PDF Papel Literario 2024, Junio 16 1

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ESCRIBE ARNOLDO JOSÉ GABALDÓN: Ledezma nos plantea ahora: ya no es el petróleo el factor central de nuestra

Esta edición PDF sociedad –aunque seguirá siendo para los venezolanos todavía un recurso natural importante–, sino que es la ecoesfera y su equili-
del Papel Literario brio el determinante del futuro de la humanidad y, por eso, nos presenta su obra Venezuela, política y ambiente, que recoge muchas
se produce de sus investigaciones bibliográficas y nos propone, al final, un modelo de desarrollo diferente.
con el apoyo de

DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024

•Dirección Nelson Rivera •Producción PDF Luis Mancipe León •Diseño y diagramación Víctor Hugo Rodríguez •Correo e. [email protected]/•https://www.elnacional.com/papel-literario/•Twitter @papelliterario

PETRÓLEO >> PIEZAS PARA PENSAR LA NACIÓN VENEZOLANA

El imaginario petrolero venezolano


El texto que sigue es un no al petróleo”. Es este el país que se deslumbrará
ante la riqueza fácil, aquel que sustituye la activi-
recorrido por algunos dad productiva por la actividad rentística, el que
se debatirá entre las ideologías socializantes y la
de los factores que penetración imperialista, el de los rascacielos y
los automóviles, el de las nuevas modalidades de
han intervenido en la la moral colectiva, el de la modernización sin mo-

construcción de un posible dernidad: “el país no había dejado de ser colonial


y ya comenzaba a ser moderno”.
imaginario petrolero El petróleo, propiedad nacional
venezolano. La que aquí En Venezuela el subsuelo es propiedad de la re-
pública desde 1829. De manera que cuando, a co-
se ofrece es una versión de mienzos del siglo XX, el Estado atendía lo rela-
un material más extenso cionado con las compañías petroleras interesadas
en explorar y explotar el petróleo existente en el
disponible en la sección subsuelo, el marco jurídico ya estaba definido: las
minas son de la república. Muy pronto también lo
Papel Literario estaría el marco político: “Nuestros tesoros yacen
en el fondo de la tierra porque no hay capitales
de www.el-nacional.com para sacarlos a la superficie”. Este es el contexto
en el que se comienzan a entregar las primeras
concesiones petroleras. A las compañías extran-
jeras les correspondería explorar y probar la exis-
LUIS RICARDO DÁVILA tencia de terrenos petrolíferos abriendo para la
nación la posibilidad de aprovechar una inmensa
In memoriam de Asdrúbal Baptista, riqueza que antes muy pocos conocían.
arte y parte de estas páginas. A partir de 1917 se hace evidente el particular
interés que la nueva materia prima tenía para el
I.- En el principio fue el petróleo mundo. “El asunto petrolero es de lo más impor-
En la formación de la nación venezolana un acci- tante actualmente en el mundo”, se le informa en
dente de la madre naturaleza fue crucial: la apa- 1920 al general Gómez. De inmediato, el petróleo
rición, en un mundo ávido de fuentes de energía, se convertirá en fuente de ingreso para la nación.
de la súbita y grandiosa riqueza petrolera. Este Desde el Ministerio de Fomento, Gumersindo To-
“azar geológico” pronto dejaría de ser tal para rres organizaría todo lo relacionado con el petró-
convertirse en sustancia. En 1913, el entonces mi- leo como fuente de ingreso rentístico. El novedoso
nistro de Fomento se refería en términos halaga- argumento introducido tendría gran importancia
dores a aquello que aún estaba en ciernes: histórica: además de lo que las compañías arren-
“No vacilo en anticiparos la plausible noticia de datarias del subsuelo nacional pagaban al Esta-
que en breves días podremos contar con una nue- do como impuesto general, habría que exigir un
va fuente de producción rentística que no tardará pago como “canon de arrendamiento por el dere-
en ser la de mayor importancia”. cho a explotar las minas”. Según esto, la nación
Y continuaba con términos que no podrían ser también cobraría a las compañías una parte por
más premonitorios de lo que vendría: la cesión temporal de la propiedad del subsuelo.
“El petróleo, ese codiciado combustible que las La “libre propiedad estatal”, desde el primer Có-
condiciones del progreso industrial hacen ya in- digo de Minas (1854), se transformó en “propiedad
dispensable, ha dejado de ser tesoro escondido en nacional” como base para exigir al capital arren-
las entrañas de la tierra venezolana”. datario el pago de una renta petrolera internacio-
Sacar el “mene” de las entrañas del suelo era BARROSO II / ARCHIVO nal. Torres interpreta ese nuevo “canon de arren-
una de las actividades que seguiría a tan inusual damiento” como una “participación de la nación”
y grata noticia. Quedaba poner la nueva riqueza Esto no agota el problema de la incorporación en los beneficios de la industria petrolera.
en sintonía con el interés nacional. Y esta sería al- del petróleo en la vida nacional. El asunto fue Ocurrieron dos cosas: 1- Se construyó el argu-
ta prioridad del Estado gomecista. Con ello se ge- planteado por Enrique Bernardo Núñez en oc- mento discursivo que permitió históricamente
nerarían las condiciones óptimas para articular tubre de 1941: “Todavía hoy poco se sabe en Ve- participar como propietario del subsuelo (terra-
el país al sistema capitalista y, en consecuencia, nezuela acerca de esta industria. Los ‘intelectua- teniente) en el negocio petrolero. El resultado
modernizar su economía y su sistema de produc- les’ demuestran escaso interés por ella. Prefieren fue la elaboración de un discurso que preservó la
ción. Los signos colectivos se moverían del agro al apartar los ojos de tales materias. En el país del propiedad nacional sin interrupción hasta 1976,
petróleo. La adopción de nuevos términos en un petróleo se habla con vaguedad del petróleo”. cuando ocurrió la nacionalización de esta indus-
lenguaje, sobre todo si es oficial, presagia nuevas Persiste el “escaso interés” y la “vaguedad”. tria; 2- Para lo concerniente a esta participación,
formas de vida. Más recientemente, en una encuesta de 1977, en- se aplicaron los criterios según los cuales los Es-
El petróleo revienta en las riberas del Lago de tre algunos intelectuales, sobre los testimonios tados Unidos desarrollaron la propiedad privada
Maracaibo, con profecía de abundancia. En 1926, del petróleo, las respuestas mantuvieron un ci- de la explotación petrolera.
el nuevo mineral desplazará por vez primera al miento común: “Sabemos que el petróleo está allí, Tan halagadoras eran las perspectivas, que en
que hasta aquel momento había sido el principal como parte sustancial de esa realidad; y como es- 1920 Torres va a referirse a una suerte de iden-
producto de exportación: el café. Aquella cultura tamos seguros que todo el mundo lo sabe optamos tidad petróleo-nación con un lenguaje también
legítimamente agraria, con cuatro siglos de histo- por no mencionar lo obvio” (Gustavo Carrera). halagador:
ria, comienza a impregnarse de otra cultura que Algunos interrogaban y respondían con aspe-
no tardará mucho en justificarse. La explotación reza: “¿Dónde está la literatura del petróleo? En “[...] pero es tan interesante el porvenir de los
petrolera, la riqueza y cultura consecuentes traen una literatura donde el petróleo es consecuencia aceites que ha llegado a ser este elemento no so-
al país rápidos procesos institucionales, sociales y y no tema. En la alienación, el nuevoriquismo, el lo una fuente de riqueza y de renta para los afor-
mentales: la preeminencia del Estado, propietario consumismo, en la agonía de una cultura modi- tunados países que lo poseen, sino que la ten-
de los recursos generados por el petróleo, en tanto ficada, que experimenta el artificio de unos valo- dencia actual es considerar este elemento como
fuerza privilegiada para impulsar la vida del país; res recientes” (Orlando Araujo). La alusión a las BARROSO II / ARCHIVO si dijéramos, parte de la integridad nacional”.
rápidos procesos de movilidad social y de urba- consecuencias no se hizo esperar: “La literatura
nización; y ciertas actitudes éticas en relación al y el arte se vieron también compulsionados por Queda claro lo que se está gestando en el seno de
trabajo y la generación de riqueza. la transformación violenta de Venezuela, de país to movimiento del agro al petróleo, era el surgi- la sociedad tradicional: las bases para que la na-
agropecuario en país petrolero, y les costó traba- miento de patrones de comportamiento que con- ción aprovechase los proventos de la explotación
La paradoja de la modernidad petrolera jo ponerse al día” (Juan Liscano). Lo irónico no dicionarían las relaciones del hombre frente al petrolera. En su calidad de propietario de un bien
Al ritmo de la explotación petrolera algo comen- podía faltar: “¿Qué tiene todo esto que ver con la Estado, del hombre frente al hombre y frente a la precioso para el resto del mundo, la nación logra
zaba a gestarse en las estructuras colectivas. El novela petrolera en Venezuela?, pregunta usted, comunidad de los hombres. Era la formación de articularse a la moderna economía capitalista. Se
petróleo serviría de fundador de una nueva ra- muy atinadamente. Y es aquí donde (tr)avieso, me un nuevo modelo económico, de una nueva forma abren nuevos horizontes a la Venezuela tradicio-
cionalidad social, de la cual apenas aparecían los lanzo por el tobogán de la especulación [...] Los de existencia en el mundo. El imaginario del pe- nal y agraria. Las grandes transformaciones es-
primeros destellos. ¿Cómo contribuiría el petró- petroleros, vaya eso por delante, somos ellos y no- tróleo es un componente esencial de la condición tuvieron a la orden del día: el país dejó de ser ru-
leo a aquella inalcanzable unidad nacional y a la sotros. No se haga el loco: usted sabe quiénes son del país mineral. Define todas las representacio- ral para convertirse en urbano, dejó de exportar
formación de las identidades colectivas? El imagi- ‘ellos’” (Ibsen Martínez). nes sociales. productos de la tierra para importar los bienes de
nario del petróleo actuaría como un esquema or- Pronto el país deja de ser –según expresión de la modernidad capitalista; el Estado, por su parte,
ganizador. Modernidad y progreso serían algunos II.- El imaginario del “país mineral” Díaz Sánchez– vegetal para convertirse en mi- dejó de ser pobre para convertirse en omnipoten-
de los signos del porvenir petrolero venezolano. El imaginario es una de las claves que permite neral: “se ha creado la imagen de dos países que te agente de progreso. Y todo esto ocurrió en un
Solo que, “la modernidad petrolera se constituyó comprender parte del psiquismo humano y de la se superponen y contradicen en el bastidor de la tiempo histórico relativamente corto. Se trataba
en la gran excusa para evitar examinar los defec- organización social: “L’imaginaire est ce qui tend historia como dos dibujos desenfocados [...] el del del proyecto de una élite, “de unos gobernantes a
tos del pasado y en consecuencia tomar concien- à devenir réel”. Así resumía André Breton lo que país vegetal, el del país mineral. O dicho de otra quienes sobraba Estado y faltaba país” (Campos).
cia de los vicios que, al amparo de lo nacional, allí hace el poder del imaginario en las sociedades. manera: el de la Venezuela típicamente agraria
se fortalecían” (Campos). Lo que en Venezuela devendría real era un vas- [...] y el de la Venezuela que vive y se agita en tor- (Continúa en la página 2)
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024

El imaginario petrolero venezolano


(Viene de la página 1) otras naciones tiene que hacerlo, ora a los pro-
pietarios del suelo, comprándole carísimas tie-
Las ventajosas condiciones crean conciencia rras petroleras, ora al Estado mismo, si el terre-
en las élites dirigentes del Estado sobre lo que no es baldío, mediante especiales estipulaciones
el negocio petrolero representa. Algo impor- contractuales” (Memoria, 1920).
tante en dos sentidos: 1- Para consolidar el pro- Siguió la imposición por parte del Estado de
ceso de modernización de la sociedad venezo- una renta a pagar –siempre manteniéndose
lana: 2- Para conseguir la tan preciada unidad dentro de las magnitudes de lo que los produc-
nacional. tores independientes cancelaban en los EE.UU.
La construcción de vías de comunicación vin- al gobierno federal– por el derecho a su explota-
culó todos los rincones del país, se aceleraron ción. La conciencia nacionalista en ciernes tuvo
las migraciones internas con la oferta de traba- su expresión, primero, en el discurso gomecista
jo, las ciudades y su infraestructura crecieron a oficial. Sus enunciados se mantendrían dentro
pasos agigantados, se inició el saneamiento de del marco de resguardar “cuidadosa y patrióti-
la población de sus seculares males endémicos, camente los supremos intereses de la nación”.
la educación dejó de ser mera “instrucción” pa- Segundo, en el discurso de la llamada “oposi-
ra convertirse en formación técnica y científica, ción democrática”, quienes aspiraban llegar al
aspectos de la mentalidad tradicional comen- poder. Desde entonces quienes han dirigido el
zaron a desencantarse, la sociedad comenzó a Estado han compartido esta actitud de defensa
organizarse en modernas estructuras políticas, del interés nacional en materia de petróleo. Las
las ideologías se nutrieron de novedosos esque- diferencias o acusaciones de unos grupos con-
mas de pensamiento y acción, el Estado se hi- tra otros han obedecido más bien a razones de
zo un verdadero Estado-Nación, con planes y diferenciación ideológica.
programas técnicos. Compartir una riqueza
común asentó bases al nos-otros venezolano y “Una república en venta”
a nuevas representaciones colectivas. Así nos o el antiimperialismo como símbolo
hicimos modernos muy a pesar nuestro, según Tocaba a los gobernantes “abrir los ojos desde
la afirmación de Picón Salas. el primer momento, pero estos no habían tenido
tiempo de saber lo que era el petróleo y de cono-
La condición rentista, como sistema cer su historia”. Se preservaron los intereses de
La lógica con la que la nación venezolana se ar- la nación, pero siempre manteniendo la lógica
ticuló al sistema capitalista fue sui generis. El de la negociación de acuerdo a las condiciones
Estado al otorgar el derecho a un tercero para del mercado petrolero. Las representaciones co-
la explotación de un bien que le pertenece, es lectivas creadas por los sectores antigomecistas
capaz de captar un ingreso producido por otros. insistirían en otros aspectos. “Pero Venezuela
Al cederse el derecho de exploración y explo- no solo era tiranía, terror y sangre. Era funda-
tación a las compañías petroleras (“arrenda- mentalmente petróleo, mucho petróleo. Y ha-
tarias”), el Estado exigiría para la nación una cia Venezuela volcaron sus capitales y sus ape-
participación en sus cuantiosas ganancias a tencias, codiciosamente, los hombres de Wall
través del cobro de un “canon de arrendamien- Street”. Así estigmatizaba Betancourt la situa-
to” (Ley de Hidrocarburos de 1920) o de un “im- ción nacional. Opresión hacia dentro y “venta
puesto de explotación o royalty” (Ley de Hidro- de la república” a los grandes consorcios inter-
carburos de 1922). La captación de este ingreso, nacionales: “El régimen gomecista era cada vez
cuya naturaleza es rentística –el pago realizado más implacable, pero con los criollos. Su capa-
por el derecho al uso de una propiedad– sería cidad sin fronteras para oprimir y exaccionar
el referente principal, aquel que daría unidad al venezolano se transformaba en sumisión y
a las específicas relaciones discursivas entre obsecuencia con el extranjero poderoso”. JUAN VICENTE GÓMEZ / ARCHIVO
la nación propietaria y el capital arrendatario. El discurso antiimperialista desestimaba –por
Para que la condición rentística se pusiera en razones ideológicas y políticas– el discurso ofi- Estas representaciones, unidas a un discurso cesión de “porciones de la República al extran-
sintonía con el interés nacional, habría que ini- cial de “defensa de los supremos intereses de de defensa y conservación del recurso natural jero”, la venta de “sus inmensos lagos de petró-
ciar un amplio proceso de reformas en la tri- la nación”. Veían la relación del Estado con las no renovable, generaron en el imaginario colec- leo a los yanquis”. Si bien hubo danza, en nin-
butación, afinar el aparato administrativo es- compañías como de intercambio desigual en fa- tivo una posición retórica hacia las compañías gún momento hubo entrega sin contrapartida.
tatal y definir la obligación al concesionario de vor de las últimas. Para construir sus postula- y hacia sus propios países de origen, especial- El sistema adoptado constituyó un importante
iniciar las labores de exploración y explotación dos solo tomaban en cuenta las “superganan- mente los EE.UU. Se trata de la lógica típica del componente de la articulación nacionalista del
una vez obtenida la concesión. Con los prime- cias” de las compañías, ante cuyas magnitudes discurso nacional-popular, cuyos enunciados se petróleo que representó, además, grandes bene-
ros signos de existencia de petróleo, se inició la renta petrolera percibida por el Estado siem- construyen: 1- En función de los sentimientos ficios para la nación.
una competencia entre el capital petrolero pa- pre parecía muy baja. Poco importaba que este que se desean satisfacer: “El pueblo trabajador, Ante la imposibilidad de que el Estado asu-
ra obtener concesiones. Al gobierno le corres- ingreso se generara sin contrapartida producti- analfabeto, humillado, con su paludismo y su miese la explotación petrolera, se escogió el
pondería actuar con “gran cautela y cuidado”. va por parte del país. Tal interpretación tendría sífilis, era siervo de la gleba en las haciendas método de repartir concesiones para explo-
El ministro Torres lo expresaba en 1918: “Has- amplias consecuencias sobre los sentimientos gomeras, artesano explotándose a sí mismo, rar y explotar el mineral. Uno de los primeros
ta hace poco, verdaderamente a ciegas, se pro- anti-imperialistas. Se señalaba que las compa- esclavo asalariado en los campamentos mine- obstáculos que el gobierno debía vencer para
cedió en los contratos que para exploraciones ñías se llevaban el petróleo sin que la nación ros”(Betancourt); 2- En función de darle nue- atraer al capital extranjero, era que realmen-
y explotación de petróleo se celebraron; por lo recibiera “justos beneficios”. Toda esta relación vas apariencias a viejos mitos: “El petróleo es te existiese petróleo. A ningún inversionista le
que de ellos, pocas o ningunas ventajas ha ob- existía en desmedro de los intereses nacionales, el mito moderno o la apariencia moderna del interesaría pagar los derechos de concesión y
tenido la nación”. en virtud de la complicidad de las élites dirigen- mito antiguo guardado por los mismos drago- hacer cuantiosas inversiones en exploración,
Hay nuevas modalidades impositivas, pero tes del Estado con el capital petrolero interna- nes” (Núñez). para un desenlace negativo. Dos fueron los re-
también hay condiciones para construir un cional y viceversa. Presentar a quienes definieron las reglas del dis- sultados: 1- La elaboración de estudios geológi-
discurso justificador de la participación de la Incluso a nivel de la narrativa ya no de carác- curso sobre la cuestión petrolera como “aliados y cos detallados sobre cada región, lo que equiva-
nación en la nueva riqueza. Se dice en 1918: “El ter político sino literario, estas imágenes serían siervos de intereses poderosos” (Betancourt), te- lía a un inventario del petróleo existente en el
impuesto minero es, por consiguiente, una par- poderosas: nía amplio efecto sobre las masas. Ninguna lógi- subsuelo nacional; 2- Despertar el interés para
ticipación en los beneficios y debe variar con la ca resistiría el argumento de que la situación era una reñida competencia de concesiones entre
riqueza de la mina concedida y las utilidades “Los yanquis han entrado en Venezuela mer- absolutamente beneficiosa para las compañías, particulares.
que produzca” (Memoria, 1917). El modelo im- ced al general Gómez. La Casa Blanca no tie- en la medida en que eran capaces de usar y sa- “Los concesionarios [...] en su casi totalidad
plementado fue el de los Estados Unidos. Solo ne en esa región del turbulento Caribe mejor car provecho de recursos ajenos sin necesidad de fueron ciudadanos venezolanos” (Arcaya). La
que ahora la industria petrolera nacional, or- y más acucioso mayordomo [...]. No hay país comprarlos. Habría que añadir, que las concesio- Ley de Hidrocarburos de 1920, le reconocía a los
ganizada también en base a arrendamientos, más amigo de los Estados Unidos que Vene- nes se otorgaban a riesgo “del interesado” y que mismos, entre otras cosas, el derecho a traspa-
no pagaba una renta al propietario privado del zuela. Los yanquis descubrieron en Venezuela lo que se cedía no era la propiedad de los yaci- sar sus concesiones a terceros con la excepción
yacimiento y el impuesto correspondiente al go- una nueva riqueza bruja que estaba escondida mientos, “sino el derecho de explorarlos y explo- de los gobiernos extranjeros. Ante la imposibi-
bierno federal, sino que sería al Estado al que le en el fondo de la tierra y se llamaba petróleo tarlos” con las restricciones que el mismo Estado lidad de los concesionarios venezolanos, por la
correspondería percibir ambos pagos en virtud [...]. Este petróleo ha enriquecido, a más de los propietario indicase (Ley de 1922). falta de capital y técnica, para explorar y explo-
de su condición de propietario y de “Estado so- yanquis, a los hijos, sobrinos, yernos y compa- tar sus concesiones, la mayoría fueron vendidas
berano” en materia impositiva. dres del general Gómez”. El ritmo de la “danza de concesiones” a empresas extranjeras. Se puso a circular en
César Zumeta, diplomático del gobierno de Otro postulado del discurso nacionalista vincu- el país una considerable suma de dinero entre
Venezuela ante los EE.UU., indaga sobre la ma- lado al imaginario del petróleo es la lógica del lo que obtuvo el fisco, lo que percibieron los na-
teria para asesorar la elaboración de una ley reparto de las concesiones petroleras. La políti- cionales por el traspaso, y el ingreso de inver-
sobre concesiones de petróleo. El modelo esta- ca que siempre le sugirieron seguir a Gómez fue siones extranjeras: “[...] con lo cual se lograba
ría compuesto por las más importantes dispo- una “política de petróleo, pues la importancia (…) que ingresara el capital de otros países a
siciones de una ley afín dictada el 25 de febrero de este mineral es tal, que aún las más sólidas invertirse en Venezuela, en condiciones venta-
de 1920. Zumeta le escribe a Gómez: alianzas entre naciones les están subordina- josas para la nación” (Arcaya).
das”. Sus actitudes era creer que tales recomen- El reparto de concesiones tuvo mejores resul-
“Espero [...] que sea posible calcar nuestra ley daciones iban al fondo de la cuestión. Así se lo tados. El hecho de que la mayoría de concesio-
sobre esta, en defensa de tan importantes inte- haría saber al Congreso Nacional en abril de narios fuesen nacionales, colocaba al gobierno
reses nacionales y sin herir, si no antes bien, 1923: “[...] vengo creando la prosperidad de Ve- en posición neutral en relación a cualquier re-
atraer el capital extranjero bienintencionado nezuela [...] mediante el fomento de la riqueza clamo, “evitábase también así todo motivo de
[así se] acabará de poner a salvo esa inmensa pública y explotación de las minas de petróleo recelos internacionales”. Dos cosas: 1- Ningu-
riqueza, tan íntimamente ligada al inmediato que ofrecen un brillante porvenir”. La lógica na empresa extranjera negociaría directamente
porvenir y prosperidad de la república”. del argumento era propia de aquel tiempo: “la con el gobierno; 2- Al Estado se le facilitaba el
nación que controle este recurso combustible, control de los diferentes concesionarios nacio-
Mientras llegaba el texto legal para “calcar verá la riqueza del resto del mundo afluir hacia nales pues, en la mayoría de los casos, estos ma-
nuestra ley”, se le daba el toque final a la de- ella”. El ritmo y las condiciones en que esta ri- nifestaban su fidelidad y gratitud; se convertían
finición de la condición rentista: la separación queza llegaría al país dependería de la política en agentes de la articulación nacionalista. De
conceptual de “impuestos” y “renta”. La prime- de repartición de concesiones que cedía a parti- los resultados cuantitativos del plan de conce-
ra pertenecía al ámbito fiscal, mientras que la culares, (nacionales y extranjeros), el derecho a siones dejaría testimonio el ministro de Fomen-
segunda era la “percepción de una suma deri- explorar y explotar el subsuelo nacional. to en 1930: “al otorgar las concesiones [...] se es-
vada de la estipulación contractual por el goce Desde la oposición surgió una versión negati- tipularon ventajas especiales para la Nación en
de una propiedad nacional”. Con esta distinción va. El sistema empleado por el régimen se des- materia de impuestos”. En relación a lo cualita-
Torres insiste: “[...] en Venezuela hay impues- cribió como “la venta de la nación al extranje- tivo, las palabras de Arcaya daban cuenta:
tos, pero nada pagan las empresas por el dere- RÓMULO BETANCOURT / ARCHIVO ro”, una complaciente “danza de concesiones”
cho mismo a la explotación como en todas las DE FOTOGRAFÍA URBANA (Betancourt). Otros enunciados se referían a la (Continúa en la página 3)
EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024
Papel Literario 3

