DIABETES Millitus

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UNIVERSIDAD DE AQUINO BOLIVIA FACULTAD DE CIENCIAS DE

SALUD

CARRERA DE MEDICINA

TRABAJO DE INVESTIGACION

DIABETES MELLITUS: DEFICIENCIA DE INSULINA O


RESISTENCIA A LA INSULINA

INTERNO DE MEDICINA:

TUTOR:

COCHABAMBA – BOLIVIA

2024

1
Nombres de estudiantes

Diabetes Mellitus: deficiencia de insulina o resistencia a la insulina

CONTRACUBIERTA

Modalidad: Monografía presentada como


requisito para nota de tercer parcial de la
materia de fisiología.

Tutor:

Cochabamba, 2024

2
DEDICATORIA

Dedico este trabajo a mi querida familia, sin ellos yo no conseguiria lograr todos mis éxitos
en mi camino.

3
AGRADECIMIENTOS

En primer lugar, agradezco a Dios por su constante cuidado y dirección, que han sido
pilares en mi vida, creador de todas las cosas y fuente de mi vida. Agradezco también a mi
amada familia que han sido fundamentales en mi camino para cumplir mis sueños.

4
Contenido

CONTRACUBIERTA.............................................................................................................2
RESUMEN .............................................................................................................................6
ABSTRACT............................................................................................................................7
INTRODUCCION ..................................................................................................................8
CAPITULO I ........................................................................................................................10
1. ANTECEDENTES ...............................................................................................10
2. IDENTIFICACION DEL PROBLEMA ...............................................................11
4. OBJETIVO GENERAL ........................................................................................13
• Objetivos específicos ............................................................................................13
5. JUSTIFICACION .................................................................................................13
CAPITULO II .......................................................................................................................14
MARCO TEORICO..........................................................................................................15
2.1. Definición y Clasificación de la Diabetes Mellitus ...................................................15
2.2. Fisiopatología de la Diabetes Mellitus Tipo 1 ...........................................................16
2.3. Fisiopatología de la Diabetes Mellitus Tipo 2 ...........................................................17
2.4. Complicaciones de la Diabetes Mellitus Tipo 1 ........................................................18
2.5. Diagnóstico y Monitoreo de la Diabetes Mellitus .....................................................20
2.6. Tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 1 ...............................................................22
2.7. Tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 2 ...............................................................23
CAPITULO III ......................................................................................................................25
Discusión ..............................................................................................................................25
Conclusiones .....................................................................................................................27

5
RESUMEN

La Diabetes Mellitus es una enfermedad crónica que se caracteriza por niveles elevados de
glucosa en sangre debido a una deficiencia en la producción de insulina (tipo 1) o a la
resistencia a la insulina (tipo 2). Este trabajo analiza en detalle los mecanismos
fisiopatológicos de ambos tipos de diabetes, las complicaciones asociadas y las estrategias
de tratamiento. En la Diabetes tipo 1, la destrucción autoinmune de las células beta del
páncreas requiere la administración continua de insulina exógena. En la Diabetes tipo 2, la
resistencia a la insulina y la disfunción de las células beta son los principales factores
etiológicos, y el tratamiento incluye cambios en el estilo de vida y terapia farmacológica.
También se abordan las complicaciones microvasculares y macrovasculares y la
importancia del monitoreo continuo y la educación del paciente. Se concluye que un
enfoque integral y multidimensional es esencial para el manejo eficaz de la diabetes y la
mejora de la calidad de vida de los pacientes.

Palabras Clave:
Diabetes Mellitus, insulina, resistencia a la insulina, complicaciones diabéticas, tratamiento
de la diabetes, monitoreo de glucosa, educación del paciente.

6
ABSTRACT

Diabetes Mellitus is a chronic disease characterized by elevated blood glucose levels due to
either insulin production deficiency (type 1) or insulin resistance (type 2). This study
provides a detailed analysis of the pathophysiological mechanisms of both types of
diabetes, associated complications, and treatment strategies. In type 1 diabetes, autoimmune
destruction of pancreatic beta cells necessitates continuous exogenous insulin
administration. In type 2 diabetes, insulin resistance and beta cell dysfunction are the
primary etiological factors, with treatment involving lifestyle modifications and
pharmacological therapy. The study also addresses microvascular and macrovascular
complications and the importance of continuous monitoring and patient education. It
concludes that an integrated and multidimensional approach is essential for effective
diabetes management and improving patients' quality of life.

Keywords:
Diabetes Mellitus, insulin, insulin resistance, diabetic complications, diabetes treatment,
glucose monitoring, patient education.

7
INTRODUCCION

La Diabetes Mellitus es una enfermedad metabólica crónica que se ha convertido en


una de las principales preocupaciones de salud pública a nivel mundial debido a su
creciente prevalencia y sus complicaciones asociadas. Se caracteriza por la presencia de
niveles elevados de glucosa en la sangre, resultado de una deficiencia en la producción de
insulina o de una resistencia de los tejidos del cuerpo a esta hormona esencial. La insulina,
una hormona producida por las células beta del páncreas, es crucial para el metabolismo de
los carbohidratos, las grasas y las proteínas, ya que permite la absorción de glucosa en las
células, donde se utiliza como fuente de energía (1).

Existen dos tipos principales de Diabetes Mellitus: el tipo 1 y el tipo 2. La Diabetes


Mellitus tipo 1, también conocida como diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente, es
una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca y destruye las células
beta del páncreas, lo que lleva a una producción insuficiente de insulina. Esta forma de
diabetes suele manifestarse en la infancia o adolescencia, aunque también puede
presentarse en adultos jóvenes. Sin una producción adecuada de insulina, los pacientes con
diabetes tipo 1 requieren inyecciones diarias de insulina para controlar sus niveles de
glucosa en sangre y prevenir complicaciones graves (1).

