Mujeres en Situación de Vulnerabilidad Imputadas Por Hechos de Transporte y Contrabando de Estupefacientes

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2023

Estudios sobre Jurisprudencia

2. MUJERES EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD IMPUTADAS POR HE-


CHOS DE TRANSPORTE Y CONTRABANDO DE ESTUPEFACIENTES. ANÁLISIS
DE ALGUNAS DECISIONES ADOPTADAS POR LA CÁMARA FEDERAL DE CA-
SACIÓN PENAL Y ELABORACIÓN DE ESTRATEGIAS DE DEFENSA CON PERS-
PECTIVA DE GÉNERO.
Romina Soledad Paraboni

VOCES: ESTUPEFACIENTES. TRÁFICO DE ESTUPEFACIENTES. GÉNERO. VULNERABILIDAD. CÁMARA FEDERAL


DE CASACIÓN PENAL.

Cítese como: Paraboni, R.S. (2023). Mujeres en situación de vulnerabilidad imputadas por
hechos de transporte y contrabando de estupefacientes. Análisis de algunas decisiones
adoptadas por la cámara federal de casación penal y elaboración de estrategias de de-
fensa con perspectiva de género. Estudios sobre Jurisprudencia, número especial: Estu-
pefacientes, política criminal y defensa pública, pp. 64-102.

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MUJERES EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD IMPUTADAS POR


HECHOS DE TRANSPORTE Y CONTRABANDO DE ESTUPEFACIEN-
TES. ANÁLISIS DE ALGUNAS DECISIONES ADOPTADAS POR LA CÁ-
MARA FEDERAL DE CASACIÓN PENAL Y ELABORACIÓN DE ESTRA-
TEGIAS DE DEFENSA CON PERSPECTIVA DE GÉNERO

Romina Soledad Paraboni


https://orcid.org/0000-0003-3297-614X

1. INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo analizaré ciertos casos de mujeres imputadas por hechos de trans-
porte o contrabando de estupefacientes que se encuentran en situación de vulnerabili-
dad con el objetivo de brindar herramientas que ofrezcan soluciones humanitarias y jus-
tas, desde la dogmática del derecho penal, salvaguardando de tal modo los compromisos
internacionales contraídos por el Estado argentino en materia de derechos de la mujer.
En especial, se estudiarán las obligaciones que derivan para los/las juzgadores/as a raíz
de los deberes asumidos por el Estado argentino al ratificar instrumentos internacionales
en materia de erradicación de la violencia y discriminación contra la mujer.

Teniendo ese propósito en miras es que examinaré las diferentes posturas asumidas en
diversos precedentes del máximo tribunal penal del país, es decir, de la Cámara Federal
de Casación Penal. En primer término, estudiaré el estándar que fijó la jueza Ledesma en
el fallo dictado el día 5 de marzo de 2021 en la causa “RMC”1 por entender que resulta
respetuoso de los compromisos internacionales asumidos respecto a los derechos de la
mujer. La decisión adoptada atiende de manera adecuada las especiales situaciones de
vulnerabilidad que pueden conllevar de algún modo a la comisión de delitos vinculados
con el transporte de drogas.

En ese caso, la imputada R. se encontraba sometida a proceso en orden al delito de trans-


porte de estupefacientes (cf. art. 5, inc. “c”, de la ley N° 23.737), por el que había sido
absuelta por el tribunal oral; concretamente, por haber actuado como "mula de estupe-
facientes" mientras viajaba en colectivo procedente de Salta, con destino a la ciudad de
Córdoba, ocasión en que trasladada un paquete, adosado a la altura del abdomen con
una faja elástica, que contenía 997,90 gramos de cocaína.

1
CFCP, integración unipersonal de la jueza Ángela Ledesma, causa “RMC”, FSA 12570/2019/10 (Registro
N° 5/2021).

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A la hora de revisar la sentencia, a partir de la impugnación introducida por el represen-


tante del Ministerio Público Fiscal, la jueza Ledesma confirmó la absolución dictada por
el tribunal de juicio, por entender que se había acreditado un supuesto de estado de
necesidad justificante. Destacó que el caso requería un enfoque integrador que incluyera
la perspectiva de género en virtud de los compromisos internacionales asumidos por el
Estado Argentino, por lo que debía ser analizado no solamente en función de lo estable-
cido en el art. 34, inc. 3°, del Código Penal, sino que debían incluirse los principios rectores
de las Convenciones Internacionales de Derechos Humanos que conforman nuestro blo-
que constitucional (art. 75 inc. 22 CN).

Luego de ello, analizaré el modo en que se han pronunciado otros magistrados y magis-
tradas del mismo tribunal, al adoptar decisiones en causas en las que fueron acusadas
mujeres por el delito de transporte de drogas –o contrabando, en algún caso–, en medio
de un contexto de vulnerabilidad. Se trata de los fallos dictados –siguiendo un orden cro-
nológico– en las causas “Mañapira”2; “Martínez Hassan”3; “Mamani”4; “Poblete Astete”5;
“La Cotera Ratto”6, y “Flores Condorí”7.

Los hechos de tales casos serán expuestos con mayor detalle en los apartados pertinen-
tes, de allí que, por el momento, es suficiente con agruparlos del siguiente modo: en
“Mañapira”, “Martínez Hassan” y “Flores Condorí” se analizó la situación de mujeres que
trasladaban consigo sustancia estupefaciente. La primera había sido condenada por ha-
ber trasladado, mientras viajaba en ómnibus procedente de Salvador Mazza con destino
final a Orán, tres bolsos en los que se encontraron seis pares de zapatillas, que contenían
en su interior doce paquetes envueltos en cinta de embalar con clorhidrato de cocaína,
con un peso total de 2.138,3 gramos. Por su parte, los hechos imputados a Martínez Has-
san –quien también había sido condenada– consistían en haber intentado cruzar la fron-
tera entre Bolivia y Argentina a pie por un paso no habilitado, mientras llevaba una mo-
chila con casi seis kilogramos de cocaína. En cambio, Flores Condorí había sido absuelta
por el tribunal oral, respecto al hecho consistente en haber llevado –mientras se trasla-
daba en un taxi desde la ciudad de Aguas Blancas hacia la de Orán– una lona de arpillera

2
CFCP, Sala II, causa Nº FSA 52000002/2016/TO1/CFC2, “Mañapira, Patricia s/ recurso de casación”, regis-
tro 1135/17, rta. el 20/9/2017.
3
CFCP, Sala I, Causa Nº FSA 7158/2016/TO1/CFC1, “MARTÍNEZ HASSAN, Lourdes Silvana s/recurso de ca-
sación”, registro 1103/18, rta. el 18/10/2018.
4
CFCP, Sala 4, FCB 31658/2017/TO1/CFC1, registro 760/20, rta. el 9/6/2020.
5
CFCP, Sala I, FMZ 22318/2017/TO1/7/CFC1, “POBLETE ASTETE, Érica Noelia y otras s/recurso de casación”,
registro 1114/20, rta. el 27/8/2020.
6
CFCP, Sala IV, FBB 16153/2019/TO1/2/CFC1, registro 2601/20, rta. el 21/12/2020.
7
CFCP, Sala I, causa Nº FSA 33856/2018/TO1/CFC1, “FLORES CONDORÍ, Isabel s/ de casación”, registro
1913/21, rta. el 19/10/2021.

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que contenía una caja, que en su interior tenía un parlante donde estaban ocultos 4 pa-
quetes rectangulares, tipo “ladrillos”, que contenían 4.310 gramos de clorhidrato de co-
caína.

En segundo lugar, en el fallo “Mamani” se analizó la situación de Carina y María Paola


Armella –entre otras personas imputadas–, condenadas como partícipes secundarias del
delito de transporte de estupefacientes. Su aporte habría consistido en haber recibido en
Tartagal, provincia de Salta, transferencias de dinero (por $32.000, a cambio de $300),
que –según se determinó en la sentencia– constituía la financiación de 1.004,40 gramos
de cocaína.

En tercer lugar, los fallos “Poblete Astete” y “La Cotera Ratto” se refieren a casos de mu-
jeres que introdujeron dentro de su cuerpo, específicamente en su cavidad vaginal, ma-
terial estupefaciente. En el primero de tales fallos se analizó la situación de tres mujeres
que provenían en ómnibus desde la República Plurinacional de Bolivia y trasladaban en el
interior de sus genitales un bulto cilíndrico recubierto con un preservativo conteniendo
cocaína con un peso de 257 gramos, 387 gramos y 481 gramos, cada una de ellas. En “La
Cotera Ratto” se revisó la sentencia condenatoria dictada respecto de una mujer por ha-
ber transportado la cantidad de 907 gramos de cocaína, distribuidos en un bulto emba-
lado con cinta adhesiva entre el busto, un bulto envuelto en cinta adhesiva inserto dentro
de una toalla íntima femenina, y un tercer bulto envuelto en cinta adhesiva recubierto
con un preservativo e inserto dentro de su cavidad vaginal.

Al estudiar las diferentes posturas asumidas por los jueces y juezas de la Cámara Federal
de Casación Penal me propongo determinar si la decisión adoptada en cada uno de esos
casos ha sido tomada con perspectiva de género; si se ha hecho mención o no a los es-
tándares internacionales en materia de protección de los derechos de la mujer y elimina-
ción de las situaciones de violencia de género, a cuyo estudio también me abocaré, y si
la decisión adoptada –más allá de la mera mención o no de tales estándares– se ajustó –
en mi opinión– a esos compromisos internacionales.

Luego de analizar comparativamente los diferentes fallos seleccionados –en lo que res-
pecta a los hechos del caso, los planteos introducidos por las defensas y las decisiones
adoptadas–, así como los estándares internacionales en la materia, me dedicaré a estu-
diar distintos planteos defensistas que procuran atender adecuadamente la situación de
vulnerabilidad de las mujeres imputadas por delitos relacionados con el transporte de
drogas.

2. CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS Y CONCEPTUALES

En lo que respecta a la jurisprudencia analizada para el desarrollo de este trabajo, se


identificaron los hechos y el estándar elaborado por la jueza Ledesma en el ya citado caso

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“RMC”. Posteriormente, se efectuó un relevamiento de jurisprudencia de la Cámara Fe-


deral de Casación Penal, disponible en la base de datos del Centro de Información Judi-
cial8. El proyecto original consistía en analizar jurisprudencia reciente de la Cámara Fede-
ral de Casación Penal, dictada entre el 5 de marzo de 2020 (es decir, un año antes de la
decisión adoptada por la jueza Ledesma) y el día 1/7/2022. Sin embargo, la escasa canti-
dad de fallos encontrados impidió contar con una muestra representativa de la postura
adoptada por la totalidad –o al menos la gran mayoría– de miembros de la Cámara Fede-
ral de Casación Penal.

Finalmente, se decidió ampliar el recorte temporal y combinar como palabras claves para
la búsqueda diversos términos. Fue así que se amplió el período de búsqueda desde el
5/3/2019 al 1/7/2022, utilizando en primer lugar los conceptos “transporte”, “estupefa-
cientes” y “vulnerabilidad”. Luego, se mantuvo el período de búsqueda y se combinaron
los términos “transporte”, “estupefacientes” y “género” (resultados arrojados: 18);
“23737”, “transporte” y “procesada” (resultados arrojados: 12); “ transporte”, “estupe-
facientes” y “procesada” (resultados arrojados: 36); “transporte”, “estupefacientes” y
“mula” (resultados arrojados: 9); “23737”, “transporte” y “mula” (sin resultados); “trans-
porte”, “estupefacientes” y “vulnerable” (resultados arrojados: 12); “transporte”, “estu-
pefacientes” y “víctima” (resultados arrojados: 15); “transporte”, “estupefacientes” y
“trata de personas” (resultados arrojados: 98); “transporte”, “estupefacientes” y “estado
de necesidad” (resultados arrojados: 5).

Dicha operación me permitió identificar y seleccionar cinco sentencias: “Mamani”; “Po-


blete Astete”; “La Cotera Ratto”, y “Flores Condorí” –además, claro está, del fallo “RMC”–
. Asimismo, agregué los casos “Mañapira” y “Martínez Hassan”. Ambos fallos son de 2017
y 2018, respectivamente, pero fueron incluidos debido a que se trata de supuestos en los
que se resolvió en favor de la postura defensista. Se trata de fallos de gran relevancia en
materia de estrategias de defensa en causas por infracción a la ley de drogas, que han
sido citados en varios de los trabajos y obras a cuya lectura se recurrió a los fines de este
trabajo. La inclusión de tales casos permite comparar diferentes aspectos: por un lado,
analizar si entre la decisión adoptada por la jueza Ledesma en el año 2017 (en “Maña-
pira”) y aquella tomada en 2021 (en “RMC”) se observan diferencias en cuanto a la argu-
mentación; así como comparar la fundamentación brindada por los jueces Mahiques y
Hornos, y la jueza Figueroa en “Martínez Hassan”, en el que votaron por la anulación de
la sentencia condenatoria, con otros supuestos en los que se han pronunciado por la
confirmación de la condena.

