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24 Comunicación y Medios N°37 (2018) www. comunicacionymedios.uchile.

cl

El Bildungsroman femenino en El verano de los


peces voladores (Marcela Said, Chile, 2013)
The Female Bildungsroman in The Summer of Flying Fish
(Marcela Said, Chile, 2013)
Rosana Díaz-Zambrana
Rollins College, Orlando, Estados Unidos
[email protected]

Resumen Abstract
La perspectiva infanto-juvenil en la cinemato- The perspective of the child and the adolescent
grafía latinoamericana asume funciones signi- in the Latin America cinema not only provides an
ficativas no sólo al revelar los intersticios del insight to the individual process of development
joven en desarrollo, sino como alegoría de la but also serves as an intriguing national allegory.
problemática en la construcción de imaginarios By examining the parameters and themes provi-
nacionales. A partir de las pautas y temáticas ded by the genre which deals with the growth
que provee la historia de formación—Bildungs- of the protagonist from youth to adulthood—Bil-
roman—, la producción de Marcela Said, El ve- dungsroman—, Marcela Said´s movie The Sum-
rano de los peces voladores (2013), explora la mer of Flying Fish (2013), explores the learning
experiencia de aprendizaje y rebelión del sujeto path and the rebellion experienced by the ado-
juvenil en el contexto de choques culturales, so- lescent subject in the context of socio-economic
ciales y raciales entre la clase media chilena y la and cultural tensions between the Chilean mi-
población marginal mapuche. Sin embargo, esta ddle class and the mapuche communities. In our
trayectoria educativa da cuenta de un potencial reading, the adolescent´s social and emotional
fracaso en la esfera personal. Mediante un estilo trajectory could be considered a symbolic failure,
sugestivo y evocador, Said consigue reproducir not only on the personal level but on the socio-
los niveles de incertidumbre, postración e inha- cultural one. Through suggestive stylistic techni-
bilidad de la mujer adolescente para luchar con- ques, Said suggests the different manifestations
tra el sistema sociocultural, patriarcal y burgués of uncertainty, helplessness, and inability of the
al que pertenece. young female adult to defy the sociocultural,
patriarchal, and bourgeois system to which she
Palabras clave belongs.
Cine chileno; cine contemporáneo latinoameri-
cano; Bildungsroman femenino. Keywords
Chilean cinema, contemporary Latin American
cinema, female Bildungsroman.

Recibido: 02-08-2016/ Aceptado: 01-06-2018 / Publicado: 30-06-2018


DOI: 10.5354/0719-1529.2018.45118
Fracturas del Bildungsroman femenino. El Verano de los peces voladores (Marcela Said, Chile, 2013)
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1. Introducción tos más recientes de la era neoliberal, continúa
al exponer formas institucionalizadas de racismo
La presencia infanto-juvenil en el cine latinoa- y falta de consenso para un proyecto nacional
mericano ha cumplido una función de reflexión multicultural chileno (Richards, 2010: 66-89).
y denuncia frente a las condiciones de exclu-
sión, marginalidad e injusticia social. Incluso, las A pesar que en el imaginario nacional el sujeto
etapas de evolución y crisis que constituyen la mapuche ha oscilado entre el exotismo, la vic-
esencia de las historias de formación de niños timización, el terrorismo y lo barbárico, más re-
y adolescentes en el cine y/o la literatura sirven cientemente ha habido una tendencia deliberada
también para metaforizar determinadas fases a buscar remediar dichos estereotipos en favor
de transformación nacionales1. En su estudio de restituir la desigualdad en las relaciones inter-
sobre el niño en el cine argentino de la post- culturales e intercambios cotidianos en la socie-
dictadura, Sophie Dufays arguye que el desti- dad chilena. Estas tentativas de reconocer la legi-
no del protagonista infantil sería alegórico de timidad de una identidad colectiva mapuche en
la situación histórica de la comunidad nacional oposición a la amnesia histórica de las élites con-
en la que se inscribe (2014:98). El niño no sólo versadoras se reflejan por ejemplo en el informe
se considera el futuro de la nación, un potencial Pueblos Originarios y sociedad nacional en Chile
adulto que cargará los comportamientos y pen- (2013), o en la presencia indígena en otras dis-
samientos de generaciones previas, también es posiciones artísticas contemporáneas como las
la latente encarnación de cambio (Browning, producciones El verano5 y, la más reciente, Mala
2001:2)2. En el contexto de Chile, la produc- junta (Claudia Huaiquimilla, Chile, 2016) cuyas
ción cinematográfica de Marcela Said (Santiago, ficciones arrojan luz sobre los vigentes conflictos
1972), El verano de los peces voladores3 (2013), ancestrales de índole étnico-racial y política.
permite examinar el estado de la nación desde
la evolución de carácter típica del género del El primer largometraje de Said expande los
Bildungsroman, en el cual se escruta el proceso confines de la representación del mapuche per-
multifacético de madurez, aprendizaje e inte- mitiendo una lectura sociopolítica de la nación
gración a la sociedad del joven protagonista. El desde el esquema del Bildungsroman. Dichas
desarrollo individual del sujeto juvenil femenino historias de formación funcionan para plasmar
en el filme implicará un despertar de conciencia y entender las estructuras de poder que son
a la diferencia racial, étnica y socioeconómica exhibidas, a menor escala, en las diferentes ge-
que se establece con la otredad mapuche4. neraciones, en las dinámicas de familia y en las
relaciones socioculturales convencionales. En el
A lo largo de la historia chilena el pueblo mapu- estudio sobre las implicaciones literarias del Bil-
che ha operado dentro de estructuras de orden dungsroman, Marianne Hirsch observó el doble
colonial en las que ha sido invisibilizado y clasi- carácter—biográfico y social—de estos relatos
ficado como racialmente inferior al mismo tiem- en los que la sociedad se convierte en el anta-
po que el estado ha legitimado a través de es- gonista (1979: 296-8). En aras de conformar un
trategias legislativas, la desposesión territorial y sentido de identidad y como parte de las metas
la violación de derechos civiles (Gómez-Barris, de socialización, el sujeto juvenil precisa conci-
2016: 92). Estas comunidades minoritarias, mar- liar su propia libertad individual con las pautas
cadas por el desplazamiento geográfico institui- preestablecidas por la colectividad. No en bal-
do en el siglo XIX, mediante la Pacificación de de, la centralidad del conflicto mapuche en El
la Araucanía y la política reduccional, han sido verano expondrá la compleja relación con las al-
sistemáticamente víctimas de explotación y de teridades, los intereses sociales dispares y las di-
la normalización de estereotipos y valoraciones sonancias culturales que el sujeto juvenil deberá
sociales negativas. La progresiva exclusión del enfrentar a lo largo de su educación. Esta con-
mapuche que comenzara durante la colonia, frontación, en ocasiones traumática y hostil con
pasando por la represión y desposesión imple- el entorno, nos lleva a considerar las siguientes
mentadas durante la dictadura, hasta los conflic- interrogantes propuestas para entender la re-
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presentación de los jóvenes en la cinematogra- alienación de los huérfanos y la construcción de


