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Final Psicopato

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Tema Final Psicopatología.

Para empezar primero hay que contextualizar sobre las clínicas que hubo en la psiquiatría, por
eso Bercherie diferencia tres grandes estructuraciones.

La clínica Sincrónica (1793) se centra en la mirada del aquí y ahora sin tener en consideración
los antecedentes ni la evolución. Es el momento en que la psiquíatra nace como disciplina
autónoma. En este tiempo Pinel fue uno de los que se destacó de la época considerando la
locura como un género homogéneo. Las cuatro variantes de presentación eran la manía, la
melancolía, la demencia y el idiotismo.

Se concibe el termino de alienación mental como una perturbación de las funciones


intelectuales, de las funciones superiores del sistema nervioso, sin inflamación, ni lesión de
estructura ni fiebre.

En la clínica Diacrónica (1852) empiezan a tener en cuenta la evolución de las enfermedades,


pasado, presente y futuro. Empieza a haber definiciones de entidades clínicos- evolutivos y
con ello se empieza a poner la atención a los pequeños signos secundarios. En esta etapa se
encuentra Kraepelin (escuela alemana) que propone distinguir 3 tipos de psicosis que luego va
a ir reformando en sus distintas ediciones, paranoia, demencia precoz, y psicosis
maniacodepresiva.

Los de la escuela francesa en esta fase criticaban a Kraepelin que agrupo distintas entidades
que no respetan el criterio evolutivo, que evolucionan de manera distinta.

En la caída de esta clínica se encuentra Freud siendo el que inicia la búsqueda del mecanismo
formador de síntomas. Comienza a buscar las causas psicopatológicas.

Y por último la era psicodinámica, en esta fase se destacan Ballet, Seglas y Clereambault con
las definiciones de la psicosis alucinatoria crónica. Clerembault por su parte termina
desarrollando el automatismo mental y delirios interpretativos y pasionales.

Teniendo en cuenta esas épocas Freud toma las clasificaciones existentes y le va a dar una
explicación de que pase del lado psíquico a las personas que lo padecen.

La paranoia es una psicosis de defensa por lo que sus síntomas son determinados en su forma
por el contenido de lo reprimido al igual que la histeria y la neurosis obsesiva. En la paranoia el
reproche es reprimido por un camino que se puede designar como proyección, puesto que se
erige el síntoma defensivo de la desconfianza hacia otros.

Introducir al narcicismo como aquella conducta por la cual un individuo da a su cuerpo propio
un trato parecido al que daría al cuerpo de un objeto sexual, como la colocación normal de la
libido en la infancia. Las psicosis van a tener una regresión a esta etapa produciendo una
retracción, perdiendo la realidad. Retiran la libido de las personas y cosas del mundo exterior,
pero sin sustituirlas por otras formas de fantasía, como sucede en las neurosis, llevándola al yo
y produciendo un agradecimiento. Este sepultamiento del mundo lleva a que el paranoico
trate de reconstruirlo mediante el trabajo del delirio.

En el historial de Scherber supone que el punto débil de su desarrollo ha de buscarse en el


tramo entre autoerotismo, narcicismo y homosexualidad donde se situara su predisposición
patológica. Los paranoicos son personas que no han soltado por completo el estadio del
narcicismo siendo este al cual regresan cuando están expuestos al peligro de una marea alta
de libido.
Allí también dice que en la formación de síntomas está el rasgo de proyección, una percepción
interna sofocada y como sustituto de ella adviene a la conciencia su contenido luego de
experimentar cierta desfiguración como una percepción de afuera.

Diferencia la demencia precoz diciendo que esta tiene una regresión al autoerotismo y no al
narcicismo, ya que hay un triunfo mayor de la represión por lo que no hay una reconstrucción.
La regresión llega hasta la liquidación del amor de objeto y el regreso al autoerotismo infantil.

Lacan va a hacer una relectura a Freud a partir desde el campo de la lingüística. Introduce 3
campos, lo simbólico el cual nombre como un conjunto de elementos covariantes, que al decir
que es un conjunto se descifra que no se tiene todos los elementos, el intercambio simbólico
es lo que vincula entre si a los seres humanos, o sea la palabra, y en tanto tal permite
identificar al sujeto. Lo imaginario el cual tiende a cerrar el agujero de lo simbólico. Y lo real, lo
que lo simbólico no puede atrapar, y el imaginario trata de cubrir.

