Independencia de México: Causas Y Consecuencias de La
Independencia de México: Causas Y Consecuencias de La
Independencia de México: Causas Y Consecuencias de La
Independencia de México
Índice temático
Como ocurrió con casi todas las repúblicas latinoamericanas, la Independencia de México constituyó un largo
proceso histórico, político y social que puso fin mediante las armas al dominio español sobre esta nación del
continente americano.
Dicho proceso inició con la invasión francesa al Reino de España de 1808, en la que se depuso al rey Fernando
VII. Esto debilitó la presencia de la Corona Española en las colonias y que fue aprovechado por las élites ilustradas
americanas para proclamar su desobediencia al rey impuesto, dando así los primeros pasos hacia la
independencia.
En el caso mexicano, el primer gesto abiertamente independentista fue el llamado “Grito de Dolores”, de 16 de
septiembre de 1810, ocurrido en la parroquia de Dolores en el estado de Guanajuato, cuando el sacerdote Miguel
Hidalgo y Costilla, junto con los señores Juan Allende y Juan Aldama, tañó las campanas de la iglesia y se dirigió a
la feligresía para llamar al desconocimiento y desobediencia de la autoridad virreinal de la Nueva España.
Este gesto fue antecedido por un levantamiento militar en 1808 contra del Virrey José de Iturrigaray, quien
proclamaba la autoridad en ausencia del rey legítimo; pero aunque el golpe de estado fue sofocado y los cabecillas
encarcelados, el clamor independentista se esparció por diversas ciudades del Virreinato, radicalizando sus
reclamos a medida que se los sofocaba y perseguía. Así, de exigir el retorno de Fernando VII, los rebeldes pasaron
a exigencias sociales más profundas, como la abolición de la esclavitud.
En 1810, el rebelde José María Morelos y Pavón convocó a las provincias independentistas al Congreso de
Anáhuac, en donde dotar al movimiento independentista de su propio marco legal. Este movimiento armado fue sin
embargo reducido a la guerra de guerrillas hacia 1820 y casi a la dispersión, hasta que la proclama de la
Constitución de Cádiz ese mismo año trastoca la posición de las élites locales, que hasta entonces habían apoyado
al Virrey.
A partir de entonces, el clero y la aristocracia de Nueva España apoyarán abiertamente la causa independentista y,
dirigidos por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, quienes unificaron los esfuerzos de lucha rebelde bajo una
misma bandera en el Plan de Iguala de 1821. Ese mismo año se consumaría la independencia mexicana, con la
entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre.
La deposición de Fernando VII. Como dijimos antes, la toma de España por las tropas napoleónicas y la
imposición en el trono del hermano de Napoleón, José Bonaparte, generó descontento en las colonias
americanas que, descontentas de hacía rato con las restricciones comerciales impuestas por la metrópoli,
vieron la oportunidad de mostrarse abiertamente opuestos a la Corona Española.
La opresión del sistema de castas. La constante confrontación de criollos, mestizos y españoles en la
Nueva España, así como la miseria a la que el sistema de castas sometía a los indígenas y al
campesinado, así como tres siglos de opresión europea, fueron el caldo de cultivo idóneo para las
aspiraciones revolucionarias y el deseo de cambio social que impulsaron los primeros conatos
revolucionarios.
Las reformas borbónicas. El reino de España, a pesar de sus extensos territorios coloniales americanos,
gerenciaba pobremente sus recursos y perdía gran parte de las riquezas del Nuevo Mundo en el traslado
de los minerales y recursos hacia Europa. Buscando modernizar estos arreglos y beneficiarse aún más de
las riquezas de la Nueva España, se impulsaron en el siglo XVIII una serie de reformas en la administración
de la colonia, lo cual empobrecería aún más la vida americana y afectaba directamente la economía de las
élites locales.
El patriotismo criollo y las ideas ilustradas francesas. Educadas en París, las élites criollas fueron
receptivas a los discursos racionalistas de la ilustración, que provenían de la Revolución Francesa. A esto
hay que sumar la pugna ideológica entre los criollos mexicanos, que exaltaban el virreinato por encima de
la fidelidad a la metrópoli, y la regencia peninsular sobre los territorios americanos. Este patriotismo criollo
jugó un rol vital en la propagación de las ideas independentistas.
