Balance Hidrico

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“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE UCAYALI


FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERIA

“BALANCE HÍDRICO”

Docente:
APARICIO OSORIO BRICEÑO
Alumno:
PINEDO PEREZ LUIS ALBERTO
Área:
MEDICINA

PUCALLPA-PERÚ
2023
INTRODUCCION

El balance hídrico es una herramienta fundamental en el ámbito de la


enfermería, es un componente esencial en la atención y cuidado de los
pacientes, ya que juega un papel crucial en el mantenimiento de la homeostasis
del organismo. Este concepto se refiere a la relación entre la cantidad de
líquidos que ingresa al cuerpo y la cantidad que se elimina, con el objetivo de
garantizar un equilibrio adecuado para el funcionamiento óptimo de los sistemas
fisiológicos y prevenir complicaciones como la deshidratación o la
sobrehidratación.
La monitorización del balance hídrico es una práctica común y esencial. Los
profesionales de enfermería desempeñan un papel crucial en la observación,
registro y evaluación de los ingresos y egresos de líquidos de los pacientes. Este
proceso implica la medición cuidadosa de la cantidad de líquidos administrados
por vía intravenosa, oral u otros medios, así como la vigilancia de las pérdidas,
que pueden deberse a la orina, sudor, heces u otros fluidos corporales.
Es importante destacar que el balance hídrico puede variar dependiendo de
diversos factores, como la edad, el peso, la actividad física, la temperatura
ambiental, la presencia de enfermedades y la administración de ciertos
medicamentos. Por lo tanto, es fundamental que los profesionales de enfermería
estén familiarizados con los conceptos básicos del balance hídrico y sepan cómo
evaluarlo y gestionarlo de manera efectiva en la atención al paciente
El conocimiento y la comprensión del balance hídrico son esenciales para los
profesionales de enfermería, ya que les permite tomar decisiones informadas
sobre la administración de líquidos, ajustar terapias según las necesidades
individuales de cada paciente y responder de manera efectiva a cualquier
cambio en el estado hídrico del paciente.
En resumen, el balance hídrico en enfermería es una herramienta valiosa para
garantizar la salud y el bienestar de los pacientes, siendo parte integral del
cuidado integral que los profesionales de enfermería brindan a diario.
INDICE:

INTRODUCCION...............................................................................................................1
I. DEFINICION.................................................................................................................. 3
1.1. Ganancias diarias:....................................................................................................3
1.2. Pérdidas diarias:.......................................................................................................3
II. ASPECTOS FISIOLÓGICOS............................................................................................4
Regulación Renal:............................................................................................................4
Sistema Nervioso Autónomo:.........................................................................................4
Hormonas Renales:.........................................................................................................4
Osmorregulación:............................................................................................................4
Ingesta y Excreción de Líquidos:.....................................................................................4
III. FACTORES DE RIESGO................................................................................................ 5
IV. MANIFESTACIONES CLINICAS....................................................................................6
Balance Hídrico Positivo (Exceso de Líquidos):...............................................................6
Balance Hídrico Negativo (Déficit de Líquidos):.............................................................7
V. CUIDADOS DE ENFERMERIA.......................................................................................7
CONCLUSION...................................................................................................................9
BALANCE HIDRICO
I. DEFINICION
El balance hídrico es un concepto que se refiere a la relación entre la cantidad de
líquidos que ingresan y salen del cuerpo durante un período de tiempo determinado.
Este equilibrio es esencial para el mantenimiento de la homeostasis, que es el
estado de equilibrio interno necesario para el funcionamiento saludable de los
sistemas fisiológicos.
La fórmula básica del balance hídrico se expresa como:
Balance Hídrico = Ingresos de liquidos−Egresos de liquidos
Los ingresos de líquidos pueden incluir la ingesta oral de agua y otros líquidos, así
como la administración intravenosa de fluidos. Los egresos de líquidos se refieren a
la pérdida de agua a través de la orina, sudor, heces y otros fluidos corporales.
Un balance hídrico positivo ocurre cuando los ingresos de líquidos superan a los
egresos, lo que puede deberse a la administración excesiva de fluidos o una
disminución de las pérdidas. Un balance hídrico negativo, por otro lado, se produce
cuando los egresos de líquidos superan a los ingresos, lo que puede deberse a la
deshidratación o a una pérdida excesiva de líquidos.

1.1. Ganancias diarias:


En 24 horas, una persona adulta normal que vive en un clima templado con
una actividad física normal, gana entre 1500 y 3500 ml de agua. Existen dos
vías:
- El agua metabólica: agua que se consigue de las reacciones del metabolismo
en los procesos de respiración celular o el catabolismo de las grasas, entre 300
y 400 ml al día.
- A través de la alimentación y bebiendo agua directamente: depende mucho
de la dieta, pero oscila entre 1300 y 3100 ml diarios.

