Swatch
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INTRODUCCION
1985 fue un buen año para la industria relojera suiza. El número de relojes
terminados que se exportaron aumentó un 41% hasta alcanzar los 25,1 millones, y el
valor de las exportaciones de relojes aumentó un 12,2%. Los relojes de lujo seguían
siendo la base del comercio suizo de relojes, representando tan sólo un 2,1% de los
envíos totales, pero un 41,8% en cuanto al valor (Cuadros 1 – 3). Por primera vez en 15
años, se registró un crecimiento de empleo, al crearse 1.000 nuevos puestos de trabajo.
Los buenos resultados del sector en 1985, combinados con un buen año en 1984, dieron
señales de que la industria relojera suiza se había recuperado, luego de haber pasado por
momentos difíciles en la mayor parte de la década anterior.
Algunos pueden decir que el reloj Swatch es sólo uno más de la larga lista de
éxitos suizos. En los años 50, pocas industrias gozaban del dominio que poseía la
industria relojera suiza. En aquella década, los suizos tenían aproximadamente el 80%
del mercado mundial (no comunista) de los relojes. La producción se realizaba en la
región del Jura, donde familias de agricultores aislados por la nieve trabajaban además
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como hábiles relojeros, complementando sus ingresos con el ensamblado de piezas de
relojes mecánicos durante los meses de invierno. En el mejor momento de esta
industria, en 1956, había 2.332 maisons de este tipo. Dos grandes grupos relojeros, la
Allgemeine Schweizar Uhren AG (Asuag) y la Societé Suisse por Iíndustrie Horlogére
(SSIH), controlaban la mayoría de las marcas suizas en ese entonces.
Los suizos siguieron al frente de la industria hasta la mitad de los años 70,
cuando la producción masiva de relojes electrónicos cambio la industria relojera para
siempre. La diferencia más importante entre un reloj electrónico y uno mecánico es que
el primero es mucho más fácil de fabricar. Un reloj mecánico tiene una maquinaria
complicada cuyo ensamblado requiere una mano de obra altamente calificada. El reloj
electrónico normalmente está compuesto de microchips y unidades impresas y se presta
bien a la producción en masa y a los procesos automatizados. Después de haber sido los
líderes supremos de la industria relojera durante décadas, los suizos se vieron sujetos a
una fuerte competencia del Japón y de productores con mano de obra barata como Hong
Kong, Singapur, Taiwan y Corea del Sur. Estos recién llegados producían relojes
digitales baratos que eran más exactos que los relojes mecánicos.
A pesar de que los suizos fueron los que introdujeron el primer reloj electrónico
de cuarzo en 1968, fueron lentos en aceptar la importancia de esta nueva tecnología.
Analizando lo ocurrido, parece ser que los productores pequeños y divididos tenían
interés en dejar las cosas tal como estaban. La nueva tecnología no se había probado aún
en el mercado y la posición suiza era segura. En cualquier caso, los Suizos entraron
rezagados y de mala gana a nuevo mercado cuyas reglas eran diferentes. En los años 70,
por ejemplo, los relojes empezaron a venderse en tiendas de consumo masivo, tales
como grandes almacenes y supermercados. Para los orgullosos suizos, quienes exigían
que sus relojes se vendieran en relojerías y joyerías autorizadas, esto era poco menos
que una blasfemia. Los suizos siguieron produciendo relojes con estilos que ya no
estaban en contacto con lo que querían los consumidores, y mostraron una notable falta
de creatividad en el marketing. En realidad, dejaron de ser líderes en la industria
relojera. El mercado de los relojes de lujo suizos continuaba saludable, pero habían
perdido una gran participación de mercado en el extremo inferior del mercado. En 1974,
las exportaciones de relojes suizos representaban todavía el 60% del total mundial.
Hacia 1979, la proporción había disminuido hasta un 33%.
