Cambio Politico America Latina

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 31

ANÁLISIS

Cambio político en América Latina


Restricciones y posibilidades
Autor Impresión para la transformación social-ecológica
Álvaro Cálix es Investigador social y analista Fundación Friedrich Ebert en México
político. Doctor en Ciencias Sociales con Yautepec 55 | Col. Condesa
Orientación en la Gestión del Desarrollo 06140 | Ciudad de México | México
J. Álvaro Cálix R.
Sostenible (Universidad Nacional Autónoma Diciembre 2017
de Honduras). Miembro del grupo de trabajo Responsable:
Transformación Social-Ecológica en América Christian Denzin
Latina, auspiciado por la Fundación Friedrich Director del Proyecto Regional
Ebert. Transformación Social-Ecológica n Se podrá objetar numerosas decisiones de los llamados Gobiernos progre-

Correo electrónico: [email protected] Teléfono +53 (55) 5553 5302


sistas de América Latina, pero sería un error dejar de reconocer las palpa-
www.fes-transformacion.org bles reducciones en la incidencia de la pobreza, los estímulos al mercado
interno, los ajustes salariales y la mejora en el acceso a bienes públicos que
habían sido mermados por las políticas neoliberales.

n Pero también es cierto también que la coyuntura favorable no se aprove-


chó para sentar las bases hacia la transformación de la matriz productiva,
más bien se ha afianzado la primarización de las economías latinoameri-
canas, incluyendo el aumento de los conflictos socio-ambientales en los
territorios sujetos a la presión extractivista.

Friedrich-Ebert-Stiftung n El momento actual es oportuno para reflexionar, con un pleno sentido


autocrítico, sobre los aciertos, errores y desafíos del heterogéneo campo
La Friedrich-Ebert-Stiftung (FES), fundada en 1925 en Alemania, es una institución privada de
progresista, y sobre esa base redefinir e impulsar un proyecto de transfor-
utilidad pública comprometida con las ideas de la Democrácia Social. Lleva el nombre del primer
presidente del Estado alemán elegido democráticamente, Friedrich Ebert, y es portadora de su mación social-ecológica. Pero ese impulso nunca vendrá por generación
legado en cuanto a la configuración política de la libertad, la solidaridad y la justicia social. A este espontánea, ni mucho menos por la buena voluntad de grupos poderosos.
mandato corresponde la Fundación en el interior y exterior de Alemania con sus programas de
Sólo puede ser el resultado de una plataforma popular heterogénea que,
formación política, de cooperación internacional y de promoción de estudios e investigación.
con capacidad de planteamiento, organización y acción política, articule
fuerzas para forjar acuerdos sociales inéditos en Latinoamérica.

n Esa es la tarea de la política, y que mejor que hacerla en democracia, en


una democracia que supere las falencias de lo meramente electoral y las
falacias de la representación sin participación, pero también que supere
las trampas de la participación convertida en tutelaje clientelar.

El uso comercial de todos los materiales editados


y publicados por la Fundación Friedrich Ebert
Stiftung (fes) está prohibido sin previa autorización
escrita de la fes.

Las opiniones expresadas en esta publicación son


las del autor y no necesariamente reflejan las de la
Fundación Friedrich Ebert. ISBN: 978-607-7833-85-7
Índice

1. Introducción ......................................................................................................................................3

2. Aspectos geopolíticos de alcance global ......................................................................................3

3. Las mutaciones políticas en América Latina .................................................................................6


3.1. Los recientes cambios en el tablero político regional...........................................................8

4. Las estrategias y orientaciones políticas de las gestiones progresistas ................................. 11


4.1. Las estrategias políticas para el acceso y mantenimiento
en el poder de gobierno............................................................................................................. 11
4.2. Una aproximación a la orientación programática de los Gobiernos
progresistas ................................................................................................................................15

5. Consideraciones finales ................................................................................................................18

Referencias bibliográficas .................................................................................................................28


CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

1. Introducción ral. El tercer apartado se aproxima a las estrategias y


orientaciones políticas de los mencionados Gobier-
La transformación social-ecológica de Latinoamérica nos. Por último, el cuarto esboza cinco reflexiones
no es una aspiración que pueda darse por generación estratégicas a partir de la síntesis de los apartados
espontánea, requiere condiciones de viabilidad polí- anteriores.
tica en el plano nacional, subregional y regional. Las
transiciones hacia un cambio virtuoso en la especia- Cabe mencionar que el texto no pretende un aná-
lización productiva y la justicia social y ambiental lisis exhaustivo de casos nacionales, mucho menos
necesitan, como condición sine qua non, amplios establecer juicios de valor sobre la gestión de los Go-
acuerdos societales y una capacidad institucional biernos considerados; más bien, procura una visión
para procesarlos. La democratización experimenta- panorámica que agrupe rasgos y tendencias, a fin
da por la región desde las dos últimas décadas del de obtener una perspectiva regional, con todas las
siglo XX ha permitido, como regla general, escenarios limitaciones que esto supone. La premisa subyacente
de mayor estabilidad política, pero sin que se hayan de este ensayo plantea que sólo con ciertos atributos
sentado las bases para superar los rezagos históricos democráticos se pueden alcanzar bases sustentables
y la exclusión. para equilibrios sociometabólicos que, antes que
otros propósitos, hagan posible la reproducción de
Durante el siglo en curso, el llamado ciclo de Gobier- la vida digna de la población.
nos progresistas, con todos los contrastes, tensiones
y ambigüedades que su mención supone, ha per-
mitido avanzar en determinados desafíos sociales, 2. Aspectos geopolíticos de alcance
económicos y políticos, gracias a la combinación de global
factores externos e internos que permitieron logros
notables en beneficio de amplias franjas de pobla- De la bipolaridad que caracterizó el periodo de la
ción. No obstante, al cambiar las condiciones eco- guerra fría, se pasó a una etapa de transición con
nómicas externas, las limitaciones y contradicciones signo unipolar —hegemonizada por los Estados
del ciclo no tardaron en aflorar. Hoy es un momento Unidos—. Durante la segunda mitad del siglo XX,
oportuno para repensar los alcances y limitaciones se observan fuertes presiones hacia un mundo mul-
de las gestiones progresistas, también llamadas pos- tipolar, pese a las resistencias del statu quo global
neoliberales. Se está, entonces, ante un nuevo contex- (Dierckxsens, 2015; Palacios, 2011). Sin embargo,
to que, con los aciertos y errores de estos años, ame- esa tendencia no se concreta todavía en la institu-
rita un punto de inflexión que minimice el riesgo cionalización de un multilateralismo que procese de
de regresiones sociales —como las que comienzan a mejor manera los nuevos conflictos mundiales.
verse en Brasil y Argentina—, pero que, sobre todo,
también ajuste y enmiende ahí donde el actual ciclo Por supuesto, la creación del G20, en 1999 —en
de Gobiernos muestra sus principales flaquezas. tanto espacio de encuentro entre las potencias tradi-
cionales y las emergentes—, es un indicio notable de
A partir del análisis general del ciclo progresista, este lo que podrían ser los futuros cursos de acción de la
ensayo pretende contribuir a la reflexión y discusión gobernanza global en contextos dinámicos de recon-
sobre las condiciones políticas para la transforma- figuración hegemónica. Con todo, Estados Unidos
ción de las sociedades latinoamericanas. Consta de mantiene la condición de superpotencia, aunque en-
cuatro apartados principales. En el primero, se pasa frenta a un adversario con alto potencial de disputa:
revista a ciertos aspectos de la coyuntura geopolítica China. Además, Rusia —si bien no en la magnitud
global y su relación con el desempeño de la región. del siglo pasado— parece recuperar su etiqueta de
El segundo aborda las mutaciones políticas en Amé- importante actor global, luego de los impactos que
rica Latina, con énfasis en las condiciones sociales y sufrió tras la fragmentación de la antigua URSS.
los hitos electorales que permitieron la emergencia
y permanencia de Gobiernos que han confrontado, Se supondría que, en la actual encrucijada global,
en mayor o menor medida, la racionalidad neolibe- el papel de la Unión Europea tendría que marcar

3
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

la diferencia, pues se ha reconocido a Europa como por sus siglas en inglés)— y sobre el tipo de relacio-
una potencia normativa. Este reconocimiento tuvo nes diplomáticas que mantendrá con Rusia y China,
mucha relevancia en los últimos veinticinco años del desde ya resulta claro que Trump será un obstáculo
siglo anterior, dado su liderazgo en las ideas, ins- para avanzar en los acuerdos globales sobre derechos
tituciones y normas que propenden hacia el mul- humanos, cambio climático y la cuestión migratoria.
tilateralismo. Hoy, en la segunda década del siglo
XXI, la influencia de la Unión Europea ha decrecido La crisis económica de 2008 vino a debilitar aún
y su crisis interna se libra justo cuando el mundo más la supremacía estadounidense, arrastrando tam-
presenta signos innegables de una transición de po- bién a sus, hasta ahora, baluartes aliados: la Unión
deres globales (Barbé, 2014). De cualquier forma, la Europea y Japón. No obstante, pese a la crisis, no
reconfiguración que experimente Europa, y en par- debe pasarse por alto que Estados Unidos sigue pre-
ticular la Unión Europea, será un factor clave para servando el estatus de única superpotencia global.
decantar el rumbo del nuevo orden global. Posee todavía la economía más grande del planeta
—en términos del PIB, sin ajustar por paridad ad-
Mientras tanto, gran parte del establishment de Es- quisitiva—, concentra la mayor porción de patentes
tados Unidos sigue creyendo a pie juntillas en la de innovación en tecnologías estratégicas de punta
excepcionalidad de ese país, tesis según la cual su —por el alto potencial de agregación de valor y
liderazgo planetario sigue resultando indispensable encadenamiento productivo— y, por si esto fuera
e insustituible. Esta postura confronta las tendencias poco, su poderío militar es el más contundente, ya
hacia una geopolítica interpares que procure nuevos desde el hecho de que su presupuesto supera de lejos
equilibrios respecto de los actuales conflictos inter- a los países que le siguen en este renglón (Dierc-
capitalistas. El relativo declive que Estados Unidos kxsens, 2015). Ahora bien, cuando se menciona
ha experimentado durante el siglo XXI ha obligado su declive relativo, se alude al hecho de que ya no
a sus Gobiernos a repensar las estrategias. Con cla- cuenta con el poder de imponer su voluntad, como
ridad, se observa el interés mostrado en confrontar ocurrió en el estadio unipolar de los años noventas.
a Rusia, en Europa del Este, y a la vez, concentrar Sus adversarios globales y regionales han alcanzado
esfuerzos en Asia para contrarrestar el inminente mayor espacio de resistencia y acción. El atasco de
avance de China como potencia regional y futura sus recientes empresas bélicas en el Medio Oriente
superpotencia global. La elección de Donald Trump, y, por otra parte, las expectativas económicas que
en noviembre de 2016, acarrea desde ya un sinuoso ha generado la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la
debate sobre la estrategia estadounidense más idónea Seda (Belt and Road Iniciative), impulsada por Chi-
para conservar su hegemonía. Su discurso de cam- na, son dos indicios fiables de su pérdida de centra-
paña enfatizó la intención de rehuir inmiscuirse en lidad en la arena mundial.
conflictos y guerras que impliquen cuantiosos costos
para el Gobierno estadounidense; no obstante, los El choque de intereses entre quienes desean preser-
primeros meses de su mandato continúan o profun- var la unipolaridad y las presiones de otros Estados
dizan la inercia de las administraciones preceden- por un orden multipolar explican, en buena medi-
tes. De no mediar acuerdos razonables en el corto da, el núcleo de conflictos de la geopolítica mun-
plazo, sigue siendo plausible la hipótesis del riesgo dial (Kucharz, 2016). Tampoco se trata, de manera
de escalamiento de conflictos regionales hacia con- simplista, de un juego suma cero; más allá de los
flagraciones globales. Los casos de Corea del Norte intereses nacionales, los intereses corporativos trans-
y Siria son, por ahora, los sustentos más robustos de nacionales entrañan complejas interacciones econó-
esa hipótesis. micas que, por momentos, tienden a desdibujar el
peso de los Estados-nación para subordinarlos a las
Sin perjuicio de que se diluciden en el corto plazo las necesidades del capitalismo global.
posturas que podrá sostener el nuevo Gobierno de
Estados Unidos hacia los tratados multilaterales de El traslape de los intereses nacionales con la diná-
comercio e inversión —ya se ha retirado del Acuer- mica expansiva del capital se ha exacerbado a raíz
do Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, de la crisis económica en curso. Este fenómeno ex-

4
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

plica, en buena medida, la emergencia de partidos por otras potencias extracontinentales, en particular
políticos y candidaturas, en Europa y en Estados China, como una oportunidad para acrecentar su
Unidos, con propuestas conservadoras que dicen influencia económica, mediante importaciones de
oponerse al regionalismo abierto; cuestionan la re- materias primas, inversiones y líneas de crédito en
localización masiva de las fábricas fuera de los países favor de las urgidas economías sudamericanas que,
industrializados y la sobrespeculación financiera; y altamente dependientes de la exportación de com-
estigmatizan las corrientes migratorias de los países modities, han sido golpeadas por la caída de precios.
más pobres hacia las regiones más desarrolladas.1 Di-
cho sea de paso, el panorama económico no parece Estas restricciones y oportunidades externas presio-
que vaya a mejorar de manera ostensible, al menos nan el contexto político de la región y explican, en
durante esta década, por lo que se mantendrían la- parte, los cambios de timón en la orientación política
tentes los factores que provocan las nuevas tensiones que han tenido varios de sus Estados, con especial
y conflictos. énfasis en las regresiones sociales ocurridas en Argen-
tina y Brasil en 2015 y 2016.2 Pese a ciertas iniciati-
En ese contexto, hay que volver la mirada al desem- vas, Latinoamérica sigue a la deriva en este momento
peño sociopolítico de Latinoamérica. El proceso de de agitación mundial. Los sistemas de integración
negociaciones diplomáticas entre Estados Unidos y regional y subregional creados en este siglo son dé-
Cuba —que ahora parece truncado con el Gobierno biles tanto frente a la inercia de factores extrarregio-
de Trump—, así como los acuerdos de cese al fuego nales como ante los cambios de orientación política
entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Arma- en los países latinoamericanos. Recientes modelos de
das Revolucionarias de Colombia (FARC), muestran cooperación y diálogo político multilateral —como
que la región está viviendo importantes reacomo- la Unión de Naciones del Sur (Unasur), de 2008, y
dos, tanto en las relaciones continentales como en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Ca-
las dinámicas nacionales (Serbin, 2016). Pero lo más ribeños (Celac), de 2010—, pese a ser la evidencia
relevante durante el siglo XXI es que buena parte de de esfuerzos hacia una mayor autonomía regional,
los países que la conforman aprovecharon un mayor acusan una considerable dependencia de las cumbres
margen de maniobra para impulsar medidas de po- presidenciales, vis a vis con el escaso desarrollo de
lítica nacional, subregional y regional que les permi- una institucionalidad supranacional robusta, a salvo
tiesen algún grado de autonomía. de los cambios de Gobierno en los países miembros
(Celi, 2016).
Sin perjuicio de lo anterior, es evidente que Estados
Unidos sigue ponderando a la región como una zona En Latinoamérica no hay Estados con el interés y
de resguardo y provisión de recursos estratégicos, la capacidad suficientes para ejercer un liderazgo
por lo que trata de revertir el terreno perdido du- orientado hacia esquemas de integración regional
rante el auge de los llamados Gobiernos posneolibe- y subregional más sólidos, menos retóricos o que,
rales. En contraste, la pérdida relativa de hegemonía en el otro extremo, superen la reducción de la coo-
norteamericana en la región también ha sido vista peración a las cuestiones del comercio. El peso de
los intereses nacionales y extrarregionales boicotea
esquemas multilaterales más sólidos. La fragmenta-
1 El surgimiento de expresiones conservadoras y xenófobas
ción de la acción conjunta de los países favorece que
en Europa ha sido exacerbado por las propias contradiccio-
nes y secuelas del capitalismo global. Es una buena noticia
que, entre 2016 y 2017, los partidos de extrema derecha han 2 Los retrocesos en estos países aluden a que, tras las medi-
sido contenidos en las urnas en Austria, Holanda y Francia, das de ajuste de los Gobiernos de Macri y Temer, la pobre-
como también se espera sean detenidos en las elecciones par- za y la desigualdad han aumentado considerablemente, así
lamentarias alemanas en septiembre de 2017. Sin embargo, como la transferencia de la riqueza a los sectores más ricos,
en tanto sigan latentes las condiciones sociales que dan lugar como efecto de las medidas políticas adoptadas. Para superar
a estas formaciones políticas, y mientras el bloque progresista el estancamiento económico, el Gobierno brasileño ha privi-
siga sin articular una propuesta creíble de cambio profundo, legiado la flexibilización laboral, el ajuste del gasto social y el
sería erróneo dar por extinguidos los brotes contemporáneos menoscabo al sistema de pensiones (Véase Salvia, Bonfiglio
de extrema derecha. y Vera, 2017; Peres, 2017, Schuster, 2017).