Quiero mencionar que los fallos descartados referían a la situación de hombres someti-
dos a proceso por el delito de transporte de estupefacientes o bien no versaban sobre el

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https://www.cij.gov.ar/seleccionar-opcion.html

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tratamiento de la responsabilidad de la persona acusada, sino respecto de cuestiones


incidentales, tales como: prisión domiciliaria, excarcelación, libertad condicional, pró-
rroga de prisión preventiva, legajo de ejecución, libertad asistida, salidas transitorias, de-
comiso, etc.

Al momento de analizar la jurisprudencia relevada se tuvo en cuenta una serie de cues-


tiones: por un lado, los hechos estudiados pueden ser clasificados como casos de ingesta
o de ocultamiento en el cuerpo de estupefacientes (más conocidos como “mulas de dro-
gas”); casos de ocultamiento de la droga en equipaje o elementos de guardado por parte
de mujeres que se dedican a transportar y entregar mercaderías (comúnmente llamadas
“bagayeras”), y casos de participación secundaria en el transporte de estupefacientes lle-
vado a cabo por otra persona. En segundo lugar, los planteos defensistas basados en la
situación de vulnerabilidad de las mujeres imputadas pueden agruparse entre: planteos
de falta de dolo, de estado de necesidad –justificante o exculpante– y pedidos de aplica-
ción de la eximente de responsabilidad prevista en el art. 5 de la ley N° 26.364. Por último,
se analizará si cada uno/a de los jueces/juezas basó su decisión en instrumentos interna-
cionales ratificados por el Estado argentino y, en tal caso, en cuáles.

El trabajo se completó con el análisis de la normativa (tanto internacional como local) que
impone estándares en lo referente a las decisiones a adoptar respecto de mujeres que
cometen delitos vinculados con drogas en contextos de vulnerabilidad.

En cuanto a la definición y alcance de “situación de vulnerabilidad”, seguiré las pautas


interpretativas que brindan las “Reglas de Brasilia sobre el Acceso a la Justicia de las Per-
sonas en Condición de Vulnerabilidad”, adoptadas en la Cumbre Judicial Iberoamericana
de Brasilia, en marzo de 2008, a las que adhirió la Corte Suprema de Justicia de la Nación
mediante la Acordada Nº 5/2009.

De conformidad con lo establecido en el Capítulo I, Sección 2°, de esas Reglas,

[s]e consideran en condición de vulnerabilidad aquellas personas que, por razón de


su edad, género, estado físico o mental, o por circunstancias sociales, económicas,
étnicas y/o culturales, encuentran especiales dificultades para ejercitar con plenitud
ante el sistema de justicia los derechos reconocidos por el ordenamiento jurídico.

Asimismo, el instrumento citado brinda un catálogo –abierto– de ciertas causas de vul-


nerabilidad:

…la edad, la discapacidad, la pertenencia a comunidades indígenas o a minorías, la


victimización, la migración y el desplazamiento interno, la pobreza, el género y la
privación de libertad. La concreta determinación de las personas en condición de
vulnerabilidad en cada país dependerá de sus características específicas, o incluso
de su nivel de desarrollo social y económico.

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Por último, se efectuó en este trabajo un estudio de diferentes estrategias defensistas


propuestas para resolver aquellos casos con perspectiva de género.

Si bien esa categoría será objeto de examen en el punto 9, basta decir de momento que
por perspectiva de género se entiende un enfoque de análisis que parte del reconoci-
miento de la existencia de situaciones de desigualdad estructurales y discriminación a las
que históricamente son sometidas las mujeres, y procura neutralizar las consecuencias
negativas de ese trato desigual a través de decisiones que no partan de dogmas o cate-
gorías generales y abstractos, sino que en los casos concretos tengan en cuenta la espe-
cial situación en que se encuentran las mujeres.

3. ANÁLISIS DE FALLOS DE LA CFCP REFERIDOS A CASOS DE OCULTAMIENTO DE DROGA


EN EQUIPAJES O ELEMENTOS DE GUARDADO

El primer grupo de fallos analizados se refiere a la situación de mujeres en contextos de


vulnerabilidad sometidas a proceso por haber llevado consigo o trasladado elementos en
los cuales se ocultaba material estupefaciente.

3.1. El caso “RMC”

Tal como adelanté en la “Introducción” de este trabajo, se le reprochó a la señora MCR


el delito de transporte de estupefacientes (previsto en el art. 5, inc. “c”, de la ley N°
23.737) por haber actuado de acuerdo a lo que comúnmente se conoce como "mula", el
día 3 de julio de 2019. La causa se inició como consecuencia de un procedimiento de
prevención instalado sobre la Ruta Nacional N° 34, en Chalican, Ledesma, provincia de
Jujuy, en el marco del cual personal de Gendarmería Nacional efectuó el control sobre el
colectivo de la empresa “Flecha Bus” que procedía de Salta y tenía como destino la ciudad
de Córdoba, en el que viajaba la mujer. Durante el procedimiento, una gendarme observó
que la mujer en cuestión –quien viajaba junto con una menor de edad– habría mostrado
una “conducta evasiva” y que, además, poseía una protuberancia en la zona del abdo-
men. Luego de la requisa se halló un paquete rectangular, el cual llevaba adosado a la
altura del abdomen con una faja elástica, que contenía una sustancia que más adelante
se determinó era cocaína –con un peso de 997,90 gramos–.

Durante el trámite de la causa se acreditó la situación de vulnerabilidad en la cual se


encontraba la mujer: víctima de situaciones de violencia de género –lo que habría tenido
lugar seis meses antes del hecho–; sin trabajo formal; carecía de obra social; sin estudios
secundarios completos, y además enfrentaba la necesidad de brindar solución urgente al
problema de salud de su pequeña hija, quien presentaba una discapacidad y necesitaba
una cirugía. La mujer imputada había reconocido que por trasladar la droga le entregarían
USD 700.

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3.1.1. Planteo de la defensa

La defensa consideró que la Sra. R. había actuado en estado de necesidad justificante,


por lo que solicitó se rechace la impugnación deducida por el Fiscal. Con apoyo en la
“CEDAW”, la Convención “Belem do Pará” y la ley 26.485 afirmó que la justicia tiene el
deber de juzgar con una perspectiva de género, y que en caso de no hacerlo podría incu-
rrir en una causal de violencia institucional.

En este sentido, tuvo en cuenta que su defendida resultaba víctima de violencia de gé-
nero y que si bien el último acto de violencia física padecido había sido en diciembre de
2018, desde entonces sufrió episodios de violencia económica y psicológica de parte de
su expareja. En cuanto a la situación de salud de su hija, destacó el defensor que la menor
tenía una malformación en su mano que debía ser operada cuanto antes. Es por esa razón
que entendió que se configura en el caso el requisito de la urgencia del daño. Añadió que
su asistida cumple los estereotipos de mujeres en situación de vulnerabilidad económica,
cabeza de familia monoparental, que a cambio de una escasa remuneración se arriesga
a realizar un ilícito.

Con respecto a la ponderación de males, tuvo en cuenta la asistencia técnica que se trata
de un supuesto de narcomenudeo, porque la persona transportaba lo que podía en su
cuerpo, en el cual la cadena de tráfico estaba bastante alejada de los consumidores, pues
todavía no había llegado a su destino, no había sido fragmentado, ni estaba en un puesto
de venta. De allí que otorgó preeminencia a la salud y bienestar de su hija. A la vez, indicó
que la Sra. R. no tenía otros medios lícitos, pues no tenía un trabajo formal y no tenía
obra social.

3.1.2. La decisión de la jueza Ledesma

La jueza Ledesma confirmó la absolución dictada por el tribunal. Dijo que el caso debía
ser analizado no solamente en función de lo establecido en el art. 34, inc. 3°, del Código
Penal, sino que debían ser incluidos los principios rectores de las Convenciones Interna-
cionales de Derechos Humanos que conforman nuestro bloque constitucional (art 75 inc.
22 CN).

De tal modo, recordó que la Corte IDH ha expresado concretamente que las mujeres ca-
beza de familia son personas en estado de vulnerabilidad (cfr. “Masacre de Mapiripán vs
Colombia”, sentencia del 15 de septiembre de 2005, párrafo 175). A la vez, destacó que
supuestos como el analizado requieren protección especial pues así lo enunció el mismo
tribunal internacional en el caso “Furlan vs. Argentina”, al señalar que “...toda persona
que se encuentre en una situación de vulnerabilidad es titular de una protección especial,
en razón de los deberes especiales cuyo cumplimiento por parte del Estado es necesario

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para satisfacer las obligaciones generales de respeto y garantía de los derechos huma-
nos…” (Corte IDH, “Furlán vs. Argentina”,́ sentencia del 31 de agosto de 2012, párrafo
134).

Asimismo, la jueza Ledesma citó lo establecido en el art. 9 de la Convención “Belém do


Pará”, en cuanto obliga a los Estados a tener en cuenta la situación de vulnerabilidad a la
violencia. A la vez, memoró: “aun cuando se encuentren acusadas de delitos, las mujeres
son sujetos de protección especial y merecen acceso a la justicia bajo los principios de
igualdad y no discriminación” y destacó en esta línea lo dicho por el Comité CEDAW en la
Recomendación General N° 33, en la que se ha destacado que “los Estados partes están
obligados, en virtud de los artículos 2 y 15 de la Convención, a asegurar que las mujeres
cuenten con la protección y los recursos ofrecidos por el derecho penal y que no estén
expuestas a discriminación en el contexto de esos mecanismos, ya sea como víctimas o
perpetradoras de actos delictivos” (Comité CEDAW, Recomendación General N° 33 sobre
el acceso de las mujeres a la justicia, párrafo 47).

Por todo ello concluyó que el análisis del caso requiere un enfoque integrador que incluya
la perspectiva de género en virtud de los compromisos internacionales asumidos por el
Estado Argentino al ratificar la CADH-, la Convención para la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, y la ley N° 26.485, que imponen el
deber de facilitar el acceso a la justicia, evitar la revictimización y garantizar la asistencia
a las mujeres víctimas de violencia, además de prevenir, investigar y sancionar la violencia
contra las mujeres.

Fue así que consideró que el contexto en el cual se hallaba la acusada (a cargo de la ma-
nutención, cuidado y contención emocional de sus dos hijos menores de edad; así como
que su hija menor requería una intervención quirúrgica a raíz de una dolencia en su salud,
todo ello en un contexto de violencia de género y de condiciones socioeconómicas des-
ventajosas) constituyó un supuesto de estado de necesidad que eliminó la antijuridicidad
de la conducta de transporte de estupefacientes que se le reprochaba.

3.2. El caso “Mañapira”

La Sra. Mañapira había sido condenada como autora responsable del delito de transporte
de estupefacientes. El hecho que el tribunal oral tuvo por demostrado fue el siguiente: el
día 13 de febrero del 2016, a las 15.30 hs., en el marco de un operativo de prevención en
el control ubicado sobre la Ruta Nacional Nro. 34, altura del kilómetro 1466, en la provin-
cia de Salta, respecto de un ómnibus de la empresa FENIX SRL, procedente de Salvador
Mazza con destino final a Orán, se hallaron –en el baúl– tres bolsos, los cuales pertene-
cían a Mañapira, quien viajaba en compañía de sus dos hijos menores de edad y su so-

72
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brina. Efectuada la requisa de los bolsos, se encontraron seis pares de zapatillas, que con-
tenían en su interior doce paquetes envueltos en cinta de embalar color ocre con clorhi-
drato de cocaína, con un peso total de 2.138,3 grs.

Al prestar declaración, la Sra. Mañapira manifestó –en resumen– lo siguiente: en primer


lugar, que trabajaba como “bagayera” en épocas del año en que sus hijos no concurrían
a la escuela, toda vez que atravesaba una grave situación económica al ser el único sostén
del grupo familiar; en segundo término, dijo que le habían entregado la mercadería y
desconocía qué producto estaba trasladando.

3.2.1. Planteo de la defensa

La defensa argumentó que Mañapira incurrió en un error de tipo invencible como conse-
cuencia de “la vulnerabilidad estructural que padece”. Al respecto, se destacó su condi-
ción socio-económica, la circunstancia familiar existente –en tanto resultaba madre sol-
tera de 4 hijos, dos de ellos con dificultades médicas–, y la desigualdad estructural en la
que se encontraba.

