdad 5 Mi artículo intitulado “Las lecciones de Juana Cata”, que
en la historia del tesoro. Era viable que ella había apareció en el libro Saberes, enseñanza y poder. Las mujeres
rompiendo techos de cristal en el espacio público, Siglo XVI
heredado una parte, si no todo, del dinero que al XXI (Benemérita Universidad de Puebla, 2023), es una re-
su amante corrupto había exprimido de los te- flexión sobre algunas de las metodologías y teorías que me
sirvieron o que son disponibles hoy en día para escribir la bio-
huanos durante la Intervención, y que ese dinero grafía feminista. En cambio, el presente artículo se enfoca los
formó parte de sus primeros capitales. problemas específicos que enfrenté al escribir esta biografía,
y si los pude resolver o no. Sobre todo, aquí se trata de mis
Para entonces, empecé a creer también que experiencias personales en el curso de la investigación, cómo
mi curva de aprendizaje en esta investigación, me influyeron y dieron forma al producto final.

101
FRANCIE CHASSEN-LÓPEZ, DESENTRAÑANDO UNA VIDA: JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

nó el surgimiento de la sociedad de consumo en Traté de verificar los datos una y otra vez, pero
México y el papel de Juana Cata en la moderni- como la historia es un proceso constante de re-
zación del célebre traje de la tehuana y las velas visión, los errores son inevitables.
(fiestas) istmeñas, y el Capítulo 5. La Filántropa,
que abarcó su relación con la iglesia y sus obras En búsqueda de las fuentes
filantrópicas, requerían un tratamiento temáti-
co porque servían para explicar su ascensión al La cantidad de mitos y rumores acerca de la
poder político desarrollado en el Capítulo 6. La vida de Juana Cata y la escasez de fuentes no
Cacica. Ya logrado esto, regresé a la forma cro- fueron los únicos obstáculos de la investigación:
nológica en el Capítulo 7. Tehuantepec en Auge, como he subrayado, faltaba su voz propia. “Un
y en el Capítulo 8. Ocaso, que narró el fin de la biógrafo”, escribió Leon Edel, “es como un afi-
prosperidad istmeña y la muerte de Juana Cata. lador de lentes. Su objetivo es hacernos ver”
Sin embargo, me preocupó que esa estructura (Edel, 1978: 3). Entonces, la biógrafa necesita te-
resultaría una narrativa desemparejada. ner cuatro ojos, no sólo los suyos, sino también
Mientras tanto, las preguntas seguían acu- los de su personaje; tratar de ver a través de los
mulándose, aunque no tanto las respuestas, de- ojos de su sujeto para comprender cómo conci-
bido a la escasez de fuentes. Entonces, influida bió su vida ella misma y su momento histórico.
por el estilo de T.J. Stiles en sus brillantes bio- Pero esto resulta un problema cuando faltan no
grafías de Jesse James y Cornelius Vanderbilt sólo su voz sino también muchos datos persona-
(Stiles, 2003; 2009), donde suele plantear sus les, y mucho de lo que se tiene está filtrado por
preguntas directamente al lector, decidí hacer lo los ojos prejuiciados de hombres. La falta de un
mismo e invitar a mis lectores a especular junto archivo y sus cartas personales obstruía mi es-
conmigo. Dada la falta de fuentes, a fuerza la bió- fuerzo para entender su visión de sí misma y su
grafa tiene que recurrir a la especulación, inclu- sociedad, su subjetividad, lo que Mary Kay Vau-
sive a la imaginación, pero siempre bien ubicada ghan ha definido como “el ser cognitivo, activo,
en el contexto histórico. Pero cuando se hace, sensible, y consiente” en su biografía del pintor
es preciso informar al lector, usando lo que Her- Pepe Zúñiga (Vaughan, 2014: 3), tan vital para la
mione Lee ha llamado los “ganchos biográficos”, nueva biografía.
palabras como parece, acaso, tal vez, posible o Hay unas pocas cartas de Juana Cata en la
probablemente, que avisan al lector que se trata Colección Porfirio Díaz en la Universidad Ibe-
de una interpretación o especulación basada en roamericana. La letra no es suya, con excepción
los datos disponibles (Lee, 2009: 89). Por ejem- de la firma; así que es muy posible que alguien
plo, al describir a los años turbulentos en el istmo le ayudó a componerlas. Aunque son bastan-
en la primera mitad del siglo XIX, traté de imagi- te informativas, tratan de asuntos económicos
nar su niñez como la hija ilegítima de una madre y políticos. Sus parientes informaron a César
soltera viviendo en un barrio pobre. Así, planteé Rojas Pétriz que sus papeles personales fueron
mis preguntas al respecto al lector, ya que te- destruidos en el diluvio que devastó a Tehuan-
nía datos concretos. Cuando ella se quejaba en tepec en 1944. Según doña Juanita, sus cartas
cartas a Porfirio del acoso económico constante personales se habían quemado todavía antes de
de su némesis, el licenciado Apolinar Márquez, esa inundación. Algunos de sus descendientes,
traté de imaginar su enojo y frustración ante la quienes tienen papeles personales, gentilmente
discriminación que sufría por ser mujer. Me atre- me permitieron el acceso.6 Busqué información
ví a imaginar su angustia y tristeza al tener que sobre ella en archivos públicos y personales, en
enterrar los tres hombres jóvenes que ella había hemerotecas y bibliotecas, en memorias de via-
criado (Mariano Romero, Aurelio Toledo y Maxi- je, escudriñando donde sea por menciones de
mino Romero, su primo favorito). Creo que ese ella. María de Lourdes Alonso me dio mi primer
tipo de especulación no sólo es aceptable sino 6 Agradezco profundamente a Olga Teresa Salazar Cama-
cho, la nieta de Juanita Moreno Romero, por su generosidad
humaniza la narrativa. Cuando no podía verificar en compartir varios documentos referentes a Juana Cata de
alguna información, pero sospechaba que tenía sus papeles personales. También agradezco a Rómulo More-
no Morán, quien también compartió algunos documentos y
algo de verdad, ponía “dicen la gente” o “según me llevó a conocer las ruinas de la finca cañera Santa Teresa
la creencia popular” o usaba uno de los ganchos. de su propiedad.

102
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 95-112

tour inolvidable de su barrio Jalisco; fue con- historiador local, Miguel Ríos, quien solamente
movedor subir por el empedrado al cerro, por la conoció ya grande, describió a la joven Juana
el camino que Juana Cata debía atravesar dia- Cata así: “de cuerpo bajo, ojos pequeños y mirar
riamente. Seguí sus pasos por las calles y calle- de lince, sin llegar a la belleza y con voz ronca
jones de Tehuantepec en cada viaje, y exploré que artificiosamente dulcificaba, con habilidad
una y otra vez los cuartos del chalé tratando de atraía a sus presas en sus años mozos de pla-
captar un sentido de ella. Traté de imaginar sus cer”. Ya madura, le llamó “una matrona vana”,
pensamientos, de ver la ciudad que ella adoraba quien apuntaba los nombres de sus enemigos
a través de sus ojos. en su “libro negro” (Ríos, 1948: 98-99, 104-105).
Al armar un proyecto de un documental sobre Raramente incluyendo su nombre, los editores
Juana C. Romero, Manuel Tenorio, Martha Kuri e anticlericales del único periódico en la ciudad, El
Israel Morales, profesores de la Universidad del Eco del Istmo, partidarios de su oponente Apo-
Mar en Huatulco, me contactaron en 2008. Te- linar Márquez, la calificaron de “fanática” (es
nían noticias de mi investigación y querían entre- decir, católica), “arrogante” y con pretensiones
vistarme. Esto dio inicio a una colaboración muy de déspota y monarca. Cuando anunciaron los
rica. Espléndidos, serios investigadores, unimos eventos sociales en la ciudad, no mencionaron
nuestros esfuerzos en la cacería de información los suyos, con tal de ningunearla. Para ellos, su
sobre la vida de Juana Cata. Estoy en deuda con influencia era un peligro; según el columnista
Manuel, un fotógrafo de primera línea, por com- “Pif-Paf”, su poder amenazaba con “desequili-
partir conmigo sus fotos, especialmente de la brar” la sociedad (Pif-Paf, 1892: 2-3). De estas
familia, el chalé y la finca Santa Teresa. Su do- descripciones, repletas de estereotipos, nació
cumental excelente ya se estrenó en Oaxaca y la leyenda negra de Juana Cata: animalesca,
fue muy bien recibido. Irónicamente, gracias a mujer pública de poca moral, falsa, engañosa,
Manuel y Martha, yo percibí lo que era estar al arrogante. Pero, inclusive, su admirador, el doc-
otro lado del micrófono. Fue un aprendizaje im- tor Samuel Villalobos, quien alabó sus esfuerzos
portante: me hizo repensar mi método de hacer para modernizar a Tehuantepec, le reprochó por
historia oral. Me enseñó a ser más perspicaz con ser “un tanto varonil” (Villalobos, 1941: 3). Ese
mis preguntas, cómo reformularlas y refinarlas lenguaje tan denigrante no solamente demues-
una y otra vez para alcanzar respuestas valiosas. tra la relación entre el género y el poder sino
Aunque hoy en día la mayoría de la gente también el hecho de que no se puede analizar el
considera a Juana Cata como la gran benefac- género por sí solo. Como recalca Joanne Meye-
tora de la ciudad, las voces del pasado fueron rowitz, urge desenmascarar cómo opera el len-
bastante negativas. Cuando el naturalista ale- guaje para “construir y sostener las jerarquías
mán Hans Gadow describió su estancia en Te- políticas y sociales”, no sólo de género sino
huantepec a principios del siglo XX, admiró al también de “raza, clase, región, política, nación
jefe político Demetrio Santibáñez por ser “vi- e imperio” (Meyerowitz, 2008: 1349). Además,
goroso” y “valiente como un león” mientras se hay también otras instancias en que el lenguaje
escandalizaba de que una mujer pudiera ser tan también puede reforzar prejuicios. Los términos
poderosa como Juana Cata. La describió como “porfirista” y “Porfiriato” entraron al uso común
“una cierta vieja, quien mandaba en ese lugar después de la Revolución, tienen un tono bas-
por medio de su astucia y riqueza, y a través de tante negativo para subrayar lo maligno de la
su papel de prestamista tenía en sus manos a dictadura de Díaz. Por eso, opté por usar “porfi-
mucha gente” (Gadow, 1908: 155-157). Subrayó riano” y “régimen porfiriano” como se utilizó en
tanto su clase social como su género y edad. su época, con la esperanza de que, tal vez, el
También José Vasconcelos, quien anduvo orga- lector acercaría al texto de manera más objetiva.
nizando clubes maderistas en el istmo en 1909, Como señalé arriba, el Archivo de Notarías del
recordó que para lograr su propósito “era meter Estado de Oaxaca resultó ser una fuente suma-
discordia en los feudos mismos del Caudillo. Una mente rica, pero estaba en pésimas condiciones.
mujer adinerada, comadre de Porfirio Díaz, era Para seguridad, los trabajadores me encerraban
la cacique reconocida en aquella especie de ma- en un cuarto muy oscuro, sucio y lleno de polvo,
triarcado indígena” (Vasconcelos, 1982: 318). El donde estaban los volúmenes. Mi mesa era unas

103
FRANCIE CHASSEN-LÓPEZ, DESENTRAÑANDO UNA VIDA: JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

cajas de cartón y diario traía mi propia lamparita cuencia ha sido preservada en la forma de obje-
tensor. Después de dos o tres semanas cada ve- tos: un colgante, un anillo, un misal, una sombri-
rano, terminaría con bronquitis de tanto polvo. lla, una pieza de un ajuar, un vestido, o cualquier
Rogué a la doctora María Isabel Grañen Porrúa, de otros cientos de tesoros escondidos en un
la directora de la Biblioteca “Francisco Burgoa” ático o closet” (1992: xiv) pueden aportar in-
de la UABJO, que rescatara esa fuente única de formación sobre las preferencias de una mujer.
la historia económica del estado de su triste si- Inspirada por la obra de Leora Auslander, me di
tuación. Así fue y ella logró el traslado de los cuenta de que la cultura material podría ayudar
volúmenes (antes de 1930) a su biblioteca, lim- a comprender sus pensamientos y sus acciones,
piadas y registradas. Aunque las transacciones especialmente su fascinación con la modernidad
notariadas de Tehuantepec en esos volúmenes y la sociedad de consumo. Como explica Aus-
(que empezaban en 1875) no estaban completas lander, “la definición central de la sociedad de
(yo tenía noticia de otras transacciones), pude consumo consiste en una sociedad en que los
seguir el curso de los negocios de Juana Cata individuos y los grupos se construyen a sí mis-
a través de ellas. Además, encontré informa- mos tanto a través de lo que poseen como por
ción sobre sus propiedades, su finca cañera, y la manera en que se ganan la vida”. Las personas
su comercio en el Archivo General del Estado se definen y se diferencian a través de los bie-
de Oaxaca, pero desgraciadamente el acervo nes poseídos con tal de crear solidaridades de
del Archivo Municipal de Tehuantepec se había grupo: observan el estilo y el lenguaje corporal
quemado durante la Revolución.7 de una persona para identificar a la gente afín a
También me puse a trabajar en el Archivo ellas y los que no lo son (2005: 1017-1022, 1043;
Judicial de la ciudad de Oaxaca. No encontra- 2009). Víctor Manuel Macías González recalcó:
ba mucho material hasta un día cuando estaba “El consumo, no obstante el género del sujeto,
revisando un expediente en muy malas condi- es clave para entender la formación de nuevas
ciones, las primeras páginas en pedazos, cuan- subjetividades durante todo el ‘largo siglo XIX’
do de repente vi el nombre de “Juana”. Ya para (1750-1930)” (Macías-González, 2006: 290). El
la tercera página en mejores condiciones, me di modo en que Juana Cata supervisó sus nego-
cuenta de que tenía en mis manos no solamente cios, sus empresas filantrópicas, la ropa que lle-
una copia de su testamento sino también, la tes- vaba y los textiles que vendía, la arquitectura de
tamentaría realizada después de su muerte. Muy su casa y su tienda, hasta la comida que servía
emocionada, este increíble hallazgo me dejó sin en su mesa, todo esto aportaba pistas para des-
palabras. Con razón no había aparecido su tes- entrañar su subjetividad. Por eso, el análisis de
tamento en el Archivo de Notarías, lo había dic- sus posesiones y sus acciones podría sustituir,
tado en el puerto de Veracruz antes de salir para en parte, la ausencia de su voz; no sólo es ne-
Europa en 1913. Sobre todo, la testamentaría in- cesario analizar lo que dice una persona, sino lo
cluía un inventario grandísimo de las mercancías que hace en la práctica.
en su tienda a su muerte, listas de sus bienes La modernidad fascinó a Juana Cata en sus
raíces, sus deudores y sus creedores, etcétera. viajes a Ciudad de México, a Estados Unidos y
Sin embargo, aunque me había topado con esa Europa, y se dio cuenta de las ventajas que ofre-
fuente incomparable, todavía no encontraba cía a sus negocios. Para la década de 1870, la
cómo acercarla a su subjetividad. Faltando su modernización del país estaba al orden del día
voz, ¿había otra manera de alcanzarla? para los Liberales triunfantes, y ella hábilmente
se alineó a sus políticas. Sin entrar en los deba-
La cultura material tes sobre la definición de la modernidad (Coo-
per, 2005; Miller y Hart, 2007), preferí subrayar
Resultó que sí hubo: el análisis de su cultura que, para los porfirianos, las palabras “moder-
material. Como nos recuerdan George Duby y no” y “modernidad” significaban “progreso”,
Michelle Perrot: “la memoria de la mujer con fre- “prosperidad” y “civilización”. En esos años,
7 En 1982, el Oficial Mayor del Estado y la directora del Archi- mucha gente, pero por supuesto no todos (por
vo del Estado me mandaron, con mi equipo de estudiantes
de la UAM Iztapalapa, a organizar archivos municipales en el
ejemplo, muchos pueblos indígenas), vivió las
estado; entre ellos, organizamos el de Tehuantepec. transformaciones engendradas por el desarrollo

104
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 95-112

del capitalismo mundial.8 Esos cambios conlle- segunda mitad del siglo XIX para transformar-
varían una nueva mentalidad, una visión distin- se en una mercancía capitalista con textiles im-
ta del mundo, la modernidad (Hall et al., 1996; portados, y cuál era el papel preciso que hizo
Chakrabarty, 2011). Pero esas transformaciones Juana Cata en esa transformación. Conste que
también intensificarían las desigualdades entre el traje no es un simple vestido; es un ensam-
no sólo las clases sociales sino también entre las ble complicado de muchos elementos: huipil de
regiones. listones, estampado o bordados y enaguas con
Para la burguesía latinoamericana, las mer- holanes y blondas,9 refajos, mascadas, joyería de
cancías extranjeras representaban esa moderni- oro filigrana y monedas de oro, cabello trenzado
dad, les daba un cachet de superioridad (Bauer, con tocado de listones y flores, y por supuesto
2000: 152). El símbolo por excelencia de su el huipil grande de encaje en la cabeza (también
modernidad fue el gran chalé francés que ella conocido como el resplandor). Efectivamente, el
construyó como su nueva casa en 1911. En con- traje abarcó muchos temas hilados a través de
traste con la arquitectura tradicional colonial los capítulos: la modernización comercial, el de-
de Tehuantepec, su chalé fue diseñado por un sarrollo de la sociedad del consumo, las relacio-
arquitecto alemán, muy al estilo de las mansio- nes comerciales internacionales del istmo y los
nes de la burguesía capitalina en la nueva co- viajes de Juana Cata en ultramar, entre otros. El
lonia Juárez de Ciudad de México. La sala en el resultado fue un estudio de la agencia femenina
primer piso tiene muebles Luis XV y piano de en esa época. Al examinar la trayectoria de la
cola, y el comedor tiene sus gabinetes Chippen- comerciante quien más influyó al traje, se reve-
dale con copas de cristal Baccarat y vajilla de laron también los papeles que hicieron las ist-
Sèvres. Miguel Covarrubias aseguró que lo había meñas indígenas y mestizas como productoras,
construido en “su afán por demostrar su supe- comerciantes y consumidores. Entonces, ellas
rioridad ante el resto de los habitantes del pue- emergieron no sólo como sujetos sino también
blo” (Covarrubias, 1946: 271). Ella también dejó como agentes de la modernización a fines del
instrucciones a sus herederos para construir un siglo XIX. Tanta importancia ganó el tema del
gran mausoleo, que todavía hoy se levanta por traje que terminó requiriendo su propio capítulo
encima de las otras tumbas del cementerio. El en el libro.
chalé y el mausoleo parecen ser monumentos Urgía que yo me educara en todos los as-
erigidos a su superioridad, y con el fin de exigir pectos y componentes del traje para divisar su
el reconocimiento social que ella anhelaba no desarrollo material. Afortunadamente, aquí mis
sólo como mujer moderna, sino también como amigas istmeñas me salieron al rescate compar-
el árbitro y benefactora de la sociedad tehuana. tiendo su conocimiento en varias entrevistas,
Aunque ya estaba cambiando desde media- respondiendo pacientemente a mis preguntas.
dos del siglo XIX, también Juana Cata influyó La tía Martina, quien tiene una colección ex-
en la modernización del traje tradicional de las traordinaria de trajes, fue mi primer y constante
tehuanas, el símbolo más visible de la cultura informante. Para ir a las velas en la ciudad de
zapoteca istmeña. Muchos han alardeado de Oaxaca, ella siempre nos había prestado un traje
que ella sola efectuó esa modernización. Aun- a mí y a Barbara, para que pudiéramos ir correc-
que yo sabía que su influencia fue crucial, me tamente vestidas. El conocimiento de mi amiga
parecía exagerada darle todo el crédito. Así, juchiteca Paty López, quien cada julio produce
ahora como investigadora, mi tarea era trazar un programa de desfiles de trajes, el Resplandor
el desarrollo material del traje, entender cómo del Istmo en el Teatro Macedonio Alcalá, como
el traje tradicional de huipil corto y enagua de parte de la celebración de la Guelaguetza, fue
enredo había ido evolucionando a través de la invaluable como también fueron Rosy Osorio,
8 Para los porfirianos, la modernización implicó la construc- Meche Gutiérrez y Juana Sánchez Jiménez. Más
ción de infraestructura, la inversión extranjera y de tec- que aprender del traje, me sedujeron su histo-
nología, la expansión de la propiedad privada y la agricultura
comercial, el crecimiento del mercado interno, el aumento ria y significado, y sobre todo su elegancia. Co-
constante de exportaciones y la importación de manufactu-
ras extranjeras, el ensanchamiento de la educación, el desar- 9 La blonda es una franja, con frecuencia de encaje, que va
rollo de ciudades modernas y la consolidación de la identi- sobrepuesta o embutida en la falda y va acompañada de ri-
dad nacional. betes o listones.

105
FRANCIE CHASSEN-LÓPEZ, DESENTRAÑANDO UNA VIDA: JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

varrubias tenía razón: el traje hace que cada para conocer nuevos textiles y manufacturas
mujer se sienta como una “reina” (Covarrubias, para introducir al traje; por ejemplo, los tercio-
1946: 246). Cuando iba al istmo, nunca perdía pelos, ceñidores y mascadas de seda y el fleco
mis vueltas al segundo piso de los mercados de de oro. Hubiera sido muy útil saber la fecha de
Tehuantepec y Juchitán, para visitar los puestos esos viajes para tener una idea de cuando intro-
vistosos con sus despliegues de las modas del dujo nuevos elementos. Pero allí estaba el deta-
día. Aunque tenía muchos huipiles, ya anhelaba lle. Solamente tenía prueba concreta de dos de
tener mi propio traje y no tener que pedir pres- sus viajes: en 1910 estuvo comprando esas copas
tado. Al fin lo logré un día cuando me ofrecieron de vino en Venecia (había visto el recibo en el
un traje casi nuevo. Aunque no estaba bordado chalé) y en 1913 viajó a Europa y a Tierra Santa
a mano como los trajes más finos (está hecho con su familia por tres meses. Según doña Jua-
a gancho), era de una piel de ángel verde azu- nita, Juana Cata había hecho un tour de las fábri-
lado reluciente bordado con alcatraces blancos cas textiles de Manchester y otro por la industria
y amarillos, mis flores favoritas. Fue amor a pri- cañera de Cuba, pero no sabía las fechas.
mera vista. Me comuniqué con el Ministerio de Relacio-
Una noche inolvidable en mi investigación del nes Exteriores, pero sus funcionarios sólo tenían
traje llegó el primero de junio 2009 cuando Víc- datos de la gente extranjera que entraba al país
tor Hernández Gutiérrez me llevó a entrevistar en esa época, no de la que salía. Doña Juanita
al “Dxi Lani”, Gilberto Martínez Fabián, el dueño también nos había relatado el primer viaje que
de la tienda de trajes más cotizados de Tehuan- su tía abuela había hecho a los Estados Unidos
tepec. Así le decían porque así es el nombre de y Europa, a través de San Francisco auxiliado
la tienda. Conocía sus artículos sobre el traje en por Sr. Sutter. Gracias a una sugerencia de Bill
El Zapoteco (2005; 2006), pero ahora tenía la Beezley, investigué a Sutter: resulta que él fue
oportunidad de charlar con él. Ya estaba cerrada cónsul norteamericano en Acapulco entre 1870
la tienda y estábamos arriba en su estudio don- y 1887, lo cual sugiere que su primer viaje proba-
de se confeccionan los trajes. Platicamos muy blemente se hizo entre esos años. Tenía noticia
a gusto por un buen rato y luego, ya en con- de que ella había pedido los azulejos para la ca-
fianza, él empezó a sacar prendas de su tesoro tedral en Italia en 1884, pero no sabía si lo había
personal, una colección exquisita de trajes an- hecho en persona. Sospeché que sí, conociendo
tiguos, con que tenía la esperanza de algún día lo perfeccionista que era; dudaba que ella encar-
montar un museo. Las usó como ejemplos para garía una compra tan importante a otra persona,
instruirnos en los distintos textiles y las comple- pero no tenía la evidencia. Su familia decía que
jidades de las puntadas del bordado. Esa noche ella había ido a recibir los premios internacio-
fue la primera vez que probé un huipil grande, nales en San Luis, Misuri, en 1904 y en Londres
un magnífico resplandor de encaje antiguo. en 1908, pero tampoco había pruebas. Esto fue
Sin embargo, seguía buscando la manera de muy frustrante, y terminé con solamente las dos
detectar exactamente dónde Juana Cata más fechas con que empecé. En cuanto al traje, con-
influyó al traje. Empecé a recopilar fotos y des- cluí que mientras que tuvo mucha influencia con
cripciones del traje del siglo XIX y principios del la venta de una enorme cantidad y variedad de
XX. Luego mis amigos empezaron a mandar fo- textiles (gracias al inventario de su tienda en
tos, pero mientras que fue fácil fechar las des- su testamentaría), su influencia en la moderni-
cripciones publicadas no así con las fotos. Hay zación del traje fue algo exagerada por sus ad-
centenares de fotos, si no más, pero pocas lle- miradores. Esa exageración, además, restaba
van fecha, y esto obstaculizó mi propósito de crédito del papel de las istmeñas porque cada
establecer una cronología del desarrollo mate- mujer crea su propio traje escogiendo sus ador-
rial del traje. La única foto que tenía de Juana nos, y hasta bordándolo ella misma. El genio de
Cata en traje, gracias a la generosidad de Olga Juana Cata consistió en trabajar con ellas, ani-
Teresa Salazar Camacho, la nieta de doña Jua- mando su fascinación con los nuevos elementos
nita, tampoco tenía fecha. Tenía noticia de que, y la moda extranjera, pero respetando las tradi-
en sus viajes a Estados Unidos y Europa, Juana ciones zapotecas. Ella reconoció la destreza de
Cata había visitado tiendas grandes y fábricas la gente local en el tejido y el bordado, y alentó

106
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 95-112

(hasta subsidiando talleres para sus parientes) reses con tal de obtener su respaldo. Afirmó su
la creatividad sartorial de las tehuanas. amistad con el presidente Díaz avanzando sus
La modernización del traje no sólo benefició políticas y manteniéndole informado de la po-
sus negocios sino también sus objetivos perso- lítica en el istmo. Una católica devota, fue su-
nales y su estilo de vida. En efecto, el acto de mamente generosa con la Iglesia al deleite del
escoger la ropa, según Philippe Perrot, es un arzobispo Gillow, otro aliado. El reconocimiento
“acto de significación”, de auto-representación público de esas relaciones incrementó bastante
que establece solidaridades, diferencias y jerar- su influencia política y le ganó la respetabilidad
quías sociales (Perrot, 1994: 6-8). Precisamente, que deseaba. Pero todavía yo tenía que explicar
fue un “acto de significación”, de diferenciación, cómo fue que una mujer logró tanto poder po-
cuando Juana Cata cambió su huipil y enagua, y lítico; no bastaba tener amigos poderosos. Me
sus trenzas con cintas de colores, por el vestido llegó, lo que T. J. Stiles (Stiles, 2023) llama el
estilo victoriano y su pelo en moño. Simbolizó momento de “¡aha!”, cuando estuve escribiendo
su transformación personal, su auto-fabricación los capítulos 4 y 5. De repente, se iba aclarando
(self-fashioning), la marca de su modernidad. su modus operandi. Me había topado con un ex-
Como acertó Thorstein Veblen, la moda repre- celente ejemplo de la teoría de Pierre Bourdieu
sentaba el consumo lujoso, la necesidad indivi- de las formas de capital. Bourdieu creyó que era
dual del reconocimiento social (Beezley, 1994: “imposible comprender la estructura y funciona-
178-182). Y aunque lo moderno volvió su vestua- miento del mundo social si uno no reintroduce
rio diario, ella reservó sus mejores trajes para las el capital en todas sus formas, y no solamente la
velas y hasta orgullosamente llevó su traje a la forma reconocida por la teoría económica”. Para
reunión con viejos amigos en Italia. Así es que él, el capital económico, el capital material, pue-
el estudio de la cultura material proporcionó de ser transubstanciado en formas simbólicas
una clave para acercar a su subjetividad, no sólo de capital inmaterial, como los capitales social
para ver su ambición de ser reconocida como o cultural (que también pueden ser convertidos
una mujer moderna y superior en la sociedad te- nuevamente al capital económico, como todos
huana sino también su deseo de sobreponerse a los diferentes tipos de poder).
las manchas de su pasado. Por ejemplo, él concibe el capital social como
el resultado de una “red de relaciones” que es
El poder político “el producto de estrategias individuales o co-
lectivas de inversión, consciente o inconscien-
Resultó ser más fácil explicar su éxito económi- temente apuntados a establecer o reproducir
co y su cultura material que trazar cómo alcan- relaciones sociales que se pueden usar en el
zó tanta influencia política. No fue tan raro en el corto o largo plazo” (Bourdieu, 1986: 241-258).
siglo XIX que una mujer, sobre todo una viuda, Por eso, Juana Cata estaba amasando el capital
dirigiera una empresa exitosa, pero sí lo fue que económico para lograr el capital simbólico, la in-
manejara el poder político. Y Juana Cata no era fluencia social y cultural. Ella desarrollaba redes
una viuda rica, sino una mujer soltera con un pa- de relaciones, no solamente de negocios sino
sado manchado; se conocía bien su origen ilegí- también en sus actividades sociales y culturales,
timo como también sus amoríos. Nunca se había todo basado en sus inversiones de capital eco-
casado, un estado que hubiera subsanado esas nómico. Como explico en el Capítulo 4, ganó no
faltas. ¿Cómo fue, entonces, que se sobrepuso sólo capital económico en su venta de elemen-
a las indiscreciones de su juventud para llegar a tos del traje sino también capital cultural por
ser la cacica de Tehuantepec? Pues en verdad su influencia en la evolución del traje, y además
nunca lo logró totalmente como la gente se lo el consumismo de las velas, las fiestas grandes
recordaba con frecuencia, pero ella no permitió istmeñas. En el Capítulo 5 se evidencia cómo a
que eso le frenaba. través de la filantropía, su inversión en la edu-
Sin duda, a Juana C. Romero le gustaba el cación, la reforma urbana, la salud pública y su
ejercicio del poder. Negociante astuta, también generosidad con la Iglesia cosechó mucho ca-
tuvo un sentido innato de la política; se alineó pital social. Ambos capítulos revelan la relación
con los hombres poderosos y apoyó sus inte- íntima entre esos dos tipos de capital simbólico.

107
FRANCIE CHASSEN-LÓPEZ, DESENTRAÑANDO UNA VIDA: JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

En fin, la acumulación de esos distintos pero in- su conocimiento de su familia en muchas entre-
terrelacionados tipos de capital la ayudó a con- vistas, sino también me permitió copiar la foto
solidar la influencia/capital político que buscaba única y más antigua de Juana Cata, como una jo-
y que le permitió surgir como la cacica de Te- ven vestida estilo victoriano. César Rojas Pétriz,
huantepec, proceso explicado en el Capítulo 6, quien editaba una revista cultural local, Dáani
que, en turno, le ayudó seguir con sus proyec- Béedxe, del cual me regaló una colección inva-
tos modernizadores en la ciudad, tratados en el luable, fue generoso con su información, aunque
Capítulo 7. Todavía más, su ejercicio del poder él también pensaba escribir un libro sobre Juana
confirmó la teoría de Michel Foucault (Foucault, Cata. Desgraciadamente, no lo terminó antes de
1995) respecto a que el poder no es una cosa fallecer ni vivió para conocer mi libro terminado.
que se puede poseer, sino más bien una relación Agradezco el conocimiento de Rosa Mimiaga,
de fuerzas, una relación que cambia constante- la genealogista, quien, trabajando en su propio
mente. Y ella aprendió a influir en esas fuerzas tiempo y con su propio dinero, había amasa-
para su propio beneficio. Juana Cata fue tan há- do un archivo personal de la sociedad tehuana,
bil política que, aunque conocida como la gran montones de fotocopias por todos los rincones
amiga de Porfirio Díaz, logró usar su influencia y de su pequeño departamento. Desgraciadamen-
conexiones no solamente para sobrevivir duran- te, Rosa tampoco vivió para ver mi libro publi-
te la Revolución, sino para ganar el apoyo de los cado. Tampoco conocieron el producto final
revolucionarios carrancistas cuando ocuparon doña Juanita Moreno Romero, Emiliano García
el istmo. No obstante, fue la Revolución com- Romero y Margarita Toledo.10 Este hecho me da
binada con la apertura del Canal de Panamá y mucha tristeza porque les debo tanto, el libro es
la Primera Guerra Mundial que terminaron con mucho más rico gracias a su generosidad y la fe
la prosperidad de Tehuantepec. Casi al mismo que tuvieron en esa norteamericana de escribir
tiempo, en 1915, falleció también Juana Cata. la vida de la mujer que ellos más admiraban.11
Juana C. Romero simplemente fue una mu-
Conclusiones jer extraordinaria; logró cosas increíbles en una
época cuando se imponían muchos límites a la
Nunca imaginé cuando entré en el chalé esa mujer, pero tampoco fue una santa. Fue dura,
tarde calurosa de julio de 1996, que iba a pa- severa, complicada, exigente, ambiciosa y algo
sar tantos años de mi vida estudiando a Juana soberbia; no obstante, llegó a manejar el poder
C. Romero, mucho menos publicar un libro de político en una época cuando la mujer no pudo
500 páginas (Chassen-López, 2020). Entre más ni votar ni ejercer un cargo e hizo mucho bien
investigaba, más me convencí de que su histo- para la ciudad que adoraba, que nunca abando-
ria se tenía que contar, y nadie lo había hecho. nó (como solía hacer los nouveaux riches). In-
Habiendo escrito un libro sobre Oaxaca duran- vestigar su vida fue una verdadera aventura, un
te el régimen porfiriano, pensé que ya conocía
10 Estoy en deuda también con Mario Mecott, José Inés Men-
el contexto histórico (Chassen-López, 2004). doza Romero, Antonio Santos y Julín Contreras y muchos
¡Gran error!: lo hecho ya fue solo un principio. otros. Una voz que extrañaba mucho fue la de María de los
Ángeles Cajigas Rosaldo, cuya novela de la vida de Juana
El istmo tiene una cultura y una historia únicas, Cata tenía gran riqueza de información. Sospeché que ella
que requirió muchísimo esfuerzo para empe- había tenido acceso a un archivo familiar como ella fue no
sólo descendiente de Alberto Langner, un comerciante ri-
zar a entender. Y no lo podía haber hecho sin val de Juana Cata sino también de la familia Cartas, quienes
el apoyo de los tehuanos y otros oaxaqueños fueron sus aliados políticos. Lo triste fue que cuando María
que me ayudaron y animaron. Aparte de los ya de los Ángeles se enteró de que yo investigaba a Juana Cata,
me mandó una carta muy amable para entablar una comu-
mencionados, fue invaluable el apoyo de Víctor nicación. Yo le contesté y fui bastante desilusionada cuando
Manuel Hernández Gutiérrez, quien fue primero nunca me respondió. Años después me enteré de que se
había fallecido trágicamente de cáncer a una edad bastante
mi ayudante y luego mi colega, cuya amistad me joven.
abrió muchas puertas en Tehuantepec, y quien 11 En verdad, tengo una buena excusa, y como he escrito este
texto de manera muy personal, lo comparto aquí. Demoré
me acompañó en varias de las entrevistas, como tanto porque tuve que lidiar varias veces con cáncer en esos
se ha notado arriba. Mi amiga Caritina Romero, años. Los tratamientos médicos me quitaban mucho tiempo
y energía, meses y meses, pero sentía que tenía un compro-
una abogada de Salina Cruz, del ramo de la fami- miso con Juana Cata, con los tehuanos y siempre volví a la
lia de Matías Romero, no solamente compartió investigación.

108
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 95-112

trabajo de detective. Aprendí mucho de la histo- Chassen, Francie (1998), “Juana Catarina Romero,
ria, de cómo leer y escribir biografía y, más toda- Cacica Porfiriana: La mujer y el mito”, Acervos,
núm.7, Oaxaca, Amigos de los Archivos y Biblio-
vía, de la naturaleza humana. Como narré arriba,
tecas de Oaxaca, A.C., pp. 10-16.
no fue posible resolver todos los problemas que
se me presentaron en la investigación: tuve mo- Chassen de López, Francie (1977), Lombardo Toledano
mentos de hallazgos emocionantes, pero tam- y el movimiento obrero mexicano, 1917-1940, Ciu-
bién desilusionantes, de callejones sin salida. Mi dad de México, Editorial Extemporáneos.
esperanza es que este pequeño trabajo pueda
Chassen-López, Francie (2023), “La revolución biográ-
inspirar a algunos jóvenes historiadores y bió-
fica feminista: Las lecciones de Juana Cata”, en
grafas a seguir investigando y escribiendo sobre Gloria Arminda Tirado Villegas, Elva Rivera Gó-
la vida de Juana Cata. Ella lo merece. mez y Lidia Ernestina Gómez García (coords.),
Saberes, enseñanza y poder. Las mujeres rom-
piendo techos de cristal en el espacio público,
Siglo XVI al XXI, Puebla, BUAP, pp. 23-38.
Fuentes consultadas
Chassen-López, Francie (2020), Mujer y poder en el si-
Alpern, Sara; Antler, Joyce; Israels Perry, Elizabeth y glo XIX: La vida extraordinaria de Juana Catarina
Winther Scobie, Ingrid (1992), “Introduction”, en Romero, Cacica de Tehuantepec, Ciudad de Mé-
Sara Alpern, Joyce Antler, Elizabeth Israels Pe- xico, Taurus/Penguin Random House.
rry e Ingrid Winther Scobie (eds.), The Challen-
ge of Feminist Biography, Urbana, University of Chassen-López, Francie (2012), “Modernidad y género
Illinois, pp. 1-15. en el Tehuantepec porfiriano”, en María Leticia
Briseño Maas y Francisco José Ruiz Cervantes
Auslander, Leora (2009), Cultural Revolutions: Every- (eds.), Género y cultura, Oaxaca, Universidad
day Life and Politics in Britain, North America, Autónoma “Benito Juárez”/Red de Estudios de
and France, Berkeley, University of California Género Sur-Sureste, pp. 59-85.
Press.
Chassen-López, Francie (2010), Oaxaca entre el Libe-
Auslander, Leora (2005), “Beyond Words”, American ralismo y la Revolución: La perspectiva del sur,
Historical Review, 110 (4), Oxford, Oxford Uni- México 1867-1911, Oaxaca, Universidad “Benito
versity Press, pp. 1015-1045, doi: https://doi. Juárez” de Oaxaca/Comisión Centenaria del Go-
org/10.1086/ahr.110.4.1015 bierno del Estado de Oaxaca/Universidad Autó-
noma Metropolitana.
Bauer, Arnold J. (2000), Goods, Power, History: Latin
America’s Material Culture, Nueva York, Cambri- Chassen-López, Francie (2004), From Liberal to Revo-
dge University Press. lutionary Oaxaca: The View from the South, Mexi-
co 1867-1911, University Park, Penn State Press.
Beezley, William H. (1994), “The Porfirian Smart Set
Anticipate Thorstein Veblen in Guadalajara”, Cooper, Fred (2005), “Modernity”, en Fred Cooper
en William H. Beezley, Cheryl English Martin y (ed.), Colonialism in Question: Theory, Knowle-
Willian E. French (eds.), Rituals of Rule Rituals dge, History, Berkeley, University of California,
of Resistance: Public Celebrations and Popular pp. 113-149.
Culture in Mexico, Wilmington, Scholarly Re-
sources, pp. 173-190. Covarrubias, Miguel (1946), Mexico South, Nueva York,
Alfred A. Knopf.
Bourdieu, Pierre (1986), “The Forms of Capital”, en
J. Richardson (ed.), Handbook of Theory and Edel, Leon (1984), Writing Lives: Principia Biographica,
Research for the Sociology of Education, Wes- Nueva York, Norton.
tport, Greenwood, pp. 15-29.
Edel, Leon (1978), “Manifesto”, Biography, 1 (1), Hawái,
Cajigas Rosaldo, María de los Ángeles (1994), La Didja- University of Hawai’i Press, pp 1-3, <https://
zá. La Zapoteca, Ciudad de México, Fotolitográ- acortar.link/OvdIL4>, 7 de diciembre de 2023.
fica Hernández.
Foucault, Michel (1995), Discipline and Punish: The Bir-
Chakrabarty, Dipesh (2011), “The Muddle of Moderni- th of the Prison, Nueva York, Vintage Books.
ty”, American Historical Review, 116 (3), Oxford,
Oxford University Press, pp. 663-675, <https:// Gadow, Hans (1908), Through Southern Mexico. Being
acortar.link/19NFcb>, 7 de diciembre de 2023. the Account of the Travels of a Naturalist, Londres.

