De La Reforma Electoral Plurinacional A La Democracia Intercultural en Bolivia: El Caso Del Pueblo Mosetén

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dossier de investigación

De la reforma electoral plurinacional a la


democracia intercultural en Bolivia: el caso
del pueblo mosetén

From plurinational electoral reform to intercultural


democracy in Bolivia: The case of the Mosetén people

Augusto Díaz-Villanueva [email protected]


Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Ecuador

De la reforma electoral plurinacional a la democracia intercultural en Bolivia: el caso del


pueblo mosetén
Íconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 78, pp. 95-114, 2024
FLACSO Ecuador

Recepción: 09 Mayo 2023


Recibido del documento revisado: 22 Agosto 2023
Aprobación: 31 Octubre 2023
DOI: https://doi.org/10.17141/iconos.78.2024.5951

Resumen:
En el presente artículo se discute acerca de los avances, en términos normativos y de
democratización, de los mecanismos y las dinámicas del sistema de participación política de los
pueblos indígenas originarios campesinos de Bolivia. El objetivo de tal discusión es representar el
funcionamiento del ensamblaje institucional entre la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz y
los usos y costumbres del pueblo indígena mosetén. Para ello, se parte de una visión que considera al
Estado Plurinacional resultante de un proceso de construcción estatal en el que los pueblos indígenas
originarios campesinos han luchado por la representación y el reconocimiento. Se realiza un análisis
sistemático de las innovaciones institucionales introducidas a partir del Estado Plurinacional, las
cuales implican una reforma electoral. Se discute el paradigma de la democracia intercultural y se lo
operativiza mediante la noción de ensamblaje para realizar una aproximación al caso de interés a
través de una caracterización y de entrevistas a actores clave. Se concluye que los mecanismos
introducidos en Bolivia abren paso al reconocimiento de otras democracias no liberales, además, que
es posible la inclusión de minorías étnicas históricamente excluidas. Sin embargo, también se ilustran
los obstáculos y los desafíos que afrontan las poblaciones indígenas para consolidar lo descrito en la
ley.

Descriptores:
Bolivia, democracia intercultural, Estado Plurinacional, participación política indígena, pueblos
indígenas, reforma electoral subnacional.

Abstract:
This article discusses the progress, in normative and democratization terms, of the mechanisms and
dynamics of the political participation system of the Indigenous peasant peoples of Bolivia. The
objective of such discussion is to represent the functioning of the institutional assemblage of the
Departmental Legislative Assembly of La Paz and the uses and customs of the Indigenous Mosetén
people. For this analysis, it is understood that the Plurinational State has been the result of a process
of state construction in which the Indigenous peasant peoples have struggled for representation and
recognition. In this article, a systematic analysis is carried out of the institutional innovations
introduced through the Plurinational State, which have entailed electoral reform. The paradigm of
intercultural democracy is discussed and operationalized through the notion of assemblage, as this
case is approached through its characterization and through interviews of key actors. It is concluded
that the mechanisms introduced in Bolivia open paths to recognize other, non-liberal democracies and
that the inclusion of historically excluded ethnic minorities is possible. However, the obstacles and
challenges faced by Indigenous populations to consolidate what is described in the law are also
illustrated.

Keywords:
Bolivia, intercultural democracy, Plurinational State, indigenous political participation,
indigenous peoples, subnational electoral reform.

1. Introducción

¿De qué forma la reforma electoral plurinacional boliviana permite un ensamblaje


institucional como expresión de democracia intercultural, entre la Asamblea Legislativa
Departamental de La Paz (democracia representativa liberal) y la democracia comunitaria
(nación indígena mosetén) y cuáles son los resultados en términos formales y de
democratización? Para responder estas preguntas se plantea una discusión de los avances
que propone el Estado Plurinacional en términos formales (reconocimiento de derechos
mediante normas), pero también de democratización a través del caso de la Organización del
Pueblo Indígena Mosetén (OPIM).

Pensar la democracia intercultural en un contexto plurinacional como el boliviano es


posible desde muchas perspectivas teóricas. Sin embargo, aquí se parte desde una lógica de
formación y construcción estatal. En esta perspectiva se entiende al Estado Plurinacional y a
la democracia intercultural que postula, como el resultado de una acumulación de luchas y
demandas de las naciones indígenas articuladas en lógicas distintas a las del Estado nación y
de la democracia liberal. Trabajos como los de Sinclair Thompson (2002), Silvia Rivera
Cusicanqui (1983, 1984), Ramiro Condarco

Morales (1983), Javier Hurtado (1986) y René Zavaleta Mercado (1986), ilustran sobre la
interpelación de los pueblos indígenas de tierras altas1 al Estado en sus diferentes
configuraciones desde una perspectiva que proviene de la lucha anticolonial (Rivera
Cusicanqui 1984), lo que establece una matriz de sentido indígena (Svampa 2010) que
permite una lectura propia de la historia boliviana (Spedding 2011).