En subsidio, la asistencia técnica planteó el estado de necesidad exculpante de la impu-


tada por considerar que los factores estructurales e individuales condicionaron su ámbito
de autodeterminación. Se subrayó en ese sentido “el mal grave e inminente dado por la
carencia absoluta de ingresos para sustentar su grupo familiar…”; “la imposibilidad de
realizar otra conducta menos lesiva, por la falta de otras alternativas laborales en con-
texto de pobreza crónica y persistente”; “la idoneidad de la conducta para apartar el pe-
ligro [que] se encontró presente en tanto el dinero obtenido, esos 200 pesos, le per-
miti[rí]an resolver alguna de sus necesidades urgentes”.

3.2.2. La decisión adoptada por la jueza Ledesma y por los jueces Slokar y Mahiques

En minoría, el juez Mahiques emitió su voto propiciando la confirmación de la sentencia.


Respecto al planteo de falta de dolo y el alegado error de tipo coincidió con el tribunal de
juicio en cuanto a que la declaración de Mañapira resultaba insuficiente e inverosímil.
Pues, entendió que no era probable que la imputada no haya advertido que la suma de
dinero ofrecida en el caso superaba el monto habitual que se pagaba por ese tipo de
traslados y no reparara en el peso inusual del calzado, lo que, al menos, debería haberla
hecho presumir el comportamiento delictivo que llevaba a cabo.

En segundo lugar, respecto a la invocación de una situación de estado de necesidad dijo


que la eximente de responsabilidad opera cuando la situación torna inexigible la posibili-
dad de adoptar un curso de acción distinto, por haber quedado eliminada la posibilidad
del sujeto activo de decidir libremente. Añadió que toda otra reducción del ámbito de

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autodeterminación que no tenga tal entidad podrá ser valorada, por caso, al mensurar la
pena, pero no elimina la culpabilidad del autor ni tiene por efecto su impunidad.

Dicho esto, el juez Mahiques se limitó a señalar que “[a] la vista de los hechos que han
sido establecidos en la presente causa, no se presenta en el caso una situación propia de
ese estado de necesidad exculpante que conlleve, por las razones explicadas, la impuni-
dad de la conducta desplegada por Mañapira”.

Por el contrario, la jueza Ledesma –a cuyo voto adhirió el juez Slokar– consideró que no
se había acreditado, con la certeza exigida para el dictado de una condena, que Mañapira
efectivamente tuviese conocimiento del material estupefaciente que trasladaba. De tal
modo, dijo que las presunciones a partir de las cuales se infirió la conclusión –esto es, el
efectivo conocimiento acerca de la sustancia que transportaba la acusada–, resultaban
insuficientes para apoyar la declaración de culpabilidad de la imputada con relación al
hecho endilgado.

3.3. El caso “Martínez Hassan” de la CFCP

En este caso, la acusada había sido condenada como autora responsable del delito de
contrabando de importación de estupefacientes agravado por el inequívoco destino de
comercialización. En concreto, Martínez Hassan fue sometida a proceso por haber inten-
tado cruzar la frontera entre Bolivia y Argentina a pie por un paso no habilitado, mientras
llevaba consigo una mochila con casi seis kilogramos de cocaína.

3.3.1. Planteo de la defensa

La defensa valoró que Martínez Hassan en todo momento manifestó su ajenidad al hecho
y sostuvo que la mochila no era de ella, que se la habían dado para que cruzara la fron-
tera, y que su hijo se encontraba del otro lado del límite internacional y corría peligro en
caso de que ella se negara a efectuar el traslado de la mochila.

Destacó la defensa que los informes socio-ambientales y psicológicos, que reflejaron la


situación de vulnerabilidad de su asistida, daban cuenta de la veracidad de su declaración.
Así, se argumentó que la situación de vulnerabilidad de la imputada había sido aprove-
chada por un grupo de personas que formaban parte de una red de explotación sexual y
que, tras su negativa a mantener relaciones con terceros, le habían impedido volver a su
lugar de residencia y la habían compelido a traspasar la mochila en cuestión con el objeto
de saldar la deuda contraída con aquéllos. Se remarcó que la situación de necesidad apre-
miante en que su defendida se encontraba se debía a un estado de miseria económica,
acentuada a raíz de la detección a su pequeño hijo de una mancha en su piel, que para
descubrir si era o no cancerígena debía recurrirse a una cirugía que ella no podía pagar.

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Ministerio Público de la Defensa

Sobre esa base, se postuló la aplicación de la eximente de responsabilidad prevista en el


art. 5 de la ley N° 26.364 por cuanto, a criterio de la defensa, la encausada resultaba
víctima del delito de trata de personas. Por idénticos motivos, subsidiariamente se esgri-
mió que Martínez Hassan había obrado bajo un estado de necesidad exculpante (art. 34,
inc. 2º del C.P.) que impedía la formulación de reproche penal.

3.3.2. La decisión adoptada por los jueces Hornos y Mahiques, y por la jueza Figueroa

Al momento de resolver, el juez Hornos votó por anular la sentencia y reenviar la causa
para que el tribunal de juicio dictara una nueva. Entre sus fundamentos, destacó que el
análisis de los elementos típicos del delito de trata de personas efectuado por el tribunal
no se compadece con la legislación nacional e internacional actual ni con la jurisprudencia
imperante y, por tanto, el fallo debía ser descalificado como acto jurisdiccional válido.

En esta dirección, señaló que a partir de la modificación introducida por la ley N° 26.842
el consentimiento no surtirá efecto, aunque no se emplee ningún medio comisivo en par-
ticular y que el tribunal de juicio se había pronunciado en sentido contrario. Asimismo,
señaló que para la configuración del delito de trata de personas no es necesario acreditar
el uso de medios engañosos o violentos ni la total pérdida de autodeterminación del su-
jeto pasivo, siendo únicamente necesario que las acciones del sujeto activo interfieran
en esa capacidad de autodeterminación. Remarcó que esta restricción a la libertad psí-
quica del sujeto pasivo puede darse sin necesidad de que simultáneamente se restrinja
la libertad física.

En función de eso, entendió que de la lectura de la resolución recurrida se advierte una


arbitraria valoración de las pruebas en orden a descartar el supuesto de trata de personas
invocado por la defensa. Añadió que permanentemente el tribunal valoró que la impu-
tada no probó ser víctima de trata, cuando tal actividad correspondía a la parte acusa-
dora. Máxime cuando de la lectura de la sentencia surgía que el tribunal tuvo por acredi-
tado el contexto de vulnerabilidad de la imputada, marcado por su precaria situación
económica, por ser inmigrante y por tener dos hijos menores a su exclusivo cargo, entre
otros factores.

Por otro lado, el juez citó la Recomendación General Nº 19 del Comité creado por la CE-
DAW, en cuyo art. 6 se resalta el deber de los Estados de adoptar medidas para suprimir
todas las formas de trata y explotación de la prostitución de la mujer. Asimismo, recordó
que mediante la sanción de la ley Nº 26.364 el Estado argentino dio cumplimiento al Pro-
tocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres
y Niños (“Protocolo de Palermo”), anexo de la Convención de las Naciones Unidas contra
la Delincuencia Organizada Transnacional (aprobada por la República Argentina mediante
la ley Nº 25.632, en el año 2002).

75
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

Es por ello que, señaló el juez Hornos, ante una indicación precisa de la probable comisión
de este delito –del lugar y de los presuntos autores– el Estado tiene la obligación de in-
vestigar. Además, destacó la existencia de un mandato internacional de no criminalizar
las conductas de las víctimas de trata de personas.

Al respecto, mencionó el magistrado que al ser el delito de trata de personas un delito


que atenta directamente contra la voluntad de autodeterminación del sujeto pasivo, las
conductas de las víctimas deben entenderse –a priori– como carentes de una libre volun-
tad precisamente por la conducta del sujeto activo que las restringe, limita o anula, lo
cual reduce sus posibilidades de ajustar su conducta a derecho.

Por su parte, el juez Mahiques y la jueza Figueroa también votaron por anular la senten-
cia, pero a diferencia del juez Hornos –que votó por reenviar los autos para que se dictara
una nueva sentencia– entendieron que correspondía absolver a la Sra. Martínez Hassan.
Así, el primero de ellos dijo que la sentencia recurrida evidenciaba graves defectos en su
fundamentación, razonamiento y en la valoración de la prueba, lo que la invalida como
acto jurisdiccional e impone su descalificación conforme la doctrina de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en materia de arbitrariedad. Añadió que la evacuación de las citas
resultaba determinante para el caso bajo estudio, de modo que su omisión impidió dar
respuesta al pedido de absolución en los términos del art. 5 de la Ley de Prevención y
Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas, esto es, la cláusula de no
punibilidad.

A su turno, la jueza Figueroa valoró que el conteste, idéntico y consistente contenido de


las declaraciones que a lo largo de todo el proceso tuvo Martínez Hassan exigía de parte
de los órganos jurisdiccionales la investigación de los extremos de explotación descriptos
por la encausada. Agregó que el decisorio recurrido no encontraba apoyatura en una de-
rivación razonada de lo que debió ser la constitución de un plexo probatorio integral y
armónico, a la luz de la complejidad y particularidades del delito investigado, así como de
los compromisos asumidos por el Estado y su responsabilidad frente a la comunidad in-
ternacional, las víctimas y la sociedad en general por la investigación y combate de las
modalidades delictivas complejas involucradas de derecho penal internacional (arts. 1 y
2 del Protocolo de Palermo).

En punto a los compromisos internaciones asumidos por el Estado argentino, la jueza


Figueroa citó la CEDAW, cuyo objeto consiste en erradicar cualquier tipo de discrimina-
ción contra las mujeres. Asimismo, hizo mención a una serie de reformas legislativas que
receptaron la normativa internacional y la fueron incluyendo en el derecho interno, tales
como las leyes N° 25.632, N° 26.364 y N° 26.842 que ratifican y tipifican el “Protocolo de
Palermo”. También, dijo la jueza Figueroa, con el fin de preservar la integridad física y
psíquica de las mujeres, y adoptar políticas públicas para evitar la violencia contra éstas,

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Ministerio Público de la Defensa

Argentina ratificó la “Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la


Violencia Contra la Mujer”, en vigor desde 1995.

Por último, destacó que, frente a la incidencia de violencia contra las mujeres, con las
graves consecuencias para este colectivo, el Estado sancionó la ley N° 26.485 en el año
2009, de “Protección Integral a las mujeres, para prevenir, erradicar y sancionar la vio-
lencia contras las mujeres en todos los ámbitos donde desarrollan sus relaciones inter-
personales”.

3.4. El caso “Flores Condorí” de la CFCP

En este caso, los jueces del tribunal de casación debieron revisar la absolución de la Sra.
Flores Condorí, en orden al delito de transporte de estupefacientes, dispuesta por el tri-
bunal oral por el beneficio de la duda, recurrida por el fiscal.

La causa seguida contra la Sra. Flores Condorí se inició como consecuencia de un proce-
dimiento que tuvo lugar el día 8 de noviembre de 2018, a las 13.20 hs. En esa oportuni-
dad, la nombrada se trasladaba en un taxi por la Ruta Nacional Nº 50, desde la ciudad de
Aguas Blancas hacia la de Orán, llevando una lona de arpillera que contenía una caja con
la imagen de un parlante, dentro de la cual había un parlante en el que se encontraban
ocultos cuatro paquetes rectangulares, tipo “ladrillos”, que contenían 4.310 grs. de clor-
hidrato de cocaína. El tribunal dispuso la absolución por entender que no se encontraba
acreditado el elemento subjetivo del tipo penal imputado con el grado de certeza que se
requiere para dictar una sentencia condenatoria.

Al impugnar la decisión, el representante del Ministerio Público Fiscal sostuvo:

[a]l no abrir siquiera la caja para corroborar el elemento que transportaba, sumado
al hecho de lo evidente que resultó la remoción de los tornillos (sin necesidad de
abrir el elemento), la imputada… se colocó deliberadamente en una situación de
desconocimiento respecto a lo que transportaba, ya que pudiendo conocer el con-
tenido de la lona, voluntariamente obvió tal revisión, omitió su deber de conocer lo
que llevaba consigo, no obró diligentemente colocándose a sí misma en una situa-
ción de ignorancia deliberada…

3.4.1. Planteo de la defensa

Al momento de argumentar en favor de la confirmación del pronunciamiento adoptado,


la defensa destacó que las circunstancias personales de la Sra. Flores Condorí –referidas
a su situación de vulnerabilidad–; el tipo de actividad que realizaba; el volumen de tras-
lados de mercadería lícita que se sucede en aquella región del país; las condiciones que
presentaba el parlante que debía trasladar; la posibilidad de ir por un camino alternativo
al mismo destino con menor control; su actitud al momento de la detención de reconocer
el bulto y aportar información de quien le había encomendado el traslado, y la ausencia

77
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

de llamadas o mensajes en su celular que pudieran incriminarla, permitían llegar a la so-


lución que adoptó el tribunal oral, en cuanto a la falta de acreditación del elemento sub-
jetivo que requiere el tipo penal que pretendía atribuírsele.

