STS 395-2014-13-De-Mayo-De-2014
STS 395-2014-13-De-Mayo-De-2014
STS 395-2014-13-De-Mayo-De-2014
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Resumen
Original
*Delito contra la salud pública. Intervención de sustancia tóxica en embarcación que navega
bajo bandera española. Competencia. Intervención telefónica. Doctrina de la Sala sobre la
injerencia. La jurisprudencia completa la deficiente normativa legal de la injerencia. Insuficiencia
de los indicios para justificar la injerencia. Irregularidad. Consideración procesal del agente
encubierto. Policía judicial que recibe una especie de justificación a su actuar, en principio,
delictivo. Exigencia de la dación de cuenta de la resultancia de sus investigaciones.
Imposibilidad de sustituir ese testimonio obligatorio por el testimonio referencial de sus
superiores o de otros funcionarios de policía. La dimensión de la autorización judicial exige
como contrapartida una colaboración leal con el proceso penal colaborando con la aportación
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Texto
Contenidos
ANTECEDENTES
Primero
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO
SEGUNDO
TERCERO
CUARTO
QUINTO
ANTECEDENTES
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO
SEGUNDO
FALLO
SENTENCIA
En el recurso de casación por infracción de Ley y de precepto constitucional interpuesto por las
representaciones de Teofilo , Juan Manuel , Avelino , Visitacion , Carina , Gabriela , Juan ,
Raimundo Y Jose Miguel , contra sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Málaga,
Sección Octava, que le condenó por delito contra la salud pública, los componentes de la Sala
Segunda del Tribunal Supremo que arriba se expresan se han constituido para la votación y
fallo bajo la Presidencia del primero de los indicados y Ponencia del Excmo. Sr. D. Andres
Martinez Arrieta, siendo también parte el Ministerio Fiscal y estando Teofilo representado por la
Procuradora Sra. Mª Llanos Palacio García; Juan Manuel representado por el Procurador Sr.
Agudo Ruíz; Avelino representado por la Procuradora Sra. Ayuso Gallego; Visitacion
representada por el Procurador Sr. Agudo Ruíz; Carina representada por la Procuradora Sra.
Ayuso Gallego; Gabriela representada por la Procuradora Sra. Jaraba Rivera; Juan
representada por el Procurador Sr. Caloto Carpintero; Raimundo representado por el Procurador
Caloto Carpintero; y Jose Miguel representado por la Procuradora Sra. Pequeño Rodríguez.
ANTECEDENTES
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Primero
El Juzgado de Instrucción nº 5 de Marbella, instruyó sumario 58/11 contra Teofilo , Juan Manuel
, Avelino , Visitacion , Carina , Gabriela , Juan , Raimundo y Jose Miguel y otros no recurrentes,
por delito contra la salud pública, y una vez concluso lo remitió a la Audiencia Provincial de
Málaga, que con fecha 29 de octubre de 2012 dictó sentencia que contiene los siguientes
HECHOS PROBADOS: "Los acusados Juan Manuel , Carina , Teofilo , Gabriela , Jose Miguel ,
Visitacion , Avelino , Juan , Raimundo , Inocencio , Norberto , y Jose Antonio , todos ellos
puestos previamente de común acuerdo, organizaron un transporte de hachís, siendo el mismo
interceptado por Agentes de Vigilancia Aduanera y del Cuerpo Nacional de Policía, mediante el
patrullero "Alcatraz", el día 17 de septiembre de 2010 sobre las 15,30 horas, en las coordenadas
I:35º 30 N y L: 006º 37 W (30 millas al NW de Larache), cuando lo transportaban en la
embarcación catamarán, marca Fontaine Pajot, modelo Bahía, denominado " DIRECCION000 ",
matrícula .... DC-....-....-.... , previamente alquilado a la empresa "Azul Ssiling", en 90 fardos,
perfectamente visibles sobre la cubierta; la sustancia tras el correspondiente análisis se constató
que era efectivamente hachís, con un THC de 1,4 % y un peso neto de 2.662.785 gramos.
La sustancia intervenida ha sido valorada en 13.952.993 euros, sustancia que los acusados
pensaban destinar a la venta o donación a terceras personas.
El acusado Juan Manuel consta que ha sido condenado ejecutoriamente en sentencia de fecha
19 de marzo de 2009 (por unos hechos cometidos el día 17 de diciembre de 2007) dictada por el
Juzgado de lo Penal nº 3 de Málaga, por un delito contra la salud pública, a las penas de 3 años
y 1 día de prisión y 3.000.000 euros de multa, con un mes de responsabilidad personal
subsidiaria en caso de impago.