fía hispanoamericana: “¿Son cuestionados los lealtades con extraños (Cavallo & Maza, 2011:
valores familiares y de estado a través de la mi- 15). Por su parte, Urrutia percibe una evolución
rada y la voz de jóvenes protagonistas? ¿Cómo similar en el cine chileno al que denomina cine
la representación contribuye a los debates éti- centrífugo, el cual “parece no creer en nada y
cos y morales en sociedades que han sufrido que se entrega al despliegue de unas imáge-
violencia, intolerancia e injusticia?” (Seminet & nes (movimiento, paisaje, cuerpo, luz) vaciadas
Rocha, 2012: 2, traducción mía). de contenido (en cuanto discurso y alegoría),
expresivamente ambiguas” (2013: 16). Este
La focalización de los jóvenes en la pantalla tendencioso desplazamiento fuera del centro
grande en El verano es fundamental para el pro- hacia “acontecimientos débiles y relaciones
ceso de exteriorizar antagonismos abiertos en azarosas”, en gran modo, alejados de un con-
el Chile contemporáneo y así ofrecer, desde una flicto explícito y sin grandes referentes locales,
perspectiva alterna y marginal, un posible punto por ende, va a generar producciones introspec-
de inflexión para repensar los procesos y prácti- tivas donde cobran protagonismo el sujeto y el
cas sociales prevalentes. Sin embargo, esa pau- espacio (Urrutia, 2014:19-20). El consenso de la
latina toma de conciencia social que caracteriza crítica acerca de esta “exhibición de la intimi-
al género del Bildungsroman no estará exenta dad” o “retórica del individuo” daría paso a una
de contenciones y fracasos, sobre todo cuando liberación de la ideología o referencialidad ad-
se refiere al desenvolvimiento polifacético del judicada por ejemplo al Nuevo Cine Chileno de
sujeto femenino. En este artículo rastreamos el los sesenta (Saavedra, 2013: 21).
proceso de adecuación social y emocional de
la joven protagonista en El verano siguiendo Sin perder de vista estos contundentes vientos
algunos rasgos asignados al Bildungsroman fe- de cambio, discutimos El verano como una pro-
menino dentro del contexto de desigualdades ducción que se posiciona en el ámbito de lo polí-
sistemáticas en el Chile multicultural y de las tico, al mismo tiempo que explota ciertos rasgos
limitaciones intrínsecas de la mujer para rebe- estéticos y estilísticos asociados con el concepto
larse contra las circunscripciones normativas de del “cine de lo centrífugo”, “la dimensión intimis-
género, socioétnicas, políticas y culturales. ta” o el “espíritu novísimo”. Por un lado, Said se
vale de una ruptura con los paradigmas del cine
clásico en términos del uso temporal, espacial y
narrativo, pero a diferencia de otras produccio-
nes emblemáticas recientes, El verano no desa-
2. Entre lo íntimo y lo colectivo: tiende el contexto sociopolítico y de tensiones
étnico-raciales que yacen visibles e invisibles en
nuevos modos de contar la realidad el imaginario nacional y en las prácticas discursi-
vas. Más bien, gracias a ese trasfondo politizado,
El cine chileno reciente exhibe una reconcentra-
se problematiza la formación de carácter de la
ción en la subjetividad y en la identidad indivi-
joven protagonista. En otras palabras, la esfera
dual que da cuenta de los giros socioculturales,
geopolítica es el catalizador a partir del cual se
estéticos e ideológicos que ha experimentado
debatirán las fronteras entre lo personal y lo co-
la sociedad en las últimas décadas. Cavallo y
lectivo, lo íntimo y lo político, lo mapuche y lo no
Maza acuñan el rubro de Novísimo Cine Chi-
mapuche. O, como sostiene Saavedra, al discurrir
leno para referirse a esta distintiva generación
sobre el cine chileno contemporáneo, las figuras
de cineastas del nuevo milenio (2011:14).6 Tal
de la intimidad —su expresión, definición y len-
cine emergente aúna directores que compar-
guaje— podrían interpretarse también como un
ten el haber sido formalmente educados en el
discurso ideológico resultado de fenómenos so-
arte del cine, la reiterada preocupación por el
ciales y discursos culturales, por ejemplo, de las
espacio íntimo como territorio de conflicto y el
dinámicas del neoliberalismo y la globalización
tratamiento de temas como la fragmentación
(2013:16).7 En El verano tiene lugar una relación
familiar, el trauma de las familias sustitutas, la
Fracturas del Bildungsroman femenino. El Verano de los peces voladores (Marcela Said, Chile, 2013)
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en tándem de lo íntimo y lo colectivo donde el puche que enfatiza la lucha por la tierra y el ac-
carácter reflexivo del drama requiere una refor- ceso libre a sus recursos. Los terratenientes de
mulación de los factores sociopolíticos y étnicos la ciudad y las comunidades mapuches represen-
filtrados por las ambigüedades de la subjetividad tan dos mundos divergentes que conviven, pero
y el paisaje. Asimismo, en el aspecto formal res- cuyos pactos están a punto de quebrarse. Ese
ponde a pautas privilegiadas por el cine autoral conflicto escala cuando comienzan los esporádi-
donde se abole la linealidad clásica entre causa y cos apagones nocturnos, la misteriosa muerte de
efecto, hay preferencia por el uso estratégico del animales y los incendios en el bosque como par-
sonido y la voz, y se insiste en el detalle suges- te de las “señales” que envían los mapuche para
tivo, los ángulos poco convencionales, la rareza defender su dignidad y el derecho a la tierra. El
del encuadre, la insinuación imperfecta y los cor- punto crítico de los altercados entre los habitan-
tes arbitrarios. tes de la región y don Francisco ocurre cuando el
vigilante de su fundo dispara su arma y suelta los
El drama en El verano se presenta desde la pers- perros hiriendo de gravedad a un lugareño. Este
pectiva de la adolescente Manena (Mane) (Fran- incidente no logra amedrentar a don Francisco.
cisca Walker) quien, con sus padres, Francisco Sin embargo, el descontento mapuche no mer-
(Gregorio Cohen) y Teresa (María Izquierdo), mará y, desde un servilismo ficticio, tal oposición
va de vacaciones a la casona de campo situada culminará con otra quema en el bosque seguida
en una zona boscosa del sur de Chile, habitada de la inusitada muerte de Pedro, cuyo cadáver
en sus alrededores por comunidades mapuche. cubierto con una sábana Mane consigue recono-
Francisco, dueño de los títulos de propiedad de cer por sus distintivos tenis pintados a mano.
sus trabajadores indígenas —a quien llamarán
don Francisco— está obsesionado con extermi- Este clímax de violencia se contrasta con la se-
nar las carpas que “infectan” la laguna artificial renidad de la imagen con la que cierra el filme:
que ha creado en su fundo. Para moldearla a su Mane, con los ojos cerrados, flotando apacible-
antojo usa los servicios del joven mapuche Pe- mente en la laguna. Un final enigmático e inti-
dro (Carlos Cayuqueo) quien asume clandesti- mista, pero al mismo tiempo inundado de rever-
namente un rol activo en la resistencia colectiva beraciones simbólicas. Así, El verano utiliza un
contra la opresión del terrateniente. Don Fran- estilo sugestivo provocando que, muchas de las
cisco, por otro lado, refuerza sus municiones: conclusiones a las que llega el espectador, estén
utiliza perros adiestrados en atacar, dinamita la basadas en la intuición, la deducción o la ambi-
laguna para matar a las carpas e instala cercos güedad. Una excepción a esta vaguedad será la
eléctricos para evitar que los lugareños mapu- construcción de las relaciones de género y de
che cacen en “su propiedad”. Si por un lado, la poder, ya que estarán claramente delineadas y
relación que establece el wingka (hombre blan- operarán acorde con las estructuras patriarcales
co) con la tierra es de tipo utilitaria e insolidaria y colonialistas que se pueden remitir a las luchas
con el ambiente, en la cosmovisión mapuche históricas del pueblo mapuche.
(gente de la tierra), la naturaleza es integral al
sentido de la vida comunitaria. En consecuen-
cia, el enfrentamiento inminente de estas dos
visiones de la tierra y el medio ambiente en El 3. El paisaje austral o el contrapun-
verano dará paso a una guerra no declarada que
no tardará en cobrar sus víctimas. teo de señales, sonidos y diferencias

