Agrario 2 1 Al 5
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ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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Si a la fecha de la solicitud de la certificación con reserva de prioridad, hubiese
alguna actuación pendiente o en curso en relación al mismo inmueble, la
solicitud será rechazada por el Registrador de Títulos correspondiente,
indicando la causa del rechazo. Si el negocio jurídico garantizado por la
certificación con reserva de prioridad se realiza, el documento que lo formalice
deberá contener en forma expresa que la operación se efectuará al amparo de
dicha certificación, y ser presentada al Registrador de Títulos correspondiente,
antes del vencimiento de la indicada certificación. En este caso, la fecha de
inscripción del negocio jurídico en los libros de Registro de Títulos será la fecha
de emisión de la certificación otorgada.
Durante la vigencia de una certificación con reserva de prioridad, no se podrá
expedir una nueva certificación con reserva de prioridad.
Si el negocio jurídico garantizado por la certificación con reserva de prioridad
no se realiza, no se podrá solicitar una nueva certificación con reserva de
prioridad, hasta que haya transcurrido un plazo de diez (10) días hábiles
contados a partir de la fecha de expiración del plazo de la certificación con
reserva de prioridad anterior. (Textos que lo establecen los artículos del 146 al
153 del Reglamento General de Registro de Títulos).
Fundamentos legales y doctrinales del certificado de título.
El fundamento que da origen al certificado de Titulo es el saneamiento
inmobiliario que culmina con el Certificado de Titulo de la parcela, expedido en
beneficio del reclamante que ha resultado adjudicatario (Art. 20 Ley 108-05).
Ahora bien, después del primer registro, los actos que se ejecutan en el Registro
de Titulo están contenidos en el Art. 89 de la Ley 108-05 de registro inmobiliario
y el Art.34 de la Resolución No. 2669 sobre el Reglamento de Registro de Titulo.
DOCUMENTO: EL CERTIFICADO DE TÍTULO AL AMPARO DEL PRINCIPIO DE
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Art. 89- Documentos registrables. Los documentos que se registran en los
Registros de Títulos son los siguientes:
Párrafo I.- Los que constituyan, transmitan, declaren, modifiquen o extingan
derechos reales sobre inmuebles.
Párrafo II.- Los que impongan cargas, gravámenes y medidas provisionales
sobre los mismos.
Párrafo III.- Los que dispongan limitaciones administrativas y legales de carácter
particular sobre inmuebles, tales como servidumbres, declaración de
patrimonio cultural y otras que de alguna manera limitan o restringen la
libertad de disposición sobre el inmueble.
Párrafo IV.- Los derechos de los condómines sobre su unidad exclusiva, así
como la parte proporcional en las áreas comunes.
Art. 90.-Efectos del registro. El registro es constitutivo y convalidante del
derecho, carga o gravamen registrado. El contenido de los registros se presume
exacto y ésta presunción no admite prueba en contrario, salvo lo previsto por
el recurso de revisión por causa de error material y por causa de fraude.
Párrafo I.- El registro ha sido realizado cuando se inscribe el derecho, carga o
gravamen en el Registro de Títulos correspondiente.
Párrafo II.- Sobre inmuebles registrados, de conformidad con esta ley, no
existen derechos, cargas ni gravámenes ocultos que no estén debidamente
registrados, a excepción de los que provengan de las leyes de Aguas y Minas.
Art. 91.- Certificado de Título. El Certificado de Título es el documento oficial
emitido y garantizado por el Estado Dominicano, que acredita la existencia de
un derecho real y la titularidad sobre el mismo.
Párrafo I.- Los originales del Certificado de Título son custodiados por la
Jurisdicción Inmobiliaria.
DOCUMENTO: EL CERTIFICADO DE TÍTULO AL AMPARO DEL PRINCIPIO DE
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Párrafo II.- Sobre el original del Certificado de Título no se registra ninguna
inscripción ni anotación salvo las previstas expresamente en la presente ley y la
vía reglamentaria.
Párrafo III.- Todos los derechos accesorios, cargas y gravámenes deben ser
incorporados en un registro complementario al Certificado de Título. Dicho
registro acredita el estado jurídico del inmueble.
Párrafo IV.- Los aspectos de forma se especifican por la vía reglamentaria.
Art. 92.- Duplicado del Certificado de Título. El duplicado del Certificado de
Título es una copia fiel del Certificado de Título.
Párrafo I.- Cuando se trate de un Certificado de Título en copropiedad, se
expedirá a cada copropietario un extracto del certificado original.
Párrafo II.- El estado jurídico del inmueble y la vigencia del duplicado del
Certificado de Título se acredita mediante una certificación oficial emitida por
el Registro de Títulos correspondiente.
Párrafo III.- En caso de pérdida o destrucción del duplicado del Certificado de
Título, el propietario del derecho presenta una instancia ante el Registro de
Títulos acompañándola de una declaración jurada y de una publicación en un
periódico de amplia circulación nacional, donde conste la pérdida o destrucción
del mismo, solicitando la expedición de un nuevo duplicado del Certificado de
Título. Cuando la pérdida se produzca en cualquiera de los órganos que
conforman la Jurisdicción Inmobiliaria, la unidad operativa ordenará de oficio o
solicitará la expedición de un nuevo duplicado sin costo alguno para el
propietario.
Párrafo IV.- Los aspectos de forma se especifican por la vía reglamentaria.
Art. 93.- Certificación de registro de derechos reales accesorios. A los titulares
y beneficiarios de derechos reales accesorios, cargas, gravámenes y medidas
provisionales registradas se les entrega una copia del documento probatorio
del derecho con la certificación de inscripción en el Registro de Títulos.
DOCUMENTO: EL CERTIFICADO DE TÍTULO AL AMPARO DEL PRINCIPIO DE
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Art. 94.- Certificaciones de registro de acreedores. Los derechos reales
accesorios, las cargas y gravámenes se acreditan mediante certificaciones de
registro de acreedores emitidas por el Registro de Títulos. Estas certificaciones
tienen fuerza ejecutoria y validez probatoria por ante todos los tribunales de la
República Dominicana durante el plazo de vigencia de las mismas, excepto
cuando se demuestre que son contrarias a la realidad del Registro.
Art. 95.- Discrepancia entre el Certificado de Título Original y el Duplicado. En
caso de existir alguna discrepancia entre el Certificado de Título y el Duplicado,
prevalece el Certificado de Título Original.
El Estado como garante del certificado de título.
Por considerarse que el certificado de título es el documento oficial emitido y
garantizado por el Estado Dominicano, que acredita la existencia de un derecho
real y la titularidad sobre el mismo, amerita que el Estado Dominicano garantice
su contenido, formato, y beneficiario o titulares.
Dentro del modelo constitucional dominicano, los derechos y deberes
fundamentales están consagrados expresamente en la Carta Magna. Se
entiende, que lo que hace que el derecho sea fundamental es que esté en la
Constitución, idea que es tomada del movimiento constitucional
norteamericano. Ahora bien, la Constitución no sólo establece estos derechos,
sino que impone al Estado la obligación de velar por su cumplimiento.
Así lo establece el artículo 8 de nuestra Carta Magna: "se reconoce como
finalidad principal del Estado la protección efectiva de los derechos de la
persona humana y el mantenimiento de los medios que le permitan
perfeccionarse progresivamente dentro de un orden de libertad individual y de
justicia social, compatible con el orden público, el bienestar general y los
derechos de todo…". Jorge Prats, se refiere a este tópico al comentar que:
DOCUMENTO: EL CERTIFICADO DE TÍTULO AL AMPARO DEL PRINCIPIO DE
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El Estado está obligado a garantizar los derechos de todas las personas dentro
del territorio de la República Dominicana. Cuando no los protege, entonces las
personas tienen derecho a reclamar su salvaguarda, mediante las llamadas
"garantías". A nivel individual, la garantía básica de los derechos fundamentales
reside en la facultad para toda persona víctima de la violación de sus derechos
de poder obtener justicia. (2004, P. 385).
Publicidad y notificación de las actuaciones
Art. 68.- Publicidad. Es toda actuación que tiene por finalidad poner en
conocimiento del público un proceso y todas las acciones emanadas de esta
Jurisdicción en relación con los mismos. Las precisiones en lo referente a las
medidas de publicidad para cada caso son las establecidas por la vía
reglamentaria.
Art. 69.- Publicidad de la mensura. El agrimensor designado, en su carácter de
oficial público de la jurisdicción comunicará por escrito con acuse de recibo,
previo al inicio de los trabajos de campo, a los colindantes, ocupantes,
reclamantes e interesados del inmueble objeto a mensurar.
Art. 70.- Publicidad de las actuaciones. Todas las actuaciones relacionadas con
un proceso deben hacerse de conocimiento público por los mecanismos
establecidos en esta ley y en la vía reglamentaria.
Art. 71.- Publicidad de las decisiones. Las decisiones deben publicarse dentro
de las instalaciones del tribunal apoderado, garantizando su acceso por los
medios que se estimen convenientes. Todos los plazos para interponer los
recursos relacionados con estas decisiones comienzan a correr a partir de su
notificación.
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Art. 72.- Publicidad registral. Es la publicidad referida al inmueble, sus titulares
y el estado jurídico del mismo.
Art. 73.- Notificaciones. Todas las actuaciones que por la aplicación de la
presente ley requieran de una notificación serán realizadas por actos
instrumentados por ministeriales de la Jurisdicción Inmobiliaria.
BIBLIOGRAFÍA
Referencias
Recurso tomado de la autoría del Mag. Segundo E. Monción ―Curso sobre el saneamiento
inmobiliario‖ y de la autoría del Prof. Miguel E. Hilario Bautista.
Base de consulta:
Poder Legislativo de República Dominicana (2005) Ley No. 108-05 de Registro Inmobiliario.
Documento en línea. Consultado el día 10/08/2015, desde
http://www.consultoria.gov.do/leyes/REGISTRO%20INMOBILIARIO%202005.pdf
1.
DOCUMENTO: LA PRUEBA
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La prueba del acto jurídico no es libre, se exige la presentación de una prueba
literal o pre-constituida, es decir un documento firmado por aquel a quien se le
opone.
Tratándose de un acto público, éste hace plena fe de su contenido y su fecha
entre aquellos que lo han hecho y sus herederos hasta inscripción en falsedad.
Pero es necesario tener en cuenta que aquellos hechos que tendrán fe pública
son aquellos que el oficial público ha comprobado por sí mismo, y no aquellos
que solamente son relatados por las partes, los cuales siempre podrán ser
redargüidos por la prueba contraria.
Las copias fotostáticas no hacen por sí mismas fe de su contenido; cuando los
originales están en poder de terceros, el interesado puede pedir al juez que
ordene su entrega en original o copia bajo las garantías que fije. Las copias
fotostáticas no satisfacen en principio las exigencias de la ley, como medio de
prueba. En el estado actual de nuestro derecho, tanto para los actos auténticos
como para los actos bajo firma privada sólo el original hace fe y debe ser
producido todas las veces que se invoque como prueba en justicia.
En principio debe administrarse por escrito la prueba de los actos jurídicos que
se refieran a cosas cuyo valor exceda de 30 pesos.[10] Y como es sabido, toda
regla tiene su excepción. Para ciertas convenciones la ley exige un escrito,
aunque el valor sea inferior a 30 pesos:
a. Donación
b. Contrato de Matrimonio.
c. Actos relativos a derechos inmobiliarios registrados.
d. Hipoteca
e. Anticresis
f. Arrendamiento
g. Compromiso
h. Diversos actos del derecho marítimo.
DOCUMENTO: LA PRUEBA
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La Prueba Testimonial
Es la que resulta de la declaración bajo juramento, hecha por personas que han
percibido mediante uno de sus sentidos, y tienen conocimiento directo del
hecho cuya existencia o no, se pretende establecer en justicia. A esas personas
se les llama testigos.