" FALLAMOS: Que debemos condenar y condenamos a Carina , Teofilo , Gabriela , Jose Miguel
, Visitacion , Avelino , Raimundo , Inocencio , Norberto , y Jose Antonio , como responsables
criminales en concepto de autores de un delito contra la salud pública en cantidad de extrema
gravedad, ya definido, a las penas de 5(cinco) años y 2 (dos) meses de prisión y multa de
30.000.000 , a cada uno de ellos, con la accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio
del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de duración de la pena privativa de libertad, y
abono de las costas procesales por partes iguales.
Que debemos condenar y condenamos a Juan Manuel y Juan , como responsables criminales
en concepto de autores de un delito contra la salud pública en cantidad de extrema gravedad, ya
definido, con la concurrencia de la circunstancia agravante de reincidencia en ambos, a las
penas de 6 (seis) años de prisión y multa de 30.000.000 . A cada uno de ellos, con la accesoria
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de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de
duración de la pena privativa de libertad, y abono de las costas procesales por partes iguales.
Notifíquese esta resolución a las partes, haciéndoles saber que contra ella cabe interponer
recurso de casación ante la Sala 2ª del Tribunal Supremo, anunciándolo ante esta Audiencia
Provincial dentro del plazo de cinco días contados a partir del siguiente a la última notificación
de la presente sentencia".
Tercero.- Notificada la sentencia a las partes, se preparó recurso de casación por las
representaciones de Teofilo , Juan Manuel , Avelino , Visitacion , Carina , Gabriela , Juan ,
Raimundo y Jose Miguel , que se tuvo por anunciado remitiéndose a esta Sala Segunda del
Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para su sustanciación y resolución, formándose
el correspondiente rollo y formalizándose el recurso.
La representación de Raimundo :
PRIMERO.- Al amparo del art. 849.1º de la LECRim ., denuncia infracción del art. 65.1 e ) y
art. 23.4 LOPJ en relación con el art. 14.2 de la LECRim .
SEGUNDO.- Al amparo del art. 849.1º de la LECRim ., denuncia infracción del art. 18.1 º y 3º CE
por lo que solicita la nulidad de las intervenciones telefónicas.
TERCERO.- Al amparo del art. 852 de la LECRim ., en relación con el art. 5.4 y 11.1 LOPJ ,
denuncia vulneración de los derechos a la presunción de inocencia, tutela judicial efectiva a la
interdicción de la indefensión y a un proceso con todas las garantías proclamadas en el art. 24
CE .
QUINTO.- Al amparo del art. 849.2º LECRim ., denuncia error de hecho en la valoración de la
prueba al haber valorado el Tribunal la declaración de los agentes policailes franceses a pesar
de no haber sido ratificadas.
PRIMERO.- Al amparo del art. 852 LECRim , en relación con el art. 5.4 y 11.1 LOPJ denuncia
vulneración del secreto a las comunicaciones proclamado en el art. 18.3 CE .
SEGUNDO.- Al amparo nuevamente del art. 852 LECRim , en relación con el art. 5.4 LOPJ y
24.2 CE , denuncia vulneración del derecho a la presunción de inocencia.
CUARTO.- Al amparo del art. 849.1º de la LECRim ., denuncia infracción de ley por indebida
aplicación de los arts. 368 , 369 y 370 así como el art. 29 todos ellos del Código Penal .
PRIMERO.- Al amparo del art. 852 LECRim ., en relación con arts. 5.4 y 11 LOPJ , denuncia
vulneración de precepto constitucional.
SEGUNDO.- Al amparo del art. 849.1º LECrim ., denuncia infracción de ley por aplicación
indebida de los arts. 368 , 369.1.6 º y 370.3º todos ellos del Código Penal .
TERCER Y CUARTO.- Al amparo del art. 5.4 y art. 11.1 ambos de la LOPJ alega vulneración
del secreto a las comunicaciones proclamado en el art. 18.3 CE . Motivo que vuelve a plantear
por la vía del art. 849.1º LECRim ., por infracción del art. 579 LECRim . por lo que serán
analizados conjuntamente tal y como hace el recurrente.
QUINTO.- Al amparo del art. 849.2º LECRim ., denuncia error de hecho en la apreciación de la
prueba.