1.2. Pérdidas diarias:


De igual modo, en 24 horas, una persona adulta normal que vive en un clima
templado y con una actividad física normal, pierde entre 1500 y 3500 ml de
agua. La suma de las pérdidas que ocurren a través de la piel y los pulmones,
se denominan pérdidas insensibles. En conjunto, las pérdidas ocurren a través
de tres vías principales:
- Orina y heces: se pierden entre 1500 y 1700 ml al día.
- Sudor: muy variable, dependiendo de la persona, temperatura, ambiente o
ejercicio. Normalmente son unos 100 ml al día pudiendo llegar hasta 1 o 2 litros
por hora. Con el sudor se eliminan agua y electrolitos.
- Pérdidas insensibles: entre 700 y 1000 ml diarios. Se producen por
fenómenos de convección y evaporación.
II. ASPECTOS FISIOLÓGICOS
El balance hídrico es fundamental para el funcionamiento adecuado del cuerpo
humano, y diversos aspectos fisiológicos intervienen en su regulación. Aquí se
describen algunos de los aspectos fisiológicos claves relacionados con el balance
hídrico:

Regulación Renal:
 Los riñones desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del balance
hídrico. El sistema renal regula la cantidad de agua que se excreta a través
de la orina en respuesta a señales hormonales y a las necesidades del
cuerpo.
 La hormona antidiurética (ADH) es liberada por la glándula pituitaria en
respuesta a cambios en la osmolaridad del plasma sanguíneo. El ADH actúa
en los túbulos renales para aumentar la reabsorción de agua, reduciendo así
la producción de orina y conservando líquidos.

Sistema Nervioso Autónomo:


 El sistema nervioso autónomo, especialmente la rama simpática, puede
influir en el balance hídrico. El estrés o la activación del sistema nervioso
simpático pueden afectar la liberación de hormonas relacionadas con el
agua, como la aldosterona.

Hormonas Renales:
 Laaldosterona, una hormona producida por las glándulas suprarrenales,
desempeña un papel importante en la regulación del equilibrio hídrico.
Aumenta la reabsorción de sodio y agua en los riñones.
 Lahormona natriurética atrial (ANP) es liberada por las aurículas del corazón
en respuesta al estiramiento de las paredes cardíacas. El ANP promueve la
excreción de sodio y agua, reduciendo así la presión arterial y el volumen
sanguíneo.

Osmorregulación:
 La osmorregulación se refiere al control de la concentración de solutos en
los fluidos corporales. Las células cerebrales, especialmente, son sensibles
a cambios en la osmolaridad y pueden desencadenar respuestas para
conservar o liberar agua.

Ingesta y Excreción de Líquidos:


 La sensación de sed es un mecanismo crucial para garantizar que se ingiera
la cantidad adecuada de líquidos. El hipotálamo, en el cerebro, regula la
sensación de sed en respuesta a cambios en la concentración de solutos en
la sangre.
 La pérdida de líquidos a través de la respiración, la transpiración, la orina y
otras vías también influye en el balance hídrico.
El cuerpo humano contiene 50 a 60% de agua, en un adulto. Estos están
distribuidos del modo siguiente:
1) Líquido Intracelular: 33 a 40% del peso corporal.
2) Líquido Extracelular: se sitúa fuera de la célula y está dividido en dos
componentes:
 Líquido intersticial: representa el 10% del peso corporal.
 Líquido Intravascular (plasma): representa el 4% del peso corporal
total.
Los líquidos que circulan por el organismo están compuestos por electrolitos,
minerales y células.
Electrolitos: es un elemento que al estar disuelto en agua se disocia y es capaz
de transmitir corriente eléctrica. Los electrolitos son imprescindibles para muchas
funciones orgánicas: funcionamiento neuromuscular y equilibro ácido-base.
Ejemplos: Sodio (Na), Potasio (K), Calcio (Ca) y Cloro (Cl).
Los minerales: ingeridos en forma de compuestos, ayudan a regular numerosas
funciones corporales, formando parte de tejidos y líquidos del organismo. Los
minerales actúan como catalizadores de la respuesta nerviosa, de la contracción
muscular y del metabolismo de los nutrientes, además regulan el equilibrio
electrolítico y la producción de hormonas. Ejemplos: Yodo, Hierro, Flúor.
Las células: son las unidades funcionales básicas de todos los tejidos vivos.