5
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

estos sean vistos como tierra de conquista, en lugar de de las izquierdas. Sin que apareciese con nitidez la
pares para entablar acuerdos más simétricos. cristalización de nuevos enfoques, América Latina
ha mostrado, en lo que va del presente siglo, ideas y
Esta limitación de la región agudiza su dependencia prácticas que, con sus altas y bajas, con sus aciertos
económica de terceras regiones y la hace más sus- y contradicciones, han servido para vislumbrar pro-
ceptible a la injerencia geopolítica de las principales yectos emancipadores en un mundo agotado por la
potencias del mundo —tanto de las tradicionales inercia del capitalismo en su fase neoliberal.
como de las emergentes— (Schnake, 2010). Sin lu-
gar a dudas, a Latinoamérica le convendría afianzar- Por supuesto que el agotamiento del proyecto neo-
se como región en temas estratégicos, a la vez que liberal no asegura per se el triunfo de un proyecto
dé respaldo a iniciativas globales que promuevan un alternativo. En primer lugar, acceder a cuotas de
multilateralismo democrático. poder dentro de los Estados no supone revertir de
modo automático el poder que ostentan las élites
tradicionales sobre los procesos económicos, so-
3. Las mutaciones políticas en América ciales, jurídicos y culturales (Stolowicz, 2004). En
Latina Latinoamérica, especialmente en su cuadrante sur,
durante la primera década del siglo en curso, un va-
La crisis económica global y las limitaciones de la riopinto espectro de fuerzas autoidentificadas como
democracia procedimental ameritan repensar los de izquierda accedió al Gobierno por la vía electoral.
marcos de interpretación para promover un cambio Hubo una aceptación básica de las reglas de juego de
social incluyente, sobre todo en sociedades como las la democracia liberal, pero, sobre todo en las expe-
latinoamericanas, que siguen siendo, pese a la ola de riencias de la región andina, se objetaron los alcances
Gobiernos de tono progresista, las más desiguales de la democracia procedimental por sus limitaciones
del planeta en la distribución de la riqueza (Cálix, para avanzar hacia una democracia incluyente en el
2016; oxfam, 2016).3 plano político, social, cultural y económico.

A mediados de los años noventas del siglo xx, el Sin embargo, la crítica a la democracia liberal no su-
panorama para la izquierda lucía desolador en todo puso un avance inequívoco hacia formas cualitativa-
el mundo, sin ser América Latina la excepción: el mente superiores. En países con escasa tradición de-
derrumbe del llamado socialismo real en la urss y mocrática, se corre el riesgo de que las quejas hacia el
la Europa del Este, la puesta a la defensiva de los Es- minimalismo desemboquen en la creación de estruc-
tados de bienestar de corte socialdemócrata, las crisis turas participativas de orden clientelar, con reducidos
que atravesaba la Revolución cubana y el atropellado campos de acción para el disenso y el cuestionamien-
final de la Revolución sandinista, fueron hitos que to a los líderes. Esta cautela no niega la ampliación
fijaron la necesidad de replantear la acción política o redefinición del sistema redistributivo ocurrido en
algunos países, ni la mayor politización de los sec-
3 Es usual referirse a la desigualdad en términos de distribu- tores populares; no obstante, el ethos democrático
ción del ingreso y de la riqueza. También habría que consi- parece ser todavía escaso en Latinoamérica.
derar las brechas en la distribución de la tierra. En ambas di-
mensiones, América Latina resulta ser la región más desigual
Por otra parte, las corrientes neoliberales apostaron,
del planeta. Según OXFAM (2016, pp. 21-23), con datos de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y sin más, por la desregulación económica, la privati-
la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), América Latina zación, la flexibilidad laboral extrema, la renuncia al
exhibe el reparto de la tierra más desigual del mundo. Su principio de progresividad fiscal y, no menos impor-
coeficiente de Gini aplicado a la tenencia de la tierra alcanza tante, se esmeraron en moldear el régimen democrá-
0.79, en contraste con el de Europa (0.57), África (0.56) y tico a la rotación y alternancia propia del elitismo
Asia (0.55). En América del Sur, la cifra supera el promedio
competitivo, sin importar cuán y cuánta gente se
regional, al alcanzar un valor de 0.85, en tanto que América
Central registra un valor apenas debajo del promedio (0.75). hallase excluida de la participación política efectiva.
Asimismo, se estima que el 1% de las unidades productivas Las fuerzas progresistas se enfrentaron (y se siguen
de América Latina posee la mitad de las tierras agrícolas. enfrentando) a la disyuntiva entre administrar tem-

6
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

poralmente la crisis del capitalismo neoliberal o dar El declive del boom de las materias primas que sos-
un paso adelante —sin que eso suponga un salto al tuvo la amplitud de las políticas sociales de los Go-
vacío— para ofrecer propuestas que se conviertan en biernos progresistas es una amenaza para la eficacia
un punto de inflexión para comprender y gestionar y legitimidad de sus mandatos. La lección que queda
los desafíos de las sociedades latinoamericanas. es que la región debe priorizar, diversificar y cualifi-
car sus fuentes de crecimiento y afinar gradualmente
La política contestataria tiene que ver con la denun- sistemas tributarios progresivos, a la vez que fortale-
cia de las injusticias y la movilización de los sujetos ce y amplía los mercados subregionales y regionales,
excluidos. Dentro de la acción política, tiene un para no depender tanto de los vaivenes de los precios
peso sustancial la correlación de fuerzas. Empero, es de las materias primas. Otra lección que se rescata
necesario enfatizar que la política, desde cualquier es advertir que el aumento del consumo de varios
perspectiva, es también generación de ideas y ca- millones de latinoamericanos, principalmente en
pacidades para ajustar, cambiar y aplicar con éxito Brasil y Argentina, no es un indicador que garan-
las políticas públicas. Tal vez ese es el principal reto tizará la lealtad electoral de esos nuevos segmentos
de las izquierdas: cómo avanzar en la capacidad de sociales. Si no se enfrentan la alienación consumis-
concebir y desarrollar una propuesta, en efecto, al- ta y la modificación de las demandas de los nuevos
ternativa, vis a vis con la correlación de fuerzas que estratos medios, esa misma población puede volcar
se refleja en el tablero de poder material y simbólico. sus preferencias políticas hacia quienes la seduzcan
Superar ese reto no compete de manera exclusiva a con la promesa de aumentar su espectro de consu-
las viejas élites o a las denominadas vanguardias de mo y seguridad, aunque sea a costa de sacrificar las
izquierda. Es preciso acudir a las experiencias —des- estructuras de redistribución renovadas a partir del
afortunadamente aisladas y que no hemos estudiado decenio anterior.
lo suficiente— de redes, grupos y movimientos so-
ciales que han logrado generar esquemas y respuestas No es tiempo de idealizar un sujeto único emanci-
creativas para superar ciertas condiciones de subor- pador. La política ya no tiene un referente singular.
dinación. Ningún movimiento, partido o espacio político or-
ganizado puede aspirar a representar verticalmente
Ahora bien, es contraproducente evaluar un pro- la complejidad de todas las subjetividades sociales.
yecto de izquierda por una mera coyuntura. En Pero aceptar la ausencia de ese sujeto único no sig-
realidad, habrá que observar con lupa el tipo de nifica renunciar a los esfuerzos de articulación de
acumulación de fuerzas que se está gestando para los sujetos excluidos. Es un tiempo propicio para
consolidar, a largo plazo, las metas de un proyecto delinear estrategias democráticas de acumulación de
político. Esto implica analizar el desempeño histó- fuerzas, procesando de modo horizontal demandas
rico de las variables del contexto, la correlación de comunes, pactando respeto ante las discrepancias
fuerzas y el grado de maduración de la población secundarias e impulsando acuerdos para revertir las
para avanzar hacia sociedades más cohesionadas. contradicciones fundamentales del sistema. Una
Lamentablemente, se dispone de poco tiempo. Si la política de izquierdas es una política de inclusión y
ola progresista que hoy mece a la región no muestra debate permanente, como preludio a la acción co-
resultados, ni persuade a la ciudadanía con horizon- lectiva transformadora.
tes de futuro más justos, viables y sustentables, las
fuerzas políticas reaccionarias, que ahora lucen aga- En pleno auge del neoliberalismo, Latinoamérica
zapadas en varios países, pueden, como ya empieza a fue una región en la que destacó la oposición de
verse, revertir el tablero político de la región, sea por movimientos sociales, urbanos y rurales, a las me-
la vía electoral, como en Argentina, o por la vía de
maniobras políticas que encubren verdaderos golpes
de Estado, como ocurrió en Brasil con el derroca-
miento de la presidenta Dilma Rousseff.

7
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

didas más drásticas del enfoque neoliberal.4 Estas pudieron o no pretendieron evitar que una parte de
luchas, de manera directa o indirecta, repercutieron las oligarquías continuara enriqueciéndose gracias a
para que, a finales de los años noventas, comenzaran la estrategia de captura de rentas (rent seeking). Tam-
a gobernar partidos y candidaturas que cuestionaban poco ha de pensarse que modificar el patrón de espe-
los impactos que la liberalización extrema y la reduc- cialización productiva depende de la mera voluntad
ción acrítica del rol estatal causaron a la mayoría de de los Gobiernos nacionales, ni que es un cambio
la población. que se logra de la noche a la mañana. En realidad, es
un proceso en el que intervienen múltiples variables
El ciclo de resistencia de las fuerzas progresistas sir- internas y externas a la región. Justamente de esa
vió de catapulta para un conjunto de partidos que, complejidad proviene el reclamo a estos Gobiernos
una vez en el gobierno, contaron a su favor con el por no haber impulsado con contundencia políticas
notable incremento de precios de materias primas que sentaran las bases de un cambio productivo.
estratégicas —minerales y metales, combustibles fó-
siles y ciertos monocultivos—, en gran parte, debido Por otra parte, la estrategia de crecimiento a base
a la expansión de la demanda de China y otros países de materias primas ha implicado graves impactos
asiáticos. Esta ventaja les permitió concretar cambios negativos en la sociedad y en la naturaleza. Prue-
en las políticas públicas para mejorar los programas ba de ello es la proliferación de conflictos socioam-
de protección social y ampliar la infraestructura pú- bientales que, a falta de un adecuado procesamiento
blica. Se podrá objetar numerosas decisiones de los democrático, han despojado de sus medios de vida
llamados Gobiernos progresistas de América Latina, a comunidades campesinas e indígenas en todos los
pero sería un error dejar de reconocer las palpables países de Latinoamérica.
reducciones en la incidencia de la pobreza, los es-
tímulos al mercado interno, los ajustes salariales y
la mejora en el acceso a bienes públicos que habían 3.1. Los recientes cambios en el
sido mermados por las políticas neoliberales (Sierra, tablero político regional
2011).
El ciclo electoral favorable a las variopintas fuerzas
Empero, es cierto también que la coyuntura favora- progresistas o de izquierda —también denominadas
ble no se aprovechó para avanzar en la transforma- Gobiernos posneoliberales— tiñó el mapa político
ción de la matriz productiva, más bien se ha afian- de Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia,
zado la primarización de las economías latinoame- Chile, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, Honduras y
ricanas (Cypher, 2014; Gudynas, 2011). La región El Salvador. En efecto, en 2008, la ola de Gobiernos
siguió eludiendo el desafío de transitar desde econo- electos en las urnas —que en mayor o menor me-
mías basadas en la producción de materias primas dida han intentado desafiar los supuestos del canon
hacia economías con una mayor y más sustentable neoliberal— llegó a contabilizar once presidencias
agregación de valor en sus bienes y servicios. Ade- que conformaban un amplio arco progresista en el
más, debido en mucho a los delicados equilibrios conjunto de dieciocho Estados latinoamericanos
políticos, los Gobiernos progresistas, en general, no (Stokes, 2009). No se trata aquí de evaluar en rigor
el grado de consistencia y coherencia de cada uno
de los Gobiernos que adoptaron, con diversa tonali-
4 El ciclo de protestas que impugnó el modelo neoliberal
registra, entre sus principales episodios, la irrupción del za- dad, ciertas medidas antineoliberales, pero se rescata
patismo en México (1994); las protestas y levantamientos su predisposición a plantear políticas —si bien no
liderados por la Confederación de Nacionalidades Indígenas siempre exentas de contradicciones— que tuviesen
de Ecuador (Conaie), entre 1998 y el 2000; el movimien- como objeto reposicionar, entre otros aspectos, el
to popular en Costa Rica en contra del Combo Energético papel del Estado, la integración latinoamericana y
(paquete de leyes que pretendía la privatización del Instituto
el aumento de la inversión social.
Costarricense de Electricidad), en el 2000; el movimiento
Piqueteros y otras acciones colectivas en Argentina (2001-
2002) y los alzamientos populares en Bolivia, durante las El auge de los llamados Gobiernos posneoliberales
llamadas “guerra del agua” y “guerra del gas” (2000-2003). dio inicio en 1998, con el ascenso presidencial de