Por otro lado, la Diabetes Mellitus tipo 2 es la forma más común de diabetes,
representando aproximadamente el 90-95% de todos los casos de diabetes. Esta condición
se caracteriza por una resistencia a la insulina, en la que las células del cuerpo no responden
eficazmente a la insulina, combinada con una producción insuficiente de insulina por parte
del páncreas (1). La diabetes tipo 2 suele desarrollarse en adultos mayores, aunque en las
últimas décadas ha habido un aumento alarmante de casos en niños y adolescentes,
relacionado con el aumento de la obesidad y el sedentarismo (2).

La resistencia a la insulina, un sello distintivo de la diabetes tipo 2, implica que las


células musculares, hepáticas y adiposas no utilizan la insulina de manera eficiente, lo que
resulta en niveles elevados de glucosa en sangre. Para compensar, el páncreas produce más

8
insulina, pero eventualmente, no puede mantener esta producción aumentada, lo que lleva a
niveles de glucosa en sangre persistentemente altos (1). Los factores de riesgo para
desarrollar diabetes tipo 2 incluyen la obesidad, la inactividad física, la dieta poco
saludable, y factores genéticos (2).

La carga global de la Diabetes Mellitus es enorme, no solo en términos de prevalencia


sino también en el impacto en la calidad de vida de los pacientes y los costos económicos
asociados con el tratamiento y las complicaciones de la enfermedad. Complicaciones a
largo plazo como la neuropatía, la nefropatía, la retinopatía y las enfermedades
cardiovasculares son comunes en individuos con diabetes mal controlada, lo que subraya la
importancia de una gestión adecuada de la enfermedad. Además, las complicaciones agudas
como la cetoacidosis diabética y el síndrome hiperglucémico hiperosmolar pueden ser
potencialmente mortales si no se tratan oportunamente (2).

El manejo de la Diabetes Mellitus requiere un enfoque multifacético que incluye la


monitorización regular de los niveles de glucosa en sangre, la administración de insulina o
medicamentos orales, y cambios significativos en el estilo de vida. Una dieta equilibrada, la
actividad física regular y la educación del paciente son componentes esenciales del
tratamiento. La participación activa del paciente en su propio cuidado es fundamental para
el éxito a largo plazo en la gestión de la diabetes. Además, la investigación continúa
avanzando en el desarrollo de nuevas terapias y tecnologías, como los sistemas de
monitorización continua de glucosa y las bombas de insulina, que ofrecen a los pacientes
opciones más precisas y convenientes para el control de su enfermedad (2).

La Diabetes Mellitus es una enfermedad compleja con múltiples etiologías y


manifestaciones clínicas. La comprensión de los mecanismos subyacentes de la deficiencia
de insulina y la resistencia a la insulina es crucial para el desarrollo de estrategias efectivas
de prevención y tratamiento, que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de
los pacientes y reducir la carga global de esta enfermedad prevalente (1).

9
CAPITULO I

1. ANTECEDENTES

Dr. Jeremy Pettus: "El tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2, que comúnmente está
asociado con resistencia a la insulina, implica una combinación de cambios en el estilo de
vida y medicamentos. La pérdida de peso, la actividad física regular y una dieta saludable
son fundamentales. Sin embargo, cuando estas medidas no son suficientes para controlar
los niveles de glucosa en sangre, se recurre a medicamentos como metformina, que mejora
la sensibilidad a la insulina y reduce la producción hepática de glucosa. Este enfoque se
respalda en estudios como el UK Prospective Diabetes Study (UKPDS), que demostró la
eficacia de la metformina en la reducción de complicaciones cardiovasculares en pacientes
con diabetes tipo 2".

Dra. Anne Peters: "En el caso de la diabetes tipo 1, donde hay una deficiencia completa de
insulina, el tratamiento implica la administración de insulina exógena. Los avances en la
tecnología de administración de insulina, como las bombas de insulina y los sistemas de
monitoreo continuo de glucosa, han revolucionado el manejo de esta enfermedad. Estudios
como el Diabetes Control and Complications Trial (DCCT) y su continuación, el
Epidemiology of Diabetes Interventions and Complications (EDIC), han demostrado que
un control estricto de la glucosa mediante la administración de insulina reduce
significativamente el riesgo de complicaciones microvasculares y macrovasculares en
pacientes con diabetes tipo 1".

Dr. David Matthews: "En ambos tipos de diabetes, el tratamiento también puede incluir
otros medicamentos, como los análogos de insulina y los inhibidores del cotransportador de
sodio-glucosa 2 (SGLT2), que ayudan a reducir la glucosa en sangre de diferentes maneras.
Los SGLT2 inhiben la reabsorción de glucosa en los riñones, lo que lleva a una excreción
aumentada de glucosa en la orina. Estos fármacos han demostrado no solo reducir los
niveles de glucosa, sino también proporcionar beneficios cardiovasculares y renales en
estudios como el Empagliflozin, Cardiovascular Outcomes, and Mortality in Type 2

10
Diabetes (EMPA-REG OUTCOME) y el Canagliflozin and Cardiovascular and Renal
Events in Type 2 Diabetes (CANVAS) Trial".

El tratamiento de la diabetes mellitus, ya sea por deficiencia o resistencia a la insulina, se


basa en una combinación de cambios en el estilo de vida y medicamentos. La evidencia
científica respalda el uso de medicamentos como la metformina, la insulina exógena, los
análogos de insulina y los inhibidores de SGLT2 para controlar los niveles de glucosa en
sangre y prevenir complicaciones a largo plazo.

