Oraciones Hna Jasmín
Oraciones Hna Jasmín
Oraciones Hna Jasmín
1 ¡Oh! PADRE que estás en los cielos, ¡cuán grande eres Tú, oh JEHOVÁ!
3 Abriste el mar para que tu pueblo cruzara en seco; hiciste salir a tu pueblo al desierto y en tierra árida le
proveíste alimento y saciaste su sed.
4 Le cubriste de bien y prodigios a ellos y a sus hijos, y nunca tuvieron necesidad de vestido y su calzado creció
junto con ellos.
5 Les protegiste del calor, con el poder de tu sombra; y del frío, con tu poderoso fuego.
6 ¡Oh ETERNO! ¡te alabamos! Porque les protegiste de mano de todos los que buscaban su mal, mientras
andaban en tu fidelidad;
7 Y los zarandeaste grandemente para separar al grano verdadero de la paja que se lleva el viento.
8 ¿Quién como Tú, que les cubriste de bien y todos se maravillaban de tus prodigios en ellos?
9 Les vieron las naciones y les temieron; y las fieras no tuvieron parte con ellos, porque Tú hiciste pacto de paz
con ellas.
10 ¡Las serpientes ardientes!, [cuando] por su maldad y rebeldía las pusiste en su medio, les diste consuelo y,
los que a Tí se allegaron, recibieron aliento.
11 ¡Oh ETERNO, tus providencias fueron muchas hacia tu pueblo desde antaño!
12 ¡No permitas que olvidemos tus maravillas!, pues si así hiciéramos no soportaríamos el porvenir.
13 Guárdanos con la diestra de tu justicia; y tu poder esté en mí, renovando cada día mi corazón.
14 Véante los pueblos a través de mis pasos y clamen a viva voz que un justo de JEHOVÁ está frente a ellos.
19 ¡Guarda mi corazón!, [para] que sólo ―éste― esté confiando en tus brazos y, así, puedas poner un espíritu
renovado dentro de mí.
20 Cansado estoy de hacer el bien y recibir el mal, mas Tú me sustentas con la diestra de tu justicia y me haces
tener mesa abundante en medio de mis instigadores.
21 Hazme recordar cada cosa en la cual tenga, de Tí, gratitud, y que la gratitud me haga sentir que lo que me
permites que pase cada día en mi vida es lo necesario y suficiente para poder vivir, de Ti, agradecido.
23 Hazme vivir confiado en tus promesas y no permitas que se ensañen de mí mis adversarios.
24 Escóndeme bajo tus alas, pues el león maligno está rodeándome y vigilando mis pasos.
25 Pon colirio en mis ojos para que siempre tenga presente, delante de mí, tus linderos; y, así, mi pie no pase
nunca fuera de ellos, para que así no tema el espanto de la noche ni a la flecha del día.
26 ¡No dejes que por la multiplicación de la maldad en mi corazón se apague el amor! Y, ¡consuélame!, cuando
vea ante mí la traición de aquellos a quien ama mi alma.
27 Ruégote, ETERNO, que me escondas en Tí, bajo tus alas, para que mi alma viva por siempre ―por Tí― en el
mundo de los eternamente vivientes.
28 ¡Acuérdate de los hijos que me diste!; aquellos que con gran ardor en mi corazón les expuse tus Palabras,
mas ahora las han olvidado por causa del instigador de las almas que atrapó su corazón.
29 Tú me los diste, ¡y tuyos son!, antes que yo supiera de su existencia, ya estaban en tu pensamiento.
30 ¡Líbralos, por amor a tu Nombre, del hechizo que les ata! ¡Y que puedan ser rescatados del mundo
perecedero!
31 Hazme un instrumento de tu paz, y libra mi cuerpo de ser cambiado por mano humana.
32 Que sólo Tú puedas gobernar mi vida y apartar de mi lado al que busca con ansias mi mal.
33 Recuerda que somos polvo y que nuestro frágil ser es dado a la perturbación de sus alrededores.
34 ¡A Tí clamamos! Por liberación de manos de los que nos han vendido por precio, como ganado de rebaño que
va al matadero para obtener de él ganancia.
35 Tuya es la tierra y su plenitud. ¡Manifiesta tu poder!, para que, el que vea, sepa que Tú riges el universo y la
tierra, y no retardas tu promesa como algunos la tienen por tardanza.
36 ¡Haznos merecedores de tu reino! Que el ESPÍRITU SANTO nos convenza de pecado, de verdad y de juicio
para que así mi alma pueda estar a cuentas contigo.