Durante ese verano de azarosas revelaciones, En la narrativa de El verano el paisaje cumple


Mane explora sus deseos eróticos hacia Lorca una función tanto poética como alegórica que
(Guillermo Lorca) —un amigo de la familia que acompasa la trayectoria educativa de la adoles-
también vacaciona con ellos— a la vez que des- cente, quien va adquiriendo consciencia de sí
cubre al “otro” que encarna Pedro. A través de misma, de su cuerpo y de su entorno. De hecho,
él, se entabla un conocimiento de la cultura ma- al referirse al cine chileno del siglo XXI, Villarroel
descubre un vínculo temático con el imaginario
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de lo local, las problemáticas propias, los lu- fortuito pues coloca tanto a Pedro como a Mane
gares simbólicos y la memoria colectiva (2005: en el vórtice de las diferencias y conflictos que
155). Esta presencia del paisaje se confirma en aún son desconocidos para el espectador a par-
El verano porque es “un lugar simbólico”, des- tir de un paisaje connotativo que acompasa los
de donde se potencian una gama de diferencias decibeles emocionales de la narrativa fílmica.
y conflictos que se extienden de lo subjetivo a lo
social, de lo económico a lo étnico-racial. Como plantean esas primeras secuencias, se
elabora una retórica del temor al bosque, de te-
Expandiendo esa preponderancia del paisaje, mor a lo oculto “afuera”, que se conecta con lo
en el cine actual se suscita un movimiento a la mapuche. El misterio y angustia, que transmite
periferia que muestra una nueva relación entre el paisaje exterior, se resumen en la saturación
sujeto y espacio en que el personaje se torna de primeros planos que captan la mirada des-
pasivo o simplemente contempla y la naturale- concertada e inquisitiva de Mane. Así, la niebla
za adquiere una vida propia e independiente, fantasmagórica y el desapacible uso del sonido
más allá de servir o contener a los personajes y la quietud insondable del exterior articulan
(Urrutia, 2014: 16 y 109). Ahora bien, a pesar un andamiaje sensorial in crescendo en espera
de que en El verano el paisaje es autónomo e de ser detonado —como la dinamita— por las
imponente, también es un locus político que maniobras deshumanizantes y depredadoras de
enmarca el conflicto, influye, moldea y polari- la globalización y los demás poderes en juego.
za el devenir de los personajes. El paisaje del Detrás de una naturaleza prístina se van desta-
Chile austral se presenta como un dispositivo pando las piezas sueltas en el frágil equilibrio
para la contemplación intimista en la evolución que se tiende, por ejemplo, entre el latifundista
emocional de Mane y además evoca la peligro- y sus empleados, entre la mentalidad infantil y
sa volatilidad de las relaciones interculturales los deseos sexuales, entre confianza y sospecha
que han marcado la nación desde la época a la autoridad, entre la confrontación o la huida
colonial hasta la actualidad. Más específica- frente a la crisis y entre la valoración del medio
mente, el espacio destaca las valoraciones en ambiente por parte de los pobladores origina-
relación a la tierra, los recursos y la solidaridad rios y de los propietarios “legales” de la tierra.
comunitaria que separan a los grupos humanos De hecho, el territorio geográfico en la tradición
y sus motivaciones. del pueblo mapuche implica la pertenencia a
una comunidad (Guerra, 2013: 125). En contras-
Igualmente, las preocupaciones sociales en El te con esta mentalidad, para los terratenientes
verano son expresadas mediante un lenguaje y del filme, la naturaleza está bajo su total domi-
espacio simbólicos que contraponen lo íntimo nio, en una especie de tiranía que se extiende a
y lo colectivo, lo esperado y lo mostrado, lo vi- los pobladores y empleados mapuche.
sible y lo invisible, lo percibido y lo ocurrido, lo
mapuche y lo no mapuche. El estilo evocador La desintegración de los engranajes del sistema
del filme vincula de forma indirecta paisaje, soni- colonialista se presagia también mediante se-
dos, individuo y política. Un ejemplo es cuando ñales de la naturaleza. Por ello, la perturbadora
al comienzo del filme una neblina va invadiendo presencia de animales: un perro atrapado en el
la pantalla y al disiparse deja ver una silueta (Pe- agua, un pájaro chocando contra el cristal del
dro) que con su red extrae peces del lago para auto, una cabeza de oveja muerta, sonidos de
luego salir remando en una barca. Otro corte animales que no se ven o que cuelgan sin vida de
nos lleva a una Mane risueña paseando a su pe- los árboles, se convertirán en implacables avisos
rro por el brumoso bosque para, de inmediato, de algo por venir. Es más, durante las caminatas
perderlo de vista. La angustia la embarga, se de Mane por el bosque, ejercicio que se repite,
escuchan ladridos. Segundos después, ya de re- tienen lugar pequeñas revelaciones que inundan
greso en su casa, el padre la amonesta y le pide al personaje de interrogantes: allí descubre a Lor-
