Desarrollo Cognitivo Según Piaget
Desarrollo Cognitivo Según Piaget
Desarrollo Cognitivo Según Piaget
NIVEL SENSOMOTOR
J. Piaget denominó período Sensorio Motor al ciclo evolutivo que abarca desde el nacimiento hasta los 2 años
de edad. Este período comprende 6 subestadios que dan cuenta de los diferentes procesos y adquisiciones
de los niños a medida que van creciendo. La inteligencia sensomotriz se construye activamente por el sujeto a
lo largo de los diferentes subestadios, hasta lograr esa capacidad de adaptación al medio que se muestra en
el niño al final del segundo año de vida y que va unida a la adquisición de las primeras formas de
representación mental.
Puede llamársele período "sensomotor" porque, a falta de función simbólica, el lactante no presenta todavía
pensamiento ni afectividad ligada a representaciones que permitan evocar las personas o los objetos
ausentes.
El niño elabora a ese nivel el conjunto de las subestructuras cognoscitivas que servirán de punto de partida a
sus construcciones perceptivas a intelectuales ulteriores, así como cierto número de reacciones afectivas
elementales, que determinarán de algún modo su afectividad subsiguiente.
Este estadio está caracterizado por la aparición de las primeras adquisiciones, los primeros hábitos, que
suponen ya una alteración de los reflejos innatos, pero que todavía no tienen el rasgo de intencionalidad
propio de las conductas inteligentes que será alcanzado en el siguiente estadio. Aquí empiezan a surgir las
primeras reacciones circulares definidas como: "ejercicio funcional cuyo fin es mantener o descubrir otra vez
un resultado nuevo o interesante". Por ejemplo, la acción de chuparse el pulgar de forma sistemática, no
debida al azar, implica una coordinación entre mano y boca que supone una adaptación adquirida del reflejo
de succión. Esta modificación del esquema de succión supone una acomodación debida a la experiencia y,
por tanto, una distinción entre asimilación y acomodación que no existía en el subestadio anterior y que
alcanzará mayor relevancia en estadios posteriores.
Si bien los bebés actúan sobre el entorno desde su nacimiento, su conducta en los primeros meses tiene la
calidad de ser dirigida hacia el interior (p.e. cuando manipula un juguete, su interés es más por los
movimientos que efectúa con sus propios dedos que por el juguete). En el subestadio anterior el bebé
utilizaría los esquemas por puro placer (chupar el dedo, etc...). Ahora va a mostrar un interés más claro hacia
el mundo exterior. Los esquemas empiezan a dirigirse hacia fuera del propio cuerpo del bebé. Comienza la
exploración del entorno. Cuando ahora manipula un objeto lo hace porque tiene un interés real en explorarlo.
Esta mayor conciencia del entorno le permitirá descubrir procedimientos para reproducir hechos interesantes.
Por ejemplo, el bebé puede dar un manotazo accidentalmente a un objeto o juguete suspendido sobre la cuna
haciendo que dicho objeto se mueva y reproducir esta secuencia durante un intervalo de tiempo. El bebé está
empezando a desarrollar un tipo de conocimiento muy importante: qué puede hacer para reproducir resultados
deseables.
En el subestadio anterior el bebé sólo puede reproducir resultados después de que hayan ocurrido por
casualidad. En éste subestadio esta restricción desaparece. Ahora ya es capaz primero de percibir algún
objetivo deseable y después imaginar cómo conseguirlo. Su conducta ya es intencional y puede mostrar una
clara conducta de anticipación ante la aparición de determinados indicios. Un niño puede llorar cuando un
adulto que estaba sentado a su lado se levanta anticipando su marcha. Estas conductas anticipatorias
suponen una previsión independiente de la acción que se está realizando, pero no implica todavía una
representación que el niño no alcanzará hasta el final del período sensoriomotor (2 años).
Lo característico de este período, en comparación del anterior, es que el bebé comienza de forma deliberada
y sistemática a variar sus conductas. El niño no se limita ahora a repetir, delante situaciones concretas,
respuestas o soluciones que previamente habían tenido éxito. Es el momento en que empieza a experimentar
y descubrir nuevas soluciones mediante un procedimiento de tanteo. Así puede aprender que un objeto
situado a cierta distancia puede cogerse mediante un palo, cordel, etc... La experimentación sobre el entorno
adquiere un papel predominante en la conducta del niño que disfruta con estas nuevas actividades. El lanzar
objetos como cucharas u otros desde la sillita, por ejemplo, es un medio por el que pueden explorar las
consecuencias de sus actuaciones y resultar altamente motivante. El desarrollo cognoscitivo está teniendo su
inicio en estas actividades.
Los cinco subestadios anteriores han supuesto ya un avance significativo a nivel de desarrollo cognitivo,
sin embargo, está por llegar uno de los progresos más importante: La capacidad de Representación. El
niño es ahora capaz de pensar y actuar sobre el mundo de forma interna y no meramente de forma
externa (tanteo). Así será capaz de buscar los objetos que se han escondido mediante desplazamientos
invisibles.
Piaget explica perfectamente el alcance de representación mental con alguna de las observaciones
efectuadas a una de sus hijas (Jacqueline): "Jacqueline, ve que pongo una moneda en mi mano, después
coloco mi mano bajo una manta. Retiro mi mano cerrada; Jackeline la abre, después busca bajo la manta
hasta que encuentra el objeto. Retorno inmediatamente la moneda, la pongo en mi mano y deslizo mi
mano cerrada bajo un almohadón situado del otro lado (a su izquierda); Jackeline inmediatamente busca
el objeto bajo el almohadón."
Este tipo de conducta es lo que para Piaget muestra la adquisición del concepto de objeto en uno de sus
rasgos principales como es el de la constancia. En estos momentos, el niño posee, junto con la noción de
objeto, los conceptos de espacio, tiempo y causalidad que le permitirán lograr una representación
coherente y completa de la realidad en la que él mismo está incluido, y a partir de la cual puede actuar de
forma inteligente.
La "constancia o permanencia del objeto" es vital en la teoría piagetiana. El término hace referencia al
conocimiento que tenemos de que los objetos tienen una existencia que es independiente de nuestra
percepción. Así un juguete no deja de existir porque ya no podamos sentirlo, un sonajero porque no
podamos oírlo, o la mamá porque ya no la vemos. La investigación de Piaget sugiere que, al principio, los
niños no comprenden la permanencia del objeto y que esta comprensión se desarrollaría gradualmente a
lo largo de toda la infancia. En los dos primeros subestadios, los bebés no darían ninguna prueba de darse
cuenta de que los objetos existen independientemente de sus propias acciones sobre ellos. Sólo sería a
partir del tercer subestadio cuando los niños empiezan a buscar los objetos que desaparecen.
Sin embargo, algunos estudios (Bower, 1.974, Harris 1.983, 1989) apuntan que ya en el segundo
subestadio, algunos niños, saben que los objetos continúan existiendo, aunque se hayan ocultado tras una
pantalla, y que su conducta de no búsqueda se debería más a una limitación motriz que a una carencia de
la noción de permanencia del objeto.