La independencia estadounidense. Vecinos inmediatos de los Estados Unidos, cuya independencia del
Imperio Británico se formalizó en 1783, los criollos de Nueva España vieron en este conflicto un ejemplo a
seguir, alimentado por el triunfo de las ideas ilustradas por encima de la vieja tradición imperial europea.
El inicio fin de la colonia e inicio del Imperio Mexicano. Luego de once años de Guerra de
Independencia, se logró la autonomía total de Nueva España de la metrópoli peninsular, que no lo
reconocería públicamente sino hasta 1836. A la lucha por la independencia prosiguió el Primer Imperio
Mexicano, una monarquía católica que duró apenas dos años, reclamando como territorio propio el
perteneciente al ahora extinto Virreinato de Nueva España, y proclamando a Agustín de Iturbide como
emperador. En 1823, en medio de tensiones internas, México se separó de la América Central y se
proclamó como una República independiente.
Abolición de la esclavitud, los impuestos y el papel sellado. La revolución independentista vio ocasión
en 1810 de anunciar, mediante el Decreto contra la esclavitud, las gabelas y el papel sellado del jefe del
ejército insurgente, Miguel Hidalgo y Costilla, el propósito de poner fin al régimen social esclavista, así
como a los impuestos designados a mestizos e indígenas, a la prohibición del trabajo de la pólvora y al uso
de papel sellado en los negocios.
Fin de la sociedad de castas. El fin del régimen feudal de la colonia, que distinguía entre las personas por
su color de piel y su origen étnico, permitió el inicio de las luchas reivindicativas por una sociedad de
igualdad ante la ley y de oportunidades más justas para las minorías oprimidas.
Guerra entre México y Estados Unidos. La debilidad de los nuevos regímenes de gobierno independiente
mexicano no supieron hacer frente a las ansias expansionistas estadounidenses, cuyos reclamos por una
indemnización por los destrozos acaecidos a Texas (que se había declarado independiente en 1836 con
ayuda norteamericana) durante la Guerra de Independencia, condujeron en 1846 a un enfrentamiento
bélico entre ambos países: la Intervención Estadounidense en México. Allí, quienes inicialmente se
mostraron como aliados del México independiente les robaron descaradamente el norte de su territorio:
Texas, California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Colorado y Utah.
Frustración de las esperanzas de repartición de la riqueza. Como en muchas de las nacientes
repúblicas americanas, la promesa del reparto económico justo y de la igualdad de oportunidades sociales
se vio frustrada por el enriquecimiento de las élites locales, que dejaron de rendir cuentas a España pero
quisieron mantener cierto status quo privilegiado como conductores de la sociedad postcolonial. Esto
llevaría a tensiones internas y conflictos intestinos en los años venideros
Fuente: https://www.ejemplos.co/causas-y-consecuencias-de-la-independencia-de-mexico/#ixzz7hdSsuNo4
Causas de la independencia de México
Causas internas
La sociedad de la Nueva España estaba dividida en estratos. La corona daba privilegios a los aristócratas
españoles, por lo que no todas las personas tenían igualdad de derechos. Los cargos públicos, la posesión de
tierras y las concesiones para la explotación minera eran otorgadas a estos antes que a los criollos.
Tal situación generó gran descontento en la población local y lentamente propició un sentido distinto de
identidad y aspiraciones de independencia. Por otra parte, mestizos e indígenas eran los más desfavorecidos.
La centralización de instituciones tributarias tuvo como fin la recaudación de más impuestos. Esto despojó a
ciertos criollos de gozos y beneficios comerciales, lo que produjo en ellos disconformidad.
Causas externas
Este tuvo origen en Francia e Inglaterra en el siglo XVIII y pronto se difundió en América. Las ideas
ilustradas influyeron en los criollos y su mentalidad acerca del gobierno y la política. Estos conocieron
cuestionamientos al poder monárquico, teorías de soberanía popular y de la división de poderes en los
escritos de Voltaire, Rousseau y Montesquieu.
Las colonias de Norteamérica se independizaron de Inglaterra en 1776. Así, asentaron un precedente que
demostró cómo una revuelta armada llevó a la creación de una república. La autonomía lograda y su
crecimiento como país fue admirado por quienes estuvieron a favor de la independencia en las colonias
hispanoamericanas.
Por otra parte, la Revolución Francesa de 1789 demostró que era posible acabar con el abuso de poder de los
reyes. En los virreinatos hispanos, muchos quisieron terminar con la soberanía que residía en un solo
hombre, el monarca. Ese poder soberano debía estar distribuido entre todo el pueblo mediante la justicia, la
igualdad y la libertad.