2. IDENTIFICACION DEL PROBLEMA

La Diabetes Mellitus, en sus diversas formas, representa un desafío significativo para los
sistemas de salud a nivel mundial. La prevalencia de esta enfermedad ha aumentado
drásticamente en las últimas décadas, impulsada por factores como el envejecimiento de la
población, el aumento de la obesidad y los cambios en el estilo de vida que favorecen la
inactividad física y las dietas poco saludables (3). Este incremento no solo afecta la salud
individual de millones de personas, sino que también impone una carga económica
considerable debido al costo del tratamiento y las complicaciones asociadas con la
enfermedad (4).

La Diabetes Mellitus tipo 1, aunque menos común que la tipo 2, presenta desafíos únicos
debido a su naturaleza autoinmune y la necesidad de un control estricto de los niveles de
glucosa en sangre mediante la administración de insulina exógena. Los pacientes con
diabetes tipo 1 deben gestionar cuidadosamente su dieta, actividad física y dosis de insulina
para evitar tanto la hiperglucemia como la hipoglucemia, condiciones que pueden ser
potencialmente mortales si no se manejan adecuadamente (3). Además, esta forma de
diabetes suele diagnosticarse en edades tempranas, lo que implica un manejo de por vida y
una carga emocional significativa para los pacientes y sus familias (4).

Por otro lado, la Diabetes Mellitus tipo 2 es frecuentemente asociada con el síndrome
metabólico, una constelación de condiciones que incluyen hipertensión, dislipidemia y
obesidad central, que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares (3). La
resistencia a la insulina, un componente clave de la diabetes tipo 2, se ve exacerbada por
11
factores de estilo de vida y genéticos, y su manejo efectivo requiere intervenciones
integrales que incluyan modificaciones en la dieta, el aumento de la actividad física y, en
muchos casos, el uso de medicamentos hipoglucemiantes (4). La identificación temprana y
el manejo adecuado de esta condición son cruciales para prevenir complicaciones a largo
plazo, como la neuropatía diabética, la nefropatía y la retinopatía, que pueden llevar a la
discapacidad y la muerte prematura (5).

Además, la desigualdad en el acceso a la atención médica y los recursos necesarios para el


manejo de la diabetes exacerba el problema. En muchas regiones del mundo, especialmente
en países de ingresos bajos y medios, la falta de acceso a medicamentos esenciales, insulina
y tecnologías de monitorización continua de glucosa impide un control adecuado de la
enfermedad (3). Esta disparidad en la atención contribuye a una mayor prevalencia de
complicaciones graves y a una carga desproporcionada en las poblaciones vulnerables (4).

El impacto socioeconómico de la Diabetes Mellitus es igualmente alarmante. Los costos


directos relacionados con el tratamiento médico y los costos indirectos debido a la pérdida
de productividad y la discapacidad representan una carga significativa para los individuos,
sus familias y los sistemas de salud. Según estudios recientes, el costo global de la diabetes
y sus complicaciones se estima en billones de dólares anuales, una cifra que continúa
creciendo a medida que la prevalencia de la enfermedad aumenta (5). Este contexto subraya
la necesidad urgente de estrategias de prevención y manejo más efectivas y accesibles, que
incluyan tanto intervenciones médicas como políticas públicas orientadas a la promoción de
estilos de vida saludables (3).

La Diabetes Mellitus, ya sea por deficiencia de insulina o por resistencia a la insulina,


presenta un problema complejo y multifacético que requiere una respuesta integrada y
coordinada. La investigación continua y el desarrollo de nuevas terapias, junto con
esfuerzos para mejorar la educación y el acceso a la atención médica, son esenciales para
abordar eficazmente este desafío global y mejorar la calidad de vida de los millones de
personas afectadas por esta enfermedad (4).

12
3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

¿Cómo analizar la deficiencia de insulina y la resistencia de la Diabetes Mellitus, y cuál a


su forma de tratamiento?

4. OBJETIVO GENERAL

Analizar la deficiencia de insulina y la resistencia de la Diabetes Mellitus y su forma de


tratamiento.

• Objetivos específicos

1. Examinar los mecanismos fisiopatológicos de la deficiencia de insulina en la


Diabetes Mellitus.

2. Determinar los tipos de tratamientos Diabetes Mellitus, incluyendo el uso de


insulina, medicamentos orales y cambios en la dieta y actividad física.

3. Investigar los métodos de diagnóstico y su forma de controlar la diabetes.

5. JUSTIFICACION

La Diabetes Mellitus es una enfermedad que ha alcanzado proporciones epidémicas a


nivel mundial, afectando a cientos de millones de personas y causando una carga
significativa tanto en términos de salud como económicos. La comprensión detallada de los
mecanismos subyacentes de la deficiencia de insulina en la Diabetes tipo 1 y la resistencia a
la insulina en la Diabetes tipo 2 es fundamental para desarrollar estrategias efectivas de
prevención y tratamiento. Este trabajo busca abordar esta necesidad crítica al explorar de
manera integral cómo estos dos factores contribuyen al desarrollo y manejo de la
enfermedad, proporcionando así una base sólida para futuras investigaciones y políticas de
salud pública.

Además, la variabilidad en el acceso a tratamientos efectivos y tecnologías avanzadas


de monitoreo de glucosa entre diferentes poblaciones socioeconómicas subraya la
importancia de abordar las disparidades en la atención médica. En muchos países de

13
ingresos bajos y medios, la falta de recursos adecuados impide que los pacientes reciban el
cuidado necesario para gestionar su condición de manera efectiva, lo que lleva a un
aumento en las complicaciones graves y la mortalidad. Este trabajo no solo pretende
identificar las barreras existentes, sino también proponer estrategias para mejorar la equidad
en la atención de la diabetes, garantizando que todos los pacientes, independientemente de
su contexto socioeconómico, tengan acceso a tratamientos de calidad.

