Definiciones de Educación y Triángulo Herbartiano

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 Definición de Educación en Kant (S. XVIII) : ...

“El hombre es la única criatura a ser educada,


entendiendo por educación cuidados (sustento, manutención), la disciplina y la instrucción,
juntamente con la formación. El hombre es niño pequeño educando y estudiante...”

Habla de la condición humana ligada, inexorablemente, a la educación; comienza con los cuidados
elementales (dejando marcas en la vida más temprana del ser humano). En segundo momento la educación
la llama disciplina (los límites de hoy). Son los límites que los adultos han de saber poner a los niños:
prohibiciones, usos de la civilidad y la cortesía del mundo, encauzamiento de las pulsiones en actividades
culturalmente valiosas; en este encauzamiento aparece la instrucción, aspecto central en el que desemboca
la disciplina. Son los aprendizajes que los niños comienzan a realizar. La instrucción de los niños en la lecto-
escritura, en las matemáticas, en la historia, en la geografía, en la música y en las distintas construcciones
culturales de las generaciones y que irán siendo pautadas según lugares y épocas. Por último la formación,
son los efectos que lo anterior produce en cada uno de los sujetos de la educación; también alude al
posicionamiento ético del sujeto ante el mundo: cómo asume su responsabilidad, cómo se hace cargo de sus
actos, libertad de decisión y consecuencias. Entonces la educación imprime carácter

 Definición de Educación de Herbart (S. XIX): ... “No es educación si no se sabe establecer en el alma
infantil un gran círculo de ideas cuyas partes estén enlazadas íntimamente y que tenga fuerza
suficiente para vencer los elementos desfavorables del medio y absorber los favorables. La
instrucción forma el círculo de ideas; la educación el carácter. Lo último no existe sin lo primero...”

No puede haber educación sin instrucción. La instrucción sostiene toda la educación. Sin el aprendizaje
sistemático y continuado, sin el puro y duro aprender no es posible hablar de educación en sentido estricto.

Entre Kant y Herbart hay una línea de continuidad. Herbart habla de la necesidad de cuidados, de gobierno y
de instrucción para que la educación se produzca. En ambos autores la educación pone a los sujetos en
relación con los contenidos culturales-claves de la época sin olvidar las herencias. Unas y otras posibilitan a
los sujetos de la educación el acceso a lo social con plenos derechos (y deberes).

La instrucción crea un círculo de ideas; construir un orden propio en relación con los aprendizaje que el niño
va realizando. Por ejemplo como en los estantes de una biblioteca que permites acomodar y sostener los
libros, ordenados y clasificados. La instrucción permite diseñar un ordenamiento particular de las herencias
culturales y de los saberes clave de la actualidad. Con la instrucción se enseña a recibir y elaborar (agrupar,
descartar) los saberes acerca del mundo. Lo distinto de Herbart (distinto a Kant) es que esa construcción la
realiza el sujeto, no sin esfuerzo y aprendiendo múltiples saberes. Los aprendizajes que el niño realiza van
creando ese círculo de ideas, que le ofrece la posibilidad de una nueva intelección del mundo. “El aprender
posibilita crear (re-crear) el mundo”. Se trata de una instrucción potente, que tiene fuerza suficiente para
dotar al sujeto de recursos culturales capaces de vencer los elementos desfavorables del medio y absorber
los favorables; tomar distancia ante lo familiar, ante el entorno próximo.