8
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

Hugo Chávez en Venezuela (y sus posteriores reelec- tante, es relevante destacar el peso de los partidos
ciones en 2002, 2006 y 2012), seguido por la victo- de centro-izquierda en la Concertación de Partidos
ria en Brasil de Lula da Silva —candidato presiden- por la Democracia que, con la alternancia de candi-
cial del Partido de los Trabajadores—, en 2002, ree- datos demócrata-cristianos y socialistas, ganaron de
lecto en 2006 y luego sucedido por Dilma Rousseff, manera consecutiva cuatro elecciones presidenciales,
electa también para dos mandatos: 2010 y 2014. Por permitiendo así que estas fuerzas políticas goberna-
su parte, en Argentina inició el periodo kirchnerista ran desde 1990 hasta 2010, año en el que, al perder
con Néstor Kirchner, electo en 2003, y continuó las elecciones en segunda vuelta frente a la oposición
con el doble mandato presidencial de su cónyuge de centro-derecha, ocupó la presidencia Sebastián
Cristina Fernández (2006-2010 y 2011-2015). Piñera. La Concertación, tras la derrota de 2010,
En Uruguay, después de varios intentos, el Frente amplió su alianza con partidos de izquierda —in-
Amplio ganó en forma consecutiva tres elecciones cluyendo el Partido Comunista— y conformaron
presidenciales, primero en 2004, para permitir el la Nueva Mayoría, que venció en las elecciones de
ejercicio presidencial de Tabaré Vázquez; después, 2013, llevando por segunda vez a la presidencia a
José Mujica, en 2009; y más tarde, la reelección de Michelle Bachelet. Ahora, la coalición de centro-iz-
Tabaré Vázquez en 2015. En Bolivia, el Movimiento quierda presenta fisuras de gravedad que ponen en
al Socialismo (MAS) se adjudicó las elecciones pre- riesgo su continuidad y abren espacios para nuevas
sidenciales de 2005 con el candidato Evo Morales, reconfiguraciones progresistas en Chile.
reelecto para dos periodos más, en 2009 y 2014.
En Ecuador, Rafael Correa, del Partido Alianza País, La democracia, entre otros atributos, implica la
llegó a la presidencia en 2006, y fue reelecto en 2009 posibilidad de alternancia en el poder político, de
y 2013, mientras que en 2017 su partido volvió a manera que los cambios de partido en el Gobierno
ganar unas reñidas elecciones en segunda vuelta que son parte del juego democrático. El problema surge
llevaron a la presidencia a Lenín Moreno. El Frente cuando los procesos de cambio en sociedades tan
Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN) ganó desiguales como las latinoamericanas no se logran
las elecciones presidenciales en Nicaragua en 2006, afianzar y concretar en pactos sociales más o me-
con Daniel Ortega como candidato, quien fue ree- nos estables. Al no institucionalizarse los cambios
lecto en 2011 y 2016. En Paraguay, el obispo cató- inclusivos, la alternancia en favor de las élites tradi-
lico Fernando Lugo, apoyado por una coalición de cionales es, a todas luces, una amenaza de retroce-
izquierda, se alió con el tradicional Partido Liberal so para los incipientes procesos de transformación.
y de esa forma obtuvo una mayoría electoral que le Aquí estriba uno de los principales desafíos para las
permitió llegar a la presidencia, poniendo fin, dicho democracias latinoamericanas: lograr una alternan-
sea de paso, a seis décadas de gobierno (entre dic- cia de Gobiernos sin rupturas ni regresiones en el
taduras y Gobiernos electos) del Partido Colorado. acumulado de derechos y garantías ciudadanas.
Mientras tanto, en El Salvador, tras cuatro eleccio-
nes presidenciales dominadas por el partido conser- Queda en evidencia que las debilidades para la re-
vador Alianza Republicana Nacionalista (Arena), el novación partidaria progresista, tanto de partidos
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional como de cuadros políticos, facilita el desgaste de los
(FMLN) dominó las elecciones presidenciales en 2009 proyectos posneoliberales, situación que en los últi-
y 2014, hecho que permitió la presidencia de los mos años se ha visto exacerbada por las coyunturas
candidatos Mauricio Funes y Salvador Sánchez Ce- económicas adversas, la actualización estratégica de
rén, respectivamente (Bringel y Falero, 2016; Rho, las élites y la reincidencia en ciertos errores y desvia-
2016; Stoessel, 2014; Stokes, 2009). ciones en la gestión de Gobiernos que enarbolan las
opciones de cambio social. En ese sentido no debe-
Puede mencionarse también el caso chileno, pese a
las dificultades para encasillar a las alianzas políticas
que emergieron en el plano electoral en contra de
la dictadura de Pinochet y de la rígida demarcación
política y económica que dejó su régimen. No obs-

9
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

ría extrañar que el ciclo electoral favorable perdiera ahora, un importante papel simbólico, a manera de
fuerza y se enfrente hoy a riesgos considerables.5 contención de la aparente tendencia a la salida de
Gobiernos progresistas en la región.
Los golpes de Estado en Honduras y Paraguay en
2009 y 2012, respectivamente, fueron los primeros Como se dijo, estos cambios políticos han supues-
síntomas visibles del reflujo conservador en la región to, en general, un retorno, abierto o encubierto, a
latinoamericana. Ni Manuel Zelaya (Honduras), ni políticas que procuran recortar tanto el papel re-
Fernando Lugo (Paraguay), representaban cierta- distributivo del Estado como las iniciativas de una
mente un giro decidido hacia políticas de izquier- integración latinoamericana más solidaria. El reto es
da, pero sí impulsaron iniciativas de inclusión que la construcción de coaliciones de oposición política
alarmaron a las oligarquías de ambos países, lo cual, que corrijan con firmeza las desviaciones de los pro-
aunado al apoyo de las derechas continentales, per- gresismos de turno —si estos no quieren revisarse
mitió un abrupto final de los dos Gobiernos. A par- críticamente—, pero impulsando y mejorando la
tir de ahí, encontramos otras señales de agotamien- acción redistributiva observada en este periodo.
to del ciclo electoral progresista. En 2014, tras las
elecciones seccionales en Ecuador, el Partido Alianza Existen indicios para señalar que no se está necesa-
País sólo alcanzó ganar en una de las diez ciudades riamente ante el final del ciclo político progresista,
más pobladas, sin perjuicio de que continuó siendo pero sí ante amenazas y reflujos que plantean de-
la fuerza política que obtuvo mayor número de al- safíos de revisión del camino transitado. Las com-
caldías y prefecturas, y mejoró, en términos genera- plicaciones económicas —a raíz, sobre todo, de la
les, su presencia electoral en el país como conjunto disminución drástica de las divisas generadas por
(Le Quang, 2015). las exportaciones de materias primas— no sólo han
mostrado los límites del potencial de transformación
A finales de 2015, Mauricio Macri ganó el balota- de las políticas de estos Gobiernos, también han me-
je en Argentina, clausurando un ciclo de doce años noscabado su base electoral y el espectro de alianzas
de peronismo kirchnerista (2003-2015) y, casi en coyunturales (Ospina, 2016).
forma simultánea, el Partido Socialista Unido de
Venezuela (psuv) perdió por amplio margen en las Tampoco les será fácil a los Gobiernos conservado-
elecciones parlamentarias de Venezuela en diciem- res y neoliberales gestionar los delicados equilibrios
bre de ese año. Tres meses más tarde, en febrero de sociales que se lograron durante el auge de Gobier-
2016, Evo Morales perdió el referéndum en el que se nos autodenominados de izquierda. Las condiciones
jugaba la posibilidad de una nueva reelección de su económicas externas siguen siendo complicadas y,
mandato.6 Luego, en 2016, mediante un artificioso de alguna manera, determinados grupos ciudadanos,
impeachment, las fuerzas políticas reaccionarias del pese a los déficits de formación de conciencia social
parlamento brasileño lograron, a fines de agosto, emancipadora, podrían ir advirtiendo las diferencias
destituir a la presidenta brasileña Dilma Rousse- entre uno y otro tipo de gestión política. Ahora bien,
ff. En este contexto, la elección de Lenín Moreno si los partidos políticos que hoy son desplazados de
como presidente del Ecuador, en 2017, juega, por los Gobiernos insisten en achacar sus derrotas úni-
camente a factores exógenos a su gestión, no harán
sino favorecer la incertidumbre ciudadana sobre las
5 Algunos autores señalan que en el arco progresista se ob-
serva un debilitamiento que obedece, sobre todo, al desgaste alternativas de cambio.
de las élites en el poder, el impacto de la corrupción y el cese
o estancamiento de los ciclos económicos favorables (Marín Es tiempo de replantear estrategias, en especial aque-
y Muñoz, 2016). llas que atañen a: a) la relación con los movimientos
6 En 2015 se realizó el primer balotaje presidencial en Ar- sociales, las organizaciones de base y la ciudadanía
gentina. Macri obtuvo el 51.34% de los votos en la segunda;
en general; b) la transición de la matriz producti-
Daniel Scioli, el candidato oficialista, alcanzó el 48.66%.
Además, la Mesa de Unidad Democrática (mud) obtuvo 112 va; c) la formación de conciencia y opinión pública
de los 167 escaños legislativos, suficientes para contar con crítica y solidaria; y d) la relación con el medio am-
mayoría calificada en la Asamblea Nacional.

10
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

biente, tan deteriorado por la manera de habitar y tunidad para las fuerzas de izquierda en la mayoría
ocupar el territorio. de países latinoamericanos.

Una de las principales reflexiones tendría que apun- Podría decirse que en la región convivían dos fenó-
tar a que el campo de acción de la izquierda no menos en apariencia contradictorios. Por un lado,
puede circunscribirse al plano electoral (Stolowicz, la promesa de un proceso de democratización que
2004). Concretar los avances electorales en procesos alterara la inequitativa distribución del poder polí-
de transformación social-ecológica demanda, sin ex- tico y, por el otro, las secuelas del enfoque neolibe-
cepción, una lucha permanente en cada espacio de la ral que llevó a la disminución de derechos sociales
vida social donde tengan lugar relaciones asimétricas y económicos, y por ende, a la disminución de la
de poder. acción estatal para intentar corregir las inequidades
sociales. De suerte que la democracia, restringida a
una competencia entre élites para hegemonizar el
4. Las estrategias y orientaciones proceso de dominación, pronto encontró límites
políticas de las gestiones progresistas y resistencias que, luego de múltiples episodios de
movilización popular, resquebrajaron, hacia finales
Además de describir cómo se ha comportado el ca- de los años noventas, la legitimidad de los Gobier-
sillero de Gobiernos progresistas o de izquierda en nos neoliberales. Esta combinación de fenómenos
la región, conviene aproximarse a las estrategias po- generó condiciones propicias para que llegasen a go-
líticas que han utilizado para acceder y mantenerse bernar, por la vía electoral, partidos con un discurso
en el poder durante varios Gobiernos consecutivos. crítico sobre la orientación económica y social de los
Del mismo modo, es importante identificar, aun- Gobiernos en turno.
que sea de manera general, las orientaciones políticas
que estos Gobiernos han ejercido durante su predo- Con independencia del tipo de matriz ideológica,
minio en el siglo XXI. De nuevo, aquí se cautela la diversas fuerzas políticas denominadas progresistas
heterogeneidad de dinámicas de acceso y ejercicio accedieron a los Gobiernos nacionales. Aquí encon-
gubernamental. tramos un rasgo común a todas ellas: lo hicieron por
la vía de las elecciones, con las reglas preestablecidas
por las élites tradicionales. Esto sucedió incluso con
4.1. Las estrategias políticas para el fuerzas políticas que antes estaban constituidas como
acceso y mantenimiento en el poder de frentes de guerrilla , como en los casos del FMLN y el
gobierno FSLN, en El Salvador y Nicaragua, respectivamente.
Además, cabe mencionar que Dilma Rousseff, José
Las condiciones de posibilidad y los imaginarios de Mujica, Salvador Sánchez Cerén y Daniel Ortega,
lucha social variaron sustancialmente en las últimas antes de llegar a la presidencia de sus países, en algu-
décadas del siglo pasado, al grado de que la vía insu- na época formaron parte de las fuerzas guerrilleras.
rreccional armada se volvía cada vez menos factible
y deseable (Stoessel, 2014). La caída paulatina de La apuesta por la opción electoral dejaba ver dos
las dictaduras militares reaccionarias en la región — circunstancias concurrentes: a) la existencia de una
que culmina con la salida del poder de Stroessner en mayor tolerancia a los partidos de izquierda para
Paraguay (1989) y Pinochet en Chile (1990)— dio participar en procesos electorales, y b) un horizonte
paso a la instauración de Gobiernos electos bajo las de cambio más estrecho del que planteaban los pro-
reglas básicas de la democracia liberal. Sin que esto cesos por la vía de la revolución armada, en tanto
significase, en general, una profundización sustan- que las reglas de democracia electoral —y la arqui-
tiva de derechos, ni mucho menos de la arena de- tectura prevaleciente en los Estados latinoamerica-
mocrática, al menos se abrió una época con mayor nos—condicionan a priori, en mayor medida, a los
respeto a ciertos derechos civiles o políticos, que en proyectos políticos alternativos.
los años siguientes representaron un campo de opor-

11
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

Más allá de ese rasgo común de haber llegado a la Brasileño (PMDB),7 relación que si bien le permitió
presidencia por la vía electoral, los Gobiernos pro- ejercer el gobierno, finalmente fue una asociación
gresistas muestran importantes diferencias según el que neutralizó aún más la agenda reivindicatoria
tipo de partidos y alianzas políticas que permitie- del PT, facilitó el perfeccionamiento de las redes de
ron su ascenso. Sin pretender agotar la descripción corrupción que hoy salpican a los Gobiernos de ese
de cada variante observada en la región, al menos partido y, peor aún, el PMDB fue el caballo de Troya
se pueden distinguir tres formatos utilizados por el que desató los sucesos que más tarde consumaron
progresismo para llegar al Gobierno: el impeachment contra Rousseff. Resalta, por otra
parte, la experiencia uruguaya, donde el Frente Am-
1. Mediante partidos políticos ya establecidos y con plio, en un contexto institucional más sólido y en
cierta fortaleza acumulada. Es el caso del Partido presencia de un balance de fuerzas más simétrico,
de los Trabajadores (PT) en Brasil, el Partido Jus- ha logrado encaminar un proceso de reformas pro-
ticialista en Argentina y el Frente Amplio (FA) gresistas incrementales.
en Uruguay.
En la segunda situación, focalizada en tres países
2. Mediante partidos políticos de reciente formación andinos, las debilidades del Estado y el colapso del
que aprovecharon el quiebre del sistema tradicio- sistema de partidos tradicional permitieron la irrup-
nal de partidos para erigirse como mayoritarios. ción de nuevas fuerzas políticas que, en poco tiem-
Es el caso del Movimiento Quinta República po, se volvieron hegemónicas frente a una oposi-
(MVR) en Venezuela, luego transformado en el ción deslegitimada y dispersa (Moreira, 2017). Estos
actual Partido Socialista Unido de Venezuela nuevos partidos de Venezuela, Bolivia y Ecuador se
(PSUV); el Partido Alianza País (AP) en Ecuador apoyaron, además, en fuertes liderazgos carismáticos
y el Movimiento al Socialismo en Bolivia (MAS). que lograron poner en marcha sendos procesos cons-
tituyentes con el propósito de recrear un imaginario
3. Mediante partidos que surgieron directamente de de refundación en cada una de esas repúblicas. Debe
las fuerzas guerrilleras, los cuales, tras los acuerdos considerarse el hecho de que aunque estos partidos
de paz en sus respectivos países, pasaron a parti-
cipar en la competencia electoral. Es el caso de
7 El pmdb es un partido de centro derecha de Brasil, creado
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1980 —proviene del Movimiento Democrático Brasile-
en Nicaragua y el Frente Farabundo Martí para ño (1966)—, que jugó un papel importante en contra de
la Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador. la dictadura militar de esa época. Cuenta con una amplia
presencia territorial a nivel regional y local, basado en nota-
En la primera situación, los partidos progresistas bles redes clientelares y de caciques locales y regionales. Se
de esos países, ubicados en la región meridional del le considera el partido con mayor afiliación en Brasil. Sin
embargo, nunca ha podido ganar una elección presidencial;
continente, tuvieron en general márgenes de ma- de hecho, desde su creación, sólo ha participado en dos (con
niobra más restringidos para introducir cambios en magros resultados en 1989 y 1994). No obstante, su base te-
las políticas públicas. Esto debido a la existencia de rritorial le ha permitido, desde 1995, formar coaliciones con
un aparato estatal hasta cierto punto más institucio- todos los partidos, las cuales han triunfado en las elecciones
nalizado, con reglas de juego más consolidadas, en presidenciales, permitiéndole obtener mayorías funcionales
para ejercer el gobierno (Infobae, 2015; Mainwaring, 1996).
paralelo a un complejo equilibrio de fuerzas políticas
Producto de esas alianzas, el pmdb ha tenido ya tres vice-
parlamentarias, incluso en los años en que triunfaron presidentes que, por diferentes circunstancias, han sustitui-
con mayorías más contundentes. Reflejo notable del do a presidentes electos de otros partidos que no pudieron
tipo de restricciones y negociaciones políticas que terminar su cargo: el vicepresidente José Sarney (presidente
enfrentan estos partidos son las alianzas del PT de de 1985 a 1990) sucedió a Tancredo Neves (fallecido antes
Brasil con el Partido del Movimiento Democrático de ser ungido presidente); el vicepresidente Itamar Franco
(presidente de 1992 a 1994) sucedió a Fernando Collor de
Mello, quien por sonados escándalos de corrupción se vio
obligado a renunciar al cargo; y el vicepresidente Michel Te-
mer (presidente de 2016 a la fecha) sucedió a Dilma Rous-
seff tras su destitución.