El modo o procedimiento de administrar la prueba testimonial, está regulado
por los artículos 60 al 100 de la ley 834 de 1978, denominado informativo y
contrainformativo.
En materia civil la prueba testimonial tiene carácter excepcional. Conforme a
las previsiones del artículo 1341 del Código Civil antes vista.
La credibilidad de un testimonio no depende de la categoría del deponente,
sino del grado de sinceridad que el juez atribuye a su declaración a la luz del
hecho esencial controvertido.[11] La credibilidad atribuida por los jueces del
fondo a la declaración de un testigo solo puede ser censurada en casación
cuando se haya incurrido en desnaturalización de la misma o cuando no haya
sido interpretada en su verdadero sentido y alcance.[12]
En cuanto a la prueba testimonial, el juez goza de un poder de apreciación en
cuanto a la sinceridad o no de las mismas.
Es nula la declaración de un testigo no juramentado.
Los jueces pueden edificarse cuando hay declaraciones divergentes en lo
expuesto por el testigo que estimen más sincero y verosímil.
Cuando el testimonio es vertido por testigos de referencia es necesario para
determinar su fuerza probatoria, que en la sentencia conste de donde obtuvo
la información y los hechos substanciales de las declaraciones.[13]
DOCUMENTO: LA PRUEBA
ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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Los resultados de los informativos y contra informativos pueden servir a los
jueces para obtener prueba de los hechos de la causa a favor o en contra de
cualquiera de las partes.[14]
Las presunciones
Es la prueba que resulta de la inducción de un hecho desconocido, a partir de
un hecho conocido:
Pueden ser presunciones del hombre o el hecho (Arts. 1349 y 1353), y las
presunciones legales (arts. 1350 a 1352), en el primer caso la inducción la hace
el juez, en el segundo, la ley.
Las presunciones, su valor probatorio puede ser hasta prueba en contrario,
como son las presunciones legales simples (juris tantum), en tanto que las
presunciones del hombre y las legales irreparables (jure et de jure) no admiten
por lo general, o solo de modo excepcional la prueba contraria.
La confesión
Es la declaración por la cual una persona, reconoce y admite como comprobado
y a su respecto, un hecho que puede producir contra ella, consecuencias
jurídicas.
Es considerada la reina de la prueba (probatio Probatisima), puede ser judicial
o extrajudicial, la primera es un medio de prueba y tiene carácter indivisible e
irrevocable, la segunda es un hecho jurídico, que para ser medio de prueba,
debe a su vez ser probado por otros medios, siendo aun ante todo un hecho
jurídico, es indivisible como la primera.
DOCUMENTO: LA PRUEBA
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Cuando la misma está robustecida con otros elementos y circunstancias, puede
ser aceptada como evidencia.[15]
El juramento
Es la afirmación solemne por la cual una parte asegura la verdad de un hecho o
la sinceridad de una promesa. Es de carácter excepcional, y solo procede
cuando no existe ningún otro medio para aportar la prueba, haciendo depender
de aquel a quien se le refiere o defiere, la solución de la causa.
Puede ser decisorio cuando una parte lo defiere o refiere a la otra, o supletorio
cuando el juez lo defiere de oficio a una de las partes, como una forma de
completar la prueba, por lo que supone como condición, la existencia de un
principio de prueba.
El experticio o peritaje
Es el medio de prueba, por el cual esta resulta, del examen y comprobaciones
hechas por técnicos y especialistas en los casos en los cuales son necesarios
conocimientos técnicos a lo que es preciso recurrir y que el juez no posee.
Los peritos deben aceptar la función que se les encarga y prestar juramento
para el ejercicio de las mismas; el peritaje puede ser demandado y los peritos
designados de oficio o a persecución de parte, indicando los hechos a probar
mediante el mismo.
El descenso o visita a los lugares
Es el procedimiento por el cual la prueba se practica mediante el examen,
comprobación y conocimiento directo del objeto litigioso por el juez.
DOCUMENTO: LA PRUEBA
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Puede ser ordenada a requerimiento de parte o de oficio, y tiene la ventaja de
que permite al juez tener conocimiento directo y obtener directamente de la
prueba para fijar su convicción.
Se practica ante el juez mismo que conoce del litigio o ante un juez comisionado
al efecto.
El uso
Medio de prueba resultante de un hecho que constituye una práctica
prolongada, constante y reiterada (longa consuetudo, inventerata
consuetudo).
De carácter consuetudinario, y es un modo de prueba, aunque accesorio, su
mayor campo de aplicación es en el Derecho Comercial, lo deriva la doctrina a
partir de la Ley
Por su carácter, es un medio de prueba que implica previamente la prueba de
su existencia como un hecho jurídico, de modo que la prueba de su existencia,
como su administración como medio de prueba se realiza utilizando cualquiera
de los procedimientos y medios de aportar la prueba: documentos, testigos,
etc. Es un medio de prueba subsidiario.
[1] Carnelutti, Francesco. Derecho Procesal Civil y Penal. Imp. Publi-Mex,S.A.
México. 1997. Pág. 83.
[2] Capitant, Henri. Vocabulario Jurídico. Ed. Depalma. Buenos Aires. 1939. Pág.
451.
[3] Tavares hijo, Froilán. Elementos de Derecho Procesal Civil Dominicano. Vol
II, 7ma. Edit. Tiempo, S.A. Santo Domingo. 1991. Pág. 220.
DOCUMENTO: LA PRUEBA
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[4] Capitant, Henri. Vocabulario Jurídico. Ed. Depalma. Buenos Aires. 1939. Pág.
452.
[5] Código Civil de la República Dominicana. Art. 1315.
[6] Tavares hijo, Froilán. Elementos de Derecho Procesal Civil Dominicano. Vol.
II, 7ma. Edit. Tiempo, S.A. Santo Domingo. 1991. Pág. 504.
[7] Tavares hijo, Froilán. Elementos de Derecho Procesal Civil Dominicano. Vol.
II, 7ma. Edit. Tiempo, S.A. Santo Domingo. 1991. Pág. 508.
[8] Tavarez hijo, Froilán. Elementos de Derecho Procesal Civil Dominicano. Vol
II, 7ma. Edit. Tiempo, S.A. Santo Domingo. 1991. Pág. 505.
[9] Código Civil de la República Dominicana. Art. 1317 al 1340.
[10] Casación, 19 de octubre de 1928, B. J. 21, p. 10.
[11] B: J: 1051. 413
[12] B: J: 798, B:J: 978 150
[13] B: J: 865. 2373
[14] 13 de Dic. 1961 B: J; 617, pág. 2253
[15] B: J: 1052, 351
BIBLIOGRAFÍA
Referencias
Rincón Hernández, Shailyn (2011) Las Pruebas. Documento en línea. Consultado el
día
10/08/2015, desde http://hernandez-estudiolegal.blogspot.com/2011/04/las-
pruebas.html
LA PRUEBA EN MATERIA INMOBILIARIA
Norma.
El principio general de la prueba, aplicable en todas las materias, incluida la de tierras,
está consagrado en el artículo 1315 del Código Civil, a cuyo tenor:
―El que reclama la ejecución de una obligación, debe probarla. Recíprocamente, el que
pretende estar libre, debe justificar el pago o el hecho que ha producido la extinción de
su obligación‖.
Medios De Prueba.
El artículo 1316 del Código Civil establece cinco medios o modos de prueba, a saber:
documental o literal, testimonial, presunciones, confesión y juramento. Si bien el
derecho civil consagra las diferentes modalidades de prueba, es al Procedimiento Civil
que corresponde pautar los medios y formulas de cómo deben ser presentadas,
estableciendo los diversos incidentes que pueden surgir en justicia a propósito de su
administración: verificación de escritura, inscripción en falsedad, informativo
testimonial, experticio y comparecencia personal.
―Debe extenderse acta ante notario o bajo firma privada, de todas las cosas cuya suma
o valor exceda de treinta pesos, aun por depósitos voluntarios; y no se recibirá prueba
alguna de testigos en contra o fuera de lo contenido en las actas, ni sobre lo que se
alegue haberse dicho antes, en, o después de aquellas, aunque se trate de una suma o
valor menor de treinta pesos. Todo esto, sin perjuicio de lo que se prescribe en las
leyes relativas al comercio.
―Los actos o contratos traslativos de derechos registrados, así como aquellos que estén
destinados a construir, radiar, reducir, prorrogar o extinguir gravámenes sobre
inmuebles registrados, o que de cualquier forma afecten o se relacionen con esos
mismos derechos, podrán redactarse en forma auténtica o bajo escritura privada....‖
La Ley de Registro de Tierras prevé la prueba literal en los artículos 71 al 74, las
testimoniales del 75 al 83.
Fiel a las normas del Derecho Civil, los actos auténticos y los Bajo Firma Privada
reconocidos por aquellos a quienes se les opone, hacen fe de su contenido, entre las
partes y sus herederos y causahabientes.
A pesar de la regla general precedente esos mismos actos la ley los declara nulos en
dos casos:
a) cuando previa investigación, el Tribunal de Tierras los declara falsos, nulos o
fraudulentos
b) enfrente a terrenos ya adquiridos por prescripción por otra persona y también los que
hubieren sido declarado nulos por sentencia de cualquier tribunal competente.
Tal norma, prevista en el art. 137 LTR ofrece la garantía que el Estado debe ofrecer el
certificado de título legalmente expedido e impide la eternización de reclamaciones
relativas al Saneamiento.
Importancia de la Prueba.
Resulta esencial a los abogados en ejercicio y jueces, el conocimiento y manejo
profundo de los medios de prueba y la manera en que deben ser administrados. El
éxito o fracaso de una reclamación descansa en la eficiencia o torpeza en que son
aportadas las pruebas pertinentes. Muchos casos legítimos no prosperan porque el
profesional a cargo no suple las evidencias que proceden y/o con la oportunidad en que
deben ser presentadas. En tales casos, sobremanera en materia civil y comercial no
puede el Juez, subrogando las Partes, suplir de oficio la insuficiencia, inoportunidad o
falta de pruebas del caso sometido a su decisión. Sin embargo, por excepción, la
situación es diferente ante el Juez de Tierras.
Procedimientos en Tierras.
Hay diversos procedimientos de socorrida y diaria utilización, competencia de la
jurisdicción de tierras, entre otros, la determinación de herederos, litis sobre derechos
registrados, corrección de errores materiales de resoluciones y/o sentencias de todo
género y también las que intervienen a propósito de trabajos catastrales: deslinde,
subdivisión, refundición, replanteo,
etc.
Asuntos Administrativos.
La gran mayoría de los asuntos sometidos a la consideración y decisión de la
jurisdicción de tierras, salvo, en principio, litis sobre terrenos registrados, pueden ser
resueltos administrativamente, siempre que los interesados provean al tribunal las
pruebas documentales que amparen debida y legítimamente la petición de que se trate.
En una determinación de herederos, a propósito de la transferencia de derechos
inmobiliarios, deben presentarse acta de defunción del de cujus, acta de matrimonio si
estuviere casado al momento del fallecimiento, actas de nacimiento de los hijos, los
certificados de título que generan la petición de determinación de herederos,
completada con una declaración notarial auténtica (acta de notoriedad) reiterativa de la
documentación aportada. Últimamente la jurisdicción de tierras viene exigiendo, como
debió ser siempre, la evidencia del pago de los impuestos sucesorios, antes de
proceder a ejecutar la transferencia de los inmuebles en favor de herederos.
La Determinación de Herederos.
Conviene señalar un desconocimiento frecuente de los profesionales del derecho y
público en general respecto de este tema. No existe en materia de tierras ni en el
ámbito civil u otra jurisdicción, procedimiento alguno de determinación de herederos,
independiente o autónoma. Cabe agotarlo única y exclusivamente en ocasión de la
petición de un específico y determinado reconocimiento de derecho, inmobiliar o
mobiliar. Ningún interesado obtendría una resolución o sentencia de tribunal alguno
que declare, pura y simplemente, los herederos de una persona fallecida. Cuando se
necesita tal reconocimiento, los actos auténticos de notoriedad, con la presencia de
siete testigos suplen tal formalidad
Asuntos Contradictorios.