3.4.2. La decisión adoptada por los jueces Petrone y Barroetaveña, y por la jueza Fi-
gueroa

El juez Petrone –a cuyo voto adhirió el juez Barroetaveña– votó por anular la sentencia
recurrida. Pues, entendió que las declaraciones efectuadas por los gendarmes y los testi-
gos civiles fueron coincidentes al indicar que cuando sacaron la lona del baúl había una
caja con un parlante y al moverlo se escuchó algo suelto en su interior, lo que dio lugar a
su extracción, momento en el que vieron que los tornillos habían sido removidos porque
estaban marcados. A la vez, consideró llamativo el hecho de que la hermana de la impu-
tada la acompañara sin bultos ni elementos personales, generando gastos de traslados
de ida y de vuelta, tratándose de dos personas de bajos recursos. Además, mencionó que
del informe migratorio surgía que los viajes realizados por Flores Condorí fueron más de
los relatados por ella y que registraba ingresos y no sus respectivos egresos o viceversa,
a partir de lo cual se podría presumir que la nombrada usualmente empleaba pasos no
habilitados para ingresar o egresar del país. Por último, dijo que la conclusión a la que
arribaba la sentencia en cuanto al desconocimiento por parte de Flores Condorí respecto
al material transportado resultaba contradictoria con la cantidad de estupefaciente se-
cuestrado.

En minoría, la jueza Figueroa votó por rechazar el recurso fiscal. Ello, en tanto entendió
que las expresiones expuestas por la fiscalía apuntaban a un reproche referido a una su-
puesta negligencia o violación de deber de cuidado por parte de Flores Condorí, lo cual
podría configurar un supuesto de culpa, mas no el dolo que exige la figura típica prevista
en el art. 5, inc. “c”, de la ley N° 23.737, por la que fuera imputada.

4. ANÁLISIS DE UNA SENTENCIA DE LA CFCP EN UN CASO DE MUJERES EN SITUACIÓN


DE VULNERABILIDAD ACUSADAS COMO PARTÍCIPES DEL DELITO DE TRANSPORTE DE
ESTUPEFACIENTES PERPETRADO POR OTRAS PERSONAS

En segundo lugar, analizaré un caso de mujeres en situación de vulnerabilidad condena-


das como partícipes del delito de transporte de sustancias estupefacientes.

4.1. El caso “Mamani” de la CFCP

En este caso, la Cámara Federal de Casación Penal debió revisar la sentencia condenatoria
dispuesta respecto de MPA y CMA –entre otras personas– como cómplices no necesarias
penalmente responsables del delito de transporte de estupefacientes agravado por el
número de personas intervinientes (cf. arts. 5, inc. “c”, y 11, inc. “c”, de la ley N° 23.737).

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Referencia Jurídica e Investigación
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Ministerio Público de la Defensa

El hecho que el tribunal de juicio tuvo por acreditado fue descripto del siguiente modo:
con anterioridad al día 14 de octubre de 2017, el imputado Mamani organizó y financió
el transporte de 1.003,40 grs. de una mezcla de cocaína, levamisol, cloruros y almidón,
acondicionada en un envoltorio rectangular en forma de “ladrillo”, oculto en una cocina
eléctrica, que se encontraba en el interior de una caja, mediante el envío por encomienda
desde la ciudad de Tartagal, provincia de Salta, a la ciudad de Córdoba, a través de una
empresa de transportes, a los fines de su posterior comercialización.

En lo que aquí interesa, el tribunal oral consideró que para cumplir su cometido, Mamani
realizó transferencias de dinero, por treinta y dos mil pesos, a nombre de las imputadas
CMA y MPA, residentes en Tartagal, provincia de Salta.

4.1.1. Planteo de la defensa

Uno de los planteos introducidos por la defensa consistió en sostener que, a raíz de la
situación económica, cultural, social y de la propia condición de mujeres, y de un análisis
del caso con perspectiva de género, se configura un estado de necesidad exculpante.

Destacó la defensa que MPA percibía 150 pesos por su trabajo, dinero con el cual debía
alimentar tres niños, a uno de los cuales había tenido que mandar a vivir con la abuela
paterna porque no le alcanzaba con sus ingresos para cubrir sus necesidades básicas; en
tanto CMA, también madre soltera, trabajaba de manera informal y en horario a destajo
para alimentar a su hijo por un salario paupérrimo. Consideró la asistencia técnica que
aquéllas no son condiciones dignas que permitan elegir un actuar distinto al que realiza-
ron motivadas por la vulnerabilidad, entendida no sólo como vulnerabilidad económica,
sino también cultural y social. En este sentido, hizo hincapié en que ambas carecían de
estudios secundarios, su padre era alcohólico, se criaron en un ambiente de violencia
intrafamiliar, poseían hijos a su cargo y eran madres solteras sin ingresos suficientes para
cubrir sus necesidades básicas. En ese contexto, se valoró que la suma que ofrecía Ma-
mani para retirar el giro del dinero era utilizada por las imputadas para alimentar a sus
hijos.

4.1.2. La decisión adoptada por los jueces Borinsky, Carbajo y Hornos

Los argumentos expuestos por la defensa fueron rechazados por el tribunal de casación.
Así, el juez Carbajo –a cuyo voto adhirieron sus colegas– sostuvo que no se verificaban
en el caso los requisitos que habilitarían la procedencia del estado de necesidad excul-
pante. En esta línea, dijo que no se acreditó un mal concreto de entidad significativa para
con sus hijos, actual e inminente, y que existían otros mecanismos o medios lícitos a dis-
posición de las acusadas para prevenir o conjurar el supuesto peligro que las acuciaba.
De tal modo, se valoró que ambas percibían la Asignación Universal por Hijo y que no
resultaba plausible eximir de culpabilidad a quien habiendo recibido ayuda del Estado

79
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

optó, no obstante, por infringir la ley. Por todo ello, concluyó que las penurias económi-
cas per se no habilitaban la excusa invocada por la defensa y que las referencias al estado
de vulnerabilidad de las imputadas por su condición de mujeres y madres solteras habían
sido asumidas al momento de la determinación punitiva.

Finalmente, destacó el magistrado que los hechos constituyen un caso de narcotráfico


por lo que no se puede soslayar el férreo compromiso que el Estado argentino ha asu-
mido a nivel interno y ante la comunidad internacional para perseguir eficazmente esta
forma de criminalidad organizada que constituye un flagelo para la humanidad. Al res-
pecto, hizo mención a que nuestro país ha aprobado la Convención de las Naciones Uni-
das contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas (ley N° 24.072)
y se ha comprometido a profundizar la tarea que los órganos jurisdiccionales y de segu-
ridad llevan a cabo con la finalidad de asegurar una política de Estado eficaz y eficiente
contra el tráfico de estupefacientes (cfr. art. 3.6 de la Convención).

Por su parte, el juez Borinsky agregó que la situación económica en que se hallaban las
imputadas al momento del hecho de ningún modo llegaba a configurar un supuesto exi-
mente de culpabilidad por el injusto penal por ellas cometido. En efecto, dijo que no se
había acreditado la existencia de la “amenaza de sufrir un mal grave e inminente” en los
términos previstos en el art. 34, inc. 2° del C.P., hábil para anular todo tipo de reproche
de antijuridicidad por una reducción exigible de autodeterminación. En ese sentido,
afirmó que no cualquier dificultad material autoriza a concluir en la inculpabilidad del
accionar ilícito. Del mismo modo, el juez Hornos entendió que no se había acreditado la
existencia de la “amenaza de sufrir un mal grave e inminente” conforme lo prevé el art.
34, inc. 2° del C.P., que hubiera redundado en una reducción con relación a su menor
grado de autodeterminación.

5. ANÁLISIS DE ALGUNOS FALLOS DE LA CFCP EN LOS QUE SE ANALIZARON CASOS DE


INGESTA U OCULTAMIENTO EN EL INTERIOR DEL CUERPO DE MATERIAL ESTUPEFA-
CIENTE

El tercer grupo de casos está dado por sentencias dictadas en procesos en los que se
juzgó a mujeres que trasladaban droga oculta en su cuerpo.

5.1. El caso “Poblete Astete” de la CFCP

En este caso, las imputadas Olguín, Gutiérrez y Poblete habían sido condenadas como
autoras del delito de transporte de estupefacientes. Concretamente, se determinó en el
juicio que a raíz de datos brindados a efectivos policiales por una persona de sexo mas-
culino que no quiso identificarse –relacionados con conductas en infracción a la ley N°
23.737–, aquéllos se constituyeron en la terminal de ómnibus de la ciudad de Mendoza,

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Referencia Jurídica e Investigación
Secretaría General de Capacitación y Jurisprudencia
Ministerio Público de la Defensa

donde observaron a las nombradas, quienes provenían en ómnibus de la República Plu-


rinacional de Bolivia. En virtud de la sospecha de que las mismas podrían haber ingerido
algún tipo de sustancia estupefaciente –basada en la información brindada por el denun-
ciante–, se trasladó el procedimiento al Hospital Central de esa provincia, a efectos de
realizar los estudios radiológicos de rutina. Una vez allí, se practicó una radiografía abdo-
minal y tomografía sobre las mujeres logrando detectar elementos extraños. Fue así que,
tras mantener una conversación con el médico, quien les hizo saber el peligro que co-
rrían, aquéllas accedieron a extraer del interior de sus genitales los objetos extraños, tra-
tándose de un bulto cilíndrico recubierto con un preservativo conteniendo cocaína con
un peso de 257 grs., 387 grs. y 481 grs., respecto de Olguín, Gutiérrez y Poblete.

5.1.1. Planteo de la defensa

Al impugnar la condena, la defensa sostuvo, en lo sustancial, que los hechos no debían


ser calificados como transporte de droga sino como una modalidad de trata de personas,
del que resultaron víctimas las imputadas, por tratarse de mujeres en situación de vulne-
rabilidad. Respecto a esta condición, se hizo hincapié en la situación económica de las
nombradas, su género, el historial de violencia previa, la salud, la edad, y los recursos
sociales y geográficos. En tal sentido, se argumentó que aquéllas habían sido captadas
por parte del propietario y beneficiario del estupefaciente transportado, con la promesa
de una remuneración dineraria. En función de ello, la defensa cuestionó que los hechos
no habían sido examinados con perspectiva de género y solicitó la aplicación del art. 5º
de la ley N° 26.364.

5.1.2. La decisión adoptada por la jueza Figueroa y los jueces Petrone y Barroetaveña

El tribunal de casación, en función de los argumentos brindados por el juez Barroetaveña,


a los que adhirieron la jueza Figueroa y el juez Petrone, entendió que no se encontraba
acreditada la realización de alguno de los verbos típicos previstos por el art. 145 bis del
C.P. Para decidir de tal modo, se tuvieron en cuenta ciertos intercambios de mensajes a
partir de los cuales concluyeron que las imputadas no actuaron bajo temor o sumidas a
terceras personas. Asimismo, consideraron que los informes de la Dirección Nacional de
Migraciones daban cuenta de numerosos viajes realizados por las encausadas tanto a
Bolivia como a Chile.

Por otro lado, se afirmó que más allá de la inestabilidad de la situación económica por la
que atravesaban las mujeres no se habría observado una interferencia arbitraria por
parte de terceros sobre su capacidad de autodeterminación. Ello, en tanto las necesida-
des económicas no resultarían suficiente para considerarlas víctimas del delito de trata,
sin perjuicio de reconocer que por sus condiciones personales las imputadas representa-
ban el eslabón más vulnerable y expuesto de la cadena de tráfico de estupefacientes.

81
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

Por último, se dijo que resultaba imperativo memorar que nuestro país ha asumido el
compromiso ante la comunidad internacional de prevenir y erradicar integralmente el
tráfico ilícito de esas sustancias, estableciendo sanciones proporcionadas a la gravedad
de esos delitos (cf. Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupe-
facientes y Sustancias Sicotrópicas, art. 3.4.a, ley N° 24.072).