Acá es donde el discurso populista muestra lo


mejor de sus capacidades legitimantes del or-
den político. Al ser un discurso del poder, no
puede identificarse plenamente con los intere-
ses de un sector: “debe” representar el conjun-
to de la sociedad, sin confundirse con la identi-
dad separada de cada sector. El poder muestra
por lo general movimientos sinuosos, siempre
apareciendo como constitutivo de toda la trama
que él mismo genera y ordena. Su presencia se
manifiesta en cada acción, en cada gesto, en ca-
da palabra, en cada imagen. Sus mecanismos
sutiles contienen una sólida eficacia.
Se condiciona la ética del país, ciertos com-
portamientos y actitudes en la vida nacional. El
destino consuntivo del ingreso petrolero se hi-
zo “estructural”, generando efectos indeseables
para el mismo poder. La siembra del petróleo,
en sus dos versiones, no fue más que “un calle-
jón sin salida”, dirán algunos, donde ingenua-
mente se miraron los venezolanos por décadas.
A pesar del sentido apocalíptico que contiene el
carácter “dependiente y transitorio”, el petró-
leo, fue el motor de las transformaciones de la
sociedad.
El sistema de representaciones y creencias
construidas en torno a este crucial aspecto, lo
denominamos el síndrome del petróleo. Los va-
lores y comportamientos colectivos de la Vene-
zuela agraria, precapitalista y rural cedían pa-
so a nuevos valores propios del país petrolero,
rentista y urbano. El síndrome se manifestaba
corrientemente en la indolencia generada por
la vida fácil, de consumo y no de producción.
No me refiero ni a la dependencia económica
de la actividad petrolera y ni siquiera al pro-
BARRA CANALIZADORA DE MARACAIBO / ARCHIVO blema del agotamiento de la fuente de riqueza.
Me refiero al impacto de la condición petrolera
y rentista de la nación sobre su sistema ético.

El imaginario petrolero venezolano


sería, entonces “[...] la verdadera acción de
construcción nacional, el verdadero aprove-
chamiento de la riqueza patria y tal debe ser el
empeño de todos los venezolanos conscientes”. IV- ¿Triunfo de la riqueza mágica?
El principal legado del petróleo para Venezue-
El síndrome del petróleo: “la erosión moral” la irradió en varios frentes: 1- En lo económico
(Viene de la página 2) ponía convertirse con el tiempo en “monstruo Se definían los diferentes procesos identifica- permitió impulsar aquel proceso histórico me-
devorador”. Condenaba a la sociedad, a menos torios que avanzan desde la condición rentista diante el cual una sociedad atrasada, tradicio-
“[...] mediante el plan adoptado [...] se ha crea- que se tomaran correctivos: “Incorporar el pe- generada por el petróleo. La llamada “oposición nal y precapitalista se convirtió en una sociedad
do y ha adquirido insólito desarrollo en Ve- tróleo a nuestra vida y no nuestra vida al petró- democrática”, con todo y su discurso antiimpe- de mercado, con todo y la carga de modernidad
nezuela la industria petrolera sin que el fis- leo”. Los argumentos saltan de lo institucional rialista, tanto antigomecista como con la políti- que ello implica; 2- En lo social, además de fa-
co haya gastado ni un céntimo en promover a lo ético. Surgía en las representaciones colec- ca de los gobiernos que le sucederán entre 1936 cilitar ampliamente la movilidad horizontal y
esa industria, antes por el contrario, las dili- tivas el petróleo como sinónimo de maldición. y 1945, no estará exenta de tal movimiento. Por vertical de la población, el petróleo sirvió de
gencias mismas de la iniciativa particular [...] Las metáforas son variadas: “El minotauro”, “el el contrario, comparten la posición rentista, en amalgama, de principio unificador, manifes-
comenzaron a producirle a la nación conside- chorro, gracia o maldición”, “el excremento del una variante llamada “la segunda visión de la tado en la conciencia de ser un país petrolero,
rable ingresos, desde el primer momento, mu- diablo”, “un monstruo devorador”. El país se siembra del petróleo”. Ahora la reivindicación facilitando el nos-otros nacional; 3- En lo ético,
cho antes de haberse encontrado el petróleo”. convertía en “la nación fingida”, “país impro- rentística de la nación se justificaba con una po- hacerse de una riqueza no en tanto producto-
ductivo y ocioso”. Se presagia “el desastre”, la lítica de distribución popular de la renta. res, sino en tanto consumidores (propietarios
En una década se había logrado estructurar el “mentalidad del parásito”. Una nación sumida AD como partido conductor de las luchas de- de un bien indispensable), comenzó a generar
marco político y jurídico de la articulación pe- en “dependencia y neocolonialismo”. mocráticas y populares, luego del 18 de octubre patrones de comportamiento con singular im-
tróleo-nación. La lógica era contundente: cuidar Tales juegos de lenguaje nos remiten a la pa- de 1945, puso el mayor énfasis no en el destino pacto sobre el cuerpo social. Dos grandes pro-
los intereses nacionales, sin causar daño algu- radoja de la modernidad petrolera planteada: la productivo (inversión) de la siembra del petró- posiciones han permanecido constantes en el
no, sino más bien atrayendo, al capital extranje- negación ontológica, el cuestionamiento ético y, leo, sino en el destino distributivo (consumo) imaginario colectivo: el petróleo no proviene del
ro. Es difícil aceptar la representación colectiva en el caso de la narrativa nacional, la ausencia, de la renta petrolera, para obtener apoyos po- trabajo nacional, debemos utilizar el petróleo pa-
de que Gómez y su régimen rehabilitador fue- la “mudez”, de representaciones, de incorpora- líticos, para mejorar el capital humano nacio- ra construir Venezuela.
ron instrumentos del “entreguismo al extranje- ción de sentidos ocultos y simbólicos que den nal (“educar, sanear, alimentar y domiciliar”) y A él se puede ir accediendo, puesto que se
ro” o “factor deformativo” de la vida nacional. cuenta de un tema rector de la mentalidad co- crear las condiciones de consolidación del mer- sembró la creencia de que cada quien tiene de-
Tampoco se puso en peligro “la soberanía de lectiva. Esta paradoja tiene resortes éticos. La cado interno, con un alto poder de compra: un recho a participar, solo queda ingeniarse cómo
la patria” por permitir indiscriminadamente la misma nos remite a un mea culpa, a una suerte proceso de “legitimación económica del orden hacer para que algo llegue. La riqueza mágica
entrada del capital extranjero. de pecado original. El hecho de que aquel país político”. El discurso populista también acoge- comenzó a amenazar la salud de la nación. El
Se crearon las condiciones que posibilitarían de cultivadores, aislado del mundo, sin comu- rá lo que había sido mot d’ordre de la política sistema de valores se horizontalizó, se descono-
un óptimo aprovechamiento de la industria nicaciones interiores, entregado a una lenta y económica nacional, generadora de consen- cieron viejas jerarquías para incorporar otras
petrolera. El nuevo marco institucional daría limitada vida provinciana, no hiciese de ese re- so excepcional entre los distintos sectores de con falsos rostros igualadores. La pieza domi-
forma a la identidad petróleo-nación que carac- galo natural incentivo para el desarrollo de la la sociedad. Se le daría nuevo giro, con nueva nante en este juego, no ha sido ni siquiera una
terizaría la mentalidad colectiva. Los protago- riqueza propia, generaría una situación sin pre- gramática diferenciadora: clase social, sino el Estado rentista con todo y
nistas de la nueva hora histórica no tendrían cedentes. La poca riqueza propia se abandona su autonomía financiera, distribuidor del pro-
mayores inconvenientes en reconocer la evo- para darse a gozar del regalo: “Ha disminuido “Sembrar el petróleo fue la palabra de orden vento mineral, y, junto a él, la del clan o par-
lución de sus posiciones en tres momentos: “el nuestra aptitud para producir riqueza. No solo escrita, demagógicamente, en las banderas tido que gerencia los asuntos públicos. De allí
de la ignorancia absoluta, el del conocimiento a hemos adquirido los hábitos, sino hasta la men- del régimen. Nosotros comenzaremos a sem- la excesiva fragilidad que ha mostrado histó-
medias y el del completo dominio de la materia talidad del parásito. Nadie es más pobre que un brar el petróleo. En créditos baratos y a largo ricamente la sociedad civil frente a ese Estado
que hemos alcanzado”. parásito. Nada tiene. Su porvenir pertenece al plazo haremos desaguar hacia la industria, la omnipotente. Ha sido desde el Estado, o con su
ser que lo nutre” (Úslar). agricultura y la cría, una apreciable parte de apoyo, desde donde se han organizado las fuer-
III.- Identidades y el minotauro del petróleo La articulación rentista al capitalismo, por esos millones de bolívares esterilizados, como zas políticas y sociales. Su potencialidad fiscal
Los venezolanos compartían un proceso histó- la que optaron las élites gobernantes, tendría superávit fiscal no utilizado en las cajas de la le ha permitido jugar un importante rol en la
rico: la condición petrolera de la nación. Muy efectos irreversibles sobre las actitudes éticas Tesorería Nacional”. vida nacional. En 1939, lo expresó Betancourt:
pronto se constituiría, a partir del petróleo, un de una sociedad en transición. Muy pronto ese “El Estado está más capacitado en Venezuela
fondo común de “tendencia igualadora” que re- mismo país de cultivadores se convertiría en Este giro verbal generaba un solo contenido: que en otros países de América para ejercer,
forzarían su frágil identidad y unidad. La estra- cliente del Estado rentista. Porque en el ori- consumirlo primero, sembrar el petróleo luego. aún antes de que una transformación profun-
tegia para “cuidar nuestra riqueza nacional” gen (relaciones externas) de la formación de la Si añadimos lo que a los sectores económicos da de tipo democrático se opere en su estructu-
fue la articulación rentista de la nación. Lo que nueva riqueza, el Estado adoptó un discurso de le insinuaba el discurso populista: “producir ra, una influencia determinante en la vida de
permitió generar los recursos necesarios para carácter rentístico, aprovechador del ingreso lo que necesita la nación”, se nos cuadra el cír- la nación”.
soportar sin grandes traumas la crisis de la eco- producido por otros. Pero, cuando del destino culo. ¿Qué significa esa suerte de malabarismo El poder político –ejercido en condiciones de-
nomía tradicional. La renta petrolera colocaba de esa riqueza se trataba (relaciones internas), discursivo según el cual a las mayorías se les mocráticas o dictatoriales, poco importa– se
al Estado venezolano en situación inusual y se adoptó un discurso capitalista. ofrece consumir la renta petrolera, mientras constituyó en el medio para canalizar las de-
paradójica: no necesitaba de la riqueza produ- Tan singular tendencia se intentó conjurar que a las minorías se les dice: conviértanla en mandas y satisfacer con dádivas todo tipo de
cida por las fuerzas económicas que él mismo con el discurso de la “siembra del petróleo”. capacidad productiva nacional? necesidad colectiva, desde las materiales has-
representaba. Se llegó al extremo de eliminar el Algunos pensaron que sembrando una rique- ta las simbólicas. Los partidos cumplieron su
impuesto de exportación que había sido fuente za generada sin mayor esfuerzo productivo po- rol de agentes privilegiados de la distribución
tradicional de ingreso. Con ironía, Gómez se- dría evitarse la deformación de valores y acti- de esperanzas y fantasías, en un juego donde la
ñalaba a los congresistas en 1923: la supresión tudes en relación al trabajo. “Sembrar” fue el ambición se solapaba con la promesa incumpli-
de ese impuesto que significaba dejar de perci- verbo de una consigna que llegó a tener visos da y el sueño truncado. Los signos del tiempo
bir 84 millones de bolívares “en obsequio de los programáticos: actual señalan el retorno a situaciones e ideo-
agricultores”. Esta articulación rentista le plan- logías que se creían superadas, o al menos en
tearía a Venezuela los cambios más decisivos
que haya podido confrontar en su historia. Por
“Urge aprovechar la riqueza transitoria de la
actual economía destructiva para crear las
La estrategia para trance de serlo. El imaginario del petróleo abrió
todo un horizonte para la nación venezolana, al
una parte, el petróleo actuaba como factor uni- bases sanas y amplias y coordinadas de esa
futura economía progresiva que será nuestra
‘cuidar nuestra riqueza mismo tiempo que anunció el tiempo por venir,
despejó las dudas sobre la lógica de una histo-
ficador de una sociedad sin mayor integración;
de otra, el esquema sustantivo del petróleo alte- verdadera acta de independencia”. nacional’ fue la ria vivida y otra por vivirse. Y en esta dialéctica
rará patrones de comportamiento, condiciona- entre lo que fue, lo que es y lo que se prefigura
rá el estar en el mundo del hombre venezolano. Se apuntaba a legitimar la posición del país articulación rentista de es donde se ha ido enriqueciendo nuestra exis-
ante el capital arrendatario. Exhibir interna- tencia social.
La fábula de la cigarra y la hormiga: mente un rostro productivo, equivaldría a jus- la nación”
“sembrar el petróleo” tificar el cobro y captación de la renta petrole- *El artículo aquí ofrecido es una versión del original,
Esta irrupción inesperada de la riqueza petro- ra. La siembra del petróleo actuaría como una más extenso, disponible en la sección Papel Literario
lera se le caracterizó de economía destructiva: suerte de freno axiológico a una tendencia eco- de www.el-nacional.com.
“aquella que sacrifica el futuro al presente”. Su- nómica que no presagiaba marcha atrás. Esa
4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024