Ubica dos narcicismos, el primero logra la constitución del cuerpo, lleva a unir el cuerpo con
las pulsiones; la sola visión de la forma total del cuerpo humano brinda al sujeto un dominio
imaginario de su cuerpo prematuro, con respecto al dominio real. El segundo lleva a que se
logre la identificación con el Otro, permite situar al hombre con su relación imaginaria y
libidinal con el mundo en general, ve su ser en una reflexión en relación al otro, en relación al
Yo Ideal. El sujeto toma conciencia d su cuerpo como totalidad.

Desde esta vista toma a las psicosis como trastornos del lenguaje ya que dan cuenta la relación
del sujeto con la palabra. Propone 6 rasgos: hay una significación que se impone, aunque no
sabe cual es para el es perfectamente comprensible. Tiene dialéctica estancada, no puede
avanzar mas de lo que le sucede. Se produce un neologismo en ciertas palabras cobrando un
énfasis especial. Tiene certeza de todo lo acontecido, lo que sucede le concierne. Hay una
irrupción de lo real, de algo que jamás conoció que va a provocar una sumersión radical de
todas sus categorías hasta forzarlo a un verdadero reordenamiento de su mundo. Y un
significante en lo real.

Siguiendo la relectura de Freud da cuenta de tres tiempos del Edipo que llevan a que se forme
lo que el llame carreta principal. Esta da un orden de linaje, una localización libidinal en el
cuerpo, un abrochamiento con la realidad estable y una significación fálica. Pero para que esta
existe debe estar presente el significante primordial, el Nombre del Padre.

Utiliza la metáfora de la carreta principal para dar cuenta de la función del significante en
tanto que polariza, aferra, agrupa en un haz a las significaciones. El significante es polarizante,
crea el campo de las significaciones.

El complejo de Edipo significa que la relación imaginaria conflictual, incestuosa en si misma,


esta prometida al conflicto y a la ruina. Para que el ser humano pueda establecer la relación
más natural, es necesario que intervenga un tercero; una ley, una cadena, un orden simbólico,
es decir el padre. Pero para que se desarrollen los tres tiempos del Edipo es necesario que esté
operando la Metáfora Paterna. (La fórmula de la metáfora: sustitución del significante del
deseo de la madre por el significante del nombre del padre)

En la psicosis hay una forclusión del Nombre del Padre, el significante primordial nunca fue
afirmado, dando cuenta que no se conformó la metáfora paterna llevando a que no haya
significación fálica.
Cuando el significante no funciona eso se pone a hablar a orillas de la carretera principal.
Acaso sea esa la función de las alucinaciones auditivas verbales de los alucinados, son los
carteles a orillas de sus caminos
Esta falta, agujero que deja la forclusión produce que la estabilización entre significante y
significado se produzca por la metáfora delirante. Un Padre. Se trata del encuentro con el
significante en cuanto tal lo que marca la entrada en la psicosis. Se desencadena. Se produce la
coyuntura dramática.

(En las neurosis la significación desaparece por un tiempo, eclipsada y va anidar en otro lado,
mientras que la realidad aguanta bien el golpe.)

Por otro lado, Freud introduce las neurosis como mecanismos de defensa hacia una vivencia
de etiología sexual, el trauma.

La histeria se trata del fenómeno conversivo hacia el cuerpo, aparecen parálisis con una
delimitación exacta y de intensidad excesiva, tomando los sentidos vulgares de los órganos y
no por la anatomía. Mientras que en la neurosis obsesiva se da el falso enlace, el afecto se
separa de la representación y este afecto se desplaza a otras representaciones quedando en el
ámbito psíquico.

En el segundo momento Freud, introduce la fantasía como productora de síntomas, se trata


de la realidad psíquica. Propone al síntoma como compuesto, reuniendo dos elementos
heterogéneos. Uno es la trama de sentidos y el aspecto pulsional. Y lo que permite que estos
dos elementos se unan es la fantasía. La fantasía le pone un objeto a la falta de objeto de la
pulsión. Le pone un partenaire al autoerotismo.