109
FRANCIE CHASSEN-LÓPEZ, DESENTRAÑANDO UNA VIDA: JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

García, Ana Lidia (1998), “Historia de las mujeres del si- Miller, Nicola y Hart, Stephen (eds.) (2007), When Was
glo XIX: algunos problemas metodológicos”, en Latin America Modern?, Nueva York, Palgrave
E. Bartra (ed.), Debates en torno a una metodo- McMillan.
logía feminista, Ciudad de México, Universidad
Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco, Peltonen, Matti (2014), “What is Micro in Microhis-
pp. 199-228. tory?”, en H. Renders y B. de Haan (eds.), Theo-
retical Discussions of Biography: Approaches
Hall, Stuart; Held, David; Hubert, Don y Thompson, from History, Microhistory, and Life Writing, Lei-
Kenneth (eds.) (1996), Modernity: An Introduc- den, Brill, pp. 105-118.
tion to Modern Societies, Oxford, Blackwell.
Perrot, Philippe (1994), Fashioning the Bourgeoisie: A
Hamilton, Ian (1994), Keepers of the Flame: Literary History of Clothing in the Nineteenth Century,
Estates and the Rose of Biography from Sha- Princeton, Princeton University Press.
kespeare to Plath, Boston, Faber and Faber.
Pif-Paf (1892), “Sin título”, El Eco de Istmo, 22 de mayo
Hamilton, Nigel (2007), Biography: A Brief History, Tehuantepec, pp. 2-3.
Cambridge, Harvard University Press.
Popkin, Jeremy (2005), History, Historians, and Au-
Hamilton, Nigel y Renders, Hans (2018), The ABC of tobiography, Chicago, University of Chicago
Modern Biography, Ámsterdam, Amsterdam Press.
University Press.
Ríos, Miguel (1948), Tehuantepec (Historia, tradición,
Heilbrun, Carolyn (1988), Writing a Woman’s Life, Nue- leyenda), Ciudad de México, s.e.
va York, Norton.
Schiff, Stacy (2010), Cleopatra: A Life, Nueva York, Li-
Kessler-Harris, Alice (2012), A Difficult Woman: The ttle/Brown.
Challenging Life and Times of Lillian Hellman,
Nueva York, Bloomsbury Press. Scott, Joan (1986), “Gender: a Useful Category of
Analysis”, American Historical Review, 91 (5),
Kessler-Harris, Alice (2009), “Why Biography”, Ame- Oxford, Oxford University Press, pp. 1053-1075,
rican Historical Review, 114 (3), Oxford, Oxford doi: https://doi.org/10.2307/1864376
University Press, pp. 625-630, <https://acortar.
link/hcB1r7>, 7 de diciembre de 2023. Stiles, T.J. (2023), “Conferencia magistral”, conferen-
cia presentada en Biography Lab 2023, 21 de
Lee, Hermione (2009), Biography: A very short history, enero, An Online Forum, Biographers Interna-
Oxford, Oxford University Press. tional Organization.

Levy, Giovanni (1992), “On Microhistory”, en Peter Bur- Stiles, T. J. (2009), The First Tycoon: The Epic Life of
ke (ed.), New Perspectives on Historical Writing, Cornelius Vanderbilt, Nueva York: Knopf.
University Park, Penn State University, pp. 93-
113. Stiles, T. J. (2003), Jesse James: Last Rebel of the Civil
War, Nueva York, Vintage.
Macías-González, Víctor M. (2006), “Hombres de mun-
do: la masculinidad, el consumo, y los manua- Vasconcelos, José (1982), Memorias I: Ulises Criollo,
les de urbanidad y buenas maneras”, en María Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica.
Teresa Fernández Aceves, Carmen Ramos Es-
candón y Susie Porter (coords.), Orden social Vaughan, Mary Kay (2014), Portrait of a Young Painter:
e identidad de género: México, siglos XIX y XX, Pepe Zúñiga and Mexico City’s Rebel Genera-
Guadalajara, CIESAS/ Universidad de Guadala- tion, Durham, Duke University Press.
jara, pp. 267-297.
Villalobos, Samuel (1941), “Doña Juana C. Romero,
Meneses de Gyves, Javier (1995), La Sandunga. Canto Apuntes”, Istmo, 15 de julio, Tehuantepec, p. 3.
de amor y guerra, Ciudad de México, Instituto
Politécnico Nacional. Wiesen Cook, Blanche (1990), “Feminist Biography:
A Review Essay”, Ms. Magazine, enero-febrero,
Meyerowitz, Joanne (2008), “A History of Gender”, Nueva York, Liberty Media for Women, LLC.
American Historical Review, 113 (5), Oxford,
Oxford University Press, pp. 1346-1356, <ht- Woolf, Virginia (1942), “The Art of Biography”, en The
tps://acortar.link/48gGKD>, 7 de diciembre de Death of the Moth and other Essays, Nueva
2023. York, Harcourt, Brace, pp. 187-196.

110
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 95-112

Zemon Davis, Natalie (1995), Women on the Margins:


Three Seventeenth-Century Lives, Cambridge,
Harvard University Press.

Recibido: 9 de agosto de 2023.


Aceptado: 21 de octubre de 2023.
Publicado: 15 de diciembre de 2023.

Francie Chassen-López

Es doctora en Estudios Latinoamericanos por


la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) y doctora honoris causa por la Univer-
sidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas. Ac-
tualmente se desempeña como profesora in-
vestigadora en el Colegio de Artes y Ciencias
de la Universidad de Kentucky. Sus líneas de
investigación son: México poscolonial, Cultura
y sociedad latinoamericana, Historia de géne-
ro, Historia y biografía y Guerra y género. Entre
sus publicaciones más recientes destacan, como
autora: “The Weaponizing of Women’s Bodies
in the Wars of Reform and French Intervention
in Mexico, 1857-67”, Gender and History, 35 (2),
Hoboken, Wiley, pp. 547-564 (2023); “La revolu-
ción biográfica feminista: Las lecciones de Jua-
na Cata”, en Gloria Arminda Tirado Villegas, Elva
Rivera Gómez y Lidia Ernestina Gómez García
(coords.), Saberes, enseñanza y poder. Las mu-
jeres rompiendo techos de cristal en el espacio
público, Siglo XVI al XXI, Puebla, BUAP, pp. 23-
38 (2023); Mujer y poder en el siglo XIX: La vida
extraordinaria de Juana Catarina Romero, Cacica
de Tehuantepec, Ciudad de México, Taurus/Pen-
guin Random House (2020).

111
FRANCIE CHASSEN-LÓPEZ, DESENTRAÑANDO UNA VIDA: JUANA C. ROMERO, CACICA DE TEHUANTEPEC

112
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 113-126
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024184

EDUCATING THE SENSES:


PEPE ZÚÑIGA AND MEXICO CITY’S REBEL GENERATION

EDUCANDO LOS SENTIDOS:


PEPE ZÚÑIGA Y LA GENERACIÓN REBELDE DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Mary Kay Vaughan


University of Maryland
United States
[email protected]

Abstract

Educating the Senses: Pepe Zúñiga and Mexico City’s Rebel Generation seeks to
track the feelings, desires, and expectations shaped and nurtured by educating
institutions in the generation of Mexico City youth that came of age from early
1960s and undertook a massive student rebellion of 1968. The story is told through
the memories and experiences of painter Pepe Zúñiga. It particularly focuses
on his interaction with the mass media (radio, music, film) as well as theater. The
methodology combines extensive and deep oral interviewing complemented by
primary and secondary sources.

Keywords: Education; Mass media; Cinema; Rebellion.

Resumen

Educando los sentidos: Pepe Zúñiga y la Generación Rebelde de la Ciudad de México


busca rastrear los sentimientos, deseos y expectativas moldeados por una miríada
de instituciones educativas en una generación de jóvenes que alcanzó la mayoría de
edad en la década de 1960 y emprendió una rebelión estudiantil masiva de 1968. La
historia se cuenta a través de los recuerdos del pintor Pepe Zúñiga. Se centra espe-
cialmente en su interacción con los medios de comunicación (radio, música, cine), así
como con el teatro. La metodología combina entrevistas orales extensas y profundas
complementadas con fuentes primarias y secundarias.

Palabras clave: Educación; Medios masivos; Cine y Rebeldía.

113
MARY KAY VAUGHAN, EDUCATING THE SENSES: PEPE ZÚÑIGA AND MEXICO CITY’S REBEL GENERATION

Introduction and democracy, fed by the Cold War’s heavy


ideologization. Their parents were more lenient
As a historian of modern Mexican education, I with their children than their parents had been.
first published a monograph (1982) on educa- Children had the leisure time, the incentive, the
tional policy and prescribed programs between permission, the means, and objects to play with.
1880 and 1928 and a second study (1997) on the They took advantage of educational opportu-
subsequent time period (1930s) in which I ex- nity. When they ran up against what they per-
amined educational policy implementation at ceived to be the anachronisms, restrictions, and
the local level as it engaged teachers, parents, discrimination of universities, families, and insti-
and political actors (Vaughan, 1982; Vaughan, tutions controlled by their elders, they balked.
1997). My subsequent proposal took up the fol- In fact, as they experienced adolescence, the
lowing decades (1940s into the 1960s) and an- whole adult world seemed marked by repres-
other dimension of education, that of student sion, stuffiness, and corruption that clashed with
learning. I had come to realize that the history the effervescence of a teeming youth culture
of education is overly narrow when confined to forged in prolonged periods of time spent to-
the formal classroom. I wished now to look at gether. They rebelled, and their rebellion reso-
students’ learning experiences in school, family, nated across multiple spaces.
friendships, neighborhood, the mass media, as- So Elias had outlined the experience of a
sociations of different types (sports, religious), generation, which he more or less defined by
and events. Aside from the chronological conti- time (childhood in the immediate post war), in
nuity, I had other reasons to choose this period. space (Germany and Europe but extendable),
This was my own generation. It was a revolution- by class (roughly middle class or aspiring to it);
ary generation in Mexico City, the U.S., and else- by education (a solid public school formation
where, not simply in politics but in self-expres- with increasing exposure to higher education),
sion. As schools were to prevent revolutions by and by political empathy (attuned to liberation
channeling learning, how did this happen? I de- movements, decolonizing movements in Africa,
cided to focus on Mexico City where the stron- Vietnam, and civil rights movements in the U.S.,
gest rebellion exploded in 1968. This book was etc., movements that allegedly democratic gov-
published in 2015 as Portrait of a Young Painter: erning elites responded to with confusion, sabo-
Pepe Zuniga and the Rebel Generation in Mexico tage, violence and repression).
City and in Spanish in 2019 (Vaughan, 2019). But there was something central missing
Into my sabbatical leave in Mexico in 2000 from this frame. Pepe Zuñiga inserted that for
I had not yet found my methodology, my sub- me. I first got to know Pepe during evenings
jects nor a common thread that might link a with friends engaged in a sentimental journey
generation or at least a particular social sector into the popular music that had shaped their
with shared experiences. When I read Norbert parents’ sensibilities and their own: Agustín Lara
Elias’s essay about West German rebel youth in who sang seductive love songs over the radio
the 1960s, I found a working framework (Elias, and in film, Maria Luisa Landín, “Queen of the
1998). I believed his observations applied to a Bolero,” Manuel Esperón, who composed for
broad swathe of youth across the “Western movies, the band of Pérez Prado and Afro Cu-
world” including the United States and parts of ban beats. They had learned this music from the
Latin America, particularly the larger countries radio, records, jukeboxes, film, and live theater.
with stable states supported by rapid econom- Now they created a middle age nostalgic return
ic growth, urbanization, and educational ex- to the sweetest and most tender memories of
pansion. Elias argued that the generation that childhood and youth, easy and pleasant to re-
turned political in 1968 was the first in the 20th call now as, with advancing age, so much of the
century to escape war, depression, or political hard-edged “struggle for life” was behind them.
instability: children moved from a situation of In its place, we shared an existential opening for
want and displacement into one of market-driv- the return of tenderness and innocence if only as
en consumption, familial security, and optimism a palpable memory, a feeling. Why do I include
about their personal happiness, goal-orientation, myself in the sharing? For that very reason: yes,

114
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 113-126

as a Mexican historian, I knew some of the music, the only biographer here delving into the experi-
and as an American, I knew its US counterparts, ences of a living person. Not all biographers of
but most of all I include myself because I shared living persons succeed in reaching deep emo-
their feelings. That provided me with a clue as to tions that in turn may uncover the dynamics of
what my project might be about. a historical period: the biographer might not be
During these gatherings, I came to appreciate looking for these, and the subject may not be
the prodigious memory of Pepe Zúñiga, enriched open to sharing. Or, a deceased subject may re-
by a sensitivity for images that marked him as veal deep intimate emotion through his or her
a painter as well as an acute sense of sound artistic works accessible to the biographer. In
(he had first trained as a radio technician and the case of Pepe, while his painting revealed his
worked for RCA Victor). He shared his enthusi- emotional erotic self, I was interested in the sto-
asm and intimate acquaintance with Afro Cuban ries that had created this self, and Pepe over-
rhythms which swept his neighborhood, the Co- flowed with stories he was eager to share. As he
lonia Guerrero in central Mexico City, in the 40s dove into those deep waters, he took me with
and 1950s. At the dinner table, Pepe and others him. In recalling his experiences, Pepe was not
recalled the movies they had seen and how they afraid to cry as we both did watching films and
had seen them: crowds of children pushing into listening to music or talking of his father. Nor did
the weekend matinees to watch Flash Gordon, he hide his humiliations that marked his child-
Snow White, Superman and Bambi, and Pedro hood as a poor boy as much as did exuberance,
Infante. They recalled how later, as they grew, joy, and discovery. Here in this essay, I wish to
they shared the wounds of the heart bared by share how we (I with him) constructed his story
young rebels James Dean, Montgomery Clift, of an education of the senses that was not solely
and Marlon Brando, their depths of new feelings his own but with many variations, that of hun-
-of confusion, injustice, anger, love-. Each per- dreds of others.
son at the table would recall their personal ex- Our interviews took place in his studio home
periences until we had lit a bonfire of forgotten in the Colonial Guerrero or at my home in Oax-
joys, fears, and tears. It was one evening when aca and on car rides to and from those places.
Pepe and cultural critic Carlos Monsiváis were Originally structured, the interviews became
belting tunes from the US Hit Parade broadcast a running conversation. He would bring many
in Mexico in those years, that Pepe approached old movies he bought from a dealer in Tepito.
me and asked me if I would write his biography. We would watch a Paul Muni or Joan Crawford
He said he had a story to tell. I immediately said film and comment during and after the film. He
yes, as his story struck me as the one I wanted. would tell me in what context he had seen the
I needed to write about the education of the movie, how he had understood it as a child and
senses which now seemed to me to be a histori- now, how his father had introduced him to these
cally relevant process, one churning in the deep stars. I did not transcribe but rather took rapid
waters beneath the surface, one that romped in notes on my computer. I did not show him the
play, breathed a desire for freedom, a whispered interviews but had him read a more legible final
challenge to authoritarianism, in its traveling cur- draft. Our conversations covered many themes:
rents of tenderness, of love received, denied, family, school, religion, radio, film, his years at
and given, of selfhood bequeathed, protected, the Esmeralda, his early painting and exhibits
threatened, and fought for. that is turn became book chapters. We used
Pepe Zúñiga was a distinguished painter, but props to prompt recall: apart from the films
not an anointed one. He was a graduate of the seen or the music heard, we used school text-
prestigious Esmeralda painting school and a pro- books, published lyrics, many family photos,
fessor there. He had spent many years on schol- reviews of his early exhibits and of the plays
arship in Paris. He exhibited widely and regular- he saw, and secondary works related to these
ly. His painting seduced me, but it may not have topics, accessible ones to theoretically chal-
had the historical importance his personal story lenging studies. We walked through the streets
suggested to me. That story he shared with me of Carmen Alto where he first lived as a child
over almost twelve years of interviewing. I am in Oaxaca and those of the Colonia Guerrero

115
MARY KAY VAUGHAN, EDUCATING THE SENSES: PEPE ZÚÑIGA AND MEXICO CITY’S REBEL GENERATION

in Mexico City. Pepe recalled the smell of ce- of Tepito next-door to the Colonia Guerrero, not-
dar wafting from the carpenter’s shop on his ed the Sánchez children he researched were con-
walk to school with his mother. In our walks in stantly at the movies, but he said nothing about
the Guerrero, we stopped and talked at length what they saw or thought about them (Lewis,
with those who had once been playmates. They 2011). Jurgen Habermas (b. 1929), younger sci-
shared memories about Christmas celebrations, on of the Frankfurt school, wrote of the critical
street games, and learning to dance. We walked role of political opinion in the press and radio but
by his primary school and the church of Santa said nothing about music or fiction as these were
María la Redonda, one of the oldest in Mexico. about feeling, not rationality (Habermas, 1992).
We stopped in the church and sat in the pews Emotion for Habermas was bound up with the
where he shared his thoughts about the saints, excesses of Nazism. Nonetheless, Habermas’ rec-
the priest and his first communion. We walked ognition of the importance of press and radio—of
on to the Plaza Garibaldi where the family had ‘public opinion’--contributed to opening the way
enjoyed so much entertainment—the mariachi for me to a deeper appreciation of emotion’s his-
bands, Pérez Prado’s mambo, Tongolele’s ex- torical importance. For me and scholars far more
otic dancing, Maria Luisa Landin’s boleros. We astute and learned than I, emotive expression be-
entered the Tenampa Bar, took a table and re- came essential to public sphere analysis. Miriam
called the stories we had heard of the legendary Hansen (1949), among other investigators of the
José Alfredo Jimenez and Chavela Vargas sing- mass media, cinema and cultural studies, drew on
ing ballads as they drank till dawn. To arrive at the ambivalent, suggestive German film scholars,
a notion of how distinct were Pepe’s memories Siegfried Kracauer (1889) and Walter Benjamin
and what made them so, I interviewed his broth- (1892) (Hansen, 2012; Hansen, 2000). Her work
ers and his cousins. Indeed, they differed in their helped me to appreciate how the technologies
interpretations of the same events. We explored of photography, cinema, radio, and recording ef-
why that was. fected sensorial and affective revolutions while
My framework borrowed from Elias and fostering the creation of new communities at
fleshed out by further information on social and the local, national, and transnational levels. The
economic change in Mexico City from the 1940s media created links of empathy and mutual rec-
into the 1960s gave me an argument for assum- ognition that broke barriers and formed the ba-
ing some shared experience across a somewhat sis for social and political discussion.1 In making
circumscribed, yet broad sector of children and private life public, they created and broadcast
youth. I became convinced that while most chil- discourses, practices, and sentiments that facili-
dren able to do so shared a very solid formation tated the necessary negotiation of processes of
in formal education, the education of the senses modernization: migration, urbanization, mobility,
derived primarily from their shared experiences employment, family life, romance, fashion, con-
with the mass media: especially radio, film, and sumption, and gender roles. From the 1930s until
cinema (later theater) and the conditions in the end of the 1950s, most media were censored
which they experienced them. In what follows and didactic. The public both saw themselves in
I explain how this media inquiry undertaken by and modeled themselves after the media. If the
Pepe and me in our exploration of self and our public responded pathologically to fascist mes-
times through multiple macro and micro forms saging in Germany, I came to see the Mexican
of knowing. media I explored with Pepe as purposely benign.
Norbert Elias (b 1897) had written about Mexican radio prohibited discussions of politics,
youth´s sense of justice, self-development, and religion, or sex. Instead, the airwaves filled with
freedom but he had little to say about the me- music, melodrama, advice shows, and sports. In
dia or the senses. His contemporaries Frankfurt Mexico, this censorship created an opening for
School theoreticians, Theodor Adorno (b. 1903) shaping the senses in particular ways. In effect,
and Max Horkheimer (b 1895), abhorred it as a the mass media operated as the soft power of
product of capitalism complicit in the rise of fas- the state: creating subtle affective links between
cism (Adorno and Horkheimer, 1979). Sociologist strangers separated by class, spatial distance,
Oscar Lewis (b. 1914) studying the neighborhood 1 On radio and community creation, see Loviglio (2005).

116
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 113-126

beliefs, and private disputes. In other words, the to the air by La Doctora Corazón, “Queridos ami-
media created the substrate for nation and mod- gos,” she told her listeners, “Write to me, because
ern citizenship. remember, I make your problems my own”.
Affective links forged by the media are often The impassioned boleros they heard created
hard to find and harder to measure. Yet, they sympathies shortening the affective distance
are elements of history, perceptible through in- between Lupe and José, even when their rev-
timate biography. Consider: In the early 1940s erie drifted in different directions. When they
Pepe’s mother Lupe worked at a wartime mica listened to Maria Luisa Landin sing Amor per-
factory in Oaxaca. Her husband had gone to dido, maybe José, Pepe imagined, was thinking
Mexico leaving her with two young children: about the mysterious Lidia, about whom it was
would he return, would he call for them to join rumored he had had an affair, or perhaps Lupe
him or would he abandon them? Lupe sang sa- felt a profound sadness believing that José did
cred music in church choirs, but she also listened not return her love. Maria Luisa Landin’s tender
to the tunes played over the radio in the ten- lament touched Lupe in its excruciating self-
ement she and her boys occupied. She would depreciation: “It’s sure you are happy without
sit at her sewing machine in the late afternoon me… you were never mine… No, when you pass
singing the deeply impassioned songs of Maria me on the street you needn’t say hello. I am
Grever she had learned from the radio: not wounded”. Yet the song ends on a glorious
note of applause: “Let us cheer for pleasure and
Bésame, con un beso enamorado love!”. José and Lupe, helped by a short rupture
Como nadie me ha besado desde el día en que nací, in which Lupe asserted her rights, stayed to-
Quiéreme, quiéreme hasta la locura gether till the end of their long lives. He came to
Y así sabrás la amargura que estoy sufriendo see her, as he told Pepe, as O-Lan, the wife in the
por ti.2 movie The Good Earth, long-suffering, abused,
and yet responsible for the family´s survival and
“Why are you crying?” Pepe would ask his success.
mother. “Because I want to talk to your father. Music, which wafted from every jukebox or
I want to tell him how lonely I am. I miss him so radio in every store, smoothed the sharp edges
much. I want all of us to be together” and she of scarcity, distrust, conflict, and loneliness that
would embrace us and kiss us. She would stroke marked the neighborhood and its immigrant
our hair and give us the love she felt for him”. families fighting to make ends meet and to get
José Zuñiga Sr., Pepe’s father, did call for ahead, to save themselves from alcoholism,
them. They joined him in a cramped apartment crime, jail, sickness, defeat, all of which lingered
in the Colonia Guerrero in 1943 when Pepe was around the corner and in their midst. As an in-
six years old. The Philco radio played all day as stitution of the state’s soft power and of market
the parents, tailor and seamstress, sewed. It expansion (it advertised soaps, candies, tooth-
played into the night. Theirs was not a happy paste, shampoo, chocolate milk, aspirin), radio
marriage: Lupe was jealous, José stepped out a directly targeted children from an early age. The
lot, his sisters and mother tortured her, and he Zúñiga children listened to Nick Carter Detec-
did not defend his wife; he thought she favored tive and the mysteries of El Monje Loco, who
her brother over him; he doubted their first born immersed them in vicarious suspense and ter-
was his. This mistrust exacerbated the everyday ror; Cuca la Telefonista, who made them giggled
struggle to put food on the table, to keep the at her silly jokes; the history of Emperor Maxi-
children clothed, in shoes, and in health. The radio miliano y Empress Carlota they tried to follow.
smoothed over grievances. It calmed tempers. It Above all, they listened to Cri-Cri, the singing
filled life with intimate feeling. It fomented com- cricket created by Gabilondo Soler who from
munication. The entire family delighted in render- 1934 sang to millions of Mexican children each
ing verdicts in cases of marital discord brought weekend over XEW, La Voz de Latinoamérica
2 “Kiss me, with a kiss of love/As no one has kissed me since desde México.
the day I was born/ Love me, love me like crazy/ And you will
know the bitterness I am suffering for you”, see: <https://t.
Cri-Cri sang about the same middle-class val-
ly/2kzTU>, November 10th, 2023. ues promoted by Pepe´s public primary school:

117
MARY KAY VAUGHAN, EDUCATING THE SENSES: PEPE ZÚÑIGA AND MEXICO CITY’S REBEL GENERATION

the need for hard work, for manual labor in a I knew and shared with Pepe earlier school
society whose higher classes deplored it, for texts that treated nature as dangerous and
savings and prevision, for study, discipline and threatening. We talked of how Cri-Cri turned na-
responsibility. But he sang about these with hu- ture into magic, beauty, and the promise of life.
mor, joy, and rhyme absent from school text- He sang of the butterfly as she flew out of a rose,
books. He bid children to play, laugh, and imag- flitting her wings turned silver in the sun. As they
ine. Pepe taught them to me and explained his watched her, all the animals of the forest took up
preferences on the long trips we took to Oaxaca. their musical instruments in a symphony of joy.
I came to see that Cri Cri’s repertoire required Cri-Cri sang of the changing seasons, water that
an analysis that involved both Pepe’s comments let the daisies blossom, the flowers that filled the
and my own textual reading assisted by aca- meadow with a riot of colors, the breeze from
demic analysis and other contemporaries’ mem- the mountains that shaped the sugar cane into
ories.3 Most helpful to me was the literary analy- golden flutes, the moon which lit the forest and
sis of Eve Kosofsky Sedgwick and Adam Frank. made the lake sparkle, signaling to the elves to
As they examined images of children in British break into dance, the crickets to sing, and the
literature in the transition from the nineteenth to lambs to drink. It was a world to adore and not
the twentieth century, they argued that Charles to destroy, to value nature was to value life and
Dickens’ abandoned child morphed into Christo- self and beauty.
pher Robin, the playful, loved boy cared for by Perhaps above all, Pepe believed that Cri-Cri
his nanny and his mother (Kosofsky and Frank, valued freedom. He lamented the fate of the
2003: 42-43). Cuckoo bird condemned to emerge mechani-
In Mexican popular culture, in a country where cally from the clock at a given hour, incapable
children were just beginning to read and gain of chirping when she wished. He celebrated the
access to radio, Cri-Cri was Christopher Robin. shoes which, defying the shoemaker, jumped out
It is not that the indigent child disappeared from of their boxes and danced like crazy. But he con-
the Mexican streets or mass media, but rather demned imprudence. When the cat Micifú sets
that the loved child, who, like Christopher Robin, out to sea in a shoe in search of treasure, he runs
delighted in nature and his animal friends, came into a storm and discovers a bottle with a mes-
to occupy a central instructive position: a sort of sage: “Señor,” says the note, “Don’t be a fool.
discursive mandate, a rush of affect, the declara- There is no greater treasure than studying.” So
tion of rights and love. Micifú turned around. He went to school, studied
“By awakening our imagination and our hard and became a great doctor. “Cri-Cri stirred
senses, Cri-Cri taught us conduct”, Pepe noted. our imaginations with his world of animals, na-
In verse and music, Cri-Cri created images and ture, and the personalities of our neighborhood,
sounds that prompted all the senses: to breathe but he also criticized bad habits”, remembered
in the aroma of the soup the elves made with Pepe. This promise that study, discipline and
daisies, carnations, and hibiscus, to watch the commitment would bring success was oft-re-
stream of water expand and contract in the rain peated in the movies Pepe saw. How to nego-
and the sun, to turn sad over the old doll thrown tiate the desire for freedom with the need for
into a dingy corner—she reminded Pepe of his self-discipline and productive learning: this was
own ragdoll Tunca. “The sounds of the train, the a common challenge.
motors, the whistles, the chug chug chug. This Our exploration of cinema as a shared experi-
song recalled for me all the things I had seen ence for children was somewhat different from
from the train when we came to Mexico City— our reading of Cri-Cri. Of course, Pepe described
the cows, the sheep, the bull, the cactus, the children flocking to the matinees, in groups or
mountains—and the emotion I felt when the train alone. They created a critical public, cheering,
passed through the tunnel and for a moment the booing, clapping, stamping their feet and yell-
world turned black!”. ing at each other to shut up so they could con-
3 Cri Cri´s songs are of course published and most usefully centrate on the films. The children’s films were
for me in Cri-Cri: Canciones completas (Gabilondo, 1999).
This version contains helpful reflections by artists and writers
products primarily of Mexican and Hollywood
about their own childhood experiences of listening to Cri-Cri. classical cinema. These had not been analyzed

118
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 113-126

together. However, it did not seem difficult to I confirmed by talking with his and my friends.
decipher their central messages. We knew both Pepe’s father taught him to see the movies. He
genres and their repeated scripts. Pepe noted also taught me. As a small child, Pepe accom-
the valor, science, and adventure championed panied his father two or three times a week to
by Flash Gordon, Superman, Captain Wonder, one of the many theaters in the Colonia Guer-
Tarzan and Jane, the tenderness and protection rero. A lover of cinema from his impoverished
that comforted the children as they watched childhood in Oaxaca, José Zuñiga Sr., a man
Snow White cared for by the dwarves and Cin- with three years of formal schooling, became a
derella rescued by a prince, or Pepe El Toro (Pe- film connoisseur. As scholars would later explain
dro Infante) crooning sweetly to his girlfriend. early cinema, José understood how radical it
Pepe remembered how the children crouched was prior to classical film introduced in the mid
in terror at the enemy: King Kong, the evil em- 1930s. The speed of early cinema’s chases defied
peror Ming from the planet Mongo Flash Gordon normative pace, its slapstick comedy and car-
vowed to destroy, the wicked stepmother of toons twisted human movement and sentiment
Snow White and mean stepsisters of Cinderella, in novel directions. Mickey Mouse made people
the lethal rifle of Bambi’s mother’s killer. For the laugh out loud. Scholars debated whether the
most part, films ended happily. Order restored viewer experience was liberating or sadomas-
peace, justice, and goodness, as commanded ochistic.4 But José Zúñiga Sr. did not know the
by the reigning cinematic paradigm. However, meaning, so he could not recall the experience
there were contradictions and disruptions, some of sadomasochism.
created by the children who rewrote the script. He loved Charlie Chaplin as The Tramp car-
Pepe and his friends delighted in watching the ing for the orphan child. “Would that we had
indomitable Maria Felix wage battle against had such fathers!” said Pepe remembering his
the patriarchal order. They missed the intend- father’s words. Indeed, early cinema permitted
ed point: patriarchy won. But for Pepe and his boys and men to cry, and wept they did. This
friends, her rebellion stirred their souls. She cinema also permitted them to fear. The most
reminded them of their fathers’ abuse of their fascinating films the father introduced to his son
mothers and themselves. were the older horror movies still playing in the-
By the time this generation reached their aters. As Pepe and I watched these films togeth-
teenage years from the mid 1950s into the er, he described his experiences. How haunting
1960s, film had become entirely disruptive of a was the sight of Dracula’s ship tossing in the wild
narrative of goodness and happy endings. Holly- sea driven only by the breath of the vampire af-
wood movies changed tone and preoccupation: ter rats had ravaged the crew with the plague!5
they depicted confusion and anger at a corrupt Still scarier was Frankenstein. As he watched
and damaged adult world (the crime-infested the giant monster come alive with fireworks of
union in On the Water Front, the damaged par- electricity exploding from his neck, he buried
ents in East of Eden and Rebel without a Cause). his face in his hands. He could not look. His fa-
Damaged adults threatened to damage their ther’s gift was to explain how the monsters were
children. Yet the young people in these films made and how special effects created the view-
bonded in tenderness and love for one another er’s terror. In effect, Pepe remembered this not
(Marlon Brando and Eva Marie Saint in On the only as a scary experience but an empowering
Waterfront, Dean, Sal Mineo and Natalie Wood one: to learn that terror was artificially created
in Rebel without a Cause, Julie Harris and James and man-made. The proposition was compatible
Dean in East of Eden). As Hollywood censorship with the scientific optimism of those years which
declined, feeling, intimacy, and flesh came to the Pepe and his father shared: indeed, cinema was
screen in problematizing ways. one of its most effective advertisements.
More complicated for me as a biographer
was Pepe’s own privileged education in film, a 4 See particularly Hansen´s discussion of Benjamin and Mick-
privilege not likely shared with much of his gen- ey Mouse in Cinema and Experience (Hansen, 2012: 163-182).
5 There are many versions. The reference is to F.W. Murnau´s
eration yet one that I interpreted as an intensi- 1922 Nosferatu.
fication and refinement of shared viewing that

119
MARY KAY VAUGHAN, EDUCATING THE SENSES: PEPE ZÚÑIGA AND MEXICO CITY’S REBEL GENERATION

Father and son saw all the Noir movies and ambitious, corrupt, and cruel people. He want-
discussed them over chocolate and biscuits at ed to become a great dancer like I wanted to
one of the neighborhood Chinese cafes. Their become at that time a radio technician. He en-
discussions were not too different from James countered obstacle after obstacle, but he kept
Naremore’s moving interpretation of noir as high dancing, dancing, trying and trying. Then with
modernism: a world devoid of happy endings Cyd Charisse he performed one of the most
and good people, full of drifters, grifters, private sensual dances I have ever seen in my life. Her
eyes, femme fatales, criminal gangs and crooked eroticism stunned me--her long legs, her hair
authorities lingering in smoky nightclubs, dark- cut a la garcon as was the fashion in the 1920s.
ened streets, police headquarters, cheap ho- With her legs, her arms, her movements, she en-
tels, rather reminiscent of T.S. Eliot’s Wasteland circled and seduced him. Theirs was a sensual
which neither Pepe nor his father had ever heard struggle as if they were making love. Finally, he
of (Naremore, 2008). conquered her. But she was corrupt. Her gang-
On a more elegant note, José pointed out to ster boyfriend gave her a diamond ring and she
his son how Greta Garbo’s face caught by the took it. The boyfriend’s bodyguards pushed
camera demonstrated cinema’s ability to dis- Kelly away. This crushed him but he resisted. He
play, expand, deepen, enhance—rather than vio- had to follow his own path. Me, too, I wanted to
late—the physicality and emotion of the human “subir de categoría”. Maybe Kelly left defrauded
body and face. I was deeply struck by this ob- but what saved him was his gift of dance and
servation and others Pepe shared with me from his dignity. When he danced and sang Singing in
his father’s insights. Learning to follow the cam- the Rain, he exuded feeling without an ounce of
era’s techniques, Pepe talked about how moving sentimentality. There was too much movement,
were the closeup shots he later saw of Elizabeth too much energy, too much conviction for that”.
Taylor and Montgomery Clift dancing in Place in Father and son disagreed about Gene Kelly.
the Sun: in love and momentarily putting at bay In this disagreement I sensed a subtle shift in
their painful past and devouring ambitions. masculinity among sectors of Mexican society.
Pepe and his father loved films of dance, “My father did not like Gene Kelly. He thought he
works of art that combined the camera, the was effeminate, not as elegant as Fred Astaire. I
music, the scenography, and the dancers. They admired Kelly. His feet! How he moved his feet!
loved Fred Astaire and Ginger Rogers. Astaire He was an acrobat, not just a great dancer. What
was about letting go, bursting into tap any- a butt, so masculine! I adored Debbie Reynolds
where anytime, on a ferryboat, in a park kiosk, too. How lovely when he sang to her on a ladder:
on the walls and ceiling of a hotel room. When ‘You were meant for me! I was meant for you!’
he danced with Rogers, they were sublime. In his They danced and sang more intimately, more
tails and top hat, he beckoned to her, a shimmer- emotionally than Astaire and Rogers. They were
ing jewel of organdy, satin, feathers, and pearls. my dream of partners, faithful and loving”.
As he swept her into his arms, they moved with Changes in masculine sensibility have barely
aristocratic elegance, although their bodies been recognized by scholars. They lie below the
were more closely intertwined, and their smiles surface of historiographical consciousness. It
spoke an intimate joy. Astaire and Rogers were takes biography to bring them into view. I noted
central to Pepe’s movie experience and to Mor- in three generations of Zuñiga men that they
ris Dickstein’s classical treatment of US culture carried distinct “weapons:”—Pepe’s grandfather
in the Depression: his Dancing in the Dark facili- cherished a knife he readily drew in street fights
tated my discussions with Pepe and pointed to in Oaxaca; Pepe’s father valued the scissors he
an experience very different from that of Nazi used to make elegant clothing for fashionable
Germany which had obsessed early film scholars men and women in Mexico City and to provide
(Dickstein, 2000). for his family; his son, Pepe, took as his weapon
Many times, Pepe headed alone for the the- a brush to paint sexual, emotional intimacy. This
ater to watch Gene Kelly dance in Singing in the shift in weapons, I came to believe, formed part
Rain (1952). “When he dances Broadway Mel- of more general story in the “domestication of
ody, he arrives in New York and finds a lot of violent masculinity”.

120
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 113-126

Much of this story was being told in historiog- tion, etc.) The biographer can see how discrete
raphy as state-directed prescription, rather than processes interpenetrate.
lived individual experience. Still the material I reexamined familiar texts as pointed cri-
helped me interpret Pepe’s story and that of his tiques of contemporary Mexican masculinity in
generation. From the late nineteenth century, the 1950s and early 1960s. To my knowledge,
so the story went, Mexican psychologists, em- these had not been linked to the above narrative
ployers, military officers, sociologists, novelists, of state and market driven domestication. Oscar
hygienists, doctors, social workers, educators, Lewis (1964) articulated new trends in psychol-
Catholic activists, journalists, and public intellec- ogy and personality development in his focus on
tuals expressed concern about what they viewed Jesús Sánchez’ emotional abuse of his children:
as lower class masculinity prone to social, po- the father brought home money, but his posi-
litical and familial violence, irresponsibility, alco- tive emotions were brutally shut down (Lewis,
holism, and sexually transmitted disease”.6 If in 2011). Octavio Paz in his Laberinto de la Soledad
the Porfiriato criminologists viewed the “condi- (1950) psychologized the Mexican man (espe-
tion” as a product of biological degeneracy and cially of the popular classes) as enclosed in deep
sought to isolate the poor, the reformers of the insecurity, prone to uncontrollable, drunken
Revolution sought national integration, educa- eruptions of violence, and not “mature” enough
tion, and health. to embrace a universal humanism.7 Psychologist
From the mid 1930s when a good part of the Erich Fromm, writing from Cuernavaca, in his Art
world entered a period of devastating politics of Loving (1956) called for a more emotionally
and war, Mexico began a prolonged period of open and mature masculinity (Fromm, 1956).
demilitarization, social peace, and economic Pepe Zuñiga concurred: he adored his father, but
growth. In 1946, the ruling PRI abolished its mili- for all Señor Zuniga shared about the movies, he
tary sector and the lottery replaced obligatory was cold, aloof, and abusive of his wife. Pepe
conscription. Overt violent social conflict de- longed for a father like Shane, the reformed gun-
creased. Such conflict had positioned organized fighter who offers tenderness and advice to the
workers for material improvement. After 1940s, adoring boy Joey Starett in the 1953 film classic.
possibilities for legal, protected employment Pepe knew nothing of Lewis, Paz, or Fromm but
increased. Conditions of daily life improved for he too was part of an ongoing social, moral and
many in Mexico City if less than dramatically be- political project.
cause in retrospect consumerism was in its in- In effect, Pepe joined youth’s seizure of the
fancy: detergents, clothing, hair products, cos- project on their own terms at the end of the
metics, gas, running water, a stove, a radio. TVs, 1950s. Fathers lost prestige and authority (Zo-
cars, and washing machines came in the 1960s. lov, 1999, 115). Rock n roll bands and the Beatles
These broad transitions are inadequately exam- knocked out Pérez Prado (exiled), Agustín Lara
ined by historians who work in silos that frag- (dead in 1970), María Luisa Landín (stopped
ment experience (as one discusses economic recording in 1967). Young novelists like José
growth, another consumption, another adop- Agustin searched for self and love. Young read-
6 The historiography is dense. Key primacy sources are El ers devoured it. Students packed the theater
genésis del crimen en México (Guerrero, 1901); Los crimina- to watch young actors trained by Hector Azar,
les en México (Roumagnac, 1908); El perfil del hombre y la
cultura en México (Ramos, 1934). Key secondary sources are
head of the Teatro Universitario of the UNAM,
City of Suspects: Crime in Mexico City, 1900-1931 (Piccato, enact Olímpica. The play explored the anguish
2001), “The Science of Redemption: Syphilis, Sexual Promis- of adolescence in a poor tenement in central
cuity, and Reformism in Revolutionary Mexico” (Bliss,1999);
“For the Health of the Nation: Gender and the Cultural Poli- Mexico City: young Eddie, handsome, restless,
tics of Social Hygiene in Revolutionary Mexico” (Bliss, 2006); disoriented, and full of dreams with nowhere to
Criminal and Citizen in Modern Mexico,(Buffington, 2000),
A Sentimental Education for the Working Man: The Mexico go, and Casandra (Casi) frozen in her Catholic
City (Buffington, 2015); William French, A Peaceful and Work- soul fearful she would fall into sin as she passed
ing People (French, 1996); Myths of Demilitarization in Post
Revolutionary Mexico (Rath, 2013), “Responsible Mothers and into womanhood. The actors, wrote critic Ar-
Normal Children: Eugenics, Nationalism, and Welfare in Post mando de Maria y Campos, directed with en-
Revolutionary Mexico” (Stern, 1999); “The Mexican Revolu-
tion and the Modernization of Patriarchy in the Countryside,
ergy and tenderness by the very young Azar
1930-1940” (Vaughan, 2000). 7 See Labyrinth of Solitude (Paz, 1961). Spanish version, 1950.