PETRÓLEO >> PIEZAS PARA PENSAR LA NACIÓN VENEZOLANA

Orden, progreso y espectáculo: variaciones


sobre Venezuela como nación petrolera moderna
“En las películas empresariales de la Shell venezolana
se representa la ciudad, el campo petrolero, y el paisaje
natural atravesado por carreteras y oleoductos en
construcción. Este paisaje se muestra como una zona
híbrida en la que se mezclan la ciudad, el campo petrolero
y la comunidad rural, en el contexto de la modernización
como proceso que conduce a la modernidad”

MARÍA GABRIELA COLMENARES ESPAÑA

Introducción
Comencé este texto con la vaga idea de mirar de
una manera diferente imágenes ya conocidas pa-
ra mí, aunque no como imágenes fijas –fotogra-
fías– sino como imágenes en movimiento –cine.
La imagen cinematográfica, aunque fundada en
la reproducción técnica o mecánica de algo que
en algún momento estuvo frente a la cámara, no
enfatiza la ausencia de su objeto, sino que, por el OLEODUCTO (1952, PROD. UNIDAD FÍLMICA SHELL DE VENEZUELA, DIR. HENRY NADLER)
contrario, mediante el movimiento y la secuen-
cia temporal, lo vuelve presente a los ojos de su LUCHA CONTRA EL PALUDISMO (1955, PROD. UNIDAD
espectador con cada visionado. La imagen foto- FÍLMICA SHELL, DIR. BORIS WORONZOW)
gráfica, suspende el tiempo, hace irrelevantes el
antes y el después (Berger, 2007) y nos deja solo muy similares en todas las imágenes. Iré inter-
con el instante –“el instante preciso” de Henri pretando las imágenes en tres apartados. En el
Cartier-Bresson. Con esto la fotografía enfatiza la primero, me ocuparé de la imagen que me hizo
ausencia en el presente de aquello evocado por la cobrar conciencia de la recurrencia de ese patrón
imagen. ¿Significa esto que la temporalidad que- compositivo y me impulsó a interpretarlo: se tra-
da por completo ausente de la imagen fotográfi- ta de un fotograma de la escena final de Lucha
ca? No necesariamente, si considero algunos de contra el paludismo, documental empresarial que
mis hallazgos a lo largo del análisis. presenta el éxito en las campañas estatales para
Las cinco imágenes que analizo aquí son foto- erradicar la malaria en Venezuela, como parte de
gramas de tres películas producidas por la uni- la modernización del país durante las décadas de
dad fílmica de la petrolera Shell en Venezuela: 1930, 1940 y 1950.
Oleoducto (1952, Henry Nadler), Lucha contra el En el segundo apartado, una imagen de Oleo-
paludismo (1955, Boris Woronzow), y Venezuela ducto y otra de Venezuela y petróleo III: sus co-
y petróleo III: sus comunidades (1960, Néstor Lo- munidades. Ambas imágenes enfatizan la cons-
vera). La producción de la Unidad Fílmica Shell trucción de oleoductos y la relación de estos con
y la de otras petroleras extranjeras con intereses las instalaciones industriales del campo petrole-
en Venezuela corresponde a lo que en tiempos re- ro. En ellas, únicamente aparecen obras indus-
cientes los estudios sobre cine han denominado triales o civiles, así como máquinas, pero no los
industrial cinema o business cinema, que traduz- trabajadores petroleros. La primera imagen del
co aquí como “cine empresarial”, esto es, un cine apartado muestra una etapa en la construcción VENEZUELA Y PETRÓLEO III: SUS COMUNIDADES (1960, PROD. UNIDAD FÍLMICA SHELL, DIR. NÉSTOR LOVERA)
que se inscribe en las prácticas organizacionales del oleoducto Palmarejo-Cardón, que unió los
de las empresas, las cuales a su vez se insertan en campos petroleros del lago de Maracaibo con les que lograron mejores condiciones para los tra- bución equilibrada de las masas. La construcción
contextos de poder (Hediger & Vonderau, 2009). las refinerías de Punta Cardón (Shell) y Amuay bajadores petroleros–, hubo cambios en el modelo del oleoducto es una intervención de la industria
Durante la primera mitad del siglo XX, compa- (Creole Petroleum Corporation). La segunda ima- empresarial de las compañías. Estos cambios se petrolera –el campo petrolero, el espacio indus-
ñías petroleras como la angloholandesa Royal gen muestra cómo se conectan los oleoductos con reflejaron en sus prácticas organizacionales in- trial– sobre el ámbito propio de las comunidades
Dutch Shell y la estadounidense Standard Oil los tanques de almacenamiento de petróleo y sus ternas, en sus relaciones con el Estado y en sus rurales –el espacio rural, la naturaleza– y sobre el
obtuvieron concesiones para explotar el petróleo derivados. En el tercer apartado, las dos imáge- campañas propagandísticas: las petroleras bus- territorio de la nación. El espacio representado en
en varias regiones de Venezuela. El auge petrole- nes de Venezuela y petróleo III: sus comunidades caron presentarse ante la opinión pública como la imagen, ¿es un espacio híbrido, intermedio, en
ro del país fortaleció y centralizó el Estado, y este muestran a los trabajadores enmarcados por el agentes del progreso y la modernización de la el que se cruzan la nación y la compañía petrole-
cohesionó la nación. En este proceso, Venezuela campo petrolero. La primera imagen representa nación. ra; en el que se mezclan ciudad, campo petrolero
construyó una identidad como nación petrolera a dos trabajadores cuyo tiempo libre transcurre El otro elemento de la imagen es una edificación y comunidad rural?
cuyos dos cuerpos, político y natural, quedaron en las áreas residenciales del campo. La segunda civil: la carretera. Esta corresponde al ámbito de La carretera es una edificación civil, una obra
condensados por un Estado mágico que moder- imagen muestra a dos trabajadores enmarcados las obras públicas de infraestructura. En el siglo pública de infraestructura. Para la época en
nizó a la nación (Coronil, 2002). por las instalaciones de una refinería e incorpo- XX, Venezuela pasó de ser una nación integrada que se hicieron los documentales empresaria-
La Shell y la Creole hicieron películas dirigidas rados a la producción. por regiones aisladas entre sí y poco comunica- les de la Shell, la planificación y construcción
a sus trabajadores, pero también al público en ge- Finalizaré este trabajo con una reflexión sobre das debido a la falta de vías de comunicación que de la red vial interurbana había pasado a ser
neral. Tenían su propia infraestructura de pro- cómo los significados presentes en estas imáge- permitieran integrarlas, a una nación atravesada una actividad enteramente a cargo del Estado,
ducción, distribución y exhibición en los campos nes van atravesados por las ideas del orden y el por una red vial que, junto con el fortalecimiento en el marco de sus políticas públicas. Desde el
petroleros, e hicieron convenios con distribuido- progreso, tal como quedan plasmadas en el pa- y centralización del Estado, terminó por unificar- punto de vista visual, es significativa la cerca-
ras comerciales para proyectar sus películas en trón de la composición visual que se repite, con se e integrarse. Es cierto que los ingresos petro- nía espacial y el trazado paralelo de la carretera
cines de toda Venezuela (González & Guilarte, variaciones, en cada una de ellas. leros del Estado contribuyeron a financiar esto. y la zanja que albergará el oleoducto: crea una
1992; Filloy, 1995). En las películas empresariales Sin embargo, una parte de la nueva red vial fue asociación sensorial poderosa entre la actividad
de la Shell venezolana se representa la ciudad, el 1. Tema: la compañía petrolera Shell levantada por las compañías petroleras, en sus ex- del Estado y la de la compañía petrolera, en-
campo petrolero, y el paisaje natural atravesado y el progreso de Venezuela ploraciones y asentamiento de campos petroleros. tre la planificación de las edificaciones civiles y
por carreteras y oleoductos en construcción. Este En esta imagen, el lema de la Shell venezolana Esto propició cambios socioculturales como el re- las industriales. Al mismo tiempo, este parale-
paisaje se muestra como una zona híbrida en la –“asociados al progreso de Venezuela”– se super- conocimiento de los venezolanos de diferentes re- lismo puede interpretarse a la luz del contexto
que se mezclan la ciudad, el campo petrolero y la pone al símbolo gráfico de la compañía –una con- giones entre sí, aunque también dividió al país en como una sugerente representación visual del
comunidad rural, en el contexto de la moderni- cha marina–, y estos, mediante el uso de la truca dos Venezuela: una en proceso de modernización, delicado equilibrio entre los intereses de la na-
zación como proceso que conduce a la moderni- (1) se superponen a una toma en perspectiva de predominantemente urbana; y otra que no alcan- ción –representada por el Estado– y los de las
dad. La modernidad es una categoría compleja y una carretera que atraviesa un paisaje de llanu- zó a recibir los beneficios de la economía petrole- potencias occidentales –representadas por las
problemática, marcada por un sesgo epistémico ra. El patrón de la composición en la imagen es ra, predominantemente rural (Tinker Salas, 2009). compañías petroleras–, en el marco del orden
eurocéntrico desde su definición original como el el descrito en la introducción: el punto de fuga se En esta imagen se superponen sobre el territo- internacional bipolar que resultó de la Segunda
orden social surgido en Europa desde la segunda ubica en la línea vertical que atraviesa el centro rio de la nación las atribuciones del Estado como Guerra Mundial.
mitad del siglo XVIII con las revoluciones indus- del cuadro y coincide con la línea del horizonte, representante de la nación, y las atribuciones de El oleoducto es una edificación industrial y
trial y francesa, y en América con la independen- ubicada ligeramente por encima del centro hori- las compañías petroleras como representantes la compañía petrolera es la encargada de cons-
cia de Estados Unidos. Un rasgo de la modernidad zontal de la imagen. Las líneas son predominan- de la empresa industrial capitalista moderna. La truirlo. Es, como la carretera, una vía de trans-
es que separa el mundo objetivo y el subjetivo, y temente rectas y segmentan el paisaje natural en imagen da el protagonismo a la compañía petro- porte, pero del petróleo crudo, desde las plata-
crea una tensa relación entre la razón y el suje- porciones casi simétricas. No hay personajes, solo lera como agente modernizador. formas de perforación hasta la refinería que lo
to, la racionalización y el sujeto (Touraine, 1994). la carretera y el paisaje. transformará en derivados, y de allí a los puer-
Desde el sesgo epistémico eurocéntrico, la moder- La compañía petrolera no está representada en 2. Primera variación: del paisaje natural tos. Como la carretera, parte de una planifica-
nidad se asocia con la idea de progreso como la el paisaje, pero sí en los grafismos que se super- al paisaje industrial ción, pero a cargo de la compañía petrolera. Su
creencia en que la humanidad ha avanzado, avan- ponen a este. En el texto, declara su compromiso La imagen de la construcción del oleoducto al fin es mejorar la productividad, hacer eficiente
za y continuará avanzando en el futuro (Nisbet, con el progreso de la nación venezolana. La Royal lado de la carretera es muy similar a la primera el transporte del petróleo. Para 1952, año en que
1986). La modernidad también se asocia con la Dutch Shell se instaló en concesiones otorgadas de la serie, pues muestra una composición casi fue producido el documental al que pertenece
idea de la nación como comunidad imaginada li- por el gobierno dictatorial de Juan Vicente Gó- idéntica. Sin embargo, no es la carretera lo único esta imagen, la construcción de obras civiles e
mitada y soberana (Anderson, 1993). mez, a mediados de la década de 1910 (Coronil, que atraviesa el paisaje de llanura: en paralelo a instalaciones industriales, era una de las imá-
Elegí estas imágenes porque en ellas la compo- 2002; Tinker Salas, 2009). Como consecuencia de ella va una zanja trazada y excavada por el equipo genes representativas de la modernización en
sición visual sigue un mismo patrón, aunque con las medidas progresivamente nacionalistas del constructor de la compañía petrolera. En el cen- Venezuela. La construcción no siempre fue una
variaciones en cada imagen: énfasis en la pers- Estado venezolano en relación con la industria tro de ellas, la gruesa tubería del oleoducto, ya actividad planificada, aunque las compañías pe-
pectiva lineal, enfocando un camino u oleoducto petrolera –incremento en los impuestos a las pe- alineada y ensamblada para ser depositada en la troleras se esforzaron en caracterizarla como tal
cuyas líneas de fuga convergen en el horizonte, a troleras extranjeras hasta llegar al 60% de sus zanja, y luego cubierta. Carretera, tubería y zanja en sus discursos.
lo lejos; distribución simétrica y regular de las fi- ganancias, obligación de construir refinerías y convergen sobre la línea del horizonte, creando
guras en el espacio, de acuerdo con proporciones oleoductos en suelo venezolano, luchas sindica- nuevamente una visión en perspectiva, con distri- (Continúa en la página 5)
EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024
Papel Literario 5

