Capítulo 15. El Sistema Electoral Español
Capítulo 15. El Sistema Electoral Español
Capítulo 15. El Sistema Electoral Español
1. INTRODUCCIÓN
fórmula electoral d’Hondt, una forma de voto de listas cerradas y bloqueadas, y una
barrera electoral del 3%. Estos elementos configuran lo que se ha dado en llamar
un “sistema de representación proporcional atenuada”. Veamos estos seis elementos
por separado.
En primer lugar, la magnitud1 de la Cámara es de 350 escaños, si bien la
Constitución permitiría cualquier magnitud entre 300 y 400 escaños. Se trata de
una Cámara relativamente pequeña a nivel comparado y, desde luego, más pequeña
que los parlamentos de los países europeos comparables.
En segundo lugar, las circunscripciones que se utilizan son las cincuenta
provincias más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Por tanto, la mag-
nitud media de las circunscripciones es de 350/52 = 6,7 escaños. Se trata de una
magnitud media muy pequeña incluso a nivel comparado, puesto que entre los
sistemas proporcionales europeos solo Irlanda tiene actualmente magnitudes me-
nores. Como veremos en la próxima sección, el hecho de tener circunscripcio-
nes tan pequeñas tendrá consecuencias importantes sobre la proporcionalidad
del sistema. Pero también hay que tener en cuenta que las magnitudes son muy
heterogéneas: Madrid y Barcelona tienen más de 30 escaños; Valencia, Alicante,
Sevilla y Málaga tienen entre 11 y 16; siete circunscripciones más están entre 8
y 10; once están entre 6 y 7; y nada menos que veintiocho circunscripciones se
quedan por debajo de 6. Como veremos, esta heterogeneidad también conllevará
consecuencias importantes.
En tercer lugar, el mecanismo que asigna un número de escaños a cada
provincia (mecanismo al que se llama prorrateo) es de tipo combinado. Si excep-
tuamos a Ceuta y Melilla, que reciben un escaño fijo cada una, el prorrateo com-
binado funciona asignando (a) una cantidad inicial de dos escaños a cada pro-
vincia y asignando (b) los 248 escaños restantes a las provincias en función de su
población. Así en las elecciones de 2016, Madrid recibió 2 escaños iniciales, más
34 escaños por tener 6.436.996 habitantes, es decir, 36 escaños. En cambio, Soria
recibió 2 escaños iniciales, y no obtuvo ningún escaño más por sus 91.006 habi-
tantes, por lo que se quedó en dos. El mapa 1 muestra el resultado del prorrateo
en las elecciones de 2016.
En cuarto lugar, una vez realizadas las elecciones, los escaños de cada provin-
cia se distribuyen entre los partidos en proporción a los votos recibidos en esa pro-
vincia. Para realizar esta distribución se utiliza una fórmula electoral inventada por
el matemático y jurista belga Víctor d’Hondt. La fórmula d’Hondt consiste en di-
vidir los resultados de los distintos partidos por uno, dos, tres, y así sucesivamente,
disponiendo los cocientes obtenidos en una tabla. La tabla 1 muestra el ejemplo de
la provincia de Vizcaya en 2016.
282 Sistema político español
Tal como muestra la tabla 1, una vez dispuestos los cocientes obtenidos en
la tabla, se seleccionan los cocientes más grandes. Se seleccionan tantos cocientes
como escaños se deben distribuir en aquella circunscripción. En este caso, los co-
cientes más grandes fueron: 179.347; 175.296; 89.673,5; 87.648; 86.425; 78.965;
67.653; y 59.782,33 (que vienen señalados en la tabla 1 con un recuadro). Final-
mente, se asignan a cada partido tantos escaños como cocientes le han sido selec-
cionados. En nuestro caso, UP obtuvo 3 escaños, PNV obtuvo 2, PSOE obtuvo 1,
PP obtuvo 1, Bildu obtuvo 1 y C’s no obtuvo ninguno. Por motivos didácticos, la
tabla 1 muestra una circunscripción en la que obtuvieron representación bastantes
partidos, pero –como veremos más adelante– esta fragmentación no ha sido muy
habitual en el sistema electoral español.
