De La Reforma Electoral Plurinacional A La Democracia Intercultural en Bolivia: El Caso Del Pueblo Mosetén
De La Reforma Electoral Plurinacional A La Democracia Intercultural en Bolivia: El Caso Del Pueblo Mosetén
De La Reforma Electoral Plurinacional A La Democracia Intercultural en Bolivia: El Caso Del Pueblo Mosetén
Resumen:
En el presente artículo se discute acerca de los avances, en términos normativos y de
democratización, de los mecanismos y las dinámicas del sistema de participación política de los
pueblos indígenas originarios campesinos de Bolivia. El objetivo de tal discusión es representar el
funcionamiento del ensamblaje institucional entre la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz y
los usos y costumbres del pueblo indígena mosetén. Para ello, se parte de una visión que considera al
Estado Plurinacional resultante de un proceso de construcción estatal en el que los pueblos indígenas
originarios campesinos han luchado por la representación y el reconocimiento. Se realiza un análisis
sistemático de las innovaciones institucionales introducidas a partir del Estado Plurinacional, las
cuales implican una reforma electoral. Se discute el paradigma de la democracia intercultural y se lo
operativiza mediante la noción de ensamblaje para realizar una aproximación al caso de interés a
través de una caracterización y de entrevistas a actores clave. Se concluye que los mecanismos
introducidos en Bolivia abren paso al reconocimiento de otras democracias no liberales, además, que
es posible la inclusión de minorías étnicas históricamente excluidas. Sin embargo, también se ilustran
los obstáculos y los desafíos que afrontan las poblaciones indígenas para consolidar lo descrito en la
ley.
Descriptores:
Bolivia, democracia intercultural, Estado Plurinacional, participación política indígena, pueblos
indígenas, reforma electoral subnacional.
Abstract:
This article discusses the progress, in normative and democratization terms, of the mechanisms and
dynamics of the political participation system of the Indigenous peasant peoples of Bolivia. The
objective of such discussion is to represent the functioning of the institutional assemblage of the
Departmental Legislative Assembly of La Paz and the uses and customs of the Indigenous Mosetén
people. For this analysis, it is understood that the Plurinational State has been the result of a process
of state construction in which the Indigenous peasant peoples have struggled for representation and
recognition. In this article, a systematic analysis is carried out of the institutional innovations
introduced through the Plurinational State, which have entailed electoral reform. The paradigm of
intercultural democracy is discussed and operationalized through the notion of assemblage, as this
case is approached through its characterization and through interviews of key actors. It is concluded
that the mechanisms introduced in Bolivia open paths to recognize other, non-liberal democracies and
that the inclusion of historically excluded ethnic minorities is possible. However, the obstacles and
challenges faced by Indigenous populations to consolidate what is described in the law are also
illustrated.
Keywords:
Bolivia, intercultural democracy, Plurinational State, indigenous political participation,
indigenous peoples, subnational electoral reform.
1. Introducción
Morales (1983), Javier Hurtado (1986) y René Zavaleta Mercado (1986), ilustran sobre la
interpelación de los pueblos indígenas de tierras altas1 al Estado en sus diferentes
configuraciones desde una perspectiva que proviene de la lucha anticolonial (Rivera
Cusicanqui 1984), lo que establece una matriz de sentido indígena (Svampa 2010) que
permite una lectura propia de la historia boliviana (Spedding 2011).
Esta matriz anticolonial que interpela al Estado nación es compartida por los pueblos
indígenas de las tierras bajas. Eventos como las marchas por la dignidad evidencian su aporte
y su presencia en la construcción del Estado Plurinacional desde la lucha por la tierra, sus
modos de vida y el respeto a su territorio (Cruz Rodríguez 2012, 155-164; Fuertes Sánchez
2018). Dicha tensión entre el Estado y los pueblos indígenas de las tierras bajas continúa
presente, es decir, permanecen tensiones a través de una oposición de visiones de desarrollo
entre unas de base extractivista y otras pensadas en la defensa de territorialidades
comunitarias (Flores López 2017), pero también tensiones políticas como la que se aborda en
el presente artículo. Las tensiones económicas y políticas, a pesar del reconocimiento de la
plurinacionalidad, permiten observar la construcción del Estado Plurinacional como un
proceso no cerrado que continúa cristalizando institucionalidad. Es decir, el Estado
Plurinacional,2 a pesar de reconocer diferentes lógicas de vida que se traducen en una visión
distinta de desarrollo, no deja de producir tensiones entre las lógicas indígenas y las del
Estado nación boliviano. El caso del pueblo indígena mosetén (PIM) es una expresión viva de
esas tensiones entre indígenas de tierras bajas y el Estado nación y de la manera en la que
buscan resolverse desde el Estado Plurinacional.
