Teju Jagua
Teju Jagua
Teju Jagua
Teju Jaguá se dice que es un gran lagarto con cabeza de perro, de allí deriva su
nombre: teju: lagarto, jagua: perro. Según el mito vagaba por el cerro de Yaguarón y
era amo de las cavernas del lugar, a donde arrastraba a sus víctimas para
engullirlas.Algunas versiones le conceden siete cabezas de perro, La versión
popular sólo habla de una cabeza. Fue el primer engendro del maldecido vínculo de
Tau y Keraná. Otros afirman que era pacífico y que sólo se alimentaba de frutas y
miel. Es considerado guardián de las riquezas de la tierra guaraní.
Hete ojogua umi teju tuichávape, ha oguereko pokôi jagua akâ. Kóva hina Tau ha
Kerana memby ypykue. Hete tuichágui ndaikatúi oipuru mbarete oguerekóva.
MBÓI TUI
El segundo hijo del mal vio la luz con la forma de una gran sierpe con cabeza de
loro y un descomunal pico.
Con su bífida lengua roja como la sangre, su piel escamosa y veteada, su cabeza
emplumada y su mirada maléfica, ronda por los esteros y protege a los anfibios.
Adora la humedad y las flores. Se lo puede identificar sin verlo pues lanza terribles y
potentes graznidos que se escuchan desde grandes distancias.
MBÓI TU'Î
Kóva hina Tau ha Kerana memby mokôiha, hete mbói ha iñakâ tu'î. Oje'émi hese
ha'eha mba'e he'ô rerekuára. Avei ha'e pira, mbusu, ysapy ha yvoty ñangarekohára..
MOÑÁI
Kerana, abrumada por la pena y apabullada por el incontrolable Tau, pare su tercer
hijo, quien como su antecesor inmediato, tiene el cuerpo de una enorme serpiente y
posee dos cuernos rectos e iridiscentes que funcionan como antenas.
Sus dominios son los campos abiertos. Sube a los árboles con gran facilidad y se
descuelga de ellos para cazar a las aves con las que se alimenta, a quienes domina
con el hipnótico poder de sus antenas. Es por ello que también se dice que es el
señor del aire.
MOÑÁI
Kóva hina Tau ha Kerana memby mbohapyha. Ñu ha yvytu jára, ipokovívare ija'éva
ha mondaháre avei oñangareko ha oipytyvô. Dios de los campos, los aires y las
aves, protector de los robos y de las picardías. Era aficionado a robar y acumular el
producto de su rapiña en una gruta del cerro, él fue al Cerro Yvytykuápe, hoy Cerro
Kavaju en Atyra.
JASY JATERE
En su cuarto período de gestación, Kerana siente que al fin hay algo de humano en
su vientre.
A los siete meses, como ha ocurrido con todos sus hijos anteriores, pare a un niño
de dorados cabellos y piel muy blanca, pero el niño ha nacido con un bastón áureo
en su mano derecha. Una leve presión sobre su varita mágica y el niño desaparece
volviéndose invisible.
El niño horroriza a su madre desapareciendo y apareciendo en lugares increíbles.
Jasy Jatere será el duende que en las siestas, escudado en su figura de niño,
asediará a las jóvenes y a las niñas que se animen a salir solas, conquistándolas y
poseyéndolas con los poderes de su mágico bastón.
Dominará a las abejas y de ellas obtendrá la miel con la que se alimentará y cuyos
restos llevará hasta la cueva donde vive su hermano mayor, Teju Jagua.
JASY JATERE
Kóva hina Tau ha Kerana memby irundyha. Ko mitâ'i yvágaicha hesa hovy hasy
ha kuarahy mimbícha iñakârague sa'yju. Oĝ uahêvo asajepyte ndaje osê
omosarambi mborayhu.
Oje'e hese opívo oguataha ha oguerekoha ipópe ka'a rakâ pehêngue ome'êva
ichupe mba'ekuaaita.
KURUPI
LUISÓN
El séptimo y último alumbramiento de Kerana fue tan terrible como los seis
anteriores. Su cabeza, semejante a la de un perro, deja ver una larga hilera de
filosos dientes de diferentes tamaños.
Sus orejas son pequeñas e impuestas en la parte superior del gran cráneo. Su
cuerpo esmirriado y seco, sus extremidades mitad humanas, mitad garras le dan un
aspecto desgarbado.
Habita en los campos santos y se alimenta de los cadáveres que allí desentierra. Se
le puede escuchar en las noches de luna llena, cuando emite sus lastimeros y
aterrorizadores aullidos, trepado a las lápidas de las tumbas.
LUISÔ
Kóva hina Tau ha Kerana memby pokôiha. Ojogua peteî jaguápe; ivai, hesa vera ha
iñakâ guasu. Pyharepyte vove oho ojapajeréi te'ôngue ári, upévare hesa'yju ha ine.
Oîramo kuña imembýva pokôi kuimba'e, pe pahaguéva ha'eva'erâ katuete.