UNIDAD 1 - Laboratorio Clinico

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UNIDAD 1: PRINCIPIOS BÁSICOS DEL TRABAJO EN EL LABORATORIO CLÍNICO

OBJETIVOS Y FUNCIONES DEL LABORATORIO CLÍNICO.

 Ayudar a confirmar o descartar un diagnóstico.


 Establecer un pronóstico.
 Controlar la evolución de la enfermedad y los resultados del tratamiento.
 Detectar complicaciones.
 Colaborar con estudios epidemiológicos y de grupos de riesgo.
 Constituir una parte esencial de los protocolos de investigación científica y de los
ensayos clínicos para la introducción de nuevos medicamentos.

El valor diagnóstico de la mayoría de las investigaciones de laboratorio está limitado porque,


aunque refleja cambios en la función de los órganos y de los sistemas, la mayoría de estos
cambios son inespecíficos. Por lo tanto, si bien estas investigaciones detectan la presencia de
una alteración patológica, a menudo no identifican la enfermedad concreta. Es decir, dirigen la
atención del médico hacia un diagnóstico particular (incluso en el caso de que los resultados
sean considerados normales), o permiten excluirlo con una razonable confiabilidad; pero no
pueden emplearse como sustitutos del interrogatorio ni del examen físico, sino como
complemento de estos.

EXÁMENES QUE SE REALIZAN EN EL LABORATORIO CLÍNICO.

En la actualidad, la variedad de los exámenes que realiza el laboratorio clínico es considerable.


Sin embargo, no todos los laboratorios pueden realizar esta amplia gama de investigaciones,
como tampoco todas las instituciones médicas de un país, incluidas las más especializadas,
ofrecen todos los servicios. Cada país establece, de acuerdo con su propia política de salud, las
investigaciones que se realizan en los laboratorios de la red de salud pública, en los distintos
niveles de asistencia (primario, secundario y terciario). En cuanto al sector privado, este
aspecto por lo general es controlado mediante la acreditación de los laboratorios de este
sector, por las asociaciones médicas nacionales, en coordinación con los organismos
gubernamentales que regulan la actividad sanitaria.

En principio, antes de incorporar la determinación de algún analito a las investigaciones que se


realizan en un laboratorio, es importante adquirir toda la información básica disponible acerca
de su fisiología, su fisiopatología y su importancia clínica. Ello incluye aspectos tales como su
estructura, origen, causas fisiológicas y patológicas de su aumento o disminución; sensibilidad
y especificidad nosográficas; intervalos de referencia, nivel de cambio significativo desde el
punto de vista clínico y su valor diagnóstico o pronóstico.

Además, es preciso conocer las características de los métodos de análisis, las limitaciones de
estos, las posibles interferencias, la preparación del paciente y, por último, realizar los cálculos
de costo-beneficio de su introducción.

De manera general, los exámenes de laboratorio se pueden agrupar en:

Química sanguínea

Incluye pruebas para el estudio del metabolismo de los carbohidratos, las proteínas, los
lípidos, el agua y los electrólitos y el equilibrio ácido-básico; enzimas séricas, productos
intermedios o finales del metabolismo, oligoelementos, hormonas y niveles de medicamentos
en sangre, entre otros.

Hematología

Incluye un grupo de exámenes denominados básicos o habituales (hemoglobina, hematocrito,


recuentos de células de la sangre, examen de la extensión coloreada de sangre periférica,
cálculo de las constantes corpusculares, velocidad de sedimentación globular) y pruebas más
especializadas, como los estudios de anemias hemolíticas y nutricionales, el examen de las
extensiones coloreadas de médula ósea (medulograma), las coloraciones citoquímicas y
algunos estudios realizados con el empleo de radionúclidos, sondas moleculares o microscopia
electrónica.

Estudios de la hemostasia

Agrupan a todas las pruebas que permiten explorar los mecanismos de la coagulación
sanguínea, la fibrinólisis y la actividad de los trombocitos.

Inmunología

Incluye una amplia gama de pruebas para el estudio de la autoinmunidad, las


inmunodeficiencias, compatibilidad para trasplantes y otras.

Examen químico y citológico de la orina, del líquido cefalorraquídeo, del líquido amniótico o
sinovial, del seminal, de la saliva, y de exudados y trasudados.

Biología molecular
De introducción reciente en el laboratorio clínico, se emplean las sondas de ADN para el
estudio de enfermedades infecciosas, neoplásicas y de origen genético, así como para sustituir
cada vez más los métodos clásicos de estudio del sistema inmunológico. El ADN disponible
para una reacción, es ampliado por medio de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR),
que redunda en diagnósticos más rápidos y específicos y abre posibilidades insospechadas
unos pocos años atrás.

