Estudios de Laboratorios Corregido
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ESTUDIOS DE LABORATORIOS
ANEMIA FALCIFORME
Un análisis de sangre puede comprobar la presencia del tipo de hemoglobina que está detrás
de la anemia de células falciformes. La anemia falciforme es una enfermedad hereditaria
que afecta a los glóbulos rojos, causando que adopten una forma de hoz o media luna. Estos
glóbulos rojos deformados pueden obstruir el flujo sanguíneo, y producir síntomas como
dolor, fatiga e incluso daño en órganos vitales. Las pruebas para detectar este tipo de
anemia son fundamentales para su diagnóstico y manejo.
Las pruebas para la anemia falciforme se centran en detectar la presencia de la
hemoglobina S, una forma anormal de hemoglobina que produce la enfermedad. Estas
pruebas se piden cuando existe sospecha de anemia falciforme, especialmente en personas
con antecedentes familiares o en aquellos pacientes que muestran síntomas como dolor en
el pecho, fatiga extrema o ictericia.
Las pruebas pueden realizarse en cualquier momento. No obstante, son más efectivas si se
realizan durante los primeros meses de vida en los recién nacidos o antes de la concepción,
en personas con antecedentes familiares de la enfermedad. La única prueba es una muestra
de sangre del paciente que se obtiene de forma normal con una analítica, Si en la muestra
hay hemoglobina S indica la presencia de anemia falciforme. Valores alterados confirman
el diagnóstico de la enfermedad y pueden servir para guiar el tratamiento y la atención
médica adecuada.
El objetivo de las pruebas de laboratorio es diagnosticar la anemia falciforme pronto,
identificar los individuos con rasgo falciforme e identificar, evaluar y tratar las
complicaciones que puedan surgir. Incluir la detección de anemia falciforme dentro del
cribado neonatal puede ser una buena opción, ya que esta prueba es capaz de identificar los
diferentes tipos de hemoglobina presentes en cada recién nacido.
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ANEMIA MEGALOBLASTICA
La mayoría de las veces, las anemias megaloblásticas se deben a deficiencias de
vitamina B12 y ácido fólico. La hematopoyesis inefectiva afecta todas las líneas
celulares, pero, en particular, a los eritrocitos. Por lo general, el diagnóstico se
basa en un hemograma completo y un frotis periférico, que en general muestra
anemia macrocítica con anisocitosis y poiquilocitosis, eritrocitos ovales grandes
(macro-ovalocitos), cuerpos de Howell-Jolly (fragmentos residuales del núcleo),
neutrófilos hiper-segmentados y reticulocitopenia. El tratamiento se centra en la
enfermedad subyacente. Se sospecha anemia megaloblástica en pacientes
anémicos con índices macrocíticos. También debe considerarse en pacientes con
factores de riesgo que tienen parestesias inexplicables y/o un índice de
distribución eritrocitaria elevado. Por lo general, el diagnóstico se basa en el frotis
periférico. Cuando está completamente desarrollada, la anemia es macrocítica,
con volumen corpuscular medio > 100 fL en ausencia de deficiencia de hierro,
rasgo talasémico o enfermedad renal. El frotis muestra macro-ovalocitos,
anisocitosis (variación del tamaño de los eritrocitos) y poiquilocitosis (variación en
la forma de los eritrocitos). La anemia megaloblástica es la expresión del trastorno
madurativo de los precursores eritroides y mieloides que da lugar a una
hematopoyesis ineficaz y cuyas causas más frecuentes son el déficit de vitamina
b12 y ácido fólico, el objetivo general de la investigación fue caracterizar de forma
detallada la anemia megaloblástica: prevalencia, factores de riesgo, signos,
síntomas y diagnóstico de laboratorio.
α-TALASEMIA
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β TALASEMIA
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Análisis prenatales. Se pueden hacer pruebas antes de que nazca el bebé para
determinar si tiene talasemia y determinar qué tan grave puede ser. Los exámenes
utilizados para diagnosticar la talasemia en los fetos abarcan los siguientes:
DEFICIT DE PIRUVATOQUINASA
El diagnóstico de esta enfermedad se basa en la presentación clínica (anemia,
cambios en el bazo como aumento de tamaño y congestión, ictericia…) y los
estudios analíticos característicos, incluyendo un recuento de hematíes y de
reticulocitos (hematíes inmaduros), niveles de bilirrubina, frotis de sangre
periférica, etc. En el momento actual no existe un tratamiento curativo para este
error congénito del metabolismo de los hematíes. Se realizan tratamientos de
soporte:
ELICIPTOSIS HEREDITARIA
Frotis de sangre periférica, análisis de fragilidad eritrocítica, análisis de
autohemólisis de eritrocitos y prueba de antiglobulina (de Coombs) directa. La
esferocitosis hereditaria o la eliptocitosis hereditaria se sospecha en pacientes con
hemólisis de causa desconocida (sugerida por la presencia de anemia y
reticulocitosis), en particular si hay esplenomegalia, antecedentes familiares de
manifestaciones similares o índices hematimétricos sugestivos. Como en la
esferocitosis hereditaria los eritrocitos son esferoides y el volumen corpuscular
medio (VCM) es normal, el diámetro corpuscular medio es inferior al normal, y los
eritrocitos se asemejan a esferocitos. La concentración de hemoglobina
corpuscular media está elevada. La reticulocitosis del 15-30% y la leucocitosis son
comunes. En la eliptocitosis hereditaria, los eritrocitos son típicamente elípticos o
en forma de cigarro; sin embargo, la presentación clínica es variable. Por lo
general, se arriba al diagnóstico por la presencia de al menos 60% de eliptocitos
en la muestra de sangre periférica y antecedentes familiares de enfermedad
similar. Si se sospechan estos trastornos, se realizan los siguientes exámenes.