12
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

contaron con un mayor margen de decisión que sus Aparte de las tres modalidades planteadas, puede
pares en el Cono Sur, confrontan siempre a los po- mencionarse la singularidad del caso chileno, en
derosos intereses económicos y mediáticos que re- el que una coalición de partidos de orientación
chazan, por diversas razones, la orientación y praxis demócrata-cristiana y socialdemócrata surgió tras la
de estos Gobiernos. De los tres países, el partido victoria de la Concertación de Partidos por el No,
que hoy enfrenta mayores problemas para gobernar en el plebiscito que ponía fin a la dictadura de Pino-
es el PSUV de Venezuela, que afronta una gravísima chet. Así, en octubre de 1988, nació la Concertación
crisis económica y política debida a múltiples facto- de Partidos por la Democracia, que agrupaba a un
res, tanto internos como externos a la gestión guber- amplio espectro político opositor al régimen dicta-
namental. Los resultados adversos en las elecciones torial. Esa coalición resultó avante en las elecciones
legislativas de 2015 son una de las mayores muestras convocadas para 1989. Desde 1990, la Concerta-
del debilitamiento del PSUV. ción ejerció cuatro presidencias consecutivas, las
primeras dos con un candidato demócrata-cristiano
En lo que concierne a la tercera situación, aunque el (1990-1999) y las siguientes dos con candidaturas
FSLN y el FMLN provienen del antecedente inmediato de centro-izquierda (2000-2010). Tras su derrota
de las guerras civiles y los acuerdos de paz en sus res- en las elecciones de 2009, que llevó a la presidencia
pectivos países, las trayectorias de sus experiencias en a Sebastián Piñera (2010-2014), la Concertación
los Gobiernos difieren en forma sustancial. Por una amplió su conformación e integró a otros partidos
parte, el FSLN tuvo la oportunidad, como fuerza gue- de izquierda y pasó a denominarse Nueva Mayo-
rrillera, de ejercer el Gobierno en Nicaragua durante ría. Con esta denominación, venció en la segunda
el periodo de 1979 a 1990, luego perdió las eleccio- ronda de las elecciones de 2013, lo que permitió a
nes en 1990 ante la Alianza Nacional Opositora y, Michelle Bachelet su segundo mandato presidencial
desde ese momento, el FSLN se convirtió en el parti- (2014-2018).
do de la oposición, hasta el año 2006, en que triunfó
en los comicios y llevó a la presidencia a Daniel Or- Entre 2006 y 2012, también se observaron dos ca-
tega, con posteriores reelecciones en 2011 y 2016. sos atípicos de presidentes que, siendo respaldados
Por otra parte, el FMLN, tras los acuerdos de paz de en buena medida por el voto de partidos tradiciona-
1992, participó en cuatro elecciones presidenciales les, al llegar al poder exhibieron posturas próximas
en las que, durante veinte años, siempre se impuso el al arco progresista latinoamericano. Ambos ejercían
partido conservador Alianza Republicana Nacional la presidencia con una base social muy débil como
(Arena). Durante ese tiempo, el FMLN acumuló una para intentar siquiera desafiar algunos privilegios
base electoral y afianzó importantes resultados en los del statu quo. El primer caso es el de Manuel Zela-
comicios municipales y legislativos. Finalmente, en ya, en Honduras, elegido por el tradicional Partido
2009 y 2014, obtuvo la presidencia en las eleccio- Liberal para el periodo 2006-2010. El mandatario,
nes. Mientras el FSLN, liderado por Daniel Ortega, luego de una serie de decisiones y circunstancias
logró, mediante estrategias de diversa índole, hege- concurrentes, tomó cierta distancia de las cúpulas
monizar el sistema de partidos y controlar el Estado hegemónicas de su partido y se acercó a la iniciativa
de Nicaragua sin mayores inconvenientes, al FMLN Petrocaribe, promovida por el Gobierno de Vene-
le ha tocado desempeñarse en un sistema de partidos zuela, y luego hizo ingresar al país a la Alianza Boli-
más equilibrado y con un diseño institucional estatal variana para los Pueblos de Nuestra América (Alba),
menos propicio para la concentración de poder que a la vez que su Gobierno iba fortaleciendo varias
ostenta el oficialismo sandinista en Nicaragua. Es alianzas con movimientos sociales y, en un contexto
llamativo que el FSLN, pese al vasto poder con el que de mayor crecimiento económico, modificó sustan-
cuenta, no haya promovido un proceso constituyen- cialmente el salario mínimo para reducir las brechas
te al estilo de los países andinos; en lugar de eso, ha de éste con la canasta básica de alimentos. Con una
optado por aplicar tanto su mayoría parlamentaria inédita correlación de fuerzas —muy distinta a la
como la promulgación de decretos presidenciales que existía cuando comenzó su mandato—, pro-
para ir adecuando normas que afiancen su poder movió la idea de que el país necesitaba un proceso
político. nacional constituyente, pluralmente integrado, el

13
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

cual serviría para redefinir el marco institucional condiciones favorables para que partidos políticos
democrático. críticos al neoliberalismo llegasen a gobernar (Fer-
nández, 2016). En realidad, no se trataba de accio-
La oligarquía, preocupada por el futuro desenlace nes colectivas de protesta que respondiesen a una
de esos cambios que iban en detrimento de sus pri- sólida agrupación de actores excluidos, prevalecía
vilegios, decidió dar un golpe de Estado en junio de ciertamente la heterogeneidad y, muchas veces, la
2009, a siete meses de que concluyera el mandato espontaneidad.
de Zelaya. A partir de 2010, gobernó en Honduras
el conservador Partido Nacional, con una agresiva La diversidad de actores opuestos a la lógica de acu-
agenda neoliberal, aliado con el disminuido Partido mulación, especulación y dominación sobre los su-
Liberal. En efecto, este partido, tras el golpe de Es- jetos y los territorios contenía un alto potencial para
tado, se vio debilitado y una significativa porción de viabilizar un proceso de transformación en la región.
sus miembros pasó a formar parte del Partido Liber- Sin embargo, a la larga, se impuso la ruta electoral
tad y Refundación (Libre), creado en 2012, el cual que, como se sabe, presiona a las fuerzas políticas
aglutinó a la mayoría de sectores que se opusieron al para acumular fortalezas y capacidades para obtener,
derrocamiento de Zelaya. en el corto plazo, porciones de voto satisfactorias;
es decir, el camino electoral se convirtió en el carril
El otro caso es el del exobispo Fernando Lugo, electo principal por el que se enrumbaban los esfuerzos
presidente en Paraguay para el periodo 2009-2013. para desafiar al poder de las élites tradicionales. Por
Participó como candidato de una amplia coalición supuesto, la participación en elecciones con posi-
de partidos, la Alianza Patriótica para el Cambio. bilidades de triunfo no es un camino desdeñable,
Lugo representaba, al inicio, a una coalición de par- lejos de eso, era necesario hacerlo. Sin embargo, no
tidos progresistas que, para contar con posibilidades se puso la debida atención en impulsar procesos po-
de triunfo electoral, se alió con el tradicional Partido líticos que articularan de modo virtuoso la vía ins-
Liberal Radical Auténtico. Este partido logró ubicar titucional partidaria, con la ingente tarea de seguir
a Federico Franco como vicepresidente. A punto de fortaleciendo la formación de conciencia, organiza-
cumplir cuatro de los cinco años del periodo pre- ción y empoderamiento de los sujetos populares.
sidencial, una maniobra política en la Cámara de
Diputados, en la que destacó la conspiración del La propia relación con los movimientos sociales
Partido Liberal, abrió un arbitrario juicio político y organizaciones de base muestra los límites de la
que culminó con el derrocamiento de Lugo, siendo perspectiva de cambio de los Gobiernos progresistas,
sustituido por el vicepresidente Franco. tanto de los que emprendieron proyectos refunda-
cionales como de los que tuvieron que optar por
En el análisis de las estrategias políticas de los par- reformas y pactos continuos con otros partidos po-
tidos progresistas que accedieron a los Gobiernos líticos. Como era de esperarse, los principales con-
nacionales, otro aspecto por demás relevante es la flictos se dan con aquellos movimientos que cues-
relación con los movimientos sociales que han cues- tionan la continuidad y profundización del modelo
tionado el orden neoliberal, el sistema capitalista extractivista. Este modelo, si bien reportó cuantiosos
o, en una crítica todavía más profunda, la propia recursos para los Gobiernos —en especial durante el
racionalidad de la modernidad. Como se dijo an- periodo 2003-2013—, era insostenible si no se cam-
tes, las movilizaciones antineoliberales de los años biaba la matriz productiva. No menos importante,
noventas y principios de la primera década del siglo la expansión de la frontera extractiva ha significado
XXI fueron una reacción que, con diversos grados de el desplazamiento, despojo y, por ende, mayor vul-
intensidad, repercutió en toda la región, destacando nerabilidad de poblaciones, en su mayoría indíge-
por su intensidad y prolongación los episodios de nas y rurales, que ven impotentes cómo se impone
protesta social en Bolivia, Venezuela, Ecuador y Ar- la razón de Estado y los intereses de corporaciones
gentina. Estas protestas debilitaron fuertemente los multinacionales.
acuerdos de gobernabilidad de las élites. Sobre este
escenario de insatisfacción y resistencia, se crearon

14
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

Por regla general, las actuales experiencias progre- cial el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario
sistas en América Latina no han abordado en forma Internacional (FMI), y b) la creación de instancias y
adecuada las relaciones con los movimientos sociales foros regionales para el diálogo y la concertación en
que propiciaron las condiciones para un cambio en clave de una integración alternativa —destaca aquí
el tablero político. Bolivia es, quizá, el mejor ejem- la creación de la Unasur y la Celac—.
plo de articulación de movimientos sociales, sobre
todo los de base indígena y cocalera, con la poderosa En términos concretos, la acción política progresista
fuerza política en la que se constituyó el MAS, sin se concentró en readecuar el papel de los Estados en
perjuicio de que, en lo sucesivo, conforme se iba los procesos de cambio social promovidos en cada
consolidando el Gobierno de Evo Morales, comen- país. Esta orientación implicó tomar decisiones para
zaron a presentarse tensiones —hasta cierto punto aumentar la porción de recursos financieros dispo-
previsibles— entre la racionalidad de los cuadros de nibles, adecuar el marco jurídico institucional para
Gobierno y ciertos colectivos al interior del bloque ampliar las competencias estatales, con énfasis en el
social que permitió el cambio político en Bolivia. sector social, y ajustar las relaciones internacionales
según permitiese el margen de maniobra.
Lo anterior no significa que deba tenerse el punto de
vista de los movimientos sociales como el único vá- Para captar más recursos financieros, la estrategia
lido, pues ignorar las presiones y desafíos que afron- se ha basado en garantizar una mayor captación de
tan los Gobiernos es también contraproducente. Lo las rentas de los productos primarios de exportación
que vale enfatizar es que no se sentaron las bases y, salvo pocas excepciones, no pudieron superar el
para una plataforma social que articulase al bloque legado neoliberal de una estructura tributaria basa-
político, procesando acuerdos sobre la orientación y da en los impuestos indirectos. Durante el periodo
praxis de los proyectos alternativos. 2000-2011, destaca que la mayoría de los países de
la región mostró un incremento en la captación tri-
butaria como porcentaje del PIB, en un contexto de
4.2. Una aproximación a la orientación mayor crecimiento y un aumento del consumo de
programática de los Gobiernos los quintiles más pobres. En efecto, durante ese pe-
progresistas riodo, la carga tributaria de la región latinoamerica-
na pasó del 19.3% al 23.6% del PIB, incluyendo los
Si bien la heterogeneidad de los Gobiernos progre- aportes a la seguridad social y sin incluir los ingresos
sistas es un hecho incontestable, es pertinente iden- de la renta petrolera. En ese lapso, los países con
tificar algunos ejes transversales que caracterizan sus mayor alza de la presión tributaria fueron Argentina
gestiones. Téngase en cuenta que estos rasgos comu- y Ecuador, mientras que en México y Venezuela más
nes difieren en intensidad, según el contexto de cada bien se redujo. Vale destacar que en 2012, incluyen-
país. A priori, pueden plantearse tres ejes de acción do los aportes a la seguridad social, siete países —la
que, en mayor o menor medida, se encuentran al mayoría regidos por Gobiernos progresistas— se
analizar la praxis de estos Gobiernos: a) los esfuerzos situaban arriba de la carga tributaria promedio de
por mejorar la captación de los Estados en las acti- la región: Argentina Brasil, Uruguay, Bolivia, Costa
vidades económicas consideradas estratégicas, b) los Rica, Chile y Ecuador (Comisión Económica para
esfuerzos para fortalecer el papel del Estado en pro América Latina y el Caribe [CEPAL], 2013).8
de la justicia social, y c) los intentos por avanzar ha-
cia una integración política más autónoma respecto Los avances en la recaudación tributaria son un ras-
de los Estados Unidos y más acorde a la visión de un go positivo en Latinoamérica, pero hay que decir
mundo multipolar. que, salvo Brasil y Argentina, la proporción de in-

Estas iniciativas tuvieron como consecuencia, al me-


8 Entre 2005 y 2012, sobresale el aumento de la presión
nos, dos tipos de medidas políticas: a) tomar cierta tributaria en Argentina (del 26.9% a 37.3%), Ecuador (del
distancia del núcleo duro de políticas exigidas por 11.7% al 20.2%) y Bolivia (del 19.1% al 26%) (Gómez y
los organismos financieros internacionales, en espe- Morán, 2016; cepal, 2013).