PRIMERO.- Al amparo del art. 852 LECRim ., en relación con el art. 5.4 LOPJ , denuncia
vulneración del derecho a la intimidad y al secreto de las comunicaciones proclamado en el
art. 18.3 CE .
SEGUNDO Y TERCERO.- Al amparo del art. 852 LECRim ., denuncia vulneración del art. 24
CE por infracción del derecho a la presunción de inocencia y a la tutela judicial efectiva sin que
pueda producirse indefensión.
La representación de Teofilo :
PRIMERO.- Al amparo del art. 850.5º LECrim ., denuncia quebrantamiento de forma al no haber
accedido la Sala a la suspensión del juicio ante la incomparecencia del coimputado Guillermo .
SEGUNDO.- Al amparo del art. 852 LECRim ., en relación con art. 5.4 LOPJ , denuncia
vulneración del derecho a la presunción de inocencia que le ampara.
CUARTO.- Al amparo del art. 849.1º LECRim ., denuncia error de derecho por indebida
aplicación del art. 370.3º Código Penal .
La representación de Gabriela :
PRIMERO.- Al amparo del art. 852 LECRim ., denuncia vulneración del derecho al secreto de
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PRIMERO.- Al amparo del art. 852 LECRim ., denuncia vulneración del derecho al secreto de
las comunicaciones telefónicas proclamado en el art. 18.3 CE .
SEGUNDO.- Al amparo del art. 852 LECRim ., denuncia vulneración del derecho a la
presunción de inocencia.
TERCERO.- Al amparo del art. 849.1º LECRim ., denuncia infracción de Ley por aplicación
indebida del art. 29 del Código Penal y correlativa inaplicación indebida del art. 28 CP .
CUARTO.- Al amparo del art. 849.1º LECRim ., denuncia infracción de ley por aplicación
indebida del art. 370.3º CP .
QUINTO.- Al amparo del art. 849.1º LECrim ., denuncia infracción de ley por aplicación indebida
de los arts. 72 y 66.1 y 6º CP .
La representación de Juan :
PRIMERO.- Al amparo del art. 849.1º LECRim ., denuncia aplicación indebida de los arts. 23.4 e
) y 65.1 e) LOPJ .
SEGUNDO.- Al amparo del art. 852 LECRim ., denuncia infracción de precepto constitucional e
infracción del derecho al secreto de las comunicaciones proclamado en el art. 18.3 CE .
TERCERO.- Al amparo del art. 852 LECRim ., denuncia vulneración del derecho a la presunción
de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a un proceso con todas las garantías.
QUINTO.- Al amparo del art. 849.2º LECRim ., denuncia error en la apreciación de la prueba.
La representación de Visitacion :
PRIMERO.- Al amparo del art. 852 LECRim . en relación con arts. 5 y 11 LOPJ denuncia
vulneración del derecho a la presunción de inocencia proclamada por el art. 24.2 CE .
SEGUNDO.- Al amparo del art. 849.1º LECRim ., denuncia infracción de ley por aplicación
indebida de los arts. 368 , 369.6 y 370.3 CP .
QUINTO.- Al amparo del art. 849.2º LECRim ., denuncia error de hecho en la apreciación de la
prueba.
Quinto.- Instruido el Ministerio Fiscal del recurso interpuesto, la Sala admitió el mismo,
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quedando conclusos los autos para señalamiento de fallo cuando por turno correspondiera.
Sexto.- Hecho el señalamiento para el fallo, se celebró la votación prevenida el día 7 de mayo
de 2014.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRELIMINAR.- La sentencia objeto de la presente censura casacional condena a los
recurrentes, y otros, como autores de un delito contra la salud pública de sustancias que no
causan grave daño a la salud, en cantidad de notoria importancia, y especial gravedad, con
empleo de buque. Formalizan una impugnación separada, aunque todos denuncian la
vulneración del secreto de las comunicaciones. Para la ordenación de la respuesta a las
impugnaciones realizamos el análisis del recurso formalizado por Raimundo cuya estimación se
extenderá a los demás recurrentes.
