TRANSHUMANISMO

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ANALISIS

DE 1984

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María Suárez
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´´Comprendo cómo: no comprendo por qué´´

George Orwell
INDICE
Pág.

1. Ensayo 3
2. Bibliografía 3

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ENSAYO
La tecnología está avanzando muy rápido y esto puede suponer un problema para la sociedad, haciendo
que se sustituya la inteligencia humana por un objeto.

El transhumanismo es una de las principales cuestiones que se plantean en el siglo XXI, siglo de mayor
avance tecnológico, ya que nos hace reflexionar sobre si es beneficioso o perjudicial para la sociedad. El
transhumanismo intenta sustituir una parte del cuerpo, ya sea por algún problema físico o por el simple
hecho de querer ser superiores, ya sea en fuerza, inteligencia, velocidad…

El transhumanismo plantea un problema filosófico y ético que nos hace reflexionar sobre la pregunta “¿Qué
nos hace humanos?”.

Si bien para nosotros la idea de ser humano a sido siempre relacionada con un ser bípedo con una
inteligencia superior a la de los demás animales, el transhumanismo hace un cambio en esa idea, pues nos
enseña modificaciones en el cuerpo, principalmente robóticas, que no implican la perdida de la esencia
humana; en resumidas cuentas, no por tener un brazo robótico dejas de ser humano.

El ser humano a utilizado siempre sus inventos para satisfacer necesidades y la tecnología no se queda
atrás. El ser humano ha pasado de depender del fuego para poder calentarse, cocinar y protegerse, a
centrarse en una evolución técnica de sus objetos.

El ser humano ha estado dependiendo siempre de los objetos, y con las nuevas tecnologías esto se ha
incrementado. El transhumanismo implica una dependencia total hacia un objeto tecnológico, ya sea un
brazo robótico, un corazón artificial, o el ChatGPT, todo esto busca superar las capacidades biológicas del ser
humano, lo que podría hacernos llegar a dudar de si existe esencia humana en ese individuo, o es una
simple maquina atada al cuerpo de un humano.

Si bien es verdad que algunas son necesarias para la vida de algunas personas, como un Baipás o un pulmón
artificial, otras crean una dependencia innecesaria, como puede ser el ChatGPT, que hace que la inteligencia
artificial sustituya a tu inteligencia natural. Esto plantea un problema en la sociedad de hoy en día, pues si
bien vemos que el transhumanismo puede ser bueno en la medicina, en la educación ya estamos viendo el
problema que conlleva el mal uso de esta que implica muchos casos unas notas bajas en los alumnos por la
falta de estudio debido al exceso uso de estas tecnologías que se crearon con un único fin que era el de
satisfacer un problema, la desinformación o una mala información.

Si una maquina puede sustituir aquello que el ser humano realizaba por motivos naturales, hasta qué punto
nuestro cuerpo se diferencia de una máquina, así también, hasta qué punto el ser humano llegará a ser
único. El ser humano se ha caracterizado siempre por ser “el mejor” y el inigualable, si nuestros avances en
la tecnología siguen mejorando con esa rapidez dentro de poco el ser humano dejará de ser el mejor. El
hombre siempre ha soñado con mejorar su cuerpo para ser más fuerte o hasta poder volar. Volviendo a la
pregunta de que nos diferencia al ser humano de una máquina, una respuesta nos la da el transhumanismo
que podría hacer que el ser humano obtenga habilidades que antes no poseía como la de volar o respirar
debajo del agua sin necesidad de una bombona de aire que se pueda acabar o que podamos modificar
nuestro cerebro para ser más inteligentes.

Este tema ya se tocó hace unos años con la famosa novela de Mary Shelley, Frankenstein. En esta novela
nos presentaban el problema que hoy en día tenemos; hasta dónde se pueden rozar los límites morales de
la ciencia y rozar aquello que nos hace humanos. Reflexionando sobre esta novela y al buscar información
sobre problemas transhumanista, encontré la historia de Paul Alexander, un hombre que vivió 65 años
metido en una máquina de acero, ya que sufrió de polio en la infancia y un pulmón de acero fue su única
solución para sobrevivir. Esto nos hace pensar hasta qué punto las personas son personas, ya que Paul era
considerado una persona a pesar de tener que vivir dentro de una maquina y que su pulmón fuese de
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acero. Si el transhumanismo sigue avanzando a esta velocidad, puede que en unos años seamos más que
una cabeza poco pensante.

Lo que se nos presenta como algo lejano, ya no lo es. Muchas personas en el mundo dependen de una
máquina (implantes) para realizar actividades o simplemente para sobrevivir, como podría ser un
marcapasos, es por eso por lo que no tenemos que pensar que esa idea del transhumanismo nos queda tan
lejos, simplemente tenemos que aprender a convivir con ello sin dejar que ella nos gane.

Pero a pesar de ver todo lo malo, tenemos que ver que el transhumanismo sería una gran posibilidad para
aquellas personas tanto ciegas, como sordas, o con cualquier otro problema que tuviesen, se les podría
proporcionar aquello de lo que carecen gracias a los avances tecnológicos que la sociedad tiene en este
momento. Sería una gran posibilidad para las personas de vivir una vida normal y el miedo a la muerte sería
casi imposible, pues cualquier problema podría ser reparado y solucionado gracias a la tecnología y a las
máquinas. Todo esto llevaría detrás años y años de estudios y pruebas para que funcione correctamente.

El hombre siempre ha querido ser un Dios o un ser superior a las demás personas, o por lo menos
comportarse como tal, el transhumanismo está tan bien valorado por las personas porque nos da esa
opción de ser Dios y poder influir en la evolución del hombre, pudiendo hacer modificaciones genéticas y
utilizándolo para nuestro favor.

Ahora bien, planteemos otra cuestión, sí el transhumanismo avanza un tanto podría acabar haciéndonos
inmortales. Por lo que, en ese caso, ¿qué beneficios tendría para el ser humano el ser inmortal, deberíamos
de reducir la natalidad o permitir que la gente se matase para que no haya sobrepoblación y con ello una
escasez de recursos? Seguro que alguna vez nos han planteado la pregunta, si desearíamos ser inmortales,
mucha gente respondería que sí, pues el ser inmortal significa estar a la misma altura que un Dios, que es a
lo que muchos aspiran.

Esta podría ser debatido por la reflexión existencialista de Jean-Paul Sartre, en la que afirma que el
existencialismo precede a la existencia

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BIBLIOGRAFÍA

-Libro 1984 George Orwell

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