Lyons J. (1984) - 38-53
Lyons J. (1984) - 38-53
Lyons J. (1984) - 38-53
JOHN LYONS
Profesor de Lingüística
Universidad de Sussex
INTRODUCCION
AL LENGUAJE
y A LA LINGÜÍSTICA
Versión española
RAMÓN CERDÁ
Catedrático de Lengua Española
Universidad de Barcelona
n ·
38 LA LINGüíSTICA
No hay 4ue exagerar, por tanto, los inconvenientes metodológicos que apare-
cen en el curso de la investigación lingüística.
En el apartado anterior nos hemos referido a la psicología, a la sociología
y a las demás ciencias sociales. Muchos lingüistas, acaso la mayoría, clasifi-
carían su disciplina entre las ciencias sociales. Pero la lingüística no se pres-
ta fácilmente a ninguna división académica que distinga entre ciencia .y arte
ni entre ciencias naturales, ciencias sociales y humanidades . El uso creciente
de expresiones tales como 'ciencias de la vida', 'ciencias del comportamiento',
'ciencias humanas' o 'ciencias de la tierra' indican que muchas disciplinas
sienten la necesidad de agruparse por razones estratégicas o tácticas que poco
tienen que ver con las di'stinciones convencionales. La cuestión de si la lingüís-
tica, como asignatura universitaria, se encasilla mejor en una facultad o en
otra constituye un mero asunto de conveniencia administrativa. Como se ha
señalado antes, la lingüística ofrece vínculos naturales con una gama muy am-
plia de disciplinas académicas. Por ello, al decir que constituye una ciencia
no se niega en absoluto su estrecha relación temática con disciplinas tan
humanas como la filosofía y la crítica literaria.
En apartados subsiguientes examinaremos una serie de principios que los
lingüistas de hoy suelen tomar por válidos y que, en su mayor parte, pueden
considerarse derivados del ideal científico de la objetividad. Como la lingüís-
tica moderna, al afirmar su objetividad, se ha declarado tan a menudo al
margen de la tradición, estos principios se contraponen con frecuencia a los
que determinaron las actitudes y supuestos característicos del gramático tra-
dicional.
1. [En el original , se consignan las siguientes normas: 1 «Nunca debe emplearse una
negativa doble» (no I didn ' l do nOlhing, sino I didn'l do anylhing, «No hice nada»); «Nun-
ca terminar oración con preposición » (no That's Ihe man I was speaking lo, sino That's
(he man lo whom J was speak in g, «Es el hombre con quien estuve h ablando»); «El verbo
'to be', "ser / estar", exige el mismo caso antes y después» (por tanto, al aplicar esta r egla
debe corregirse /t's me por JI is J, «Soy yo»); «La forma ain'l es incorrecta» [(no Ain'l
misbehaving, sino J am nol misbehaving, «No me porto mai»)] «No debe escindirse el
infinitivo» (como en J wanl you lo clearly unders land, «Quiero que (lo) entiendas clara-
mente», donde clearly está intercalado en la forma [compuesta ] de infinitivo lo undersland) .
2.4. LA LINGüíSTICA ES DESCRIPTIVA, NO PRESCRIPTIVA 41
2. [Algo semejante sucede en español con 'entre' , que rige actualmente las formas
pronominales de nominativo (v. gr., Entre tú y yo lo haremos) tras una situación vaci-
lante hasta finales del XVII (v. gr., Estaba entre ti y mí).]
3 [Un ejemplo de ultracorrección en español se encuentra en una grafía como Viva
llo, en lugar de Viva yo, cuyo autor, sin duda semianalfabeto y yeísta, esto es hablante
que confunde II (v. gr., calló) e y (v. gr., cayó) en favor de y (y pronuncia [kayó] en amo
bos casos), se corrige indebidamente al aplicar en exceso (en una forma de 'yo') la nor-
ma ortográfica que ha de aplicar todo yeísta de que, a veces, ha de escribir <ll> donde él
pronuncia [y]. ef. 6.5, nota 3.]
2.4. LA LINGllSTICA ES DESCRIPTIVA, NO PRESCRIPTIVA 43
yayo», etc. Lo que no implica, por supuesto, que todo ha,blante de inglés
que diga between you and 1, He told you and 1, etc., haya realizado la ope-
ración de aplicar bien y mal, al mismo tiempo, la regla tradicional. Estas
construcciones son tan comunes en el habla actual de la clase media y alta
I
) del inglés estándar de Inglaterra que seguramenfe las han aprendido con
toda naturalidad la mayoría de los que las utilizan. Y no hay duda, sin em-
bargo, de que se originaron en un proceso de ultracorrección.