Cuando en cualesquier asunto, administrativamente solucionable, los interesados no
suplen los documentos pertinentes al caso, ó bien, de las escrituras sometidas puede
advertirse falta de derecho, contradicción, confusión o ambigüedad, procede apoderar
un juez de Jurisdicción Original para que conozca y decida el asunto
contradictoriamente
Documentos Falsos.
Una prueba inequívoca de la competencia excepcional de los jueces de tierras y su
amplia capacidad para juzgar lo constituye la falsedad de documentos, incluidos los
notarizados o auténticos que, para ser desestimados, requieren, en principio, el
agotamiento del procedimiento de Inscripción en Falsedad, incumbencia de la
jurisdicción ordinaria, de acuerdo a los arts. 214 y sigs. del Código de Procedimiento
Civil y también de naturaleza penal, según los arts. 150 y sigs. de tal Código. A pesar
de tales normas de procedimiento, puede el juez de tierras retener, conocer y decidir
sobre documentos falsos, para aplicar el resultado de su indagatoria al caso que
resuelve.
En la Revisión por Fraude, la prueba a aportar por el impetrante depende de los hechos
y circunstancias invocados. Así un poseedor radicado en los terrenos cuya adjudicación
se impugna, tendrá que recurrir, principalmente a la prueba testimonial. Sin embargo,
un adquiriente del derecho de posesión que dio lugar a la adjudicación, deberá proveer
prueba escrita de la transferencia del derecho invocado, salvo en los casos
exceptuados por la ley.
Revisión por Causa De Error Material.
Un procedimiento muy socorrido es la Revisión por Causa de Error Material (arts. 143 y
sgtes L.T.R.) y, se explica, por lo usual que los mecanógrafos/digitadores incurran en
yerros y equivocaciones en resoluciones y decisiones de la jurisdicción: omisiones ó
adiciones en nombres/generales, estado civil, designación catastral, fechas, cálculos,
erratas ortográficas, etc.
En tales caso, una instancia al Tribunal Superior de Tierras con los documentos
correctos, que demuestre el error: actos del estado civil u otros comprobantes, permiten
la enmienda administrativa de la resolución o decisión erradas en razón de que los
detalles de una Resolución o Decisión proceden de documentos fieles, los yerros de tal
naturaleza conducen a que, al existir discrepancias entre unos y otros, el titular
encuentre obstáculos en el ejercicio de los derechos que le han sido atribuidos. El
recurso de Revisión por Causa de Error Material puede ejercerse cuando interviene
Resolución o Decisión y también, posteriormente, cuando son ejecutadas por los
Registradores de Título. En uno u otro caso la rectificación se ampara en otra
Resolución o
Decisión reformatoria.
Tales ―pruebas‖ de mejoras carecen de valor legal alguno porque, de acuerdo al art.
202 de la LRT las mismas sólo pueden ser registradas si el titular del certificado de
título que ampara el terreno sobre el cual se han edificado, otorga expresamente su
consentimiento, mediante documento debidamente legalizado. Cualquier reclamación
de mejoras en terrenos registrados amparada en pruebas de cintillo del Catastro
Nacional o documento notarial debe ser rechazada.
Tratamiento de Documentos en Fotocopias.
Con mucha frecuencia los abogados o las partes depositan en apoyo de sus
pretensiones documentos en fotocopia. Los mismos no pueden ser tomados en
consideración. La razón es obvia. La reproducción de fotocopias permite adulterar
fácilmente el contenido de un documento original. Sobre el particular y específicamente
con relación a los documentos a que se refiere el artículo 189 de la Ley de Tierras, la
SCJ ha sido reiterativa en tal criterio.
―....y fallecido ya el señor Virgilio Tavárez, supuesto vendedor del recurrente es cuando
éste pretende obtener del tribunal, la transferencia de las ventas en que fundamenta su
solicitud (en base a)....., copias fotostáticas sin ningún valor jurídico en nuestro derecho
y que tal como lo decidió el tribunal no sólo eran ineficaces sino además inadmisibles a
los fines perseguidos por el recurrente, que por tanto, el Tribunal a-quo decidió
correctamente al confirmar en todas sus partes la decisión de jurisdicción original; (
SENTENCIA DEL 8 DE JULIO DE 1998. BJ 1052.531. Volumen 2.)
Las informaciones de las Partes, sin embargo, suelen ser de gran utilidad para el Juez
sí, con destreza, confronta los litigantes entre sí y éstos contra testigos, y utiliza
informaciones cruzadas para reforzar o debilitar su convicción en relación a los hechos
y circunstancias sobre los cuales debe rendir Decisión. Por aplicación, y de acuerdo al
artículo 11, inciso 9no. puede el Juez hasta separar los testigos para impedir que
conferencien entre sí o se enteren, por anticipado a su intervención, de las
informaciones de quienes le preceden en el turno de declaración.
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Derecho Agrario II
Principios Rectores del Proceso Civil y su
Vinculación en el Proceso Inmobiliario
DOCUMENTO: PRINCIPIOS RECTORES DEL PROCESO CIVIL Y SU VINCULACIÓN EN EL
PROCESO INMOBILIARIO
ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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PRINCIPIOS RECTORES DEL PROCESO CIVIL Y SU VINCULACIÓN EN EL
PROCESO INMOBILIARIO
El principio dispositivo.
Este principio es considerado el armazón de todo proceso, pues, su contexto y
parámetro en el que opera está fundamentado en la fuerza probatoria de las
piezas o documentos, testimonios, juramentos, e informe pericial, aportados a
los debates, que habrá de incidir afirmativa o negativamente sobre la litis.
Al hablar de los principios que rigen el proceso Civil, debemos primeramente,
adentrarnos en los postulados constitucionales que lo rigen, por ello del
artículo 69.8 de la constitución vigente, que trata sobre la legalidad de la
prueba, al sostener: ―Es nula toda prueba obtenida en violación a la Ley‖.
Entre los elementos fundamentales que gobiernan el principio dispositivo,
encontramos:
a) Iniciativa: Las partes son las dueñas del proceso, sin iniciativa de parte no
hay proceso.
b) Impulso procesal: Las partes tienen el monopolio procesal de activar e
impulsar el proceso.
c) Disponibilidad del derecho material: El demandante tiene la prerrogativa
o facultad de abandonar el proceso a través del desistimiento en cualquier de
su modalidad, ya sea expreso, tácitamente mediante la deserción, por acuerdo
transaccional; por abandono de ambas partes, mediante la caducidad o
perención de la instancia introductora.
d) En la disponibilidad de las pruebas: La iniciativa de las pruebas
corresponde a las partes, el juez no puede conocer más hechos que los que
surgen del expediente y de la instancia.
Al decir del procesalista Fernando Martínez Mejía:
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ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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―el dispositivo es el equivalente francés del fallo non extrapetita. De acuerdo
con este principio el juez debe dar o negar otra cosa que la que ha sido
pretendida y negada por las partes en el aspecto material; ya en lo formal sigue
siendo el juez quien dirige y gobierna el proceso‖.
Del estudio de la obra de Francesco Carnelutti, se refiere sobre la prueba en el
sentido siguiente:
―La prueba legal constituye, el anillo de conjunción entre la reconstrucción de
los hechos y su valoración jurídica, o sea entre el juicio histórico y el juicio crítico
ya que si se le proporciona una prueba legal, para juzgar la existencia de los
hechos el juez debe valerse de las normas jurídicas, las cuales son el
instrumento necesario p-para el juicio de valor‖.
Sobre el particular, en Magistrado Segundo Monción, se expresa en
consecuencia de la forma siguiente:
―En cuanto al poder del juez en la valoración de la prueba, hay dos reglas
establecidas: la regla de la prueba libre, que le da la facultad al juez para formar
su convicción en la administración de la prueba; y la regla de prueba legal, en
el que se determina rígidamente cual es valor de cada uno de los medios de
pruebas, aquí hay un consenso doctrinario de que nuestro derecho procesal
civil adopta constituido por una combinación de ambas reglas o sistemas‖.
Es una consideración doctrinal, que el juez como árbitro del proceso,
entendiéndose por proceso al conjunto de actos y procedimiento tendiente a
establecer mediante una racionalidad la verdad o falsedad de lo alegado en una
acción determinada, a éste le está vedado manifestar algún interés en el
proceso, él está limitado por las pretensiones de las partes, su participación
imparcial debe estar limitado a la observancia y cumplimiento del debido
proceso, su garantía e igualdad de condiciones para los litigantes, el apego de
las disposiciones constitucional y de la Ley procesal.
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El papel del juez en aquellos casos considerados de orden público es activo, más
en los que solo atañen interés privados ha de ser pasivo, por eso, su criterio
personal, no debe ser vinculante a su decisión, que en modo alguno, su fallo no
debe situarse extra petita, ultra petita, ni sitra petita, siempre ha de ceñirse a
una verificación razonada, estableciendo la legalidad y veracidad de los
elementos probatorios del proceso.
En ese mismo orden, al tratar el tema del papel del juez y su interpretación de
los medios probatorios, LA ESCUELA NACIONAL DE LA JUDICATURA en su
Seminario ―Valoración de la Prueba II‖ ―Jurisdicción Civil‖, se extrae el siguiente
criterio:
―Las medidas, que de oficio puede ordenar el Juez, bien pueden ser llamadas
―medidas de esclarecimiento‖, nunca de prueba, pues es importante reafirmar
que en principio, la carga de la prueba está a cargo de las partes, nunca del juez.
Quien juzga tiene el derecho y el deber de estar claro sobre su misión y
objetivo‖ .
Los jueces no pueden aportar al proceso del cual están apoderados los hechos
personales que sobre el mismo haya podido obtener fuera del conocimiento de
éste, como tampoco podrá reflejar en su decisión estos conocimientos, pues su
función como juzgador es incompatible con la de testigo, pues como juzgador
está llamado a valorar las declaraciones de éste, por eso ambas funciones no
pueden estar confundidas en una misma persona. El conocimiento personal de
hechos o circunstancias que tenga el juez antes del proceso son causas de
inhibición, por eso es recomendable, inhibirse cuando se tengan informaciones
adquiridas de manera personal y directo de los hechos esenciales para la
solución del litigio.
Es incuestionable que la participación de Juez en todo proceso, ha de estar
sustentada en el principio de probidad, dado que:
―La probidad se define como integridad en el obrar del juez y las partes, que
debe realizarse siempre en base a la buena fe y sin perseguir fines ilícitos‖.
Manifestaciones:
1. Incidentes deben promoverse tan pronto como se tenga conocimiento
de ellos.
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2. Los peritos y testigos deben prestar juramento.
3. El término probatorio extraordinario para pruebas dentro del territorio
nacional, procede siempre que se solicite, salvo que se estime que se obra
maliciosamente.
4. Exclusión de la prueba impertinente, ilegal o dilatoria en el proceso
penal.
El principio de contradicción es un principio jurídico fundamental del proceso
judicial moderno. Implica la necesidad de una dualidad de partes que sostienen
posiciones jurídicas opuestas entre sí, de manera que el tribunal encargado de
instruir el caso y dictar sentencia no ocupa ninguna postura en el litigio,
limitándose a juzgar de manera imparcial acorde a las pretensiones y
alegaciones de las partes. Según este principio, el proceso es una controversia
entre dos partes contrapuestas: el demandante y el demandado. El juez, por su
parte, es el árbitro imparcial que debe decidir en función de las alegaciones de
cada una de las partes
Igualdad de armas.