PRIMERO
En el primer motivo denuncia este recurrente el error de derecho en lo atinente a la competencia
del tribunal que ha enjuiciado los hechos. Entiende vulnerados los arts, 65.1 .e d y 23.4.c de la
Ley Orgánica del Poder Judicial y el art.14.2 de la de Enjuiciamiento criminal porque la
competencia para el enjuiciamiento correspondía a la Audiencia nacional y no al tribunal
provincial de Málaga. El motivo lo apoya en el hecho probado que, de manera expresa, se
declara que el abordaje de la embarcación " DIRECCION000 " se produjo en alta mar lo que
determina, de acuerdo a los preceptos en los que fundamenta la impugnación, la competencia
de la Sala de lo penal de la Audiencia Nacional, como solicitó al inicio del enjuiciamiento y le
fue denegado reconociendo lo discutible del criterio de atribución competencial.
que afecte al derecho fundamental al juez predeterminado por ley, toda vez que la asunción del
principio de ubicuidad afirma la competencia de los tribunales que estén en mejor disposición
para la realización del enjuiciamiento atendiendo a criterios de eficacia, garantías de los
derechos de los justiciables, etc.. en el caso, la investigación de los hechos se desarrollaba en
Marbella, allí se había alquilado la embarcación y se habían iniciado las investigaciones. En el
caso, el juzgado de instrucción de Marbella mantenía unos presupuestos competenciales claros
y objetivos para el conocimiento de los hechos y la Audiencia de Málaga, para su
enjuiciamiento.
SEGUNDO
En el segundo de los motivos denuncia la vulneración de su derecho fundamental al secreto de
las comunicaciones. Ampara su pretensión revisora en la infracción de los artículos 11.1 , 238 y
240 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y 18 de la Constitución . Argumenta que las
diligencias se inician por Auto de 28 de abril de 2010 por el que se acuerda la intervención
telefónica de cuatro números que se identifican por el IMEI y dos teléfonos utilizados por Carla y
Blas . Señala la importancia de este análisis pues constituye el inicio de la investigación que
supuso la intervención de más de 2.500 kilogramos de hachís en la cubierta de la embarcación
abordada.
El motivo se estima. Por su aplicación al caso que nos ocupa hemos de recordar, con la
STS 261/2014 de 1 de abril , el planteamiento general de la injerencia telefónica respecto a la
que esta Sala casacional tiene ya un sólido y coherente cuerpo doctrinal, sobre el protocolo a
seguir cuando se solicita la intervención telefónica como medio de investigación, que completa
"raquítica e insuficiente regulación legal" contenida en el art. 579 LECr que ha sido censurada
en varias SSTEDH entre otras, en la de 18 de febrero de 2003 --Prado Bugallo vs. España --.
Constatamos también que el auto de inadmisión del mismo Tribunal de 25 de septiembre de
2006, caso Abdulkadir Colen vs. España , afirmó que la ley complementada con las exigencias
dispuestas en la jurisprudencia satisfacía las prevenciones dispuestas en el
Convenio Europeo de Derechos Humanos y la jurisprudencia del Tribunal Europeo de
Cuando en esta sede casacional se efectúan denuncias relativas a la vulneración del derecho a
la intimidad de las comunicaciones al amparo del art. 18 de la Constitución en relación a las
intervenciones telefónicas efectuadas en la instrucción, es preciso deslindar con claridad dos
niveles de control coincidentes con la doble naturaleza que pueden tener tales intervenciones
ya que pueden operar en el proceso como fuente de prueba y por tanto como medio de
investigación, o pueden operar como prueba directa en sí. Es claro que la naturaleza y entidad
de los requisitos, así como las consecuencias de su inobservancia son sustancialmente
diferentes.
En efecto, como fuente de prueba y medio de investigación, deben respetar unas claras
exigencias de legalidad constitucional, cuya observancia es del todo punto necesaria para la
validez de la intromisión en la esfera de la privacidad de las personas, en este sentido los
requisitos son tres, que ya son clásicas en nuestros pronunciamientos jurisprudenciales y que
se refieren a la judicialidad, a la excepcionalidad y a la necesaria proporcionalidad.