121
MARY KAY VAUGHAN, EDUCATING THE SENSES: PEPE ZÚÑIGA AND MEXICO CITY’S REBEL GENERATION

protégé, Juan Ibañez, expressed the feelings of and women, more popular contact, music, the-
innocence and its loss, illusion and disillusion, ater, and laughter”, he recalled.9
love and frustration, trust and mistrust” (María y Leader Luiz Gonzalez del Alba wrote no left
Campos, 1964). “The work spoke to our world, to group could have mobilized thousands from pri-
our situation”. Pepe recalled. vate and public universities and high schools,
For Pepe, even closer to home was Gustavo from upper-, middle-, and working-class families.
Sainz’ Compadre Lobo which came out later but He called it a festive celebration of new liberties:
spoke to his personal experience. The novelist the clothing, the hair styles, the Beatles, sex-
recounted a prank Pepe had undertaken as a re- ual freedom, the possibility of escaping paren-
bellious student at La Esmeralda (Sainz, 1977). tal strictures, of not having to “ask permission”
Compadre Lobo told the story of a delinquent (González, 1993: 22-31). In chants, banners, car-
youth, repeatedly abused, acting out in violence. toons, and insolent street language they mocked
He discovered his considerable artistic gifts as a the hitherto sanctified president”.10 They joyously
student at La Esmeralda. He joined the student rode atop buses they had captured waving plac-
movement. With thousands of others, he walked ards and chanting Di-á-lo-go! They painted the
in the Silent March to reject the government’s vi- city with their demands, denunciations, and de-
olence in September 1968. Participants covered sires—Libertad! —and their V for “Venceremos”—
their mouths with tape as a single loudspeaker we will win!
announced their silence as a protest against 1968 in Mexico was not a traditional left move-
the government’s refusal to dialogue (Brewster, ment: it was an antiauthoritarian movement with
2002). For El Lobo, these processes were trans- demands for political freedom, standard within
forming. He discovered his tenderness, the artist liberalism although radical for Mexico. These
in him, and his homosexuality. were pressed in the street with overwhelming
In 1968, the student leaders that floated to emotional drive that created a new space of
the top had experience in Communist and other solidarity, communication and liberatory behav-
political organizations. The movement required ior. They wanted dialogue with those in power-
organization, discipline, and direction. Those not just to listen to them, but to talk with them
who gave it were versed in an old language of about rights and demands they knew to be wor-
politics. The politics of the street spoke a newer thy of authority’s attention and redress. The size,
language as Michel de Certeau has argued for emotional force, and daring of this mass move-
the youth of Paris: a language not fully articu- ment led the powerful to panic. On October 2,
lated in formal programs although one could just two weeks after the Silent March the gov-
argue that the basic program in Mexico reflect- ernment opened fire on a mass rally at Tlatelolco
ed a broad demand: freedom for political pris- and mercilessly repressed the movement.
oners, for political dialogue and for expression In late July 1968 as the student movement
(Certeau, 1998).8 In Paris, in Mexico, and myriad was getting underway, Pepe Zúñiga stood in
places, the language of 1968 was expressed in the long line of young people waiting to enter
gestures, representations, performance, and the Teatro Jimenez Rueda in downtown Mexi-
new spontaneous communities. Nowhere was co City. They were going to see Cementerio de
the language better articulated, according to Automóviles, an adaptation of Fernando Arra-
participant Salvador Martínez Della Roca, than in bal’s 1938 play directed by another Hector Azar
the brigades that traversed Mexico City (Ponia- protégé, Julio Castillo (24 years old). Felida
towska, 1999: 55-60). Armed with megaphones, Medina, Pepe’s classmate at the Esmeralda, did
banners, guitars, and fliers printed on mimeo- the stunning scenography. Pepe had known Fe-
graph machines, they visited markets, plazas, lida as a proper bourgeois girl, carefully coifed,
parks, factories, movie theaters, and restaurants. lightly made up, and very feminine in her dress,
They boarded buses and streetcars to “commu-
9 Particularly important for gender analysis of the brigades is
nicate” with “the people”. “There was more qual- the essay “Mexico 68: Defining the Space of the Movement,
ity, more women, more interaction among men Heroic Masculinity in the Prison and Women in the Streets”
(Frazier and Cohen, 2003).
8 On Paris 1968, see The Capture of Speech and Other Politi- 10 See, among others, “Mexico ’68: Power to the Imagina-
cal Writings (Certau, 1998). tion!” (Soldatenko, 2005).

122
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 113-126

he recalled. Now she was in pants, her hair long, Pepe was carried away. “It was very sad, very
without stockings or a bra. She and her team of moving —to see the way the young actors ex-
students, bonded by a commitment to art, egali- pressed their emotions. I cried but I also felt a
tarian politics, and unity, had salvaged wrecked love for life. I was excited. It made me think. It
cars from all over the city, discarding all but the made me question myself. Not only the actors
twisted, rusted, burned-out frames in which the but the effects— the lights, the film’s projection
play’s characters lived. The cars were obviously on the sheet, the Beatles music. The shells of the
a critique of consumerism, the wreckage and ex- wrecked cars were unique sculptures, works of
clusion it wrought. Felida’s changing lighting il- art. It was a repudiation of the authorities, a re-
luminated the different stories of these marginal bellion. It was about our poor, those with little
people, “vagabonds of the street living in the education but the will to overcome. We are nei-
poverty zones” recalled Pepe. ther good nor bad, it’s the circumstances that
The couple in one car were making love. In an- turn us bad and thwart us. One lives saturated
other, a woman gave birth to a baby of unknown and surrounded by this ambience, part of it is
paternity. In a third, lived an army officer with a about loving and being loved, and another part
lesbian and, in another, a conventional couple. is revolting and disgusting. The poor cannot get
The story developed as an allegory of the Cruci- out because they are censored and kept down.
fixion set to the music of the Beatles. The main There was more and more rancor and rebellion
actors were three hippie youths: Emanu as Jesus in youth, and I identified with them”.
and his two friends, representing apostles Peter Subsequently in the biography, I followed
and Judas. Pepe through La Esmeralda and his early exhib-
They came to play music to rescue the poor its to his departure for Paris on a government
from their misery. With them was Dila, Mary fellowship to study painting at the Ecole des
Magdalene, whose gigolo lover had forced her Arts Décoratifs. Then I wrote an epilogue about
into prostitution. His violence she transformed his painting and that of his generation empha-
into tenderness in her relationship with the boys. sizing the diversity and freedom of styles and
She protected Emanu, a mute, effeminate lad subject matter. I looked at the men’s exploration
who knit sweaters to protect beggars from the of emotions but noted surprisingly few plastic
cold but whose trumpet symbolized for one crit- inquiries into the body —that concern would
ic a rifle of revolution. Sensing Emanu’s threat to be taken up for the next generation. When the
the social edifice, the authorities announced an Spanish language book came out, I saw him
award for his capture. less and less and missed the excitement of our
His closest friend, Judas, betrayed him and shared learning experience. When we were into
turned him over to secret police agents, the that, I would ask him, “Were you listening to
same couple who had made love in their car. the Modern Jazz Quartet around 1965”. “Yes, of
The crucifixion took place virtually: the police course,” he would answer and ask, “Along with
beat the ground rather than Emanu. Dila marked Miles Davis’ Sketches of Spain”. I listened and
in red pencil the slashes on his back. The police melted upon hearing that trumpet echo across
tied him to a car and crucified him on a bicycle. the barren Moorish plain. We had seen together
As the audience heard a little doll repeat as she Pasolini’s Gospel according to St. Matthew. Now,
had throughout the play, “I love you very much, he said, “We had to see his Teorema”. We did.
tell me a story”, the figure of Emanu was pro- I do not believe that as a biographer I became
jected in film onto a sheet as he escaped over over-enamoured of Pepe. That Pepe is a com-
a viaduct into meadows of flowers. Suddenly mitted gay man gave our relationship a certain
the technicolor of the flowers turned to dam- kind of distance that also reduced other kinds
aged, blurred, black and white film as Emanu ran of distances —particularly of our shared tastes,
frantically to a place where he came upon the our deep friendship. I mention his homosexual-
wounded body of Che Guevara. The play ended ity at the end of this essay because I am afraid
as the boy, smiling and making a victory ges- that had I introduced it immediately, this essay
ture with his hand, waved goodbye to the dying would be read in search of a gay experience.
guerrillero. Pepe was perfectly up front about his relation-

123
MARY KAY VAUGHAN, EDUCATING THE SENSES: PEPE ZÚÑIGA AND MEXICO CITY’S REBEL GENERATION

ships and his paintings. He simply wanted them Publishing, pp.171-190, <https://www.jstor.org/
treated as matter of fact. What became Pepe´s stable/3339451> November 9, 2023.
open homosexuality was, from the perspective
Buffington, Robert M. (2015), A Sentimental Educa-
of both of us, one possibility among many for tion for the Working Man: The Mexico City Pen-
liberation and self-expression that marked an ny Press, 1900-1910, Durham, Duke University
entire generation, or those of that generation Press.
who wished to embrace the opportunity and
the many forms it could take: a love affair of any Buffington, Robert M. (2000), Criminal and Citizen in
Modern Mexico, Lincoln, University of Nebraska
sort, Miles Davis´compositions, Pasolini´s films,
Press.
José Agustín´s novels, Tommie Smith and John
Carlos´raised black-gloved fists at the 1968 De Certeau, Michel (1998), The Capture of Speech and
Olympic Games in Mexico City. Overidentifica- Other Political Writings, Tom Conley (trans.),
tion here is likely with the experience discov- Minneapolis/St. Paul: University of Minnesota
Press.
ered, defined, made similar, shared. Its intensity
and ubiquity may be exaggerated. Indeed, the Dickstein, Morris (2000), Dancing in the Dark: A Cul-
saddest part was closing the project once the tural History of the Great Depression, New York,
book was done. That closure coincided with age Norton.
for both of us. Our memories and ecstasies drift-
ed away once illness and other life-ending pre- Elias, Norbert (1998), “Terrorism in the German Feder-
al Republic: The Social Conflict between Gener-
occupations pushed them out of our conscious-
ations”, in Michael Schroter (ed.), The Germans,
ness or at least our ability to articulate them. Eric Dunning (trans.), New York, Columbia Uni-
As I mourn this turn, I think “Thank goodness, versity Press, pp. 229-298.
we had this magnificent opportunity to call up,
share, shape, and record these now faded mem- Frazier, Lessie Jo and Cohen Deborah (2003), “Mexico
‘68: Defining the Space of the Movement, He-
ories. How thoroughly we should all find ways to
roic Masculinity in the Prison and Women in the
awaken and share them”. Streets”, Hispanic American Historical Review,
83, Durham, Duke University Press, pp. 617-660,
References <https://muse.jhu.edu/article/49190/summa-
ry>, November 29, 2023.
Adorno, Theodor and Horkheimer, Max (1979), “The
Culture Industry: Enlightenment as Mass Decep- French, William (1996), A Peaceful and Working Peo-
tion”, in Theodor Adorno and Max Horkheimer, ple: Manners, Morals, and Class Formation in
Dialectic of Enlightenment: Philosophical Frag- Northern Mexico, Albuquerque, University of
ments, John Cumming (trans.) London, Verso, New Mexico Press.
pp. 120-167.
Fromm, Erich (1956), The Art of Loving, New York,
Bliss, Katherine E. (1999), “The Science of Redemption: Harper and Brothers.
Syphilis, Sexual Promiscuity, and Reformism in
Revolutionary Mexico”, Hispanic American His- Gabilondo Soler, Francisco (1999), Cri-Cri: Canciones
torical Review, 79 (1), Durham, Duke University completas, José de la Colina (prol.), Mexico City,
Press, pp. 1-40, <https://www.jstor.org/sta- Colección Los Trovadores, Ibcon.
ble/2518216>, November 9, 2023.
Gónzalez de Alba, Luis (1993), “1968: La fiesta y la tra-
Bliss, Katherine E. (2006), “For the Health of the Na- gedia”, Nexos, September 1, Mexico City, Nexos,
tion: Gender and the Cultural Politics of Social Numeralia, pp. 22-31.
Hygiene in Revolutionary Mexico”, in Mary Kay
Vaughan and Stephen E. Lewis. (eds.), The Ea- Guerrero, Julio (1901), La génesis del crimen en Méxi-
gle and the Virgin: Nation and Cultural Revolu- co: estudio de psiquiatría social, Mexico City,
tion in Mexico (1920-1940), Durham, Duke Uni- Conaculta, 1996 [ed.].
versity Press, pp. 197-218.
Habermas, Jürgen (1992), The Structural Transfor-
Brewster, Claire (2002), “The Student Movement of mation of the Public Sphere: An Inquiry into a
1968 and the Mexican Press: The Cases of Ex- Category of Bourgeois Society, Thomas Burger
celsior and Siempre!”, Bulletin of Latin American (trans.), Cambridge, Polity Press.
Research, 21 (2), New Jersey, Wiley-Blackwell

124
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 113-126

Hansen, Miriam B. (2012), Cinema and Experience: Stern, Alexandra M. (1999), “Responsible Mothers and
Siegfried Krakauer, Walter Benjamin, and The- Normal Children: Eugenics, Nationalism, and
odor W. Adorno, Berkeley, University of Califor- Welfare in Post Revolutionary Mexico”, Jour-
nia Press. nal of Historical Sociology, 12 (4), New York, B.
Blackwell, pp. 369-397.
Hansen, Miriam B. (2000), “Fallen Women, Rising
Stars, New Horizons: Shanghai Silent Film as Vaughan, Mary Kay (2019), Retrato de un joven pin-
Vernacular Modernism”, Film Quarterly, 54 (1), tor: Pepe Zúñiga y la generación rebelde de la
San Francisco, University of California Press, pp. Ciudad de México, Mexico City, Universidad
10-22. Autónoma de Aguascalientes/El Colegio de San
Luis.
Kosofsky Sedgwick, Eve and Frank, Adam (2003),
Touching Feeling: Affect, Pedagogy and Perfor- Vaughan, Mary Kay (2015), Portrait of a Young Painter:
mativity, Durham, Duke University Press. Pepe Zúñiga and Mexico City’s Rebel Genera-
tion, Durham, Duke University Press.
Lewis, Oscar (2011), The Children of Sánchez: Autobi-
ography of a Mexican Family. 50th Anniversary Vaughan, Mary Kay (2000), “The Mexican Revolu-
Edition, New York, Vintage Book. tion and the Modernization of Patriarchy in the
Countryside, 1930-1940”, in Elizabeth Dore and
Loviglio, Jason (2005), Radio’s Intimate Public. Net- Maxine Molyneux (ed), Maxine, Hidden Histories
work Broadcasting and Mass Mediated Democ- of Gender and the State in Latin America, Dur-
racy, Minneapolis, Univ. of Minnesota Press. ham, Duke University Press, pp. 194-214.

María y Campos, Armando de (1964), “Olímpica, de Vaughan, Mary Kay (1997), Cultural Politics in Revolu-
Héctor Azar, en el Teatro de la Universidad”, tion: Teachers, Peasants and Schools in Mexico,
Novedades, 13th December, Mexico City, Tele- 1930-1940, Tucson, Univ. of Arizona Press.
sistema Mexicano.
Vaughan, Mary Kay (1982), The State, Education
Naremore, James (2008), More than Night: Film Noir and Social Class in Mexico, 1880-1928, Dekalb,
in its Contexts, Berkeley, University of California Northern Illinois University Press.
Press.
Zolov, Eric (1999), Refried Elvis: The Rise of the Mexi-
Rath, Tom (2013), Myths of Demilitarization in Post can Counterculture, Berkeley, Univ. of California
Revolutionary Mexico, Chapel Hill, University of Press.
North Carolina Press.

Paz, Octavio (1961), Labyrinth of Solitude, New York,


Grove Press. Received: November 19, 2023.
Accepted: December 8, 2023.
Piccato, Pablo (2001), City of Suspects: Crime in Mexi- Published: December 15, 2023.
co City, 1900-1931, Durham, Duke University
Press.
Mary Kay Vaughan
Poniatowska, Elena (1999), La noche de Tlatelolco,
Mexico City, Era. Professor Vaughan specializes in the cultur-
al, gender, and educational history of modern
Ramos, Samuel (1934), El perfil del hombre y la cultura Mexico. Her book, Cultural Politics in Revolution:
en México, Mexico City, Austral, 1965 [ed]. Teachers, Peasants, and Schools in Mexico, 1930-
Roumagnac, Carlos (1908), Los criminales en México:
1940 received the Herbert Eugene Bolton Prize
ensayo de psicología criminal, Mexico City, Li- as the most outstanding book in Latin American
brería de la Viuda de Ch. Bouret. history in 1997 and the Bryce Wood Award of
the Latin American Studies Association for best
Sainz, Gustavo (1977), Compadre Lobo, Mexico City, book on Latin America published in English. She
Grijalbo.
is also the author of The State, Education and
Soldatenko, Michael (2005), “Mexico ’68: Power to the Social Class in Mexico, 1880-1928 (1982) and co-
Imagination!”, Latin American Perspectives, 143, editor of several collections including Women
Riverside, SAGE Publications, pp. 111-132. of the Mexican Countryside, 1850-1990: Creat-
ing Spaces, Shaping Transitions (1994), Escuela

125
MARY KAY VAUGHAN, EDUCATING THE SENSES: PEPE ZÚÑIGA AND MEXICO CITY’S REBEL GENERATION

y sociedad en el periodo cardenista (1998). Her


most recent publications are The Eagle and the
Virgin: Cultural Revolution and National Iden-
tity in Mexico, 1920-1940 (2006) coedited with
Stephen Lewis, and Sex in Revolution: Gender,
Politics and Power in Modern Mexico (2006) co-
edited with Jocelyn Olcott and Gabriela Cano.
She is former editor of the Hispanic American
Historical Review and current president of the
Conference on Latin American History. She has
received fellowships from the John Simon Gug-
genheim Foundation, the National Endowment
for the Humanities, the Council for the Inter-
national Exchange of Scholars (Fulbright) and
the Social Science Research Council and grants
from the MacArthur Foundation, the Fulbright
Hays Program, and the Illinois Humanities Coun-
cil. She has been visiting professor at the Ben-
emerita Universidad Autonoma de Puebla and
the Departamento de Investigaciones Educati-
vas in Mexico City. She wrote the life history of
painter Jose Zuniga, a biographical approach to
understanding the Mexico City youth rebellion
of the 1960s: Retrato de un joven pin­tor: Pepe
Zúñiga y la generación rebelde de la Ciudad de
México, Mexico City, Universidad Autónoma de
Aguascalientes/El Colegio de San Luis (2019).

126
INFOGRAFÍA
SECCIÓN GENERAL
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 131-142
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024161

POPULISMO, DEMOCRACIA
Y REPRESENTACIÓN:
UN ANÁLISIS DE LA RAZÓN POPULISTA
DE ERNESTO LACLAU

POPULISM, DEMOCRACY AND REPRESENTATION:


AN ANALYSIS OF ERNESTO LACLAU’S ON POPULIST REASON

Javier Amadeo
orcid.org/0000-0002-3941-2163
Universidad Federal de São Paulo
Brasil
[email protected]

Abstract

One of the central perspectives of the discussion on the relationship between popu-
lism and democracy is to analyze the concept of representation and its relation-
ship with democracy. Ernesto Laclau, in his book La razón populista, discusses the
relationship between representation and democracy, and recovers the concept of
symbolic representation to think about the internal structure of populist identity.
The objective of the article is to recover and analyze the theme of the relationship
between populism, democracy and representation, from the reading of Laclau, to un-
derstand the potentialities and limits for democracy of a representation understood
in these terms.

Keywords: Populism; Representation; Democracy; Laclau.

Resumen

Una de las perspectivas centrales de la discusión sobre la relación entre populismo


y democracia es analizar el concepto de representación y su relación con la demo-
cracia. Ernesto Laclau, en su libro La razón populista, discute la relación entre repre-
sentación y democracia, y recupera el concepto de representación simbólica para
pensar la estructura interna de la identidad populista. El objetivo del artículo es recu-
perar y analizar el tema de la relación entre populismo, democracia y representación,
a partir de la lectura de Laclau, para entender las potencialidades y límites para la
democracia de una representación entendida en estos términos.

Palabras clave: Populismo; Representación; Democracia; Laclau.

131
JAVIER AMADEO, POPULISMO, DEMOCRACIA Y REPRESENTACIÓN:
UN ANÁLISIS DE LA RAZÓN POPULISTA DE ERNESTO LACLAU

Introducción Hawkins, por ejemplo, llama la atención sobre


el elemento carismático de los líderes populistas
En los últimos años asistimos al surgimiento de y sobre el vínculo directo establecido entre es-
una gran cantidad de trabajos académicos so- tos líderes y sus votantes. Una de las consecuen-
bre el fenómeno populista y sobre sus conse- cias, negativa en el análisis de Hawkins, es el bajo
cuencias tanto teóricas como políticas.1 grado de institucionalización de las organizacio-
Para Rovira Kaltwasser et al. (2017a, 2017b) nes políticas, lo que tendría efectos perjudiciales
parecería claro que ha surgido, con el tiempo, en el establecimiento de una democracia conso-
una literatura consolidada sobre el populismo lidada. Para el autor, las características de lide-
con algunos trazos característicos. Por un lado, razgo de Hugo Chávez en Venezuela serían un
la literatura sobre el tema pasó de un conjun- claro ejemplo de este tipo de vínculo y de sus
to de análisis basados en estudios de caso, en- consecuencias en términos democráticos (Haw-
tendidos como manifestaciones específicas del kins, 2003: 1139).
populismo, para teorizaciones más comprensi- Carlos de la Torre, a su vez, al analizar el caso
vas del fenómeno. Por otro, la literatura sobre el de Ecuador, enfatiza la necesidad de compren-
populismo ha ganado robustez y se ha estable- der mejor la relación entre populismo y demo-
cido en el centro del debate académico, como cracia. Para el autor, los proyectos de democra-
consecuencia de la relevancia política efectiva tización de las élites en Ecuador partieron de
que ha adquirido el tema. Por último, las investi- ciertas concepciones supuestamente universa-
gaciones sobre el populismo se caracterizan por listas de la racionalidad; sin embargo, el efecto
su vínculo con la política práctica. El concepto práctico fue excluir a grandes segmentos de la
de populismo ha sido utilizado por estudiosos población. Como consecuencia, la resistencia a
y por comentaristas para analizar, en muchos estos proyectos se articuló a través de la de-
casos de manera crítica, organizaciones, movi- legación de poder a líderes autoritarios, por lo
mientos y políticas. La propia idea de populismo que “la política populista presenta un ejemplo
produce discusiones apasionadas, y quien estu- importante de cómo el ‘Otro’ marginal se resiste
dia el tema debe necesariamente estar relacio- a la política ‘democrática’ de las élites” (Torre,
nado con el mundo político (Rovira Kaltwasser 2010: 21-22).
et al., 2017b: 2-3)2. Otro grupo de autores ha defendido el aspec-
Una de las cuestiones centrales que aparece to positivo del papel del populismo y su relación
en la discusión sobre el tema es la relación entre con la democracia. Uno de los argumentos que
populismo y democracia. Una parte de la litera- sostiene este grupo de autores es que la visión
tura que discute el fenómeno del populismo, en del populismo como un peligro potencial para la
particular al analizar el surgimiento de los pro- democracia implica una lectura de la política y
yectos populistas de izquierda en América La- la democracia que adopta la visión liberal como
tina en la década de 2000, utiliza el concepto parámetro de organización política de la socie-
de populismo en un sentido negativo, argumen- dad (Houwen, 2013: 51-52).
tando sobre la forma altamente personalizada Panizza, por ejemplo, aboga por una visión
del vínculo entre el líder y el pueblo, lo que ten- positiva de la relación entre populismo y demo-
dría como consecuencia un vaciamiento de los cracia. Para el autor, la política implicaría la exis-
principios democráticos fundamentales. Otro tencia de un orden institucional, pero también
peligro señalado por esta literatura es que la in- prácticas que posibilitarían su cuestionamiento.
vocación de un sujeto popular supondría un pe- El populismo no es necesariamente enemigo
ligro para los derechos políticos de las minorías de la democracia, los intentos de representar la
(Houwen, 2013: 51). voluntad del pueblo, en los que se inscriben los
1 Entre la gran cantidad trabajos publicados vale la pena des- movimientos populistas, “son parte intrínseca de
tacar algunas obras que consideramos más relevantes: Ca- las luchas democráticas” (Panizza, 2009: 46-48).
novan (1981, 2005); Panizza (2009); Casullo (2019); Heinisch
et al. (2012); Houwen (2013); Mudde (2004, 2007); Mudde
El populismo plantearía preguntas difíciles
y Rovira Kaltwasser (2017); Rovira Kaltwasser et al. (2017a); para los regímenes democráticos. Para Panizza,
Urbinati (2018) y Weyland (2001). “el populismo no es ni la forma más elevada de
2 Discutimos con más profundidad los diferentes análisis del
fenómeno populista en Amadeo y Paula (2021). democracia ni su enemigo, sino más bien un es-

132
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 131-142

pejo en el cual la democracia se puede contem- demandas sociales diversas y en muchos casos
plar a sí misma, mostrando todas sus imperfec- contradictorias. Laclau va a diferenciar entre de-
ciones” (Panizza, 2009: 49). La representación mandas democráticas, aquellas que permanecen
democrática, continúa el autor, tiene limitacio- aisladas, aunque sean satisfechas. Y las deman-
nes intrínsecas e incluso en el régimen político das populares, aquellas que vía su articulación
más democrático existen elementos de natura- pueden crear un nuevo tipo de subjetividad. Para
leza no democrática, como por ejemplo princi- Laclau, las precondiciones para el surgimiento
pios de racionalidad tecnocrática que cuestio- de un fenómeno populista serían la formación
nan el principio de la soberanía popular. de una frontera antagónica, separando al pueblo
Ernesto Laclau, sin duda uno de los autores del no pueblo; y la articulación de demandas vía
más importantes dentro de la literatura sobre el equivalencia, que harían posible el surgimiento
populismo, también ha cuestionado esta identi- del sujeto pueblo (Laclau, 2005: 99).
ficación de democracia con los principios libera- Como afirma Laclau:
les y planteado la articulación entre populismo
y democracia con base en otros presupuestos. Todo nuestro enfoque sobre el populismo, como
En su obra La razón populista, Laclau define hemos visto, gira en torno a las siguientes tesis: (1)
al populismo como una lógica política o una ló- el surgimiento del pueblo requiere el pasaje –vía
gica discursiva, diferenciándose de las interpre- equivalencias– de demandas aisladas heterogé-
taciones del populismo como un tipo de movi- neas, a una demanda “global” que implica la for-
miento con determinada base social o ideología. mación de fronteras políticas y la construcción
Para el autor, retomando el concepto de juegos discursiva del poder como fuerza antagónica; (2)
de lenguaje de Wittgenstein, la lógica política sin embargo, como este pasaje no se sigue de
implicaría un sistema de enunciados o un siste- un nuevo análisis de las demandas heterogéneas
ma de reglas que establecen un horizonte den- como tales –no hay una transición lógica, dialéctica
tro del cual algunos objetos son representados o semiótica de un nivel a otro– debe intervenir algo
y otros no.3 Esto implica la construcción de fron- cualitativamente nuevo (Laclau, 2005: 142).
teras internas y la identificación de un otro ins-
titucionalizado. Cuando existe una combinación Uno de los elementos importantes del libro,
de elementos estructurales, continúa el autor, y donde centraremos nuestra discusión, es la
tenemos una lógica de tipo populista, indepen- cuestión de la relación del populismo con la de-
dientemente del contenido ideológico o social mocracia. Para Laclau (2005) es posible pensar
del movimiento político (Laclau, 2005: 150-151)4. en la relación entre la democracia y otras tradi-
Laclau busca en su libro analizar las lógicas ciones políticas que no sean la tradición liberal.
específicas del fenómeno populista. Afirma el El problema de la democracia, considerado des-
autor: de el punto de vista de su universalidad, pue-
de resumirse desde una pluralidad de marcos
Nuestro intento no ha sido encontrar el verdade- simbólicos, incluso desde el populismo, para lo
ro referente del populismo, sino hacer lo opuesto: cual la constitución de una subjetividad popular
mostrar que el populismo no tiene ninguna unidad es parte integrante de la cuestión democrática.
referencial porque no está atribuido a un fenóme- Laclau va a discutir, específicamente, las con-
no delimitable, sino una lógica social cuyos efectos secuencias de la lógica discursiva populista en
atraviesan una variedad de fenómenos. El populis- relación a la representación y la democracia en
mo es, simplemente, un modo de construir lo políti- el capítulo 6 de sus obras, titulado “Representa-
co (Laclau, 2005: 4. Énfasis, en el original). ción y democracia”.
Para esto va a retomar los argumentos pre-
El sujeto central en la lógica populista, en la sentados por Hanna F. Pitkin en su libro The
interpretación de Laclau, es el pueblo. El sujeto Concept of Representation y discutir específica-
pueblo se constituiría a partir de un conjunto de mente la cuestión de la representación simbóli-
ca y el populismo.
3 Sobre este punto ver también Laclau (2000).
4 Para un análisis de la obra de Laclau ver, entre otros, Mar-
chant (2005); Aslanidis (2015) y Howarth (2015).

133
JAVIER AMADEO, POPULISMO, DEMOCRACIA Y REPRESENTACIÓN:
UN ANÁLISIS DE LA RAZÓN POPULISTA DE ERNESTO LACLAU

Populismo y representación simbólica simbolización, y que la representación política


puede ser entendida “a partir del modelo de una
En su obra clásica, Pitkin afirma que la importan- bandera que representa a la nación, o un emble-
cia del concepto de representación se da por su ma que representa un culto” (Pitkin, 1972: 92).
vínculo con la idea de democracia, así como con Pitkin, sin embargo, es crítica sobre las impli-
las nociones de justicia y libertad. Para la autora, caciones de esta forma de representación. Para
el concepto de representación es fundamental- la autora, la creación y el uso de símbolos no im-
mente moderno, cuando se refiere a seres huma- plica simplemente ser representado, como por
nos representando otros seres humanos. Este uso ejemplo se da en el caso de la representación
puede ser rastreado en la utilización de la palabra descriptiva. La creación de un símbolo implica
latina repraesentare en los siglos XIII y XIV. Poste- trabajar en la mente de las personas que deben
riormente, continúa la autora, también pasa a ser simplemente aceptarlo y no reflexionar sobre el
utilizada en inglés para referirse a las personas significado de este. Para la autora:
enviadas al Parlamento inglés que gradualmen-
te pasan a ser descritas como representantes. […] dado que no existe una justificación racional
Inicialmente ni el concepto ni las instituciones, a para la conexión simbólica, para aceptar este sím-
las que éste se aplicaba, estaban vinculadas con bolo en lugar de otro, la creación de símbolos no
elecciones o con la idea de democracia; será sólo es un proceso de persuasión racional, sino de ma-
en los siglos siguientes que el vínculo entre re- nipulación de respuestas afectivas y formación de
presentación y democracia se establecerá de for- conductas (Pitkin, 1972: 101. Énfasis, nuestro).
ma más estrecha (Pitkin, 1972: 2-3).
Pitkin va a analizar diferentes interpretacio- Este tipo de representación va a ser identi-
nes del concepto de representación, algunas de ficada con un “liderazgo efectivo”. Un tipo de
ellas formuladas por los teóricos de forma más representación simbólica implica que no exis-
explícita y otras de forma implícita. Su discusión te justificación racional en la posición del líder
comienza con un análisis de la manera como como representante, lo que aparece son ele-
Hobbes interpreta la cuestión de la representa- mentos irracionales que pasan por las creencias
ción, en la explicación de la autora, será a través y por la utilización de técnicas políticas (Pitkin,
de una visión formalista de la representación, 1972. 108). Este tipo de liderazgo sería para Pit-
entendida como autorización. Enseguida va a kin el utilizado por Hitler, por ejemplo. Afirma la
discutir un conjunto de perspectivas que con- autora:
sideran la representación no como “acting for”
y sí como “standing for”, un tipo de fenómeno La representación es una relación de poder, del po-
que implica también a objetos inanimados. Este der del líder sobre sus seguidores; Hitler afirmó que
tipo de visión sobre la representación puede ser tenía más derecho a decir que representaba a su
separado entre una representación de tipo des- pueblo que cualquier otro estadista. La represen-
criptiva y una representación de tipo simbólica tación puede ser una cuestión de consentimiento,
(Pitkin, 1972: 11). pero este consentimiento es creado por la energía,
En el capítulo 5 de su libro, Pitkin discute con la inteligencia y la personalidad magistral del líder.
profundidad este tipo de representación que Para el fascista, ninguna otra concepción es posi-
llama “representación simbólica”. Los símbolos, ble, porque el pueblo es amorfo e incapaz de tener
afirma la autora, también en determinados mo- voluntad de acción (Pitkin, 1972: 108).
mentos pueden representar algo, pueden tornar
presente algo que en realidad no está. Este tipo Laclau va a retomar el análisis “representa-
de representación ocupa un lugar importan- ción simbólica” realizado por Hanna F. Pitkin, y
te, de la misma manera que otras formas, para hacer una reinterpretación de la cuestión para
entender de manera adecuada el concepto. Es discutir la relación entre lógica discursiva popu-
posible llamar a esta forma de representación, lista, representación y democracia.5
de representación simbólica. Los defensores de Para Laclau, la representación aparece como
esta perspectiva afirman que todas las formas un movimiento doble, desde el representante
de representación implican alguna manera de 5 Sobre este tema, ver también Laclau (2009).

134
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 131-142

hacia el representado, pero también en el sen- En el extremo, este punto de vista se convierte en
tido contrario. El representado dependería del la teoría fascista de la representación (no en la teo-
representante para la constitución de su iden- ría del Estado corporativo, sino de la representa-
tidad. En la lectura que el autor hace de la obra ción por un Führer) […] Pero en la teoría fascista,
Pitkin, lo importante en la representación sim- este equilibrio [entre conductor y sujeto] se incli-
bólica sería que el representado se identifique na definitivamente hacia el otro lado: el líder debe
con su representante, independientemente si obligar a sus seguidores a ajustarse a lo que él hace
estuviera o no satisfecho con él. (Pitkin apud Laclau, 2005: 202).

[En la representación simbólica] no importa cómo Pitkin va a criticar ese tipo de relación repre-
se mantiene satisfecho al elector, ya sea por algo sentante-representado y negar que ésta sea una
que el representante hace, o cómo se ve, o porque forma verdadera de representación de la volun-
consigue estimular al elector para que se identi- tad popular. Para Pitkin, retomando las ideas de
fique con él […] Pero en ese caso, un monarca o Hienz Eulau en “The role of representation”, en el
dictador puede ser un líder más exitoso y dramá- proceso de representación sería importante no
tico, y por lo tanto un mejor representante, que un sólo el propio hecho que el representado acepte
miembro electo del Parlamento. Un líder de este las decisiones del representante, sino también
tipo exige lealtades emocionales e identificación que entienda las razones por las cuales determi-
en sus seguidores, los mismos elementos irracio- nada decisión fue tomada (Pitkin, 1972: 111).
nales y efectivos producidos por banderas, himnos Para Laclau, el análisis de Pitkin sobre la repre-
y bandas marchando. Por supuesto, la representa- sentación simbólica no colocaría el problema de
ción vista bajo esta luz tiene poco o nada que ver forma adecuada. Lo que se omitiría –según esta
con el reflejo fiel de la voluntad popular, o con la interpretación– sería el problema de identidades
promulgación de leyes deseadas por la gente (Pit- débilmente constituidas que requerirían, en pri-
kin apud Laclau, 2005: 201-202). mer lugar, del propio proceso de representación.
Para el autor, sería posible presentar razones so-
Para Laclau, la representación simbólica se bre las decisiones particulares, pero esto reque-
convertiría en una forma de homogeneización riría “como punto de partida una identidad que
de una masa heterogénea (Laclau, 2005: 202). no precede, sino que es resultado del proceso de
representación” (Laclau, 2005: 203).
Si el principal objetivo a ser alcanzado es la unión Laclau defiende la idea de la representación
de la nación en un todo unificado, la creación de simbólica como un tipo de representación ca-
una nación, entonces es tentador concluir que un racterística de la lógica populista que permiti-
solo símbolo espectacular puede lograr eso de ma- ría homogeneizar una masa social heterogénea.
nera mucho más efectiva que toda una legislatura Para Laclau, la construcción de una identidad
de representantes […] La verdadera representa- populista, del sujeto pueblo, no precedería al
ción es el carisma (Pitkin apud Laclau, 2005: 202). proceso de representación, entendiendo ésta
como representación simbólica, sino como re-
El líder ya no sería, según la lectura de Laclau, sultado de este proceso. Y concluye: “toda iden-
pensado a partir de la representación de los in- tidad popular tiene una estructura interna que
tereses o demandas de sus electores y sí como es esencialmente representativa [en sentido
productor de símbolos y actividades. En esa ló- simbólico]” (Laclau, 2005: 203-205).
gica de representación simbólica, un monarca o Laclau va a analizar algunos ejemplos histó-
un dictador podrían ser líderes exitosos una vez ricos de construcción de fenómenos populistas.
creadas lealtades emocionales o identificacio- Y también, como en los casos de la plataforma
nes con sus representados (Laclau, 2005: 202).6 de Omaha, del líder turco Atatürk y del retorno
Pitkin en su texto original va a asociar, de for- de Perón, los obstáculos y límites de la construc-
ma crítica, la forma extrema de representación ción del pueblo.
simbólica con el fascismo: El surgimiento del boulangismo, afirma La-
clau, es un ejemplo de este tipo de fenómenos.
6 Ver también Laclau (1996). El general Boulanger fue un líder populista ex-

135
JAVIER AMADEO, POPULISMO, DEMOCRACIA Y REPRESENTACIÓN:
UN ANÁLISIS DE LA RAZÓN POPULISTA DE ERNESTO LACLAU

tremadamente influyente durante la segunda cío. En cuarto lugar, con el fin de desempeñar este
década de la Tercera República. Francia pasaba rol, “Boulanger” debe ser reducido a su nombre (y
en la década de 1880 por una intensa crisis políti- a otros pocos significantes concomitantes, igual-
ca. Una pluralidad de grupos políticos diferentes mente imprecisos) […] no hay duda de que el ex-
cuestionaba duramente el sistema parlamenta- perimento boulangista fue populista (Laclau, 2005:
rio y buscaban diversas alternativas. Desde pun- 225-226).
to de vista económico, el país pasaba por una
transición para una sociedad industrial, experi- Otro punto importante del argumento de La-
mentaba los efectos de la crisis mundial de 1873 clau se relaciona con el análisis de Claude Lefort
y de una sucesión de escándalos financieros. “En (1988), desarrollado en su artículo “The question
estas condiciones, el sistema político era clara- of democracy”, en el cual el autor francés dis-
mente vulnerable a cualquier tipo de iniciativa cute la transformación simbólica que hizo posi-
extraparlamentaria” (Laclau, 2005: 223). ble el advenimiento de la democracia moderna.
Una serie de aspectos son importantes en Esta transformación habría permitido, del punto
este episodio. En primer lugar, el apoyo de Bou- de vista simbólico, que una sociedad estructural-
langer provenía de un conjunto de fuerzas he- mente jerárquica centrada en la figura del rey die-
terogéneas y marginales. En segundo lugar, el ra lugar a la emergencia del lugar del poder como
apoyo provenía fundamentalmente de los cen- fundamentalmente vacío (Laclau, 2005: 207).
tros urbanos, pero atravesaba la mayoría de los En las palabras de Lefort:
sectores sociales. En tercer lugar, la posibilidad
de una intervención fuera de las instituciones El poder estaba encarnado en el príncipe, y por lo
políticas tenía un amplio apoyo político, tanto tanto daba a la sociedad un cuerpo. Y a causa de
en la derecha, que lo veía como un camino hacia esto, un conocimiento latente pero efectivo de lo
un nacionalismo militarista, como en la izquier- que uno significaba para el otro existía en el con-
da, que lo veía como un medio para la democra- junto social. Este modelo muestra que el rasgo re-
cia directa (Laclau, 2005: 224-225). Y, continúa volucionario y sin precedentes de la democracia.
el autor: El lugar del poder se convierte en un lugar vacío
(Lefort apud Laclau, 2005: 207).
En cuarto lugar, lo único que mantenía unidas a
todas estas fuerzas heterogéneas, era la devo- Laclau va a estar de acuerdo con una parte
ción común a Boulanger y su innegable carisma. de los argumentos formulados por Lefort, pero
La prueba de ello es que cuando él desapareció toma un camino diferente en la cuestión de la
de la escena política, la coalición de sus seguido- formación de las identidades populares. Para
res pronto se desintegró. Ése fue el anticlímax que Lefort, en momentos de crisis económica o de
condujo a la consolidación de la Tercera República guerra los conflictos sociales parecen no poder
(Laclau, 2005: 225). resolverse dentro de la esfera pública y surgiría
la “fantasía del Pueblo-Uno, los comienzos de
Para Laclau, en los rasgos políticos e ideo- una identidad substancial, de un cuerpo unido
lógicos del boulangismo estarían contempla- en su cabeza, de un poder encarnado, de un Es-
dos las dimensiones definitorias del populismo, tado libre de división” (Lefort apud Laclau, 2005:
como definido teóricamente: 209). Para Laclau esta descripción realizada por
Lefort podría ser aplicada a los movimientos
En primer lugar, hay un conjunto de fuerzas y de- populistas analizados en su obra; sin embargo,
mandas heterogéneas que no pueden ser integra- estos movimientos no serían en lo más mínimo
das orgánicamente dentro del sistema diferencial/ totalitarios (Laclau, 2005: 209).
institucional existente. En segundo lugar, como los Afirma Laclau:
vínculos entre estas demandas no son diferencia-
les, sólo pueden ser equivalenciales […] En tercer La construcción de una cadena de equivalencias
lugar, esta cadena de equivalencias alcanza su a partir de una dispersión de demandas fragmen-
punto de cristalización sólo en torno a la figura de tadas y su unificación en torno a posiciones popu-
Boulanger, que funciona como un significante va- lares que operan como significantes vacíos no es