Esta matriz anticolonial que interpela al Estado nación es compartida por los pueblos
indígenas de las tierras bajas. Eventos como las marchas por la dignidad evidencian su aporte
y su presencia en la construcción del Estado Plurinacional desde la lucha por la tierra, sus
modos de vida y el respeto a su territorio (Cruz Rodríguez 2012, 155-164; Fuertes Sánchez
2018). Dicha tensión entre el Estado y los pueblos indígenas de las tierras bajas continúa
presente, es decir, permanecen tensiones a través de una oposición de visiones de desarrollo
entre unas de base extractivista y otras pensadas en la defensa de territorialidades
comunitarias (Flores López 2017), pero también tensiones políticas como la que se aborda en
el presente artículo. Las tensiones económicas y políticas, a pesar del reconocimiento de la
plurinacionalidad, permiten observar la construcción del Estado Plurinacional como un
proceso no cerrado que continúa cristalizando institucionalidad. Es decir, el Estado
Plurinacional,2 a pesar de reconocer diferentes lógicas de vida que se traducen en una visión
distinta de desarrollo, no deja de producir tensiones entre las lógicas indígenas y las del
Estado nación boliviano. El caso del pueblo indígena mosetén (PIM) es una expresión viva de
esas tensiones entre indígenas de tierras bajas y el Estado nación y de la manera en la que
buscan resolverse desde el Estado Plurinacional.
Cabe resaltar, como lo planteó García Linera (2008),3 que el Estado Plurinacional4 como
apuesta estatal para extinguir la exclusión de las sociedades indígenas, implica la
construcción de un armazón político institucional de tipo multinacional que respete la
diversidad cultural y étnica del país, especialmente de las naciones indígenas. Dicha
propuesta incluye la autonomía indígena, la participación política y económica de los pueblos
indígenas, la reforma agraria, el reconocimiento de los derechos colectivos y el
fortalecimiento del sistema educativo intercultural bilingüe. Entonces, si bien García Linera
presenta una propuesta que aterriza en términos institucionales el Estado Plurinacional,
según Gaya Makaran (2018), en su realización presenta tensiones propias ya que parece no
resolver aspiraciones políticas y económicas y corre el riesgo de convertirse en un proyecto
de hegemonía nacionalista que contiene y desarticula las luchas de los subalternos. El
presente artículo contribuye a evidenciar esa tensión entre el plano institucional (términos
normativos) del Estado Plurinacional de Bolivia y su efectiva realización (términos 97 de
democratización).

La Constitución de 2009 ha introducido un conjunto de disposiciones que marcan las


directrices de ese “armazón político institucional” que postula respetar la diversidad de las
naciones indígenas. En el artículo 1 se menciona que Bolivia es un “Estado unitario social de
derecho plurinacional comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural,
descentralizado y con autonomías”, que se “funda en la pluralidad y el pluralismo político,
económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país”
(Constitución Política del Estado 2009, art. 1). Además, reconoce la

existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos y su


dominio ancestral sobre sus territorios, [por lo que] se garantiza su libre
determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la
autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la
consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución y a la ley
(Constitución Política del Estado 2009, art. 2).

Estas naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, son conceptualizados como


“toda colectividad humana que comparta identidad cultural, idioma, tradición histórica,
instituciones, territorialidad y cosmovisión, cuya existencia es anterior a la invasión colonial
española” (Constitución Política del Estado 2009, art. 26).

Este sujeto “indígena originario campesino” descrito en la Constitución es identificado por


Fernando Mayorga como el “sujeto plurinacional de la revolución democrática y cultural”
promovida por el Movimiento Al Socialismo (MAS). En términos conceptuales, Mayorga lo
califica como ficción jurídica puesto que ningún actor social reúne los tres códigos de dicho
sujeto:

naciones originarias, que es utilizado por las organizaciones de los grupos étnicos de
tierras altas; pueblos indígenas, nombre que utilizan los grupos étnicos de tierras bajas
y campesinos que es la denominación de los trabajadores del campo (…) organizados
en sindicatos como parte de la revolución nacionalista (Mayorga 2011, 83).

No obstante, dicha ficción jurídica permite una aproximación a poblaciones específicas


sobre las cuales propone cuotas5 en distintos niveles, como se verá más adelante.

Entonces, el sujeto social desagregado, o el actor, según lo expresa Mayorga (2011), al

ser individualizado y descrito por la ley como parte de ese macro sujeto plurinacional, es
plenamente operable, es decir, representable.6

Retomando la propuesta de García Linera (2008) en lo que refiere a la participación política


de los indígenas, la misma implica la creación de un sistema político que reconozca y respete
la diversidad cultural y étnica del país, es decir, la representación política de las naciones
indígenas en el Gobierno, la creación de espacios para la participación ciudadana y el
fortalecimiento de los sistemas democráticos locales. Este proyecto de democratización, en
relación con los objetivos del presente artículo,7 implica una reforma electoral que de paso a
una mayor representatividad de las naciones indígenas en el Congreso Nacional y en otros
órganos del Estado. Para García Linera, antes de la Constitución de 2009 dicha reforma
electoral implicaba la creación de distritos electorales especiales para las naciones indígenas
y la eliminación de barreras económicas y políticas para su participación política como el
acceso a recursos y a financiamiento para campañas electorales, o sea, garantizar una mayor
representatividad y participación política efectiva en el Gobierno (García Linera 2008).

En este artículo se parte de un planteamiento sistematizado de la reforma política e


institucional, con especial énfasis en los mecanismos que introduce el Estado Plurinacional
para promover la participación política indígena y sus implicancias en el sistema electoral.
Luego, se discuten los contenidos de la democracia intercultural en el contexto boliviano y se
propone la perspectiva analítica del ensamblaje institucional, con el fin de operativizar el caso
de la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz (ALDLP) y los usos y costumbres del PIM.
La investigación se basa en una caracterización de dicho actor y en dos entrevistas a
informantes clave.

2. R eforma electoral plurinacional y democracia intercultural

El reconocimiento de la plurinacionalidad, es decir, de formas heterogéneas de vida dentro


de un Estado, implica el reconocimiento de lógicas políticas distintas. Así, un Estado
Plurinacional tiende a modificar los mecanismos institucionales que permiten la
representación política. Por tanto, el advenimiento del Estado Plurinacional da lugar a una
reforma electoral cuyo fin es conceder operatividad a democracias no liberales. Es así que se
presenta la democracia intercultural como un paradigma que permite la convivencia de la
democracia liberal del Estado nación y de las otras democracias que son reconocidas en el
Estado Plurinacional.

R eforma electoral plurinacional

El “armazón político institucional”, más allá de la propuesta de García Linera, tras la


promulgación de la Constitución de 2009 se ha traducido en una serie de instrumentos
normativos de tipo electoral que apuestan por materializarlo. Como mencionan Íñigo y
Miranda (2015), un rasgo central de las reformas electorales entre 2006 y 2014 en Bolivia es la
apuesta por terminar con la exclusión indígena a través de cuotas mediante circunscripciones
especiales indígenas.

En el artículo 102 se “reconoce y garantiza el derecho a la participación política de las


naciones y pueblos indígena originario campesinos, afrobolivianos y comunidades
interculturales, en igualdad de condiciones con los demás habitantes del país” (Constitución
Política del Estado 2009, art. 102). Lo que se traduce en la posibilidad de “elegir sus
autoridades por usos y costumbres”, así como “ser elegidos mediante sus propios
procedimientos internos, respetando sus normas y procedimientos propios” (Constitución
Política del Estado 2009, art. 103).