El principio de igualdad de armas constituye un elemento esencial de la garantía
del derecho de defensa, de contradicción, y más ampliamente del principio de
juicio justo, y hace relación a un mandato según el cual, cada parte del proceso
penal debe poder presentar su caso bajo unas condiciones y garantías
judiciales, que permitan equilibrar los medios y posibilidades de actuación
procesal, dentro de las cuales se presente como esencial las facultades en
cuanto al material probatorio a recabar, de tal manera que no se genere una
posición sustancialmente desventajosa de una de las partes frente a la otra
parte procesal, como la que de hecho se presenta entre el ente acusador y el
acusado, a favor del primero y detrimento del segundo. El principio de igualdad
de armas o igualdad de medios, supone entonces que la carga probatoria del
acusador es proporcional a sus medios y que las reglas de ejercicio del principio
contradictorio en virtud de esa carga, buscan equiparar la participación en el
proceso penal, tanto optimizando lo más posible las garantías de la defensa,
como incrementando la exigencia del cumplimiento de la labor probatoria del
acusador. Para esta Corte el derecho de defensa en materia penal encuentra
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uno de sus más importantes y esenciales expresiones en el principio de igualdad
de armas, en procura de garantizar la protección de los imputados frente a
aquellas situaciones que desequilibran su actuación en el proceso.
Principio. Con el principio de igualdad de armas, se quiere indicar que ―(…) en
el marco del proceso penal, las partes enfrentadas, esto es, la Fiscalía y la
defensa, deben estar en posibilidad de acudir ante el juez con las mismas
herramientas de persuasión, los mismos elementos de convicción, sin
privilegios ni desventajas, a fin de convencerlo de sus pretensiones procesales.
Este constituye una de las características fundamentales de los sistemas
penales de tendencia acusatoria, pues la estructura de los mismos, contrario a
lo que ocurre con los modelos de corte inquisitivo, es adversarial, lo que
significa que en el escenario del proceso penal, los actores son contendores que
se enfrentan ante un juez imparcial en un debate al que ambos deben entrar
con las mismas herramientas de ataque y protección.
La contradictoriedad en las armas.
Consiste en la validación del proceso, por medio del debate contradictorio de
dos partes. Cada parte sostiene una teoría de caso, esto es una versión de cómo
ocurrieron los hechos, o cómo en definitiva puede o no puede acreditarse la
participación de una persona en los hechos. Este principio se conecta
directamente con el de igualdad de armas.
La Teoría del Caso, según Blanco y otros, es ―la idea central que adoptamos para
explicar y dar sentido a los hechos que se presentarán como fundantes de una
historia, permitiendo dar cuenta de la existencia de una determinada teoría
jurídica. knol.google.com/k/principios-del-nuevo-proceso-penal
En un entorno de juego justo, el juicio implica que las partes puedan realizar
toda la actividad que esté a su alcance para controvertir el caso de la
contraparte y presentar su propio caso.
Principio de la impulsión.
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Así es recogido entre los principios rectores del proyecto del código de
procedimiento civil del año 2000, cuando entre otros que ya contaban con el
rango constitucional, tenemos: ―Iniciar el proceso incumbe a las partes‖. En
materia civil este principio el propietario de la acción tiene las facultades de
iniciativa, impulsión y disposición de la acción, salvo que se trate de acciones
relativas a derechos que interesan al orden público, (Art. 48 de la constitución
y 6 del código civil).
Hemos de considerar, que, esta iniciativa provocada por un emplazamiento al
demandado, y en algunos casos, mediante instancia depositada ante la
secretaria del tribunal que habrá de conocer la litis, posteriormente notificada
a la parte adversa, como en el caso de la jurisdicción inmobiliaria, todos los
actos posteriores y subsiguientes son impulsados por la parte interesada; Para
vencer la inercia del demandante, el legislador ha creado la figura jurídica de la
perención de instancia, estableciendo un plazo de tres (3) años transcurrido
ininterrumpidamente desde la última actividad procesal.
Principios de la carga de las pruebas:
Estos principios se sustentan en nuestra carta magna y en los convenios y
tratados internaciones, a saber:
a- Derecho que la causa sea recibida a prueba y a que se abra un término
probatorio suficiente.
b- Derecho a proponer sus medios de prueba.
c- Derecho a que los medios de prueba debidamente propuestos sean
admitidos.
d- Derecho a que las pruebas sean practicadas.
e- Derecho a que la prueba practicada sea valoradas por el tribunal.
Que nuestro más alto tribunal ha establecido el precedente de la prueba
negativa, en las decisiones que se copia:
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B.J. NO. 1156, MARZO 2007
Sentencia impugnada: Cámara de lo Civil de la Corte de Apelación de Santo
Domingo, del 11 de enero de 2004.
Materia: Civil.
Considerando, que la sentencia atacada expone en su motivación, que
ciertamente, el que alega un hecho en justicia debe probarlo, pero no es menos
cierto que el que contra alegue también debe probar su contra alegato, si la
empresa reconoce que Víctor Peña Valentín es posible que tuviera acciones al
portador, debió probar que entregó esas acciones, debió probar que pagó
dividendos con cargo a los cupones de esas acciones al portador, lo que no ha
hecho; que la afirmación de que el hoy recurrido no es accionista de la
recurrente, Aes real y efectivamente el alegato de un hecho negativo que le
corresponde probar, prueba que no ha aportado dicha recurrente, expresa la
Corte a-qua en su fallo; que, en ese orden, la sentencia atacada comprueba que
la empresa ahora recurrente Ano ha contradicho el contenido de los
documentos constitutivos de la compañía en los que figura Víctor Manuel Peña
Valentín, como fundador y como miembro del consejo de administración,
aportando la prueba contraria, como pudo haber sido probando la simulación
o probando que sus acciones fueron transferidas, prueba a la que están
obligados aún cuando se trate de acciones al portador; que la entidad
recurrente, exponen los jueces de la Jurisdicción a-quo, Ano ha probado su
afirmación negativa en cuanto a que el reclamante no es accionista de la
compañía, no ha podido probar que haya expedido acciones al portador al
ahora recurrido, como sugiere que pudo haber sido y cuya afirmación le
establece la carga de la prueba, tampoco ha probado que hubiese expedido
acción alguna ni poseyera libro de acciones, ni que pagara alguna vez
dividendos sobre acciones al portador y que Víctor Manuel Peña Valentín, hoy
recurrido, ha probado satisfactoriamente su calidad de accionista del Centro
Comercial Santo Domingo, C. por A., su condición de fundador y de miembro
del consejo de administración, sobre cuyo aspecto la recurrente Ano ha
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probado por qué y en qué condiciones el recurrido dejo de ser accionista y
miembro del consejo de administración;
Considerando, que, en efecto, si bien es verdad que la prueba del hecho
negativo en principio no es susceptible de ser establecida por quien lo invoca,
no menos válido es que, conforme con la corriente doctrinaria y jurisprudencial
prevaleciente principalmente en el país originario de nuestra legislación,
cuando ese hecho es precedido por un hecho afirmativo contrario bien
definido, la prueba recae sobre quien alega el acontecimiento negado, así por
ejemplo, el que repite lo indebido debe establecer que no era deudor. Por tales
motivos, Primero: Rechaza en su mayor parte el recurso de casación
interpuesto por el Centro Comercial Santo Domingo, C. por A., contra la
sentencia dictada en atribuciones civiles el 11 de enero del año 2004, por la
Cámara de lo Civil de la Corte de Apelación de Santo Domingo, cuyo dispositivo
aparece transcrito en otro lugar de este fallo. B.J. NO. 1156, MARZO 2007.
BIBLIOGRAFÍA
Referencias
Este documento ha sido elaborado por el Prof. Miguel E. Hilario Bautista, a partir de diversas
fuentes consultadas.
CARNELUTTI, Francesco (1997) ―Derecho Procesal civil y penal‖, editorial mexicana, pag.90.
MARTINEZ MEJIA, Fernando (2010) ―Problemas actuales del litisconsorcio en el derecho
procesal civil‖ publicación Gaceta Judicial, marzo 2010.
MONCION, Segundo E. (2010) ―la litis, los incidentes y la demanda en referimientos en la
jurisdicción inmobiliaria‖, primera edición, impresos comerciales, Santiago, Pág. 158.
Poder Legislativo de República Dominicana (2005) Ley No. 108-05 de Registro Inmobiliario.
Documento en línea. Consultado el día 10/08/2015,
desdehttp://www.consultoria.gov.do/leyes/REGISTRO%20INMOBILIARIO%202005.pdf
El derecho de propiedad forma parte del catálogo de derechos fundamentales que presenta
nuestra Constitución del 2010, no obstante, esto no implica que sea la primera vez que se
encuentre protegido, pues dicho derecho ha sido consagrado por todas las Constituciones
Dominicanas desde nuestros inicios. El artículo 51 de nuestra Constitución establece que: “El
Estado reconoce y garantiza el derecho de propiedad. La propiedad tiene una función social que
implica obligaciones. Toda persona tiene derecho al goce, disfrute y disposición de sus bienes”.
Desglosando un poco los términos que describen este proceso podríamos establecer que la
palabra litis se refiere a aquella disputa o conflicto que surge entre los particulares que
necesariamente debe ser resuelta por los jueces. Así el Código Civil Dominicano establece en su
artículo 1700 que: „„se reputa que la cosa es litigiosa, desde el momento en que existe demanda y
contestación sobre el fondo del derecho‟‟.
En tal sentido, la Suprema Corte de Justicia ha señalado que para los fines de la litis el terreno
se considera registrado desde el momento en que interviene la sentencia final del saneamiento,
aún cuando la operación material del registro no se haya efectuado. Sin embargo, lo planteado
anteriormente no quiere decir que para la redacción de los actos que realicen esos
adjudicatarios rijan ya las formalidades del art 189 de la Ley de Registro de Tierras, pues esas
formalidades están previstas específicamente para el caso en que se haya efectuado
materialmente el registro. Con esta afirmación la Suprema Corte de Justicia establece el
marco dentro del cual puede surgir una litis sin ajustarla o limitarla a un caso
específico. Asimismo, desde el punto de vista jurisprudencial, se considera también
registrado un terreno cuando ha sido objeto de una adjudicación definitiva o irrevocable
aunque no se haya ejecutado dicha sentencia.
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Etiquetas: ¿Qué es la Litis sobre Derechos Registrados?
El doctrinario Manuel Ruiz Tejada define el concepto de la litis sobre terrenos registrados
como „„aquellas que ponen en juego el derecho sobre la propiedad inmobiliaria, o algún derecho
real accesorio, registrado, como consecuencia de hechos jurídicos que se han originado entre las
partes después de registrada la parcela‟‟. No obstante, se hace necesario mencionar que los
derechos accesorios que ponen en juego la litis deben estar también registrados, pues para fines
legales con relación a terceros, los derechos inmobiliarios que no están registrados no existen, y no
son oponibles a terceros. Este es el mejor concepto que se ha elaborado a propósito del tema, y
prueba de ello es que la jurisprudencia dominicana lo ha acogido y lo reproduce constantemente.
Las litis sobre derechos registrados se caracterizan por ser todas aquellas acciones litigiosas que
surgen después de un primer registro, aquellas circunstancias surgidas después de la expedición de un
certificado de título, es decir, de una adjudicación con carácter definitivo e irrevocable.
Considero que es importante referirse a la controversia existente en cuanto al concepto real de la litis,
pues algunos dicen que se trata de una “litis sobre terrenos registrados” y otros que se trata de una
“litis sobre derechos registrados”. Ambos conceptos figuran como sinónimos dentro del sistema y,
por consiguiente son totalmente válidos, se pueden utilizar indistintamente. Sin embargo, estos
conceptos encierran alcances jurídicos distintos, pues cuando hablamos de derechos registrados nos
referimos a todo derecho que se registra ante el Registro de Títulos y, cuando se dice terrenos
registrados nos referimos a un concepto más restringido, ya que se refiere a la cosa u objeto sobre el
cual recae el derecho. En fin, el concepto de derecho registrado es más amplio pues encierra todo
derecho real o accesorio susceptible de ser registrado en el Registro de Título correspondiente.