37 ¡No me deseches, oh, SEÑOR!, porque yo perdono a mis enemigos de todo corazón ―porque tu amor está
en mí―, y así puedo, por tu gracia, recibir tu perdón.
40 Haz presente en mi pensamiento día y noche tus dichos para, así, no temer a lo que me pueda hacer el
hombre.
41 ¡Dame el don que necesito para no temer! ¡Pon tu Palabra Viva en mí y hazme un santuario vivo con tu
presencia!
42 Ante la aflicción venidera, déjame recostarme de tu pecho y sostenme con tu brazo fuerte, pues reconozco
que no hay preparación que pueda sostenerme en pie si tu presencia no está conmigo.
43 La muerte está frente a mí; y mi frágil humanidad le teme. ¡Guárdame en tu sabiduría y en tu poder!
44 Sana de bien mi boca para que, en la adversidad, mis labios puedan alabar tu Nombre y no permitas que se
vuelven [burlen] de mí mis instigadores.
45 Tus palabras, como bálsamo a mis oídos y rocío refrescante en mi rostro, me lleven a tener un espíritu de
entera paz [con] los que buscan mi vida.
46 ¡Acuérdate de tu pacto con Israel!, aquellos que, una vez dispersos, estás recogiendo a través de tus
palabras,
47 Porque son tus ovejas ―y éstas―, oyen tu voz y te siguen. Estos entendidos que se apartan para Tí, y
huyen de las amalgamaciones del maligno.
48 ¡Oh, ETERNO! Escucha el clamor de tu pueblo y líbranos de convertirnos en aquello en lo que el enemigo
nos desea convertir, ¡líbranos de este gran mal!
49 Haya en mí gran contentamiento, porque mi alma sólo confía en Tí, el DIOS DE MI SALVACIÓN.
50 Reconozco mis errores y cómo he puesto mi pensar frente al tuyo, ¡oh, DIOS DE MI SALVACIÓN!
51 Perdona mi iniquidad y no te acuerdes de mis rebeliones. Guárdame como enteramente tuyo y dame fuerzas
de dominio propio para que mi alma te alabe todos los días de mi vida.
52 Ante aquellos que creen ser dueños de mi vida, haz que reconozcan que solo Tú eres DUEÑO y SEÑOR y
no pasa nada en este mundo sin que Tú lo sepas; y que no abandonas al fiel a la suerte de los que te
desprecian.
53 ¡Clama mi alma por tu ayuda!, porque se gozan aquellos que maquinan mal contra mi vida.
54 Levanta como guerreros tus siervos y estén entre nosotros para protección de tu pueblo.
55 No permitas que mi fe flaquee a causa de la opresión, porque me he sitiado en lugar que Tú has mandado,
confiando en tu protección.
57 No se aparte tu Ley de mis labios y crea un espíritu recto [dentro] de mi vida; porque, ¿qué sería el mortal en
esta hora sin tu presencia? ¿y el mundo sin tus cuidados?
58 He hecho conforme a tus Dichos; y aún sigo aprendiendo de ellos para ponerlos por obra en mi vida.
59 Quita el áspid de mi vista y dame fuerzas para arrancar de mi vida aquello que Tú me muestres que no te
honre.
60 Aquí estoy, a tus pies; ¡cúbreme con tu manto de justicia y sálvame!, porque perezco. ¿A quién iremos sino a
Tí?
62 ¡Clama el justo y es escuchado! Hazme justo para que tu oído siempre esté presto a mis palabras, por tu gran
misericordia.
63 ¡Salva a tus hijos que claman día y noche en las ciudades por liberación!
64 Aquellos que dan aun lo que no tienen por obedecer tus palabras. Dales colirio para que vean la puerta
cuando esté frente a ellos y puedan ser salvos a través de ella, pues, ¡Tú eres la puerta de la salvación!
65 No desmaye mi vida a causa de mis amados que oyen tus Palabras y se mofan de ellas;
66 Mantenme agarrado en tu fortaleza. Guíame en aguas turbulentas y mantenme a flote por tu presencia.
Permite que mi ser reconozca que sólo contigo es que estoy seguro.
67 ¡Tú eres el que sacia de bien mi boca! ¡Ayúdame a hablar sólo lo que te honra!