Laboratorios del nivel primario

Laboratorios del nivel primario de atención médica realizan examen parasitológico de heces
fecales, así como examen directo de esputo. En los demás niveles, estas investigaciones, así
como todos los demás exámenes parasitológicos, microbiológicos y serológicos, son realizados
por los laboratorios de microbiología, que constituyen una especialidad diferente. En la
mayoría de los países del continente americano, todas estas investigaciones forman parte del
contenido de trabajo de los laboratorios clínicos, al igual que los exámenes citológicos.

PERSONAL DEL LABORATORIO CLÍNICO.

El recurso más importante de cualquier actividad humana es el propio hombre; en el


laboratorio clínico no constituye una excepción. La composición, el grado de instrucción y las
responsabilidades del personal de los laboratorios, varían de un país a otro e, incluso, dentro
de un mismo país. Hace algunos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) intentó
introducir un orden en la denominación que reciben los miembros del equipo de un
laboratorio, de acuerdo con su categoría y atribuciones.

Aunque este orden no ha sido aceptado en todos los países, es una guía útil para clasificar el
personal:

1 - Médicos especialistas en laboratorio clínico

Al finalizar la carrera de medicina, realizan estudios de posgrado con una duración variable, de
acuerdo con el país (siempre tres años o más). Al finalizarla, los médicos poseen un perfil muy
amplio, que les permite dominar casi cualquier aspecto de la actividad del laboratorio. En
algunos países, este especialista es llamado patólogo clínico.

2 - Licenciado en bioquímica

Esta carrera capacita a sus egresados para realizar funciones asistenciales, docentes,
administrativas y científicas que incluyen distintas áreas de actividad dentro del laboratorio, en
lo fundamental, la de química clínica y todo lo relacionado con el manejo de la calidad. Algunas
de estas actividades pueden requerir estudios de posgrado. En varios países también se
incluyen en este grupo: los licenciados en Biología, en Química y en Farmacia. En Argentina,
por ejemplo, existe el perfil llamado Bioquímico y en España el de farmacéutico analista.

3 - Técnicos de laboratorio clínico

Poseen nivel de escolaridad medio superior (bachiller) y se forman en un instituto de


enseñanza técnica (a veces dependiente de una Universidad). Este personal realiza la mayor
parte del trabajo de los laboratorios clínicos.

4 - Auxiliares técnicos

Poseen un nivel escolar de secundaria básica y reciben un adiestramiento en servicios de no


menos de un año. Pueden realizar tareas menos complejas en el laboratorio, bajo la
supervisión del tecnólogo. En algunos países, se incluyen en este grupo los llamados
flebotomistas, cuya principal función es la obtención de las muestras de sangre.

5 - Auxiliares de laboratorio

Con un nivel de enseñanza primaria y un adiestramiento breve, pueden realizar funciones


sencillas de apoyo (preparación de muestras, limpieza y preparación del material, entre otros).

INSTALACIONES DEL LABORATORIO CLÍNICO.

El local en el que se realizan las determinaciones de laboratorio debe reunir determinadas


condiciones físicas que respondan a las necesidades de trabajo actuales del departamento y
permitan determinada flexibilidad para adaptarse a los cambios tecnológicos en un futuro
previsible. Para ello se deben tener en cuenta las necesidades y las perspectivas de la
institución (o instituciones) de salud a la(s) que brinda sus servicios el laboratorio; en otras
palabras, resulta conveniente considerarlo como un ambiente dinámico.

Para el diseño de un laboratorio clínico se deben valorar los factores siguientes:

 Necesidades que dependen del flujo de trabajo (cantidad y variedad de análisis


electivos o de urgencia, cantidad de personal, flujo de muestras, entre otras).
 Necesidades que dependen del tipo y cantidad de equipos, automatización,
informatización, estaciones de trabajo (work-stations).
 Necesidades de locales auxiliares, de tipo administrativo (oficinas), docente (aulas),
para la limpieza y esterilización de materiales, para el almacenamiento (que incluya
refrigeración), sala de espera, para la toma de muestras y otras facilidades para el
personal (servicios sanitarios, taquillas, duchas, cuarto de descanso para el personal de
guardia, etc.).
 Necesidad de áreas con características especiales (área estéril, área para trabajo con
isótopos radiactivos).