En conclusión, considero que la litis sobre derechos registrados tiene una gran importancia en todo
nuestro ordenamiento jurídico, pues las mismas instituyen la vía idónea y los métodos efectivos para
solucionar los conflictos de derechos que surgen en materia inmobiliaria con posterioridad al primer
registro de los terrenos. Como se puede percibir, la Ley 108-05 de Registro Inmobiliario planteó un
considerable avance en cuanto al tema, implicando una mayor organización y determinación del
procedimiento, lo cual era necesario pues todos los inmuebles registrados en determinado momento
pueden ser objeto de una litis sobre derechos registrados, y es una situación que se va planteando
cada vez con mayor frecuencia.
El demandante debe de notificar al demandado mediante acto de alguacil sobre dicha demanda.
Éste debe depositar en la secretaría del Tribunal de Jurisdicción Original competente, la
constancia de que ha notificado al demandado el acto introductivo de la demanda por acto de
alguacil, dentro del plazo de la octava franca a partir del depósito de la demanda por ante la
secretaría.[1]
Si el demandante no deposita la constancia de la notificación en el plazo de la octava franca, la
acción interpuesta queda sin efecto. El Juez o Tribunal supuesto a conocer la Litis sobre
Derechos Registrados, no fijará audiencia, ni realizará ninguna actuación hasta que se haya
depositado en la secretaría del despacho judicial la notificación de la demanda a la contraparte
por acto de alguacil.
Una vez que sea depositada por ante la secretaría del tribunal competente, la notificación de la
demanda interpuesta a la contraparte, el juez o tribunal apoderado de la Litis sobre Derechos
Registrados, fijará audiencia en un plazo no menor de 25 días ni mayor de 60 días posteriores al
apoderamiento del tribunal. El tribunal informará al Registro de Títulos y a la Dirección
Regional de Mensuras Catastrales correspondientes, la existencia del proceso. El Registro de
Títulos correspondiente anotará un asiento sobre el inmueble involucrado en el que se hará
constar que el mismo es objeto de un conflicto que se está conociendo en dicho tribunal.[2]
Por: Katherine Espinosa
2009-5405
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[1] http://www.ji.gov.do/webji/documentos/publicaciones/litis_dre_reg.pdf
[2] Reglamento de los Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria. Artículo 135.
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Etiquetas: Inicio del Proceso - Notificaciones
Por otra parte, la prueba testimonial, el juez puede aceptar la audición de un testigo, y también
puede de oficio o por petición de las partes la citación de un testigo adicional cualquiera, que
cuya declaración se encuentre necesaria e importante (esto se hace durante la audiencia de
sometimiento de pruebas). En principio, la audición de los testigos debe hacerse en la audiencia
de sometimientos de pruebas y solo serán escuchados aquellos testigos que estén en la lista que
haya sido depositada a más tardar cinco días antes de esta audiencia. En esta lista deben estar
expresamente, las generales del testigo y los hechos sobre los cuales puede declarar.
Ahora bien, ¿Qué pasaría si un testigo debidamente citado no compareciere a la audiencia? Ante
esto, el Juez o Tribunal tiene la facultad de ordenar la conducencia haciendo uso de la fuerza
pública, teniendo como intermediario al Abogado del Estado, fijando fecha para cuándo será la
próxima audiencia y si este no llegara a aparecer, pues el juez o tribunal puede prescindir de esta
prueba. Las declaraciones de los testigos se prestaran verbalmente ante el Juez o Tribunal, y
cada testigo podrá ser interrogado por cualquiera de las partes o por los representantes de éstas,
o por el Juez o Tribunal, con la suficiente amplitud y libertad para poner de manifiesto su
exactitud, veracidad y ausencia de interés, con el fin de esclarecer todos los hechos importantes
que se relacionaren con la cuestión. (Artículo 85 del Reglamento TS-TJO.) Si en el interrogatorio al
testigo, se hace alguna pregunta que pueda insinuar la contestación de este, pues el juez puede
limitar y concretar las preguntas, para que simplemente el testigo responda de manera específica
lo que se le haya preguntado.
Las pruebas periciales. Se utilizan cuando se estima necesario que se realice un peritaje para la
aclaración del caso. Este perito designado, debe presentar previamente sus credenciales y aquello
que acredite que este es un profesional en la materia que se está tratando en el caso, ante la
Secretaria del Despacho Judicial correspondiente. Este perito se designa por las partes y no
puede haber más de tres peritos (peritaje colegiado), al menos, que las partes hayan convenido
que el peritaje se haga por uno solo.
Por: Lourdes Suárez
2009-5083
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Etiquetas: Los Medios de Prueba ante la Jurisdicción Inmobiliaria según la Ley 108-05 y Reglamentos
Los plazos.
Se ha establecido, de manera jurisprudencial, que se consideran plazos procesales aquel período de tiempo que se
encuentra establecido para facilitar la realización de cualquier actuación o cumplimiento de formalidad en el curso de un
proceso, una vez iniciada una acción judicial[3].
De modo general, se puede establecer que según la forma de computar los plazos, éstos pueden
ser de horas, días, semanas, meses y años. En el caso de la Jurisdicción Inmobiliaria, de
conformidad con el artículo no. 112 del Reglamento de los Tribunales Superiores de Tierras y de
Jurisdicción Original de la Jurisdicción Inmobiliaria, el cual establece que “los plazos procesales
se contarán en días calendario, salvo especificación contraria de la ley o el presente
reglamento”, podemos inferir que los plazos existentes, en materia inmobiliaria, se calculan en
días, por excepción del plazo para recurrir en casación, y que la salvedad que quiere hacer el
legislador en la redacción del previamente señalado artículo se refiere a la distinción entre días
calendarios y días francos, como es el caso del artículo 30 de la Ley 108-05, donde se establece
el plazo de la octava franca en lo concerniente a la notificación de la demanda a la parte
demandada[4]. Con relación al aumento del plazo en razón de la distancia, ni la Ley, ni el
Reglamento disponen nada al respecto, por lo que se le aplica el principio general que contiene el
artículo 1033 del Código de Procedimiento Civil, conjuntamente con las disposiciones del
artículo 73 al 74 del mismo Código cuando se trate de notificaciones al extranjero[5].
[3] Escuela Nacional de la Judicatura, Rep. Dom., 2007. Derecho Inmobiliario, III Fase de Implementación. Pág. 41.
[4] Ley 108-05 de Registro Inmobiliario. Art. 30.
[5] Escuela Nacional de la Judicatura, Rep. Dom., 2007. Derecho Inmobiliario, III Fase de Implementación. Pág. 42.
[6] Reglamento de los Tribunales Superiores de Tierras y de Jurisdicción Original de la Jurisdicción Inmobiliaria. Art.
194
[7] Ley 108-05. Art. 30
[8] Escuela Nacional de la Judicatura, Rep. Dom., 2007. Derecho Inmobiliario, III Fase de Implementación. Pág. 50.
[9] Ley 3726 sobre Procedimiento de Casación. Art. 5.
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Etiquetas: Los plazos.
Sentencia impugnada: Tribunal Superior de Tierras del Departamento Norte, del 6 septiembre de
2006.
Materia: Tierras.
En sus considerandos, la Suprema Corte de Justicia establece que no obstante la parte recurrida
propone un medio de inadmisión por falta de interés, la Corte decidió examinar de oficio, en
primer término, si el recurso de casación aludido ha sido interpuesto dentro o fuera del plazo que
establece la ley, por tratarse de un asunto de carácter perentorio y de orden público.
Asimismo, se procedió a examinar el expediente formado con motivo del recurso y se ponen de
manifiesto los siguientes hechos:
a) La sentencia recurrida fue dictada por el Tribunal Superior de Tierras del Departamento Norte
en fecha 6 de septiembre de 2006;
b) Que la misma fue fijada por la Secretaría de dicho tribunal, en la puerta principal del mismo,
el día 11 de octubre de 2007;
c) Los recurrentes interpusieron su recurso de casación contra la referida sentencia el día 26 de
diciembre de 2007, según consta en el memorial depositado en esa fecha en la Secretaría de la
Suprema Corte de Justicia.
De conformidad con el artículo 134 de la Ley de Registro de Tierras Núm. 1542 de 1947, al
amparo de la cual fue introducido, instruido y solucionado el asunto de que se trata “el recurso de
casación será interpuesto, instruido y juzgado, tanto en materia civil como en materia penal,
conforme a las reglas del derecho común”. Asimismo, el artículo 5 de la Ley sobre
Procedimiento de Casación establece que en los asuntos civiles y comerciales el recurso de
casación se interpondrá por un memorial suscrito por abogado, con indicación de los medios en
que se funda, que deberá ser depositado en la Secretaría de la Suprema Corte de Justicia, en los
dos meses de la notificación de la sentencia; que, por otra parte, de acuerdo con la parte final del
artículo 119 de la ya mencionada Ley de Registro de Tierras “Los plazos para ejercer los
recursos contra las decisiones dictadas por el Tribunal de Tierras, se cuentan desde la fecha de la
fijación del dispositivo de la sentencia en la puerta principal del tribunal que la dictó”. De ahí
que el plazo de dos meses establecido por el artículo 5 de la Ley sobre Procedimiento de
Casación, debe ser observado a pena de inadmisión y por tanto, su inobservancia puede ser
invocada en todo estado de causa y no siendo susceptible de ser cubierta por las defensas al
fondo, la Suprema Corte de Justicia debe pronunciar de oficio la inadmisión resultante de la
expiración del plazo fijado por el referido texto legal para la interposición del recurso, en los
casos en que el recurrido no proponga esa excepción, por tratarse de un asunto de orden público,
de conformidad con lo que establecen los artículos 44 y 47 de la Ley núm. 834 de 1978.
Del mismo modo, se hizo el cálculo correspondiente y con lo que en tal sentido establece la parte
final del artículo 119 de la Ley de Registro de Tierras, es el día en que ha tenido lugar la
publicación de la sentencia, esto es, la fijación del dispositivo de la misma en la puerta principal
del tribunal que la dictó. Se ha señalado en parte anterior del presente fallo, en la especie consta
la mención puesta por la Secretaria del Tribunal a-quo al dorso de la hoja Núm. 16 y en el
encabezado de la primera hoja de la decisión impugnada, que ésta fue fijada en la puerta
principal del Tribunal Superior de Tierras del Departamento Norte, el día 11 de octubre de
2007; que, por tanto, el plazo para el depósito del memorial introductivo del recurso de casación,
por ser franco, vencía el día 13 de diciembre del 2007, plazo que aumentado en cinco (5) días
más en razón de la distancia de 148 kilómetros que media entre el Municipio de Jarabacoa,
domicilio de los recurrentes y la ciudad de Santo Domingo, asiento de la Suprema Corte de
Justicia, debía extenderse hasta el día 18 de diciembre de 2007, ya que el término se aumenta en
razón de un día por cada 30 kilómetros de distancia o fracción mayor de 15 kilómetros; que
habiendo sido interpuesto el recurso el 26 de diciembre de 2007, mediante el depósito ese día
del memorial correspondiente en la Secretaría de la Suprema Corte de Justicia, resulta evidente,
que dicho recurso fue interpuesto tardíamente y en consecuencia procede declararlo
inadmisible, por lo que no ha lugar a examinar los medios contenidos en el recurso.
De lo anterior vemos cómo se sanciona a pena de inadmisibilidad el accionar fuera de plazo.