a. Que solo la autoridad judicial competente puede autorizar el sacrificio del derecho a la
intimidad. b) Que dicho sacrificio lo es con la finalidad exclusiva de proceder a la
investigación de un delito concreto y a la detención de los responsables, rechazándose las
intervenciones predelictuales o de prospección. Esta materia se rige por el principio de
especialidad en la investigación. c) Que por ello la intervención debe efectuarse en el
marco de un proceso penal abierto, rechazándose la técnica de las diligencias
Indeterminadas. d) Al ser medida de exclusiva concesión judicial, esta debe ser fundada
en el doble sentido de adoptar la forma de auto y tener suficiente motivación o justificación
de la medida, ello exige de la Policía solicitante la expresión de la noticia racional del
hecho delictivo a comprobar y la probabilidad de su existencia, así como de la implicación
posible de la persona cuyo teléfono es el objeto de la intervención. Los datos que deben
ser facilitados por la Policía tienen que tener una objetividad suficiente que los diferencia
de la mera intuición policial o conjetura. Tienen que ser objetivos en el doble sentido de
ser accesibles a terceros y, singularmente, al Juez que debe autorizarla o no, pues de lo
contrario se estaría en una situación ajena a todo posible control judicial, y es obvio que el
Juez, como director de la encuesta judicial no puede adoptar el pasivo papel del vicario de
la actividad policial que se limita a aceptar sin control alguno lo que le diga la policía en el
oficio, y obviamente, el control carece de ámbito si sólo se comunican intuiciones,
opiniones, corazonadas o juicios de valor.
En segundo lugar, tales datos han de proporcionar una base real suficiente para poder estimar
que se ha cometido o se va a cometer el delito que se investiga y de la posible implicación de la
persona concernida.
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En definitiva, en la terminología del TEDH se deben facilitar por la autoridad policial las "
buenas razones" o "fuertes presunciones" a que dicho Tribunal se refiere en los casos Lüdi --5
de junio de 1997--, o Klass --6 de septiembre de 1998--. Además es una medida temporal; el
propio art. 579-3º fija el periodo de tres meses, sin perjuicio de prórroga.
Frente a otras legislaciones que establecen un catálogo de delitos para cuya investigación está
previsto este medio excepcional, la legislación española guarda un silencio que ha sido
interpretado por la jurisprudencia en el sentido de exigir la investigación de hechos delictivos
graves, y desde luego, aquellos que revisten la forma de delincuencia organizada; de alguna
manera, puede decirse que en un riguroso juicio de ponderación concretado a cada caso, la
derogación del principio de intangibilidad de los derechos fundamentales, debe ser
proporcionado a la legítima finalidad perseguida. Complemento de la excepcionalidad es el de
especialidad en relación al concreto delito objeto de investigación.
Una vez superados estos controles de legalidad constitucional, y sólo entonces, deben concurrir
otros de estricta legalidad ordinaria, sólo exigibles cuando las intervenciones telefónicas deban
ser valoradas por sí mismas, y en consecuencia poder ser estimadas como medio de prueba.
Tales requisitos, son los propios que permiten la valoración directa por el Tribunal sentenciador
de todo el caudal probatorio, y que por ello se refieren al protocolo de incorporación al proceso,
siendo tales requisitos la aportación de las cintas originales íntegras al proceso y la efectiva
disponibilidad de este material para las partes junto con la audición o lectura de las mismas en
el juicio oral.
Por otra parte, esta Sala ha declarado reiteradamente (Cfr. 3-7-2009, nº 749/2009, SSTS 22-2-
2008, nº 111/2008 , 1206/2005, de 14 de octubre ; de 8 de abril de 2005 ; de 25 de junio de 1999
; y 258/2002 , de 19 de febrero, entre otras muchas), que las resoluciones judiciales no son
meras expresiones de voluntad sino aplicación razonable y razonada de las normas jurídicas,
por lo que requieren una motivación que, aun cuando sea sucinta, proporcione una respuesta
adecuada en Derecho a la cuestión planteada y resuelta. Y que si bien no existe, desde luego,
un derecho fundamental del justiciable a una determinada extensión de la motivación, sí a que
el razonamiento que contenga, constituya lógica y jurídicamente, suficiente explicación en cada
caso concreto que permita conocer los criterios jurídicos esenciales fundamentadores de la
decisión (en este sentido SSTC 8/2001, de 15 de enero , de 29 de enero, y
STS núm. 97/2002, de 29 de enero ).
adopta medidas de seguridad "como sacar la cabeza para mirar quien la puede perseguir" lo
que evidencia una conducción peligrosa pero ineficaz al existir los espejos retrovisores. El
indicio mas relevante deviene de una comunicación de la policía británica que informa de la
relación de la indagada con un piso donde se depositan armas de guerra, pero respecto a este
hecho, grave, ni hay información policial alguna ni guarda relación con el tráfico de drogas que
se investiga. Solo es el dato de la información, sin base indiciaria alguna ni investigación de
corroboración.