En tal sentido la Constitución boliviana abre cinco vías de participación política indígena,
que corresponden al Gobierno nacional y a las cuatro autonomías de las diferentes entidades
territoriales subnacionales: departamental, municipal, indígena y regional. En cuanto al
Gobierno nacional, el artículo 147 dispone que la ley determinará “circunscripciones
especiales indígena originario campesinas, donde no deberán ser considerados como
criterios condicionales la densidad poblacional, ni la continuidad geográfica” (Constitución
Política del Estado 2009, art. 147).

Respecto a la autonomía departamental, en el artículo 278 se menciona que la asamblea


departamental, como órgano legislativo de dicho nivel de gobierno, “estará compuesta por
asambleístas departamentales elegidas y elegidos por votación universal, directa, libre,
secreta y obligatoria; y por asambleístas departamentales elegidos por las naciones y pueblos
indígena originario campesinos, de acuerdo con sus propias normas y procedimientos”
(Constitución Política del Estado 2009, art. 278). Además, la Constitución establece que será la
ley la que “determinará los criterios generales para la elección de asambleístas
departamentales, tomando en cuenta representación poblacional, territorial, de identidad
cultural y lingüística cuando son minorías indígena originario campesinas” y que serán los
estatutos autonómicos quienes “definirán su aplicación de acuerdo a la realidad y
condiciones específicas de su jurisdicción” (Constitución Política del Estado 2009, art. 279).

En cuanto a la autonomía municipal, se menciona que en “los municipios donde existan


naciones o pueblos indígena originario campesinos, que no constituyan una autonomía
indígena originaria campesina, estos podrán elegir sus representantes ante el Concejo
Municipal de forma directa mediante normas y procedimientos propios y de acuerdo con la
Carta Orgánica” (Constitución Política del Estado 2009, art. 284). Por su parte, respecto a la
autonomía indígena originaria campesina, se establece que “consiste en el autogobierno
como ejercicio de la libre determinación de las naciones y los pueblos indígena originario
campesinos, cuya población comparte territorio, cultura, historia, lenguas, y organización o
instituciones jurídicas, políticas, sociales y económicas propias” (Constitución Política del
Estado 2009, art. 289).

Además, reconoce que el gobierno de tal autonomía “se ejercerá a través de sus propias
normas y formas de organización, con la denominación que corresponda a cada pueblo,
nación o comunidad, establecidas en sus estatutos y en sujeción a la Constitución y a la ley”
(Constitución Política del Estado 2009, art. 296). Finalmente, sobre la autonomía regional, si
bien la Constitución no menciona vínculo alguno respecto a lo indígena comunitario
campesino, la Ley 031/2010 establece que, en caso de referéndum autonómico regional
positivo, se debe conformar una asamblea regional que elegirá “un asambleísta
representante de cada una de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, donde
existan en condición de minoría en la región, que será elegida o elegido según normas y
procedimientos propios” (Ley 031/2010, art. 39).

En resumen, el texto constitucional establece cinco formas correspondientes a los distintos


niveles territoriales mediante las cuales se ponen en marcha mecanismos que promueven la
participación política de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, como se
muestra en la tabla 1. Se recurre a Therborn y a su noción de mecanismo entendido como las
dinámicas que promueven la desigualdad o la igualdad. En este caso se hace referencia a una
especie de desigualdad política a la que se ven sometidos los pueblos indígenas, la cual es
contrarrestada por un “armazón político institucional” que presenta cinco mecanismos que
promueven la igualdad política.

Por tanto, se hace uso del marco analítico de Therborn para mostrar cómo la Constitución
introduce mecanismos para promover la igualdad política de las naciones y pueblos
indígenas originarios campesinos. Estos mecanismos son: la aproximación mediante la acción
afirmativa y compensatoria; la inclusión mediante leyes que les otorgan asientos étnicos
reservados; y la desjerarquización a través del reconocimiento de la igualdad jerárquica de las
normas emitidas por cada entidad territorial (Therbon 2015, 57-75).

Tabla 1
Mecanismos para promover la participación política indígena

Elaboración propia.

Nota: Bolivia no es el único país que apuesta por la inclusión de mecanismos para
promover la participación de minorías étnicas, así lo muestran varios estudios que identifican
hasta 16 países que siguen esta lógica (Fuentes y Sánchez 2018; Bird 2014).

*Alude a cómo, efectivamente, se materializa la propuesta del Estado Plurinacional para


promover la participación de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos.

Como anota Mayorga (2011), la Ley 026/2010 regula el ejercicio de la democracia


intercultural y la organización de los procesos electorales y del acto de votación y la Ley
031/2010 está dirigida a regular el régimen de autonomías. Entre los principios que rigen el
contenido de ambas leyes se encuentra el autogobierno, “que implica la elección directa de
sus autoridades; la preexistencia de naciones y pueblos indígena originario campesinos; y la
complementariedad entre el nivel central y los gobiernos autónomos” (Mayorga 2011, 48). Por
tanto, la Ley 026/2010 y la Ley 031/2010, a partir de las directrices contenidas en las
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, dan paso a una reforma electoral que
apuesta por el paradigma de la democracia intercultural. En lo adelante a esta reforma se le
denominará reforma electoral plurinacional.

D emocracia intercultural

Mayorga (2019, 20-21), sostiene que la democracia intercultural se “refiere a la combinación


-variable y heterogénea- de reglas de la democracia representativa, la democracia
participativa y directa y la democracia comunitaria”. La primera sirve como mecanismo para
conformar Gobiernos (autoridades y representantes), en la segunda se encuentra el
referendo, la iniciativa legislativa ciudadana y la revocatoria de mandato, además del cabildo
y la consulta previa a comunidades indígenas. Finalmente, en la tercera se eligen autoridades
de pueblos y naciones indígenas mediante sus respectivos usos y costumbres.