En quinto lugar, la forma de voto en el sistema electoral del Congreso de los
Diputados es la de listas cerradas y bloqueadas. Esto significa que los votantes no
escogen personalmente a ningún diputado, sino que eligen a un partido, y que es
ese partido el que ha confeccionado previamente la lista de candidatos. Esos can-
didatos irán siendo seleccionados en función del número de votos que obtenga su
partido por riguroso orden de lista. El votante no puede alterar la ordenación de los
candidatos ni mostrar preferencia por un candidato por encima de los demás. Si lo
hace, el voto es declarado nulo.
Y en sexto lugar, la barrera electoral es del 3% provincial. Esto significa que
sólo entran en la fórmula para la distribución de escaños los partidos que, en aque-
lla circunscripción, hayan superado el 3% de los votos. Siguiendo con el ejemplo
de Vizcaya en 2016, el PACMA obtuvo 4.865 votos, lo que representa un 0,78%
de los votos válidos emitidos en Vizcaya. Pero como no superó el 3%, ya no entró
a participar en las operaciones de la tabla 1, de manera que el último partido consi-
derado en esa provincia fue C’s.
Debe subrayarse que esta barrera es bastante absurda porque, aunque el PAC-
MA hubiese entrado en las operaciones de la tabla 1, sus 4.865 votos no le habrían
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reportado ningún escaño. De hecho, a C’s –con muchos más votos que el PACMA–
no le sirvió para nada entrar en esas operaciones. Incorporando el PACMA a la tabla 1
se puede comprobar que obtendría el centésimo vigésimo tercero cociente de la tabla,
pero es que en España ¡no hay ninguna circunscripción con 123 escaños! Es decir, la
barrera del 3% no tiene ningún sentido en las circunscripciones en las que la fórmula
d’Hondt ya no asigna ningún escaño a los partidos aun si obtienen el 3% de los votos.
Y eso ocurre en todas las circunscripciones excepto Barcelona y Madrid.
Tomando todos estos elementos en conjunto, los resultados que produjo este
sistema electoral en las elecciones de 2016 fueron los que muestra la tabla 2.
Nota: Los porcentajes de voto están calculados sobre votos a candidaturas. Como se mostrará en la
próxima sección, la prima electoral de un partido es simplemente su porcentaje de escaños menos su
porcentaje de votos. Fuente: Bosch (2018).
Las consecuencias políticas del sistema electoral español han sido fundamen-
talmente cinco. La primera –y la que más atención ha merecido– es la de su escasa
proporcionalidad. La segunda hace referencia a la baja fragmentación del sistema de
partidos que ha generado. La tercera es la diferencia del valor del voto en función
de la provincia de residencia. La cuarta es la del supuesto peso excesivo de los parti-
dos nacionalistas. Y la quinta es el de la inconveniencia de las listas cerradas para la
vitalidad de la democracia.
284 Sistema político español
2 Por alguna razón que deberán estudiar algún día los psiquiatras, España es el único país del
mundo donde prácticamente la totalidad de los políticos y periodistas, así como la mayor parte
de los académicos, siguen pensando que un sistema electoral poco proporcional es aquel en el
que el voto tiene un valor distinto en las distintas circunscripciones. Esto es erróneo.
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CDS/
PSOE AP/PP IU/ Pods UCD/C's CiU PNV ERC Bildu
UPD
2000 +1,0 +7,0 –3,3 +0,0 +0,4 –0,6
2004 +3,6 +4,0 –3,6 –0,4 +0,3 –0,3
2008 +3,9 +3,6 –3,2 –0,2 –0,9 –0,2 +0,5 –0,3
2011 +2,3 +7,9 –3,9 –3,3 +0,3 +0,1 –0,2 +0,6
2015 +3,6 +6,2 –3,1/–1,1 –2,6 –0,6 0,0 +0,5 +0,2 –0,3
2016 +1,5 +5,9 –1,0 –4,0 –0,2 +0,3 +0,2 –0,1 –0,2
Media +4,7 +3,9 –3,7/–1,1 +7,4/–2,3 –3,0/–1,3 0,0 +0,3 –0,3 –0,1
3 Por ejemplo, una cámara que contenga cuatro partidos con 25% de los escaños cada uno, tendrá
un NEP de 4. En cambio, una cámara que contenga dos partidos con el 45% de los escaños cada
uno, y dos partidos con el 5% de los escaños cada uno, tendrá un NEP de 2,4.
