Historia Eclesiástica 4
Historia Eclesiástica 4
Historia Eclesiástica 4
Encuentros y
Desencuentros en la
Iglesia Imperial
E
ste período comenzó con el triunfo de Constantino ganando
para sí el Imperio Romano. Antes de su famosa batalla con-
tra Majencio, Constantino dijo que había visto en los cielos
la forma de una cruz con la siguiente inscripción: In hoc signo vin-
ces, esto quiere decir: “En esta señal vencerás”. Y puesto que, en la
mencionada batalla venció, comenzó a beneficiar al cristianismo.
Así, en el año 313 d.C., Licinio y él promulgaron el famoso decre-
to de tolerancia religiosa refiriéndose especialmente al cristianis-
mo. Este decreto es conocido también como el decreto de Milán.
Sin embargo, debemos notar que Constantino no hizo que el
cristianismo fuera la religión establecida del imperio, sino que se
limitó a reconocerla con tolerancia y favores especiales. Después de
Constantino es cuando llegó a ser la religión establecida. En otras
palabras, este gobernante sólo proclamó la libertad de conciencia en
cuestiones religiosas. El mismo se decía convertido al cristianismo.
No debemos culpar a Constantino por lo que hicieron sus sucesores
para establecer el cristianismo como la religión del Estado; pero lo
que no podemos negar es que esta religión favorecida por el empe-
rador y él mismo como cristiano, contribuyeron a la apertura de las
puertas para que todo el mundo pagano entrara, inclusive con sus
supersticiones.
En el Oriente, por ejemplo, gran número de templos paganos
fueron confiscados y dedicados al servicio de los cristianos. Tam-
bién, como Constantino se diera cuenta de que entre los cristianos
se guardaba el primer día de la semana, siendo considerado santo
por causa de la resurrección de Cristo, promulgó un edicto para que
ese día fuera considerado de fiesta religiosa en todo el imperio.
Aquí debemos considerar que, Constantino promulgó el decreto
porque vio que los cristianos guardaban el domingo, recordemos
que la iglesia era gentil en este tiempo, y que no guardaba el sába-
do como los judíos.
Posteriormente, Constantino comenzó a considerarse cabeza
del cristianismo o Sumo Pontífice que era un título del paganismo,
con lo que intervino en la convocación de concilios y cuestiones
religiosas. Todo esto trajo gran confusión dentro del cristianismo,
puesto que, comenzaron a mezclarse costumbres paganas con cos-
tumbres cristianas. Una de estas era dar los nombres de virgen y de
santos a las divinidades de las religiones falsas. El cristianismo se
fue haciendo tan popular que, se fundió íntimamente con el paga-
nismo entrando en esta época en un verdadero peligro para el cris-
tianismo.
En el año 330 d.C., Constantino trasladó la sede de su gobier-
no imperial a Bizancio, principalmente por estar disgustado con el
paganismo que aún prevalecía en Roma. La elección de Cons-
tantinopla (la ciudad aún estaba en construcción cuando éste
murió) como la nueva capital, afectó profundamente el curso de la
historia. Uno de los resultados fue un imperio dividido y una igle-
sia también dividida, a pesar del esfuerzo de Constantino para
hacer de la sede del nuevo gobierno el verdadero centro del cris-
tianismo. Construyó en la nueva capital del imperio magníficos
templos cristianos, trajo de todas partes del mundo obras de arte
y elevó al obispado de Constantinopla a una posición igual a la del
obispo de Roma.
Desarrollo de la teología:
Controversias doctrinales y
movimientos que intentaron
restaurar la doctrina
La persecución y la lucha por la propia existencia del cristianis-
mo durante los tres primeros siglos no permitieron que los cristia-
nos tuviesen tiempo para razonar mucho sobre las doctrinas fun-
damentales de sus creencias. Pero una vez que vino la paz, comen-
zaron a hacerlo, es así que, se produce la sistematización de las doc-
trinas cristianas, ya que, fueron presionados por una parte por el
gnosticismo y por otra, por las disidencias en las filas de los mis-
mos cristianos.
En este período se desarrollan las doctrinas cristianas bajo la
influencia de la cultura clásica, en especial de la filosofía. Las fuen-
tes de discusiones fueron las Sagradas Escrituras, inclusive los
libros apócrifos y la tradición, los cuales determinaban el con-
tenido de la Biblia y la interpretaban. El proceso fue la contro-
versia, provocada principalmente por los orientales, y las reso-
luciones convertidas en fórmulas de doctrinas por los concilios
ecuménicos, los cuales fueron considerados como inspirados y su
aceptación necesaria a los que quisieran salvarse.
Sin embargo, debemos indicar que, algunas veces estos conci-
lios provocaron intrigan y violencia que terminaban en cismas,
pero aún así fueron aceptados como leyes del imperio y en la
mayor parte de los casos fueron apoyados por el poder imperial.
Los concilios reconocidos de esta época fueron los siguientes:
CONTROVERSIAS DOCTRINALES
DE ESTE PERÍODO
El arrianismo
El nestorianismo
Los monofisistas
El pelagianismo
11 Lacy, G. H. Breve historia del cristianismo. EE. UU: Casa Bautista de Publicacio
nes, 1962, pp. 35-36.
Los donatistas
Los jovianistas
Los iconoclastas
En el comienzo del siglo VIII, la adoración de imágenes ya
estaba sumamente extendida. Sin embargo los judíos, mahome-
tanos, monofisitas y un pequeño grupo de cristianos de las iglesias
oficiales le hicieron una tenaz oposición. Y mientras duraba esta
larga y sangrienta controversia, en Oriente la reforma se intentó
por medio del emperador León, quien prohibió en el año 726d.C.
la adoración de las imágenes, ordenando que fuesen retiradas de
las iglesias. Estos decretos fueron ejecutados violentamente con
apoyo del ejército, pero el patriarca de Constantinopla, Germano,
se negó a cumplir las órdenes imperiales por lo cual fue preso y
desterrado.
Igual suerte tuvieron los monjes que persistían adorando imá-
genes, cuando en el año 780 d.C., Irene subió al trono como regen-
te por su hijo Constantino quien entonces era un niño. Pero ella,
convocó el Sínodo de Nicea en el 787 d.C., el cual se declaró a favor
12 Gonzaga, Javier. Concilios Tomo I. USA: International Publications, 1965., pp. 33-35.
El reinado Carlovingio
Los monasterios
y su desarrollo
Después de que el cristianismo llegó a dominar el imperio, la
mundanalidad entró en la iglesia y llegó a prevalecer. Muchos que
anhelaban una vida más elevada estaban descontentos con el
mundo que les rodeaba, comenzaron a retirarse del mundo. Ya
fuese solos o en grupo, habitaban en retiro, procurando cultivar la
vida espiritual por medio de la meditación, la oración y los hábi-
tos ascéticos. Este espíritu monástico empezó en Egipto.
En la Primitiva Iglesia Cristiana no encontramos casos de vida
solitaria, pero podemos considerar a Antonio como su fundador,
pues en el año 320 d.C., llamó la atención con su vida y sirvió de
ejemplos a miles. Vivió solo por espacio de muchos años en una
Personajes destacados
de este período
Vamos a continuación a nombrar a algunos de los dirigentes más
destacados de este período; de acuerdo a Hurlbut14, éstos fueron:
14 Hurlbut, Jesee (et. al.). La historia de la iglesia cristiana. EE. UU.: Editorial Vida,
1989., pp. 87-89.