La relevancia social y económica de este estudio es innegable. Los costos asociados con
la Diabetes Mellitus, tanto directos como indirectos, representan una carga significativa
para los sistemas de salud y las economías nacionales. El desarrollo de intervenciones más
efectivas y accesibles puede reducir estos costos al prevenir complicaciones y mejorar la
calidad de vida de los pacientes. Además, educar a la población sobre la importancia de un
estilo de vida saludable y proporcionar herramientas para un mejor manejo de la diabetes
puede tener un impacto positivo a largo plazo en la salud pública.

Finalmente, la investigación continua en el campo de la diabetes es esencial para


mantener el progreso en el tratamiento y manejo de la enfermedad. Este trabajo contribuirá
a la literatura existente al proporcionar nuevos conocimientos sobre la interacción entre la
deficiencia de insulina y la resistencia a la insulina, y al evaluar la efectividad de diversas
intervenciones en diferentes contextos socioeconómicos. Estos hallazgos pueden informar
futuras investigaciones y políticas de salud, apoyando el desarrollo de programas más
eficaces para la prevención y el tratamiento de la Diabetes Mellitus a nivel global.

CAPITULO II
14
MARCO TEORICO

2.1. Definición y Clasificación de la Diabetes Mellitus

La Diabetes Mellitus es un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por


hiperglucemia resultante de defectos en la secreción de insulina, en la acción de la insulina,
o en ambos. La hiperglucemia crónica de la diabetes se asocia con daño a largo plazo,
disfunción y falla de varios órganos, especialmente los ojos, los riñones, los nervios, el
corazón y los vasos sanguíneos. La clasificación de la Diabetes Mellitus incluye varias
categorías principales que ayudan a los profesionales de la salud a identificar y tratar
adecuadamente la condición específica de cada paciente (5).

La Diabetes Mellitus tipo 1, anteriormente conocida como diabetes juvenil o


insulinodependiente, es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico
ataca y destruye las células beta productoras de insulina en el páncreas. Esto resulta en una
producción muy baja o nula de insulina, requiriendo que las personas afectadas dependan
de la administración exógena de insulina para sobrevivir. Esta forma de diabetes representa
aproximadamente el 5-10% de todos los casos de diabetes y suele diagnosticarse en niños y
adultos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad (6).

La Diabetes Mellitus tipo 2, que es la forma más común de la enfermedad, abarca


aproximadamente el 90-95% de todos los casos de diabetes. Se caracteriza por una
resistencia a la insulina, en la que las células del cuerpo no responden adecuadamente a la
insulina, combinada con una producción insuficiente de insulina por parte del páncreas.
Esta forma de diabetes suele desarrollarse en adultos mayores, pero en las últimas décadas
ha habido un aumento significativo en su prevalencia entre los jóvenes debido a factores
como la obesidad, la inactividad física y la dieta poco saludable (7).

Además de los tipos 1 y 2, existe una categoría conocida como diabetes gestacional,
que se diagnostica por primera vez durante el embarazo y que no es claramente diabetes
tipo 1 o tipo 2. La diabetes gestacional se asocia con un mayor riesgo de complicaciones
tanto para la madre como para el feto, y aunque muchas mujeres con diabetes gestacional

15
vuelven a tener niveles normales de glucosa en sangre después del parto, tienen un mayor
riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro. Otros tipos específicos de diabetes pueden
ser el resultado de condiciones genéticas específicas, enfermedades del páncreas, o
inducidas por medicamentos o químicos (5).

2.2. Fisiopatología de la Diabetes Mellitus Tipo 1

La Diabetes Mellitus tipo 1 es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por la


destrucción selectiva de las células beta del páncreas, responsables de la producción de
insulina. Este proceso es mediado por el sistema inmunológico del propio cuerpo, que
erróneamente identifica a las células beta como agentes extraños y las ataca. La destrucción
de estas células lleva a una deficiencia absoluta de insulina, lo que impide que la glucosa
entre en las células del cuerpo para ser utilizada como fuente de energía, resultando en
niveles elevados de glucosa en sangre (8).

El desarrollo de la Diabetes tipo 1 implica una interacción compleja entre factores


genéticos y ambientales. Los factores genéticos incluyen la predisposición hereditaria
determinada por ciertos genes del sistema HLA (Human Leukocyte Antigen), que regulan
la respuesta inmune. Sin embargo, no todos los individuos con predisposición genética
desarrollan la enfermedad, lo que sugiere que factores ambientales también desempeñan un
papel crucial. Entre estos factores se incluyen infecciones virales, exposición a ciertos
alimentos o toxinas, y otros desencadenantes ambientales que aún no se comprenden
completamente (9).

Una vez que el proceso autoinmune comienza, se produce una infiltración de células
inmunes, como linfocitos T, en los islotes de Langerhans del páncreas, donde residen las
células beta. Esta infiltración, conocida como insulitis, resulta en la inflamación y eventual
destrucción de las células beta. Durante la fase preclínica de la enfermedad, cuando todavía
hay suficientes células beta funcionales, los niveles de glucosa en sangre pueden
mantenerse dentro de límites normales. Sin embargo, a medida que la destrucción progresa
y la masa de células beta disminuye, la capacidad del páncreas para producir insulina se

16
reduce significativamente, llevando a la hiperglucemia y al diagnóstico clínico de diabetes
tipo 1 (10).