136
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 131-142

en sí mismo totalitaria, sino la condición misma de Para Disch, el trabajo de Laclau sería impor-
la construcción de una voluntad colectiva que, en tante porque recuperaría la complejidad de la
muchos casos, puede ser profundamente demo- cuestión de la representación política. Laclau
crática (Laclau, 2005: 209). resaltaría un elemento fundamental, que la im-
pureza de la representación y la lógica del po-
Para Laclau, si es verdad que existen movi- pulismo muestran que el pueblo no puede reu-
mientos populistas que pueden ser totalitarios, nirse o manifestarse excepto en la medida que
también es verdad que el espectro de articula- es representado. El análisis de Pitkin sobre la re-
ciones posibles es más diverso que la oposición presentación, continúa la autora, tendría mucho
entre totalitarismo y democracia. Laclau sos- más en común con la perspectiva propuesta por
tiene que el problema del análisis de Lefort es Laclau de lo que generalmente es reconocido.
que éste se concentraría “exclusivamente en los Pitkin habría avanzado en una crítica substancial
regímenes democráticos liberales y no presta de la cuestión de la representación, pero des-
una atención adecuada a la construcción de los pués retrocedido en las implicaciones más radi-
sujetos democráticos populares” (Laclau, 2005: cales. Laclau, en la evaluación de Disch, habría
209. Énfasis, en el original). avanzado en esta línea argumentativa plantean-
La relación entre la tradición democrática y la do la función constitutiva de la representación
tradición liberal, afirma Laclau recuperando una política (Disch, 2012: 208).
idea formulada por Chantal Mouffe (2000: 2-3), Laclau, afirma Disch, tendría una contribución
es una relación contingente y, en consecuencia, fundamental recuperando la dimensión de la
serían posibles otras articulaciones contingentes imaginación que estaría presente en la represen-
donde la cuestión de la democracia podría for- tación. La imaginación asumiría un papel central
mularse fuera del marco simbólico liberal. Para en el proceso de identificación que es esencial
el autor, el problema de la democracia, consi- en la formación de una identidad colectiva, y
derado desde el punto de vista de su universa- que va más allá de ser la simple afirmación de
lidad, puede resumirse desde una pluralidad de una demanda particular. La representación po-
marcos simbólicos, incluso desde el populismo, lítica democrática movilizaría nuevos electora-
para lo cual la constitución de una subjetividad dos populares lo que permitiría, por una parte,
popular es parte integrante de la cuestión de- la articulación de la identidad de representan-
mocrática (Laclau, 2005: 211). te a representado y, por otra, la afirmación de
Laclau llega a la conclusión que la identidad demandas en el sentido contrario. Para Disch,
democrática sería inseparable de lo que el autor las críticas a la representación simbólica le im-
llama de identidad popular. Los diferentes ele- pedirían a Pitkin tener “los recursos que nece-
mentos estarían presentes: los problemas con- sita para promover el tipo de política que exige
ceptuales para explicar la unidad de los agentes su compromiso con la democracia”. La relación
sociales, la articulación de una pluralidad de de- que establece entre este tipo de representación
mandas y el papel del afecto en la construcción y el fascismo no le permitirían diferenciar entre
de esta articulación. La consecuencia para La- la manipulación de la voluntad popular y la cons-
clau es que “la construcción de un pueblo es la titución de esta voluntad a través de la identifi-
condición sine qua non del funcionamiento de- cación simbólica. Disch recupera la crítica de La-
mocrático” (Laclau, 2005: 213). clau a Pitkin y afirma que esta interpretación de
esta última tendría limitaciones teóricas “para
Representación simbólica, identidad concebir una actividad que actúe sobre los ima-
popular y liderazgo plebiscitario ginarios e identidades de los representados no
manipulándolos sino movilizándolos, como exi-
En este punto retomaremos algunos análisis de ge la política democrática” (Disch, 2012: 214).
la formulación de Laclau sobre la relación entre Para Disch, La razón populista es una obra
populismo, democracia y representación para magistral por la explicación que propone el au-
buscar entender las potencialidades y límites de tor de la nominación como central en la cons-
la propuesta teórica elaborada por el autor ar- trucción de la responsabilidad dentro del movi-
gentino. miento de representación. Para la autora, Laclau

137
JAVIER AMADEO, POPULISMO, DEMOCRACIA Y REPRESENTACIÓN:
UN ANÁLISIS DE LA RAZÓN POPULISTA DE ERNESTO LACLAU

conseguiría desarrollar aún más las tesis de Pit- referente universal que es el significante vacío”.
kin sobre la “reciprocidad distintiva de la repre- Laclau, en la interpretación de Arato, no enten-
sentación”. La recuperación, por Laclau, de la dería la encarnación en el líder como una cues-
representación simbólica sería fundamental en tión empírica resultado de las dificultades de
este movimiento. En este sentido, sería posible identificar al pueblo, un concepto problemático
establecer una diferencia fundamental entre li- e indeterminado.7 Para Laclau, según Arato, la
derazgo y manipulación que no sería resultado encarnación en el liderazgo implicaría “la consti-
de la respuesta del sistema representativo, sino tución altamente deseable de un sujeto popular
de las formas de construcción de los liderazgos que, de lo contrario, volvería a caer en la mera
políticos. Por un lado, podrá haber líderes que diferencia”. Laclau no estaría preocupado con
se presenten como la encarnación del pueblo en la precariedad y las dificultades de personifica-
una perspectiva mítica. Pero también puede ha- ción, descrito por Lefort y otros autores, quie-
ber otros líderes que busquen construir alianzas nes afirman la dificultad de ocupación del vacío
contextuales específicas a partir de demandas del espacio democrático, reproducido por insti-
diversas. Para Disch, el trabajo de Laclau permi- tuciones y discursos. Para Arato, Laclau sería no
tiría “diferenciar entre lo primero y lo segundo “sólo un analista del uso ficcional del concepto
al analizar la dinámica retórica y política de la de pueblo sino un defensor de la ficción y de la
movilización” (Disch, 2012: 220). construcción política de ficciones” (Arato, 2013:
Otros autores, sin embargo, van a cuestionar 159-160).
fuertemente esta noción de representación sim- Para Arato, la noción de representación que
bólica utilizada por Laclau para pensar la lógi- aparece en Laclau contiene elementos claramen-
ca populista y resaltar los elementos potencial- te hobbesianos, las demandas sociales atomiza-
mente problemáticos. das son unificadas políticamente; la figura del
Andrew Arato analiza la teoría del populismo líder tendría la función de unificar políticamente
de Laclau y coloca algunas cuestiones impor- las demandas fragmentadas en la construcción
tantes para el tema que nos ocupa. Para Arato, del sujeto político del pueblo. Este camino teóri-
Laclau partiría de una categoría política, la cate- co propuesto por Laclau estaría más claro en el
goría populismo, que a pesar de sus ambigüe- análisis de la noción de representación que ana-
dades y problemas de definición, se referiría un lizamos anteriormente. Laclau –continúa Arato–
fenómeno empírico real. Sin embargo, en el aná- reduciría el complejo análisis de Pitkin sobre las
lisis de este fenómeno introduciría una estruc- diferentes teorías de la representación a una de
tura teórica problemática. El énfasis en la repre- sus dimensiones principales, la representación
sentación simbólica implicaría, en la lectura de simbólica, reforzada por un elemento hobbesia-
Arato, un retorno a Carl Schmitt y, sobre todo, no, la visión de autorización. En la crítica de los
el análisis del populismo de Laclau tendría como argumentos de Pitkin, Laclau regresaría a una
consecuencia eliminar de la categoría pueblo, comprensión próxima a Carl Schmitt, que afirma
al pueblo empírico “mediante una forma de li- la idea de un símbolo o un sujeto que incorpo-
derazgo evidentemente plebiscitario” (Arato, raría simbólicamente una ausencia. Para Arato,
2013: 156). cuando se refuerza con la autorización absoluta
Esta forma de liderazgo plebiscitario utiliza- hobbesiana, esta posición combina el poder ili-
ría como base teórica una concepción teológica, mitado del “representante” con el apego emo-
la teoría de los dos cuerpos del rey discutida por cional del representado (Arato, 2013: 160-161).
Lefort, y que tendría consecuencias teóricas de- Laclau va a rechazar, sustenta Arato, el argu-
licadas. Laclau revertiría el énfasis que el autor mento formulado por Pitkin de que el proceso
francés coloca en esta cuestión, secularizando de representación puede ser evaluado a partir
el concepto, e iría en el sentido de teologizarlo de criterios normativos y afirma que los criterios
(Arato, 2013: 157). sólo pueden establecerse dentro y fundamen-
La teoría de los dos cuerpos del rey continua- talmente por la representación. Para Arato, el
ría funcionando, de cierta forma, en sociedades punto fundamental es que Laclau no tiene forma
democráticas, pero en términos diferentes, ten- 7 Sobre la vaguedad del concepto pueblo, ver también
dríamos así “el líder, los grupos extraídos y el Torre (2010).

138
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 131-142

de juzgar ninguna alterativa a la representación ción criticada por Laclau y definitivamente más
simbólica porque renunció a las otras posibili- peligrosa (Arato, 2013: 162-163).
dades de representación discutidas por Pitkin. Jorge Álvarez Yágüez también señala algu-
A partir del presupuesto de la heterogeneidad nas cuestiones problemáticas en la propuesta
radical, el orden y la homogeneización sólo pue- teórica formulada por Laclau, es especial en la
den pasar de lo representativo a lo representa- construcción del sujeto político pueblo. Para
do. Dado que se dice que la propia identidad Álvarez Yagüez, la totalización simbólica de
está constituida por la representación, la idea de la construcción del sujeto pueblo, a través de
un movimiento bidireccional entre representan- equivalencias, significados flotantes, recursos
te y representado es abandonado. Otro tipo de emotivos y el papel del líder, corre el riesgo de
vínculo entre representante y representado co- transformarse en una operación ideológica, en
locaría la posibilidad de otros mecanismos que el sentido colocado por Marx, como meramente
la tradición democrática ha discutido e incorpo- ilusoria generadora de una falsa consciencia (Ál-
rado, como rendición de cuentas, formas de pre- varez Yágüez, 2018: 212).
sión pública y otras más radicales como el man- Este proceso de construcción del sujeto po-
dato imperativo y los referendos revocatorios. lítico pueblo tendrá importantes consecuencias
Todos estos mecanismos analizados por Pitkin desde el punto de vista democrático. Como afir-
en su obra son excluidos de la discusión realiza- ma Álvarez Yagüez:
da por Laclau, siguiendo los caminos trazados
por Hobbes y, fundamentalmente, por Schmitt Esa concepción unitaria tanto del sujeto político
(Arato, 2013: 161-162). como de su representación refleja un antipluralis-
Para Arato, Laclau caminaría en su análisis mo de fondo de indudables sesgos autoritarios.
hacia una posición leninista en su versión más El tipo de relación establecida entre el líder y las
voluntarista. En la década de 1950 Sartre argu- gentes, de carácter directo, sin mediación; el hecho
mentó, en Los comunistas y la paz (1964), que de que la organización no obre como mediación
dada la situación empírica de la clase trabaja- de orden deliberativo que transforme las preferen-
dora de heterogeneidad y particularismo, sólo cias de primer orden, la general concepción instru-
el partido podía producir la unidad y la univer- mentalista que se extiende a todas sus acciones,
salidad necesaria. En el argumento de Sartre, su antiinstitucionalismo de fondo y el impulso de
continúa Arato, el surgimiento autónomo de la una ciudadanía no tanto deliberativa y participa-
conciencia colectiva sería imposible; para exis- tiva como movilizada, ella misma en buena parte
tir la conciencia colectiva debía necesariamente instrumento, acentuará la deriva cesarista y autori-
estar encarnada en la figura del líder. Los líderes taria (Álvarez Yágüez, 2018: 214. Énfasis, nuestro).
serían dictatoriales porque el grupo supuesta-
mente los había elegido para ejercer la dictadu- Álvarez Yágüez también va a retomar la for-
ra sobre cada miembro. De la misma forma que mulación anterior de Lefort en relación a que lo
Sartre estaba correcto en su críticas a las deri- define la democracia frente al totalitarismo es
vaciones deterministas o economistas o incluso que el lugar del poder permanece vacío y criticar
neohegelianas del marxismo ortodoxo sobre la la formulación de Laclau que el sujeto político
unidad y la conciencia del proletariado, Laclau pueblo sea absolutizado y llene ese lugar. Para el
también tiene razón en su crítica a las visiones autor, la noción de pueblo absolutizado rompe-
más tradicionales del marxismo. Sin embargo, el ría con la tensión consustancial a la democracia,
intento de Laclau de criticar la existencia de un la tensión existente entre esta idea del lugar va-
sujeto histórico determinado en el proceso de cío del poder y la necesidad de un sujeto empí-
transformación social, lleva al autor a construir rico que en cada momento lo encarne, esto es,
un sujeto llamado pueblo de una manera com- “la tensión entre la tendencia, inevitable y nece-
pletamente voluntarista e imaginaria, e incorpo- saria, a que el Pueblo, la fuente de la soberanía,
ra la existencia de un líder en este proceso de comparezca, y la no menos necesaria contención
construcción que establece lazos emocionales de la misma”. Para Álvarez Yágüez el énfasis del
con las masas. Esta formulación, en palabras de populismo, incluyendo aquí la formulación de
Arato, es mucho menos plausible que la concep- Laclau, en un pueblo absolutizado asociado a

139
JAVIER AMADEO, POPULISMO, DEMOCRACIA Y REPRESENTACIÓN:
UN ANÁLISIS DE LA RAZÓN POPULISTA DE ERNESTO LACLAU

su antiinstitucionalismo, antiprocedimentalismo la complejidad del fenómeno y para las limita-


conducirían a una “peligrosa ocupación del vacío ciones de algunas teorías de la representación
del poder” (Álvarez Yágüez, 2018: 216). que ven una relación simple y casi automática
entre la existencia de determinados intereses y
Consideraciones finales la representación de estos en la esfera política.
El papel de la representación en la construcción
Al comienzo del texto colocábamos que dentro de las identidades colectivas es asimismo otro
de las discusiones sobre populismo uno de los elemento importante en el análisis de Laclau, a
temas políticos fundamentales que aparecen es pesar las dudas y críticas que ha recibido.
la relación entre el populismo y la democracia. Sin embargo, es la recuperación de la noción
Parte de la literatura sobre el tema va a cuestio- de representación simbólica la que creemos que
nar las credenciales democráticas del populismo coloca las cuestiones más problemáticas. Con-
argumentando que el vínculo colocado entre lí- cordamos que el argumento de Arato (2013)
der y el pueblo presentaría serios peligros para que la idea de un líder que unifique política-
las instituciones y las prácticas democráticas. mente un conjunto de demandas fragmentadas
Otros autores, como Houwen (2013) y Paniz- en la construcción del sujeto pueblo implica un
za (2005), van a defender una visión más positi- tipo de liderazgo plebiscitario que parece tener
va de la relación entre populismo y democracia. un claro déficit democrático. También creemos
El populismo puede tener un papel fundamental que como afirma Pitkin (1972), en el proceso de
para cuestionar limitaciones intrínsecas de las representación sería fundamental no sólo que
instituciones democráticas y colocar la necesi- sean aceptadas las decisiones del representan-
dad de crear nuevas instituciones y proponer te, sino fundamentalmente las razones porque
otros mecanismos de participación que comple- fueron tomadas. La representación simbólica
menten las formas de representación democrá- defendida por Laclau claramente excluye esta
tica. Del punto de vista teórico, los defensores posibilidad y elimina la posibilidad que sean es-
del populismo van, también, a cuestionar una tablecidos criterios normativos para evaluar las
lectura de la democracia en clave liberal y re- decisiones tomadas por el representante.
presentativa, y problematizar la relación de la Nos gustaría retomar la cuestión sobre el vín-
democracia con otras perspectivas políticas. culo entre el populismo y la tradición de izquier-
Nuestro trabajo centró su análisis en la obra da, tradición de la cual Laclau reivindicaba for-
La razón populista de Ernesto Laclau. En esta mar parte. Como afirma Álvarez Yágüez, uno de
obra va a defender el vínculo positivo entre po- los elementos fundamentales de la tradición de
pulismo y democracia. Para el autor argentino izquierda está relacionado con la propuesta de
sería importante no confundir la tradición demo- una democracia radical. Esta propuesta de una
crática con la tradición liberal; sería posible, por democracia radical implica la autotransforma-
lo tanto, entender la democracia a partir de una ción consciente que los sujetos experimentan
pluralidad de marcos simbólicos entre los cuales en el ejercicio de la deliberación y de la acción
el populismo también sería parte integrante de colectiva, en un proceso de autoconstitución
esta tradición. Para Laclau es posible pensar en como sujetos políticos; por lo tanto, ni constitui-
la relación entre la democracia y otras tradicio- dos por otro, ni definidos por una pertenencia. Si
nes que no sean la tradición liberal. La constitu- la política de izquierda es y debe ser identifica-
ción de una subjetividad popular es, para Laclau, ble con la democracia en su sentido más radical,
parte integrante de la cuestión democrática y en y si la izquierda debe ante todo definirse por su
este sentido la discusión sobre el fenómeno po- práctica, la perspectiva del populismo con rela-
pulista sería central para el tema. ción a la democracia se coloca como altamente
Sin duda este análisis crítico de Laclau so- problemática (Álvarez Yágüez, 2018: 218-219).
bre la diferencia entre tradición democrática y Creemos que la tradición de izquierda, tanto
la tradición liberal es una contribución teórica del punto de vista teórico como del punto de vis-
fundamental para la cuestión. Otro aporte fun- ta de las luchas populares, está tradicionalmente
damental fue problematizar el tema de la re- vinculada con una alargamiento de los derechos
presentación política, llamando la atención para democráticos y con la ampliación de los espa-

140
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 131-142

cios sociales para el ejercicio de las prácticas de- 26 (2-3), Londres, Taylor & Francis, pp. 207-222,
mocráticas. De esta forma la propuesta teórica doi: https://doi.org/10.1080/09502386.2011.63
6190
formulada por Laclau, en La razón populismo,
con la idea de un líder que se constituye a partir Hawkins, Kirk (2003), “Populism in Venezuela: The
de una idea de representación simbólica parece Rise of Chavismo”, Third World Quaterly, 24 (6),
colocar más problemas que los que busca re- Londres, Taylor & Francis, pp. 1137-1160, <ht-
solver al pensar otras tradiciones democráticas tps://acortar.link/egBuLk>, 15 de noviembre de
al margen de la tradición liberal. Sería necesa- 2023.
rio recuperar las tradiciones democráticas de la
Heinisch, Reinhard; Holtz-Bacha, Christina y Mazzo-
izquierda, como mecanismos de representación leni, Oscar (eds.) (2012), Political Populism. A
más directo, referéndums y fundamentalmente Handbook, Baden-Baden, Nomos.
la ampliación del ejercicio democráticos a las
diversas áreas de la vida social, incluyendo fun- Houwen, Tim (2013), Reclaiming Power for the People:
Populism in Democracy, Nijmegen, Radboud
damentalmente el lugar de trabajo, para avan-
University.
zar en otros paradigmas de construcción de un
sujeto popular. Howarth, David (ed.) (2015), Post-Marxism, Populism
and Critique, Londres, Routledge.
Fuentes consultadas
Laclau, Ernesto (1996), Emancipations, Nueva York,
Álvarez Yágues, Jorge (2018), “Permanencia en el po- Verso.
pulismo, sujeto político y cuestiones de tácti-
cas”, en Alfonso Galindo Hervás y Enrique Ujal- Laclau, Ernesto (2000), “Constructing Universality”,
dón Benítez (coords.), ¿Quién dijo populismo?, en Judith Butler, Ernesto Laclau y Slavoj Žižek,
Madrid, Editorial Biblioteca Nueva. Contingency, Hegemony, Universality. Contem-
porary Dialogues on the Left, Londres, Verso.
Amadeo, Javier y Paula, Guilherme (2021), “A saga do
populismo: momentos da história de um con- Laclau, Ernesto (2005), La razón populista, Buenos Ai-
ceito”, EXILIUM. Revista de Estudos da Contem- res, Fondo de Cultura Económica.
poraneidade, 2 (3), São Paulo, Universidade Fe-
deral de São Paulo, pp. 365-402, doi: https:// Laclau, Ernesto (2009), “Populismo: ¿qué nos dice el
doi.org/10.34024/exilium.v2i1.11434 nombre?”, en Francisco Panizza (ed.), El popu-
lismo como espejo de la democracia, Buenos
Arato, Andrew (2013), “Political Theology and Popu- Aires, Fondo de Cultura Económica.
lism”, Social Research: An International Quar-
terly, 80 (1), Baltimore, The Johns Hopkins Uni- Lefort, Claude (1988), “The Question of Democra-
versity Press, pp. 143-172, <https://acortar.link/ cy”, en Claude Lefort, Democracy and Political
urXfMe>, 15 de noviembre de 2023. Theory, Minneapolis, University of Minnesota
Press.
Aslanidis, Paris (2015), “Is Populism an Ideology? A Re-
futation and a New Perspective”, Political Stu- Marchart, Oliver (2005), “In the name of the people:
dies, 64 (1), Newcastle upon Tyne, Sage, pp. 88- populist reason and the subject of the politi-
104, doi: https://doi.org/10.1111/1467-9248.12224 cal”, Diacritics, 35 (3), Baltimore, Johns Hop-
kins University Press, pp. 3-19, doi: https://doi.
Canovan, Margaret (2005), The People, Londres, Po- org/10.1353/dia.2007.0021
lity.
Mouffe, Chantal (2000), The Democratic Paradox,
Canovan, Margaret (1981), Populism, Londres/Nueva Londres, Verso.
York, Harcourt Brace Jovanovich.
Mudde, Cas (2007), Populist Radical Right Parties
Casullo, María Esperanza (2019), ¿Por qué funciona el in Europe, Cambridge, Cambridge University
populismo? El discurso que sabe construir ex- Press.
plicaciones convincentes de un mundo en crisis,
Buenos Aires, Siglo XXI. Mudde, Cas (2004), “The Populist Zeitgeist”, Govern-
ment and Opposition, 39 (4), Cambridge, Cam-
Disch, Lisa (2012), “The Impurity of Representation bridge University Press, pp. 542-563, <https://
and the Vitality of Democracy”, Cultural Studies, acortar.link/is5ywz>, 15 de noviembre de 2023.

141
JAVIER AMADEO, POPULISMO, DEMOCRACIA Y REPRESENTACIÓN:
UN ANÁLISIS DE LA RAZÓN POPULISTA DE ERNESTO LACLAU

Mudde, Cas y Rovira Kaltwasser, Cristóbal (2017), Javier Amadeo


Populism. A Very Short Introduction, Oxford,
Oxford University Press.
Es doctor en Ciencias Políticas con posdocto-
Panizza, Francisco (2009), El populismo como espejo rado en Historia por la Universidad de São Pau-
de la democracia, Buenos Aires, Fondo de Cul- lo (USP), Brasil. Actualmente se desempeña
tura Económica. como profesor del Departamento y Programa
de Posgrado en Ciencias Sociales de la Facul-
Pitkin, Hanna Fenichel (1972), The Concept of Repre- tad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas
sentation, Berkeley-Londres, University of Cali-
fornia Press.
(EFLCH) de la Universidad Federal de São Paulo
(Unifesp). Su línea de investigación es Ciencia
Rovira Kaltwasser, Cristóbal; Taggart, Paul; Ochoa Política. Entre sus publicaciones más recientes
Espejo, Paulina y Ostiguy, Pierre (2017a), The destacan, como autor: “A hipótese Podemos:
Oxford Handbook of Populism, Oxford, Oxford a emergência de uma nova alternativa política
University Press.
na Espanha pós-crise”, Revista Política & Socie-
Rovira Kaltwasser, Cristóbal; Taggart, Paul; Ochoa Es- dade, 20 (47), Florianópolis, Universidad Fede-
pejo, Paulina y Ostiguy, Pierre (2017b), “Popu- ral de Santa Catarina, pp. 277-312 (2021); como
lism: An Overview of the Concept and the State coautor: “A saga do populismo: momentos da
of the Art”, en Cristóbal Rovira Kaltwasser, Paul história de um conceito”, Exilium. Revista de Es-
Taggart, Paulina Ochoa Espejo y Pierre Osti- tudos da Contemporaneidade, 2 (3), São Paulo,
guy, The Oxford Handbook of Populism, Oxford,
Oxford University Press.
Universidad Federal de São Paulo, pp. 365-402
(2021); “State Violence in Brazil: Execution, Sl-
Sartre, Jean-Paul (1964), Los comunistas y la paz, Bue- aughter, and Disappearance in the Post- Autho-
nos Aires, Losada. ritarian Era”, en: Karina Ansolabehere, Barbara
A. Frey y Leigh Payne (eds.) Disappearances in
Torre, Carlos de la (2010), Populist Seduction in Latin
the Post-Transition Era in Latin America, Oxford,
America, Atenas, Ohio University Press.
Oxford University Press (2021).
Urbinati, Nadia (2019), “Political Theory of Populism”,
Annual Review of Political Science, 22 (1), San Ma-
teo, Annual Reviews, pp. 111-127, doi: https://doi.
org/10.1146/annurev-polisci-050317-070753

Weyland, Kurt (2001), “Clarifying a Contested Con-


cept. Populism in the Study of Latin America
Politics”, Comparative Politics, 34 (1), Nueva
York, City University of New York-Comparative
Politics-Ph.D. Programs in Political Science, pp.
1-22, doi: https://doi.org/10.2307/422412

Recibido: 28 de julio de 2023.


Aceptado: 5 de septiembre de 2023.
Publicado: 15 de diciembre de 2023.

142
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 143-160
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024179

ENCLAVES CULTURALES DE LA
INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO
2008-2012
CULTURAL ENCLAVES OF INDIGENCE
IN MEXICO CITY 2008-2012

Alejandro Ríos Miranda


orcid.org/0000-0003-3476-8950
Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
México
[email protected]

Abstract

The present explores the public space of Mexico City, background of daily social life
that records both the mobility of an countless heterogeneity of people and events
and the daily wanderings through the streets of the phenomenon of homelessness;
through ethnographic fieldwork and participant observation between 2010-2012,
their movements were configured, finding that it is in the regular use of public space
that underlies their representation, organization and action oriented to the physical-
social environment, forming socio-spatial schemes that delimit attitudes and behav-
iors in situated and circumscribed areas that outline cultural enclaves of destitution.

Keywords: Indigence; Public Space; Site; Cultural Enclave.

Resumen

El artículo explora el espacio público de la Ciudad de México, fondo de la vida social


cotidiana que registra tanto la movilidad de una incontable heterogeneidad de per-
sonas y aconteceres como el diario vagabundeo por las calles del fenómeno de la
indigencia; mediante trabajo de campo etnográfico y observación participante entre
2010-2012 se configuraron sus desplazamientos, encontrando que es en el uso re-
gular del espacio público donde subyace su representación, organización y acción
orientada al entorno físico-social, conformando esquemas socioespaciales que deli-
mitan actitudes y comportamientos en ámbitos situados y circunscriptos que contor-
nean enclaves culturales de la indigencia.

Palabras clave: Indigencia; Espacio Público; Emplazamientos; Enclave Cultural.

143
ALEJANDRO RÍOS MIRANDA, ENCLAVES CULTURALES DE LA INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO 2008-2012

Introducción teórico analítico que sirva de fundamento para


analizar e interpretar los hechos empíricos ob-
En la presente investigación se describe un tra- servados y contrastados. Además, existe una
bajo etnográfico en la Ciudad de México median- generalización comúnmente aceptada en la
te el cual se encontró un capital de lugares an- concepción de que la investigación cualitativa
tropológicos y emplazamientos de la indigencia, en las ciencias sociales tiene como fundamen-
con actores, prácticas culturales y nominaciones to una filosofía fenomenológica que persigue el
de lenguaje, donde se abre la posibilidad de que objetivo de la búsqueda del significado situado
el fenómeno de la indigencia configure enclaves en un contexto sociohistórico (Taylor y Bogdan,
culturales. Se propone configurar estos espa- 1987).
cios o lugares para repensar la sociedad desde Esta investigación obedece al método cua-
sus intersticios urbanos y vislumbrar la posibili- litativo, el cual es multidisciplinario, flexible y
dad de una organización social de éstos desde abierto, en donde pone a prueba preconcep-
otra lógica u otra manera posible, mediante un ciones teóricas, ya que al entrar en trabajo de
trabajo etnográfico de la indigencia en sus an- campo éste mismo va guiando las interrogantes
dares, recorridos, desplazamientos y retóricas y reflexiones, en un proceso en construcción en
cotidianas que ejercitan el espacio urbano de el que no obstante la metodología cualitativa
forma singular, convirtiendo sus trayectorias en depende de la perspectiva teórica fenomenoló-
emplazamientos y utilizando un lenguaje emic gica, a su vez el modo en que se aborda, se ana-
(Harris, 1979) que persigue la comprensión del liza e interpreta lo estudiado, también conlleva
significado cultural y singular de la indigencia. un proceso reflexivo en el que se pone a prueba
Si como principios básicos para hacer in- el corpus teórico-analítico en el transcurso de la
teligible lo intenso y complejo de la vida urbana investigación. En este sentido, una investigación
se necesita de las etnografías de redes, que son cualitativa “combina una comprensión en pro-
a su vez microinteracciones, es necesario cons- fundidad del escenario particular estudiado con
truir a la persona de la indigencia como unidad intelecciones teóricas generales que trascienden
analítica, pensada como agencia que interaccio- ese tipo particular de escenario” (Taylor y Bog-
na mediante el cálculo y el interés, que utiliza la dan, 1987: 33). Siguiendo la tradición de Glaser
eficacia del desempeño a través de una conta- y Strauss (1974), que persigue construir teoría
bilidad fina de haberes y deberes, una agencia sustantiva, fundamentada y descrita en hechos
humana visualizada como un estratega en cons- empíricos, en teoría formal mediante abstraccio-
tante y perpetua construcción de papeles, ro- nes y generalizaciones del contexto y situación
les y personas, aunque esto sea en un plano no estudiada.
consciente sino interactuando en un plano cul- De esta manera se infiere que todo trabajo de
tural, preponderantemente “intuitivo” o “incons- investigación cualitativa debe presentarse con
ciente cultural” (Hall, 1990), apropiándose de un una argumentación fundamentada en cada una
código cultural que como “lenguaje silencioso” de las ideas que plantea, apoyándose en una in-
lo constituye en “actor informado” del sistema, vestigación empírica, una documentación hecha
haciendo del espacio público utilizado un encla- en el campo y un marco teórico que le sustenta.
ve cultural de la indigencia. Esta investigación persigue poner a prueba y re-
flexión un corpus teórico-analítico en el mundo
Metodología social de la indigencia en la Ciudad de México,
donde no hay certezas sino reflexión analítica e
En toda investigación cualitativa el dato etno- interpretación en un proceso de investigación
gráfico no se recoge libremente como si fue- abierto y en construcción. Para construir el dato
ran frutos silvestres a la espera de que llegue se utilizó el trabajo etnográfico, que consiste en
el investigador para su recolección sino que se observación participante y entrevistas informa-
construye de acuerdo con una postura filosófi- les, producto del diario acontecer y acompaña-
ca y epistemológica para observar el tema a in- miento en la vida social con las personas de la
vestigar, una metodología para el acercamiento indigencia (Ríos Miranda, 2017), así como en el
al fenómeno empírico a estudiar y un sustento transitar por instituciones de asistencia social y

144
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 143-160

en el compartir alimentos en “los comedores”, alimentos (abastecimiento), en qué se divertían


durante los siete días de la semana, donde se (diversión) y por dónde hacían sus recorridos
alcanzó mayor empatía y se lograron entrevis- diarios y cómo eran éstos (desplazamientos).
tas profundas obtenidas durante mayor tiempo, Preguntas que al reiterarse continuamente por
tanto por ser reiterativas con informantes clave el investigador tuvo como respuesta: “…porque
como por compartir durante un día completo no mejor me acompañas y así ves todo desde
los desplazamientos y recorridos con las per- adentro…” (“Botas”, Diario de campo).
sonas de la indigencia mediante la observación Es importante mencionar que el trabajo et-
participante en la rutina diaria y durante dos nográfico se hizo con observación participante
años consecutivos de trayectorias e itinerarios en consecuencia a las peripecias que se vivieron
por la Ciudad de México, de 2010 a 2012; al gra- como investigación cualitativa, flexible y abier-
do de acordar puntos de reunión con informan- ta. La investigación inició en 2008 mediante el
tes recién conocidos para ir a otras instituciones intento de participar laboralmente en dos insti-
que aún el investigador no conocía e incluso de tuciones que dan asistencia a la población de la
forma viceversa. indigencia, una después de la otra, fracasando
Con la continuidad y reiteración estas trayec- en ambas. Ante la primera estrategia fallida se
torias de recorridos se hicieron emplazamientos prosiguió a buscar la participación en Asocia-
de la indigencia, entendiendo esto como la “ac- ciones Civiles que se ocuparan de esta pobla-
ción de emplazar”, que significa una “situación, ción, que se logró como “voluntario” pero no en
posición y ubicación” (Larousse, 1988: 390), en condiciones óptimas para interactuar con los
tanto refiere que los desplazamientos por su rei- sujetos de investigación, toda vez que las acti-
teración se convierten en trayectorias y que aho- vidades encargadas para con los “voluntarios”
ra por su densidad de personas que las ejecutan eran o ajenas al contacto e interacción con la
se hacen itinerarios y por tanto en sus usuarios población indigente o con excesivas cargas de
se sedimentan como rutas establecidas, situadas horario y trabajo, situaciones ambas que aleja-
y ubicadas en el espacio urbano de la Ciudad ban al investigador de su foco de interés y que
de México. Además de estos emplazamientos postergarían en tiempo los fines de la investiga-
e itinerarios diarios de la indigencia también se ción (Ríos Miranda, 2017).
pernoctó en el albergue de “La Coruña” en va- En consecuencia, se prosiguió a la interven-
rias ocasiones, sea por el cansancio del largo día ción metodológica directa con la población en
de recorrido o porque las rutas de investigación las calles, mediante la observación directa en los
ahí se dirigieron al terminar el día. Estos andares puntos de reunión de la indigencia, el uso de en-
con la indigencia tenían la finalidad de conocer trevistas y la aplicación de mapas mentales; sin
los usos sociales del espacio urbano hechos por embargo, esta estrategia tenía sus dificultades
personas de la indigencia, la comprensión de sus ante la propia movilidad urbana y la reticencia
desplazamientos y de los espacios que usan, ins- de participación de los sujetos de investigación,
trumentalizan para su subsistencia y territoriali- además de los peligros que conlleva la vida en
zan al inscribir una marca cultural singular en el la calle; no obstante, se logró una intervención
uso del entorno urbano, en el que se da una com- inicial y la identificación y empatía con infor-
prensión de lógicas socio-culturales y espacia- mantes clave como: “Chinaski”, “Chuk Norris” y
les. Un trabajo etnográfico que comprende los “Botas”, último que ante la insistencia de la pre-
lugares, los actores y sus formas de apropiación sencia del investigador y sus preguntas hizo la
del espacio público, en sus prácticas y regulari- invitación directa que le acompañara en el diario
dades que construyen su singularidad cultural, transitar de su vida para conocer a fondo “qué
para lo que se realizaban las preguntas: ¿Cómo es lo que hacen a diario”. Finalmente se optó por
viven la calle? ¿Qué recorridos o desplazamien- esta última estrategia de investigación partici-
tos hacen por la calle? ¿Cómo recorren la ciu- pante, para entonces ya era 2010 y para cuando
dad? Finalmente se utilizaron los cinco dominios se consideró terminar el trabajo de campo ya
de Hannerz (1986) y se les preguntó por aque- era 2012, para entonces “Chinaski” había muer-
llos lugares donde vivían (habitación), en qué y to, “Botas” había desaparecido y la única refe-
dónde trabajaban (trabajo), dónde obtenían sus rencia que se tenía de él era haber sido visto por

145
ALEJANDRO RÍOS MIRANDA, ENCLAVES CULTURALES DE LA INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO 2008-2012

última vez en La Merced sufriendo un acto vio- cuencia, prostitución, alcoholismo, drogadicción
lento; por último, “Chuk Norris” decía “no cono- e indigentes; esto último como sucede en Gari-
cerme ni saber qué hacía allí”, pero mi persona baldi, lugar donde se inició el trabajo de etno-
ya era conocida como “Alex Rivers” y formaba grafía, espacio público de recreación y turismo,
parte del contingente multitudinario de los an- de fiesta y diversión, donde confluyen visitantes
dares de la indigencia, incorporándome mayor- y comensales de la oferta turística con vendedo-
mente en un grupo durante los recorridos de la res ambulantes, prostitución, alcoholismo, dro-
indigencia pero con la posibilidad de interactuar gadicción, cantantes, “rateros”, mendicantes,
libremente entre otros grupos de esta población niños de la calle, además de “teporochos” (alco-
y configurando así una observación participante hólicos consuetudinarios) e indigentes.
o “natural” (Ríos Miranda, 2017). Para Foote Whyte (1971), si se quería obtener
un conocimiento íntimo de la vida local se debía
Las “sociedades de cualquier esquina” vivir en él y participar de las actividades de su
gente, de esta manera la barriada se revelaría
En el contexto de la urbe Foote Whyte (1971) bajo una luz totalmente distinta, donde se pasa-
describía una sociedad de las esquinas, estudio ría de la precarización urbana y congestión hu-
microsociológico de la barriada italiana “Corne- mana a “un fondo familiar”, surgiendo vida y co-
ville”, que situado a poca distancia de una ele- lorido, fracturando las imágenes estereotipadas,
gante zona (High Street) se consideraba una toda vez que el individuo debe ser observado
mancha urbana y era percibida para el resto de en su medio social y sus actividades cotidianas,
la ciudad como un área de malas condiciones pues para comprender los comportamientos es
de alojamiento, con gente de clase baja, peligro- necesario verlos en relación con la estructura de
sa y deprimente, en resumen un área problema la vida diaria. De esta manera de una imagen es-
de pobreza y crimen; de manera que al recorrer tereotipada de la barriada como masa de con-
esta mancha urbana el habitante de la ciudad fusión y un caos social se abre paso un sistema
pasaba de lo familiar a lo desconocido, ya que social altamente organizado e integrado en su
se tenía la impresión de que los habitantes de la esencia, demostrando una organización diferen-
barriada actuaban homogéneamente y de acor- te y no una falta de organización, como estruc-
de a la impresión que se tenía de la zona, debido turalmente se tiende a comprender. Ya que para
a una limitada porción de información concer- lograr una solución directa e inmediata a los
niente: estadísticas de malas condiciones de alo- problemas presentados por la barriada, porque
jamiento en que vive la gente de clase inferior, esos problemas particulares sólo pueden resol-
calles estrechas y descuidadas invadidas por ni- verse cuando se ha entendido y comprendido
ños, una proporción alta de delincuencia juvenil, la estructura de la sociedad y sus patrones de
la predominancia del crimen entre los adultos y acción, se requiere de una exploración de este
formas de subsistencia precarias de esta pobla- nuevo territorio, nuevo porque es extraño para
ción. Así sus moradores aparecían como clientes el común de la sociedad.
del trabajo social y de la beneficencia estatal, Para esto se proponía revisar la historia de la
pertenecientes a la cultura del crimen e ilegali- barriada y después vendría el momento de en-
dad, asiduos visitantes de ministerios públicos y contrarse con la gente para descubrir entre ellos
prisiones; es decir miembros indiferenciados de la naturaleza de la sociedad en que viven. En
las masas, tal como si no hubiera personas nor- esta exploración se debe ocupar poco de la gen-
males en el barrio. te en general, ya que el objetivo es encontrar
En la Ciudad de México coexisten, aunque gente particular y observar las cosas que hacen,
no confluyan, bunkers de elite de primer mundo no obstante que el sistema general de la vida es
con manchas de pobreza; las primeras con altas importante éste solamente puede ser formado
bardas perimetrales, casetas de vigilancia priva- observando a los individuos cuyas acciones lo
da con acceso controlado y cámaras de seguri- constituyen.
dad; mientras las segundas con casas o cuartos
rentados, elevado número de habitantes, servi-
cios urbanos deteriorados, marginación, delin-

146
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 143-160

Una persona de la indigencia en la red Ecuador” (Casa Hogar Fundación Renacimien-


de “los comedores” to), ubicada en Callejón de Ecuador, Calle Re-
pública de Ecuador entre República de Brasil y
A continuación se presenta una construcción de República de Argentina, donde se come gratis
desplazamientos y trayectorias hecha por una de lunes a viernes de 13:30 a 16:00 h y también
persona de la indigencia en la Ciudad de México, se cena gratis de 19:00 a 21:00 h. Posteriormen-
entendiendo “desplazamiento” como el camino o te caminará por el centro y “cotorreará” un rato,
viaje que hace de un lugar hacia otro para lograr ya sea en “El Blanquita” (Plaza Aquiles Serdán,
satisfacer sus necesidades buscadas y “trayecto- frente al Teatro Blanquita), en “La Lagunilla” u
rias” como estos viajes frecuentes y reiterativos otro “barrio” (puntos de encuentro y sociabili-
que hace todos los días de la semana para cubrir dad callejera) donde encuentra a sus cuates,
sus necesidades de subsistencia. Este ejemplo porque a decir de él:
del uso del espacio público se logró compren-
der en la sistematización del trabajo etnográfico amigos no hay en la calle, porque saludo a todos
mediante observación participante con un infor- pero sólo los escucho un rato, platico con ellos
mante clave, que se describe a continuación para pero no les sigo el juego sino que luego me voy, ya
“construir” un “itinerario tipo” de la indigencia, es que cuando hay broncas nadie te tira un paro, pero
decir, describe los desplazamientos que se hicie- eso sí: cualquiera te enbronca pa’ luego dejarte ahí
ron con mayor regularidad durante el tiempo del solo con el pedo (“Botas”, Diario de campo).
trabajo de campo, pero no son los únicos que
se hacen ni que se hicieron en los andares de la Caminará o dará vueltas o platicará hasta las
indigencia durante el trabajo etnográfico entre 17:00 h, hora en que en el “Teatro Blanquita”
2010 y 2012 (Ríos Miranda, 2017). se juntan los “Chinchachomas” (Sociedad Civil
“Botas” tiene 38 años y lleva 4 años de vivir “Chinchachomas”), Asociación Civil de Vecinos
en la calle, amanece el lunes en la estación de que se desprendieron del “Padre Chinchacho-
autobuses “San Lázaro” donde pernocta, se le- ma”, quienes reúnen alimentos para ir a entre-
vanta temprano, a las 7 h, se peina y alista para garlo a la Plaza Aquiles Serdán y darle de comer
ir al “Restaurant” (“Comedor La Gran Familia”, a “la banda”, grupos de indigentes que se ubican
ubicado en calle República de Ecuador #22, en- en Eje Lázaro Cárdenas frente al Teatro Blanqui-
tre Lázaro Cárdenas y Allende) donde en un ho- ta, de lunes a domingo, desde las 17:00 h hasta
rario de 8:30 a 10:00 h le servirán el desayuno que se acaba; además se come gratis porque los
por 5 pesos, “un lugar limpio, donde sirven co- alimentos son proporcionados por el Instituto de
mida buena y limpia”, además de que “el servicio Asistencia e Integración Social del Gobierno del
es como persona, te tratan bien y no te hacen Distrito Federal (IASIS). Después de comer aquí,
panchos”. Después si le apetece y tiene ganas si le gustó la comida, irá pronto a la Iglesia de
de asearse y lavar ropa ira a “La Carpa” (Centro San Lucas (ubicada en Plaza Pino Suárez, a un
de Atención Integral Comunitario), ubicado en costado del metro Pino Suárez), pues de lunes
Plaza de la Soledad enclavada en el barrio de La a domingo se cena gratis a las 18:30 h, “aunque
Merced, con horario de lunes a viernes de 10:00 primero escuchas la misa y después se reparten
a 14:00 h donde hay servicio de regaderas, lava- los alimentos”, que también son proporcionados
deros, televisión, baños WC y escucha psicoló- por IASIS. A decir de él, prefiere no ir a cenar al
gica; pero si no tiene ganas o necesidad puede “Callejón de Ecuador”, donde también dan cena
ir el martes o el miércoles. Más tarde, de 13:00 a después de las 19:00 h, porque le queda más le-
15:00 h, puede ir a comer a “Las Conchitas” (Co- jos en relación a “San Lázaro”, lugar donde per-
medor Vizantino A.C.), ubicado en Plaza de la nocta toda la semana, ya que cuando duerme en
Concepción #20 Colonia Centro, donde se come los Albergues como “La Coruña”, ubicada en la
gratis lunes, miércoles y jueves, o los sábados calle de Coruña y cerca del metro Viaducto, tie-
por una cooperación de 5 pesos con horario de ne que estar alerta de los robos y “agandalles”,
11:00 a 14:00 h; luego, y si aún tiene hambre, ca- además de que se le pegan piojos, chinches y
minará para alcanzar comida en el “Callejón de hongos, porque las instalaciones están muy su-
cias debido a que “la banda no las cuida”. Por