Según algunos juristas, conforme a lo que dispone el artículo 65 del Reglamento de los
Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria, el cual establece que, “el conocimiento de las
excepciones de procedimiento a pena de inadmisibilidad, deben ser presentadas
simultáneamente y antes de toda defensa al fondo, debiendo ser propuestas en la audiencia de
presentación de pruebas”, entienden que “el juez estima que los mismos al ser propuestos,
tienen una intención dilatoria, decide entonces acumularlos para fallarlos conjuntamente con el
fondo.” Es cierto que existe, partiendo de esto, un tipo de contradicción, por el hecho de que por
apreciación de los jueces se toma la decisión, en los tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria, de
conocer los medios de inadmisión en conjunto con la defensa al fondo, es considerado como tipo
de acumulación, para evitar una “eternalización de los procesos” en cuanto al tiempo, siendo un
tanto opuesto con lo previsto por el legislador en los procedimientos de derecho común.
Lo cual afectaría de manera inminente al titular del inmueble en litigio. Por lo tanto se considera
un tanto más justo evitar ese tipo de situaciones, por lo que los jueces determinan, por casos
como estos, el acumular los medios de inadmisión en conjunto con la decisión del fondo. No
estaría de más que se evalué ambos procedimientos, el meramente civil y el inmobiliario, desde
perspectivas distintas. Sin embargo, desde un punto de vista lógico debe de admitirse que el fin
de las inadmisibilidades es que impide la discusión del fondo del asunto.
Por: Farah Almánzar
2008-5955
Los contenidos plasmados en este sitio responden a una práctica en el marco de la materia de Derecho Inmobiliario-PUCMM.
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Etiquetas: Los Medios de Inadmisión
En ese sentido, toda sentencia que pone fin a un proceso contradictorio o litigioso, donde el
tribunal apoderado instruyó el caso en audiencia pública, es susceptible de ser recurrida en
apelación.
Éste recurso será interpuesto por la parte que se considere afectada, pues de lo contrario, el
recurso carecería de interés y la consecuencia de la falta de interés es la inadmisibilidad del
mismo. El recurso de Apelación deberá ser interpuesto dentro del plazo de treinta (30) días
después de la notificación de la sentencia que pone fin a la Litis. El mismo, debe ser notificado a
la contraparte en un plazo de diez (10) días.
Es necesario, que recordemos que el Recurso de casación no nos da paso a una tercera instancia, debido a que la Suprema Corte
de Justicia, no es un tercer grado de Jurisdicción, y esta solo se limita a confirmar o anular la sentencia que haya sido recurrida y
no conoce el fondo, sino que es un recurso extraordinario.
Ahora bien, ¿son todas las sentencias susceptibles de recurrir en casación?, pues no, en principio, solo serán recurribles las
sentencias que hayan sido dictadas en una única o última instancia por un tribunal de la Jurisdicción Inmobiliaria; así mismo,
aquellas que hayan sido dictadas por un tribunal incompetente, se cometió una desnaturalización de los hechos en la sentencia,
por violación al derecho de defensa, por la decisión tener falta de base legal o por existir una contradicción entre el fallo y las
motivaciones. Ante esto, solo pueden recurrir aquellos que tengan interés y que hayan participado ya sea por escrito y oralmente
en el proceso. También pueden recurrir, el Abogado del Estado y el Procurador General de la Republica con las limitantes que
dispone la ley.
A partir de ahí el expediente queda en fallo reservado si no hay reenvío por alguna causa o, en caso contrario, se fija nueva fecha
para la audiencia.
Agotado el proceso, la sentencia que intervenga puede contener las siguientes modalidades:
a) El recurso puede ser declarado inadmisible.
b) Puede ser anulado por vicios de forma.
c) Puede ser rechazado.
d) Puede ser acogido y casada la sentencia.
Si ocurre una de las tres primeras hipótesis, la sentencia se convierte en definitiva e irrevocable.[10]
[10] Escuela Nacional de la Judicatura, Rep. Dom., 2007. Derecho Inmobiliario, III Fase de Implementación.
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Fuentes Consultadas
Legislación
o Ley 108-05 de Registro Inmobiliario
o Ley 1542 de Registro de Tierras (Derogada)
o Código Civil Dominicano.
o Código de Procedimiento Civil
o Ley 3726 sobre el procedimiento de Casación.
o Reglamento de los Tribunales Superiores de Tierras y de Jurisdicción Original de la Jurisdicción
Inmobiliaria.
o Ley No. 834, de fecha 15 de julio del año 1978.
Páginas de internet.
o http://www.ji.gov.do/webji/documentos/publicaciones/litis_dre_reg.pdf
ohttp://www.slideshare.net/enjportal/2-presentacion-litis-sobre-derechos-registrados-presentation
o http://jottincury.com/publicaciones/PDF/Procesal_Civil/PC_01.pdf
Otros.
o Escuela Nacional de la Judicatura, Rep. Dom., 2007. Derecho Inmobiliario, III Fase de
Implementación.
o Valoración de la Prueba I – Escuela Nacional de la Judicatura
o Seminario “Litis sobre Terrenos Registrados” Escuela Nacional de la Judicatura.
o CATEDRAS DE DERECHO INMOBILIARIO, Profesor Héctor Alíes R. Septiembre –
Diciembre 2011.
4
Derecho Agrario II
Referimiento en la Jurisdicción Inmobiliaria
DOCUMENTO: REFERIMIENTO EN LA JURISDICCIÓN INMOBILIARIA
ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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REFERIMIENTO EN LA JURISDICCIÓN INMOBILIARIA
Concepto
El referimiento es un procedimiento especial establecido con la finalidad de que
todo aquel que lo entienda procedente pueda obtener de forma rápida una
medida provisional en caso de urgencia.
Los artículos del 50 al 53 de la Ley num. 108-05 y del 163 al 170 del Reglamento
de Tribunales Superiores de Tierras y Jurisdicción Original contienen las
disposiciones relativas al referimiento inmobiliario.
El artículo 50 establece que ―el Juez del Tribunal de Tierras apoderado del caso
puede conocer en referimiento de toda medida urgente y de carácter
provisional que se deba tomar respecto al inmueble‖.
Para los fines de la demanda en referimiento es necesario analizar qué
debemos entender por urgencia, la manera de determinarla y el carácter de
provisionalidad de la ordenanza. Ver artículo 88 de la Ley 108.05.
En ese sentido, y con relación a la urgencia, la jurisprudencia ha establecido
como criterio constante que la urgencia es una cuestión de hecho que se
encuentra abandonada a la apreciación del juez y que escapa al control de la
casación (Ver Sentencia del 1 de julio de 1988, JB 932, p. 889).
Por su parte, la jurisprudencia francesa ha establecido que la noción de
urgencia se encuentra subordinada a los siguientes aspectos:
a) Cuando es necesario prevenir una turbación potencial, susceptible de
producirse en cualquier momento.
b) Cuando un retardo en la obtención de la decisión pudiere comprometer los
intereses del demandante.
DOCUMENTO: REFERIMIENTO EN LA JURISDICCIÓN INMOBILIARIA
ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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c) Cuando por falta de una medida inmediata la situación denunciada
conduciría a un perjuicio inminente. (Ver Ley 834 Comentada y Anotada por
Napoleón R. Estévez Lavandier, edición 2004, pp. 244-245, apartados 681al
684).
Como podemos ver, la urgencia es el requisito fundamental para determinar la
procedencia del referimiento, en ese sentido, los Magistrados Samuel Arias
Arzeno y Alexis Read, en su obra Fondo Jurisprudencial de la Cámara Civil, p.
411, apartado 165.9, dicen que ―aquel que invoca un estado de urgencia debe
hacerlo sobre la base de hechos y circunstancias que no pueden ser producto
de su creación ni tampoco cuestionables‖.
Carácter de Provisionalidad de la Ordenanza de Referimiento
El carácter de provisionalidad significa que las ordenanzas que emite el Juez de
los Referimientos no pueden prejuzgar el fondo, no ligan de ninguna forma al
juez de lo principal, ni tienen autoridad de cosa juzgada, porque son
eminentemente provisionales (Ver Sentencia de fecha 10 de marzo del 1999,
BJ,
1060, p. 58 al 67).
En ese sentido, el párrafo 2 del artículo 50 de la Ley 108-05 dispone que la
ordenanza del juez de los referimientos no puede prejuiciar el fondo del asunto,
ni adquiere en cuanto a lo principal autoridad de la cosa juzgada y es ejecutoria
provisionalmente, no obstante cualquier recurso.
Tribunal Competente
El tribunal competente para conocer la demanda en referimiento es de
Jurisdicción Original que se encuentre apoderado del caso de manera principal,
lo cual quiere decir que de no existir una instancia principal, no procede la
demanda en referimiento, a diferencia del procedimiento civil ordinario, donde
DOCUMENTO: REFERIMIENTO EN LA JURISDICCIÓN INMOBILIARIA
ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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sí se puede demandar en referimiento aunque no exista una demanda principal
cursando en el tribunal apoderado.
Finalidad del Referimiento
La figura del referimiento, en nuestro derecho común, así como en la Ley 108-
05, tiene la finalidad de poner en manos del juzgador las herramientas legales
necesarias para que pueda tomar todas las medidas conservatorias para
prevenir un daño inminente, o para hacer cesar una turbación manifiestamente
ilícita o excesiva, de manera tal, que de no tomarse las previsiones de lugar, el
daño pudiera ser irreparable.
Dichas medidas provisionales no pueden ser ordenadas de oficio por el Juez de
Jurisdicción Original apoderado de lo principal, primero porque se trata de un
asunto de puro interés privado, y segundo, por el principio de justicia rogada
que rige nuestro ordenamiento jurídico interno.
En tal sentido, si el juez las ordena de oficio se está excediendo en sus poderes
y en sus funciones.
Calidad para demandar en Referimiento
La calidad es el poder en virtud del cual una persona ejerce una actuación en
justicia, o el título con que una parte figura en el procedimiento. Tiene calidad
para demandar en referimiento todo aquel que sea parte de una litis sobre
derechos registrados en primera instancia y que entienda necesario e
inminente proteger el mismo de cualquier medida que pueda ser de
consecuencias manifiestamente excesivas e irreparables. Y en caso de
apelación, todo aquel que haya sucumbido en justicia y contra la cual se haya
ordenado la ejecución provisional.
Procedimiento de Referimiento por ante la Jurisdicción Inmobiliaria
DOCUMENTO: REFERIMIENTO EN LA JURISDICCIÓN INMOBILIARIA
ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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La demanda en referimiento se inicia de la siguiente manera:
• Se introduce mediante instancia motivada por ante la Secretaría del Tribunal
apoderado de lo principal, solicitando fijación de audiencia. Una vez apoderado
el Tribunal, el Juez Presidente procederá a emitir el correspondiente auto de
fijación de audiencia y autorizará al demandante a citar por acto de alguacil.
• Cuando el demandante haya obtenido el auto de fijación de audiencia,
procederá a notificar a la parte demandada por acto de alguacil, anexando el
auto de fijación de audiencia, para que comparezca en el plazo de un día franco
por ante el Tribunal apoderado.
• La audiencia de sometimiento de pruebas debe fijarse lo más pronto posible.
• A petición de parte, el Juez puede aplazar la audiencia a breve término con la
finalidad de darle oportunidad a las partes de que puedan presentar cualquier
documentación que en ese momento no tienen a mano, o para hacer cualquier
otra diligencia necesaria para el proceso, quedando esta medida abandonada a
la prudencia y soberanía del juez.
Si no se presenta ningún inconveniente en el transcurso de la audiencia, las
partes harán la presentación de sus respectivas pruebas. Finalizada la
audiencia, el Juez fijará a breve término la audiencia de fondo.
• El día de la audiencia de fondo, la parte demandante fundamentará la
urgencia de sus peticiones. El demandado hará las réplicas de lugar y quedará
la demanda en estado de fallo, o en plazo.