Cabe resaltar, como lo planteó García Linera (2008),3 que el Estado Plurinacional4 como
apuesta estatal para extinguir la exclusión de las sociedades indígenas, implica la
construcción de un armazón político institucional de tipo multinacional que respete la
diversidad cultural y étnica del país, especialmente de las naciones indígenas. Dicha
propuesta incluye la autonomía indígena, la participación política y económica de los pueblos
indígenas, la reforma agraria, el reconocimiento de los derechos colectivos y el
fortalecimiento del sistema educativo intercultural bilingüe. Entonces, si bien García Linera
presenta una propuesta que aterriza en términos institucionales el Estado Plurinacional,
según Gaya Makaran (2018), en su realización presenta tensiones propias ya que parece no
resolver aspiraciones políticas y económicas y corre el riesgo de convertirse en un proyecto
de hegemonía nacionalista que contiene y desarticula las luchas de los subalternos. El
presente artículo contribuye a evidenciar esa tensión entre el plano institucional (términos
normativos) del Estado Plurinacional de Bolivia y su efectiva realización (términos 97 de
democratización).
naciones originarias, que es utilizado por las organizaciones de los grupos étnicos de
tierras altas; pueblos indígenas, nombre que utilizan los grupos étnicos de tierras bajas
y campesinos que es la denominación de los trabajadores del campo (…) organizados
en sindicatos como parte de la revolución nacionalista (Mayorga 2011, 83).
ser individualizado y descrito por la ley como parte de ese macro sujeto plurinacional, es
plenamente operable, es decir, representable.6
En tal sentido la Constitución boliviana abre cinco vías de participación política indígena,
que corresponden al Gobierno nacional y a las cuatro autonomías de las diferentes entidades
territoriales subnacionales: departamental, municipal, indígena y regional. En cuanto al
Gobierno nacional, el artículo 147 dispone que la ley determinará “circunscripciones
especiales indígena originario campesinas, donde no deberán ser considerados como
criterios condicionales la densidad poblacional, ni la continuidad geográfica” (Constitución
Política del Estado 2009, art. 147).
Además, reconoce que el gobierno de tal autonomía “se ejercerá a través de sus propias
normas y formas de organización, con la denominación que corresponda a cada pueblo,
nación o comunidad, establecidas en sus estatutos y en sujeción a la Constitución y a la ley”
(Constitución Política del Estado 2009, art. 296). Finalmente, sobre la autonomía regional, si
bien la Constitución no menciona vínculo alguno respecto a lo indígena comunitario
campesino, la Ley 031/2010 establece que, en caso de referéndum autonómico regional
positivo, se debe conformar una asamblea regional que elegirá “un asambleísta
representante de cada una de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, donde
existan en condición de minoría en la región, que será elegida o elegido según normas y
procedimientos propios” (Ley 031/2010, art. 39).
Por tanto, se hace uso del marco analítico de Therborn para mostrar cómo la Constitución
introduce mecanismos para promover la igualdad política de las naciones y pueblos
indígenas originarios campesinos. Estos mecanismos son: la aproximación mediante la acción
afirmativa y compensatoria; la inclusión mediante leyes que les otorgan asientos étnicos
reservados; y la desjerarquización a través del reconocimiento de la igualdad jerárquica de las
normas emitidas por cada entidad territorial (Therbon 2015, 57-75).
Tabla 1
Mecanismos para promover la participación política indígena
Elaboración propia.
Nota: Bolivia no es el único país que apuesta por la inclusión de mecanismos para
promover la participación de minorías étnicas, así lo muestran varios estudios que identifican
hasta 16 países que siguen esta lógica (Fuentes y Sánchez 2018; Bird 2014).
D emocracia intercultural
Además de ello, para Mayorga (2019, 110) la democracia intercultural implica también “un
dispositivo jurídico e ideológico que pretende establecer, organizar y legitimar las
características formales de la democracia boliviana posasamblea constituyente”. Este
dispositivo opera desde un “reconocimiento constitucional de hábitos, organizaciones y
conductas que eran antes marginales al sistema político y que, desde la aprobación de la
nueva CPE constituye uno de los rasgos peculiares del Estado Plurinacional” (Mayorga 2019,
112).
En primer lugar, la Ley 026/2010 decreta que “en cada departamento se asignarán escaños
para la elección de autoridades y representantes indígenas que sean minoría poblacional y se
elegirán a los asambleístas mediante normas y procedimientos propios” (Ley 026/2010, art.