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La recesión económica y la fuerte subida en el valor del franco suizo contribuyeron a
los problemas de la industria relojera suiza a demasiados años de éxito incuestionado,
que le daban una aureola de invencibilidad. En las palabras de uno de los ejecutivos de
la industria:
Imaginen la situación en los primeros años de la post-guerra, cuando los suizos eran los únicos
que fabricaban y vendían relojes. La industria tenía una lista de espera de meses, y los precios
de venta se fijaron de manera que aún las empresas ineficientes pudieran sobrevivir. Las más
eficientes estaban obteniendo beneficios enormes. ¿Qué directivo que estuviera cuerdo hubiera
querido cambiar las cosas? (Management Today, 12/80)
La fusión de Asuag, cuya marca insignia era Longines, y SSIH, cuya marca más
conocida es ahora Swatch, pero que también incluye Omega y Tissot, fue la primera
respuesta de los suizos al desafío asiático. El nuevo grupo recibió un paquete financiero
de 310 millones de US$, el mayor plan de rescate en la historia de la banca suiza. En
ambos grupos ocurrió una fuerte reorganización, especialmente en SSIH, el cual había
perdido 77 millones de US$ en el año finalizando el 31 de marzo de 1981. La mayor
parte de los directivos de SSIH fue despedida y el control de la división relojera fue
transferido a Ernst Thomke, un hombre totalmente ajeno a la industria, y con un título
de doctor en medicina y un título avanzado en química.
La fusión resultó ser inteligente, ya que Asuag estaba mucho mejor equipada
tecnológicamente para enfrentarse a los 80 que SSIH, habiendo realizado un esfuerzo
importante en la investigación y desarrollo de relojes electrónicos. SSIH, por su parte,
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tenía las marcas más conocidas. (En el verano de 1985, Asuag-SSIH cambió de nombre
a Corporación Suiza de las Industrias Microelectrónicas y Relojera: SMH).
La estrategia de marketing del reloj Swatch está en el concepto del reloj como
accesorio de moda. Este es un enfoque nuevo, ya que normalmente se utilizaba para
vender relojes de oro y diamantes al segmento superior del mercado. Los relojes de la
gama entre 30 y 35 dólares normalmente compiten en base al precio, rendimiento, o en
el caso de los digitales en los años 70 e inicios de los 80, a características tales como
cronómetros y/o calculadoras. Swatch, por el contrario, desarrolla su mercado-objetivo
como “los jóvenes de 12 a 24 años que siguen la moda”.
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Una tendencia que operó a favor de Swatch desde un principio fue que, durante
el periodo de 1970 1 1986 cada vez más gente compraba relojes. El reloj ya no era
principalmente un artículo de regalo y no eran sólo los ricos los que tenían más de uno.
En 1976 se vendieron 240 relojes por cada 1.000 habitantes en Estados Unidos. Diez
años más tarde, la cifra era 425 relojes por cada 1.000 habitantes. Aproximadamente el
90% de las ventas se componían de relojes electrónicos baratos de diversos estilos y
marcas. (The Economist, 17/5/86)
Está claro que Swatch nunca hubiera podido sacar partido de esta tendencia sin
una estrategia de marketing sólida. Según Imgruth, la estrategia de su compañía está en
tres elementos: diseño, distribución y producción
LA COMPETENCIA
10 US$ - 50 US$ 52
Más de 50 US$ 19
Debido a que el reloj Swatch era una novedad cuando fue introducido, la
compañía gozó de rienda suelta en el mercado de relojes de plástico de moda (algunos
lo llaman el “chic barato”) durante más de un año. El panorama cambió
considerablemente a medida que fuertes competidores en el segmento de menos de 50
US$, como Casio, Timex, Lorus, Armitron y Parker Watch entraban en contienda.
Además de limitar algunos de los estilos y técnicas publicitarias que utiliza Swatch
(Figura 5), la nueva competencia ha elegido los supermercados y tiendas de consumo
masivo, las mismas áreas que Swatch ha evitado, como sus principales puntos de
distribución.