15
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

gresos tributarios con base en el PIB está muy reza- en menor medida, minería—, ya sea por el control
gada respecto a la que presentan, por ejemplo, los directo de la renta o por el cobro de regalías. Las op-
países de la Organización para la Cooperación y el ciones privilegiadas para mejorar esta participación
Desarrollo Económicos (OCDE). Además, la regresi- van desde la nacionalización de rubros estratégicos,
vidad en el cobro de los impuestos sigue siendo un hasta la coparticipación accionaria, o bien, mediante
lastre en la región, algo que la gestión política del la renegociación de los contratos de concesión. La
arco progresista ha estado lejos de revertir.9 Desde mayor captación queda en evidencia al comparar
los años noventas, la reforma tributaria se ha veni- los indicadores de los periodos 1990-2002 y 2003-
do concentrando en una mayor recaudación por la 2010. Por ejemplo, en el Ecuador, entre los perio-
vía de los impuestos indirectos, en especial el IVA, dos 1999-2001 y 2009-2011, los ingresos obtenidos
al grado de que éste es el principal aportador den- de la explotación de productos primarios crecieron
tro del conjunto de impuestos considerados en los 7.2% en proporción al PIB, otro tanto ocurrió en
ingresos tributarios. Pese a algunos avances en el au- Bolivia (3%), Argentina (2.9%) y en Chile (2.2%)
mento de participación de los impuestos directos, (Gómez, 2016; CEPAL, 2013).
estos aún requieren ser potenciados, sobre todo en el
gravamen de las ganancias de capital y la reducción La región había gozado, en otras épocas, la bonanza
de exoneraciones fiscales sin justificación, sin dejar de los precios internacionales de sus materias pri-
de lado el potencial redistributivo que podría tener mas, pero no siempre era aprovechada por los Esta-
una mejor captación de los impuestos patrimoniales dos. Es por ello que se afirma que un rasgo positivo
(CEPAL, 2013 y 2014; Gómez y Morán, 2016; Jimé- en el último auge fue la mayor voluntad y capacidad
nez, 2015; Martner, 2016). de los Estados para acceder a los excedentes y poder
destinarlos a la inversión en infraestructura y servi-
La región padece, además, un mal tributario de difí- cios sociales, con un mayor alcance que el observado
cil solución en tanto no se construya una nueva co- durante el apogeo neoliberal de los años noventas.
rrelación de fuerzas a nivel supranacional. En efecto,
es notoria la erosión fiscal que provoca la inserción Ahora bien, más allá de los valiosos ingresos que han
subordinada en la economía global, lo que da lugar, recibido los Estados, el enfoque extractivista provo-
entre otros agravios, a masivas salidas de capital que, ca efectos negativos que hay que ponderar dentro
por diferentes vías, esfuman la base de captación que de la gestión de los Gobiernos progresistas. Pueden
deberían producir las actividades más dinámicas de mencionarse, entre otras, las siguientes secuelas: a) el
la economía. Lo anterior tiene que ver con excesivos sector primario exportador, en especial el de hidro-
incentivos fiscales a la inversión extranjera directa, carburos y el minero, genera pocos o nulos encade-
pero también con las magras regulaciones al comer- namientos con las economías nacionales y regiona-
cio intrafirmas de las empresas transnacionales y la les, no induce per se procesos de industrialización y
fuga de divisas por actividades ilícitas y la colocación es intensivo en capital, pero no en la generación de
de fondos en paraísos financieros (Nueva Sociedad, empleo (Gudynas, Guevara y Roque, 2008); b) la
2016). ampliación de las fronteras extractivas ha provocado
impactos y conflictos socioambientales que precari-
Donde mejor se posicionaron los Gobiernos progre- zan los medios de vida de comunidades rurales (en
sistas para obtener recursos fue en la participación especial indígenas) y comprometen la sustentabili-
estatal en las rentas económicas, en especial de pro- dad de los entornos naturales; c) la mayor depen-
ductos naturales no renovables —hidrocarburos y, dencia de las exportaciones extractivistas vuelve a
las economías nacionales más vulnerables, por la alta
9 Una evidencia de la regresividad la menciona Bárcena volatilidad de los precios de estos productos; d) los
(2016), al señalar que, en América Latina, la tasa impositiva ingresos generados por los rubros extractivistas tien-
media efectiva que paga el decil más rico no supera el 5%
den a relajar la responsabilidad de los Estados de di-
de su ingreso disponible, y sostiene además que los sistemas
tributarios de América Latina son seis veces menos efectivos señar y consolidar regímenes tributarios progresivos
que los europeos en lo referente a la redistribución de la y suficientes para darle sostenibilidad a los ingresos
riqueza y la reducción de la desigualdad. fiscales (CEPAL, 2013); y e) la afluencia masiva de

16
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

divisas en épocas de bonanza de los commodities, en sentado las primeras dos décadas del siglo en curso.11
ausencia de políticas correctoras, aumenta el riesgo Contrario a lo que sucedió en los años de hegemonía
de exceso de liquidez monetaria (enfermedad holan- neoliberal, los Gobiernos se resistieron a favorecer
desa), con sus consecuentes efectos en la inflación un comportamiento procíclico del gasto social, por
y el desincentivo a la oferta exportadora de bienes lo que tendieron a mantener o reforzar los progra-
industriales. mas de reducción la pobreza (CEPAL, 2015).

Conviene ahora preguntarse sobre el tipo de políti- Es importante señalar que, en plena crisis financiera
cas públicas que fueron privilegiadas con los recursos mundial, durante 2009, los Gobiernos priorizaron
captados durante el ciclo favorable de las materias medidas para estabilizar la demanda interna por la
primas. No es que se haya dado una ruptura abrupta vía de aumentar el gasto público no social, orientan-
con las políticas de los Gobiernos precedentes, pero do recursos a inversiones en infraestructura de cami-
sí se crearon y profundizaron programas para redu- nos, educativas, sanitarias y de vivienda, conectadas,
cir los déficits de inclusión social que las fallas del además, con programas de creación de empleo, así
mercado han ensanchado. De cualquier forma, los como programas de fomento productivo para dirigir
notables avances en la reducción de la pobreza y en crédito al sector de las microempresas. Sin embargo,
la mejora del acceso de los grupos más vulnerables a en este eje de políticas —infraestructura y fomento
ciertos servicios públicos no han bastado para rever- productivo—, la capacidad de ejecución fue menos
tir los factores determinantes de la exclusión social. satisfactoria que la de los programas sociales de asis-
Para esos efectos, se requieren intervenciones más tencia y protección social (CEPAL, 2015).
estructurales relacionadas con las características del
modelo económico. Es inobjetable el acento de los Gobiernos progresis-
tas en tratar de mitigar los efectos más visibles de la
Durante los años de mayor predominio de Gobier- exclusión social, por ello profundizaron y amplia-
nos progresistas en la región, el logro más destaca- ron las políticas de focalización que heredaron de los
do ha sido la reducción de la pobreza, que pasó de Gobiernos neoliberales. De ahí el éxito en mejorar el
43.8%, en 2002, a 28.1%, en 2013, es decir, una nivel de coordinación y lograr impactos positivos de
reducción de aproximadamente 16 puntos porcen- los programas de transferencias condicionadas y, en
tuales; en cambio, entre 1990 y 2002, sólo se redujo general, de los programas para reducir la pobreza, la
en 4.6 puntos: de 48.4% a 43.8%. Esta disminución indigencia, la desnutrición y la mortalidad materno-
no fue producto del mero crecimiento económico, infantil, y para proveer un ingreso básico a los adul-
pues ya la región ha gozado de otros ciclos favorables tos mayores, entre otros (Mirza, 2014).
que no se tradujeron en bienestar social para los más
pobres. Se reconoce, por lo tanto, el esfuerzo de los A su vez, según el contexto de cada país, se procuró
Gobiernos por captar mayores ingresos y aumentar un mejor equilibrio y articulación entre la focaliza-
el gasto público social. En el segundo aspecto, este ción asistencialista y la universalización del acceso
aumento se verifica tanto en términos de prioridad a los derechos sociales, pero en este último campo
macroeconómica como de prioridad presupuesta- los avances son menos contundentes, ya que la uni-
ria.10 El gasto social observó incrementos sustancia- versalización de ciertas prestaciones requiere no sólo
les, incluso en momentos de crisis o de alteración de
las condiciones económicas ventajosas que han pre-
11 Esta tendencia acíclica, o incluso anticíclica, se observó
por ejemplo durante el aumento de los precios de los ali-
mentos y combustibles en 2008 (en especial para los países
que no cuentan con fuentes de petróleo), durante la mayor
expresión de las crisis financiera (2009), e incluso en los úl-
timos años con la desaceleración de las economías emergen-
tes y de los principales mercados de exportación de los que
10 El gasto público social, como porcentaje del gasto públi- depende la región latinoamericana (China en especial para
co total, pasó del 60.9%, en el periodo 2001-2002, a 66.4%, la América del Sur, Estados Unidos y Europa para México,
en el periodo 2013-2014 (cepal, 2015). Centroamérica y el Caribe).

17
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

mayor dotación de recursos financieros, sino tam- más inequitativa del planeta.12 Gudynas también
bién mejores capacidades de ejecución de políticas menciona que los propios programas considerados
públicas. Esto último pasa, ineludiblemente, por exitosos presentan el desafío de superar los sesgos de
mejorar los criterios de asignación del gasto social y clientelismo electoral.
por reducir los niveles de inoperancia y corrupción
en la administración pública. Una de las principales conclusiones a extraer de los
enfoques de política pública de los Gobiernos pro-
Con base en lo anterior, y con independencia del gresistas es reconocer que se lograron importantes
nivel de eficiencia o de profundidad que ha logrado niveles de inclusión para amplias franjas poblacio-
cada Gobierno, se podría decir, siguiendo a Chris- nales; no obstante, la inclusión ha sido precaria, en
tian Mirza (2014), que existen ciertas características tanto no se ha podido avanzar mucho en dos di-
comunes a la mayoría de los Gobiernos progresistas recciones: a) en la reorientación del actual sistema
respecto a la concepción de la política social y al económico de producción, distribución y consumo,
tipo de esfuerzos desplegados, a saber: a) posicio- basado en maximizar beneficios privados y en ex-
nar la idea de un Estado protector y promotor de ternalizar los impactos socioambientales, y b) en el
derechos; b) buscar una mayor integralidad de las empoderamiento crítico, autónomo y solidario de
políticas públicas; c) considerar la universalidad y la ciudadanía y grupos sociales que presentan mayor
no sólo la focalización; d) incrementar la inversión vulnerabilidad en la región.
social (además, con tendencia contracíclica); e) apli-
car reformas sociales, en especial en la educación y
la salud; y f ) priorizar la articulación intersectorial y 5. Consideraciones finales
las innovaciones institucionales.
Lo expuesto en los apartados previos ha pretendido
Pero a pesar de los beneficios reportados en áreas es- relacionar el desempeño de los Gobiernos progresis-
pecíficas, en el balance, las intervenciones se concen- tas en América Latina con las tendencias globales y
traron más en los síntomas que en las causas múlti- regionales. Aunque no se trata de un análisis exhaus-
ples de la pobreza. Como dice Gudynas (2008), los tivo por país, permite al menos aproximarse a rasgos
programas implementados tienden a concentrarse cruciales para problematizar la gestión de estos Go-
en medidas de emergencia para atender la pobreza biernos, y advertir sus logros, límites y desafíos. La
extrema y la pobreza en general, por eso se han es- pregunta que surge ahora es cómo el comportamien-
forzado en que las familias más vulnerables tengan
acceso a un ingreso básico y en mejorar el acceso a
los sistemas de salud y educación (sobre todo pri- 12 Al respecto, Jiménez (2015) expresa que
maria, aunque con serias limitaciones para mejorar las instituciones en la región no logran limitar (ex ante) las
dinámicas de mercado que genera la concentración del ingre-
la pertinencia de la educación y el acceso a la educa- so y la capacidad que tienen de corregirla (ex post) a través de
ción secundaria y a la ciencia y tecnología en gene- transferencias monetarias e impuestos es limitada, sobre todo
ral). El punto es que esas medidas, en sí mismas en- si se compara con las experiencias de otros países o regiones.
comiables, distan de ser suficientes. Una muestra de Esta menor capacidad tiene que ver con los bajos niveles
su limitación es que, en realidad, la desigualdad no de ingresos tributarios y su menor impacto distributivo, así
como con los menores y menos progresivos niveles de trans-
se redujo a fondo en Latinoamérica durante el siglo
ferencias, incluidas las contributivas. Por otra parte, tam-
XXI, por lo que sigue siendo considerada la región bién es necesario reconocer que la creciente incorporación
de pensiones no contributivas, en especial las transferencias
monetarias condicionadas dirigidas a hogares con niños, ha
ampliado de manera considerable la cobertura de este tipo
de prestaciones, que presentan alta progresividad. De esta
manera, la redistribución secundaria a través del gasto ha
mejorado considerablemente en la región. Los impuestos,
sin embargo, no han seguido el mismo camino y su función
redistributiva se ha visto muy poco amplificada en términos
generales (pp. 26-27).