Por esto en la histeria a través de la conversión las fantasías inconscientes forman sus
síntomas. Es el sustituto del retorno asociativo de estas vivencias traumáticas. Es la expresión
de un cumplimiento de deseo.

Ubica la identificación como la más temprana ligazón afectiva con otra persona, desarrolla tres
tipos, señalando que en la histeria suceden identificaciones con personas que puede mostrar
cierto sentimiento o con personas que prescinde por completo de la relación con el sujeto,
formando sus síntomas a base de esas identificaciones. (Ej. Dora)

En la neurosis obsesiva el ceremonial neurótico consiste en prácticas, agregados,


restricciones, que se cumplen de una manera idéntica o con variaciones que corresponden a
leyes, castigando cualquier desvió con angustia. Poseen sentido y son interpretables.

Freud dice que la represión no es tan lograda como en la histeria, en la cual se produce una
amnesia de la vivencia traumática, por lo que las formaciones reactivas vienen a ser una
segunda defensa luego que la represión no se logró.

En el segundo momento con el historial del Hombre de las Ratas introduce otros elementos
que se ven en esta neurosis. Como el sentimiento de ambivalencia hacia cierto objeto o
persona, hay una lucha entre amor y odio. El síntoma en dos tiempos, primero una acción que
ejecuta cierto precepto y el segundo lo cancela, lo deshace. La compulsión a la duda y la
omnipotencia de los pensamientos.

En inhibición síntoma y angustia, un texto que se podría ubicar en el tercer momento,


introduce al síntoma como una satisfacción paradójica que esta más allá del Principio de
Placer por lo que es irreductible a los sentidos. Allí responde a la pregunta de que son las
neurosis, describiéndolas como una solución problemática a la exigencia pulsional que no cesa
pero tampoco drena, son la respuesta al complejo de castración, por esto son modos de
defensa.

En la neurosis obsesiva el conflicto se refuerza en dos direcciones, lo que se defiende ha


devenido más intolerante y aquello de lo cual se defiende más insoportable y ambas cosas por
influjo de un factor, la regresión libidinal.

Lacan por su parte introduce las neurosis con la estructura de preguntas. Se trata de la
respuesta del sujeto frente a significantes enigmáticos, la histeria se pregunta sobre la
feminidad mientras que la neurosis obsesiva se hace sobre la muerte.

A su vez se pueden definir a partir de los dos estatutos del deseo, deseo insatisfecho de parte
de la histeria y deseo imposible del lado de la neurosis obsesiva. Esto es así porque en la
histeria se intensifica el espacio entre demanda y deseo provocando que nunca se pueda
satisfacer el deseo que deja la puesta en palabras por parte del Otro de la necesidad. Mientras
que en la neurosis obsesiva se tiende a reducir el deseo a la demanda, hay un colapso,
llevando a la muerte de su deseo por intentar cumplir siempre la demanda del Otro.

En la histeria su deseo se busca en el deseo del Otro que el sujeto mismo le atribuye, llevando
a una identificación con el otro minúscula (ejemplo Dora). Es un deseo de un deseo. Arma su
posición subjetiva en una dialéctica directa bajo el índice del Deseo del Otro.

Toda la estructura del obsesivo está determinada por el hecho que el primer acceso a su deseo
paso por el deseo del Otro y este deseo fue de entrada destruido, anulado. Lo constitutivo es
que apunta al deseo en cuanto tal, al más allá de las demandas. En la medida en cuanto
destruye al Otro.

La prohibición está ahí para sostener el deseo. La ilusión, el propio fantasma que está al
alcance del obsesivo es que a fin de cuentas el Otro consienta su deseo. El que es importante
es el Otro ante quien todo esto ocurre (hazaña heroica).

(Mientras que la histérica encuentra el punto de apoyo de su deseo en la identificación con el


otro imaginario. Lo que ocupa este lugar y su función en el obsesivo es un objeto que siempre
se puede reducir al significante falo. )

Para cerrar Freud introduce neurosis actuales integrando allí las fobias, para esto define la
angustia como un estado afectivo a partir de un efecto displacentero, se generó como
reacción frente a un estado de peligro, en lo sucesivo se la reproducirá regularmente cuando
un estado semejante vuelva a presentarse.