 Definición de Educación de Hegel: ... “Como ser viviente, en verdad, el hombre puede ser sojuzgado;
es decir, que su parte física, exterior, puede ser sujeta al poder de otros. Pero la voluntad no puede
en sí y por sí, ser violentada !...] Sólo quien se quiere dejar violentar, puede ser violentado. [...] La
violencia pedagógica o violencia ejercida contra la barbarie y la ignorancia, aparece en primer plano
y no como resultado de otra violencia. La civilidad [...] es la liberación y el trabajo de la más alta
liberación [...]. Esta liberación es en el sujeto el duro trabajo contra la mera subjetividad del
proceder, contra la contigüidad de los instintos, así como contra la vanidad subjetiva del sentimiento
y contra la arbitrariedad del capricho. El hecho de que esa liberación sea tan rudo trabajo constituye
una parte del disfavor que recae sobre ella...”
El autor marca una diferencia que es decisiva en el ámbito educativo. No hay que confundir el acatamiento
de las normas con la disponibilidad del sujeto a un cierto trabajo educativo. Confundir ambos registros hace
inviable el trabajo de la educación. Pensar que porque los niños están convenientemente sentados, ya están
dispuestos a aprender es un exceso. Es olvidar que el acto educativo requiere una otra disposición por parte
del sujeto: querer aprender. Consentir al acto de des-posesión que inicialmente representa un aprendizaje:
albergar lo nuevo es renunciar a una vieja manera de ver y entender el mundo.

Aprender a leer y a escribir es una decisión a cargo del sujeto. Éste atraviesa un desierto de sin-sentido,
hasta poder construir una nueva configuración del mundo. Y ello requiere una disposición, una aceptación,
por parte del sujeto de la educación y que sólo él puede decidir: se trata de una disponibilidad voluntaria de
la que, la mayoría de las veces, no es siquiera consciente. El agente de la educación tampoco cobra
conciencia del señalamiento de Hegel... aunque sí puede registrarlo cuando esa disponibilidad del sujeto
está ausente. Cuando el sujeto accede (aun sin saberlo) a aceptar la violencia simbólica de someterse a
aprender, verificamos que «sólo quien se quiere dejar violentar, puede de algún modo ser violentado».

Violentado no en una dimensión física, sino en cuanto a lo que significa someterse a las pautas de la cultura
en que se vive: aceptar la violencia simbólica que supone ser socializado y culturalizado. Una violencia
primordial, ya que no es una respuesta o un resultado, sino una operación inicial para cada sujeto: tener que
entrar en un mundo simbólico que lo pre-existe. No es una respuesta, sino una condición de ingreso:
violencia primordial que se ejerce para inscribir a un sujeto en lo específicamente humano. Esa violencia
pedagógica no es sino el ejercicio de la función civilizadora. Ese ejercicio es el duro trabajo que el sujeto ha
de realizar sobre sí. Y es el trabajo que el educador ha de poder sostener, para que la instrucción y la
educación puedan producirse.

 Definición de Educación de Gramsci : ... “cada generación ayuda a la nueva generación, es decir, la
forma, y la educación es una lucha contra los instintos ligados a las funciones biológicas elementales,
una lucha contra la naturaleza, para dominarla y crear al hombre «actual» a su época...”

Este autor introduce la relación intergeneracional como cuestión relevante de los procesos educativos. Dicha
relación la tipifica como de ayuda, en el sentido de formar. Se puede pensar la formación como efecto del
trabajo instructivo o culturalizador. Toma de Hegel el ejercicio de la violencia primordial: explica que la lucha
es inevitable, pues la sociedad «crea» al hombre. Este «crear» es contra los instintos, ya que hay que
inscribir al ser biológico en otro registro: el de su propia cultura. Se trata pues de crear, de crear un sujeto
humano actual a su época.

 Definición de Educación de Durkheim: ... “La educación es la acción ejercida por las generaciones
adultas sobre las que todavía no están maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y
desarrollar en el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y morales, que exigen de él la
sociedad política en su conjunto y el medio especial al que particularmente está destinado...”

Durkheim también plantea la idea de la educación como vínculo intergeneracional. Y establece que dicha
acción busca las maneras socialmente necesarias para la incorporación de cada sujeto a la sociedad. Pero
considera que la educación debe preparar al sujeto para «el medio especial al que particularmente está
destinado». Aquí vemos la diferencia de Gramsci y Durkheim: para el primero la educación ha de crear al
hombre actual a su época; para el segundo, hay una fuerza que opera: el destino.

