Leonardo Da Vinci 24-1
Leonardo Da Vinci 24-1
Leonardo Da Vinci 24-1
SESIÓN: VII C.
TUMBES__2024
LEONARDO DA VINCI
Leonardo da Vinci fue uno de los artistas más destacados del Renacimiento italiano,
conocido no solo por su habilidad como pintor, sino también como ingeniero, inventor,
científico y filósofo. Nació en el año 1452 en Vinci, una pequeña ciudad en la región de
Toscana, Italia. Era hijo ilegítimo de un notario y una campesina y recibió educación en
matemáticas, ciencia y arte desde temprana edad.
A los 14 años, Leonardo comenzó a trabajar como aprendiz de Andrea del Berrocho, un
renombrado artista de la época. Durante su tiempo en el taller de Berrocho, Leonardo
aprendió a dominar la técnica del dibujo y la pintura, y también tuvo la oportunidad de
experimentar con otras disciplinas, como la escultura y la arquitectura.
En 1482, Leonardo se mudó a Milán, donde trabajó como artista de la corte para
ludovico Sófora, duque de Milán. Durante su tiempo en Milán, Leonardo creó algunas
de sus obras más famosas, como «La última cena» y «La Virgen de las rocas». También
utilizó su conocimiento en ingeniería y matemáticas para crear diseños para puentes,
armas y maquinaria de guerra.
En 1513, Leonardo se mudó a Roma para trabajar para el Papa León X. Allí, continuó
trabajando en una variedad de proyectos, incluyendo estudios de la naturaleza y la
anatomía, y diseños para la construcción de edificios y puentes.
Leonardo pasó los últimos años de su vida en Francia, trabajando para el rey Francisco
allí, continuó trabajando en proyectos de ciencia e ingeniería, incluyendo estudios
sobre la óptica y diseños para un palacio en Romorantin.
La Mona Lisa es una pintura al óleo del artista, inventor y escritor italiano Leonardo da
Vinci. Probablemente terminada en 1506, la pieza presenta un retrato de una mujer
sentada frente a un paisaje imaginario. Representada de manera similar a las
representaciones renacentistas de la Virgen María, la pieza presenta una figura
femenina, que la mayoría cree que es Lisa Gherardini, la esposa del comerciante de
telas y seda Francesco Giocondo, de cintura para arriba. Se la muestra sentada en una
logia o en una habitación con al menos un lado abierto. Detrás de ella hay un paisaje
nebuloso y aparentemente aislado imaginado por la artista y pintado con sfumato, una
técnica que da como resultado formas “sin líneas ni bordes, a modo de humo o más
allá del plano de enfoque”. Su mirada es otra parte fascinante de la composición.
Muchos creen que sus ojos te siguen a través de la habitación, lo que la convierte en
una participante activa cuando se la ve, en lugar de permanecer como un objeto para
mirar. Además de su apariencia misteriosa, su expresión ha resonado con más fuerza
entre los historiadores del arte por su posible simbolismo, ya que muchos creen que es
una inteligente “representación visual de la idea de felicidad sugerida por la palabra
‘gioconda’ en italiano”.
La Última Cena (c. 1495–98)
El dibujo, realizado a pluma y tinta sobre papel, muestra una figura masculina en dos
posiciones superpuestas con brazos y piernas separados y simultáneamente inscrito en
un círculo y un cuadrado. La relación proporcional de las piezas refleja el diseño
universal. Y un equilibrio “médico” de elementos asegura una estructura estable. Por
tanto, estas cualidades son compartidas por igu al por la creación del cuerpo humano
por parte de Dios y la propia producción de un buen edificio por parte del ser humano.
Esta imagen proporciona un ejemplo perfecto del gran interés de Leonardo por las
proporciones.
Self Portrait (c. 1490/1515–16)
El retrato de un hombre con tiza roja (c. 1510) en la Biblioteca Real de Turín es
ampliamente aceptado, aunque no universalmente, como un autorretrato de
Leonardo da Vinci. Se cree que Leonardo da Vinci dibujó este autorretrato alrededor
de los 60 años. El retrato se ha reproducido extensamente y se ha convertido en una
representación icónica de Leonardo como un erudito u “Hombre del Renacimiento”. A
pesar de esto, algunos historiadores y académicos no están de acuerdo en cuanto a la
verdadera identidad del modelo.
La Virgen de las Rocas (italiano: Vergine delle rocce), a veces la Virgen de las Rocas, es
el nombre de dos pinturas del artista renacentista italiano Leonardo da Vinci, del
mismo tema, con una composición idéntica excepto por varios significantes detalles.
Ambos cuadros muestran a María y el niño Jesús con el niño Juan Bautista y un ángel
Uriel, en un entorno rocoso que da a los cuadros su nombre habitual. Las diferencias
compositivas significativas están en la mirada y la mano derecha del ángel. Hay muchas
formas menores en las que se diferencian las obras, incluidos los colores, la
iluminación, la flora y la forma en que se ha utilizado el sfumato. Aunque la fecha de
una comisión asociada está documentada, se desconocen las historias completas de las
dos pinturas, lo que lleva a especular sobre cuál de las dos es anterior.
La dama del armiño (c. 1489–91)
La dama del armiño, también conocida como Retrato de Cecilia Gallerani, fue un
precursor de la Mona Lisa en la forma en que retrata la mística de una mujer de una
manera elegante. Uno de los aspectos más curiosos del cuadro es la repetición entre
mujer y bestia: en su palidez y rasgos puntiagudos el armiño entrega una imagen
especular de su dueño, aunque su musculatura claramente lo marca como masculino.
Los velos transparentes que cubren la cabeza de Cecilia crean capas más literales de
ofuscación. Es una imagen envuelta en misterio. El armiño acunado en los brazos de
Cecilia Gallerani ilustra el interés persistente y la afinidad de Leonardo por los
animales: tanto el poder y la complejidad de sus anatomías como su fuerza
emblemática. Dibujó caballos al galope, el andar de un oso, patas de perro y pájaros en
vuelo.
En conclusión, la vida de Leonardo da Vinci fue una de las más fascinantes y creativas
de la historia. Su incansable curiosidad y su genialidad lo llevaron a realizar
importantes descubrimientos en una amplia variedad de campos, incluyendo la
anatomía, la ingeniería, la pintura y la escultura. Sus obras siguen siendo un testimonio
de su genialidad y su influencia en el arte y la ciencia aún se siente en la actualidad. La
muerte de Leonardo da Vinci marcó el fin de una era y su legado perdura como una
fuente de inspiración y asombro para las generaciones posteriores.