5.2. El caso “La Cotera Ratto” de la CFCP

En este caso, la imputada había sido condenada como autora penalmente responsable
del delito de transporte de estupefacientes. El hecho por el que fue condenada consistió
en haber transportado el día 26 de diciembre de 2019, en el puesto denominado Preem-
barque Único del aeropuerto Comandante Espora de la ciudad de Bahía Blanca, de un
vuelo con destino a la ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego, la cantidad de 907 grs. de
cocaína, distribuidos en 249 grs. en un bulto embalado con cinta adhesiva entre el busto,
434 grs. en un bulto envuelto en cinta adhesiva inserto dentro de una toalla íntima feme-
nina, y 224 grs. en un bulto envuelto en cinta adhesiva recubierto con un preservativo
inserto dentro de su cavidad vaginal.

5.2.1. Planteo de la defensa

En lo que aquí interesa, la defensa subrayó el estado de precariedad y apremio de su


defendida, fruto de sus desgraciadas vivencias personales y su situación socio-económica
signada por una grave crisis que impacta de lleno sobre su grupo familiar. Sostuvo la asis-
tencia técnica que La Cotera Ratto se encontraba en situación de vulnerabilidad y resul-
taba víctima de trata de personas y de violencia de género. Como consecuencia de ello,
entendió que el caso debía abordarse desde una perspectiva de género y debía soslayarse
el reproche penal.

5.2.2. La decisión adoptada por los jueces Borinsky, Carbajo y Hornos

A la hora de resolver, el juez Carbajo sólo hizo mención al revisar la pena impuesta a que
el juez de la anterior instancia no se había apartado del mínimo legal puntualizando que
el pedido incoado por el representante del Ministerio Público Fiscal –quien había solici-
tado la imposición de una pena mayor– resultaba excesivo. En efecto, ponderó con par-
ticular consideración los informes de concepto y conducta, la especial situación de vul-
nerabilidad de la encartada, su condición de migrante, madre y única responsable del
cuidado y crianza de cuatro niños, su precaria situación económica y su limitada forma-
ción educativa. Sin embargo, no analizó el magistrado tales condiciones personales en los
términos que postuló la defensa.

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Referencia Jurídica e Investigación
Secretaría General de Capacitación y Jurisprudencia
Ministerio Público de la Defensa

Por su parte, el juez Hornos destacó que a los efectos de analizar la posibilidad de que la
imputada haya sido víctima del delito de trata de personas correspondía tener en consi-
deración su situación personal conforme las “Reglas de Brasilia sobre el acceso a la Justi-
cia de las personas en condición de vulnerabilidad”. No obstante, entendió que no había
quedado acreditada la existencia de una lesión o puesta en peligro sobre el bien jurídico
que el art. 145 bis del Código Penal pretende proteger, es decir, sobre la libertad de La
Cotera Ratto, evaluada en sentido amplio. Agregó que no había evidencias concretas que
indicaran que La Cotera Ratto había sido captada o explotada de alguna forma, en los
términos típicos del art. 145 bis del C.P. Asimismo, recordó que “nuestro país aprobó la
Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustan-
cias Psicotrópicas a través de la ley 24.072, mediante la cual el Estado argentino se com-
prometió a maximizar sus esfuerzos en pos de hacer frente con mayor eficacia a los di-
versos aspectos del tráfico ilícito de estupefacientes”.

Por último, el juez Borinsky expuso que no se observaban elementos que permitieran
afirmar que La Cotera Ratto se encontraba en una situación de vulnerabilidad y someti-
miento por parte de una organización criminal como para eximirla de responsabilidad
penal. Agregó que las afirmaciones de la defensa relativas al contexto socioeconómico en
el que se encontraba inmersa la acusada al momento del hecho, no lograban refutar lo
decidido razonablemente por el juez de la instancia previa.

6. CUADRO COMPARATIVO DE LOS FALLOS ANALIZADOS

¿Se menciona
Tipo y Indicadores Solución brin-
Modalidad Normativa la obligación de
Fallo anali- cantidad Planteo de la de situación dada por
de trans- internacio- analizar el caso
zado de sus- defensa de vulnera- cada
porte nal citada con perspectiva
tancia bili- dad juez/jueza
de género?
Víctima de si-
tuaciones de
violencia de
género; sin
trabajo formal;
carecía de
Transporte Sí, se citan fallos
obra social;
de un pa- de la Corte IDH
sin estudios
quete, que (“Masacre de
secundarios
contenía es- Mapiripán vs Co-
completos, y CADH, CE-
tupefacien- Jueza Le- lombia”, “Furlán
997,9 gra- además en- DAW y Con-
“R., M. C.” (año tes, adosado desma: estado vs. Argentina”) y
mos de - frentaba la ne- vención de
2021) a la cintura de necesidad los compromisos
cocaína cesidad de Belém do
con cinta justificante internacionales
brindar solu- Pará
elástica asumidos al rati-
ción urgente
mientras cir- ficar los tratados
al problema
culaba en un internacionales
de salud de su
micro que mencionó
pequeña hija,
quien presen-
taba una dis-
capacidad y
necesitaba
una cirugía

83
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

Mahiques:
votó por confir-
mar la con-
dena, descartó
Error de tipo el error de tipo
invencible por considerar
En el baúl
como conse- Condición so- inverosímil e
de un ómni-
cuencia de “la cio-econó- improbable la
bus dentro
vulnerabilidad mica; su situa- declaración de
de unos bol-
estructural” y, ción familiar - la imputada y
sos se halla-
en subsidio, resultaba ma- consideró que
ron 6 pares
estado de ne- dre soltera de tampoco se
de zapatillas 2138,3
“Mañapira" cesidad excul- 4 hijos, dos de daba una si-
que conte- gramos de No No
(año 2017) pante por con- ellos con difi- tuación de es-
nían 12 pa- cocaína
siderar que cultades médi- tado de nece-
quetes en-
esos factores cas-, y la de- sidad. Le-
vueltos en
estructurales e sigualdad es- desma y
cinta de em-
individuales tructural en la Slokar: enten-
balar con es-
condicionaron que se encon- dieron que no
tupefa- cien-
su ámbito de traba había certeza
tes
autodetermi- respecto al co-
nación nocimiento de
la acusada del
material estu-
pefaciente que
transportaba.
Hornos men-
cionó que con la
sanción de la
Ley Nº 26.364 el
Estado dio cum-
plimiento al Pro-
Estado de mi-
tocolo para Pre-
seria econó- Hornos citó
Hornos: votó venir, Reprimir y
mica, acen- citó la Reco-
por anular la Sancionar la
tuada a raíz mendación
Cruce a pie sentencia y re- Trata de Perso-
Eximente de de la detec- Gral. Nº19
de la fron- enviar. Sos- nas, Especial-
responsabili- ción a su pe- del Comité
tera entre tuvo que la mente Mujeres y
dad prevista queño hijo de CEDAW.
Argentina y parte acusa- Niños, anexo de
Casi 6 en el art. 5 de una mancha Mahiques:
“Martínez Has- Bolivia con dora no des- la Convención
kgs. de la Ley 26.364 en su piel, que No. Figue-
san" (año 2018) una mochila cartó el su- de las Naciones
cocaína y, en subsidio, para descubrir roa: citó el
que contenía puesto de trata Unidas contra la
estado de ne- si era o no Protocolo de
el material invocado. Delincuencia Or-
cesidad excul- cancerígena Palermo, la
estupefa- Mahiques y Fi- ganizada Trans-
pante debía recu- CEDAW,
ciente. gueroa votaron nacional. Mahi-
rrirse a una ci- Conven. de
por anular y ques: No. Figue-
rugía que ella Belém do
absolver. roa: citó normas
no podía pa- Pará.
internacionales y
gar
nacionales relati-
vas a los dere-
chos de la mujer
y eliminación de
discriminación
contra la mujer.

Petrone y Ba-
Traslado en Falta de acre-
rroetaveña vo-
taxi trans- ditación del
4.310 gra- taron por anu-
portan-do elemento sub-
mos de lar el sobresei-
“Flores Con- una caja en jetivo por des- Bajos recur-
clorhidrato mien- to dis- No No
dorí" (año 2021) cuyo interior conoci- miento sos.
de co- puesto. Figue-
se hallaba del contenido
caína roa votó por
un parlante de la caja que
anular el re-
que contenía transportaba.
curso fiscal al

84
Referencia Jurídica e Investigación
Secretaría General de Capacitación y Jurisprudencia
Ministerio Público de la Defensa

la droga se- considerar que


cuestrada. la Fiscalía pre-
tendía un re-
proche por ne-
gligencia, in-
compatible con
el dolo que re-
quiere el art. 5,
inc. "c" de la
Ley N° 23.737.
Carbajo -a
cuyo voto ad-
Se destacó hirieron los
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85
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

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parte de una
organización
criminal.

7. LAS OBLIGACIONES QUE POSEE EL ESTADO ARGENTINO EN MATERIA DE JUZGA-


MIENTO DE CASOS DE MUJERES ACUSADAS POR DELITOS VINCULADOS CON EL TRANS-
PORTE DE DROGAS QUE SE ENCUENTRAN EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD. ANÁ-
LISIS DE LA NORMATIVA INTERNACIONAL Y LOCAL RELATIVA A LOS DERECHOS DE LA
MUJER

Respecto a este punto, estimo oportuno recordar que el Estado argentino asumió com-
promisos internacionales en materia de lucha contra la violencia de género al suscribir la
CEDAW –que posee jerarquía constitucional en virtud de lo establecido en el art. 75, inc.
22, de la Ley Fundamental– y la Convención de Belém do Pará.

De acuerdo a la CEDAW, la definición de discriminación contra las mujeres prevista en el


artículo 1° incluye: “la violencia basada en el sexo, es decir, la violencia dirigida contra la
mujer porque es mujer o que la afecta en forma desproporcionada. Incluye actos que

86
Referencia Jurídica e Investigación
Secretaría General de Capacitación y Jurisprudencia
Ministerio Público de la Defensa

infligen daños o sufrimientos de índole física, mental o sexual, amenazas de cometer esos
actos, coacción y otras formas de privación de la libertad”.

Por su parte, el artículo 1° de la Convención de Belém do Pará define la violencia contra


las mujeres como “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte,
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como
en el privado”. Además, este instrumento establece que “toda mujer tiene derecho a una
vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado”, el cual incluye “el
derecho de la mujer a ser libre de toda forma de discriminación” (arts. 3° y 6°).

Finalmente, merecen ser señaladas las “Reglas de las Naciones Unidas para el trata-
miento de las reclusas y medidas no privativas de la libertad para las mujeres delincuen-
tes”, conocidas como Reglas de Bangkok, por cuanto junto con la CEDAW y la Convención
de Belém do Pará constituyen herramientas clave que ofrecen directrices sobre cómo
poner fin a la violencia y la discriminación contra las mujeres.

Las citadas Reglas fueron sancionadas el 21 de diciembre de 2010 por la Asamblea Gene-
ral de las Naciones Unidas. Se trata de 70 reglas cuyo objetivo es mejorar las condiciones
y necesidades de las mujeres privadas de libertad. Ello parte de la premisa de que la dis-
criminación que sufren las mujeres en todos los niveles de la sociedad se agrava en los
establecimientos penitenciarios y que las mujeres en situación de privación de libertad
son un grupo especialmente vulnerable.

En el ámbito nacional, la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar


la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Inter-
personales (ley N° 26.485), en su artículo 4°, define la violencia contra las mujeres del
siguiente modo:

…toda conducta, por acción u omisión, basada en razones de género, que, de ma-
nera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en
una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física,
psicológica, sexual, económica o patrimonial, participación política, como así tam-
bién su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado
o por sus agentes. Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley,
toda conducta, acción, omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que
ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón.

A su vez, el art. 5 de la ley local dispone los tipos de violencia que quedan especialmente
comprendidos en la definición del artículo precedente, a saber:

1. Física: La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o


riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato agresión que afecte su inte-
gridad física.

87
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

2. Psicológica: La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perju-


dica y perturba el pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus
acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso, hos-
tigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación aisla-
miento. Incluye también la culpabilización, vigilancia constante, exigencia de obe-
diencia sumisión, coerción verbal, persecución, insulto, indiferencia, abandono, ce-
los excesivos, chantaje, ridiculización, explotación y limitación del derecho de circu-
lación o cualquier otro medio que cause perjuicio a su salud psicológica y a la auto-
determinación.

3. Sexual: Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o
sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su
vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimi-
dación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vincula-
res o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explo-
tación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.

4. Económica y patrimonial: La que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recur-


sos económicos o patrimoniales de la mujer, a través de: a) La perturbación de la
posesión, tenencia o propiedad de sus bienes; b) La pérdida, sustracción, destruc-
ción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, docu-
mentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales; c) La limitación de los
recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades o privación de los me-
dios indispensables para vivir una vida digna; d) La limitación o control de sus ingre-
sos, así como la percepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un mismo
lugar de trabajo.