Orden, progreso y espectáculo: variaciones edificaciones industriales desiertas


de gente. En la primera imagen de es-
te grupo, el espacio compuesto geomé-
productividad y la eficiencia la legisla-
ción petrolera de los gobiernos demo-
cráticos venezolanos de 1945-1948, ade-
sobre Venezuela como nación petrolera moderna tricamente y ordenado por el patrón
compositivo es una calle de un campo
más de aumentar al 50% el impuesto
que las compañías debían pagar al
petrolero, rodeada de viviendas y de Estado por sus ganancias, estableció
áreas verdes, y habitado por dos per- que estas debían invertir parte de sus
sonajes que circulan por la vía, aleján- beneficios en construir refinerías en
dose de la cámara y avanzando hacia Venezuela. Tal legislación marcó una
el horizonte –¿dejando atrás el pasado nueva era en las relaciones del Esta-
y avanzando hacia el futuro? –. Estos do con las compañías extranjeras: es
personajes no alteran el orden geomé- precisamente la etapa durante la cual
trico fijado por la composición visual. la Unidad Fílmica Shell de Venezuela
Al contrario, lo refuerzan al tiempo produjo sus documentales.
que introducen la variación con res- La compañía petrolera es el agente
pecto a las composiciones de las imá- que planifica y ordena los elementos
genes anteriores: los empleados de presentes en la imagen. El campo pe-
la compañía petrolera y habitantes trolero es el territorio ordenado, ad-
del campo petrolero participan de la ministrado y regido por la compañía.
apertura hacia el futuro, del avance, A su vez, el campo petrolero –y la ac-
del progreso. ción de la compañía– se inscriben en
El orden en el campo petrolero lo fi- el territorio de la nación, regido por
ja la compañía. Esta es al campo pe- el Estado.
trolero lo que el Estado a la nación.
Lo que predomina en la imagen es la 4. Coda: la modernidad como or-
zona residencial del campo petrolero, den, progreso y espectáculo
pero al fondo, a lo lejos y en lo alto, se Como dije en la introducción, elegí
divisan las edificaciones industriales analizar estas imágenes por el patrón
que recuerdan el vínculo con la com- de su composición visual: perspectiva
pañía petrolera. Se trata de estructu- lineal que enfoca un camino u oleo-
ras metálicas, con diseño puramente ducto cuyas líneas de fuga convergen
funcional. en el horizonte, y distribución simétri-
En la imagen identifiqué, a la iz- ca y regular de las figuras en el espa-
quierda del cuadro, una calle perpen- cio. Este patrón compositivo se repite,
dicular a la que constituye el eje de la con variaciones, de una a otra de las
VENEZUELA Y PETRÓLEO III: SUS COMUNIDADES (1960, PROD. UNIDAD FÍLMICA SHELL, DIR. NÉSTOR LOVERA) composición. Esta calle está bordeada cinco imágenes.
por viviendas que no puedo distinguir ¿Qué sentidos le puedo asignar a tal
claramente, porque aparecen ocultas patrón de composición visual en el
tras un árbol. No logro distinguir de contexto de mis categorías –moderni-
qué tipo de vivienda se trata: en los dad, nación? En principio, lo interpre-
campos petroleros había distintos ti- to como un modo de ver que le impo-
pos de viviendas, cuya asignación de- ne un orden al espacio, a los objetos
pendía de la categoría de los traba- y a los actores: la carretera, el oleo-
jadores en la jerarquía laboral, pero ducto, las calles del campo petrolero
también de su condición de solteros y la refinería reordenan el espacio y
o casados, expatriados (estadouni- lo ponen al servicio de la producción,
denses o europeos) o venezolanos. En al servicio del control del Estado so-
cualquiera de estos casos, la vivienda bre el territorio de la nación. Mientras
es el espacio de la vida privada de los que la conformación del paisaje natu-
trabajadores, pero está ubicada dentro ral es resultado de fuerzas ajenas a la
del campo petrolero. La compañía, en- intervención humana, la construcción
tonces, ordena el trabajo, el ocio y la geométrica de estas imágenes desta-
vida familiar de sus trabajadores. Es- ca el dominio del ser humano sobre la
te orden proviene de una planifica- naturaleza, de acuerdo con principios
ción previa: las compañías petroleras pretendidamente racionales inscritos
insistían, en sus discursos, en el ca- en el programa cultural de la moder-
rácter planificado y ordenado de sus nidad occidental.
enclaves. Además de construir un espacio
Tanto los dos personajes, como la vi- en perspectiva, de acuerdo con prin-
vienda y las áreas verdes que bordean cipios geométricos, este modo de ver
la calle, e incluso las edificaciones in- también construye en la imagen una
dustriales que se divisan a lo lejos, se lectura del espacio en clave tempo-
distribuyen en el espacio y se subor- ral, a lo largo del eje de la perspecti-
dinan, de manera ordenada y planifi- va lineal. Esta manera de componer
cada, al patrón compositivo de la ima- la imagen define en ella al menos dos
gen y a los designios de la compañía planos diferentes:
VENEZUELA Y PETRÓLEO III: SUS COMUNIDADES (1960, PROD. UNIDAD FÍLMICA SHELL, DIR. NÉSTOR LOVERA) petrolera. A) El primer plano es lo más cer-
En la segunda imagen del grupo se cano a la cámara. La construcción
(Viene de la página 4) te predominan las líneas rectas y la como terrateniente propietario de las expresa una nueva variación sobre el en perspectiva lo ubica en un tiempo
composición abstracta, geométrica. tierras de la nación bajo las cuales ya- mismo patrón de composición visual. presente.
La máquina aparece en primer lugar No hay personajes en la imagen, solo ce el petróleo. Pero bajo la fórmula de En esta ocasión, el espacio es el de la B) El fondo es lo más lejano con res-
como automóvil, como vehículo par- estructuras industriales destinadas al la concesión, comparte el control so- refinería, cuyas edificaciones indus- pecto a la cámara –y también al espec-
ticular de transporte de los ciudada- transporte y almacenaje del petróleo. bre el petróleo con las grandes poten- triales marcan la línea del horizon- tador. Este fondo se ubica sobre la lí-
nos. En una Venezuela donde la red No quedan huellas aquí del paisaje na- cias europeas y los Estados Unidos, a te, y también se ubican a los lados de nea del horizonte, en el punto donde
ferroviaria cayó en desuso tras el auge tural, que ha sido totalmente transfor- través de las compañías petroleras. una ancha vía interior. Muy peque- confluyen las líneas de fuga y apunta
petrolero, tener carro era una obliga- mado en paisaje industrial. Este pai- Todo esto en medio del nuevo orden ños en comparación con las estructu- al futuro, que estaría allí donde ya no
ción, pero también un indicio de que saje industrial se inscribe plenamente internacional de la posguerra y la ras de la refinería, dos trabajadores le alcanzamos ver más por la lejanía.
sus propietarios se inscribían en los en el campo petrolero. Guerra Fría. dan la espalda a la cámara –como los En este vector temporal se mueve el
estratos sociales beneficiados por la Estas instalaciones industriales fue- dos ciclistas de la imagen anterior– y progreso. La composición de las imá-
modernidad, esto es, principalmente, ron construidas por la compañía pe- 3. Segunda variación: vida coti- avanzan hacia lo que parece ser la es- genes fija una ruta, un recorrido que
las clases medias urbanas. Se trataba trolera, encargada de la producción de diana y producción en el campo tructura central de la refinería –o al se inscribe en el territorio de la na-
de carros importados o ensamblados petróleo y sus derivados en concesio- petrolero menos la estructura central en la com- ción –la ciudad, la comunidad rural,
en Venezuela con tecnología impor- nes otorgadas por el Estado a cambio En estas dos imágenes de Venezue- posición de la imagen. Una vez más, el paisaje natural– y en el de la com-
tada de Estados Unidos o Europa: el de un impuesto sobre los beneficios. la y petróleo III: sus comunidades, se los dos personajes se insertan en el pañía petrolera –campo o comunidad
auge del automóvil se relaciona es- Al contrario de las obras civiles, estas repite el patrón de las composiciones orden de la composición sin romper- petrolera. La carretera, el oleoduc-
trechamente con la economía impor- edificaciones industriales están dedi- visuales anteriores, pero con una va- lo ni alterarlo. La refinería se inscribe to, las calles del campo petrolero y la
tadora producto del auge petrolero. cadas por entero a la producción –en riante: no se trata ya de una carretera plenamente en los espacios industria- vía que atraviesa las instalaciones de
La máquina aparece también como este caso de petróleo y sus derivados. o una zanja que atraviesan el paisaje les del campo petrolero: es el lugar del la refinería son todas rutas que invi-
maquinaria de construcción: compli- Es la arquitectura del metal y la má- natural, tampoco de un conjunto de trabajo y la producción de petróleo y tan a dejar atrás el presente y a avan-
cadas grúas, poderosos tractores. No quina, estrictamente funcional, cons- sus derivados, organizados y puestos zar al futuro. Es la modernidad como
sirve al ciudadano privado sino a la truida para la eficiencia y la produc- en marcha por la compañía petrolera. utopía. En todas las imágenes, la clave
compañía petrolera, aunque esta fun- tividad. Las tuberías del oleoducto La composición visual centra la del progreso está en la industria pe-
ción queda subsumida en el discurso ocupan en el lugar que en la imagen atención en las edificaciones indus- trolera, representada por la compañía
como una contribución al progreso de anterior correspondía a la carretera, triales que enmarcan la vía central. A Shell.
la nación: más obras de infraestructu- y establecen un paralelo con esta últi- pesar de la lejanía de la cámara con Pero la composición visual es tam-
ra, más progreso; más producción pe-
trolera, más progreso. La maquinaria
ma: son vías de transporte, en este ca-
so destinadas al transporte del petró-
es significativa respecto a estas estructuras, la ima-
gen alcanza mostrar la intrincada fi-
bién una construcción abstracta que
le imprime una cualidad estética a la
de construcción es inseparable del tra- leo de las plataformas de perforación a la cercanía ligrana de relucientes válvulas y tu-
berías, las chimeneas y su apariencia
percepción de la realidad social que
bajo y de la fuerza laboral. las refinerías y de estas a los puertos, tenemos a través de las imágenes. Es
En la otra imagen, los oleoductos pa- para exportarlo al mercado mundial. espacial y el de apretada selva tecnológica. La refi- la modernidad como espectáculo.
ralelos aparecen enfocados en pers- Los tanques son depósitos para alma- nería luce simétrica ordenada y fun-
pectiva, repitiendo la composición de cenar el petróleo en su tránsito entre trazado paralelo cional: todo en ella sirve al popósito de (1) La truca es un dispositivo que se emplea
la carretera en la primera imagen de las diferentes etapas de la producción, la productividad, la calidad, la eficien- durante la posproducción cinematográfica
la serie. Estos oleoductos trazan las lí- en su ruta a dicho mercado. El petró- de la carretera y la cia. En la secuencia de la producción sobre soporte fílmico. Se utiliza para aña-
neas de fuga que convergen de nuevo
sobre la línea del horizonte, allí don-
leo entonces es un vínculo que co-
necta a Venezuela con el capitalismo
zanja petrolera, el papel de la refinería es
transformar la materia prima y con-
dir efectos especiales a la imagen, créditos,
títulos, etcétera.
de esta se cruza con la línea vertical
imaginaria que marca el centro de la
mundial y con el orden internacional
de la posguerra, pero, ¿lo conecta en
que albergará vertirla en productos derivados: com-
bustible, lubricantes y otros. En este *La Dra. María Gabriela Colmenares España
imagen. A la línea del horizonte se su- una sola dirección? ¿Es una operación el oleoducto” contexto, la máquina es indispensable es profesora asociada de la Facultad de Hu-
perponen grandes tanques de alma- puramente extractiva? Esto me lleva para producir el petróleo y sus deriva- manidades y Educación de la Universidad
cenamiento de petróleo distribuidos al problema de la producción de pe- dos. La refinería es el resultado de los Central de Venezuela. Estudiosa de teoría
a los lados de las tuberías, y enlaza- tróleo: ¿es realmente producción una llamados “avances tecnológicos” y se y análisis del cine. Investigadora asociada
dos a estas por medio de una red de actividad extractiva? Por otra parte: asocia estrechamente al trabajo y los (UCAB) y doctora en Estudios Sociocultu-
válvulas distribuidoras. Nuevamen- el petróleo es propiedad del Estado, trabajadores que la operan. Sirve a la rales. (UABC).
6 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024

PETRÓLEO >> PIEZAS PARA PENSAR LA NACIÓN VENEZOLANA

El petróleo en la ficción: De Ramón


Díaz Sánchez a Ibsen Martínez
Como viñetas o fichas de visto en otras novelas petroleras solo que en esta
el interés del autor está más del lado del mundo
lectura se ofrecen en lo nuevo, urbano e industrial, que del viejo mundo
rural: así, y con cierta estridencia, la lucha obrera
que sigue comentarios y antiimperialista pasa al primer plano.
Resalta en todo caso que tanto la transcultu-
a obras narrativas de ración como la figura del gringo muestran una

Ramón Díaz Sánchez, arista nueva con el personaje de míster Charles,


quien transmite al criollo Tochito, rebelde inna-
César Uribe Piedrahita, to, el conocimiento de los sindicatos americanos
y de la lucha de clases modernas: ya no se trata
Ramón Carrera Obando, solo de venezolanos y extranjeros sino de obreros
y patronos. Así, la novela termina con un episodio
Gabriel Bracho Montiel, fundacional y casi olvidado de la democracia ve-
Miguel Otero Silva nezolana: las revueltas tras la muerte de Gómez
y en particular la ejecución en las llamas de los
e Ibsen Martínez quemadores de gas de los guachimanes y espías
de las petroleras. Guachimanes, queda entonces
como la más beligerante de la serie petrolera de
JEUDIEL MARTÍNEZ las novelas venezolanas.

Mene (1936) Ramón Díaz Sánchez Oficina N° 1 (1961), Miguel Otero Silva
“Mira todas esas cosas nuevas. Fíjate en esas ca- En Oficina N° 1, Miguel Otero Silva (1908-1985)
lles, en esas torres; acércate a ese muelle. ¿Quié- narra la historia del pozo y el campamento del
nes son esas gentes que parece que se han vuelto mismo nombre, emplazados en los llanos orien-
locas?” Esta frase tan conocida de Mene, tercera tales. Es por tanto parte de la minoría de las no-
novela de Ramón Díaz Sánchez (1903-1968) es la velas orientales, más colocada en un ambiente
que podrían repetir no solo nuestros ancestros, totalmente diferente porque lo que va a relatar
sino los de cualquier pueblo del mundo contem- no es tanto la destrucción del medio natural y so-
plando a sus descendientes transformados por cial anterior a la llegada de las compañías sino el
la alquimia del siglo XX en una suerte de aliení- surgimiento de la industria en un paraje remoto
genas. Mene, que ficcionaliza casi una década de y desolado.
experiencias de Díaz como empleado de una las Como las otras novelas petroleras, de las que es
petroleras y como juez municipal, es una nove- un espécimen tardío, es ante todo un relato so-
la subestimada cuyo carácter casi documental bre la opresión y los cambios traídos por el poder
no debe distraernos de ciertas resonancias cós- de las compañías, los mismos personajes típicos
micas: historia de contaminación y mezcla sobre (campesinos, obreros, jefes civiles y los gerentes
la circulación de los elementos y los colores, so- gringos) desfilan por sus páginas solo que, a dife-
bre el ciclo del nacimiento de un mundo nuevo a rencia de las anteriores, mostrándonos los cam-
costa de la disolución del precedente: Mene es el bios que ocurrieron cuando, tras la muerte de
elemento primigenio que es transformado por el Gómez, inició la democratización progresiva del
fuego para dar lugar al cosmos nuevo. país. Como Guachimanes, toca el tema de la lucha
Olvidamos que este venezolano, bebedor de cer- y la organización sindical, aunque, extrañamen-
veza y jugador de béisbol, no existía antes de que te, la voz de la conciencia política no es de un ve-
en los campos petroleros terminara el viejo mun- nezolano sino de un norteamericano progresista
do rural. Aunque “culpable” de la romantización Tony Roberts. “La última transformación quími-
del pasado rural, en sus distintas fases Blanco, ca del petróleo, aquella que convierte el aceite re-
Rojo, Negro, Azul esta primera novela petrole- finado en dividendos, es la parte más interesante
ra muestra el proceso en que el despotismo y co- y más curiosa de la industria petrolera”.
rrupción de las compañías extranjeras comienza Tardía y mucho menos beligerante que las ante-
a emerger un mundo nuevo: ruido, fuego, “agua riores, Oficina N° 1 fue publicada en una Venezue-
cuajada”, son los signos de esos cambios por los la cada vez más urbana y ya en democratización,
que el negro Enguerrand Narcisus Philibert, lle- mo si esos procesos de destrucción de la natura- para la cual la industria petrolera ya no era un
ga a Venezuela y es colocado en la lista negra “por leza y de sus habitantes para extraer las rique- cuerpo extraño y tal vez por eso carezca de la fuer-
haber osado ocupar el retrete de los blancos”, pe- zas de la tierra estuvieran condenadas a repetirse za y del énfasis de las anteriores, movidas por la
ro también por los que el hombre del campo des-
cubre que sus manos son aptas “para poner en
periódicamente. Uribe Piedrahita publicó varias
monografías y un volumen que reúne impresio-
Como Díaz Sánchez, indignación ante atropellos recientes y la angustia
ante la disolución del mundo rural. Tal vez puede
marcha los devastadores artilugios” y por los que
“Pueblos oscuros, Cabimas, Lagunillas, Mene, se
nes de sus viajes por Ecuador. Uribe Piedrahita ser vista como una especie de cierre de un periodo
en que los problemas ya eran bastante diferentes.
incorporaban al frenesí del mundo”. Romance so-
bre el segundo nacimiento del país, Mene merece
Remolino (1940) Ramón Carrera Obando ficcionalizó su No fue, sin embargo, la última novela petrolera.
En la serie las “novelas de la invasión” que dan
más que el olvido y la condescendencia que fre- cuenta de la implantación de las petroleras en experiencia en los Oil Story (2023), Ibsen Martínez
cuentemente ha encontrado. Debo añadir que he- Venezuela, Remolino de Ramón Carrera Obando Como sucesora de la obra de teatro, Petroleros
mos olvidado que Díaz Sánchez escribió una ex- (??) difiere de las anteriores tanto en la locación, campos petroleros, en suicidas, Ibsen Martínez (1951) desarrolla una
tensa obra como historiador, ensayista, biógrafo,
periodista, compilador, narrador y dramaturgo.
que en este caso es Caripito –en el oriente del
país–, como en que en realidad es un fragmento este caso como médico historia urbana e internacional colocada en las
antípodas de las viejas novelas petroleras venezo-

Mancha de aceite (1935) César Uribe Piedrahita


de una obra inconclusa. Su visión es anterior a
la llegada de las compañías, es menos román-
en los Estados Zulia y lanas: con una historia que inicia más de 50 años
después del fifty-fifty y 20 después de la nacionali-
En realidad, la primera novela petrolera aparece
en Bogotá: Mancha de aceite de César Uribe Pie-
tica y más realista, por el énfasis que da a una
injusticia perdida en nuestra historia: el despo-
Falcón” zación de la industria petrolera, Oil Story no mo-
viliza campesinos, gerentes gringos, sindicalistas,
drahita (1897-1951), médico y escritor colombiano. jo de los pequeños propietarios rurales a manos como un documento de denuncia simétrico con guachimanes o aventureros sino, principalmente,
Como Díaz Sánchez, Uribe Piedrahita ficcionalizó de las petroleras. aquellos que relatan la colonización del occiden- a los ejecutivos, más bien decadentes, de una in-
su experiencia en los campos petroleros, en este Así, para Carrera Obando también hay una pér- te del país. dustria totalmente venezolanizada, parte de una
caso como médico en los Estados Zulia y Falcón. dida cuando emerge el remolino petrolero que élite que se encaminaba a un conflicto (que, en
Novela “apátrida” y de denuncia, como otras de desordena, mezcla, destruye y transforma, pero Guachimanes (1954), Gabriel Bracho Montiel perspectiva, se nos muestra suicida) contra otra
la época, sobre esa “acumulación originaria” en no es la de una realidad social idílica (bien mues- Palabras como guachimán, guirchal o macán, no élite, la militar, conflicto que Martínez presenta
que en las caucheras, las yungas y las plantacio- tra el autor que antes de la tiranía de la petrolera solo nos recuerdan la llegada, súbita y violenta con curiosas imágenes: “veinte mil gerentes del
nes de Henequén, la explotación extrema de la estaba la del jefe civil) sino de la textura misma de del idioma inglés al interior de Venezuela, sino la siglo XXI que, con ideas zombis sobre la política,
fuerza de trabajo nativa por capitales nacionales la tierra esterilizada y convertida en mugre por creatividad del idioma para absorber esos voca- buscaron provocar el derrocamiento de un jefe
y foráneos se unía a la destrucción de la natura- las fuerzas de la extracción: “El que ha nacido blos. En particular guachimán es una criolliza- militar del siglo XIX con ideas zombis sobre la
leza y, no pocas veces, a las matanzas de los indios campo adentro, en la tierra que produce el raci- ción de watchmen y, en sus orígenes, tenía reso- economía”.
motilones. La cuestión política de la explotación mo, la mazorca y la piña melosa, sabe cómo duele nancias mucho más siniestras que las de ahora. Aunque se puede argumentar que tanto los eje-
y la dominación aparece todavía más clara (“Por- cuando los tractores y las cuchillas ‘Robsbilders’ Gabriel Bracho Montiel (1903-1974) la usa como cutivos como el jefe militar eran figuras quin-
que han hecho de este pueblo y de todos los que y ‘Caterpillar’ arrasan los campos de agricultu- título para una novela, tardía y fragmentaria pu- taesenciales del siglo XX tratando de entrar al
tienen el infortunio de poseer petróleo, unos pue- ra, para tender la carretera que ha de conducir la blicada en Chile y subtitulada Doce aguafuertes XXI, lo cierto es que esta novela destaca por es-
blos esclavos”). ‘planchada’ del taladro”. En ese sentido Remolino para ilustrar la novela venezolana del petróleo, tar en las antípodas de las novelas petroleras que
La novela muestra el ciclo de lucha, violencia muestra los costos de la industrialización depen- también ubicada en el Zulia pero que se diferen- hemos comentado, como si el tema petrolero fue-
y organización política que, inevitablemente, su- diendo menos de la romantización de un pasado cia por su énfasis tanto en el submundo que nace ra relevante para nuestra literatura apenas cuan-
cede tras estas primeras fases casi esclavistas de bastante poco romántico. con los campamentos petroleros como en la epó- do la industria nace, a principios del siglo XX y
la explotación industrial, y, en el simbolismo del Al fin y al cabo el epónimo Remolino no es otra nima figura parapolicial: “Los guachimanes que fenece, a inicios del XXI. Publicada en 2023, tras
fuego, que condensa tanto los conflictos venide- cosa que el spin de ruedas y engranajes, la incon- duermen de día, salen ahora con su reloj de con- las sanciones de Estados Unidos y el colapso de la
ros como los cambios que traerá el siglo: “La hoja cebible proliferación de motores y, con ellos, de trol colgado como bulto de escolar y el arma al industria iniciado casi una década atrás, Oil Story
petrolífera amenazaba convertirse en un horno, choferes y conductores, hombres desterritoriali- cinto”. Bracho Montiel fue miembro de la Gene- tiene algo de novela negra y su cierre, en un fune-
quemarse en holocausto de venganza, de muerte zados cuya vida depende ahora menos del contac- ración de 1928, perseguido vivió exilios en Colom- ral y citando a Delmore Schwartz, “El tiempo es
y purificación. El fuego siguió gritando y el agua to con la tierra que de la relación cibernética con bia y México. Era odontólogo, además de humo- el fuego en el que ardemos”, parece ser un epílogo
y la tierra gimiendo. ¡El fuego devoró la Mancha la máquina: “La rueda lo arrasa todo, mientras rista, narrador y editor de diarios en Maracaibo o epitafio deliberado no tanto para nuestra novela
de Aceite! Así, Mancha de Aceite” es documento el taladro busca con su aguja mágica las fuen- y Caracas. petrolera, pero sí para la industria que nació con
y signo de una época pero también, de un proceso tes prodigiosas que alimentan las bolsas, prepa- Prestamistas, vendedores, prostitutas, aventure- la llegada de los gringos y sus máquinas.
que parece repetirse y que ahora ocurre, nueva- ran las matanzas y decuajan el árbol de la tradi- ros y otras figuras que décadas antes perturban
mente, al sur del Orinoco con la minas colapsan- ción…”. De resto, el catálogo de atropellos que la la paz de los pueblitos de Texas y Oklahoma aho- *Referencia:
do y las llamas devorando, no los lagos y bosques novela relata no difiere demasiado de los de las ra aparecen en el Caribe trayendo el ruido, el jazz -La novela del petróleo en Venezuela (1972). Gustavo
vecinos del Caribe sino lo alto de los tepuyes, co- novelas anteriores. Inconclusa, Remolino quedó y el dólar. Es una historia que, en general, hemos Luis Carrera.
EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024
Papel Literario 7

“En Mene se narran los PETRÓLEO >> PIEZAS PARA PENSAR LA NACIÓN VENEZOLANA
cambios económicos y
sociales del país, se nos
narra cómo se instalan “Todo esto va a cambiar”:
la invasión de las máquinas
enormes maquinarias
diseñadas para la
explotación petrolera en
las hectáreas destinadas
Cuadrado y negro, el buque habíase estacio-
a la agricultura, cómo las nado a un tiro de honda y teñía el cielo con su

calles de tierra comienzan humo. Lanzó un silbido penetrante que estre-


meció la tierra.
a ser asfaltadas. Se nos (...)
‘Todo esto cambiará’, recuerda Marta las pa-
narra cómo los pobladores labras de Joseíto Ubert”.

procuran adaptarse a la De este modo culmina Blanco, donde, si se-


repentina configuración guimos a la crítica, se llama de este modo por-
que aún el territorio permanece virgen. En la
espacial, pero el hierro narración se insistirá de formas variadas en la
virginidad de la tierra ante la inminente lle-
y el concreto afectan no gada del hombre que maniobrará máquinas
para extraer petróleo, lo que hace más violen-
solo el territorio, también ta y traumática la transición que padecerá el
perturban las psiques de pueblo:
“—¡Oh! ¡Oh! Todo esto ser petróleo; todo es-
los hombres” to. Basta viendo este montecito. Es el petróleo
que no dejándolo crecer. ¡Oh! Mucho puede la
naturaleza produciendo estos arbolitos. Miles
de años debió haber una selva gigantesca que
MARIO MORENZA se hundió y está ahora convertida en petróleo.
Mucho petróleo para nuestras máquinas.