ESFEROCITOSIS HEREDITARIA
La esferocitosis hereditaria (EH) es una enfermedad caracterizada por anemia
hemolítica de severidad variable, con presencia de esferocitos en sangre periférica
y una respuesta clínica favorable a la esplenectomía. La EH es una enfermedad
muy heterogénea desde el punto de vista clínico. Se puede observar desde el
portador asintomático hasta pacientes que presentan una anemia hemolítica
crónica con grandes requerimientos transfusionales. Dependiendo de la severidad
del cuadro clínico, de las cifras de hemoglobina, los niveles de bilirrubina y el
conteo de reticulocitos, esta enfermedad se clasifica en 4 formas: portador
asintomático, EH ligera, EH típica y EH severa. Los hallazgos morfológicos
encontrados en la EH son los mismos que encontramos en otros procesos
hemolíticos: hiperplasia de precursores eritroides en la médula ósea, cifra elevada
de reticulocitos en sangre periférica, aumento de la bilirrubina no conjugada en el
plasma y una elevada excreción de urobilinógeno .La anemia generalmente es
normocítica, normocrómica, con volumen corpuscular medio (VCM) normal o
subnormal, aunque menor del esperado en otras condiciones con un grado similar
de reticulocitosis. La prueba más utilizada para el diagnóstico de la EH es la
fragilidad osmótica del glóbulo rojo, la cual mide la habilidad de los glóbulos rojos
de incrementar su volumen cuando son sometidos a soluciones hipotónicas de
cloruro de sodio (NaCl) de concentraciones variables. La sensibilidad de esta
prueba puede incrementarse con la preincubación de las células. La forma típica
de EH puede ser diagnosticada fácilmente, aunque deben descartarse otras
causas de anemia hemolítica esferocítica tales como la anemia hemolítica
autoinmune (prueba de Coombs), hemoglobinas inestables (electroforesis de
hemoglobina, cuerpos de Heinz, etc.), la estomatosis hereditaria y el síndrome del
Rh nulo, entre otras.
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HEPATOPATIAS ALCOHOLICAS
Entre los parámetros de laboratorio empleados de forma rutinaria, no hay un
indicador específico para la hepatopatía alcohólica. No obstante, si la actividad en
suero del aspartato aminotransferasa (AST) predomina sobre la de la alanina
aminotransferasa (ALT), la actividad de la γ-glutamil transferasa (GGT) es alta, el
volumen de los glóbulos rojos es grande y se observa una concentración elevada
de inmunoglobulina A, es muy probable que el daño hepático sea de etiología
alcohólica, sobre todo si en las pruebas de imagen se observan hepatomegalia y
esteatosis. para poder considerar que las anomalías de estos resultados sean
típicas del consumo excesivo de alcohol, hay que descartar el uso de fármacos
como la carbamazepina, el tamoxifeno, el ácido valproico, la amiodarona o el
metotrexato, que son capaces de imitar la enfermedad hepática alcohólica al
inducir esteatosis hepática y la actividad de la GGT. Por otro lado, en el
diagnóstico se deben descartar enfermedades metabólicas raras, sobre todo la
hemocromatosis hereditaria; conviene recordar que el alcohol puede aumentar
significativamente la concentración de ferritina en sangre. Las complicaciones de
la hepatitis alcohólica se ocasionan por tejido cicatricial en el hígado. El tejido
cicatricial puede retardar el flujo sanguíneo a través del hígado. Eso puede
aumentar la presión en la vena porta, que es un vaso sanguíneo principal, y
causar una acumulación de toxinas. Se sabe que estos factores desempeñan un
papel en la hepatitis alcohólica: La forma en que el cuerpo descompone el alcohol
produce sustancias químicas altamente tóxicas, estas sustancias químicas
provocan inflamación, que destruye las células del hígado.
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