El manejo de la Diabetes Mellitus tipo 1 requiere la administración exógena de


insulina para compensar la deficiencia absoluta de esta hormona. Sin tratamiento, la falta de
insulina resulta en una incapacidad para utilizar la glucosa como fuente de energía, lo que
lleva al cuerpo a metabolizar grasas y proteínas en exceso. Esto puede causar
complicaciones agudas graves como la cetoacidosis diabética, una condición
potencialmente mortal caracterizada por la acumulación de cuerpos cetónicos en la sangre,
que puede llevar al coma y a la muerte si no se trata adecuadamente (8).

2.3. Fisiopatología de la Diabetes Mellitus Tipo 2

La Diabetes Mellitus tipo 2 es una enfermedad metabólica caracterizada por la


resistencia a la insulina y una disfunción progresiva de las células beta del páncreas. A
diferencia de la Diabetes tipo 1, en la cual la deficiencia de insulina es absoluta, la Diabetes
tipo 2 se desarrolla cuando las células del cuerpo, especialmente en músculos, hígado y
tejido adiposo, no responden adecuadamente a la insulina. Esta resistencia a la insulina
obliga al páncreas a producir cantidades cada vez mayores de insulina para mantener
niveles normales de glucosa en sangre, lo que eventualmente lleva a la disfunción y
agotamiento de las células beta (11).

La resistencia a la insulina es un proceso complejo influenciado por múltiples


factores, incluyendo la obesidad, el sedentarismo, la genética y la inflamación crónica. La
obesidad, especialmente la acumulación de grasa visceral, es uno de los factores de riesgo
más significativos para el desarrollo de la resistencia a la insulina. Los ácidos grasos libres
liberados por el tejido adiposo visceral pueden interferir con la señalización de la insulina
en las células musculares y hepáticas, disminuyendo su capacidad para absorber y utilizar la
glucosa de manera efectiva (12).

Además de la resistencia a la insulina, la disfunción de las células beta del páncreas


es un componente crucial en la fisiopatología de la Diabetes tipo 2. Con el tiempo, las

17
células beta son incapaces de mantener la producción de insulina necesaria para superar la
resistencia periférica a la insulina. Esta disfunción puede deberse a factores genéticos,
estrés oxidativo, glucotoxicidad (daño causado por niveles elevados de glucosa) y
lipotoxicidad (daño causado por niveles elevados de ácidos grasos). Como resultado, los
niveles de glucosa en sangre aumentan, llevando a la hiperglucemia crónica que caracteriza
a la Diabetes tipo 2 (13).

La hiperglucemia crónica asociada con la Diabetes tipo 2 puede causar una serie de
complicaciones a largo plazo, incluyendo enfermedades cardiovasculares, neuropatía,
nefropatía y retinopatía. Estas complicaciones surgen debido a los efectos dañinos de los
niveles elevados de glucosa en los vasos sanguíneos y otros tejidos. Además, la inflamación
crónica de bajo grado que a menudo acompaña a la obesidad y la Diabetes tipo 2 contribuye
a la progresión de estas complicaciones. Por lo tanto, el manejo de la Diabetes tipo 2 no
solo se centra en la regulación de los niveles de glucosa en sangre, sino también en la
reducción de factores de riesgo cardiovascular y la prevención de complicaciones (11).

El tratamiento de la Diabetes Mellitus tipo 2 generalmente incluye cambios en el


estilo de vida, como la adopción de una dieta saludable y el aumento de la actividad física,
junto con la administración de medicamentos hipoglucemiantes orales y, en algunos casos,
insulina. La metformina, por ejemplo, es un medicamento comúnmente utilizado que
mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la producción de glucosa en el hígado. Otros
medicamentos, como los inhibidores de la DPP-4 y los agonistas de GLP-1, actúan
mejorando la secreción de insulina o reduciendo la glucosa postprandial, respectivamente
(12).

2.4. Complicaciones de la Diabetes Mellitus Tipo 1

La Diabetes Mellitus, tanto en su forma tipo 1 como tipo 2, puede llevar a una serie
de complicaciones a largo plazo que afectan múltiples sistemas del cuerpo. Estas
complicaciones surgen principalmente debido a los efectos dañinos de la hiperglucemia
crónica, que provoca daño en los vasos sanguíneos y en otros tejidos. Las complicaciones

18
pueden ser clasificadas en microvasculares y macrovasculares, cada una con sus propias
manifestaciones y riesgos asociados (14).

Las complicaciones microvasculares incluyen la retinopatía diabética, la nefropatía


diabética y la neuropatía diabética. La retinopatía diabética es una de las principales causas
de ceguera en adultos y se caracteriza por daños en los pequeños vasos sanguíneos de la
retina. En sus etapas avanzadas, puede llevar a la pérdida de visión severa debido a la
proliferación de vasos sanguíneos anormales y el desprendimiento de la retina. La
nefropatía diabética, por otro lado, afecta los riñones y es una de las principales causas de
enfermedad renal en etapa terminal, requiriendo diálisis o trasplante renal. La neuropatía
diabética, que afecta los nervios periféricos, puede causar dolor, entumecimiento y pérdida
de la función en las extremidades, y también puede afectar los nervios autonómicos, lo que
lleva a disfunciones gastrointestinales, cardiovasculares y sexuales (15).

Las complicaciones macrovasculares de la Diabetes Mellitus incluyen las


enfermedades cardiovasculares, tales como la enfermedad coronaria, el accidente
cerebrovascular y la enfermedad arterial periférica. Los pacientes diabéticos tienen un
mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis, una condición en la que las arterias se endurecen
y estrechan debido a la acumulación de placa, lo que puede llevar a eventos
cardiovasculares graves. La enfermedad coronaria, que incluye el infarto de miocardio, es
una de las principales causas de muerte en personas con diabetes. Asimismo, la diabetes
aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular, que puede resultar en discapacidad severa o
muerte. La enfermedad arterial periférica, caracterizada por una disminución del flujo
sanguíneo a las extremidades, puede causar dolor, úlceras y, en casos graves, gangrena, que
puede requerir amputación (16).

