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La codificación del derecho civil boliviano es una agrupación orgánica, sistemática y
completa de normas jurídicas civiles que no permiten contradicción ni ambigüedad,
otorgándoles una vida unitaria. Durante el periodo colonial en Bolivia, el derecho civil se rige por el Derecho Castellano y el Derecho Indiano, aplicado subsidiariamente al primero ante las lagunas jurídicas de este último. El Derecho Castellano se compone de varias normas, como El Fuero Juzgo, que es una traducción de la Lex Visigothorum promulgado por el rey Visigodo Recesvinto y que consta de doce libros con normas generales de derecho. El Fuero Viejo, que contiene 240 leyes en cinco libros y 33 títulos, incluyendo material de Derecho Público y Privado, como posesión, compraventa, arrendamientos, donaciones entre cónyuges, herencia y guarda. El Fuero de Nájera, que reconoce los privilegios de la nobleza castellana y sirve como garantía para el pueblo. El Fuero Real, promulgado en 1255 por el rey Alfonso X El Sabio de Castilla y León, que disminuye los privilegios de los nobles y se divide en cuatro libros, 72 títulos y 550 leyes, que abarcan temas sobre el oficio del rey, la Ley, Derecho Penal, matrimonios y materia judicial. Otra norma importante es el Código de las Siete Partidas, promulgado por Alfonso X el Sabio, que consta de siete libros o Partidas y cuenta con 2,208 leyes divididas en siete partes que abarcan diferentes temas como el Derecho Eclesiástico y del dogma, aspectos político-administrativos, normas procesales y algunas de Derecho Civil y Mercantil, normas sobre Derecho de Familia, sobre las personas y normas sobre la organización social de la España medieval, dedicado al Derecho de Obligaciones y Contratos, normas sobre Derecho Hereditario y sucesiones y normas de Derecho Penal y procedimientos en esta materia (Derecho Procesal Penal). Por otro lado, el Ordenamiento de Alcalá, promulgado en 1348, trata acerca de casos de jurisprudencia y normas procedimentales de corregidores, funcionarios reales con poder administrativo y judicial en las ciudades. Su fin es unificar la legislación existente y contiene 125 leyes abarcadas en 32 títulos dedicados a diversos temas jurídicos como procedimientos judiciales, leyes penales, bienes, contratos, sucesiones. Las Leyes de Toro, por su parte, son una interpretación autóctona de la justicia romana respecto del derecho privado castellano, que fija el perfil jurídico del mayorazgo como concesión asociada a la riqueza nobiliaria, y regula otros aspectos del derecho civil. Las Leyes Nuevas fueron promulgadas el 20 de noviembre de 1542 por el emperador Carlos V en Barcelona, debido a los conflictos surgidos en los virreinatos de Nueva España y del Perú a raíz del sistema de encomiendas. Estas leyes intentaron limitar el abuso de poder de los encomenderos y proteger a los indígenas de la explotación. A pesar de esto, su aplicación provocó grandes conflictos y tensiones. En 1596, el Rey Felipe II ordenó la recopilación de las disposiciones que la Corona había dado para los dominios coloniales, la cual fue publicada en 1628. Esta recopilación incluyó lo concerniente al Consejo de Indias y sus ordenanzas. La Recopilación de las Leyes de los Reinos de las Indias Occidentales fue promulgada en 1680 y publicada en 1681 durante el reinado de Carlos II. Contiene un total de 9 libros y 218 títulos con más de seis mil leyes, que abarcan temas relacionados con la fe católica, la organización de la justicia, la administración política, los descubrimientos y poblamiento, la división administrativa, asuntos policivos, penales y penitenciarios, la hacienda pública, y la Casa de Contratación. Las Ordenanzas de Bilbao de 1737 estudiaron el derecho comercial, mientras que las Ordenanzas de Nueva España de 1738 incentivaron la minería bajo el reinado de Carlos III. Las Ordenanzas de Intendentes estudiaron la Real hacienda. El periodo revolucionario boliviano, también llamado periodo intermedio, se extendió desde el 25 de mayo de 1809 hasta el 2 de abril de 1931. Durante este periodo, se aplicó el derecho común español vigente con la Novísima Recopilación, y se dictaron las bases jurídicas para el nuevo Estado de Bolivia. Se promulgaron el Decreto de convocatoria a Asamblea de Diputados de las Provincias Altoperuanas (1825, febrero 9), el Acta de Independencia de las provincias Altoperuanas (1825, agosto 6), la Ley de Organización provisional del Poder Ejecutivo (1826, junio 19) y la Primera Constitución de Bolivia (1826, noviembre 19). Estos documentos pusieron fin a la inseguridad en la protección de la vida, el honor, las personas y propiedades, y establecieron el deseo de disfrutar de todas las riquezas naturales y de un cambio radical en la educación, la agricultura y el comercio.