a Ester, la empleada mapuche, que le advierta ca con una chica (que bien puede ser su herma-
de los peligros del bosque. Este montaje no es na o prima) y ve la caza clandestina de animales
Fracturas del Bildungsroman femenino. El Verano de los peces voladores (Marcela Said, Chile, 2013)
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por parte de los vecinos mapuche. Cabe notar un Otro modo de visibilizar la realidad de afuera
travelling de seguimiento de más de un minuto o la otredad mapuche en El verano es median-
de Mane atravesando solitaria la espesa niebla te los efectos sonoros. Lo auditivo es comple-
del bosque. Una secuencia representativa de su mentario con lo visual y además es esencial para
angustioso pathos que precede al desengaño destapar y sacudir sensorialmente el mundo de
de sus coordenadas conocidas. Esas caminatas la joven protagonista. Chion (1993) ha acuñado
son imperativas en el avance psicoemocional del el término audioespectador para referirse a la
sujeto adolescente: en duda y desequilibrio, in- importancia de audiover. Hay un valor agrega-
capaz de “verlo” todo, pero intuyendo que no do que resulta de la unión de sonido e imagen,
lo “ve” todo. En el análisis sobre la función del produciendo una “ilusión audiovisual”. Para fa-
niño narrador en la literatura, Andrea Jeftanovic cilitar la interpretación de los ritos de pasaje y
percibe en esa “cognición incompleta” y “com- la diégesis de los personajes en El verano, es
prensión parcial de los hechos” la estrategia idó- necesario repasar la presencia de lo que Chion
nea que ofrece al niño una distinción y una gama denomina la palabra-emanación o las voces de
de posibilidades ante las estructuras de poder fondo. Aunque estas voces no son necesaria-
(2011: 30). Por su parte, Ann Kaplan en Looking mente oídas o comprendidas, se vinculan a las
for the Other adjudica a la mirada un poder cog- emociones y son fundamentales en cuanto ex-
nitivo en el que “mirar constituye la forma en que presan un ambiente psicológico como lo hacen
el niño aprende la cultura a la que pertenece. Así la rarefacción (largos silencios), la poliglotía (em-
aprende qué mirar, qué evitar mirar, lo que es vi- pleo de lengua extranjera), la palabra inmersa
sible, lo que es invisible, quién controla la mirada, (claroscuro de las conversaciones) y la pérdida
quién es el objeto de la mirada. Los sujetos en de inteligibilidad (el murmullo).
una cultura también se constituyen como capa-
ces de “ver” o no” (1997, xvi). Los sonidos en El verano, en ocasiones de ori-
gen enigmático, contribuyen a crear una atmós-
Por ello, en el aprendizaje juvenil es impres- fera afectiva que tensiona los lazos entre las al-
cindible retar esos perímetros de lo accesible teridades en conflicto como lo hace el uso de
y lo vedado de la mirada y, sobre todo, en el la poliglotía. Es evidente que el diálogo de los
desafío para rebasarlos se conjuga el principio habitantes de la región en lengua mapuche —el
de la resistencia y el potencial cambio. Hasta el cual ocurre sin subtítulos ni doblaje— acentúa la
momento, la realidad de Mane se regía por un alienación cultural y lingüística de Mane, quien
campo de visión parcializado que paulatinamen- escucha sin entender (al igual que los espectado-
te se expande al ir descubriendo aquello que se res) la conversación de Pedro con los miembros
urde a espaldas de la autoridad. Como la noche de su comunidad. 8 Asimismo, en otras instancias
en que ve pasar los camiones atestados de tron- del filme la palabra inmersa y la pérdida de inteli-
cos, una sigilosa pero contundente extracción gibilidad, tal y como las define Chion, hacen que
masiva de árboles que sugiere la desigualdad la voz vaya perdiendo definición y claridad y, por
en cuanto a la distribución de recursos. Del mis- ende, complejice la audiovisión y el efecto emo-
mo modo, las obstrucciones visuales y auditivas cional en el espectador. Cuando don Francisco y
en el filme sugieren la incapacidad de tener Mane llegan al lugar del “incidente” al final del
acceso a una realidad diferente a la propia. La filme donde los Carabineros le están informando
susodicha falta de visión de Mane —ya sea por al padre de lo acontecido con Pedro, el diálogo
la oscuridad, por la niebla o en un sentido más impenetrable de esta escena perturba y descon-
figurado, la ignorancia— también se evidencia cierta. Este diálogo debería ser crucial para el
en las escenas de desplazamientos en automóvil espectador, pero sólo se capta alguna palabra
o a pie por el bosque donde no se percibe en aislada. Aquí se explota el uso del sonido de las
su integridad lo que capta el lente. Este tipo de “imágenes negativas”, es decir, ruidos que sólo
tomas proponen un discurso de lo incompleto sugieren una imagen que de por sí no se presen-
en el que la cámara es elocuente. ta (Chion, 1993:179). Paradójicamente, el deseo
de comprender el diálogo en murmullo de los
30 Comunicación y Medios N°37 /2018 e-ISSN 0719-1529 R. Díaz-Zambrana