Además de ello, para Mayorga (2019, 110) la democracia intercultural implica también “un
dispositivo jurídico e ideológico que pretende establecer, organizar y legitimar las
características formales de la democracia boliviana posasamblea constituyente”. Este
dispositivo opera desde un “reconocimiento constitucional de hábitos, organizaciones y
conductas que eran antes marginales al sistema político y que, desde la aprobación de la
nueva CPE constituye uno de los rasgos peculiares del Estado Plurinacional” (Mayorga 2019,
112).

Entonces, el Estado Plurinacional como resultado de las luchas indígenas, presenta un


proyecto de inclusión y de superación de desigualdades políticas mediante un entramado
político institucional que implica un cambio de paradigma democrático que transita a la
democracia intercultural8 en la que conviven la democracia representativa, la democracia
participativa y directa y la democracia comunitaria. Dicho paradigma está acompañado por
una reforma electoral que lo hace viable y lo operativiza en diferentes mecanismos en
distintas entidades territoriales.

Ahora, cabe preguntarse ¿cómo se ha desenvuelto la democracia intercultural desde la


reforma electoral a la que da lugar la Constitución y las leyes 026/2010 y 031/2010? Mayorga
(2013) también discute este tema y menciona que la democracia intercultural debe verse
como un proceso y una relación. Se entiende como proceso porque los vínculos entre las
formas de democracia se amplían y complejizan a medida que se van consolidando las
nuevas entidades estatales, sobre todo los Gobiernos departamentales y las autonomías
indígenas y relación debido a que se expresa en un conjunto de interacciones que varían en
tiempo y espacio.

En esta investigación, para contextualizar la exposición anterior, se identifica de qué forma


ha ocurrido, es decir, la manera en la que se ha construido ese proceso y qué interacciones, a
modo de relación, se han presentado en el ensamblaje entre la ALDLP y la OPIM. Para ello, es
preciso retomar el análisis normativo que explica los mecanismos en primera instancia que
hacen posible dicha participación.

En primer lugar, la Ley 026/2010 decreta que “en cada departamento se asignarán escaños
para la elección de autoridades y representantes indígenas que sean minoría poblacional y se
elegirán a los asambleístas mediante normas y procedimientos propios” (Ley 026/2010, art.
66). Como se mencionó anteriormente, tanto la Constitución como las leyes 026/210 y
031/2010 establecen que será la ley nacional y los estatutos autonómicos departamentales
los que establezcan el número de asambleístas departamentales por minoría étnica de los
pueblos y naciones indígenas originarios campesinos.

En el caso del Gobierno Autónomo Departamental de La Paz, las tres elecciones de las
legislaturas departamentales fueron llevadas a cabo por el Órgano Electoral Plurinacional,
aplicando los criterios contenidos en las distintas leyes (Ley 4021/2009;
Ley 587/2014; Ley 1353/2020). Se trata de leyes transitorias a partir de la cuales se
convocaron a elecciones en tres oportunidades desde la reforma electoral plurinacional. Para
los casos en los que no existía normativa en las entidades territoriales autónomas
(subnacionales) sobre la presencia de autoridades indígenas en el ámbito legislativo, dichas
leyes establecieron los parámetros para que los mecanismos de inclusión, desjerarquización
y acercamiento en promoción de la igualdad de participación política indígena se hicieran
efectivos.

Estas tres leyes coinciden al señalar que, para el caso de La Paz, la asamblea departamental
estará compuesta por 45 asambleístas: 20 elegidos por territorio, 20 por circunscripción o
población y cinco escaños indígenas. En el caso de las leyes 597/2010 y 1353/2020 establecen
que dichos escaños deben ser elegidos por cuatro pueblos y por la unión de tres: un
afroboliviano, un mosetén, un leco, un kallawaya y uno de tacara y arona. Estos asambleístas
por minoría étnica son elegidos, en consonancia con el diseño constitucional, de acuerdo con
sus normas y procedimientos propios, bajo supervisión del Órgano Electoral Plurinacional,
además, deben aplicarse los principios de paridad y alternancia.

Esto conlleva a que el pueblo mosetén, al 2023, ha elegido tres veces a sus representantes a
la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz, es decir, tres asambleístas titulares y tres
suplentes fueron acreditados por el Órgano Electoral Plurinacional para ejercer funciones
legislativas y fiscalizadoras en la ALDLP. Aquí radica la trascendencia de estos mecanismos de
inclusión política con objetivos democratizadores, debido a que se trata de una interrelación
entre normas de derecho consuetudinario (usos y costumbres) para elección de autoridades
de las naciones y pueblos indígenas y normas positivas electorales.

En este punto, el concepto de democracia intercultural propuesto por la normativa


boliviana, si bien permite comprender la combinación de las reglas de las democracias
heterogéneas que interaccionan en un proceso de cristalización institucional (Mayorga 2019),
no describe la manera en la que ocurre dicho proceso en casos particulares. Es decir, la
democracia intercultural como paradigma de interacción y combinación de tres tipos de
democracia o como dispositivo ideológico jurídico que legitima el proceso de reforma política
posasamblea constituyente de 2009 (Mayorga 2019), explica el fenómeno en general, pero no
las interacciones particulares entre dichos tipos de democracia en contextos específicos y
tampoco permite rastrear el proceso de construcción de esta democracia.

3. E nsamblaje institucional : la A samblea L egislativa D epartamental

La democracia intercultural, al ser un paradigma que alberga diferentes tipos de


democracias por permitir la combinación de reglas de democracias heterogéneas,

tiene muchas manifestaciones. El interés acá, mediante el uso de la noción de ensamblaje,


es observar una de sus manifestaciones en una institución en específica, la ALDLP.

E nsamblaje institucional

Como se planteó anteriormente, el concepto de democracia intercultural al describir el


paradigma democrático en general no es fácilmente operable, es decir, que resulta
demasiado general como categoría de análisis que permita acercarse a realidades concretas
de ser representadas. Por tanto, se recurre a la teoría de los ensamblajes del filósofo Manuel
de Landa para estudiar el proceso e interacción entre las instituciones de la democracia
representativa (Tribunal Supremo Electoral/ALDLP) y la democracia comunitaria de la OPIM
(usos y costumbres).