5. Simbólica: La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos


o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las re-
laciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.

Cabe añadir que el decreto N° 1011/2010, reglamentario de la ley N° 26.485, define “re-
lación desigual de poder” como aquella que “se configura por prácticas socioculturales
históricas basadas en la idea de la inferioridad de las mujeres o la superioridad de los
varones, o en conductas estereotipadas de hombres y mujeres, que limitan total o par-
cialmente el reconocimiento o goce de los derechos de éstas, en cualquier ámbito en que
desarrollen sus relaciones interpersonales” (art. 4).

Ahora bien, con el objeto de estudiar de modo más acabado las implicancias que posee
la definición de un caso como constitutivo de un supuesto de violencia contra la mujer,
corresponde analizar algunas sentencias de la Corte IDH referidas al tema. El tribunal su-
pranacional ha hecho propia la definición de “violencia contra la mujer” contenida en el
art. 1° de la Convención de Belém do Pará. A su vez, para determinar si, en los casos
concretos, los actos de violencia sufridos por las víctimas pueden considerarse como “vio-
lencia de género”, se ha referido al alcance del art. 5 de la CADH, que consagra el derecho
a la integridad personal, en relación con la Convención de Belém do Pará y la CEDAW,
que considera elementos del “corpus juris internacional en materia de protección de la

88
Referencia Jurídica e Investigación
Secretaría General de Capacitación y Jurisprudencia
Ministerio Público de la Defensa

integridad personal de las mujeres”9. De tal modo, violencia sexual, abortos forzados,
mutilaciones y femicidio son algunos de los actos que la Corte ha tenido ocasión de cali-
ficar como formas de violencia basadas en el género. Entre esos tipos, la violencia sexual
ha sido considerada un caso paradigmático de violencia contra la mujer.

Por otro lado, no debe olvidarse que las mujeres que se encuentran en especial situación
de vulnerabilidad tienen derecho a una debida protección integral de parte del Estado,
de acuerdo a la legislación nacional e internacional, lo que incluye la incorporación de la
perspectiva de género al momento de adoptar cualquier decisión que las afecte –aspecto
al que me referiré en el punto que sigue–.

Como ya adelanté en el apartado referido a las “Consideraciones metodológicas y con-


ceptuales”, a fin de valorar la situación de vulnerabilidad de las personas cabe tener en
cuenta los parámetros hermenéuticos que brindan las Reglas de Brasilia sobre Acceso a
la Justicia.

Sobre la base de lo expuesto en este apartado es que me encuentro en condiciones de


concluir que los instrumentos internacionales citados consagran el principio de la debida
diligencia del Estado en lo que respecta a la protección, prevención, sanción y erradica-
ción de la violencia contra la mujer. A su vez, obligan al Estado a brindar un tratamiento
integral a las víctimas de violencia de género, lo cual incluye el acceso a la justicia.

Con relación a esto último, ha sostenido la CIDH en el Informe Acceso a la Justicia para
las Mujeres Víctimas de Violencia en las Américas (2007) que

…un acceso de jure y de facto a recursos judiciales idóneos y efectivos resulta indis-
pensable para la erradicación del problema de la violencia contra las mujeres, así
como también lo es el cumplimiento de los Estados de su obligación de actuar con
la debida diligencia frente a tales actos (párr. 1).

[U]n acceso adecuado a la justicia no se circunscribe sólo a la existencia formal de


recursos judiciales, sino también a que éstos sean idóneos para investigar, sancionar
y reparar las violaciones denunciadas. (…) una respuesta judicial efectiva frente a
actos de violencia contra las mujeres comprende la obligación de hacer accesibles
recursos judiciales sencillos, rápidos, idóneos e imparciales de manera no discrimi-
natoria, para investigar, sancionar y reparar estos actos, y prevenir de esta manera
la impunidad (párr. 5).

[E]l poder judicial constituye la primera línea de defensa a nivel nacional para la pro-
tección de los derechos y las libertades individuales de las mujeres, y por ello la im-
portancia de su respuesta efectiva ante violaciones de derechos humanos (párr. 6).

9
Corte IDH Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 25
de noviembre de 2006, párr. 276.

89
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

Asimismo, se ha explicado que

[e]l derecho penal es particularmente importante para garantizar que la mujer


puede ejercer sus derechos humanos, incluido su derecho de acceso a la justicia,
sobre la base de la igualdad. Los Estados partes están obligados, en virtud de los
artículos 2 y 15 de la Convención, a asegurar que las mujeres cuenten con la protec-
ción y los recursos ofrecidos por el derecho penal y que no estén expuestas a discri-
minación en el contexto de esos mecanismos, ya sea como víctimas o perpetradoras
de actos delictivos (Comité CEDAW, Recomendación General N° 33 sobre el acceso
de las mujeres a la justicia, 2015, párr. 47).

En resumen: las mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad tienen dere-


cho a un deber de protección especial de parte del Estado, no sólo en aquellos casos en
que son víctimas de delitos, sino también cuando se encuentran acusadas por la comisión
de algún ilícito. Para alcanzar decisiones más justas, es indispensable que en estos últimos
casos las resoluciones judiciales que se adopten sean tomadas con perspectiva de género,
aspecto que desarrollaré a continuación.

8. LA APLICACIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LAS DECISIONES JUDICIALES

Como punto de partida del análisis que me propongo efectuar en este apartado resulta
imprescindible reconocer dos situaciones: por un lado, la discriminación y violencia que
sufren las mujeres en nuestras sociedades, como resultado de un sistema patriarcal que
durante siglos y en todos los países del mundo ha basado el orden social de poder en un
modo de dominación cuyo paradigma es el hombre, y, por el otro, el vínculo existente
entre la discriminación y la violencia contra el colectivo en cuestión. Es por ello que la
aplicación de la perspectiva de género pretende neutralizar las graves consecuencias que
la negación de la igualdad y el derecho a vivir una vida libre de violencia acarrea para las
mujeres.

La perspectiva de género es una categoría de análisis que sostiene que las diferencias
entre hombres y mujeres se explican a partir de las condiciones sociales, culturales, polí-
ticas, económicas y jurídicas, históricamente creadas para determinar la vida de hombres
y mujeres a partir de su sexo biológico (cf. Scott, 1996). Dicho en otras palabras, la pers-
pectiva de género es esa mirada que nos enfrenta a reconocer que la realidad se vive de
manera muy diferente entre hombres y mujeres, con amplias desventajas para las segun-
das, dado que el sistema está basado en las ideas de la superioridad masculina y la infe-
rioridad de las mujeres.

En consecuencia, el derecho internacional de los derechos humanos exige la aplicación


de la perspectiva de género como categoría de análisis de la función judicial. Ello presu-
pone un conocimiento por parte de quienes ejercen la función judicial del enfoque de
género con el fin de garantizar los derechos de las mujeres, así como también que las
decisiones judiciales se fundamenten a partir de esa óptica de análisis.

90
Referencia Jurídica e Investigación
Secretaría General de Capacitación y Jurisprudencia
Ministerio Público de la Defensa

En tal sentido, la Recomendación General N° 28 de Comité CEDAW, relativa al artículo 2


de la Convención CEDAW establece que “[l]os Estados partes deben asegurarse de que
los tribunales apliquen el principio de igualdad tal como está enunciado en la Convención
e interpretar la ley, en la mayor medida posible, de conformidad con las obligaciones de
los Estados partes en virtud de la Convención”, así como que “[l]a rendición de cuentas
de los Estados partes respecto del cumplimiento de sus obligaciones en virtud del artículo
2 se materializa en los actos u omisiones de todos los poderes del Estado”10.

En efecto, el derecho penal, tanto en lo que respecta al proceso judicial como en su parte
sustantiva, no puede ser ajeno a la aplicación de la perspectiva de género. La incorpora-
ción de la perspectiva de género en una sentencia sobre violencia contra la mujer exige
diversas condiciones, tales como: comprensión del fenómeno de la violencia contra la
mujer; adecuada identificación de las relaciones desiguales de poder entre los géneros;
utilización de un lenguaje no sexista; ausencia de prejuicios y estereotipos de género;
incorporación de los estándares internacionales que protegen los derechos de las muje-
res, entre otras.

La perspectiva de género influye también en la determinación del alcance de la obligación


de los Estados de garantizar los derechos reconocidos en los instrumentos internaciona-
les de derechos humanos. Es así que en los casos de violencia contra las mujeres, la apli-
cación de la Convención de Belém do Pará ha dado a la Corte IDH la oportunidad de ve-
rificar el cumplimiento de los deberes de garantía con un enfoque de género, configu-
rando a cargo de los Estados, además de las obligaciones genéricas contenidas en los arts.
1.1 y 2 de la CADH, unas “obligaciones reforzadas” de prevención e investigación, de con-
formidad con el estándar de “debida diligencia” establecido en el art. 7 (b) de la Conven-
ción contra la violencia hacia la mujer.

Cabe añadir que la ausencia de la perspectiva de género ante casos de violencia machista
impacta directamente en la vida de las mujeres y coadyuva a sostener un sistema que se
basa en relaciones de jerarquía por razones de género y, con ello, se anula el derecho de
las mujeres a vivir una vida libre de violencia.

Ahora bien, poniendo el foco en el análisis de los fallos de la CFCP seleccionados en este
trabajo, cabe decir que, al haber tenido lugar en el contexto de situaciones de vulnerabi-
lidad de mujeres –ya sea por ser víctimas de violencia de género, por el contexto social,
cultural, económico, etc. –, el Estado argentino debió observar en cada uno de esos casos
los estándares internacionales que rigen en la materia a la hora de investigar y juzgar

10
Recomendación General No. 28, relativa a las obligaciones de los Estados parte en relación al Artículo 2
de la CEDAW,/C/GC/28. Párr. 33 y 39.

91
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

tales hechos. Sin embargo, en algunos de esos precedentes ninguna mención se hizo si-
quiera respecto a los deberes que posee el Estado argentino con relación a los derechos
de la mujer. Debe tenerse presente en este punto que la Corte IDH ha expresado que

…ante un acto de violencia contra una mujer, resulta particularmente importante


que las autoridades a cargo de la investigación la lleven adelante con determinación
y eficacia, teniendo en cuenta el deber de la sociedad de rechazar la violencia contra
las mujeres y las obligaciones del Estado de erradicarla y de brindar confianza a las
víctimas en las instituciones estatales para su protección11.

Así, resulta que de los siete fallos analizados, solo citaron los derechos que los instrumen-
tos internacionales reconocen a las mujeres la jueza Ledesma en “RMC” (con cita de la
CADH y de la CEDAW y la Convención de Belém do Pará); y el juez Hornos y la jueza Fi-
gueroa en “Martínez Hassan” (que memoraron lo establecido en la Recomendación N°
19 del Comité CEDAW, y el Protocolo de Palermo, la CEDAW y la Convención de Belém
do Pará, respectivamente). Además de ello, en “RMC” la jueza Ledesma citó fallos de la
Corte IDH relativos a los compromisos de los Estados frente a las mujeres, así como tam-
bién desarrolló las obligaciones que poseen los Estados en virtud de los instrumentos
internacionales citados. Por su parte, en “Martínez Hassan” Hornos destacó que con la
sanción de la ley N° 26.364 el Estado argentino dio cumplimiento al Protocolo para Pre-
venir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, anexo
de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacio-
nal. A la vez, Figueroa recordó los deberes que posee el Estado en virtud de diversas nor-
mas internacionales y nacionales relativas a los derechos de la mujer y eliminación de
discriminación contra la mujer.

Como dije, en los restantes fallos ninguna mención se hizo a la normativa internacional
de derechos humanos que consagra derechos especiales en favor de las mujeres. En los
fallos “Mamani”, “Poblete Astete” y “La Cotera Ratto” –en este último precedente única-
mente el juez Hornos– para avalar las condenas adoptadas respecto de las mujeres acu-
sadas se valoraron únicamente las obligaciones que consagra la Convención de las Nacio-
nes Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas para el
Estado argentino. Sin embargo, salvo el Juez Hornos en “La Cottera Ratto”, se soslayaron
los deberes que también posee el Estado en lo que respecta al tratamiento de las mujeres
que se encuentran en situación de vulnerabilidad y/o son víctimas de violencia. Pues,
Hornos destacó que a los efectos de analizar la posibilidad de que la imputada haya sido
víctima del delito de trata de personas correspondía tener en consideración su situación
personal conforme las “Reglas de Brasilia sobre el acceso a la Justicia de las personas en
condición de vulnerabilidad”. No obstante, entendió que en el caso no había quedado

11
CorteIDH, Caso Inés Fernández Ortega vs. México, sentencia del 30 de agosto del 2010, Serie C-215. Párr.
193.

92
Referencia Jurídica e Investigación
Secretaría General de Capacitación y Jurisprudencia
Ministerio Público de la Defensa

acreditada la existencia de una lesión o puesta en peligro sobre el bien jurídico que el art.
145 bis del Código Penal pretende proteger, es decir, la libertad.