Carabineros genera una sensación de urgencia del Bildungsroman en la novela latinoamericana


en el espectador, que segundos más adelante, como un modelo de desarrollo colectivo para
cobrará sentido en el cuerpo inerte de Pedro y los sujetos marginales y muchas veces femeni-
que Mane parece anticipar con la expresión des- nos en favor de una visión moral y contestataria
encajada de su rostro. sobre los movimientos sociales, individuales y
colectivos (16). En este sentido, el aprendiza-
En términos generales, el lenguaje expresivo de je del sujeto adolescente en El verano servirá
los elementos visuales y sonoros en El verano para exponer algunas asignaturas pendientes
transmite, de forma oblicua y al mismo tiempo del discurso nacional usando el enclave de la re-
acumulativa, los nudos sociopolíticos y étnicos lación padre-hija, donde se confrontan por pri-
de la trama como serán: la lucha por los recursos mera vez los límites y términos de la autoridad
naturales, el acceso a la tierra, la complejidad patriarcal y su ideología hegemónica. Por lo
de las relaciones colonialistas y, por último, el que el carácter transgresor del Bildungsroman
precio de pagar con la vida misma, como en el femenino es fundamental para dejar al descu-
caso de Pedro, el buscar reparar las injusticias bierto los mecanismos represivos impuestos por
que perpetúan las élites terratenientes en la pe- el sistema genérico prevaleciente en la sociedad
riferia rural. El medio ambiente, con sus parajes (Lagos, 1996:35).
y sonidos, se posiciona en el núcleo de las dis-
putas históricas libradas por el pueblo mapuche A pesar de sus constricciones, el sujeto infan-
y, simultáneamente, revela los estados afectivos to-juvenil desarrolla mecanismos inusitados con
y psíquicos de la joven Mane, dando paso a un los que pone en marcha sus estrategias de resis-
desarrollo no sólo emocional sino social e ideo- tencia frente a las estructuras de poder. Al refe-
lógico característico del Bildungsroman. rirse a los narradores infantiles en la literatura,
Jeftanovic sostiene que a éstos se les ofrece el
lugar que la historia todavía no les reconoce y
se les permite una mirada dominante que ejerce
4. Bildungsroman femenino: Rutas violencia para desbaratar el orden que hereda-
ron (2011:31). Es más, el poder del niño narrador
de rebeldía y desengaño se define sobre la base de sus limitaciones con
respecto a la conciencia adulta, ya que “siempre
El verano emplea la estructura del Bildungsro- va a ser una posibilidad de discurso alternativo”
man para mostrar, a través de la educación for- utilizado para “inscribir una resistencia, un dis-
mativa de la joven Mane, los espacios de tensión curso “al reverso” del lenguaje y las ideologías
étnica y económica entre el pueblo mapuche y tiránicas” (Jeftanovic, 2011:29). En El verano
el latifundismo burgués. En la caracterización de será Mane la que presentará una amenaza a los
Buckley (1974), el Bildungsroman se compone paradigmas tradicionales al cuestionar la natura-
de una serie de hitos que incluyen el enfoque lidad del orden étnico-político y de género que
en la infancia, el conflicto generacional, la salida le era familiar. Se podría decir que la resistencia
del hogar, la educación en la ciudad, la vivencia encabezada por Pedro frente la tiranía ejercida
de aventuras amorosas y el deseo de búsque- por don Francisco es paralela al desafío de la
da de identidad personal y vocación artística autoridad paterna por Mane dentro del hogar.
(18). En El verano se constatan algunos de estos En su universo las riendas las llevan los hombres.
rasgos como la salida de la ciudad para facilitar Además, están a la cabeza de las discusiones
una educación sobre la otredad mapuche, que políticas, son prepotentes, empoderados, capri-
cambiará irreparablemente el rumbo de las in- chosos y llenos de prejuicios hacia las minorías
quietudes y dilemas ético-ideológicos de Mane, mapuche. Las mujeres burguesas se resumen
y retará los estatutos del patriarcado colonialista en la pasividad enfermiza de Teresa, su madre,
desde un posicionamiento marginal. cuyos gustos son ridiculizados, vive enajenada
con sus frivolidades y depende excesivamente
En su estudio sobre las historias de formación, de sus empleadas. Frente a la mujer entrenada
Julia Kushigian (2013) advierte la importancia
Fracturas del Bildungsroman femenino. El Verano de los peces voladores (Marcela Said, Chile, 2013)
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en las pautas sociales de antaño representada La amistad entre Pedro y Mane se revela crucial
en Teresa, Mane debería representar a otra ge- ya que, como Kushigian (2003) advierte, el apren-
neración que rechaza esos patrones y esque- dizaje se lleva a cabo a través de la madurez cul-
mas. Ahora, el poder realizarse como antítesis tural, o el reconocimiento de lo que es diferente
de la conducta matriarcal es un particular desa- de uno en ese proceso de interacción con el Otro,
fío para Mane si consideramos las desventajas es posible un mejor entendimiento de sí y de ese
que enfrentan las protagonistas femeninas en Otro, sugiriendo una combinación de disonancia