Plazo para decidir sobre la demanda
Los artículos 52 de la Ley 108-05 y 165 del Reglamento de Tribunales establecen
que una vez conocido el fondo de la demanda, el tribunal apoderado tiene un
plazo de 15 días laborables a partir del día de la audiencia, para emitir su
ordenanza, sin perjuicio de que el Juez al analizar la urgencia del caso pudiere
DOCUMENTO: REFERIMIENTO EN LA JURISDICCIÓN INMOBILIARIA
ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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ordenar las medidas pertinentes, in limine litis, en la misma audiencia, o fijar un
plazo más breve para la lectura de la ordenanza.
Fuerza Legal de la Ordenanza de Referimiento
La ordenanza de referimiento es ejecutoria provisionalmente no obstante
cualquier recurso, y sin prestación de fianza, sin perjuicio de que el Juez pueda
ordenar alguna medida de garantía como requisito para la ejecutoriedad.
El Referimiento por ante el Tribunal Superior de Tierras
El plazo de apelación de las ordenanzas de referimiento es de 15 días, a partir
de la notificación de la misma, por acto de alguacil de la Jurisdicción
Inmobiliaria.
En caso que la ordenanza de referimiento sea objeto de recurso de apelación,
el tribunal competente para conocer de dicho recurso lo es el Tribunal Superior
de Tierras territorialmente competente, por virtud de las disposiciones
contenidas en los artículos 53 de la Ley 108-05, y 169 del Reglamento de
Tribunales de Jurisdicción Original.
El Presidente del Tribunal Superior de Tierras que se encuentre apoderado del
conocimiento del recurso de apelación sobre la ordenanza de referimiento, es
el competente para ordenar la suspensión de la ejecución de la ordenanza
recurrida, siempre que lo estime necesario y conveniente.
La Jurisprudencia ha establecido que si la Corte se constituye en Pleno para
conocer de la demanda en suspensión en materia de referimientos, violenta las
reglas de la competencia de atribución, excede sus poderes y los límites de su
competencia, porque la Corte a-qua es una Jurisdicción diferente a la del
Presidente de la misma, por lo tanto, cuando se constituye sin tener facultad
para ello, de la demanda en suspensión de la ejecución de la sentencia, función
que es privativa del Presidente, actuando como juez de los referimientos por
DOCUMENTO: REFERIMIENTO EN LA JURISDICCIÓN INMOBILIARIA
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virtud de las disposiciones del artículo 137 de la Ley 834, la sentencia así
pronunciada es nula37 .
Una vez apoderado el Tribunal Superior de Tierras sobre el Recurso de
Apelación, la Secretaría General procederá a remitir el expediente al Presidente
del Tribunal Superior de Tierras, quien a su vez deberá emitir el
correspondiente auto de fijación de audiencia.
Es necesario destacar el hecho de que la Ley no establece de manera clara cuál
es el plazo en que debe fijarse la audiencia de referimiento a partir del
apoderamiento, sólo establece que se emplazará a comparecer en un día
franco. [Ver Casación Civil de fecha 9-10-2002, BJ No. 1103, pp. 189 – 195].
En ese sentido, el artículo 103 de la Ley 834 establece que el Juez se asegurará
de que haya transcurrido tiempo suficiente entre la citación y la audiencia para
que la parte citada haya podido preparar su defensa. La Jurisdicción
Inmobiliaria debe acogerse a estas disposiciones y determinar de manera
soberana ―el plazo prudente‖ aquí establecido.
El Recurso de Apelación debe ser notificado por acto instrumentado por un
alguacil de la Jurisdicción Inmobiliaria, emplazando en el plazo de un día franco
a comparecer por ante el Tribunal Superior de Tierras.
El procedimiento de la audiencia es el establecido para las litis sobre derechos
registrados, adaptado al aspecto sumario del referimiento.
La decisión sobre el referimiento será dictada en un plazo no mayor de quince
(15) días laborables, a partir de la fecha de la audiencia de fondo, conforme al
artículo 52 de la Ley 108-05 y el artículo 166 del Reglamento de los Tribunales.
Cuando se demanda la suspensión de una Ordenanza de Referimiento, el
presidente de Tribunal Superior de Tierras cuenta con las mismas facultades
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ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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previstas en los artículos 140 y 141 de la Ley 834, que establecen que en todos
los casos de urgencia, el presidente podrá ordenar en referimiento todas las
medidas que no coliden con ninguna contestación seria o que justifiquen la
existencia de un diferendo. Puede suspender la ejecución de las sentencias
impropiamente calificadas en última instancia, o ejercer los poderes que le son
conferidos en materia de ejecución provisional.
El artículo 137 de la Ley 834 dice: ―Cuando la ejecución provisional ha sido
ordenada, no puede ser detenida, en caso de apelación, más que por el
Presidente estatuyendo en referimiento y en los casos siguientes:
• Si la ejecución está prohibida por la Ley.
• Si hay riesgo que entrañe consecuencias manifiestamente excesivas.
En los casos en que la sentencia es ejecutoria de pleno derecho, el Presidente
del Tribunal Superior de Tierras está sujeto al cumplimiento estricto del artículo
141 de la Ley 834, cuya aplicación ha sido ampliada por la Suprema Corte de
Justicia cuando dice que ―la posibilidad de suspensión de la ejecución
provisional depende de que advierta o compruebe que la decisión recurrida se
encuentre afectada de una nulidad evidente, como la ausencia total de
motivación, o ha sido producto de un error grosero, o pronunciada en violación
al derecho de defensa de la parte que demanda la suspensión, o ha sido
obtenida en violación flagrante de la ley, o en sus poderes que le son atribuidos,
o cuando la sentencia recurrida haya sido dictada por un juez incompetente‖.
Son sentencias ejecutorias de pleno derecho, las ordenanzas de referimiento y
las decisiones que prescriben medidas provisionales en el curso de la instancia,
así como las que ordenan medidas conservatorias, tal y como lo establece el
artículo 127 de la Ley 834. [Ver Casación Civil del 31/10/2001, B.J. 1091, pp.
223-229; Casación Civil de fecha 14/07/1999, B.J.
1064, pp. 145-151; Casación Civil de fecha 22/04/1998, BJ 1049 pp. 64-71].
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ASIGNATURA DERECHO AGRARIO II
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BIBLIOGRAFÍA
Referencias
Documento preparado por: De los Santos, Jesús (2013) Referimiento en la Jurisdicción
inmobiliaria. Documento en línea. Consultado el día 10/08/2015, desde
http://grupomerkalegal.blogspot.com/2013/03/el-referimiento-inmobiliario.html
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17 Sentencia TC/0018/12 del 13 de junio de 2012.
mismo. Este derecho se encuentra específicamente reconocido por el artículo 40.4 constitucional:
―Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiares, abogado o persona de su con-
fianza, quienes tienen el derecho a ser informados del lugar donde se encuentra la persona detenida y de los motivos
de la detención‖
Para garantizar el ejercicio de este derecho en todos los casos, la Constitución de la República establece, en los artí-
culos constitucionales 176 y 177, no sólo el derecho a la asistencia jurídica gratuita en casos penales, sino que también
crea el sistema encargado de hacerlo realidad.
Son muchos los detenidos dominicanos que cuentan con este servicio para su defensa en los tribunales de la Re-
pública. En este contexto surgió un conflicto entre el Procurador Fiscal del Distrito Judicial Duarte y los defensores
públicos de esa demarcación. El Procurador Fiscal, que cumple la doble función de persecutor y administrador de los
recintos carcelarios, impuso requisitos de acceso que dificultaban la reunión entre defensores y defendidos.
Los defensores públicos accionaron en amparo y, a pesar de perder ante el juez que conoció el amparo originalmen-
te, fueron favorecidos por el Tribunal Constitucional. Este declaró que:
Asimismo, se ha comprobado fehacientemente: 1) que la referida exigencia del Procurador Fiscal viola el derecho de
todo detenido a recibir asistencia legal inmediata, conforme a lo dispuesto por el artículo 40.4 de la Constitución, el
artículo 8.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos y los artículos 95 y 111 del Código Procesal Penal;
2) que esa prerrogativa, a su vez, forma parte integrante del derecho de defensa de toda persona a la que se le
imputa una infracción, según establece el artículo 69.4 de la Constitución;
3) que, en tal sentido, el Procurador Fiscal del Distrito Judicial Duarte ha incurrido en una infracción constitucional, al
contravenir ―valores, principios y reglas contenidos en la Constitución y en los tratados internacionales sobre derechos
humanos suscritos y ratificados por la República Dominicana‖, cuya sanción incumbe al Tribunal Constitucional, de
conformidad a lo que disponen los artículos 5 y 6 de la referida Ley 137-116; y
4) que el mantenimiento de esa formalidad, de parte del mencionado Procurador Fiscal, conculca las normas consti-
tucionales y legales indicadas, cada vez que la falta de localización del Procurador Fiscal impida la comunicación de
un defensor público con un detenido17.
Esta sentencia, dado su carácter vinculante, obliga no sólo al Procurador Fiscal del Departamento Judicial Duarte,
sino a todas las autoridades que tengan bajo su custodia un detenido en República Dominicana.
Función social del derecho a la propiedad
La Constitución dominicana de 2010, coherente con su proclamación de un ESDD, ha establecido que el derecho a
la propiedad, aunque importante, no es absoluto. Debe que ser ejercido de acuerdo a la función social que tiene. El
párrafo capital del artículo 51 constitucional lee de la siguiente manera:
Art. 51.- Derecho de propiedad. El Estado reconoce y garantiza el derecho de propiedad. La propiedad tiene una
función social que implica obligaciones. Toda persona tiene derecho al goce, disfrute y disposición de sus bienes.
(…)
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CENTROUNIVERSITARIODEESTUDIOSPOLÍTICOSYSOCIALES(CUEPS)
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18 Sentencia TC/0036/12 del 15 de agosto de 2012, p. 13.
De hecho, y continuando con la tradición constitucional dominicana, el mismo artículo 51 constitucional declara en
su numerales 2 y 3 que el acceso a la propiedad titulada de la tierra para fines productivo es un objetivo esencial para el
Estado:
2) El Estado promoverá, de acuerdo con la ley, el acceso a la propiedad, en especial a la propiedad inmobiliaria titu-
lada;
3) Se declara de interés social la dedicación de la tierra a fines útiles y la eliminación gradual del latifundio. Es un
objetivo principal de la política social del Estado, promover la reforma agraria y la integración de forma efectiva de la
población campesina al proceso de desarrollo nacional, mediante el estímulo y la cooperación para la renovación de
sus métodos de producción agrícola y su capacitación tecnológica;
(…)
Esto tiene como consecuencia que en República Dominicana no es válida la vieja concepción liberal del derecho a la
propiedad, según la cual el dueño de una cosa puede hacer de ella y con ella lo que desee.
Aunque el Tribunal Constitucional no se ha pronunciado claramente sobre las limitaciones que esto implica al dere-
cho a la propiedad, sí lo ha hecho sobre las consecuencias que tiene para el acceso a la misma. Lo hizo en ocasión del
caso en el que un parcelero al que el Instituto Agrario Dominicano (IAD) había entregado unas tierras para su explota-
ción en 1984 y al cual casi treinta años después quería despojar de parte de las mismas. Esto bajo el argumento de que,
como aún no se había completado el trámite de registro de la tierra a nombre de su explotador, éste no tenía derecho
a la misma, tal y como prevé la legislación en materia inmobiliaria en el país.
Haciendo acopio de lo previsto en el párrafo capital del artículo 51 constitucional, el Tribunal Constitucional de-
claró que, en virtud de su explotación continua de la tierra en disputa durante un período prolongado, el accionante en
amparo tiene un derecho de propiedad sobre esta aún si no ha completado el registro de la misma:
―En el caso que nos ocupa, si bien es cierto que el recurrente, Isidro Melo Otaño, no ha sido provisto del certificado
de título correspondiente y, por tanto, no ha constituido su derecho de manera definitiva, no es menos cierto que él
ha poseído de manera legal, pacífica, continua y no controvertida, durante 28 años, el predio agrícola precedente-
mente descrito, toda vez que fue regularmente asentado en el proyecto agrario AC-150-Pedro Corto, de la provincia
San Juan de la Maguana. Esta posesión fue vulnerada de forma irregular por el Director de la Gerencia No. 7, del
Instituto Agrario Dominicano (IAD), en San Juan de la Maguana‖18.