 Definición de Educación de Alain: ... “[El problema que consiste en no dejar] a un solo genio
guardando las ovejas [está hoy resuelto], pero está aún casi intacto el otro, el que consiste en
despertar a todo espíritu lo más posible, por medio de los conocimientos más preciosos y
elevados...”
La expansión o universalización de los sistemas educativos es hoy una realidad (en los países de capitalismo
avanzado). Pero la masifícación no puede confundirse con la democratización. La primera alude a la
expansión cuantitativa del sistema; la segunda, a la expansión de los legados culturales: reparto de
democrático que genera igualdad de oportunidades de acceso a los bienes culturales.

Alain convoca a un trabajo educativo que permita despertar a los sujetos. Propone un trabajo de apropiación
de conocimientos. la instrucción del sujeto en los saberes y conocimientos de la cultura, es premisa de toda
educación.

Un comentario final sobre las definiciones es que los autores se refieren al niño o al adolescente como sujeto
de la educación. No entra en juego la idea de que los adultos puedan serlo, no al menos en el sentido en que
ellos plantean la educación. Esta idea la toma Hannah Arendt: ... “Quien quiera educar a los adultos en
realidad quiere obrar como su guardián y apartarlos de la actividad política. Ya que no se puede educar a los
adultos, la palabra «educación» tiene un sonido perverso en política; se habla de educación, pero la
verdadera meta es la coacción sin el uso de la fuerza...”

En primer lugar, hay que tener presente que la educación comporta violencia simbólica (violencia
pedagógica). Esto es así en todas las culturas, para inscribir a los «recién llegados». Pero lo que todos los
autores excluyen es que esa coacción «sin uso de la fuerza» sea utilizable en las personas adultas, pues éstas
«ya están educadas». En segundo lugar, sí que es posible que los adultos realicen aprendizajes a lo largo de
la vida, pero es el propio sujeto el que decide su significación y alcance. Mientras que a los niños y
adolescentes, hay intencionalidad de cambio y el ejercicio de las presiones para lograrlo, en el caso de los
adultos esta perspectiva no es admisible, no es legítimo el moldeamiento homogenizador; además los
adultos son pares del educador. Hay una diferencia sustantiva entre adultos, por un lado, y niños y
adolescentes, por otro. La misma tiene que ver con la diferente posición de responsabilidad ante el mundo
por parte de los adultos y por parte de las nuevas generaciones.
- El Triángulo Herbartiano

Es un diagrama con el que se esquematiza la idea herbartiana de trabajo educativo. Constituido por tres
elementos:

1. Sujeto de la Educación: Debe disponerse al arduo trabajo civilizatorio. Esto es, debe consentir o
admitir una cierta violencia o coacción pedagógica: ha de separarse de lo instintual; limitar las
apetencias; constreñir el capricho; para canalizarlos en la dirección y maneras que cada cultura
establece. Debe trabajar en contra de su naturaleza para inscribirse en la cultura de su época. Ya
desde el comienzo, se trata de un arduo trabajo.

2. Agente de la Educación: Representante del mundo, de las generaciones adultas, su responsabilidad


es transmitir elementos de los patrimonios culturales a las nuevas generaciones: a cada uno de los
sujetos con los que trabaja. Es a quien corresponde sostener el acto pedagógico, para que algo del
orden de la educación pueda darse: sostener el límite. Algo del forzamiento, de la violencia simbólica
ha de entrar en juego, para arrancar al sujeto de lo conocido y lanzarlo al mundo amplio, a través del
acceso a las claves de la cultura: despertarlo. De la posición del agente en referencia a su relación
con el mundo y los saberes, se puede inferir si dará lugar o no al vínculo educativo.

3. Contenidos de la Educación: Los bienes culturales que son seleccionados para su transmisión, según
las premisas de época (momento histórico y lugar). Su transmisión garantiza el acceso de los recién
llegados a la cultura en un sentido plural, a la circulación social en un sentido amplio. Es el lugar en el
que es posible articular y mediar entre sujeto y agente: une en la medida en que separa; impide el
deslizamiento de la relación educativa a un tú a tú, que la invalidaría. Por otra parte, si el agente
corta sus vínculos con la cultura; si no la vivifica en su práctica, se transforma en un burócrata
administrador de conocimientos enlatados, entonces el vínculo educativo queda seriamente en
entredicho.

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