las novelas de aprendizaje: “Mientras el héroe y armonía en cada etapa del proceso (23). En esa
aprende a ser un adulto independiente la mujer interacción con el otro existen limitaciones prees-
debe aprender a ser sumisa y a depender de la tablecidas por el posicionamiento sociocultural y
protección de otro para su supervivencia. Como económico que se expresan en una canción que
las aspiraciones de la joven se ven obstruidas Pedro comparte con Mane:
por la sociedad, la protagonista está destinada
a la desilusión” (Lagos, 1996:34-5). Ojalá que puedas entender que las cosas nun-
ca son del color que se las ve, que la gente
El motivo temático del “desengaño como desti- casi en general no le importa si no tienes dón-
no” opera en Mane a varios niveles: la desilusión de almorzar, por más que miro el horizonte
amorosa con el joven de su clase, la fractura de nunca logro ver lo que suelen ver, ojalá que
la figura del pater familias y la develación de las puedas comprender.
prácticas de injusticia étnica y socioambiental.
En muchos sentidos, se reproduce el modelo Como se desglosa de la canción, los temas de vi-
de la interacción individuo-sociedad de las no- sión y entendimiento se expresan en el lenguaje
velas de aprendizaje en el que “el personaje simbólico de la naturaleza y los motivos fílmicos
principal no controla su destino, sino que más de la niebla y la falta de visibilidad. El destape de
bien reacciona frente a sus circunstancias” (Al- la realidad —poniendo fin a la ambigüedad y a la
bin, 2003:23). Las circunstancias de injusticia neblina— alcanza su punto crucial en la muerte
endémica descubiertas por Mane la confrontan de Pedro, víctima de la opresión capitalista bur-
con un código de valores antes visto como es- guesa representada en don Francisco.
tático y normalizado. Cinematográficamente,
la repetición de planos dúo entre padre e hija Hacia el final de la película, Mane se queda em-
en claro antagonismo visual, reproducen la dis- belesada mirando a la niñita rubia con la que
conformidad que pone a prueba dicho status está jugando. ¿Es la modelo para el cuadro de
quo. Esta actitud contestataria se comprueba Lorca? ¿Tal vez su prima o hermana? Lo cierto es
cuando Mane cuestiona —desde el interior del que el lente sigue enfocándose en la pequeña
automóvil— el agresivo arresto de pobladores como si a través de esa taciturna contemplación
mapuche por la policía local, a lo que padre res- se hallara cifrada una siniestra advertencia. No
ponde emitiendo un juicio ideológico: “tienen es casualidad entonces que esta escena prece-
que haber dejado alguna cagá, si no, no estarían da al impacto visual del cadáver de Pedro mo-
los carabineros ahí sacándolos de las casas. No mentos después. Incluso, la violencia neurálgi-
puede ser, están muy sublevados”. Este patrón ca contenida en ese encuentro con el cadáver
de eventos medulares para la historia se repi- de Pedro se prefigura en una de las pinturas de
te en tres ocasiones: el arresto de los vecinos Lorca que captura a una niña vestida de blanco
mapuches, el extraño encuentro con un vecino frente a una casa de dulce rodeada de frambue-
tirado en la carretera una noche de lluvia y el sas que simulan sangre y el cuerpo de una vaca
encuentro con el cadáver de Pedro. El automó- mutilada colgando de sus patas. Otra de sus
vil deviene la frontera que divide las facciones, pinturas es el esbozo de una niña de cabellos
produciendo para los terratenientes una falsa rubios recostada sobre unas sábanas blancas
sensación de seguridad que sólo les agrava la con una mirada serena pero ausente. La última
miopía socioética de la opresión que ejercen so- imagen de Mane flotando en el agua se asemeja
bre la otredad mapuche. a esa segunda niña en la cama, boca arriba y
abandonada al placer de la quietud y la inercia y,
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por qué no, de la muerte y el contingente cruce podría implicar el cruce de umbrales que mar-
de fronteras (Imágenes 1 y 2). ¿Qué representan ca la muerte de la inocencia y la iniciación a
esas niñas angelicales e impertérritas? ¿Serán la adultez. Al mismo tiempo, esa indescifrable
un aviso de la violencia que se aboca sobre los inacción que sugiere la postura de la protago-
afectos de Mane o es la frontera de la inocencia nista podría verse como una sumersión pasiva
perdida y la entrada a un ámbito adulto de in- al desencanto y, en el peor de los casos, al con-
equidades insuperables y ancestrales? formismo social o el colonialismo ideológico
que proponen sus padres. De ser así, esta acti-
Imagen 1. Una de las pinturas con niñas del joven Lor- tud de confinación al orden conocido confirma-
ca. ría una de las diferencias con el modelo mas-
culino del Bildungsroman, que puntualiza las
restricciones de las protagonistas femeninas:
“Mientras el héroe crece, madura y se desarro-
lla, la heroína presenta un desarrollo regresivo.
Si la edad adulta significa independencia y au-
tonomía para el hombre, para la mujer—por el
contrario—es sinónimo de opresión y someti-
miento” (Lagos, 1996:35).

