Jehová consuela a Sion
40 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. 2 Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a
voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la
mano de Jehová por todos sus pecados.
3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a
nuestro Dios. 4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo
áspero se allane. 5 Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la
boca de Jehová ha hablado.
6 Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba,
y toda su gloria como flor del campo. 7 La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de
Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. 8 Sécase la hierba, marchítase la flor;
mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
9 Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de
Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! 10 He aquí que
Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y
su paga delante de su rostro. 11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los
corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.
El incomparable Dios de Israel
12 ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó
el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? 13 ¿Quién enseñó al
Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? 14 ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién
le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia? 15 He
aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las
balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. 16 Ni el Líbano
bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. 17 Como nada son todas las naciones
delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es.
18 ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? 19 El artífice prepara la
imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata. 20 El pobre escoge, para
ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla
que no se mueva.
21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido
enseñados desde que la tierra se fundó? 22 Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos
moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una
tienda para morar. 23 Él convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace
como cosa vana. 24 Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido
sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en
ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. 25 ¿A qué, pues, me haréis semejante o me
compararéis? Dice el Santo. 26 Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él
saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su
fuerza, y el poder de su dominio.
27 ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios
pasó mi juicio? 28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los
confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo
alcance. 29 Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30 Los
muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová
tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y
no se fati