Historia e Identidad Manabita
Historia e Identidad Manabita
Historia e Identidad Manabita
Podría empezar esta disertación diciendo que Manabí tiene 198 años de
historia, que Portoviejo es su ciudad más antigua, o que su nombre proviene de una
tribu aborigen del mismo nombre. Pero, Manabí encuentra su identidad en algo
invaluable: su gente.
Si hablamos del pueblo cholo, hablamos del mar, del navegante, el artesano de
la paja toquilla y comerciante popular; entregado al arte de la pesca artesanal y al
trabajo de la tagua; se lo vincula a un patrimonio ancestral por ser descendiente de los
pueblos que ocuparon nuestra costa antes de la llegada de los incas y españoles.
Dedican sus faenas a las técnicas de navegación, viven recreando su cultura y no dejan
de ejercer su heredad en el agua.
A Manabí le corresponde ser enaltecida por la distinción afectiva de sus
habitantes, virtud reconocida por propios y extraños; así como también por sus viejas
costumbres, pudiendo distinguir entre ellas a la cosecha del café, época del año en la
que los cafetales se visten de intenso verde y escarlata; y destacando también las
festividades coloridas y jocundas, donde son infaltables Las Bandas de Músicos, que
iluminan cualquier celebración al ritmo de las cumbias y el folclor manabita.
Y datos hay muchos. Puedo decirles que somos un millón quinientos ochenta y
cinco mil, trescientos setenta y dos manabitas; o que contamos con trescientos veinte
kilómetros de playa. Pero no somos números ni longitud, somos esencia, espíritu y
fortaleza, esplendores de frondas y llanuras, bahías que deslumbran, hermosas
riberas, elevadas montañas y atardeceres que sosiegan.
Somos un pueblo, una provincia, pero más que eso, somos corazón, la franja
dotada de un sol abrasador. Nuestra historia está tintada de heroísmo y cultura, nos
constituimos como provincia un 25 de junio, de 1824. Éramos tres: Portoviejo, Jipijapa
y Montecristi. Hoy somos 22 cantones, por los cuales haremos un breve recorrido:
24 de mayo, cuya actividad se basa en la yuca, sus derivados, y sus bailes a los
santos. Paján, agrícola y ganadero, con cuevas, cascadas y plantaciones
maravillosas. Junín, el productor de la caña de azúcar y del conocido
Currincho.
El Carmen, la puerta de Oro, produce el único y exportado plátano
barraganete. Flavio Alfaro, un suelo montañoso que ofrece paseos a caballos y
chigualos.
Manabí de mi ilusión.”