Para contrarrestar la incongruencia entre los re-


tos y las expectativas entre ambos géneros, las
narraciones de formación femenina procuran
Fuente: Jirafa films. romper con el modelo conservador de conduc-
ta impuesto a las niñas a través de estrategias
Imagen 2. Escena final de Mane flotando en la laguna. variadas, como el uso de la ironía o los dife-
rentes grados de alienación en las protagonis-
tas, como la locura, la enfermedad, el suicidio
o la muerte (Lagos, 1996:35-6). La alienación
presentaría la educación del sujeto femenino
en términos de un “crecimiento disminuido”
o un “desarrollo regresivo” en contraste con
el desarrollo progresivo de los chicos (36). En
otras palabras, la incapacidad de rebelarse
contra lo esperado socialmente por parte de
los sujetos femeninos se traduce entonces en
un “sentimiento de sofocación, de falta de aire
y un sentido de empequeñecimiento como el
Fuente: Jirafa films. que caracteriza a los pacientes de instituciones
mentales” (en Lagos, 1996:35-6). En un sentido
En cualquier caso, la imagen final de Mane general, el buceo parcial en agua de la imagen
en el agua puede ser interpretada como una final en El verano podría ser visto como una ex-
fase culminante en el proceso de aprendizaje tensión de ese “sentimiento de sofocación” del
femenino. Desde el punto de vista del lengua- sujeto femenino que lucha por afirmar su voz
je simbólico, la inmersión en agua significa “el pese a toda adversidad y que podría alinearse
retorno a lo preformal, con su doble sentido con las estrategias irónicas de las historias de
de muerte y disolución, pero también de rena- formación que denuncian los obstáculos im-
cimiento y nueva circulación, pues la inmersión puestos a la mujer en una sociedad patriarcal.
multiplica el potencial de la vida” (Cirlot, 2003:
69). El cuerpo de Mane en agua —en posición
de erotismo contenido y sugerente laxitud—
Fracturas del Bildungsroman femenino. El Verano de los peces voladores (Marcela Said, Chile, 2013)
33
5. Conclusión centralización de Mane al final, sugiriendo que
lo social se negocia desde lo individual, aun
Como hemos establecido, las historias de forma- cuando el éxito de la rebelión quede suspendi-
ción juvenil sirven para diagnosticar dinámicas so- do como su cuerpo en el agua.
cioeconómicas, políticas y culturales de la nación.
Entonces, si la progresión educativa de la joven Gracias al lenguaje sugestivo y ambiguo que ca-
en El verano alegoriza aspectos irresueltos de la racteriza al nuevo cine chileno, El verano interroga
sociedad chilena contemporánea, como son las la posición de las subjetividades juveniles margi-
relaciones interculturales y la represión política nales en condiciones desfavorables a la vez que
y material de la resistencia mapuche, ¿qué po- cuestiona los desafíos de las minorías mapuche
demos deducir de la resolución pesimista de los como parte de las contiendas históricas de la na-
conflictos en cuestión que culminan en la muer- ción chilena en torno a la integración efectiva de
te violenta del activista mapuche y el desengaño sus pueblos originarios. Por último, El verano in-
visceral de la adolescente? Este final nos remite tenta desensamblar el discurso oficial hegemónico
al aparente fracaso que los críticos del Bildungs- patriarcal, aun cuando las posibilidades reales de
roman destacan tanto en la joven como en los rebelión estén constreñidas por el notable peso
personajes marginales cuyas expectativas que- de factores socio-étnicos, políticos y económicos.
dan incumplidas. No obstante, las nuevas estra-
tegias del Bildungsroman rescriben y redefinen el
éxito del héroe incluso en medio de la tragedia,
la destrucción y la muerte (Kushigian, 2003:30- Notas
31). Así, aun cuando El verano pone en entredi-
cho las posibilidades de superar las discrepancias 1. La novela de formación es un género literario
entre lo que la protagonista desea y los modelos que ha marcado tanto la narrativa chilena de la
sociales a escoger, es preciso contextualizar el postdictadura como la del nuevo milenio. Obras
supuesto fracaso considerando la intensidad de como Palomita blanca (1971) de Enrique Lafour-
las fuerzas antagónicas, socioculturales y colonia- cade, La Beatriz Ovalle (1977) de Jorge Mar-