Al principio desarrollo que primero opera la represión separando el afecto de la


representación y esto llevaba a que se constituya la angustia, pero en un segundo momento
dio cuenta que la angustia era lo que llevaba a que se forme la represión. Por esto va
concluyendo que la angustia es consustancial a las neurosis, siendo la angustia el motor de la
represión ya que activa los mecanismos defensivos.

En las fobias la angustia señala el peligro y así se crean recursos, parapetos fóbicos que lo
alejan de lo peligroso. Con el caso de Hans da cuenta que esta angustia surge por el miedo a la
castración que se pasa en la infancia.

La formación del síntoma tiene por lo tanto el efectivo resultado de cancelar la situación de
peligro. Posee dos caras, una que permanece oculta, produce en el ello aquella modificación
por medio de la cual el yo se sustrae del peligro, y la otra, vuelta hacia nosotros nos muestra lo
que ha creado en remplazo del proceso pulsional modificado, la formación sustitutiva. Esta
tiene dos manifiestas ventajas: la primera que esquiva un conflicto de ambivalencia pues el
padre es simultáneamente un objeto amado y la segunda que permite al yo suspender el
desarrollo de angustia.

En las fobias la representación queda en el inconsciente, pero el monto de afecto es


trasmudado en angustia. En las histerias el monto de afecto es trasmudado al cuerpo por la
conversión y en la neurosis obsesiva el afecto se una a otra representación, pero tolerable al
yo.

Lacan dice que la fobia surge a partir de la confrontación con la castración materna y que el
objeto fóbico tiene una función significante, supliría cierta falla a nivel del padre real, la falla
de padre castrador.

Entonces va a decir que la angustia aparece frente al Deseo del Otro que remite al significante,
a lo simbólico. Es en el encuentro con lo real. La otra cara es cuando puede faltar el deseo del
Otro, cuando falta la falta. Si el Otro no desea, el Otro me goza y me come.

(En la relación con la madre el niño siente el falo como centro de su deseo, el de ella. Y el
mismo se sitúa en distintas posiciones por las cuales se ve llevado a mantener este deseo de la
madre.)

Propone dos versiones de la angustia que no se contradicen, por un lado, va a plantear que es
ante la presencia del objeto a y por el otro ante el encuentro con el deseo del Otro. El deseo
del Otro es siempre el lugar del vacío de significantes del Otro.

La angustia hace su aparición al principio en cambio la fobia es una formación defensiva que
trasmuta la angustia en miedo a uno o varios determinados objetos.

Deseo prevenido.

La ausencia de un objeto predeterminado por la especie en la pulsión sexual humana y por


ende la crítica a una sexualidad oficial. La necesidad de explicar el camino heterosexual tanto
como el homosexual o el fetichista. (neurosis como negativo de la perversión)

El fetiche/perversión Freud la introduce como el modelo de tapar el vacío de la pulsión por no


tener objeto. Siendo una respuesta al miedo a la castración. Sustituye el rechazo a la
castración materna a través del fetiche, lo desmiente. Diferencia que por más que la
sexualidad es perversa polimorfa para todos los neuróticos, en la perversión usa el objeto
como partenaire de su sexualidad.

Lacan sigue la idea de Freud como una forma evitativa de creer en la castración femenina. La
fobia suple la carencia paterna mientras que la perversión la carencia materna. Utiliza la
metáfora del velo, el cual tiene la función de cubrir la falta y a partir de intentar cubrir esa
falta se ocupa de que el Otro recupere el goce, lo deja al Otro sin barrar. Una vez colocada la
cortina sobre ella puede dibujarse algo que dice el objeto esta más allá.

Lo que constituye el fetiche, el elemento simbólico que fija el fetiche y lo proyecta sobre el
velo, se toma prestado especialmente de la dimensión histórica. El recuerdo pantalla está
vinculado con la historia a través de toda la cadena, es una detención de dicha cadena y por
eso es metonímico porque la historia por naturaleza prosigue.
El objeto pequeño a en la consideración de la estructura perversa: el perverso como
instrumento del goce del Otro.

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