66). Como se mencionó anteriormente, tanto la Constitución como las leyes 026/210 y
031/2010 establecen que será la ley nacional y los estatutos autonómicos departamentales
los que establezcan el número de asambleístas departamentales por minoría étnica de los
pueblos y naciones indígenas originarios campesinos.
En el caso del Gobierno Autónomo Departamental de La Paz, las tres elecciones de las
legislaturas departamentales fueron llevadas a cabo por el Órgano Electoral Plurinacional,
aplicando los criterios contenidos en las distintas leyes (Ley 4021/2009;
Ley 587/2014; Ley 1353/2020). Se trata de leyes transitorias a partir de la cuales se
convocaron a elecciones en tres oportunidades desde la reforma electoral plurinacional. Para
los casos en los que no existía normativa en las entidades territoriales autónomas
(subnacionales) sobre la presencia de autoridades indígenas en el ámbito legislativo, dichas
leyes establecieron los parámetros para que los mecanismos de inclusión, desjerarquización
y acercamiento en promoción de la igualdad de participación política indígena se hicieran
efectivos.
Estas tres leyes coinciden al señalar que, para el caso de La Paz, la asamblea departamental
estará compuesta por 45 asambleístas: 20 elegidos por territorio, 20 por circunscripción o
población y cinco escaños indígenas. En el caso de las leyes 597/2010 y 1353/2020 establecen
que dichos escaños deben ser elegidos por cuatro pueblos y por la unión de tres: un
afroboliviano, un mosetén, un leco, un kallawaya y uno de tacara y arona. Estos asambleístas
por minoría étnica son elegidos, en consonancia con el diseño constitucional, de acuerdo con
sus normas y procedimientos propios, bajo supervisión del Órgano Electoral Plurinacional,
además, deben aplicarse los principios de paridad y alternancia.
Esto conlleva a que el pueblo mosetén, al 2023, ha elegido tres veces a sus representantes a
la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz, es decir, tres asambleístas titulares y tres
suplentes fueron acreditados por el Órgano Electoral Plurinacional para ejercer funciones
legislativas y fiscalizadoras en la ALDLP. Aquí radica la trascendencia de estos mecanismos de
inclusión política con objetivos democratizadores, debido a que se trata de una interrelación
entre normas de derecho consuetudinario (usos y costumbres) para elección de autoridades
de las naciones y pueblos indígenas y normas positivas electorales.
E nsamblaje institucional
Inspirado en la obra de Gilles Deleuze y Félix Guattari (1994), quienes expusieron la noción
de agenciamiento en su obra Mil mesetas, pero también en la obra del filósofo Gilbert
Simondon, que desarrolló la idea de que los objetos técnicos son ensamblajes compuestos
por múltiples partes que interactúan entre sí, Manuel de Landa (2021) propone la teoría de
los ensamblajes como un marco conceptual que se utiliza para analizar la complejidad de los
sistemas sociales, naturales y tecnológicos. Teoría en la que un ensamblaje es entendido
como una entidad compuesta por múltiples partes que interactúan entre sí y que pueden
analizarse a diferentes escalas.
El propio De Landa (2021) sostiene que la teoría de los ensamblajes puede utilizarse para
analizar la complejidad de los sistemas políticos y sociales. En particular, argumenta que la
política puede ser vista como un ensamblaje compuesto por múltiples partes, incluyendo
individuos, organizaciones institucionales (cortes, servicios de migración, puertos y
aeropuertos, centros de detención), objetos y normas institucionales (leyes, pasaportes) y
prácticas institucionales (confinamiento, monitoreo, interrogatorio).
Por otro lado, en una propuesta similar, la socióloga Saskia Sassen, también retomando la
idea de Gilles Deleuze y Félix Guattari de que las mezclas particulares de prácticas técnicas y
administrativas “extraen espacios nuevos y les dan inteligibilidad, al decodificar y codificar el
entorno” (Deleuze y Guattari 1994, 504-505), entiende el ensamblaje como la multiplicación
de nuevos ensamblajes de fragmentos de lo que es el territorio, autoridad y derechos del
Estado nación. Estos ensamblajes son parciales y altamente especializados, centrados en una
diversidad de proyectos y lógicas utilitarias: desde lo económico hasta lo cívico (Sassen 2006).