147
ALEJANDRO RÍOS MIRANDA, ENCLAVES CULTURALES DE LA INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO 2008-2012

último, se compra dos o tres cigarros para fumar Los miércoles va con “Don Bosco”, una igle-
en la noche y se va para San Lázaro, sea cami- sia Católica fuera del metro Villa de Cortés en
nando sobre Av. Fray Servando Teresa de Mier la que se desayuna desde las 9:00 h, luego de
o por Lorenzo Boturini para brincar a “la ban- escuchar la misa y el sermón del padre; después
da” de “La Candelaria”, pues a veces se ponen puede hacer tiempo y platicar con sus cuates en
“locos” y quieren problemas o bien si tiene más los diversos parques de la zona para esperar el
dinero se compra un boleto de metro, aborda en horario de los tres “Comedores Gratuitos” del
Pino Suárez y baja en San Lázaro. IASIS, también ubicados por la zona, entre los
Así inicia la semana “Botas”, pero repite casi la metros Villa de Cortés y Nativitas; o si lo pre-
misma rutina de lunes a viernes, aunque siguien- fiere irá en metro hasta la estación de La Raza
do un itinerario de los lugares más frecuentados para compartir los alimentos proporcionados
por él. Los martes va con los “Coreanos”, un por otro grupo cristiano en el “Bajo Puente” con
centro evangélico que está en la calle de Ecua- el horario de 14:00 h. Los jueves, después de co-
dor y donde “se desayuna a las 11:00 h, después mer en “Las Conchitas” y “El Callejón de Ecua-
de escuchar la palabra y cantar unas rolas”; hay dor”, se puede ir con el “Hermano Elías” y para
que salir de prisa para ir a comer con el “Her- las 16:00 h ir a escuchar la prédica de la palabra
mano Fernando” en Tepito, un centro religioso en “La Plaza de La Soledad”, a un costado de la
que en realidad es una casa ubicada en el Barrio Iglesia de La Soledad en el Barrio de La Merced,
de Tepito, donde se cantan alabanzas a Dios, se donde al terminar “la palabra” el grupo de “her-
hacen oraciones y se leen pasajes de la Biblia; manos” que convocan compartirán alimentos a
aunque también se puede ir al “Parque México” todos los congregados. Después, ir a cenar al
a “escuchar la palabra” con el “Hermano Elías”, “Teatro Blanquita” y a “San Lucas” para después
quien al terminar obsequia tortas y 5 pesos o a regresar en la noche a “San Lázaro”.
la calle de República de Guatemala, frente a la El viernes va al “Peñón de los Baños”, a una
Iglesia y entre los puestos ambulantes con “La iglesia que está cerca del Metro Oceanía, debe
Hermana Lee”, una hermana religiosa de origen llegar temprano, entre 8:00-9:00 h, porque el
coreano que congrega a pastores para “predicar desayuno es a las 9:00 h con atole y pan, luego
la palabra” y compartir alimentos al término de la comida o plato fuerte es a las 10:00 h; además
ésta, que regularmente es pollo frito y espague- de que puedes recibir despensa, ropa, calzado
ti; para después regresar al “Teatro Blanquita” o servicio médico; después irá a las 14:00 h al
y “San Lucas” para la cena, antes de regresar a “Bajo Puente” del metro La Raza. El sábado le
pernoctar a San Lázaro. toca desayunar en “Las Conchitas”, como antes
se mencionó, o con “Los Hermanos” (Prebisterio
Imagen 1 Iglesia Central) que se ubican los días sábados en
Horario de actividades semanales carpas móviles en la Plaza Montero o en la Pla-
za de la Concepción o “Plaza de las Conchitas”;
“estos son hermanos cristianos” y “se tiene que
escuchar la palabra, cantar y decir alabanzas y
luego comemos gratis”. Después se va en metro
hasta la estación Centro Médico o Chilpancingo
donde los sábados y domingos desde las 14:00
h en “el Parque México con el Hermano Elías” un
Grupo Cristiano regala tortas y te dan 10 pesos;
para luego regresar y comer en “El Blanquita” y
cenar en “Iglesia de San Lucas”, terminando por
ir a dormir a “San Lázaro”.
Para el domingo si se levanta temprano
puede ir al Metro Viveros donde en una “Igle-
sia Católica” de 6:00 a 7:00 h dan desayunos
Fuente: Obsequiado por “Tiro-Loco” ante la recurrencia de la
pregunta del investigador: “¿Para dónde vamos mañana?, ¿a
y despensas; a veces hasta “domingos”. Pero si
qué lugares iremos?” no lo necesita o no se levanta temprano se va

148
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 143-160

al metro Rosario, pues en la “Iglesia Evangélica de que pueden determinar el sentido de la ciu-
Maranata” de 8:00 h a 10:00 h dan desayuno y dad a través de dispositivos que dotan de cohe-
5 pesos de “domingo”, “además de que te dan rencia conjuntos espaciales altamente comple-
terapia, que consiste en decir salmos, escuchar jos” (Delgado, 2007: 14). Mientras que lo urbano
y cantar rolas y repetir enseñanzas de las escri- se constituye de las prácticas que no dejan de
turas”. Después puede ir a la “Cocina de Dios” recorrer la ciudad y de llenarla de recorridos,
(Iglesia Cristiana Evangélica) ubicada en el Ba- por lo que la ciudad se hace caminando (Cer-
rrio de Tepito, frente al frontón “Las Águilas”, teau, 2000) en la construcción cotidiana de un
Eje 1 Norte, donde las comidas son de 12:00 a espacio público agonístico siempre en disputa.
13:30 h los sábados y domingos. Es patrocina- Los lugares públicos posibilitan prácticas,
da por “gringos”, quienes también organizan el demarcan representaciones, estimulan posicio-
Campamento Tierra Alta, Xoxocotla, Morelos; namientos y contiendas, además de vislumbrar
que es una especie de “retiro espiritual” de dos horizontes subjetivos (Baz, 1998); por otra par-
días, donde les dan actividades, comida, orien- te, también significan referentes en las biogra-
tación, juegos y dinámicas; estos campamentos fías de quienes los caminan y significan impli-
se organizan durante todo el año y “El Botas” cándolos de alguna forma en una antropología
ha asistido ya dos veces. Luego corre al metro de una otredad próxima, ya no de una otredad
Chilpancingo por sus tortas y sus 10 pesos, para exótica y lejana sino cercana (Auge, 1994) y se-
terminar regresando al “Blanquita” y comer con mejante (Vattimo, 1986), pero propia desde una
los “Chinchachomas” y luego a “San Lucas” para cierta perspectiva. ¿Qué le constituye: materia-
cenar en “Pino Suárez”, además de platicar un lidades del lugar o dimensiones imaginarias? La
rato con los cuates. Finalmente regresará a “San respuesta es: lugares y horizontes subjetivos,
Lázaro”, por las rutas acostumbradas, para dor- conceptos que se deben abordar.
mir e iniciar el lunes temprano otra vez con sus El lugar no es únicamente el territorio, ya que
actividades. además confluyen las prácticas humanas que
trabajan el imaginario demarcándolo “por el
Imagen 2 afecto y la cognición: actor-continente posibili-
Cartografía de trayectorias y desplazamientos tador situado, punto de referencia memorable-
espacio-temporales: día lunes mente proyectiva” (Vergara, 2001: 6); por ello la
constitución del lugar es expresiva en el sentido
imaginario, ideológico y estético, además de fí-
sica y pragmática, pues ellos refieren a “una ciu-
dad que se hace caminando” (Certeau, 2000),
que se práctica tanto en las ensoñaciones como
en los trayectos de vida cotidiana y en las repre-
sentaciones cognitivas o mapas mentales.
Para Vergara (2001) los lugares se cons-
tituyen a partir de un trabajo realizado por las
comunidades de diversa composición y exten-
Fuente: elaboración propia. sión en una actividad constante de cognición y
afecto, además se caracterizan por un lenguaje
El espacio público: lugar antropológico particular, una ritualización específica, un siste-
ma o red conceptual, una jerarquización inter-
Desde Lefebvre (1972) hasta Delgado (2007) se na, una demarcación y una condensación acti-
señala que existe un viejo contencioso inherente vamente construida de una biografía e historia
a la historia de la ciudad moderna, que opone por los mismos que las conforman. Cuando un
la estructuración de territorialidades urbanas, la lenguaje lo caracteriza es porque incorpora los
cultura urbanística, contra el conjunto de mane- diferentes componentes materiales que se pro-
ras de vivir espacios urbanizados, la cultura ur- ducen en signos con el uso social que convo-
bana. La primera corresponde a la ciudad, donde ca, crea y caracteriza un lugar. También refie-
“los urbanistas trabajan a partir de la pretensión re a una nomenclatura específica que nombra,

149
ALEJANDRO RÍOS MIRANDA, ENCLAVES CULTURALES DE LA INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO 2008-2012

delimita y sanciona aquello que es considerado sujeto se construye a sí mismo con los usos del
pertinente, necesario, imprescindible o inapro- espacio, el manejo del tiempo, el uso de lenguaje,
piado. Así la palabra confirma el lugar antes las prácticas y sus inscripciones del cuerpo.
practicado donde el actor individual asume o Por otra parte, se entiende el horizonte de
niega la pertenencia y la legitimidad. Este traba- subjetividad como el proceso mental activo de
jo de nombramiento es exhaustivo y abarca de la memoria y fundante de la experiencia huma-
manera protagónica a los espacios y los actores, na, que hace en un tiempo presente (constelado
que son singularizados en nombre que adjetivan por un contexto sociocultural, una trama inte-
y clasifican. rrelacional y el vínculo social) una reconstruc-
De esta manera “San Lázaro”, “El Restau- ción de la experiencia vivida en el pasado y pen-
rant”, “La Carpa”, “Las Conchitas”, el “Callejón sando en el futuro por venir, desde el que se da
de Ecuador”, “El Blanquita”, “La Lagunilla”, los una apropiación tanto singular como colectiva
“Chinchachomas”, “San Lucas”, “La Coruña”, “La del mundo donde se encarará el devenir social y
Candelaria”, los “Coreanos”, el “Hermano Fer- en el cual es posible vislumbrar la potencialidad
nando”, “Parque México”, el “Hermano Elías”, para proyectarse en la construcción de sí mismo
“La Hermana Lee”, “Don Bosco”, “Comedores y de su mundo, es decir, aquella capacidad de
del IASIS”, “La Raza”, “La Soledad”, “Peñón de posicionarse activamente como creador de sen-
los Baños”, “Los Hermanos” (Prebisterio Iglesia tido y como germen de posibilidad de cambio
Central), “Oceanía”, “Viveros”, “Maranata”, la social, en tanto “agencia”.
“Cocina de Dios”, “Xoxocotla” y “Pino Suárez”,
conforman el capital de lugares de la indigencia; Hay una inestabilidad radical en esa experiencia
definiendo cada nombre una adscripción efi- sostenida por el vínculo social; es decir, cambia y
cazmente valorativa que constituyen puntos de se altera constantemente, como emergente de las
interrelaciones sociales y en cuya constitución vicisitudes pulsionales estrechamente ancladas en
hay una actividad intensa de parte de los acto- los procesos sociales. Entonces, decíamos, pasado,
res. Lugares enmarcados en el espacio público presente y futuro no son instancias que dan nom-
donde los indigentes se desplazan, describen bre a lo acontecido, a la percepción del aquí/aho-
trayectorias en su reiteración y dibujan empla- ra, y a la anticipación del porvenir. Son, en cambio,
zamientos, en tanto rutas situadas y ubicadas, tiempos que se recrean y construyen en el tiempo
y que ahora por su densidad se hacen itinera- vivo de la experiencia. La memoria no es un archivo
rios y por tanto se sedimentan como rutas es- estático sino un recurso activo a ser explorado y
tablecidas en el espacio urbano de la Ciudad de construido desde el presente y desde los sentidos
México; en las que “Botas” y otros informantes de futuro. El futuro, por su parte, no es las metas
clave como “Tío Corona”, “Barbas”, “Tiro-loco”, a alcanzar; en cambio, como tiempo de la ilusión,
“Diablo”, “Chinaski” y “Chuk Norris”, entre otras la imaginación, el deseo, los proyectos, es clave en
personas de la indigencia, participan de la ca- la direccionalidad y sentido que adopte el vínculo
lle como “mosaico” de “lugares antropológicos” colectivo, es decir, en el establecimiento del hori-
(Vergara, 2001). zonte de subjetividad desde el cual se encara el
Con la antropología del espacio se problema- devenir (Baz, 1998: 175).
tiza a la calle como un “archipiélago de lugares”,
entendiendo el lugar como un espacio antropo- En este orden de ideas, el Tío Corona men-
lógico donde confluyen interrelaciones sociales ciona que hay “barrios” de indigentes o vaga-
de una actividad intensa por los actores y cons- bundos, como él mismo se autodefine, “puntos
truido desde la subjetividad como transeúntes, de encuentro callejeros”, donde predomina un
entendidos como sujetos. Para ello se retoma la ambiente singular y así los puede diferenciar en-
noción de “región moral” (Hannerz, 1986), enten- tre “barrios tranquilos”, como “las Conchitas” y
dida como una región donde prevalece un “códi- “los Coreanos”, y “barrios peligrosos”, como “el
go moral”, es decir un “espacio moral-subjetivo” Blanquita” y “el Callejón de Ecuador”, ya que la
donde los sujetos interactúan de acuerdo a su pauta del ambiente es construida por los mis-
“estilo de vida”, es su “mundo de vida” donde mos sujetos que tienen mayor sociabilidad en
se construye un “sentido común”, a la vez que el ellos; no se debe olvidar que son espacios pú-

150
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 143-160

blicos y abiertos, así al estar y hacer uso de es- un indigente que vive en el albergue de La Co-
tos espacios se debe manejar un nivel de alerta ruña y todos sus desplazamientos los hace en
adecuado o un “saber hacer” idóneo al lugar, re- una bicicleta, viajando hasta el Ángel de la Inde-
cordar que “cuando se va a permanecer en un pendencia, Parque México y los metros La Raza,
punto durante largo tiempo, es preferible asumir Oceanía y San Cosme. Existe una relación que
un rol aceptable” (Taylor y Bogdan, 1987: 40). el sujeto establece con su espacio social, donde
En síntesis, el análisis etnográfico del espacio a partir de desplazamientos, trayectorias y em-
público se compone de actores sociales y sus plazamientos, se llevan a cabo prácticas cultura-
procesos de apropiación física y simbólica del les realizadas en el entorno físico-social que lo
espacio, entendiendo el lugar como un sistema construye como lugar antropológico. Para Del-
de microespacio en donde actores específicos gado, el espacio público es una “estructura en
llevan a cabo prácticas específicas, así el lugar construcción” (Delgado, 2007: 90), tal pareciera
es un “sistema objetual”, debido a que los datos que el espacio público como fondo y tapiz de
etnográficos provienen de “indigentes” y “la ma- la vida social cotidiana de la urbe, es el lugar de
nera de pensar la calle” es desde este sentido, es todos y de nadie, ya que registra tanto la mo-
decir ellos con su apropiación y re-significación vilidad de millones de transeúntes en su diario
de los espacios permiten pensarla de otra mane- acontecer, como su uso por una incontable he-
ra, como “mosaico de lugares”, con sus “mundos terogeneidad de personas y aconteceres; don-
de sentido” y “regiones morales”, y así “desdibu- de se observan patrones, normas y reglas que
jan” y “fracturan” la noción conceptual de “mi- son “constantemente negociados y adaptados
rar y obedecer” a la ciudad (Sennet, 1997); en a contingencias situacionales de diverso tipo,
este orden se pasa de pensar el espacio urbano heterogéneas y grupales, donde las situaciones
como una maquinaria o dispositivo que produce son constantemente definidas y producen iden-
hombres y voluntades, en su ritmado del tiem- tidades problemáticas” (Joseph, 2002: 45).
po y la reticulación del espacio, tanto del cuer- Sin embargo, es posible que en el espacio pú-
po como de la psique, a pensar en el espacio blico se construya un tejido de relaciones que
público como un lugar antropológico, un espa- define una posición del “centro del rumbo” o
cio físico aunado a un capital simbólico que se “nodos” que, siguiendo a Lynch (1976), son no-
produce en él a la vez que lo reproduce. Un lu- dos de confluencia y concentración de activida-
gar caminado, practicado, trabajado, apropiado des comerciales, educativas, de ocio o de diver-
y resignificado por los sujetos que lo practican, sión, puntos estratégicos de una ciudad, núcleos
como las personas de la indigencia. de interacción y convergencia; lugares cuya ca-
racterística está determinada por sus usos so-
El espacio público y la indigencia: ciales específicos; éstos y sus redes constituyen
desplazamientos y trayectorias el “centro del rumbo”, un espacio simbólico cen-
tral, un espacio con mayor carga semiótica que
Los recorridos y desplazamientos de las perso- irradia su influencia y que se constituye como
nas de la indigencia se hacen principalmente a símbolo del lugar; lugar-intersección donde se
pie y por transporte público del Gobierno de la puede ingresar, desde donde se parte o se pue-
Ciudad de México, como el Sistema de Transpor- de encaminar; también son memorables porque
te Colectivo Metro, los trolebuses y los camiones son puntos de referencia con enorme carga de
RTP; éstos son utilizados al mostrar una creden- sentido, pues son espacios donde se experimen-
cial que otorga una institución que les exime del ta el “estar”. De tal manera pueden considerar-
cobro por el uso de este transporte, sea por ser se como reglas y patrones de procedimientos y
adulto mayor, por tener una discapacidad física comportamientos que delimitan y construyen
o mental o por pertenecer a otra institución de territorios o lugares de la indigencia, como nodo
asistencia social para personas en situación de de confluencia y concentración para asistencia y
desventaja social. También pasan sin pagar bo- ayuda en la que se da una “instrumentalización”
leto, de “polizontes”, o bien cuando todos sus de estos lugares por los sujetos, es decir su uso,
intentos fallan, compran un boleto o depositan apropiación y explotación sistemática para su
lo de su pasaje. También se observó el caso de subsistencia en la “vida callejera”.

151
ALEJANDRO RÍOS MIRANDA, ENCLAVES CULTURALES DE LA INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO 2008-2012

Aunque el fenómeno de la indigencia pare- San Lucas” que atiende por la tarde-noche
ciera ya formar parte del paisaje de la ciudad, (18:00-19:00 h); así como un albergue tempo-
vestidos de “harapos” y en su diario vagabundeo ral en “Mixcoac” (el “Benito Juárez”, ubicado
por las calles de la ciudad, en el trabajo etnográ- en Cerrada de Miguel Ángel sin número, es-
fico se localizaron los puntos antes citados que quina Giotto, colonia Mixcoac, Delegación Be-
reúnen cantidades significativas de indigentes y nito Juárez).
que prestan servicios de proveer alimentos, ser- b) También obedecen al acontecer citadino y
vicio médico, pernoctar y diversión; conforman- a los movimientos sociales en y de la ciudad,
do un capital de lugares antropológicos de la ya que en la temporada que estuvo el plantón
indigencia. Otra persona de la indigencia ejem- del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
plar de ello es “Tiro-Loco”, quien pernocta en un en el Zócalo de la Ciudad de México (del 3
lugar, por la mañana se desplaza a desayunar a marzo al 13 de septiembre 2011), era un lugar
otro y si le da tiempo corre a almorzar en otro donde se podía acudir a comer de lunes a do-
más, por la tarde busca un “comedor”, después mingo desde las 4 de la tarde, ya que después
de comer decide si buscará un lugar para diver- de recibir sus alimentos los agremiados y ma-
tirse (“Biblioteca Vasconcelos”, “Plaza del Zó- nifestantes del SME, el alimento que sobraba
calo”, “La Alameda” o “Cinemex Hidalgo”) o si era repartido por quienes tuvieran necesidad
descansará para dejar pasar el tiempo hasta que de él y numerosos indigentes se formaban
llegue el momento de desplazarse hacia otro lu- para solicitarlo y recibirlo.
gar para cenar por la noche (“Callejón de Ecua-
dor”, “Iglesia de San Lucas” o el “Anexo Renace” Imágenes 3 y 4
ubicado en Plaza Montero o el “CAIS Coruña”), Personas de la indigencia formadas
antes de regresar al lugar donde pernocta. Así para recibir alimento
se conforma una “red o sistema de espacios-ins-
tituciones” que los indigentes nombran como
“los comedores”, que observa regularidades so-
cio-espaciales en los usos sociales que los de-
marcan, en los actores sociales que confluyen y
lo practican y en los procedimientos del actuar,
que a su vez determinan patrones comporta-
mentales y que posibilitan pensar en el espacio
urbano como una “estructura de trayectorias”
donde el indigente se construye en un ir y venir
entre esta estructura de espacios-instituciones,
como “persona” y como “sujeto”, configurando
emplazamientos de la indigencia en itinerarios
de rutas situadas. No obstante, a pesar de estas
regularidades y patrones el espacio público en
los lugares de la indigencia es una “estructura
en construcción” en tres sentidos (Ríos Miranda,
2017):

a) Por una parte los mismos espacios son


transitorios pues obedecen tanto al calenda-
rio anual, ya que en la temporada de invier- Fuente: Fotografía tomada por el autor. Personas de la in-
no se abre una red alterna de asistencia para digencia formadas para recibir alimento en el plantón del
las poblaciones en situación de calle, llama- Sindicato Mexicano de Electricistas (izquierda) y un grupo
de “niños de la calle” que junto con otras personas de la indi-
da “Frío invierno-calor humano”, en el cual se gencia esperan la llegada del alimento (derecha), Plaza de la
abren dos comedores de temporada, uno en Constitución “Zócalo”, Ciudad de México.
“El Teatro Blanquita” que da servicio por las
tardes (17:00-18:00 h) y otro en la “Iglesia de

152
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 143-160

c) Por otra parte obedece a la movilidad de gicos culturalmente singulares de la indigencia


los sujetos, pues contribuye a que dicho es- (Ríos Miranda, 2017).
pacio esté en continua transformación, toda
vez que esta población en su multiplicidad es Singulares “mundos sociales” y “regiones morales”,
heterogénea y los indigentes no suelen ser los que posibilitan los enclaves culturales de la indi-
mismos, debido a su anonimato, movilidad, gencia, con su propia manera de actuar (prácti-
morbilidad y mortalidad, su permanencia no cas), hablar (lenguaje) y pensar (cogniciones) que
es totalmente asegurada, pero los “flujos” de hacen singular su forma de vivir la ciudad, configu-
sujetos sobre los “espacio-instituciones” sí, es rando “formas de vida”; tiene su propio vocabula-
decir, las personas indigentes no siempre son rio, con propias palabras y tonalidades para des-
los mismos pero sí el espacio y las rutinas-tra- cribir a las diferentes “gradaciones” de actores que
yectorias que se juegan en él, en este sistema conforman está comunidad, mismas que crean sus
horario-semana que se ejemplificó; así como propias actividades e intereses, así como su propia
los sujetos que ahí se “reproducen” en estas concepción de lo que es importante en la vida y,
prácticas de la indigencia. con ello, sus propios sistemas de vida (Ríos Miran-
da, 2017: 315-316).
A pesar de que las instituciones y lugares de
asistencia tienen cierta permanencia y estabi- Estos emplazamientos y enclaves culturales
lidad en los espacios públicos, son los sujetos también están sedimentadas en la memoria co-
indigentes quienes le dan uso singular y resig- lectiva e histórica de la indigencia (en este caso
nificación a los espacios sociales al establecer el trabajo de campo se realizó por dos años inin-
distintas relaciones con su entorno y con otros terrumpidos y 2 años más de manera intermi-
actores sociales presentes, construyendo inter- tente), constituyendo un capital instrumental y
mitentemente nuevas y variadas formas de ha- cognitivo alrededor de una red de sobreviven-
cer uso del espacio público por donde se des- cia callejera (Ríos Miranda, 2007), nombrada de
plazan y transitan regularmente, dependiendo manera emic como “los comedores”.
si un lugar se conserva o se cierra o surge otro
nuevo; configurando también “singulares for- Andares y recorridos de la indigencia:
mas de vida marginal”. geografías de la imaginabilidad
Por lo tanto, el espacio público se reproduce
con sujetos pero también independientemente Andares, recorridos y desplazamientos, no los
de los mismos sujetos, es decir en trayectorias e hay sin mapas ni mapas sin geografía ni geo-
inercias recorridas en el espacio sobre un tiem- grafía sin territorio. Para Silva (1995) las carto-
po circular sea por horario-día o por agenda de grafías físicas que responden al levantamiento
día-semana o por ciclos anuales, como sucede de mapas por parte de funcionarios y técnicos
con los albergues de invierno; también sedimen- expertos, son simulacros visuales del objeto
tadas como emplazamientos por la regularidad que pretende representar; éste tiende a impo-
de las prácticas culturales que se construyen ner una figura definitiva, pues existe un afán
en los lugares antropológicos de la indigencia y sistémico para edificar un mundo armónico que
norman el comportamiento y los procedimien- pueda hablar a nombre de lo real, encargándose
tos pragmáticos para satisfacer las necesidades de instaurar una estructura estable y definitiva.
del indigente en el uso social del espacio, me- Mientras los croquis, producciones individuales
diante prácticas culturales, además nominadas y cotidianas, son una cartografía simbólica que
genéricamente por su lenguaje característico: “pretende representar tan sólo los límites evo-
“los comedores”, que obedece a los emplaza- cativos y metafóricos, aquellos de un territorio
mientos e itinerarios que constituyen la red de que no admite puntos precisos de corte por su
lugares de la indigencia; sitios que en conjunción expresión de sentimientos colectivos o de pro-
y coincidencia del uso del espacio, las prácti- funda subjetividad social” (Silva, 1995: 60).
cas culturales y los sujetos que las reproducen
construyen enclaves culturales de la indigencia,
entendiendo éstos como los lugares antropoló-

153
ALEJANDRO RÍOS MIRANDA, ENCLAVES CULTURALES DE LA INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO 2008-2012

Imagen 5 afuera hacia dentro, sino originalmente al con-


Mapa mental de Ubicación del Grupo AA trario desde adentro, desde mi interior psico-
Pensador Mexicano lógico o los interiores sociales de mi territorio,
hacia el mundo como resto, siguiendo a Silva
(Silva, 1995: 49).
Para Vergara (2003), existen diversas formas
de construir una ciudad a partir de la significa-
ción, la experiencia y la afectividad, mediante
formas de imaginar, simbolizar y jerarquizar los
espacios urbanos, para explorar la diferencia-
ción y su constitución en lugares como conse-
cuencia de “las políticas de identidad”. Para ello
los “mapas mentales” muestran como los nom-
bres, monumentos, edificios y accesos, se cons-
tituyen en elementos centrales de la cartografía
urbana, ya que analizan la estructuración mental
de la espacialidad de la ciudad, proceso que pri-
Fuente: mapa mental elaborado por un sujeto de la indigencia. vilegia la extensión y el emplazamiento así como
la significación y la emotividad. De esta manera,
Para Licona (2003), los croquis o “mapas a un “mosaico de lugares” le corresponde una
mentales” no pueden ni pretenden aprehender- memoria instrumental, es decir, una preponde-
lo todo, ya que seleccionan, eliminan, clasifican rancia de la practicidad, que se sujeta a impreg-
y determinan el campo de acción a la vez que naciones del recorrido y de mapas mentales que
abren perspectivas inagotables de nuevas rutas guían, a ésta se superpone una red afectiva y
e historias: las relaciones que los trazos inscriben significativa trazada a partir de sus recorridos o
son temporales y espaciales, viven la contingen- desplazamientos diversos, afectada por la ima-
cia de su propia historia social, subrayan eventos ginación, los sentimientos individuales y por las
que se han producido en la memoria, producen jerarquizaciones simbólicas de las políticas de
signos, van reconfigurando unidades territoria- identidad; por ello, la extensión de estos ma-
les, reconstruibles según las vivencias, además pas se maneja con variaciones que expresan un
no existe precisión real topográfica ni pretensión tiempo psicológico que las describe, en el que
de ello sino puntos de referencia que insisten se ha caminado y vivido la ciudad.
en el carácter único y la individualidad de cada Esta construcción polimorfa de la ciudad se
elemento. Estos ejercicios de trazado de croquis articula con las políticas oficiales construidas y
de los espacios callejeros son actos de despla- formuladas como “institutivas”, en el sentido de
zamientos, del andar, “retóricas peatonales que instituir algo oficial, una memoria histórica ins-
ejercitan el espacio” (Licona, 2003: 91). trumental; trabajo significativo que privilegia los
De esta manera en la concepción y fijación de elementos de la diferencia y la distinción a partir
territorios se fusionan dos actos: físico y lingüís- del énfasis de signos singulares cuya matriz se
tico, ya que los usuarios de un lugar guardan una ubica en la experiencia y en los usos del espa-
estrecha relación con el espacio callejero y al re- cio que “territorializa”, pues “cada barrio posee
correrlo y “andarlo” posibilitan el acto de “nom- su carácter, su personalidad propia, ya que an-
brarlo”. Esto permite definir un territorio como tes de ser ciudadanos de una ciudad, somos en
“Las Conchitas” o “El Blanquita”; así, el territorio principio residentes de un barrio, una patria chi-
no es una entidad sólo física sino también cultu- ca que describe el rincón de la ciudad donde se
ral constituida por el territorio espacial, el lugar tienen ancladas las raíces y arraigados los hábi-
usado socialmente y el enclave cultural practica- tos” (Vergara, 2003: 196). Sin embargo, también
do por sujetos de la indigencia. La macrovisión se configuran las “guerras por el espacio”, donde
del mundo pasa por el macrocosmos afectivo a la “memoria histórica instrumental institutiva”,
desde donde se aprende a nombrar, a situar, a como el “Programa del Reordenamiento Urba-
marcar el mundo que comprendo no sólo desde no de la Capital” (Gobierno del Distrito Federal,

154
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 143-160

2012), se le enfrentará un uso silencioso y margi- De esta manera, el “recorrido barrial” de los
nal de la población indigente en sus enclaves cul- “territorios diferenciales de la indigencia”, en el
turales; problemática social de la lucha por el es- Centro Histórico y sus alrededores, está com-
pacio público, espacio agonístico de larga data. puesto por los andares, desplazamientos, tra-
yectorias y emplazamientos de la indigencia,
Imágenes 6 y 7 como anteriormente se mostró con “Botas” y
Plaza Cuepopan o “Las Conchitas” “Tiro-Loco” que estos desplazamientos se con-
vierten en trayectorias por su reiteración, ade-
más que por su densidad se sedimentan en
emplazamientos de rutas situadas y se hacen
itinerarios de la indigencia. También pueden
considerarse como recorridos barriales donde
la persona indigente-usuario lo vive y su viven-
cia lo lleva a múltiples representaciones, como
experiencias vividas: lo recorren, lo significan,
lo habitan, lo imaginan y se imaginan a sí mis-
mos en estos recorridos; así, el territorio es un
espacio vivido, marcado y reconocido en su
complejidad y pluralidad; pues al desplazarse en
el territorio se le nombra, se le da contenidos y
límites, “lugares” donde los “andadores” saben
autorreconocerse, como personas, son “actores
informados” de un sistema cultural, y con ello
posibilitan fabricar una imagen, evocación que
le da referencia y materialidad al “territorio”.
Andares, desplazamientos, trayectorias, empla-
zamientos, itinerarios y retóricas cotidianas que
ejercitan el espacio como “lugares antropológi-
cos” donde se configuran enclaves culturales de
Fuente: fotografía tomada por el autor. Trabajo de campo la indigencia.
Distrito Federal 2010-2012. Plaza Cuepopan o “Las Conchi-
tas” antes (izquierda) y después (derecha) del reordena-
miento urbano y dignificación del espacio público.
Imagen 8
La Alameda en domingo,
A la conquista de un territorio mediante car- de baile y fiesta popular
tografías físicas, Silva opone la noción de “terri-
torio diferencial” (1995: 51); éste no sólo mira una
extensión que pueda concordar con el simulacro
icónico-visual sino que se autorrepresenta en
muchas formas, más ricas y más complejas. En
este tenor, Licona propone denominar a los reco-
rridos “más locales” como “recorridos barriales”:

[...] porque el recorrido se da en un recinto cono-


cido y aprehendido por el acto de caminar. Son
barriales porque los habitantes aparecen como ac-
tores de la travesía, porque delinean un territorio,
porque el lugar es usado y tatuado. Son barriales,
porque es un sitio que se camina, se enuncia y por- Fuente: fotografía tomada por el autor. Trabajo de campo
Distrito Federal 2010. La Alameda en domingo, de baile y
que se crean subáreas donde los habitantes saben fiesta popular, antes de la remodelación de 2010. Los cuatro
autorreconocerse” (Licona, 2003: 88). personajes centrales son personas de la indigencia.

155
ALEJANDRO RÍOS MIRANDA, ENCLAVES CULTURALES DE LA INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO 2008-2012

Aparece así un espacio callejero andado y brada como los comedores en una ciudad-otra
relatado que se inscribe en el texto de una ciu- caminada y practicada desde los márgenes de la
dad mediante zonas de la ciudad proyectadas “vida callejera” (Ríos Miranda, 2017).
y legibles, se le sobrepone y lo transmuta sim-
bólicamente, para dejar de ser sólo esa Remo- Conclusión: enclaves culturales de la
delación del Centro Histórico, aquel mapa como indigencia y redes de sociabilidad
simulacro visual del objeto que pretende repre-
sentar, que tiende a imponer una figura defini- Para Isaac Joseph (2002) el espacio público no
tiva con el afán sistémico de edificar un mundo es el espacio de la intersubjetividad: existe una
armónico que pueda hablar a nombre de lo real, reciprocidad inmediata y fugaz que pone en jue-
encargándose de instaurar una estructura esta- go experiencias, no consciencias, esta recipro-
ble y definitiva de “mirar obedeciendo”; dando cidad está siempre segmentada e inscrita en un
cuenta de cambios y transmutaciones culturales espacio-tiempo definido (como se observa en
y simbólicas profundas, en una resignificación, el sistema-día-semana que sigue “Botas”, que
apropiación y “colonización” del espacio desde no es consciente) y supone una reciprocidad
los “andares de la indigencia”. El conjunto de es- pragmática que posibilita el juego de aparien-
tos andares fabrican un “centro histórico-otro”, cias concertadas y no lógicas de identidad y de
un “universo callejero-otro”, como lo viven y lo reconocimiento (Joseph, 2002: 53), es decir, no
significan los “indigentes”; un área restringida, existe una “lógica de identidad” puesta en jue-
delimitada y, por ello, aprendida, pues el recorri- go, sino que ésta se construye en una recipro-
do barrial percibe mejor el espacio y la imagen cidad pragmática de la experiencia inmediata
erigida es más vivida y sentida en territorios di- y fugaz; por ende estas formas de interacción
ferenciales, como los territorios de la indigencia, personal en la indigencia se logran fuera de la
que confieren otras políticas de identidad. consciencia, de una lógica de reconocimiento
Estos “andares” se reproducen “cara a cara” mutuo, sino primeramente en la satisfacción de
en la interacción personal y en los lugares de so- sus necesidades básicas (alimentación, pernoc-
ciabilidad, donde se vuelven recurrentes sobre tar, diversión y servicio médico), en el uso in-
todo por la satisfacción de los alimentos o des- tuitivo de estos espacios públicos cruzados por
pensas, seguidos de ropa y zapatos y finalmente el tiempo y en la reproducción de sus prácticas
por el servicio médico; que describen “territo- enclavadas en el lugar: llegar en el sistema-se-
rios diferenciales”, posibilitan microgeografías mana, según el sistema-horario (en cuanto obe-
y “retoricas del espacio”, permiten conocer ac- dece a una dinámica de lo no-estable de estas
ciones sociales concretas vivenciadas en estos formas de vida anómicas, un sistema que no es
espacios públicos, dejando su huella pues cada desordenado en sí sino que pertenece a otro-or-
recorrido es en sí un nodo relacional de un sis- den) y acatar las normas de comportamiento del
tema mayor. Vistos como “recorridos barriales” lugar-sistema (formarse, guardar orden, no utili-
conforman lugares antropológicos de la indi- zar la violencia, no meterse a la fila so peligro de
gencia que se sedimentan en emplazamientos y lucha física, “escuchar la palabra”, “cantar ala-
enclaves culturales y son incorporados en la me- banzas y oraciones”, “utilizar instrumentos mu-
moria cognitiva, instrumental y colectiva de la sicales”, “participar en la escucha y plática de la
indigencia, que se ajustan a un “horario día-ho- palabra”, “leer la Biblia” y “participar de mínimas
ra”, “horario día-semana” y un ciclo anual, que actividades académicas-recreativas como: di-
reproducen siete “cartografías de los andares de bujos, ejercicios pedagógicos como la nomina-
la indigencia” relativos a cada día de la sema- ción del puente, llenado de frases incompletas,
na, “trayectorias espacio-temporales” que dan etcétera”); con la firme intención de conseguir
cuenta de un “capital cognitivo y colectivo de la retribución material que conlleva: alimenta-
la indigencia” a la vez que programa y regula el ción, servicio médico, diversión o pernoctar; y
comportamiento mediante “esquemas socio-es- en el uso de sus nominaciones singulares: “Can-
paciales”, así constituyen fondo y figura del am- delaria”, “El Kiosko”,”La Hermana Lee”, “Parque
biente urbano de la ciudad de México, una red México”, “La Raza”, etcétera; donde las personas
de sobrevivencia callejera de la indigencia nom- de la indigencia se construyen a sí mismas en la

156
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 143-160

reproducción de estas singulares prácticas cul- La situación antropológica se complejiza aún


turales y sus nominaciones. más si se considera que estas experiencias in-
En esta configuración del espacio público y mediatas, la satisfacción de sus necesidades,
de esquemas socio-espaciales que norman los no se satisfacen ni encuentran todas en un mis-
patrones comportamentales de la indigencia, mo lugar sino que el sujeto debe insertarse en
donde intervienen instituciones de asistencia y una dinámica de movilidad diaria en el itinerario
otros agentes sociales, también se configuran re- de “los comedores”, de acuerdo con un “siste-
des de sociabilidad. ¿Cómo pensar las relaciones ma-horario” y siguiendo una “agenda día-se-
que esta población de la indigencia establece mana”, donde sociabilizan e interactúan bajo
entre ellos? Una forma de sociabilidad permea “apariencias concertadas”, ya que saben las ne-
el espacio público en general y las relaciones in- cesidades que pueden satisfacer y los beneficios
terpersonales se establecen como un “huésped personales que encontrarán, así como “actores
invisible”, como las conversaciones, la interac- informados” conocen y han incorporado “cómo
ción entre sujetos o la amistad; pero en una gran deben actuar” y “cómo deben vestir”; son acuer-
mayoría los indigentes se movilizan en estos es- dos tácitos, intuitivos o de un “lenguaje natural
pacios públicos como espacios de tránsito don- o silencioso” (Hall, 1990), que posibilitan un tipo
de principalmente se persigue la satisfacción de singular de sociabilidad y facilitan la convivencia
sus necesidades, buscando saciar “el hambre” entre sujetos que parecieran ser de difícil trato,
por sobre todas las cosas, por tanto redes de so- de convivencias inestables y “peligrosos”. Cabe
ciabilidad en constante construcción: efímeras, preguntarse: ¿qué tipo de sociabilidad cons-
fugaces e instrumentales; es decir, “instrumenta- truyen?, ¿qué formas de vínculo establecen? y
lizando” estos espacios y las redes de sociabili- ¿qué sujetos se reproducen en éstas? Preguntas
dad que se tejen o, mejor dicho, se contornean a desarrollar en un trabajo posterior.
sobre ellos; aún más que en estos procesos no Por ahora es posible decir que son “sociabi-
se busca una lógica de identidad y de reconoci- lidades fugaces” que fraguan ese “algo”, pro-
miento, quedando estas prácticas sociales fuera ducción cultural de sujetos singulares que con-
de la consciencia y cuando se escarba en estas vergen en espacio-tiempo, como sujetos de
(preguntándoles o haciéndoles referencia de experiencia, y se vinculan en la producción de
ellas) produce malestar y enojo, que en la auto- subjetividades como “coagulación” de esos “ins-
rreflexividad del sujeto traerá una consecuente tantes precisos” en tanto escenario y producto
frustración, apatía, desgano y enojo. de lo colectivo, coagulación en tanto nunca se
solidifican sino siempre se mantienen en estado
Imagen 9 maleable, relaciones dramáticas entre sujetos
Enclave Cultural “Oceanía” participantes del “saber hacer” cultural (Goode-
nough, 1975) o depositarios de un “código cultu-
ral singular” (Harris, 1979), nuevamente vale re-
cordar “cuando se va a permanecer en un punto
durante largo tiempo, es preferible asumir un rol
aceptable” (Taylor y Bogdan, 1987: 40), pues de
lo contrario se irrumpiría el ordenamiento con
“incorrecciones situacionales” (Goffman, 1976),
que son movimientos y gestos corporales des-
ordenados y extraños para el espacio público
en el que se está; en tal caso se estaría fuera
de esta situación o lugar antropológico, no se
participaría en la reproducción de sus prácticas
culturales ni en la nominación de éstas y sus es-
pacios de confluencia, por tanto no se recono-
cerían como actores participantes o culturales
Fuente: fotografía tomada por el autor. Enclave Cultural
“Oceanía” que acontece el viernes, ubicado en el Grupo AA del lugar antropológico.
“Pensador Mexicano”, cerca de la estación del metro Oceanía.