les a las que se enfrenta. Si el fracaso es parte chant Lazcano u otras más recientes como Vidas
del itinerario de aprendizaje femenino, la joven ejemplares (1994) de Sergio Gómez, Mala onda
deberá aprender a navegar las contradicciones (1991) de Alberto Fuguet o El jugador de ru-
de su entorno y las desventajas históricas de su gby (2008) de Óscar Bustamente forman parte
posicionamiento. de esta tradición literaria del Bildungsroman. A
propósito de la noción de historia de formación
La parálisis que evoca la postración de Mane vale subrayar el estudio de Rodrigo Cánovas
con sus ojos cerrados—inmediatamente luego sobre la novela chilena contemporánea la cual
de la muerte de Pedro en lo que debiera ser agrupa en tres corrientes diferentes de narra-
un despertar de la conciencia social—apunta al dores— divergentes en sus estilos así como en
descubrir la entrada a una realidad adulta de sus modos de aproximación a la realidad—pero
discriminación, injusticia, despotismo, explota- según el crítico unidos por el denominador co-
ción y prejuicios negativos hacia lo mapuche. Al mún de la orfandad que a su vez se origina de la
mismo tiempo, esa imagen poética e intimista fractura histórica generada por el Golpe del 73.
nos devuelve al protagonismo del yo como el
punto de partida de los demás conflictos que 2. Todas las traducciones del inglés al castellano
caracteriza a las producciones cinematográficas son mías.
a partir del año 2000 en Chile. Esta subjetividad
problemática podría formar parte de la cate- 3. En adelante, nos referimos al filme como El
goría de intimidades desencantadas en la que, verano.
según Saavedra, dada la desilusión política, el
individuo se instala como el único capaz de ar- 4. Del mismo modo que las obras anteriores de
ticular un discurso (2013:26). Por ello resalta la Said como los documentales I Love Pinochet
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(2001), Opus Dei, una cruzada silenciosa (2006) 7. En palabras de Saavedra: “Los largometrajes
y El mocito (2010) indagan en aspectos contro- que apuntan a la intimidad no están separados
vertibles e irresueltos de la sociedad chilena del contexto social al hacer referencia a vidas
contemporánea como serían las secuelas socio- privadas, al contrario, la vida privada se convier-
históricas y psicológicas de la postdictadura. te en el relato protagónico de una sociedad que
utiliza a la intimidad como defensa de sus inte-
5. El verano aborda la llamada “cuestión mapu- reses” (2013: 42).
che” en un momento en el que se vigoriza tanto
el cine de los pueblos indígenas como las preo- 8. Ésta es una técnica similar a la que Paz Encina
cupaciones socioambientales globales. logra en La hamaca paraguaya (2006), Claudia
Llosa en Madeinusa (2006) y La teta asustada
6. Según los editores, las señales de esta genera- (2009) y Jayro Bustamente en Ixcanul (2015) en
ción se iniciaron en marzo de 2003 con el estreno donde los diálogos en las lenguas nativas fun-
de Sábado de Matías Bize y en junio de 2004 con cionan para armar una atmósfera de misterio y
la exhibición de Y las vacas vuelan de Fernando diferencia cultural que se hará ineludible y cum-
Lavanderos (Cavallo & Maza, 2011:15). plirá una eficaz estrategia simbólica.

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Sobre la autora

Rosana Díaz-Zambrana tiene un doctorado en Literatura Comparada de la Universidad


de Urbana-Champaign en Illinois. Actualmente, es profesora de literatura y cine latinoa-
mericanos en Rollins College, Florida. Es co-editora del volumen sobre cine caribeño, Ci-
nema paraíso: Representaciones e imágenes audiovisuales en el Caribe hispano (Isla Ne-
gra, 2010) y Horrofílmico: Aproximaciones al cine de terror en Latinoamérica y el Caribe
(Isla Negra, 2012). En el 2015 publicó la antología Terra zombi: El fenómeno transnacional
de los muertos vivientes (Isla Negra, 2015).

¿Como citar?

Diaz-Zambrana, R. (2018). El Bildungsroman femenino en El verano de los peces volado-


res (Marcela Said, Chile, 2013).Comunicación y Medios, 27(37), 24-35. doi:10.5354/0719-
1529.2018.45118

www.comunicacionymedios.uchile.cl

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