Entonces, retomando las categorías analíticas expuestas en el punto anterior (De Landa
2021), se considera el proceso de elección de los asambleístas indígenas del PIM y el
funcionamiento de la ALDLP ensamblajes institucionales compuestos por los individuos,
organizaciones, objetos, normas y prácticas institucionales que las constituyen. Es decir, los
asambleístas elegidos, ya sea por circunscripciones territoriales, por usos y costumbres de las
naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, las normas de las que forman parte, las
que sanciona, las que establecen su composición y los procedimientos a seguir para la
elección de los representantes y las prácticas que se constituyen en dicho espacio.
Por otro lado, y complementado con Sassen (2006), se observa cómo se está produciendo
un ensamblaje que une distintos fragmentos (naciones y pueblos indígena originarios,
representantes territoriales y poblacionales) que responden a distintos espacios territoriales
(distintas entidades territoriales)9 que se circunscriben en un contexto de plurinacionalidad
como el boliviano.10 Dentro de dicho ensamblaje, me enfoco en el proceso de elección del
asambleísta departamental de La Paz por minoría étnica del PIM y en las interacciones
(relación) que surgen entre el PIM y la ALDLP y cualquier otra institucionalidad del Estado
Plurinacional involucrada en dicha manifestación del ensamblaje, para observar los alcances
de esta democratización.
Entendiendo que se produce un ensamblaje entre la ALDLP como institución liberal y los
usos y costumbres de la OPIM, es preciso ahondar en las características de este sujeto de la
democracia intercultural y en los procedimientos propios que utilizan para ser parte del
ensamblaje.
Según el artículo 1 de estatuto del orgánico del PIM, la OPIM es una organización sin fines
de lucro cuya misión es la representación política-social en el ámbito regional, departamental,
nacional e internacional del pueblo indígena mosetén (OPIM y OMIM 2012). Este se encuentra
organizado en el Concejo de Caciques Comunales y en la Organización de Mujeres Indígenas
Mosetén (OMIM) y su función principal es el fortalecimiento de sus organizaciones para la
participación en la toma de decisiones y en los procesos de desarrollo local, regional,
departamental y nacional en el marco de la dinámica social, política y de nuevas leyes que se
generan en Bolivia. Esta conceptualización que tiene el PIM de sí mismo permite aseverar que
como pueblo 106 indígena tienen entre sus objetivos ser parte de la construcción del Estado
boliviano.
El pueblo mosetén, según los datos oficiales del Censo de Población y Vivienda del año
2012 (INE 2012), está compuesto por 1989 personas mayores de 15 años, de las cuales 1095
son hombres y 894 mujeres. Sin embargo, según Heriberto Maza, expresidente de la OPIM y
actual asambleísta departamental, la población mosetén habría ascendido a más de 5000
personas (Del Carpio y Gutiérrez 2017), o sea, se habría incrementado en poco más de 150%
en 5 años. A pesar de dicho incremento, en comparación con la población del departamento
de La Paz, que según el censo de 2012 era de 2 719 344 habitantes (INE 2012), se evidencia
que se trata de una minoría étnica en términos poblacionales.
Por otro lado, tal y como lo menciona el artículo 2 de su estatuto orgánico, el pueblo
mosetén tiene una cobertura geográfica que abarca comunidades de origen mosetén
trinitario ubicadas en las provincias Sud Yungas, Larecaja, Franz Tamayo y Caranavi del
departamento La Paz, también en la provincia Ayopaya del departamento Cochabamba y en
la provincia Ballivián perteneciente al departamento Beni (OPIM y OMIM 2012). Es decir, que
el territorio comunitario de origen del pueblo mosetén cruza las fronteras entre tres
departamentos y seis provincias de Bolivia, por tanto, su extensión territorial va más allá de
los límites departamentales, municipales y provinciales establecidos por el Estado y muestra
elementos importantes para pensar en la consolidación de una autonomía indígena.
El PIM es portador de una lucha por su territorio. Por ejemplo, un trabajo del Instituto
Superior Ecuménico Andino de Teología muestra que la visión que tienen de su territorio es
integral y sagrada, pues es concebido como un espacio donde habitan seres sobrenaturales y
en el cual desarrollan sus actividades cotidianas. Además, el territorio es fundamental para su
supervivencia, ya que allí se encuentran sus recursos naturales y es el lugar donde han
construido su identidad cultural. La defensa del territorio ha sido una lucha constante para el
PIM, ya que ha tenido que enfrentar la explotación de los recursos naturales por parte de
empresas extractivistas y la invasión de colonos (Del Carpio y Gutiérrez 2017).