Mientras clamaba ante el Eterno, por todas las peticiones de todos los padres que clamamos al Eterno por
nuestros hijos, vino palabra del Señor a mí diciendo:
1 ¡Oh, Señor!¡perdona nuestros pecados! Aquellas iniquidades en nuestra vida por la cual el enemigo de las
almas se ha ensañado con nuestra descendencia; ellos fueron formados en ella, a causa de nosotros no tener
Tu Ley presente en nuestros dichos y por frontales ante nuestros ojos.
2 ¡No te apartes de nosotros, oh JEHOVÁ! Y pon un espíritu recto sobre nosotros, para que no luchemos con la
fe, sino que podamos ser vencidos por ella.
3 No escondas de nuestra herencia tu rostro, y revélate como REY de reyes y SEÑOR de señores.
4 Tu eres el que sacia de bien nuestra boca, el que subyuga nuestro impetuoso corazón, a ti clamamos por la
herencia que nos has dado.
5 No permitas, por amor a ti mismo, que ellos sean estopa que se lleva el viento.
6 Úngenos con tu presencia y pon un espíritu recto dentro de nosotros, para que nuestro ser tenga una
alabanza contínua en nuestra boca a causa de tus misericordias.
7 No permitas que los inicuos se gloríen a causa de la destrucción de nuestra simiente, con la cual Tu has
multiplicado nuestra descendencia.
8 Abatida está nuestra alma y nuestro espíritu perturbado, al ver como aquellos que hemos cargado en nuestro
regazo se han descarrilado.
11 Confiado hemos en tus palabras con las cuales se han vivificado en nuestras almas.
12 Acuérdate de ellos y pon tropiezo en sus vidas para que reconozcan que solamente Tú eres DIOS y por Tu
poder se rige el universo.
13 Haznos justos para que nuestra voz pueda ser por ti escuchada y no apartes de nosotros tu oído.
14 Límpianos cada día más y más, hasta llevar así tus vestiduras por tu gracia y misericordia; sana nuestro
corazón y cura nuestros pensamientos, para que nuestra boca solo alabe tu nombre.
17 Nos miren nuestros vástagos, aquellos que Tú nos has dado y te vean a Ti en nuestros pasos.
18 Cansados estamos de ver sus caminos; haz que nuestros ojos solo te vean a ti, para que nuestra alma
siempre esté en reposo.
19 Haz que nuestra lengua no estorbe tus propósitos, y que nuestro rostro pueda siempre reflejar tu paz.
22 Haznos reflejar tu paciencia y amor, y que no nos cansemos por ello, porque nuestra fortaleza proviene de
Ti.
23 Haznos acordarnos de los días buenos y los malos puedan quedar en el olvido.
24 Haznos mirar las flores que nos regalas cada día y los pajarillos que Tu envías a nosotros con sus cantos; la
brisa del viento y el arroyo de las aguas, y el fruto que hace crecer de la tierra para nuestro sustento.
25 Haznos recordar que todo existe porque Tú así lo planificaste, para vivir así confiados en tu voluntad.
26 Guíanos en tus sendas, aunque nuestra simiente nos deseche y ayúdanos a amarlo sin caer en sus redes.
27 Líbranos de todo aquello que no te honre para que nuestras noches pueden ser de paz en tu regazo.
28 Guárdanos del lazo cazador, porque en ti hemos confiado y pon temor en nuestros adversarios por verte a
nuestro lado y Tu Presencia estar siempre con nosotros.
30 Que mientras nos postramos ante Ti, Tú dejes ver tu poderío en ellos y así juntos poder disfrutar tu reino por
siempre.
31 Sea hecha tu voluntad en nuestra vida. Y que pase en nosotros según Tu Voluntad, todo lo necesario, para
estar a cuentas contigo pues reconocemos que sólo Tú eres Rey y Soberano en nuestras vidas.
Estas fueron las palabras que recibí del Eterno para esta hora.
Quiera DIOS que podamos descansar en ellas, que el Señor nos bendiga.
Testimonio: 24-09-2022
(Ruego por Liberación Ante la Tempestad)
5 ¡Lo inmóvil se mueve, lo firme sale de su asiento! Mis pies tambalean y no hay mortal que me sostenga.
7 El torbellino recorre, azotando, la tierra; lleva en su seno gran desolación. Su paso es destrucción y, su sola
presencia es, muerte.
8 Mas Tú eres el Dador de la vida. ¡Tómame en tus brazos para que yo pueda vivir, en Ti, confiado!
9 Tu humilde creación, aquella que no puede expresarse por sí sola, sufre por nuestras rebeliones.
10¡Oh, Santo de Israel! ¡acuérdate de ellos, que sufren a causa del mortal!