Inspirado en la obra de Gilles Deleuze y Félix Guattari (1994), quienes expusieron la noción
de agenciamiento en su obra Mil mesetas, pero también en la obra del filósofo Gilbert
Simondon, que desarrolló la idea de que los objetos técnicos son ensamblajes compuestos
por múltiples partes que interactúan entre sí, Manuel de Landa (2021) propone la teoría de
los ensamblajes como un marco conceptual que se utiliza para analizar la complejidad de los
sistemas sociales, naturales y tecnológicos. Teoría en la que un ensamblaje es entendido
como una entidad compuesta por múltiples partes que interactúan entre sí y que pueden
analizarse a diferentes escalas.

El propio De Landa (2021) sostiene que la teoría de los ensamblajes puede utilizarse para
analizar la complejidad de los sistemas políticos y sociales. En particular, argumenta que la
política puede ser vista como un ensamblaje compuesto por múltiples partes, incluyendo
individuos, organizaciones institucionales (cortes, servicios de migración, puertos y
aeropuertos, centros de detención), objetos y normas institucionales (leyes, pasaportes) y
prácticas institucionales (confinamiento, monitoreo, interrogatorio).

Por otro lado, en una propuesta similar, la socióloga Saskia Sassen, también retomando la
idea de Gilles Deleuze y Félix Guattari de que las mezclas particulares de prácticas técnicas y
administrativas “extraen espacios nuevos y les dan inteligibilidad, al decodificar y codificar el
entorno” (Deleuze y Guattari 1994, 504-505), entiende el ensamblaje como la multiplicación
de nuevos ensamblajes de fragmentos de lo que es el territorio, autoridad y derechos del
Estado nación. Estos ensamblajes son parciales y altamente especializados, centrados en una
diversidad de proyectos y lógicas utilitarias: desde lo económico hasta lo cívico (Sassen 2006).

L a A samblea L egislativa D epartamental de L a P az como ensamblaje

Entonces, retomando las categorías analíticas expuestas en el punto anterior (De Landa
2021), se considera el proceso de elección de los asambleístas indígenas del PIM y el
funcionamiento de la ALDLP ensamblajes institucionales compuestos por los individuos,
organizaciones, objetos, normas y prácticas institucionales que las constituyen. Es decir, los
asambleístas elegidos, ya sea por circunscripciones territoriales, por usos y costumbres de las
naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, las normas de las que forman parte, las
que sanciona, las que establecen su composición y los procedimientos a seguir para la
elección de los representantes y las prácticas que se constituyen en dicho espacio.

Por otro lado, y complementado con Sassen (2006), se observa cómo se está produciendo
un ensamblaje que une distintos fragmentos (naciones y pueblos indígena originarios,
representantes territoriales y poblacionales) que responden a distintos espacios territoriales
(distintas entidades territoriales)9 que se circunscriben en un contexto de plurinacionalidad
como el boliviano.10 Dentro de dicho ensamblaje, me enfoco en el proceso de elección del
asambleísta departamental de La Paz por minoría étnica del PIM y en las interacciones
(relación) que surgen entre el PIM y la ALDLP y cualquier otra institucionalidad del Estado
Plurinacional involucrada en dicha manifestación del ensamblaje, para observar los alcances
de esta democratización.

4. E l caso de la O rganización del P ueblo I ndígena M osetén

Entendiendo que se produce un ensamblaje entre la ALDLP como institución liberal y los
usos y costumbres de la OPIM, es preciso ahondar en las características de este sujeto de la
democracia intercultural y en los procedimientos propios que utilizan para ser parte del
ensamblaje.

C aracterísticas de la O rganización del P ueblo I ndígena M osetén

Según el artículo 1 de estatuto del orgánico del PIM, la OPIM es una organización sin fines
de lucro cuya misión es la representación política-social en el ámbito regional, departamental,
nacional e internacional del pueblo indígena mosetén (OPIM y OMIM 2012). Este se encuentra
organizado en el Concejo de Caciques Comunales y en la Organización de Mujeres Indígenas
Mosetén (OMIM) y su función principal es el fortalecimiento de sus organizaciones para la
participación en la toma de decisiones y en los procesos de desarrollo local, regional,
departamental y nacional en el marco de la dinámica social, política y de nuevas leyes que se
generan en Bolivia. Esta conceptualización que tiene el PIM de sí mismo permite aseverar que
como pueblo 106 indígena tienen entre sus objetivos ser parte de la construcción del Estado
boliviano.

El pueblo mosetén, según los datos oficiales del Censo de Población y Vivienda del año
2012 (INE 2012), está compuesto por 1989 personas mayores de 15 años, de las cuales 1095
son hombres y 894 mujeres. Sin embargo, según Heriberto Maza, expresidente de la OPIM y
actual asambleísta departamental, la población mosetén habría ascendido a más de 5000
personas (Del Carpio y Gutiérrez 2017), o sea, se habría incrementado en poco más de 150%
en 5 años. A pesar de dicho incremento, en comparación con la población del departamento
de La Paz, que según el censo de 2012 era de 2 719 344 habitantes (INE 2012), se evidencia
que se trata de una minoría étnica en términos poblacionales.
Por otro lado, tal y como lo menciona el artículo 2 de su estatuto orgánico, el pueblo
mosetén tiene una cobertura geográfica que abarca comunidades de origen mosetén
trinitario ubicadas en las provincias Sud Yungas, Larecaja, Franz Tamayo y Caranavi del
departamento La Paz, también en la provincia Ayopaya del departamento Cochabamba y en
la provincia Ballivián perteneciente al departamento Beni (OPIM y OMIM 2012). Es decir, que
el territorio comunitario de origen del pueblo mosetén cruza las fronteras entre tres
departamentos y seis provincias de Bolivia, por tanto, su extensión territorial va más allá de
los límites departamentales, municipales y provinciales establecidos por el Estado y muestra
elementos importantes para pensar en la consolidación de una autonomía indígena.