Queda claro que para el Tribunal Constitucional el uso con fines socialmente productivos de la tierra produce dere-
chos aún cuando esa propiedad no esté regularmente registrada. Hay que hacer la salvedad de que esto no necesaria-
mente quiere decir que en el futuro el Tribunal decidirá que la titulación es innecesaria, o que la explotación de la tie-
rra se impone a los títulos que pueda tener en sus manos un tercero. Ahora bien, sí reconoce el fundamento constitu-
cional de la adquisición de derecho a la propiedad por causa de su uso socialmente productivo.
Derecho a la salud y derecho al agua potable
El derecho a la salud integral es una de las novedades de la Constitución de 2010. Hasta ese momento, lo que la
Constitución dominicana reconocía era el derecho de las personas a que su salud no fuera afectada por tratos vejato-
rios y se proclamaba la responsabilidad del Estado en instalar un sistema de seguridad social. No existía, al menos en el
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19 Sentencia TC/0049/12 del 15 de octubre de 2012, p. 12.
20 Ibíd., p. 13.
21 Ibíd.
texto constitucional, un derecho a la salud propiamente dicho.
Tampoco se reconocía el derecho al medio ambiente sano y, mucho menos, el derecho al agua potable. El párrafo
capital del artículo 61 constitucional y su primer numeral superan esa carencia:
―Art. 61.- Derecho a la salud. Toda persona tiene derecho a la salud integral. En consecuencia:
1) El Estado debe velar por la protección de la salud de todas las personas, el acceso al agua potable, el mejoramien-
to de la alimentación, de los servicios sanitarios, las condiciones higiénicas, el saneamiento ambiental, así como procu-
rar los medios para la prevención y tratamiento de todas las enfermedades, asegurando el acceso a medicamentos
de calidad y dando asistencia médica y hospitalaria gratuita a quienes la requieran;‖
El Tribunal pudo pronunciarse cuando un grupo de productores de agua para venta a granel accionó en emparo
contra la ejecución de la Resolución No. 2-II-2011-RTD-64, de fecha diecisiete (17) de mayo de dos mil once (2011),
emitida por la Comisión Nacional de Normas y Sistemas de Calidad, y la Resolución No. 000017,de fecha treinta (30)
de mayo de dos mil once (2011), dictada por el Ministerio de Salud Pública.
Estos órganos públicos ordenaron la suspensión de la venta de agua a granel en razón de la dificultad de controlar
su calidad, así como, la insalubridad del sistema de distribución y venta. El Tribunal falló en favor de los productores de
agua al granel, fundamentando su posición en la importancia del agua para la salud humana y la necesidad de que la mis-
ma esté disponible para la mayor parte de la población posible:
―Los sistemas de abastecimiento de agua potable son considerados parte integral de los servicios de salud que los
Estados tienen que proporcionar a toda la población, bajo el entendido de que este ―(...) es un recurso natural limita-
do y un bien público fundamental para la vida y la salud‖ (Observación general No. 15 del Comité de Naciones Uni-
das sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, año 2002)‖19.
Continuó diciendo que:
―Ante esta situación que entraña una prohibición general de la venta de agua ―a granel‖ destinada al consumo
humano, corresponde al Tribunal Constitucional establecer que, en el presente caso, se ha conculcado el derecho
fundamental a la libertad de empresa de los recurrentes en revisión y se ha afectado la garantía de acceso al agua
potable a segmentos pobres de la población que la Constitución pone a cargo de las referidas autoridades‖20.
Los razonamientos del Tribunal no se debieron únicamente a lo establecido en la Constitución de la República, sino
que también acudió a lo resolutivo por órganos internacionales. Es el caso de la Resolución No. A/RES/64/292 de la
Asamblea General de Naciones Unidas21. Esto quiere decir que el Tribunal Constitucional se encuentra dispuesto a in-
corporar a sus decisiones las posiciones más adelantadas del derecho internacional y comparado.
Esto, mas la vinculación entre el derecho a la salud y el derecho al agua potable que hace el Tribunal Constitucional
puede tener importantes e imprevisibles consecuencias en el futuro. Esto así porque el Derecho sobre el acceso al
agua se encuentra en estos momentos en su etapa de nacimiento. No es previsible qué límites impondrá en el futuro a
la libertad de empresa ni qué responsabilidades creará al Estado. Sin embargo, ya el Tribunal Constitucional ha recono-
cido su importancia, sentando las bases para la rápida incorporación interna de su desarrollo internacional.
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22 Esta sentencia de la Suprema Corte está fechada en 17 de octubre de 2001.
23 Sentencia TC/0012/12 del 9 de mayo de 2012, p. 11, citando la antedicha sentencia de la Suprema Corte.
Derecho a la igualdad y el concubinato
Otro aspecto novedoso de la reforma de 2010 es el reconocimiento constitucional de que existen modos de orga-
nización familiar distintos al matrimonio. EL artículo 55.5 constitucional establece que:
La unión singular y estable entre un hombre y una mujer, libres de impedimento matrimonial, que forman un hogar
de hecho, genera derechos y deberes en sus relaciones personales y patrimoniales, de conformidad con ley.
Esto es un reconocimiento constitucional al hecho cierto de que un gran porcentaje de las familias dominicanas se
han organizado alrededor de la unión de hecho, o concubinato, y no del matrimonio. Esto ha tenido siempre la conse-
cuencia de que las personas que viven en parejas de hecho quedan desprotegidas frente al abandono o la viudez.
Es lo que ocurrió a la accionante en este caso. A pesar de haber convivido por dos décadas con un militar, se le
negó la pensión de viudez porque la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas exigía el vínculo matrimonial.
El Tribunal Constitucional falló en favor de la viuda fundamentando su decisión en una sentencia de la Suprema Cor-
te como tribunal de casación22. Dice el Tribunal Constitucional que:
―Considerando, que las uniones no matrimoniales, uniones consensuales, libres o de hecho, constituyen en nuestro
tiempo y realidad nacional una manifestación innegable de las posibilidades de constitución de un grupo familiar, y
las mismas reúnen un potencial con trascendencia jurídica; que si bien el matrimonio y la convivencia extramatrimo-
nial no son a todos los efectos realidades equivalentes, de ello no se puede deducir que siempre procede la exclusión
de amparo legal de quienes convivan establemente en unión de hecho, porque esto sería incompatible con la igual-
dad jurídica y la prohibición de todo discrimen que la Constitución de la República garantiza;‖23.
Como puede verse, la Suprema Corte –y a través de ella el Tribunal Constitucional- ocupó su razonamiento con
cuestiones de hecho y no sólo jurídicas. Procuró garantizar que los concubinos pudieran acceder a la misma protec-
ción jurídica que los casados. Esto incluso antes de que se constitucionalizara la unión de hecho en el artículo 55.5
constitucional. El Tribunal Constitucional adoptó estos razonamientos y les brindó la fuerza jurídica del precedente
constitucional.
Libertad de tránsito
La última sentencia que analizaremos se refiere a la libertad de tránsito. Aunque en principio este no parecería ser
un derecho social o propio del ESDD, el caso que se presentó ante el Tribunal contiene elementos que se acercan más
al contenido social que al contenido político de este derecho.
Durante los trabajos en la Autovía del Este la compañía constructora cerró el acceso a través del cual tradicional-
mente la comunidad de Los Solares accedía a la autopista para llegar a San Pedro de Macorís. Esto implicó que los habi-
tantes de Los Solares tenían que tomar un desvío que sumaba catorce kilómetros a su ruta habitual.
Para el Tribunal Constitucional el cierre del acceso y el posterior desvío al que obligó a los habitantes de Los Sola-
res es una vulneración de la libertad de tránsito:
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24 Sentencia TC/0071/13 del 13 de mayo de 2013, p. 20.
25 Ibíd., p. 19.
―p) En este mismo sentido, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 12, indica: Toda per-
sona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tendrá derecho a circular libremente por él y a escoger
libremente en él su residencia. De igual manera, el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
expresa: Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
o) De esto se colige que el derecho al libre tránsito y al libre acceso a los demás derechos que se pueden ver afecta-
dos por la no libertad de estos, están garantizados no sólo por nuestra Constitución, sino por el bloque de constitucio-
nalidad que componen los pactos y tratados a los que como república, somos signatarios‖24.
Lo importante de este razonamiento es que el Tribunal Constitucional llega a esta conclusión a pesar de que la vul-
neración al derecho no provenía del impedimento de trasladarse, sino del costo adicional causado por un desvío arbi-
trario. De hecho, el Tribunal entendió que no sólo se vulneró el derecho al libre tránsito, sino también el de otros
derechos sociales cuya conexidad con este radica en que los afectados tenían que trasladarse para tener acceso a ellos:
―En el informe técnico emitido por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) se evidencia la consul-
cación del derecho al libre tránsito y, además, la afectación de otros derechos fundamentales como el derecho a la
educación y el derecho al trabajo. Ello se deduce de la circunstancia de que, debido al cierre de la indicada vía de
acceso, los pobladores de Los Solares se han visto impedidos de acceder de manera lógica y natural a sus escuelas y
centros de trabajo, obligándoseles a recorrer, innecesariamente, entre diez (10) y catorce (14) kilómetros‖25.
En otras palabras, el Tribunal Constitucional vinculó el ejercicio de los derechos fundamentales afectados, tomando
en cuenta su dimensión social.
Conclusiones preliminares
El Tribunal Constitucional, En el lapso de quinientos días ha emitido cerca de doscientas
cuarenta sentencias. Aunque este número parece ser elevado, en realidad no lo es. En primer
lugar porque buena parte de estas sentencias son inadmisibilidades, en segundo lugar, sólo 20
son sobre recursos de revisión de sentencias de amparo.
Otro factor que afecta el abanico de temas jurídicos que el Tribunal decide es que, como
los jueces tienen un papel pasivo, sólo pueden fallar aquello que les llevan las partes en conflic-
to. Es decir, el universo de sus decisiones se ve limitado por lo que los ciudadanos deciden no
sólo llevar como acciones de amparo, sino además, recurrir en revisión. Es decir que al Tribu-
nal no necesariamente llegan los conflictos socialmente más relevantes, sino aquellos en los
que intervienen partes con mayor capacidad y vocación litigiosa.
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Para citar este artículo
Nassef Perdomo, ―El amparo como garante de los derechos fundamentales en la jurispru-
dencia del Tribunal Constitucional‖. Papeles del CUEPS, no. 2, octubre de 2013, publicación
del Centro Universitario de Estudios Políticos y Sociales, Santo Domingo. Disponible en:
<http://www.pucmm.edu.do/RSTA/Academico/viii/centros/cueps/Documents/Tribunal%
20Constitucional.pdf >.
Esto nos deja con un panorama limitado e incompleto sobre cómo el Tribunal Constitucio-
nal permitirá que el amparo se desarrolle como mecanismo de garantía de los derechos funda-
mentales. Hasta ahora, el resultado ha sido ambiguo. Mientras que por un lado el Tribunal po-
tencia al amparo como garante de los derechos fundamentales y sus derechos conexos, por
otro aparenta limitar el acceso al mismo mediante una interpretación estricta de la calidad para
accionar.
Puede concluirse que el Tribunal Constitucional todavía está en búsqueda de su identidad, y
de la del amparo como garantía de los derechos fundamentales. En este momento se encuentra
apoderado de casos que podrían ayudar a ir definiendo el sentido que dará a su jurisprudencia.
Sin embargo, aún es muy temprano para determinar si impulsará al amparo para que se con-
vierta en un instrumento efectivo de justicia social o si permitirá que se pierda en el laberinto