Esto indica que no existe un proyecto único de diseño de un laboratorio clínico, que pueda ser
aplicado de manera universal. En todos los casos, el diseño debe ser realizado por el arquitecto
responsable, con la asesoría del especialista en laboratorio clínico, que presentará su
propuesta al inversionista principal.

CRISTALERÍA REACTIVOS Y EQUIPOS.

CRISTALERÍA.

Durante décadas, la totalidad de los tubos de ensayo o de cultivo, las pipetas, los embudos y
los frascos para medir o para contener (Figura 1), se fabricaron de vidrio, lo que hizo que se les
diera el nombre genérico de cristalería. No siempre el vidrio con el que estaban elaborados era
inerte, lo cual provocaba frecuentes interacciones con su contenido; pero su inconveniente
fundamental era su fragilidad al chocar y el coeficiente de expansión al ser sometido a la
acción de las altas temperaturas, lo cual también provocaba su rotura. Esta última condición se
resolvió con el cristal de boro-silicato, de alta resistencia térmica.

En la actualidad, los utensilios de vidrio han sido sustituidos casi todos por similares de plástico
(sobre todo polietileno y polipropileno), con alto grado de resistencia a la acción de los ácidos
y álcalis. Sin embargo, su resistencia térmica es menor que la del cristal de boro-silicato y oscila
entre 80 ºC como límite, para el polietileno de superior al polietileno y al polipropileno y
resiste temperaturas superiores a 200 ºC. Además, es casi inerte y su superficie es
impermeable. Estas características hacen que se le emplee con frecuencia para los sistemas de
tuberías de los equipos automatizados.

Muchos de estos utensilios plásticos son desechables (los tubos para colectar las muestras de
sangre, las puntas de las pipetas de pistón y otros). Los que son reutilizables requieren un
tratamiento cuidadoso que garantice que han quedado libres de cualquier sustancia
contaminante. El tubo, pipeta o recipiente plástico que se va a reutilizar, no solo debe parecer
limpio, sino que tiene que estar muy limpio. En caso de dudas, es preferible desecharlo.
La limpieza de los recipientes y de otros artículos de vidrio, casi siempre se realiza con algún
detergente industrial (previo enjuague con abundante agua corriente, para eliminar su
contenido). Después del tratamiento con detergente, se dan varios pases por agua
desmineralizada y, en caso de necesidad, se tratan con ácido (nítrico o clorhídrico) o con
solución de bicromato de potasio y ácido sulfúrico. El secado se efectúa en una estufa, a 90 ºC,
durante una hora. Para el material plástico, se recomienda usar detergentes ligeramente
alcalinos o neutros, no-iónicos y realizar un cuidadoso enjuague con agua desmineralizada.
Pueden secarse bajo una corriente de aire. En ambos casos se han empleado con éxito
máquinas para el lavado y secado automáticos y, en el caso de utensilios plásticos, baños
ultrasónicos.

Existen muchos catálogos de fabricantes, que deben ser consultados cuando se va a escoger el
material que se va a emplear en el laboratorio clínico.

Figura 1. Algunos de los materiales empleados en los laboratorios clínico

REACTIVOS.

Los reactivos son soluciones de sustancias químicas puras, o compuestos biológicos específicos
(enzimas, antígenos, anticuerpos), o una mezcla de ambos, que se añaden a la muestra para
producir una reacción capaz de determinar en ella una modificación tal que genere una señal
medible. Muchas de estas soluciones pueden prepararse en el laboratorio, pero la mayor parte
de las que se usan en la actualidad son producidas de forma industrial por casas fabricantes
especializados, que las comercializan en forma de juegos de reactivos, presentados en
estuches, por lo general con un nivel de calidad muy confiable.

A menudo, los fabricantes no comunican ciertos detalles acerca de la composición de los


reactivos contenidos en el estuche; pero existe un mínimo de información que debe estar
incluido en este estuche y que comprende la descripción tanto de solventes como de solutos
(incluso la fórmula molecular), la concentración de los solutos, las interferencias que pueden
afectar su capacidad de reacción, las características de conservación, el número de lote y la
fecha de vencimiento, así como los símbolos de riesgo (véase la sección de bioseguridad en el
laboratorio clínico). La información se completa con la descripción de la técnica.

El almacenamiento de los reactivos debe hacerse siguiendo las instrucciones del fabricante. De
modo muy general, los que se conservan a temperatura ambiente (de 20 a 25 ºC) requieren un
lugar fresco, seco, ventilado y no expuesto a la luz. En nuestro país, donde la temperatura
ambiente suele exceder los 30 ºC en locales no climatizados, la conservación de algunos
reactivos puede crear un conflicto. En este sentido, la situación de los que se conservan en
refrigeración (es decir, de 0 a 4 ºC) plantea menos dificultades. Recuerde siempre que la mesa
de trabajo y la campana de extracción, no son lugares adecuados para almacenar reactivos.