Además de las complicaciones microvasculares y macrovasculares, la diabetes


también puede llevar a otras complicaciones graves. La hiperglucemia crónica puede
debilitar el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a infecciones. Las
infecciones del tracto urinario, las infecciones de la piel y las infecciones fúngicas son más
comunes en personas con diabetes. Asimismo, la diabetes puede complicar el manejo de

19
otras condiciones crónicas y agudas, como la hipertensión y las enfermedades pulmonares,
y puede afectar la cicatrización de heridas, aumentando el riesgo de complicaciones
postoperatorias (14).

El manejo adecuado de la diabetes es crucial para prevenir o retrasar la aparición de


estas complicaciones. Esto incluye un control estricto de los niveles de glucosa en sangre,
así como la gestión de otros factores de riesgo, como la hipertensión y la dislipidemia. La
educación del paciente sobre su condición, el seguimiento regular con profesionales de la
salud y la adherencia a las recomendaciones de tratamiento son esenciales para minimizar
el riesgo de complicaciones y mejorar la calidad de vida de las personas con diabetes (15).

2.5. Diagnóstico y Monitoreo de la Diabetes Mellitus

El diagnóstico de la Diabetes Mellitus se basa en la medición de los niveles de


glucosa en sangre mediante varios métodos de prueba establecidos. Uno de los métodos
más comunes es la medición de la glucosa plasmática en ayunas (FPG, por sus siglas en
inglés), que evalúa la cantidad de glucosa en la sangre después de al menos ocho horas de
ayuno. Un nivel de glucosa en ayunas igual o superior a 126 mg/dL en dos ocasiones
separadas confirma el diagnóstico de diabetes. Otro método es la prueba de tolerancia oral a
la glucosa (OGTT), que mide la glucosa en sangre dos horas después de la ingestión de una
solución de glucosa. Un nivel de glucosa igual o superior a 200 mg/dL en esta prueba
también indica diabetes. Además, la prueba de hemoglobina A1c (HbA1c), que refleja el
promedio de glucosa en sangre durante los últimos dos o tres meses, se utiliza
ampliamente; un valor de HbA1c igual o superior a 6.5% es diagnóstico de diabetes (16).

El monitoreo continuo de los niveles de glucosa en sangre es fundamental para el


manejo eficaz de la Diabetes Mellitus. Los pacientes con diabetes tipo 1 y aquellos con
diabetes tipo 2 que requieren insulina deben medir regularmente sus niveles de glucosa en
sangre utilizando glucómetros caseros. Este monitoreo permite ajustar las dosis de insulina
y las decisiones relacionadas con la dieta y la actividad física para mantener los niveles de
glucosa dentro del rango objetivo. Además, los dispositivos de monitoreo continuo de

20
glucosa (CGM) han revolucionado el manejo de la diabetes al proporcionar mediciones
frecuentes y en tiempo real de la glucosa intersticial, ofreciendo una visión más completa
de las fluctuaciones glucémicas y ayudando a prevenir episodios de hipoglucemia e
hiperglucemia (17).

La hemoglobina A1c (HbA1c) es una herramienta crucial tanto para el diagnóstico


como para el monitoreo a largo plazo de la Diabetes Mellitus. Esta prueba mide la cantidad
de glucosa unida a la hemoglobina en los glóbulos rojos y proporciona una indicación del
control glucémico promedio durante los últimos dos o tres meses. La HbA1c no se ve
afectada por las fluctuaciones diarias de la glucosa en sangre, lo que la convierte en un
indicador confiable del control a largo plazo. Las guías clínicas recomiendan que los
pacientes con diabetes se sometan a la prueba de HbA1c al menos dos veces al año si su
control glucémico es estable, y con mayor frecuencia si se están ajustando los tratamientos
o si el control es inadecuado (18).

Además de la glucosa en sangre y la HbA1c, otros marcadores y pruebas pueden ser


importantes en el monitoreo de la Diabetes Mellitus. La evaluación regular de la función
renal mediante la medición de la microalbuminuria y la creatinina sérica es crucial para
detectar tempranamente la nefropatía diabética. También es importante el monitoreo de los
lípidos en sangre y la presión arterial para gestionar el riesgo cardiovascular, que está
significativamente elevado en personas con diabetes. La evaluación de la función nerviosa
y ocular, mediante exámenes regulares de los pies y revisiones oftalmológicas, ayuda a
identificar y manejar las complicaciones microvasculares (16).

El diagnóstico y monitoreo de la Diabetes Mellitus requieren un enfoque


multifacético que incluye pruebas de glucosa en sangre, HbA1c, y la utilización de
tecnologías avanzadas como los CGM. Un monitoreo adecuado es esencial para el ajuste
del tratamiento y la prevención de complicaciones, mejorando así la calidad de vida de las
personas con diabetes (17).

21
2.6. Tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 1

El tratamiento de la Diabetes Mellitus tipo 1 se centra en la administración de


insulina exógena debido a la destrucción autoinmune de las células beta del páncreas, que
resulta en una producción insuficiente de insulina. La terapia de insulina es esencial para
mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de un rango objetivo y prevenir tanto la
hiperglucemia como la hipoglucemia. Existen diferentes tipos de insulina, incluyendo
insulina de acción rápida, corta, intermedia y prolongada, que se utilizan en diversas
combinaciones para imitar el patrón natural de secreción de insulina del cuerpo (18).