C
uando emprendemos una búsqueda en Cesan de voltejear las hélices y los buques
la historia de la narrativa venezolana negros vomitan sobre la tierra febril su car-
con el objetivo de precisar en cuáles gamento de hombres y de hierros. Hombres
obras yace la temática petrolera, es- rubios, duros, ágiles. Maquinarias fornidas,
te arqueo bibliográfico se nos torna un tanto saturadas, diríase, de un espíritu de odio con-
infructuoso, porque, paradójicamente, en un tra todo lo verde.
país con sello petrolero desde “El Reventón” en Pronto comenzaron aquellas ruedas dentadas
1922, descubrimos que en nuestras ficciones, ni y aquellas cuchillas relucientes una tarea fe-
de largo aliento ni breves, el petróleo no es ma- roz. El monte fue cayendo como la barba bajo
teria que abunde, y caemos en cuenta de que el filo de la navaja”.
ciertamente se precisan escasas novelas y cuen-
tos en los que su presencia no es simplemente Pocas líneas después leemos la
referencial y, lo que nos interesa, determine el reestructuración:
hilo narrativo.
Hacia el final de la década de los años veinte, “Detrás de los derribadores vinieron los edi-
se dejan leer los primeros cuentos del petróleo ficadores. Siempre más adelante, hacia los
escritos por Ramón Díaz Sánchez, años después cuatro vientos. Donde hubo charcas y monte
compilados en Caminos del amanecer (1941): surgían casas robustas, amplias calzadas, to-
“Cardonal”, cuyo protagonista sufre una heri- rres agudas, tanques ventrudos. Las cuadri-
da por una inesperada falla de las maquinarias; llas engrosaban sin cesar, organizándose ba-
“Brujería”, pieza donde el hidrocarburo adquie- jo una disciplina férrea como las máquinas”.
re una densidad simbólica sin deslastrarse de
una fuerte influencia criollista; en “Fuga de Este capítulo traza el giro que sufrió la pobla-
paisajes” una sociedad asimila elementos tan ción: en poco tiempo transformó su fisonomía
novedosos como la gasolina y el automóvil, rural, su vegetación. Aunado a esto, se recuer-
mientras que en la psique de la joven Ángela da como una profecía la frase de Joseíto Ubert:
Rosa se carburan estos cambios: su padre ha “Todo esto va a cambiar”.
sido contratado por una empresa petrolera y Una vez instaladas las máquinas, se iniciará
para ella la nueva ciudad tiene una atmósfera el proceso agresivo de adaptación de los habi-
inédita, ante ella se revela un mundo insospe- tantes de Cabimas, Lagunillas, Mene y toda la
chado y se conoce más a sí misma. RAMÓN DÍAZ SÁNCHEZ / ARCHIVO costa oriental del lago, lo que le dará a la na-
Indudablemente, Díaz Sánchez articula estos rración esa variante del futurismo a la que he
temas en las páginas de Mene con un afanoso Mene es rica en imágenes futuristas y, a su brismo y en un institucionalizado criollismo, denominado futurismo mixto, en este caso, Díaz
engranaje renovador para su época. Mene es re- vez, impulsa otras formas vanguardistas: el como si se tratase de un tributo, o mejor: una Sánchez no se conforma con recurrir al futuris-
flejo de una realidad arrastrada (y arada) hacia surrealismo, pues a menudo las imágenes de despedida propiciada por el autor de la nove- mo como manifestación pura y dura de la van-
esa renovación: las máquinas para la explota- los artefactos adquieren propiedades alucinato- la, exmilitante del grupo vanguardista Sere- guardia para describir el desarrollo. El autor
ción petrolera llegan del exterior transportadas rias y se promueve, además, el realismo social: mos. Hacia el final del episodio se sabe que se desliza su futurismo en aleación frecuente con
por titánicas embarcaciones. Una vez instala- la denuncia a la explotación del obrero por un inaugurará una calle. Una calle que conducirá otra tendencia vanguardista: el surrealismo: lo
das y en funcionamiento, ya nada volverá a ser patrón extranjero generalmente descrito como a la población hacia el progreso urbanístico. Y que deriva en imágenes de este calibre: “La de-
igual en aquella población que prácticamente hostil. es precisamente el padre Nectario el encarga- mencia de un ensueño extravasado de las fron-
flota sobre un mar de petróleo. La aparición de elementos futuristas en el res- do de cortar los primeros ramajes (imagen que teras oníricas”.
En Mene se narran los cambios económicos to de las novelas de aquel entonces (1928-1940) recuerda a la de La guaricha, cuando le caen Precisamente las imágenes mejor logradas de
y sociales del país, se nos narra cómo se ins- en muchos casos atiende a una necesidad de de- a machetazos a un poste, símbolo de progreso, Ramón Díaz Sánchez en esta obra, se constru-
talan enormes maquinarias diseñadas para la nunciar la precariedad de la estructura social aquí se le da machetazos al monte, imagen de yen gracias a la comunión del futurismo con
explotación petrolera en las hectáreas destina- venezolana, por ejemplo, cuando se contrasta lo rural, de la tierra que se removerá para dar el surrealismo y la presencia determinante de
das a la agricultura, cómo las calles de tierra un desvencijado puerto con un trasatlántico paso al desarrollo). Esta nueva arteria urbana las maquinarias que generan cambios, invaden,
comienzan a ser asfaltadas. Se nos narra cómo que arriba a los puertos de La Guaira en Cam- llevará el nombre de la calle Virgen del Rosario. destruyen, transforman la ciudad y las mentes.
los pobladores procuran adaptarse a la repen- peones. Las máquinas en el caso de Mene repre- En el segundo capítulo, se describe cómo es la A diferencia de los puertos y los trasatlánticos,
tina configuración espacial, pero el hierro y el sentan lo último en tecnología y no se detectan organización de la fiesta patronal. Joseíto Ubert aquí observamos cómo en tierra firme se opera
concreto afectan no solo el territorio, también en ninguna obra precedente en nuestra narra- corteja a Marta, la hija mayor de Casildo Pé- el mismo efecto: la novedad de la máquina que
perturban las psiques de los hombres. tiva. Hallamos tímidas referencias en Cubagua rez. La invita a dar una vuelta para tener un acentúa el cariz disminuido de una población.
Díaz Sánchez publica Mene en 1936, novela cuando leemos sobre rutilantes pozos petrole- momento de intimidad, pero Marta se muestra Este párrafo resume lo que sostengo: las má-
dividida en cuatro partes. Sus títulos Blanco, ros (Cf. 1996: pp. 4, 14-15) y unas brevísimas lí- reticente. Él, mientras intenta convencerla, jue- quinas no solo se han adueñado del espacio aje-
Rojo, Negro y Azul, describen la evolución cro- neas en Fiebre. Las máquinas en Mene vienen a ga a los dados y uno de estos, como metáfora no, las máquinas ya se han mimetizado con él.
mática de la trama. Con la explotación petrole- revertir el paisaje, a hacerlo suyo, a civilizarlo de la suerte, cae al suelo. Cuando lo recupera, Las máquinas son el paisaje:
ra se suscitan eventos trascendentales para un y a incivilizarlo a partes iguales: las máquinas, sus manos quedan manchadas de una sustan-
pueblo cuya única expectativa de cambio eran como alienígenas, llegarán y conquistarán pa- cia negra y grasienta, que huele a gas. “Es Me- “Respírase vitalidad. El ambiente parece con-
las fiestas patronales de la Virgen del Rosario. ra establecer un nuevo orden determinado por ne”, le dice Marta. A lo que Joseíto responde: centrarse al ímpetu de una voluntad avasalla-
La crítica advierte que esta obra representa la una nueva anatomía urbana y también por una “¿Ves, Marta, todo esto? —susurró profético—. dora. La fuerza, el poder incontrastable de esta
primera novela escrita en Venezuela que toca el nueva psicología en los habitantes del territorio ¿Ves esta tranquilidad, este silencio? Bueno, to- voluntad se palpa en cada uno de los nuevos
tema del petróleo, un tema hasta ese entonces conquistado. do esto va a cambiar”. Y el cambio será la cons- detalles que modifican el paisaje. En el hierro
ausente pese a su impacto en la sociedad vene- Guiaré mi acercamiento a Mene a través de los tante de la novela. y la piedra, en el humo que navega fingiendo
zolana. La trama se contextualiza en la década elementos futuristas, esa máquina que retuer- En el capítulo cuarto, Marta ya cría a un ni- buques fantasmas en el aire; en el olor, el color
previa, cuando el reventón petrolero y todo lo ce la tierra, y trazaré de este modo un camino ño. Cabizbaja, comprende que ha sido enga- y el ruido. No es necesario que una voz impe-
que trajo consigo el fenómeno de la explotación hacia la pulsión imaginativa de esta obra que ñada por Joseíto. La embarazó y se perdió del riosa acicate a los hombres. (…) Los camiones
frenética del hidrocarburo en la costa oriental aún nos sigue diciendo cosas. Es probable que mapa, aún Mene es un “pedazo de tierra negra tienen que avanzar haciendo zigzagueantes pa-
del lago (Cabimas, La Rosa, Lagunillas). Dou- muchas de estas estructuras para la extracción donde los piragüeños llegaban a carenar sus ra sortear las embestidas de otros camiones.
glas Bohórquez señala que Díaz Sánchez bus- petrolera hayan cedido al tiempo y al óxido, y se barcos…”. Joseíto Ubert volvería. Y volvió un Pesados tractores, caterpillars altas como casti-
ca a través de Mene una escritura paralela a la encuentren, ochenta o noventa o cien años más año después apenas se celebraron de nuevo las llos rodantes, muerden la tierra con sus bandas
arraigada corriente costumbrista y criollista, tarde, extintas. Ante esto, la historia de Ramón fiestas patronales. Volvería para reclamar sus dentadas, orugas diabólicas que no respetan
ya para aquel entonces saturada de formas bu- Díaz Sánchez se mantiene vigente. tierras. Su llegada es apenas un ápice de lo que obstáculos. Los chóferes de los camiones hacen
cólicas y burlescas. Aun así, la novela, añade La historia se inicia con un ambiente festi- será la invasión de las máquinas: rugir sus cornetas, esclavos de una embriaguez
Bohórquez, pese a que asoma nuevas formas de vo. Se venera a la Virgen del Rosario. Se bebe. de ruido, coreando el aullido de los monitores
expresión estética, no deja de ser tímida y poco Mientras, el padre Nectario da un sermón. El “Inopinadamente cacareó la aldea como un en el lago, el gruñido de los motores, el redo-
arriesgada en sus intentos por “una subversión pueblo se encuentra en completa algarabía. Ce- gallinero. Corrían los aldeanos a la playa y se blar de los martillos de aire comprimido”.
radical de los cánones que pautan el discurso lebración inagotable. Leemos una narración agrupaban a la orilla del lago.
novelesco tradicional”. apoyada a sus anchas en un sosegado costum- —¡Un vapor de guerra! ¡Véanle los cañones! (Continúa en la página 8)
8 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024

PETRÓLEO >> PIEZAS PARA PENSAR LA NACIÓN VENEZOLANA

Petróleo, los guzmanes y la transición


El delicioso texto
que sigue, dedicado
a Ramón Díaz
Sánchez y su novela
Mene, forma parte
de la serie 50
imprescindibles,
publicada en el
Papel Literario, en
la edición del 15 de
noviembre de 1998
JESÚS SANOJA HERNÁNDEZ

P
muerto Gómez.
ara la reedición de Mene, Si algún autor se sintió atraído por
1966, escribió Jiménez Arráiz el período que reventó en diciembre
de su cuñado Díaz Sánchez, de 1935, haciéndose bullente política
a quien debió conocer como e ideológicamente en 1936 para des-
ninguno, que este era infatigable tra- embocar en 1937 como prueba de fue-
bajador, un self-made que saltó las va- go de la transición lopecista, ese fue
llas de las limitaciones culturales de Díaz Sánchez. No por azar su ensayo
su época: “Hijo de obreros y obrero se denominó “Transición”. Para mí,
él mismo en su mocedad, desempeñó destaca como el único intento, no solo
los más variados oficios, desde apren- de describir una situación contempo-
diz de mecánica y vendedor ambu- ránea, sino de interpretarla cuando
lante de cigarrillos y puros, hasta estaba aún en el curso más difícil de
pintor de carteles para cines de pue- captar con mirada larga. Por allí des-
blo”. Y también frecuentador de los filan los jóvenes que venían del des-
ambientes periodísticos, narrador y tierro apertrechados de marxismos,
ensayista. la Ley Lara y la represión de 1937, el
Debió llegar a Maracaibo en 1924, fascismo y el nazismo como estrate-
donde conoció a Juan Besson, direc- RAMÓN DÍAZ SÁNCHEZ / ARCHIVO gia de contención del comunismo y
tor de La Información. Eran tiempos el posible triunfo, aunque temporal,
en que, como en un filme, el Zulia tamente del viejo pueblo de Narciso Rosario: “en la primera estaba esta- de este. En pleno 1937, antes de esta-
aceleraba su transformación “psico- Reinoso, el mejor cantador de la zona, blecido el comercio; en la segunda, el llar la Segunda Guerra Mundial, Díaz
lógica y económica”, y por la redac- adonde llegaban los pescadores de Las sector residencial”. Un año más tarde Sánchez previó el gran cataclismo y
ción del diario de don Juan pasaba la Yayas, los carboneros de Las Rosas y estalló la huelga que se extendió des- analizó, con bastante tino, los “is-
figura bohemia de López Troconis. los madereros de Ambrosio y Las Mi- de Mene Grande hasta la Cabimas de mos” que entonces se cernían sobre
En aquella pajarera de la casona de
la calle Independencia el dúo forma- destaca como siones. Y a propósito, ¿ese Narciso Rei-
noso de Mene, de dónde saldría?
la novela Mene.
En Cabimas escribió Días Sánchez,
un futuro de enigmas.
En 1950 sorprendió con el mural
do por Pedro Herrera y Benedicto Pe-
ña, “enamorados de una época que se
el único intento, El sindicalista Jesús Prieto Soto, au-
tor de innumerables volúmenes acer-
entre 1932 y 1933, el ensayo “Cam”,
parcialmente recogido en las páginas
del guzmancismo, esa elipsis de am-
bición de poder que se inició con
iba” (el ocaso del género chico), las
últimas boqueadas del Teatro Baralt,
no solo de ca del petróleo, en su libro ¿El chorro:
gracia o maldición?, mencionaba, en-
de la revista Arquero, que en Caracas
dirigió Julio Morales Lara. Y allá, se-
Antonio Leocadio, a quien Milagros
Socorro califica acertadamente de
el encanto del cuplé, la Compañía de describir una tre los célebres guachimanes de la in- gún Pedro Sotillo, “el mozallón que “antihéroe fascinante”. Dejó en car-
Mercedes Navarro, los contertulios cipiente industria, “al popular trova- no parecía porteño” (Díaz Sánchez, tera Díaz Sánchez un proyecto, no sé
trataban de captar los cambios intro- situación dor Narciso Perozo”. Y hay más... no se olvide, había nacido en Puerto si novelístico o ensayístico, sobre Joa-
ducidos por el petróleo. Díaz Sánchez, en un artículo publi- Cabello) redactó febrilmente las pági- quín Crespo, acerca del cual hizo una
¿El petróleo? Justamente Díaz contemporánea, cado en Panorama en 1954, señalaba nas de Mene, “entre los meses de fe- referencia Miguel Otero Silva en 1954.
Sánchez comenzó como empleado de
la Caribbean y luego, en Cabimas, co-
sino de que el punto de partida del gran tor-
bellino petrolero comenzó en 1913, al
brero a junio de 1935”, aunque otros
críticos sitúan la redacción un poco
En las gavetas pudo quedar asimismo
la tercera novela petrolera, aquella
mo juez municipal, tendría oportuni-
dad de excelencia para recoger datos,
interpretarla” descubrirse “los depósitos aflorantes
de Mene Grande”, y Prieto Soto apun-
antes. Gustavo Luis Carrera afirma
que Mene fue premiada en el con-
que debía concluir el ciclo de Mene y
Casandra. No es la primera trilogía
testimonios y mutaciones en el estilo taba que a Cabimas, en 1925, la for- curso del Ateneo de Caracas de 1935, inconclusa. También está la de Uslar
de vida de esa ciudad nacida violen- maban dos calles, la Principal y la del pero solo pudo editarse en 1936, ya (Laberinto de fortuna).