5. MILITARES: LA INVASIÓN FRANCESA A ESPAÑA
El motivo detonante externo fue la invasión que sufrió España por parte
del ejército francés, dirigido por el emperador Napoleón Bonaparte en
1808. La invasión provocó inestabilidad política, la renuncia de Carlos
IV como rey y el secuestro de su sucesor Fernando VII.
Napoleón nombró a su hermano, José Bonaparte, rey de España y de las Indias. Pero en España y América se
formaron juntas de gobierno que lucharon por el restablecimiento del mando y pidieron soberanía popular.
El descontento en la Nueva España impulsó los primeros movimientos de insurgencia que se realizaron en el
año 1808.
ETAPAS DE LA INDEPENDENCIA
De acuerdo con los especialistas, el estudio del desarrollo histórico de este importante
movimiento revolucionario se puede entender mejor si se revisan, detenidamente, los
siguientes cuatro momentos o etapas más trascendentales:
Primera etapa
Abarca desde el Grito de Dolores (16 de septiembre de 1810) hasta la batalla de Puente de
Calderón (en el actual municipio de Zapotlanejo, Jalisco, el 17 de enero de 1811), cuando
la muchedumbre dirigida por Hidalgo -con su famoso estandarte guadalupano en mano-
peleaba con más pasión y arrojo que estrategia.
En este momento, cuando el cura de Dolores llegó a su cita con la historia en el Puente, sus
fuerzas se calculan en alrededor de cien mil hombres (entre criollos, indios, mestizos y gente
de las castas). Por su parte, los realistas, soldados leales al virrey y a la corona española,
debían rondar entre los 50 mil efectivos.
Segunda etapa
En este periodo entra en escena José María Morelos y Pavón. Éste va desde principios de
1811 hasta la toma del Fuerte de San Diego en Acapulco (en agosto de 1813).
Durante este tiempo, los insurgentes se anotaron varios triunfos siendo los más sonados los
obtenidos en las regiones del centro -en Cuautla (Morelos), donde llegaron a romper un
importante cerco- y en el sur -en Acapulco y Chilpancingo (en Guerrero), donde incluso
gestionó el primer Congreso de Anáhuac- de la actual República Mexicana
Tercera etapa
Cuarta etapa
Ésta transcurre del 24 de febrero de 1821 hasta el 27 de septiembre de ese mismo año
cuando el Ejército Trigarante, al mando del ex realista, Agustín de Iturbide, entra
triunfal, junto con Vicente Guerrero, a la Ciudad de México.
El contingente, compuesto por los soldados del General Iturbide (ya convertidos) y los
insurgentes que aún quedaban, avanzó por la actual calle de Madero en el Centro Histórico
de CDMX hasta alcanzar la popular plancha del Zócalo.
En medio del contexto de la Invasión Napoleónica a España e inmediatamente después del intento
fallido de levantarse en Valladolid (1809) y Querétaro (1810), la lucha por la Independencia de
México tomaba forma para finalmente estallar en septiembre de 1810. Después del levantamiento
inicial en Guanajuato y la primera campaña de Miguel Hidalgo y Costilla, el fin de la primera etapa
está marcado por la muerte de los líderes primigenios de la insurrección armada, después de
distintas derrotas militares que llevaron a la captura y ejecución de El padre de la Patria, Ignacio
Allende y Juan Aldama.
2. Organización (1811-1815)
3. Resistencia (1815-1821)
La etapa más compleja del proceso de Independencia se inaugura tras la muerte de Morelos, donde
las tropas insurgentes se dispersan en esfuerzos aislados que son fácilmente contenidos por la
administración novohispana; sin embargo, algunos brotes revolucionarios que se mantienen
combatiendo bajo una forma de guerra de guerrillas, como las tropas de Guadalupe Victoria, Vicente
Guerrero, Francisco Osorno y Francisco Javier Mina. Dos hechos fundamentales marcaron el curso
de esta etapa y favorecieron la consumación: el nombramiento de Juan Ruiz de Apodaca como
Virrey y su política de indulto, que polarizó la lucha armada. Mientras la mayoría de rebeldes
decidieron aceptar el perdón de la Corona, los grupos que subsistían radicalizaron sus demandas.
4. Consumación (1821)