Entonces, el PIM se ha visto cercado por los límites que le ha impuesto el Estado boliviano,
pero también ha visto amenazado su territorio por la presencia de empresas extractivistas y
por la invasión de colonos o comunidades interculturales.11 En este contexto resulta
importante que el PIM cuente con un asiento étnico reservado en la ALDLP para velar por sus
intereses, pero a la vez para preservar sus modos de vida y con ellos su forma de
autogobierno.
El SIFDE menciona que en dicho congreso participaron 20 delegados con derecho a voz y
voto (10 mujeres y 10 hombres) de las comunidades Covendo, San Pedro de Cogotay, Simay,
Villa Concepción, San José, Santa Ana, Inicua y Muchane. Además, aclara que la elección de los
asambleístas titulares y suplentes del pueblo mosetén tuvo características mixtas: en un
primer momento las comunidades designaron a sus candidatos, los cuales se sometieron a la
elección mediante el voto secreto, respetando la alternancia de género (OEP 2015).
Es evidente que la noción de democracia de las autoridades del pueblo mosetén son
distintas a las de la democracia tradicional. En primer lugar, se observa la intermediación
partidaria como un obstáculo. En segundo lugar, la democracia según los interlocutores del
PIM, tiene una visión relacional que se asocia a una responsabilidad común que implica
desafíos, la creación de espacios de discusión y el no sometimiento de la diferencia. Por otro
lado, uno de los entrevistados menciona que los espacios, entre los que se encuentran las
cuotas étnicas, se han ganado tras una serie de luchas históricas que tenían como principal
objetivo el respeto al territorio y la reivindicación de la dignidad indígena (entrevista a
expresidente de la OPIM, abril de 2023). Lo que valida la premisa del presente artículo de
considerar al Estado Plurinacional una construcción anclada en las luchas indígenas.
Los candidatos a asambleístas son elegidos, en primera instancia, en sus comunidades por
voto universal de todos los miembros mayores de 18 años y los ganadores son presentados a
asamblea.12 Cabe aclarar que no todas las comunidades presentan candidatos, sino
únicamente aquellas interesadas. El resultado del escrutinio final se registra en un acta y se
comunica al SIFDE, entidad que observa el proceso, que lleva registro de este y que da paso a
que el OEP los acredite.
Los requisitos para poder ser elegido asambleísta departamental son: haber sido autoridad
en la comunidad de origen, ser mayor de 18 años, en el caso de ser hombre cumplir con el
servicio militar, estar afiliado a una comunidad parte de la OPIM y tener la nacionalidad
mosetén o mojeño trinitario. Este tipo de elecciones se vienen realizando durante años y
tienen similitud con la elección del presidente de la OPIM, que se fundó un 20 de agosto de
1994 (entrevista a presidente de la OPIM, abril de 2023). Es decir, se puede rastrear
legalmente la aplicación de este tipo de ejercicio democrático por casi 30 años.
Esta reconstrucción del proceso electoral del asambleísta departamental del PIM da cuenta
de que la reforma electoral plurinacional, como expresión de un armazón político
institucional traducida en mecanismos para promover la participación política, surte efectos
inmediatos. Son tres elecciones consecutivas en las que el PIM ha elegido a sus autoridades
bajo sus usos y costumbres.
Una segunda parte de las entrevistas realizadas a los líderes de la OPIM estuvo enfocada en
recabar información acerca de la forma en la que perciben su participación como minoría
étnica en la ALDLP, qué avances observan a partir de la reforma electoral plurinacional y qué
obstáculos y horizontes perciben en su participación política. Uno de los entrevistados
menciona que un importante avance respecto a la participación política del PIM es la
recuperación de su condición de indígenas, ya que en la década de los 60, debido a la
influencia del Instituto de Colonización de la Reforma Agraria que organizaba los
asentamientos humanos, se les consideraban sindicatos que tenían una estructura que ponía
a la cabeza de la organización a un secretario general. Sin embargo, desde 1994 recuperaron
su condición de indígenas, reinstalándose la autoridad del cacique como máximo
responsable de la comunidad (entrevista a expresidente de la OPIM, abril de 2023).
Con respecto al tercer punto, los informantes ven los horizontes de su participación
política en dos sentidos. Una lucha como autoridades, que tiene que ver con velar por
proyectos para el PIM en otras instancias de Gobierno, lo que va más allá de las
competencias establecidas a un asambleísta departamental, y la construcción de una
normativa que les reconozca derechos y que les permita a acceder a mayores oportunidades.
Esto se traduce en una agenda legislativa que pide leyes que protejan el medioambiente,
pero también el acceso a servicios básicos como la perforación de pozos para el riego
(entrevistas a presidente y expresidente de la OPIM, abril de 2023).
5. Conclusiones
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