“Todo esto va a cambiar”:


ha sido llamado negro, y eso lo des- llos cuando precisamente el patrón zan a electrificar sus pozos. Estas
concierta. Si bien se trata de un per- les da una charla de cómo mantener seguirán empleando a los orienta-
sonaje circunstancial, protagoniza las instalaciones a salvo de incendios les, hombres de mar, para el traba-

la invasión de las máquinas este capítulo, en una trama en la que


los personajes gravitan sobre la ima-
gen del petróleo: en su explotación,
y de buenas costumbres. Asimismo,
en el capítulo primero de Azul, cuar-
ta y última parte, se notifica la llega-
jo acuático. Pero, de todos modos, la
innovación reducirá notablemente
el contingente humano.
en su contaminación ambiental y psí- da de un contingente de nuevas ma- La economía que se obtiene de este
(Viene de la página 7) Desde luego, detecto momentos de quica. En Negro confluye el realismo quinarias, modernas y efectivas, que modo, sin embargo, queda compen-
crítica social. Se muestra al perso- social: la descripción precisa del pue- lograrán una extracción petrolífera sada por otros gastos que impone
De igual modo, encuentro ejemplos naje norteamericano, jefe de las ope- blo y sus calles lóbregas, las fuerzas más rápida e implicará la participa- la necesidad de penetrar a mayores
de futurismo orgánico, donde imáge- raciones, como un déspota, como un oscuras que a Enguerrand llevan al ción de menos obreros, lo que redu- profundidades en la perforación…”
nes tecnológicas se fusionan con la explotador sin misericordia, sin im- suicidio y que trastocan a los perso- cirá la mano de obra y los costos que
flora y la fauna: “Al despejarse los portarle que a uno de sus trabajado- najes, además de un asomo futurista esta conlleva. Acaso un lejano antece- No son pocos los indicios del futu-
horizontes de la tupida barrera tro- res lo haya aguijoneado una avispa, en el elemento de los taladros. dente de las consecuencias laborales rismo en la narrativa vanguardista, o
pical quedaban a la vista las vastas lo que le interesa y le reclama es que que ocasiona en la actualidad la apli- considerada vanguardista. En retros-
extensiones. Pero a poco fue surgien- trabaje, que no se detenga por cual- “En los oídos de Enguerrand se- cación de la inteligencia artificial en pectiva notamos que la presencia de la
do en estas una vegetación fantástica: quier cosa, así este evento compro- guían atropellándose los ruidos del ciertos campos de trabajo. máquina no es apabullante y sus apa-
torres de madera y de hierro en filas meta la vida de alguno de los obreros. pueblo. Le fusilaban desde los flan- riciones, más bien, adquieren un cariz
simétricas”, o hacia la mitad de la no- En el capítulo noveno de Rojo se cos de la planchada. Cruzó por una “ C o m p l a c i e n t e, e l t é c n i c o violento: recordemos “Humo en el pai-
vela, cuando ya todos los habitantes cuenta el asesinato de María, hija me- callejuela oscura a cuyo extremo re- informaba: saje” de Uslar Pietri, las armas en La
de las poblaciones están familiariza- nor de Casildo. Ramona, quien apenas cortábase un lienzo rectangular de —He aquí un aparato que reduce guaricha o Fiebre, la velocidad descon-
dos con las nuevas máquinas y estas cuenta con quince años, es su verdu- lago rutilante, festonado por las lu- en un notable porcentaje el coste certante del automóvil de Stakelun en
adquieren en la narración ciertas ca- go. Los testigos comentan el crimen: ciérnagas rojas y verdes de los tala- de la producción. Puede suponer- Cubagua, quien conduce su vehículo
racterísticas naturales, continúa y se “El petróleo envenena a la gente. El dros, y su figura negra se borró en la se: con los métodos antiguos cada de dos asientos con las llantas desgas-
hace más estrecha esta fusión con el más sano se vuelve una fiera. Debe tiniebla del callejón. Pero por algu- taladro necesitaba un hombre por tadas por el salitre a través del cami-
paisaje: ser el olor. Ya ven a esa muchacha”. nos minutos aún se oyeron sus pisa- lo menos. Ahora esta catalina pone no del Tirano Aguirre en La Asunción,
La locura se desata en el pueblo, das resonar en los tablones. Y luego, en función, simultáneamente, diez, imágenes que inevitablemente se incli-
“También allí tenían que alzar la ahora petrolero y, de alguna manera, un chapuzón discreto. Un opaco glu- veinte o más taladros. nan más a la parodia del recalcitran-
voz para entenderse. Ya era un hábi- sangriento, vil, enloquecido. Mene es glu en el agua cubierta de petróleo”. Consiste la catalina en una gran te manifiesto futurista de Marinetti.
to gritar. El pueblo todo, de un con- una novela que nos habla de cómo rueda horizontal accionada por un En nuestra narrativa, el futurismo,
fín a otro, estremecíase en un true- la estructura económica y social del El lago, como en un cuento fantás- motor. Esta rueda mueve un dispo- al contrario de su creador e infatiga-
no constante. Vibraban las sirenas, país cambia con la llegada de artefac- tico, parece haber ejercido algún tipo sitivo excéntrico del cual parten, en ble promotor, actuó como maquinaria
repercutían los martillos de aire tos modernos e inmigrantes buscan- de hipnosis en el trinitario. Engue- irradiación perfecta, varias cabi- reproductora de elegías más que de
comprimido, zumbaban los motores do mejores oportunidades de trabajo. rrand, sin explicación ni titubeos, se llas que van a mover, a su vez, los apologías a las nuevas estructuras del
de los balancines. Cada taladro tie- En la tercera parte, Negro, se centra sumerge y ahoga. balancines de los pozos en explo- mundo. El futurismo reserva una acti-
ne un balancín que succiona el ne- en la historia de los inmigrantes tri- La novela es atravesada por una tación. Algunas abarcan un radio tud crítica, de denuncia a lo deplorable
gro óleo de la tierra; cada balancín nitarios, entre ellos Enguerrand Nar- agobiante pobreza, en contraste con de una milla. Y esta máquina, para de la civilización y sus penurias, ante
tiene un motor que palpita como el cisus Philibert, su llegada a Cabimas el incalculable valor de las nuevas su cuidado, solo necesita un mecá- metrópolis avanzadas o en vías de de-
corazón de un cíclope; cada motor y su relación con sus compatriotas. edificaciones, que en determinado nico. Las compañías lacustres, que sarrollo, y Mene se cristaliza como en
tiene una caldera que regurgita co- No obstante, Enguerrand se siente fa- momento se llegan a comparar con por razones técnicas no pueden ninguna otra novela escrita entre “El
mo una monstruosa arteria rota”. tigado y fuera de lugar en Lagunillas, el precio de una cajetilla de cigarri- emplear el mismo método, empie- Reventón” y la década de los treinta.
EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024
Papel Literario 9

HOMENAJE >> RAMÓN ESPINASA VENDRELL (1952-2019)

Ramón Espinasa Vendrell: su huella


Bajo la conducción editorial de Luis A. Pacheco,
circula el volumen Energía, institucionalidad
y desarrollo en América Latina. El legado de
Ramón J. Espinasa Vendrell (Editorial Alfa,
2024), revelador y diverso volumen que reúne
14 textos, entre ellos los de Maite Espinada
Vilanova y Lourdes Melgar (que también se
reproduce en este PDF)
MAITE ESPINASA VILANOVA Ramón, pésimo bailarín, y poco ami-
go de saraos y tragos, engañando a las

L
a llegada al mundo de Ramón inglesas con pasos de salsa. Y con sus
Espinasa Vendrell, el 6 de abril tres amigas venezolanas dispuestas,
de 1952, ocurrió de manera un verano, a convertirlo en un figurín,
inesperada, así como fortuito llevándolo de compras y haciéndole re-
resultó que naciera en Caracas. comendaciones de estilo y elegancia.
Su madre, Conxita Vendrell Magri También en eso fue un buen alumno,
contaba ya con 42 años para ese en- aprendió la lección.
tonces y ella, junto a su marido, Fran- Durante aquellos años, Ramón nun-
cesc Espinasa Masagué y el pequeño ca pierde de vista su país, tiene claro
Jordi Espinasa Vendrell, habían reca- que todo lo que va recogiendo será la
lado en Venezuela, luego de la guerra simiente para una Venezuela que no
civil española y un exilio en Francia cejará en su empeño por construir.
de siete años, sorteando las vicisitu- Esa será su apuesta.
des que ocasionó una cruenta Guerra De regreso al país, pone fin a su vida
Mundial. de estudiante, aunque no de estudio-
Ramón crece en el seno de esta fami- so –nunca abandonó los libros. Había
lia de inmigrantes catalanes, que lle- llegado la hora, tocaba arremangarse
gó a Venezuela con lo puesto y solo su la camisa.
tierra por equipaje. Aunque sus hue- Para entonces, también conscien-
sos reposan en el nuevo mundo, toda te de sus marañas personales, deci-
su vida se mantuvieron anclados a su de ocuparse de ellas. Comienza así el
lengua y sus costumbres. arduo camino de reconocerse, que no
Fue un niño sensible, atrapado en abandona hasta el fin de sus días, em-
una timidez extrema. Pero, desde peñado siempre en hacer de sí mismo
siempre, un alumno acucioso y dedi- la mejor persona posible.
cado. Digámoslo claro, un nerd. Un es- Había sobrepasado los treinta, aun-
tudiante destacado del colegio La Sa- que siempre aquella cara guapa de ni-
lle de la Colina. Como luego lo fue de ño bueno, restó años a su apariencia.
la Universidad Católica Andrés Bello, En este nuevo comienzo, enamorado,
donde cursó Ingeniería Industrial. decide poner fin a su la soltería. Con-
Sus raíces catalanas, de las que se trae matrimonio con Cecilia Carvajal, RAMÓN ESPINASA VENDRELL Y FERNANDA ESPINASA CARVAJAL / ARCHIVO FAMILIAR
sentía muy orgulloso, lo llevaron a co- médico psiquiatra, y poco tiempo des-
nocer desde muy temprano al Barça y pués, traen al mundo a su tesoro más no para ejercerla. Se convirtió, sí, en tirse en una referencia continental, En el marco de ese plan educó a cien-
a Juan Manuel Serrat, fanatismo que preciado: Fernanda. uno de los mejores aliados de Teodoro no solo en petróleo, sino también en tos de jóvenes sobre la industria petro-
mantuvo y alimentó hasta sus últimos Su carrera dentro de la industria Petkoff en el desarrollo de la Agenda energía y, en general en industrias ex- lera. Los retó a soñar y planificar una
días. petrolera venezolana se inicia en Ma- Venezuela, durante la segunda presi- tractivas. Recorría regularmente las empresa eficiente, multiplicadora y
Ya un jovencito, encontró sosiego en raven, en sus oficinas principales en dencia de Rafael Caldera. capitales latinoamericanas, en la pro- próspera.
las montañas. Adentrarse en su espe- Chuao. Al principio los petroleros de Pero pasa que algunas veces la vi- cura de aportar para el crecimiento Cuando aceptó que sus días estaban
sura y, con pasos firmes y precisos, as- vieja raigambre lo consideraron un da tiene otros planes. El equipo que de todos esos países. Todos tuvieron contados, además del dolor de tener
cenderlas hasta su cima, se convirtió outsider, como llamaban a todos los jó- conducía PDVSA se encontró, senta- la oportunidad de conocerlo, quererlo que despedirse de su adorada hija, la-
en una pasión. Creció con El Ávila al venes que llegaban con nuevas ideas. do en la silla presidencial, a un per- y admirarlo. mentaba no poder concluir su último
alcance de su mano, su escuela y su ca- Pero, otra vez el azar, a la cabeza de la sonaje que tenía su propio proyecto Su entusiasmo por la docencia en- proyecto en el BID. Había empeñado
sa estaban al pie del gran cerro. Pero empresa estaba Carlos Castillo, quien y, entre sus objetivos estaba acabar contró espacio en la Universidad de su esfuerzo por cambiar la visión que
no tardó en poner sus ojos sobre la cor- se empeñaba en la necesidad de pro- con la industria que aquel equipo ha- Georgetown y la Universidad de los la región tiene de su industria extracti-
dillera andina, desde los picos meride- fundizar en la economía política del bía construido. Todos conocemos los Andes de Colombia. Tarea que disfru- va: de una expoliación, a una creación
ños, atravesando luego América hacia petróleo, y allí apareció el Espinasa, resultados. taba intensamente. de valor compartido y transformación
el sur. Caminó sus pueblos y monta- presto a darle el soporte necesario pa- Ramón Espinasa no tenía un trabajo Se hizo un lugar en DC y un refugio social. Una meta de largo aliento.
ñas, quizás sin intuir entonces que vol- ra ello. en aquella sede de La Campiña, tenía en su casa amarilla de Bethesda, pero Ni siquiera su hipocondría y sus ma-
vería años más tarde, para mostrarle a Esta alianza con Castillo, apoyada en puesta allí su vida. Y, de pronto, la vio su corazón no salió de Venezuela. Per- nías superaban su discreción. Su fa-
esos países los mejores caminos para la mutua admiración que se profesa- hacerse añicos frente a sus ojos. Nin- manecía allí anclado, sin perder oca- milia toda, hacía parte de su vida pri-
hacer de sus industrias extractivas una ron, le permite construirse su propio guno de los que llegaron a ocupar los sión de escribir sobre el país y convir- vada, que mantuvo siempre a buen
verdadera fuente de riqueza. espacio que, para algunos, dejó huella cargos descabezados tuvo la entereza tiéndose en un habitué del programa resguardo. Tanto que fue durante la
En la Católica, anidó su relación con en el destino de la industria petrolera de verlo a la cara para decirle que su matutino de César Miguel Rondón. Su misa de funeral, celebrada en la capi-
la Compañía de Jesús, especialmen- venezolana. trabajo allí había terminado, tuvieron voz y sus pareceres acompañaron por lla de la comunidad jesuita de George-
te con Arturo Sosa e Ignacio Castillo, Su inteligencia estuvo acompañada sí la miseria, que luego han mostrado mucho tiempo el café mañanero de town, donde la familia conoció, en toda
amistades que le fueron entrañables, de otras cualidades, que permitieron a manos llenas, de cambiar la cerra- muchos venezolanos. su magnitud, a ese Ramón público, al
manteniendo sus oídos siempre pres- a Ramón el éxito en sus propósitos: su dura de la puerta de su oficina. Y así, Siempre con la esperanza de volver, que fueron a rendirle tributo diversas
tos a las consideraciones de ambos. Y, sentido de la amistad, sus aptitudes ante aquella cerradura que no cedía, conceptualizó y trabajó en la funda- personalidades, el 25 de marzo de 2019,
aun cuando no fue un católico practi- para la formación y su capacidad pa- entendió que tenía que despedirse de ción del Centro de Energía y Ambiente cuatro días después de que cerrara sus
cante, procuró mantenerse fiel a las ra organizar y dirigir equipos. aquel lugar. del IESA, pero, otra vez, los conciliábu- ojos en su casa de Bethesda rodeado
enseñanzas de Jesús. Sus presentaciones eran legendarias, Esa mente brillante guardaba una los actuaron en su contra, negándole de su familia y de dos de sus más cer-
También en esa universidad comen- uno de aquellos jóvenes que estuvo a ingenuidad asombrosa. No encontra- la posibilidad de coordinarlo. Aunque canos amigos.
zaron sus veleidades con las ideas de su alrededor, se refería a él como un ba la forma de entender qué estaba pa- muy decepcionado, no dudó en seguir Tuvo claro, desde siempre, que su
izquierda y, nos atrevemos a decir, que rockstar de la economía. Impresionaba sando. La sordidez de usar la política vinculado al Centro y evitó que otros verdadero aporte en la “siembra del
aquellas ideas no abandonaron del to- ver el hombre en que se había conver- como “arma de venganza”, escapaba colaboradores, en solidaridad con él, petróleo”, era preparar a los más jó-
do su corazón, aunque luego se trans- tido aquel niño tímido, que se sonroja- de su comprensión. Inclusive, uno que renunciaran a seguir haciéndolo. venes para el relevo. Ocupándose en
formara en un creyente de la econo- ba ante cualquier pregunta. otro, de los que habían sido grandes También en esa necesidad de sen- organizar equipos sólidos, en los que
mía de mercado. Su gran amistad con Luis Giusti, ges- amigos, le dieron la espalda, sumán- tirse presente en el país, aceptó ser imprimir su huella indeleble.
Al graduarse, aun en esa militancia, tada en Maraven, sumado a las coinci- dose a la vendetta. Creyeron que eran miembro de la Junta Directiva del dia- Resultó conmovedor ver aquellos jó-
trabajó en las cooperativas cafetaleras dencias en sus pareceres sobre la in- parte del festín, sin intuir que termina- rio El Nacional. venes rostros desencajados en su des-
de Lara y en los sindicatos de Guaya- dustria, los convierten en una dupla rían corriendo la misma suerte que él. Llegó incluso a acariciar la idea de pedida, pero alentador y reconfortante
na. Estaba en Puerto Ordaz cuando su sólida, cuya fuerza logra abrir el cami- No sintió rabia, sintió dolor, mucho. abandonar el BID para involucrarse de escucharlos hablar sobre él.
hermano lo llamó de Caracas, persua- no que apuntala su transformación en Se levantó y supo que tenía que trans- lleno en iniciativas que intentaron lo- Se fue demasiado temprano, pero
diéndolo a regresar, para que acom- el segundo lustro de los años noventa. formarse para buscar nuevos espacios. grar un cambio democrático en el país, no quedaron dudas, había hecho muy
pañara a su padre en sus últimos días. Giusti como presidente y Espina- Aquellos que lo apreciaban, que son pero contó con la suerte de tener a esos bien su trabajo.
Acusó el golpe, habían estado muy sa como economista jefe de la estatal muchos, lo ayudaron en su empeño, grandes amigos que lo disuadieron.
unidos. petrolera, llevan a PDVSA, junto a un convirtiéndose entonces en consultor Durante todos esos años siempre es- *Energía, institucionalidad y desarrollo en
Nuevos caminos se abrieron enton- gran equipo de profesionales, a desta- internacional, consiguiendo ocupar tuvo presente como invitado de excep- América Latina. El legado de Ramón J. Es-
ces. Arturo Sosa lo impulsa a seguir carse entre las empresas más impor- un nuevo espacio en el Banco Intera- ción, en cualquier foro sobre Venezue- pinasa Vendrell. Editor: Luis A. Pacheco.
formándose. Se pone en marcha y se tantes del mundo. mericano de Desarrollo (BID) en Was- la y su petróleo. Textos de Luis Alberto Moreno Mejía, Luis
va a La Haya donde se hace con un Ramón, paso a paso, se fue convir- hington DC. Plan País, ese concierto de jóvenes A. Pacheco, Maite Espinasa Vilanova, Ra-
máster en Desarrollo Económico en tiendo en una referencia nacional e in- Lo ocurrido y las decisiones que tu- venezolanos de la diáspora dispues- món J. Espinasa Vendrell, Osmel E. Manza-
el Instituto de Altos Estudios Sociales, ternacional y fue una de las caras de la vo que tomar fracturaron también su tos, entre otros objetivos, a construir no M., Carlos G. Sucre, Francisco Monaldi,
para luego enfilarse hacia Inglaterra llamada “Apertura Petrolera”. vida familiar. Lo intentaron, pero no una visión a largo plazo para el país, Luisa Palacios, Christopher De Luca, Ro-
donde logra un doctorado en Econo- Conocía tan bien sus alcances y limi- lo consiguieron. Fueron días difíciles, encontró en Ramón a un gran aliado berto Rigobón, Ruth de Krivoy, José Ignacio
mía Petrolera en la Universidad de taciones, que no dudó en rechazar, un complicados de sobrellevar. desde sus inicios. Se mantuvo atento a Hernández G., Carlota Pérez, Álvaro García
Cambridge. par de veces, una cartera ministerial. Poco a poco, con su persistencia, lo- la organización, que lo consideraba co- H., Juan M. Szabo y Lourdes Melgar. Edi-
Un par de anécdotas de aquellos días: La política en él estaba para hacerla, gró rearmarse para llegar a conver- mo uno de sus guías más entusiastas. torial Alfa, 2024.
10 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024