Aunque es cierto que nos encontramos en los albores de una investigación, la información que
proporciona un servicio policial extranjero, inglés, que le participa la existencia de la
organización debe contener algún elemento que supere la mera comunicación del delito y que
permita tenerlo por sospecha o indicio de su comisión. No basta conque se afirme que una
persona, al parecer, comete hechos delictivos sino que es preciso que ese dato aparezca con
indicios de su perpetración, con una mínima investigación que corrobore la sospecha, pasando
del hecho al indicio, de su afirmación a la expresión racional de una imputación indiciaria. En
estos casos, y como dijimos en la STS 733/2013, de 8 de octubre , estas fuentes de
conocimiento externo como son los policías extranjeros como quiera que no suelen participar
sus propias indagaciones, se precisa que incorpore el resultado de sus sospechas, lo que debe
ser valorado por la fuerza policial española de acuerdo a sus normas de experiencia para
constatar la relevancia de la información suministrada. Eso se debió realizar sometiendo a los
investigados a vigilancias para ratificar e incrementar, las sospechas, mediante la constatación
de los hechos que se investigan.
Nada de esto ocurre en el hecho. Además se comunicar el nombre de los investigados, solo se
dice que un servicio policial extranjero sospecha de los investigados. Se les somete a
investigación y seguimientos y de los que sólo se aporta el dato de una entrevista con una
persona y una visita a un concesionario.Ningún otro delito permite considerar que sobre la
investigada se concreta una leve sospecha de la conducta que se trata de investigar.
En consecuencia constatamos que el auto judicial que acuerda las injerencias telefónicas
iniciales adolece de importantes defectos en su adopción que hacen que la injerencia sea
irregular. En su consecuencia no puede ser empleada como medio de acreditación de un hecho
con relevancia penal.
TERCERO
En el tercer motivo opuesto por este recurrente denuncia la vulneración de sus derechos
fundamentales a la tutela judicial efectiva, a no sufrir indefensión y a un proceso con todas las
garantías. Centra su argumentación en tres motivos distintos. De una parte discute la
intervención de los denominados agentes encubiertos franceses a los que considera agentes
provocadores; de otra, considera que intervienen antes de acordarse su autorización como tales
agentes sin que pueda valorarse sus actividad como prueba al no acudir al juicio oral. Por último
considera que no existe prueba de la participación en el hecho del recurrente, a quien la
sentencia imputa una participación como financiador de la operación de tráfico.
En primer lugar la consideración procesal del agente encubierto. Esta modalidad de actuación
de la policía judicial en la investigación de hechos delictivos, se introduce en nuestro
ordenamiento por la reforma de la Ley procesal operada por la ley 5/99, de 13 de enero, con la
finalidad de regular la actuación de funcionarios de policía judicial como agentes encubiertos.
Destacamos que la autorización es para la investigación de organizaciones criminales. La
autoriza el juez o el Ministerio fiscal, dando cuenta inmediata al juez. Se adopta por resolución
fundada y se especifica que "la información que vaya obteniendo el agente encubierto deberá
ser puesta a la mayor brevedad en conocimiento de quien autorizó la investigación". Asimismo
dicha información deberá aportarse al proceso en su integridad y se valorará en conciencia por
el órgano judicial competente". (art. 282 bis)
Ha de tratarse de un miembro de la policía judicial que, por resolución motivada, recibe una
especie de autorización para transgredir la norma respecto a alguno de los delitos que se
relacionan en el art. 282 bis, una especie de excusa absolutoria impropiamente recogida en una
norma procesal. La exención de la responsabilidad criminal por los delitos en los que hubiera
podido incurrir el agente encubierto se refiere a aquellas ilicitudes cometidas y que sean
consecuencia directa de la autorización para la que se le confiere la condición de agente
encubierto. Esa autorización no comprende la realización de actividades que puedan lesionar
derechos fundamentales. En tales supuestos, el art. 282 bis dispone que cuando las
actuaciones de investigación puedan afectar a derechos fundamentales, el agente encubierto
deberá solicitar del órgano judicial competente las autorizaciones que, al respecto, establezcan
la Constitución y la ley y cumplir con las demás previsiones legales aplicables". Añade, por
último, que esas actuaciones no pueden constituir una provocación al delito.