18
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

to de los fenómenos abordados obstruye o posibilita las trayectorias seguidas por los Gobiernos latino-
un salto cualitativo de la gestión pública hacia la americanos. Existe siempre un margen de manio-
transformación social-ecológica en Latinoamérica. bra regional, subregional y nacional que responde
a otros factores, como las capacidades institucio-
Ponderar a los Gobiernos que fueron percibidos nales, los esfuerzos por la reorientación del sistema
como alternativas frente a los que prevalecían en económico, los grados de cohesión y equidad social,
las recientes décadas, requiere asumir, por un lado, y la profundización de la democracia. Es decir, los
una postura empática, para comprender mejor los pactos sociales, tácita o expresamente existentes en
apremios y desafíos concretos que han enfrentado y, cada país, se convierten en una atmósfera particular
por otro, una postura crítica, que permita el análisis que puede propiciar mejores o peores condiciones
sin esquemas dogmáticos o de defensa a ultranza de de adaptación a las circunstancias globales y hemis-
una u otra experiencia política. Lo que está realmen- féricas.
te en juego es la posibilidad de viabilizar proyectos
emancipadores que articulen, de forma responsable, Sucesos recientes, como las motivaciones que favo-
la búsqueda de bienestar social con los límites y po- recieron el Brexit, la expansión electoral de partidos
sibilidades de los ecosistemas. neofascistas en Europa, la presidencia de Trump,
entre otros, muestran que la crisis económica y eco-
Sin perder de vista las dificultades para catalogar a lógica no tendrá, de modo inexorable, salidas hacia
los partidos que condujeron la oleada de cambio po- equilibrios multilaterales que redefinan un proceso
lítico, destaca que la mayoría de ellos se autocalifica- globalizador más responsable. Es también posible, si
ra como de izquierda o progresista, lo que permitió no se hace nada al respecto, un nuevo cercamiento
a la ciudadanía identificar opciones que ampliaban del mundo. Las tentativas de recomponer la hege-
el rango político que ha prevalecido en la región. Sin monía por parte de las fuerzas hoy menguadas por
embargo, la autoidentificación no basta para asegu- las dinámicas globales pueden causar mayores pro-
rar que un determinado partido o Gobierno sea pro- blemas a la convivencia mundial y, no menos im-
gresista, lo conveniente es analizar las trayectorias, portante, a la superación de los desafíos biofísicos
contextualizarlas y extraer lecciones. Mucho se habla del planeta.
del retroceso que supone el nuevo ascenso de parti-
dos neoliberales o conservadores, pero también debe Pese a todo, América Latina podría, en medio de la
preverse que, en ausencia de autocrítica y pluralidad, crisis, aprovechar oportunidades para avanzar hacia
las experiencias de Gobiernos progresistas pueden un tipo de integración que le permitiese no sólo ma-
volverse, ellas mismas, el camino de la regresión. yor cohesión interna, sino también consolidar una
mayor autonomía —que no aislamiento— respecto
A continuación, se sintetizan las principales consi- a otras regiones y continentes. Sin embargo, el pa-
deraciones respecto a los temas planteados en este norama interno de la región no es del todo alenta-
ensayo: dor: los intereses particulares suelen imponerse la
mayoría de las veces y las capacidades de integración
1. Los cambios ocurridos en América Latina durante avanzan de forma lenta y discontinua.
el siglo XXI están estrechamente vinculados a la crisis
del capitalismo global y a las nuevas tensiones y arti- Más allá de las ventajas coyunturales que ofrece la
culaciones geopolíticas que dicha crisis ha implicado, emergencia de nuevas potencias o mercados, a la re-
pero no debe subestimarse el rango de maniobra que la gión latinoamericana le convendría un mundo mul-
región y sus países podrían aprovechar. La traslación tipolar más articulado y simétrico, en lugar de la
del dinamismo económico del eje atlántico ameri- unipolaridad, la multipolaridad asimétrica o inclu-
cano-europeo hacia el Pacífico asiático es un hecho so una reedición del mundo bipolar. Como región,
innegable en el que distintos intereses y dinámicas América Latina podría tener un peso importante en
entran en juego para recomponer equilibrios de un nuevo orden global; mientras que disgregada,
poder político y económico. El contexto global in- como ha sido la costumbre, será siempre terreno de
fluye sobremanera, pero no determina por completo conquista para las potencias e intereses de turno, y

19
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

seguirá fincando su inserción económica en la espe- regional menos subordinada a Estados Unidos y con
cialización productiva primaria. una mayor apertura relativa a las relaciones Sur-Sur.

2. El cambio político observado en América Latina 3. Los partidos progresistas optimizaron las estrategias
durante el siglo XXI es un acontecimiento que dista de electorales para acceder al Gobierno y repetir manda-
explicarse únicamente por la concurrencia de condicio- tos, a la vez que descuidaron y desperdiciaron la opor-
nes de contexto favorables; hay que reconocer los méri- tunidad de conformar un bloque político histórico con
tos de los partidos progresistas. Nunca antes las élites los movimientos sociales que resistieron a los Gobiernos
tradicionales de la región habían tenido que ceder neoliberales. Tomando distancia de los imaginarios
tantos espacios dentro del poder público institucio- de lucha de otras épocas, el proceso electoral se con-
nal. Esto no significó la muerte del neoliberalismo, virtió, para la mayoría de las fuerzas de izquierda,
ni mucho menos, pero sí un giro en la gestión que en la vía privilegiada para acceder al Gobierno. La
abrió la posibilidad de nuevos equilibrios de poder estructura de oportunidades políticas se vio for-
y prácticas alternativas en las políticas públicas y la talecida por el fin de las dictaduras militares y la
relación entre Gobiernos. creación inédita de un espacio básico de libertades
civiles y políticas. Partidos como el PT de Brasil, el
Es conveniente advertir la presencia de tres factores MAS de Bolivia, el Frente Amplio de Uruguay, el
que viabilizaron el acceso y permanencia en el po- FMLN de El Salvador, Alianza País de Ecuador y el
der de los llamados Gobiernos progresistas: a) las PSUV de Venezuela, entre otros, supieron adecuar
intensas movilizaciones sociales de protesta frente a sus estrategias para participar con protagonismo
las secuelas de los regímenes neoliberales, que se su- en el campo electoral. Además, cuando algunos
cedieron a lo largo de los años noventas y primeros partidos lo consideraron necesario, al no contar con
años del siglo XXI; b) los altos precios de las materias mayorías políticas suficientes, entablaron alianzas
primas estratégicas que exporta la mayoría de países con otros partidos para generar coaliciones preelec-
de la región, en especial Sudamérica; y c) la concen- torales, o bien, alianzas y acuerdos parlamentarios
tración de esfuerzos de los Estados Unidos en otras capaces de romper potenciales bloqueos políticos.
regiones del planeta, en su tentativa de controlar el Pero el fortalecimiento de su capacidad política
Medio Oriente, consolidar sus bastiones en Europa electoral se fue moviendo en forma inversamente
del Este y Asia central, y crear las condiciones en proporcional a la de articularse de modo horizontal
Asia Pacífico para contener la irrupción de China. con movimientos sociales que reivindicaban cambi-
os más profundos.
A priori, estos factores parecen externos a los parti-
dos políticos que aprovecharon ese entorno para ga- No es que sorprenda que se hayan presentado con-
nar elecciones en forma consecutiva, principalmente flictos entre la visión de las nuevas burocracias y
durante el periodo 2003-2013, pero un análisis más las demandas más radicales de ciertos movimientos
profundo permite señalar que su auge político no sociales. En realidad, ese tipo de tensiones son in-
sólo se explica por esas condiciones favorables, hay evitables y, en muchos casos, deseables para fines
que reconocer que esos partidos tuvieron el méri- dialécticos. El problema estriba en la forma de pro-
to de aprovecharlas y capitalizarlas de una u otra cesar los conflictos. Por una parte, los actores polí-
forma, en tanto: a) lograron constituirse como op- ticos y el funcionariado público tienden a ignorar
ciones creíbles frente al electorado en un contexto o estigmatizar a quienes plantean demandas que
adverso, como el que representa, por ejemplo, la se alejan del rango de políticas que sus Gobiernos
concentración mediática en favor de los principales han definido —tildándolos, a priori, de ilusos o de
grupos económicos; b) ajustaron el marco jurídico- colaboracionistas con las fuerzas reaccionarias—,
institucional para captar una mayor porción de como ha sucedido, por ejemplo, contra sujetos que
los excedentes del ciclo económico y canalizarlo a cuestionan la orientación del modelo económico, el
programas de protección social e infraestructura es- deterioro ambiental y las prácticas autocráticas y de
tratégica; y c) crearon condiciones, por elementales escasa transparencia en la gestión pública.
que parezcan, para articular una posición nacional y

20
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

Por otra parte, la relación del Gobierno con la ciuda- los partidos progresistas es un desafío estratégico en
danía y con los colectivos sociales tiende a reducirse la región.
a instancias que, si bien son populares, restringen los
espacios para la crítica y el disenso, deviniendo en Confiar en las alianzas entre movimientos sociales y
meros bastiones de apoyo electoral a los Gobiernos. actores políticos reaccionarios es un acto irresponsa-
No es desaconsejable que los Gobiernos progresistas ble. Suponer que el simple hecho de que ambos ti-
cuenten con bastiones de este tipo, lo reprochable pos de actores confluyan en adversar un determina-
es que tales espacios sustituyan o se confundan con do Gobierno sea suficiente para establecer alianzas,
aquellos que deberían ser creados para forjar acuer- es una opción riesgosa. Desde la otra vereda, tam-
dos plurales y alianzas de amplio alcance que, antes bién es cuestionable que los Gobiernos dependan
que nada, permitan la expansión del bloque históri- en exceso de pactos con ciertas élites tradicionales
co que viabilice la transformación.13 para reducir los incentivos de éstas para sabotear el
tablero político progresista. Esta opción ya muestra
Del lado de los actores sociales que cuestionan las sus consecuencias funestas. De igual manera, es un
limitaciones reivindicativas de los Gobiernos pro- error confiar demasiado en los réditos de alianzas
gresistas, éstos no pocas veces exhiben una incom- parlamentarias con partidos que persiguen estruc-
prensión básica de las presiones y la relación adversa turalmente otros intereses —aunque de modo co-
de poder que enfrentan los Gobiernos ante ciertas yuntural pacten con los progresistas—. Esos pactos
disyuntivas en la política pública. Peor aún, algunos contingentes sólo tendrían sentido si están demar-
de esos actores no vacilan en entablar alianzas con cados y basados en una articulación diversa de los
fuerzas políticas y sociales, nacionales o internacio- sujetos populares. Esa plataforma sería un anclaje o
nales, cuyo objetivo principal es revertir medidas centro de gravedad para minimizar contradicciones
que les han restado privilegios o influencia en la es- y regresiones en proyectos que, en su momento, han
tructura de poder. sido percibidos como una de las mejores oportuni-
dades históricas en la región.
Los caminos viables para resolver este dilema de ar-
ticulación son complejos, pero hay que asumir su 4. La gestión de los Gobiernos progresistas muestra
búsqueda y construcción. Las formas actuales de avances en: a) reconfigurar las funciones del Estado
canalizar los conflictos debilitan la oportunidad de para captar cierta porción de los excedentes económi-
contar con una plataforma social que sostenga la cos, b) reorientar los ingresos públicos hacia la inclusión
transformación social-ecológica en Latinoamérica. social, y c) intentar formatos de integración regional
El campo progresista se extiende más allá de los par- más autónoma y horizontal. Por su parte, deben re-
tidos políticos y de sus bases electorales más leales. conocerse los errores y limitaciones para: a) profundi-
Superar tanto la fragmentación y autorreferencia de zar la democracia y el Estado de derecho, b) enfrentar
los movimientos sociales como la burocratización de los determinantes de la exclusión social, c) reorientar
la inserción económica de la región, y d) revertir la
degradación de los ecosistemas naturales. Los logros
13 La alusión al bloque histórico proviene de la precisión alcanzados sirven para argumentar que no da lo mis-
gramsciana sobre la articulación de la sociedad política con mo quién llegue a ejercer el gobierno de un país.
la sociedad civil. Esta articulación sería capaz de generar
Frente a la idea de que “no importa quién gobierne,
una nueva conciencia y organización política que sustituya
la vieja hegemonía y dé lugar a un nuevo orden y concep- porque todos son lo mismo” —por cierto, una idea
ción sobre la sociedad (véase Portelli, 1977). En términos desmovilizadora—, es mejor el análisis minucioso
de la transformación social-ecológica, el desafío consiste en para ponderar las medidas adoptadas por uno y otro
compactar un conjunto de ideas movilizadoras capaces de tipo de gobernantes. Es por eso que conviene anal-
superar la movilización reactiva que está ejerciendo el miedo izar las iniciativas y resultados a la luz del contexto
y la pérdida de certidumbres elementales sobre el devenir
en el que se han desempeñado y de un horizonte de
de las sociedades. Esta conciencia e identificación con ideas
de transformación —acordes a los desafíos actuales de la transformación que sirva de referencia.
región— es una condición de posibilidad para la conforma-
ción exitosa de un nuevo bloque histórico.

21
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

Los tres avances planteados en el párrafo anterior siones que deberían ser incorporadas a la agenda de
no pueden verse como hechos aislados, pues en sí transformación.
forman los pilares de la estrategia que, con mayor
o menor intensidad, utilizaron y siguen utilizando Sobre la democracia y el Estado de derecho. Una de
los Gobiernos progresistas. Esa triada modificó la las principales promesas al comienzo del ciclo pro-
matriz redistributiva regional, no tanto como se re- gresista era que iba a profundizar la democracia. Se
queriría para superar a fondo los déficits, pero lo su- planteaba que la dimensión participativa sería refor-
ficiente para mostrar que son posibles otras trayecto- zada y ampliada. Lo que se ha visto, hasta ahora, es
rias de gestión estatal. En cada una de estas tres áreas una mayor politización de sectores populares, par-
se requiere dar un salto cualitativo para profundizar ticipando en algunas iniciativas y programas de los
los impactos. Cierto es que las nuevas condiciones Gobiernos, lo cual es, sin duda, un hecho positivo
de contexto distan de ser halagüeñas, pero no por en la región. También en países como Venezuela,
eso los desafíos dejan de ser impostergables. Ecuador y Bolivia se establecieron y aplicaron, sobre
todo al principio del ciclo, mecanismos de participa-
Sobre el financiamiento estatal. Los retos apuntan a ción directa, como el referéndum y el plebiscito. El
concretar una reforma tributaria que enfrente la vo- problema es que se avanza muy poco hacia la crea-
latilidad de los ingresos públicos y la regresividad de ción de instancias de participación que confieran a
los impuestos, así como la elusión y evasión, sobre los sujetos mayores niveles de autonomía, delibe-
todo de los grandes capitales; además de contabilizar ración e influencia en la toma de decisiones tras-
fiscalmente los costes ambientales del extractivismo cendentes. Las características propias de los ciclos
y de la degradación ambiental en su conjunto. electorales presionan a los Gobiernos para utilizar
cada vez más, de manera instrumental, las instancias
Sobre el destino y ejecución de los ingresos públicos. creadas, ejerciendo un tutelaje excesivo que reduce
La evidencia revela que es urgente mejorar tanto la construcción de poder popular desde abajo. Esta
los criterios de asignación como las capacidades de modalidad que en el corto plazo parece redituar en
coordinación y ejecución eficiente y proba del gas- favor de los Gobiernos en turno, a mediano y lar-
to público. Especial relevancia adquiere el desafío go plazo debilita la construcción de proyectos al-
de reducir el peso de la focalización asistencialista y ternativos socialmente sustentables, sobre todo si se
volverla, más bien, un instrumento complementario apela a mecanismos que recurren más a relaciones
de las políticas de universalización, vistas éstas como clientelares, que a la formación de conciencia y de
derechos y no como prebendas. organización para el cambio social.

Sobre la integración regional. La creación de varias El fortalecimiento de los Estados de derecho es tam-
entidades regionales y subregionales es un avance bién una deuda pendiente. Sin embargo, es nece-
que requiere ser afianzado con una mayor capaci- sario desmarcarse del concepto limitado de Estado
dad de priorización y cumplimiento de las agendas de derecho que se centra en proteger la propiedad
multilaterales. Se identifica como un reto crucial privada y los contratos, como lo defiende el enfo-
mejorar el alineamiento de los esquemas de inte- que liberal, y que en términos concretos deviene
gración regional y subregional, si se quiere revertir más bien en un Estado de leyes selectivo para de-
la fragmentación económica y la ausencia de una fender los privilegios de los poderosos. Por lo tanto,
postura regional, cuando esta sea requerida, en las el desafío tiene que ver con fortalecer los endebles e
distintas arenas globales. intermitentes esfuerzos que se observan para recon-
figurar la institucionalidad estatal, a fin de reducir
La solución de los anteriores desafíos serviría para el peso de intereses privados en las decisiones de go-
optimizar la actual trayectoria del arco progresista bierno. Es decir, los avances en reducir las asimetrías
en la región. No obstante, sería aún insuficiente para en la representación política formal no han ido de
sentar las bases de proyectos de cambio social soste- la mano con fortalecer un sistema de frenos y con-
nibles en el tiempo. Una revisión más a fondo de la trapesos que garantice que los logros alcanzados no
gestión progresista, amerita plantear nuevas dimen- serán revertidos de facto por intereses particulares.