El régimen de insulina puede variar según las necesidades individuales del paciente.
El régimen de múltiples inyecciones diarias (MDI), que combina insulina de acción rápida
antes de las comidas y insulina de acción prolongada una o dos veces al, día, es una
estrategia comúnmente utilizada. Otra opción es la bomba de insulina, que administra
insulina de acción rápida en pequeñas dosis continuas (basal) y bolos adicionales antes de
las comidas. Las bombas de insulina pueden mejorar el control glucémico y ofrecer mayor
flexibilidad en la gestión diaria de la diabetes (19).

Además de la terapia de insulina, el monitoreo continuo de los niveles de glucosa en


sangre es crucial para ajustar las dosis de insulina y prevenir episodios de hipoglucemia e
hiperglucemia. Los dispositivos de monitoreo continuo de glucosa (CGM) han demostrado
ser herramientas valiosas, proporcionando datos en tiempo real sobre las tendencias
glucémicas y alertas ante niveles peligrosos de glucosa. El uso de CGM, en combinación
con la terapia de insulina, ha mostrado mejorar significativamente el control glucémico y
reducir la incidencia de complicaciones agudas (19).

La educación del paciente es un componente esencial del tratamiento de la Diabetes


Mellitus tipo 1. Los pacientes y sus familias deben recibir educación integral sobre cómo
manejar la insulina, monitorear la glucosa en sangre, reconocer y tratar la hipoglucemia, y
ajustar el tratamiento durante situaciones especiales como enfermedades, ejercicio y
cambios en la dieta. Programas de educación estructurados y apoyo continuo son

22
fundamentales para empoderar a los pacientes a tomar decisiones informadas sobre su
cuidado y mejorar su calidad de vida (20).

Las innovaciones recientes en el tratamiento de la Diabetes tipo 1 incluyen el


desarrollo de sistemas de páncreas artificiales, que combinan una bomba de insulina con un
CGM y un algoritmo para ajustar automáticamente las dosis de insulina en respuesta a las
fluctuaciones de glucosa. Estos sistemas han mostrado mejorar el control glucémico y
reducir la carga diaria de la gestión de la diabetes. La investigación continua en la
inmunoterapia también ofrece esperanzas para futuros tratamientos que puedan modificar el
curso de la enfermedad al preservar o restaurar la función de las células beta (20).

2.7. Tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 2

El tratamiento de la Diabetes Mellitus tipo 2 se enfoca en el control de los niveles


de glucosa en sangre mediante una combinación de cambios en el estilo de vida y terapia
farmacológica. La primera línea de tratamiento generalmente incluye modificaciones en la
dieta, el aumento de la actividad física y la pérdida de peso. Una dieta equilibrada y baja en
carbohidratos refinados, combinada con ejercicio regular, puede mejorar significativamente
la sensibilidad a la insulina y ayudar a controlar la glucemia. La reducción del peso
corporal, incluso en un 5-10%, ha demostrado tener un impacto positivo en el control
glucémico y en la disminución del riesgo de complicaciones asociadas a la diabetes (16).

Cuando las modificaciones en el estilo de vida no son suficientes para alcanzar los
objetivos glucémicos, se recurre a la terapia farmacológica. La metformina es usualmente el
fármaco de primera elección debido a su eficacia, bajo costo y perfil de seguridad. La
metformina actúa reduciendo la producción de glucosa en el hígado y mejorando la
sensibilidad a la insulina en los tejidos periféricos. En casos donde la metformina no es
suficiente para controlar la glucosa, se pueden agregar otros medicamentos como las
sulfonilureas, que estimulan la secreción de insulina; los inhibidores de la DPP-4, que
prolongan la acción de las incretinas; y los agonistas del GLP-1, que aumentan la secreción
de insulina y disminuyen la secreción de glucagón (15).

23
En pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2 avanzada o en aquellos que no responden
adecuadamente a la terapia oral, la insulina puede ser necesaria. La introducción de insulina
puede ser en forma de insulina basal, insulina prandial o una combinación de ambas,
dependiendo de las necesidades individuales del paciente. La terapia con insulina puede ser
iniciada junto con otros antidiabéticos orales o como monoterapia. Es crucial educar a los
pacientes sobre el manejo de la insulina, incluyendo la técnica de inyección, la
monitorización de glucosa en sangre y el reconocimiento de los signos de hipoglucemia
(18).

El uso de tecnologías avanzadas, como los monitores continuos de glucosa (CGM),


también está aumentando en el manejo de la Diabetes tipo 2, especialmente en aquellos que
requieren insulina. Los CGM proporcionan datos en tiempo real sobre los niveles de
glucosa y pueden ayudar a los pacientes y a los profesionales de la salud a tomar decisiones
más informadas sobre el ajuste de la terapia. Estas tecnologías han demostrado mejorar el
control glucémico y reducir los episodios de hipoglucemia (16).

Además de los medicamentos y tecnologías, el manejo integral de la Diabetes tipo 2


también incluye el control de otros factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión y
la dislipidemia. Los inhibidores de la SGLT2, por ejemplo, no solo ayudan a reducir los
niveles de glucosa en sangre, sino que también han mostrado beneficios en la reducción del
riesgo cardiovascular y la progresión de la nefropatía diabética. La combinación de
intervenciones farmacológicas y no farmacológicas es fundamental para reducir las
complicaciones a largo plazo y mejorar la calidad de vida de los pacientes con Diabetes
tipo 2 (15).

24
CAPITULO III

Discusión

En nuestra investigación, concordamos con los hallazgos y las recomendaciones de los


médicos respecto al uso de ciertos medicamentos en el tratamiento de la diabetes mellitus.
A través de las numerosas páginas de tratados médicos y estudios científicos, se teje una
narrativa elocuente y convincente sobre el manejo de esta condición que desafía los límites
de la salud humana. Entre las herramientas farmacológicas más destacadas en este
enfrentamiento, se encuentran la metformina y las sulfonilureas, cada una con un rol crucial
en el arsenal terapéutico disponible.