12 ¡Mira cómo, a una, se levantan contra tu pueblo! ¡Resguárdanos en tu seno!, para que la noche se vuelva día
en Tí y mi alma tenga sosiego.
14 Los huesos, de ésta, salen disparados en toda dirección; y, el mar, traga lo que no le pertenece.
15 Las cataratas de los cielos revientan y arrasan con gran parte del alimento de la tierra.
17 Las centellas no se detienen ante el crujir celeste; y el ínfimo morador humano advierte su impotencia.
18 Aún los animales y bestias del campo, aún más capaces de huir a esto, perecen.
19 ¡Oh, PADRE ETERNO, tómame fuerte con tus manos para que no tema ante tal adversidad!
20 Recuerda tus palabras dichas, por tu boca, a tu PADRE: “te pido que no los quites del mundo, pero sí, que
los guardes del mal”.
21 ¡Oh, Padre! Tuyo es el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.
23 No permitas que el inocente pague por el culpable; y hazle saber al mundo que, Tú, tienes amados aquí, en
esta tierra.
25 Perdona mis rebeliones y encarnece mi corazón. Que mis sentidos te alaben y que mi boca alce cantos a tu
nombre.
26 No me quites de tu presencia para que mi gozo en Tí sea completo.
28 Hazme entender tus dichos y pon para siempre, en mí, tus palabras.
30 ¡Líbrame de los que buscan mi mal sin causa!, instigados por tu adversario.
31 Recuerda la simiente que me has dado, si en ellos —aún—, hay, en Ti, esperanza.
32 ¡Sálvalos, en tu misericordia, porque Tú vas por lo perdido y descarriado! pero al orgulloso y altivo miras de
lejos.
34 No me sueltes en mi caminar y corrígeme en tu sabiduría, con la corrección necesaria para que sea hecho.
35 Púleme con tu poder, para que mis tuétanos puedan entender que Tú eres su CREADOR. Subyuga mi
mente y somete mi corazón, pues, en mi libre albedrío, así yo lo deseo.
37 Según protegiste el arca de antaño, cuida las arcas presentes de aquellos que te aman y te temen; de
aquellos que viven en tu casa, día y noche, buscando tu rostro y pidiendo tu consejo. Más, tu misericordia no
esté con el que es habitación del maligno. ¡Aléjalo de nuestras vidas!, para que tu paz sea grande en nuestro
medio.
38 Limpia tu campamento de la congregación mixta, aquellos que se allegan a ella por temor al mundo, pero no
te aman ni te temen. Sacúdelos con tu mano, para que sepan que Tú estás al tanto de tu heredad.
40 Traes negrura al mortal para ver si se acuerda de tu Nombre; pero aun tu justicia está presente.
41 Mi alma ruega por ellos; para que vean su maldad y se vuelvan a Tí.
42 ¡Mira cómo combaten los adversarios en aire, tierra y mar!, por poderes de esta tierra que, a tu mandato,
pronto pasarán.
44 Se aíran las naciones, y cada una cree traer su final juicio; más Tú, con tu santa paz, das juicio a los
entendidos.
46 En el ártico pones piedra bermeja, y en el oriente pones piedra albina. Éstas dos últimas con vasijas de barro
quebradas, más abundantes.
47 Tu juicio está echado, y los entendidos lo han entendido. De cerca y de lejos han visto tus juicios, que no se
han hecho esperar; y aún siguen su curso.
48 Tu adversario, ¡oh, JEHOVÁ!, propone; pero solo Tú dispones lo que ha de acontecer en tu mundo.
52 Lo que escape a mi entendimiento, ¡déjamelo saber!, para así glorificarte con tu sabiduría —que has puesto
en mí—.
53 Pon mesa ante mis adversarios, aquellos que se gozan en que mi mesa sea escasa. Teniendo ellos sus
alacenas llenas, se burlan de mi escasez; más yo, con tu pan y tu agua, soy sostenido.
55 No escondas tu vista de aquellos que marchan tras mi vida; [de] aquellos que, tras bandera y poder, detonan
saeta cerca de mi morada.
56 ¡Alza tus ojos, DIOS de Israel, y confunde sus caminos! ¡Libra a tu heredad!
57 ¿Qué es la tierra, sino el estrado de tus pies, la mar, donde se refresca tu rostro? Y, el inmenso cielo,
enrollas como uno de tus libros.