22
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

Esta apreciación parece válida tanto en las experien- y desigualdad; sin una intervención política que las
cias de refundación planteadas en los países andinos considere a ambas, disminuyen las probabilidades de
como en las democracias y Estados históricamente revertirlas en forma sostenible.
más institucionalizados en el Cono Sur.
Con distintos grados de magnitud, en América La-
También puede observarse que, debido a la frágil tina predominan amplias brechas entre los estratos
constitución de apoyos más sólidos, junto a las pre- sociales, pero no se trata sólo de grupos sociales en
siones de las usinas de poder económico y mediá- abstracto, las asimetrías se profundizan según las ca-
tico, e incluso de órganos estatales en poder de las racterísticas peculiares de una persona o grupo. De
élites tradicionales, buena parte de los Gobiernos ahí la relevancia de considerar la interacción de las
progresistas se han visto orillados a emplear manio- brechas de género, intergeneracionales, geográficas
bras institucionales que desdicen el equilibrio de po- y étnicas. Las medidas que hoy se están utilizando
deres y, por el contrario, tienden a concentrarlo en la para enfrentar estas brechas no pueden revertir, por
figura presidencial. Así como se señaló antes acerca sí mismas, las condiciones estructurales que las gene-
de la instrumentalización de la participación ciuda- ran, pues su visión excesivamente sectorial y tempo-
dana, también la excesiva discrecionalidad e impu- ral las vuelve insostenibles como respuestas.
nidad para administrar el aparato estatal puede traer
“beneficios” de corto plazo, pero a la larga, se está El reto pasa por revisar y redefinir la matriz de crea-
poniendo en juego la credibilidad de los Gobiernos. ción y distribución de oportunidades, capacidades
y beneficios sociales que generan las sociedades la-
No puede obviarse el hecho de que es complicado tinoamericanas. Esto implica examinar los funda-
pretender el avance de proyectos alternativos en Es- mentos de: a) la distribución primaria (la posesión
tados creados justamente para bloquear la inclusión de medios de producción y la relación entre renta y
sustantiva. La propia arquitectura de la globaliza- salarios, principalmente); b) la distribución secun-
ción debilita a los Estados y reduce el margen de daria (sistema tributario); y c) la distribución tercia-
acción de la movilización ciudadana y del sistema ria (criterios de asignación de la inversión social y
institucional para abordar los desafíos prioritarios. las capacidades de ejecución de ésta). Hasta ahora,
Sin embargo, lo que puede terminar deslegitimando a los Gobiernos progresistas les ha costado trabajo
a los Gobiernos progresistas no es tanto la dificultad moverse más allá de la distribución terciaria, cuando
para superar esos obstáculos, sino el acomodarse y bien se sabe que sin considerar en debida forma las
acentuar los vicios de entidades estatales que favo- otras, las posibilidades de un proyecto alternativo no
recen la corrupción, promueven el enriquecimiento tienen mayor cabida.
ilícito de nuevos grupos de poder, eluden la rendi-
ción de cuentas e impiden la participación plena de En tanto las políticas económicas y las sociales si-
la ciudadanía y los sujetos colectivos. gan estando desconectadas, no es factible generar
condiciones de bienestar general. La solución de ese
Sobre las determinantes de la exclusión social. Los dilema no responde sólo a capacidades técnicas en
Gobiernos progresistas enfrentan graves dificultades el proceso de las políticas públicas, es también una
para superar la marginación social de la población. cuestión de balance de fuerzas, de la obtención de
Sus esfuerzos, hasta ahora, podrían calificarse como acuerdos sociales que permitan contar con un Esta-
propios de una inclusión precaria. Si bien ampliaron do apto para proveer y garantizar derechos y bienes
y reorientaron los programas focalizados, herencia públicos, a la vez que sea capaz de estimular y regu-
de las reformas neoliberales de segunda generación, lar el funcionamiento de los mercados.
esto es insuficiente para la transformación social
de las sociedades latinoamericanas. Las iniciativas Sobre la inserción económica global. El debate sobre el
muestran limitaciones para transitar hacia la inclu- deterioro de los términos de intercambio y su impac-
sión sustantiva que disuelva las asimetrías estructu- to en el tipo de inserción económica fue soterrado
rales. En Latinoamérica, la exclusión se ve reflejada por el enfoque neoliberal. Empero, tampoco ha sido
en dos dimensiones estrechamente ligadas: pobreza recuperado en debida forma durante el ciclo de Go-

23
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

biernos progresistas. A esto ha contribuido la zona Sobre la gestión medioambiental. Las dinámicas de
de confort generada por el auge de los precios de las producción, consumo y, en general, de ocupación
materias primas que exporta la región, ya que una del territorio han exacerbado presiones sobre los
mayor captación de la renta extractivista fue muy sistemas naturales que vuelven a la región cada vez
útil para ampliar y profundizar la inversión pública más vulnerable. Estos nocivos patrones no respon-
de los Gobiernos. Sin embargo, tras el desplome de den a circunstancias fortuitas, son el resultado de
los precios, comenzaron a aparecer con nitidez las un enfoque economicista que estimula un uso in-
limitaciones de esa bonanza: a) la volatilidad de los tensivo de los bienes naturales, a la vez que favorece
precios de estos productos es un hecho constante, el mantenimiento de la heterogeneidad estructural,
con sus implicaciones inmediatas en el dinamismo fenómeno que, como se sabe, está detrás de la de-
económico y en los ingresos fiscales de los Estados; gradación de los medios de vida en el ámbito rural
b) los desincentivos que directa o indirectamente y de la consecuente explosión de manchas urbanas
ejerce la economía extractivista sobre un desarrollo sin criterios inteligentes de ordenamiento territorial
más articulado de las economías nacionales, subre- y cohesión social.
gionales y regionales; y c) la presión por extender la
frontera extractiva para aumentar en volumen lo que Las urgencias económicas paliadas con las rentas ex-
se pierde en precio, provocando más secuelas sociales tractivistas, la falta de capacidades de gestión y la
y ambientales. atención de los conflictos políticos inmediatos, entre
otros factores, han incidido en que el arco progresis-
Aunque casi todos los Gobiernos progresistas han ta siga sin prestarle la debida atención a la gestión
declarado la necesidad de superar la reprimarización ambiental. Cierto es que se han venido formulan-
de las economías, las iniciativas emprendidas o son do políticas y se han ido creando marcos jurídicos e
escasas, o chocan con la propia inercia de la econo- institucionales para atender la problemática, pero el
mía extractivista. Hay también que recordar que el cumplimiento de los mismos es insuficiente. La tarea
problema de la inserción económica de las econo- de incorporar en su justa medida la dimensión am-
mías latinoamericanas no sólo se explica por la alta biental a los proyectos de transformación sigue sien-
dependencia de la exportación de materias primas, do un desafío de primer orden en América Latina.
no debe dejarse de lado la atracción de cierto tipo
de industrias —bajo la forma del ensamblaje— que La degradación provocada por la expansión de las
se ven atraídas por la oferta de mano de obra ba- fronteras extractivistas —incluida la de los mono-
rata, algo que se ve con mayor énfasis en México cultivos intensivos, en tanto que extraen, en forma
y Centroamérica. Ambos tipos de modalidades de insostenible, la fertilidad de los suelos—, así como
inserción son contraproducentes por su escaso en- la propia dinámica, de suyo contaminante y genera-
cadenamiento con el resto de los rubros productivos. dora de riesgos, de los asentamientos urbanos, cons-
tituyen un coctel letal que no sólo está aumentando
Tal como se dijo sobre los desafíos para superar las la huella ecológica, sino que nos está volviendo más
determinantes de la exclusión social, aquí también vulnerables a los efectos del cambio climático. La de-
las respuestas no sólo obedecen a propuestas técnicas forestación, la pérdida de biodiversidad y fertilidad a
de gestión económica; la calidad de éstas es muy causa de los patrones en el cambio del uso del suelo,
importante, pero también se requiere contar con la contaminación de las fuentes hídricas (también su
un bloque social integrado por industriales, traba- disminución), las emisiones de gases de los sistemas
jadores, movimientos sociales, partidos políticos y de transporte a base de combustibles fósiles y la in-
Gobiernos que, sin caer en la tentación de reeditar el adecuada gestión de los residuos y desechos son sólo
círculo vicioso de los mercados cautivos y el protec- algunas de las graves amenazas que afectan al medio
cionismo parasitario, le imprima apoyo y dirección ambiente latinoamericano. El asunto es que estos
a una transformación de la matriz productiva que, daños no pueden ser abordados de forma aislada,
entre otros objetivos, reoriente la inserción de las sólo pueden ser acometidos con éxito si se integran
economías latinoamericanas. las dimensiones económica, social, cultural y am-
biental en una estrategia de transformación sensible

24
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

a los impactos de las actividades humanas sobre los das por el contexto macroeconómico, están menos
ecosistemas. dispuestas a tolerar Gobiernos de esa índole; y b)
las expectativas de consumo de los nuevos estratos
La exigencia de aplicar medidas de adaptación al medios —sacados a flote por la fórmula progresis-
cambio climático y la coyuntura de precios menos ta— van en aumento, pese al momento económico
favorables para las materias primas deberían verse, desfavorable que viven la mayoría de los países de la
más bien, como una oportunidad para cambiar los región, y frente a la imposibilidad de los Gobiernos
patrones de ocupación del territorio, en general, y para satisfacerlas, se convierten en potencial terreno
de reconfiguración de la matriz productiva, en par- de descontento que pueden aprovechar las fuerzas
ticular. Las fuerzas progresistas no pueden volver la políticas al servicio de los grupos del poder tradi-
vista hacia un lado ante este dilema. cional.

Por otra parte, la atención de estos desafíos sigue Los nuevos ascensos de la derecha a los Gobiernos
requiriendo una colaboración intergubernamental, de Argentina y Brasil, y su avance electoral en Vene-
en la medida que se está frente a fenómenos que no zuela, entre otras señales de recobrado protagonismo
se limitan a las fronteras nacionales. La reorientación en los países en los que habían visto reducidas drás-
de la integración regional y subregional precisa, en- ticamente sus oportunidades de gobernar, se expli-
tre sus ajustes, fortalecer la gestión ambiental trans- can tanto por los problemas afrontados y los errores
nacional, con criterios de sustentabilidad ambiental cometidos por los Gobiernos progresistas como por
y protección de los grupos sociales más vulnerables. cambios en las estrategias de las élites para recuperar
el terreno perdido en años anteriores.
5. El actual reflujo conservador en la región no sig-
nifica, forzosamente, el fin de un ciclo político de Esta estrategia incluye: a) el empleo de dispositivos
largo aliento. Aceptar la vía electoral implica, tam- renovados para debilitar o derrocar a Gobiernos
bién, aceptar la posibilidad latente de la alternancia electos; b) la irrupción de figuras políticas que bus-
de Gobiernos. El problema sigue estando en que no can representar la imagen de una nueva derecha, en
se han generado bases culturales e institucionales que apariencia menos ideologizada y conservadora que
minimicen los riesgos de regresión. Se puede caer fácil- la precedente; y c) sacar ventaja de su éxito en la
mente en el pesimismo de afirmar que, debido a los construcción de imaginarios sociales en los que la
más recientes movimientos en el tablero electoral, sociedad es proclive a la despolitización frente al
las posibilidades que se abrieron con el ciclo progre- descontento, a la fragmentación del tejido social y
sista ya están sepultadas. Sería una actitud incauta al refugio en el espacio privado y la alienación con-
pretender ignorar la aparición de varias condiciones sumista. Es ciertamente probable que estas fuerzas
económicas y políticas adversas en el entorno latino- políticas sigan obteniendo resultados favorables,
americano; no obstante, es un error hacer equivaler aunque no resulta claro si lograrán barrer por entero
el freno de un ciclo político electoral, con el fin de el arco progresista.
un periodo en el cual subyacen condiciones menos
volátiles que la seguidilla de triunfos de determina- Es más, los nuevos Gobiernos de derecha no las tie-
dos partidos y figuras políticas. nen todas consigo, ya que tienen que lidiar, al me-
nos, con cuatro factores en su contra: a) la falta de
Lo que dejó de ser viable hoy es apelar a la fórmula: una propuesta consistente y atractiva que se perciba
altos precios de los commodities + una mayor captura como una alternativa fiable a la gestión progresista
de esa renta por los Estados para programas sociales = a la que se oponen; b) la crisis económica global,
victorias electorales. Al estrecharse los márgenes de cuyo impacto en la región seguirá, al menos, en lo
redistribución por la vía de esos excedentes, apare- que resta de la década, complicando el desempeño
cen en escena dos problemas de suyo previsibles: a) de los Gobiernos; c) la potencial movilización de
las élites que en su momento tuvieron que aceptar las bases partidarias progresistas y de movimientos
un mayor rol redistributivo del Estado, ahora que sociales inconformes con las medidas de regresión; y
sus propias rentas pueden resultar aún más mengua- d) el referente que supone el nuevo andamiaje, por

25
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

básico que sea, de prestaciones sociales ampliadas política, y que mejor que hacerla en democracia, en
que se fortaleció en lo que va del siglo. En la me- una democracia que supere las falencias de lo mera-
dida que nuevos Gobiernos pretendan desmontar mente electoral y las falacias de la representación sin
los avances logrados, pese a contar con importantes participación, pero también que supere las trampas
apoyos mediáticos y geopolíticos, su capacidad de de la participación convertida en tutelaje autoritario.
gobernabilidad se verá restringida, como ya se ob-
serva en Brasil y Argentina. El reflujo político en la región no se traduce en el
paso a una nueva etapa con rasgos definidos con
Es indeseable que volviesen, por arte de magia, los claridad. No existe una vía de no retorno al pasado
buenos precios de las materias primas y que, enton- inmediato, ni tampoco un camino inexorable hacia
ces, los Gobiernos de cuño progresista pudiesen re- la restauración neoliberal, lo que se aprecia es un
vitalizar “la fórmula”; tampoco es conveniente que campo en disputa donde será decisivo el nivel de ar-
los partidos neoliberales vuelvan a restaurar su vi- ticulación estratégica de los sujetos que promueven
sión de sociedad altamente excluyente, ni que los proyectos alternativos y emancipadores. La opción
partidos denominados progresistas, aprovechando política electoral y la participación en el juego ins-
la fragmentación de la oposición, lograsen capear el titucional formal cobran sentido en la medida que
temporal sin modificar y corregir el rumbo. Lo de- se construya, desde la base social, un nuevo bloque
seable es reflexionar, con un pleno sentido autocrí- de poder que legitime nuevos acuerdos naciona-
tico, sobre los aciertos, errores y desafíos del campo les en los que la sociedad de privilegios, que hasta
progresista, y sobre esa base redefinir e impulsar un ahora caracteriza a la mayor parte de los países de
proyecto de transformación social-ecológica. Pero la región, transite a una sociedad de derechos y de
ese impulso nunca vendrá por generación espon- compromisos institucionalizados para reducir las
tánea, ni mucho menos por la buena voluntad de asimetrías y para detener la destrucción de los eco-
los grupos poderosos. Sólo puede ser el resultado sistemas. Se requiere, por lo tanto, sentar las bases de
de una plataforma popular heterogénea que, con nuevos Estados funcionales para la cohesión social,
capacidad de planteamiento, organización y acción la transformación productiva inteligente y sustenta-
política, acumule fuerzas para forjar acuerdos socia- ble y, no menos importante, que propicien el respeto
les inéditos en Latinoamérica. Esa es la tarea de la de libertades y garantías democráticas.