HOMENAJE>>RAMÓN ESPINASA VENDRELL (1952-2019)

Ramón Espinasa
“De sus presentaciones e intervenciones aprendí sobre las
complejidades del mercado petrolero internacional, la relevancia
de la geopolítica, la importancia del análisis a fondo de la economía
política de los actores, el uso de la renta petrolera, las formas de
administrar esa riqueza, las consideraciones que se dejaban de
lado. Era un lujo para mí, recién iniciada en el tema energético,
escuchar clases maestras del economista en jefe de PDVSA, quien
exponía con brillantez y generosidad sus análisis del mercado”
RAMÓN ESPINASA VENDRELL / ARCHIVO FAMILIAR

LOURDES MELGAR que, en boca de ciertos actores, era de Estado, exfuncionarios públicos,
un simple proceso privatizador, pe- líderes empresariales, representan-

H
acia finales de 1997, prin- ro que en voz del economista político tes de organismos internacionales,
cipios de 1998, se inició el Espinasa tomaba otra dimensión. Es- sindicalistas, indígenas, hombres y
colapso de los precios del pinasa abogaba por una industria pe- mujeres comprometidos con innovar
petróleo, que llevaría en fe- trolera que generara desarrollo, que para dar viabilidad de largo alcance
brero de 1999 al nivel más bajo para fuera motor de transformación en be- al desarrollo de la riqueza minera y
la mezcla mexicana de exportación, neficio de la sociedad y no solo una energética de América Latina. En ese
con el crudo Maya rondando los 4,5 fuente de ingresos para el gobierno. proceso, descubrí al extraordinario
dólares por barril, mientras que el En ese momento, estaba lejos de mediador, al hombre sensible y em-
WTI llegó a cotizar a 11,38 dólares imaginar lo que me deparaba el des- pático, al amigo.
por barril. México venía saliendo de tino. En retrospectiva pienso que, En términos intelectuales, los de-
una profunda crisis económica, co- sin saberlo, esas conversaciones, por bates fueron ricos, siempre respe-
nocida como la “crisis del tequila”. momentos animosos debates, sobre el tuosos y constructivos. Ramón le im-
La perspectiva era poco alentadora diseño y arquitectura de la industria primió su sello y permitió que una
para un gobierno cuyo presupuesto petrolera, sembraron en mí la curio- idea inicial evolucionara para captu-
federal dependía en un 40% de los in- sidad y la posibilidad de considerar rar la diversidad de experiencias y
gresos petroleros. El pragmatismo se alternativas que tres lustros después enfoques del grupo. Fue un ejercicio
impuso. El país de los tratados de li- influirían en la reforma energética de diálogo, de escucha, de construc-
bre comercio, miembro de la OCDE, mexicana. Es curioso, pues a finales ción. No trató de imponer una visión
buscó a su socio estratégico del Gru- de los años 1990 me encontraba mu- preconcebida, dando muestra de su
po de los Tres y del Acuerdo de San cho más cercana del joven Espinasa curiosidad intelectual y voluntad
José, para entablar un diálogo sobre que defendía la visión estatista, que de estar abierto a otras ideas. Hasta
las perspectivas del mercado petrole- del diseñador de la transformación entonces, mis conversaciones con él
ro internacional. México tenía claro de la industria petrolera venezola- habían versado en torno a la indus-
que las tensiones entre miembros de na. Con un desfase de tiempo, quizás tria petrolera, con un enfoque tra-
la Organización de Países Exporta- propio de la diferencia de edad, pero dicional del tema. Ahora debatía-
dores de Petróleo (OPEP) llevarían a más bien moldeado por los contextos mos sobre el peso a darle al impacto
una guerra de precios, de la cual to- y retos técnicos que nos tocó enfren- social en el diseño de estrategias y
dos saldrían perdedores. Cualquier tar, llegamos a la misma conclusión: políticas para las industrias extrac-
solución pasaba por Venezuela. a la necesidad de ser pragmáticos pa- tivas, y sobre el futuro del petróleo
Así, a mediados de enero de 1998, el ra darle viabilidad a una industria es- en el contexto del cambio climático.
secretario de Energía de México, Luis tratégica para el desarrollo de nues- Ramón, ecuánime, escuchaba, y de-
Téllez Kuenzler, y el director general tros países. Coincidíamos en ser más jaba caer una pregunta o reflexión
de Petróleos Mexicanos, Adrián La- académicos y técnicos que políticos, que nos alejaba de los dogmas. Re-
jous Vargas, partieron a Caracas. en anhelar lo mejor para nuestro país conozco en él esa capacidad de adap-
Siendo responsable de los asuntos y pueblo. tarse a los tiempos, de evolucionar el
internacionales en la Secretaría de Durante varios años le perdí la pensamiento.
Energía, tuve el privilegio de partici- pista a Ramón. Chávez había gana- No hubo conversación de la que no
par desde el inicio en el esfuerzo de do las elecciones en Venezuela. La saliera una idea a considerar, un de-
estabilización del mercado petrolero persecución contra Luis Giusti y seo de profundizar en la reflexión. Pa-
internacional, orquestado por Méxi- su equipo fue implacable. Ramón, samos del mundo del petróleo al de la
co, Venezuela, Arabia Saudita y No- nieto de refugiados de la guerra ci- energía, de la extracción de petróleo
ruega. Es en ese contexto en el que vil española, inició su propio exilio. a los retos de la minería. En grupo,
(re)conocí a Ramón Espinasa, con Por mi parte, seguí adentrándome recorrimos el continente. De las ar-
quien creo haber coincidido en mi- en los temas energéticos, llegando a duas sesiones de trabajo, pasábamos
siones anteriores a Venezuela, pero a
quien realmente traté en ese tiempo, Los textos del volumen en homenaje ocupar la Subsecretaría de Electri-
cidad (2012-2014) y la Subsecretaría
a la convivencia con bonhomía. Un
día recibimos la noticia de su enfer-
previo a la llegada de Hugo Chávez,
en que Venezuela se adelantó al res- a Ramón Espinasa de Hidrocarburos (2014-2016) duran-
te la etapa de diseño, negociación
medad; otro, la de su partida. Se hizo
el esfuerzo de concluir el trabajo, de
to de América Latina en los debates e instrumentación de la Reforma honrar su memoria. Faltó su toque
y diseños de apertura de la industria Energética mexicana. En términos mágico, faltó su energía para lograr
- “Presentación”, de Luis Alberto - “El marco institucional del sector
petrolera. de visión, el modelo mexicano coin- esa gran transformación.
Moreno Mejía. petrolero venezolano y el derecho
Pensar en Ramón Espinasa pasa cidía con el de Espinasa en la nece- En la última etapa de nuestra rela-
- “Introducción”, de Luis A. Pacheco. administrativo”, de José Ignacio
por recordar su cálida sonrisa, su sidad de contar con instituciones y ción, conocí a Ramón, el amigo entra-
- “Ramón Espinasa Vendrell: su hue- Hernández G.
mirada profunda, su escucha atenta, regulación fuertes, lo que se tradujo ñable. Compartíamos la experiencia
lla”, de Maite Espinasa Vilanova. - “Recursos mineros, tecnología,
su sencillez, su sabiduría. Conversar en el fortalecimiento de la rectoría de ser descendientes del exilio espa-
- “A setenta y cinco años de los medioambiente e inclusión: una
con Ramón era aprender de petró- del Estado, la refundación de la Co- ñol. Me hablaba de la familia que te-
acuerdos de 1943. Lecciones y pro- oportunidad para América Latina
leo, de mercados, de renta petrolera, misión Nacional de Hidrocarburos, nía en México y de cómo el azar hizo
puestas para la reconstrucción del en el siglo XXI”, de Carlota Pérez.
de economía política. Debatir con Ra- la creación de la Agencia Nacional que sus padres se quedasen en Vene-
sector petrolero”, de Ramón Espi- - “El sector extractivo (SE) en Amé-
món era imaginar alternativas para de Seguridad Industrial y Medio zuela, donde nacería él. Conocer más
nasa Vendrell. rica Latina y el Caribe: plataforma
luego verlas hechas realidad. Tuve Ambiente del sector Hidrocarburos acerca de sus orígenes, su familia, su
- “El destino de la renta”, de Osmel de desarrollo sostenible”, de Álva-
la fortuna de coincidir con él en una (ASEA). Casi dos décadas habían amor por Venezuela, su pasión por
E. Manzano M. ro García H.
época de oro de la industria petrole- pasado desde la apertura venezola- aportar a construir un mundo mejor
- “¿Qué impulsa (ahora) a América - “El constructor de puentes”, de
ra venezolana, en un momento en el na. Se contaba con un balance de lo me hizo entender lo que había detrás
Latina y el Caribe?”, de Carlos G. Juan Szabo.
que, desde México, veíamos con cu- que había funcionado y lo que había de sus ideas, de su visión.
Sucre. - “Ramón Espinasa”, de Lourdes
riosidad y algo de asombro lo que su- que afinar. Si bien para 2012-2013 los El legado de Ramón Espinasa es un
- “La industria petrolera de Améri- Melgar.
cedía en la tierra de Bolívar. referentes en América Latina eran referente imprescindible para enten-
ca Latina en la transición energé-
De sus presentaciones e interven- Brasil y Colombia, quedaba el regis- der los retos de la economía política
tica: un cambio de paradigma”, de *Energía, institucionalidad y desarrollo en
ciones aprendí sobre las complejida- tro de los resultados iniciales de un de los países latinoamericanos ricos
Francisco Monaldi, Luisa Palacios América Latina. El legado de Ramón J. Espi-
des del mercado petrolero internacio- proceso de vida corta, pero significa- en petróleo y en minerales. Su enfo-
y Cristopher De Luca. nasa Vendrell. Editor: Luis A. Pacheco. Textos
nal, la relevancia de la geopolítica, la tivo en Venezuela. que, visión y propuestas deben consi-
- “Alpargata, cubalibre y playa: de Luis Alberto Moreno Mejía, Luis A. Pache-
importancia del análisis a fondo de En la primavera de 2017 recibí una derarse para diseñar políticas inno-
¿cuándo el petróleo es una bendi- co, Maite Espinasa Vilanova, Ramón J. Espi-
la economía política de los actores, el invitación para participar en el Pri- vadoras que generen desarrollo con
ción y cuándo una maldición?”, de nasa Vendrell, Osmel E. Manzano M., Carlos
uso de la renta petrolera, las formas mer encuentro para la construcción justicia social. Sus aportaciones al
Roberto Rigobón y Ramón Espina- G. Sucre, Francisco Monaldi, Luisa Palacios,
de administrar esa riqueza, las con- de una visión regional para las indus- análisis del mercado petrolero inter-
sa (en espíritu). Christopher De Luca, Roberto Rigobón, Ruth
sideraciones que se dejaban de lado. trias extractivas de América Latina y nacional y al rediseño y transforma-
- “Prosperidad en una Venezuela de Krivoy, José Ignacio Hernández G., Carlo-
Era un lujo para mí, recién iniciada el Caribe, organizado por la Iniciativa ción de la industria petrolera siguen
posrentista: ¿una quimera?”, de ta Pérez, Álvaro García H., Juan M. Szabo y
en el tema energético, escuchar cla- para el Sector Extractivo del Banco vigentes.
Ruth de Krivoy. Lourdes Melgar. Editorial Alfa, 2024.
ses maestras del economista en jefe Interamericano de Desarrollo. Im-
de PDVSA, quien exponía con bri- pensable no participar sabiendo que *Lourdes Melgar es académica no resi-
llantez y generosidad sus análisis del Ramón Espinasa era quien estaba dente del Centro de Energía del Instituto
mercado. Pocos analistas han tenido el mercado petrolero eran constantes. era considerado padre intelectual. En detrás de ese imprescindible ejerci- Baker e investigadora del Centro de Inves-
su profundidad y claridad. Así, se fueron tejiendo a la conversa- México, donde desde 1938 el tema pe- cio de reflexión. Para delinear una tigación Colectiva del Instituto de Tecno-
Durante ese año de 1998 las reunio- ción otros temas. Venezuela estaba trolero ha estado ligado al de sobera- visión regional congregó a especia- logía de Massachusetts. Fue subsecretaria
nes de análisis, definición de estrate- inmersa en su proceso de Apertura nía nacional, lo que sucedía en Vene- listas en energía y minería de casi de Energía para Hidrocarburos de México y
gia y de negociación para estabilizar Petrolera, del cual Ramón Espinasa zuela era visto como un acto atrevido todos los países de la región, exjefes miembro de la Junta Directiva de PEMEX.
EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024
Papel Literario 11

ENSAYO >> PUBLICADO POR KÁLATHOS EDICIONES, ESPAÑA

Venezuela, política y ambiente


Dotado de la visión
global que los
tiempos demandan,
más una copiosa
recopilación de datos
y tendencias de las
más diversas fuentes,
Antonio Ledezma
(1955) ha presentado
un ambicioso
volumen que no
solo es diagnóstico
y denuncia de la
destrucción del
medioambiente
venezolano, sino
una propuesta para
el desarrollo de ANTONIO LEDEZMA / EL NACIONAL
potencialidades en el
planeta han surgido nuevos hechos política en la Casa Seccional de Ac- ce más ameno. Deja traslucir como nal, fue archivado por las autoridades
marco del inevitable que están comprometiendo el bien- ción Democrática, en el cual empezó tema central la profunda preocupa- del régimen.

proceso de transición estar humano en el presente, así co-


mo la existencia futura del hombre
a recibir lecciones sobre el significa-
do de la militancia partidista dentro
ción que le ha deparado constatar la
significación del fenómeno del cam-
Al final, Antonio Ledezma conclu-
ye su obra proponiendo un progra-
energética: su y las demás especies biológicas. Se
muestra sumamente alarmado con
de una incipiente sociedad democrá-
tica. También nos confiesa su tem-
bio climático como condicionante
importantísimo del desarrollo futu-
ma para el desarrollo sostenible de
Venezuela. Dicha propuesta merece
alegato a favor de la la devastación ecológica que está ocu- prana sensibilidad por la naturaleza. ro de los países y de la subsistencia ser analizada en extenso, pues consti-
rriendo, como lo refleja una copiosa Desde esa base arranca su indeclina- humana. Concomitantemente, trata tuye el mensaje principal de su obra.
sostenibilidad bibliografia que ha tenido la oportu- ble carrera política que le ha depara- sobre la transición energética indu- No se trata de una estrategia de ges-
nidad de revisar y que constituye uno do momentos estelares, como cuando cida en parte por el fenómeno citado tión ambiental exclusivamente, sino
de los aportes valiosos de la obra. Ve- fue electo alcalde mayor de Caracas y dedica varios capítulos a explicar la para un desarrollo económico, social
nezuela, por formar parte del ecosis- y otros no tan satisfactorios, como variedad de fuentes alternativas de y ambientalmente viable.
ARNOLDO JOSÉ GABALDÓN tema global, no está exenta de esas cuando estuvo arbitrariamente pre- energía renovables destinadas a con- A lo largo del texto se van exponien-
vicisitudes, como se ilustra con una so por el régimen gobernante en Ve- formar matrices energéticas diferen-