El PIM es portador de una lucha por su territorio. Por ejemplo, un trabajo del Instituto
Superior Ecuménico Andino de Teología muestra que la visión que tienen de su territorio es
integral y sagrada, pues es concebido como un espacio donde habitan seres sobrenaturales y
en el cual desarrollan sus actividades cotidianas. Además, el territorio es fundamental para su
supervivencia, ya que allí se encuentran sus recursos naturales y es el lugar donde han
construido su identidad cultural. La defensa del territorio ha sido una lucha constante para el
PIM, ya que ha tenido que enfrentar la explotación de los recursos naturales por parte de
empresas extractivistas y la invasión de colonos (Del Carpio y Gutiérrez 2017).

Entonces, el PIM se ha visto cercado por los límites que le ha impuesto el Estado boliviano,
pero también ha visto amenazado su territorio por la presencia de empresas extractivistas y
por la invasión de colonos o comunidades interculturales.11 En este contexto resulta
importante que el PIM cuente con un asiento étnico reservado en la ALDLP para velar por sus
intereses, pero a la vez para preservar sus modos de vida y con ellos su forma de
autogobierno.

+Hasta aquí se puede observar cómo el Estado Plurinacional y la reforma electoral


plurinacional, como expresión de un armazón político institucional que busca la participación
política indígena, se expresa en un asiento étnico reservado para el PIM. Este, como dinámica
del sistema, pone en marcha mecanismos de aproximación, inclusión y desjerarquización.
Este asiento étnico reservado, además, responde a la Constitución y a las leyes 026/2010 y
031/2010, puesto que el PIM es parte de ese sujeto plurinacional, es decir, es un pueblo
indígena originario campesino, una minoría poblacional y se rige por normas y
procedimientos que se encuentran en su estatuto. Este último punto se desarrolla a
continuación.

P roceso de elección de los asambleístas departamentales del pueblo mosetén

El Órgano Electoral Plurinacional (OEP), a través del Servicio de Fortalecimiento


Democrático (SIFDE), es el encargado de supervisar la elección de autoridades indígenas en
las diferentes entidades territoriales bajo sus usos y costumbres. Sin embargo, luego de tres
elecciones bajo dichos mecanismos la información que brinda es poco precisa e incompleta.
La página del OEP (2015) solo menciona, en un breve informe del SIFDE acerca de las
elecciones de asambleístas indígenas departamentales del año 2015, que los asambleístas
departamentales del pueblo mosetén de La Paz, Lucrecia Josesito Suárez y José Cuentas,
fueron elegidos en el Congreso del Pueblo Indígena Mosetén con un quórum del 51 % más
una de las comunidades de la organización.

El SIFDE menciona que en dicho congreso participaron 20 delegados con derecho a voz y
voto (10 mujeres y 10 hombres) de las comunidades Covendo, San Pedro de Cogotay, Simay,
Villa Concepción, San José, Santa Ana, Inicua y Muchane. Además, aclara que la elección de los
asambleístas titulares y suplentes del pueblo mosetén tuvo características mixtas: en un
primer momento las comunidades designaron a sus candidatos, los cuales se sometieron a la
elección mediante el voto secreto, respetando la alternancia de género (OEP 2015).

Para complementar y contrastar la información del SIFDE, se realizaron dos entrevistas: la


primera, a un expresidente de la OPIM y actual asambleísta departamental indígena por la
OPIM, y la segunda al actual presidente de la OPIM. Las entrevistas permiten presentar
información en el siguiente orden: la democracia para el PIM y una reconstrucción del
proceso de elección del asambleísta departamental y su suplente mediante usos y
costumbres.
En primer lugar, ambos informantes parten por diferenciar entre lo que es la democracia
para ellos, en contraste con el significado que se le asigna convencionalmente. En síntesis,
mencionan que para los indígenas del pueblo mosetén la democracia es una responsabilidad
compartida que implica asumir desafíos, respetar la ideología de cada persona sin el ánimo
de imponerse y equilibrar los aspectos de la capacidad humana, pero también la creación de
espacios para discernir y discutir posiciones. Además, sostienen que la democracia para los
pueblos indígenas, como lo es en el caso del PIM, es distinta a la de las personas que viven en
las ciudades, ya que en su lectura la democracia citadina se enfoca en lo político y en lo
partidario, en la existencia de un grupo de personas que respondan a una línea política
partidaria y no en la responsabilidad compartida.

Es evidente que la noción de democracia de las autoridades del pueblo mosetén son
distintas a las de la democracia tradicional. En primer lugar, se observa la intermediación
partidaria como un obstáculo. En segundo lugar, la democracia según los interlocutores del
PIM, tiene una visión relacional que se asocia a una responsabilidad común que implica
desafíos, la creación de espacios de discusión y el no sometimiento de la diferencia. Por otro
lado, uno de los entrevistados menciona que los espacios, entre los que se encuentran las
cuotas étnicas, se han ganado tras una serie de luchas históricas que tenían como principal
objetivo el respeto al territorio y la reivindicación de la dignidad indígena (entrevista a
expresidente de la OPIM, abril de 2023). Lo que valida la premisa del presente artículo de
considerar al Estado Plurinacional una construcción anclada en las luchas indígenas.

Las entrevistas realizadas permitieron conocer la manera en la que se lleva a cabo la


elección del asambleísta departamental mosetén. La instancia que elige al asambleísta
departamental es la Gran Asamblea del Pueblo Mosetén, que está conforma por los caciques
de las 14 comunidades afiliadas a la OPIM y por un aproximado de 20 delegados elegidos por
comunidad, entre ellos se encuentran exdirigentes, dirigentes actuales y representantes que,
por sufragio, eligen a los asambleístas. De acuerdo con uno de los entrevistados, la Asamblea
General del Pueblo Mosetén estuvo conformada por más de 300 personas (entrevista a
expresidente de la OPIM, abril de 2023).

Los candidatos a asambleístas son elegidos, en primera instancia, en sus comunidades por
voto universal de todos los miembros mayores de 18 años y los ganadores son presentados a
asamblea.12 Cabe aclarar que no todas las comunidades presentan candidatos, sino
únicamente aquellas interesadas. El resultado del escrutinio final se registra en un acta y se
comunica al SIFDE, entidad que observa el proceso, que lleva registro de este y que da paso a
que el OEP los acredite.