157
ALEJANDRO RÍOS MIRANDA, ENCLAVES CULTURALES DE LA INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO 2008-2012

Imagen 10 pecífica que nombra, delimita y sanciona aquello


Enclave Cultural “San Lucas” que es considerado pragmáticamente pertinen-
te y necesario o imprescindible e inapropiado.
De esta manera la palabra funda el lugar donde
el actor informado asume o niega la pertenencia
y la legitimidad. Este trabajo de nombramiento
es exhaustivo y abarca de manera protagónica
a espacios y actores, que son singularizados en
nombre que adjetivan y clasifican; enclaves cul-
turales y “personas de la indigencia” participan-
tes todos ellos de “la vida callejera” como “ar-
chipiélago de lugares antropológicos” (Vergara,
2001); definiendo cada nombre una adscripción
eficazmente valorativa, una “región moral” en el
caso de los lugares, que constituye el mapa de
las interrelaciones sociales o “redes de sociabili-
dad de la indigencia”, en cuya constitución hay
Fuente: fotografía tomada por el autor. Enclave Cultural “San
Lucas”, ubicado en la Iglesia de San Lucas, metro Pino Suárez. una actividad intensa de parte de los actores,
tanto pragmática (capital instrumental cultural)
Por tanto, se constata que se configuran en- y de lenguaje (nominaciones callejeras), como
claves culturales de la indigencia, en tanto que de pensamiento (cogniciones, mapas mentales),
los “lugares antropológicos” se constituyen a que regulan el comportamiento y la acción so-
partir de un trabajo realizado por comunida- cial del fenómeno heterogéneo y multitudinario
des que aunque son de diversa composición y de la indigencia en un plano simbólico e intuitivo
extensión no obstante confluyen en una activi- cultural manifestado en patrones sociocultura-
dad constante de intuición, cognición y afecto, les de la indigencia, configurando un “lenguaje
del “saber hacer” de la “pragmaticidad cultural”, silencioso de la cultura” (Hall, 1990).
además de que se caracterizan por un lenguaje En este sentido, el espacio público se ratifica
particular, un sistema o red conceptual, una je- como cualidades permanentemente emergen-
rarquización interna de personas de la indigen- tes entre la disolución y el extrañamiento de la
cia (Ríos Miranda, 2017), una demarcación so- experiencia masiva, móvil y de masas, pero que
cioespacial y una condensación dialécticamente reproducen cruces, encuentros, vinculaciones e
construida entre biografías e historia de vida con identificaciones desde el desentrañamiento del
los lugares antropológicos de la indigencia, en ¿cómo hacer uso del espacio público? Median-
este caso construcción colectiva e histórica por te la observación y el registro de ¿qué prácticas
las mismas personas de la indigencia quienes las singulares reproducen? y ¿qué nominaciones
conforman. Espacios públicos que se construyen utilizan para entenderse y articularse? Para con
en la acción social y conforman lugares antropo- ello conocer y taxonomizar ¿qué sujetos las utili-
lógicos para su objetivación y análisis como en- zan?, desentrañar ¿qué redes de sociabilidad se
claves culturales de la indigencia, evanescentes tejen? y comprender ¿qué tipo de procesos de
pero regulares en el sistema tiempo “horario-día” subjetivación reproduce? Trabajos abiertos para
y “día-semana” donde confluyen espacio/tiem- posteriores ocasiones.
po/sujetos/lugares/prácticas/nominaciones y Tal pareciera que la idiosincrasia funcional y
posibilitan la construcción de sujetos y procesos sociológica del espacio urbano no responde me-
de subjetivación, visibles y objetivables en “hori- cánicamente a las direccionales y los puntos de
zontes subjetivos” (Baz, 1998). atracción prefigurados por los urbanistas, sino
También cuando un lenguaje lo caracteriza es que “resulta de un número inmenso e inmensa-
porque incorpora las diferentes materialidades mente variado de movimientos y ocupaciones
sígnicas que convoca, elementos materiales de transitorias, imprevisibles muchas de ellas, que
alta representación social, que crean y caracte- dan lugar a mapas móviles y sin bordes” (Del-
rizan un lugar, así refiere a una nomenclatura es- gado, 2007: 13). Sociabilidad difusa de formas

158
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 143-160

mínimas e inconclusas, formas abiertas, fugaces Fuentes consultadas


y complejas de convivencia, característica fun-
damental de “la experiencia urbanita” (Vergara, Auge, Marc (1994), Los no lugares, Barcelona, Gedisa.
2001) que desborda la planificación y reinven-
Baz, Margarita (1998), “Tiempo y temporalidades: los
ta la morfología predispuesta por el proyec-
confines de la experiencia”, en Anuario de In-
to urbanístico de la ciudad en una renovada e vestigación 1998, Ciudad de México, Universi-
ininterrumpida dialéctica espacio urbano-urba- dad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, pp.
nita; cuerpos, acercamientos, encuentros, des- 173-182.
encuentros y demás variabilidad de experiencias
concertadas y sociabilidades difusas que tien- Certeau, Michel de (2000), La invención de lo cotidia-
no 1. Artes de hacer, Ciudad de México, Univer-
den al vínculo o la desvinculación en una coexis-
sidad Iberoamericana/Instituto Tecnológico y
tencia, programada o no, pero que hacen y po- de Estudios Superiores de Occidente.
sibilitan la vida en la ciudad. En franca oposición
a aquella “quimera política” (Delgado, 2007: 14) Delgado, Manuel (2007), Sociedades movedizas, Bar-
del espacio urbano orgánico y estabilizado, que celona, Anagrama.
sólo responde a cambios amables y, sobre todo,
Fotte Whyte, William (1971), La sociedad de las esqui-
pertinentes para la mejora de su funcionamien- nas, Ciudad de México, Diana.
to.
Así en este aparente “desorden de lo urbano” Glaser, Barney y Strauss, Anselm (1974), The discovery
es posible observar un orden escondido en re- of grounded theory: strategies for qualitative
gularidades y constantes dentro del desorden, research, Nueva York, Aldine Publishing Com-
pany.
toda vez que los usos del espacio urbano, por
donde se habría que comenzar, están determi- Gobierno del Distrito Federal (2012), Nuevos signifi-
nados por elementos ambientales aprehensibles cados. Revitalización del Centro Histórico de la
por los sentidos (plazas, parques, calles, calle- Ciudad de México, Ciudad de México, Scientika.
jones, puentes, coladeras, lotes baldíos y casas
Goffman, Erving (1976), “Síntomas psiquiátricos y or-
abandonadas), tanto por la cognición de los su-
den público”, en Laura Forti (ed.), La otra locu-
jetos (objetivables con “mapas mentales”) y sus ra. Mapa antológico de la psiquiatría alternativa,
nominaciones (lugares de la indigencia), como Barcelona, Tusquets.
en sus prácticas cotidianas enmarcadas y regu-
ladas por el “sistema-horario” que contornea un Goodenough, Ward H. (1975). “Cultura, lenguaje y so-
“saber hacer cultural”, todas actividades confi- ciedad”, en J.S. Kahn (ed.), El concepto de cul-
tura: textos fundamentales, Barcelona, Anagra-
guradas por personas de la indigencia y confi-
ma, pp. 157-248.
gurantes del mismo fenómeno de la indigencia,
“lenguajes naturales de la cultura” que éstos Hall, Edward (1990), El lenguaje silencioso, Ciudad de
despliegan y que dotan de carácter a los espa- México, Consejo Nacional para la Cultura y las
cios urbanos (Delgado, 2007), construyendo Artes.
espacios caminados y nombrados como encla-
Hannerz, Ulff (1986), Exploración de la ciudad, Ciudad
ves culturales de la indigencia, que son espacios de México, Fondo de Cultura Económica.
urbanos desde otra-organización social (Foote
Whyte, 1971) y diferente a lo común y hegemóni- Harris, Marvin (1979), El desarrollo de la teoría antro-
camente establecido, que son construidos des- pológica, Ciudad de México, Siglo XXI.
de una “cultura-otra” (Martín-Barbero s/a), entre
Joseph, Issac (2002), El transeúnte y el espacio urba-
intersticios urbanos con personas de la indigen-
no, Barcelona, Gedisa.
cia donde se fraguan otras maneras de vivir la
ciudad y otros horizontes de posibilidad en las Larousse (1988), Larousse Ilustrado, Ciudad de Méxi-
manifestaciones cotidianas de los usos sociales co, Ediciones Larousse.
de la indigencia que hacen el relato de prácti-
Lefebvre, Henry (1972), Espacio y política, Barcelona,
cas culturales que materializan y hacen visible
Península.
otra memoria histórica de la Ciudad de México y
otras-políticas de identidad.

159
ALEJANDRO RÍOS MIRANDA, ENCLAVES CULTURALES DE LA INDIGENCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO 2008-2012

Licona, Ernesto (2003), Producción de imaginarios ur- Alejandro Ríos Miranda


banos, Ciudad de México, Benemérita Universi-
dad Autónoma de Puebla.
Es doctor en Antropología Social por la Escuela
Lynch, Kevyn (1976), La imagen de la ciudad, Buenos Nacional de Antropología e Historia, Ciudad de
Aires, Ediciones Infinito. México. Actualmente se desempeña como Pro-
fesor Investigador Titular C en el Departamento
Ríos Miranda, Alejandro (2007), “Los callejeros: una de Educación y Comunicación, División de Cien-
socialización no-común”, tesis de licenciatura cias Sociales y Humanidades, de la Universidad
en Antropología Social, Escuela Nacional de
Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
Antropología e Historia, Ciudad de México.
Su proyecto de investigación actual es “La psi-
Ríos Miranda, Alejandro (2017), “Las mil y una formas cología social y el espacio público: intervención
de hacer la indigencia: ‘andares’ por trayecto- psicosocial en las calles y urbanidades emer-
rias, desplazamientos y encierros abiertos en la gentes”. Entre sus más recientes publicaciones
Ciudad de México”, tesis doctoral en Antropolo-
destacan, como autor: “Arguedas. Una antropo-
gía Social, Escuela Nacional de Antropología e
Historia, Ciudad de México. logía del encierro: la novela El Sexto”, Fuentes
Humanísticas, 34 (64), Ciudad de México, Uni-
Sennet, Richard (1997), Carne y piedra, Madrid, Alianza versidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzal-
Editorial. co, pp. 87-112 (2022); “Crónica de la indigencia
de la Ciudad de México (III): el censo de 1996.
Silva, Armando (1995), Imaginarios urbanos, Bogotá,
La planeación y control social del siglo XX”, en
Tercer Mundo Editores.
Trazos y Contextos 2022 Concierto social y hori-
Taylor, S. y Bogdan, R. (1987), Introducción a los mé- zontes de posibilidad, Ciudad de México, Univer-
todos cualitativos de investigación, Barcelona, sidad Autónoma Metropolitana Xochimilco-De-
Paidós. partamento de Educación y Comunicación, pp.
107-136 (2022); “La muerte en la indigencia de
Vattimo, Gianni (1986), El fin de la modernidad, Barce-
lona, Gedisa. la Ciudad de México 2020”, Salud Problema, 15
(30), Ciudad de México, Universidad Autónoma
Vergara, Abilio (2003), Identidades, imaginarios y sím- Metropolitana-Xochimilco, pp. 99-122 (2021).
bolos del espacio urbano, Ciudad de México,
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/
INAH.

Vergara, Abilio (2001), La ciudad desde sus lugares.


Trece ventanas etnográficas para una metró-
poli, Ciudad de México, Universidad Autóno-
ma Metropolitana Iztapalapa/Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes.

Recibido: 14 de septiembre de 2023.


Aceptado: 29 de octubre de 2023.
Publicado: 15 de diciembre de 2023.

160
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024151

TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE


LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

THREE WRONG THESES ON MUNICIPAL


ACCOUNTABILITY

Juan Carlos Martínez Andrade


orcid.org/0000-0002-3473-5836
El Colegio Mexiquense, A.C.
México
[email protected]

Abstract

There is a common use of certain ideas around compliance with municipal account-
ability. It is considered that urban and metropolitan municipalities, with higher levels
of development and greater institutional capacities, are those in which accountability
has been consolidated to a greater extent; in contrast, rural areas, more marginal-
ized and with institutional weakness, are identified as the potential beneficiaries of a
decentralization policy that promotes transparency and accountability. A review of
three theses on municipal accountability in the State of Mexico is proposed.

Keywords: Municipal Accountability; Rurality; Marginalization; Institutional Capacities.

Resumen

Existe un uso común de ciertas ideas en torno al cumplimiento de la rendición de


cuentas municipal. Se considera que los municipios urbanos y los metropolitanos, con
mayores niveles de desarrollo y mayores capacidades institucionales, son aquellos en
los que la rendición de cuentas se ha consolidado en mayor medida; en contraste, se
identifica a los rurales, de mayor marginación y con debilidad institucional, como los
potenciales beneficiarios de una política de descentralización que promueva la trans-
parencia y la rendición de cuentas. Se propone una revisión sobre tres tesis sobre la
rendición de cuentas municipal en el Estado de México.

Palabras clave: Rendición de Cuentas Municipal; Ruralidad; Marginación; Capacida-


des Institucionales.

161
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

Introducción do nos acercamos a la necesaria definición de


rendición de cuentas horizontal y su importan-
Este trabajo aborda el tema de la rendición de cia en el contexto de la descentralización, como
cuentas municipal. En la literatura se ha señala- un insumo para la evaluación de la gestión del
do que el cumplimiento con los mecanismos de desempeño. En el tercer apartado pretendemos
transparencia y rendición de cuentas fortalece operacionalizar una serie de variables que per-
la gestión pública, al facilitar información que mitirán aproximarnos al análisis de las hipóte-
permitiría orientar, de mejor forma, los progra- sis planteadas. Se utilizan, para la metodología,
mas presupuestarios y las políticas públicas en una serie de métricas validadas por excelentes
beneficio de la ciudanía; además, consolida la investigadoras e investigadores, así como por
democracia, al poner a disposición de diversos organismos públicos nacionales.
actores el escrutinio de los datos financieros y Los resultados que arrojaron los análisis nos
las cuentas públicas. Si bien existen argumen- permiten asumir que no existe evidencia empí-
tos en favor de la promoción de la rendición de rica que respalde lo que hemos llamado las tres
cuentas municipal, también se han identificado tesis equivocadas sobre la rendición de cuen-
grandes retos para su cumplimiento. tas municipales. Con datos para los municipios
La pregunta rectora de esta investigación fue: mexiquenses de los años 2014 a 2021 —que son
¿qué retos encuentran los municipios mexiquen- los que se encuentran disponibles—, hemos
ses para cumplir con sus obligaciones de infor- logrado identificar una tendencia entre los re-
mación y contribuir con la rendición de cuentas gistros de proyectos de gasto y el tamaño de
y la transparencia? Algunas preguntas secunda- población, pero no así con la tipología urbano/
rias fueron: ¿la rendición de cuentas municipal es rural, con el nivel de rezago social o, incluso, con
más frecuente en las grandes ciudades y las me- el nivel de capacidades institucionales. La con-
trópolis?, ¿el grado de marginación del munici- clusión a la que se llega es que no existe eviden-
pio está asociado con la debilidad institucional? cia para asumir que la ruralidad, la marginación
Entre los grandes retos, es de uso común ar- o la debilidad institucional son sinónimos de
gumentar que la rendición de cuentas municipal opacidad, de falta de voluntad para que los go-
es más frecuente en las ciudades y los gobier- biernos municipales se abran a la transparencia
nos metropolitanos. Se asume que los gobiernos y mucho menos para que hagan uso de los me-
municipales de zonas rurales o los que presentan canismos de rendición de cuentas. Se pretende,
mayores niveles de marginación son aquellos a con el presente documento, motivar a la nueva
los que su acceso ha obstaculizado la normali- generación de investigadoras e investigadores
zación en el uso de los mecanismos de rendición a superar prejuicios que se tienen en torno a la
de cuentas, debido a que carecen de conectivi- composición municipal y dar paso al análisis con
dad u otros menesteres. Así, se da por sentado datos concretos y evidencia empírica.
que el grado de marginación está asociado con
una debilidad institucional, quizás histórica, de Problema
los aparatos administrativos.
En el presente documento nos gustaría po- Desde las últimas décadas del siglo pasado y
ner a prueba tres tesis que consideramos de hasta la fecha, hemos visto un impulso gene-
uso común al referirnos a los gobiernos muni- ralizado en distintos países para fortalecer los
cipales: la relación entre rendición de cuentas y marcos jurídicos y normativos que regulan las
urbanización, marginación y capacidades insti- distintas etapas del ciclo presupuestario. La in-
tucionales. En el primer apartado describimos el tención detrás de estas reformas ha sido que los
problema que se ha identificado, a partir de la presupuestos públicos tengan un rol más activo
legislación orientada hacia la rendición de cuen- entre las acciones gubernamentales, las priori-
tas municipal y algunos de los desafíos en el uso dades de desarrollo (Armijo y Espada, 2014) y
del principal mecanismo de reporte de gasto fe- la consolidación de la democracia (Tumi Quispe,
deralizado: el Sistema de Reporte de Recursos 2020). En la mayoría de países se ha perseguido
Federales Transferidos. En el segundo aparta- un objetivo común: que la información guberna-
mental sea un insumo para la mejora de la ges-

162
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

tión pública y la rendición de cuentas (Armijo y la Federación (art. 6, apartado A, fracc. VIII), a los
Espada, 2014). organismos y empresas productivas (art. 25) y al
La rendición de cuentas es un acto comuni- Sistema Nacional Anticorrupción (DOF, 2023a).
cativo, en el que se ofrece alguna forma de re- • Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la
lato sobre una acción, un hecho o un fenómeno Federación, publicada en 2016, con última reforma
concreto; por ello, “constituye un proceso social en 2021. Se publicó al mismo tiempo que se hicie-
de construcción y negociación de una visión de ron las reformas a los artículos 70 de la Ley General
la realidad” (Pineda Pablos et al., 2007), a la vez de Contabilidad Gubernamental y 49 de la Ley de
que permite la interacción en un contexto de Coordinación Fiscal, con la intención de fortalecer
transparencia, que implica control y vigilancia de la rendición de cuentas de los ejecutores de gasto
los resultados del proceso lógico que deberían federales, subnacionales y locales (DOF, 2021a).
ser alcanzados, y sobre el cual debe ser evitada • Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Fe-
cualquier desviación (Arellano-Gault, 2015). En derativas y los Municipios, publicada en 2016, con
un ambiente democrático, donde diversos acto- última reforma en 2022. Derivado de que los go-
res participan de forma medianamente coordi- biernos estatales y municipales presionaron sus fi-
nada para alcanzar objetivos comunes (García nanzas sin control hasta alcanzar altos niveles de
del Castillo, 2020), la transparencia y la rendi- deuda (Ayala Espinosa, 2023), esta ley establece
ción de cuentas son eslabones más para la con- criterios referentes a los balances presupuestarios
solidación de la democracia (Cadena Inostroza, para alcanzar sostenibilidad y responsabilidad ha-
2015; Tumi Quispe, 2020). De esta manera, “to- cendaria (DOF, 2022a).
dos los actos oficiales realizados por funciona- • Ley General de Contabilidad Gubernamental, pu-
rios públicos y políticos, deben ser conocidos blicada en 2008, con última reforma en 2018. Con
por todos” (Cadena Inostroza, 2015, 11), en lo el objetivo de establecer criterios generales para
que podríamos llamar el principio de máxima regir la emisión de información financiera de los
publicidad (Duque Botero, 2020). entes públicos, esta ley es el fundamento legal
En estricto sentido, la rendición de cuentas para el Consejo Nacional de Armonización Conta-
municipal es mandatada por una variedad de or- ble (Conac). En su artículo 70, establece que los
denamientos, cuyos propósitos van desde la fis- gobiernos subnacionales y locales mantendrán re-
calización hasta la regulación del uso y los desti- gistros de cada fondo, programa o convenio, de
nos del gasto (Ugalde, s.f.; Cejudo y Ríos, 2010). acuerdo con la normatividad emitida por el Conac
El mayor sesgo de la rendición de cuentas muni- (DOF, 2018b).
cipal se orienta hacia el control del ejercicio del • Ley de Coordinación Fiscal, publicada en 1978, con
gasto (Cejudo y Ríos, 2010). El propósito ha sido última reforma en 2018. Base para la coordinación
construir mecanismos que eviten la corrupción, intergubernamental en materia financiera, toda vez
a partir de un mayor acceso a la información pú- que establece los criterios para la asignación del
blica, que permita la fiscalización y la evaluación gasto federalizado, basada en la definición de la re-
del desempeño, y que arroje un mejor sistema caudación federal participable. En la fracción V del
de responsabilidad hacendaria (Merino Huerta, artículo 49, esta ley establece que el ejercicio de
2015). los recursos del gasto federalizado se sujetará a la
En México, se cuenta con una legislación fe- evaluación del desempeño (DOF, 2018a).
deral y general orientada hacia la rendición de • Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad
cuentas subnacional (entidades federativas) y Hacendaria, publicada en 2006, con última refor-
local (municipios y demarcaciones territoriales ma en 2022. Reglamenta el ejercicio del gasto en
de la Ciudad de México), establecida en los si- materia de programación, presupuestación, apro-
guientes instrumentos jurídicos: bación, ejercicio, control y evaluación bajo los cri-
terios de legalidad, honestidad, eficiencia, eficacia,
• Constitución Política de los Estados Unidos Mexi- economía, racionalidad, austeridad, transparencia,
canos (CPEUM), publicada en el Diario Oficial de la control, rendición de cuentas y equidad de género.
Federación (DOF) en 2017, con última reforma en Su artículo 110 establece que la Secretaría de Ha-
2022. La rendición de cuentas se menciona relativa cienda y Crédito Público (SHCP) realizará la eva-
a la tarea fiscalizadora de la Auditoría Superior de luación económica de los entes públicos, con la in-

163
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

tención de rendir un informe trimestral al Congreso adquisiciones y las aplicaciones en el ejercicio de


de la Unión (DOF, 2022b). los recursos públicos.
• Ley General de Archivos, publicada en 2018, con • Acuerdo por el que se emite la Clasificación Pro-
última reforma en 2023. Establece los principios gramática (Tipología general) (DOF, 2013a), publi-
y bases generales para organizar, conservar, ad- cado en el DOF el 8 de agosto de 2013: establece
ministrar y preservar los archivos en posesión de la clasificación de los programas presupuestarios
cualquier ente público, con la intención de contri- que permiten organizar de forma homogénea las
buir a la transparencia y la rendición de cuentas asignaciones de recursos públicos con base en la
(DOF, 2023b). modalidad presupuestaria de los Estados e Infor-
• Ley General de Transparencia y Acceso a la In- mes Programáticos.
formación Pública, publicada en 2015, con última • Acuerdo por el que se emite la Clasificación Eco-
reforma en 2021. Es el fundamento legal para ga- nómica de los Ingresos, de los Gastos y del Finan-
rantizar el derecho de acceso a la información en ciamiento de los Entes Públicos (DOF, 2011b), pu-
posesión de los entes públicos y personas morales blicado en el DOF el 7 de julio de 2011: relaciona
o físicas que realicen actos en coordinación con los las transacciones con el Sistema de Cuentas Nacio-
distintos órdenes de gobierno (DOF, 2021b). nales y las Estadísticas de Finanzas Públicas, para
servir como insumo de políticas, así como observa-
Las cuentas públicas incluyen información ción del grado de cumplimiento en la provisión de
sobre los ingresos, egresos, deuda, adeudos de bienes y servicios públicos. Permite la medición del
ejercicios fiscales anteriores, financiamientos a aporte de cada ente público con base en su estruc-
corto plazo, entre otros elementos financieros. tura, proyecciones fiscales multianuales y formula-
Con base en la Ley General de Contabilidad ción de la política presupuestaria anual.
Gubernamental, el Conac ha establecido linea-
mientos, normas y clasificaciones para integrar No obstante, los análisis de las cuentas públi-
la cuenta pública anual que presentan los go- cas previos a 2010 demostraron que la calidad
biernos municipales, entre los que destacan, en de la información no era suficiente para contro-
materia de finanzas públicas, los siguientes: lar, evaluar y rendir cuentas (Sour, 2007; Pineda
Pablos et al., 2007; Merino, 2009). A partir de las
• Acuerdo por el que se establece la Clasificación consideraciones anteriores, se reformaron diver-
Administrativa (DOF, 2011a), publicado en el DOF sas disposiciones, tales como la Ley General de
el 7 julio de 2011: tiene como propósito identificar Contabilidad Gubernamental y, en 2007 y 2012,
las unidades administrativas a través de las cuales el artículo 85 de la Ley Federal de Presupuesto
se realiza la asignación, gestión y rendición de los y Responsabilidad Hacendaria, para establecer un
recursos financieros públicos. También, establece mecanismo de información trimestral en el que los
las bases institucionales y sectoriales para la ela- ejecutores de gasto federalizado brinden los datos
boración y análisis de las estadísticas fiscales, or- relativos al ejercicio, destino y resultados obteni-
ganizadas y agregadas, mediante su integración y dos con respecto de los recursos federales que
consolidación. les sean transferidos. Dicho mecanismo quedó re-
• Acuerdo por el que se emite la Clasificación Fun- glamentado en el DOF el 25 de abril de 2013, con
cional del Gasto (DOF, 2010b), publicado en el DOF la publicación de los “Lineamientos para informar
el 27 de diciembre de 2010: favorece el análisis de sobre los recursos federales transferidos a las en-
las tendencias del gasto público, porque presenta tidades federativas, municipios y demarcaciones
una descripción sobre los servicios gubernamenta- territoriales del Distrito Federal, y de operación de
les y sus proporciones, distribuidas entre las áreas los recursos del Ramo General 33” (DOF, 2013b),
de servicios públicos, económicos, sociales y las cuyo contenido tuvo la intención de mandatar la
transacciones no asociadas a funciones. obligación de informar sobre el ejercicio, destino
• Clasificador por Objeto del Gasto (DOF, 2010a), y resultados obtenidos respecto del gasto fede-
publicado en el DOF el 10 de junio de 2010: per- ralizado; a partir de estos lineamientos se creó la
mite el análisis de los efectos del gasto público, al plataforma del Sistema de Formato Único, que ac-
ofrecer información sobre la demanda de bienes tualmente lleva el nombre de Sistema de Reporte
y servicios, a la vez que identifica con claridad las de Recursos Federales Transferidos (SRFT).

164
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

El SRFT se diseñó como parte del Portal Apli- Pese a que existe el SRFT como mecanismo
cativo de la SHCP1 y consta de cuatro carpetas, establecido por la SHCP para el registro de los
en las que los ejecutores de gasto registran los proyectos de gasto estatales y municipales, di-
momentos contables del destino del gasto, la in- versos ejecutores de gasto han hecho un uso
formación georreferenciada de los proyectos de diferenciado de la herramienta. En el caso de
ejercicio del gasto, el avance de metas e indica- municipios, han sido principalmente urbanos,
dores y los reportes de las evaluaciones exter- capitales de estados y metropolitanos los que
nas. Estos registros sirven como insumo para los más han utilizado el SRFT para reportar sus mo-
anexos financieros de los Informes Trimestrales mentos contables por cada proyecto de gasto.
al Congreso de la Unión (SHCP, s.f.). En un pri- También hay municipios que nunca han entrado
mer momento, los ejecutores de gasto estata- a la plataforma y no han hecho registro alguno
les y municipales cargan la información, que es de sus proyectos.
validada o rechazada por dependencias coordi- En el caso del Estado de México, se obser-
nadoras estatales y, posteriormente, por depen- va que Toluca de Lerdo ha hecho 517 registros
dencias coordinadoras federales. Los órganos de proyecto de gasto desde 2014 y hasta 2021;
de fiscalización locales y federal tienen acceso Ixtapaluca cuenta con 386 registros; Ecatepec
a estos registros y pueden utilizarlos como insu- de Morelos, con 155; mientras que Chiconcuac,
mos para el trabajo de auditoría. Isidro Fabela, Jiquipilco, Nopaltepec, Temas-
La Auditoría Superior de la Federación (ASF, calapa, Texcaltitlán, Texcalyacac y Tultepec no
2020) establece que la información reportada cuentan con ninguno.2 Sin duda alguna, no con-
en el SRFT por parte de los ejecutores de gasto tar con registros no implica que estos municipios
locales debe tener las siguientes características: carezcan de proyectos. Probablemente existan
proyectos de gasto que dichos municipios no
• Homogeneidad: la información debe ser compara- están dando a conocer a sus pares de otros ór-
ble entre ejecutores de gasto. denes de gobierno a través del SRFT. En este
• Congruencia: a partir de la validación de los regis- sentido, realizar proyectos de gasto, así como el
tros, por parte de las Secretarías de Finanzas lo- reporte de cada uno de ellos, sería lo deseable
cales, se revisan los reportes registrados por los en un contexto de rendición de cuentas.
ejecutores de gasto municipales. Cejudo y Ríos (2010) argumentan que la ca-
• Granularidad: la información debe ser pormenorizada. pacidad técnica de la burocracia municipal es
• Cabalidad: que los datos sean exactos y coincidentes. fundamental para garantizar la rendición de
cuentas. En un orden similar de ideas, Ugalde
Desde el punto de vista de las dependencias (s.f.) asegura que uno de los principales retos
coordinadoras federales, la ASF identifica al me- para la rendición de cuentas municipal es la falta
nos un área encargada de la gestión de los re- de capacidad administrativa. El autor argumen-
portes del SRFT para validar los registros que ta que carecer de un sistema interno que realice
capturan los ejecutores de gasto locales. En el la función de organización del gasto limita la efi-
año 2020, a nivel nacional, sólo 42.6% de los ciencia del cuidado en la asignación del mismo.
municipios cumplió con el registro en el módulo Solamente en los municipios urbanos medios y
Destino del Gasto; entre 50 y 75% de los muni- grandes se identifican funciones de gestión fi-
cipios cumplió con el registro en el módulo Ejer- nanciera (Ugalde, s.f.; Cabrero Mendoza, 2000)
cicio del Gasto; y solamente 70% de los muni- mientras que “el resto sólo ejecuta funciones
cipios cumplió con el registro en el módulo de operativas y rudimentarias de ejercicio del gasto
Indicadores (ASF, 2020). Por ello, la ASF sugirió o simplemente improvisa” (Ugalde, s.f.: 38).
lo siguiente: “[L]o anterior manifiesta que si bien El nivel de eficacia de la rendición de cuentas
existe revisión en la información revisada, se re- municipal se considera limitado, intermitente y
quiere mayor control y supervisión por parte de de poca confiabilidad (Ugalde, s.f.), ya que se ha
las coordinadoras de los fondos para tener me- limitado a la presentación superficial o genérica
jor calidad en la información que se presenta en de datos poco detallados (Tumi Quispe, 2020).
el SRFT” (ASF, 2020, p. 35). Asociado con la capacidad administrativa limi-
1 Disponible en: <https://acortar.link/lCS1lR>. 2 Los datos por cada municipio se presentan en el anexo.

165
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

tada, Cejudo y Ríos (2010) afirman que entre 1. La rendición de cuentas municipal tiene relación
los municipios mexicanos se desconoce la nor- con el grado de urbanización del territorio.
matividad, lo que implica su incumplimiento. A 2. La rendición de cuentas municipal tiene relación
partir de un análisis con los órganos relativos al con el grado de rezago social de la población.
acceso a la información, los autores consideran 3. La rendición de cuentas municipal tiene relación
que los gobiernos municipales son los sujetos directa con el nivel de capacidades institucionales
obligados que presentan mayores reticencias del gobierno.
para transparentar la información. Algunas de
las razones que podrían explicar esta opacidad, Marco teórico
de acuerdo con los autores, son: la distancia y la
difícil comunicación, falta de difusión del dere- Los gobiernos municipales actúan simultánea-
cho a la transparencia, ausencia de comisiones mente en tres arenas: la dinámica interna entre
y de procedimientos establecidos en la ley, falta las áreas mismas del gobierno, la interacción in-
de capacitación del personal municipal, portales tergubernamental con el gobierno del estado y
de internet con información insuficiente, falta de el gobierno federal, y la interacción con el ciuda-
voluntad política, falta de capacidad técnica y dano (Cejudo y Ríos, 2010). Con Schedler (1999)
humana, diversidad de realidades, entre otros. podemos comprender el concepto de rendición
Al parecer, la magnitud de la tarea rebasa la de cuentas de una forma bidimensional. Por una
capacidad de algunos municipios, lo que, auna- parte, el concepto contiene una carga respon-
do a las dificultades de la coordinación interna, siva (answerability), toda vez que, quien rinde
presenta un gran reto para la rendición de cuen- cuentas, informa sobre sus decisiones y ofrece
tas municipal (Cejudo y Ríos, 2010). Resultado una explicación de las razones que motivaron tal
de ello ha sido un sistema de rendición de cuen- deliberación. Por otra parte, contiene una carga
tas municipal emergente (Pineda Pablos et al., aplicativa (enforcement), en la que se estable-
2007), frágil (Cejudo y Ríos, 2010) y limitado cen incentivos positivos y negativos (Schedler,
(Ugalde, s.f.). Para Cabrero Mendoza (2022), la 1999; Fox, 2006). Adicional a las dimensiones
relación entre marginación y debilidad institu- expuestas por Schedler, Fox (2006) añade que
cional cobra mayor importancia, toda vez que la rendición de cuentas posee dirección: puede
podría darse el caso de una dicotomía entre re- ser vertical y orientarse de arriba hacia abajo —
giones desarrolladas —que vienen del contexto por ejemplo, entre los líderes y sus votantes—
urbano y de ciudades— y regiones intrascen- o de abajo hacia arriba, entre los miembros del
dentes —que vienen del contexto rural, de bajo staff y sus directivos, lo que da paso a las poliar-
nivel de desarrollo y que no se logren incorporar quías democráticas (O’Donnell, 1997). O’Donnell
a la sociedad del conocimiento—. Esta idea no (1997) llamará rendición de cuentas horizontal
es nueva; desde los años sesenta del siglo pasa- a la existencia de organismos estatales legal-
do se ha considerado que el ritmo de desarrollo mente habilitados para fiscalizar, sancionar pe-
en América Latina ha sido desigual y ha estado nalmente o destituir a funcionarios públicos de
circunscrito a las ciudades, mientras que las zo- otras dependencias estatales.
nas campesinas se han estancado en la miseria Dentro del fenómeno organizativo, se han
(Myrdal, 1964) o han dado paso a una margina- construido instrumentos que permitan regular
ción municipal heterogénea (Vargas y Cortés, las interacciones, con el objetivo de alcanzar
2014). cierta cooperación. Esta interacción regulada
Según lo dicho, pareciera que existe una ten- pretende un punto medio entre la autonomía de
dencia a pensar que la ruralidad está asociada los agentes libres y la consecución de objetivos
con la marginación, al igual que con la debilidad comunes (Crozier y Friedberg, 1990), con una
institucional, por lo que podría parecer lógico racionalidad intencionada (Simon, 1972). En un
asumir que la rendición de cuentas guarda una contexto de descentralización, como es el fede-
relación con esas características. En este pun- ralismo fiscal mexicano, los actores requieren de
to, podemos identificar las tres tesis que serán una adaptación de la actuación administrativa
puestas a prueba: (Subirats, 1993; García del Castillo, 2020) basa-
da en dinámicas de institucionalización de las

166
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

reglas y de los procedimientos elaborados (Las- Estado del arte


coumes y Le Galès, 2014). Dentro de esta institu-
cionalización surgió una política de descentrali- En el documento “Rendición de cuentas en la
zación que otorgó, a los municipios, a finales del gestión del gobierno municipal de Puno-Perú
siglo pasado, atribuciones que tradicionalmente (2011-2018)”, Tumi Quispe (2020), de la Uni-
no eran de su competencia, pero que proporcio- versidad Nacional del Altiplano en Perú, analiza
naron un espacio orientado hacia la evaluación los mecanismos de rendición de cuentas en el
del desempeño gubernamental (Sánchez Bernal gobierno municipal de Puno, Perú, desde un en-
et al., 2015). foque cualitativo; concluye que la rendición de
Esta orientación hacia la evaluación del des- cuentas en el gobierno municipal ha tenido un
empeño se construyó a partir de tres funciones: carácter parcial y poco representativa.
el perfeccionamiento o mejora de las acciones En el caso de Costa Rica, Álvarez Sánchez
gubernamentales, la rendición de cuentas y la (2012), de la Universidad Estatal a Distancia,
ejemplificación para acciones futuras (Bustelo presenta el documento “Hacia la eficiencia en la
Ruesta, 2011; Stufflebeam y Shinkfield, 1987). La gestión municipal”, en donde parte de una me-
rendición de cuentas, como función de la eva- todología mixta para evaluar la eficiencia de los
luación, establece un criterio básico para pon- gobiernos locales bajo la metodología de gestión
derar los resultados de la gestión gubernamen- financiera establecida por la Contraloría General
tal, a la luz de los compromisos establecidos en de la República de Costa Rica. La conclusión de
el proceso de planeación democrática (Bustelo la investigación es que los gobiernos municipa-
Ruesta, 2011). les evaluados desvinculan la planeación estra-
El ciudadano tiene derecho a conocer en tégica con las acciones gubernamentales, al no
qué se gastan los recursos públicos, pero tam- establecer estrategias de recursos humanos, no
bién los distintos órdenes de gobierno tienen la utilizar las tecnologías de la información o los
responsabilidad de saber en qué se ejercen los sistemas establecidos de gestión, por lo que la
gastos federal y federalizado. La rendición de rendición de cuentas es limitada.
cuentas, al igual que la evaluación, contribuyen El caso chileno es estudiado por Ruz et al.,
a la disminución de la incertidumbre, tanto de (2014) en “Planes de Desarrollo Comunal: pro-
los tomadores de decisión como de la ciudada- puestas para mejorar su efectividad como ins-
nía sobre los resultados alcanzados de los pro- trumento de planificación, participación y ren-
gramas presupuestarios y las políticas públicas dición de cuentas municipal”, publicado por la
(McDavid et al., 2019). Pontifica Universidad Católica de Chile. En la
En cuanto al proceso de rendición de cuen- investigación, los autores parten del análisis de
tas, podría ocurrir alguno de estos dos escena- los Planes de Desarrollo Comunal, establecidos
rios: 1) acciones correctas que ocurren dentro como instrumentos de planeación estratégica
del marco de la legalidad; o 2) acciones eficaces en la Ley 18.695 Orgánica Constitucional de Mu-
pero inaceptables (Pineda Pablos et al., 2007). nicipalidades; concluyen que los 365 municipios
En este sentido, el reto es crear un diseño insti- chilenos tienen una importante heterogeneidad
tucional que propicie la rendición de cuentas y, a en la elaboración de instrumentos de planea-
la vez, permita la discusión en torno al desempe- ción, pero la mayoría orienta sus sistemas de
ño gubernamental (Cejudo y Ríos, 2010; Cejudo rendición de cuentas en el uso de los recursos y
y Ríos, 2011; Cejudo et al., 2009; Pineda Pablos sus presupuestos.
et al., 2007). La rendición de cuentas horizontal Las cuentas públicas fueron analizadas por
se fortalece con legislación, institucionalización Pineda Pablos et al. (2007), en el artículo “De-
y uso eficaz de los mecanismos que permitan mocratización y rendición de cuentas. El caso de
transparentar el uso de los recursos públicos y, la revisión de las cuentas públicas municipales
al mismo tiempo, de la supervisión constante de en Sonora”. Para Sonora, los autores señalan que
las distintas dependencias coordinadas de los la revisión de objetivos y metas se redacta en los
diferentes órdenes de gobierno. informes de cuentas públicas de forma superfi-
cial e insuficiente. A partir de la revisión física
de los informes, señalan que varios carecían de