A
do las potencialidades que dispone el
ntonio Ledezma, en una multiplicidad de ejemplos sobre los nezuela y, luego, su escape al exilio tes a las actuales, pero condicionadas país para acometer exitosamente una
expresión de confianza que destrozos sin control que le estamos en donde se encuentra actualmente. por las características fisiográficas estrategia de desarrollo con el califi-
agradezco, me ha solicitado infligiendo a nuestro capital natural. Los que lo conocemos desde décadas variables de los respectivos países. cativo de sostenible. Especial aten-
prologar su más reciente Ledezma nos plantea ahora: ya no atrás podemos dar fe de una actua- Venezuela, política y ambiente no es ción les otorga a las potencialidades
obra: Venezuela, política y ambiente. es el petróleo el factor central de ción rectilíneamente democrática, una obra dedicada exclusivamente a energéticas, no solamente de hidro-
Rómulo Betancourt comenzó a es- nuestra sociedad –aunque seguirá leal y consecuente con los compañe- su país. Ledezma muestra buena dis- carburos, sino de una amplia gama
cribir su libro Venezuela, política y siendo para los venezolanos todavía ros con quienes le ha correspondido posición para abordar los principales de fuentes renovables que el país
petróleo, entre los años 1937 y 1939. un recurso natural importante–, sino interactuar; destacando en primer problemas ambientales a escala glo- dispone abundantemente. Llama la
El país era todavía profundamen- que es la ecoesfera y su equilibrio el término su comportamiento ejem- bal, e introducir ejemplos compara- atención sobre el tremendo compro-
te pobre y atrasado. Existía un con- determinante del futuro de la huma- plar con el líder y estadista Carlos tivos útiles para sacar nuestras pro- miso que nos impone la transición
texto político social muy diferen- nidad y, por eso, nos presenta su obra Andrés Pérez, quien indudablemen- pias conclusiones. energética dada la dependencia que
te al actual. Esa realidad era la que Venezuela, política y ambiente, que re- te fue mentor de su carrera política. Un capítulo importante está dedi- tenemos de los combustibles fósiles.
Betancourt y otra legión de jóvenes coge muchas de sus investigaciones Antonio Ledezma, como líder políti- cado a los problemas del desarrollo Ledezma incursiona también por
idealistas deseaban transformar pa- bibliográficas y nos propone, al final, co, ha demostrado facetas que están urbano en general. Ledezma propone la caracterización de una serie de in-
ra establecer un gobierno democrá- un modelo de desarrollo diferente: un ausentes en la mayoría de los colegas un programa de transformación ur- dustrias específicas que son viables
tico que generase desarrollo. Demos- modelo de desarrollo sustentable o de su generación y de otras posterio- bana acorde con el desarrollo sosteni- para poner en valor las riquezas na-
trando una aguda capacidad para sostenible, pues ambos términos son res. Una de ellas ha sido su preocu- ble. Como alcalde mayor de Caracas turales. Propone, además, las bases
interpretar el hecho histórico, políti- equivalentes como sustituto del mo- pación por el ambiente. En el ejerci- conformó un equipo de competentes de un programa de recuperación ur-
co, social y los factores que lo deter- delo rentista extractivista que –casi cio de sus funciones administrativas profesionales para que lo asistiera bana para beneficiar al grueso de los
minaban, Betancourt apuntó acer- unánimemente– se acepta que está tuvo la oportunidad de constatar la en la concreción de sus ideas sobre venezolanos que vive en nuestras ciu-
tadamente a definir que el recurso agotado y no puede ya dinamizar el importancia de una buena gestión el urbanismo caraqueño. Tuvo que dades y que en las últimas décadas ha
natural de cuya explotación giraba progreso del país como lo hizo por ambiental en resguardo de la calidad enfrentar situaciones muy serias visto mermar su calidad de vida de
el poder político y la economía, era más de un siglo. de vida de la población a quien debía derivadas del crecimiento urbano, forma ostensible.
clave para entender y poder cambiar A través de su obra, Ledezma nos servir. Ahora, alejado forzosamen- históricamente anárquico e infrafi- Al tratar sobre la inmensa tarea que
esa dinámica. De ello se infiere la explica el rol de los recursos natura- te de su patria, ha gozado de mayor nanciado, a la vez que instrumentar significa recuperar la normalidad al
obligación que se impuso de analizar les en el desarrollo y por qué ha ido tranquilidad para estudiar con indu- iniciativas con potencialidad trans- liberarnos de la tiranía, Ledezma se
el tema petrolero a fondo: sus aspec- cambiando el papel de las materias dable rigor académico los factores formadora como lo fue, por ejemplo, presenta como un líder que ha enten-
tos geopolíticos, por tratarse de una primas como fuente de acumulación socioecológicos que están determi- el proyecto del Parque Urbano Metro- dido perfectamente el rol que deberá
materia prima altamente demandada de capital para impulsar el creci- nando la suerte futura de la vida hu- politano de La Carlota, que le ofrecía jugar el sector privado en la recons-
internacionalmente; la posibilidad de miento económico. Nos ayuda así a mana. Ello le ha permitido también a la ciudad un nuevo espacio verde de trucción del país. Por el hecho de ser
que el Estado obtuviese cada vez ma- comprender el drama venezolano, ya ponderar el proceso de formulación apreciable extensión y la posibilidad una nación arruinada estamos obli-
yores rentas por la explotación de un que como sociedad no tuvimos en el de políticas públicas, principalmente de influir sobre la oferta recreacional gados a recurrir, en buena parte, al
recurso natural propiedad de la na- pasado el acierto para diversificar la en las naciones industrializadas, en y una mejor conectividad vehicular capital privado para rehacer el apara-
ción, y la mejor estrategia para inver- economía y nos mantuvimos depen- resguardo de la sustentabilidad del y peatonal. Dicho proyecto, obtenido to productivo y para obtener las capa-
tir dicha renta y elevar las condicio- diendo mayormente de la explotación desarrollo. Ha apreciado, asimismo, después de un concurso internacio- cidades gerenciales y las tecnologías
nes de vida de los venezolanos. de un solo recurso, hasta un momen- cómo muchos líderes en el mundo de vanguardia que permitan mejo-
De aquí que Venezuela, política y to en que esta actividad dejó de ser que enarbolan el paradigma del de- rar la productividad de los diferentes
petróleo sea un libro que, además de el impulsor del ingreso per cápita y sarrollo sustentable en sus ofertas sectores.
relatar hechos para la historia como fue recrudeciendo la pobreza. Pero populistas, no tienen la más remota El autor, en sintonía con los enfo-
el protagonista que fue Betancourt el autor tiene el coraje para denun- idea de la complejidad que ese proce- ques exitosos de progreso social y
de muchos de ellos, constituya la ex- ciar, además, con abundantes y fide- so significa. económico que se registran en algu-
posición del modelo democrático que dignas pruebas, cómo a lo largo de los Los dirigentes de los diferentes es- nos países, entiende muy bien el pa-
convenía en ese momento a los mejo-
res intereses nacionales para lograr
últimos veinte años el país ha sufrido
por la irresponsabilidad del régimen
tamentos sociales en la actualidad
están obligados a leer abundante-
Ledezma nos pel protagónico que debe desempe-
ñar el sector privado en el desarrollo
desarrollo con justicia social. de gobierno, no solamente la destruc- mente la prolífica bibliografía que explica el rol sostenible, apartándose de la mayoría
Han trascurrido más de ochenta ción de su principal industria extrac- se genera sobre los diversos proble- de dirigentes de las diversas ideolo-
años desde que Betancourt empe- tiva, sino la degradación acelerada de mas que afectan las sociedades de los de los recursos gías que profesan el estatismo, por-
zó a concebir su obra escrita funda- su patrimonio natural por la casi to- países; a estudiar e investigar dichos que no estudian ni leen obras forma-
mental (aunque su primera edición tal cesación de la gestión ambiental y, problemas y a participar en debates naturales en tivas con bases principistas.
no salió publicada sino en 1956), da-
dos los sobresaltos a que estuvo so-
por ende, la disminución de la calidad
de vida de todos los ciudadanos.
en los que se analizan las mejores
soluciones.
el desarrollo Sobran las razones para invitar a
todos los ciudadanos, en especial a
metido el autor mientras tanto. En
este lapso, mucho de Venezuela y del
Antonio Ledezma mostró desde ni-
ño ser una persona formal. Nos rela-
En esta obra, Antonio Ledezma
aborda aspectos muy diversos, todos
y por qué ha quienes profesan la política, a acer-
carse a los temas examinados por An-
contexto global ha cambiado. Anto-
nio Ledezma, autor de este libro, ha
ta en su libro sobre una primera re-
unión de carácter político a la cual le
ellos relacionados con el desarrollo ido cambiando tonio Ledezma en Venezuela, política
y ambiente.
sostenible. El libro contiene un im-
seguido con particular atención las correspondió asistir en 1968 en San presionante volumen de información el papel de las
mudanzas ocurridas. Producto de Juan de los Morros, su ciudad natal, técnica, expuesta toda con rigor aca- *Venezuela, política y ambiente. Anto-
una educada indagación ha ido ad- cuando solo contaba con trece años. démico. Ilustra sus argumentos con materias primas” nio Ledezma. Kálathos Ediciones. Espa-
quiriendo conciencia de que en el Se trataba de un curso de formación sus propias vivencias, lo cual lo ha- ña, 2024.
12 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024

nezuela, habrán de conciliarse, como lo creo y lo


PUBLICACIÓN >> DERECHO INTERNACIONAL Y TRANSICIÓN EN VENEZUELA enseña ahora Raffalli, tras una titánica obra de
rescate y reconstrucción de las raíces de la nación

La restitución
y del ser inacabado que somos –lo decía Ernesto
Mayz Vallenilla– con el prosternado patrimonio
intelectual de Occidente que nos trasvasa y hace
crisis.
Media pues, en el análisis innovador del autor

de la constitucionalidad
y observando la cuestión desde la perspectiva ju-
rídica, su acertado empeño para desentrañar la
realidad oculta tras las normas constitucionales
nominalmente vigentes en el país; sobre todo por
cuando estas son desfiguradas por los mismos en-
cargados de velar por su ejecución, para hacer-

en Venezuela
les decir lo que no dicen o trastocar su lenguaje
volviéndole ambiguo para que sea fuente de arbi-
trariedades. “[L]a sociedad en sí misma es cúmu-
lo de relaciones entre quienes detentan el poder
y quienes se someten al mismo”, afirma; como
cuando el juez reparte injusticia trastocando al
orden constitucional entre sus destinatarios, re-
cipiendarios de su poder, volviéndoles víctimas,
desconociéndoles sus derechos como personas, y
purgándoles de toda condición ciudadana.
Urge volver a la fuente electoral –lo cree el pro-
fesor Raffalli– bajo condiciones de equidad y
transparencia, en modo de que el reparto plantea-
do sea autónomo, a saber, el derivado del acuerdo
entre todos, que no solo debe ser el resultado de
la imposición de unas mayorías sobre las mino-
rías: “Debe relatarse que las elecciones permiten
alcanzar otro objetivo primordial e incluso con-
sustancial con los derechos humanos, y es que
permiten concretar una reiterada sucesión en el
poder político de manera pacífica y ordenada; en
efecto, aseguran el sostenimiento en el tiempo del
ciclo de vida del Estado como acuerdo social”, leo
en las páginas de su libro.
Ellas hacen un amplio recorrido y ponen en es-
cena la desmaterialización constitucional ocu-
rrida a lo largo de más de dos décadas, a partir
de 1999. La he llamado, en texto que escribo a
propósito, Historia inconstitucional de Venezue-
la (2012). Sucesivamente propone y ofrece Ra-
ffali conclusiones serias, tras análisis serios y
dos interrogantes cruciales que formula como
desafíos inexcusables: “¿Cómo se libera una
JUAN MANUEL RAFFALLI / EL NACIONAL sociedad del yugo de un régimen totalitario que
defrauda la Constitución y pretenden valerse de

“Por consiguiente, la validez Es cierto que, al cabo, media como método no


solo la descripción normativa y su consideración
del socialismo real afirmarían los principios del
Estado liberal de derecho. Presenciamos, antes
ella para sostenerse en el poder ilegítimamente?
¿Cómo pueden interactuar funcionalmente el
de la reconstitución, la constitucional necesaria a la luz de la realidad so-
cial interna venezolana, tanto como para asegu-
bien, un coetáneo desmoronamiento, por inefica-
cia sobrevenida de las instituciones domésticas e
orden interno y el internacional para lograr la
restitución de la democracia constitucional y el
del Estado de derecho y la rar la validez y la efectividad alcanzadas o no de internacionales de mediación entre las tribus y respeto de los derechos humanos?”.
las prescripciones que analiza, sino que, al tér- el mundo o la humanidad conocidos. No por azar “Las sociedades víctimas de la degradación y
democracia en Venezuela, mino, teleológicamente sugiere haber declinado se viene judicializando a la política como parte de defraudación desde el poder en perjuicio de los

habrán de conciliarse, conforme a la función pantónoma de la justicia.


El profesor Raffalli, en efecto, ancla sobre una
una guerra deconstructiva que algunos califican
de lawfare.
derechos humanos, están habilitadas, e incluso
éticamente obligadas, a reaccionar en defensa de
como lo creo y lo enseña premisa fundamental susceptible de ser extendi- Son visibles la lucha abierta en la escena mun- la restitución de su Constitución”, es la respues-
ta que nos deja el autor. Y he aquí el porqué de
da al ámbito hispanoamericano, y la concreta así: dial entre poderes dispersos y una resurrección
ahora Raffalli, tras una “la disonancia entre la validez política y la vali- de la lógica schmittiana: “la política como irre- lo agonal de la cuestión que nos presenta y del
calado hondo de su significado. Casualmente la
titánica obra de rescate dez jurídica, (…) deriva del relato populista basa-
do en la ‘deconstrucción’ del orden institucional
ductible oposición amigo/enemigo”. Ayer era
entre los grandes espacios vitales (grossraum), describe crudamente el papa Ratzinger, Benedic-
y reconstrucción de y democrático constitucionalmente consagrado”.
Decir aporía, entonces, parecería suficiente pa-
actualmente superada sin que desaparezca la te-
rritorialidad como base de las identidades y pa-
to XVI, en su alocución de 2011 ante sus compa-
triotas, desde el parlamento alemán:
las raíces de la nación y ra sumarnos a las proposiciones del libro que nos ra la definición de las áreas de poder incluido el “Hemos experimentado cómo el poder se sepa-
ró del derecho, se enfrentó a él; cómo se pisoteó el
ocupa, si advertimos que, a su vez, la Constitu- jurisdiccional de los Estados. Mas ocurre otra
del ser inacabado que ción venezolana integra al bloque de la constitu- oposición o antagonismo: entre “nomos” o pie- derecho, de manera que el Estado se convirtió en
el instrumento para la destrucción del derecho;
somos –lo decía Ernesto cionalidad a los tratados y acuerdos internaciona-
les sobre derechos humanos, abriéndole camino
zas dispersas o subdivisiones de lo humano, esas
neoidentidades que encuentran sus espacios en se transformó en una cuadrilla de bandidos muy
Mayz Vallenilla– con el directo a sus tutelas mediante un recurso a dis-
posición de la víctima y en sede supranacional;
el imaginario o en la virtualidad, signados por un
fraude de lo antropológico.
bien organizada, que podía amenazar el mundo
entero y llevarlo hasta el borde del abismo. Ser-
prosternado patrimonio no obstante, en paralelo reduce y condiciona el Cabe, pues, una obligada revisión de lo apren- vir al derecho y combatir el dominio de la injus-
ticia es y sigue siendo el deber fundamental del
manejo de las relaciones internacionales de la dido y enseñado hasta ahora con miras al tiem-
intelectual de Occidente que República “a los fines del Estado en función del po nuevo por hacer y que nos espera –pasados 30 político”.
A la sazón, el emérito fallecido fija su mirada
nos trasvasa y hace crisis” ejercicio de la soberanía”, procurando una solu-
ción pro príncipe.
años entre 1989 y 2019, y con vistas a los años su-
cesivos y sus circunstancias temporales– a fin de sobre el paradigma que nos legaran la Segunda
No por azar, al ser integrados esos tratados al que se evite, a manera de ejemplo, lo que fuese ca- Gran Guerra del siglo XX y el Holocausto, hoy bo-
orden constitucional nuestro, dotándoselos de racterístico del pensamiento de los mayores expo- rrados de la memoria colectiva e indiferentes pa-
ASDRÚBAL AGUIAR A. efectividad inmediata, antes que favorecer la nentes alemanes del derecho internacional hasta ra el narcisismo político digital en efervescencia,
interacción y un diálogo entre el derecho inter- que aquí y allá abroga espacios y destruye con su

L
mediados del siglo XIX. Me refiero a Georg Frie-
a obra jurídica que ha dejado en nuestras nacional y el interno que conjugue conforme al drich de Martens (1756-1821) –catedrático a Gotin- instantaneidad el valor humanamente integrador
manos su autor –La aplicación del derecho principio pro homine et libertatis, el actual Estado ga, distinto del célebre diplomático ruso-báltico de los tiempos:
internacional en la restitución de la Consti- venezolano reduce las normas del orden primero Fyodor Friedrich Martens, 1845-1909, quien nos “El concepto positivista de naturaleza y razón,
tución. El caso Venezuela– es el producto de a normas qua constitutionis. Se reserva el poder quita el Esequibo a los venezolanos –y a Johan la visión positivista del mundo es en su conjunto
su verificada madurez intelectual. Juan Manuel exclusivo para su exégesis, con lo que enerva de Ludwig Klüber (1762-1837). una parte grandiosa del conocimiento humano
Raffalli Arismendi, es un respetado constitucio- tal modo sus obligaciones internacionales, com- Para estos la disciplina a la que le he dedicado y de la capacidad humana, a la cual en modo al-
nalista, abogado del foro, amigo dilecto, doctor en promete su responsabilidad por hechos interna- casi medio siglo de vida era meramente racio- guno debemos renunciar en ningún caso. Pero
Derecho y reconocido catedrático universitario. cionalmente ilícitos, a la vez que deconstruye nal, relacional y estática, extraña a las concep- ella misma no es una cultura que corresponda
Apegado a un método que advierto de innova- al propio derecho internacional de los derechos ciones de la sociedad y la cultura, y único reflejo y sea suficiente en su totalidad al ser hombres
dor, nos da a conocer Raffalli sus elaboraciones humanos. del activismo diplomático oficial: “Le correspon- en toda su amplitud. Donde la razón positivista
sobre la cuestión señalada, explicándonos lo cen- En esa línea, al paso, ha hecho imperar entre día extraer apenas las reglas generales luego de es considerada como la única cultura suficien-
tral y lo que valida sus conclusiones. Advierte que los venezolanos un régimen de la mentira, Il re- observar las relaciones entre los Estados [euro- te, relegando todas las demás realidades cultura-
respalda sus “creencias y hallazgos sobre el siste- gime della menzogna magistralmente disecciona- peos] para mejor asistir las acciones de una culta les a la condición de subculturas, esta reduce al
ma interfuncional de acciones para la restitución do sobre su experiencia italiana durante el fascis- diplomacia”, recuerda el jurista finlandés Martti hombre, más todavía, amenaza su humanidad”,
del orden constitucional [el venezolano, afectado mo por Piero Calamandrei. Raffalli lo describe, en Koskenniemi en su enjundioso y seminal título concluye el último papa, un verdadero doctor de
y objeto de sus análisis], considerando la denomi- sus palabras, como la hipótesis a resolver, dada “el suave civilizador de las naciones”: Il mite civi- la Iglesia.
nada ‘normativa epistemológica’; esa que remite su complejidad: “El remedio ante la amenaza a la lizzatore delle nazioni. Ascesa e caduta del diritto Finalizo destacando, que, sensiblemente nos en-
a mecanismos de verificación y justificación con democracia constitucional se ubica en el discurso internazionale (2012). contramos los occidentales, no solo los venezola-
base en la interpretación y argumentación de he- político contrastante con la oferta deconstructiva Los autores contemporáneos que actualizan el nos, más ocupados de destruir la estatuaria y los
chos jurídicamente relevantes, más allá del mero populista”, precisa. célebre y voluminoso texto pedagógico francés símbolos históricos y hasta los religiosos que nos
contenido de la norma jurídica”. ¿De qué deconstrucción hemos de hablar y de Nguyen Quoc Dinh (1919-1976), Droit interna- han amalgamado como civilización de plurales
De buenas a primera podría observar que la como entenderla como realidad desde la atala- tional public (2009), afirman que el autor nórdi- culturas, ahogados en la liquidez de la que nos ha-
perspectiva así asumida por el autor acaso apun- ya internacional y global, en modo de que va- co mencionado adhiere a la “escuela crítica” que bla el sociólogo polaco Zygmunt Bauman. El culto
ta a lo conocido, a saber, que su libro acoge el mé- lide y pueda sujetar a lo predicado por el au- busca desmitificar las aproximaciones tradicio- del relativismo alimenta y exacerba el complejo
todo tridimensional de análisis jurídico amplia- tor desde el orden interno, aun cuando omita nales, denunciando el reduccionismo formalista adánico posmoderno. Por ello, celebro el coraje y
mente trabajado por Miguel Reale desde Brasil conceptualizarla? y estatista del derecho internacional y aportando la integridad intelectual de Juan Manuel Raffalli
y profusamente desarrollado, desde Argentina, Puede decirse, tal como lo hiciésemos en ensayo análisis sociológicos y pragmáticos con un pro- Arismendi. Su libro ilumina caminos, deja empe-
por Werner Golschmidt, judío alemán y el más sobre la cuestión, incorporado a la tercera edición pósito preciso: “hacer evidentes los intereses ca- ñada la gratitud de los venezolanos.
autorizado en la materia; ello, a fin de realizar el de nuestro Código de derecho internacional (2021) muflados tras las reglas del derecho”. Es este, co-
doctor Raffalli su ejercicio crítico constitucional a y en nuestro más reciente libro, El derecho inter- mo lo pienso, el camino que toma el libro de Juan * La aplicación del derecho internacional en la restitu-
la luz del derecho internacional. No es así, sin em- nacional y su deconstrucción en el siglo XXI (2024), Manuel Raffalli. ción de la Constitución. El caso Venezuela. Juan Manuel
bargo. De allí lo relevante de los contenidos que que se creyó en vano a partir de 1989 que el fin de Por consiguiente, la validez de la reconstitución, Raffalli Arismendi. Editorial Jurídica Venezolana, Cara-
nos ofrece e integran a su tesis. la bipolaridad y el agotamiento de la experiencia la del Estado de derecho y la democracia en Ve- cas, 2023.

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