La metformina, un antidiabético oral perteneciente a la clase de las biguanidas, ha sido


ampliamente investigada a lo largo de los años. Numerosos análisis y ensayos clínicos han
confirmado su eficacia en el control glucémico. Su mecanismo de acción es complejo y
multifacético, abarcando desde la reducción de la producción hepática de glucosa hasta la
mejora de la sensibilidad a la insulina en los tejidos periféricos. Este compuesto, cuyo
origen farmacológico se remonta a la Edad Media con el uso de la **Galega officinalis**,
ha emergido como un fármaco esencial en el tratamiento de la diabetes tipo 2. Su capacidad
para disminuir los niveles de glucosa en sangre de manera efectiva la convierte en un pilar
fundamental en la gestión de esta enfermedad crónica.

De forma paralela, las sulfonilureas han desempeñado un papel significativo en el control


de la hiperglucemia, actuando directamente sobre las células beta del páncreas para
estimular la secreción de insulina endógena. La literatura científica ha documentado
extensamente su efectividad en la reducción de la glucemia. No obstante, el uso de
sulfonilureas conlleva ciertos riesgos, como la posibilidad de episodios de hipoglucemia y
la eventual disminución de su eficacia con el tiempo debido a la pérdida de sensibilidad de
las células beta. A pesar de estos desafíos, su accesibilidad y su impacto positivo en el

25
control glucémico las mantienen como una opción terapéutica relevante en el manejo de la
diabetes mellitus.

Estos medicamentos, sustentados por la ciencia y validados por rigurosos protocolos


clínicos, representan verdaderos faros de esperanza en el sombrío panorama de la diabetes
mellitus. Su integración cuidadosa en los regímenes terapéuticos, junto con un enfoque
holístico que incluya la dieta, el ejercicio y el control metabólico, ofrece la promesa de una
mejora significativa en la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad crónica. En
definitiva, la metformina y las sulfonilureas no solo actúan como agentes de control
glucémico, sino que también simbolizan el avance de la ciencia médica hacia un manejo
más efectivo y comprensivo de la diabetes.

26
Conclusiones

La diabetes mellitus se presenta como una enfermedad crónica compleja, cuyo estudio y
manejo requieren una comprensión profunda de sus mecanismos fisiopatológicos, opciones
de tratamiento y métodos de diagnóstico. La deficiencia de insulina, ya sea debido a la
insuficiencia en la producción por las células beta del páncreas o por la resistencia a la
acción de la insulina en los tejidos periféricos, es el eje central de la patogénesis de esta
condición. La disminución en la eficacia de la insulina conlleva a una alteración en la
regulación del metabolismo de la glucosa, provocando hiperglucemia persistente que, a su
vez, puede desencadenar una serie de complicaciones a largo plazo. Es crucial entender
estos procesos para desarrollar estrategias terapéuticas más eficaces y prevenir
complicaciones asociadas con la diabetes.

Los tratamientos para la diabetes mellitus son diversos y deben ser seleccionados en
función de las características individuales de cada paciente. El uso de insulina, ya sea en
forma de inyecciones subcutáneas o mediante bombas de infusión, sigue siendo una piedra
angular en el tratamiento, especialmente en la diabetes tipo 1 y en aquellos casos de
diabetes tipo 2 que no responden adecuadamente a otros tratamientos. Además, los
medicamentos orales como la metformina y las sulfonilureas juegan un papel crucial en el
manejo de la diabetes tipo 2, ayudando a controlar los niveles de glucosa en sangre a través
de diferentes mecanismos de acción. Junto a estos tratamientos farmacológicos, los
cambios en la dieta y el aumento de la actividad física son componentes esenciales para
mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los niveles de glucosa en sangre,
contribuyendo significativamente al control de la diabetes y a la mejora de la calidad de
vida de los pacientes.

El diagnóstico y control de la diabetes mellitus se basan en la identificación precisa de la


enfermedad a través de pruebas clínicas como la medición de la glucosa plasmática en
ayunas, la prueba de tolerancia a la glucosa y la determinación de la hemoglobina
glicosilada (HbA1c). Estos métodos permiten no solo el diagnóstico temprano, sino
también el monitoreo continuo de la eficacia del tratamiento y la progresión de la

27
enfermedad. La monitorización regular de los niveles de glucosa es vital para ajustar los
tratamientos y prevenir complicaciones agudas como la hipoglucemia o la cetoacidosis
diabética, así como complicaciones crónicas como la neuropatía y la retinopatía. La
integración de nuevas tecnologías, como los sistemas de monitoreo continuo de glucosa,
está revolucionando el control de la diabetes, proporcionando datos en tiempo real que
facilitan una gestión más precisa y personalizada de la enfermedad.

Una comprensión integral de los mecanismos fisiopatológicos subyacentes, junto con un


enfoque terapéutico individualizado y métodos de diagnóstico precisos, son esenciales para
el manejo eficaz de la diabetes mellitus. La combinación de tratamientos farmacológicos,
cambios en el estilo de vida y tecnologías avanzadas de monitoreo representa la mejor
estrategia para controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Es
imperativo seguir avanzando en la investigación y en la innovación clínica para enfrentar
los desafíos que plantea esta condición y ofrecer soluciones más efectivas y accesibles a
nivel global.

28
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32
ANEXOS

Anexo 1. Fisiopatologia de la diabetes tipo 1

33
Anexo 2. Fisiopatologia de la diabetes tipo 2

34

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