58 Aquellos que están airados, destrozando tu creación, son inicuos —incircuncisos de corazón—, que aman el
derramar la vida.
62 Muchos se burlaron de tus palabras, porque estas llegaron por vía anómala. Otros, amaron tus palabras y,
luego, las desterraron. Otros, [permanecen en] ambivalencia ante tu grandeza.
63 ¡Oh, DIOS de mi Salvación! ¡Juzga tu causa ante todos ellos, porque en Tí confía mi alma!
64 He sufrido por tu causa, a Tí esto no es ajeno. Vituperio y persecución se han levantado contra mí [y] mi
simiente. Y, aun, [de] los que desde mi infancia me alentaban a buscarte.
65 Siguiendo su consejo te busqué y mi amor por Tí creció hasta que Tú me miraste, me libraste de la muerte
de los que buscaban mi vida. Y aun del borde mortífero, tu brazo me sostuvo.
66 Miserable estaba mi alma a causa de mis adversarios que buscaban mi vida. Clamé a Tí y Tú me libraste; y,
yo, con alegría de espíritu proclamé tus maravillas en todo lugar que mis pies han pisado.
67No pedí nada, según [se considera,] grande sino solo tener tu paz en mi corta vida; y alabo tus grandezas,
porque me escuchaste sin merecerlo.
68 Ahora, a causa de tus palabras, buscan mi vida y la de todos tus hijos en tu tierra; pero yo, en Tí he confiado.
69 ¡Tómame como enteramente tuyo! ¡y salva a tu heredad que se allega a Tí confiada! Nos miren los que nos
desprecian y reconozcan que Tú vas frente a tu pueblo.
70 Y que nos amas con amor grande, porque amamos tus Leyes, tus Mandamientos y tus Estatutos.
71 Se abate nuestra alma por los que despreciaron tus dichos, pues la tristeza no se hace esperar.
72 Más yo sigo en Tí confiando, pues, ¿dónde hay salvación fuera de ti? ¡Míranos desde los cielos y fortalece
nuestras vidas para que podamos vivir en tu paz!
73 Tus palabras resuenan día y noche en mi mente y las atesoro en mi corazón: “estas cosas os he hablado
para que en Mí tengáis paz.
75 Por eso yo, “en paz me acostaré y asimismo dormiré, porque solo Tú, JEHOVÁ, me harás estar confiado”,
porque “el Ángel de JEHOVÁ acampa alrededor de los que le temen y los defiende”.
Palabras fieles y verdaderas que comparto con cada uno de vosotros. Que el SEÑOR nos bendiga.
Testimonio: 12-01-2023 #2.
Instrucciones Pascua 2023
ORACIÓN PARA PASCUA
Así diréis:
3 ¡Lávame, purifícame, haz que mi mente sea pura en Ti!, y mis ojos cierra hacia el mal.
4 Haz que mis oídos solo escuchen tus Palabras, y desechen —como vil escoria— la impiedad.
5 Tú eres el que sacia de bien mi boca. ¡Haz que mi espíritu se alegre en Tí y mi boca te alabe todos los días de
mi vida.
6 ¡Oh, SEÑOR!, que aún cerca de la tumba fría, cerca del tormento y del que desea escarnecerme, puede estar
en Tí confiado.
7 Cansado(a) estoy de la angustia profunda, de ver la locura del mortal que te desecha siendo Tú la FUENTE Y
RAÍZ DEL AMOR VERDADERO.
8 Consuélame y hazme entender que cada elección es propia y puedo yo, confiando, descansar en Tí.
9 Cuida mi mente para que, así, pueda dirigir mis manos a lugar certero cuando mis pies me lleven a verdes
pastos.
10 ¡Oh, ETERNO, no escondas de mí tu rostro! Ven en mi socorro porque los impíos acechan contra mí por tu
causa, que amo y siempre tengo en mi boca.
11 ¡Levanta la avispa, sacude el suelo y tu fuego los lleve lejos de mí!, porque en Tí he confiado.
12 Cuando sea despojado de todo, que mi alma te alabe porque mi herencia eres Tú, mi SALVADOR.
13 ¡Te imploro, JEHOVÁ!, haz que la tempestad que se avecina me ligue tanto a Tí que pueda cruzar airoso,
contigo, el feroz mar.
14 Hazme entender, en todo mi ser, que no me pertenezco y que Tú, como mi Dueño, cuidarás de mí para
nunca perderme.
15 Haz que tu Palabra esté en mí, en mi acostarme y en mi levantarme, y que mis manos sean diligentes en
toda área de mi vida —ante la premura—.