A menudo, un reactivo liofilizado se conserva a temperatura ambiente hasta que se


reconstituye y después se debe refrigerar o congelar. En este caso particular, es preciso tener
en cuenta el plazo de vencimiento, que cambia después de la reconstitución. Es muy
importante estar atentos a los cambios en el aspecto físico (cambio de coloración, aparición de
turbidez, formación de un precipitado), que suelen ser signos de deterioro: un programa del
manejo total de la calidad, debe incluir el control de la calidad de los reactivos empleados.

La programación del suministro de reactivos es todo un arte que se domina con experiencia y
sentido común. Aunque el jefe del departamento delegue en otro profesional (por lo general,
un bioquímico o tecnólogo), ello no lo exime de mantener una supervisión constante de esta
actividad. La cantidad de un reactivo en existencia en el almacén, debe oscilar entre un mínimo
que no permita que se agote antes de la llegada de la siguiente remesa y un máximo por
encima del cual no se debe pasar para evitar su posible vencimiento, con el consiguiente
perjuicio económico.

EQUIPOS.

Los equipos que se emplean en los laboratorios clínicos, muestran un grado cada vez mayor de
complejidad y sofisticación en su diseño, pero su manejo es sencillo para un operador
calificado. Existen instrumentos para cubrir todas las necesidades de los laboratorios, a todos
los niveles de la red sanitaria; corresponde al profesional responsable evaluar sus necesidades
específicas (actuales y perspectivas), mediante un estudio serio y detallado, antes de proceder
a solicitar la compra de un determinado equipo.

Cada laboratorio tiene necesidades específicas, de acuerdo con la variedad y la cantidad de


análisis que realiza; por ello, los criterios de selección de un determinado equipo, varían de
manera considerable. Sin embargo, existen lineamientos generales que pueden aplicarse a
todos los laboratorios y que deben tenerse en cuenta a la hora de tomar decisiones en este
sentido.

Para realizar la valoración inicial, es necesario informarse bien sobre las características técnicas
y de seguridad de los distintos equipos disponibles en el mercado, así como de su costo inicial
y de mantenimiento, el consumo de reactivos y de material gastable. También debe tenerse en
consideración el apoyo técnico ofrecido por el fabricante para la instalación del equipo,
mantenimiento preventivo y su reparación, entrenamiento del operador y garantía de
suministros. Una vez que se disponga de toda la información requerida, debe realizarse la
selección de acuerdo con los criterios siguientes:

1) Costo-efectividad: la inversión debe estar justificada por la utilidad que reporta la


adquisición del equipo y debe ser compatible con el presupuesto del que se dispone.
2) Seguridad: el equipo debe cumplir los requisitos de seguridad establecidos y, en caso
de que produzca desechos peligrosos, debe estar prevista la forma de eliminarlos.
3) Ajuste a las necesidades: la capacidad de trabajo del equipo debe corresponderse con
la carga de trabajo del laboratorio y con los requerimientos específicos de este
(flexibilidad del software, interfase con otras computadoras, variedad de pruebas,
capacidad de introducir urgencias, método de identificación de la muestra y volumen
de esta, precisión, procedimientos en secuencia o en paralelo).
4) Grado de entrenamiento del personal operador y consumo del tiempo de trabajo por
parte de este personal.
5) Requerimientos de espacio, temperatura, humedad, luz, suministro de agua,
electricidad, vacío y gases.
6) Consumo de reactivos, calibradores, soluciones de limpieza, electrodos y material
desechable.
7) Respuesta de servicio del fabricante: tiempo para acudir a llamadas y disponibilidad de
suministros en plaza.

Antes de tomar la decisión definitiva, es conveniente estudiar la posibilidad de que el equipo


pueda estar sometido a un período de prueba en el laboratorio para evaluar su función antes
de adquirirlo. Este proceso incluye la verificación de las especificaciones del fabricante, la
facilidad de operación y de mantenimiento preventivo, la compatibilidad con el ambiente, las
características de sus funciones y los controles de calidad. En el caso de los grandes
analizadores automáticos, el costo de esta fase de prueba puede ser muy elevado, tanto para
el fabricante como para el cliente, por lo que puede ser preciso analizar distintas variantes.

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