Case Hijos de La Luz

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Pablo escribió este libro, lo escribió en corintos durante el segundo viaje misionero- Pablo lo escribió desde Corinto en

el 50/1 d.C. (Vidal; 2006, 10). Se considera valioso este texto porque es el más antiguo de los textos cristianos –
incluyendo los Evangelios– que ha llegado a nuestros días.

Tipo de libro: La octava epístola paulina del Nuevo Testamento; el libro número trece del Nuevo Testamento;
el libro número cincuenta y dos de la Biblia.

Autor: Pablo, Silvano (Silas) y Timoteo, quienes son nombrados específicamente en 1 Tesalonicenses 1:1.

Juan 3:17-21 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea
salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha
creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo
malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la
verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

2 pedro 3:10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande
estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

Apocalipsis 3:3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas,
vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.

Apocalipsis 16:15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que
no ande desnudo, y vean su vergüenza.

Marcos 9:44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.

Mateo 13:50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

1 tesalonicenses 5:9-11 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de
nuestro Señor Jesucristo, 10 quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos
juntamente con él. 11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.

1 tesalonicenses 5:12-18 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os
presiden en el Señor, y os amonestan; 13 y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened
paz entre vosotros. 14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco
ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. 15 Mirad que ninguno pague a otro
mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. 16 Estad siempre
gozosos. 17 Orad sin cesar. 18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en
Cristo Jesús.

Romanos 12:17-20 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es
posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 19 No os venguéis vosotros
mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré,
dice el Señor. 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues
haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.

Gálatas 5:14-15 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. 15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.

Gálatas 5:24-26 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
25
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26
No nos hagamos vanagloriosos,
irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

Gálatas 6:1-2 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,
restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas
tentado. 2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

Romanos 12:10-21: Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos
los unos a los otros. 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al
Señor; 12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 13 compartiendo
para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.

14
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. 15 Gozaos con los que se gozan; llorad
con los que lloran. 16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis
sabios en vuestra propia opinión. 17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de
todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres. 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque
escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre,
dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre
su cabeza. 21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

El pecado que mora en mi

Romanos 7: 1-25 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el
pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. 8 Mas el
pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el
pecado está muerto. 9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado
revivió y yo morí. 10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para
muerte; 11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me
mató. 12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. 13 ¿Luego
lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse
pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el
pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy
carnal, vendido al pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo
que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17 De
manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que en mí,
esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el
hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que
no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien,
hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de
Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva
cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este
cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la
mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Viviendo en el Espíritu

Romanos 8:1-8 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo
Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible para la ley, por
cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado en la carne; 4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que
no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5 Porque los que son de la carne piensan
en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6 Porque el ocuparse
de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7 Por cuanto los designios de la
carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los
que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

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