26
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

Referencias bibliográficas

Barbé, E. (2014). Introducción: Cambio en el sistema in- Cypher, J. (2014). Neoextraccionismo y primarización:
ternacional, adversidad para la UE. Revista CIDOB d’Afers Términos de intercambio en América del Sur. En A. Gi-
Internacionals, 108, pp. 7-21. Disponible en <https:// rón (coord.), Democracia, financiarización y neoextraccio-
www.cidob.org/articulos/revista_cidob_d_afers_interna- nismo ante los desafíos de la industrialización y el mercado
cionals/108/introduccion_cambio_en_el_sistema_inter- de trabajo (pp. 117-141). Ciudad de México: UNAM. Dis-
nacional_adversidad_para_la_ue>. ponible en <http://www.probdes.iiec.unam.mx/colec-
cion_de_libros/indice_democracia.html>.
Bárcena, A. (2016, enero 25). América Latina y el Caribe
es la región más desigual del mundo: ¿Cómo solucionar- Dierckxsens, W. (2015, enero 18). El futuro de la hu-
lo? Columna de Opinión, CEPAL. Disponible en <http:// manidad ante la situación geopolítica actual: El rol de la
www.cepal.org/es/articulos/2016-america-latina-caribe- integración latinoamericana. Observatorio Internacional
es-la-region-mas-desigual-mundo-como-solucionarlo>. de la Crisis. Disponible en <http://www.observatorio-
delacrisis.org/2015/01/el-futuro-de-la-humanidad-ante-
Bringel, B. y Falero, A. (2016). Movimientos sociales, la-situacion-geopolitica-actual-el-rol-de-la-integracion-
Gobiernos progresistas y Estado en América Latina: Tran- latinoamericana/>.
siciones, conflictos y mediaciones. Caderno CRH, 29(3),
pp.27-45. Disponible en <https://portalseer.ufba.br/in- Fernández, H. (2016). Reflexiones para un balance de los
dex.php/crh/article/view/20009/12682>. Gobiernos progresistas en América Latina. Buenos Aires:
Instituto Pensamiento y Políticas Públicas. Disponible
Cálix, J. A. (2016). Los enfoques de desarrollo en América en <http://www.ipypp.org.ar/descargas/2016/Gobier-
Latina: Hacia una transformación social-ecológica. Ciu- nos%20Progresistas%20en%20America%20Latina.pdf>.
dad de México: Friedrich Ebert Stiftung. Disponible en
<http://nuso.org/media/documents/12549.pdf>. Gómez, J. C. y Morán, D. (2016). La situación tri-
butaria en América Latina: Raíces y hechos estilizados.
Celi, P. (2016). Tensiones y continuidades en la proyección Cuadernos de Economía, 35(67), pp. 1-37. Disponible en
regional suramericana. Ecuador: Friedrich Ebert Stiftung. <http://www.redalyc.org/pdf/2821/282142131002.pdf>.
Disponible en <http://library.fes.de/pdf-files/bueros/qui-
to/12946.pdf>. Gudynas, E. (2011). El nuevo extractivismo progresista
en América del Sur: Tesis sobre un viejo problema bajo
Comisión Económica para América Latina y el Caribe. nuevas expresiones. En A. Acosta, E. Gudynas, F. Hou-
(2013). Panorama fiscal de América Latina y el Caribe. tart, H. Ramírez Soler, J. Martínez Alier y L. Macas,
Reformas tributarias y renovación del pacto fiscal. Santiago Colonialismos del siglo XXI: Negocios extractivos y defensa
de Chile. Disponible en <http://repositorio.cepal.org/ del territorio en América Latina (pp. 75-92). Barcelona:
bitstream/handle/11362/3097/1/S2013105_es.pdf>. Icaria. Disponible en <http://www.gudynas.com/publi-
caciones/capitulos/GudynasExtractivismoTesisColonia-
Comisión Económica para América Latina y el Ca- lismo11.pdf>.
ribe. (2014). Panorama social de América Latina. San-
tiago de Chile. Disponible en <http://www.cepal.org/ Gudynas, E., Guevara, R. y Roque, F. (Coords.).
es/publicaciones/37626-panorama-social-america-lati- (2008). Heterodoxos: Tensiones y posibilidades de las polí-
na-2014>. ticas sociales en los Gobiernos progresistas de América del
Sur. Montevideo: Centro Latinoamericano de Ecología
Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Social. Disponible en <http://www.democraciasur.com/
(2015). Panorama social de América Latina. Santiago de heterodoxos/>.
Chile. Disponible en <http://www.cepal.org/es/publica-
ciones/panorama-social-america-latina-2015-documen- Infobae (2015, octubre 17). Qué es el PMDB, el parti-
to-informativo>. do que tiene en sus manos a Dilma Rousseff. Infobae.
Disponible en <http://www.infobae.com/2015/10/18/

28
CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA | J. Álvaro Cálix R.

1763024-que-es-el-pmdb-el-partido-que-tiene-sus-ma- Nueva Sociedad. (2016). De la captura corporativa


nos-dilma-rousseff/>. a la captura de las corporaciones: Apuntes de la Con-
ferencia de Buenos Aires. Buenos Aires: Friedrich
Jiménez, J. P. (Ed.). (2015). Desigualdad, concentración Ebert Stiftung. Disponible en <http://nuso.org/media/
del ingreso y tributación sobre las altas rentas en América documents/211a2bb1-8352-4665-9d1c-3d62ea7a0477.
Latina. Santiago de Chile: COMISIÓN ECONÓMICA PARA pdf>.
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. Disponible en <http://
www.cepal.org/es/publicaciones/37881-desigualdad- Ospina, P. (2016, agosto). El final del progresismo. Nue-
concentracion-ingreso-tributacion-altas-rentas-america- va Sociedad. Disponible en <http://nuso.org/articulo/el-
latina>. fin-del-progresismo/>.

Kucharz, T. (2016). Los megatratados comerciales en cla- OXFAM. (2016). Desterrados: Tierra, poder y desigualdad en
ve geoestratégica. Viento Sur, 144, pp. 79-88. Disponible América Latina. Disponible en <https://www.oxfam.org/
en <http://vientosur.info/spip.php?article11084>. sites/www.oxfam.org/files/file_attachments/desterrados-
full-es-29nov-web_0.pdf>.
Le Quang, M. (2015). Un año después: Una nueva lec-
tura territorial de las elecciones seccionales 2014. Ins- Palacios, J. J. (2011). El orden mundial a inicios del si-
tituto de Pensamiento Político. Disponible en <http:// glo XXI: Orígenes, caracterización y perspectivas futuras.
www.alianzapais.com.ec/images/documentos/ipp/05- Espiral: Estudios sobre Estado y Sociedad, XVIII(52), pp.
03-2015-analisis_electoral_para_la_militancia.pdf>. 225-265. Disponible en <http://148.202.18.157/sitios/
publicacionesite/pperiod/espiral/espiralpdf/espiral52/so-
Mainwaring, S. (1996). Brasil: Partidos débiles, demo- ciedad2.pdf>.
cracia indolente. En S. Mainwaring (ed.), La construcción
de instituciones democráticas: Sistema de partidos en Améri- Peres, J. (2017, abril). Brasil: La vuelta al siglo XIX. Nueva
ca Latina (pp. 289-325). Santiago de Chile: Corporación Sociedad. Disponible en <http://nuso.org/articulo/brasil-
de Estudios para Latinoamérica (Cieplan). Disponible en la-vuelta-al-siglo-xix/>.
<http://www.cieplan.org/biblioteca/detalle.tpl?id=19>.
Portelli, H. (1977). Gramsci y el bloque histórico. Ciudad
Marín, G. y Muñoz, R. (2016, diciembre). La encruci- de México: Siglo XXI Editores.
jada de la izquierda latinoamericana: Tres dimensiones de
una crisis. Nueva Sociedad. Disponible en <http://nuso. Rho, M. G. (2016). ¿Ciclo pos-neoliberal? Una apro-
org/articulo/la-encrucijada-de-la-izquierda-latinoameri- ximación histórico-conceptual a la crisis del neolibera-
cana-tres-dimensiones-de-una-crisis/>. lismo en Sudamérica. Revista de la Red Intercátedras de
Historia de América Latina Contemporánea, 3(5), pp.122-
Martner, G. (2016). Reforma tributaria en la transforma- 132. Disponible en <https://dialnet.unirioja.es/servlet/
ción social-ecológica. Ciudad de México: Friedrich Ebert articulo?codigo=5769541>.
Stiftung.
Salvia, A., Bonfiglio, J. I. y Vera, J. (2017). La pobreza
Mirza, C. A. (2014). Políticas sociales “progresistas” en el multidimensional en la Argentina urbana 2010-2016: Un
Cono Sur: Discursos y prácticas desde los Estados. Revis- ejercicio de aplicación de los métodos OPHI y Coneval al caso
ta Katálysis, 17(1), pp. 130-137. Disponible en <http:// argentino. Buenos Aires: Universidad Católica Argenti-
www.scielo.br/pdf/rk/v17n1/a14v17n1.pdf>. na. Disponible en <http://www.uca.edu.ar/uca/common/
grupo68/files/2017-Observatorio-Pobreza-Multidimen-
Moreira, C. (2017). El largo ciclo del progresismo latino- sional-Argentina-Urbana.pdf>.
americano y su freno: Los cambios políticos en América
Latina de la última década (2003-2015). Revista Brasi- Schnake, A. (2010). Orden multipolar en el siglo XXI:
leira de Ciências Sociais, 32(93). Disponible en <http:// Efectos globales y regionales. Revista Encrucijada Ame-
www.scielo.br/pdf/rbcsoc/v32n93/0102-6909-rb- ricana, 4(1), pp.19-41. Disponible en <http://www.en-
csoc-3293112017.pdf>.

29
J. Álvaro Cálix R. | CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

crucijadaamericana.cl/articulos/n1_2010/2Schnake_Or-
den_multipolar_en_el_siglo_XXI.pdf>.

Schuster, M. (2017, enero). “El Gobierno de Temer


está aplicando fuertes recortes al gasto público y social”:
Entrevista a Roberto Véras de Oliveira. Nueva Sociedad.
Disponible en <http://nuso.org/articulo/roberto-veras-
de-oliveira-el-gobierno-de-temer-esta-aplicando-fuertes-
recortes-al-gasto-publico-y-social/>.

Serbin, A. (2016). Fin de ciclo y reconfiguración regio-


nal: Miradas sobre América Latina y las relaciones Cuba-
Estados Unidos. En A. Serbin (coord.), ¿Fin de ciclo y
reconfiguración regional? América Latina y las relaciones
entre Cuba y los Estados Unidos (pp. 7-13). Buenos Ai-
res: Coordinadora Regional de Investigaciones Econó-
micas y Sociales. Disponible en <http://www.cries.org/
wp-content/uploads/2016/03/anuario-especial-web.pdf>.

Sierra, N. (2011). Los “Gobiernos progresistas” de Amé-


rica Latina: La avanzada del pos-neoliberalismo. Aportes
Andinos, 29. Disponible en <http://repositorio.uasb.edu.
ec/bitstream/10644/2800/1/RAA-29%20Natalia%20
Sierra%2c%20Los%20gobiernos%20progresistas.pdf>.

STOESSEL, S. (2014). Giro a la izquierda en la América La-


tina del siglo XXI: Revisitando los debates académicos. Po-
lis, 39. Disponible en <https://polis.revues.org/10453>.

Stokes, S. C. (2009). Globalization and the Left in La-


tin America. Disponible en <http://citeseerx.ist.psu.edu/
viewdoc/download?doi=10.1.1.464.4640&rep=rep1&ty
pe=pdf>.

Stolowicz, B. (2004). La izquierda latinoamericana:


Gobierno y proyecto de cambio. Ámsterdam: Transnatio-
nal Institute. Disponible en <https://www.tni.org/files/
download/left-s.pdf>.

30
ANÁLISIS

Cambio político en América Latina


Restricciones y posibilidades
Autor Impresión para la transformación social-ecológica
Álvaro Cálix es Investigador social y analista Fundación Friedrich Ebert en México
político. Doctor en Ciencias Sociales con Yautepec 55 | Col. Condesa
Orientación en la Gestión del Desarrollo 06140 | Ciudad de México | México
J. Álvaro Cálix R.
Sostenible (Universidad Nacional Autónoma Diciembre 2017
de Honduras). Miembro del grupo de trabajo Responsable:
Transformación Social-Ecológica en América Christian Denzin
Latina, auspiciado por la Fundación Friedrich Director del Proyecto Regional
Ebert. Transformación Social-Ecológica n Se podrá objetar numerosas decisiones de los llamados Gobiernos progre-

Correo electrónico: [email protected] Teléfono +53 (55) 5553 5302


sistas de América Latina, pero sería un error dejar de reconocer las palpa-
www.fes-transformacion.org bles reducciones en la incidencia de la pobreza, los estímulos al mercado
interno, los ajustes salariales y la mejora en el acceso a bienes públicos que
habían sido mermados por las políticas neoliberales.

n Pero también es cierto también que la coyuntura favorable no se aprove-


chó para sentar las bases hacia la transformación de la matriz productiva,
más bien se ha afianzado la primarización de las economías latinoameri-
canas, incluyendo el aumento de los conflictos socio-ambientales en los
territorios sujetos a la presión extractivista.

Friedrich-Ebert-Stiftung n El momento actual es oportuno para reflexionar, con un pleno sentido


autocrítico, sobre los aciertos, errores y desafíos del heterogéneo campo
La Friedrich-Ebert-Stiftung (FES), fundada en 1925 en Alemania, es una institución privada de
progresista, y sobre esa base redefinir e impulsar un proyecto de transfor-
utilidad pública comprometida con las ideas de la Democrácia Social. Lleva el nombre del primer
presidente del Estado alemán elegido democráticamente, Friedrich Ebert, y es portadora de su mación social-ecológica. Pero ese impulso nunca vendrá por generación
legado en cuanto a la configuración política de la libertad, la solidaridad y la justicia social. A este espontánea, ni mucho menos por la buena voluntad de grupos poderosos.
mandato corresponde la Fundación en el interior y exterior de Alemania con sus programas de
Sólo puede ser el resultado de una plataforma popular heterogénea que,
formación política, de cooperación internacional y de promoción de estudios e investigación.
con capacidad de planteamiento, organización y acción política, articule
fuerzas para forjar acuerdos sociales inéditos en Latinoamérica.

n Esa es la tarea de la política, y que mejor que hacerla en democracia, en


una democracia que supere las falencias de lo meramente electoral y las
falacias de la representación sin participación, pero también que supere
las trampas de la participación convertida en tutelaje clientelar.

El uso comercial de todos los materiales editados


y publicados por la Fundación Friedrich Ebert
Stiftung (fes) está prohibido sin previa autorización
escrita de la fes.

Las opiniones expresadas en esta publicación son


las del autor y no necesariamente reflejan las de la
Fundación Friedrich Ebert. ISBN: 978-607-7833-85-7

También podría gustarte