Tecnicas para Conductas Inadaptativas
Tecnicas para Conductas Inadaptativas
Tecnicas para Conductas Inadaptativas
• IGNORAR
• DISCO RAYADO
• DAR RECOMPENSAS
• USO DE GRÁFICOS
TÉCNICAS PARA EL CONTROL DE CONDUCTAS INADAPTADAS
Hay que recordar que todo el mundo se cansa de las cosas buenas
si se tienen demasiadas. Las mismas frases utilizadas una y otra vez
perderán su efecto. Hay que ser creativo. Pequeñas notas dejadas
debajo de una almohada o en una cartera pueden ser más
especiales. También puede serlo que el niño oiga que usted le
elogia delante de un amigo. Para realzarlo más, se pueden
acompañar los elogios de un premio.
Los niños se vuelven locos por conseguir elogios de sus padres cuando esos son
los únicos momentos en los que consiguen que se les preste atención.
Algunos padres se preocupan pensando que sus hijos se comportarán bien sólo
si reciben el reconocimiento.
Los padres no deben empezar con algo que no van a ser capaces
de ignorar durante mucho rato; es preferible no empezar. La
mayoría de los comportamientos empeoran antes que mejorar.
Hay que preguntarse:«¿Qué es lo peor que puede ocurrir?»
«¿Podré soportarlo?» ¿Podrá la madre aguantar los gritos de su
hijo en el supermercado pidiendo donuts mientras cl público se
vuelve a mirarla con muestras de indignación ante su dureza? Si el
niño dice palabrotas delante de la abuela, ¿será capaz el padre de
hacerse el sordo? Si no, es mejor elegir otra opción para hacer
frente a este comportamiento.
La ignorancia es particularmente eficaz en conductas que han sido
previamente alimentadas por la atención del padre y no funcionará bien
con aquellas conductas que sean normales a ciertas edades o en etapas
de desarrollo. La mayoría de los niños de dos o tres años hacen rabietas, y
por mucho que se ignoren, es poco realista esperar que desaparezcan. No
obstante. la ignorancia sistemática de las primeras rabietas reducirá su
persistencia más tarde.
Cuando se empieza ignorando una mala conducta, el niño hará todo lo que
pueda para atraer una atención a la que está acostumbrado. Incrementará la
intensidad, volumen y frecuencia de sus actos hasta saber que obtendrá
respuesta. Pero no hay que abandonar. No le deje dar por sentado que sus
travesuras van a llamar la atención como lo habían hecho antes, intente llevar
un registro del tiempo que duran, o cuente las ocasiones en que se producen
estas conductas para poder superarlas: ello será indicativo de los progresos que
se hacen.
Aunque las pataletas y las quejas parecen durar una eternidad, se pueden
medir en segundos e incluso minutos. En el espacio de pocos días, se podrá
comprobar cuándo la conducta se intensifica y cuándo va disminuyendo.
Cuando compruebe que los quejidos duran diez minutos el día que no se da al
niño una galleta y sólo ocho minutos al día siguiente, se animará a seguir con la
táctica. Después de poco tiempo, el patalear porque no ha conseguido una
galleta será sólo un recuerdo. Téngase presente que cuanto más firme se haya
sido y menos atención se haya prestado a la conducta, menor será su duración.
Reforzar las conductas deseables
Amelia muestra con orgullo sus gráficos a todas las visitas. Está lleno de estrellas
que ha ganado por cepillarse los dientes después de cada comida, sin que sus
padres tengan que recordárselo.
Para que sea eficaz un gráfico debe ser simple y de fácil lectura. Algunos padres
nos han enseñado gráficos con los que habían tenido poco éxito y era bastante
evidente el motivo de su fracaso. Eran complicados, con múltiples conductas que
sólo un ingeniero hubiera podido seguir. Los gráficos no están pensados para
complicar la vida a los padres y a los niños. Su objetivo es proporcionar un medio
visual para trazar la conducta del niño.
Algunas sugerencias:
• El gráfico puede tener una forma de lago que sea del agrado del
niño, de la conducta que se está aprendiendo o bien de la
recompensa para las que se está trabajando.
Hay que tener fe en el gráfico, no hay que olvidarlo ningún día, hav que
reforzar la nueva conducta con muchos elogios v consecuencias naturales.
Cuando el nuevo hábito haya quedado establecido, ir retirando las
recompensas.