9. ESTRATEGIAS DEFENSISTAS CON ENFOQUE DE GÉNERO EN CASOS DE MUJERES IN-


VOLUCRADAS EN LOS DELITOS DE TRANSPORTE O CONTRABANDO DE ESTUPEFACIEN-
TES

En lo que sigue estudiaré diferentes estrategias defensistas para resolver los casos anali-
zados en este trabajo con enfoque de género. De modo inicial debo destacar que las mu-
jeres que cumplen roles en el transporte o contrabando de estupefacientes conforman
generalmente los eslabones más bajos de la cadena de tráfico –por lo que se enfrentan
a un mayor riesgo de detención y encarcelamiento–, suelen encontrarse en situación de
alta vulnerabilidad socioeconómica y marginalidad, y con hijos/as a cargo. Por todo ello,
su encarcelamiento no representa un impacto significativo sobre la reducción del comer-
cio de estupefacientes, pero sí tiene consecuencias importantes para esas mujeres y para
quienes dependen de ellas.

En cuanto a la situación y contexto en que se encuentran estas mujeres se ha observado


que

[l]a palabra ‘mula’ tiene una fuerte connotación negativa y peso simbólico, ya que
se asocian los atributos del animal de carga –terquedad, brutalidad y fortaleza física–
con las características de las personas que hacen este tipo de actividades. Esta ana-
logía caracteriza la naturaleza y las cualidades exigidas por la actividad que realizan
los correos de drogas y, a su vez, da cuenta de la posición subordinada en la que se
ubican estas personas dentro de la configuración de las operaciones del tráfico [cita
omitida] (Anitua y Picco, 2012).

Al analizar el contexto en que estas mujeres se hallan deben ser considerados ciertos
factores, tales como: las condiciones de pobreza y exclusión social, la maternidad y el rol
de cuidado de otras personas dependientes, la jefatura de hogar, el nivel de instrucción,
la formación laboral, la inmigración, si resultan víctimas de violencia de género, entre
otros.

En línea con lo que vengo diciendo, se ha explicado que

[t]anto los delitos que cometen las mujeres para obtener drogas para el consumo,
como su involucramiento en delitos relacionados con la producción, la distribución,
el suministro y la venta de drogas, tienen que ver, a menudo, con la exclusión social,
la pobreza y la violencia de género. La mayoría tiene poca o nula educación, vive en
condiciones de pobreza y es responsable del cuidado de dependientes, sean ellos
niños/as, jóvenes, personas de mayor edad o personas con discapacidad12.

12
Mujeres, políticas de drogas y encarcelamiento. Una guía para la reforma de políticas en América Latina.
Trabajo colectivo realizado por el Grupo de Trabajo sobre Mujeres, Políticas de Drogas y Encarcelamiento.

93
2023
Estudios sobre Jurisprudencia

Antes de continuar, debo efectuar una aclaración: en este trabajo no se realizarán pro-
puestas de política criminal que procuren reformas legislativas, sino que se brindarán al-
ternativas, desde la dogmática penal, que promuevan soluciones más justas en los casos
concretos.

En ese norte, debe atenderse a la situación en que esas mujeres se encuentran al realizar
las conductas de transporte o contrabando, esto es: si tenían efectivo poder de disposi-
ción sobre el material estupefaciente; si poseían conocimiento del contenido de la mer-
cancía transportada; si se hallaban en una situación de necesidad a causa de su extrema
vulnerabilidad; si contaban o no con margen de libertad al decidir realizar la conducta; en
el caso de ingesta de estupefacientes, debe tenerse en cuenta el riesgo para la vida e
integridad física al que se enfrentan en caso de que las cápsulas se rompan, etc.

De tal modo, se ha señalado que

[f]rente a las advertencias de distintos organismos internacionales de derechos hu-


manos sobre la relación entre la trata de personas y su utilización para actividades
delictivas, como el tráfico de estupefacientes, y las evidencias sobre la frecuente
concurrencia de los elementos propios de la trata en casos de ‘correos de droga’, en
las causas penales iniciadas contra ‘mulas’ se deberían analizar en profundidad las
condiciones bajo las cuales esas personas se vieron involucradas en la actividad. Por
ello, sería importante que en este tipo de casos la pesquisa judicial se oriente a des-
entrañar la totalidad del proceso que atravesaron, tal como se recomienda frente a
posibles situaciones de trata de personas con otros fines de explotación [cita omi-
tida]” (Martínez, 2013).

Ahora bien, pese a que se cuenta con un ordenamiento jurídico –tanto a nivel internacio-
nal como local– de avanzada en materia de género, en la práctica continúan observán-
dose decisiones judiciales que no respetan debidamente los compromisos asumidos. En
cierto modo, esto obedece a la insuficiente incorporación de la perspectiva de género. Es
por ello que se ha sostenido la necesidad de que

cualquier intervención jurídica a favor de las mujeres incluya la posibilidad de criticar


muchos de los instrumentos y de las prácticas jurídicas clásicas. La inclusión de la
perspectiva de género en el ámbito específico de las defensas penales permite des-
cubrir estereotipos que se encuentran naturalizados (y que son, por tanto, invisi-
bles), o bien identificar los efectos negativos que poseen algunas normas y criterios
hermenéuticos que sirven de sustento para el mantenimiento de la violencia y la
discriminación que sufren las mujeres [cita omitida] (Anitua y Picco, 2012).

Organizaciones: WOLA, Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC), Dejusticia y Comisión In-
teramericana de Mujeres (CIM) de la Organización de los Estados Americanos (OEA). ISBN: 978-958-59192-
5-9 Versión digital 978-958-59192-6-6 Versión impresa, p. 8.

94
Referencia Jurídica e Investigación
Secretaría General de Capacitación y Jurisprudencia
Ministerio Público de la Defensa

En este punto, cabe destacar que la Ley Orgánica del Ministerio Público de la Defensa de
la Nación (ley N° 27.149) prevé en su artículo 42, inc. “n”, que es un deber de los defen-
sores y las defensoras promover una defensa con perspectiva de género. Se trata de un
reconocimiento implícito de la existencia de una desigualdad estructural en la cual están
insertas las mujeres.

A su vez, se ha destacado que

[c]on igual preocupación por garantizar una asistencia jurídica especializada, en


forma reciente, los organismos internacionales también se han ocupado de señalar
que las consideraciones de género deben estar presentes en todo trámite judicial.
Así, por ejemplo, desde Naciones Unidas se ha destacado la importancia de adoptar
medidas especiales para garantizar un acceso a la justicia en términos igualitarios
[cita omitida], y en términos similares, el Comité CEDAW, recomendó que los siste-
mas de asistencia jurídica y defensa pública sean competentes y sensibles a las cues-
tiones de género [cita omitida], para evitar que un abordaje de tipo neutral tenga
consecuencias discriminatorias para las mujeres (Di Corleto y Carrera, 2017).

Dicho esto, a fin de diseñar una estrategia de litigio con enfoque de género, que atienda
las particulares circunstancias en que se encuentran las mujeres involucradas en activi-
dades de transporte o contrabando de drogas, agruparé aquellos casos que poseen notas
características comunes.

● Las mujeres en situación de engaño

Se trata de los casos de mujeres que se involucran en el delito de contrabando o trans-


porte de estupefacientes como consecuencia del engaño provocado por personas situa-
das en eslabones más altos dentro de la organización dedicada a la comercialización de
estupefacientes. De tal modo, el engaño sobre la mercancía que se traslada puede pro-
vocar en las mujeres: por un lado, ausencia de poder de disposición respecto del material
estupefaciente -aspecto requerido por el tipo objetivo de las figuras ilícitas- y, por el otro,
un error sobre el conocimiento de los elementos del tipo objetivo. En este último caso se
configura un error de tipo que excluye el dolo, aspecto que encuadra en el art. 34, inciso
1º, del Código Penal. Esta disposición establece que no es punible “…el que no haya po-
dido en el momento del hecho por […] error o ignorancia de hecho no imputable, com-
prender la criminalidad del acto…”.

● Las mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica, so-


cial y cultural extrema

Bajo este título agrupo los casos de mujeres que atraviesan especiales condiciones de
pobreza y se ven involucradas en la comisión de delitos asociados al transporte o contra-

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bando de estupefacientes. En efecto, la falta de recursos económicos, culturales y políti-


cos puede incidir en los motivos que llevan a tales mujeres a realizar delitos de drogas.
Así, se ha advertido que

[t]odos los estudios sobre mujeres encarceladas por delitos de drogas coinciden en
dibujar un perfil de alta vulnerabilidad y condiciones extremas de exclusión social,
definido por la ‘marginalidad, bajo nivel educativo, historias familiares marcadas por
distintas formas de violencia, inserción en el mundo del trabajo desde la infancia,
principalmente en la economía informal, embarazos en la adolescencia y una ausen-
cia de los mecanismos de protección y garantía de los derechos humanos por parte
del Estado’, añadiendo en muchos casos la responsabilidad de ser cabeza de familias
monoparentales con hijos/as y personas mayores a su cargo [cita omitida] (Laurenzo
Copello, 2020).

Por todo ello es que las mujeres de sectores socialmente oprimidos son útiles a las redes
de narcotráfico: su alta vulnerabilidad y la necesidad económica acuciante las hace fácil-
mente manipulables y al mismo tiempo prescindibles, razón por la cual se sitúan en los
niveles más bajos de las operaciones de transporte (o venta) de droga, que al mismo
tiempo son las actividades más expuestas al control policial (cf. Laurenzo Copello, 2020).

Una respuesta adecuada para esos casos resulta ser la eximente de estado de necesidad,
ya sea justificante (cf. art. 34, inciso 2°, segunda parte, del Código Penal) o exculpante (cf.
art. 34, inciso 3°, del mismo cuerpo de normas), lo que dependerá, en el caso concreto,
de la jerarquía de los bienes jurídicos en juego, así como de la mensuración del peligro al
que cada uno de ellos se enfrenta.

En los casos en que se echa mano al estado de necesidad disculpante no se considera al


acto conforme a derecho, pues constituye ilícito, pero sí se entiende que el derecho no
puede exigir a la autora otro comportamiento ya que el obrar conforme a derecho le
representaría un acto heroico. Así, se ha dicho a modo de ejemplo que

[no] se debe descartar de antemano una ponderación favorable en situaciones de


necesidad económica acuciante [cita omitida], sobre todo cuando hay cargas fami-
liares muy importantes e imposibles de atender por vías legales [cita omitida]. Es
verdad que en la ponderación ha de concurrir un mal concreto, sin que resulte sufi-
ciente la alegación de pobreza [cita omitida], falta de trabajo, etc. Pero no es menos
cierto que en el proceso judicial es habitual que se ignoren sin más los efectos per-
versos que provoca la pobreza en personas concretas con historias de vida muy dra-
máticas y reales. Hay mujeres que tienen que asumir en solitario la manutención de
toda una familia, incluyendo hijos pequeños y ancianos, muchas veces con antece-
dentes de violencia de todo tipo y que no tienen la más mínima posibilidad de acce-
der a un trabajo (legal) o a prestaciones públicas para paliar la situación (Laurenzo,
2020).

● Las mujeres en situación de coacción o víctimas de violencia de género

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Un tercer grupo de casos está dado por aquellas mujeres que son forzadas a transportar
drogas –sea en el interior de sus equipajes o a ingerir cápsulas que contienen estupefa-
cientes– a partir de intimidación y amenaza de sufrir daños graves, para ellas o para sus
familiares y/o allegados, o por enfrentarse a una situación extrema a partir de la cual su
decisión de realizar la conducta reprochada no pueda reputarse libre. De tal modo, se ha
explicado que

no parece dudoso que frente a un peligro muy limitado para un bien jurídico supra-
individual, como es la salud pública, han de prevalecer aquellas situaciones donde
se trata de evitar directamente la lesión de bienes jurídicos personales de alto valor,
como sucede cuando una mujer acepta realizar una operación de tráfico por ingesta
de cápsulas para pagar el tratamiento médico de un hijo u otro familiar gravemente
enfermo. En este caso no solo cabe argumentar en torno al alto valor que el propio
ordenamiento jurídico concede a los bienes en juego (vida, salud), sino que también
ha de tenerse en cuenta que se trata de un riesgo de lesión más o menos segura
frente a un peligro abstracto para potenciales consumidores cuya concreción re-
quiere todavía muchos pasos intermedios. Además de estar en juego un deber de
garante de la mujer respecto a sus familiares a cargo que inclina todavía más la ba-
lanza a favor de la acción necesaria [cita omitida] (Laurenzo Copello, 2020).