288 Sistema político español
no que debían suscribir demasiadas partes confrontadas, cosa que llevó a la repeti-
ción de las elecciones por primera vez en la historia española. Y en 2016, hubo un
casi-acuerdo que resultó muy difícil de gestar y que ocasionó consecuencias cruen-
tas. La conclusión es que la escasa proporcionalidad del sistema electoral español
facilitó la investidura de gobiernos con mayorías cómodas hasta que llegó la gran
fragmentación de las dos últimas legislaturas.
El tercer problema era la diferencia del valor del voto en función de la pro-
vincia de residencia. Los dos escaños iniciales que reciben todas las provincias –in-
dependientemente de su población– hacen que el número de habitantes por es-
caño sea distinto en cada provincia. Así, si a los 6.436.996 habitantes de Madrid
les corresponden 36 escaños, eso significa que disponen de un diputado por cada
178.805 habitantes; pero si a los 91.006 habitantes de Soria les corresponden 2 es-
caños, eso significa que disponen de un diputado por cada 45.503 habitantes. Eso
es casi cuatro veces más, lo que significa que el voto de un soriano vale unas cuatro
veces más que el voto de un madrileño. Y eso puede representar un agravio contra
los ciudadanos de las provincias más pobladas, que son precisamente los que han
criticado esta cuestión en reiteradas ocasiones. Se trata de una cuestión delicada de
discernir porque entra en el campo de los juicios de valor. Lo que para unos es un
agravio injustificable, para otros es una medida de protección en favor de territorios
que ya sufren bastantes discriminaciones ¿Les hace esto merecedores de una medida
de discriminación positiva? Es más, ¿son legítimas las medidas de discriminación
positiva? Se trata de un debate que no tiene solución en nuestro campo de la ciencia
política, sino en la arena de la política, que es un ámbito distinto.
Respecto al cuarto problema, el del supuesto peso excesivo de los partidos
nacionalistas, los datos rebaten su veracidad por lo que respecta a los partidos na-
cionalistas catalanes y gallegos y despiertan muchas dudas por lo que respecta a los
partidos nacionalistas vascos. Las primas de la tabla 3 muestran que es falso que los
partidos nacionalistas catalanes hayan obtenido históricamente una representación
parlamentaria mayor que su porcentaje de votos. Por ejemplo, CiU siempre ha ob-
tenido porcentajes de escaños muy similares a sus porcentajes de voto: cinco veces
ha quedado unas pocas décimas por encima y seis veces ha quedado unas décimas
por debajo. Cuando se afirma que IU o UPD, con más votos que CiU, obtienen
menos escaños, no se está apuntando a un trato privilegiado del sistema electoral a
CiU, sino que se está señalando que IU y UPD estaban muy penalizados. Los casos
de ERC y BNG (y sus antecedentes) son todavía más claros: el BNG jamás han ob-
tenido porcentajes de escaños superiores a sus porcentajes de voto y ERC solo lo ha
conseguido en una ocasión (en 2015). En el caso del PNV sí que se aprecia la exis-
tencia de una prima persistente, pero su magnitud es bastante modesta (de 0,3%
de promedio) y en ningún caso puede esto constituir el problema fundamental del
sistema electoral español, como algunos han querido defender.
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4 Sí que se utiliza como complemento a otras formas de voto. Por ejemplo, el Bundestag alemán
combina una forma de voto personalizada con listas cerradas.
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bre todo (a) la substitución de la fórmula d’Hondt por otra más proporcional (ha-
bitualmente la fórmula de restos más elevados con cuota de Hare o la fórmula de
Sainte Laguë); (b) la reducción de la barrera mínima del 3%; (c) la elevación de la
magnitud de la cámara hasta su máximo constitucional de 400 escaños; así como
(d) un cambio en el prorrateo, que consiste en la reducción de 2 a 1 del número de
escaños inicial asignado a cada provincia. Se trata pues de modificaciones modestas
planteadas con voluntad de no forzar una reforma constitucional.