Nos interesa destacar, para la resolución de la impugnación, el apartado que refiere la forma en
la que el material objeto de la investigación del agente debe ser incorporado al proceso penal
para acreditar el hecho. Señala la ley procesal que el agente encubierto deberá dar cuenta a la
mayor brevedad a la autoridad que le nombró y su información aportarse al proceso en su
integridad, correspondiendo su valoración al órgano judicial competente.
sobre la dación de cuenta de las investigaciones aunque, en el caso, esa información se dirige
más a la petición de ampliación de agentes encubiertos que a la preceptiva dación de cuenta.
Esa información, aunque sucinta, pudiera satisfacer la inicial exigencia de una información
inicial sobre las investigaciones, exigencia que es proporcionada a la autorización que se
confiere a los agentes encubiertos. La segunda exigencia, la información íntegra de la
investigación no se ha producido. Los agentes no han comparecido en el sumario, ni en el juicio
oral, para dar cuenta íntegra de sus gestiones y de la información obtenida. Los funcionarios que
actúan como agentes encubiertos, con independencia de su nacionalidad, han dispuesto de una
autorización para actuar en el seno de la organización, delictiva y ostentan cierta autorización
para delinquir, en la medida en que su conducta delictiva opera cubierta por la autorización
judicial de actuar. Tal dimensión de la autorización exige, como mínima contrapartida, la
exigencia de una actuación leal con la autoridad que los nombra y la comunicación íntegra de la
investigación. La inobservancia de esta precisión legal hace que la investigación sea irregular al
no haber sido aportada al proceso en las condiciones legales.
CUARTO
En otro apartado de la impugnación refiere que los agentes encubiertos provocaron el delito
pues proporcionaron al hecho delictivo la embarcación para la realización del transporte.
La STS 573/2013, 28 de junio -con cita de la STS 848/2003, 13 de junio -, precisa que "... el
delito provocado aparece cuando la voluntad de delinquir surge en el sujeto, no por su propia y
libre decisión, sino como consecuencia de la actividad de otra persona, generalmente un agente
o un colaborador de los Cuerpos o Fuerzas de Seguridad, que, guiado por la intención de
detener a los sospechosos o de facilitar su detención, provoca a través de su actuación
engañosa la ejecución de una conducta delictiva que no había sido planeada ni decidida por
aquél, y que de otra forma no hubiera realizado, adoptando al tiempo las medidas de precaución
necesarias para evitar la efectiva lesión o puesta en peligro del bien jurídico protegido. Tal forma
de proceder lesiona los principios inspiradores del Estado Democrático y de Derecho, afecta
negativamente a la dignidad de la persona y al libre desarrollo de su personalidad, fundamento
del orden político y de la paz social según el artículo 10 de la Constitución , y desconoce el
principio de legalidad y la interdicción de la arbitrariedad de los Poderes Públicos, contenidos
en el artículo 9.3 de la misma, sin que resulte admisible que en un Estado de Derecho las
autoridades se dediquen a provocar actuaciones delictivas ( STS núm. 1344/1994, de 21 junio ).
Hemos dicho en la STS núm. 1992/1993, 15 de septiembre , que «para la existencia del delito
provocado es exigible que la provocación --en realidad, una forma de instigación o inducción--
parta del agente provocador, de tal modo que se incite a cometer un delito a quien no tenía
previamente tal propósito, surgiendo así en el agente todo el «iter criminis», desde la fase de
ideación o deliberación a la de ejecución, como consecuencia de la iniciativa y comportamiento
del provocador, que es por ello la verdadera causa de toda la actividad criminal, que nace
viciada, pues no podrá llegar nunca a perfeccionarse, por la ya prevista «ab initio» intervención
policial. Esta clase de delito provocado, tanto desde el punto de vista de la técnica penal --por el
carácter imposible de su producción-- como desde el más fundamental principio constitucional
de la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos ( art. 9.3 CE ) y hasta desde el de la
lícita obtención de la prueba ( art. 11.1 LOPJ ) debe considerarse como penalmente irrelevante,
procesalmente inexistente y, por todo ello, impune»
En el mismo sentido la STS 427/2013 de 10 de mayo , recordamos que la existencia del delito
provocado supone que este agente policial induce a otra persona a delinquir, de suerte que sin
esa inducción tal persona no habría cometido el delito. En síntesis, el agente provocador quien
injerta el dolo de delinquir en la otra persona, por lo que el delito cometido por éste, sería delito
provocado.