III. FACTORES DE RIESGO


El balance hídrico en el cuerpo puede verse afectado por diversos factores de
riesgo que pueden contribuir a desequilibrios en la ingesta y pérdida de líquidos.
Estos factores pueden variar en función de las condiciones médicas, el estilo de
vida y otros aspectos individuales. Algunos de los factores de riesgo más comunes
incluyen:
 Enfermedades Renales: Las enfermedades renales, como la insuficiencia
renal, pueden interferir con la capacidad de los riñones para regular
adecuadamente el equilibrio hídrico y la excreción de solutos.
 Desórdenes Endocrinos: Condiciones como la diabetes insípida, que
afecta la liberación de la hormona antidiurética (ADH), pueden llevar a un
aumento en la eliminación de agua a través de la orina.
 Trastornos Cardiovasculares: Insuficiencia cardíaca congestiva u otras
afecciones cardiovasculares pueden afectar la circulación sanguínea y la
capacidad del cuerpo para mantener un equilibrio adecuado de fluidos.
 Desórdenes Gastrointestinales: Diarrea persistente o vómitos pueden
provocar una pérdida significativa de líquidos y electrolitos, llevando a un
desequilibrio hídrico.
 Intervenciones Quirúrgicas: Las cirugías, especialmente aquellas que
involucran áreas como los riñones o el tracto gastrointestinal, pueden tener
un impacto en la regulación del balance hídrico.
 Medicamentos: Algunos medicamentos, como diuréticos o aquellos que
afectan la función renal, pueden influir en la excreción de agua y
electrolitos.
 Edad y Estado Nutricional: Los recién nacidos y los adultos mayores
pueden tener una regulación del agua menos eficiente. Además, el estado
nutricional, en particular la desnutrición, puede afectar la composición
corporal y el equilibrio hídrico.
 Condiciones Ambientales: Ambientes extremadamente calurosos o fríos
pueden influir en la tasa de pérdida de líquidos a través de la sudoración o
la respiración.
 Actividad Física Intensa: El ejercicio vigoroso puede aumentar la pérdida
de líquidos a través de la sudoración, lo que puede afectar el equilibrio
hídrico, especialmente si no se compensa con una ingesta adecuada de
líquidos.
 Enfermedades Infecciosas: Las infecciones que causan fiebre, vómitos o
diarrea pueden aumentar la pérdida de líquidos y elevar el riesgo de
desequilibrio hídrico.
 Trastornos Psiquiátricos: Condiciones como la polidipsia psicógena
(consumo excesivo de líquidos debido a trastornos mentales) pueden influir
en el balance hídrico.
La identificación y gestión de estos factores de riesgo son esenciales para
garantizar un balance hídrico adecuado y prevenir complicaciones asociadas con la
hidratación inadecuada. Los profesionales de la salud, incluidos los enfermeros y
médicos, desempeñan un papel crucial en la evaluación y manejo de estos riesgos
en el contexto del cuidado clínico.

IV. MANIFESTACIONES CLINICAS


Las manifestaciones clínicas relacionadas con el balance hídrico inadecuado
pueden variar según si hay un exceso (balance hídrico positivo) o una deficiencia
(balance hídrico negativo) de líquidos en el organismo. A continuación, se
describen algunas manifestaciones clínicas comunes asociadas con desequilibrios
en el balance hídrico:

Balance Hídrico Positivo (Exceso de Líquidos):


 Edema: Retención de líquidos que se manifiesta como hinchazón,
generalmente en las extremidades, abdomen o pulmones.
 Ganancia de Peso: Aumento repentino y significativo de peso debido a la
retención de líquidos.
 Hipertensión: El exceso de volumen sanguíneo puede contribuir a un
aumento en la presión arterial.
 Dificultad Respiratoria: El edema pulmonar puede causar dificultad para
respirar y puede ir acompañado de tos y producción de esputo rosado o
espumoso.
 Congestión Pulmonar: Puede producirse por acumulación de líquidos en
los pulmones, afectando la capacidad de intercambio gaseoso.
 Ascitis: Acumulación de líquido en la cavidad abdominal, provocando
distensión abdominal.

Balance Hídrico Negativo (Déficit de Líquidos):


 Sed Intensa: Un síntoma temprano de déficit de líquidos es una sensación
intensa de sed.
 Disminución de la Diuresis: Reducción en la cantidad y frecuencia de la
micción.
 Pérdida de Peso: Pérdida rápida de peso debido a la pérdida de agua
corporal.
 Hipotensión: La disminución del volumen sanguíneo puede llevar a una
disminución de la presión arterial.
 Taquicardia: Aumento de la frecuencia cardíaca en respuesta a la
disminución del volumen sanguíneo.
 Irritabilidad y Confusión: La deshidratación puede afectar el
funcionamiento normal del cerebro, causando irritabilidad, confusión o
letargo.
 Sequedad de Mucosas: Sequedad en la boca y mucosas debido a la falta
de agua.
 Reducción de la Elasticidad Cutánea: La piel puede volverse menos
elástica y presentar pliegues más lentos al ser pellizcada.
 Oliguria o Anuria: Reducción de la producción de orina (oliguria) o
ausencia de producción (anuria) en casos graves.
Es importante destacar que estas manifestaciones pueden variar en intensidad y
presentación según la gravedad y la causa subyacente del desequilibrio hídrico. La
evaluación clínica y las pruebas de laboratorio son esenciales para diagnosticar y
tratar adecuadamente los desequilibrios en el balance hídrico. Los profesionales de
la salud, como enfermeros y médicos, desempeñan un papel fundamental en la
identificación y gestión de estos problemas.