Estas propuestas disminuirían bastante las primas de que disfrutan los dos
grandes partidos, sobre todo la del ganador. Los grandes beneficiados de esas pro-
puestas serían los partidos pequeños con voto disperso: Podemos, Ciudadanos y,
en elecciones anteriores, IU, UPD, Equo y CDS. También beneficiaría muy lige-
ramente a CiU y a ERC, pero perjudicaría también muy ligeramente a PNV y a la
izquierda abertzale. Se produciría un cierto incremento de la proporcionalidad que
no llegaría a situar a España entre los países más proporcionales de Europa, pero sí
que la emplazarían en un nivel más semejante a los países de su entorno.
Un segundo grupo de propuestas de reforma del sistema electoral vigente pre-
tenden alcanzar una mayor proporcionalidad a través de aprovechar los restos no uti-
lizados a nivel provincial. La idea es aparentemente sencilla y parte de reconocer que
la falta de proporcionalidad del sistema electoral español proviene de que sus circuns-
cripciones son pequeñas. Eso provoca que los partidos medianos no obtengan ningún
escaño en la mayoría de provincias, y eso hace que sus votos en esas provincias sean
directamente desechados. Por tanto, una solución sería recoger estos votos desechados
en cada provincia, agregarlos a nivel estatal en un llamado “colegio de restos”, y uti-
lizar esas agregaciones de votos para distribuir unos cuantos escaños adicionales a los
ya elegidos en las provincias. Esa es la idea subyacente en las propuestas de Equo y de
IU. También son del mismo estilo – aunque con peculiaridades muy importantes – las
propuestas del Movimiento 15M y de la Universidad de Granada.
Algunas de estas propuestas alcanzarían una proporcionalidad cercana al 99%
porque acaban distribuyendo los escaños en una circunscripción única que abarca
todo el Estado, posibilitando así un ajuste casi perfecto entre escaños y votos. Por tan-
to, las primas del PP y PSOE desaparecerían por completo – así como sus repetidas
mayorías absolutas – y también desaparecerían las penalizaciones de Podemos, Ciu-
dadanos, etc. Los partidos nacionalistas quedarían aproximadamente iguales. Estas
propuestas situarían a España entre los sistemas más proporcionales de Europa y del
mundo5. Una de las curiosidades sobre este grupo de propuestas es la recurrente in-
5 También hay que advertir que la propuesta de la Universidad de Granada es la menos extrema
del grupo es en este aspecto. Lo que llaman “tercera fase” atenúa la proporcionalidad otorgando
una cierta prima a los partidos mayores o, cuando hay una ventaja amplia, al partido mayor.
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5. RECAPITULACIÓN
todo porque cualquier reforma debería ser aceptada por alguno de los dos grandes
partidos, y a los dos les ha ido muy bien con el sistema vigente. En los próximos
años, la capacidad de chantaje de los nuevos partidos condicionará la superviven-
cia de un sistema electoral que les perjudica claramente y que querrán desmantelar.
6. LECTURAS RECOMENDADAS
Para una monografía más completa sobre el sistema electoral español, véase:
J. Montabes, (ed.) (1998): El sistema electoral a debate. Veinte años de rendimientos del sistema
electoral español (1977-1997). Madrid, CIS.
J. R. Montero, (1997): “El debate sobre el sistema electoral: rendimientos, criterios y pro-
puestas de reforma”, en Revista de Estudios Políticos, 95, pp. 9-46.
M. Baras y J. Botella, (1996): El sistema electoral. Madrid, Tecnos.
Para los que tengan el inglés como primera lengua, quizás prefieran el si-
guiente texto introductorio en inglés sobre el sistema electoral español:
A. Bosch, (2018): ‘Electoral systems’, en D. Muro y I. Lago (eds.): The Oxford Handbook of
Spanish Politics. Oxford, Oxford University Press.
7. RECURSOS ONLINE
Simulador electoral español de Jaime Balaguer: www.sistemaelectoral.es
Base de datos “Parline” de la UIP: www.ipu.org/parline-e/parlinesearch.asp
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