16 Aleja de mi vida [a] aquellos que solo desean vivir para sí, porque su espíritu entorpece mi alma
17 ¡¿Cómo pueden, estos incircuncisos de corazón, vivir para sus deseos y a la vez hablar a otros de Tí?!
18 Esto, ETERNO, magulla mi alma; y chasquea la tuya. ¡Oh, SEÑOR! ¡así es la locura humana
19 Aquellos que ellos mismos son anatemas, que luchan porque todos fijen la vista en sí, apártalos, ETERNO,
para que tu rebaño mire solo tras tus pisadas.
20 La alegría de mi alma escapa cuando me rodean los que invalidan tu Ley y tus dichos. No logro decir: “ahí
viene el príncipe de este mundo y no tiene nada en mí”, como Tú exclamaste.
21 ¡Oh, SANTO DE ISRAEL! tira de mi alma toda malignidad y mi ser te alabe desde ahora y para siempre.
22 Abre mis ojos para ver lo que se esconde tras lo que tengo al frente; y mi mente reciba tu operación, para ser
libre.
24 Tú eres el que hace salir el pan y el mosto de la tierra; y ésta, aunque envejecida, obedece a tu mandato.
25 Hazme entender esta ciencia para que, en Tí, mi sustento diario sea una alabanza continua en mi boca.
26 ¡Oh, DIOS DE MI SALVACIÓN! ¡Hazme entender tus tiempos! ¡Tus días solemnes estén siempre delante de
mí!
27 Dame entendimiento para saber sus comienzos y sus términos, cuando delante de mí ya no estén tus
dichos.
28 Mi alma se abate por cosas que, ante Tí, son pequeñeces. ¡Ayúdame a descansar en Ti!
29 Mira los míos, los que Tú pusiste junto a mí, aquellos que sabiendo tus palabras prefieren ignorarlas.
¡Levántate, oh JEHOVÁ, y hazte notorio para que vean y entiendan que Tú, sólo Tú, eres el DIOS ÚNICO Y
VERDADERO DE SALVACIÓN!
30 Haz que mi alma disfrute de tu compañía en todo momento y mi espíritu respire paz.
31 Combato a los que despliegan mentira de tus Palabras; y, estos, acechan contra mí. Levántate, como
poderoso gigante, y líbrame de su mano.
32 Yo cantaré maravillas a tu NOMBRE, porque me has sacado del lodo cenagoso de la desesperación y pones
mis pies sobre LA ROCA.
34 Sé que, en Tí, veré la suerte de los injustos caer a mi lado y yo alabaré tu NOMBRE por siempre, ROCA MÍA
Y REDENTOR MÍO.
35 Despídeme de mis plegarias hacia Tí, pero nunca —¡ni por un instante!—, de tu presencia, para que mi ser
no desfallezca y mis huesos sean quebrantados.
36 Tú eres mi SALVADOR y mi CONSOLADOR. En Tí pongo mi entera confianza. Líbrame de la boca del león
y de las brasas del mar profundo, y del seol.
37 Si estos estuvieren frente a mí, abrázame en tu pecho y no me sueltes para que salga airoso y pueda morar
contigo en el Mundo de los Vivientes.
38 No quiero callar mi pecado, ante Tí, para que mis huesos no envejezcan. Atiende, por tus misericordias, mi
caso y perdona todas mis transgresiones para que pueda ser libre de mis pecados.
39 Mi mente recuerda muchos, más no todos; pero Tú, de ellos tienes memoria. Házmelos saber para ponerme
a cuentas contigo.
40 Reconozco que solo Tú tienes poder para guiar a bien mi salida y mi entrada, mi levantarme y mi acostarme.
A Tí voy en auxilio y consuelo, porque Tú eres el DADOR DE LA PAZ.
41 Cada día con sus afanes, [Tú] me das fortaleza para vivirlos; y se asombra mi mente al ver la obra que
permites hacer con mis manos.
42 Tú eres el DIOS DE PROEZAS, EL SANTO, el PODEROSO DIOS DE ISRAEL. ¡Tiemble la tierra al escuchar
tu Nombre y todo impío desfallezca ante tu presencia!
43 Por eso: „en paz me acostaré y asimismo dormiré porque solo Tú, JEHOVÁ, me harás estar confiado‟;
porque a los suyos „el ángel de JEHOVÁ acampa alrededor de los que le temen y los defiende‟. Amén.”