167
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

los expedientes técnicos de las obras asignadas lo de Datos Abiertos (Transparencia Presupues-
por los gobiernos municipales. Por último, apun- taria, s.f.). Ya que los lineamientos que manda-
tan que para 2007 no había criterios claros para tan la obligación de informar sobre el ejercicio y
aprobar o rechazar alguna cuenta pública pre- el destino del gasto fueron publicados en 2013,
sentada al Órgano Superior de Fiscalización de se tiene información disponible desde 2014. Los
la entidad federativa. últimos registros disponibles corresponden a
El análisis específico del SRFT fue realizado 2022.
por Arias Arias et al. (2021), quienes presenta- Trimestralmente, los ejecutores de gasto rea-
ron la ponencia “La importancia de la evaluación lizan la carga de datos, que es validada por de-
en la toma de decisiones de política pública en pendencias coordinadoras estatales y federales.
materia de desarrollo social: el caso del Fondo Por lo tanto, hay cuatro registros por cada ejer-
de Aportaciones para la Infraestructura Social” cicio fiscal y un quinto registro que corresponde
en la Conferencia Internacional de Evaluación, al informe definitivo. De los informes definitivos,
convocada por la Academia Nacional de Eva- se tienen disponibles desde 2014 hasta 2021; di-
luadores de México. Los autores identifican una chos informes definitivos se encuentran disponi-
desvinculación entre el SRFT y la Matriz de In- bles en formato Excel® y serán la materia prima
versión para el Desarrollo Social establecido por para esta investigación.
la Secretaría de Bienestar del Gobierno Federal Los ejecutores de gasto registran cada pro-
(antes Secretaría de Desarrollo Social). Adicio- yecto de gasto, ya sea corriente o de inversión,
nalmente, proponen una evaluación para valorar y le asignan un folio único a cada uno. Este folio
la calidad y la veracidad de la información repor- permite la identificación de cada proyecto de
tada en ambos mecanismos que incluya trabajo gasto en los informes. Cada registro contiene
de campo. información relativa al municipio, ejecutor de
En el contexto de la pandemia, Hernández gasto, fuente de financiamiento, tipo de gasto
González (2021) publicó el capítulo “Evalua- (corriente o de inversión) y los montos por cada
ción a fondos federales (del Ramo 33) para las uno de los momentos contables: aprobado, mo-
políticas sociales en Veracruz, México: avances dificado, comprometido, devengado, ejercido y
y perspectivas en tiempos de la Covid-19”, en pagado. Por último, se incluyen observaciones
donde relata los cambios producidos en la agen- por parte del capturista o del revisor que haya
da de trabajo del Programa Anual de Evaluación validado la información.
del Estado de Veracruz y sus municipios. En ma- En cada municipio existen distintos ejecuto-
teria del SRFT, se señala que las actividades de res de gasto, que pueden ser dependencias pú-
reporte y registro en el módulo de Evaluaciones blicas, universidades, órganos desconcentrados,
se pospusieron debido al contexto de la pande- entre otros. No obstante, la captura de la infor-
mia entre los meses de marzo y agosto de 2020. mación de los registros se debe realizar trimes-
Derivado de un convenio de colaboración entre tralmente, con la intención de dar cumplimiento
el Gobierno del Estado de Veracruz y la Univer- a los lineamientos y las legislaciones federal y
sidad de Xalapa, se cumplió con el trabajo de local. La obligatoriedad también incluye a los
evaluación externa. ejecutores de gasto estatales.
Ya que esta investigación tiene como obje-
Metodología tivo profundizar en el análisis de los municipios
mexiquenses, se tomarán solamente los datos
Toda vez que en esta investigación nos interesa registrados por los municipios del Estado de Mé-
abordar la rendición de cuentas horizontal, que xico; éste cuenta con 125 municipios, con distin-
es aquella que ocurre entre dependencias pú- tos tamaños de población, niveles de desarrollo
blicas con la intención de fiscalizar, controlar o y pueden ser metropolitanos, urbanos o rurales.
evaluar el desempeño del gasto, utilizaremos los De esta gran variedad, nos interesarán algunas
datos disponibles de la SHCP, que son produc- características, que a continuación se exponen.
to del registro de los ejecutores de gasto en el Como variable dependiente se construirá un
SRFT y que se encuentran en la plataforma de dato a partir de la cantidad de registros realiza-
Transparencia Presupuestaria, dentro del módu- dos por los ejecutores de gasto municipales y

168
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

que se encuentran disponibles en las bases de a superar la pobreza, existe una relación directa
Transparencia Presupuestaria. Empero, la canti- con las responsabilidades municipales. Por ello,
dad de proyectos está influida por el tamaño del independientemente de los grandes proyectos
presupuesto de cada gobierno municipal, que, multianuales, los gobiernos municipales deben,
a su vez, está influido por la cantidad de pobla- de forma constante, asignar recursos a proyec-
ción y por su nivel de rezago social, medido por tos de bacheo, electrificación, mantenimiento de
el Consejo Nacional de Evaluación de la Política infraestructura, pago de salarios y servicios per-
de Desarrollo Social (Coneval). sonales de los funcionarios públicos, entre otros,
Dos principales fuentes de financiamiento por lo que sí deberá existir una relación entre la
del gasto federalizado son el Fondo de Infraes- cantidad de registros de proyectos y el tamaño
tructura Social Municipal (FISM) y el Fondo de de población. Por lo que la variable construida
Aportaciones para el Fortalecimiento de los Mu- entre la cantidad de registros por cada 100,000
nicipios y de las Demarcaciones Territoriales del habitantes servirá para aproximarnos a un nivel
Distrito Federal (Fortamun), ambos del Ramo muy mínimo de rendición de cuentas municipal,
General 33. El FISM tiene como factor determi- que sería aquél en el que medimos qué tan acti-
nante para su asignación el nivel de pobreza y vos se encuentran los municipios en las platafor-
marginación, medido por Coneval. El Fortamun, mas de registro de los proyectos de gasto.
por otra parte, tiene como factor determinante Este indicador de cantidad de proyectos so-
para su asignación el tamaño de población, me- bre cada 100,000 habitantes nos aproximará a
dido por el Instituto Nacional de Estadística y la relación entre el tamaño poblacional y si es
Geografía (Inegi). relativamente proporcional con las actividades
Por lo anterior, la variable que construiremos fundamentales de la rendición de cuentas hori-
a partir de los datos disponibles será ponderada zontal. Ya que a mayor proporción de habitan-
por el tamaño de habitantes de cada municipio, tes se recibe más presupuesto por Fortamun y,
con base en el último conteo de 2020. Es de- a su vez, mayor cantidad de población requiere
cir, la variable proxy para acercarnos al estudio de mayor atención por parte del gobierno mu-
de la rendición de cuentas será la cantidad de nicipal, se esperaría que exista una relación di-
registros de gasto a nivel municipal sobre cada recta entre el tamaño de población y la cantidad
100,000 habitantes, dando así una cifra ponde- de registros de cada municipio en la plataforma
rada ante el tamaño de población. Aquí habría del SRFT.
que señalar algunas limitaciones: 1) los registros Diversas hipótesis secundarias se plantearon
pueden tener montos asignados que dependen en la revisión de literatura, pero principalmente
de los tamaños de los proyectos, por ejemplo, nos interesan tres de ellas: a) la relación entre
estaríamos comparando proyectos de 10,000 rendición de cuentas con la composición urba-
pesos contra proyectos de cientos de millones no/rural del municipio, b) su nivel de desarrollo/
de pesos; 2) los registros pueden corresponder marginación y c) su capacidad institucional o
a proyectos multianuales de mayor envergadu- administrativa. En este orden de ideas, la varia-
ra; 3) no por tener más registros un municipio ble construida será puesta a prueba como va-
tiene mayor rendición de cuentas; 4) no por te- riable dependiente ante otras que se requerirán
ner menos registros, un municipio tiene un me- para los análisis secundarios. Se explican, a con-
nor desempeño gubernamental, y 5) la cantidad tinuación, cada uno de los análisis.
de registros debería corresponder a la cantidad El primer análisis se hará en torno a la rela-
de proyectos reportados en la cuenta pública ción rendición de cuentas y el tipo de municipio.
municipal. Para ello, se recurrirá a la tipología establecida
Para superar las limitaciones antes menciona- por Pérez Rasgado (2014) para diferenciar a los
das, debemos señalar que, toda vez que la asig- municipios metropolitanos, urbanos, en proceso
nación de gasto público federalizado se orienta de transición de lo rural a lo urbano, rurales y
principalmente al fortalecimiento de las hacien- marginados. En Tipología del municipio mexica-
das municipales, para dar cumplimiento a sus no para su desarrollo integral, Fernando Pérez
obligaciones constitucionales y que permitan, Rasgado define cada categoría de la siguiente
de manera paulatina, ayudar a sus comunidades forma:

169
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

1. Municipio Metropolitano. Más del 50% de la po- técnica de estratificación de Dalenius y Hodges
blación habita en localidades con más de 100,000 (1959), que da como resultado niveles de muy
habitantes y la población general es mayor a los bajo, bajo, medio, alto y muy alto rezago social.
150,000 habitantes. En caso de que existiera una relación entre la
2. Municipio Urbano. Más del 50% de la población re- rendición de cuentas horizontal y el nivel de re-
side en localidades de 15,000 a 100,000 habitan- zago social, veríamos que los municipios con da-
tes, con una población general entre los 30,000 y tos negativos o cercanos a cero tendrían mayor
150,000 habitantes. cantidad de registros por cada 100,000 habitan-
3. Municipio en Proceso de Transición de lo Rural a tes que el resto de los municipios, en el primer
lo Urbano. Más del 50% de la población habita en escenario; en el segundo, veríamos que los mu-
localidades de 2,500 a 15,000 habitantes, con una nicipios categorizados como muy bajo y bajo ni-
población general que oscila entre los 10,000 y vel de rezago social tendrían la mayor cantidad
30,000 habitantes. de registros por cada 100,000 habitantes.
4. Municipio Rural. Más del 50% de la población resi- El tercer y último análisis se hará entre la va-
de en localidades menores de 2,500 habitantes con riable dependiente y el nivel de capacidad insti-
una población general menor a 20,000 habitantes. tucional medido a través del Índice de Capaci-
5. Municipio Marginado. Población en localidades me- dades Institucionales Municipales (ICIM) (Huerta
nores a 5,000 habitantes, alto grado de analfabe- y Vanegas, 2020; Huerta et al., próximamente).
tismo, pobreza extrema y carencia de alimentación, El ICIM integra indicadores relativos a las capa-
falta o deficiencia en infraestructura y servicios pú- cidades gubernamentales, variables socioeco-
blicos, vivienda precaria y población ocupada con nómicas, autonomía financiera, escolaridad de
ingresos menores a dos salarios mínimos (Pérez los funcionarios públicos, entre otros (Huerta y
Rasgado, 2014: 221). Vanegas, 2020). La hipótesis puesta a prueba
sería que los municipios con mayor capacidad
La primera hipótesis tendría, entonces, que institucional medida por el ICIM serían aque-
tratarse como una dispersión simple entre la llos con mayor cantidad de registros por cada
variable dependiente que hemos construido 100,000 habitantes en el SRFT.
(registros sobre cada 100,000 habitantes) con-
tra el tipo de municipio. Si lo que afirma Ugalde Resultados
(s.f.) es cierto, entonces veríamos una relación
directa entre el tipo de municipio y la cantidad La primera relación, que no corresponde a un
de registros en el SRFT. De esta forma, se espe- análisis propiamente dicho, se realizó entre la
raría que los municipios metropolitanos y urba- cantidad de población para 2020, con datos del
nos tengan proporcionalmente una mayor can- Inegi, contra la cantidad de registros con que
tidad de registros en el SRFT que los municipios cuentan los ejecutores de gasto de los munici-
rurales, en transición y marginados. pios mexiquenses entre 2014 y 2021. En total, la
El segundo análisis se hará entre la variable entidad federativa cuenta con 16,992,418 habi-
dependiente construida y el nivel de rezago so- tantes distribuidos en 125 municipios. Se conta-
cial medido por el Coneval (2020). Para ello, se bilizaron 10,497 registros de proyectos de gas-
utilizará el Índice de Rezago Social (IRS), cuya to municipales. La relación entre la cantidad de
última estimación corresponde a 2020. El IRS registros contra la cantidad de población por
se construye a partir de indicadores de esco- cada municipio es muy tenue, pero sí demues-
laridad, salud, condiciones de vivienda, activos tra una tendencia directamente proporcional: a
en el hogar y prestación de servicios públicos. mayor cantidad de población es más probable
Es una medida normalizada que permite ubicar que haya más cantidad de registros en la plata-
el nivel de rezago de cada municipio en com- forma SRFT por cada municipio. En la gráfica 1
paración con la media de la muestra (Coneval, se presenta la distribución simple entre ambas
2021). El Coneval proporciona los datos de dos variables. Los datos se encuentran disponibles
formas: el dato en bruto del IRS, que va desde en el anexo.
los negativos, pasando por cero y hasta los posi-
tivos, así como una categorización a partir de la

170
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

Gráfica 1 nen una tasa de registro en ceros o mínima, lo


Dispersión simple entre la cantidad de que hace darnos cuenta que el tipo de municipio
registros de gasto entre 2014 y 2021 no determina el uso de los mecanismos para la
contra la cantidad de población
rendición de cuentas.
por cada municipio en 2020

Gráfica 2
Tasa de registros por tipo de municipio

Fuente: elaboración propia con datos de Trasparencia Presu- Fuente: elaboración propia con datos de Pérez Rasgado
puestaria (s.f.) e Inegi (2021), con el software SPSS. (2014), con el software SPSS.

Una vez obtenidos los datos de registros por El segundo análisis corresponde a la hipóte-
cada municipio y la cantidad de población, se sis entre rendición de cuentas y nivel de margi-
puede construir la tasa mediante la ecuación 1. nación. Para ello se han utilizado los datos del
Esta tasa se construye dividiendo la cantidad de Coneval (2020) que se presentan de dos formas
registros con que cuenta cada municipio en el distintas. En la gráfica 3 presentamos la disper-
SRFT en 2014 y 2021 entre la cantidad de po- sión simple entre la tasa de registros y el IRS para
blación estimada por el Inegi para 2020 multi- 2020 por municipio. De haberse comprobado la
plicada por 100,000. El resultado de cada dato hipótesis habríamos tenido una relación inversa-
se puede leer como la tasa de registros del mu- mente proporcional en la que los municipios en
nicipio por cada 100,000 habitantes. Esta pon- números negativos (negativo al rezago) serían
deración se realiza para establecer una medida aquellos con mayores tasas de registros de pro-
ponderada que permita la comparación entre yectos en el SRFT. El resultado es que, si bien no
municipios de distintos tamaños poblaciones. existe una clara tendencia, no son los municipios
con menor rezago social aquellos que registran
(1) mayor cantidad de proyectos de gasto.

Realizada la tasa como medida de compa- Gráfica 3


ración ponderada, podemos realizar el primer Tasas de registros contra IRS
análisis. La primera hipótesis establece que exis-
te una relación entre el tipo de municipio y los
Fuente: elaboración propia con datos
de Coneval (2020), con el software

mecanismos de rendición de cuentas. Utilizan-


do la variable construida contra la tipología de
municipios de Pérez Rasgado (2014), podemos
darnos cuenta que no existe un patrón de com-
portamiento entre los municipios. En la gráfica
2 se aprecia que, contraintuitivamente, existen
municipios rurales y en transición que cuentan
con una mayor tasa de registros de proyectos
de gasto que los municipios metropolitanos y
urbanos. También hay municipios metropolita-
SPSS.

nos, rurales, en transición y marginados que tie-

171
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

Utilizando la categorización ofrecida por el El tercer análisis correspondió a la hipótesis


Coneval (2020), se habría esperado que los mu- entre rendición de cuentas y capacidades ins-
nicipios con muy bajo y bajo rezago social tu- titucionales. El ICIM (Huerta y Vanegas, 2020;
vieran tasas más altas de registro de proyectos. Huerta et al., próximamente) es una medida que
El resultado que se presenta en la gráfica 4 nos va de cero a positivo. En este sentido, el mayor
arroja que no hay una tendencia clara. Existe un dato obtenido en ICIM será para los municipios
municipio con bajo rezago social que cuenta con con mayores capacidades institucionales. Rea-
la tasa más grande registros y es seguido por un lizado nuestro análisis, se presentan los resul-
municipio de medio rezago social en esa tasa. tados en la gráfica 5, donde podemos apreciar
Por lo tanto, no hay una relación directa entre el que, contraintuivamente, son los municipios con
nivel de marginación y la actividad que tengan menores capacidades institucionales aquellos
en el llenado y puesta a disposición de la infor- que presentan una mayor tasa de registro de
mación de los proyectos de gasto municipal. proyectos en el SRFT.

Gráfica 4 Conclusiones
Tasa de registros contra grado
de rezago social Hasta este punto, podemos contribuir al debate
afirmando que no existe evidencia que respal-
de que los municipios rurales con mayor mar-
ginación y debilidad institucional sean aquellos
donde se presente una rendición de cuentas
emergente, frágil o limitada. Sin duda algu-
na, tampoco se ha establecido una causalidad
para explicar por qué algunos municipios tienen
mayores cantidades de registros en el SRFT o
si estos registros coinciden con la información
presentada en las cuentas públicas a finales de
cada ejercicio fiscal. No obstante, este ejercicio
tuvo como objetivo poner a prueba tres grandes
afirmaciones en torno al comportamiento de los
gobiernos municipales por su composición ur-
Fuente: elaboración propia con datos de CONEVAL (2020),
bano/rural o desarrollado/marginado.
con el software SPSS.
Desde la teoría de la rendición de cuentas
elaborada en México, se han detectado riesgos
Gráfica 5 que podrían obstaculizar el cumplimiento de la
Tasa de registros contra Índice de rendición de cuentas. Lo anterior ha dado pie
Capacidades Institucionales Municipales a establecer, como tesis, que las ciudades, los
gobiernos metropolitanos o con mayor desarro-
llo también cuentan con las mayores capacida-
des institucionales y administrativas. Si bien, es
más probable que en este tipo de municipios se
cuente con mayores niveles de profesionaliza-
ción de los cuadros administrativos, podemos
afirmar ahora que el mayor nivel de urbaniza-
ción, desarrollo o capacidad institucional no ne-
cesariamente se ha traducido en mayor uso de
los mecanismos de transparencia y rendición de
cuentas.
En el presente documento partimos de la
problematización surgida más bien del prejuicio
y las afirmaciones sin validar en torno a riesgos
para la rendición de cuenta municipal derivados
de su nivel de urbanización, marginación y capa-
Fuente: elaboración propia con datos de Huerta y Vanegas
cidades institucionales. Se ofreció una revisión
(2020) y Huerta et al. (próximamente), con el software SPSS.
del marco teórico, así como una operacionaliza-
ción de variables, haciendo uso de las métricas
ofrecidas por el Inegi, el Coneval, Pérez Rasga-

172
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

do (2014) y Rocío Huerta y su equipo de cola- motivaciones, el perfil del personal encargado
boradores (2020 y próximamente). A partir de de estas tareas, entre otros elementos.
los resultados obtenidos con datos de los entes El segundo análisis no pudo sostener que los
públicos mexiquenses, podemos identificar que municipios con mayor desarrollo (o menor reza-
existen municipios rurales que cuentan con una go social) sean aquellos que tengan mayor ren-
mayor cantidad de registros de proyectos de dición de cuentas. A partir de la categorización
gasto en el SRFT, que es el mecanismo estable- del Coneval, se identificó que dos municipios,
cido para la rendición de cuentas horizontal del uno de bajo y otro de medio rezago social, son
gasto federalizado. los que presentan mayores tasas de registro. No
Hemos titulado el presente documento como se obtuvo evidencia suficiente para poder afir-
“tres tesis equivocadas” toda vez que hay una mar que exista una tendencia contundente entre
serie de afirmaciones que se han repetido como el grado de rezago social y el cumplimiento con
lugar común y que asumen, erróneamente, que la rendición de cuentas.
los municipios metropolitanos tienen mejores El tercer y último análisis no pudo sostener la
niveles de cumplimiento de rendición de cuen- afirmación de que los municipios con mayores
tas y una mayor calidad de transparencia. De capacidades institucionales sean aquellos que
forma similar, se ha asumido, también de forma cuenten con mayor tasa de registros por cada
errónea, que existe una relación directa entre las 100,000 habitantes. Antes, pareciera que, con-
condiciones socioeconómicas de los municipios traintuitivamente, los municipios con menores
y lo que podríamos llamar una debilidad institu- capacidades institucionales fueran los que pre-
cional. Sin duda alguna que el nivel de ingreso, sentaran una mayor tasa de reporte de registros.
la capacidad recaudatoria y el nivel socioeconó- Los resultados aquí planteados correspon-
mico aumentan la probabilidad de que se eleven den a los municipios mexiquenses, por lo que
las capacidades administrativas, no obstante, no se sugiere replicar el ejercicio a nivel nacional
existe evidencia para asumir que esto se cumpla para identificar si estos hallazgos corresponden
como una ley. a otras realidades del país.
En esta investigación se pretende poner en Sin duda alguna tampoco se han creado cer-
duda que sean los municipios metropolitanos tezas en el documento aquí propuesto. No obs-
aquellos que más y mejor han desarrollado sus tante, se pretende contribuir con una mirada
habilidades de cumplimiento de la rendición de más justa sobre la heterogeneidad municipal. El
cuentas. De forma contraintuitiva, los municipios deseo implícito en la redacción de las presentes
más pequeños, más alejados, con menor presu- líneas apunta a motivar a las y los investigadores
puesto y con mayores niveles de marginación de la realidad municipal a evitar cualquier prejui-
han logrado cumplir de forma similar con sus cio, cualquier sesgo preconcebido al momento
obligaciones de información, para así contribuir de elegir el estudio de caso o el contexto para
con la rendición de cuentas y la transparencia realizar sus investigaciones. Además, se espera
municipal. que este documento sirva para derrumbar mitos
Para hacer la demostración empírica, se cons- equivocados sobre los municipios que presentan
truyó una tasa de registro por cada 100,000 ha- las mayores carencias y los mayores niveles de
bitantes, para contar con un indicador pondera- marginación. De esta forma, se espera revertir,
do que permita la comparación entre municipios quizás, la causación circular y acumulativa que
de distinto tamaño poblacional. Se identificó, en orienta a la superpoblación de las metrópolis y
primer lugar, que hay una leve relación entre el al abandono del campo y la ruralidad.
tamaño de población y la cantidad de registros
reportados por los municipios. En este punto, se
trazó una primera tendencia entre la cantidad de
Agradecimientos
población y la cantidad de registros en el SRFT.
A partir de la variable construida, se realiza- Esta investigación se fortaleció con las aporta-
ron tres análisis. El primero de ellos no pudo sos- ciones intelectuales de Miguel Adolfo Guajardo
tener la afirmación de que sean los municipios Mendoza y de Lilia Carolina Román Urbina. El
metropolitanos o urbanos los que tienen mayor autor agradece a Rocío Huerta Cuervo que le
rendición de cuentas. Existen municipios rurales
y en transición de lo rural a lo urbano que cuen- permitiera hacer uso de su investigación, que se
tan con una mayor tasa de reporte de registros. encuentra en proceso de publicación.
Adicionalmente, hay municipios de todos los ti-
pos que no cuentan con registros o que cuen-
tan con muy pocos registros por cada 100,000
habitantes. Será necesario hacer investigaciones
cualitativas en los municipios rurales con mayor
tasa de registros para conocer más sobre sus

173
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

Fuentes consultadas Cabrero Mendoza, Enrique (2000), Hacia la construc-


ción de una agenda para la reforma administrati-
Álvarez Sánchez, Sealtiel (2012), “Hacia la eficiencia va municipal en México, Ciudad de México, Cen-
en la gestión municipal”, Revista Nacional de tro de Investigación y Docencia Económicas.
Administración, 3 (2), San José (Costa Rica),
Universidad Estatal a Distancia, pp. 49-76, doi: Cabrero Mendoza, Enrique (2022), “Conferencia. Ges-
https://doi.org/10.22458/rna.v3i2.523 tión del conocimiento en organizaciones públi-
cas” [YouTube], conferencia presentada en la
Arellano-Gault, David (2015), “Ensayo sobre la trans- Semana de las Políticas Públicas, 17 de octubre,
parencia como interacción social: opacidad, Zinacantepec, El Colegio Mexiquense, <https://
disciplina, control y resistencia”, en Cecilia Ca- n9.cl/et0a7>, 6 de marzo de 2023.
dena Inostroza (coord.), Transparencia y opaci-
dad. Mediciones y prácticas organizacionales en Cadena Inostroza, Cecilia (coord.) (2015), Transparen-
municipios. Ilustrado con casos del Estado de cia y opacidad. Mediciones y prácticas organi-
México, Zinacantepec, El Colegio Mexiquense, zacionales en municipios. Ilustrado con casos
pp. 35-54. del Estado de México, Zinacantepec, El Colegio
Mexiquense.
Armijo, Marianela y Espada, María Victoria (2014),
Calidad del gasto público y reformas institu- Cejudo, Guillermo y Ríos, Alejandra (2010), “La ren-
cionales en América Latina, Santiago de Chile, dición de cuentas del gobierno municipal”, en
Comisión Económica para América Latina y el Mauricio Merino, Sergio López Ayllón y Gui-
Caribe-Deutsche Gesellschaft für Internationale llermo Cejudo (coords.), La estructura de la
Zusammenarbeit. rendición de cuentas en México, Ciudad de
México, Universidad Nacional Autónoma de Mé-
Arias Arias, Eunice; Lugo Paz, Hugo; Ortega Casta- xico-Centro de Investigación y Docencia Eco-
ñeda, Alfredo de Jesús y Gutiérrez Escobedo, nómicas, pp. 87-114.
Victoria Ximena (2021), “La importancia de la
evaluación en la toma de decisiones de política Cejudo, Guillermo y Ríos, Alejandra (2011), “La calidad
pública en materia de desarrollo social: el caso del gobierno y la rendición de cuentas en los es-
del Fondo de Aportaciones para la Infraestruc- tados: una agenda de investigación”, Buen Go-
tura Social”, ponencia presentada en la Confe- bierno, núm. 10, Ciudad de México, Fundación
rencia Internacional de Evaluación. El uso de la Mexicana de Estudios Políticos y Administrati-
evaluación para la toma de decisiones, en Uso vos, pp. 78-95.
de evidencia de los sistemas de Monitoreo y
Evaluación para la toma de decisiones. Memo- Cejudo, Guillermo; Sánchez, Gilberto y Zabaleta, Dio-
rias, Academia Nacional de Evaluadores de Mé- nisio (2009), “El (casi inexistente) debate con-
xico, Mérida, pp. 21-32, <https://acortar.link/2i- ceptual sobre la calidad de gobierno”, Política y
4T9V>, 12 de agosto de 2023. Gobierno, 16 (1), Ciudad de México, Centro de In-
vestigación y Docencia Económicas, pp. 115-156.
ASF (Auditoría Superior de la Federación) (2020),
Sistema de Recursos Federales Transferidos. Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Políti-
Cuenta Pública 2020, Cámara de Diputados/ ca de Desarrollo Social) (2021), “Índice de Reza-
Auditoría Superior de la Federación, <https:// go Social 2020. Principales resultados”, Ciudad
acortar.link/v0keFn>, 9 de agosto de 2023. de México, Consejo Nacional de Evaluación de
la Política de Desarrollo Social, <https://acortar.
Ayala Espinosa, Camila (2023), “Deuda de municipios link/KLWazC>, 12 de agosto de 2023.
registra seis años con disminuciones”, El Eco-
nomista, 23 de marzo, Ciudad de México, Nacer Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Políti-
Global, <https://n9.cl/yvbcb>, 6 de marzo de ca de Desarrollo Social) (2020), “Índice de Re-
2023. zago Social”, Ciudad de México, , Consejo Na-
cional de Evaluación de la Política de Desarrollo
Bustelo Ruesta, María (2011), “La evaluación en el mar- Social, <https://n9.cl/w24mm>, 12 de agosto de
co del análisis de políticas públicas”, en Roberto 2023.
Salcedo (comp.), Evaluación de políticas pú-
blicas, Ciudad de México, Siglo XXI-Biblioteca Crozier, Michel y Friedberg, Erhard (1990), El actor y el
Básica de Administración Pública del Distrito sistema. Las restricciones de la acción colectiva,
Federal, pp. 185-252. Ciudad de México, Alianza Editorial.

Dalenius, Tore y Hodges, Joseph (1959), “Minimum Va-


riance Stratification”, Journal of the American

174
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

Statistical Association, 54 (285), Duke, Ameri- mación Pública”, 20 de mayo, Ciudad de Méxi-
can Statistical Association, pp. 88-101. co, <https://n9.cl/8l4gr>, 11 de marzo de 2023.

DOF (Diario Oficial de la Federación) (2010a), “Acuer- DOF (Diario Oficial de la Federación) (2022a), “Ley de
do por el que se emite el Clasificador por Ob- Disciplina Financiera de las Entidades Federa-
jeto del Gasto”, 10 de junio, Ciudad de México, tivas y los Municipios”, 10 de mayo, Ciudad de
Segob, <https://acortar.link/aZf9C4>, 12 de México, Segob, <https://n9.cl/l6qd1>, 11 de mar-
agosto de 2023. zo de 2023.

DOF (Diario Oficial de la Federación) (2010b), “Acuer- DOF (Diario Oficial de la Federación) (2022b), “Ley
do por el que se emite la Clasificación Funcional Federal de Presupuesto y Responsabilidad
del Gasto”, 27 de diciembre, Ciudad de Méxi- Hacendaria”, 27 de febrero, Ciudad de México,
co, Segob, <https://acortar.link/u8tMot>, 12 de Segob, <https://n9.cl/b4h8ze>, 11 de marzo de
agosto de 2023. 2023.

DOF (Diario Oficial de la Federación) (2011a), “Acuer- DOF (Diario Oficial de la Federación) (2023a), “Consti-
do por el que se emite la Clasificación Admi- tución Política de los Estado Unidos Mexicanos”,
nistrativa”, 7 de julio, Ciudad de México, Segob, 18 de noviembre, Ciudad de México, Segob, <ht-
<https://acortar.link/BFDArC>, 12 de agosto de tps://n9.cl/b9btj>, 12 de agosto de 2023.
2023.
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2023b), “Ley
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2011b), “Acuer- General de Archivos”, 19 de enero, Ciudad de
do por el que se emite la Clasificación Económi- México, Segob, <https://n9.cl/cr08q>, 11 de
ca de los Ingresos, de los Gastos y del Financia- marzo de 2023.
miento de los Entes Públicos”, 7 de julio, Ciudad
de México, Segob, <https://acortar.link/5Igcwd Duque Botero, Juan David (2020), “Los principios de
>, 12 de agosto de 2023. transparencia y publicidad como herramientas
de lucha contra la corrupción en la contratación
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2013a), “Acuer- del Estado”, Revista Digital de Derecho Admi-
do por el que se emite la Clasificación Pro- nistrativo, núm. 24, pp. 79-101, Bogotá, Univer-
gramática (Tipología general)”, 8 de agosto, sidad Externado de Colombia, doi: https://doi.
Ciudad de México, Segob, <https://acortar. org/10.18601/21452946.n24.04
link/41ibNI>, 12 de agosto de 2023.
Fox, Jonathan (2006), “Sociedad civil y políticas de
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2013b), “Linea- rendición de cuentas”, Perfiles Latinoamerica-
mientos para informar sobre los recursos fede- nos 13 (27), Ciudad de México, Facultad Lati-
rales transferidos a las entidades federativas, noamericana de Ciencias Sociales, pp. 33-68.
municipios y demarcaciones territoriales del
Distrito Federal, y de operación de los recursos García del Castillo, Rodolfo (2020), “La política pú-
del Ramo General 33”, 25 de abril, Ciudad de blica municipal en el marco del federalismo
México, Segob, <https://acortar.link/bKlyPX>, mexicano: la historia reciente y los riesgos en
12 de agosto de 2023. el actual proceso de cambio”, en Cristina Girar-
do (coord.), Políticas públicas para el desarrollo
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2018a), “Ley municipal, Zinacantepec, El Colegio Mexiquen-
de Coordinación Fiscal”, 30 de enero, Ciudad se, pp. 93-124.
de México, Segob, <https://n9.cl/tc4hw>, 11 de
marzo de 2023. Hernández González, Darío Fabián (2021) “Evaluación
a fondos federales (del Ramo 33) para las políti-
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2018b), “Ley cas sociales en Veracruz, México: avances y pers-
General de Contabilidad Gubernamental”, 30 pectivas en tiempos de la Covid-19”, en Alicia de
de enero, Ciudad de México, Segob, <https:// la C. Martínez Tena y Dayma Echavarría León
n9.cl/rf653>, 11 de marzo de 2023. (comps.), Efectos del coronavirus. Acercamientos
plurales desde la sociología, Panamá, Ruth Casa
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2021a), “Ley Editorial-Friedrich Ebert Stiftung, pp. 113-133.
de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la
Federación”, 20 de mayo, Ciudad de México, Huerta, Rocío y Vanegas, Magda (2020), “Metodología
Segob, <https://n9.cl/87bi8>, 11 de marzo de para la construcción del Índice de Capacidades
2023. Institucionales Municipales (ICIM)”, Sobre Méxi-
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2021b), “Ley co. Temas de Economía, 1 (2), Ciudad de Méxi-
General de Transparencia y Acceso a la Infor- co, Universidad Iberoamericana, pp. 101-133.

175
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

Huerta, Rocío; Murillo, L. y Kouassi, K. (próximamen- nora”, Gestión y Política Pública, 16 (1), Ciudad
te), “El Índice de Capacidades Institucionales de México, Centro de Investigación y Docencia
Municipales (ICIM) como instrumento para ex- Económicas, pp. 203-236.
plicar los procesos de desarrollo municipal en
el Estado de México”, Zinacantepec, El Colegio Ruz, Miguel Ángel; Maldonado, Maximiliano; Orellana,
Mexiquense. Arturo y Vicuña, Magdalena (2014), “Planes de
Desarrollo Comunal: propuestas para mejorar su
IBM (International Bussines Machine Corporation) efectividad como instrumento de planificación,
(2023), “SPSS Statics”, versión 25, Nueva York, participación y rendición de cuentas municipal”,
International Business Machine Corporation. en Concurso Políticas Públicas. Propuestas para
Chile, Santiago de Chile, Pontifica Universidad
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) Católica de Chile, pp. 183-246.
(2021), “Censo de Población y Vivienda 2020”,
Aguascalientes, Instituto Nacional de Estadísti- Sánchez Bernal, Antonio; García Bátiz, María Luisa;
ca y Geografía, <https://acortar.link/0tL77>, 12 Rosas Arellano, Jarumy y Flores Payán, Lucio
de agosto de 2023. (2015), La evaluación de impacto de una política
social municipal, Guadalajara, Miguel Ángel Po-
Lascoumes, Pierre y Le Galès, Patrick (2014), Sociolo- rrúa-Universidad de Guadalajara.
gía de la acción pública, Ciudad de México, El
Colegio de México. Schedler, Andreas (1999), “Conceptualizing Accoun-
tability”, en Andreas Schedler, Larry Diamond y
McDavid, James; Huse, Irene; Hawthorn, Laura (2019), Marc F. Plattner (eds.), The self-restraining Sta-
Program evaluation and performance measu- te: Power and accountability in new democra-
rement. An introduction to practice, Newbury cies, Boulder, Lynne Reinner.
Park, Sage Publications.
SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) (s.f.),
Merino, Mauricio (2009), “La estructura de la rendición “Informes al Congreso de la Unión”, Ciudad de
de cuentas en México: informe sobre la calidad México, Secretaría de Hacienda y Crédito Públi-
de la información en las cuentas públicas en co, <https://acortar.link/NL6X0Q>, 12 de agos-
México”, documento de trabajo núm. 228, Mé- to de 2023.
xico, Centro de Investigación y Docencia Eco-
nómicas. Simon, Herbert A. (1972), El comportamiento adminis-
trativo, Madrid, Aguilar.
Merino Huerta, Mauricio (2015), “Corrupción, transpa-
rencia y rendición de cuentas. Apuntes sobre Sour, Laura (2007), “Contabilidad gubernamental mo-
el nuevo siglo en México”, en Cecilia Cadena derna, rendición de cuentas y evaluación de re-
Inostroza (coord.) Transparencia y opacidad. sultados” en Jesús Alberto Cano Vélez, Óscar
Mediciones y prácticas organizacionales en mu- Lara Aréchiga y Jorge Chávez Presa, Reflexio-
nicipios. Ilustrado con casos del Estado de Mé- nes para construir una hacienda pública sólida
xico, Zinacantepec, El Colegio Mexiquense, pp. con visión federalista, México, Liga de Econo-
23-34. mistas Revolucionarios.

Myrdal, Gunnar (1964), Teoría económica y regiones Stufflebeam, Daniel y Shinkfield, Anthony (1987), Eva-
subdesarrolladas, Ciudad de México, Fondo de luación sistemática. Guía teórica y práctica, Bar-
Cultura Económica. celona, Paidós.

O’Donnell, Guillermo (1997), “Rendición de cuentas Subirats, Joan (1993), Análisis de políticas públicas y
horizontal y nuevas poliarquías”, Nueva Socie- eficacia de la administración, Madrid, Ministerio
dad, núm. 152, Madrid, Universidad Compluten- para las Administraciones Públicas.
se de Madrid, pp. 143-167.
Transparencia Presupuestaria (s.f.), “Datos Abiertos”,
Pérez Rasgado, Fernando (2014), Tipología del muni- Ciudad de México, Secretaría de Hacienda y
cipio mexicano para su desarrollo integral, Ciu- Crédito Público, <https://acortar.link/cjbkGD>,
dad de México, Instituto Nacional de Adminis- 12 de agosto de 2023.
tración Pública.
Tumi Quispe, Jesús Evaristo (2020) “Rendición de
Pineda Pablos, Nicolás; García Figueroa, Gabriela y cuentas en la gestión del gobierno municipal
Rodríguez Camou, Eliseo (2007) “Democratiza- de Puno-Perú (2011-2018)”, Comuni@cción, 11
ción y rendición de cuentas. El caso de la revi- (1), Puno, Universidad Nacional del Altiplano de
sión de las cuentas públicas municipales en So- Puno, pp. 63-76.

176
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

Ugalde, Luis Carlos (s.f.), La rendición de cuentas en los gobiernos estatales y municipales, Ciudad de México,
Auditoría Superior de la Federación.