Desde luego, ni la lógica ni la gramática del latín sirven de tribunal de-
cisorio para decidir si algo es o no correcto en inglés. Tampoco puede ape-
larse a la autoridad incuestionable de la tradición por la tradición (<<Así me
los enseñaron a mí, a mis padres y a los padres de mis padres ») o al uso
de los escritores más reputados de la lengua. Hay una opinión ampliamente
admitida en nuestra sociedad, al menos hasta hace poco, según la cual el
cambio lingüístico supone necesariamente un decaimiento o una corrupción
de la lengua. Esta opinión no puede defenderse de ningún modo. Todas las
lenguas están sujetas al ' cambio, no hay más que observarlo. De ahí que la
tarea de la lingüística histórica consista en investigar todos los detalles po-
sibles del cambio lingüístico y, mediante una teoría explicativa, contribuir al
conocimiento de la naturaleza del lenguaje. Los factores que determinan el
camb,io son complejos y hasta ahora sólo parcialmente comprendidos. Pero
sé conocen suficientemente ya -desde mitad del siglo pasado- p¡g-a que no
quepa duda de que, si se mira sin prejuicios el cambio en la lengua,"--io que
en un momento se condena como corrupción o decaimiento de criterios tra-
dicionales de uso puede siempre ponerse en correlación con otro cambio
anterior del mismo tipo que dio origen al uso que los propios tradiciona-
listas · consideran genuinamente correcto.
En cuanto al principio de seguir los criterios de los escritores más con-
sagrados, también es indefendible, al menos por la forma en que suele aplicar-
se. No hay razón para creer que un escritor, por muy genial que sea, está
investido de un don especial para el conocimiento seguro y certero de las
reglas trascendentes de corrección por encima de los demás hablantes. De
ahí que la gramática tradicional tenga un verdadero prejuicio literario en
sus ' bases de comparación. Ello se debe a que en períodos importantes del
desarrollo cultural europeo -desde la escuela alejandrina en el siglo 1I a. C.
hasta el humanismo renacentista- la descripción gramatical, primero del
griego y luego del latín, estaba subordinada a la tarea práctica de hacer acce-
sible la literatura primitiva a los que no hablaban, o no podían hablar por
el paso del tiempo, el dialecto del griego o del latín en que se basaba la len-
gua de los textos clásicos. El prejuicio literario de la gramática tradicional
no sólo se explica por estos hechos históricos, sino que resulta aun justifica-
ble, al menos en lo que atañe a la descripción del griego y del latín. Pero
carece de sentido en la descripción gramatical de las lenguas habladas mo-
.dernamente.
No hay, en la lengua, pautas absolutas de corrección. Podemos decir que
un extranjero ha cometido un error si dice algo que viola las reglas inma-
nentes al uso de los hablantes nativos. Podemos decir igualmente, si nos
[
44 LA LINGüíSTICA
AMPLIACIÓN BIBLIOGRÁFICA
En general, sirve la misma que para el capítulo 1. Además, Crystal (1971), capítu-
los 2-3; Lyons (1974).
De los textos que en la bibliografía aparecen con asterisco, Robins (1979a) es
el más comprehensivo y neutral en la presentación de temas controvertidos; Lyons
(1968) subraya la continuidad entre la gramática tradicional y la lingüística mo-
derna, se circunscribe a la miCrolingüística sincrónica y se inclina en favor de una
determinada versión (actualmente pasada de moda) de la gramática transforma-
tiva; Martinet (1960) se encuentra en la tradición del estructuralismo europeo; Glea-
son (1961), Hill (1958) y Hockett (1958)¡ junto con Joos (1976), proporcionan una
buena descripción desde la llamada lingüística postbloomfieldiana; Southworth &
Daswani (1974) plantea magistralmente la relación de la lingüística con la sociolo-
gía y la antropología, y vale asimismo en la lingüística aplicada; lo mismo, aunque
menos comprehensivo, resulta Falk (1973); Akmajian, Demers & Harnish (1979),
5. Los lingüistas británicos , en especial, utilizan con frecuencia los términos ' estruc-
tura' y 'sistema' en un sentido especializado: 'sistema' se aplica a todo conjunto de ele-
mentos o unidades que pueden aparecer en una misma posición; · 'estructura' alude a toda
combinación de elementos y unidades que resulta de la selección adecuada en determina-
das posiciones . Definidos así, 'estructura' y 'sistema' son complementarios y se presupo-
nen recíprocamente. Los sistemas dan lugar en determinadas posiciones a estructuras, y
las estructuras se identifican a base de las selecciones hechas a partir de los sistemas
(cf. Berry, 1975). En este libro, 'sistema' y ' estructura' toman un sentido más generaL
AMPLIACIÓN BIBLIOGRÁFICA 53
Fromkin & Rodman (1974) y Smith & Wilson (1979) se inspiran coherentemente en
Chomsky y, por lo general, hacen hincapié en el lenguaje biológico más que en el
cultural. Para las diversas corrientes y escuelas de la lingüística moderna y refe-
rencias ulteriores, d . el capítulo 7. [También Hagege (1981); López Morales (1974);
Newmayer (1982); Sánchez de Zavala (1982).]
. En el capítulo 6 trataremos sobre la lingüística histórica (es decir, diacrónica)
y en los capítulos 8-10, sobre otras ramas de la macrolingüística.
Sobre la lingüística aplicada, d. Corder (1973) y, para una presentación más
detallada, Allen & Corder (1975a, b, c).