V. CUIDADOS DE ENFERMERIA
El cálculo del balance hídrico de los pacientes hospitalizados es una práctica
habitual en las diferentes unidades de enfermería, tomando mayor relevancia en
unidades de cuidados especiales, donde los pacientes están sometidos a un control
estricto de los líquidos aportados y eliminados para conseguir un objetivo terapéutico
y/o evitar las complicaciones derivadas de un exceso o déficit de aporte de líquidos
en cada paciente concreto.
Conocer el peso del paciente en el momento del ingreso y poder pesarlo a diario, sin
duda nos servirá también como guía de ganancias y pérdidas de líquidos, además
de optimizar el cálculo con mayor exactitud de los diferentes conceptos del balance
hídrico, como por ejemplo las pérdidas insensibles.
Algunos de los cuidados de enfermería pertinentes en el balance hídrico son:
1. Brindar apoyo emocional y preparación psicológica al paciente y familiares
con el objetivo de disminuir las preocupaciones y obtener mayor
cooperación en el cumplimiento del tratamiento y orientaciones a seguir.

2. Valorar presencia de factores que puedan aumentar las demandas de


líquidos y electrólitos (fiebre, drenajes, tratamiento diurético, diabetes
insípida, vómitos y diarreas persistentes, así como los signos vitales.

3. Administrar líquidos y electrólitos por la boca o vía venosa si el estado del


paciente así lo aconseja, según indicación médica en relación con el
estado del paciente y el resultado de ionograma en sangre.

4. Vigilar atentamente goteo de la venoclisis y mantenerla de acuerdo con lo


indicado, pues una sobre hidratación podría traer complicaciones. Ejemplo:
edema agudo del pulmón.

5. Valorar presencia de pliegue cutáneo, sequedad de la mucosa oral y de la


lengua (la mejor forma de medir la turgencia de la piel, es tomar entre los
dedos la piel del esternón, de la cara interna de los muslos o de la frente).
Esta prueba no es tan válida en ancianos como en personas más jóvenes,
ya que la elasticidad cutánea se ve afectada por la edad.

6. Llevar un estricto control del balance hídrico, registrando los datos, los
ingresos y egresos en 24 hrs.

7. Medir la diuresis con la frecuencia establecida (permite valorar la función


renal).

8. Medir el peso corporal con la frecuencia establecida (permite valorar la


ganancia o pérdida de líquido).
CONCLUSION

En conclusión, el balance hídrico es un aspecto crucial para el funcionamiento


adecuado del cuerpo humano y juega un papel fundamental en el mantenimiento
de la homeostasis. Tanto el exceso como la deficiencia de líquidos pueden tener
consecuencias significativas para la salud, afectando diversos sistemas y
órganos del cuerpo. La capacidad del cuerpo para regular el equilibrio hídrico
depende de una interacción compleja entre los riñones, el sistema hormonal, el
sistema nervioso, y otros factores fisiológicos.
La monitorización cuidadosa del balance hídrico es esencial en entornos
clínicos, especialmente en pacientes hospitalizados o con condiciones médicas
agudas o crónicas. Los profesionales de la salud, en particular enfermeros y
médicos, desempeñan un papel crítico en la identificación temprana de
desequilibrios hídricos, la evaluación de signos y síntomas, y la implementación
de intervenciones adecuadas.
El reconocimiento de los factores de riesgo, tanto aquellos que contribuyen a un
exceso como a una deficiencia de líquidos, es esencial para la prevención y el
tratamiento efectivo de los desequilibrios hídricos. La comprensión de las
manifestaciones clínicas asociadas con estos desequilibrios proporciona una
base para la toma de decisiones clínicas informadas y la atención personalizada
de los pacientes.
En resumen, mantener un balance hídrico adecuado es esencial para preservar
la salud y prevenir complicaciones relacionadas con la hidratación inadecuada.
La gestión efectiva del balance hídrico contribuye significativamente al cuidado
integral de los pacientes y al mantenimiento de su bienestar general.

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