Aunque queda por verse si los nuevos competidores pueden estar a la altura de la
creatividad y la flexibilidad de diseño de Swatch (un ejecutivo de Swatch dijo que la
entrada de una compañía orientada hacia la tecnología como Casio, en el mercado de los
relojes de moda era como “John Deer empezando a vender autos deportivos”), la nueva
variedad de relojes de bajo precio seguramente ejercerá una presión descendente sobre
los precios. La línea inicial de relojes de plástico de Lorus se vendía a 19,95 US$ con el
margen incluido, los Fun Timers de Timex se vendían a 17,95 US$ y la línea Color
Burst de Casio se vendía desde 19,95 US$. La mayoría de los comerciantes creen que
los precios eventualmente bajarán al rango de 12 a 14 dólares. (Drug Store News,
27/5/85)
Swatch ha debido ocuparse también de la venta de relojes Swatch falsos y de las
ventas sin licencia. En octubre de 1985 la Aduana de los Estados Unidos descubrió
5.000 imitaciones y Asuag-SSIH inmediatamente enjuició a tres imitadores suizos.
Existe también un floreciente “mercado gris” en el cual comerciantes sin licencia se
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benefician de las diferencias de precio entre Europa y los Estados Unidos (el reloj se
vende más barato en Europa). Swatch decidió comprar estos relojes en 1985, gastando
aproximadamente 500.000 US$ con el fin de maximizar el control de la venta de sus
productos.
Tal vez a causa de un entorno cada vez más competitivo, Swatch emprendió un
veloz programa de diversificación a fines de 1985. La compañía creó más de 470
“Swatch Shops” (Tiendas Swatch) dentro de los principales grandes almacenes en todo
el país, vendiendo, además relojes, una nueva línea de prêt-à-porter llamada “Funwear”
y una línea de accesorios llamada “Fungear” (Ver Figura 6).
Swatch seguirá utilizando las mismas estrategias que usa para vender sus relojes.
Los nuevos grupos de productos están dirigidas a los mismos jóvenes de 12 a 24 años
que siguen la moda, que son el mercado-objetivo de Swatch. La Funwear es “una línea
muy viva e imaginativa de ropa informal unisex que incluye shorts, T-shirts, camisetas,
pantalones de ciclista, camisas y ropa de playa”. Cada colección tiene un tema que se
relaciona con un tema de los relojes Swatch. El equipo de marketing y diseño de la
compañía introduce nuevas colecciones cada ocho semanas, y los precios varían entre
los 10 y los 50 US$. El Fungear es una colección de mochilas de cuero y de goma,
cinturones, bolsos, y el “jacketpack”, una mochila que contiene un impermeable y una
capucha. Los precios van desde los 10 a los 65 US$.
Además de estas dos líneas de productos, Swatch ofrece los Swatch Shields, que
son gafas de sol de alta moda; los Swatch Guards, protectores pequeños y coloridos para
las caras de los relojes; los Swatch Chums, sujetadores de gafas, y paraguas y chándals
que llevan los diseños actuales de los relojes. Swatch también importa y vende
bolígrafos, cuadernos, libretas de direcciones, llaveros y navajas.
La decisión de Swatch de abrir tiendas dentro de los principales grandes
almacenes se basa en la convicción de la Dirección de que los productos deben venderse
en un entorno totalmente Swatch –un entorno que tenga la “personalidad Swatch”. El
presidente de la compañías, Max Imgruth, ha pronosticado que los accesorios y la ropa
representarán entre el 30 y el 40% de las ventas totales de 1986. A largo plazo, Imgruth
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espera que las nuevas líneas de productos constituirían la mayoría de las ventas de
Swatch.
1. Swatch tiene una historia de éxito única. ¿Por qué ha tenido éxito la
compañía? ¿Era importante que la industria relojera suiza recapturara el extremo
inferior de mercado? ¿Por qué? ¿Por qué no?
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2. ¿Ve algún paralelo entre la decadencia de la industria relojera suiza y otras
industrias occidentales?