El delito provocado se integra por una actuación engañosa del agente policial que supone una
apariencia de delito, ya que desde el inicio existe un control absoluto por parte de la policía.
Supuesto distinto es la actividad del agente tendente a verificar la comprobación del delito. No
puede pues confundirse el delito provocado instigado por el agente con el delito comprobado a
cuya acreditación tiende la actividad policial.
a. Un elemento subjetivo constituido por una incitación engañosa a delinquir por parte del
agente a quien no está decidido a delinquir.
c. Un elemento material que consiste en la inexistencia de riesgo alguno para el bien jurídico
protegido, y como consecuencia la atipicidad de tal acción.
En la práctica pueden darse situaciones ambiguas, a resolver en cada caso con el estudio de
las circunstancias concretas.
La policía está para impedir la comisión de delitos y detener a los autores pero no para inducir a
terceros a delinquir -- SSTS 1114/2002 ; 848/2003 ; 1110/2004 ; 1154/2006 ; 975/2007 ,
571/2008 ó 313/2011 --.
Desde la doctrina expuesta, hay que concluir que el agente encubierto en el caso de autos no
indujo al recurrente a delinquir. Desde el inicio de la investigación se parte de una estructura
ordenada a la comisión de hechos delictivos referidos al tráfico de drogas que era objeto de
investigación por la policía española, la británica y la francesa, siendo estos últimos quienes
solicitan y obtienen la autorización para actuar como agentes encubiertos. En la pieza separada
obra la documentación en la que además de solicitar más autorizaciones para exigencia de
dación da cuenta sobre la marcha de la investigación. De esas comunicaciones resulta la
existencia de un hecho antijurídico que se exterioriza por la actuación de la investigación.
QUINTO
Analizamos, por último, la denuncia por vulneración de su derecho a la presunción de inocencia.
Como dijimos anteriormente hemos de apartar del acervo probatorio la resultancia de prueba
derivada de los testimonios de referencia. También la prueba que resulta de las intervenciones
telefónicas.
El tribunal de instancia afirma el hecho probado, por otra parte lacónico y escueto en su
redacción, sobre la base de dos elementos de acreditación: las intervenciones telefónicas y el
testimonio referencial de los funcionarios policiales que españoles que investigaron los hechos.
Por las razones expuestas, los dos instrumentos de acreditación son irregulares y sobre los
mismos no puede asentarse un pronunciamiento de condena, razón que justifica la estimación
del recurso y dictar una segunda sentencia absolutoria de los acusados por ausencia de
actividad probatoria regular sobre los hechos de la acusación.
FALLO
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos,
mandamos y firmamos Andres Martinez Arrieta Julian Sanchez Melgar Juan Ramon Berdugo
Gomez de la Torre Luciano Varela Castro Ana Maria Ferrer Garcia
SEGUNDA SENTENCIA
ANTECEDENTES
UNICO.- Se aceptan y reproducen los antecedentes de hecho de la sentencia dictada por la
Audiencia Provincial de Málaga.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO
Se aceptan y reproducen los fundamentos jurídicos de la sentencia recurrida añadiendo los de
la primera sentencia dictada por esta Sala.
SEGUNDO
Que por las razones expresadas en el segundo y tercero de los fundamentos jurídicos de la
sentencia de casación procede la absolución de los recurrentes y la aplicación de lo dispuesto
en el art. 903 de la Ley procesal , la estimación de la impugnación se extiende a los demás
acusados en la causa, no recurrentes.
FALLO
F A L L A M O S: Que debemos absolver y absolvemos a los acusados Teofilo , Juan Manuel ,
Avelino , Visitacion , Carina , Gabriela , Juan , Raimundo y Jose Miguel así como a los demás
acusados no recurrentes Inocencio , Norberto y Jose Antonio del delito contra la salud pública
por el que fueron condenados en la sentencia de instancia, declarándose de oficio las costas
causadas.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos,
mandamos y firmamos Andres Martinez Arrieta Julian Sanchez Melgar Juan Ramon Berdugo
Gomez de la Torre Luciano Varela Castro Ana Maria Ferrer Garcia
PUBLICACIÓN .- Leidas y publicadas han sido las anteriores sentencias por el Magistrado
Ponente Excmo. Sr. D. Andres Martinez Arrieta, mientras se celebraba audiencia pública en el
día de su fecha la Sala Segunda del Tribunal Supremo, de lo que como Secretario certifico.