Asimismo, también se incluyen en este grupo los casos de mujeres que se encuentran en
contextos de violencia de género: en tales supuestos, las mujeres cumplen las conductas
que se les exige como único modo de salvaguardar su vida e integridad física, o algún otro
bien jurídico que sea objeto de amenazas. Respecto a esto último, debe tenerse en
cuenta que

…siempre que se invoque una situación de violencia de género, se activa el deber de


debida diligencia reforzado para investigar, esclarecer y sancionar ese tipo de con-
ductas [cita omitida]. Es criterio de los organismos de derechos humanos que ese
deber se mantenga cuando la mujer se encuentra acusada de un delito, pues lo con-
trario implicaría una discriminación por su situación procesal, y llaman la atención
sobre la necesidad de evitar estereotipos que partan de considerar a las mujeres
sospechosas de haber cometido un delito como poco fiables [cita omitida]. Asi-
mismo, la jurisprudencia internacional indica que los trámites judiciales deben con-
templar el contexto general en el que tienen lugar, asumirse con seriedad, llevarse
adelante de forma oportuna, seria, exhaustiva y efectiva, y traen principios específi-
cos sobre cómo recolectar y valorar la prueba en estos casos [cita omitida] (Asencio,
Di Corleto y González, 2020).

Entonces, para demostrar que la acción ha sido necesaria en el caso concreto, debe eva-
luarse la severidad del daño o peligro para el bien jurídico amenazado (sea la vida de la
mujer, su integridad u otro bien jurídico).

En términos de la dogmática penal, ello puede constituir un estado de necesidad excul-


pante (cf. art. 34, inciso 2°, segunda parte, del Código Penal de la Nación) o, incluso, jus-
tificante (cfr. art. 34, inciso 3°, del mismo cuerpo de normas) si el bien salvado es de
mayor valor que el lesionado –la salud pública–.

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Estudios sobre Jurisprudencia

● Las mujeres que resultan víctimas del delito de trata de personas

En ciertas situaciones, las mujeres que realizan los actos de transporte o contrabando de
estupefacientes constituyen verdaderas víctimas del delito de trata de personas. Para
brindar adecuada respuesta a esos casos y a la protección que debe garantizar el Estado
a esas mujeres, no debe perderse de vista que la trata de personas es uno de los delitos
más graves que prevé nuestro ordenamiento y conculca varios de los derechos de la víc-
tima del ilícito. De allí que se describa a la trata como un delito pluriofensivo. En estos
supuestos se produce una captación, transporte y/o receptación de la víctima, con fines
de explotación.

El ordenamiento jurídico argentino establece numerosas medidas de protección para las


personas damnificadas, entre ellas: la no punibilidad de las víctimas de trata por la comi-
sión de cualquier delito que derive de haber sido objeto de esta forma de criminalidad
organizada (cf. art. 5 de la ley N° 26.364).

Cabe destacar que el “Protocolo para Prevenir, Suprimir y Castigar la Trata de Personas,
especialmente de Mujeres y Niños”, que complementa la Convención de las Naciones
Unidas en contra de la Delincuencia Organizada Transnacional define a la trata en el art.
3. Entre las finalidades del Protocolo se enuncian la necesidad de prevenir y combatir la
trata, proteger y ayudar a las víctimas, respetando sus derechos humanos, y promover la
cooperación de los Estados para lograr esos fines.

De tal modo, soslayar estas cuestiones al momento de resolver la situación procesal de


una imputada que, a la vez, es víctima del delito de trata de personas, implica un desco-
nocimiento de la CEDAW, de la Recomendación N° 19, de la Convención de Belem do
Pará, de la Convención para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de
la Prostitución Ajena, así como del Protocolo de Palermo, entre otros instrumentos inter-
nacionales.

La finalidad de protección y ayuda a las víctimas de trata de personas surge expresamente


del “Preámbulo” como de las “Finalidades” del Protocolo de Palermo. A la vez, del art.
6.2.b. se desprende que cada Estado deberá proporcionar a las víctimas “asistencia en-
caminada a permitir que sus opiniones y preocupaciones se presenten y examinen en las
etapas apropiadas de las actuaciones penales contra los delincuentes sin que ello menos-
cabe los derechos de defensa”. En el art. 3 se establece la responsabilidad para los Esta-
dos de disponer de medidas destinadas a la recuperación física, psicológica y social, me-
diante un alojamiento adecuado, asesoramiento e información acerca de sus derechos,
asistencia médica, psicológica y material, oportunidades de empleo, educación y capaci-
tación. Además, el deber de brindar seguridad física, tanto mientras se encuentren en un
territorio como en el eventual trámite de repatriación, y cada Estado “velará por que su

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ordenamiento jurídico interno provea medidas que brinden a las víctimas de la trata de
personas la posibilidad de obtener indemnización por los daños sufridos” (art. 6.6).

También se prevé la posibilidad de evitar el riesgo de revictimización, previsto en el Capí-


tulo III, vinculado a las medidas de prevención y cooperación.

Asimismo, es importante destacar que la Relatora Especial sobre la Trata de Personas,


especialmente Mujeres y Niños, en su Informe sobre la Administración de Justicia Penal
y las Víctimas de Trata de Personas, sostuvo que las víctimas de la trata “no deben ser
enjuiciadas por delitos relacionados con su condición de víctimas de la trata”13. En con-
secuencia, la detención y el castigo de mujeres imputadas víctimas de trata de personas
es incompatible con un enfoque basado en los derechos humanos. No obstante, se ha
advertido que

…existe un universo de mujeres que hoy resultan víctimas de políticas penales que
paradójicamente pretenden evitar el fenómeno que se busca combatir [cita omi-
tida]. La cláusula de no punibilidad debe servir para quitarle responsabilidad penal a
una víctima del delito de trata en etapas tempranas del proceso –justamente para
evitar la revictimización, o el padecimiento de ‘violencia institucional’ provocada por
el Estado, al no actuar con la debida diligencia–, sin necesidad de que su suerte
quede atada al resultado final del sumario; o del que pudiera eventualmente tener
el proceso en el que se juzgue a sus tratantes (Castro, 2017).

Como ya mencioné, a nivel local, la ley N° 26.364 establece un marco normativo integral
para la implementación de medidas destinadas a prevenir y sancionar el delito de trata,
y la asistencia y protección de las víctimas. Es en esa línea que en su art. 5 establece una
cláusula de no punibilidad. Explicando esa disposición se ha dicho:

En función de esta excusa absolutoria [cita omitida], la persona que es objeto de una
red de trata e inducida, condicionada u obligada a cometer un delito, no debe recibir
un reproche de culpabilidad, pues carece de autodeterminación y libertad para con-
ducir sus acciones. De este modo se atiende a la condición de vulnerabilidad en la
que se encuentra la víctima de trata, que es llevada a realizar una conducta penada
por el estado de indefensión, de debilitamiento de la personalidad, donde se ausen-
tan las fuerzas para poder enfrentar todo tipo de presiones inhumanas y amenazan-
tes (Martínez, 2013).

Con una visión diferente respecto a la naturaleza jurídica de esa cláusula, se ha entendido
que la eximente

…parece responder al principio de inexigibilidad de un comportamiento adecuado a


derecho en los supuestos en los que la libertad del/ de la autor/a del hecho ilícito se

13
Informe de la Relatora Especial sobre la trata de personas, especialmente mujeres y niños, Joy Ngozi
Ezeilo, presentado ante el Consejo de Derechos Humanos en el 20º período de sesiones, 6 de junio de
2012, A/HRC/20/18.

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Estudios sobre Jurisprudencia

encuentra gravemente constreñida –o sencillamente anulada– por el comporta-


miento coactivo de un tercero [cita omitida]. La fuerte restricción de la capacidad de
autodeterminación genera una situación anormal en la que el/la autor/a no está en
condiciones (normales) de motivarse por la norma, excluyendo así la culpabilidad
(Laurenzo Copello, 2020).

En resumen, a partir de lo explicado hasta aquí puede decirse que los principales proble-
mas que surgen en los casos de mujeres acusadas por delitos de transporte o contra-
bando de drogas pueden ser resueltos con perspectiva de género utilizando las propias
categorías que nos brinda la dogmática penal. Así, las soluciones estarán dadas en el ám-
bito de la tipicidad objetiva por ausencia de poder de disposición respecto de la droga o
de la tipicidad subjetiva por falta de dolo, en caso de engaño sobre el material transpor-
tado; antijuridicidad y culpabilidad para los casos de estado de necesidad; también en el
estrato de culpabilidad para los casos de coacción y de víctimas de la trata de personas.

10. CONCLUSIONES

En este trabajo se analizaron diversos fallos de la Cámara Federal de Casación Penal con
el objetivo de determinar si las decisiones adoptadas fueron tomadas o no con perspec-
tiva de género y respetando los estándares internacionales en materia de protección de
los derechos de la mujer y eliminación de las situaciones de violencia de género.

Los puntos en común de tales casos están dados por haberse encontrado imputadas mu-
jeres en situación de vulnerabilidad y haber sido acusadas por ingesta u ocultamiento en
el cuerpo de estupefacientes, ocultamiento de droga en equipajes o elementos de guar-
dado, o por participación secundaria en el transporte de estupefacientes llevado a cabo
por otra persona.

Luego de estudiar las decisiones adoptadas en esos fallos, me permito concluir que si bien
la República Argentina cuenta con un importante marco normativo –tanto a nivel nacio-
nal, como internacional– que procura eliminar situaciones de desigualdad y de violencia
sufridas por ese colectivo, reconociendo múltiples derechos de las mujeres y, como con-
tracara, deberes para el Estado, lo cierto es que se observan prácticas judiciales que des-
conocen los compromisos asumidos.

Se trata de decisiones que, en mi opinión, no han sido tomadas con perspectiva de género
ni resultan respetuosas de los estándares internacionales en materia de protección de
los derechos de la mujer. Pues, de los siete fallos analizados, sólo citaron los derechos
que los instrumentos internacionales reconocen a las mujeres la jueza Ledesma en
“RMC”, y el juez Hornos y la jueza Figueroa en “Martínez Hassan”. En los restantes fallos,
ninguna mención se hizo a la normativa internacional de derechos humanos referida a
los derechos de las mujeres.

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Ministerio Público de la Defensa

Asimismo, se observa que en múltiples ocasiones –léanse los fallos “Mamani”, “Poblete
Astete” y “La Cotera Ratto”– se echó mano a compromisos internacionales asumidos por
el Estado argentino, pero ello se hizo con el objetivo de avalar las condenas adoptadas:
es decir, se recurrió a la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, soslayando las obligaciones internacionales
que también posee el Estado argentino en lo que respecta al tratamiento de las mujeres
que se encuentran en situación de vulnerabilidad y/o son víctimas de violencia.

Por otro lado, hago notar que si bien en el fallo “Mañapira”, del año 2017, la jueza Le-
desma y el juez Slokar resolvieron en favor de la postura defensista, no incluyeron la pers-
pectiva de género en la decisión adoptada. De allí que el fallo dictado por la jueza Le-
desma en 2021 en “R., M. C.” resulte superador respecto al anterior dado que, más allá
de que la decisión final adoptada en ambos casos fue favorable a la defensa, en la argu-
mentación del último de esos casos sí se tuvieron en cuenta los estándares internaciona-
les en la materia.

En este trabajo se han enunciado algunas posibles soluciones que observan los compro-
misos asumidos por el Estado argentino. Sin embargo, la solución dogmática que corres-
ponda adoptar dependerá de la casuística y cuestiones de hecho de los casos concretos.

A modo de conclusión, diré que más allá de la concreta solución dogmática, no deben ser
dejados de lado los estándares que consagran la normativa y jurisprudencia internacional
para los casos de mujeres imputadas que se encuentran en especial situación de vulne-
rabilidad –ya sea por sus condiciones personales o por encontrarse en un contexto de
violencia–. Es allí, en la labor que realizan los y las operadores judiciales, donde todavía
queda mucho trabajo por hacer. Sólo avanzando en ese sentido se adoptarán decisiones
más humanitarias, que tiendan a eliminar las situaciones de desigualdad existentes entre
hombres y mujeres en lo que concierne al ejercicio de sus derechos.

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