Los requisitos para poder ser elegido asambleísta departamental son: haber sido autoridad
en la comunidad de origen, ser mayor de 18 años, en el caso de ser hombre cumplir con el
servicio militar, estar afiliado a una comunidad parte de la OPIM y tener la nacionalidad
mosetén o mojeño trinitario. Este tipo de elecciones se vienen realizando durante años y
tienen similitud con la elección del presidente de la OPIM, que se fundó un 20 de agosto de
1994 (entrevista a presidente de la OPIM, abril de 2023). Es decir, se puede rastrear
legalmente la aplicación de este tipo de ejercicio democrático por casi 30 años.

Esta reconstrucción del proceso electoral del asambleísta departamental del PIM da cuenta
de que la reforma electoral plurinacional, como expresión de un armazón político
institucional traducida en mecanismos para promover la participación política, surte efectos
inmediatos. Son tres elecciones consecutivas en las que el PIM ha elegido a sus autoridades
bajo sus usos y costumbres.

A vances , obstáculos y horizontes

Una segunda parte de las entrevistas realizadas a los líderes de la OPIM estuvo enfocada en
recabar información acerca de la forma en la que perciben su participación como minoría
étnica en la ALDLP, qué avances observan a partir de la reforma electoral plurinacional y qué
obstáculos y horizontes perciben en su participación política. Uno de los entrevistados
menciona que un importante avance respecto a la participación política del PIM es la
recuperación de su condición de indígenas, ya que en la década de los 60, debido a la
influencia del Instituto de Colonización de la Reforma Agraria que organizaba los
asentamientos humanos, se les consideraban sindicatos que tenían una estructura que ponía
a la cabeza de la organización a un secretario general. Sin embargo, desde 1994 recuperaron
su condición de indígenas, reinstalándose la autoridad del cacique como máximo
responsable de la comunidad (entrevista a expresidente de la OPIM, abril de 2023).

El propio entrevistado reconoce su participación como representante de la OPIM en la


ALDLP como un avance producto de las luchas por el territorio de los pueblos indígenas de
tierras bajas que vienen de los 90 con las marchas por la vida, la dignidad y el territorio. Para
él, la Asamblea Constituyente fue la que reconoció tal lucha e incorporó a los pueblos
indígenas al sistema político, lo que les permite plantear su visión de democracia en tales
espacios (entrevista a expresidente de la OPIM, abril de 2023).

En cuanto a los obstáculos, ambos señalan dos: la falta de información y la cooptación


política. La primera los llevó a tomar decisiones equivocadas en las dos primeras elecciones,
ya que denuncian que fueron engañados y que terminaron eligiendo durante dos legislaturas
consecutivas, 2010 y 2015, a interculturales de ascendencia aimara que no estaban afiliados a
la OPIM. Estas malas decisiones, según los informantes, tienen que ver con una lógica de
cooptación que promovió el partido que gobernaba en esta etapa. Sin embargo, mencionan
que tras los engaños de los dos primeros procesos a causa de la injerencia del partido que
gobernaba el país, los dirigentes aprovecharon para recibir un adecuado asesoramiento y
pudieron revertir esa cooptación en la elección de 2021. Lo que les permitió tener por
primera vez a asambleístas departamentales, titular y suplente, afiliados a la OPIM. Situación
que reconocen como un avance en sus luchas y en su reconocimiento (entrevistas a
presidente y expresidente de la OPIM, abril de 2023).

Con respecto al tercer punto, los informantes ven los horizontes de su participación

política en dos sentidos. Una lucha como autoridades, que tiene que ver con velar por

proyectos para el PIM en otras instancias de Gobierno, lo que va más allá de las
competencias establecidas a un asambleísta departamental, y la construcción de una
normativa que les reconozca derechos y que les permita a acceder a mayores oportunidades.
Esto se traduce en una agenda legislativa que pide leyes que protejan el medioambiente,
pero también el acceso a servicios básicos como la perforación de pozos para el riego
(entrevistas a presidente y expresidente de la OPIM, abril de 2023).

En segundo lugar, los informantes se enfocan en la legalización y organización de la OPIM


mediante dos acciones específicas: facilitar el trámite de reconocimiento de las comunidades
miembros de la OPIM, es decir, facilitar el acceso a una personería jurídica; y plantear la
autonomía indígena mosetén para restablecer su territorio ancestral.

5. Conclusiones

Los mecanismos introducidos a partir del Estado Plurinacional, producto de la lucha de


larga data de los pueblos indígenas en Bolivia que han consolidado la reforma electoral
plurinacional, permiten el reconocimiento e integración de otras democracias como la
practicada por el PIM. Estas otras democracias son puestas en diálogo con la democracia
liberal mediante ensamblajes institucionales diversos. Un ejemplo de esto es el ensamblaje
entre la ALDLP y los usos y costumbres del PIM. Así, una visión de democracia anclada en lo
relacional, en la búsqueda de espacios de diálogo y consenso debe convivir con una
democracia de mayorías que se enfoca en la representación producto del voto individual.

Este tipo de ensamblajes como expresión de la diversidad de la democracia intercultural,


son posibles en todos los niveles de Gobierno, pero sobre todo en espacios legislativos, por lo
que investigar sobre la forma en la que estos se materializan es de vital importancia para el
ámbito académico y para comprender estas nuevas dinámicas políticas. Los ensamblajes
institucionales no solo garantizan asientos reservados a minorías étnicas, sino que mediante
estas cuotas es posible acelerar la inclusión de pueblos históricamente excluidos por la
sobrerrepresentación que gozan en espacios parlamentarios.

El Estado Plurinacional es un producto estatal inacabado, y la democracia intercultural es el


paradigma dentro de él que crea espacios y condiciones que permiten resolver y
problematizar las tensiones producto de visiones distintas que deben dialogar para
solucionar demandas específicas y tomar decisiones que afecten a la heterogeneidad de sus
componentes.
Los pueblos indígenas originarios campesinos que acceden a asientos reservados en
espacios legislativos, como el caso del PIM, transitan algunas de las tensiones que el Estado
Plurinacional busca resolver. Por un lado, al tener presencia en espacios legislativos no solo
ejercen las prerrogativas establecidas en la normativa, sino que, como permite observar el
caso del PIM, acceden a otros espacios para realizar cabildeo a favor de sus comunidades.
Por otro, los pueblos indígenas originarios campesinos también afrontan obstáculos entre los
que sobresalen la falta de información y la cooptación por parte del partido de gobierno. Por
lo que tener en cuenta estos aspectos es relevante a la hora de cuestionar los avances y
retrocesos del Estado Plurinacional.