Vargas, Delfino y Cortés, Fernando (2014), “Análisis de las trayectorias de la marginación municipal en México
de 1990 a 2010”, Estudios Sociológicos, 32 (95), Ciudad de México, El Colegio de México, pp. 261-293, doi:
https://doi.org/10.24201/es.2014v32n95.38

Anexos
Tabla 1
Datos a nivel municipal

Índice de
Cantidad Tasa re- Grado
Índice de Capacidades
Población de regis- gistros/ Ext. de re-
Clave Municipio Tipología Rezago Instituciona-
2020 tros de 100,000 (km2) zago
Social les Munici-
gasto hab social
pales
Acambay de
15001 67872 61 89.88 472 Transición 0.232584 Medio 0.4
Ruíz Castañeda
Muy
15002 Acolman 171507 103 60.06 86 Metropolitano -1.016887 1.05
bajo
15003 Aculco 49266 13 26.39 449 Transición 0.077221 Bajo 0.1
Almoloya de
15004 15333 18 117.39 170 Rural -0.114168 Bajo -0.451
Alquisiras
Almoloya de
15005 174587 215 123.15 477 Metropolitano -0.175501 Bajo 0.46
Juárez
Almoloya del Muy
15006 12694 6 47.27 9 Metropolitano -0.810396 0.097
Río bajo
15007 Amanalco 23675 52 219.64 221 Transición 0.252554 Medio -0.409

15008 Amatepec 25244 64 253.53 633 Transición 0.052734 Bajo -0.441


Muy
15009 Amecameca 53441 95 177.77 175 Metropolitano -0.845984 0.7
bajo
Muy
15010 Apaxco 31898 45 141.07 75 Metropolitano -1.008782 3.37
bajo
Muy
15011 Atenco 75489 38 50.34 87 Metropolitano -0.806248 0.43
bajo
15012 Atizapán 12984 39 300.37 8 Metropolitano -0.674769 Bajo 0.14
Atizapán de Muy
15013 523674 163 31.13 92 Metropolitano -1.305154 6.85
Zaragoza bajo
15014 Atlacomulco 109384 196 179.19 256 Urbano -0.494635 Bajo 2.99

15015 Atlautla 31900 158 495.30 166 Metropolitano -0.3193 Bajo 0.21
Muy
15016 Axapusco 29128 17 58.36 284 Metropolitano -0.729046 0.84
bajo
Muy
15017 Ayapango 10053 20 198.95 50 Metropolitano -0.964372 -0.143
bajo
Muy
15018 Calimaya 68489 64 93.45 102 Metropolitano -1.049318 3.99
bajo
Muy
15019 Capulhuac 36921 61 165.22 20 Metropolitano -0.985248 0.63
bajo
Muy
15025 Chalco 400057 82 20.50 224 Metropolitano -0.946757 3.72
bajo
15026 Chapa de Mota 31737 113 356.05 290 Transición -0.03388 Bajo 0.091
Muy
15027 Chapultepec 12772 11 86.13 11 Metropolitano -1.082111 0.72
bajo
Muy
15028 Chiautla 30045 29 96.52 20 Metropolitano -1.010488 1.13
bajo
Muy
15029 Chicoloapan 200750 111 55.29 41 Metropolitano -1.212614 1.77
bajo
Muy
15030 Chiconcuac 27692 0 0.00 6 Metropolitano -1.041196 1.5
bajo
Muy
15031 Chimalhuacán 705193 338 47.93 54 Metropolitano -0.897422 2.34
bajo

177
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

Índice de
Cantidad Tasa re- Grado
Índice de Capacidades
Población de regis- gistros/ Ext. de re-
Clave Municipio Tipología Rezago Instituciona-
2020 tros de 100,000 (km2) zago
Social les Munici-
gasto hab social
pales
Coacalco de Muy
15020 293444 60 20.45 34 Metropolitano -1.463503 3.63
Berriozábal bajo
Coatepec
15021 38643 100 258.78 285 Transición -0.00986 Bajo 0.7
Harinas
Muy
15022 Cocotitlán 15107 37 244.92 14 Metropolitano -0.956612 0.3
bajo
Muy
15023 Coyotepec 40885 26 63.59 39 Metropolitano -0.925627 0.31
bajo
Muy
15024 Cuautitlán 178847 29 16.21 40 Metropolitano -1.418401 5.72
bajo
Cuautitlán Muy
15121 555163 321 57.82 109 Metropolitano -1.377332 8.2
Izcalli bajo
15032 Donato Guerra 37436 69 184.31 190 Transición 0.960216 Medio -0.4718884
Ecatepec de Muy
15033 1645352 345 20.97 155 Metropolitano -1.217934 10.28
Morelos bajo
15034 Ecatzingo 10827 11 101.60 52 Metropolitano -0.210484 Bajo -0.28

15064 El Oro 36937 37 100.17 136 Transición -0.175375 Bajo 0.24


Muy
15035 Huehuetoca 163244 117 71.67 118 Metropolitano -1.186174 2.87
bajo
15036 Hueypoxtla 46757 48 102.66 232 Metropolitano -0.707284 Bajo 0.65
Muy
15037 Huixquilucan 284965 155 54.39 140 Metropolitano -1.232901 7.11
bajo
15038 Isidro Fabela 11929 0 0.00 79 Metropolitano -0.678086 Bajo -0.05
Muy
15039 Ixtapaluca 542211 386 71.19 322 Metropolitano -1.147348 2.38
bajo
Ixtapan de la
15040 36911 140 379.29 114 Urbano -0.447412 Bajo 1.78
Sal
Ixtapan del
15041 6475 59 911.20 98 Rural 0.478251 Medio -0.5221401
Oro
15042 Ixtlahuaca 160139 46 28.73 333 Transición -0.07735 Bajo 1.15
Muy
15044 Jaltenco 28217 6 21.26 4 Metropolitano -1.210044 0.22
bajo
15045 Jilotepec 87671 205 233.83 564 Transición -0.375665 Bajo 1.74
Muy
15046 Jilotzingo 19877 12 60.37 115 Metropolitano -0.853303 1.05
bajo
15047 Jiquipilco 76826 0 0.00 273 Transición -0.028475 Bajo 0.1

15048 Jocotitlán 69264 111 160.26 275 Transición -0.48921 Bajo 0.54

15049 Joquicingo 15428 53 343.53 45 Transición -0.30796 Bajo -0.307

15050 Juchitepec 27116 4 14.75 131 Metropolitano -0.527987 Bajo 0.29


Muy
15070 La Paz 304088 216 71.03 36 Metropolitano -0.886248 2.25
bajo
Muy
15051 Lerma 170327 93 54.60 229 Metropolitano -1.057189 5.8
bajo
15123 Luvianos 28822 12 41.63 699 Transición 0.239679 Medio -0.445

15052 Malinalco 28155 42 149.17 209 Transición -0.158165 Bajo 0.47


Melchor Ocam- Muy
15053 61220 45 73.51 13 Metropolitano -1.119372 2.02
po bajo
Muy
15054 Metepec 242307 18 7.43 67 Metropolitano -1.355831 7.02
bajo
Muy
15055 Mexicaltzingo 13807 10 72.43 11 Metropolitano -1.008261 1
bajo
15056 Morelos 33164 10 30.15 234 Transición 0.657331 Medio -0.107
Naucalpan de Muy
15057 834434 111 13.30 156 Metropolitano -1.22168 10.27
Juárez bajo

178
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

Índice de
Cantidad Tasa re- Grado
Índice de Capacidades
Población de regis- gistros/ Ext. de re-
Clave Municipio Tipología Rezago Instituciona-
2020 tros de 100,000 (km2) zago
Social les Munici-
gasto hab social
pales
Muy
15059 Nextlalpan 57082 87 152.41 60 Metropolitano -1.09511 1.36
bajo
Muy
15058 Nezahualcóyotl 1077208 223 20.70 62 Metropolitano -1.231234 5.61
bajo
Nicolás Ro- Muy
15060 430601 196 45.52 231 Metropolitano -1.055037 2.3
mero bajo
Muy
15061 Nopaltepec 10351 0 0.00 82 Metropolitano -0.757059 0.092
bajo
Muy
15062 Ocoyoacac 72103 207 287.09 138 Metropolitano -1.054562 2.38
bajo
15063 Ocuilan 36223 80 220.85 384 Transición -0.239844 Bajo -0.16
Muy
15065 Otumba 36331 36 99.09 141 Metropolitano -0.859412 0.65
bajo
15066 Otzoloapan 4891 50 1022.29 156 Rural -0.329547 Bajo -0.5094156

15067 Otzolotepec 88783 164 184.72 111 Metropolitano -0.611617 Bajo 1.15

15068 Ozumba 30785 41 133.18 47 Metropolitano -0.573797 Bajo 0.43


Muy
15069 Papalotla 4862 20 411.35 3 Metropolitano -1.182342 0.13
bajo
Muy
15071 Polotitlán 14985 10 66.73 125 Rural -0.722621 0.49
bajo
Muy
15072 Rayón 15972 94 588.53 22 Metropolitano -0.910729 0.3
bajo
San Antonio Muy
15073 31962 24 75.09 25 Metropolitano -1.18234 1.47
la Isla bajo
San Felipe del
15074 144924 97 66.93 366 Transición 0.899887 Medio 0.29
Progreso
San José del
15124 100082 74 73.94 485 Transición 1.154552 Alto -0.271
Rincón
San Martín de Muy
15075 29182 84 287.85 69 Metropolitano -0.949243 0.58
las Pirámides bajo
San Mateo Muy
15076 97418 132 135.50 18 Metropolitano -1.016994 2.69
Atenco bajo
San Simón de
15077 6692 16 239.09 130 Rural -0.16127 Bajo -0.5424291
Guerrero
15078 Santo Tomás 9729 16 164.46 103 Rural -0.453717 Bajo -0.5633097
Soyaniquilpan
15079 14323 35 244.36 145 Rural -0.515633 Bajo 1.5
de Juárez
15080 Sultepec 24145 2 8.28 563 Marginado 0.527459 Medio -0.451
Muy
15081 Tecámac 547503 56 10.23 155 Metropolitano -1.375786 4.29
bajo
15082 Tejupilco 79282 333 420.02 665 Transición -0.219724 Bajo 0.48
Muy
15083 Temamatla 14130 35 247.70 29 Metropolitano -0.767961 0.15
bajo
Muy
15084 Temascalapa 43593 0 0.00 163 Metropolitano -0.800272 0.45
bajo
15085 Temascalcingo 66414 33 49.69 353 Transición -0.137204 Bajo 2.58

15086 Temascaltepec 35014 20 57.12 565 Transición 0.205933 Medio -0.312

15087 Temoaya 105766 144 136.15 186 Metropolitano -0.18131 Bajo 0.3

15088 Tenancingo 104677 68 64.96 163 Transición -0.65363 Bajo 0.96


Tenango del Muy
15089 11359 28 246.50 37 Metropolitano -0.9236 -0.144
Aire bajo
Tenango del
15090 90518 91 100.53 207 Transición -0.529853 Bajo 0.52
Valle
Muy
15091 Teoloyucan 65459 41 62.63 30 Metropolitano -1.012769 1.7
bajo

179
JUAN CARLOS MARTÍNEZ ANDRADE, TRES TESIS EQUIVOCADAS SOBRE LA RENDICIÓN DE CUENTAS MUNICIPAL

Índice de
Cantidad Tasa re- Grado
Índice de Capacidades
Población de regis- gistros/ Ext. de re-
Clave Municipio Tipología Rezago Instituciona-
2020 tros de 100,000 (km2) zago
Social les Munici-
gasto hab social
pales
Muy
15092 Teotihuacán 58507 13 22.22 82 Metropolitano -1.093884 1.24
bajo
Muy
15093 Tepetlaoxtoc 32564 17 52.20 177 Metropolitano -0.907368 0.64
bajo
15094 Tepetlixpa 20500 55 268.29 42 Metropolitano -0.497324 Bajo 0.22
Muy
15095 Tepotzotlán 103696 89 85.83 205 Metropolitano -1.028496 5.69
bajo
Muy
15096 Tequixquiac 39489 20 50.65 121 Metropolitano -0.971587 0.37
bajo
15097 Texcaltitlán 18482 0 0.00 148 Rural -0.050802 Bajo -0.268
Muy
15098 Texcalyacac 5736 0 0.00 24 Metropolitano -0.879334 -0.363
bajo
Muy
15099 Texcoco 277562 204 73.50 425 Metropolitano -1.010396 3.53
bajo
15100 Tezoyuca 47044 58 123.29 16 Metropolitano -0.61818 Bajo 0.56

15101 Tianguistenco 84259 195 231.43 131 Metropolitano -0.6542 Bajo 2.36

15102 Timilpan 16414 22 134.03 165 Rural -0.554741 Bajo -0.01


Muy
15103 Tlalmanalco 49196 47 95.54 159 Metropolitano -1.143319 0.51
bajo
Tlalnepantla de Muy
15104 672202 56 8.33 79 Metropolitano -1.270055 9.85
Baz bajo
15105 Tlatlaya 31762 85 267.62 785 Transición 0.097939 Bajo -0.5542305
Muy
15106 Toluca 910608 517 56.78 425 Metropolitano -1.055367 11.89
bajo
Muy
15125 Tonanitla 14883 89 598.00 8 Metropolitano -1.143247 1.69
bajo
Muy
15107 Tonatico 12912 98 758.98 89 Transición -0.769349 0.9
bajo
Muy
15108 Tultepec 157645 0 0.00 15 Metropolitano -1.282163 4.13
bajo
Muy
15109 Tultitlán 516341 196 37.96 70 Metropolitano -1.277346 4.54
bajo
Muy
15110 Valle de Bravo 61590 200 324.73 398 Urbano -0.726684 3.84
bajo
Valle de Chal- Muy
15122 391731 76 19.40 46 Metropolitano -0.914528 1.6
co Solidaridad bajo
Villa de Allen-
15111 53275 29 54.43 307 Transición 0.642086 Medio -0.38
de
Villa del Car-
15112 51498 161 312.63 301 Metropolitano 0.141563 Medio 0.092
bón
15113 Villa Guerrero 69086 73 105.67 228 Transición -0.074316 Bajo 0.46

15114 Villa Victoria 108196 121 111.83 422 Transición 1.054294 Alto -0.107

15043 Xalatlaco 30687 44 143.38 107 Metropolitano -0.59134 Bajo -0.046


Muy
15115 Xonacatlán 54633 20 36.61 53 Metropolitano -0.874135 0.96
bajo
15116 Zacazonapan 5109 8 156.59 66 Transición -0.553528 Bajo -0.386

15117 Zacualpan 13522 57 421.54 290 Marginado 0.723989 Medio -0.208


Muy
15118 Zinacantepec 203872 247 121.15 308 Metropolitano -0.795792 1.45
bajo
15119 Zumpahuacán 18833 75 398.24 201 Rural 0.334047 Medio -0.159
Muy
15120 Zumpango 280455 42 14.98 222 Metropolitano -1.110164 2.73
bajo

Fuente: elaboración propia con datos de Inegi (2020), SHCP (2023), Pérez Rasgado (2014), Coneval (2020), Huerta y Vane-
gas (2020) y Huerta et al. (2023).

180
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 161-181

Recibido: 3 de mayo de 2023.


Aceptado: 12 de julio de 2023.
Publicado: 15 de diciembre de 2023.

Juan Carlos Martínez Andrade

Es doctor en Ciencias Sociales por El Colegio


de San Luis. Actualmente se desempeña como
docente investigador en El Colegio Mexiquen-
se, A.C. Es miembro del Sistema Nacional de In-
vestigadores en Nivel I. Sus líneas de investiga-
ción son federalismo fiscal, gasto federalizado y
evaluación de la gestión pública. Entre sus más
recientes publicaciones destacan, como autor:
“Martínez Andrade, J. C. (2022). Hernández Mar,
R., Martínez Tiburcio, M. G, Culebro Moreno, J. E.
y Navarro Arredondo, A. (coords.): Experiencias,
retos y desafíos de la enseñanza de las políticas
públicas en México”, Gestión y Análisis de Políti-
cas Públicas, núm. 30, Madrid, Instituto Nacional
de Administración Pública, pp. 180-182 (2022);
“La red de pensamiento decolonial: fortalezas y
debilidades”, Conjeturas Sociológicas, 8 (22), El
Salvador, Universidad de El Salvador, pp. 113-127
(2020); “El Federalismo Fiscal desde México: es-
tudios”, Analéctica, 5 (32), Buenos Aires, Arkho
Ediciones, pp. 1-3 (2019).

181
RESEÑA
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 183-186
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/korpus212024187

CAMINOS ENTREVERADOS:
DOS TRAYECTORIAS INTELECTUALES.
SOBRE TRILCE LASKE. LOS CAMINOS
DEL ÉXITO. DOS HOMBRES DE SABER
NOVOHISPANOS (1683-1705)

Laske, Trilce (2023), Los caminos del éxito. Dos hombres de saber
novohispanos (1683-1705), Lejona, Universidad del País Vasco/ Euskal
Herriko Unibertsitatea, 236 pp., ISBN: 978-84-1319-542-1

El objetivo de este libro es la “identificación y nez y Avendaño lograron publicar sermones que
elucidación de los mecanismos y lógicas del fueron exitosos.
éxito” (Laske, 2023: 15) de los clérigos predi- Ambos surgieron en las dos últimas décadas
cadores Juan Martínez de la Parra (1653-1701) del siglo XVII en un mismo medio, la Casa Pro-
y Pedro de Avendaño (1655-1705) como forma fesa, pero por ciertas circunstancias sus trayec-
de acercarse al mundo intelectual novohispa- torias se diferenciaron. La primera etapa de su
no. Para lograrlo, se analizan las instancias de carrera fue interrumpida por la muerte del pro-
promoción que tuvieron y las estrategias de la vincial (1686); la carrera de Pedro de Avenda-
gente de saber; todo ello, dentro del marco de ño también fue afectada por su expulsión de la
las condiciones de su consagración intelectual Compañía de Jesús. De los siguientes seis capí-
(Laske, 2023: 15). tulos, tres están destinados a abordar a Pedro
Los dos primeros capítulos sirven de intro- de Avendaño y tres a Juan Martínez de la Pa-
ducción para exponer el surgimiento de una ge- rra. Avendaño, oriundo de Cuautla de Amilpas,
neración de oradores dentro de la Casa Profesa, se unió al clero secular después de su expulsión
apoyada por el provincial de la Compañía de de la Compañía en 1690; ahí encontró un medio
Jesús Bernardo de Pardo y cómo lograron al- más exigente y con más competencia. Sin em-
canzar éxito en Ciudad de México. Martínez y bargo, él logró replantear su carrera gracias a
Avendaño comenzaron a progresar en las fun- su linaje, su capacidad intelectual y las nuevas
ciones que se les encargaron debido a su talen- relaciones que forjó en Puebla. Aquí, vemos su
to en la predicación. Dentro de esa generación integración al círculo cercano del obispo Manuel
también se encontraba Gaspar de los Reyes. “La Fernández de Santa Cruz gracias a la cual lo-
alta predicación siempre había sido una estrate- gró desarrollar múltiples tareas pastorales, por
gia de atracción y créditos empleada de manera ejemplo, la participación en las visitas.
recurrente por los diversos grupos eclesiales” Cuando regresó a Ciudad de México logró
(Laske, 2023: 25). Ellos utilizaron el sello de la continuar con su carrera como predicador reco-
orden ignaciana, a decir, “una elocuencia brillan- nocido gracias a su relación con el virrey Juan
te y sofisticada” que rechazaba manifestaciones de Sarmiento. Este retorno fue un objetivo que
demasiado marcadas de erudición (Laske, 2023: se planteó y al que dedicó esfuerzos como la
26). Gracias a su talento, largas jornadas de tra- publicación de sus predicaciones en Ciudad de
bajo y la proyección de la Compañía, en esta México. Se nota que fueron factores externos,
primera fase de su trayectoria, los jesuitas Martí- entre ellos las relaciones, como internos –la re-

183
KAREN IVETT MEJÍA TORRES, CAMINOS ENTREVERADOS: DOS TRAYECTORIAS INTELECTUALES.
SOBRE TRILCE LASKE. LOS CAMINOS DEL ÉXITO. DOS HOMBRES DE SABER NOVOHISPANOS (1683-1705)

formulación de su discurso– los que determina- de esta manera, los discursos se dirigieron a la
ron su permanencia dentro del círculo de inte- crítica de las conductas sociales. Sus obras si-
lectuales. Al no poder acceder a un cargo fijo, guieron siendo difundidas de tal manera que fue
se dedicó a la predicación en los conventos de uno de los autores hispánicos más editados de
monjas, posteriormente fue cuando accedió al ese momento, no sólo en Nueva España sino en
círculo cortesano por su cercanía con el virrey. Europa (Madrid, Sevilla, Barcelona, Lisboa) gra-
En esta nueva fase en Ciudad de México logró cias a su renovación de la doctrina clásica.
su consagración al ser designado para pronun- Fue digno de ser nombrado para cargos como
ciar el elogio fúnebre de Carlos II. En ciertos mo- la dirección de la Congregación de la Doctrina
mentos, algunos factores tuvieron más peso que de Cristo y la prefectura de la Congregación del
otros en su trayectoria, por ejemplo, en la parte Salvador, esta última la principal asociación de
final de su vida, el no contar con el apoyo de al- piedad de la Profesa. Ser nombrado prefecto
guna figura política importante dificultó la conti- significó reconocimiento dentro de la orden y
nuidad de su carrera. En su nueva situación, sus la oportunidad de tener vínculos con el sector
sermones fueron atacados y también hubo una mercantil que estaba bien representado entre
acusación en su contra en el Tribunal del Santo los integrantes de la congregación. Su fama y
Oficio por solicitación. obra le legitimaron, incluso, para participar en
El camino de Juan Martínez de la Parra en la una polémica con las autoridades seculares del
Profesa, oriundo de Huejotzingo, fue más dura- arzobispado.
dero debido a que, gracias a su talento, fue ele- A grandes rasgos esas son las dos trayecto-
gido como una figura para una nueva estrategia rias abordadas en esta obra, las líneas redacta-
de influencia de la orden: el adoctrinamiento. das son generales, ya que cualquier lector del
Permaneció en la Casa Profesa y, bajo esa ne- libro podrá abundar en los detalles de estos dos
cesidad, el clérigo adoptó un estilo que, entre intelectuales, hacerse preguntas, leer extractos
otros elementos, recurrió al carácter emocional. de sus obras e, incluso, imaginar el tono y entor-
Seguidor del catecismo de Jerónimo de Ripal- no de la predicación. Esto último tal vez sea in-
da, Martínez se enfocó en elaborar discursos di- evitable porque nos puede dar idea de la razón
dácticos y accesibles para el auditorio, aunque de su influencia y éxito.
también persistieron las soluciones retóricas Este libro es una contribución a la historia in-
y las decisiones estilísticas en su estilo (Laske, telectual que muestra, con una redacción amena,
2023: 139). Este producto híbrido permitió apor- la trayectoria de esos dos clérigos, a lo largo de
tar cierta complejidad al discurso doctrinal, aun- la cual hicieron gala de distintas estrategias y re-
que en tiempos reducidos. Estructura y lenguaje formulaciones de su estilo de escritura para con-
fueron dos elementos que Martínez utilizó para servar privilegios o encauzar su carrera clerical.
hacer atractivos sus sermones panegíricos. Se muestra cómo las trayectorias de este tipo de
Esta reformulación de su carrera alcanzó hombres estuvieron determinadas por decisio-
gran éxito. Sus escritos gozaron de múltiples nes individuales, pero también por un contexto
ediciones en Nueva España y en España, tanto que delineó su pensamiento y acciones. Ésta es la
que aun en 1760 se puede notar un periodo de contribución principal, a los ojos de mi lectura; sin
reactivación comercial. Destacó su obra Luz de embargo, los lectores podrán encontrar su pro-
Verdades Católicas, que gozó de varias reedi- pia guía que los haga poner atención en diversos
ciones. Sus obras se convirtieron en un referente temas que se encuentran en la obra: la influencia
para el clero y en carta de presentación para la del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en el
orden jesuita debido a que las ediciones hechas control de la producción intelectual, los conflictos
eran de corte institucional. Este recurso de pro- entre distintas facciones al interior de la Compañía
moción fue significativo para la Compañía ante de Jesús y sus estrategias para mantener o expan-
un contexto adverso en el que la crítica en su dir su rango de influencia, los distintos espacios
contra resonaba en varios ámbitos. de predicación, la diversidad de ocupaciones de
Martínez extendió su objetivo de explicación los clérigos, etcétera. Sobre el primer asunto, po-
de las prácticas devocionales a una política de demos interrogarnos sobre las formas de control
“reforma de las costumbres” (Laske, 2023: 149); sobre los sermones no publicados.

184
KORPUS 21, VOL. 4, NÚM. 10, 2024, 183-186

Si comparamos las trayectorias podemos Martínez, a diferencia, no reprodujo ese discurso


encontrar similitudes y diferencias. Una prime- identitario.
ra etapa de sus carreras dio paso a trayectorias Metodológicamente, este libro brinda un
distintas, la reformulación de Avendaño y una modelo que puede ser replicado en el análisis
nueva consagración para Martínez. Ambos ex- de grupos intelectuales de otras ciudades o de
plotando sus dones como escritores y predica- otros actores históricos porque entrelaza dos
dores, aunque con abanicos distintos de redes trayectorias profesionales, pero también distin-
sociales. Son dos casos, notables, de los grupos gue etapas en cada una de ellas y, algo espe-
de intelectuales y hombres de saber que se desa- cialmente novedoso, identifica su rango de su
rrollaron en el orden social novohispano gracias influencia. Esto podría considerarse una especie
al sorteo de dificultades y la implementación de de historia intelectual social porque se aborda,
estrategias destinadas a mostrar sus talentos y hasta donde las fuentes lo permiten, las redes
hacerlos ver efectivos para ciertos patrocinado- sociales de los clérigos, así como el público de
res. Su progreso es sopesado de forma vertical, sus obras. Aunque al lado de considerar la co-
al identificar su posición dentro del sector inte- laboración entre los intelectuales, también se
lectual, pero también horizontal, al exponer el muestran las animadversiones entre ellos o en-
radio de influencia (Laske, 2023: 201) en cuanto tre ellos y otras figuras eclesiásticas o políticas.
a público y territorio. La sociabilidad de ambos clérigos es expli-
Uno de los aspectos que se analizan respec- cada porque se retoman las amplias relaciones
to a los dos personajes es la movilidad en tér- intelectuales que les permitieron conseguir tra-
minos territoriales y sociales. En consecuencia, bajo y establecer redes clientelares más allá de
podemos conocer las condiciones en las que la Corona. Ambos supieron aprovechar esas re-
se desempeñaban los intelectuales de Ciudad laciones, pero también la pertenencia a distintas
de México –como se afirma–, los privilegios que corporaciones. Aunque también se puede ver la
esto suponía, y las diferencias respecto a otros situación contraria, es decir, cómo esas corpora-
medios como la ciudad de Puebla o la Penínsu- ciones utilizaron a sus miembros, ya sea por su
la. El segundo sentido de movilidad es evidente obra o por su fama e imagen. Hay un balance en-
porque se muestran los progresos y retrocesos tre abordar a sujetos y a las corporaciones como
en las trayectorias. El título del libro alude a los protagonistas de los procesos históricos.
caminos del éxito, pero las trayectorias analiza- Tomar en cuenta al auditorio o público es
das no únicamente son ascendentes o unidirec- muy significativo para la explicación de la carre-
cionales, sino con adversidades, reformulacio- ra de los clérigos; sin él no se pueden entender
nes, adaptaciones y negociaciones. Los clérigos sus éxitos, las controversias que vivieron o las
podían progresar en su carrera en términos de desavenencias que tuvieron. Ante la carencia
los cargos logrados o podían sufrir peripecias de fuentes que hablen directamente de los re-
que hacían que éstos les fueran retirados o que ceptores de los sermones, la autora nos señala
su influencia disminuyera. una vía de estudio: el lenguaje y contenido de
Tanto Martínez como Avendaño fueron ex- los sermones, incluyendo cada uno de los recur-
celentes redactores de sermones y oradores. sos escriturarios que utilizaron. Se puede dedu-
Se muestra al sermón, y la escritura en general, cir el tipo de auditorio a partir del contenido y
como un recurso de politización porque era a estilos de los escritos. No se debe omitir decir
través de él que se lograban poner en discusión que para lograr esto, el historiador debe reali-
pública ciertos temas o fijar posturas ante algu- zar un análisis del lenguaje, tener conocimien-
na situación. Respecto a sus sermones también tos relacionados con el campo de las letras o
se pueden notar diferencias. En pleno siglo XVII buscar realizar estudios interdisciplinarios con
se puede asomar la recurrencia a un discurso otros especialistas. Otro elemento que ayudó a
identitario que pretendía destacar a las perso- la autora a dilucidar el tipo de público es el lugar
nas eruditas de Nueva España, enfatizar que de predicación. La casa Profesa, como espacio
este reino fue tierra en que se cultivaba el sa- religioso, era un lugar abierto, así que eran dis-
ber y la enseñanza. Al menos esto se muestra tintos grupos de Ciudad de México los que acu-
en un momento de la trayectoria de Avendaño. dían, aunque había una estrecha relación con un

185
KAREN IVETT MEJÍA TORRES, CAMINOS ENTREVERADOS: DOS TRAYECTORIAS INTELECTUALES.
SOBRE TRILCE LASKE. LOS CAMINOS DEL ÉXITO. DOS HOMBRES DE SABER NOVOHISPANOS (1683-1705)

sector privilegiado y próspero que se suscribía del siglo XVII” (Laske, 2023: 17). Como el lector
al criterio del prestigio. podrá darse cuenta, las instancias fueron múlti-
La producción intelectual, en este caso los ples y obedecieron tanto al esfuerzo individual
sermones, es analizada como obra de erudición como a la protección corporativa, a las redes y a
para defender privilegios, medio para fijar una un grupo amplio de fuentes de empleo.
postura política y estrategia publicitaria. Más
allá de los varios estudios dedicados al conteni- Karen Ivett Mejía Torres
do de los sermones, en esta obra se hace den- El Colegio Mexiquense, A.C.
tro de la relación entre autores, predicadores y [email protected]
patrocinadores. Este despliegue de los actores
que intervienen desde la producción de la obra
erudita hasta la circulación se logra gracias a la Karen Ivett Mejía Torres
escala de estudio: dos trayectorias.
Dentro de las fuentes utilizadas, destacan los Es doctora en Historia por El Colegio de México,
sermones manuscritos y los publicados. Respec- A.C. Actualmente se desempeña como profeso-
to al análisis textual, este libro puede hacernos ra investigadora en El Colegio Mexiquense, A.C.
reflexionar sobre las formas de transmisión de Fue reconocida con la presea “Ignacio Manuel
un mensaje. Cómo es que estos autores se pre- Altamirano Basilio”, versión 2008, otorgada por
ocupaban por escribir para cierto público o para la Universidad Autónoma del Estado de México
provocar ciertas reacciones en él. Son estrate- (UAEMéx), y con la presea Zinacantepetl 2020
gias de comunicación que hoy en día son vitales de artes y letras “Matilde Zúñiga Valdés”, otorga-
en cualquier ámbito. Esta cuestión es significati- da por el H. Ayuntamiento de Zinacantepec. Ha
va para comprender no sólo el orden novohispa- impartido cursos en la Facultad de Estudios Su-
no, sino para reflexionar sobre la comunicación periores-Acatlán de la UNAM y en la Universidad
actual. ¿Cómo buscar formas efectivas de trans- Autónoma del Estado de México. Entre sus más
misión de un mensaje? recientes publicaciones destacan, como autora:
No obstante que la escala de estudio son ca- “Religiosidad comunitaria: feligreses y corpora-
sos, se muestra la dimensión imperial de los pro- ciones en la configuración devocional de Toluca
cesos, me refiero específicamente a la parte en en el siglo XVIII”, en María Teresa Jarquín Ortega
la que se aborda la circulación y recepción de las y Gerardo González Reyes (coords.), Religiosi-
obras de Martínez en el Viejo Continente. Este dades y feligresías. Un recorrido por las confi-
asunto no se desarrolla, pero queda como una guraciones devocionales en México, Zinacante-
vía de investigación. Otra puede ser la trayecto- pec, El Colegio Mexiquense (2022); “Caridad y
ria de otros predicadores, incluso de integrantes acción social: el hospital de Nuestra Señora de
de otras órdenes religiosas, porque se pueden Guadalupe de Toluca en el siglo XVIII”, Tempe-
indagar diferencias en los sermones, su predica- ramentvm. Revista Internacional de Historia y
ción, los patrocinadores, las polémicas. Pensamiento Enfermero, vol. 17, Granada, Gru-
El material gráfico –cuadros y esquemas– son po Oseira de Historia de la Enfermería, e 17027
pertinentes porque sirven para comprender los (2021), y Las cofradías en el valle de Toluca y su
temas propuestos por la autora, por ejemplo, la relación con el crédito, 1794-1809, Zinacantepec,
composición de los textos o el alcance de los El Colegio Mexiquense, A.C. (2014).
sermones. Esto también puede servir como una
guía para que los historiadores busquemos otras
formas de presentación de los resultados de in-
vestigación además de la escritura.
Por todos estos puntos, se puede decir que
este libro cumple con el propósito de “contribuir
a la Historia intelectual de la Nueva España […ya
que demuestra…] la pluralidad de las instancias
de promoción y de reconocimiento para la gen-
te de saber en la capital novohispana a finales

186
Guía para autores
Artículos 5. Conclusiones. Representan el cum-
plimiento de los objetivos planteados y
Un artículo es un documento que presenta su impacto en el área de conocimiento.
resultados originales de una investigación,
ya sean experimentales o teóricos, desa- 6. Anexos. No es una sección obliga-
rrollados con base en una metodología. Es toria. Se utiliza para presentar materiales
un escrito breve que pretende contribuir a complementarios que apoyan la investi-
planear, relacionar o descubrir cuestiones gación. Deben estar numerados.
técnicas o profesionales como pauta para
investigaciones posteriores. Para ello toma Ensayos
en cuenta los temas de actualidad o refie-
re cuestiones latentes. Puede versar sobre Un ensayo es un documento que analiza, in-
diversos aspectos en su afán de difusión o terpreta y discute un tema mediante el cual
referirse a temas concretos. Su estructura se problematice o demuestre una hipótesis
científica es la siguiente: a través de una secuencia argumentativa
que denote un profundo conocimiento so-
1. Introducción. Debe enunciar de bre dicho tema. Se recibirán ensayos con
manera actualizada la problemática una extensión de 15 a 25 cuartillas, en letra
abordada, la cual es antecedente de la Arial o Times New Roman de 11 puntos con
contribución. Asimismo, debe expresar el 1.5 de interlineado, márgenes superior e in-
impacto de la investigación (por qué es ferior de 2.5 cm y derecho e izquierdo de
pertinente), así como su objetivo. 3.0 cm, con texto justificado. No debe con-
tener formato, sangrías, hojas de estilos, ca-
2. Estado del arte. Se lleva a cabo la racteres especiales ni más comandos de los
revisión bibliográfica del tema en la fron- que atañen a las divisiones y subdivisiones
tera del conocimiento. del trabajo.

3. Metodología. Representa el cómo 1. Título del trabajo en el idioma ori-


y el porqué de la investigación. Debe ex- ginal del texto y en inglés cuya extensión
presar datos, variables y su respectivo no sea mayor a 15 palabras. Debe referir
tratamiento. Asimismo, puede exponer claramente el contenido y no exceder de
los procesos, técnicas y programas (sof- 15 palabras, incluido el subtítulo.
tware) que intervinieron en la obtención
de los resultados detallados en la contri- 2. Resumen en el idioma original del
bución. texto y en inglés que no exceda las 100
palabras. Debe contener información
4. Resultado y discusión. Manifiesta concisa acerca del contenido. No debe
los resultados en coherencia con la me- incluir tablas, gráficas, referencias ni ex-
todología y se contrastan los hallazgos presiones matemáticas.
con investigadores nacionales e interna-
cionales afines. Asimismo, se establecen 3. Palabras Clave: Precisar una rela-
comparaciones y se discute el significado ción de tres a cinco palabras que manten-
de los resultados. gan un equilibrio entre generalidad y es-
pecificidad en el idioma original del texto

187
y en inglés. Con el propósito de resaltar 3. Examinar los elementos estructu-
el contenido del ensayo para efectos de rales de la obra, explicar cómo los maneja
indización bibliográfica, se omitirán las el autor y qué función cumplen.
oraciones, a excepción de las palabras
compuestas. 4. Mantener las justas proporciones,
haciendo no sólo que los párrafos de la
4. Los cuadros deben tener un nom- reseña estén equilibrados en cuanto a
bre y fuente y enumerarse en sistema tamaño y contenido, sino que reflejen la
arábigo. De igual forma, los mapas, pla- importancia relativa de las distintas par-
nos, figuras, láminas y fotos deben tener tes del libro reseñado.
nombre, fuente y enumerarse con núme-
ros romanos. 5. Evaluar en función de argumentos
sólidos, y no con el gusto o los prejuicios
5. El texto debe cumplir con los re- personales. Lo primero es determinar el
quisitos bibliográficos y de estilo indica- propósito que se tuvo al hacer el libro
dos en las Normas para los autores. (prefacio o introducción), después podrá
juzgarse si la obra cumple con los fines
6. El texto tiene normalizada la biblio- que se propuso el autor.
grafía en el sistema de citación Harvard y
contiene TODOS los datos. La bibliogra- La guía completa para autores puede
fía se redactará de acuerdo con los ejem- consultarse en la página web de la revista:
plos especificados en las Normas para los korpus21.cmq.edu.mx.
autores.

7. La introducción y las conclusiones


no deben estar numeradas.

Reseñas Críticas

Una reseña crítica es un documento de me-


nos de 4500 palabras que da cuenta, a tra-
vés de la descripción y el análisis crítico, el
contenido de un libro o artículo editado en
los últimos tres años antes de la postula-
ción. Al respecto, se sugiere:

1. Leer cuidadosamente toda la obra


(libro o artículo) hasta familiarizarse por
completo con el tema y con la estructura.

2. Partir del supuesto de que los lec-


tores no conocen el libro objeto de la re-
seña, pero que desearían saber de qué se
trata.

188
Números anteriores
Número 1

La historiografía actual cuestiona y profundiza en pre-


guntas básicas como ¿quién conquistó México-Te-
nochtitlan?, ¿significó 1521 el fin de la civilización me-
soamericana?, ¿cómo se deben leer las crónicas y
documentos sobre la conquista?, ¿cuál es la trascen-
dencia de la conquista de Tenochtitlan para los mexi-
canos de hoy? Para contribuir en estos temas y su
discusión, el primer número de Korpus 21 ofrece al lec-
tor seis artículos que, apoyados en fuentes primarias
y en los referentes historiográficos hoy vigentes, tra-
tan sobre la heterogeneidad de perspectivas sobre la
conquista, las variadas interpretaciones de las fuentes
históricas relativas al hecho, incluidos los controver-
siales relatos de los portentos o tetzahuitl que habrían
anunciado la conquista y el dominio hispano. También
se incluyeron trabajos que muestran la persistencia,
transformación y adaptación de la cultura nativa des-
pués de 1521 en ámbitos como el ritual religioso y en
las instituciones políticas. Se suman al número 1 dos
artículos de temática general y dos reseñas críticas de
libros que abordan el eje temático.

Número 2

El mundo contemporáneo pende del delgado y frágil


hilo de la incertidumbre debido a la pandemia provo-
cada por la Covid-19, que no hace más que acelerar y
exacerbar esa falta de certezas e inscribirlas en una
crisis de larga gestación y duración. La mirada con-
vencional que asume a la pandemia únicamente como
una crisis sanitaria es dinamitada al calor del mare-
mágnum de acontecimientos acelerados desde marzo
de 2020, de tal modo que la pandemia es una crisis
sociohistórica que transparentó la desigualdad, la ex-
clusión social y demás contradicciones del capitalis-
mo y del mundo fragmentado que se presenta en la
escala geopolítica. En este segundo número, Korpus
21 presenta 7 artículos y dos reseñas que represen-
tan una oportunidad para esbozar, desde los planos
teórico y empírico y a partir de miradas que enfatizan
en las tendencias globales y de otras que colocan el
acento en las manifestaciones locales/nacionales de
la pandemia, posicionamientos diferenciados en torno
a un tema contemporáneo que tendrá secuelas en el
largo plazo.

189
Número 3

El añejo y profundo conocimiento de una época, con


miradas novedosas y metodologías interdisciplinarias,
es el que presenta Korpus 21 en este número 3. Los
autores han transitado por los años de la indepen-
dencia durante varias décadas y presentan visiones
renovadas, originales y serenas. Este año de 2021 nos
ofrece una oportunidad especial para repensar el sig-
nificado de la guerra de la independencia y el proce-
so de creación estado-nación mexicano, que nació de
los escombros de la Nueva España. Temas, enfoques,
regiones, lenguajes, escenarios y actores convergen
en un universo de una y muchas independencias que
obligan a ampliar las fronteras de los múltiples bandos
en disputa.

Número 4

Así como el siglo XIX fue calificado como el de la


muerte de Dios por el proceso de las sociedades mo-
dernas a través del cual las ideas religiosas y sus ins-
tituciones perdieron su abrumadora influencia, así el
siglo XX ha sido definido como el del feminismo, “la
revolución más importante de la historia”, porque des-
truyó el sistema de clase más antiguo, basado en el
sexo, que legitimaba los roles estereotipos masculinos
y femeninos segregando a las mujeres, quienes pasa-
ron a ocupar solamente los espacios privados como
ángeles del hogar. En su número 4, las autoras y los
autores de Korpus 21 comparten sus productos de in-
vestigación sobre este tema actual y pertinente para
la reflexión de la sociedad humana en el siglo XXI.

190
Número 5

En este fascículo, Korpus 21 ofrece a la comunidad


académica y científica un interesante recorrido histó-
rico-social a través de sus artículos y ensayos temáti-
cos que escudriñan el legado y los desafíos irresolutos
de la política educativa diseñada por las autoridades
mexicanas. Las reflexiones y resultados de investiga-
ción que componen el número 5 no sólo avizoran y
definen los rasgos de la educación pública como un
factor crucial para el fortalecimiento del Estado, sino
que también evidencian las profundas limitaciones y
el endeble andamiaje que sustentó a corto, mediano y
largo plazos un complejo escenario educativo donde
las aspiraciones transformadoras parecen resquebra-
jarse paulatinamente a merced de un déficit pedagó-
gico de fondo y un entorno caracterizado por una in-
tensa resistencia magisterial que han fatigado nuestro
Sistema Educativo Mexicano, por lo que nuestros au-
tores proponen reformar estructuras y adaptarlas a la
nueva realidad sociocultural.

Número 6

Actualmente, no hay acciones que afecten más a la po-


blación mexicana que la violencia y el crimen organi-
zado. La extensión de este fenómeno ha rebasado las
mediciones universales y se ha revelado con múltiples
y aterradoras formas. México es el país más violento
del mundo (entre los que no se encuentran en guerra),
hay 11 feminicidios diarios, cada día son asesinados 3
menores de edad y durante 2021 desaparecieron 12
personas diariamente. ¿Cuál es la historia sumergida
atrás de la violencia y el crimen organizado? Korpus
21 dedica su número 6 a responder a esta pregunta
desde múltiples ángulos académicos y diversas meto-
dologías científicas.

191
Número 7

Hace 500 años, poco tiempo después de que México


Tenochtitlán cayera a manos de los ejércitos de Her-
nán Cortés y decenas de pueblos indígenas aliados,
llegaron a estas tierras procedentes de los Países Ba-
jos tres frailes franciscanos, con el propósito de llevar
el cristianismo a las poblaciones locales. Su llegada
marcaría el inicio formal de lo que se conoce como
el proceso de evangelización. Los trabajos que se re-
únen en este número de Korpus 21 parten del estudio
de textos en lengua náhuatl de temática cristiana (ser-
mones, confesionarios, catecismos, manuales, canta-
res y hagiografías) elaborados entre el siglo XVI y el
XVIII. Todos los colaboradores del volumen presentan
sus propias traducciones de estos textos, algunas de
documentos nunca antes estudiados, y a partir de
ellas elaboran interpretaciones novedosas, integrando
también diferentes intereses y enfoques.

Número 8

La conformación territorial del Estado de México, que


abraza en forma de herradura a la capital de la república
y, por ende, su cercanía, ha sido un reto permanente
en su acontecer social, político, económico y cultural;
está ante el umbral de un futuro cercano en el cual
deben moverse todas las piezas del tablero espacial
–gobierno, sociedad civil y mercado– para dar lugar
a un nuevo reacomodo del orden social, ya muy
desfigurado. En este número de Korpus 21, los autores
introducen e interrelacionan temas trascendentales del
escenario mexiquense y proponen algunas medidas y
estrategias para encaminar el proceso de cambio.
Número 9

Por decir lo menos, la democracia está en vilo. De ser


en pasado reciente un valor universal, sobre todo en
occidente, hoy sufre embates que, aunque pueden
provenir de ámbitos diferentes, activan el desconten-
to desde una misma trinchera: la representatividad de
sus gobernantes. Es decir, la capacidad de los dirigen-
tes para actuar en nombre y beneficio de los gober-
nados. Desde hace tiempo, el pensamiento cercano a
elección racional planteó que el problema central de
la democracia podía ser enmarcado en la teoría del
agente-principal. En este número, los autores y las au-
toras de Korpus 21 abordan las congojas de la demo-
cracia, señaladamente las que provienen del embate
populista. La variedad de artículos arroja no sólo un
panorama de tales preocupaciones, sino también una
profundización en las reflexiones que suelen hacerse
sobre el tema.

También podría gustarte