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Entrevista a expresidente de la OPIM, La Paz, abril de 2023.

Entrevista a presidente de la OPIM, La Paz, abril de 2023

Cómo citar este artículo:

0 Díaz-Villanueva, Augusto. 2024. “De la reforma electoral plurinacional a la democracia


intercultural en Bolivia: el caso del pueblo mosetén”. Íconos. Revista de Ciencias Sociales
78: 95-114. https://doi.org/10.17141/iconos.78.2024.5951
1 Se distingue entre pueblos indígenas de tierras altas y pueblos indígenas de tierras bajas
de Bolivia. Los primeros están compuestos, principalmente, por las etnias aymara y
quechua, mientras que los pueblos de tierras bajas tienen como etnia principal al pueblo
guaraní, pero también está compuestos por otras etnias diversas entre sí. Entre las
segundas está el pueblo indígena mosetén.
2 La idea de Estado Plurinacional ha sido trabajada por diversos autores, entre ellos
Catherine Walsh (2012), quien concibe lo plurinacional como término que hace referencia a
la realidad de un país en el que pueblos, naciones y nacionalidades que anteceden al
Estado nación conviven con blancos y mestizos y de donde emerge la propuesta de Estado
Plurinacional que pone de manifiesto el modo logocéntrico reductor del Estado nación y
propone otro proyecto de nación desde los sujetos históricamente excluidos. Luis Tapia
(2010) presenta una idea del Estado Plurinacional bajo la perspectiva de la construcción
estatal, que se basa en el reconocimiento de la diversidad cultural y en la coexistencia de
diferentes grupos étnicos, lenguas y formas de organización política.
3 Álvaro García Linera, además de fungir como académico, fue vicepresidente de Bolivia
entre el 22 de enero de 2006 y el 10 de noviembre de 2019.
4 García Linera (2008) discute la teoría de lo multinacional o la multicuturalización y va más
allá al apoyarse en la teoría marxista, en la teoría crítica latinoamericana, en la teoría del
reconocimiento y en el desarrollo humano y propone el “adoptado término [por Bolivia] de
Estado Plurinacional” para referirse a un modelo de Estado que reconoce y respeta la
diversidad cultural y étnica del país, es decir, considera que la apuesta plurinacional es una
etnificación del Estado multinacional.
5 En el texto se usan indistintamente los términos “cuota” y “asiento reservado” como
sinónimos debido a que las definiciones de la literatura utilizada y de los informantes no
son uniformes respecto a estas precisiones conceptuales.
6 Aquí se hace referencia a la representación que caracteriza a la investigación social
expuesta por Charles Ragin (2007). Entonces, cuando la ley identifica un pueblo o nación
indígena en específico al que le otorga ciertos derechos, es posible estudiar y representar
la forma en la que opera esa expresión normativa y observar qué implicaciones sociales
tiene. Eso es lo que busca el presente artículo con la OPIM.
7 Un estudio integral de la participación política indígena desde la promulgación de la
Constitución de 2009 que comparte varias de las variables de la propuesta de García Linera
es el realizado por Marco Antonio Mendoza Crespo (2021), quien analiza sus avances
desde una evaluación de la participación indígena en una política pública. El interés del
presente artículo es aproximarse a una de dichas variables en un departamento,
concretamente a la participación del PIM en la Asamblea Departamental de La Paz como
máximo órgano deliberativo de la autonomía de la ciudad.
8 La idea de democracia intercultural en su complejidad presenta dos facetas o registros.
Por un lado, la conceptualización de un “sistema de gobierno” en el que se combinan tres
formas democráticas: participativa, representativa y comunitaria, con equivalencia de
condiciones entre hombres y mujeres. Por otro, una realidad política e institucional que se
expresa en el armazón o estructura de recursos procedimentales de apertura y
experimentación política. La democracia intercultural no es solo una representación
simbólica donde se congregan principios, valores e imaginarios de distintas matrices
político-culturales, sino que supone el desarrollo de un conjunto de prácticas y procesos
institucionales del Estado (de “arriba hacia abajo”), y también de aquellas que van más allá
de él (de “abajo hacia arriba”). En consecuencia, la democracia intercultural, además de
abarcar el campo de las dinámicas normativas e institucionales del Estado, supone
también el reconocimiento de formatos de autogobierno que anidan y acontecen en la
sociedad civil (García Yapur 2018).
9 En el caso del pueblo mosetén, a pesar de representar a su pueblo en la ALDLP, su
territorio involucra varios municipios de diferentes departamentos que están fuera de la
jurisdicción departamental de La Paz.
10 Respecto a la propuesta de plurinacionalidad como crítica al Estado nación, esta no es
abordada por Sassen, ni por De Landa, sin embargo, la primera reconoció en una
entrevista que a partir del reconocimiento de la plurinacionalidad hay un espacio para el
replanteamiento del Estado nación (Zúñiga 2007).
11 Las comunidades interculturales son nuevos asentamientos de migrantes quechuas y
aymaras del occidente de Bolivia en territorio amazónico, creados como parte de la política
agraria del gobierno de Evo Morales. A pesar de que autoras como Escárzaga Nicté (2009)
los describen como un esfuerzo por fomentar la integración y el diálogo intercultural entre
diferentes grupos étnicos en Bolivia, representan, desde la lectura del pueblo mosetén,
una amenaza a su forma de vida y a sus instituciones democráticas.
12 Uno de los entrevistados reveló que en la elección de su comunidad se dio un empate y
que se tomó la decisión de presentarlos a ambos como candidatos ante la Gran Asamblea
del Pueblo Mosetén, la cual resolvió la cuestión (entrevista a expresidente de la OPIM, abril
de 2023).
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